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A UNA NIÑA

(Para Victoria Cornet)

Te conocí tan de niña


Apenas una brizna de dulce encanto
Cuando tus ojos, agua y cristalería,
Se asomaban a las tardes silenciosas
Y el sol esplendía en los últimos árboles.

Desde entonces prometí un poema


Que, necio de mí, sigo adeudando.
Ajena en la algarabía de tus juegos
Enredabas gestos y palabras
Celeste minucia infantil de tu crianza.

Hoy se me hace cuento cantarle a tu gracia


Ahora que tus ojos, como pájaros
Van detrás de diáfanos celajes
Y hay trinos en tus gestos
Y son como flores tus manos en el talle.

Ahora, que acaricias sonriente


Y abrevas la luz por las mañanas
Cada tramo en tu cintura es una ronda
Y todo en ti es una música
Azul y campesina por tu frente.

No dejes que se vaya la niña,


Guárdala escondida en la mirada.
No crezcas más, quédate así,
Prometo éste y mil poemas
Mientras sonrías, enajenada.

Pedro León Cornet


Otoño de 2009

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