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Por: María del Pilar Arboleda Ruiz

Actividad N°1: EL ESTADO

Nosotros como sociedad en todas partes del mundo, nos excusábamos con la idea de que las
cosas se hacían de un modo, por la voluntad de Dios. Incluso, esta opinión se veía en el ámbito
político. En la historia han existido diversos estados de poderes como lo fue el japonés, el ruso
(el cual era autocrático), entre otros, y muchos de estos contaban con un concepto religioso.

Durante la edad media muchos franceses Vivian bajo un estado absolutista (sin derechos) y el
poder le pertenecía a una sola persona, el cual, tenía mando sobre tierras y las personas que
habitaban en ellas. La población de aquella época, como es de esperarse, tuvieron la decisión de
hacer una revolución, ya que, seamos sinceros, la única manera de ser escuchados, bajar o
acabar el mando de personas con un gran poder económico y política es por medio de la
rebelión.

Esa fue el único modo en que los franceses lograron derrocar el régimen absolutista y montar
uno mucho mejor, el cual, fue le fundamento historia del estado de derecho.

Muchos se preguntarán, pero como personas las cuales no contaban con conocimiento o con
educación, lograron entender que el estado con el cual contaban estaba totalmente a favor del
clero y la nobleza, pero cero beneficiarios para la población. Solo bastaba con ver la calidad de
vida de los reyes a diferencia de los “ciudadanos”, no pasaría mucho tiempo antes de que los
pobladores abrieron los ojos aun estando bajo la ignorancia.

Todo este suceso abrió paso a la separación de poderes (donde nadie puede tener el poder
absoluto), siendo una construcción humana mediante un contrato social susceptible al cambio.
Con una sociedad mucho más flexible en términos de derecho y a la libertad, por medio, del
derecho a la educación y al conocimiento.

Hay que tener en cuenta, que, en el camino de construir una mejor sociedad, siempre nos
encontraremos con aquellas personas que quieren devolver el tiempo a la antigüedad, pero hoy
en día contamos con el conocimiento necesario para saber cuándo decir no y elegir a la persona
que creamos la más correcta para dirigir un estado.

Siempre debemos de luchar por nuestros derechos, recordando que nosotros, el pueblo, es
quien tiene el poder de dejar continuar o parar el abuso de los ricos políticos y la revolución
siempre será una buena opción si los de alto mando no nos escuchan.

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