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¿Te imaginas tratar de convencer a los demás de algo que crees, pero que no
puedes demostrar de ninguna forma? Pues bien, a esa dificultad se enfrentaron los
primeros cristianos cuando trataron de mostrar a los demás las bondades de su
nueva fe.
Los cristianos comenzaron a ver el mundo de una manera diferente a los demás.
El hombre que comprende cómo está organizada la naturaleza, entiende también cuál es la
mejor manera de vivir de acuerdo con ella.
En cuanto al alma humana, los estoicos se ocuparon de reflexionar sobre la manera en que
conocemos y el papel que desempeñan las representaciones de las cosas sensibles no sólo en el
conocimiento, sino también en la conformación de la conducta humana. Así, distinguieron tres
formas en que el alma humana opera en relación con lo percibido por ella (aquí incluyeron las
sensaciones producidas internamente). La primera, que es la mera percepción, consiste en la
pura recepción de estímulos sensoriales internos o externos. La segunda es la del asentimiento,
por el cual el alma se da cuenta y acepta que está percibiendo algo verdadero. La tercera es la
del conocimiento, que consiste en reflexionar a partir de esas sensaciones sobre las que hemos
asentido.
Para poder saber cuál es la mejor forma de vivir, es fundamental que demos nuestro
asentimiento sólo a las cosas que son verdaderas y ciertas.
b) Los epicúreos
Epicuro afirma que todo cuanto existe está conformado por partículas materiales pequeñísimas
llamadas átomos, las cuales se unen por medio del azar y a partir de u7na fuerza que las
arremolina. Una particularidad del pensamiento de Epicuro es considerar que los átomos no
operan sólo por necesidad. Es decir, no se reúnen y se organizan de una forma predeterminada,
sino que pueden desviar su curso.
Las dos ideas fundamentales de Epicuro que es importante conocer son las siguientes: una es
que el placer es un bien, una afirmación muy controvertida y rechazada por los católicos.
Lo que piensa es que el placer es uno de los bienes del hombre, como lo son también la vida y
el conocimiento. Considera que poseer ese bien permite al hombre decidir cuál es la mejor
forma de vivir.
c) Los neoplatónicos
Tiene un fundador, Plotino (205-270), y tres grandes maestros Porfirio (223-304), Jámblico
(270-330) y Proclo (411-485).
Se ocupa de reflexionar con respecto a todos los temas y las cuestiones de la filosofía, porque
el eje central de su pensamiento, la unidad de todo lo que existe, tiene implicaciones y
consecuencias en todos los órdenes. Para comprenderlo reflexiona un momento en qué pasaría
si no hubiera un “afuera” o si no existiera un “agente”, como Dios, más allá de lo que existe.
Para los neoplatónicos la realidad se identifica con el Uno, principio supremo de todo, del que
todo emana y de donde todo se unifica. El Uno no es un dios fuera del mundo, una voluntad
creadora, sino algo de lo que solamente se puede decir que es Uno.
El primero que emana es el nous (el pensamiento o la inteligencia), al que Plotino identifica con
el demiurgo platónico. Le sigue el alma, después la naturaleza y, finalmente, la materia
En el año 529 Justiniano decretó el cierre de las escuelas de filosofía en Atenas. Esto ocasionó la
huida de los últimos filósofos paganos a Persia. Se podría decir que a partir de ese momento la
filosofía desapareció casi por completo de Europa.
Su supervivencia empezó a depender de la existencia previa de escuelas filosóficas en Siria,
Mesopotamia y Persia, las cuales continuarían enseñando, sobre todo, las doctrinas de
Aristóteles, Euclides, Ptolomeo y otros autores griegos, en el seno del Oriente primero cristiano
y después islámico.
Gracias a las obras de los autores, aparecieron pensadores árabes que influirían decisivamente
en Occidente. Entre ellos destacan Alkindi (muerto en 873), Alfarabi (muerto en 950), Avicena
(980-1037) y Averroes (1126-1198); estos dos últimos son considerados como los principales.
En España, en el siglo xi y xii, Córdoba se convirtió en un lugar privilegiado para el desarrollo
de los estudios de filosofía. Durante la dominación árabe coincidieron ahí estudiosos cristianos,
judíos y musulmanes, lo que dio como resultado que en el lugar se produjera un inagotable
trabajo intelectual. Dos pensadores fundamentales, uno árabe y otro judío, nacieron en
Córdoba: Averroes (1126-1198) y Maimónides (1135-1204). Los dos forjaron modelos de
reflexión que tendrían mucha influencia en Occidente en los siguientes siglos.
A Maimónides se le debe una obra, La guía de perplejos, que es una sistematización del
pensamiento filosófico desarrollado en el mundo judío hasta entonces.
Averroes, por su parte, es el gran comentador de Aristóteles, y a él le debemos no sólo el
conocimiento de ese filósofo en Occidente, sino la forma precisa en que se le conoce.
Pero la más importante aportación de la filosofía árabe es que a través de sus diversos
pensadores perfiló dos grandes problemas: el del entendimiento agente y paciente, por un lado,
y el de la contingencia, por otro. Aristóteles había señalado que conocer consistía en el paso de
la potencia al acto en el entendimiento. El otro problema tiene que ver con la manera en que
existen las cosas. Para Averroes, como después para Santo Tomás, un ser como Dios tiene que
existir necesariamente.
-LA FUNDACIÓN DE LAS UNIVERSIDADES Y EL MÉTODO ESCOLÁSTICO
Lo que hoy conocemos como método escolástico es una forma de estudiar que después se
convertiría en una forma de hacer filosofía; surge y se consolida junto con las universidades en el
siglo xii en Europa. El método es, sobre todo, un método de lectura y explicación de textos, y
tiene su origen, al menos en parte, en la forma de trabajar de los pensadores árabes, quienes
empezaban por elegir un autor y un libro, después lo leían con cuidado y al final lo sometían a
una crítica. Después buscaban otras fuentes que tuvieran que ver con el libro elegido. Pero desde
el punto de vista de la forma en que se escribe la filosofía, este método daba lugar a dos tipos de
tratados: las Cuestiones, que eran textos que se ocupaban básicamente de un solo tema, como la
virtud o la naturaleza del placer, o bien, las Summas, que eran un sistema organizado de diversas
cuestiones.
-RAZÓN Y FE
El problema de las dos verdades es uno de los temas que mayor conflicto causaron en la época
de Santo Tomás. Con el estudio del pensamiento de Aristóteles, y de los comentarios de
Averroes al pensamiento de éste, se produjo una situación singular: comenzaron a aparecer
cuestiones en filosofía y en teología que concluyeron cosas diferentes en relación con un mismo
problema.
Por ejemplo, la eternidad del mundo. Esto llevó a que, en algún momento, se sostuviera que hay
dos verdades: aquella a la que se puede llegar con la razón y aquella a la que se puede llegar
mediante la revelación. La cuestión es que, si hay diferencias, ¿cuál es la que ha de prevalecer?
¿O son válidas las dos? Santo Tomás es partícipe de la discusión sobre la existencia de las dos
verdades.
Hay dos fuentes del conocimiento: la razón y la revelación.
La primera es un instrumento imperfecto y limitado, que no alcanza por sí mismo la fuente
primera del conocimiento y la verdad. La segunda es la fuente más alta y primera de todo
conocimiento. (Saisó, 2009)
-PREGUNTAS
1. ¿ Cuáles son las creencias que más consecuencias tienen en nuestra forma de ver el
Todos vivimos la realidad de forma diferente y al hacerlo, estamos construyendo nuestro propio
sistema de creencias, sobre nosotros mismos y sobre nuestro entorno. Construir una creencia nos
ayuda a simplificar el mundo que nos rodea. Las creencias, se manifiestan en nuestras actitudes,
aptitudes, respuestas, toma de decisiones, comportamientos y en la manera de expresarnos. Hay
creencias que están guardadas en nuestro inconsciente y afloran en un determinado momento de
nuestras vidas.
2. ¿ Cuál es la razón que Epicuro menciona , no debemos tener a la muerte?
Pues en la vida nada hay temible para el que ha comprendido que no hay nada temible en el hecho
de no vivir. Es necio quien dice que teme la muerte, no porque es temible una vez llegada, sino
porque es temible el esperarla. Porque si una cosa no nos causa ningún daño con su presencia, es
necio entristecerse por esperarla. Así pues, el más espantoso de todos los males, la muerte. no es
nada para nosotros porque, mientras vivimos, no existe la muerte, y cuando la muerte existe,
nosotros ya no somos. Por tanto la muerte no existe ni para los vivos ni para los muertos porque
para los unos no existe, y los otros ya no son.
3. ¿ Porqué la unidad puede dar origen a todo cuanto existe ¿
Porque, de cualquier forma que la pensemos, la unidad del ser no es real sino una idea humana.
Lo cual se aprecia en que exige inquirir después si esa unidad entera del ser existe realmente o no.
4. ¿Qué le pasa a quien no sabe distinguir entre los placeres, según Séneca ?
El día que lo domine el placer, lo dominará también el dolor. Ves, pues, qué mala y funesta
servidumbre tendrá que sufrir aquél a quien poseerán alternativamente los placeres y los dolores,
los dominios más caprichosos y arrebatados. Hay que encontrar, por tanto, una salida hacia la
libertad.
5. ¿ Qué es más importante para un filosofo cristiano: la fe o la razón?
Según San Agustín, es la fe que nos permite ver y comprender lo que antes solo creíamos. San Pablo (5-
67 dc.) admite que la razón, de alguna manera puede iluminar la intervención de Dios, pero mucho más
valor atri- buye a la revelación, la cual nos permite llegar a la plenitud del conoci- miento.
6. ¿Cómo defiende Justino al cristianismo?
Justino accede a la fé cristiana con una formación filosófica previa. De ella se servirá para
presentar, en un ambiente que se había tornado hostil, la racionalidad del cristianismo.
7. ¿ Cómo te imaginas una gimnasia del pensamiento?
Se la podría describir diciendo que es la facultad de percibir los objetos inteligibles. Éstos son de
tres especies, según que se considere el número, la magnitud y la existencia abstracta. La
conclusión que es fruto de la demostración, que deposita en el alma que sigue el razonamiento
una tan firme convicción, que no le deja ni siquiera pensar que el objeto pueda ser de otra
manera, ni sucumbir a las dudas que asaltan nuestro espíritu para engañarnos
Dios no lo es, ciertamente, ya que no puede ser hecho sino por alguien, por la sencilla razón de
que no es uno determinado y único, sino que cada hombre que no obra rectamente es el verdadero
y propio autor de sus malos actos.