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Monólogo de la obra Edipo Rey

INTERPRETADO POR TIRESIAS

S.W. David Cañas García | Lengua Castellana – 11° | N.G.C. Meryland


Tiresias:
(En la entrada del palacio donde residía Edipo, y frente a determinada multitud,
Tiresias se encuentra discutiendo con Edipo, porque este cree que Tiresias no quiere
hablar, entonces después de un cruce de palabras, Tiresias, un hombre anciano vestido
con túnicas oscuras que le cubren todo el cuerpo y no le dejan ver bien la cara),
pronuncia iracundo las siguientes palabras:

Os atrevéis a consultar al hombre que todo saber domina, al hombre que no necesita ver
para poder ver, y así venís clamando salvación, pero la sangre derramada ya no tiene
salvación.

¡Vaya oscuro destino! ¡vaya más turbia redención! Os advierte que solo por vuestra
palabra tendrás respuesta mía. ¡Yo! No quisiera pronunciar tana desdicha, pero Edipo el
gran Rey ha insistido aclamando la salvación de su pueblo, como sí esto pudiese ser
llamado salvación, en verdad os digo que la traición no es solo del que traiciona, la
traición es compartida, y aun así tu soberbia disfrazada de inocencia exige conocer tú
destino. ¡Pues escuchad bien lo que os voy a decir!

“Maldito, desgraciado y miserable hombre,


Maldito, desgraciado y miserable destino del hombre,
Malditas, desgraciadas y miserables victimas del destino del hombre”

Hombre que mancha con sangre las vestiduras de su madre y deshonra las de su
esposa, pues en verdad os pregunto, pensando en la osadía con la que resolviste el
acertijo de la bestia esfinge, no os dais cuenta que huyes del acertijo de tu propia vida,
¿Acaso crees que podéis evitar el destino? ¡No pretendas respirar sin aire, no pretendas
tomar decisiones sin alma! Recuerda aquellas frías e inmortales palabras del oráculo de
Delfos inspirado por el grandioso Apolo, no eres consciente de lo desdichado que te
han hecho los dioses. Tú, hombre; tú, destino del hombre; tú, víctima del destino del
hombre, estáis haciendo padecer al pueblo de Tebas, y no podéis huir de lo que eres,
no os dais cuenta que a quien los dioses quieren perder lo enloquecen. No eres
consciente de tu tragedia; (Empieza a marcharse caminando hacia atrás sin dejar de
“verle” a los ojos) ¡las moiras ya han tejido tu destino! Y grábate esto Edipo:

“Ni cuando se avecina la mayor de las tragedias,


ni cuando está a punto de surgir la mayor de las dichas,
la voluntad de los dioses puede ser contrariada”

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