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FELIPE ORTEGA FLORES

GUIA
PARA
LA
PREPARACION

PREBAUTISMAL
FELIPE ORTEGA FLORES

GUIA PARA LA
PREPARACION
PREBAUTISMAL

DIOCESIS DE SANTA MARIA DE


GUADALUPE, ATLACOMULCO, MEX.

DECANATO DEL ESPIRITU SANTO

México, Octubre
GUIA PARA LA
PREPARACION
PREBAUTISMAL
Felipe Ortega Flores
©D.R. 1993
I.S.B.N. 968-442-256-3

LIBRERIA PARROQUIAL
DE CLAVERIA, S.A. de C.V.
Floresta No. 79,
Col. Clavería,
02080 México, D.F.
Impreso en México.
Yo te bautizo en
el nombre del

+ PADRE
y del
+ HIJO
y del
+ ESPIRITU
SANTO
«OKTAMA DEL OMPADO
Mo P 22
BOLSO Attocomuto, Mái
M (722) 2-06-53

En respuesta a la solicitud del Sr.Pbro. Dn. Felipe Ortega


Flores para editar el trabajo "Preparación para el Sacramento del
Bautismo" , escrito por él, y teniendo en cuenta la opinión favorable
del Cenaor, por las presentes Letras autorizamos dicha publicación.

El Sr. Pbro.Dn. Felipe Ortega Flores se servirá hacer mención de


esta autorización al principio de la obra en la forma acostumbrada.

Dado en Atlacomulco, Néi. a 7 de marzo de 1993.


INTRODUCCION

ace cuatro años nuestra Diócesis emprendió un


H nuevo caminar en el trabajo pastoral, con la ela­
boración de su “Planificación Pastoral”; integrando a
todas las Parroquias, Decanatos y Organismos Dioce­
sanos en un Plan orgánico, tiene como objetivo cen­
tral: “Intensificar orgánica y participativamente la
Nueva Evangelización, para lograr una vida más hu­
mana y más cristiana”.

Es por ello, que el Decanato del Espíritu Santo


se ha propuesto como una de sus metas, la unifica­
ción de criterios en la Catcquesis Presacramental.

Como fruto de ese esfuerzo, hoy ofrece esta


“Guío para la preparación prebautismar\ esperando
sea de gran utilidad en la Pastoral Profética de las di­
ferentes parroquias y con el mayor deseo de que ayu­
de, no sólo a saber algo más sobre el sacramento del
bautismo, sino, ante todo, motive a una profunda y
seria reflexión de nuestro compromiso como bautizados.
10 GUIA PARA LA PREPARACION PREBAUTISMAL

Pedimos a Dios que ilumine esta obra con la luz


de su Espíritu, para que construyamos verdaderamente
una Iglesia que sea Sacramento de Salvación para todos
los hombres.

Y que la intercesión de María, Madre de la Iglesia


y Patrona de nuestra diócesis, nos lleve a vivir en comu­
nión con su Hijo y con el hermano, luchando siempre
por un mundo más justo, más humano y más cristiano
donde sea posible la vida del amor.

Pbro. Felipe Ortega Flores.


CAPITULO I

¿SE NECESITA PREPARACION


PARA RECIBIR Y CELEBRAR
LOS SACRAMENTOS?

sta primera reflexion se inicia con los siguien-


tes cuestionamientos:

1. ¿Por qué estamos aquí?


2. ¿Es importante recibir estas pláticas o es pérdi­
da de tiempo?
3. ¿Consideras que es necesario prepararse para ce-
lebrar los sacramentos? Sí, . . No. . . ¿Por qué?
4. ¿Sabes qué se recibe en cada sacramento y qué
efectos producen en quienes los reciben?
5. ¿Qué opinas de esto que dice la gente?:

“ . .Tantos requisitos, por eso pierde uno la


fe, mejor me hago protestante. .

. .Es que no tengo tiempo para tantas plá­


ticas. .

. .¿Cómo antes no se pedia nada de pre­


paración?. .
12 GUIA PARA LA PREPARACION PREBAUTISMAL

a) NECESIDAD DE LA PREPARACION
PARA RECIBIR Y CELEBRAR
LOS SACRAMENTOS

Como nos damos cuenta, hay diversas opiniones


sobre el asunto; pero no podemos negar que hoy en día,
para cualquier trabajo o actividad humana se necesita
y se exige la preparación como algo indispensable para
dar un mejor servicio y obtener mayores beneficios.
De una forma sencilla, los campesinos nos ense­
ñan que para poder cosechar, se requiere de una pre­
paración constante, paciente y esmerada; comenzan­
do por roturar la tierra dos veces, abrir el surco, sem­
brar, tener los cuidados necesarios para evitar que los
animales se coman la semilla; el abonar a su tiempo,
regar, quitar la hierba, etc. Durante todo el desarrollo,
está al pendiente para que su labor crezca y llegue a
madurar para así recoger con gozo la cosecha.
En el terreno de nuestra fe, también observamos
que la preparación es una necesidad y urgencia, debi­
do a la realidad que estamos viviendo actualmente:
. . .La esterilidad de nuestra vida cristiana, la ig­
norancia religiosa, la inmadurez, el no compromiso,
el ver la vida cristiana como una cuestión social, como
una costumbre que me heredaron mis antepasados;
como algo mágico que debe realizarse por obligación
y no como un acontecimiento vital. . .

Del total de católicos en México, sólo el 4 por


ciento es gente comprometida que se siente miembro
¿SE NECESITA PREPARACION PARA RECIBIR Y CELEBRAR? 13

vivo y activo de la Iglesia y que se esfuerza por hacer


de su vida cristiana, un encuentro con CRISTO; por
ser un verdadero signo de El en medio de nuestro
mundo.

El 15 por ciento podemos considerarlo como gen­


te practicante: van a misa los domingos, participan en
la liturgia de semana santa, de navidad, van al templo
el día de la fiesta del pueblo, van a recibir ceniza al ini­
cio de la cuaresma. . ., pero sin que esto les lleve a un
compromiso serio, a una transformación social y per­
sonal.

El 81 por ciento de los católicos han recibido el


bautismo y tal vez algún otro sacramento (confirma­
ción, comunión), pero viven como si no tuvieran nin­
guna relación con Dios y con su Iglesia. Son sólo cris­
tianos de nombre, de instantes, como si la vida cris­
tiana fuera una etiqueta que se usa y se quita a nues­
tra conveniencia.

Pero no siempre fue asf, al inicio de la vida de la


Iglesia, nos dice el libro de los Hechos de los Apósto­
les, que los cristianos asistían asiduamente a la ense­
ñanza de los apóstoles, a la convivencia, a la fracción
del pan y a las oraciones; tenían un sólo corazón y una
sola alma.

También durante los primeros cinco siglos, los cris­


tianos eran personas conscientes de su compromiso
bautismal y recibían una preparación por lo menos de
tres años para poder bautizarse, confirmarse y recibir
la eucaristía (sacramentos de iniciación).
14 GUIA PARA LA PREPARACION PREBAUTISMAL

Hoy, ante los graves peligros a que se enfren­


ta el cristiano, como son: la indiferencia religiosa,
la invasión de sectas, la constante propaganda mate­
rialista y consumista hecha por los medios de comu­
nicación, la Iglesia ve como una necesidad urgente, la
preparación de los cristianos para vivir y colaborar en
el anuncio del Evangelio, siendo así sal y luz en nues­
tro mundo.

Al hablar de preparación no sólo nos estamos re­


firiendo a papas y padrinos, sino a la comunidad en­
tera y a los ministros.

b) COMO SE VIVEN Y CELEBRAN


LOS SACRAMENTOS HOY?

♦ ¿Qué es lo más importante para la gente en la


celebración de un sacramento?

* ¿Qué hacemos cuando nos reunimos para cele­


brar un bautizo, una boda, un cumpleaños...?

No podemos negar ni ocultar que la mayoría de


las veces, las personas le dan más importancia a la fies­
ta y a los preparativos en torno a ella, que a la celebra­
ción de los sacramentos.

Cuánto tiempo y dinero invertimos para preparar


la comida, la bebida, el vestido, el arreglo de la casa,
etc., y para la preparación de nuestra vida: no hay
tiempo.
¿SE NECESITA PREPARACION PARA RECIBIR Y CELEBRAR? 15

¿Qué ambiente se respira en las fiestas?. . . La ca­


sa se convierte en cantina, en rin y lamentablemente a
veces también en campo de batalla, donde la alegría y
armonía de la convivencia se matan por la presencia de
los vicios. Es frecuente también que sobre todo en un
bautizo, “el niño’’ que es el festejado y el motivo
de la fiesta, ni siquiera sea tomado en cuenta. Se aban­
dona lejos de la convivencia para que no moleste, mien­
tras los papas atienden a los invitados. No busquemos
problemas donde no los hay, si la situación económica
que estamos viviendo es muy crítica, ¿por qué gastar
más de lo que tenemos queriendo quedar bien con los
invitados? A Jesucristo le interesa la vida de nosotros
y está a favor de ella, por eso nos pide que la cuidemos y
la respetemos tomando decisiones que busquen el bien
y la justicia.
CAPITULO II

LOS
SACRAMENTOS

e inicia dialogando con los participantes so­


Sbre:
1. ¿Qué son los sacramentos?
2. ¿Para qué nos sirven?
3. ¿Quién nos dejó los sacramentos?

SIGNOS

Por principio de cuentas podemos decir que los


sacramentos son signos del amor de Cristo hacia nos­
otros.

Para poder entender la importancia y razón de ser


de estos signos, veamos que el hombre siempre ha vi­
vido en un mundo de signos o señales; algunas veces los
ha creado y otras, los adapta o Incorpora a su vida co­
tidiana para comunicarse.
18 GUIA PARA LA PREPARACION PREBAUTISMAL

LA COMUNICACION. El hombre es un ser esen­


cialmente comunicativo y comunitario. Mediante la
comunicación establecemos el encuentro humano con
los demás, para así estar “con los demás’’; pasamos del
“yo” a “nosotros”; mediante la comunicación salimos
de la soledad hacia la convivencia, la comunión y sólo
así construimos la comunidad.

En este acto de comunicación intervienen tres


factores fundamentales: 1. EL EMISOR (es quien pre­
tende manifestar lo que piensa o siente. . .). 2. EL RE­
CEPTOR (es quien capta e interpreta el mensaje) y 3.
LOS SIGNOS O SEÑALES adecuados para establecer
el contacto entre los elementos anteriores.
Los SIGNOS son realidades sensibles, es decir,
que podemos captar a través de nuestros sentidos, y
cuyo significado sólo podemos entenderlo si nos fija­
mos en qué momento se utilizan y por qué se utilizan.
Los signos expresan lo que hay en el interior del que
habla; sirven para recurrir a los demás y se refieren a
una realidad concreta y a un contenido específico.
No son la realidad en sí, sino que la representan.
Por eso los signos son señales de lo que no vemos. Ejem­
plo: La bandera es signo que representa a la Patria.

CLASIFICACION DE SIGNOS:

a) Naturales. Se encuentran ya presentes en los


mismos fenómenos de la naturaleza. Por ejemplo:
“las nubes negras’’ son signo de tormenta.
LOS SACRAMENTOS 19

b) Artificiales. Son los signos creados o escogidos


por las personas de acuerdo a sus intereses o necesi­
dades; estos pueden variar de acuerdo a los lugares y
épocas. Ejemplos: “los semáforos’’, “las señales de la
carretera”, “las palabras de un idioma”, etcétera.

Es ante todo, mediante las palabras, que se esta­


blece la comunicación humana. La palabra es exclusiva
del hombre, mientras que los animales sólo pueden
captar y emitir sonidos. La palabra es el signo más ade­
cuado, mediante el cual el hombre se pone en contacto
con el mundo y con los demás.

LOS SACRAMENTOS SON


SIGNOS SAGRADOS

Así como en nuestro mundo no es posible que


captemos algo si no a través de signos, de igual mane­
ra, no es posible que tengamos un encuentro directo
con Dios si no es precisamente a través de signos: LOS
SIGNOS SAGRADOS.

La revelación de Dios es histórica y se realiza me­


diante SIGNOS. El primero es la misma creación, la ex­
periencia del mundo que vivimos a modo de historia. La
historia de la salvación es sacramento de Dios; en ella
se da a conocer y realiza su plan de amor. Dios se da a
conocer mediante hechos y palabras: las obras realizadas
por El en la historia de la salvación manifiestan y con­
firman su mensaje; las palabras proclaman las obras y dan
a conocer su sentido. Descubrir la palabra de Dios co­
20 GUIA PARA LA PREPARACION PREBAUTISMAL

mo sacramento de salvación es tarea necesaria para el


cristiano.
La máxima palabra de Dios en la historia es Jesu­
cristo, el más grande regalo que Dios ha dado al hom­
bre; es además la total respuesta y fidelidad del hombre
a Dios. Por ello, J ESUCRISTO viene a ser el sacramento
de Dios Padre y fundamento principal de todo sacra­
mento.
Además, el único signo natúral de Dios Padre lo
encontramos en la persona de Cristo, porque El, ade­
más de ser verdadero hombre, es verdadero Dios: el
Hijo que nos revela el Amor del Padre. De ahí que
Jesús le conteste a Felipe: “El que me ha visto a mí,
ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: muéstranos al Pa­
dre?” (Jn. 14, 19). También se nos dice en el libro de
los Hechos de los Apóstoles 4, 12: “No hay bajo el cielo
otro nombre dado a los hombres mediante el cual
nosotros debamos salvarnos”.
La palabra sacramento sirvió para traducir el tér­
mino griego mysterion que en el Nuevo Testamento
se refiere a lo oculto e inaccesible de Dios (en lo que
no podemos penetrar), hecho visible en Cristo. Jesús,
único mediador entre Dios y los hombres, es el mis­
terio de Dios Padre que se nos hace Revelación (o que
se da a conocer).
Como enseña San Pablo, Jesucristo da la unidad
a todo el mundo porque todo ha sido creado por El y
para El. Ha vencido la muerte y el pecado, mediante
su muerte y resurrección. (Ef. 1, 8-10).
LOS SACRAMENTOS 21

Por ser el Hijo de Dios hecho hombre, visible en


su humanidad y realizador de la salvación por ser Dios,
Cristo es el SACRAMENTO ORIGINAL de la salva­
ción. Gracias a El, todo hombre puede encontrarse
con Dios.

Los milagros del Señor son signos que manifies­


tan el amor que Jesús tiene por la humanidad. Todos
ellos vienen del amor redentor de Cristo y son actos en
favor de la salvación integral (total, completa) del hom­
bre; son un encuentro especial con Jesús que reestable­
ce el equilibrio de la naturaleza humana. En todos ellos
Cristo actúa para salvar al hombre y quienes los reci­
bían, pasan de la admiración a Jesús, al seguimiento
de su persona. Por ser un encuentro con el Señor, el
milagro es una experiencia que establece entre el hom­
bre y Jesús una nueva relación de gratitud, de amor
y de fe.

Al dejar Cristo el mundo, desaparece la posibili­


dad de tener un contacto visible con El, pero sabemos
que continúa presente en la Iglesia que, al igual que
Jesús, es guiada por el Espíritu Santo. La Iglesia sigue
haciendo presente a través del tiempo a Jesús vivo, de
tal manera que los sacramentos permiten el encuentro
de los hombres que viven en la tierra con Jesús glori­
ficado.

Los sacramentos, como los milagros de Cristo,


además de ser signos, son instrumentos de la acción de
Cristo. Es decir, Cristo sigue actuando a través de los
sacramentos. Sin embargo, no es ya el Jesús de la his­
22 GUIA PARA LA PREPARACION PREBAUTISMAL

toria el que actúa, sino el Señor resucitado y glorifi­


cado que está presente en su Iglesia con la fuerza del
Espíritu Santo.

Desde el tiempo de las primeras comunidades


cristianas se tiene conciencia de que Jesús, como Se­
ñor y Mesías (Hech. 2, 36), como el único salvador,
vive en su Iglesia y sigue realizando históricamente su
obra de salvación a través de ella.

La Iglesia apostólica cree en la unidad vital que


se ha establecido entre Cristo vivo y resucitado y la co­
munidad mediante la efusión del Espíritu Santo, que es
el Espíritu de Cristo (Rom. 8, 9). La Iglesia no actúa
en nombre propio sino en el nombre de Jesús y en cada
uno de los cristianos (Rom. 8, 9-11).

Por eso en los sacramentos se celebra primaria­


mente la muerte y la resurrección del Señor, y en ella
toda la vida de la Iglesia —con todas sus expresiones
y símbolos—, y también el misterio de la vida del hom­
bre, del mundo, de la historia. En los sacramentos se
encuentra nuestra vida en celebración.

LA IGLESIA,
SACRAMENTO UNIVERSAL

Vamos a encontrar que la palabra "SACRAMEN­


TO” se refiere tanto a la persona de Cristo, a la Iglesia,
como a los 7 sacramentos. Cristo por ser el sacramento
origina!, es el más importante; la Iglesia es el sacramento
LOS SACRAMENTOS 23

universal; y los 7 sacramentos son los actos salvadores


de Cristo y de la Iglesia.

La Iglesia continúa la obra del Señor esparciéndola


por el mundo a través de los siglos. Anuncia el Evange­
lio y llama a todos los hombres a la fe y a la conver­
sión. Esta es la razón de ser y misión de la Iglesia, por
lo cual el Vaticano II la llama:

— “El sacramento universal de salvación” (LG 48).

— “Signo e instrumento de la unión íntima con


Dios y de la unidad de todo el género humano” (LG 1).

— “Instrumento de la redención universal” (LG 9).

— “Signo de la presencia de Dios en el mundo”


(AG).

Cuando el Concilio habla de la Iglesia, se refiere


tanto a la jerarquía como a los religiosos y los laicos.
La Iglesia debe ser sacramento universal de salvación,
tanto en su dimensión vertical de institución jerárqui­
ca, como en su dimensión horizontal de comunidad
de fieles.

Para reconocer a la Iglesia como signo e instru­


mento universal de salvación es necesaria la fe. Si no
tenemos fe, consideraremos a ésta, sólo como una ins­
titución humana y desconoceremos su poder de salva­
ción que tiene en su interior por la presencia del Espí­
ritu de Cristo.
Asi', la Iglesia por ser signo o sacramento de salva­
ción, debe favorecer la fe de todos los hombres median­
te la lucha contra el pecado y buscando una auténtica
conversión.

LOS SIETE SACRAMENTOS

Recordemos que todas las cosas del universo y


los acontecimientos de la historia están penetrados
por la vida de Dios. Pero es en Jesucristo donde se ma­
nifiesta de manera más grande el amor que Dios nos
tiene. Jesucristo es el sacramento original de Dios. Al
resucitar y subir glorioso al Padre, Cristo pasó a la Igle­
sia esa dimensión sacramental. La Iglesia no sólo ma­
nifiesta que es sacramento (signo) de Cristo por los sie­
te sacramentos, sino también a través de:

— La enseñanza de la palabra de Dios.


— La comunión en la caridad.
— La oración.
— La vida religiosa.
— La vida familiar auténticamente cristiana.
— La defensa del pobre.
— La denuncia de la injusticia y la opresión.
— El apostolado y el testimonio de la fe.
— La asistencia a enfermos y ancianos.
— La actitud de servicio en el estudio y el trabajo.
— Las obras de misericordia en general.

Además la presencia de todo cristiano en el mundo


debe ser sacramento para los demás. Los padres han
L OS SA CRA M£N TOS 25

de ser signos de Dios para sus hijos, y éstos para sus


padres.

Sin embargo, existen siete canales especiales de


la acción salvadora de Cristo en la Iglesia: LOS SIETE
SACRAMENTOS

* BAUTISMO
♦ CONFIRMACION
♦ PENITENCIA O
RECONCILIACION
* EUCARISTIA
* ORDEN SACERDOTAL
* MATRIMONIO
* UNCION DE LOS ENFERMOS

Los sacramentos son acciones concretas mediante


las cuales, la Iglesia comunica a los hombres la vida de
Dios. Los sacramentos son ante todo: EL ENCUENTRO
CON EL SEÑOR RESUCITADO Y SU ESPIRITU QUE
SANTIFICA. Son, en otras palabras, las vías de comu­
nicación de Dios con el hombre. Los sacramentos pro­
ducen frutos de vida en quienes los reciben: nos recon­
cilian con Dios, nos comunican con El, nos fortalecen,
vivifican y liberan de la muerte y el pecado; pero no son
algo mágico, requieren de nuestra fe madura en el Se­
ñor Jesús.

PARA RECIBIR UN SACRAMENTO ES NECESA­


RIO TENER FE. ES NECESARIO DEJARSE TOCAR
POR EL SEÑOR.
En cada sacramento, Jesús se acerca a nosotros con
su gracia, pero hay que dejarse tocar por El, para que se
realice el efecto salvador del sacramento.

Jesús visitó la casa de Zaqueo —quien se dedicaba


a robar al pueblo—; pero la salvación no llegó a él hasta
que decidió “convertirse” y dejar de cometer injusticias
con sus hermanos; decidió entregar la mitad de sus bie­
nes a los pobres. Zaqueo se dejó tocar por la salvación
que Jesús le ofrecía. La mujer que sufría hemorragias
se acercó para tocar la túnica de Jesús; pero de ante­
mano, ya estaba predispuesta para dejarse tocar por la
gracia sanadora del Señor. Así sucede también con
los sacramentos; aquí no cabe hacer las cosas por cos­
tumbre, es indispensable la fe en Jesús.
Muchas confesiones, comuniones y misas sin fe
y que se practican sólo por costumbre, no cambian
nuestra vida porque se acude a esos sacramentos por
rutina, sin preparación, casi esperando un efecto má­
gico del mismo sacramento.

LA FE ES: CREER SIN VER.

Jesús le dijo al incrédulo Tomás: “Tú has creído


porque has visto; dichosos los que creen sin ver”. Esos
somos nosotros: no vemos físicamente a Jesús; pero
por la fe lo experimentamos vivo en nuestra vida, lo
sentimos acercarse a nosotros en cada sacramento;
nos debemos disponer a dejarnos “tocar” por El.

Nuestros siete sacramentos no son vistosos ritos


para engalanar una ceremonia, ni para lucir nuestras me­
L OS SA CRA MEN TOS 27

jores ropas, sino “SIGNOS SENSIBLES Y EFICACES


DE LA GRACIA’’ que aprendemos a leer por la fe, y a
través de los cuales Jesús permanece en nosotros, ayu­
dándonos a crecer espiritualmente; en ellos viene a dar­
nos vida y vida en abundancia, para que vaya apare­
ciendo cada vez más en nosotros la IMAGEN DE
CRISTO.

LOS SACRAMENTOS SON CELEBRACION.

Nosotros celebramos diversos acontecimientos en


nuestra vida: Celebramos el día de nuestro cumpleaños,
el aniversario de bodas. . .
En esos acontecimientos casi siempre hay músi­
ca, alegría, fraternidad, en fin, un ambiente de fiesta.

La fiesta es algo natural en el ser humano, es un


estado en que el hombre vive, la expresión de un modo
particular de considerarse el hombre mismo y de con­
siderar el mundo y valorar la realidad. La fiesta es una
celebración de la vida, es decir, SI a la vida, armonizar
con el mundo que nos rodea.

La manifestación más expresiva de la fiesta es la


celebración. Así, los sacramentos son celebración, son
motivo de alegría en los que la Iglesia celebra aconte­
cimientos significativos de la vida cristiana en sus
miembros.

En el bautismo, la comunidad se regocija por el


nuevo miembro que nace para la familia cristiana.
En la confirmación, se festeja la mayoría <Jc edad
de un hijo de la familia que ha confirmado su "sí” al
Señor Jesucristo.

En la reconciliación, se repite la fiesta del padre


que recibe al hijo pródigo en su casa.

En la eucaristía, los hermanos reunidos "recuerdan


la muerte del Señor hasta que vuelva’’.

Parecería inadecuado hablar de celebración en la


unción de los enfermos, allí donde se está tan cerca del
dolor y la muerte. Pero veamos: Los amigos del para­
lítico —en el capítulo 5 de Lucas—, se alegraron de po­
der acercar a su amigo a Jesús. En este sacramento, la
comunidad se alegra de llevarle a Jesús al enfermo para
que le conceda la salud física y espiritual.

En la ceremonia de la ordenación sacerdotal, la


Iglesia se regocija de que un miembro de la comuni­
dad se consagre al servicio de Dios en sus hermanos.

En el sacramento del matrimonio, la Iglesia fes­


teja la decisión de la pareja que quiere formar un ho­
gar cristiano, bajo la bendición de Dios y de la Iglesia.

La celebración cuando es auténtica, no sólo es algo


que realiza la comunidad, sino también, algo que da \id.<
a esa misma comunidad, algo que le ayuda a cieiei \ a
desarrollarse.
i,UIA PARA LA PREPARACION PREBAUTISMAL

Clases de gracia:

— Gracia santificante. Es la que nos hace hijos


adoptivos de Dios, nos santifica, nos hace agradables a
Dios, “graciosos”, podríamos decir, porque nos con­
figura con Jesucristo, su Unico Hijo; esta gracia la lla­
mamos habitual porque permanece en nosotros.

— Gracia actual. Es un auxilio que Dios nos da co­


mo energía indispensable para poder realizar toda obra
de orden sobrenatural. Dios nos la concede en forma
de buenos deseos, pensamientos, de impulsos, de for­
taleza, etcétera.

— Gracia sacramental. Llamamos así a la Gracia


propia de cada sacramento, la recibimos en los efec­
tos que ellos producen en nosotros.

Todo sacramento produce la Gracia: gracia san­


tificante y gracia sacramental; pero al mismo tiempo
dentro del rito de la celebración, hay para el sujeto una
oportunidad de prepararse a recibir fructuosamente la
misma Gracia, y de participar de manera consciente
y activa.

CRISTO, AUTOR DE
LOS SACRAMENTOS

Los sacramentos fueron instituidos por Jesucris­


to, El es quien les comunica su eficacia.
LOS SACRAMENTOS 31

No tenemos en la Sagrada Escritura la narración


exacta del momento en que Jesús haya establecido los
siete sacramentos (sólo de algunos); pero tenemos la cer­
teza de que todos y cada uno han sido instituidos por
Jesucristo, así nos lo ha enseñado la Iglesia y ella misma
como sacramento universal implica los siete sacramen­
tos, que no son sino la comunicación de ia Gracia en los
diferentes momentos importantes de la vida humana.
Antes de la Iglesia ya existía el bautismo, median­
te el cual los hombres representaban el renacer del es­
píritu al contacto con la Divinidad. Existía el matri­
monio, con el que expresaban la presencia del Amor
Divino en el amor humano. Existían también banque­
tes sagrados, mediante los cuales los participantes de­
seaban ponerse en contacto con Dios. Pero es Cristo
quien les da su verdadero significado instituyéndolos
como sacramentos.
Todo sacramento es un acto de Cristo y en él está
realmente presente el Señor; por ello, recibir un sacra­
mento, es tener un encuentro personal con Cristo.

RESUMEN
* Los Sacramentos son Signos Sagrados. Escon­
den una realidad misteriosa de orden sobrenatural, que
de alguna manera muestran o manifiestan. Los signos
son materia y palabras. En cuanto materia son cosas,
acciones, gestos, conducta humana, etc. Las palabras tie­
nen relación con la materia, y tanto ésta como aquellas
tienen un significado.
32 GUIA PARA LA PREPARACION PREBAUTISMAI.

* Los Sacramentos son Signos de Fe. Son signos


y misterios, son signos de fe, que esconden una realidad
que es inmensamente mayor que lo que manifiestan, una
realidad a la que llegamos sólo por la fe. Todo sacra­
mento es una profesión de fe. El sacramento es el mo­
mento del encuentro personal con Cristo y al mismo
tiempo con Dios. Cristo —el Hijo de Dios hecho hom­
bre—, es el único camino para ir a Dios, y la fe es el úni­
co camino para llegar a Cristo. Si no hay fe, no puede
haber sacramento.

* Los Sacramentos son Signos de Cristo presente


en su Iglesia. Dice San Agustín que: "No hay Iglesia sin
sacramentos, como tampoco hay sacramentos sin Igle­
sia”. Todo sacramento hace siempre referencia a la Igle­
sia, porque ella es la que lo celebra, porque Jesucristo
es quien los entregó a su Iglesia. Los sacramentos nos
santifican en, por y para la Iglesia. No hay sacramentos
individuales, todos son eclesiales.

* Los Sacramentos son Signos de Gracia. Porque


producen la gracia que significan. Avivan en nosotros
el recuerdo de las maravillas de Dios, por ello significan
el ORIGEN DE LA GRACIA que es la Pasión, Muerte
y Resurrección de Jesucristo Nuestro Señor.
CAPITULO III

EL SACRAMENTO
DEL BAUTISMO

Iniciamos el tema con un diálogo sobre:

1. Papas: ¿por qué quieren bautizar a su hijo?


2. ¿Para qué debemos bautizarnos?
3. ¿Quién dijo que teníamos que bautizarnos?
4. ¿En qué fecha nos bautizaron?
5. ¿Para qué les ha servido su bautismo?

La mayoría de las personas recuerdan perfecta­


mente el día de su cumpleaños, porque es una fecha
muy significativa para ellas, sin embargo, es muy noto­
rio que el 99 por ciento de las personas no se acuerdan
o ignoran la fecha de su bautismo, el día que nacieron
como hijos de Dios. Al bautismo no se le ha dado la
importancia debida en nuestra propia vida; es como un
suceso lejano del que ni nos acordamos pues sucedió
cuando eramos muy pequeños. Muchas veces ni nues­
tros papas y padrinos se acuerdan de ese aconteci­
miento. Es necesario por tanto conocer toda la riqueza
34 GUIA PARA LA PREPARACION PREBAUTISMAL

que encierra este sacramento para poder darle el justo


valor en nuestra vida.

EL NOMBRE DE
ESTE SACRAMENTO

Este sacramento recibe el nombre de BAUTIS­


MO debido al rito central mediante el que se celebra;
BAUTIZAR, (en griego baptizein) que significa “su­
mergir”, “introducir dentro del agua”, la “inmersión
en el agua” simboliza sepultar al hombre en la muerte
de Cristo de donde sale, por la resurrección con El,
como “nueva criatura”.

Este sacramento es llamado también “baño de re­


generación y de renovación de! Espíritu Santo” (Tt. 3,
5), como nos lo dice Jesús en su diálogo con Nicodemo:
“. . .nadie puede entrar en el Reino de Dios, si no nace
del agua y del Espíritu Santo” (Jn. 3, 5).

Este baño es llamado “iluminación” porque quie­


nes reciben esta enseñanza, reciben en el bautismo la
luz verdadera que ilumina a todo hombre, el bautiza­
do entonces se convierte en hijo de la luz, y en luz él
mismo (Ef. 5, 8).

El Bautismo es el más bello y magnífico de los do­


nes de Dios. Lo llamamos don, gracia, unción, ilumina­
ción, vestidura de incorruptibilidad, baño de regene­
ración, sello y todo lo más precioso que hay. Don,
porque es regalado a los que no aportan nada; gracia, por-
que es dado incluso a los culpables; bautismo, porque
el pecado es sepultado en el agua; unción, porque es sa­
grado y real; iluminación, porque es luz resplandescien-
te; vestidura, porque cubre nuestra vergüenza por causa
del pecado; baño, porque lava; sello, porque nos guar­
da como propiedad de Dios. (S. Gregorio Naciaceno,
or. 40, 3-4).

¿QUIEN DIJO QUE


DEBERIAMOS BAUTIZARNOS?

Probablemente ya todos sabemos que fue Jesús


quien instituyó este sacramento. Es Cristo quien pre­
senta el bautismo como una necesidad para salvarse y
no como una cosa opcional.

Leemos los siguientes textos de la Biblia:

Me. 16, 15-16 “Vayan por todo el mundo y anun­


cien la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y se
bautice se salvará. El que se resista a creer se condenará”.

Mt. 28, 19 “Por eso, vayan y hagan que todos los


pueblos sean mis discípulos. Bautícenlos, en el Nombre
del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Cristo nos mandó bautizar. Esta es la gran obliga­


ción de la Iglesia y de los papás con sus hijos. Pero an­
tes de Cristo ya bautizaba Juan el Bautista y encontra­
mos desde el Antiguo Testamento algunas situaciones
que manifiestan la importancia y necesidad del bautis­
36 GUIA PARA LA PREPARACION PREBAUTISMAL

mo (estas son llamadas prefiguraciones del bautismo).


Veamos algunas de ellas:
* Desde el origen del mundo, el agua, criatura hu­
milde y admirable, es la fuente de la vida y de la fecun­
didad. La Sagrada Escritura dice que el Espíritu de
Dios se cernía sobre ella (Gén. 1,2).
* La Iglesia ha visto en el arca de Noé un sím­
bolo de lo que sería la salvación por el bautismo. En
efecto, por medio de ella “unos pocos”, es decir, 8 per­
sonas, fueron salvadas a través del agua.
* Si el agua de manantial simboliza la vida, el agua
del mar es símbolo de muerte. Por lo cual, pudo ser sím­
bolo del misterio de la Cruz. Por eso el bautismo es la
comunión con la Cruz de Cristo.
* Sobre todo el paso del Mar Rojo, verdadera li­
beración del pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto,
es el que anuncia la liberación obrada por el bautismo.

Todas estas prefiguraciones de la Antigua Alianza


terminan con Cristo Jesús. El comienza su vida pública
después de hacerse bautizar por Juan el Bautista en el
Río Jordán. (Mt. 3, 13).

¿QUE DIFERENCIA HAY ENTRE EL BAUTISMO


QUE RECIBIO JESUS Y EL QUE RECIBIMOS
NOSOTROS?
El propio Juan Bautista señala la diferencia: “Yo
los he bautizado a ustedes con agua pero El los bauti­
EL SACRAMENTO DEL BAUTISMO 37

zara con el Espíritu Santo. Sólo Jesús puede dar el Es­


píritu Santo porque es más poderoso que Juan, pues
es el Hijo de Dios.

El bautismo de Juan era para los judíos, para que


se prepararan a recibir al Salvador. Era un signo de arre­
pentimiento y penitencia, algo así como el rito cristia­
no de la Ceniza que nos prepara y dispone para iniciar
la penitencia de la cuaresma y celebrar dignamente la
Pascua. El bautismo de Juan, pues, no daba al Espíritu
Santo ni hacía hijos de Dios.

Nuestro Señor se sometió voluntariamente al bau­


tismo de San Juan, destinado a los pecadores, para
"cumplir toda justicia”, pero El mismo señaló la dife­
rencia entre el bautismo de Juan y el bautismo que El
traía. (Leer Jn. 3, 1-18).

Los fariseos pensaban que estudiando y cumplien­


do con la ley de Moisés podían salvarse, es decir, "ver
el Reino de Dios”. Jesús sin embargo, es muy claro: "En
verdad te digo que el que no nace de nuevo, de lo alto,
no puede ver el Reino de Dios. No basta estudiar y cum­
plir lo ordenado por Moisés para salvarse. Hay que "na­
cer de nuevo", de lo alto. El Reino de DIOS exige a
todo hombre, aunque sea judío, comenzar de nuevo,
desde las raíces del propio ser, desde el nacimiento. Y
por la fuerza de Dios.

Nicodemo no entiende y toma lo más fácil, el "na­


cer de nuevo” y lo interpreta física o biológicamente y
por eso pregunta: ¿cómo es posible que el hombre nazca
38 GUIA PARA LA PREPARACION PREBAUTISMAL

de nuevo, siendo viejo?, ¿acaso puede volver al seno


de su madre y nacer de nuevo? Nicodemo mira hacia
atrás, hacia la ley de Moisés, hacia la tradición religio­
sa, a lo viejo. Cristo, en cambio, mira hacia adelante,
hacia lo alto, a lo nuevo. Cristo tiene confianza en el
poder creador de Dios de hacer “un hombre nuevo”.
Todo un mundo los separa. Cristo trae la novedad. Es
el viejo testamento comparado con el nuevo.

jesús paciente y firme, le explica que “nacer de


nuevo’1, es nacer de Dios mediante la fuerza del Espí­
ritu Santo. . . “En verdad te digo que el que no nace
de! agua y del Espíritu, no puede entrar en el Reino de
Dios". Y es que el Reino de Dios, no tiene su origen
en algo terreno; es obra y don de Dios y se entra en él
por el poder de Dios que es el Espíritu Santo.

“Lo que nace de la carne (o de padres humanos),


es carne (es humano), pero lo que nace del Espíritu es
espíritu”. La carne, lo humano, es lo débil, lo terreno,
lo viejo; el Espíritu es lo fuerte, lo celestial, lo nuevo, la
fuerza de Dios, la vida definitiva. Toda obra y esfuerzo
humano, sj no está fecundado por el Espíritu, termina
en fracaso y muerte. Cristo al darnos el Espíritu en el
bautismo, ofrece al hombre la posibilidad de realizarse
plenamente y de tener la vida eterna.

Así pues, el bautismo que Jesús enseñara a sus


apóstoles y que dejó a su Iglesia para ofrecerlo a lo­
dos los hombres es diferente totalmente al recibido en
tiempos de Juan el Bautista.
EL SACRAMENTO DEL BAUTISMO 39

EL BAUTISMO EN
LA IGLESIA

Desde el día de Pentecostés la Iglesia ha celebra­


do y administrado el santo Bautismo. Como San Pedro
lo manifiesta a la multitud que lo escucha conmovida.
. .Conviértanse y que cada uno de ustedes se haga
bautizar en el nombre de Jesucristo para que sus peca­
dos sean perdonados; y Dios les dará el Espíritu San­
to”. (Hech. 2, 38). Los apóstoles y sus colaboradores
ofrecen el bautismo a quien crea en Jesús, judíos, hom­
bres que temen a Dios, oasanos. . . (Hech. 2 -118 12-
13; 10, 48).

San Pablo explica el sentido del bautismo como


una inmersión en la muerte de Cristo que nos permite
revivir a la vida nueva de la resurrección " Por el
bautismo, fuimos sepultados tunto con Cristo para com­
partir su muerte, y asi como Cristo fue resucitado de
entre los muertos, por la Gloria del Padre, también
nosotros hemos de caminar en una vida nueva. Ade­
más si hemos quedado incorporados a él por una muer­
te semejante a la suya, ciertamente también lo estare­
mos por una resurrección semejante” (Rom. 6, 4-5).

En los tres primeros siglos de la sida de la Iglesia


se distinguen tres momentos para la celebración del
bautismo

I. EL CATECUMENADO. Era un período de pre­


paración (instrucción religiosa), que comenzaba con el
primer examen en el cual el candidato era presentado
40 GUIA PARA LA PREPARACION PREBAUTISMAL

a la comunidad y explicaba los motivos de su conver­


sión. Debía manifestar además su deseo de escuchar la
Palabra de Dios, su disposición a la conversión y a la rec­
ta intención. Esto se realizaba en compañía de algunos
fieles que podían garantizar que era verdad lo que ma­
nifestaba en su testimonio, lo cual dio origen al padri­
nazgo. Al final del catecumenado se aplicaba un segun­
do examen, en el cual el candidato tenía que presen­
tar a la Iglesia señales de su vida según el evangelio. Su­
perada esta prueba e inscrito entre los elegidos, se le
administraban diversos ritos. Luego se fijaba la fecha
del bautismo, de preferencia en la fiesta de pascua.

2. LOS RITOS BAUTISMALES. Consistían fun­


damentalmente en la entrada en el agua y la profesión
de fe. En los primeros tiempos de la Iglesia el bautismo
se realizaba por la inmersión (meter debajo del agua)
en la corriente de un río. Después se pronunciaba la
fórmula bautismal mediante un diálogo entre el minis­
tro y el bautizado.

3. LOS RITOS POSTBAUTISMALES. Consistían


en que al salir del baño bautismal, los nuevos cristianos
recibían del obispo una unción en forma de cruz y un
abrazo de bienvenida en la comunidad. Esta unción era
signo de una especial donación del Espíritu de Cristo,
y la salvación que se le otorgaba por el bautismo.

Al paso del tiempo y con la superación del perío­


do de las persecuciones la Iglesia pudo expresarse con
toda libertad y dar a sus celebraciones la solemnidad c
importancia que hasta entonces no habían podido te­
EL SACRAMENTO DEL BAUTISMO 41

ner. En esta época se registran las conversiones en masa,


las cuales eran buenas por el número cada vez mayor
de bautizados, pero se debilita la exigencia y motiva­
ción para la conversión. Es entonces cuando muchos se
inscriben para ser catecúmenos, pero sin la intención
de comprometerse seriamente en una vida cristiana. Se
considera ahora más importante el agua que la fórmula
bautismal, al mismo tiempo que se va considerando
la salvación más como un hecho individual que comu­
nitario. Posteriormente cuando el bautismo de los ni­
ños se convierte en práctica común, perderá importan­
cia el catecumenado.

La iglesia siempre ha considerado el bautismo co­


mo el sacramento necesario para la salvación. Sin em­
bargo, puede ser sustituido por el martirio sufrido por
un creyente —BAUTISMO DE SANGRE—, o por el
anhelo de unirse a Dios de quien por causas ajenas a
su voluntad no haya sido bautizado —BAUTISMO DE
DESEO-.

HOY EN NUESTROS DIAS


¿QUIEN PUEDE RECIBIR
EL BAUTISMO?

De acuerdo a los documentos de la Iglesia: “Es


capaz de recibir el bautismo todo ser humano, aún no
bautizado, y sólo él”. (CIC can. 864; CCEO can. 679).

Parece que es una respuesta sumamente sencilla,


sin embargo, no es asi'; bautizar a un niño no es “salir
42 GUIA PARA LA PREPARACION PREBAUTISMAL

de un compromiso”, como algunas personas opinan,


sino entrar en un compromiso muy serio. Un compro­
miso solemne, asumido delante de Dios y de la comu­
nidad, que requiere ante todo de nuestra fe. EL BAU­
TISMO ES EL SACRAMENTO DE LA FE. Pero la fe
de cada persona, tiene necesidad de toda la comunidad.
La fe que se requiere para el bautismo no es una fe per­
fecta y madura, sino un comienzo que está llamado a
desarrollarse. En todos los bautizados, niños o adultos,
la fe debe crecer después del bautismo.

Bautizar a un niño no es sólo asegurarle su salva­


ción eterna, sino integrarlo a la comunidad de fe para
que sea educado cristianamente.

EL BAUTISMO: COMPROMISO
DE VIVIR CON JESUS

El bautismo es ante todo un compromiso con


Dios y con los hermanos en la comunidad. El bautis­
mo no es algo mágico, o un remedio contra enferme­
dades o agüeros. No podemos burlarnos de Dios como
hace mucha gente que bautiza a sus niños y no se pre­
ocupa por hacer de ellos unos verdaderos cristianos. El
bautismo es un compromiso muy grande de los padres:
es el deseo de acompañar a su hijo en el "nacimiento y
vivencia de Jesucristo". Por este motivo, los padres de­
ben conocer y vivir con Jesucristo.

Ser cristianos de verdad es tener fe en Jesucristo.


Tener fe en El, es seguir su mismo camino, morir y re­
sucitar cada día con El, para nacer de nuevo.
¿Qué tanto conocemos nosotros a jesús?
¿Qué hizo? ¿Cómo vivió?

No es posible que conozcamos a una persona si


no nos hemos acercado a ella, de igual modo, para co­
nocer a Jesús y saber qué quiere de nosotros debemos
acercarnos a El, buscarlo constantemente, escucharlo.
Leer los siguientes textos para conocer más sobre
Jesús:

- JESUS ES HIJO DE DIOS: Mt. 3, 13-17.


- LA MISION DE JESUS: Le. 4, 16-21.
- JESUS ENSEÑA A AMAR: jn. 13, 34-35.
- JESUS CONDENA LA MENTIRA Y LA FAL­
SEDAD: Mt. 23,23-25.
- QUE LES SUCEDE A LOS QUE SIGUEN A JE­
SUS: Mt. 10, 16-21 y Mt. 24, 9-14.

EL BAUTISMO: COMPROMISO
DE VIVIR EN IGLESIA
La fe en Jesucristo no la vivimos sóios, sino con
otros: EN COMUNIDAD. Y en esto estamos fallando
mucho los cristianos: muchas veces somos individualis­
tas, no nos importan los otros; a veces creemos que nos
basta con rezar solitos en casa, somos indiferentes ante
los problemas de otros, etc. (Se pueden pedir ejemplos
de estas situaciones negativas).
Si miramos a Jesús vemos que El no vivió así y por
lo tanto, los que lo seguimos no podemos vivir de esa
44 GUIA PARA LA PREPARACION PREBAUTISMAL

A la comunidad de hombres que creen en Jesús y


quieren seguirlo se le llama Iglesia. El bautismo es la
puerta de entrada a esta Iglesia, es el paso a la comuni­
dad de creyentes. La Iglesia es esa comunidad de hom­
bres que quieren luchar y trabajar juntos, que alaban a
Dios, agradecen y ofrecen toda la vida a Dios y compar­
ten el pan de Dios en la Eucaristía, y todos se interesan
por la vida de todos.

Si los padres quieren bautizar a sus hijos es porque


quieren que se incorporen en esta comunidad de salva­
ción que es la Iglesia. Porque quieren ellos mismos vi­
vir la Iglesia y ayudar con sus actitudes a construirla.
Si no es así “¿qué caso tiene meter a sus hijos donde
ellos no quieren estar?; ¿si los papas no quieren parti­
cipar en esta comunidad de los cristianos y cumplir con
los compromisos que esto significa, por qué querer que
sus hijos carguen con esa responsabilidad?

¿SE NECESITA EL BAUTISMO?

(Podemos iniciar este tema haciendo la pregunta


anterior a los participantes).

El Señor mismo afirma que el bautismo es nece­


sario para la salvación (Jn. 3, 5). Por ello mandó a sus
discípulos a anunciar el Evangelio y bautizar a todas las
naciones. El bautismo es necesario para ¡a salvación en
aquellos a quienes se ha anunciado el Evangelio y han
tenido la posibilidad de pedir este sacramento.
EL SACRAMENTO DEL BAUTISMO 45

Entonces, ¿El que está bautizado ya no se puede


condenar. . . ya tiene el pase y las puertas abiertas del
cielo?

No. Si no comete pecado conservará la vida, pero


si comete pecado, pierde la amistad con Dios y puede
condenarse si no se reconcilia con El.

EL BAUTISMO, es el primer sacramento que se


recibe, sin él no se pueden recibir los demás sacramen­
tos. Es la puerta de la vida y del reino, es el primer sa­
cramento de la nueva ley; con el que nacemos a ^nue­
va vida que trajo Jesús, la vida eterna. Por el bautismo
somos liberados del pecado y resucitamos con Cristo a
la vida de la gracia. El bautismo nos introduce a la fuen­
te de la vida que es Jesucristo.

El bautismo es, en primer lugar, el sacramento de


la fe con que los hombres, iluminados por el Espíritu
Santo, responden al Evangelio de Cristo.

LOS EFECTOS
DEL BAUTISMO

Comentemos primero qué entendemos por efecto.


(Pueden mencionarse algunos ejemplos: Una persona
tiene un fuerte dolor de muelas, se toma una pastilla y
al poco rato desaparece el dolor tan intenso. Entonces
podemos decir que ya le hizo efecto la medicina que se
tomó. Otro ejemplo sería cuando hay un fuerte viento;
éste provoca como consecuencia o efecto: que se rom­
pan las ramas de algunos árboles que levante polvo y
basura. . .

Los efectos que produce el bautismo se dan sin la


colaboración del bautizado. Son un don gratuito de
Dios.

Los efectos del bautismo son:

1. - Se nace a la vida de DIOS.


El bautismo es un baño del segundo nacimiento,
por el que nacen hijos de Dios de lo alto. El que ha re­
cibido el bautismo, por haber sido unido íntimamente
a CRISTO, es constituido hijo de Dios. Por ese motivo
deberíamos sentirnos orgullosos, ya que no puede ha­
ber mayor alegría, o mayor título que ser hijos de Dios.
Como lo expresa San Juan en su primera carta: “Vean
qué amor singular nos ha dado el Padre: que no sola­
mente nos llamamos hijos de Dios sino que lo somos”
Un.3, 1).

2. Nos une a Cristo.


El bautismo nos une profundamente a Cristo y nos
permite vivir con El y experimentar los beneficios de su
muerte y resurrección: al ser bautizados fuimos sepul­
tados junto con Cristo para compartir su muerte, a fin
de que, al igual que Cristo, quien fue resucitado de en­
tre los muertos, por la gloria del Padre, también nos­
otros caminemos en una vida nueva. (Rom. 6, 4-8).

Es importante enteder la manera como el bautis­


mo nos une a Cristo. No se trata de una unión superfi­
cial, dejándonos el uno separado del otro, sino de una
unión vital, sin la cual no hay vida. La comparación
que nos presenta San Pablo es la de un injerto (Rom.
6, 5), que crece y vive mientras está unido al tronco
(CRISTO), recibiendo su savia. El cristiano que no lle­
ve a Cristo en toda su vida, es una rama seca, es un cris­
tiano muerto (jn. 15, 5). El bautismo nos hace cristia­
nos porque nos hace de Cristo. Ya no podemos vivir por
nuestra propia cuenta. Cada bautizado debe llegar a
decir como San Pablo: “Ya no soy yo que vivo, sino
que es Cristo quien vive en mí’’ (Gal. 2, 20).

El bautismo nos introduce a un cambio total de


vida: uno muere a su vida de maldad, como Cristo mu­
rió a causa de los pecados del mundo; y resucita a una
vida nueva, a la de Cristo resucitado y glorioso.

Nuestra unión al Señor Jesús nos hace vivir su


muerte y resurrección, que es el misterio pascual que
es el que debe vivir todo cristiano.

Quien no vive este misterio no recibe los benefi­


cios que de él brotan y que llevan a la salvación.

3. Nos incorpora a la Iglesia.


El bautismo es, además, el sacramento por el que
los hombres son incorporados a la Iglesia, “Integrán­
dose en su construcción, para ser morada de Dios, por
el Espíritu”, (Ef. 2, 22), “una raza elegida, un sacerdo­
cio real”; (IPc 2, 9), es también vínculo sacramental
de la unidad que existe entre todos los que son mar­
cados con el (UR. 22). Este efecto imborrable expre­
48 GUIA PARA LA PREPARACION PREBAUTISMAL

sado por la liturgia latina en la misma celebración con


la crismación de los bautizados en presencia del pueblo
de Dios, hace que el rito del bautismo merezca el sumo
respeto de todos los cristianos y no esté permitida su
repetición cuando se ha celebrado válidamente, aún
por hermanos separados.

El día de la celebración de un bautizo, en la Igle­


sia o capilla están generalmente, además del sacerdote,
los padres y los padrinos, un grupo de amigos. Todos
ellos son miembros de una comunidad, pero no una
comunidad cualquiera son miembros de la Iglesia que
están presentes en el nacimiento de una nueva criatura
a la vida de la gracia, porque el bautismo nos hace miem­
bros de la Iglesia, y en ella debemos vivir nuestro cris­
tianismo, recibiendo de Dios sus dones como hijos y
compartiendo con los demás nuestra fe.

La Iglesia es la gran familia de los hijos de Dios,


creyentes y seguidores de Jesús, que caminamos jun­
tos por la vida, apoyándonos unos a otros hacia la casa
del Padre celestial.

En la familia de la Iglesia el bautizado va a encon­


trar todo lo que necesite para desarrollar su nueva vida
de hijo adoptivo de Dios. Así como los padres dan a los
hijos sus apellidos que los distinguen, así la Iglesia da a
sus hijos un nuevo apellido, el suyo; en adelante, el bau­
tizado será y se apellidará “Cristiano".

San Pablo nos dice que ya no hay división: Todos


nosotros. . . hemos sido bautizados en un mismo Espí­
EL SACRAMENTO DEL BAUTISMO 49

ritu para formar un sólo cuerpo” (ICo. 12, 13), que es


la Iglesia.

La Iglesia que es nuestra madre, recibe a los bauti­


zados con maternal amor, los alimenta con la Palabra
de Dios, con los sacramentos y con la liturgia.

Los dones que recibimos en nuestro bautismo de­


ben ser puestos al servicio de nuestra familia: LA IGLE­
SIA.

En nuestras parroquias, estamos llamados a par­


ticipar activa, generosa y responsablemente en bene­
ficio de la Iglesia.

No hay Iglesia sin bautizados ni bautizados sin


Iglesia.

Los bautizados vienen a ser piedras vivas para edi­


ficación de un edificio espiritual, para un sacerdocio
santo (1 Pe 2, 5).

Hecho miembro de la Iglesia, el bautizado ya no


se pertenece a sí mismo (1Co. 6, 19), sino al que mu­
rió y resucitó por nosotros (2Co. 5, 15).

4. Se nos perdonan todos los pecados.


Por el bautismo, todos los pecados son perdona­
dos, el pecado original y todos los pecados personales,
así como todas las penas del pecado. En efecto, en los
que han sido regenerados no permanece nada que les im­
pida entrar en el Reino de Dios, ni el pecado de Adán,
GUIA PARA LA PREPARACION PREBAUTISMAL

ni el pecado personal, ni las consecuencias del pecado;


la más grave de las cuales es la separación de Dios.

No obstante, en el bautizado permanecen ciertas


consecuencias temporales del pecado, como los sufri­
mientos, la enfermedad, la muerte o las fragilidades
inherentes a la vida como las debilidades de carácter,
así como una inclinación al pecado que la tradición
llama concupiscencia.

5. Nos hace una criatura nueva.


El bautismo no solamente purifica de todos los
pecados, hace también del bautizado una nueva crea­
ción (2Co. 5, 17), un hijo adoptivo de Dios (Gal. 4, 5-
7) que ha sido hecho partícipe de la naturaleza divina
(2Pe. 1, 4), miembro de Cristo (ICo. 6, 15), cohere­
dero con El (Rom. 8, 17) y templo del Espíritu Santo
(1Co. 6, 19).

La Santísima Trinidad da al bautizado la gracia


santificante, la gracia de la justificación que:

— le hace capaz de creer en Dios, de esperar en


El y de amarlo mediante las virtudes teologales: LA FE,
LA ESPERANZA Y LA CARIDAD.

— Le concede poder vivir y obrar bajo la moción


del Espíritu Santo mediante los dones del Espíritu
Santo;

— Le permite crecer en el bien mediante las virtu­


des morales.
EL SACRAMENTO DEL BAUTISMO 57

6. Nos marca con un sello espiritual indeleble (im­


borrable).
El bautismo imprime en el cristiano un sello es­
piritual indeleble (que no se borra) de su pertenencia
a Cristo. Este sello no es borrado por ningún pecado,
aunque el pecado impida al bautismo, dar frutos de sal­
vación. Dado una vez, el bautismo no puede ser repe­
tido.

El sello bautismal capacita y compromete a los cris­


tianos a servir a Dios mediante una participación viva
en la Santa Liturgia de la Iglesia y a ejercer su sacerdo­
cio bautismal por el testimonio de una vida santa y de
una caridad eficaz.

El “sello del Señor’’, es el sello con el que e¡ Es­


píritu Santo nos ha marcado para el día de la reden­
ción (Ef. 4, 30; 2Co. 1, 21-22).

El bautismo es en efecto, el “sedo de la vida eter­


na”. El que guarde el sello hasta el fin, es decir, que
permanezca fiel a las exigencias del bautismo, podrá
morir marcado con el “signo de la fe”, con la fe de su
bautismo, en la espera de la visión bienaventurada de
Dios —consumación de la fe— v en la esperanza de la
resurrección.

7. Nos vincula con los cristianos.


Por el bautismo vivimos la comunión con todos
los cristianos, e incluso con los que todavía no están
en plena comunión con la Iglesia católica: “Los que
creen en Cristo y han recibido el bautismo, están en
52 GUIA PARA LA PREPARACION PREBAUTISMAL

cierta comunión, aunque no perfecta, con la Iglesia ca­


tólica, ya que se han incorporado a Cristo; por tanto,
con todo derecho se les puede llamar cristianos y her­
manos del Señor.

LA CELEBRACION
DEL BAUTISMO

Hasta este momento hemos visto la importancia


y el gran valor que tiene el sacramento del bautismo en
nuestra vida; por lo tanto, es conveniente que no sólo
se preste especial cuidado a la preparación prebautis­
mal, sino que también, la celebración de este sacramen­
to se realice en un ambiente de armonía con dicha pre­
paración; es decir, que la celebración litúrgica no sea
por descuido una deformación del sentido del sacra­
mento inculcado durante la praparación.

Puesto que el bautismo es el “sacramento de la in­


corporación al pueblo de Dios”, y éste se organiza en
comunidades de personas entre las cuales sobresalen
las parroquias, el lugar ordinario de la celebración del
bautismo es la iglesia parroquial o uno de los oratorios
públicos. Por esta razón, se debe aconsejar a los fieles
no bautizar a los hijos en maternidades (a no ser que
haya una emergencia), casas particulares o cualquier
otro lugar que no sea la comunidad en que debe desa­
rrollar su vida como miembro de la Iglesia posterior­
mente.
EL SACRAMENTO DEL BAUTISMO

LOS DIFERENTES SIGNOS EN LA


CELEBRACION DEL BAUTISMO

1. La comunidad. El hombre, por naturaleza, ne­


cesita de la comunidad. No puede vivir sólo. Basta re­
cordar la familia, la pequeña comunidad, la sociedad
civil. Unos necesitan de la ayuda y del apovo de los
otros.

No está bien que el hombre este' sólo (Gn. 2, 18),


dijo Dios respecto a Adán. Y le dio una compañera. En
el Antiguo Testamento, Dios hizo de Israel su pueblo
escogido y celebró con ¿I una alianza (Ex. 19-24', lo
constituyó como nación santa (Ex. 19, 6). Cristo no
vino para salvar a cada uno aisladamente, sino para re­
unir a los hijos de Dios dispersos, ()n. 11.52), para que
hubiese un sólo rebaño v un sólo pastor (|n. 10, 16).

Por el bautismo el hombre se convierte en miem­


bro de la Iglesia. Dice el Concilio Vaticano II <LG No.
9): quizo Dios santificar y salvar a los hombres no in­
dividualmente v aislados entre si. sino constituidos en
un pueblo que le conociera en la verdad \ le sirviera
santamente.

La comunidad es signo de la presencia de |esús que


lleva a vivir la comunión con cada miembro. “Donde
dos o tres se retinen en mi nombre ahí estos presente".

2. ¿7 5ücc7dote. Es signo de Cristo que sigue ofre­


ciendo y comunicando la vida y la salvación a los hom­
bres a través de su Iglesia.
54 GUIA PARA LA PREPARACION PREBAUTISMAL

3. El nombre. El diálogo sobre el nombre es rico


en significación. Cada ser humano es único, irrepetible,
insustituible en su singularidad personal. Somos pensa­
dos y amados por Dios desde la eternidad y para toda
la eternidad en esta individualidad singular, y asi' debe­
mos ser vistos y acogidos por los demás. Podemos po­
seer cosas y disponer de ellas usándolas de acuerdo a
nuestros intereses, cambiándolas. Con las personas no
podemos hacer lo mismo.

El nombre expresa nuestra identidad personal


—somos únicos— y estamos llamados a servir a los de­
más.

En la comunidad eclesial el mutuo respeto será


la base de un conocimiento verdadero y de un amor
auténtico. En la medida en que sus miembros se co­
nozcan, sobre todo en las comunidades que forman
la parroquia, la familia de Dios expresará mejor su unión
con Cristo, el buen Pastor, que conoce a sus ovejas y
ellas le conocen. Dar la vida por las ovejas, amándolas
como Cristo las amó, es la consecuencia del conoci­
miento amoroso y del mutuo respeto. Que llevará a
aceptar a la persona con sus propias ¡deas, con sus sen­
timientos y manera de ser. La persona no puede ser me­
dio para alcanzar nuestros objetivos. El otro es distinto
a nosotros, con derecho a ser quien realmente es, sin
necesidad de renunciar a su personalidad para vivir y
convivir.

4. Petición de! bautismo. En el caso de los niños


pequeños, son los padres quienes piden el bautismo para
EL SACRAMENTO DEL BAUTISMO 55

sus hijos. El niño todavía no tiene conciencia ni auto­


nomía para hacerlo. Así como en un principio los adul­
tos deciden varias cosas sobre los niños, por ejemplo el
nombre que va a llevar, la ropa que se vestirá. . ., tam­
bién llevarlos a bautizar es decisión de los padres.

Si los padres son cristianos, no quieren que sus hi­


jos crezcan sólo física o psicológicamente; quieren ver­
los crecer también en la fe. Por eso, desde muy tem­
prana edad, llevan a sus hijos a bautizar, para su nuevo
nacimiento, por el cual pasarán de simples criaturas a
ser hijos de Dios; de simples miembros de la familia hu­
mana, pasarán a ser miembros vivos de la familia de
Dios, la Iglesia.

Los padres que piden el bautismo para sus hijos se


comprometen, a educarlos en la fe, dentro de la Iglesia.
Por ello, deben de palabra y con su testimonio hacer de
sus hijos verdaderos discípulos de Cristo.

5. La seña! de la cruz. El sacerdote, los papás y pa­


drinos marcan la frente del niño con la señal de la cruz.
¿Qué significa esto?

Para entender su significado, recordemos algunos


ejemplos como es el marcar libros, ropas, animales, uten­
silios de cocina. . . con el nombre del dueño para que no
se les pierdan. También es común encontrar a muchas
personas que andan con el distintivo o emblema de su
equipo deportivo, club o escuela. Es una señal de per­
tenencia.
56 GUIA PARA LA PREPARACION PREBAUTISMAL

En la noche de Pascua, en que salieron los israelitas


de Egipto, marcaron las puertas de sus casas con la san­
gre del cordero pascual. Así el ángel justiciero podía re­
conocer las casas de los israelitas y salvar a los primo­
génitos.

El profeta Ezequiel vio cómo Dios mandó marcar,


con su señal la frente de las personas oprimidas. Cuando
pasaron los emisarios para matar a los malhechores, sa­
bían a quienes debían dejar con vida.

La señal del cristiano es la cruz de Cristo. Quien


es marcado con la cruz pertenece a Cristo y a su Iglesia,
ya que hemos sido rescatados de la muerte a precio de
su sangre que derramó en la cruz. El bautizado no pue­
de ser esclavo de otros señores o adorar a otros dioses.

6. Lecturas bíblicas y homilía. Es signo de la pre­


sencia viva de Dios que nos dirige su palabra.

Mientras las lecturas nos recuerdan que Dios inter­


vino, realmente en nuestra historia, la homilía testimonia
aquí y ahora la intervención del Dios vivo en Jesucristo
y en el don del Espíritu.

En ambas formas la palabra de Dios es proclama­


da y acogida con fe. La realidad del bautismo sólo es
conocida por la fe.

Si todos los sacramentos alimentan, fortalecen y ex­


presan la fe, con mayor razón en el bautismo que es el sa­
cramento, por excelencia de la fe. La fe nace y se alimón-
EL SACRAMENTO DEL BAUTISMO 57

ta de la palabra de Dios, asi"como en la misma Iglesia don­


de será recibido como nuevo miembro el bautizado.

Por tanto es indispensable que papas y padrinos co­


nozcan y vivan el contenido de la fe cristiana, expresado
en la Biblia y en la predicación.

7. Oración de los fieles. Los fieles invocan la mise­


ricordia de Dios, conscientes de su incapacidad para ven­
cer por sí solos las tentaciones y sabiendo que necesita­
mos la gracia divina para vivir la vida nueva del bau­
tismo. Recordando las palabras de Jesús: “Sin mí nada
pueden hacer’*.

8. Invocación a los santos. Invocamos a los santos,


porque antes que nosotros y mucho mejor que nosotros
vivieron la vida bautismal en este mundo. Para nos­
otros son estímulos y ejemplos: Al estar cerca de Dios
son nuestros intercesores. Están también cercanos a
nosotros por ser humanos. En ellos la vida bautismal
floreció hasta su plenitud.

En este instante, la Iglesia peregrina en la tierra se


une a la Iglesia triunfante en el cielo, para pedir la gracia
de Dios en favor de aquellos que todavía estamos cami­
nando hacia la casa del Padre. Es la comunión de los
santos.

Después de la invocación de María, Madre del Hijo


de Dios, que es nuestra madre, sigue la invocación a San
Juan Bautista, San José, San Pedro y San Pablo y otros
que pueden ser agregados —como los patronos de los ni­
5S GUIA PARA LA PREPAR ACION PREBAUTISMAL

ños, de la iglesia del lugar—, y se termina con la invoca­


ción de todos los santos.

9. Unción pre-bautisma!. El celebrante traza la se­


ñal de la cruz sobre el pecho del bautizando con OLEO
de los catecúmenos (recordemos que catecúmeno quie­
re decir aquel que está preparado para el bautismo).

Los antiguos luchadores se ungían con óleo el cuer­


po para fortalecer sus músculos y para dificultar que los
contrarios los agarrasen. De una manera semejante, el
bautizando se preparará para las luchas que deberá tra­
bar para ser fiel a la vocación cristiana y a la misión de
anunciar el Evangelio.

Así, la unción en el pecho significa la fuerza de


Cristo de la cual queda revestido el bautizado, expre­
sando como San Pablo: “Todo lo puedo en aquel que
me conforta".

10. E! agua. El agua significa varias cosas:

* EL AGUA DE LA VIDA
El agua es necesaria para la vida. Sin agua mueren
las plantas, los animales, las personas. Durante la se­
quía la tierra se convierte en desierto; cuando vuelve
a llover todo renace.

Dios creó para el hombre un lugar de delicias, el


paraíso, donde había un río dividido en cuatro brazos
para regarlo. Cuando los profetas prometían la salva­
ción, comparaban esta salvación con lluvias, rocíos,
EL SACRAMENTO DEL BAUTISMO 59

fuentes y ríos que cambiarían la tierra seca en nuevo


paraíso. El agua es también señal del Esp írítu Santo
que da la vida eterna.

Así, por el agua del bautismo, el hombre recibe


la vida divina "renace de agua y de Espfritu". La Igle­
sia... engendra para la vida nueva e inmortal a los hi­
jos concebidos por el Espi'ritu Santo y nacidos de Dios.

Por el bautismo el hombre recibe el Esp 1ºritu San­


to. El Espfritu es quien hace del cristiano un hijo de
Dios. Lo más importante en el bautismo es el E.s¡:,i·ritu
Santo, por quien el agua obra..

*EL AGUA LA V,-\


Después de un d(.1 de tra.b;ijo. un b.1.ñ0 !.1\ J. .il (:uer­
po y reanima. Las llu,·i.15 quitan d roh,'-"' ,.:k 1.1.S .::..!.rre­
teras y de las calles. Con .1.gu.1 l.:i" .irnos l.1 r0;:,.1. l.1 loz.1
y los utensilios Je l.1 �a.s.i.

En nu,chos p.\s...1j�s ,.k l.1 Bibl i.1 :;� h.1bl.1 Je: .1gua
que lava y limpi.\. El s.\lmo 50 pid� l.1 limpi1..•.:.1 int1..·rior:
"L.wa lfrl tod1..) rni dc.'lit1..,. lim¡;,i.1 mi r1..•�.1Jú"'.

r-:1 b.u·lü úll1 .\�ll.\. unid1.."' .1 l.\ p.11.lbr .1 ,.k 1:1 , ida
qu� l'S d /)yufis111L\ limpi.\ ., "-'� hombrc..•s 1..k tod.1 man­
cha c..k pc..'(,\do, l,\l\tl..l lHi�i11.1l (útlh..) p1..·rssurul.

"l\torir .\1 �W(.h.h)" l'� l.\ prim1..•r.\ (onJkion Je qui�n


Sl' b.u1ti1.,, pllrqut• l'I S1..•1i1..'1 th.'� r1..•111J,u 1..•n el b.1utismo e
hi1.u Je..· nusut1 üs hümh1 l'S llll�\'IJS. [ 1 hombr� nu�vo es
ol homlul.' .u-r.uh:,,dl> dd P'-'(jdl) y ll1..•v.1do a la vida de la
60 GUIA PARA LA PREPAR ACION PRE BA UTISM A L

gracia por el bautismo; es el hombre hecho hijo de Dios,


miembro de Cristo y de su Iglesia, es el hombre llamado
a vivir como cristiano y no como pagano o pecador.

* EL AGUA DESTRUYE LA CORRUPCION


Parece contradicción, pero la misma agua que es
fuente de vida, tiene también poder de destrucción
natural.

Por medio del diluvio quiso Dios acabar con la


corrupción y la maldad de los hombres. Las aguas de
la lluvia subieron hasta cubrirlo todo y a todos. Sola­
mente Noé y su familia se salvaron en el arca.

Los israelitas se vieron libres de los egipcios atra­


vesando el Mar Rojo por tierra seca, mientras los egip­
cios fueron sepultados en las aguas. El agua fue la sal­
vación para Israel y la perdición del pueblo egipcio.

El bautismo es como el diluvio que destruyó la


corrupción y libra del pecado. Es el principio de una
nueva humanidad. Exige que vivamos una vida nueva
de hijos de Dios. El bautismo es como el paso por el
Mar Rojo: libera de la esclavitud y de la maldad. Jesu­
cristo es quien da esta fuerza al bautismo.

7 7. Promesas del bautismo. Antes del bautismo,


los padres y padrinos, en nombre de los bautizandos,
pronuncian las promesas bautismales, renunciando al
pecado y proclamando la fe en Dios Uno y Trino.

Los niños no tienen conciencia de lo que sucede


en el momento del bautismo ni de los compromisos
■L SACRAMENTO DEL BAUTISMO 61

que asumen, como tampoco nosotros la teníamos en el


momento de nuestro bautismo. No son capaces de re­
nunciar a nada ni de abrazar compromiso alguno.

Los adultos que los presentan para el bautismo,


deben renovar también las promesas de su bautismo,
asumiendo el compromiso de “educar en la fe’’, a fin
de que la vida nueva del bautizado pueda desarrollar­
se y más tarde ser consciente y libremente asumida por
los propios bautizados.

En la fe de la Iglesia los niños son bautizados; es


el compromiso de vivir auténticamente como hijos de
Dios, como hermanos, como seguidores de Cristo; pa­
dres y padrinos se proponen educar la fe de sus hijos
y ahijados, por el testimonio de vida, por la palabra,
por la manera de vivir y participar en la liturgia.

Renuncia

Se renuncia al pecado y a sus manifestaciones y,


por consiguiente, al demonio autor y principio del pe­
cado; a sus obras y seducciones.

Al principio de la historia nuestros padres fueron


tentados y cayeron. En el desierto, el pueblo tentado
cedió a las fuerzas esclavizadoras del mal. Jesús, al traer­
nos la salvación, también es tentado en el desierto, an­
tes de comenzar su misión, pero resiste, vence al demo­
nio en su propio terreno. El nuevo Adán, cabeza del
pueblo de Dios, al pasar por las mismas provocaciones
62 GUIA PARA LA PREPARACION PREBAUTISMAL

que el primer Adán y el antiguo pueblo, resiste por la


fuerza del Espíritu.

El modelo de la renuncia es Jesús, Siervo de Dios.


Jesús no vino a ser servido sino a servir a Dios y a su
pueblo, y a “dar su vida en rescate por todos”. Decide
seguir el camino de la pobreza, de la debilidad, del ser­
vicio simple y humilde hasta la muerte, y una muerte
de cruz.

La tentación de no servir a Dios y a lo que El quie­


re, es negarnos a vivir como hijos de Dios.

Así como CRISTO es fiel hasta el fin en la realiza­


ción de su misión, superando las tentaciones, también
nosotros los bautizados debemos luchar incansable­
mente por vencer el mal.

Profesión de fe

Una vez que hemos renunciado al mal, manifes­


tamos abiertamente nuestra fe en el Señor. Inmediata­
mente antes del RITO DEL AGUA, los que participan
en la celebración del bautismo hacen la profesión de fe.

El bautismo es el sacramento que proclama y ce­


lebra la fe en Cristo y en todo lo que El hizo y anunció.
Aquí manifestamos lo que creemos por el poder de
Cristo.

Para que una persona sea bautizada es necesario


que haga su profesión de fe. Es necesario manifestar
EL SACRAMENTO DEL BAUTISMO 63

públicamente que cree en Jesucristo, el Hijo de DIOS,


que derramó sobre nosotros el Espíritu Santo y nos
quiere conducir al Padre.

Cuando el bautizado es pequeño, por medio de


sus padres y padrinos, acepta el anuncio de Cristo me­
diante el acto de fe y la conversión. Es necesario que
todos se conviertan a Cristo, una vez que se dé a co­
nocer por medio del Evangelio.

El bautismo es solamente el comienzo de la vida


cristiana. Debe ser completado por el crecimiento en
la fe que se celebra en la confirmación y en la Eucaris­
tía y por toda la vida del cristiano.

12. Unción con ei crisma. Después del bautismo


con agua, el niño es ungido con el santo crisma.

Crisma viene de Cristo, que quiere decir "UNGI­


DO”. Jesús fue ungido con el Espíritu Santo, para rea­
lizar su misión liberadora, como sacerdote, profeta y
rey.

El cristiano, en el bautismo, se hace miembro de


Cristo y de su pueblo. Es ungido para que, como miem­
bro de Cristo y de la Iglesia continúe la misión de Cris­
to hoy.

MISION SACERDOTAL: Ofreciendo su vida


a Dios y a los hermanos en el servicio de cada día
y, participando en las celebraciones litúrgicas. Los
fieles se consagran como sacerdocio real v
64 GUIA PARA LA PREPARACION PREBAUTISMAL

santa, para ofrecer sacrificios espirituales por me­


dio de todas sus obras, y para dar testimonio de
Cristo en todas las partes del mundo.

MISION PROFETICA: Donde quiera que


vivan, por el ejemplo de la vida y el testimonio
de la palabra, todos los cristianos deben manifes­
tar al hombre nuevo que nació por el bautismo.

MISION REAL-PASTORAL: Cristo es Señor


y Rey del mundo entero. Los bautizados tienen la
misión de esforzarse para que todos los hombres
acepten y amen a Cristo Señor. Los cristianos vi­
viendo su compromiso, son como el fermento que
va transformando el mundo, según el plan de Dios.

13. La vestidura blanca. La vestidura blanca que


el bautizado recibe es la señal exterior de la nueva vida
engendrada por el bautismo. Por éste, el niño se reviste
de Cristo, “se viste del hombre nuevo”.

El color blanco significa la victoria de Cristo so­


bre la muerte; manifiesta que el cristiano participa de
la resurrección de Jesús. Comienza una vida nueva, deja
atrás “SU VIEJA CONDICION’’, de hombre entregado
al pecado.

14. La vela encendida. El celebrante dice: “Recibe


la luz de Cristo”. Se enciende la vela del cirio pascual.

| La luz es bienhechora. Antes de que Dios creara la


luz, la obscuridad cubría el mundo. El fuego ilumina y
EL SACRAMENTO DEL BAUTISMO 65

da calor. Es imagen del ser vivo que se mueve. También


es símbolo del amor ardiente. Sin luz, nadie puede en­
contrar el camino, ver la naturaleza, evitar peligros
ocultos.

En la Bilia, Cristo es llamado Luz para alumbrar


a las naciones. La Escritura compara el cielo con la luz
eterna y el infierno con las tinieblas exteriores.

El mismo Cristo se dijo a sí mismo: “Yo soy la


luz del mundo” y, de los discípulos: “Ustedes son la luz
del mundo. . . alumbre a sí su luz a los hombres, para
que vean sus buenas obras”.

En el bautismo Cristo ilumina a todos los bautiza­


dos con su luz. Dice Pedro: “Cristo los llamó a salir de
las tinieblas y a entrar en la luz maravillosa”. Y San Pa­
blo dice: “En otro tiempo eran tinieblas, ahora son luz
en el Señor. Caminen como hijos de la luz”.

/-oí como la vela tiende a difundir en torno a sí


la luz y su calor, también el cristiano, hecho miembro
de Cristo y de la Iglesia por el bautismo, debe difundir
en torno de sí el Reino de Dios.

Los padres y padrinos tienen como misión ali­


mentar la luz que hoy recibe el niño y que se enciende
del cirio pascual; la responsabilidad de caminar como
hijos de la luz, perseverando en la fe; la misión de traer
al mundo de los hombres la verdadera luz que ilumina la
practica de la justicia.
66 GUIA PARA LA PREPARACION PREBAUTISMAL

15. Effetá. El celebrante toca los oídos y los la­


bios del bautizado, recordando los gestos de Jesús,
quien libera de la sordera y de la mudez; no sólo en el
aspecto físico sino en el aspecto espiritual. Se pide que
el Señor Jesús, que libró a tantos, abra los oídos del bau­
tizado a la palabra de Dios, y su boca para la proclama­
ción de la fe.

16. Oración de! Padre nuestro. La celebración del


bautismo termina con la oración del Padre nuestro.
El niño que se ha hecho hijo de Dios, llama a Dios Pa­
dre por la voz de sus padres y padrinos, con las mismas
palabras de Jesús, el Hijo de Dios hecho hombre. Por pri­
mera vez, unido a Cristo, y a sus hermanos, el bautizado
se dirige como hijo a aquel que por Cristo y en el Espí­
ritu Santo le dio vida, haciéndolo su hijo. Como miem­
bro de la familia de Dios, reza la oración con la cual la
familia saluda al mismo Padre.

17. Bendición. Con las bendiciones se agradece a


Dios por los bienes que nos da y se pide que no falten
los bienes necesarios a la vida del nuevo cristiano, que
por ahora depende totalmente de su familia —de modo
especial de la madre y del padre— y de toda la comuni­
dad. Con esta bendición final a las madres y a los padres,
a los niños, a los padrinos y a todos los presentes, recor­
damos que nuestra vida humana se encuentra envuelta
en la vida divina que nos ha creado, que nos sostiene y
enriquece. Dios, que nos quiere bien, en su bondad no
nos deja sólos, quiere acompañarnos siempre y en todo
momento; esta bendición es fuerza para el compromiso
de cristianos e hijos de Dios.
EL SACRAMENTO DEL BAUTISMO 67

COMPROMISO DE
PAPAS Y PADRINOS

Dialogar con los participantes sobre las siguientes


preguntas:

A los padres: ¿Quiénes son los padrinos? ¿Qué ha­


cen? ¿Por qué escogieron estos padri­
nos?. ..

A los padrinos: ¿Por qué aceptaron esta invitación?


¿Quiénes son los padres? ¿Cuál es su
compromiso?. . .

¿Para qué nos han servido a nosotros


nuestros padrinos? ¿Qué han hecho
por nosotros?

Como ya vimos durante estas pláticas, es un com­


promiso importante de los papás, enseñar a sus hijos a
ser como jesús; deben inculcarles con su ejemplo a amar
a Dios. También deben enseñarles desde pequeños a vi­
vir en comunidad, a compartir de lo que tienen y lo que
son, con los demás. Deben ayudarles a entender y cele­
brar los sacramentos, inculcándoles los grandes valores
cristianos: el amor, el servicio, un sentido grande de jus­
ticia, de solidaridad y respeto y sobre todo, ayudarles a
vivir su vocación cristiana, para que vayan descubrien­
do poco a poco en la vida, el servicio concreto que ellos
pueden prestar en la Iglesia. De esta manera el niño a
medida que va creciendo sabrá estar dentro y podrá des­
cubrir para qué lo llama el Señor, pues se hará sensible
a las cosas de Dios.
En otras palabras, son los padres los primeros res­
ponsables de educar a sus hijos en la fe. Son los papas
quienes presentan al niño a la Iglesia y piden el bautis­
mo. Por eso es indispensable que el día del bautismo es­
tén presentes los dos: papá y mamá.

Sin embargo, en esta gran tarea, los padres no es­


tán solos; deben ayudarles los padrinos como inme­
diatos responsables, además la escuela y toda la comu­
nidad.

Y los padrinos, ¿quiénes son?

Padrino viene de padre y significa ‘‘el padre en la


fe”. Los padrinos no son un adorno de la ceremonia, ni
quienes comparten con los padres la compra de la ropa
para el niño. Ellos tienen que colaborar con los padres
en la educación cristiana del niño, y en caso de que los
padres falten, los padrinos quedarán como directos res­
ponsables de esa labor.

Las obligaciones económicas vienen del cariño o


de las tradiciones familiares, o bien de las necesidades
urgentes que presente la familia del ahijado y de nin­
guna manera los padrinos pueden creer que cumpliendo
con estas cosas están cumpliendo su responsabilidad.

¿Quien puede ser padrino?

Muchas personas suelen fijarse en personas que tie­


nen dinero, o que poseen una preparación o nivel cul­
tural más elevado que los padres, o bien, en quien so-
EL SACRAMENTO DEL BAUTISMO 69

cialmente posee prestigio (en lo político, en lo educa­


tivo, en lo religioso. . .), y los eligen para padrinos aun­
que no los conozcan muy bien y sólo los hayan visto
de lejos. ¡CUIDADO! Esto puede ser peligroso, pues
los padres pueden dejar a sus hijos en manos de padri­
nos que en nada les ayuden a vivir su bautismo porque
después de la ceremonia nunca se 1es frecuenta o se les
vuelve a ver porque no se tiene la suficiente confianza
para colaborar juntos en esa responsabilidad.
Con esto queremos decir, que no cualquiera pue­
de ser padrino. No debe escogerse un padrino porque
me cae muy bien o por el agradecimiento a favores, sino
que se escoge a aquella persona que tenga interés y de­
seo de ser mejor cristiano, de amar a Dios y se preocu­
pe por su Iglesia; y que además quiera colaborar con
los papas en la educación cristiana del niño, empezando
por vivir ella misma su compromiso de persona bauti­
zada.
Desde el día del bautismo se establece un paren­
tesco espiritual entre AHIJADOS, PADRINOS, PAPAS,
por lo cual debe vivirse con profundo respeto, fortale­
ciéndola y purificándola de desviaciones que pueden
hacer de esta relación un asunto social únicamente.
Se recomienda que los padrinos sean una pareja
estable, casada por la Iglesia, aunque también se acepta
a personas solas.

Por último, comentemos lo que dice el nuevo Có­


digo de Derecho canónico, en el canon No. 874, sobre
los requisitos que debe reunir el padrino:
— que tenga capacidad para esta misión e inten­
ción de desempeñarla. . .;

— que haya cumplido 16 años, a no ser que el obis­


po diocesano establezca otra edad, o que, por justa ra­
zón, el párroco o ministro considere admisible una ex­
cepción;

— que sea católico; esté confirmado; haya necho


la primera comunión y lleve al mismo tiempo una vida
congruente con la fe y con la misión que va a asumir;

— que no sean el padre o la madre del que se va a


bautizar;

— el bautizado que pertenece a una comunidad no


católica, sólo puede ser admitido junto con un padrino
católico y exclusivamente en calidad de testigo del bau­
tismo (Cn. 874).

RECOMENDACIONES

Para poder recibir y celebrar el sacramento del


bautismo, necesitamos participar consciente y volun­
tariamente, por lo que se recomienda que:

— Recibir una adecuada preparación papas y pa­


drinos.

— Oue sean casados por la Iglesia.


EL SACRAMENTO DEL BAUTISMO 71

— Confesarse con tiempo para renovar y vivir su


bautismo.

— Llevar para la celebración: vela, toalla y al ni­


ño vestido de blanco.

— Celebrar el bautismo en un ambiente cristiano,


evitando los vicios y gastos innecesarios que perjudi­
quen la economía y bienestar de la familia.

— No presentarse en estado de ebriedad.

— El día del bautizo traer el acta de nacimiento


del niño para sacar la boleta a la hora que se le indique.

— Bautizar a sus niños en la parroquia a la que


pertenecen.

— Anotar en una cartulina las fechas de la celebra­


ción de cada sacramento de los miembros de la familia,
para que se dé gracias a Dios por el don recibido y se re­
nueve constantemente su compromiso y hacer presente
a Jesús.

— Que papas y padrinos sigan profundizando en


su fe a través del estudio, oración y meditación de la
palabra de Dios.

— En peligro de muerte, todos podemos y debe­


mos bautizar al niño.
ANEXO

CUESTIONES SOBRE EL
BAUTISMO DE LOS NIÑOS

o faltan quienes reprochan a los sacerdotes ca­


Ntólicos el uso de bautizar a los niños, diciendo
que todos deberíamos bautizarnos a los 30 años a imi­
tación de Cristo.

Es siempre peligroso tomar un texto de la Biblia


e interpretarlo sin tomar en cuenta otros puntos que
se refieren al mismo tema y el contexto en que se
presenta.

Conviene recordar que:

a) No vale hacer la comparación, porque el bautis­


mo que daba Juan —como él mismo lo hace notar—, no
es igual al que Cristo da a los hombres, como ya se men­
cionó anteriormente. (Mt. 3,11).

b) Cuando el día de Pentecostés los apóstoles bau­


tizaron a 3 mil personas, no se menciona que les hayan
exigido la edad de 30 años para bautizarse, sino el arre­
pentimiento y la fe en Cristo.
74 GUIA PARA LA PREPARACION PREBAUTISMAL

c) La orden que dio Jesús a sus apóstoles de bau­


tizar a los que creyeran es siempre válida: no se puede
bautizar a un adulto sin que acepte a Cristo en su vida.

A los niños se les da el bautismo por los siguientes


motivos:

1. Por no dejarlos privados de todos los efectos


que el sacramento produce.

2. De acuerdo a la doctrina que nos enseña que la


gracia se recibe como un don, sin que intervengan nues­
tros méritos personales. Dios salva por su infinita mi­
sericordia, y no en vista de nuestros méritos (Rom. 5,
6-10); además ofrece la salvación a todos los hombres
sin distinción de raza, sexo o edad.

3. El bautismo (don de Dios), exige una respuesta.


Siendo el niño incapaz de darla, deben entrar necesa­
riamente en función sus papás, que se comprometen
seriamente a educarlo como cristiano.

4. Nadie asegura que toda persona llegue a los 30


años, hay quienes pueden morir antes. Dios que es nues­
tro Padre amoroso y bueno quiere que todos sus hijos
disfruten de su gracia divina desde aquí en la tierra y de
la salvación eterna.

Es frecuente también que podamos escuchar esta


pregunta: ¿A dónde van los niños que mueren sin ser
bautizados?
CUESTIONES SOBRE EL BAUTISMO DE LOS

En cuanto a los niños muertos sin bautizar, la Igle­


sia sólo puede confiarlos a la misericordia divina, como
hace en el rito de exequias por ellos. En efecto, la gran
misericordia de Dios, que quiere que todos los hombres
se salven (Cf. ITm. 2, 4) y la ternura de Jesús con los
niños, que le hizo decir: “Dejad que los niños se acer­
quen a mí, no lo impidáis’’ (Me. 10, 14), nos permiten
confiar en que hay un camino de salvación para los ni­
ños que mueren sin Bautismo.

Existe otro asunto importante sobre el bautismo:


En peligro de muerte cualquiera persona puede bautizar.

En un momento de necesidad, cuando el niño está


al borde de la muerte, cualquiera persona puede bauti­
zarlo. Puede ser cualquiera persona que sepa lo que ha­
ce; por ejemplo: la enfermera, o un hermano, tío. . .; o
si no hay alguien más, incluso el padre o la madre. No es
necesario llevar al niño a la Iglesia. Lo esencial del bau­
tismo consiste en derramar el agua sobre la cabeza del
niño diciendo (el nombre del niño), “Yo te bautizo en
el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo’’.

Esto es válido para bautizar a una persona que está


en peligro de muerte. Si después el niño que fue bauti­
zado en caso de emergencia se recupera y vive, se de­
berá llevar a la iglesia, diciendo al sacerdote que ya se
le dio el bautismo de urgencia, para que él termine con
la ceremonia y se le entregue su boleta.
76 GUIA PARA LA PREPAR ACION PREBAUTISMAL

UNA MANERA DE SABER SI


ESTOY VIVIENDO MI BAUTISMO
Cristo nos muestra de manera clara y sencilla cómo
tenemos que vivir nuestro bautismo. Sus palabras y en­
señanzas son los termómetros que nos ayudarán a ver
en qué grado estamos viviendo nuestro bautismo. Di­
chos termómetros son:
1. “NO HAGAS AL OTRO LO QUE NO QUIERES
QUE TE HAGAN A TI”. Quien no ha superado la etapa
de “la ley de la selva”: dominando mediante la fuerza, o
el “ojo por ojo y diente por diente”, para buscar el bien
de los demás, no ha comenzado a vivir su bautismo.

2. “CUANDO LO HICIERON CON ALGUNO DE


ESTOS PEQUEÑOS, QUE SON MIS HERMANOS, LO
HICIERON CONMIGO”. Estas palabras de Jesús son
claras, debemos descubrir a Cristo en cada uno de los
hombres.

3. “LES DOY UN MANDAMIENTO NUEVO:


QUE SE AMEN LOS UNOS A LOS OTROS COMO YO
LES HE AMADO”. Por consiguiente, tenemos que ac­
tuar como Jesús que pasó haciendo el bien y curando al
hombre de toda dolencia y enfermedad, hasta dar la vida
por nuestros hermanos.

4. “SI USTEDES SE AMAN Y CUMPLEN MIS


MANDAMIENTOS, VENDREMOS MI PADRE Y YO,
Y HAREMOS DE USTEDES NUESTRA MORADA”. El
bautizado debe ser la casa de Dios; la casa donde Dios
habite. Debe ser templo vivo del Espíritu Santo.
CUESTIONES SOBRE EL BAUTISMO DE LOS NIÑOS

5. “COMO EL PADRE ME HA AMADO, ASI YO


LES HE AMADO”. El mayor grado de vivencia de nues­
tro bautismo es amar como el Padre ama a su Hijo.

ALGUNOS TEXTOS DE LA SAGRADA


ESCRITURA QUE NOS AYUDAN A
PROFUNDIZAR SOBRE EL BAUTISMO

Jn. 3, 5. Hech. 22, 16; 2, 38; 8, 27-28 y 34, 38;


10, 47-48. Ef. 1, 13. 1Co. 12, 12-13. Gal. 3, 4-7. Tit.
3, 5-7. Rom. 6, 3-11. Col. 3,3. Me. 16, 16. Mt. 28, 19.

SUGERENCIAS
METODOLOGICAS

A continuación se presentan algunas actividades


y dinámicas que pueden servir para hacer más intere­
sante y amena la preparación presacramental.
Queremos advertir que, éstas, son sólo instrumen­
tos que ayudan a nuestra catcquesis, para detectar la
mentalidad con que llega la gente, despertar intereses
e inquietudes, explicar el contenido e importancia de
los sacramentos e incluso dinamizar después las cele­
braciones, pero en ningún momento pueden suplir los
aspectos básicos de la catcquesis presacramental.

DINAMICA DE
PRESENTACION

1.- “LA TARJETA”


OBJETIVO: Conocer a los participantes.
78 GUIA PARA LA PREPARACION PREBAUTISMAL

PROCEDIMIENTO:
1. El coordinador del tema reparte a los participan­
tes una tarjeta cuyo contenido puede ser el siguiente:

Nombre .........................................................................
Edad...................
Lugar de nacimiento....................................................
Ocupación .................................

2. Cada uno llenará su propia tarjeta.

3. Una vez llenada, se intercambia con alguien que


no conoces durante 5 minutos. Compartir por parejas.

4. Se puede preguntar algo más que no esté escrito.

5. Después esa pareja se junta con otra pareja y du­


rante 10 minutos se ponen a platicar y después esos 4
con otros 4, durante 15 minutos para formar equipos.

6. Una vez integrado el equipo, eligen a un repre­


sentante y un nombre que los distinga.

2. “EL PASO DEL BALON”


OBJETIVO: Presentar a cada persona, dándole
oportunidad de expresarse ella.

PROCEDIMIENTO:
1. El coordinador explica la dinámica: una persona
toma un balón (imaginario) y se presenta: Nombre. . .
edad. . . ocupación. . . estado civil. . ., etc. . .; luego elige
CUESTIONES SOBRE EL BAUTISMO DE LOS NIÑOS 79

a quien pasárselo y dice algunos datos que sepa sobre


esa persona. Esta persona recibe el balón y completa
otros datos no mencionados y que quiere comunicar
al grupo. Luego vuelve a pasar el balón y se sigue el mis­
mo procedimiento.

2. Al finalizar la presentación de todos los parti­


cipantes se hacen algunos comentarios acerca de dicho
ejercicio: ¿Cómo nos sentimos al presentarnos? ¿Qué
nos dijo la presentación acerca del grupo?, etcétera.

DINAMICAS SOBRE
LOS SACRAMENTOS

1. “RECUERDOS FAMILIARES”

OBJETIVO: Valorar el lenguaje de los símbolos


y comprender cómo implican una relación humana y un
compromiso.

PASOS:

1. Explicar con algún ejemplo lo que es un sacra­


mento humano, por ejemplo, un recuerdo familiar.

2. Se pide a cada persona elegir un sacramento


humano (objeto, persona, canto, etcétera).

3. Se dividen por grupos pequeños y cada cual


narra qué eligió y por qué. Entre todos eligen uno.
80 GUIA PARA LA PREPARACION PREBAUTISMAL

4. Plenario. Cada grupo expone el que escogió. Se


comenta la significación de éste para la vida de las per­
sonas.

A partir de aquí* diferenciar lo que es un sacramen­


to natural y un sacramento de la fe. Examinar cómo va­
loramos los sacramentos y a qué nos comprometen
estos.

2. “GESTOS SIGNIFICATIVOS”

OBJETIVO: Ayudar a valorar el sentido de los ges­


tos a partir de la vida ordinaria.

PASOS:

1. Pedir a los participantes que mencionen algunos


gestos ordinarios:

— dar las manos — regalo de cumpleaños


— beso — carta
— fiesta familiar — banquete
— sonrisas — palmadas
— ramo de flores — mano abierta, etcétera.

Escribirlos en un pizarrón o papelógrafo.

2. Por grupos buscar su significado. Cada grupo el


significado de algunos de los gestos durante 15 minutos.

3. Plenario: Aplicación de esto a los sacramentos a


partir de descubrir la importancia de los signos para la
comunicación entre las personas.
CUESTIONES SOBRE EL BAUTISMO DE LOS NIÑOS 81

3. “CRISTO, SACRAMENTO DEL PADRE”

OBJETIVO: Comprender cómo Cristo es Sacra­


mento del Padre en cuanto que en El se visualiza el ser
de Dios.

PASOS:

1. Pedir que cada uno trate de recordar alguna can­


ción que le recuerde sitios, personas, situaciones o expe­
riencias valiosas para sí.

2. Se comentan por grupos y en plenario; analizan­


do en qué sentido recuerdan y hacen presente esas otras
realidades que recordamos.

3. Profundización: Cristo como hombre también


evoca o recuerda y manifiesta, con sus gestos, acciones,
palabras a Dios Padre. Cristo manifestó la bondad del
Padre (Tit. 3, 4), la compasión (Mt. 9, 33), la miseri­
cordia (Le. 15,20).

4. “HACER Y DECIR O DECIR Y HACER”

OBJETIVO: Mostrar en qué sentido Cristo fue sa­


cramento que nos reveló al Padre.

PASOS:

1. Breves comentarios sobre qué es más importan­


te: ¿decir o hacer?
82 GUIA PARA LA PREPARACION PREBAUTISMAL

2. El coordinador da el siguiente enfoque: Hacer


es más real ; decir puede ser engañoso. Pero el decir com­
pleta y explica el hacer. Dice la Biblia que Cristo hizo
y habló (Le. 24, 19).
3. La gente se divide en dos grupos (o más si son
muchos).

GRUPO A:
Contestar a las preguntas: ¿Cristo como hombre
qué hizo y con ello cómo nos dio a conocer quién era
Dios? ¿Como hombre qué actitudes vivió y qué reveló
asi'de Dios?

GRUPO B:
¿Cristo qué dijo de Dios Padre? (Si es necesario
ayudarse de citas bíblicas Le. 23, 46; Jn. 17, 1-26. .).

4. Comparar las conclusiones de los grupos. Mos­


trar el significado de las palabras de Jesús: “Quien me
ve a mí, está viendo al Padre” (Jn. 14, 9).

5. - “LA CASA DE FAMILIA”

OBJETIVO: Comprender cómo la Iglesia es sacra­


mento y sentir cariño por ella.

PASOS:

1. En grupos comentar: Cómo nos sentimos cuan­


do estamos en la casa propia, en la de los abuelos o al­
gún pariente y en una casa extraña.
CUESTIONES SOBRE EL BAUTISMO DE LOS NIÑOS 83

2. En plenario comparar una casa extraña con la


casa de los padres o los abuelos.

* La casa extraña: es desconocida, sin relación,


nos causa a veces curiosidad o admiración.

* La casa propia: nos es conocida, recuerda mo­


mentos, evoca personas, se quiere, se siente como algo
propio.

3. Relacionar esto con la Iglesia: nuestra gran fa­


milia. ¿Qué es para nosotros la Iglesia? ¿Cómo nos sen­
timos en ella? ¿Hasta qué punto es un sacramento para
nosotros?

4. Conclusiones.

6. - “LA IGLESIA”

OBJETIVO: que los participantes reflexionen que


Iglesia es la comunidad de creyentes que viven bajo el
Espíritu de Cristo.

PASOS:

1. El coordinador del tema indica que dibujen en


su cuaderno lo que cada uno entiende por Iglesia. ¿Có­
mo es la Iglesia que conocen?

2. Cada participante hace su dibujo y lo presenta


al grupo. El coordinador de cada equipo revisa y ayuda
84 GUIA PARA LA PREPARACION PREBAUTISMAL

a que se expresen y para ello les puede ayudar con las


siguientes preguntas:
a) ¿Cómo es una Iglesia?
b) ¿Qué cosas hay en ella?
c) ¿De qué está hecha?

El coordinador selecciona el dibujo que sea más


representativo del equipo y es enseñado a los demás equi­
pos a una indicación del coordinador del tema.

3. Una vez que se enseñan los dibujos a los demás


equipos, se termina este momento recogiendo los ele­
mentos que se presentan en los dibujos seleccionados:
Es un edificio de piedra o de ladrillo, en el que hay al­
tares, imágenes y en el cual se reúne la gente para la
misa, los bautizos, las bodas...

4. Se pide entonces que los participantes busquen


en su Biblia la siguiente cita: Hech. 2, 42-47; 4, 32-34
diciéndoles que vamos a ver cómo vivían los primeros
cristianos.

Cuando se ha leído el texto se pregunta:


a) ¿Qué hacían cuando se reunían?
b) ¿Qué hacían con sus cosas?
c) ¿Por qué los quería la gente?

5. Después de 20 minutos de reflexión en equipos,


el coordinador del tema hace un resumen de lo visto,
se puede basar en los siguientes puntos:

1) .- Los primeros cristianos se querían unos a otros


y vivían como si fueran una sola familia.
CUESTIONES SOBRE EL BAUTISMO DE LOS NIÑOS 85

2) .- Compartían sus cosas y se ayudaban mucho.

3) .- Procuraban vivir como quería Jesús.

5. El coordinador del tema pide que busquen re­


cortes o fotos donde estén varias personas reunidas,
para representar la cita que buscaron en la Biblia y la
peguen al lado del dibyjo que hicieron.

6. Profundización: Lo primero que dibujaron fue


una casa o un edificio. La Iglesia es lo segundo, es decir,
la iglesia somos los bautizados que queremos seguir a
Jesús y colaborar en la construcción de su reino.

DINAMICA SOBRE
EL BAUTISMO

1 .- “ANUNCIOS DE ENTRADA”

OBJETIVO: comprender lo que significa puerta


de entrada a la Iglesia.

PASOS:

1. Se observan varios anuncios o papeletas de en­


tradas: al cinc, al fútbol, a una fiesta.. .

2. Se pregunta:

— ¿Qué tienen de insignificante esos papeles?


86 GUIA PARA LA PREPARACION PREBAUTISMAL

— ¿Qué tienen de valioso?

La gente reflexiona unos momentos. Para descubrir


que normalmente que el papel en sí no vale, pero auto­
riza la entrada a espectáculos que sí valen.

3. Aplicación al bautismo, en cuanto a qué es la


puerta de entrada a la Iglesia. Se amplía con los efec­
tos del bautismo.

2 .— “LUZ Y TINIEBLAS”

OBJETIVO: reflexionar sobre los compromisos


que implica el bautismo y vivenciar las promesas.

PASOS:

1. Realizar un vivencial. Se obscurece el salón y


$c coloca una volita encendida en medio. Se motiva
primero para guardar un breve silencio y luego para
expresar qué sentimos sobre la luz y las tinieblas.

(El coordinador procura captar las palabras o fra­


ses claves a medida que la gente habla).

2. Se busca la relación de lo comentado en esta


vivencia con el bautismo y concretamente con la en­
trega de la luz. ¿Qué tinieblas existen en nueslra so­
ciedad? ¿En qué debemos ser luz?. . .
CUESTIONES SOBRE EL BAUTISMO DE LOS NIÑOS 87

3 .- “DISCUSION DE UNA FRASE:


NO ESCONDER LA LUZ’’

OBJETIVO: revisar los compromisos del bautizado.

PASOS:

1. Discutir en pequeños grupos el sentido y reali­


dad de esta frase: “el hombre guardó la vela de su bau­
tismo y se olvidó de que era luz’’ (Bortolini).

2. En plenario se hacen los comentarios de lo que


se trabajó en los equipos, haciendo una síntesis de los
compromisos del cristiano y se van anotando en el pi­
zarrón.

3. Unos minutos para refle,xionar en silencio per­


sonalmente cómo lo estamos cumpliendo.

4. Se concluye con una oración.

4 .- “EL ARBOL” (FRUTOS DEL BAUTISMO)

OBJETIVO: motivar sobre el sentido del bautismo.

PASOS:

I. C.ida participante hace un dibujo de un Arbol y


lo onr nlcnsa uuc son:
88 GUIA PARA LA PREPARAC/ON PREBAUTISMAL

* Las raíces cristianas del sacramento.


* Lo esencial, el tronco, del bautismo.
* Las ramas y los frutos.

2. Comparten por grupos, discuten y dibujan un


nuevo árbol para trabajarlo por equipo.
4 pienario.
BIBLIOGRAFIA

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Butera, P. Luis. Evangelizar Con Los Sacramentos. Mé­
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Londoño, Alejandro. Dinámicas y Pastoral Sacramental.
Bogotá: Indo American Press Service Edi­
tores. 1991.
INDICE

INTRODUCCION...................................................... 9

CAPITULO I:
¿SE NECESITA PREPARACION PARA RECIBIR
Y CELEBRAR LOS SACRAMENTOS?................. 11
a) Necesidad de la Preparación para Recibir y
Celebrar los Sacramentos........................ 12
b) Cómo se Viven y Celebran los Sacramen­
tos Hoy................................................... 14

CAPITULO II:
LOS SACRAMENTOS............................................. 17
Signos.................... .•........................................... 17
Clasificación de los Signos................................... 18
Los Sacramentos son Signos Sagrados............... 19
La Iglesia, Sacramento Universal........................ 22
Los Siete Sacramentos......................................... 24
Cristo, Autor de los Sacramentos...................... 30
Resumen....................................................
92 GUIA PARA LA PREPARACION PREBAUTISMAL

CAPITULO III:
EL SACRAMENTO DEL BAUTISMO.................. 33
El Nombre de Este Sacramento......................... 34
¿Quién dijo que Deberíamos Bautizarnos? .... 35
¿Qué Diferencia hay Entre el Bautismo que
Recibió Jesús y el que Recibimos Nosotros.... 36
El Bautismo en la Iglesia................................... 39
Hoy en Nuestros Días ¿Quién Puede Recibir
el Bautismo....................................................... 41
El Bautismo: Compromiso de Vivir con Jesús.. 42
El Bautismo: Compromiso de Vivir en Iglesia .. 43
¿Se Necesita el Bautismo?................................. 44
Los Efectos del Bautismo................................. 45
La Celebración del Bautismo............................. 52
Los Diferentes Signos en la Celebración del
Bautismo............................................................ 53
Compromiso de Papas y Padrinos..................... 67
Recomendaciones............................................. 70

ANEXO:
Cuestiones Sobre el Bautismo de los Niños.... 73
Una Manera de Saber si Estoy Viviendo mi
Bautismo............................................................. 76
Algunos Textos de la Sagrada Escritura que nos
Ayudan a Profundizar Sobre el Bautismo......... 77
Sugerencias Metodológicas:................................ 77
— Dinámicas de Presentación............................ 77
- Dinámicas Sobre los Sacramentos................. 79
- Dinámicas Sobre el Bautismo........................ 85

BIBLIOGRAFIA........................................................ 89

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