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Marianella Ledesma Narvaéz - La Póliza Judicial en El Proceso Cautelar
Marianella Ledesma Narvaéz - La Póliza Judicial en El Proceso Cautelar
CAUTELAR
Cuaderno de Trabajo Nº 7
Setiembre, 2008
Sétimo Cuaderno de Trabajo del
Departamento Académico de Derecho de la PUCP
Impreso en Perú
Setiembre, 2008
LA PÓLIZA JUDICIAL EN EL PROCESO CAUTELAR
Cuando se busca tutela cautelar –en sede judicial- es frecuente recurrir al “juramento”
a fin evitar los posibles daños que la ejecución cautelar pudiera causar. Este
mecanismo calificado de contracautela, está regulado en el artículo 613 CPC y
establece que: “la contracautela puede ser de naturaleza real o personal. Dentro de la segunda
se incluye la caución juratoria, que será ofrecida en el escrito que contiene la solicitud de medida
cautelar, con legalización de firma ante el Secretario respectivo.”
Bajo la fórmula “jura (o promete) resarcir los daños que pueda ocasionar con la ejecución
cautelar”, el beneficiado con la medida cautelar garantiza al demandado el
resarcimiento. Si bien, el juramento es a todas luces un acto válido y regulado en el
Código Procesal, no necesariamente es idóneo para el objetivo que se busca asegurar.
No es que dudemos del juramento de las personas, ni que seamos escépticos con esos
actos de buena fe que asume el demandante para el demandado, sino que esa
credibilidad se ve trastocada en la capacidad económica de quien la otorga. Hay que
recordar que la razón de ser de la contracautela es la indemnización, y por tanto, esa
exigencia tendrá que ser satisfecha –con éxito- en la medida que el demandante tenga
bienes o derechos crediticios con qué responder por el daño causado con la ejecución
cautelar. Basta que el actor beneficiado con la medida alegue y demuestre que no
tiene bienes o derechos, para que el resarcimiento se torne en una situación
inalcanzable. Tanto los bienes como los derechos forman parte del patrimonio de una
persona física o jurídica, destinado no solo a la satisfacción de sus necesidades sino a
garantizar sus responsabilidades. Los derechos, que pueden ser de naturaleza real y
personal, así como los bienes que lo integran tienen que ser susceptibles al tráfico
jurídico del comercio entre los hombres. Es importante precisar ello porque los
derechos que no reúnen estas condiciones, no forman parte del patrimonio, aunque
pertenezcan a su titular1 .
Frente a esta situación una de las interrogantes que nos planteamos se orienta a
reflexionar si el juramento como expresión de contracautela, es un mecanismo
idóneo para asegurar el resarcimiento; esto es, el riesgo que encierra la ejecución de la
medida cautelar y que la asume el solicitante de la medida, bajo su cuenta, costo y
riesgo, está cubierto adecuadamente por éste, o es solo una apariencia de garantía,
pues, en el fondo, el simple juramento es una intención que no conduce a ningún
aseguramiento real. Más aun, nos preguntamos si sería necesario brindar ese
juramento para que la indemnización sea exigible. Si esto fuera así, ¿dónde quedaría la
regla que “todo aquel que causa un daño a otro está obligado a indemnizarlo?”2 .
1 Véase el caso de los derechos personales, que son atribuidos a los individuos en razón a sus
cualidades personales y por lo tanto no trasmisibles; por ejemplo: los derechos honoríficos o
nobiliarios. Ellos no pueden formar parte del patrimonio, a pesar de su contenido económico no
cabe tráfico por persona distinta de su titular.
2 Ver artículo 1969 del Código Civil
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LA PÓLIZA JUDICIAL EN EL PROCESO CAUTELAR
Uno de los mitos que se ha construido sobre la teoría cautelar, conlleva a asociar
exclusivamente la cautela, en atención a la pretensión jurídica por definir. Este
mito, permite una mirada unilateral de la cautela, pues, se asocia ésta con el
derecho en debate, sin embargo ello no es así, pues hay que poner énfasis que al
proceso cautelar concurren dos derechos que tutelar, simultáneamente, como es
el derecho en litigio y el derecho al resarcimiento del daño por la ejecución
cautelar.
3 Dicha investigación tomo 100 muestras aleatorias de los siguientes juzgados civiles de Lima:
3º, 38º, 41º, 47º, 56, 59. Fue aplicada en los meses de enero y abril 2008 sobre procesos con
pretensiones dinerarias
4 Véase el caso del expediente No 2375-2007, 66 Juzgado Civil de Lima. El juez señala “se
4
LA PÓLIZA JUDICIAL EN EL PROCESO CAUTELAR
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LA PÓLIZA JUDICIAL EN EL PROCESO CAUTELAR
6 Otro caso, es el que presentamos en el capítulo 3 del trabajo, referido al expediente en giro,
No 3666-2007, 48 juzgado civil de Lima, demanda interpuesta por Javier Germán Salazar contra
el Banco Interbank sobre indemnización por el daño producto de la ejecución cautelar
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de ella bajo el simple argumento: no hay bienes con que resarcir el daño. Al
final, mostramos un instrumento de tutela cautelar avasallador para el afectado
y con la mas completa desprotección para éste, en caso se genere un daño con
esa ejecución.
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LA PÓLIZA JUDICIAL EN EL PROCESO CAUTELAR
Como se puede apreciar de la lectura del artículo 624 CPC, la norma brinda un
tratamiento conjunto a tres elementos de naturaleza distinta como son: las
obligaciones de origen procesal (costas y costos), las multas (penalidades por
incumplimiento de los deberes de parte) y los daños y perjuicios
(resarcimientos civiles al sujeto que los sufre). La respuesta jurisdiccional a la
triología señalada no tendrá como escenario el mismo proceso principal en
giro. Los gastos procesales son asumidos por la parte vencida en la incidencia
de la desafectación, sin embargo, se señala que la contracautela, “en atención a
las circunstancias”, se pierde a favor del propietario ¿debe dilucidarse en un
proceso independiente? Nótese que cuando la indemnización proviene por la
afectación de la parte, señala el art: 621 CPC que ella debe ser fijada por el juez
de la demanda, dentro del mismo proceso” situación que no se precisa en caso
de terceros afectados.
Frente a ello señalamos que la afectación cautelar no se satisface con la
revocación de la medida sino con el resarcimiento por los daños sufridos,
siempre y cuando se demuestre que se utilizó la medida cautelar de manera
abusiva o cuando se excedió en el derecho que la ley otorga para obtenerla. Si
bien se autoriza el resarcimiento cuando existen daños acaecidos con motivo de
la medida cautelar que se levanta; nos preguntamos que tipo de
responsabilidad origina la indemnización. La norma en materia de
desafectación no lo precisa. Sólo se remite a señalar: “el peticionante en atención
a las circunstancias perderá la contracautela a favor del propietario”, sin
embargo, se atribuye un criterio subjetivo para generar sanciones pecuniarias a
favor del Estado, como es el caso de la multa, siempre y cuando se acredite la
mala fe del peticionante de la medida. Si bien el criterio subjetivo está presente
para sancionar el incumplimiento de deberes, queda en discusión determinar si
el daño provocado al tercero por la ejecución cautelar, implica una
responsabilidad subjetiva. La tendencia es atribuir dicha responsabilidad por la
redacción de la norma que señala que “en atención a las circunstancias perderá
la contracautela en favor del propietario.” No asume una responsabilidad
objetiva, por el mero hecho de la demanda infundada o improcedente sino por
las circunstancias que pudiere darse conlleva a la pérdida de la contracautela,
situación que no es extensiva para el caso de la afectación del demandado,
conforme se aprecia del art. 621 CPC.
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LA PÓLIZA JUDICIAL EN EL PROCESO CAUTELAR
1. La tutela cautelar
Estas cautelas mutuas, tanto para el actor como para el ejecutado, se justifica
por la incertidumbre de la relación jurídica en debate. El juez emite un
pronunciamiento, sin tener la certeza del derecho que asegura; sólo la mera
apariencia de ese derecho le lleva a aproximarse a una tutela cautelar justificada
por la urgencia de la medida, por ello, ante la ausencia de certeza, el juez tiene
que voltear la mirada hacia el ejecutado para brindarle otro tipo de tutela
cautelar frente al daño que le pudiere generar dicha decisión. Definitivamente,
la medida cautelar encierra riesgos, desde que no opera con la certeza del
derecho, sino con la mera apariencia de éste; y ese riesgo debe ser asumido por
quien se beneficia con la medida. El riesgo no debe ser trasladado al
demandado, sino por quien obtiene una afectación sobre la esfera jurídica del
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9 PODETTI Ramiro, Derecho Procesal Civil y Comercial-Tratado de las medidas cautelares, t.4,
Ediar, Buenos Aires, 1956, p. 64
10 Antonio Coniglio, Il sequestro giudiziario e conservativo, 3º ed, Ed. Giuffré, Milano, 1949, 11,
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Como la medida cautelar nace para una función asegurativa, la misma puede
cumplir satisfactoriamente con su objetivo o puede ser inútil y provocar
perjuicio. El carácter contingente participa del riesgo. Si no se ampara la
demanda, hay la obligación de indemnizar al perjudicado con la ejecución, de ahí
que el artículo 621 CPC señale: “si se declara infundada una demanda cuya
pretensión estuvo asegurada con medida cautelar, el titular de ésta pagará las
costas y costos del proceso cautelar, una multa no mayor de 10 URP y, a pedido
de parte, podrá ser condenado también a indemnizar los daños y perjuicios
ocasionados”.
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2. La contracautela
Toda medida cautelar requiere de ciertos presupuestos básicos para que pueda
existir. Ellos son la verosimilitud del derecho y el peligro en la demora. La
contracautela es un presupuesto de la resolución cautelar mas no de la medida
cautelar; esto implica que se puede conceder cautela, aún sin materializar la
contracautela, pero para la ejecución de la cautela, requiere necesariamente de la
previa incorporación de la contracautela.
ibidem
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13RIVAS Adolfo, Las medidas cautelares en el proceso civil peruano, Universidad Antenor
Orrego, Rodhas, Lima, 2000, p.38
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Uno de los supuestos que no regula nuestra legislación esta relacionada con la
falta o insuficiencia de contracautela al momento de la ejecución de la medida
cautelar. Para Acosta 14 los jueces deben ser especialmente cuidadosos para exigir
la previa caución al solicitante de la medida; pero ha ocurrido, ocurre y ocurrirá
que no obstante ese cuidado la medida se dispone y ejecuta sin que la
contracautela se preste, o que la garantía acordada devenga insuficientemente y
se hace necesario mejorarla.
14ACOSTA José, El proceso de revocación cautelar, Rubinzal y Culzoni editores, Santa Fe,1986,
p. 46-47
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pretensión revocatoria, en virtud de los distintos efectos que cada uno de los
medios impugnativos señalados produce. Dice Acosta, el incumplimiento de una
contracautela real “no lleva directamente, a la caducidad de la medida” toda vez
que las hipótesis de caducidad están explícitamente legisladas y entre ellas no se
menciona la citada. En cuanto a la nulidad, se considera que la contracautela no
es requisito ni condición del otorgamiento de la medida, sino de su ejecución,
por lo que su incumplimiento no afecta la validez del trámite. Por eliminación va
quedando el remedio del levantamiento. “La circunstancia de haberse omitido
fijar la contracautela, no determina que deba revocarse la medida precautoria,
sino que la misma podrá ser levantada en el supuesto que la contracautela
señalada se vea incumplida por el embargante”.
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3. El contrato de seguro
17 Antonio Coniglio, Il sequestro giudiziario e conservativo, 3º ed, Ed. Giuffré, Milano, 1949, 11,
citado por PODETTI, op. cit. pp.63-64
18 SANCHEZ CALERO Fernado, Ley de contrato de seguro, Aranzadi, Navarra, 2005, p. 9
19 GARRIGUES Joaquín, Contrato de Seguro Terreste, 2º ed, Madrid, 1983, p. 30
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20 ROSSI BUENAVENTURA Cesare Giovanni, Seguros de garantía, Tesis para optar el grado
de Doctor en Ciencias Jurídicas, Bogotá, 1980, p. 53
21 CUERVO MOGOLLÓN Alfonso, El contrato de seguros en Colombia, tesis para optar el título
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La suma asegurada es fruto de acuerdo entre las partes ya que una tasación
exacta de la pérdida es difícil. En los seguros reales la apreciación es más
sencilla, pues se limita al valor económico del bien expuesto al riesgo. De
estos seguros podemos citar los de manejo, cumplimiento, responsabilidad
civil, lucro cesante, fianza, crédito, cauciones judiciales, etc. Para Meza 23 , al
referirse a este seguro señala: “el seguro de responsabilidad civil es un
contrato por el cual el asegurador se compromete a garantizar al asegurado
contra las reclamaciones de las personas con respecto a las cuales pudiera ser
exigible la responsabilidad de ese asegurado y contra las resultas de esas
reclamaciones, a cambio del pago, por el asegurado, de una suma fija y por
anticipado, la prima debida generalmente por vencimientos periódicos”.
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caución por todas las costas y daños y perjuicios que pudiere ocasionar en caso
de haberla pedido sin derecho. Al referirnos a las “contracautelas”, estamos
hablando de la garantía que debe prestar quien ha solicitado la traba de una
medida cautelar. Estas coberturas se aplican tanto en los casos en que el juez
interviniente haya ordenado la traba de una medida cautelar, como en aquellos
en que se haya dispuesto la constitución de la contracautela.
27A pesar que no es objeto de este trabajo las implicancias del contrato de seguros frente a las
diversas actuaciones procesales, es interesante mostrar –a manera de ilustración- como en otras
legislaciones se han incorporado está posibilidad para asegurar los daños, no sólo de la tutela
cautelar sino de otros actos ajenos a ella, como el desalojo, el otorgamiento de escritura, entre
otros. A continuación mostramos diversos casos que acoge la legislación argentina para exigir
caución judicial.
Medidas cautelares en juicios ejecutivos. Garantiza el pago de la indemnización de perjuicios
que se puedan causar al demandado, con el embargo y secuestro de bienes solicitados por el
demandante;
Impedir o levantar el embargo y secuestro en proceso ejecutivo. Garantiza el pago del crédito
y las costas una vez que quede firme la sentencia que desestime las excepciones o auto que
acepte el desistimiento de ellas o de la sentencia que ordene llevar a cabo la ejecución según
fuere el caso.
Medidas cautelares en general en cualquier tipo de juicios. Supuestos del art. 212 del CPCCN,
en casos de rebeldía, incomparecencia del absolvente a la audiencia de posiciones, si quien la
solicita hubiese obtenido sentencia favorable, aunque la misma estuviese recurrida. Garantiza el
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1. La ficción de la contracautela
Como lo expresa el art. 613 CPC, la contracautela tiene por objeto asegurar al
afectado con una medida cautelar, el resarcimiento de los daños y perjuicios
que pueda causar su ejecución. Ella puede ser de naturaleza real o personal.
Dentro de la segunda se incluye a la caución juratoria, o juramento, que será
ofrecida en el escrito que contiene la solicitud de medida cautelar, con
legalización de firma ante el Secretario respectivo.
Podemos decir que el juramento es la afirmación solemne que hacen los
convocados a la audiencia, sean partes o auxilios judiciales, para obligar su
conducta a la verdad. Es una promesa solemne que compromete la conducta
futura del que lo presta. Históricamente el juramento ha tenido una motivación
religiosa que se materializaba en el hecho de tomar a Dios por testigo de la
verdad de una afirmación, de un testimonio, de una promesa; de ahí la fórmula
diseñada para los juramentos decía: “juro por Dios desempeñar fielmente los
deberes del cargo que se me ha conferido”
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LA PÓLIZA JUDICIAL EN EL PROCESO CAUTELAR
regula el art. 202 del Código Procesal Civil, cuando establece como formula de
juramento lo siguiente: "¿Jura (o promete) decir la verdad?"
En el caso concreto de la cautela por juramento a favor del demandado (futuro
afectado con la medida cautelar solicitada por el demandante), no requiere que
el actor lo brinde ante un tercero, sino que se realiza en el propio escrito en el
que se dirige al juez solicitando la medida cautelar.
Bajo este contexto normativo, una de las interrogantes que nos planteamos se
orienta en apreciar el tratamiento de la contracautela –por juramento- en el
resarcimiento de los daños y perjuicios provenientes de la ejecución cautelar.
Sería interesante contar en nuestro país con estudios aplicados al análisis del
tema propuesto, pero, a falta de ellos, intentaremos plantear la discusión a
partir de la siguiente evidencia empírica 29 .
28 Este juramento tiene lugar en los contratos siempre que el jurante no se encuentre en
imposibilidad de cumplir lo jurado y no se varie el estado de las cosas sobre las que se jura y
que la otra parte esté también a lo prometido
29 Expediente en giro, No 3666-2007, 48 juzgado civil de Lima, demanda interpuesta por Javier
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Uno de los supuestos que no regula nuestra legislación esta relacionada con la
falta o insuficiencia de contracautela al momento de la ejecución de la medida
cautelar. Para Acosta 30 los jueces deben ser especialmente cuidadosos para
exigir la previa caución al solicitante de la medida; pero ha ocurrido, ocurre y
ocurrirá que no obstante ese cuidado, la medida se dispone y ejecuta sin que la
contracautela se preste, o que la garantía acordada devenga insuficientemente y
se hace necesario mejorarla.
30ACOSTA José, El proceso de revocación cautelar, Rubinzal y Culzoni editores, Santa Fe,1986,
p. 46-47
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3. El diagnóstico de la situación
33 Véase en ese sentido, la ejecutoria emitida por la Sala Comercial de Lima, en el caso
Cooperativa de Ahorro y Crédito Aelu con Andres Higa Yaka y otros (expediente No 219-2005
de fecha 30 de junio del 2005) por el que anula la resolución apelada que admite la medida
cautelar en forma de secuestro conservativo, por los siguientes argumentos: “la naturaleza y
alcances de la contracautela deben ser determinados por el Juez al momento de dictar la decisión cautelar,
tal y como lo disciplina el tercer párrafo del precitado artículo 611 CPC, o en todo caso, antes de su
ejecución, pues de otro modo surgirá una objetiva desprotección para el demandado o para terceros
respecto de los perjuicios que la ejecución de la medida pueda causar en su persona y/o patrimonio (…) en
tal sentido, la resolución impugnada resulta nula por no ajustarse al mérito del derecho, más todavía si de
lo actuado no aparece que el expediente principal haya merecido sentencia que permita ubicar al tema
analizado dentro de la inexigibilidad de ofrecimiento de contracautela que refiere el art. 615 CPC”.
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LA PÓLIZA JUDICIAL EN EL PROCESO CAUTELAR
El daño generado con la cautela no es resarcido por quién juró realizarlo; esto
es, el riesgo que encierra la ejecución de una tutela cautelar a favor del
demandante, no es asumido realmente por dicha parte sino que en la realidad
se traslada a la parte afectada con ella, generalmente el demandado. ¿Debemos
seguir regulando un sistema que contenga estos desequilibrios en la tutela
cautelar? Se puede validar un sistema judicial que tolere la impunidad del
demandante frente al daño generado por la ejecución cautelar, por el solo hecho
que no tiene bienes con que acudir al resarcimiento.
El estudio de la casuística citada nos permite sostener las siguientes ideas ejes
en torno a la problemática descrita. Asumimos que el desequilibrio no opera en
el campo normativo, pues, hay una regulación a la contracautela como
presupuesto de la resolución cautelar. Este desequilibrio se expresa en la
posibilidad de viabilizar o materializar determinada contracautela ofrecida,
como es, la contracautela por juramento. No puede ser un argumento alentador
para no intentar el cambio de este modo de contracautela, la poca frecuencia de
casos que se judicializan para exigir la indemnización; todo lo contrario, el
hecho que sea poco frecuente las demandas indemnizatorias provocada por la
ejecución cautelar no puede ser justificante para mantener desprotegiendo el
derecho del afectado con ello, con mecanismos nada idóneos para dichos fines,
todo lo contrario, se hace necesario incorporar otras herramientas que
coadyuven a dicha finalidad, como sería la alternativa de la póliza judicial. Con
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LA PÓLIZA JUDICIAL EN EL PROCESO CAUTELAR
Otro aspecto que se aprecia se ubica en el camino procesal a seguir para lograr
esa reivindicación. En algunos criterios judiciales, el resarcimiento al implicar
una nueva pretensión a la originaria, requiere de un nuevo proceso en el que se
dilucide el daño; a diferencia de otros criterios, que asumen que sea en el
mismo proceso del que derivó la medida cautelar, donde se fije la
indemnización. Al respecto tenemos que señalar, que la redacción del art. 621
CPC acoge la indemnización en el mismo proceso que diera origen al mandato
cautelar; en tal sentido, léase la siguiente redacción: “la indemnización será
fijada por el juez de la demanda, dentro del mismo proceso, previo traslado por
tres días”
34En el expediente No 51063-2007 que gira ante el 41 juzgado civil de Lima se solicitó la medida
cautelar fuera de proceso (medida cautelar genérica) a fin que se evite la transferencia del bien o
se imponga cualquier carga sobre éste.
La medida cautelar fue admitida y en aplicación del art. 636 CPC, el beneficiado con la medida,
promovió la demanda de nulidad de acto jurídico, la misma que fue declarada improcedente
liminarmente.
En atención a ello, se admitió la medida cautelar genérica, bajo una contracautela por caución
juratoria por el monto de $2, 000 dólares para asegurar el resarcimiento de los daños y
perjuicios que se pudieran irrogar a los emplazados, en caso sea falsa la pretensión. Si una
medida cautelar fuera de proceso, no se cumple las exigencias del art. 636 CPC, cual es,
interponer la demanda dentro de los días de ejecutada y que sea admitida ésta, procede la
caducidad de la medida y por tanto, el levantamiento de ésta; sin embargo, teniendo en cuenta
que la contracautela tiene un carácter indemnizatorio por los daños causados en la ejecución de
una medida cautelar, deben concurrir los elementos de la responsabilidad como son
antijuricidad del hecho imputado, daño causado, relación de causalidad, factores de atribución,
por lo que resulta necesario que la parte cumpla con acompañar todos los medios probatorios
destinados a sustentar el petitorio. Resolución No 3, de fecha 10 de abril del 2008.
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LA PÓLIZA JUDICIAL EN EL PROCESO CAUTELAR
Como se puede advertir, hay una idea constante que acompaña a esta
investigación: la desprotección del afectado con la tutela cautelar, al recurrir al
juramento como un mecanismo de aseguramiento.
Esto que es un mito que pervive en el tiempo, se contrasta cuando la voz del
demandado reclama ser indemnizado. La alternativa que ha trabajado el
sistema judicial es brindarle el juramento del beneficiado con la medida, quién
asumirá los gastos de la indemnización, siempre y cuando tenga bienes con qué
acudir en la realización. La situación se complica cuando el ejecutante no tiene
bienes con que satisfacer el daño; entonces la gran pregunta que surge ¿se tutela
adecuadamente los intereses del afectado con la tutela cautelar?.
Evidentemente que no, pues, toda la materialización de la tutela cautelar se
orienta hacia un solo norte, la pretensión del actor, pues, se parte del supuesto
que el proceso cautelar, que se promueve e impulsa por el demandante, se
realiza a costa y riesgo de esta parte; pero, realmente ello es así, o es una mera
ilusión que se viene repitiendo por décadas sin mayor cuestionamiento.
Evidentemente que a la luz de las evidencias empíricas mostradas en el trabajo,
podemos afirmar que en el proceso cautelar, el único interés por asegurar con
efectividad es la del actor -demandante- que promueve el proceso cautelar.
Esto que se viene sosteniendo, sin mayor reflexión, merece hoy ser trastocado a
fin de incorporar en la visión del juez al demandado, con la misma intensidad
con que acoge la pretensión del actor; en atención a ello, las cautelas por
juramento deben desaparecer a fin de dar paso a las contracautelas a través de
pólizas judiciales. Allí el juez fijará el monto de ellas, al momento de dictar la
resolución cautelar, debiendo la parte beneficiada con ella, entregar la póliza
por el monto fijado por el juez.
Muchas personas estarán pensando que con este sistema se encarece el costo del
proceso, pues, la compra de una póliza judicial implica mayor gasto procesal;
sin embargo, debemos señalar que ese gasto es provocado por la inacción del
demandado, quien se resiste a cumplir la prestación, por tanto, en la liquidación
de los gastos procesales (costas) se tendrá que incorporar el reembolso de los
gastos por la compra de la póliza, siempre y cuando sea el actor, demandante,
beneficiado con la medida, el que haya obtenido la sentencia favorable a él.
Posiblemente el costo del proceso se incremente, pero, mas allá del costo, lo que
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- Finalmente obtenemos la prima; cantidad que se paga por una sola vez;
ascendente al 10% del resultado anterior:
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Proyección mensual
CUADRO No 2
A N A L I T I C O
FREC. BASE % PRIMA
MONTOS PARA DE INDEMNIZAC.
DEMANDA CALCULO SEGURO 23%
10,000.00 0.30 3,000.00 10.0 300.00 2,300.00
20,000.00 0.30 6,000.00 10.0 600.00 4,600.00
30,000.00 0.30 9,000.00 10.0 900.00 6,900.00
40,000.00 0.30 12,000.00 10.0 1,200.00 9,200.00
50,000.00 0.30 15,000.00 10.0 1,500.00 11,500.00
60,000.00 0.30 18,000.00 10.0 1,800.00 13,800.00
70,000.00 0.30 21,000.00 10.0 2,100.00 16,100.00
80,000.00 0.30 24,000.00 10.0 2,400.00 18,400.00
90,000.00 0.30 27,000.00 10.0 2,700.00 20,700.00
100,000.00 0.30 30,000.00 10.0 3,000.00 23,000.00
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LA PÓLIZA JUDICIAL EN EL PROCESO CAUTELAR
VI. CONCLUSIONES
La medida cautelar encierra riesgos, desde que no opera con la certeza del
derecho, sino con la mera apariencia de éste. Ese riesgo debe ser asumido
realmente con medidas efectivas, por quien se beneficia con la tutela cautelar y
no debe ser trasladado al demandado afectado con la ejecución cautelar.
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LA PÓLIZA JUDICIAL EN EL PROCESO CAUTELAR
Todo ello nos permite constatar la ceguera del sistema judicial de hoy, cuando
traslada al demandado todo el peso del riesgo y del daño, esto es, cuando mira
con mayor “intensidad” los intereses del beneficiado con la medida cautelar.
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LA PÓLIZA JUDICIAL EN EL PROCESO CAUTELAR
Anexos:
Estudios de costos de la póliza judicial aplicado al distrito judicial de Lima.
AÑO 1
(EN SOLES ORO)
PRIMER SEMESTRE
INGRESOS
EGRESOS
INDEMNIZA. - - - - - -
ACUM.
NETO 82.500 247.500 495.000 825.000 1.237.500 1.732.500
AÑO 1
(EN SOLES ORO)
SEGUNDO SEMESTRE
INGRESOS
EGRESOS
INDEMNIZA. - - - - - -
ACUM.
NETO 2.310.000 2.970.000 3.712.500 4.537.500 5.445.000 6.435.000
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LA PÓLIZA JUDICIAL EN EL PROCESO CAUTELAR
AÑO 2
(EN SOLES ORO)
PRIMER SEMESTRE
INGRESOS
EGRESOS
INDEMNIZA. - - - - - -
ACUM.
NETO 7.507.500 8.662.500 9.900.000 11.220.000 12.622.500 14.107.500
AÑO 2
(EN SOLES ORO)
SEGUNDO SEMESTRE
INGRESOS
EGRESOS
INDEMNIZA. - - - - - -
ACUM.
NETO 15.675.000 17.325.000 19.057.500 20.872.500 22.770.000 24.750.000
37
LA PÓLIZA JUDICIAL EN EL PROCESO CAUTELAR
AÑO 3
(EN SOLES ORO)
PRIMER SEMESTRE
INGRESOS
EGRESOS
ACUM.
NETO 26.622.750 28.388.250 30.046.500 31.597.500 33.041.250 34.377.750
AÑO 3
(EN SOLES ORO)
SEGUNDO SEMESTRE
INGRESOS
EGRESOS
ACUM.
NETO 35.607.000 36.729.000 37.743.750 38.651.250 39.451.500 40.144.500
38
LA PÓLIZA JUDICIAL EN EL PROCESO CAUTELAR
Proyección en el año 3
AÑO 3
3.500,00
3.000,00
2.500,00
M ile s d e s o le s
2.000,00
1.500,00
1.000,00
500,00
-
YO
L
O
LI O
O
TO
O
RI
O
B
B
MB
RZ
NI
ER
MA
BR
EM
ER
EM
AB
OS
JU
JU
MA
IE
EN
CI
TU
VI
BR
AG
PT
DI
NO
OC
FE
SE
Meses PRIMAS
INDEMNIZ.
39
LA PÓLIZA JUDICIAL EN EL PROCESO CAUTELAR
AÑO 4
(EN SOLES ORO)
PRIMER SEMESTRE
INGRESOS
EGRESOS
ACUM.
NETO 41.141.375 42.062.625 42.908.250 43.678.250 44.372.625 44.991.375
AÑO 4
(EN SOLES ORO)
SEGUNDO SEMESTRE
INGRESOS
EGRESOS
ACUM.
NETO 45.534.500 46.002.500 46.394.375 46.710.625 46.951.250 47.116.250
40
LA PÓLIZA JUDICIAL EN EL PROCESO CAUTELAR
AÑO 4
4.500,00
4.000,00
3.500,00
3.000,00
M ile s d e s o le s
2.500,00
2.000,00
1.500,00
1.000,00
500,00
-
YO
L
O
LI O
O
TO
O
RI
B
B
MB
RZ
NI
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MA
BR
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ER
EM
AB
OS
JU
JU
MA
IE
EN
TU
CI
VI
BR
AG
PT
NO
DI
OC
FE
SE
Meses PRIMAS
INDEMNIZ.
41
LA PÓLIZA JUDICIAL EN EL PROCESO CAUTELAR
AÑO 5
(EN SOLES ORO)
PRIMER SEMESTRE
INGRESOS
EGRESOS
ACUM.
NETO 47.996.250 48.832.250 49.624.250 50.372.250 51.076.250 51.736.250
AÑO 5
(EN SOLES ORO)
SEGUNDO SEMESTRE
INGRESOS
EGRESOS
ACUM.
NETO 52.352.250 52.924.250 53.452.250 53.936.250 54.376.250 54.772.250
42
LA PÓLIZA JUDICIAL EN EL PROCESO CAUTELAR
AÑO 5
6.000,00
5.000,00
4.000,00
M ile s d e s o le s
3.000,00
2.000,00
1.000,00
-
YO
L
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LI O
O
TO
O
RI
B
B
MB
RZ
NI
ER
BR
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EM
EM
MA
OS
AB
JU
JU
MA
IE
EN
TU
VI
CI
BR
AG
PT
NO
DI
OC
FE
SE
Meses PRIMAS
INDEMNIZ.
43
LA PÓLIZA JUDICIAL EN EL PROCESO CAUTELAR
Cuadro analítico
A N A L I T I C O
44