Está en la página 1de 178

“UNA OBRA MUY IMPORTANTE Y BASTANTE INCÓMODA”

Así, textualmente, presentaba este libro el teólogo


español, también jesuíta, y también biógrafo de Jesús,
José Ignacio González Faus. Advirtiendo previamente
que una obra como ésta no necesita presentación. Era
el 10 de agosto de 1086.
Yo leí este libro hace años. Quien me lo dedicaba lo
clasificaba como “una lectura amerindia de Marcos”. Y
González Faus, en su prólogo citado, destacaba, en este
libro, “dos factores muy típicos de la hermeneútica
teológica que se hace en América Latina: la atención a
la situación y la atención a la praxis (tanto del que
escribe como del que lee)”. vSin duda esa connotación
latinoamericana me tocó y me hizo el libro más
adecuado a mis búsquedas. Pero, en América Latina o
en cualquier otra parte de este único mundo humano,
el libro posee el valor primigenio de convocarnos a
leer el Evangelio (los evangelios de los cuatro: ¡el
Evangelio de Jesús!)... siguiéndolo. En pocos libros he
sentido yo personalmente, como en éste, la exigencia
ineludible del seguimiento: el deber y la gracia
cristianos de ser, nosotros también, “relatos (vivientes)
de una práctica truncada violentamente”, pero
gloriosamente sancionada por el Padre con el divino
gesto abrupto de la Resurrección, “la rebeldía eficaz
del Padre contra la muerte injusta del Hijo”, como
escribe Carlos.
Dom Pedro Casaldáliga
1 ^\ \ I

Carlos Bravo C.allaroo, iesuila - .*•


mcxicano, es autor (fa^pfrnfes
para una eclesiologíirs&xic
América Litina (C R T/'^K ^V i v
Jesús, hombre en conñict
edición, Sal Tcrrae y
198G), C^lilca año 30 (CkIVN^s
1989-1991 -1994), Chiapas, c / V y
Evangelio de los pobres \ \
(coord.) (Planeta, 1995), Cola- '
borador en varios libros colee- \ Jesús, Hombre
tivos, revistas y periódicos.
Doctor en Teología por la Fa­
cultad de San Cugat del Valles,
Barcelona, actualmente es di­
rector de la Revista CIIRISTIIS,
en conflicto
y profesor en el Instituto Teo- •
lógico de los jesuítas en Méxi­
co. Nos ofrece la 2a. edición
corregida y aumentada de Je­
sús, hombre en conflicto (CRT,
México, tuiciones Paulinas,
Brasil). .

£ L
Carlos Bravo Gallardo, S.J.

Jesús, Hombre
en Conflicto
El Relato de Marcos en
América Latina
Segunda Edición
Corregida v Aumentada

uvniwQTimum;
UNIVERSIDAD
Iberoamericana
Centro de Reflexión Teológica, A.C.
Universidad iberoamericana

Ciudad de México
UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA
BIBLIOTECA FRANCISCO XAVIER CLAVIGERO
CENTRO DE INFORMACIÓN ACADÉMICA.

Presentación

Bravo Gallardo, Carlos


Jesús: hom bre en conflicto
1. Jesucristo-Persona y oficios I.t. (título)
BT 202.B72 1996 de Pedro Casaldáliga,
Obispo de Sao Félix do Aragnaia,
Mato Grosso, Brasil

Portada: Carinen Farra Velasco


Diseño de portada: Azalia Cervantes González
Diagram ación: Miguel Romero yJavier Maldonado Una obra muy importante y bastante incómoda

Prim era edición, 1986 Así, textualmente, presentaba este libro el teólogo español,
© Centro de Reflexión Teológica, AC. también jesuita y también biógrafo de Jesús, José Ignacio
© Sal Terrae Gonzálei f aus. Advirtiendo previamente que una obra como
éstt no necesita presentación. Era el 10 de agosto de 1986.
Él libro de Carlos -ese Jesús en conflicto- ha ganado
uña conmovedora y desafiadora actualidad. Hoy es más
importante y mis incómoda todavía.
Segunda edición corregida y aum entada, 1996 Esta edición, revisada, que hace el CRT y la primera
© Centro de Reflexión Teológica A C.
Av. Rio Churubusco 434 vtfSiófl en portugués que publican, en Brasil, las Paulinas
El Carm en, Coyoacán Étontecen en pleno neoliberalismo económico-político y en
04100, M éxico, D. F. plena relajación militante-eclesial. El conflicto, la radicali­
© Universidad Iberoam ericana AC. zad, el martirio, aquel seguimiento de Jesús hasta las últimas
Departam ento de Ciencias Religiosas consecuencias que Marcos pide sin tapujos y que Carlos ha
Prol. Paseo de la Reforma 880 ftbido tftaliíar tan bien -en la más estricta exégesis moderna
Lomas de Santa Fe y CGfl !l fWu comprometida espiritualidad latinoamericana-
01210, M éxico, D. F. ya ño t i llevan muy abiertamente; podrían incluso, al parecer,
fubstituiftt por otros paradigmas más posmodemos, más
ISBN 9 6 8-859-185-8
I
autorrealizadores, menos crucificados, mas "conformes con Galilea, en el seguimiento de Jesús prosiguiendo su causa".
este mundo", diría irritado el apóstol Pablo. Su causa que es el Reino.
Por eso digo que el libro de Carlos es hoy más incómo­ Pienso que el mejor servicio que se le puede hacer a la
do todavía. espiritualidad cristiana y a la misión de la Iglesia, hoy, en
No su libro: el Evangelio que él nos ayuda a descubrir... nuestro mundo destartalado pero anhelante, es insistir en el
El libro ha ganado también una conmovedora actuali­ seguimiento de Jesús com o el p arad ig m a, inco n ­
dad porque el amigo Carlos, compañero de camino por los testablemente tal, de esa espiritualidad y de esa misión.
dolores y esperanzas de Nuestra América, puede ahora se­ Siempre que ese seguimiento signifique, como es lógico,
llarlo con su propia cruz. Ha pasado por el fuego de una asumir la causa de Jesús.
enfermedad mortal y ha dado un bello testimonio de ser, él La lectura de este libro de Carlos me suscitó precisa­
también, como Jesús y por causa de Jesús, un hombre en mente el título de un libro, más o menos autobiográfico, que
conflicto, en fidelidad evangélica y en acrisolada esperanza escribimos Teófilo Cabestrero y yo: "El sueño de Galilea".
pascual. Por aquellos días se discutía sobre la legitimidad o el arcaís­
No hace mucho Carlos enviaba a sus amigos y amigas mo de "el sueño de Compostela", que para muchos tendría
una especie de testamento aplazado y en él nos revelaba toda sabor a nostálgica cristiandad. El sueño de Galilea, entretan­
la sufrida y serena hermosura de su alma de seguidor de Jesús to, sigue siendo de la más legítima desafiadora actualidad
de Nazaret. Con tanta voluntad de vivir como de dar la vida, evangélica. Hay que volver a Galilea siempre, como el Re­
a disposición del Reino. sucitado pidió. Y partir de Galilea. Y seguir, como él, con él,
Yo leí este libro hace años. Quien me lo dedicaba lo llevados por su Espíritu, el camino que El recorrió hasta la
clasificaba como "una lectura amerindia de Marcos". Y Gon­ Pascua. Y repetir, actualizadamente, sus gestos de misericor­
zález Faus, en su prólogo citado, destacaba, en este libro, "dos dia y de liberación. Y proclamar, hoy más que nunca, el
factores muy típicos de la hermeneútica teológica que se hace divino sistema del Reino, el régimen de las Bienaventuran­
en América Latina: la atención a la situación y la atención a zas, la opción por los pobre y excluidos, ese "preferir abso­
la praxis (tanto del que escribe como del que lee)". Sin duda lutamente al Padre y a los hermanos y hermanas, por encima
esa connotación latinoamericana me tocó y me hizo el libro de la propia vida".
más adecuado a mis búsquedas. Pero, en América Latina o Me conmueve ver el nombre de Carlos Bravo Gallardo,
en cualquier otra parte de este único mundo humano, el libro hoy, reciente de indignación profética, firmando manifiestos
posee el valor primigenio de convocarnos a leer el Evangelio de urgencia en favor de los indígenas de Chiapas y reeditando
(los evangelios de los cuatro: ¡el Evangelio de Jesús!)... su evangelio según San Marcos y anunciando vida desde su
siguiéndolo. En pocos libros he sentido yo personalmente, cruz personal, en entrañable solidaridad con las tantas cruces
como en éste, la exigencia ineludible del seguimiento: el de nuestros Pueblos y de nuestros Mártires.
deber y la gracia cristianos de ser, nosotros también, "relatos Una hermosa manera de hacer que el Evangelio según
(vivientes) de una práctica truncada violentamente", pero Marcos sea también el Evangelio según Carlos; para credi­
gloriosamente sancionada por el Padre con el divino gesto bilidad del Evangelio.
abrupto de la Resurrección, "la rebeldía eficaz del Padre
contra la muerte injusta del Hijo", como escribe Carlos.
Inmediatamente antes de la in-conclusión (que ya es un Junio de 1996
término provocativamente luminoso) nuestro autor nos seña­
la, con el evangelio de Marcos, "el lugar donde se puede tener
la experiencia de la confirmación de Jesús por el Padre: en

II III
Prólogo

Agotada la tercera reedición en México y la edición española,


y a punto de salir la edición brasileña, sale esta edición
corregida y aumentada, como decían ordinariamente los
libros antiguos. Tres son las modificaciones principales:
aparte de modificaciones pequeñas al texto para hacerlo más
accesible, la primera es el numerar los capítulos y versículos,
para facilitar su lectura; en segundo lugar, modifiqué impor­
tantemente los comentarios a la pasión, y añadí un breve
comentario a los tres breves episodios de la resurrección; en
tercer lugar, a manera de apéndice, una aclaración enviada a
Roma, que me da la posibilidad de ahondar algunos puntos.
Escribo este prólogo después de un largo tiempo de
recuperación, todavía no total, de un cáncer maligno en el
cerebro. El Señor ha sido muy bueno conmigo; durante la
convalescencia he podido rehacer este texto y he vuelto a
gozar del evangelio de Marcos, que ahora les entrego. Ade­
más, en esta situación cobra nueva luz la fe en la resurrección,
que nos anima a los creyentes. Y cobra nueva luz el mensaje
final del evangelio, que es Buena Nueva part uña IgléSift
fragmentada e incrédula.

V
Así somos. Así es la Iglesia dentro de la cual creemos en Jesús
y a la cual amamos. Sabiéndola santa y pecadora; santa por
el Espíritu que la anima a la entrega y por el amor de una
multitud de hombres y mujeres, entre los que nos contamos,
y pecadora por nuestro pecado, nuestra incredulidad contra­
dictoria. que es la materia del trabajo de Dios con el que nos
rehace por dentro para convertirnos en hombres nuevos y nos
envía a anunciar a todos la Buena Nueva: que en Jesús de
Nazaret, en su muerte y resurrección, él nos abrió un camino
de esperanza en el conilicto que es herencia de nuestra PRIMERA PARTE
humanidad y que él quiso compartir sin ventaja por ser el
Hijo de Dios.
Agradezco el trabajo de John Sweeney, de María Luisa
Lalinde y de Cristina Auerbach, que me ayudaron en la
reedición; también el de Enriqueta Estrada, que revisó el
texto final.

C la v es pa ra un R elato
C.B.G.
Desco n certan te

"Com ienzo de la Buena N oticia de Jesús,


et Mesías, et Hijo de D ios... " (1, 1)

"... y no dijeron nada a nadie, porque


tenían m ie d o ..." (16, 8b)

VI
INTRODUCCIÓN

□ Lo Sorprendente del Relato de


Marcos

□ Metodología de Lectura

□ La Situación del Pueblo en


Tiempos de Jesús

□ Ley de la Alianza y Ley de la


Pureza
1

LO SORPRENDENTE DEL RELATO


DE MARCOS

Hace 2 mil años asesinaron los poderosos a un judío, Jesús


de Nazaret. Las mil esperanzas de liberación que se habían
tejido en torno a él acabaron en el fracaso, porque también
entonces, como sucede frecuentemente, los poderosos pudie­
ron más que la justicia. Y, viéndolo perdido, el pueblo, sus
amigos, también lo abandonaron.
Pero algo rompió la lógica de ese fracaso. Su memoria
no se ha perdido entre los millones de anónimos asesinados
por "motivos de Seguridad Nacional" a lo largo de la historia.
Apenas unos pocos años después, sus seguidores que lo
habían abandonado a la muerte, afirman tener una experien­
cia que rompe su desesperanza y que se les impone contra
toda esperanza: Jesús había sido rescatado de la muerte por

5
jesús, hombre en conflicto Lo sorprendente del relato de Marcos

el Padre, que confirmaba su persona y su causa mediante la es ocasión para la expansión de la fe en el mundo pagano
resurrección; había que seguirlo prosiguiendo su causa, a (Hch 8, 4-5; 11, 19-21).
pesar de la oposición de sus enemigos. Pablo jugará un papel fundamental en este proceso: la expe­
Y tras ellos hemos venido nosotros, los actuales pro- riencia de Jesús resucitado le rompe sus esquemas mentales
seguidores del movimiento de Jesús, herederos de millones judíos; deja el fariseísmo en que había sido rígidamente
de hombres que a lo largo de dos mil años se han sentido educado y se dedica de lleno a la predicación de la buena
^Aligados con Jesús y su causa, la causa del Padre, y con su noticia de la oferta que, en Jesús, ha hecho Dios a todos los
modo de generar historia. ¿Por qué la importancia de ese hombres, no con base en méritos ni al cumplimiento de la ley
judío? ¿Cómo pudieron las comunidades iniciales asumir el judía. Sus escritos2 dan a Jesús los títulos de Kyrios, Hijo de
escándalo de la cruz y superar la desautorización que había Dios, Cristo, Primogénito de toda la creación, crucificado,
supuesto de su persona y su causa9 Y nosotros, ¿por qué resucitado, pero prácticamente no hay ninguna mención de
seguimos centrando en aquel galileo el sentido más profundo la historia de Jesús, fuera de la referencia al recuerdo de la
de nuestra vida? Jesús es el hombre que ha marcado más Cena, y a los dos hechos fundamentales, su muerte en cruz y
hondamente nuestra existencia. ¿Somos víctimas de una su resurrección.
ilusión colectiva en torno a ese asesinado galileo'7 ¿O es sólo En ese contexto Marcos hace una aportación totalmen­
lo noble de su doctrina lo que nos atrae? te original a la búsqueda de sentido del hecho-Jesús3:
Pero es claro que el núcleo de este movimiento de Jesús
no es una doctrina, sino precisamente su persona y su causa; - no lo hace mediante confesiones, himnos o títulos, sino
de él no afumamos que vivió, en pasado solamente, sino que mediante la narración de su práctica;
vive para siempre una vez resucitado por el Padre. No vive
sólo en el recuerdo de quienes lo seguimos, ni en su causa 2 Ordinariamente se da como seguro que, antes de que se redacte el evangelio
proseguida sino que vive personalmente ; y por eso precisa­ de Marcos, se han escrito las principales cartas paulinas: la Primera Carta a
mente su causa debe ser no simplemente recordada, sino los I esalonicenses, marcada fuertemente por la expectativa del regreso esca-
proseguida. tológico de Jesús como Señor; la carta a los Calatas, con sus advertencias
En esta continuidad juega un papel fundamental la contra las pretensiones de judaizar el cristianismo; la Carta a los Filipenses,
en la que destaca la kónosis de Cristo y sus sufrimientos; la Primera Carta a
memoria de la comunidad primera y su búsqueda del senti­ los Corintios, en la que enfrenta las consecuencias negativas de una cristología
do del hecho-Jesús. Tratando de comprender empiezan a y una eclesiología de exaltación, y la Carta a los Romanos, en la que sobresalen
los temas de la gratuidad de la fe y el papel de la ley.
elaborar confesiones de fe en las que predomina obviamen­ 3 Sobre la fecha de composición cj. Taylor, Evangelio según san Marcos,
te la gozosa certeza de su exaltación1. Y eso es lo que 50-55; Schweizer, II Vangelo secando Marco, 27; Léon-Dufour, Los evan­
pregonan. Pero, como Jesús mismo, sus discípulos empie­ gelios y la historia de Jesús, 146s; Marxsen, El evangelista Marcos, 163ss;
Radermakers, Im honne nouvelle de Jesús, selon saint Marc, 19. Varios
zan a sufrir por esa fe. Unos cinco años después de Jesús es autores de peso, sin embargo, se inclinan por una fecha posterior al año 70;
asesinado Esteban (Hch 7 y 8); la persecución que se desata c f Minettc De Tilles.se, Le secret messianique, 434-437, en donde suscribe
la opinión de Brandon. en The date o f the markan Gospel, NTSt Vil,
(1960-61), 126-141. este autor lo sitúa en los años inmediatamente posteriores
a la toma de Jerusalén, es decir. 71-72; cf en este sentido a Gnilka, Mk I, 34;
1 Aunque no tenemos acceso directo a las primeras formulaciones podemos Pesch, Mk I, 14; Standaert. l.'évangile selon Marc. 14; Cousin, Los textos
acercamos a su contenido nuclear a través de los discursos que reliere Lucas evangélicos de la pasión, 60, en donde se sitúa la redacción hacia el 68-69.
en los Hechos de los Apóstoles (2, 22-24.32.38; 3, 13-15.19; 4, 10-12; 5, Cf. también Ch. Perrot, Introducción critica al nuevo testamento, 1,515. Sin
30-32), de las confesiones de fe (cf. Rom 1,2-4; 1 Cor 15, 3ss; Col 1,13-20), embargo no podemos dejar de mencionar los estudios del P. O’Callaghan
de las fórmulas litúrgicas (cf. 1 Cor 11, 23-26) de las fórmulas de bendición sobre el descubrimiento de un papiro anterior al año 50 d.C. en las cuevas de
(cf. Gal 1, 3-5; 1 Tes 5, 23s; Rom 16, 25-27); cf. Bornkamm, El nuevo Qumrán que contendría un fragmento del capítulo 6 de Marcos; eso retrotraería
testamento y la historia del cristianismo primitivo, 33ss. su redacción hacia los años 40.

6 7
Jesús, hombre en conflicto Lo sorprendente del relato de Marcos

- se trata de una narración inversa, en un mundo en el - en síntesis: no es la memoria del triunfo de Jesús, sino
que la historia es la de los vencedores, escribe un relato un relato de una práctica truncada por la violencia y el
desde el reverso de la historia, sobre ese judío vencido, fracaso, y que pretende comprometer al lector con el
dirigido a una comunidad de perseguidos4 no judíos, proseguimiento de esa causa.
probablemente romanos', a quienes propone como nor­ Esa narración al revés se difunde en pocos años por todo el
ma de vida a ese judío; mundo mediterráneo; Mateo y Lucas lo toman como base de
- se trata de un relato inconcluso de una práctica truncada su relato y lo adaptan a las necesidades de sus propias
violentamente, que no da respuesta inmediata a la comunidades. Ninguna otra obra de la antigüedad clásica del
pregunta obvia sobre qué pasó con todo ese asunto de mundo vencedor ha generado tanta vida como esta pequeña
Jesús6; • • • obra de vencidos. Habrá otras más admirables desde el punto
- su autor no es un testigo inmediato de* los ihechos
i 7
;
incluso es probable que haya tenido que vencer fuertes de vista literario; pero nadie ha arriesgado jamás su vida por
resistencias a que consignara por escrito la memoria de ninguno de sus personajes o de sus ideas; nadie ha muerto
Jesús8, dada la expectativa cercana del final de la por defender a Sócrates o por las ideas filosóficas de Platón
historia y, sobre todo, porque la memoria es cuestión o de Aristóteles; nadie ha puesto el sentido de su vida en ser
de testimonio, y el papel escrito podría suplantar esa como Prometeo, compartiendo la causa del fuego por amor
responsabilidad y abrir la puerta a deformaciones del a los hombres. Un texto sin futuro aparente ha sido generador
recuerdo y a malas interpretaciones; de futuro. Renacido en la vida de miles de hombres nos ha
llegado, también a nosotros, vivo todavía. Sigue incidiendo
particularmente en la esperanza y en la calidad de vida cris­
tiana de los pobres de miles de Comunidades de Base en el
4 Cf. Standaert, o.c. Tercer Mundo , quienes han asumido, a su vez, la tarea de
5 C f Pesch, Mk 1, 12-14, donde analiza los pros y los contras de esta tesis; cf. relevo para que llegue también a las generaciones siguientes.
también Léon-Dufour, en Introducción critica al nuevo testamento, I, 291- Y aquí nos encontramos nosotros, participantes del
292. movimiento de Jesús que sigue en plena marcha, continua­
6 Tenemos como absolutamente probable el que éste sea el final pretendido por
Marcos, como lo atestiguan códices muy antiguos y como piensan muchos dores de aquella experiencia inesperada, sorpresiva, de las
exegetas; cf. J. Flug, La fínale de l'évangile de Marc. Me 16, 9-20; K. Aland, primeras comunidades, que afirmamos como ellos que Jesús
DerSchlussdesMarkusevangelium(e\\ M. Sabbe,ed.,L ’évangile selon Marc.
Tradition et rédaction. Gembloux/Leuven 1974, pp. 435-470); X. Alegre, Un es la alternativa de Dios para la vida del pobre. También a
silenci eloquent: o la paradoxa del final de Marc. " I no digueren res a ningú nosotros nos ha llegado el relato de Marcos. Se trata de un
perqué tenienpor"; lección inaugural del curso académico 19X4, Facultad de escrito dirigido a gente que antes de la predicación de los
Teología de Barcelona, pp. 12-14.
7 No conocemos con certeza a su autor, es probable que su nombre sea el que cristianos huidos de Palestina por la persecución judía, no
se le atribuye, aunque no se sepa qué papel jugó en la primitiva comunidad
cristiana. Esto es precisamente lo que llama ía atención: en una época en que
tenían nada en común con Jesús; ahora, en cambio, se ha
se solían atribuir muchos escritos a alguien con prestigio, para darles credibi­ convertido para ellos en alguien de la máxima significativi-
lidad, sorprende el que este relato se atribuya a un personaje de segundo plano dad. Da relevancia a la memoria d e.Jesús, que corre peligro
y no, por ejemplo, al mismo Pedro, a quien la tradición nombra como fuente
de inspiración. Esto es indicio de credibilidad. Sobre este punto, cf Léon-Du-
four, Los evangelios y la historia de Jesús, 146. 9 Standaert ha destacado el signo de los tiempos que representa la importancia
8 "Contrariamente a lo que hoy creeríamos fácilmente, el paso de la tradición de Me para las comunidades cristianas populares, mostrando las semejanzas
oral a la escritura no siempre se vio con buenos ojos. La puesta por escrito del entre éstas y la comunidad de la época de Marcos: minoritarias, reprimida*,
evangelio de san Marcos provocó en el propio Príncipe de los Apóstoles una perseguidas hasta el punto de ser amenazadas incluso en su sobrevivencia; cf.
inquietud, la toma de conciencia de un peligro..."; cf. Léon-Dufour, o.c., 41, o.c. 18.
que cita a Eusebio.

9
Jesús, hombre en conflicto Lo sorprendente del relato de Marcos

de caer en el olvido, y con eso busca llenar de contenido los Estas importantes diferencias con otras formas de buscar el
títulos que se le atribuyen. La forma literaria más apta para sentido permiten suponer que Marcos quiere aportar un
consignar esa memoria es el relato. correctivo importante a la manera como entienden el he­
La comunidad ha conservado recuerdos de Jesús, unos cho-Jesús otras cristologías1", y que esto lo hace en función
dispersos, otros en forma de colecciones10, pero no era nada de la comunidad a la que escribe1' Aunque no conocemos
obvio que de ellos pudiera resultar un evangelio11. Marcos no esa comunidad con la seguridad con que conocemos a los
los conserva como un simple recopilador de datos yuxtapues­ destinatarios de otros escritos neotestamentarios, el hecho de
tos, sino que los estructura creativamente haciendo de ellos que pronto otras comunidades lo asumieron y fue objeto de
un relato coherente. A diferencia también de las formulacio­ dos importantes reelaboraciones, (los escritos de Mateo y de
nes teológicas contemporáneas, escribe su relato desde el Lucas), nos permite suponer que hay una sintonía básica con
reverso de la exaltación, desde la condición humana de Jesús, ella en cuanto al planteamiento fundamental y una problemá­
que es lo que da contenido y explicación tanto a la resurrec­ tica similar en muchos puntos, de los que podemos señalar
ción como a la misma cruz. cuatro principales:
El punto de partida son varias opciones cristológicas,
es decir, preferencias por una perspectiva entre varias posi­
bles, para llegar al sentido del hecho-Jesús. a) La perspectiva de exaltación 4

- opta por la forma del relato en lugar de la forma El predominio que se da en el kcrygma y en las formulaciones
dominante de confesiones de fe o de las enseñanzas cristológicas a la glorificación de Jesucristo el Señor, origina
doctrinales; una cristología de exaltación que pierde de vista la referencia
- opta por dar una estructura al relato, en lugar de al Jesús de Nazaret; con eso el Cristo, el Hijo de Dios, corre
transcribir meramente y sin orden los recuerdos sobre el peligro de quedar diluido en un mito o de ser entendido en
los hechos y dichos de Jesús (como es, v.g. el Evange­ categorías ajenas a su verdadera realidad. Además el hecho
lio de Tomás); de vivir con la expectativa más o menos cercana de la parusía
- opta por una perspectiva desde donde narrar la práctica ha llevado a algunas comunidades a vivir una espiritualidad
de Jesús: desde la condición humana, desde los márge­ de evasión frente a la historia (Tesalonicenses, Corintios) y
nes, el conflicto y el fracaso, en lugar de la perspectiva a aceptar comportamientos contrarios a la moral cristiana en
de exaltación; nombre de una pseudomística del pecado, que suponían daría
- opta por unos destinatarios: gente perseguida, margina­
dos y pobres que no cuentan para la historia. 12 La hipótesis que se ha manejado de que Me corrige la cristología del 'theios
aner no resulta convincente; cf. T. E. Weeden, The heresy that necessitated
M ark’s Cospel, ZNW 59 (1968) 145-158, y su obra Mark-Traditions in
Conflict, (Philadelphia, 1971). S. Freyne hace un estudio del carismatisino
rabínico y las diferencias que hay con las tradiciones evangélicas, así como de
lO C /G nilkaM kl, 19s. J.I). Kingsbury, Jesús Christ in Mk, Mt and Lk, 1-27, las diferencias de éstas con la concepción del 'theios aner'; cf The Charisma-
con abundante bibliografía sobre la fuente Q; L. Moraldi, Diclws secretos cíe tic, en G.W.E. Nickelburg & J.J. Collins (ed ), Ideal figures in Ancient
Jesús, 11-27. Judaism, (Michigan 1980)223-258.
11 Contra la afirmación de Bultmann de que la composición de los evangelios 13 hste aspecto lo ha destacado p. ej. K.G. Reploh , Markus-Lehrer der Gemein-
"ya por principio no aporta nada nuevo, sino que lo único que hace es terminar de, (Stuttgart 1969).
lo que la primera tradición oral inicia", Marxsen dice que "no es ni mucho 14 Sobre la situación de exaltación cf. Schweizer, II Vangelo, 404-406; La iglesia
menos evidente que todo este material de origen tan diverso llegara al fui a primitiva, medio ambiente, organización y culto (en colab. con Diez-Macho),
desembocar en la unidad del evangelio": cf El evangelista Marcos, 14. 27-32; Kasemann, Im llamada de la libertad, 77-109; Perrot, Jesús y la
historia, 48.

10 11
Jesús, hombre en conflicto Lo sorprendente del relato de Marcos

lugar a la gracia (Romanos, Corintios). Para el momento que d) La experiencia de persecución


escribe Marcos ya se formulaban muy seguramente pregun­
tas sobre el retraso de la parusía y sobre sus causas y conse­ La fe cristiana y su moral se enfrenta con la religión judía,
cuencias (cf Me 13, 32). Podríamos definir esta situación por un lado, y con la del Imperio, por otro; la consecuencia
como de tensión entre la exaltación y la historia, entre la es la persecución e incluso la muerte de algunos de los líderes.
evasión y el compromiso. Desde esta situación se comprende que la persecución que
sufrió Jesús es herencia de los cristianos, riesgo inherente a
la fe y posibilidad real para quien lo siga.
b) Las tensiones con el mundo judío El fenómeno de la exaltación afecta tanto a la fe pen­
sada como a la fe vivida: esa interpretación incompleta,
Los conflictos tempranos tenidos con las autoridades judías, incluso equivocada del hecho-Jesús, corre el riesgo de vaciar
por un lado, y la expansión del evangelio entre los paganos, de contenido las formulaciones de fe. Y suele venir acompa­
por el otro, llevan a replantear el estatuto del cristianismo ñada de una ec/esiología de exaltación, y a ambas subyace
naciente en relación con el mundo judío y sus exigencias una teología de exaltación que puede derivar a una teología
rituales. Una fuerte tendencia judaizante pretenderá mante­ del poder. De todo esto se derivan fácilmente prácticas
ner las prescripciones nacidas de la ley de la Pureza, desvir­ contrarias al dinamismo de Jesús, y desvinculadas de su
tuando así la libertad cristiana; Pablo denuncia esa tendencia memoria. Con su relato Marcos quiere corregir esta situación.
porque niega a Cristo su lugar único y su normatividad como Por eso tiene las siguientes características:
Salvador1. Esta situación podría definirse como de tensión
entre continuidad y ruptura con el AT. - Es la narración de la práctica de Jesús presentada como
procesual, situada y conflictiva, en favor del pueblo y
c) La perspectiva gnóstica de su vida, como exigencia del Reinado del Padre.
- Incluye como elemento importante la narración de las
Con base en una interpretación dualista de la existencia prácticas de respuesta ante Jesús; tanto las de segui­
humana, que considera mala la materia, se llega a la negación miento (el proseguimiento de su causa y las dificulta­
de la condición humana de Jesús. Un cierto misticismo des que lo amenazan) como de perseguimiento (la
iluminista, que enfatiza la importancia de la sabiduría para la oposición a Jesús, sus causas y sus consecuencias).
salvación, lleva a algunos a afirmar la irrelevancia del Jesús - Es una narración inconclusa de una práctica trunca­
"en la carne"1’y a dar preponderancia a las ideas sobre Jesús. da violentamente cuyo proseguimiento se encarga a
Nos encontramos con la tensión entre la idea-Jesús y su los lectores1
condición humana; ante el escándalo frente a su carne. - No es un simple relato sino una narración interpretadora
del sentido del hecho-Jesús. Así inicia el género de lo
que podría llamarse narrativa teológica, y hay que
leerlo primeramente como relato.
15 Es la temática de la carta a los Ciálatas; cf. Kacsemann, o.c. 55-76. Pero al
mismo tiempo se tiene conciencia de que Jesús está en continuidad con el
núcleo del Antiguo Testamento, y que éste es una gran ayuda para la compren­
sión del sentido del hecho-Jesús; eso lleva a la recuperación de varias de sus
líneas fundamentales, al mismo tiempo que se toma conciencia de su supera­
ción por parte de Jesús. 17 Al hablar de narración inconclusa no me refiero a las liipótesis de un supuesto
16 Sobre el peligro de la gnosis cf. Marxscn. o.c. 207; Giblet, en Introducción final perdido o eliminado, por lo que el texto hubiera quedado incompleto,
crítica al Nuevo Testamento, I, 72-78. sino de un final pretendidamente dejado en suspenso. Cf. supra, n. 6.

12 13
Jesús, hombre en conflicto Lo sorprendente del relato de Marcos

Por eso nos proponemos acercamos al texto con un método Para determinar la estructura interna del relato -y de la
de análisis que sea fiel a ese carácter narrativo del texto de práctica allí narrada- propondremos tres grupos de claves de
Marcos, así como a la intención del autor. Dado que su lectura, dado que nos encontramos ante un texto distante
trabajo más personal es la estructuración por la que organiza de nuestra cultura20. Para situar la práctica narrada y para ver
el material disperso que le llega de la tradición oral, esa su coherencia con la práctica histórica de Jesús serán de
estructura es el mensaje; ella nos permite descubrir las líneas especial importancia las claves "culturales", que nos ayuda­
fuertes de la práctica de Jesús, normativas para el prosegui­ rán a adentrarnos en su mundo. Pero queremos ir más alia del
miento cristiano de su causa1\ Nos ayudaremos de los datos Jesús histórico y situamos de cara al Jesús que hace historia ;
que tenemos acerca del contexto sociohistórico del tiempo es decir, buscamos comprender el hecho-Jesús como origen
de Jesús, que nos permitirán situar esa práctica en su momen­ y norma del seguimiento del cristiano.
to, para reinterpretarla adecuadamente en nuestro momento Para adentrarnos en el mundo de Jesús sistematizare­
histórico, de modo que, normada por ella, nuestra práctica mos la situación del pueblo con base en lo que conocemos
eclesial sea no tanto imitación (hacer lo que él hizo) sino de la práctica de los grupos dominantes (cf. Capítulo 3 de esta
seguimiento (hacer lo que él haría). Introducción La situación del pueblo en tiempos de Jesús).
Este método de análisis quiere responder a cinco obje­ También tiene especialísima importancia el análisis de los
tivos: ser fiel al carácter narrativo del texto, dar razón de la dos diferentes códigos legales existentes en tiempos de Jesús:
globalidad de la estructura dentro de la que se sitúan los el más primitivo, que llamamos Ley de la Alianza, y el más
diferentes pasajes, adentrarse en la intención del autor, deter­ tardío, que nombramos como Ley de 1a Pureza {cf. Capítulo
minar las líneas de fuerza de la práctica de Jesús, y ser 4 de la Introducción: Ley de la Alianza y Ley de la Pureza).
manejado por grupos eclesiales del pueblo1\

18 Entendemos por estructura no la suma de elementos yuxtapuestos, sino el


entramado que los relaciona y les da coherencia. La importancia de la estruc­
tura para descubrir el mensaje la destaca Schweizer, II Vangelo, 13-15; cf.
también Marx.sen, o.c. 15-16; D A. Koch, Inhaltliche Gliedemng und geo-
graphischer Anfriss im Markusevangelium, NTSt 29, (1983) 145-156. Defor­
me, El Evangelio según san Marcos.
19 Este último punto es fundamental en lo que pretende este estudio, y hemos
comprobado su utilidad en múltiples talleres con las CEB. Por eso no tomamos 20 Para la determinación de las claves de lectura liemos quendo hacer dos
los métodos histórico-críticos como vía de acceso directo al texto: porque no correctivos a la aportación de F. Belo: a) en cuanto a lo accesible de las claves
dan razón de la globalidad ni son asequibles más que a los técnicos; tampoco y del análisis mismo, y b) en lo referente a la fundamentación de lo que él
hemos considerado adecuado el método semióuco porque, aun teniendo llama "códigos simbólicos de la Deuda y de la Mancha", y que yo llamo Ley
elementos muy interesantes y que desbloquean algunas de las comprensiones de la Alianza y Ley de la Pureza, estas claves serán de fundamental importancia
exegéticas, sin embargo el tecnicismo en el que se mueve es manejable sólo en el análisis del contlicto de Jesús con el Centro judío y de las causas de su
por iniciados; corre también el peligro de presentar estructuras vacías de condena y muerte. También aporto otra corrección y es la visión de conjunto,
contenido y sin ninguna incidencia en la fe práctica del pueblo. A ratos sus que falta en Belo; su lectura hace tener la impresión de que "los árboles
análisis dan la impresión de un trabajo enorme y desproporcionado a la utilidad impiden ver el bosque"; lo minucioso de su análisis pasa por alto la existencia
de sus conclusiones. Por otro lado, la artificialidad de las estnicturas propues­ de enlaces entre las perícopas y, sobre todo, la estnictura de conjunto. Sobre
tas dan la impresión de querer confirmar la validez de una teoría más que la estructura, cf. también Schweizer, "Die theologische Leistung des Markus",
dejarse interpelar por el texto mismo y su mensaje. Sin embargo, hemos tenido EvTh 24 (1964) 342-355, resumido en "La aportación teológica de Marcos",
en cuenta elementos importantes de este método para la lectura, y no podemos SelT 33 (1970) 50-61; cf. también X. Alegre, Marcos o la corrección de una
negar que el interés por el análisis del texto desde unas claves de lectura nació ideología triunfalista. Para una lectura de un evangelio beligerante y com­
del estudio del difícil y sofisticado, aunque inspirador, libro de F. Belo, prometido. RLT 6 (1985), 229-263; I. de la Potterie, De compositione
Lectura materialista del evangelio de Marcos. Eviingelii Marci, VerbDom 44 (1966) 135-141.

14 15
2

METODOLOGÍA DE LECTURA

Con base en las claves de lectura del relato determinamos en


primer lugar las unidades de lectura y los momentos diferen­
tes de las acciones, que constituyen la trama del relato1. Para
1 Distinguimos cuatro unidades literarias de sentido:
1) La acción: Toda narración es un relato de acciones; la acción es la unidad
mínima de sentido y se expresa en la oración gramatical: sujeto, verbo y
predicado-complementos.
2) La secuencia de acciones: el sentido no nos lo da la acción aislada, porque
no existe como tal, sino que está situada siempre dentro de un dialogo de
acciones, referida e interrelacionadacon otras acciones, sean del mismo sujeto,
sean de otros actuantes.
Llamamos secunecia al conjunto mínimo homogéneo de acciones interrela-
cionadas, atribuibles a linos mismos sujetos o realizados en unas mismas
circunstancias de lugar, tempo, etc. Cuando cambian sustaneialmente los
sujetos o las circunstancias o la temática, hemos pasado a otra secuencia. En
este seegundo nivel de análisis descubrimos el diálogo de acciones. De acuerdo
a cómo están estructuradas, se distinguen tres tipos de secunecias:
- Secuencia circular: si las acciones están relacionadas de acuerdo a un
esquema a-b-c-d...c’-b'-a', de tal forma que el perimer tema se retoma al final,
elsegundo en el penúltimo lugar, etc., haciendo de marco al tema central, que
es el determinante en la búsqueda de sentido.
Secuencia lineal: si las acciones están conectadas de manera progresiva en un

17
Metodología de lectura
Jesús, hombre en conflicto

facilitar la lectura ofrecemos una traducción directa del texto - el contexto interno, dentro de la práctica homogénea de
griego; pretendemos mantener la fidelidad a matices impor­ un sujeto, en la que se van dando cambios que respon­
tantes descubiertos en el texto, y a la dificultad que supone den a una lógica interna nacida de la coherencia con
el hecho de que nos encontramos con un texto antiguo y de unos valores y unos proyectos;
una cultura distante. Estos dos aspectos sirven de criterio de - el contexto externo, constituido por las otras prácticas
selección entre varios significados posibles de un término. con las que entra en relación, y con las circunstancias
En el texto aparece en cursiva lo que es exclusivo de Marcos, en las que se realizan.
en comparación con los otros relatos sinópticos. Práctica y valores están íntimamente relacionados, pues de
ellos brota la práctica y desde ellos analiza y valora el sujeto
LAS CLAVES DE LECTURA otras prácticas como similares o contrarias. Así, pues, por el
análisis de las prácticas podemos conocer los valores y los
La finalidad última del análisis es descubrir la trama de las proyectos que subyacen a ellas.
acciones al interior del texto, para encontrar las característi­ Pero para descubrir en el relato de Marcos esa práctica
cas de la práctica narrada de Jesús y, mediante eso, determi­ de Jesús procesual y situada, necesitamos claves de lectura,
nar los elementos normativos de esa práctica para el quehacer porque no se expresa de manera directa, explícita, sino que
cristiano del seguimiento. está connotada, implícita. Todo texto tiene esos dos niveles
Llamamos práctica al conjunto de acciones de un de mensaje: el directo, que se descubre a primera vista, y el
sujeto por las que busca incidir en la transformación de la indirecto, que está como entre líneas y que, con frecuencia,
realidad y en las que se concreta su proyecto y su utopía. es el más importante. Cuando no se llega a ese nivel de
Ninguna práctica se da como algo aislado, porque no significado, se corre el riesgo de quedarse en una lectura
existe el sujeto puro, dado el carácter dialogal de la existencia fundamental ista.
humana toda acción es acción-respuesta, que nace de una Todo texto es, en verdad, un tejido en el que se va
interpelación y provoca otras acciones como respuesta, sea formando el mensaje gracias a que los diferentes hilos que lo
de colaboración, (proyectos semejantes o complementarios), forman aparecen y desaparecen, descubriendo así el diseño
sea de oposición (cuando se trata de proyectos contrarios). de conjunto. Pero incluso cuando desaparecen, están conno­
Por tanto, para comprender el sentido de una práctica hay que tados'. La lectura realiza el trabajo de localizar la pluralidad
situar las acciones que la componen, dentro de un doble de las acciones, de los actuantes, las migraciones de
contexto: sentido que van experimentando a lo largo del texto, y la
manera como están interrelacionados. Para eso se sirve
esquema a-b-c...; el tema final suele ser el culmen. de claves de lectura, que son como los indicadores que
- Secuencia alternante! si las acciones se suceden alternativamente, a la manera ayudan a descubrir el sentido profundo de un relato.
de un diálogo: al-bl-a2-b2... Las clasificamos en tres grupos: claves de acción, de
3) La Subunidad. El texto literario no es un simple conglomerado de secuen­ situación y de cultura; mediante ellas descubrimos qué
cias yuxtapuestas, sino que éstas se hallan articuladas formando un verdadero
tejido (=texto), en tomo a un tema que las unifica; así se forman las subuni-
dades temáticas, que tienen una estructura interna similar a la de las secuencias.
Así tendremos subunidades circulares, en las que destaca la importancia de la 3 "Cada uno de los hilos... puede vislumbrarse por todas las relaciones, las
secuencia central como clave para descubrir el sentido de toda la subunidad: alusiones, las referencias a otros lugares del texto con que se va enlazando...;
Un procedimiento frecuente en Míircos será el esquema a-Iva en el que el tema así, pues, cada uno de los códigos produce su sentido gracias a su unión con
inicial, interrumpido por el segundo tema, vuelve a retomarse y llega a su todos los sentidos que hacen surgir las palabras y las frases" Clevenot,
conclusión; en estos casos ambos temas se implican y explican mutuamente. Lectura materialista de la Biblia, 128-129.
2 Cf. H. Echegaray, I¿¡ práctica de Jesús, 52-58.
19
18
Jesús, hombre en conflicto Metodología de lectura

sucede, cuál es su contexto, y cuáles loselementos funda­ - Geográfica. Dónde se desarrolla la acción; lugares
mental esdelaculturaenquesucedelaacciónyqueexpl i can geográficos7.
susentido.
- Topográfica: Lugares no localizables geográficamente,
por ejemplo, la casa, la barca, el desierto, el monte, el
a) Claves de acción
caminos.
Respecto de una acción nos preguntamos quién la realiza, a - Cronológica: Cuándo sucede la acción. También habrá
quién o para quién va destinada, por qué la hace. Tendremos tiempos simbólicos: la Pascua, cuarenta días, de no­
tres claves principales (la última es una modalidad de la che... Especial relevancia tiene ’el sábado’ como tiem­
tercera): po teológico.
- Actuantes. Quiénes son los sujetos y los destinatarios
de las prácticas. c) Claves de cultura
- Práctica. Qué hacen los ac/uantes, dentro de la trama
de acciones-respuesta*. Para llegar a comprender muchos aspectos connotados en un
- Análisis. Se trata de una práctica propia de la instancia relato necesitamos situarnos en la cultura en que se desarrolla
ideológica, y consiste en el juicio que los distintos la práctica y en la cultura desde la que se hace el relato en el
actuantes hacen respecto de otras prácticas o puntos de caso de Marcos trataremos de conocer algunos elementos
vista; en el ^//álisis va connotada la propia jerarquía de fundamentales de los símbolos judíos, del mundo social y del
valores e interpretación de la historia. Ordinariamente mundo cultural del tiempo de Jesús. Para eso usaremos tres
se expresa mediante verbos de decir, de pensar o de claves.
ver .
- Q: Pregunta : Esta actividad es una manera de ««alizar - Simbólica: Los símbolos, mitos y ritos que expresan la
una / l áctica y muestra los valores que mueven a al­ totalidad de sentido de la historia de un pueblo. Ten­
guien a actuar. En boca de los oponentes de Jesús con dremos especialmente en cuenta los símbolos de la
frecuencia equivaldrá a una condena6. Alianza, las expectativas apocalípticas y mesiánicas, y
el símbolo Reino de Dios10, en el que hay connotado
b) Claves de situación
7 Sobre la importancia de esta clave, y la significación simbólico-teológica de
Toda acción está situada en el espacio y en el tiempo; estas Galilea, cf. Marxsen, o.c. 87 y, en general, todo el cap 2: El esquema
geográfico (pp. 49-109). Delormc propone también una lectura de todo el
claves nos descubren la manera como están situadas las relato desde la clave geográfica; cf. o.c. 13-15. Cf. también Manicardi, II
prácticas narradas: cammino di Gesú nel Vangelo di Marco, (Roma 1981).
8 C f Minette, o.c. 242-248; con frecuencia tendrán también un significado
simbólico. Manicardi estudia el significado teológico del camino. De La
Calle destaca la importancia que en el relato tiene el desierto como lugar
4 En el análisis del texto especificaremos si las acciones son de colaboración teológico (cf. Pikaza-De La Calle-, Teología de los Evangelios de Jesús).
(=seguimiento) o de oposición. 9 De alguna manera coincide esto con lo que los métodos histérico-críticos
5 Hay ocasiones en que es el mismo redactor el que hace análisis de la situación, designan como Sitz im Lehen\ el primero sería el de Jesús y el segundo sería
mediante intervenciones explicativas. el de la comunidad de Marcos. Nosotros nos fijaremos sobre todo en el
6 V.g. 2,6: Con frecuencia los oponentes de Jesús no buscan ninguna respuesta; primero, para el análisis del relato; sobre el segundo hemos hablado al plantear
en el preguntar mismo lo están condenando. la situación de la comunidad a la que escribe Marcos.

20 21
jesús, hombre en conflicto Metodología de lectura

un elemento de ruptura de la lógica del poder dominan­ LA DETERM INACIÓN DE LA ESTRUCTURA


te y, por tanto, de subversión del orden social vigente.
- Social : En qué sociedad sucede la acción, cómo está Sólo después de hecho el análisis podemos descubrir la
organizada y estratificada, qué grupos la forman, cuá­ estructura, una vez que nos hemos hecho cargo de la com­
les son sus costumbres, cuáles las fuerzas principales. plejidad del relato y de su lógica interna. El autor no nos da
Abordaremos este estudio en el siguiente Capítulo (3) ningún dato sobre la intención que tuvo al escribir. Pero en
en el que nos fijaremos en la situación del pueblo, más la estructura, que es su apoitación personal, encontramos su
que en la de los grupos dominantes. mensaje. Para eso hemos de descubrir tres elementos: los
- Legal. Normas que expresan los valores que rigen las grandes momentos de la practica de Jesús, que son el princi­
relaciones y las acciones, con el fin de proteger la vida pio ordenador del material; los elementos de transición o
y defenderla de conductas que atentan contra ella. Dada enlace entre esos grandes bloques, y las migraciones de
la importancia especial que tiene esta clave para la sentido que se van dando a través del relato.
explicación del conllicto de Jesús con el Centro judío,
expondremos en el Capítulo 4 de esta Introducción la a) Los momentos principales de la práctica de Jesús
manera como se fue configurando la ley judía en torno
a dos lógicas diferentes y contrapuestas en muchos Encontramos en el relato tres grandes bloques, lapiáctica por
momentos, hasta llegar al tiempo de Jesús1'. el Reino (1, 2-8, 21); la crisis y el cambio de práctica:
instrucciones a los discípulos (8,27-10,45); el enfrentamien­
10 Estamos ante un símbolo que viene del mundo político. El reinar de alguien to con el Centro y el desenlace (11, 1-16, 8a).
sobre un pueblo supone que tiene un proyecto, que ese proyecto es bueno para
el pueblo y que ese proyecto se cumple. Aplicando esto al reinado de Dios,
electivamente tiene un proyecto sobre la liistoria, y ese proyecto es bueno para b) Los enlaces
su pueblo. Consiste en la reordenación de las relaciones de los hombres con
(que lo tratemos como Abba), con los demás (que los tratemos como familia Haciendo el análisis nos encontramos con algunas secuencias
de I 'jos), con el inundo (que lo compartamos como el patrimonio que el Padre
nos dejó para la vida de todos sus hijos), y con nosotros mismos (que no nos o versículos que hacen de transición o enlace entie dos
veamos ni como centro del universo ni como indeseables, sino como referidos bloques temáticos, porque sintetizan el tema de la unidad
a Dios como sus hijos y a los demás como nuestros hermanos). En eso consiste anterior y anticipan el de la unidad siguiente, dando de esa
la justicia del Reino: en la justeza de las relaciones humanas, que dan calidad
a la historia. El problema de Dios es que ese proyecto no se cumple, no lo manera una clave conclusiva de lo anterior y anticipativa de
cumplimos. Nos dejó en las manos la historia, v en ella y en la causa de la vida
dejo en nuestras manos su nombre de Padre. Esto explica por qué el Reinado’ lo que vendrá12. Por eso nos ayudarán a determinar los
del 1adre sea lo que acapara toda la existencia del Hijo, responsable de la causa momentos importantes de cambio que se da en la narración
del Padre. Y si la causa del Padre es la causa de ía vida, se entiende que la
causa del pobre, cuya vida está amenazada, sea la causa de Jesús. Y deba ser estudiamos, permite diversas lecturas. No podemos tener la pretensión de
la causa de la Iglesia. Y que eso suponga un enfrentamiento con cualquier encontrar la estnicturxi única posible, simplemente aíinuamos tres cosas: a)
sistema social para el que la vida, la calidad de la vida, no sea el valor que la estructura que proponemos es intrínseca al texto y que se desprende del
fundamental.
11 I odo intento de encontrar la estructura de un texto preexistente tiene algo de análisis del mismo y no de una manipulación ideológica ajena a sus intencio­
re-creación y re-lectura, y no es ni puede ser neutro ideológicamente, como nes; b) que tal estnictura posibilita el acceso al sentido del texto como un todo
no lo es la misma lectura; proyectan sobre el texto la precomprensión teológica coherente y que, a partir de esa totalidad, se posibilita una comprensión mejoi
e incluso las posiciones sociales y políticas desde las que se lee; (cf. Gadamer, de cada una de las partes; c) que el sentido que de ella se desprende posibilita
Verdad y método. Fundamentos de una hermenéutica fdmófica\ p. 332), Las la comprensión e interiorización de la práctica narrada como normativa para
diferencias existentes entre las distintas maneras de estructurar el texto de la práctica cristiana del seguimiento, nacida de la fe en Jesús.
Marcos podrían crear un cierto escepticismo respecto de la objetividad de los 12 El relato de transición toma una serie de rasgos de lo que precede \ prepara
resultados. Pero es que todo texto, sobre todo uno tan rico como el que lo siguiente; c f Standaert, L ’Evangile selon saint Marc, 48.

22 23
Jesús, hombre en conflicto Metodología de lectura

de la práctica de Jesús, y a comprender las migraciones de


sentido. Por hipótesis, en estos momentos encontraremos una
clave para penetrar en la intención del autor dado que son dedica fundamentalmente a formarlos, dejando, salvo en contadas excepcio­
más directamente lesultado de su trabajo que, o los crea (v.g. nes (cuyo sentido veremos en el análisis del texto en su momento), la acción
los sumarios) , o los modifica redaccionalmente14, o los directa con el pueblo. Finalmente decidirá enfrentar al Centro judío en su
coloca en un lugar determinado de la estructura para producir núcleo mismo de poder, Jerusalén, y esa confrontación lo llevará finalmente
importantes migraciones de sentido (v.g. los pasajes de los a la muelle El relato comenzó llamándose "comienzo de la buena noticia de
Jesús", pero termina en el fracaso y en el silencio de las mujeres. En esos
ciegos, que contextualizan la instrucción de los discípulos, cambios y en esta niptura que se da entre el comienzo y el 1ui, cambia la clave
cada vez más incapaces de ver correctamente la práctica de de comprensión del sentido de la existencia de Jesús: ¿es un iluso, ¿es
Jesús: 8, 22-10, 52)1. . verdaderamente el enviado de Dios, su Hijo? ¿lo es de la misma manera a lo
largo del relato de su práctica, o el contenido de ese titulo se va modificando,
Distinguimos dos tipos de enlaces: mayores y menores; migrando en el transcurso de la narración? El cambio de orientación de las
no tanto por su extensión, sino por la importancia que tienen acciones es un primer tipo de migración de sentido, que suele ir acompañado
de cambios geográficos, cronológicos y de destinatarios de las acciones. Asi,
como indicadores para descubrir las migraciones de sentido en ellas podemos ver probables indicadores de una migración de sentido (cj.
dentro del texto. Llamaremos mayores sólo a los enlaces que v.g. 6, 1-6a; 9, 30; 10, 1). ,
hacen de nexo entre las Unidades, y menores a todos los b) Un segundo tipo de migración de sentido se da cuando el signiji cacto
demás. atribuible a un término se desplaza y aplica a otro término. Esto es particular­
mente claro en las estructuras a-b-a. en donde los sentidos de ambos términos
se explican e implican mutuamente. Un ejemplo es el del pasaje,de la higuera
maldita cuya esterilidad migra hacia el 1emplo (cf. 11, 12-14/15-1 -Vzij-z. ),
c) Las migraciones de sentido o el de la oposición de los familiares, en relación con la oposición de los
escribas (3,20-21 /22-30/31-35); también es el caso de los ciegos de Betsaida
A lo largo del relato el significado de algún término, o la y Jericó, situados redaccionalmente al comienzo y al final de las instrucciones
orientación de las prácticas de los actuantes van cambiando de los discípulos, que cada vez ven' menos y entienden menos a Jesús (8,
22-26/8, 27-10, 45/10, 46-52). Este desplazamiento se da también de tonna
de sentido o de valoración. Entonces nos encontramos con más simple, por ejemplo en el primer momento de la predicación de Jesús,
una migiación o cambio de sentido. El concepto queda más cuando la autoridad que el pueblo reconocía a los escribas migra hacia Jesús
v se les niega a aquellos (1, 22.27); o en la secuencia de la transfiguración,
claro con los ejemplos propuestos en la nota1' cuando la autoridad de Moisés y Elias migra a Jesús, único al que hay que
escuchar en adelante (9,4-8).
c) Un tercer tipo de migración de sentido se da cuando hay una ruptura (cesura)
13 FÁ en la lógica ordinaria del tratamiento de un tema, y que parece estar en luncion
133;Gni,ka’M
para 6 ,6b: p.* 236.
Para 1» 32-34: pp. 85-87; para 1, 39: p. 88; para 3, 7-12- p1
de llamar la atención al lector sobre el momento del relato; sucede por ejemplo
14 Al terminar de hacer el análisis, pudimos constatar que en todos los momentos cuando las órdenes de silencio de Jesús, cuya autoridad ha sido presentada
que consideramos enlace o se trata de aportaciones redaccionales o de como indiscutible, no son obedecidas; o en el proceso creciente de incompren­
elementos tradicionales modificados por el redactor o, al menos, situados sión de los discípulos, que contrasta fuertemente con la "ortodoxia del saber
redaccionalmente por él en la estnictura. Cf. Minette o c 45 v 48s cristológico de los demonios sobre Jesús, o en el caso del Escoba (¡e único
15 Cf. Gnilka, Kík I 314s; II, llls. que queda bien ante Jesús, cap 12, 28-34b!), que está de acuerdo con Jesús y
16 Encontramos cuatro tipos de migración de sentidos, de los que ponemos algún confirma su confesión de fe judía. , ,
d) Finalmente podemos hablar de un reforzamiento de sentido, que se da
a) En las prácticas narradas suceden cambios en su orientación Es el caso de cvumdo se destaca la importancia de algún hecho, mediante repeticiones o
los cambios que experimenta Jesús: ha comenzado orientándose a la predica­ mediante la concentración de información sobre algún punto; un recurso que
ción del Remado de Dios y a la realización de acciones que hagan experitnen- suele usar el texto de Marcos es el de la comparación y la contraposición de
table su cercanía, las curaciones, las comidas con los pecadores. Pero el peligro nares simétricos (por ejemplo cuando describe a los discípulos con los ténm-
que de ahí se ha derivado para Jesús, por el enfrentamiento con el Centro, la nos que ha usado para describir a "los de fuera": cf 4,12 = 8,18), o mediante
incorrecta respuesta de la gente, que se centra en los beneficios materiales pero pares disimétricos o antitéticos (p.ej. la comparación de la acción de Juan e
no llega al Remo, y la incomprensión de los discípulos, lo lleva a la crisis de Bautista y la de Jesús en 1, 7-8: el sentido de la acción de Juan, presentado
Galilea. Entonces, en previsión del conllicto que prevé como más o menos como el Precursor, migra hacia Jesús, que es el "precedido , el Esposo, es
cercano, y ante la impreparación de los discípulos para proseguir su causa, se decir, el Mesías).

24
Jesús, hombre en conflicto

d) La estructura

De esta manera, y en base al análisis interno del texto,


llegamos a la determinación de la estructura, que de hecho
coincide con la estructura de la práctica narrada. A diferencia
de otros autores, distinguimos en ella tres momentos clara­
mente diferenciados tanto por el tipo de acción realizada por
Jesús, como por la finalidad y los destinatarios de la misma17.
Estos tres momentos están organizados en siete Unidades, 3
divididas a su vez en Subunidades y en secuencias18.

LA SITUACIÓN DEL PUEBLO EN


TIEMPOS DE JESUS’

El pueblo no ha significado nunca nada ni para los romanos


ni para los grupos dominantes. Jesús, en cambio, se consagró
a la causa de la vida del pueblo de una manera que resultaba
preocupante para el Centro, porque en torno a él cristalizan,

1 Bibliografía fundamental para este estudio: J. Blank: Jesús de Nazaret, 25-49;


G. Bo r n k a m m Jesús de Nazare t. 35-53; H. Echegaray , La práctica de Jesús,
D. Flüsser, Jesús en sus palabras y en su tiempo', J. Jeremías, Jerusalem en
tiempos de Jesús, Leipoldt-Grundmann, El mundo del Nuevo Testamento',
E. Levine, Un judío lee el Nuevo Testamento; A. Nolan, ¿Quien es este
hombre? Jesús, antes del cristianismo-, Ch. Perrot, Jesús y la historia', L.
Schottroff & \V. Stegem an iv, Jesús de Nazaret, esperanza de los pobres] H.J.
Schultz, (ed), Jesús y su tiempo; G. Theissen, Sociología del movimiento de
Jesús, VV. Trilling, Jesús y los problemas de su historicidad, J.I. González
Faus, Jesús de Nazaret y los ricos de su tiempo’, Saulnier Si Rolland,
Palestina en tiempos de Jesús. En todo este apartado no pondremos ninguna
nota; en su base está el estudio de los libros mencionados y otros más que no
17 C f supnt, inciso a). mencionamos por no recargar demasiado la bibliografía.
18 Véase el índice del libro.

26 27
jesús, hombro en conflicto La situación del pueblo en tiempos de Jesús

a! menos en Galilea, expectativas mesiánicas que inquietan terratenientes, dueños de latifundios contrarios al proyecto
a los jefes judíos. Nacido en el seno del pueblo, se había igualitario de Yahvé; esto ha dado origen al régimen tributa­
identificado con su historia de despojo, y con su acción rio, con la consecuencia del empobrecimiento y endeuda­
pretendía provocar un cambio en su situación que generara miento de muchos pobres e incluso el esclavismo laboral. Tal
la esperanza en el Reino del Padre. Y como esta opción suya violencia siempre fue denunciada por los profetas.
en favor de la vida del pueblo por la causa del Padre es un
dato teológico primero, la situación del pueblo será funda­
mental para entender la práctica de Jesús como reveladora a2) El pueblo en tiempos de Jesús
del Reino y de su identidad como el Hijo. - Pueblo desposeído: La tierra.
Veamos la situación del pueblo a través de la historia De alguna manera el pueblo vive la situación anterior
y las particularidades que tiene en tiempos de Jesús en tres al Éxodo, pero ahora en su propia tierra, a manos de la
aspectos: el económico, el político y el religioso. dominación romana. Unas cuantas familias privilegiadas son
las que poseen la tierra: la corte de Herodes, la burocracia y
a) El aspecto económico la nobleza laica y sacerdotal, quienes la han comprado o la
poseen por concesión romana, a cambio de fidelidad al
imperio y de que controlen al pueblo. Eso ha reforzado la
a1) El pueblo a través de la historia desigualdad de la estructura social: pocas familias tienen
La posesión deja tierra es fundamental para la existencia del muchas tierras y altos niveles de dispendio, mientras que
pueblo, porque es su garantía y porque la vive como un hecho grandes mayorías viven en la miseria.
religioso, qonsecuencia de la promesa. En tomo a ella cuaja - Pueblo explotado: El trabajo.
su identidad como pueblo hermanado en la igualdad de un Una minoría de campesinos trabaja su pequeña tierra
derecho compartido sobre una tierra común dada por Yahvé propia, pero las mayorías tienen que vender su trabajo para
a todos por igual. En ese hecho experimenta la fidelidad de subsistir; los más lo hacen como trabajadores eventuales en
Dios. tierras de latifundistas que no trabajan el campo sino que
Pero esa tierra no la ha poseído sin violencia. La ha viven en las ciudades. Jerusalén concentra la mayor capaci­
conquistado mediante una guerra contra sus ocupantes ante­ dad del mercado de trabajo, tanto en la construcción como
riores, los señores cananeos, que la dominaban mediante un en los servicios en torno al Templo. Muchos oficios son
esquema feudal dependiente del imperio egipcio, de cuyo considerados impuros; entre otros, los pastores, los médicos
esclavismo habían escapado. Sus límites se ampliaron y y los publícanos.
redujeron sucesivamente en tiempos de la monarquía, con
base en guerras y pactos con los reyes vecinos. Es una tierra - Pueblo empobrecido: El desempleo y la mendicidad.
muy codiciada por los imperios de tumo, por ser territorio de La escasez de trabajo y la eventualidad de éste en el
paso entre el sur y el norte. El pueblo ha vivido una historia campo empuja a muchos a la mendicidad. Incluso entre los
de lucha constante contra los proyectos expansionistas impe­ sacerdotes pobres se dan situaciones de hambre, por causa de
riales, organizando luchas de resistencia y de reconquista. la explotación que sobre ellos ejercen los sumos sacerdotes.
La violencia no sólo se ha generado hacia fuera, sino
también hacia dentro de la sociedad judía. A pesar de que la
Alianza hace imprescriptible la propiedad familiar, el pueblo
ha sido despojado de ella en beneficio de la corte y de los
28 29
Jesús, hombre en conflicto La situación del pueblo en tiempos de Jesús

- Pueblo despojado: Los impuestos. Después de las dominaciones egipcia, asiría, babilónica,
Sobre el pueblo gravita la fuerte carga de los impuestos persa y griega, llegaron los macabeos, que despertaron gran­
civiles y religiosos. Ha de pagar la Pax romana al Imperio, des expectativas como liberadores; pero la dinastía asmonea
el lujo de la Corte y la construcción y el funcionamiento del que fundaron no trajo la solución deseada; también se con­
Templo. Roma cobra fuertes impuestos; también Herodes virtieron en opresores de sus hermanos. Eso provocó el
para los gastos de la Corte. La incapacidad de pago podía surgimiento de los asidim, los piadosos, que darán origen a
preverse, dada la situación de despojo y desempleo en que la resistencia farisea y esenia, ambiente en el que nacen las
vive el pueblo. En el terreno religioso hay que mencionar el expectativas apocalípticas, fruto de ese desengaño político,
diezmo para los sacerdotes, el segundo diezmo que había que que los lleva a esperar la solución directamente de Dios. Tras
gastar en Jerusalén, la compra de animales para sacrificios, la decadencia asmonea vendrá la dominación romana.
y el cordero para la Pascua, los donativos y el impuesto para
la construcción del Templo. Se habla de deudas con Roma
del orden de los 600 talentos . b2) El pueblo en tiempos de Jesús
Podemos resumir la situación económica del pueblo en - Pueblo dominado.
los siguientes rasgos: Es un pueblo despojado, explotado, Sobre él pesa una doble dominación política: la romana
tributario, empobrecido, sin espacio vital y sin garantías. y la herodiana; eso implica la privación de un gobierno
propio. La presencia del ejército romano en la ciudad santa
b) El aspecto político supone la Contaminación1 de la tierra de Israel por parte de
los paganos.
b1) El pueblo a través de la historia
- Pueblo traicionado por sus jefes.
Por la Alianza el pueblo de Israel ha sido llamado a vivir un La situación se agrava más por la apariencia de un
proyecto yahvista igualitario, fundado en la experiencia po- gobierno judío: el Sanedrín, que se encarga de los asuntos
lítico-religiosa de la liberación de toda dominación y de la ordinarios del pueblo judío, es aliado de Roma y se encarga
resistencia contra cualquier proyecto de dominación que de mantener el ’orden’, del que sus propios intereses son
amenaza la libertad. Este es un aspecto fundante de su parte sustancial. Israel ya no tiene un gobierno teocrático; su
identidad como pueblo de Dios. rey es el César; sus jefes están vendidos al Imperio y son sus
Sin embargo el pueblo ha vivido también la experiencia cómplices, aunque no sea más que por consideración a sus
de la perversión del poder a lo largo de su historia de privilegios. De esa manera han hipotecado el Reinado exclu­
monarquía, y de cómo esa perversión ha causado la división sivo de Yahvé sobre el pueblo, elemento nuclear de la fe de
de los dos Reinos y las duras experiencias de los destierros, Israel.
así como la violación de los derechos de Dios y de los - Pueblo dividido.
derechos del pobre, por parte de la monarquía. De alguna manera sigue la división sur/norte, caracte­
rizada ahora en el enfrentamiento Centro/márgenes, Jerusa-
2 Un talento es una medida de peso de alrededor de 30 kg; por tanto, una deuda lén/provincia, ciudades/campo. Jerusalén acapara privilegios
anual de 18 toneladas, de oro o de plata. A Herodes se le tienen que aportar romanos y fuentes de trabajo, así como los beneficios del
para su corte 1,()(X) talentos. culto; desprecia particularmente a Samaría y Galilea; consi­
dera herejes a los primeros e impuros a los segundos; ve con

30 31
Jesús, hombre en conflicto La situación del pueblo en tiempos de Jesús

recelo los movimientos de resistencia que allí han tenido su capítulo mostrará la pugna que hay entre los dos códigos
origen. Por ello el Centro será predominantemente conserva­ legales, el de la Alianza y el de la Pureza. Este último será
dor y contrario a todo cambio. Allí viven muchos terratenien­ dominante como consecuencia del trabajo de los escribas
tes, ausentes de los campos, lo cual atiza el resentimiento de fariseos que quitan a los sacerdotes el monopolio de la pureza
los campesinos contra la ciudad. y de las leyes para hacerlas patrimonio de los laicos; pero de
hecho eso no derivó en libertad para el pueblo sino que
- Pueblo reprimido y en resistencia acentuó su marginación sociorreligiosa, por la "inflación de
La explotación que pesa sobre el pueblo ha provocado la pureza" que produjo: defendida por una ley minuciosa­
acciones de resistencia, sofocadas sangrientamente por el mente multiplicada, se hace inasequible para las mayorías y
poder romano. Aunque no existe todavía el movimiento se convierte en beneficio de unos cuantos selectos, que se
zelota organizado, surgen de la base popular motivados por aseguran para sí la bendición y la promesa. La gratuidad de
la fe en el dominio de Yahvé sobre el pueblo, grupos de la elección queda relegada a segundo plano; las obras de la
resistencia armada que se apoyan en las interpretaciones ley serán la garantía de pertenencia al Reino, que se conquista
apocalípticas y que proclaman llegado el momento del triun­ a base de méritos.
fo de Dios sobre sus enemigos. Esas ideas germinan particu­
larmente en el campo. Los grupos de resistencia se oponen a c2) El pueblo en tiempos de Jesús
los impuestos romanos porque implican un reconocimiento
práctico del derecho de dominio de Roma sobre Israel, y una - Pueblo abandonado
negación práctica del dominio exclusivo de Dios. Sus guías espirituales no se preocupan de ellos; los
Podemos sintetizar la situación en los siguientes ras­ sacerdotes viven ese doble juego de complicidad con
gos: es un pueblo dominado, en ocasiones reprimido con los romanos y defensa de sus propios intereses. Los
crueldad, a cuyas justas aspiraciones nadie responde; sin fariseos habrían podido ser sus guías pero, aun siendo
poder de participación y decisión en su propio destino; de origen popular, no aman al pueblo; incluso lo des­
agitado por expectativas mesiánicas de liberación, pero su­ precian porque se sienten superiores a él y le hacen
mido en una pasividad y fatalismo nacidos de las frustracio­ inasequible el saber {cf. Jn 7,49). La división y el
nes producidas por experiencias anteriores a lo largo de la enfrentamiento entre los diversos grupos religiosos ha­
historia. cen más agudo ese abandono.
Ya en tiempos de Jesús era evidente el proceso de
c) El aspecto religioso decadencia del sacerdocio, degenerado desde tiempos de los
asmoneos, por las intrigas que se urdieron en torno a su
apropiamiento. Sin embargo su papel sociorreligioso sigue
c1) El pueblo a través de la historia imponiéndose al pueblo: en una religión tan estratificante y
excluyente como la judía y en la que se seguía manteniendo
El elemento nuclear de la fe de Israel es la elección de parte la idea de un Dios cuyo acceso era mortal al laico, el papel
de Dios. En tomo a la elección se engarzarán todos los demás de mediador del sacerdote sigue manteniendo para éste un
temas clave de la teología de Israel. La Alianza tiene conse­ lugar de privilegio.
cuencias religiosas, morales, políticas; en sus leyes se con­ La estratificación en el terreno religioso es aún más
cretará la voluntad de Dios sobre las relaciones humanas y dolorosa, si cabe, que la que se da en lo económico-político,
en su cumplimiento se juega el pueblo la vida o la muerte, su por cuanto afecta al núcleo mismo de la identidad judía y su
existencia o su disolución como pueblo de Dios. El siguiente
32 33
Jesús, hombre en conflicto La situación del pueblo en tiempos de Jesús

esperanza: la pertenencia al pueblo con el que Dios ha


pactado. Cada una de las diferentes escuelas pretenden tener
a Dios de su parte y, por distintos conceptos, todos excluyen
al pueblo, de la promesa. Los fariseos predominan en lo
ideológico; la inflación de la pureza trae un descuido práctico
y una atenuación de las exigencias de la ley de la Alianza. La
exclusión afecta a los más desprotegidos socialmente: los
enfermos, los leprosos, las mujeres y los pobres. Dios es un
Dios de perfectos, no del pueblo.
ROMANOS

- Pueblo desorientado y expectante


La memoria histórica de la elección se le convierte al
pueblo en dolor al verla incumplida; las catástrofes naciona­
les las ha sobrellevado como castigo a la infidelidad. Pero
ahora no comprende qué pasa ni quién tiene la culpa. Los
fariseos y los esenios culpan al pueblo, los saduceos dicen
que no hay nada que esperar para el futuro, y que el presente
muestra ya la justicia de un Dios que está de parte de los que
lo tienen todo; los grupos de resistencia dicen que ya no es
tiempo de pasividad, sino de lucha contra el dominador.
Así, el pueblp se debate entre la desesperanza y la
inquietud mesiánipa, entre la pasividad y la búsqueda de
signos de un cambio. Ante la división que enfrenta a los
grupos dirigentes, se agrupa en tomo a quien le ofrezca
alguna alternativa. Apoya a los zelotas, se guía por las
doctrinas fariseas, aunque vacila entre las dos corrientes, la
estricta de Shammay y la laxa de Hillel; acude a los sacerdo­
tes saduceos, va tras el bautista, aclama a Jesús. Y ante los
rumores crecientes de un fin ya próximo se pregunta si de
verdad le queda alguna alternativa. Tal es el pueblo al que
Jesús amará y al que dirige su buena noticia del Reino.
Podemos esquematizar así la situación de Jesús y su grupo
dentro de las relaciones de alianza u oposición de los dife­
rentes grupos:

34 35
4

L e y d e l a a l ia n z a y
LEY DE LA PUREZA’

A Jesús se le mata en nombre de la Ley, y por razones de


Seguridad Nacional (cf. Jn 11, 47ss). Por eso resulta central
estudiar los códigos legales dominantes para comprender el
conflicto que lleva a Jesús a la condena y a la muerte.
1 Bibliografía usada para este capítulo: J. Alonso, Literatura apocalíptica; De
pastora profeta; D. Arenhoevel. Asi nació la Biblia; G. Auzou: La tradition
biblique; La danza ante el Atea (Los libros de Samuel); El don de una
conquista (El libro de Josué); La fuerza del Espíritu (El libro de los Jueces);
De la servidumbre al servicio (El libro del Exodo); C. Carmichael, The Laws
o f Deuteronomy, H. Cazelles, "Pentateuque" (en Suppl.Dict.Bibl.)',
Introducción critica al Antiguo Testamento; El Mesías de la Biblia; M.
Clevenot: Lectum materialista de la Biblia, J. De Fraine: Atlas histórico y
cultural de la Biblia; R. De Vaux: Instituciones del Antiguo Testamento;
Historia antigua de Israel', A. Gelin: Los pobres de Yahvé, N.K. Gottwald
The Tribes oJ Yalnveh', L. Grollenberg: Visión nueva de la Biblia', H. Gruen:
El tiempo llamado Hoy, S. Herrínann: Historia de Israel, E. Lods: Ilistoire
de la litterature hebraique et juive\ G. Lohfink: Ahoni entiendo la Biblia', G.
Mendenhall: The hebrew Conquest o f Palestina, A. Neher: Im esencia del
profe tismo, M Noth. El mundo del Antiguo Testamento: P. Ricoeur: Finitud
y culpabilidad. R. Schnackenburg: Reino y Reinado de Dios: R. De Sivatte:
Alliberament d 'Israel: AA.VV: Encyclopaedia Judaica', AA.W : Exégesis
bíblica', G. von Rad: Teología del Antiguo Testamento; A. Weiser: ¿A qué
llama milagro la Biblia? Siendo esta una presentación más para uso de las
comunidades de base, evitaré también el multiplicar las referencias
bibliográficas que justifican este estudio, que se encuentra más ampliamente
fundamentado en la tesis para el doctorado en Teología, presentado en la
Facultad de Teología de Barcelona, en diciembre de 19X4.

37
Jesús, hombre en conflicto Ley de la Alianza y Ley de la Pureza

Toda Ley determina los comportamientos que favorecen la hapirú ); de una decisión de Dios en favor de su vida, garan­
vida y los prescribe como obligatorios, y prohibe los com­ tizada por la posesión de la tierra. El proyecto yahvista
portamientos que van contra ella. Con base en eso se origi­ igualitario da un futuro a ese pueblo primitivo, errante y
naron en Israel dos códigos que tratan de determinar la marginado.
voluntad de Dios sobre el pueblo y sobre los comportamien­ Esa confederación intertribal igualitaria, que incluye a
tos que garantizan la vida e identidad de éste como pueblo grupos cananeos pobres, es incompatible con el proyecto
de Dios. Surgidos en circunstancias diversas, el Desierto, el feudal egipcio-cananeo e implica, como condición histórica
primero, y el Destierro, el segundo, se basan en dos lógicas de posibilidad, la lucha por la libertad. Todo esto es el
diferentes. contexto del fenómeno socio-religioso que llamamos Alian­
La primera, la Ley déla Alianza (LeA) está relacionada za, y es la matriz del núcleo de leyes que regularán la
con la tradición profético-deuteronómica, más propia del convivencia de los que, mediante ella, son constituidos como
Norte; en síntesis dice que lo que protege la vida y la pueblo de Dios.
identidad del pueblo es la justicia y el mirar por el que sufre, Así surge un estatuto de relaciones que posibilita la
como Dios lo hizo con Israel en Egipto. existencia de condiciones para la igualdad: condiciones de
La segunda, más en relación con la tradición sacerdotal tipo económico (limitación de la propiedad, derecho impres­
centralista del Sur, y en condiciones de Destierro, pone el criptible de la tierra familiar, condonación de préstamos), de
acento de la identidad del pueblo en la guarda de la pureza tipo político (liderazgo de Yahvé como principio relativiza-
como condición ritual para el culto y como medio para dor de todo poder, prescripciones en torno al esclavismo y a
preservarse de las costumbres de Babilonia. La santidad de la defensa de los derechos del pobre), y de tipo religioso
Dios es concebida por la primera como la misericordia por (proscripción de la idolatría). El fundamento de esa moral
la que Dios mira por el que sufre; la segunda la entiende como igualitaria es la misericordia liberadora de Yahvé; lo que
separación que distancia y excluye. La primera origina una garantiza la vida del pueblo es la ayuda mutua como exigen­
dinámica de igualdad y exige mirar por el prójimo en su cia de Yahvé, que no quiere nada para sí, sino sólo que en la
necesidad; la segunda crea una sociedad estratificada, con historia se realice su proyecto en favor del hombre. La
base en el concepto de mayor o menor santidad-separación, síntesis de la lógica de la Alianza podría ser "Si Yo miré por
y genera un dinamismo excluyente que privilegia a unos ti cuando sufrías, tú mira por tu hermano que sufre".
cuantos selectos. Veamos a continuación los momentos fun­ No se trata de un pacto cultual primeramente; exige
damentales en que se fueron configurando estos dos códigos asumir el compromiso y la responsabilidad sobre la histo­
legales. ria, y ofrece al hombre una tarea, mediante la cual colabo­
ran con Dios. "La berit no es tanto la alianza de unos
hombres con un Dios cuyo socorro les es indispensable,
M O M EN TO S FUNDACIONALES:
como la alianza de Dios con unos hombres de los que
ÉXODO-PROMESA-ALIANZA
necesita para crear su obra"2.
El punto de partida de la identidad judía es este triple núcleo En este primer momento no hay propiamente preceptos
de acontecimientos salvíficos. Los integrantes de la confede­ de Pureza; las prohibiciones de alianzas con los señores
ración de las doce tribus son grupos nómadas, con una cananeos tratan de evitar que el pueblo se aparte de Yahvé y
experiencia similar: de despojo de la tierra a manos del su proyecto igualitario, perdiendo su identidad como pueblo
imperio egipcio, por un lado, y del régimen feudal cananeo,
por otro; de resistencia tanto en Egipto como en Canaán (los 2 A. Neher, Lxi esencia del profetismo, 104s.

38 39
Jesús, hombre en conflicto Ley de la Alianza y Ley de la Pureza

suyo; aunque posteriormente sí derivarán hacia conductas de (Reyes y Crónicas). Entre los segundos nos encontramos la
segregación ritual y racial. De este tiempo son los códigos desautorización que se hace de la monarquía desde el ideal
siquemitas de la Alianza; el núcleo del Decálogo y el Código yahvista (1 Sam 8), la crítica al rey Saúl(lSam 15, 10-31), la
./ de la Alianza (Ex 34, 10-26) es probable que se remonten crítica profética contra David (2 Sam 11, 1-12, 15).
hasta el mismo Moisés y que su fijación oral sea del tiempo La tradición legal de este momento, a pesar de tener un
del establecimiento en Canaán, aunque su escritura no co­ marcado acento cultual, no justifica una centralización del
mienza hasta la época monárquica. culto, ni tiene tampoco todavía nada de lo que posteriormente
serán las leyes de la Pureza. El primer texto legal de este
momento, (Ex 34, 10-26), llamado Código Yahvista de la
M O N A R Q U ÍA : CORTE V SACERDOCIO
Alianza, se centra en la prohibición de alianzas políticas con
EL D O C UM EN TO VAHVISTA
los señores cananeos, en la prohibición de la idolatría y en la
La monarquía representa un cambio radical de las estructu­ prescripción de fiestas agrícolas, todas en función de la
ras; nace de la necesidad de un liderazgo estable frente a las identidad del pueblo como pueblo de Dios; la prescripción
amenazas filisteas, pero sus resultados fueron más cercanos del sábado aparece simplemente en función del descanso del
al espíritu feudal egipcio-cananeo que al de la Alianza de las hombre. El segundo texto (Ex 20, 22-26) tiene detrás un
tribus, que poco a poco van perdiendo su centralidad. L ^ monoyahvismo práctico que aún no llega al monoteísmo
promesa también cambia de destinatario: ya no será el pueblo posterior; por ahora sólo se trata de "no poner otros dioses a
sino el rey. Eso es lo que sucede en tiempos de Salomón. Son la par que Yahvé". Se permite la pluralidad de lugares de
conocidas las intrigas palaciegas que hay en el origen de la culto; ningún lugar monopoliza todavía a Yahvé, que no es
dinastía davídica cuyo beneficiario es Salomón {cf. I Re 1-3). localizable en la geografía sino en la historia. Sólo hay dos
Así se acaba la forma tradicional de elección del ^ey, que tipos de sacrificios: el holocausto, exclusivamente para Yah­
exigía la designación hecha por Yahvé mediante un profeta, vé, y el de comunión, con un claro aspecto festivo y de
y la confirmación mediante la aclamación popular. A partir constitución de la comunidad, en favor de la cual Yahvé cede
de ahora bastará la sucesión dinástica o la fuerza de las sus derechos.
intrigas cortesanas. Sin embargo la monarquía, tanto en el norte como en
Esa monarquía absoluta requerirá una justificación el sur, ha dado origen a lo que puede llamarse una sociedad
ideológica frente a las tribus; algunos de los escritos yahvis- de clases; las alianzas con los reyes vecinos introducen la
tas cumplirán esa función, así como también la construcción idolatría a Baal; la violación de los derechos de Dios y los
del Templo, que le deja manos libres al rey para edificar otros derechos del pobre originan la crítica de los profetas, que
templos a los dioses de sus esposas (1 Re 6-8, 11). Ha rescatan la centralidad de la Alianza, cuyo proyecto igualita­
comenzado la traición a la Alianza. El incremento del comer­ rio ha sido dejado de lado bajo el pretexto de que las cosas
cio propicia el crecimiento de las ciudades, el lujo cortesano con Dios se arreglan mediante sacrificios.
y la marginación de un campesinado pobre sobre el que Bajo el influjo profético la tradición elohista recopilará
recaen todas las cargas. y elaborará tradiciones legales que también se remontan a
Los escritos yahvistas seguirán dos vertientes: una más Moisés y a la época de la sedentarización. De este momento
de tipo histórico-político, lo que podríamos llamar anales de es la redacción del decálogo Elohista (Ex 20, 1-20) y el
la corte y otra más de tipo teológico-crítico. En la primera Código Elohista de la Alianza (Ex 21, 1-23, 19). La norma
nos encontramos los relatos de la sucesión salomónica aun­ última de conducta y que da carácter absoluto a los manda­
que no ocultan las intrigas y asesinatos que hay en su origen mientos de Dios es la memoria subversiva de la liberación de

40 41
Jesús, hombre en conflicto Ley de la Alianza y Ley de la Pureza

la esclavitud: "Yo, Yahvé, soy tu Dios que te ha sacado del Después de la deportación hacia Asiría, que afecta principal­
país de Egipto, de la casa de servidumbre" (Ex 20, 2). mente a los grupos dirigentes, quedan en el territorio peque­
Este hecho es clave para comprender la lógica de la ños grupos de gente pobre, campesinos y pastores. Siendo
Alianza: "Si Yo miré por ti, tú mira por el que sufre". De este minoría en el territorio, se incrementa la dificultad de man­
hecho se concluye la conducta que hay que guardar con Dios tener la pureza de la fe en Yahvé, lo cual hace que un grupo
y con aquellos a quienes él ha escogido. La gratuidad de la de levitas del norte emigren hacia el sur; consigo se llevan
liberación fundamenta la igualdad de los miembros del pue­ las tradiciones que han ido consignando: el Decálogo elohis-
blo, y su misericordia fundamenta las obligaciones de mise­ ta, el Código de la Alianza, las tradiciones históricas del
ricordia para con el que sufre. Se pone el énfasis en la defensa asentamiento en Canaán, y de la monarquía’.
de los derechos de los esclavos, de los forasteros, de los El Código deuteronomista (Dt 12-26) refleja el espíritu
huérfanos y las viudas y del prójimo en general; el año del norte, menos cultual, más popular, y que choca fuerte- —
sabático se prescribe en función del pobre y sus necesidades mente con la mentalidad sacerdotal oficial'. En el momen­
(Ex 23, 11); se insiste en la obligación de hacer justicia en to de la reforma de Josías, y como reacción sacerdotal
los juicios. Toda esta tradición del norte se potenciará en la contra la reforma deuteronómica, hay que situar el Código
corriente deuteronomista. de Santidad (Lev 17-25), redactado por los sacerdotes de
Jerusalén". Veremos los temas de ambos Documentos.
El Deuteronomio plantea los derechos de Dios y los
EL CONTEXTO DE LA REFORMA D EUTERO N Ó M ICA derechos del hombre, dentro de los cuales da especial impor­
La predicación profética surge como respuesta a cuatro si­ tancia a los derechos del pobre:
tuaciones: La traición del yahvismo por parte de la religión
oficial; la creación del Estado, con lo que supone de pérdida - Derechos de Dios
de la confianza en Yahvé; la evolución económica y social
de los dos reinos, que rompe la igualdad, con sus exigencias Dada la situación sociopolitica del reino del sur, único que
tributarias y burocráticas; el poder creciente de Asiría y sus ha quedado, se impone la centralización del culto, y la
aspiraciones hegemónicas. Los profetas alzarán su voz en supresión de los lugares permitidos en Ex 20, 22-26. Sin
defensa de los derechos de Yahvé y de los derechos del pobre. embargo, las intenciones de los sacerdotes de Jerusalén son
Hacia mediados del siglo VIII el auge económico y las de excluir a los levitas emigrados del norte'. Hay algunas
político ha roto la unidad tribal y la solidaridad interna; los
falsos profetas y los sacerdotes se distinguen por su rapaci­
dad; Amos y Oseas, en el norte, y en el sur Isaías y Miqueas, 3 Podemos suponer que los levitas fugitivos con motivo de la catástrofe del 722 llevaron
denunciarán el lujo cortesano edificado con el despojo del consigo tilles colecciones jurídicas al reino del sur. Aquí fueron objeto de la actividad
coleccionadora que desplegó Ezequías (Cap 12-26). 1 fijación de un centro único de
pobre y con la complicidad de jueces venales, la violencia en culto se comprende perfectamente en esa época. Cf. Haag, l)icc. Bibl460; cf también
el poder, la acumulación de tierras y casas, las alianzas Auzou, Trad. Bihl. 183. "Sólo estos últimos (la población mrul) podúui seguir mante­
extranjeras, la injusticia que pretende ampararse en el culto. niendo las antiguas tradiciones yahvistas... Sin embargo, débanos bascar los verdade­
ros portavoces de este movimiento entre los levitas"; von Rad, op. cit. 109.
Un movimiento de predicadores rescatará en el norte las 4 Los saceulotes sadoquitas eran poco accesibles a esa corriente renovadora venida
tradiciones yahvistas de la confederación tribal, y los levitas, del norte; más bien se inspiran en la teología tradicional, según la cual se enfatiza
que viven en el campo o en pequeñas ciudades, serán los la trascendencia de Yahvé y su santidad inaccesible al hombre; cf Cazclles, en
Robert-Fcuillct, Intr. fíihl. I, 35 ls
resonadores del mensaje profético. Así se inicia lo que luego 5 C f Auzou, Trad. bihl. 188.
será la corriente deuteronómica. 6 Bibl. Jer., en su nota a 2 Re 23,9 hice entrever el motivo económico subyacente a esa
oposición.

42 43
Jesús, hombre en conflicto Ley «Je la Alian/.a y Ley de la Pureza

normas que a primera vista parecen seguir la lógica de la Dios (5, 6; 7, 7-8; 10, 17-19) y presenta a Yahvé como
Pureza, pero Cazelles señala que sólo a partir del exilio puede vengador del pobre explotado (15,9-10).
hablarse propiamente de una legislación sobre la pureza ritual - La igualdad fundamental de los israelitas también
excluyente del impuro7. fundamenta las relaciones interhumanas. Igualados inicial­
Elemento característico de la dinámica deuteronómica mente como esclavos, fueron igualados por Yahvé mediante
será el desplazamiento de los derechos de Dios en favor de el don gratuito de la libertad; por eso son responsables de ella
la vida del pueblo: Yahvé cede sus derechos a las víctimas en la historia. El sábado sera memorial no del descanso de
en función de la constitución de la comunidad; el sacrificio Yahvé, sino de la libertad del pueblo (5, 14-15).
será comida de comunión (Dt 16, 1-7), porque Dios no -La finalidad de todo esto es la vida, la felicidad del pueblo,
necesita nada para sí; por eso , porque todo es suyo, lo la posesión de la tierra (4, 40; 5, 16; 6,2-3; 10, 13; 11,8-9). Dios
comparte con quien sí lo necesita, particularmente con el se ha acercado al hombre; por eso éste debe acercarse a él en amor,
pobre (Dt 26, 1-15). Así comienza a darse la identificación no en temor (4,33-34; 6, 5; 10, 12-15; 11, 1). La santidad de Dios
entre los derechos de Dios y los del pobre; en la corriente consiste en su cercanía misericordiosa. Se revela un Dios preocu­
sacerdotal, Yahvé cede sus derechos en favor del sacerdote, pado porta vida del pueblo y empeñado en hacerla posible.
de cuya participación se excluye al pueblo laico.
LA REACCIÓN SACERDOTAL:
- Derechos del hombre EL C Ó D IG O DE SANTIDAD

El principal derecho del hombre será el derecho a la vida Pero los sacerdotes de Jemsalén no vieron con buenos ojos
y a todo lo que la garantiza; de ahí vendrán las normas la influencia de los levitas del norte; para contrarrestarla
sobre el matrimonio, la familia, el adulterio, el divorcio; realizan la redacción del Codigo de Santidad (Lev 17-25), y
se prescribe la preocupación por los demás y sus bienes comienzan la fusión de las tradiciones yahvista y elohista
(22, 1-4) y se dan normas sobre la recta administración de (documento j eovi sta)'.
la justicia (16, 18-20; 17, 2-7; 19, 15-20). Aunque algunas de sus prescripciones provienen del
Y en todo esto se mirará particularmente por la fondo deuteronomista, la orientación sacerdotal cambia las
protección del débil, más que por los derechos de los motivaciones: deja de tener relevancia la memoria de la
fuertes: a eso responden las normas sobre el salario y liberación de Egipto para dar paso a la motivación de la
los préstamos, la remisión de las deudas, la liberación santidad: "Porque Yo, Yahvé, vuestro Dios, soy santo"; su
de los esclavos; la función del diezmo no es predomi­
nantemente ritual, sino de comunión con el pobre (14, 8 "Parece ser que los sadoquitas fueron un clero mtinario, poco propenso a
22-29); por todo eso, abusar del pobre será abomina­ innovaciones que cambiaran sus procederes habituales. En todo caso las
ción para Yahvé ( 23, 16-26; 24, 6-22; 25, 13-16). reformas religiosas fueron debidas a iniciativas de reyes, no de sacerdotes...
y, no obstante los conflictos que ésta y otras circunstancias opusieron a los
Se pueden determinar tres motivos fundamentales en sacerdotes y a los reyes, la oposición cíe los sadoquitas no dejó de reforzarse
la redacción deuteronómica: y triunfó cuando la reforma de Josías, circunstancia en que el clero del Templo
- La práctica liberadora de Yahvé es el funda­ impidió la aplicación de la ley del I)euteronomio a los sacerdotes de provincias
que llegaban a Jerusalem: cf. 2 Re 23, 9"; De Vaux, Instituciones, 483. Y
mento último de la conducta interhum ana; profundi­ concluye el mismo autor: "Desde luego, la resistencia al movimiento de
za en la mem oria de la liberación gratuita por parte de reforma no se limitó a estas polémicas y es verosímil que los sadoquitas
quisiesen oponer al Deuteronomio un código rival. El fondo antiguo de la ley
de santidad, Lev 17-27, parece provenir del sacerdocio de Jerusalem de fines
7 C f DBS IX, 495-501. de la monarquía"; id. 484.

44 45
Jesús, hombre en conllicto Ley de la Alianza y Ley de la Pureza

lejanía de dominio se acentúa: "porque la tierra es mía y a una necesidad histórica de conservación de la identidad del
ustedes son para mí como forasteros y huéspedes" (Lev 25, pueblo durante esa etapa tan difícil para la fe judía, que fue
23). Sin embargo no se pierden importantes elementos deu- el destierro en Babilonia*.
teronómicos: se conserva lo que será fundamental para Jesús La Ley de la Pureza (Lev 11-16) determina las causas
en su confesión de fe judía: el amoral prójimo (Lev 19, 18b; de impureza ritual que se dan en torno al origen de la vida
cf Me 12, 31). (12 y 15), a la lepra (13-14) y a los animales impuros (11);
Los capítulos 19 y 25 parecen estar más vinculados con se concluye con el ritual de la expiación (16). La impureza
el Deuteronomio; los capítulos 18 y 20 transmiten tradiciones es causa de muerte'ÍLev 15, 31) y es en ella donde se juega
muy antiguas; pero la perspectiva sacerdotal acentuará el el pueblo la vida o la muerte. Yahvé, el alejado, se protege
aspecto de separación: "Sean, pues, santos para mí, porque de la contaminación del hombre impuro dándole muerte (cf.
Yo, Yahvé, soy santo, y los he separado de entre los pueblos Lev 10, 1-3).
para que sean míos" (Lev 20, 26). La Ley de los Sacrificios (Lev 1-7) amplía los tipos de
Los capítulos 17 y 21-24 son la parte más netamente sacrificios y los derechos de los sacerdotes sobre las víctimas
cultual-sacerdotal del Código de Santidad Se describen las (derechos que se ampliarán en Num 18 y adquirirán su
condiciones de pureza de las víctimas para los sacrificios; el máximo grado de sacralización en Ez 43-45). Reiteradamen­
humo de éstos es "calmante aroma para Yahvé" (Lev 17, 6); te se califica el sacrificio como "calmante aroma para Yah­
se habla de una santidad de los sacerdotes entendida como vé", en un retroceso al primitivo antropomorfismo yahvista
pureza subjetiva ritual, aunque diferente de la santidad mo­ {cf Lev 1, 9.13.17; 2, 2.9.12; 3, 5.16; 4, 31; Num 8,
ral, y que se entiende como separación de la vida cotidiana 3.13.14.24...) El atributo que lo caracteriza frente a la impu­
(Lev 21, 1 5-6.9. 11.17); viven en el ámbito de lo sagrado, reza humana es la cólera (Num 17, 10-15.27-28; 18, 5; Lev
en el Santuario que aísla a Yahvé para que su presencia no 10, 1-3; Ex 28, 35.45; 30, 11-16; 40, 34-35) que se calma
sea mortal para el pueblo (Lev 22, 3.9) Con esto están puestas mediante el derramamiento de la sangre, a la que tiene
las bases de la casta sacerdotal, fundada en el principio de
exclusividad-exclusión: Yahvé comparte con ellos su dere­
cho a las víctimas; nadie del pueblo puede tener acceso a
ellas. Su santidad los dispensa de la obligación fundamental 9 Podemos fonnular una hipótesis mínima respecto del proceso de elaboración
de las leyes de la pureza: a) La Lev de Santidad es anterior a la ley de la Pureza
de la Alianza, que es el compartir {cf. Lev 22, 10-16). Las y la de los Sacrificios; en estas últimas puede descubrirse un crecienle proceso
fiestas se ritualizan en detrimento de su carácter de comunión de ritualización y una creciente distancia entre lo sagrado y lo profano, entre
del pueblo; el sábado es descanso de Yahvé. Dios y el sacerdote, por un lado, y el pueblo, por otro, b) podemos distinguir
los siguientes momentos:
- etapa preexílica: En Jenisalem, hacia fines del s VII, como reacción contra
el Deuteronomio: Ley de Santidad (Lev 17-26).
EL EX ILIO :v - etapa del exilio: 598-538. Probablemente hay dos fuentes: la escuela de
LA C O D IFIC A C IÓ N DE LA PUREZA Ezequiel, y la de otro gmpo de sacerdotes. Se elaboran la Ley de la Pureza
(Lev 11-16) y las leyes sobre los sacrificios (Lev 1-7) (aunque algunas de estas
La contextualización de las restantes leyes de la pureza leyes podrían suponer la práctica sacrificial del segundo Templo).
- etapa del retomo y la reconstrucción del Templo (538-515) y de las mura-
resulta más compleja, porque sucede en un lapso de tiempo llas(445-432): Normas sobre el sacerdocio (Lev 8-10; Num 5-8 y 15-19) y
mucho mayor y con variantes significativas. Sin embargo se sobre la reconstrucción del Templo (Ex 25-31 y 34,29-40,38). Podría ser este
el tiempo del inicio de la fusión del Pentateuco y de la elaboración de Ez 40-48.
puede asegurar que es en el momento del exilio y del poste­ - etapa de purificación y estructuración bajo Esdras y Nehemías. La datación
xilio cuando son fijadas esas tradiciones por parte de la es más difícil; tal vez hacia fines del s.V y principios del IV De esta época
escuela sacerdotal, y que en ese momento inicial responden serían las prescripciones y anulaciones de matrimonios mixtos, así como la
elaboración final de la Torá.

46 47
lesús, hombre en conflicto Ley de la Alianza y Ley de la Pureza

derecho. Quien usurpe ese derecho y beba de la sangre, que le rocracia. Al sumo sacerdote se le comenzará a ungir con óleo,
corresponde a Dios, merece la muerte (Lev 6, 5; 7,2-5.23-27). lo cual le garantiza un "sacerdocio sempiterno de generación
La desigualdad y estratificación entre el clero y el en generación" (Ex 40, 15). El usar ese aceite en favor de
pueblo no es algo accidental, sino que es inherente a esa algún laico se condena con el exterminio (Ex 30, 26-33)”
concepción de santidad como diferencia y privilegio, como Quizá el elemento más negativo es la deformación de
distancia y exclusión, como oposición entre sacro y profano; la imagen de Yahvé y de las relaciones con su pueblo: El Dios
y es contraria a la dinámica de igualdad del Código de la liberador ahora se convierte en la amenaza de su pueblo, que
Alianza; de ello se generará una estructura social desigual en se cobra sus derechos como cualquier poder dominante:
todos los terrenos: económico, político y religioso . todos los israelitas tendrán que pagar el rescate por su vida,
La privilegiada economía sacerdotal se basa en la amenazada por la presencia de Yahvé en medio de ellos, para
participación en los sacrificios, limosnas, tributos y multas, que no haya plaga; es una especie de impuesto, que hará de
y se va ampliando progresivamente, a medida que aumentan recordatorio ante Y ahvéoara que respete sus vidas (Ex
las causas de impureza ". 30, 11-16). El Dios atento al mínimo clamor del pobre ahora
Al principio al clero lo designaba el jefe del clan, (Jue necesita un memorial económico para no quitarle la vida. El
17, 5-10); al ser designado por los reyes pasará a ser parte del motivo de la liberación cambia también sustancialmente:" Y
aparato de Estado; ellos mismos lo podrán también destituir reconocerán que yo soy su Dios que los saqué de Egipto p ara
(1 Re 2, 27; 12,31)''. poner mi morada entre ellos" (Ex 29, 46). Hay una descon­
Posteriormente, al irse sacralizando, llegará a ser una certante migración de sentido: El Dios que veía por los
institución dinástica, privilegio exclusivo de los sadoquitas, derechos del oprimido ahora no tiene ojos más que para sus
descendientes de Aarón, y del Sur; ni siquiera los levitas (del propios derechos amenazados por la existencia misma del
Norte), que viven dispersos entre el pueblo y más en contacto hombre impuro en la cercanía de su santuario.
con las tradiciones proféticas de la Alianza, pueden acceder
al sacerdocio. Pero todavía crecerá el absolutismo sacerdotal EL FEN Ó M EN O FARISEO:
cuando, después del exilio, el gobierno se convierta en hie­ LA IN FLACIÓ N DE LA PUREZA

10 El cambio de acento es evidente si comparamos con la corriente profética; cf. Damos ahora un salto de dos siglos, hasta el tiempo de la
como ejemplo Is 1, 11 -12.16-18.
11 Un dramático momento de esta desigualdad estmctnral es la narración de la
dominación helena. Ante la persecución de Antíoco IV Epí-
rebelión de Coré (Niun 16-18) nacida de la convicción de qne "toda la fanes (167 a.C.) hay tres tipos de respuestas: los que aposta­
comunidad es sagrada y que 1)ios está en medio de ella" (16, 3). Por ello Coré, tan, los piadosos (asideos) que huyen o soportan la tortura y
levita, se rebela echando en cara a Aarón el que "se encumbren por encima de
la Asamblea de Yahvé" (16,3b). La respuesta a esa "insolencia" es mortal (16,
la muerte, esperando sólo de Dios la victoria, y los macabeos
32-35), porque Dios, según el Levítico, está de parte de la casta sacerdotal. Y que se lanzan a la resistencia armada ".
cuando el pueblo critica a Moisés y Aarón como culpables de las 250 muertes
(17, 6), Yahvé "decide" exterminar a toda la comunidad (17, 10). Sólo la
intervención de Moisés, que envía a Aarón entre "La Plaga" (en eso han 14 Esta presentación de los aspectos negativos del sacerdocio no niega el hecho
convertido a Yahvé los sacerdotes) y el pueblo, detendrá la muerte, aunque no de que durante el exilio fue el pilar de la resistencia espiritual de un pueblo
suficientemente a tiempo: "los muertos por aquella plaga fueron 14,700 sin que se negó a dejar la esperanza y la fe en Yahvé en una situación limite. Pero
contar los que murieron por causa de Coré. (17, 12-14). Acercarse a Dios sin ciertamente cayó en la tentación del poder y en la justificación ideológica de
ser sacerdote es causa de muerte (Lev 18, 5-7); incluso los levitas deben su estatus de privilegio. Dos profetas contemporáneos tendrán dos visiones
andarse con cuidado (Lev 18. 2-3). totalmente contrarias respecto del mismo sacerdocio sadoquita: Ezequiel
12 Cf Dt 18, 3; Num 18; Lev 6, 7-11; 7, 11-23.28-35; 14, 13; 5, 14-26. presenta una visión casi idílica (Ez 44,10-31; 48,10-14); Jeremías, en cambio,
13 En tiempos de Jesús el Imperio roimino es quien impondrá y depondrá al los critica fuertemente (cap. 7 y 8. 8-Í2).
sacerdote. 15 Sobreestá parte de la historia de Israel,gC Lcipoldt-Grunilmann. I, 163-174.

48 49
jesús, hombre en conflicto Ley de la Alianza y Ley de la Pureza

Pero una vez que vencen y suben al poder, caerán en la de la salvación. Sacrifican la finalidad de la ley, que es el bien
tentación del acaparamiento de poderes. Jonatán asume el del hombre, en aras de las minucias de la observancia. Las
poder político y la dignidad sacerdotal (160-143; cf. 1 Mac buenas obras se convierten en seguridad incluso frente a Dios
10, 20ss; 11, 57ss; 12, 8ss). Los asideos protestan contra esa mismo17.
violación de la pureza sacerdotal; y habrá dos reacciones: la
del grupo que se hace fuerte en tomo al Maestro de Justicia,
formando una comunidad jerárquica en base a la teología
sacerdotal de la pureza y que emigrarán a Qumrán (los
esenios), y la de un movimiento laico de protesta contra la
impureza que hay en la institución sacerdotal, cuyas leyes de
pureza asumen para sí como norma de conducta cotidiana;
se trata de los perusim (^separados), los fariseos.
El prestigio de los fariseos irá siendo creciente durante
la dinastía asmonea; llegarán a ser perseguidos por su oposi­
ción a Alejandro Janneo (103-76), pero luego llegarán a la
cumbre del poder ideológico. Sus escribas pretenden normar
hasta los últimos detalles de la vida cotidiana de acuerdo a la
Torah como medio para asegurar la identidad y la sobrevi­
vencia del pueblo, haciendo una verdadera religión de la Ley
de la Pureza. Se enfrentan con los sacerdotes y rompen con
los saduceos, que se aterran exclusivamente a la Torah
escrita, convirtiéndola en reliquia del pasado; ellos, en cam­
bio, buscan una interpretación fiel y creativa respecto de
situaciones de las que la ley no habla' \
Pero esto es precisamente lo que produce la inflación
de la pureza: La noción de mérito, inherente a la actitud
farisea, implica que se merece una recompensa y que le
pertenece por habérsela ganado en base a ’buenas obras’, y
hay correlación entre el número de posibilidades de obedecer
y el número de ocasiones de merecer. La multiplicación de
mandamientos (613, de los cuales 248 son prescripciones y
365 son prohibiciones, (cf Leipoldt-Grundmann, I, 285s) es
cada vez más exóluyente del pueblo, incapaz de conocer todo
eso. El desprecio de los fariseos respecto de los am-ha-arez,
el pueblo maldito que no conoce la ley (cf. Jn 7, 49) los lleva 17 Según los fariseos, el castigo ha venido por culpa del pueblo (TB Baba Batm
incluso al boicot económico contra aquellos a quienes con­ 8a), que no se arredra ante el pecado ni es piadoso (PirAh 2, 5); por eso no
sideran impuros, y a la soberbia de quien se siente poseedor hay que compadecerse de "quienes no tienen conocimiento" de la ley (hlidra
Sam 9), porque los am-ha-arez no resucitan (TB Ket Illb); este juicio tan
negativo del pueblo tiene consecuencias en la vida práctica: quien quiera ser
un haber (miembro de la hennandad farisea) no debe comprar nada a un
16 C f Ricoeur, Finitud y culpabilidad, 282. am-ha-arez ni darle hospitalidad ni pedirla (Demai 2, 3).

50 51
jesús, hombre en conflicto Ley de la Alianza y Ley de la Pureza

SÍNTESIS DE CARACTERÍSTICAS DE
LA ALIANZA Y LA PUREZA Identidad del Pueblo

En el siguiente esquema presentamos las características más Nace de la elección para la igual­
dad, la justicia y el derecho.
Nace de la elección como diferen­
sobresalientes de ambas dinámicas; reducir una realidad tan cia, privilegio y pureza.
compleja a sus rasgos fundamentales exige no perder de vista Comunidad organizada en torno al Comunidad organizada en torno al
lo expuesto anteriormente para matizarlo y apoyarlo: culto y al Templo. compartir.
Estntctura social y religiosa igua­ Estnictura socio-religiosa estrati­
CODIGO DE LA ALIANZA CODIGO DE LA PUREZA litaria, con mecanismos para man­ ficada, jerárquica (clases), exclusi­
tener la igualdad; basada en la va y excluyeme; mecanismos para
Matriz social gratuidad. mantener la separación y el privi­
legio-mérito.
Teología
Acceso a Dios
Éxodo-desierto; la vida amenaza­ Templo de Jerusalén; sacerdocio
da; Alianza de Siquem; corricntc real: oposición a alianzas cananeas Mediante la justicia y el amor, concep­ Mediante la pureza: concepto preino-
profético-deutcronómica del Nor­ idólatras; oposición a la reforma to moral-personal-comunitario. ral, ritual, objetual.
te; levitas. Reformas yahvistas de deuteronómica. por parte del sa­
Ezequías y Josías. Resto pobre del cerdocio de Jerusalén; destierro de Etica del compromiso por la historia. Etica del culto y la purificación.
Norte. Babilonia; resto del Sur. que regre­
sa del exilio. Culto: para la comunión con Dios y Culto: para calmar a Dios por la impu­
con el pueblo. reza.
Identidad del pueblo Ministro 110 ordenado ni separado del Ministro: sacerdote separado del pue­
pueblo; 110 privilegio económico; I)ios blo. Privilegio económico; Dios le
cede sus derechos a todo el pueblo. cede sus derechos al sacerdote.
Dios misericordioso-libcnidor. Dios santo-terrible.
Perdón: implica conversión, decisión Perdón: mediante sacrificio de vícti­
Celo por amor; espera respuesta de Celo por sus derechos; cólera mor­ de cambio, restauración de relaciones mas ajenas. No implica voluntad de
amor. tal contra impureza; crea respuesta alteradas. evitar la impureza (inevitable en mu­
de temor. chos casos) ni hace referencia a injus­
ticia.
Mirada que decide a favor del que Mirada que castiga y se venga de Abominación = iniquidad, injusticia Abominación = mancha, profanación
sufre, y lo salva (=juicio). impuros y paganos (=juicio). contra Dios (idolatría) y contra el pro- contra 1)ios (invadir lo sagrado) y con­
jimo (violencia). tra el prójimo (contaminación en tomo
Vengador del oprimido: derechos Vengador de sus propios derechos. al sexo, lepra, muerte).
del pobre.
Templo: Inicial mente tienda, altares, Templo: inicialmente, capilla real,
Cercanía que crea igualdad Lejanía, separación que crea privi­ lugar de unificación del pueblo. Morada del Dios local, lugar de segre­
legios. gación sacerdotal.
Lejanía de Dios = mortal. Cercanía de Dios = mortal. El asunto de vida o muerte es la orde­ El asunto de vida o muerte es el acer­
nación o alteración de relaciones de carse a Dios de manera profana. Dios
Elige al pueblo para que le de culto acuerdo con el proyecto de Dios. Dios es vulnerable ante impureza, se defien­
Elige al pueblo para que vele por la vulnerable ante la injusticia; protege al de matando al impuro.
justicia y el derecho= responsabi­ y sea diferente; elección = privile­ justo.
lidad sobre la historia. gio.

52 53
Jesús, hombre en conflicto

Cada uno de estos esquemas totalizantes analizará de


manera diferente fenómenos sociales como la pobreza/rique­
za,Ja enfermedad/salud, la opresión/poder, y sus relaciones
mutuas.
Siendo inherente a la Pureza la creación de una socie­
dad estratificada, los bendecidos por Dios serán los puros,
los segregados, los del Centro. La bendición y elección
implica tener un saber (sobre la Ley), tener un poder (p o la ­
co, económico, familiar) y, para ello, estar en el Centro;
consiguientemente se excluirá y mantendrá en los márgenes
a los malditos que pueden contaminar el espacio de bendi­ SEGUNDA PARTE
ción-pureza. La seguridad de las barreras de separación está
en proporción directa con el número de ocasiones de méritos
y bendición o de deméritos y maldición.
En cambio/4//a/?z£/ crea una estaictura social igualado­
ra; ha nacido del rescate de los que no eran nada y a quienes
Dios gratuitamente hizo su pueblo. Por tanto, lo que define
al hombre no es tener más, sino ser igual; no el acumular,
sino el compartir para que todos tengan. La riqueza y el poder
no son señales de bendición en si mismos, sino que depen­
derán del uso que se les dé; y de hecho se tiene la conciencia
de que han sido históricamente creadoras de desigualdad.
Dios no se aleja del pecador y del enfermo, sino que se acerca Rela to In c o n c l u s o
para salvarlo, porque es su Juez, es decir, quien le hace
justicia y lo salva. de u n a P r á c t ic a T r u n c a d a
V io l e n t a m e n t e

54
Introducción

A n á lis is d e l T e x to 1

Estamos acostumbrados a leer el texto fragmentado y enca­


bezado por subtítulos; nosotros lo presentaremos formando
bloques relativamente amplios, sin subtítulos, para propiciar
su lectura como relato. Creemos necesaria la lectura corrida
del relato, para despertar a la intuición que subyace a nuestro
l Dentro de lo posible, queremos calimos al análisis sincrónico del texto, sin
entrar en el análisis de los diferentes niveles redaccionales y tradicionales,
aunque en algunos momentos nos referimos a los principales autores que
manejan la historia de la redacción, para confirmar nuestro análisis. Lo que en
le texto aparece en cursiva es exclusivo de Marcos, aunque no sea lo único
original suyo: para esto último necesitamos un análisis sistemático de la
historia de la redacción, que no es el objetivo de este trabajo, en el que
queremos señimos, dentro de lo posible, al análisis uitemo del texto.

57
Jesús, hombre en conflicto

análisis. Quien quiera, además, ir confiriendo el análisis


podrá hacerlo fácilmente en cualquier texto usual. Lo que va
en cursiva es lo que, en la comparación con los otros sinóp­
ticos, aparece como exclusivo de Marcos. Hemos hecho una
traducción directa del griego, procurando respetar la índole
de texto antiguo, con un lenguaje muy simple. Van entre
paréntesis algunas palabras que no aparecen en el relato
explícitamente, pero que hay que sobreentender para com­
pletar el sentido. En la traducción incluimos algunos matices 1
importantes, resultado del análisis interno del texto que he­
mos hecho.
Dividimos el texto en cinco grandes bloques:
1. Quién es Jesús, 1, 1-13
Q u ié n es j e s ú s :
2. Reino y vida del pueblo, 1, 14-8, 21
3. Crisis y cambio, 8, 22-10, 52 d e n a z a r e t a l a p r á c t ic a
4. En Jerusalén: 11, 1-15, 47 POR EL REINO
5. De Jerusalén a Galilea: 16,1-8

I ítulo del relato: "Comienzo de la buena noticia de


jesús, Cristo, Hijo de Dios": 1, 1

Los versículos 2-13 forman una unidad literaria. El primer


versículo no cabe dentro de ella2, sino que juega el papel de

2 Otros autores entienden diferentemente este comienzo', Trevijano dice que el


comienzo se reliero a Juan el bautista: "Comienzo de la buena noticia... fue
Juan predicando"; Zenvick: "el que comienza: el primer anunciador de la
buena nueva del Mesías fue Juan Bautista". La hipótesis es sugerente; sin
embargo no parece concluyente su base de critica textual, que necesita leer
como puntuación menor 1» que la mayoría de los autores leen como puntuación
mayor. Además, desde el punto de vista interno del texto, veremos que el v. 1
no es necesario para entender el conjunto 1.2-13. Por eso, y por el paralelismo

58 59
Jesús, hombre en conflicto ¿Quién es Jesús?

título de todo el relato y condensa nuclearmente el tema y la Galilea es precisamente lo que va a describir el texto,
intención del autor, cualificando toda la narración. Versículo para hacer posible el retorno allá.
exclusivo de Marcos, único que llama evangelio {buena
noticia) a su relato. Pero si lo comparamos con el versículo - No es un relato de escarmiento , que quiera desalentar
final (16, 8b)’ encontramos una clave para comprender el al lector relatándole la suerte del profeta que se enfrentó
sentido del relato: "Y (las mujeres) salieron huyendo del con el Centro, sino que empuja al seguimiento de Jesús
sepulcro, pues se apoderó de ellas un temor y sobrecogimien­ entendido como proseguimiento de su causa.
to grande, y no dijeron nada a nadie, porque tenían miedo"
Todo el cuerpo del relato nos lleva, como en inclusión, - El relato de la práctica de Jesús da contenido al término
del primer versículo al ultimo, exclusivo también de Marcos: paulino de evangelio difundido ampliamente, pero
la buena noticia termina en el miedo y en el silencio que cuyo comienzo histórico ha quedado relegado al pasa­
parece impedir que el relato se relance. El comienzo remite do y corre el riesgo,de diluirse y vaciarse de contenido
a la inconclusión del relato de una práctica que se va enfren­ y de compromiso Esa es precisamente la gran aporta­
tando gradualmente al fracaso, la incomprensión, la soledad ción teológica de Marcos, al crear el género literario
y la condena de todos; y precisamente en el momento en que evangelio : que no se puede saber de Jesús más que
todo parecería aclararse para la causa de Jesús, en el relato regresando a Galilea a seguirlo. El lector queda invo­
de la resurrección, el miedo paraliza su prosecución. lucrado en la suerte del relato, que narra únicamente el
Sin embargo sabemos que no fue así; el mismo hecho comienzo de su propia práctica cristiana; así empalma
de que se haya escrito es señal de que se relanzó, y llegó a el ayer de Jesús con el hoy del lector.
nuestros días. Esos dos versículos, el título y la inconclusión,
nos indican algo fundamental para entender la intención del
autor: PRIMERA UNIDAD . Prólogo. Quién es jesús: 1, 2-13

- Relata sólo el comienzo de la buena noticia que empezó


con Jesús; su prosecución depende de que los discípu­ Esquema de la Unidad
los y el lector regresen a Cali lea, único lugar donde se
le puede ver y experimentar como resucitado; qué sea En tres secuencias, en las que predomina la clave simbólica,
nos dice de la identidad de Jesús lo siguiente:
- Es el Mesías: Lo precede el profeta de los últimos
estmetural que existe entre comienzo (1, 1) e in-conclusión (16, 8b), y que tiempos (Juan): vv. 2-8.
parece brindamos una clave de comprensión de toda la obra, lo consideramos
como el título. También diferimos de Leon-Dufour que considera comienzo
- Es el Hijo de Dios, designado así por la Voz del cielo:
sólo el prólogo (cf. EHJ 161). Gnilka (Mk /, 42) dice que el v. 1 es el resumen vv. 9-11.
de toda la obra marcana; no el título del libro, sino el resumen de su contenido; - Es un hombre, que sufre la tentación, pero no cae en
incluso esta posición confirmaría nuestra hipótesis estructural. Aceptamos
también como lectura original el hyuos Theou (Hijo de Dios) (cf The Grvek
ella: vv. 12-13. A esta primera presentación programá­
New Testament), a pesar de las opiniones en contra de Schweizer ( 11 Vangelo tica de su identidad le dará contenido todo el relato de
33ss.), Gnilka (Mk1.43) y Pesch (Mk /, 74). Gnilka, sin embargo, considera la práctica, que viene a continuación.
que corresponde al lenguaje habitual de Me (cf op. cit. 376ss.Y
3 Este versículo es el final original de Me; cf. X. Alegre: Un silenci eloqüent:
o la panutoxa del final de Marc (Barcelona 1984), pp. 12-15. Este punto lo
ampliaremos ai el análisis en su momento.

60 61
jesús, hombre en conllicto ¿Quién es jesús?

Relato Comentario

2 Como quedó escrito en el profeta Isaías: "Mira, envío


mi mensajero por delante de ti, el que preparará tu Secuencia A: Juan Bautista y el que viene, el Mesías:
camino; {voz de uno que grita en el desierto: preparen 1, 2- 84
el camino del Señor, rectifiquen sus veredas", Ju an
el bautista anduvo por el desierto proclamando un Juan es presentado como ’el Profeta’ (v 6) que precede al
bautismo de conversión para el perdón de los pecados. Mesías. La respuesta es un movimiento popular, no de los
(Y toda la Judea y los habitantes todos de Jerusalén dirigentes {cf. Me 1 1, 27-33)5; van al desierto, donde predica
salían tras él y, confesados sus pecados, eran bautiza­ Juan, iniciando una práctica de marginación que Jesús llevará
dos por él en el Jordán. hasta sus últimas consecuencias.
El autor realiza un fuerte cambio de significado en la
b Ju an iba vestido con piel de camello y con un cita profética inicial: El camino de Dios (Mal 3, 1) se con­
cinturón de cuero a su cintura y comía saltamontes y vierte en el camino de Jesús (tu camino); las veredas de
miel del campo, ‘ y proclamaba, diciendo: "Viene des­ nuestro Dios (Is 40, 3) son también las veredas de Jesús (tus
pués de mí uno que es más fuerte que yo; no soy quién veredas), que Juan quiere rectificar. La preparación consiste
para suplantarlo agachándome para desatar la correa en la igualación escatológica de las relaciones interhumanas
de sus sandalias.* Yo los bauticé con agua, él los que han de pasar de la desigualdad a la igualdad, de la
bautizará con Espíritu Santo". injusticia a la justicia, expresadas simbólicamente en la nive­
lación de los terrenos’. Así, las Escrituras están dando una
9 Y sucedió que en aquellos días Jesús llegó desde primera clave de comprensión de la identidad de Jesús y del
Nazaret de Galilea, y fue bautizado por Juan dentro sentido de su práctica, mediante la práctica de Juan: la vida
del Jordán. 1(1Y, subiendo todavía del agua, de pronto y el perdón no se ofrecen ya en el Templo, sino en el desierto;
vio rasgarse el cielo y al Espíritu Santo bajando hacia no por los sacerdotes sino por el profeta; no mediante sacri­
él como (lo hace) una paloma; 11 y una voz desde el ficios de purificación ritual sino mediante un bautismo que
cielo: "Tú eres mi hijo, el amado; estoy satisfecho de ti". lleva a la conversión eficaz y al cambio del corazón en cuanto
sede de valores y relaciones y origen de estructuras. El
12 E inmediatamente el Espíritu lo empuja al desierto, desierto se convierte en lugar de vida; el Templo terminará
1-3y por cuarenta días estaba en el desierto , tentado por quedando estéril (Me 1 1, 12-23). Los destinatarios de esa
Satanás; y vivía entre las fieras y los ángeles le ser­
vían.
4 Trac el vestido de Elias (cf. 2 Re 1, 8; Zac 13,4; cf. Me 9,13; Mt 11,15; 17,
11-13), el Profeta enfrentado con el Sistema (cf. 2 Re 1), que vive como
nómada pobre y renuncia a privilegios humanos; esto aparece más claro aún
en Le 7, 24-26. Juan actúa marginándose del Centro, porque sólo desde fuera
se puede predicar una conversión que implica la ruptura con el proyecto de
una sociedad desigual e injusta que niega toda alternativa de salvación al
pueblo.
5 "Se trata de 1111 fenómeno difundido en medios populares, culturamente
pobres" . Perrot, Jesús y la historia, 92.
6 C f la nota de la Biblia de Jenisalén a Is 40, 4: "Isaías veía ya, 2, 12-15, en el
allanamiento de los montes, símbolo de las grandezas orgullosas, una señal
del 'Día de Yahvé'": cf también Clevenot, Lectura materialista. 137.

62 63
Jesús, hombre en conflicto ¿Quién es Jesús?

oferta de salvación son los pecadores, el pueblo, al que el títulos no lo sabemos a priori; lo que Jesús haga por la causa
Centro ha negado toda alternativa. Todo esto implica otras de! pueblo y por la causa del Padre en la historia es lo que
migraciones de sentido. dará contenido a esos títulos. Y ambos títulos han de ser
referidos a la condición humana de Jesús, de que se habla a
Secuencia B: Bautismo de jesús, el Hijo de Dios:
continuación
1,9-11
Secuencia C: Las tentaciones de jesús, el hombre:
Tres elementos caracterizan a Jesús: Su nombre-misión {.Je- 1, 12-13
sús=Y ahvé salva), la ruptura con su situación social, que deja
para unirse al movimiento de Juan, y la experiencia relaciona! No es una secuencia simplemente yuxtapuesta; es precisa­
que tiene de Dios en el bautismo. Hay un verdadero cambio mente la experiencia que Jesús ha tenido de Dios lo que lo
en la situación de Jesús, una conversión (no en el sentido del pone en tentación, es decir, en situación de discernimiento
paso de una situación de pecado a una de gracia, pero sí en sobre qué ha de hacer en consecuencia. Aunque es puesto en
el de paso de una participación pasiva en la esperanza judía tentación por Satanás, no por Dios, es el Espíritu el que lo ha
al ser factor de esperanza para el pueblo). empujado a esa prueba. Como hombre no puede aún deter­
Las siguientes migraciones de sentido expresan este minar qué práctica es la más conveniente como colaboración
cambio: Jesús se desplaza geográfica y socialmente; el cielo, al proyecto de Dios, más que pasando por la tentación, por
cerrado hasta ahora, se abre para dar paso al Espíritu, y Dios, los ///tentos. El relato de Marcos no pone el contenido de las
callado mucho tiempo, entra en diálogo con Jesús. De esa tentaciones, pero las relaciona con la experiencia de filiación,
experiencia de Dios, que le revela que es el Hijo, es decir, el es decir, de responsabilidad por la causa del Padre".
responsable de la causa del Padre en la historia, nace la
misión por la que Jesús deja la esfera de su vida privada para
compartir esa experiencia con los demás. Lo que dice la Voz
del cielo es el culmen de esta secuencia en la que se define
lo que Jesús es para Dios: el hijo amado en quien está
satisfecho Es una segunda clave fundamental para entender
el sentido de la existencia y la práctica de Jesús que, unida a
la anterior, forman un binomio fundamental para Marcos:
Mesías-Hijo de Dios. Pero cuál sea el contenido de estos

7 El tú con el que la Voz designa a Jesús implica el par relaeional Yo, y el término
hijo implica el de Padre como designación del Dios de Jesús; la identificación
con la voluntad del Padre está connotada en el verbo eudákesa: estar satisfecho
plenamente. En el trasfondo de la cita hay una alusión al Siervo y a su suerte,
como contenido del ser-Hijo. Asi se propone una migración programática de
sentido, que relaciona la filiación divina de Jesús con el llevarse a cabo el
proyecto del Padre y con el sufrimiento (cf. 9, 2-13; 12, 1-12; 14, 36), y que
culminará en la revelación del Hijo precisamente en tal muerte (cf. 15, 39).
Esto lo subrayan Pesch, Mk /, 97 y Gnilka, Aík I, 50, que ve una alusión a Is X Me propondrá a lo largo del relato varias situaciones de tentación; remitimos
42,1; Sal 2,7, etc. Parecidamente Schweizer, II Vangelo, 42s, v Nineham, Mk a los siguientes pasajes: 1,35-38; 2, 1-3.5; 7, I -23; 8,17-21.30.33; 9,19,11,
62s. 27-12.27: 14.32-42; 15,34-37.

64 65
R e in o y V id a d e l P u e b l o

C o n f l ic t o c o n e l C e n t r o J u d ío

U N ID A D PROGRAM ÁTICA DE ENLACE:


Anuncio V Convocación

El Programa del Reino: 1, 14-20

Se trata de dos pequeños bloques que no forman parte ni del


Prólogo ni de la Unidad Cafarnaún. Hay un cambio de
registro respecto de la unidad anterior, marcada por la clave
simbólica; ahora comienza la narración de la práctica concre­
ta. Además aparece por primera vez un tema recurrente
fundamental en Marcos: la unidad que hay entre Jesús y los
67
Jesús, hombre en conflicto Reino y vida del pueblo

discípulos1. Se presenta el programa de Jesús, que además padre Zebedeo en la barca con los jornaleros , se fueron
hará de enlace entre la primera unidad (prólogo) y la segunda tras él.
(práctica por el Reino). La importancia de esta breve unidad
consiste en que es como la tesis de la obra, y en que en torno Comentario
a este tema se darán profundos y dramáticos cambios de
significado".
Secuencia A: Anuncio del Reino: 1, 14-15

Esquema de la Unidad Estos versículos tienen importantes elementos propios de


Secuencia A: Anuncio del Reino: 1, 14-15 Marcos. El comienzo de la práctica de Jesús está contextua-
Secuencia B: Cowvocación de la comunidad por el Reino. 1, 16-20 lizado por una circunstancia trágica: la práctica de Juan es
interrumpida violentamente (por parte del Centro político de
Galilea, cf Me 6, 17), y su sitio queda vacío. Jesús no es su
Relato continuador, sino que modifica muy sustancial mente aquella
práctica y aquel mensaje: Deja el desierto, el Jordán, la región
14 Y cuando Juan fue entregado , Jesús se marchó de Judea y, optando por los márgenes, se aparta del Centro y
hacia Galilea y pregonaba el Evangelio de Dios, lo se va a Galilea; deja el auditorio al que éste se dirigía y
diciendo: "Se ha cu mplido el plazo y el Reinado de Dios tampoco prosigue la práctica bautizante. En lugar de eso se
se acerca' cambien de mentalidad y crean esta buena dedicará a proclamar como presentera la decisión de Dios de
noticia". Ih Y pasando por la orilla del m ar de Galilea reinar.
vio a Simón y a Andrés su hermano echando (la red) Cambia el contenido del anuncio: no un bautismo para
en el mar, pues eran pescadores, 17 y les dijo Jesús: perdón, sino la llegada de Dios mismo a reinar; no una
"Síganme y los haré ser pescadores de hombres". IMY conversión para escapar del castigo, sino para ser capaz de
dejando inmediatamente las redes se fueron con él. 19 recibir el don del Reino; no algo para el futuro, sino la
Y caminando un poco más vio a Santiago, el de Zebe- urgencia de un presente que ofrece nuevas posibilidades.
deo, y a Ju an su hermano, en la barca repasando las Jesús no es el relevo de Juan sino su plenitud’.
redes. 2(1 Inmediatamente los llamó. Y dejando a su
3 Sobre la diferencia entre la práctica de Jesús y la de Juan, c f Perrot, Jesús y
la historia, 95-101. ¿Qué nos deja entrever el relato respecto de la intención
1 C f Delormc, Evangelio, 34s. de Jesús al unirse al movimiento de Juan? ¿Por qué se hace su discípulo y no,
2 Á lo largo de todo el relato se descubre un cuestionante cambio de orientación por ejemplo, de los fariseos o de los esenios? Optar por aquel supone excluir
en tomo a la unidad entre Jesús y los discípulos, que resulta dramática y estas alternativas. ¿Qué busca en Juan que no encuentra en los otros? Hay que
crecientemente puesta en cuestión: la incomprensión de éstos los lleva a la leer entre líneas, para descubrir los elementos implicados en el texto. Jesús
traición, al abandono y al silencio. Hay en esto un correctivo de una eclesio- deja su tierra, su situación familiar, su trabajo. No sabemos si desde el
logía triunfalista de exaltación: cf. X. AÍegre, op. cit. 27-33. Es posible también comienzo su intención es de un alejamiento definitivo o si cuenta con regresar,
ver una inclusión programática en la relación existente entre 1,14-20 (anuncio pero cambia luego por causa de la experiencia del bautismo. El movimiento
y convocación), y 16, 7 (anuncio y convocación en Galilea). Es de notar que de Juan no pretende que la gente se quede con él. sino que regrese a su vida
a lo largo de todo el relato Jesús siempre aparece actuando en compañía de los ordinaria (cf Le 3, 10-14).
discípulos; en el momento en que éstos van a actuar como enviados de Jesús Podemos suponer que la intención inicial de Jesús coincide con la de la gente
(6, 7-12), éste no aparece como actuando sólo aparte. Lucas lo ve de manera del pueblo que se une al movimiento renovador de Juan; el texto no sugiere
diferente y pone un pnmer momento de actuación de Jesús en solitario (cf. Le ninguna diferencia, fuera de la omisión de la referencia al perdón de los
4, 14s). pecados (cf. 1, 9b). Lo que Juan ofrece es una alternativa de acceso a Dios, a

68 69
i
jesús, hombre en conflicto Reino y vida del pueblo

Se da una primera migración de sentido: tanto el comienzo toria- anunciaba la apocalíptica farisea, la de Qumrán y Juan
de la misión de Jesús como el llamamiento de los primeros mismo, es cambiado por la imagen de un Dios-Juez-Salva-
discípulos quedarán contextualizados por la suerte de Juan. dor1en consonancia con la tradición profética. Pero esa oferta
Así la causa del Reino queda marcada por el conflicto desde de cambio en la situación histórica exige un cambio en el
el comienzo. En Jesús mismo hay un cambio: a raíz del pobre: que crea que existen esas posibilidades nuevas, y que
encarcelamiento de Juan, pasa de la tentación-discernimiento por esa fe rompa la inercia del pesimismo que le lleva a sufrir
a la decisión y a la práctica; de la experiencia de Dios al la injusticia de la historia como fatal e inmutable. La exhor­
anuncio de su Reino. tación al cambio se convierte así en fuerza movilizadora de
A esto subyace la experiencia de un cambio en la discernimiento y de acción.
cualidad del tiempo. Jesús tiene la experiencia de la oferta Jesús cambia también de lugar geográfico: hay que
definitiva que Dios h a c e ra al hombre y la traduce en su tener en cuenta que Galilea, además de su significado geo­
mensaje y en su práctica: El tiempo hoy se llama ¡cairos, es gráfico tiene connotaciones de tipo socio-político (resisten­
decir, oportunidad de liberación definitiva; connota la idea cia al dominio romano) y socio-religioso (marginación por
de que al mal se le ha vencido el plazo, de que las condiciones parte del Centro, que considera impuros a los galileos; cf. Mt
de un cambio favorable para el pueblo están ya puestas por 4, 15). A partir de este momento tendrá, además, un conteni­
Dios. Esto lo traducirá Jesús en su práctica material de do teológico que se irá cargando de contenido a lo largo del
curaciones, en las comidas con pecadores, en su enseñanza relato, en cuanto lugar de la práctica de Jesús por el Reino."
al pueblo, en su misma situación de marginación socio-reli- Si le seguimos la pista a través de toda la narración, podremos
giosa. La alternativa que el Centro socio-religioso ha negado conocer su significado al final, en 16, 7: es el lugar al que se
al marginado de Galilea se la ofrece ahora Dios mismo en la remite a los discípulos, porque sólo allí es posible la expe­
práctica de Jesús, con la que ha comenzado un tiempo nuevo riencia de Jesús como resucitado; sólo le puede ver quien
(c/2,21-22). regrese a Galilea a/;/v;seguir su causa.
También hay implícito un cambio en la imagen de
Dios: el Juez cuyo día de venganza -del que no hay escapa- Secuencia B: Convocación de la comunidad por el
Reino: 1, 16-20
un pueblo excluido de las promesas por la ideología elitista del Centro. Los
demás movimientos no ofrecen nada al pueblo, al que consideran impuro y Comienza el proceso de constitución de la comunidad de
maldito (cf. Jn 7. 40). Los bautistas realizan un importante desplazamiento
religioso: su mensaje se dirige a todos, y primeramente a las multitudes del seguidores y el proceso vocacional de éstos. La tarea se irá
am-ha-arez, a los incapaces de cumplir con todos los preceptos oficiales. definiendo a lo largo del relato; por ahora consiste, de parte
Por lo que nos narra el relato acerca de la práctica de Jesús, podemos suponer de Jesús, en un análisis y un llamamiento; por parte de los
que en contacto con Juan, y particularmente en el momento del bautismo, Jesús
tiene germinalmente una experiencia única en varios aspectos: seguidores, en dos acciones: dejar y seguir.
- tiene la experiencia de que al pueblo marginado y dominado religiosa y
políticamente Dios le ofrece una alternativa y que ha llegado el kairós, el
momento de salvación;
- personalmente tiene la experiencia de estar referido a Dios como un hijo a
su padre, lo cual le implicará dos cosas: a) que el Padre quiere que el pueblo
viva en plenitud, b) que quiere que Jesús se responsabilice de esa vida. De ahí 4 Sobre el significado del término sofet (juez) como salvador del pueblo, cf. J.
nace el cambio que hubo en la vida de Jesús; y su práctica es lo que nos permite Alonso, Literatura apocalíptica. IX4-18H. El planteamiento apocalíptico del
adentramos en su experiencia. Su práctica de predicación, de preocupación discurso de Juan bautista no aparece explícitamente en Me; lo conocemos por
por la vida material en los niveles en que está amenazada (hambre, enferme­ la fuente Q: cf. Mt 3, 7-10; Le 3,7-9.
dad, pecado), de oposición al Centro judío y a la ley excluyente de la Pureza 5 Cf. Marx.sen, El evangelista Marcos, 49-6 1; Manicardi, II cammino, 51 -72;
será la mediación que concreta su servicio al Reinado del Padre. Píkaza-De la Calle, Teología de los evangelios de Jesús, 23-24.

71
Jesús, hombre en conflicto Reino y vida del pueblo

Principales migraciones o cambios de sentido: ante Jesús: el seguimiento y el perseguimiento, respuestas


que él analizará en las parábolas, donde también comienza
un doble tipo de enseñanza: en público, en clave simbólica,
Por esa práctica de Jesús, el Mar de Galilea pasa de ser para evitar ser mal interpretado, y en privado, explicando todo
meramente un lugar geográfico y de práctica social (trabajo a los discípulos para hacerles comprender el sentido profundo
de pescadores), a ser lugar de la convocación para el Reino de su enseñanza. La última subunidad hace de síntesis y
(cf 2, 13-14); después será también lugar de enseñanza para presenta a Jesús como comprometido con la causa de la vida,
el pueblo (2, 13), de refugio para Jesús frente a la amenaza pero aparece también por primera vez el tema del taumaturgo
farisea (3, 7) y de defensa frente a los requerimientos de la en conflicto.
multitud, cuando ésta se convierte en amenaza para él (3, 9;
4, 1). Los llamados por Jesús cambian un lugar social de
seguridad económica y familiar por otro de desposesión e ESQUEM A DE LA U N ID A D
inseguridad que los llevará a la predicación itinerante (6, Subunidad 1: Cafamaún: ante el sufrimiento del
7-13); dejan un trabajo conocido por otro desconocido (v. 17) pueblo: 1, 21-39.
para el que no están preparados, y un proyecto personal Enlace: Leproso; inicio del conflicto por la pureza:
centrado en sus propias necesidades y las de su familia, por 1,40-45.
otro en el que tendrán la primacía las necesidades de los Subunidad 2: Controversias: El Centro judío contra la
práctica liberadora: lo que "se puede" o
demás. Ese cambio es condición para que puedan integrarse "no se puede" hacer: 2, 1-3, 5.
en la comunidad de los seguidores de Jesús, corresponsables Enlace: Planes de muerte: búsqueda de protección:
de la causa del reino. 3, 6-7a.
Subunidad 3: Respuestas ante Jesús: seguimiento
/perseguimiento: 3, 7b-35.
SEG U N D A UNIDAD: Práctica de Jesús por el Reino: Enlace: Protección de Jesús; nueva forma de
Responsabilidad por la vida del pueblo, y respuestas a enseñanza: 4, l-2a.
su práctica. En Galilea: 1, 21-5,43'’ Subunidad 4: Párbolas: Análisis de respuestas y condicio­
nes de escucha: 4, 2b-34.
Enlace: Tempestad: incomprensión de los discípulos
Presentamos el esquema de las subunidades que integran esta ante la práctica de Jesús y las amenazas:
unidad y de los enlaces que las unen. La acción de Jesús en 4.35-41.
el relato de Marcos va sufriendo modificaciones de acuerdo Subunidad 5: Muerte-Vida: El rescate de la vida: 5, 1-43.
con el cambio que va constatando en la gente, en los oposi­
tores y en sus discípulos. A un primer momento de práctica Veamos ahora cada una de las Subunidades:
por la vida le sigue inmediatamente el conflicto con el Centro,
que se le opone, desde una interpretación rígida de la ley de Subunidad 1 Cafamaún: Jesús ante el sufrimiento del
la Pureza. La condena del Centro lo lleva a la búsqueda de pueblo: 1, 21-39
protección. Entonces se presentan dos modelos de respuesta
Hay dos secuencias. La primera, programática, presenta a
Jesús actuando contra los poderes que deshumanizan al hom­
6 La segunda y la tercera Unidad narrarán la práctica de Jesús, como Mesías y bre; la segunda, una secuencia progresiva compuesta por
como Hijo, por la vida del pueblo. El pasaje de Nazaret (6, l-6a) hace de cesura tres perícopas, presenta la libertad de Jesús frente a la Ley,
y de enlace entre ambas, momento en el que Jesús empieza a cuestionarse el
sentido de su práctica. en contraste con la importancia que el pueblo le da a ésta
72 73
Jesús, hombre en conflicto Roino y vida del pueblo

incluso por encima de sus propias necesidades; ante el éxito enfermos aquejados por diversas enfermedades , y ex­
de Jesús viene la oración frente a la tentación de regional izar pulsó muchos demonios y no les permitía decir que lo
el Reino. conocían.
*’ De madrugada, bastante oscuro aún, se levantó y
Esquema salió y se fue a un lugar desierto y allí oraba. Y lo
Secuencia A: La acción de Jesús contra lo inhumano: 1. 21-28. anduvieron persiguiendo Simón y los otros compañe­
Secuencia B: Por la vida, al margen de la Ley: tentación de regio- ros, u y lo encontraron y le dicen: "¡Todos te buscan!"
nalizarel Reino: 1,29-39. !s Y les dice: "Vámonos a otra parte , a los pueblos
cercanos, para predicar tam bién allí ; porque para eso
he salido".,!í' Y anduvo predicando en las sinagogas de
Relato ellos, en toda Galilea, y expulsando los demonios.
21 Y entran en Cafarnaún, e inmediatamente, entran­
do en la sinagoga en sábado , enseñaba. 22 Y su ense­ Comentario
ñanza los sacudía, porque enseñaba como quien tiene
autoridad, y no como los escribas. 23 Es que en la A:
sinagoga de ellos había un hombre poseído por un Secuencia La acción de Jesús contra lo inhumano:
1, 21-28
espíritu impuro, que gritaba diciendo: 24 ¿Qué te
importa a ti de nosotros, Jesús Nazareno? ¿ Viniste a El elemento central de la secuencia es la práctica eficaz y
acabar con nosotros? Te conozco quién eres: el santo poderosa de Jesús contra el mal que daña al hombre, y contra
de Dios”. 25Y Jesús lo conminó, diciendo: "Cállate y sal la Ley de la Pureza, que margina la vida7. La primera acción
de él". 2h Y el espíritu impuro lo estrujó, y gritando con pública de Jesús tiene una dimensión liberadora y de ilegali­
fuerza, salió de él. todos quedaron tan estupefactos dad: se realiza en sábado*. La autoridad se atribuye a Jesús
que se preguntaban unos a otros: "¿Qué es esto? Una sólo, y se niega a los escribas; es expropiada en favor del
enseñanza nueva con autoridad : da órdenes a los pueblo (cf. vv. 22.27). La distancia entre Jesús y los escribas
espíritus impuros y le obedecen ". 28 Inmediatamente se acentúa: su práctica sucede en la sinagoga "de ellos" (no
se corrió por todas partes la noticia sobre su acción, de Jesús). Su enseñanza se cualifica como "nueva"; esto
hasta toda la región de Galilea.
29 Y en cuanto salieron de la sinagoga fueron a la casa
de Simón y Andrés junto con Sa ntiago y Juan ,' pues 7 En el esquema de esta secuencia resalta la circularidad de la estnictura, y cuál
la suegra de Simón estaba en cama, con fiebre, y en es el elemento central en ella:
a) práctica de Jesús: GEO, CRO y S1M: Cafamaúm, en sábado, (v. 21).
seguida le hablan de ella. 1Y acercándosele la levantó b) reacción del pueblo ante su enseñanza; juicio vs escribas,(v. 22).
tomándola con fuerza de la mano, y la dejó la fiebre y c) resistencia del espíriUi impuro. Jesús es el santo de Dios (vv. 23s).
se puso a servirles. d) autoridad de Jesús = eficacia en favor de la vida (v. 25).
a') La noticia sobre Jesús, extensión de su fama (v. 28).
8 En este primer momento en que Jesús rompe el esquema LeP ( en el que la
,iy Ya tarde, cuando se puso el sol, le traían a todos los santidad de Dios es amenaza para el hombre pecador), el relato le atribuye un
que estaban mal y a los endemoniados. ,u Y todo el título, el ‘santo de Dios', sólo que ¡ihora la santidad de Dios no destruye al
hombre impuro, sino al espíritu que lo daña. Sobre el juego de palabras que
pueblo se agolpaba, a la puerta. M Y curó muchos hay entre esta designación y el toponímico de Nazaret, cf. Gnilka, ¡\4k I, 80.

74
jesús, hombre en conflicto Reino y vida del pueblo

implica que el par contrario, vieja, corresponde a la de los Secuencia B: Por la vida, al margen de la ley.
escribas9. Tentación de regionalizar el Reino:
Esta migración de sentido es fundamental para enten­ 1, 29-39
der el conflicto de Jesús con el Centro: el que no tiene
autorización (legal) para enseñar, tiene una práctica con Esquematicemos la secuencia, para que resalte su carácter
autoridad en favor de los sufrientes; los que tienen autoriza­ progresivo:
ción legal para enseñar sólo realizan, en cambio, una práctica
ideológica estéril para la vida del pueblo, por cuya suerte ni a) Al salir de la sinagoga (sábado); intervención de los
se preocupan, aunque les ha sido confiada (cf. 6, 34). Los discípulos en favor de la suegra de Pedro; curación
escribas atan al hombre a la impureza, mediante las leyes; (vv. 29-31).
Jesús salva y libera de la impureza y de la ley. A la oposición b) Terminado el sábado; práctica del pueblo; curaciones
de estos dos tipos de enseñanza subyace una interpretación (vv. 32-34).
contraria sobre "lo que se puede" y "lo que no se puede" hacer c) De madrugada: retirada al desierto; oración, tentación
por el hombre (cf. 2, 1-3,5), y sobre lo puro y lo impuro, lo de popularidad; extensión de su práctica (vv. 35ss).
que da vida o muerte al hombre (cf. 7, 1-23). Es el conflicto
entre una concepción religiosa que privilegia como acceso a El dinamismo de la secuencia viene marcado por las transi­
Dios los compromisos con el hermano, derivados de la ciones temporales del comienzo de las perícopas, y por el
Alianza (LeA), y otra que privilegia las exigencias rituales movimiento geotopográfico de los actuantes, así como por el
de pureza como acceso a Dios (LeP). Para Jesús, la santidad entrelazamiento de las prácticas de Jesús, de los discípulos y
del Dios misericordioso es garantía de vida para el hombre del pueblo. Inicialmente regionalizada la acción en tomo a
pecador, en cambio la santidad del Dios puro es amenaza de Cafarnaum y "en casa" (vv. 22.29.33), se proyectará luego a
muerte para el hombre impuro10. La presencia de Jesús priva toda Galilea (v. 39) como consecuencia del análisis que Jesús
al mal de su capacidad de actuar contra la vida. El análisis hace en la oración: para eso ha sido enviado, y no puede
del demonio es certero. Lo que ha anunciado Jesús se hace quedarse en el triunfo fácil que los discípulos le presentan
evidente: al mal se le ha acabado el plazo de dominio sobre como tentación" La oracion es el lugar en el que Jesús
el hombre (cf. 1, 14-15); el kairós del Reino, su cercanía, trae discierne y decide su acción de acuerdo con el proyecto de
esa novedad a la historia, porque no es pensable la coexis­ Dios, y es la instancia de análisis de su práctica. Aunque no
tencia del dominio de dos poderes contrarios, uno a favor del podemos suponer cuál fue históricamente el contenido de su
hombre y otro en contra. oración, el lugar que tiene en la estructura nos lleva a verla
como relacionada con su práctica'2, que sucede al margen de

11 El verbo katadioko tiene una connotación negativa; incluso etimológicamente


tiene un significado de persecución. La reclamación que le hacen los discípulos
("¡Todo el mundo te busca!") pretende remitir a Jesús a la satisfacción de las
exigencias inmediatas de la gente, que quiere apoderarse de su fuerza benéfica,
y tiene una connotación, por el contexto geográfico, de una reducción local y
9 Este tema será retomado en la secuencia central de la Unidad Controversias. triunfalista de la acción por el Reino. En ese contexto de tentación mesiánica
10 Y si vamos al fondo de esta dinámica, la última migración de sentido en este está situada la oración, así como anteriormente lo estuvo en la tentación del
aspecto se dará en la muerte que Dios sufre en su Hijo por acercarse al hombre desierto (1,12-13).
impuro. La cercanía con la injusticia es mortal para Dios, como lo es también 12 Cf. los otros momentos en que la oración de Jesús aparece situada histórica­
para el pobre. mente en el relato: 3, 13; 6,41.46; 7, 34; 8,6; 9 ,2s; 14,22ss.32ss; 15, 34.

76 77
jesús, hombre en conflicto Reino y vida del pueblo

la ley, que empieza a ser comparada por el pueblo con la de purificado". 12 E inmediatamente se le fue la lepra y
los escribas, y que suscita todo un movimiento de populari­ quedó puro. iA Y profundamente em ocionado con él lo
dad que se convierte en tentación para él. La de Jesús no es despidió diciéndole : 11 "Cuidado con decirle nada a
una oración ritual, marginada de la vida. Notemos, finalmen­ nadie; pero ve a mostrarte al sacerdote y ofrece por tu
te. el carácter amenazante que connota el v. 39: el discern­ purificación lo que prescribió Moisés, como testimonio
imiento lo lleva de nuevo a territorio enemigo: las sinagogas contra ellos". ‘ Pero él, en cuanto salió, empezó a.
"de ellos". proclamarlo una y otra vez, y a divulgar el hecho, de
tal forma que aquél no podía entrar manifiestamente
en la ciudad, sino que se quedaba fuera, en lugares
Enlace: Curación del leproso; inicio del conflicto por
l.i pureza: 1,40-4513
desiertos, pero de todas partes venían a élX4.
A diferencia de las Subunidades entre las que está colocada, Comentario
ricas en datos geotopográficos y cronológicos, esta secuencia
carece de toda determinación que nos permita ubicarla. El En la sociedad de Jesús, el leproso era considerado como un
nombre de Jesús no aparece en ningún momento; sólo está muerto contra el que se manifestaba el juicio de D io s\ Su
implícito como sujeto de los verbos y pronombres; tampoco impureza era una amenaza mortal contra la vida, que depen­
son mencionados los discípulos. Las motivaciones y senti­ día de la pureza ritual de la comunidad, debe ser segregado
mientos de Jesús no aparecen en la Subunidad Cafarnaún, y de ella para no contaminarla (cf Num 5, 1-4; 12, 10-15; Lev.
aparecerán, en cambio, en la Subunidad Controversias (2, 13,45s). El sufrimiento se acentúa con la soledad, el rechazo
5.8; 3,5). Se anticipa el conflicto con el Centro, que será y el oprobio de ser marcado como amenaza para la vida del
fundamental para esa Subunidad, así como la clandestinidad pueblo, y a quien por eso se le prohíbe toda relación con los
a que Jesús habrá de recurrir como protección. Estas son las
razones por las que la consideramos secuencia de enlace. 14 Algunas aclaraciones de crítica textual y de traducción: Siguiendo a The Cnvek
N. T. omitimos el 'arrodillándose' del v. 40; optamos por la lectura orghistheis
(mdignado), en lugar de splanjnistheis (conmovido), como lectio difficilior
Relato (cf. Minette, op. cit. 49; Taylor. op. cit. 207; Schweizer, op. cit. 62).
Siguiendo a Minette traducimos eis martyrion autois por "como testimonio
40 Y viene a él un leproso que le rogaba diciendo: "Si contra ellos", sentido que tiene claramente en 6,11 y que es verosímil también
en 13,9 (cf. op. cit. 65-60), aunque damos contenido diferente a la hostilidad
quisieras me podrías purificar". 11E indignado , exten­ que implica el dativo. Taylor no comparte la opinión de Minette (cf. o.c. 210).
diendo su mano, lo tocó y le dice: "Quiero; queda El verbo embrimesámenos lo traducimos como "profundamente conmovido";
es difícil la opción por un vocablo que traduzca el rico sentido del término.
Taylor propone varias traducciones; la elección de una u otra presupone la
13 Standaert lo considera relato de transición, que retoma una serie de rasgos opción por la interpretación del sentido del pasaje: tanto del motivo de la ira
de lo precedente y prepara a lo que va a seguir, op. cit. 48. Aquí nos de Jesús como de lu finalidad del secreto. No estamos de acuerdo con
encontramos con una secuencia circular, cuyo centro es el doble mandato que Radermakers, que le da el sentido de irritación contra el leproso y su impureza
hace Jesús al leproso. Veamos el esquema de la secuencia: (op. cit. 87); más bien consideramos como probable objeto de la cólera de
a) viene el leproso a Jesús (v. 40). Jesús la exclusión injusta que la ley de la Pureza hacía de ios leprosos, y como
b) Jesús lo toca; sentimiento de cólera (v. 41). finalidad del secreto, el evitar los problemas que, de hecho, le van a venir por
c) la lepra obedece y queda curado (v. 42). parte del Centro por su violación. Esta lectura explica también por qué
d) advertencia de Jesús: silencio y testimonio contra el Centro (vv. 43s) consideramos este pasaje como enlace.
c') el leproso desobedede y divulga el hecho (v. 45a). 15 "Suena en ella (la lepra) la idea o la imagen de un ataque, asalto, golpe,
b’) Jesús, impuro por tocar al leproso, no puede entrar en pueblos (v. 45b). producido por alguna fuerza sobrehumana, concretamente la cólera de Dios".
a’) vienen a Jesús de todas partes a las afueras del pueblo (v. 45c). L. Alonso Schoekel, Los libros sagrados, Pentateuco II, 59.

78 79
Jesús, hombre en conflicto Reino y vida del pueblo

demás. Es un excomulgado. Nadie puede purificar a un gente sabe que afuera está la oferta de la vida, no ya
leproso; es como resucitar a un muerto. Los sacerdotes sólo adentro. Esto también tiene un carácter provocativo.
pueden declarar ritualmente puro a quien haya sanado de su Veamos las principales migraciones de sentido: la más pa­
lepra, admitiéndole así oficialmente a la comunidad, pero no tente es la antítesis entre lo que sucede al leproso y lo que
tienen poder de darle la salud.
El leproso ha de ofrecer varios sacrificios, de los cuales sucede a Jesús: Este purifica al leproso tocándolo y así lo
una parte importante es para los sacerdotes, que han ampliado reincorpora a la sociedad, pero tocándolo él queda impuro y
considerablemente la legislación sobre la lepra (Cf Lev. es excluido de la vida del pueblo. La purificación del leproso
13-14). Esto aumenta la relevancia social del sacerdote y las se da fuera del Templo, por el laico Jesús; la ofrenda no tiene
ocasiones de sacrificios... en beneficio suyo'’. En este con­ sentido legalista sino de denuncia contra la práctica exclu­
texto hemos de situar la acción de Jesús, que sucede en tres yeme de los sacerdotes. La fuerte reacción de Jesús nos
momentos: subraya lo central que es para él esta práctica; no está
luchando por aspectos periféricos de la fe en Dios, sino por
a) indignado cura al leproso, violando innecesariamente la centralizad misma de su proyecto en favor del hombre que
las prescripciones rituales de Pureza17; como las cura­ sufre. Jesús realiza un signo mesiánico con esa curación, pero
ciones en sábado, tiene carácter provocativo. es un signo preñado de humanidad, de quien se 'mancha' las
b) Mandato doble de secreto y de testimonio: pide secreto manos con el dolor del hombre que sufre, a pesar de las
sobre lo que ha hecho (curar al leproso tocándolo); y consecuencias socio-religiosas que eso le traiga. Pero sólo
que ofrezca el sacrificio prescrito como testimonio acercándosele físicamente le puede mostrar la cercanía de
"contra ellos", que lo han excluido injustamente.
c) Consecuencias de esta dinámica: la marginación de Jesús se retira de Cafarnaum y porque quiere consagrarse al ministerio de la
Jesús. No se dice que "no quisiera entrar" a las ciuda­ predicación" (op. cit. 209). F,1 texto impone una línea de intepretación distinta:
des, sino que "no podía entrar abiertamente"; porque la violación del secreto está relacionada estmcturalmente con el hecho de que
el leproso divulgó lo sucedido, por eso'* no puede Jesús Jesús no pueda entrar abiertamente en la ciudad y que tenga que asumir una
cierta clandestinidad. En este momento el secreto parece tener como finalidad
entrar a la ciudad y tiene que quedarse fuera19. Pero la más inmediata la protección de lo que ha hecho y de cómo lo ha hecho: tocando
al leproso. En otros momentos, el secreto buscará defender a Jesús de una
popularidad indiscreta que impida a la gente llegar a lo profundo del mensaje
16 Sobre los derechos de los sacerdotes a lo sacrificado cf. Lev. 1-7; 12; 14; Num de Jesús, quedándose en su persona. Por eso, desde un análisis interno del
18. texto, y desde la referencia a otros momentos del relato, proponemos como
17 La materialidad del tocar a los enfennos, rasgo ordinario de la práctica de legítima la explicación de que el llamado "secreto mesiánico" puede tener
Jesús, tiene aqui carácter de excepción, precisamente por la seriedad de las también en el relato de Me el carácter de estrategia de Jesús, con la que busca
prescripciones de marginación y exclusión que pesan sobre el leproso. No hay la protección de su causa y de su persona.
ninguna noticia de ninguna actividad purificatoria por parte de Jesús. La 20 Cf. Minette,op. cit. 42-44, donde analiza las posiciones deTaylor, Lohmcyer
irritación de Jesús la atribuye Müvsner a la situación de paria que el judaismo y Robinson. Dice que hay que excluir el sentido de "para obtener un certifi­
reservaba al leproso, con un rigor peor que el prescrito por la Ley; c f Los cado de curación", en cuyo caso la frase habría sido eis martyrion anión: en
milagros de Jesús, 32s. cambio autóis sólo puede ser dativo de ventaja o desventaja (id. 66). Pero
18 C f el sentido consecutivo de la partícula hoste, que traducimos por "de tal atribuye el enojo de Jesús a una supuesta pretensión de una manifestación
forma que"; en este sentido Nincham op. cit. 85s. anticipada de la mesianidad; creo que el texto no ofrece base para tal interpre­
19 Algunos ven en la orden de silencio una intención de evitar la popularidad y tación. Más sencilla es la posición de Schweizer: la ira de Jesús es su reacción
el éxito. Pero todavía queda una segunda pregunta: ¿Por qué quiere evitarlos? ante la atrocidad del daño de la lepra, contraria a la voluntad creadora de Dios
Minette dirá que porque quiere pennanecer ignorado (op. cit. 47) pero no (op. cit. 63); una intepretación similar propone Taylor (op. cit. 208). Descon­
puede detener la fuerza de su gloria mesiánica (id. 51); Radermakers la cierta el que ninguno de estos autores tome en cuenta la clave de la Pureza
atribuye a la ambigüedad de la popularidad; debe evitar aparecer como el para leer el pasaje; tampoco entienden la lepra desde su doble dimensión, física
bienhechor paternalista (op. cit. 89). Taylor dice que es simplemente "porque V socio-religiosa.

80 81
Jesús, hombre en conflicto Reino y vida del pueblo

Dios y la invalidez de la Ley de la Pureza que ’separaba’ al Subunidad 2: Controversias: El Centro judío contra la
hombre doliente, de Dios. La ira de Jesús muestra la ira del práctica liberadora: Lo que "se puede"
Padre contra esa injusticia. No sólo no confirma la lógica o "no se puede" hacer: 2, 1-3, 5
excluyente del sistema de la Pureza, sino que invalida su
pretensión de interpretar la voluntad de Dios. Todas las secuencias tienen una introducción, un cuerpo y
Hecho el análisis, sinteticemos el papel de enlace que una conclusión. La introducción presenta la ocasión de la
juega la perícopa: Hay elementos propios de la Subunidad controversia y la contextualiza; el cuerpo presenta el conflic­
Cafamaum. la impureza está relacionada con el exorcismo to con el Centro en torno a la práctica de Jesús y sus
inicial y la expulsión de un espíritu impuro; el tema domi­ discípulos, conflicto que versa sobre "lo que se puede" o "no
nante, la vida del pueblo, continúa. Tiene una estructura se puede " hacer por el hombre, y según qué criterios. Lo que
concéntrica, al igual que la primera secuencia; sin embargo está en cuestión es, pues, el contenido y la legitimidad misma
no aparece ninguna localización geográfica ni cronológica, de la práctica de Jesús.
característica importante de esta Subunidad. Por otro lado Los conflictos están narrados en forma de controversia,
aparecen elementos propios de la Subunidad Controversias: es decir, de discusión: se enfrentan dos análisis que connotan
la dimensión provocativa de la "violación innecesaria" de la dos jerarquías de valores, dos maneras de entender la relación
Ley no ha sido explicitada en la Unidad Cafamaum, y será del hombre con Dios, y dos maneras de entender su proyecto
tema fundamental de la siguiente Subunidad; aparece tam­ sobre la historia humana y las relaciones que la configuran.
bién en germen el núcleo del conflicto: las diferencias radi­ El análisis se presenta por parte de los opositores como una
cales con la interpretación oficial de la ley. pregunta (O), pero lo es sólo en apariencia; en verdad es una
Sin querer considerar cerrada la discusión, y aunque condena que cierra toda posibilidad de justificación a la
nos inclinamos a la opinión expresada, proponemos, sin práctica de Jesús. El, en cambio, cuando pregunta, abre la
embargo, dos alternativas: o considerar toda la secuencia posibilidad de un comportamiento nuevo, no tenido en cuenta
como enlace, o considerarla como parte de la primera Subu­ por sus opositores. El primer conflicto va connota un peligro
nidad, dejando sólo el v. 45 (exclusivo de Marcos), como mortal para Jesús, es juzgado de blasfemo; eso supone la pena
enlace. Lo importante en cualquier caso es dejar en claro que de muerte. El último concluye con la puesta en práctica de
estas Subunidades no están simplemente yuxtapuestas, sino un plan para matarlo. La tercera controversia, que ocupa el
que hay un hilo conductor que las vertebra: la práctica de lugar central dentro de la estructura, es la clave del conflicto:
Jesús como proce su al, situada y conflictiva' . el enfrentamiento entre Jesús y el Centro es el enfrentamiento
entre lo nuevo y lo viejo, entre lo que no caben las compo­
nendas, según Jesús. Ál final se le condena a muerte.
Esquema

Secuencia A: El perdón y la salud en los márgenes: 2. 1-12


Secuencia B: Llamamiento de Lcví; comida con pecadores: 2.
13-17
Secuencia C: Tiempo nuevo y nueva conducta: 2. 18-22
21 Radermakcrs piensa que forma parte de la subunidad anterior, aunque admite Secuencia B': Lo que se puede hacer en sábado: el 'cam ino': 2.
que el nexo con ella no es evidente. La estnictura que propone me parece 23-28
artificialmente construida, atribuyendo el lugar central a una perícopa que, a Secuencia A': Lo que se puede liaccr en sábado: la vida: 3, 1-5
mi modo de ver, no tiene tal importancia ( 1, 32-34); c f op. cit. I, 1lss.

82 83
Jesús, hombre en conflicto Reino y vida del pueblo

Relato IS Y los discípulos de Juan y los fariseos ayunaban , y


vienen y le dicen: "¿Por qué los discípulos de Ju an y
2,1 Y entrando de nuevo en Cafarnaún. después de los discípulos de los fariseos ayunan y tus discípulos
unos días se supo que estaba en casa. Y se reunió no ayunan?"1’Y les dijo Jesús: "¿Acaso pueden ayunar
mucha gente, de forma que no había sitio ni frente a los invitados al banquete mientras está con ellos el
la puerta. Y él les decía la palabra. '*Y vienen tra ié n ­ esposo? Durante el tiempo que tienen al esposo con
dole un paralítico, cargado entre cuatro , 1y no pudien- ellos no pueden ayunar. 20 Vendrán días en que el
do presentárselo por causa del gentío, quitaron las esposo les sea arrebatado; ya ayunarán entonces,
tejas encima de donde él estaba y, haciendo un aguje­ aquel día. 21 No hay quien remiende un vestido viejo
ro, bajaron por él la camilla en la que yacía el paralí­ con un parche de tela nueva; que si no, lo añadido tira
tico. 5Y viendo Jesús la fe de ellos, dice al paralítico: de él, lo nuevo de lo viejo, y se hace un desgarrón peor.
"Hijo, se te perdonan tus pecados... No hay quien eche vino nuevo en odres viejos, que
si no, el vino romperá los odres y se perderán el vino
6 Estaban allí sentados unos escribas que criticaban y los odres; pero el vino nuevo, en odres nuevos".
eso interiormente: ' ¿Qué dice éste? Blasfema. ¿Quién ¿,i Y sucedió que, un sábado, atravesaba él por un
puede perdonar pecados? Sólo uno: Dios". s Inmedia­
tam ente se dio cuenta Jesús de que lo criticaban así y sembradío y sus discípulos empezaron a hacer camino
les dice: "¿Por qué critican esto así? ' ¿Qué es más fácil arrancando espigas. 1Y los fariseos le decían: "Mira:
decir al paralítico: "se te perdonan tus pecados" o ¿Por qué hacen en sábado lo que no se puede?" ¿:>Y les
decirle: "levántate, toma tu camilla y anda"? 1(1Pues dice: "¿Nunca leyeron qué hizo David cuando tuvo
para que se enteren de que el hijo del hombre tiene en necesidad y cuando él y los suyos tuvieron hambre? 2b
la tierra el poder de perdonar los pecados...", dice al ¿Cómo entró en la casa de Dios, en tiempos del sumo
paralítico:1 "A ti te digo: levántate y carga tu camilla sacerdote Abiatar, v comió de los panes de la ofrenda,
y vete a tu casa". 12 Y se puso en pie y, al instante, que nadie puede comer, fuera de los sacerdotes, y los
tomando la camilla, salió a la vista de todos, de tal compartió con los que estaban con él?" Y les decía: ¿‘
forma que todos estaban fuera de sí y glorificaban a "El sábado se hizo en función del hombre, y no el
Dios, diciendo: "Nunca vimos algo semejante". hombre en función de! sábado; /H hasta tal punto que
el (hijo del) hombre es señor incluso del sábado".
13 Y salió de nuevo junto al mar y todo el pueblo acudía 3,1 Y entró de nuevo en la sinagoga. Estaba allí un
a él, y él les enseñaba . u Al pasar vio a Leví el de Alfeo, hombre que tenía la mano paralizada 2 y estaban al
sentado a la mesa de impuestos y le dice: "Sígueme '. acecho por si lo curaba en sábado, para acusarlo. '* Y
El se lévantó y lo siguió. Y sucedió que, estando él a dice al hombre que tenía la mano paralizada: "Leván-
la mesa en su casa, muchos recaudadores y pecadores tate y ponte allí en medio". 1Y les dice a ellos: "¿Se
estaban a la mesa con Jesús y sus discípulos, pues
eran muchos y le seguían. 1HY los escribas y fariseos, puede en sábado hacer el bien o hacer el mal, salvar
viéndolo comer con pecadores y recaudadores, decían una vida o matar?" Ellos callaban. ’Y mirándolos con
a los discípulos: "¿Qué? ¿Come con pecadores y recau­ ira, entristecido por la cerrazón dt>sus corazones, dice
dadores?" 17Y oyéndolos Jesús les dice: "No necesitan al hombre: "Extiende la mano". Y la extendió y quedó
médico los sanos, sino los que están mal; no vine a restablecida su mano.
invitar a los justos, sino a los pecadores".
84 85
Jesús, hombre en conflicto Reino y vida del pueblo

hY saliendo los fariseos, inmediatamente se reunieron Aparecen contrapuestos dos Análisis: el de los opositores de
con los herodianos en consejo contra él, con el fin de Jesús, no precedido por ninguna práctica en favor del hom­
matarlo. ' Y Jesús se retiró con sus discípulos a la bre, y que parte de la absolutización ideológica de un princi­
orilla del mar. pio (Según la Ley de la Pureza el pecado sólo lo perdona Dios
mediante la práctica de purificación hecha en el Templo por
medio del sacerdote), y el de Jesús, precedido por su práctica
Comentario
eficaz en favor del hombre, y que desde la Ley de la Alianza
habla de la oferta de perdón que Dios realiza por medio del
hijo del hombre en la tierra, ya no en el Templo, sino en
,
Secuencia A: El perdón y la salud en los márgenes:
2 1-12 cualquier casa, y junto con él ofrece una liberación integral
(del pecado, de la enfermedad, de la dependencia de otros
La introducción nos sitúa geográficamente (Cafarnaum); para moverse...)
Jesús está "en casa" (protección-clandestinidad después de Los escribas responden a Jesús con un análisis que
1,45: "no podía entrar abiertamente", y se supo de él hasta conlleva una condena a muerte: "¡Este blasfema!" (cf Lev.
"después de unos días", 2, 1). En un relato sumamente 24, 14-16; IRe 21, 13; Ex 20, 7; 22, 27; c f Me 14,4). Esta
dinámico se van entretejiendo las prácticas como respuestas migración de sentido en torno al lugar y al sujeto del perdón
unas a otras. Los cuatro que cargan al paralítico desaparecen implica el problema de "quién puede" hacer algo por el
de la escena para dejar lugar a los escribas; éstos, a su vez, hombre que sufre, y "qué puede" hacer. Los escribas analizan
desaparecen, para dejarlo al paralítico curado; concluye el la práctica de Jesús desde un pasado que no deja lugar a la
pueblo con un análisis de la práctica de Jesús. La enseñanza novedad; se trata de algo clausurado por Dios mismo. Jesús
de Jesús se nos presenta nuevamente sin contenido concreto analiza su propia práctica desde la experiencia de las nuevas
(v. 2), como al principio (1, 21.22.27); porque se identifica posibilidades que nacen del kctirós ya presente. Lo que hay
con su práctica misma (1, 44), al menos hasta ahora. Ella es en el fondo es el problema de la responsabilidad frente a la
la que habla de la realidad presente que Jesús anuncia; su vida y la muerte del hombre. Si éste "no puede" hacer nada
autoridad le viene de eso nuevo que sucede en favor del por el prójimo que sufre, sino sólo explicar ideológicamente
hombre. Pero la práctica de Jesús es interrumpida en el relato su situación, entonces está dispensado de cualquier compro­
por la brusca intromisión de los escribas, a la que sigue la miso de amor (posición de los escribas); pero si resulta que
respuesta de Jesús. La continuidad del relato pasa propiamen­ lo que hasta entonces se pensaba relegado al ámbito de Dios
te del versículo 5 al versículo 11. en el cielo, es asunto confiado al hijo del hombre en la tierra,
Sin entrar en el análisis de la historia de la redacción, entonces el compromiso en favor de la vida es inescapable.
desde el análisis interno proponemos la hipótesis de que Lo que la práctica de Jesús revela, contra los escribas
estamos ante un relato que une dos hechos (curación-contro­ (de todos los tiempos), es que el criterio de "posibilidad" y
versia), de acuerdo al esquema frecuente en Marcos (a-b-a), de "legalidad" de la acción en favor del hombre es la necesi­
para dar relevancia al motivo del conflicto entre Jesús y el dad concreta de éste, porque en este tiempo nuevo Dios
Centro, (vv. 6-10), que es el tema central en la estructura^. comparte en la tierra con el hombre su responsabilidad y su

22 Esquema de la secuencia: d) Análisis de escribas (vv. 6-7) vs. análisis de Jesús (vv. X-l()a)
a) introducción: Jesús enseña al pueblo: vv. 1-2 c') ...le dice: (curación): vv. 10b-11
b) traen cargando al paralítico: vv3-4 b') el paralítico carga su camilla y sale: v. 12a
c) viendo la fe de ellos, le dice (perdón)...: v. 5 a’) conclusión: el pueblo habla de Jesús: v. 12b).

86 87
]
jesús, hombro en conflicto Reino y vida del pueblo

poder en favor de la vida; el asunto de la vida no se reduce a invitar: los buenos, los puros, los sabios. Estos lo rechazan;
los lugares sacros y a los tiempos rituales, sino que es asunto en cambio los impuros, los pecadores, el pueblo, lo siguen.
de cualquier momento y en cualquier lugar en donde el Los opositores de Jesús actúan sólo en el terreno ideo­
hombre sufra. lógico. Se dirigen a los discípulos, no a Jesús; pretenden
desautorizarlo ante ellos. Jesús no analiza la práctica de los
Secuencia B: Llamamiento de Leví; comida con opositores, sino su propia práctica, y revela el criterio que
pecadores: 2, 13-1 7 nonna sus acciones: Lo que "se puede" hacer por el hombre
no lo deduce a partir de una ley abstracta, por santa que
El mar es nuevamente lugar de enseñanza. Se refuerza el parezca, sino a partir del conocimiento de la necesidad con­
descentramiento de la práctica de Jesús: el llamamiento del creta. La vida no se protege permaneciendo aislado en el
Reino no sucede preferentemente en lugares sacros, sino, al ámbito de los sanos, sino comprometiéndose con la suerte de
revés, en lugares profanos"’, de trabajo humano y de produc­ los enfermos. Contra la imposibilidad de lo clausurado y
ción económica. El pueblo responde también descentrándose definido por la Ley de la Pureza, se abre la novedad de la
(v. 13b), lo cual comienza a inquietar al Centro. Alianza nueva que ha llegado con Jesús, en cuya solidaridad
Pasando por encima de fronteras socio-religiosas, Je­ se manifiesta la solidaridad de Dios con los pecadores.
sús invita a un hombre segregado de la comunidad por su
oficio impuro , equiparado con los pecadores públicos; el
colaboracionismo con los romanos lo pone en mala situación Secuencia C: Tiempo nuevo y nueva conducta: 2,
sociopolítica; a ese marginado, incapaz de acercarse a Dios 18-22
por su impureza múltiple, Jesús le ofrece la alternativa de la
esperanza. Pero ese llamado no lo hace desde una neutralidad La estructura circular de la Subunidad nos llama la atención
acrítica e ingenua que no tomara partido frente al pecado y a sobre la importancia de este pasaje central. En la introducción
la injusticia; pone al hombre frente a la conversión y le pide no aparece ningún espacio ni tiempo concretos (caso único
que abandone lo que en su vida hay de injusto. en toda la Subunidad: es válido para todo tiempo y lugar). Se
La respuesta incondicional nos habla del cambio que habla de una práctica ritual de los oponentes (posible indica­
hay en el hombre que responde: el verbo anístemi (levantar­ dor de un tiempo sagrado que no es guardado por Jesús)
se) connota la idea de paso de la muerte a la vida . Leví es quienes, desde su piedad , desautorizan la conducta impía de
invitado a seguir a Jesús, pero no aisladamente, sino integra­ los discípulos, gente del pueblo, que no guardaba las prácti­
do en la comunidad para el Reino. Invitación formulada por cas de las escuelas de s e le c to s El núcleo de la respuesta de
Jesús de forma provocativa: Es para los que están "en el otro Jesús presenta el conflicto entre lo nuevo y lo viejo ’.
lado" de la sociedad judía, y no para los que sería lógico Nuevamente la cuestión es "qué se puede hacer"; los
opositores cuestionan desde unos principios que han convert­
ido en ídolos; Jesús relativiza esos principios desde el análisis
23 Rasgo típico de las vocaciones de los profetas en el AT, y también de las del cambio en la cualidad del tiempo presente, tiempo "de
experiencias pascuales del NT; no se dan en espacios sacros, sino en la
cotidianidad de la existencia. 25 Sobre las condiciones de admisión y las normas de pertenencia a las comuni­
24 Es de los verbos empleados para expresar la resurrección. Esto mismo está dades fariseas, cf. Jeremía st Jerusalén, 262.266; sobre los esenios, cf. Lei-
connotado en la siguiente imagen del llamado a los enfermos. El nivel poldt-Grumlmann. /, 253-255; 272.
provocativo de este análisis de Jesús crece con su práctica: come con ellos, es 26 El que se trate de dos logia' añadidos confirma la importancia que Marcos le
decir, se asocia a su vida. da al tema.

89
jesús, hombre en conflicto Reino y vida del pueblo

bodas". Eso cambia los criterios sobre lo que "se puede" y lo ley es clave absoluta de conducta, ni siquiera algo tan santo
que "no se puede" hacer. Para profundizar en estos puntos como

el sábado; y el fundamento de esa relativización
i 29 /
es Dios
Jesús propone las imágenes del remiendo y del vino nuevo, mismo, que "hizo el sábado para el hombre"'
* 9
Jesús se pone
que connotan una provocativa oposición entre ambos aspec­ en la línea de la interpretación deuteronomista del sábado, y
tos: no es posible la síntesis; si se pretende unirlos, el desga- desautoriza la interpretación sacerdotal-farisea’0. La novedad
rron/la pérdida será peor, tanto para lo viejo como para lo del kairós presente permite a Jesús llegar a la interpretación
nuevo. Esta migración de sentido, fundamental, de la secuen­ original del proyecto de Dios en favor del hombre.
cia, es lo que subyace al analisis de Jesús sobre por qué los Es, pues, la causa del Reino y las necesidades de los
discípulos no ayunan: ya no es tiempo de prácticas antiguas, demás lo que lleva a Jesús a una vida sin descanso, sin tiempo
que no sólo no ajustan para cumplir con las exigencias del ni para comer {cf. 3, 20; 6,31) y, tal vez, a no descansar ni
tiempo nuevo, sino que incluso pueden impedir responder siquiera en sábado, ante la urgencia del anuncio del Reino'1.
adecuadamente a ellas. No se puede pretender remendarlas, Si esta interpretación es correcta, lo que está en cuestión en
porque lo nuevo las desgarra J. La novedad del tiempo exige la controversia es si en sábado "se puede" hacer el camino de
prácticas nuevas. Jesús o si, al contrario, el sábado prohíbe el seguimiento.

Secuencia B': Lo que se puede hacer en sábado: el Secuencia A': Lo que se puede hacer en sábado:
camino : 2, 23-28 la vida : 3, 1-5

La introducción relata la práctica ilegal de Jesús y los discí­ Esta secuencia está muy trabajada literariamente. No sabe­
pulos: en sábado atraviesan un sembradío, y "comenzando a mos quiénes son los opositores de Jesús sino hasta el v. 6,
hacer camino", los discípulos arrancan espigas. La acusación (versículo de conclusión de toda la Subunidad, y de enlace
de los fariseos es muy genérica, pero versa sobre lo mismo con la siguiente), que trataremos luego; ahora señalamos sólo
que las anteriores acusaciones: "lo que se puede" y "lo que su relación con esta perícopa. La introducción nos sitúa el
no se puede" hacer (en sábado); la hacen nuevamente desde lugar de la acción: la sinagoga, que no es el lugar de Jesús
el análisis de un principio que consideran inmutable (el ídolo (icf. 1,39: "sinagogas de ellos"); sabemos que es en sábado
de la Ley P). Y recordemos que la violación del sábado llega por la indicación de las intenciones de los opositores de Jesús
a merecer la pena de muerte, según dicha Ley '. Jesús en su (v. 2) y por lo que él mismo dice (v. 4). Las prácticas y los
análisis recurre a la historia: David, el fugitivo que quiere análisis se entrelazan en torno a un hecho: la necesidad de un
salvar su vida de la ira del rey Saúl (ISam 21), entra en la hombre enfermo.
casa de Dios (estando impuro) y come de los panes reserva­
dos a Dios y a los sacerdotes, y los comparte con los compa­
ñeros que tienen también hambre (LeA) Para Jesús ninguna 29 Probablemente hay tras la forma verbal un pasivo divino, que implica a Dios
como sujeto agente.
30 Hay dos interpretaciones de la finalidad del sábado, en las dos redacciones del
27 C f 15, 3X: La práctica nueva de Jesús terminará rasgando el Velo del Templo, Decálogo: la más antigua, que pone el descanso del hombre como finalidad
que pretendía separar a Dios v aislarlo en un recinto sacro, protegido de lo (Dt 5, 12-15, LeA), y la posterior, que dice que fue hecho para el culto de
impuro. Ese símbolo, preñado de sentido, conecta con el núcleo de la práctica Yahvé y para su descanso (Ex 20. X-11; Lev. 23, 3, LeP). Jesús se pone en la
de Jesús condensada en este pasaje central de las Controversias. línea de la primera interpretación y contra la segunda.
2X C f E x31,12-17'. 35,1-3, textos ambos provenientes de la tradición sacerdotal, 31 En Juan aparece este tema del trabajo en sábado como causa de peligro mortal
cf. Auzou, Tmd. Hibl. 231. Arrancar espigas es claramente violación del para Jesús; cf. 5, 16-1X: "Esta fue la razón de que los judíos empezaran a
sábado; c f Cnilka A/Á / 121 s perseguir a Jesús, porque hacía aquellas cosas en sábado".

90 91
\
jesús, hombre en conflicto Reino y vida del pueblo

La práctica de Jesús se desenvuelve en tres momentos: Si hacemos una síntesis de toda la Subunidad, nos encontra­
muestra la necesidad del hombre (aquí y ahora, no en los mos con estas constantes: La práctica de Jesús en favor de la
principios), cuestiona a los fariseos frente a ella, y lo cura. vida es juzgada como fuera de la Ley por parte del Centro.
La práctica de los fariseos consiste en acechar (v. 2), en callar Pero el análisis de Jesús mina los fundamentos de la ideología
(v. 4), en planear la muerte de Jesús (v. 6). Los fariseos religiosa de sus opositores. Lo que subyace a las controver­
esperan que Jesús viole la Ley para condenarlo. Con su sias es la oposición entre las exigencias nacidas de la inter­
conducta están respondiendo a la pregunta de Jesús, dejada pretación de Jesús sobre el proyecto de Dios, en continuidad
sin respuesta por su silencio: En sábado se puede dar muerte con la tradición profética-deuteronomista (LeA), y las de la
a un hombre, a Jesús. Así se muestra la fuerza homicida de interpretación oficial, heredera de la tradición sacerdotal
la Ley (cualquiera) que se mantiene a ultranza como principio (LeP). Y la pregunta última que se debate, en el fondo, es:
absoluto sobre el hombre. Demasiados ejemplos de ello ha ¿Cuál es el proyecto de Dios para el hombre? ¿En qué se
dejado tristemente la historia del celo por la ortodoxia. Jesús, juega la vida o la muerte de éste y del pueblo: en el compartir
en cambio, dice que ni el sábado puede anular los compro­ o en el preservarse?
misos del amor; ninguna pretendida fidelidad a la ley puede
servir de justificación para la neutralidad ante la vida o la
muerte. Enlace: Planes de muerte, búsqueda de
Sin embargo el hombre no está en peligro de muerte; protección: 3, 6-7a
sólo tiene parálisis parcial de uno de sus miembros. ¿No
exagera Jesús sus planteamientos? Con ese relativismo ¿a Relato
dónde quiere llegar?. El silencio de los opositores de Jesús
nos muestra la mentalidad judía ante el mal: no pueden 6 Y saliendo los fariseos, inmediatamente se reunie­
refutar el análisis de Jesús ni desaprobarlo, porque para un ron con los herodianos en consejo contra él, con el fin
judío no cabe la neutralidad ante el mal; se es responsable de de matarlo. 7 Y Jesús se retiró con sus discípulos a. la
lo que sucede a otro y que uno pudo evitar. Pero la de Jesús orilla del mar.
no es una pregunta de escuela, sino sobre lo que hoy y aquí
se debe hacer. No pueden, por tanto, recurrir a la escapatoria
de decir que es preferible hacer mañana esa curación para no Comentario
violar el sábado (cf. Le 13, 14). La necesidad del hombre es
hoy, y ante ella hay que definirse, porque hoy le ofrece Dios El versículo 6 es el final de la secuencia anterior, pero tiene
la liberación. Por eso Jesús viola provocativa e innecesaria­ mayor importancia que eso: es la conclusión de toda la
mente el sábado. Subunidad Controversias. Y de hecho la acción de la sina­
Tres migraciones de sentido llaman la atención: El goga tiene pleno sentido si se concluye en el versículo 5, con
hombre pasa de la muerte (enfermedad) a la vida (salud); los la curación del enfermo. Hay una diferencia importante de
fariseos, del acecho , a la condena; de la "defensa del sábado" esta perícopa con otras que tratan de milagros: estructural­
a la utilización del sábado como día de juicio y condena de mente terminan con la admiración de la gente. Aquí, en
Jesús; del desprecio a los herodianos, impuros, a la alianza cambio, nos encontramos con una dramática migración de
con ellos para matar a Jesús. Y él pasa del dar vida al ser sentido: lo que finaliza el milagro es la decisión de matar a
condenado a muerte, y del diálogo inicial, a la ira, la tristeza, Jesús. Un segundo elemento estructural que refuerza esto que
y al compromiso con el que sufre, aun a riesgo de su propia decimos es el paralelismo que tiene el versículo 6 con la
vida. acusación de blasfemo que hay contra Jesús en 2, 6, y que

92 93
\
lesús, hombre en conflicto Reino y vida del pueblo

implica también la condena a muerte; estas dos serias ame­ bolas, con claros elementos de clandestinidad. En esta breve
nazas incluyen toda la Subunidad. unidad de enlace tenemos, pues, la clave para leer retrospec­
Finalmente, otra migración de sentido, a nivel ideoló­ tivamente la Subunidad anterior y para entrar a la siguiente.
gico, es la alianza de los fariseos con los herodianos, impen­ Por último notemos que se trata de la única práctica no
sable sin una seria ruptura en la lógica socio-religiosa de la ideológica de los oponentes de Jesús. Incapaces de ninguna
Pureza. Despreciados por los puros fariseos, los herodianos práctica en favor de la vida, los puros son eficaces en su
seguirán siendo considerados aliados de aquellos en el relato práctica homicida (cf 11, 18; 12, 12; 14, 1-2), aunque nece­
de Marcos (cf. 8, 15); el último ataque que realicen juntos sitarán de la traición de uno de los de Jesús para lograrlo (cf
contra Jesús será "dos días antes de Pascua" cuando le tienden 14, 10-11.43-50.61.64; 15, 1.11-15), Al "entrar" Jesús en la
la trampa sobre el tributo al César (12, 12-13). Esta migración sinagoga "de ellos" (1, 23.39) se le contrapone el "salir" de
de sentido sintetiza la hipocresía de los piadosos oponentes los fariseos; la sinagoga se llena de significado homicida,
de Jesús en toda la Subunidad (cf. 7,6; 12,38-40) y su poder como lugar de asechanzas y de planes de muerte contra Jesús.
homicida (cf. 12, 1-12 ) \ En contrapartida el mar, lugar de conv ocación, de predica­
En cuanto a la unión del v. 6 con el v. 7a, hay un dato ción y de acción por la vida, es además protección frente a
extramarcano que la apoya: la lectura de Mateo: "En saliendo las asechanzas del Centro (cf 11,32; 12, 12; 14, 1-2: "tenían
los fariseos, habido consejo contra él, tomaron la resolución miedo de la gente").
de hacerle perecer. Jesús, como lo supo, se retiró de allí..."
(Mt 12, 14s).Si vemos la siguiente perícopa, vemos que no
necesita del versículo 7a para tener sentido; y la breve pero Subunidad 3: Respuestas ante jesús: Seguimiento y
importante secuencia del seguimiento de la gente (3, 7b-8) perseguimiento: 3, 7b-35
es un bloque completo por la inclusión que realiza la repeti­ Abundan los textos exclusivos de Marcos, lo que hace supo­
ción del sujeto, repetido para acentuar el énfasis. ner la importancia que le da. Tiene dos secuencias, estructu­
Estos dos versículos., pues, marcan el comienzo de una radas cada una de manera semejante, circular (a-b-a) en torno
práctica de los opositores de Jesús, encaminada ya tempra­ al seguimiento del pueblo y los discípulos, la primera, y en
namente a su asesinato, (y en esto concluyen las Controver­ torno al /x.7‘seguimiento de la familia de Jesús y de los
sias) y el comienzo de una práctica de Jesús como respuesta escribas de Jerusalén, la segunda.
a esa amenaza: la búsqueda de protección entre los discípulos
y entre la gente", y luego, la enseñanza cifrada de las pará­
Esquema de la Subunidad
32 En cuanto a la unión del v. 6 con el v. 7a. hay un dato extramarcano que la Secuencia A: Seguimiento de muclia gente/protección de Jesús/se-
apoya: la lectura de Maleo: "en saliendo los fariseos, habido consejo contra guimiento de discípulos (3. 7b-19)
él, tomaron la resolución de hacerle perecer. Jesús, como lo supo, se retiró de Secuencia B: Perseguimiento Je la fam ilia/de los escribas deJeru-
allí..." (Mt 12, 14s). Si vemos la siguiente perícopa, vemos que no necesita del s alón/de la fam ilia (3, 20-35)
v. 7a para tener sentido; y la breve pero importante secuencia del seguimiento
de la gente (3, 7b-8) es un bloque completo por la inclusión de realiza la
repetición del sujeto, repetido para asentuar el énfasis.
El sujeto único,/w/h plethos.plethospolú, repetido de fonna invertida, hace
el papel de inclusión de la gente, cuya universalidad se expresa simbólicamen­ Regresar sobre sus pasos, retroceder frente al enemigo, alejarse, retirarse,
te por la enumeración de siete regiones: Galilea, Judea, Jerusalén, Idumea, la Manicardi, despues de notar que es la única ve/ iiue Me usa el término, dice
otra orilla del Jordán, Tiro y Sidón. que indica la voluntad de alejarse de un determinado lugar para retirarse a otro
33 El que Marcos haya escogido el verbo anajoreo, que tiene una clara connota­ (op. cit. 61); Minette (op. cit. 2x3) ve en el verbo usado un cierto tipo de
ción de refugio, nos lleva a preferir este sentido en la traducción; cf Bailly: migración.

94 95
Reino y vida del pueblo
Jesús, hombre en conflicto
Pero nadie puede entrar en casa de un poderoso para
Relato saquear sus bienes, si primero no am arra al poderoso;
entonces saqueará su casa. 28 En verdad les digo:
Y mucha gente de Galilea y de Judea Hy de Jerusalén cualquier cosa se le perdonará a los hombres, los
y de Idumea y de la otra orilla del Jordán y de los pecados y las blasfemias, todo lo que blasfemen ;2J pero
alrededores de Tiro y Sidón, mucha gente, por oír lo el que blasfeme contra el Espíritu Santo no tiene
que hacía, vino tras él. 1Ya sus discípulos les dijo que nunca perdón, sino que es culpable de un pecado
le prepararan una barca por causa de la gente, para eterno. -E s que decían: "Está poseído por un espíritu
que no le atropellaran, () -pues, por haber curado impuro".
tantos, todos los que teman dolencias se le echaban
encima para tocarlo 11 y los espíritus impuros, en 31 Y llegan su madre y sus hermanos y, quedándose
cuanto le veían, se echaban a sus pies diciendo: "Tú fuera, lo mandaron llamar. A¿ Había mucha gente
eres el hijo de Dios". 12Y les exigía una y otra vez que sentada a su alrededor, y le dijeron: Mira: tu madre
no lo descubrieran-. y tus hermanos y hermanas te buscan afuera". Y
respondiéndoles, dijo: "¿Quién es mi madre y mis
1' Y sube a la montaña y llama a los que él quiso, y hermanos? MY mirando en derredor a los que estaban
vinieron hacia él. 1 Y creó los Doce" para que andu­ sentados en torno suyo, dice: "He aquí mi madre y mis
vieran con él y para enviarlos a pregonar l5y con poder hermanos. ’ Quien haga lo que Dios quiere, ese es mi
de expulsar demonios. Y creó "los Doce” e impuso a hermano y mi herm ana y mi madre".
Simón el sobrenombre de Pedro; 17 a Santiago el de
Zebedeo y a /Juan, hermano de Santiago, les impuso el
sobrenombre de Boanerges, -es decir, Hijos del True­ Comentario
n o '* a Andrés y Felipe, a Bartolomé y Mateo, a
Tomás y Santiago el de Alfeo, a Tadeo y Simón el Secuencia A: Seguimiento de la gente/seguimiento de
Cananeo, y a Judas Iscariote, el mismo que lo los Doce: 3, 7b-19
entregó.
Las transiciones menores (cambio de sujeto principal, de
20 Y viene a casa; y se aglomera de nuevo tanta gente, situaciones geográficas o topográficas) nos indican la exist­
que no podían ellos ni siquiera comer (su) pan. 21 Al encia de tres bloques dentro de la secuencia, estructurados
enterarse sus parientes salieron (allá) para apoderar­ temáticamente de la siguiente forma:
se de él, pues decían: "¡Está loco!".
a) seguimiento de mucha gente (siete: sinónimo de tota­
Y los escribas, los que habían bajado de Jerusalén, lidad), que vienen tras Jesús por oír lo que hacía.
decían: está poseído por Beelzebul; expulsa los demo­ b) práctica de Jesús para protegerse de las consecuencias
nios con el poder del jefe de los demonios. 2:<Y llamán­ de un seguimiento indiscreto de la gente.
dolos les decía en parábolas: "¿Cómo puede Satanás a’) llamamiento de los Doce.
expulsar a Satanás? 21 Si un reino se divide contra sí
mismo, no puede permanecer tal reino ; 26 si una casa Los bloques a y a presentan las respuestas ante la práctica
se divide contra sí misma, no podrá seguir en pie tal de Jesús: el pueblo viene, por oír lo que hacía (énlasis en la
casa ; si Satanás se enfrenta consigo mismo y está dimensión práctica de la enseñanza de Jesús, más que en sus
dividido, no puede seguir en pie y ha llegado su fin. 27
97
96
\
Jesús, hombre en conflicto Reino y vida del pueblo

contenidos doctrinales, que aún no han aparecido en el rela­ Secuencia B: Perseguimiento de la familia de jesús, y
to); los Doce son "creados" por élvl para ser sus compañeros de los escribas de Jerusalén: 3, 20-35
y proseguidores de su misma práctica'\ El seguimiento es,
pues, la respuesta a la práctica de Jesús. Pero los dos vv. de Es clara la estructura a-b-a, que supone la mutua implicación
enlace anticipan el carácter ambivalente del seguimiento: la y explicación de los términos. El /perseguimiento de la fami­
gente le brinda protección, pero le crea dificultades, que lia es interrumpido por el de los escribas, y continúa después,
aparecen a continuación (vv. 9-12); los discípulos son ayuda quedando así al mismo nivel que el de los opositores de Jesús
para el Reino, pero lo abandonarán, como lo hará también el por excelencia El conflicto que hay entre Jesús y su familia,
pueblo desilusionado. por la incomprensión de su práctica, es una llamada de
La búsqueda ansiosa de la gente (v. 10) que va tras los atención al lector: la incomprensión amenaza incluso a los
beneficios de Jesús, pero no ve en ellos un signo del Reino, más cercanos a Jesús; eso es una advertencia a las pretensio­
será factor importante en la crisis de Jesús, cuando analice la nes iluministas de los cristianos que creen vivir una situación
respuesta de la gente frente a la práctica de los milagros (crisis de exaltación y privilegio.
de Galilea). Pero por lo pronto nos encontramos con las El motivo del primer conflicto es clave para compren­
medidas que Jesús toma como protección ante la gente que der los valores de Jesús: Como consecuencia de la respuesta
se le echa encima para tocarlo. No se aleja de ellos, pero toma masiva del pueblo, Jesús y sus discípulos "no pueden" ni
medidas de precaución. siquiera comer su pan, por atender a sus necesidades (v. 20).
Jesús también tiene que protegerse de la ortodoxia de En la lógica social alguien que así se entrega debe estar loco
los demonios, que pretenden descubrirlo ante el pueblo. Al (v. 21). Pero además el término "loco" tiene una connotación
presentar como demoníaca la confesión de su filiación, Mar­ simbólica: El loco está en poder del demonio. Por eso sus
cos realiza una migración de sentido fundamental para la familiares detenninan ejercer violencia sobre él: para impedir
cristología: no cualquier confesión de fe es "cristiana"; lo su práctica que, además, por la oposición que provoca de
salvíhco de la ortodoxia no depende de la verdad de sus parte del Centro, afecta negativamente al estatus social de la
fórmulas, ni siquiera de la actitud exterior en que se exprese, familia de Jesús.
sino de los contenidos que se le dé y de la praxis de segui­ El tema b) se introduce con la presentación de los
miento que desencadene '. opositores de Jesús: son escribas que han bajado de Jerusalén.
Jesús se marginó del Centro para iniciar su práctica por el
Reino lejos de ellos y de su poder amenazante (cf. I, 14).
Ahora el Centro se desplaza allá, a tierra impura, para desau­
torizar una práctica que los confronta y cuya eficacia no
pueden negar; su práctica nuevamente es sólo ideológica y
se limita a un falso análisis por el que satanizan a Jesús,
pretendiendo explicar que Jesús "puede hacer" lo que hace,
34 Epóiesen tous dódeka': el verbo, con lúertes connotaciones creadoras (SIM), gracias a una alianza con Satanás.
(cf Pesch, K4k /, 204, n.4), se repite dos veces. Contra la costumbre existente, La respuesta de Jesús muestra la inconsistencia de su
no son los discípulos quienes lo eligen como maestro, sino que es él quien
elige a quienes quiere como discípulos. acusación (vv. 23-26); da la verdadera explicación de lo que
35 Cuando cambie la perspectiva de la práctica de Jesús, cambiará también la de sucede: que "el más fuerte" (cf 1, 7) ha llegado (v. 27), y les
ellos: cf. 8, 31-38.
36 Notemos, de paso, que la cristología más correcta se pone en boca de los advierte sobre las consecuencias de una oposición que cali­
demonios o de los adversarios de Jesús (cf. 14,61), pero nunca en boca de los fica como pecado imperdonable que se cierra a la evidencia
discípulos; y esa "ortodoxia" es peligrosa para Jesús. de la presencia del Reino vv. 29-30).
98 99
Reino y vida del pueblo
Jesús, hombre en conflicto

Comentario
La respuesta de Jesús es caracterizada como dicha "en pará­
bolas". Este término se carga de un doble contenido: se trata ¿La colocación de las parábolas en este momento del relato
de un Análisis de la respuesta a la práctica de Jesús, y supone es casual o pretende el autor darnos con ellas un elemento de
una situación de conflicto con el Centro. Ambos elementos comprensión de la práctica de Jesús como procesual, situada
nos los encontraremos en los siguientes momentos en que y conflictiva9 Desde el supuesto metodológico de que la
Jesús habla en parábolas: el cap. 4; 7, 1-23 y 12, 1-12. Son, estructura es lo que nos permite comprender el sentido de la
pues, claves para entender las parábolas en el evangelio de práctica narrada, retomemos el contexto anterior para situar
Marcos. este momento del relato
Después del conflicto con el Centro religioso regresa La gente ha considerado su enseñanza como superior
el relato al tema a): La familia de Jesús quiere poner en en autoridad a la de los escribas (1, 22.27); su práctica se ha
práctica su intención de detenerlo, y llegan a donde está con extendido por toda la región de Galilea (1, 39) y ha llegado
la gente; pero se quedan fuera del círculo de Jesús (v. 31). El hasta las sinagogas "deeílos" (1, 23-39); como consecuencia
análisis de Jesús frustra su intento, y su declaración supone de haber tocado un leproso no puede entrar en las ciudades,
una fuerte migración de sentido: su familia de ahora en pero la gente acude a él (1, 45); lo sigue gente incluso de
adelante serán quienes cumplan el proyecto de Dios. Y sus Judea y de Jerusalén y también de regiones paganas (3,7b-8),
familiares, por el esquema inclusivo a-b-a, quedan relacio­ pero su comportamiento es visto por el Centro como amenaza
nados con los escribas de Jerusalén, como opositores de para la fe del pueblo (3, 22ss); por esa práctica ha sido ya
Jesús, y se quedan "fuera" y en grave peligro de no poder condenado a muerte (3, 6). Este es el contexto en el que Jesús
comprender a Jesús (cf. 4, 1 ls). Los escribas van aún más comienza un nuevo tipo de enseñanza: en parábolas' .
allá y traspasan el límite de lo no perdonable al hombre, en Para la interpretación de las parábolas en Marcos hay
el "pecado eterno"; los piadosos se sitúan más allá de la que recordar lo dicho anteriormente: a) el contexto de con­
blasfemia. flicto en el que están situadas en la estructura, b) la finalidad
analítica y correctiva que tienen, y c) la búsqueda de protec­
ción-clandestinidad que se expresa en la doble estrategia de
Enlace con Parábolas: Protección de Jesús; nueva Jesús: en público, un lenguaje en clave, que no cualquiera
forma de enseñanza: 4, l-2a

Relato 37 La comparación con los contextos cu que los otros dos sinópticos colocan las
parábolas nos ayudan a comprender lo especifico del mensaje de Marcos.
Mateo agnipa las parábolas en el cap 13; su contexto más inmediato tiene
4,1Y de nuevo comenzó a enseñar junto al mar; y se le puntos de contacto con el de Marcos, pero la lógica de éste se ha diluido: las
juntó tanta gente que, para sentarse, subió a una controversias no tienen el carácter trágico que tienen en Me. la dinámica de
persecución del Centro y de la familia se rompe mediante la introducción de
barca metida en el mar , y toda la gente se quedó en otros hechos. Lucas tiene otra perspectiva diferente: Las controversias han
tierra a la orilla del mar. 2 Y les enseñaba muchas quedado muy atrás (5, 1-6. 11) y no terminan en una condena expresa. En la
búsqueda de su familia no aparece ninguna intención hostil, no aparece la
cosas en parábolas. estrategia de doble enseñanza que hay en Marcos; la lógica del conflicto, tan
clara en éste, se diluye. El esquema de Marcos es más claro, V muestra una
práctica de Jesús procesual. situada y conflictiva: Controversias/condena v
búsqueda de protección/respuesta de seguimiento y per-seguimiento/análisis
de las respuestas y sus condicionamientos. Se acentúa más duramente el
conflicto con el Centro y con la familia.

101
100
Reino y vida del pueblo jesús, hombre en conflicto

entienda, y en privado, con sus discípulos, la explica­


Subunidad 4: Parábolas: Análisis de las respuestas
ción patente de todo's
ante jesús y de las condiciones de
En los cuatro pasajes mencionados también Jesús ana­
escucha: 4, 2b-34
liza y corrige algún aspecto de la incorrecta comprensión de
su práctica: en 3, 23-30, la acusación que le hacen de actuar
Esquema con el poder de Satanás, y luego la corrección en público del
comportamiento de su familia (3, 31-35); en el cap. 4, analiza
Junto con los dos versículos conclusivos (33-34), que toma­ las diferentes respuestas ante su práctica (4, 14-20) y aporta
remos como secuencia A ’, incluye tres bloques, estructura­ un correctivo sobre la manera como se ha de comprender su
dos de acuerdo al esquema a-b-a; tenemos, así, lo siguiente40: mensaje (4, 21-25); en 7, 1-23 analiza la práctica ideológica
del Centro judío y aporta un correctivo contra la preponde­
Secuencia A: introducción-enlace: vv. l-2a.
Secuencia B: primera parábola: 2b-20.
rancia que le han dado a la Ley de la Pureza {cf. 7, 18); 12,
Secuencia C: ’logia' sobre la estrategia de Jesús: 21 -25. 1-12 analiza la condición homicida del Centro.
Secuencia B’: segundo bloque de parábolas: 26-32.
Secuencia A’: conclusión: doble enseñanza: 33-34.

Relato

Y les decía en su e n s e ñ a n z a :"Escuchen : resulta que


salió el sembrador a sembrar, 1 y le pasó que, al
sembrar, una parte cayó en el camino, y vinieron los
pájaros y se la comieron; ’y otra parte cayó en tierra
pedregosa, donde no tenía tierra suficiente, e inme­
diatamente brotó, por no ser profunda la tierra; ‘’y en
cuanto brotó, el sol la quemó, y se secó por no tener 38 Las parábolas, como dijimos arriba, aparecen siempre en el seno de una
raíces; 7 y otra parte cayó entre las espinas y la controversia: 3,23: cap. 4. contextualizado por esa misma controversia, y por
ahogaron y no dio fruto ; Hotras partes cayeron en la el pasaje de la tempestad ( 4. 35-41: clave S1M); 7, 17 (controversia sobre la
tierra buena y creciendo y desarrollándose daban pureza) 12, 1 (controversia antecedente a su muerte); se puede concluir que,
fruto y produjeron hasta el treinta, el sesenta y el estructuralmente, las parábolas en Me tienen que ver con el conflicto y la
ciento". persecución que sufre por su práctica y que forman parte de su estrategia de
respuesta. La búsqueda de protección asume varias formas: en el primer
pasaje, desenmascara la incoherencia de la acusación que le hacen, y advierte
del pecado ai que pueden incurrir por su mala fe en el cap 4, usa un doble
lenguaje para que no entiendan "los de fuera" (4, 12); hablar de esa manera
supone o un mensaje esotérico, exclusivo para iniciados (intención que no
39 Como indicadores para determinar las diferentes partes del texto tomamos las puede atribuirse a Jesús jamás), o connota una intención de protección-clan­
transiciones internas en la que aparecen las diversas formas del verbo "decir": destinidad, que es como nosotros lo interpretamos; sin embargo, se trata de
"Y decía", "y /es decía", "y les dice". No consideramos estos elementos una clandestinidad provisional (4, 22); esa clandestinidad se rompe en el cap
transicionales como indicadores de estratos redaccionales (c f en este sentido 7. ante la necesidad de advertir al pueblo de los peligros que encierra la Ley
Minette. op.cit. 165-167: I69ss.). sino como indicadores de cambio de tema de la l^ireza y las pretensiones de los escribas; en el cap. 12 Jesús desenmascara
y de destinatario. al Centro en el centro mismo (Jerusalén) y advierte al pueblo contra sus
40 Tomamos como base el esquema de J. Lambrecht. Tandis qu 'II nousparlait; pretensiones de autoridad. La amenaza será creciente por parte de ellos, y
Introduction aiix parabóles. 119. aunque con algunas modificaciones. también irá en aumento la indefensión de Jesús.

103 102
Jesús, hombre en conflicto Reino y vida del pueblo

Y decía : "Que oiga el q u e tie n e oídos (d isp u e sto s) 2h y decía: "Así es el Reino de Dios: como un hombre
p a r a oír." 10 Y cuando se quedó a solas, los que iban que sembró la sem illa en la tierra; 27 y duerm e y se
con él, ju n to con los Doce, le p r e g u n t a b a n s o b re la s levanta, de noche y de día; y la sem illa germ ina y va
p a rá b o la s . 11 Y les decía : "A u s te d e s se les h a da d o el creciendo, sin que él sepa cómo. 28 La tierra por sí
secreto del Reino de Dios; a aquellos de fuera , e n m ism a produce el fruto: primero los brotes, luego la.
cam bio, todo se les presenta e n p a rá b o la s , 12 de form a espiga, luego, el grano lleno en la espiga. 29 Y en cuanto
que (para que) m ir a n d o m iren y no v e a n , oyendo oigan el fruto está a p unto mete la hoz porque llegó la siega ".
y no e n ti e n d a n , no sea que se conviertan y sean perdo­
nados." 13 Y les dice: "Si no entienden esta parábola,
¿cómo comprenderán todas las dem ás ? M) Y decía: "¿Con qué compararemos el Reino de Dios,
o e n q u é p a r á b o l a lo e x p o n d re m o s? M Como u n g r a n o
14 E l sembrador siem bra la palabra ; 15 h a y unos, los de m o s t a z a que, c u a n d o se s i e m b r a e n la t i e r r a , e s la
de al lado del c a m in o donde se siembra la p a la b ra ; y m á s p e q u e ñ a de to d a s la s s e m illa s q u e h a y , f/p e ro u n a
e n c u a n to la oyen, i n m e d ia t a m e n te v ien e el S a t a n á s vez s e m b r a d a crece y se h a c e m a y o r q u e to d a s la s
y se lleva la p a l a b r a s e m b r a d a dentro de ellos ; lby h a y h o r ta l iz a s y e c h a r a m a s t a n g r a n d e s q u e , bajo s u
u n o s s e m e ja n te s , los s e m b r a d o s e n p e d re g a l: los q u e s o m b ra , p u e d e n a n i d a r la s a v e s del cielo."
e n c u a n to oyen la p a la b r a , i n m e d i a t a m e n t e la re c ib e n
con a leg ría; 17 pero no tie n e n ra íz e n sí m is m o s sino u Y con m u c h a s p a r á b o l a s semejantes les h a b l a b a la
q u e son o p o r tu n is ta s , y d e s p u é s , llegado u n conflicto palabra, de acuerdo a como podían oír;Ms in p a r á b o l a s
o u n a p e rs e c u c ió n p o r la p a l a b r a t r o p ie z a n e n s e g u id a no les decía n a d a , pero en privado les aclaraba todo a
(=se e s c a n d a liz a n ); IMy o tro s d ife r e n te s son los s e m ­ sus discípulos.
b r a d o s e n t r e la s e s p in a s : s o n los o y e n te s de la p a la b r a ,
n'p e ro la s p re o c u p a c io n e s del p r e s e n te , la t r a m p a q u e
so n la s r iq u e z a s , y todas las dem ás ambiciones c^ue les Comentario
entran , a h o g a n la p a l a b r a y se vuelve esté ril; 2 y h a y
a quellos, los s e m b r a d o s e n t i e r r a b u e n a , los c u a le s Secuencia B: Primer bloque de parábolas:
oyen la p a l a b r a y la acogen y d a n fruto, el t r e i n t a , el los terrenos: 4, 2b-20
s e s e n t a y el ciento".
Está estm cturada de forma circular:
21 Y les decía.: "¿Se t r a e u n a luz p a r a p o n e rla debajo a) parábola de la semilla: 2b-8
del c a n d e le ro o bajo la c a m a , o p a r a p o n e rla sobre el b) advertencia sobre la comprensión de la parábola: 9
c) petición de explicación por los discípulos: 10
c a n d ele ro ? 22 P u e s n a d a e s t á escondido sino p a r a s e r
c ’) condiciones para la comprensión de la parábola: 11-12
m a n if e s ta d o , ni n a d a oculto sino p a r a s e r d e scubierto. b') advertencia a los discípulos sobre comprensión de las parábo­
2:?S i alguno tiene oídos (dispuestos)para oír, que oiga”. las: n
a ’) interpretación alegórica de la parábola de los terrenos: 14-20.

24 y les decía.: " M iren cómo e scu c h a n : s e r á n m ed id o s La estructura circular nos remite al bloque central (vv. 9-13)
con la m e d id a con q u e (me) m id a n ,y se les acrecentará. com o fundam ental para la com prensión del conjunto; por eso
25 P o r q u e se le d a r á a q u ie n tie n e , y a q u ie n no tie n e , los analizarem os previam ente a la parábola m ism a y su
a u n lo q u e tie n e se le q u ita r á ." explicación:

104 105
Jesús, hombre en conflicto Reino y vida del pueblo

Y decía: "Que oiga el que tiene oídos (dispuestos) para oír". 14-20). Así se prepara el tema de la incom prensión de los
El v. 9 no tiene ningún destinatario definido. La advertencia discípulos, que atraviesa todo el relato de M arcos, a la vez
sobre la tom a de posición ante lo que se oye, es para todos. que se advierte a los lectores: si los discípulos, a pesar de
Esta intervención m arca una cesura en el relato. ¿Por qué una habérseles introducido en el secreto del reino (v. 11), corren
enseñanza que no puede ser com prendida por cualquiera? el riesgo de quedarse fuera (c f 8, 17s ). Los cristianos a
Con eso se nos quiere llamar la atención sobre la im portancia quienes escribe M arcos no pueden suponerse seguros en su
del asunto: las parábolas, en Marcos, no son un lenguaje fácil, situación de exaltación.
popular, asequible, para cualquiera; al revés: son para que no Pero am bos textos hacen inclusión, y remiten a los
cualquiera entienda, y requieren determ inadas condiciones versículos 10-12; veámoslos: v. 10: Los seguidores de Jesús
para ser aceptadas. Planteemos, pues, la pregunta sobre el han captado el m ensaje connotado en la advertencia del v. 9:
sentido de la estrategia de las parábolas en este m om ento "No he dicho todo lo que tendría que decir; el que quiera saber
preciso del relato de Marcos. ¿Jesús habla así sólo porque más, que pregunte, pero en privado". A esa invitación citrada
descubre que, de hecho, no todos com prenden lo que dice, o a preguntar, con la que Jesús se protege del riesgo de una
habla en parábolas precisam ente para que no cualquiera mala interpretación, peligrosa para su misión y para su per­
entienda? ¿N os encontram os ante una estrategia de protec­ sona, c om o él m ism o ha constatado (cf. 2, 1-3, 6), responden
ción de Jesús, que habla cifradam ente para que sólo le sus seguidores preguntándole en particular.
entiendan q u ie n e s le s ig u e n , y 110 le e n tie n d a n q u ie n e s Versículos 11-12: Jesús analiza para sus discípulos la
le p e r s i g u e n ? 41 división de los hom bres en dos grupos, "los de dentro", a
Pero dem os un paso más: en la estructura circular que quienes D ios ha dado el secreto del Reino, y "los de fuera";
m ostram os, el v. 9 remite al 13 (b-b’): Y les dice: "Si no este don, aunque gratuito, no es arbitrario: está en relación
entienden esta parábola, ¿ cóm o com prenderán todas las de­ con la respuesta de seguim iento o /;e rse g u im ie n to a Jesús (cf.
más?" A hora se refiere directam ente a "los que iban con él 3, 31-35). Jesús habla ahora de m anera que unos "mirando
ju n to con los doce" (v. 10). Es un versículo exclusivo de miren y no vean, y oyendo oigan y no entiendan" l“, pero esto
Marcos, en el que destacan dos aspectos: a) que el contenido
de la parábola es clave de lectura de las parábolas; b) que no
42 ¿Cómo hay que entender la cita del profeta Isaías, que parece atribuir a Dios
es fácil ni obvio el acceso al mensaje subyacente a ellas, ni la intención de endurecer el corazón del pueblo para que no se conviertan ni
siquiera a los seguidores de Jesús; es resultado de un don de se salven? La dificultad la trataron de obviar Mateo y Lucas: el primero quita
Dios (cf. v. 25), pero tam bién requiere de parte del hom bre la partícula final hiña' y la sustituye por un hoti causal: "Porque viendo no
determ inadas condiciones de escucha (cf. v. 24). Este será ven...", y omite la última frase de Me, que es donde está el principal problema.
Lucas conserva la partícula final, modifica la constnicción aramea de Marcos
precisam ente el tema de la explicación de la parábola (vv. y omite también el final "para que viendo no vean y oyendo no entiendan" (cf.
Mt 13,13-15; Le 8,10). Este punto lo han tratado los principales comentaristas
de Me; yo propongo los siguientes elementos de interpretación:
- El pensamiento semítico no distingue adecuadamente entre causa, condición
41 ¿Cuál es el sentido de este v. 9? Me no prodiga esta sentencia, como lo hace y ocasión, suele atribuir a Dios, como causa primera, lo que es propio de las
Mt.. sólo aparece en 4,23 y en 7,16 (aunque es omitida aquí en la mayoría de causas segundas en el pensamiento griego; eso puede dar como resultado el
los códices). Entre las varias aportaciones sobre el particular destacamos las que la traducción griega no traduzca adecuadamente lo que 1111 semita entendía
siguientes: J. Alonso supone un hebraísmo subyacente, que indica una inten­ al respecto; esto es lo que puede estar detrás de los textos mitigados, incluido
sificación: "que se esfuerce por oir bien" (PAC 207a, 373); Schweizer habla el de Mt, a pesar de que se mueve en un marco de pensamiento semita. Pero
de una invitación a un oir activo, subrayando que eso es un don (op. cit 98); su interpretación del texto de Marcos, la primera al respecto, puede damos
J. Mateos insinúa que el contexto es la clave de la inteprctación: Supuesta la elementos para nuestra intepretación, aunque se trate de 1111 dato extramarcano
oposición que ya existe, y el peligro de 1111 mesianismo malinterpretado, 110 - Marcos cita a Isaías de manera libre, probablemente conforme al Targum
propondrá todo en público, el que esté preparado, que pregunte (cf. Nuevo que es ya un comentario al texto original (cf. J. Alonso, op. cit. 370; GnilUn
Testamento, Madrid. 1974. 138).
MUI, 163; Verstockung, 13-17).

106 107
Jesús, hombre en conflicto Reino y vid.i del pueblo

no lo hace con la pretensión de crear un "grupo de selectos", ¿Cuáles son las respuestas que Jesús analiza en las parábolas?
similar a las com unidades fariseas o a las de Qum rán; sería V eam os las principales:
incom patible con la m anera com o entiende las preferencias Al llam am iento de Jesús, los discípulos han respondido
del Reino para con los m arginados, los pecadores, los exclui­ dejando todo y siguiéndolo (1, 18, 20; 2, 14; 3, 13); ante su
dos por el Centro. A esta estrategia de las parábolas subyace enseñanza la gente se ha maravillado (1, 21.22.27; 2, 12) y
el análisis que Jesús hace sobre la correlación que hay entre ha ido tras él (2, 13); le han traído enferm os para que los cure
lugar social y respuesta frente a la práctica de Jesús, que es (1, 3 2 .4 1;2, 1.2; 3, 9-12); cuando se ha retirado, lo siguen
lo que será el tem a de la interpretación de la parábola. todos (3, 7-8.20; 1, 45); ante las curaciones la reacción es la
V eam os ahora la parábola y la interpretación alegórica adm iración ( 1, 21.22.27; 2, 12), pero tam bién el echársele
que hace Jesús en el relato (vv. 2b-8, 14-20): Hay entre una encim a (3 ,9 -1 2 ) y el criticarlo (2, 5-7) y condenarlo (3, 6.22);
y otra una m igración de sentido importante: En la primera com e con pecadores, y lo critican (2, 15.16.18.23.24). En este
parte, se usa un pronom bre indefinido para referirse a "lo que contexto Jesús analiza estas respuestas y habla de tres tipos
se siembra"; en cam bio en la segunda parte es el "logos", la de te r r e n o s , es decir, de lugares o situaciones sociales, en las
palabra, térm ino dom inante en el evangelio. El contenido del que es im posible que su práctica sea entendida y seguida y
"logos", al m enos en la primera parte del relato, prácticam en­ dé fruto: "Los de al lado del camino": el cam ino es un terreno
te equivale a "la práctica de J e s ú s " 1', que ahora se presenta a por el que todos han pasado y lo han endurecido. Eso impide
los hom bres para provocar una opción ante ella. Respecto de al "logos" penetrar. Satanás no tendrá problem as para quitar­
ese "logos" se afirman dos cosas: a) hay quienes la acogen lo e im pedir que dé fruto (v. 15).
mal y no fructifica en ellos (no seguim iento,/perseguimiento) "Los del terreno pedregoso" parecen prom eter fruto
y quienes la acogen bien y da fruto (seguimiento); b) la rápido, por la alegría con que acogen la práctica de Jesús;
diferencia de respuestas está en relación con el lugar social pero la inconstancia, el m overse al viento que sopla, a su
desde el que el hom bre se enfrenta con Jesús y su práctica. c o n v e n ie n c ia " les impide arraigar y, a la prim era dificultad
o persecución por la palabra (=por la fidelidad a la práctica
de Jesús: cJia ton logon) sucum ben (vv. 16-17).
- No es improbable que Jesús se haya referido al texto de Isaías para explicar "Los de entre espinas": Las preocupaciones del presen­
lo que sucede con la manera como se interpreta su práctica y su mensaje; (así
Jerem ías, Teología I, 146s; diferentemente Gnilka, Aík /, 167, y Pesch, Aík te, la tram pa que son las riq u e z as4 y todas las dem ás am bi­
1 ,238). ciones que entran en ellos, tienen más peso que el "logos" y,
- La comunidad cristiana retoma libremente ese texto como clave de compren­ creciendo más que éste, lo ahogan e impiden que dé fruto4 ’.
sión de lo que sucede ante la práctica de Jesús.
- Esa clave resultó problemática desde el principio, dando origen a las lecturas Contrasta con esta descripción detallada de los obstá­
mitigadas de Mt y Le. culos, el que no se describa de igual m anera la tierra buena.
- No parece que Me presente a Jesús con la intención de endurecer a sus Parece querer ser fundam entalm ente una advertencia respec­
opositores, sino como quien constata ese endurecimiento y toma posición ante
ello. A partir de un momento, comienza a hablar en lenguaje cifrado, dado el to a los obstáculos que impiden "leer" adecuadam ente la
peligro que le ha venido como consecuencia de su práctica y de la mala práctica de Jesús y seguirlo: el "pasar de todo", el tem or al
intepretación que ha sufrido com prom iso, al conflicto y a la persecución inherente a la
- Jesús realizará una doble enseñanza, ajustada a dos niveles de escucha: al ■ v ¡ •• / /
pueblo, en parábolas, de acuerdo a lo que pueden oir (v. 33); a los discípulos,
en cambio, aclarará todo, por el papel que han de desempeñar posteriormente,
y sin ninguna intención elitista. 44 Proskairós: oportunismo.
43 C f 1, 45, donde el ’logos' que divulga el leproso es la noticia sobre lo que 45 Ayate: seducción engañosa; de ahí, trampa.
Jesús hizo con él; 3, 8: el motivo del seguimiento es que "oyen lo que él hacia" 46 Un ejemplo será el rico que querría entrar a la vida eterna (cf. 10,17-27), pero
(no lo que decía). Los contenidos de la predicación de Jesús, por otro lado, no pudieron más las riquezas que la práctica del seguimiento de Jesús, sobre su
aparecen en el relato más que a partir de este momento. corazón.

108 109
Jesús, hombre en conflicto Reino y vida del pueblo

causa del Reino, las preocupaciones por el propio bienestar, m anera como (me) escuchan"'1. Escuchar a Jesús es medirlo', con
el apego a la riqueza, la ambición. T odo esto será objeto la medida con que lo midamos (escuchemos) serem os medidos
detallado de las instrucciones que Jesús hará a los discípulos (escuchados): la práctica del lector será m edida con la m ism a
después de la crisis de Galilea (c f 9, 9-10, 45), com o prepa­ pauta que use para leer el relato de la práctica de Jesús, es
ración para que, cuando él muera, puedan proseguir su causa. decir, c om o asum a su causa"2. Aquí te n e m o s la c la v e de toda
esta S u b u n id a d en to rn o a las c o n d ic io n e s de e s c u c h a y
se g u im ie n to ; M a rc o s corrige la e c le sio lo g ía de e x altación
S e c u e n c i a C: "Dichos” sobre la estrategia de
por la que sus lectores corrían el peligro de e v a dirse de los
parábolas: para comprender la práctica
c o m p r o m is o s de la práctica cristiana.
de Jesús: 4, 21-25

S e c u e n c ia B': Segundo bloque de parábolas: la


a) "Dicho" sobre la lámpara: vv. 2 1-23:
comprensión que jesús tiene del proceso
Estos tres versículos están en relación con los versículos del Reino: 4, 26-32
11-12' y responden a la pregunta por el sentido de la ense­
ñanza en parábolas (v. 10). Jesús sale al paso de una objeción: R ecordam os el papel estructural que tiene el conjunto, ha­
¿Por qué esconde su m ensaje velándolo tras una form a no ciendo inclusión con los versículos 2b-20 y dando relevancia
com prensible para todos? La lám para ¿no es para ponerla en a los versículos 21-25 que, a su vez, son la clave para
el candelera? ¿Por qué esa clandestinidad? Jesús responderá interpretar el sentido de los dos bloques de parábolas.
aclarando que, necesaria por las circunstancias, la clandesti-
• i i •• t48 >49
m dad es provisional , en su m om ento se rom perá . a) Parábola del sembrador: vv. 2 6 -2 9

En esta sección exclusiva de Marcos, Jesús nos refiere su


b) "Dicho" sobre la actitud con la que se le escucha:
propia situación ante el crecim iento del Reino, que lo rebasa
versículos 4, 24-25
y que sucede sin que él sepa c ó m o '3. Por su condición
hum ana, Jesús se m ueve en fe ante ese reino que llega en lo
Estos dos versículos están en relación con los versículos
escondido, en los márgenes.
13-20 " y son su conclusión estructural: en base a la relación
que ha m ostrado Jesús que existe entre lugar social y respues­
ta a su mensaje, advierte a los lectores: "Por tanto, revisen la

47 Cf. en este sentido Gnilka, S fk I, 182. Fusco también estudia esta relación;
Parola e Reúno, 304.
48 Cf. Gnilka, Aíkl. 180s.
49 Durante un tiempo Jesús evitiirá el conllicto abierto con el Centro, poniendo 51 C f Fusco, Parola e Regno, 304:•.'os que poseen el don de Dios pueden
muchas precauciones (cf. 5,17-18a.39.43); pero cuando se le impone doloro­ perderlo.
samente la experiencia del abandono de los pastores respecto del pueblo (6, 52 Las palabras de juicio, como indica Pesch, Kík 1,252s, subrayan la responsa­
34) y la amenaza que la ideología oficial representa para la vida, le es imposible bilidad del oyente; cf. ib. 257.
seguir callando (7, 1-23), a pesar del incremento previsible del conflicto. El 53 "Jesús relata su propia historia: fracaso ante la mayoría, maravilloso éxito entre
momento culminante de la ruptura de la clandestinidad será cuando decida ir los pequeños"; Leon-Dufour, Los Evangelios, 343. En cuanto al esquema
a Jerusalén, a enfrentar al Centro en el centro mismo (11,1-13,2). parábola-petición de explicación-interpretación considera que se remonta a
50 Cf. Gnilka, Kík I, 182. Jesús mismo y que es un ejemplo de cómo enseñaba: id. 342.

110 111
Jesús, hombre en conflicto Reino y vida del pueblo

b) Parábola del grano de mostaza: 30-32 35ss,). Después de eso la condena a muerte por m otivo
de su práctica y enseñanza será inevitable.
El m ensaje insiste en la oposición que hay entre los criterios
de eficacia del Reino y los del mundo. La kénosis en que
Enlace: Tempestad; incomprensión de los discípulos
sucede el Reino no significa falta de eficacia, sino que su
ante la práctica de Jesús y las amenazas que le
eficacia es otra: la m ism a del grano de m ostaza que, a pesar
rodean: 4, 35-41
de su pequenez, esconde una fuerza de vida infrustrable. Esa
kénosis es característica tanto del estilo del Reino com o de
Se trata de un pasaje con m uchos elem entos exclusivos de
sus destinatarios. M arcos, lo que hace suponer una intencionalidad especial y
que tiene elem entos importantes para su mensaje. Se da por
Secuencia A': Conclusión: 4, 33-34 aceptado com únm ente que no forma parte de la Subunidad
Parábolas, concluida claram ente en el v. 34; y tam poco form a
"Y con m uchas parábolas semejantes les hablaba la palabra parte de la siguiente Subunidad; pero presenta, tem as tanto
(= les explicaba su práctica) de acuerdo a com o podían oír; de la anterior com o de la siguiente, entre las que ju eg a el papel
sin parábolas no les decía nada, pero en privado les aclaraba de enlace l.
todo a sus discípulos". Si relacionam os esta conclusión con
los versículos l-2a, de la introducción, com o m om ento A,
Relato
podem os proponer las siguientes conclusiones de conjunto:
,k>Y en aquel día, ya atardecido, les dice: "Atravesemos
- C om ienza una doble práctica de enseñanza de Jesús
a la otra orilla ". ' Y dejando a la gente, se lo llevan en
que, en la dinám ica del relato, viene m otivada por el
la barca como estaba; e iban otras barcas con él. f' Y
análisis que Jesús hace de la respuesta que la gente va
se les v ie n e u n f u e r te v e n d a v a l y la s olas se les m e t í a n
teniendo ante su acción, de la capacidad de escucha y
en la b a r c a h a s t a el p u n to de q u e la b a r c a y a se
de las causas de esa diferencia de respuesta. Esto
h u n d í a . 1,8 Y el estaba en la popa, durm iendo sobre el
determ ina el m étodo y el contenido de las parábolas.
cojín del banco. Y lo d e s p i e r t a n y le dicen: "M aestro:
- Pero adem ás la estrategia de las parábolas tiene una ¿no te importa q u e nos e s te m o s h u n d ien d o ? " 1!' Y
connotación de protección ante el peligro que suponen
d e s p e r ta n d o , o rdenó al v ie n to y dijo al m a r : "Calla,
algunas de esas respuestas tanto para la recta co m pren­ enmudece". Y cesó el viento y se hizo u n a c a lm a to ta l.
sión de su práctica y mensaje, com o para su persona. 40 i «* •
Y les dice: ¿P o r q u é e s t á n a sí de a s u s ta d o s ? ¿Cómo
- En la parábola Jesús relaciona respuesta y lugar social: es q u e no t ie n e n fe?' 11 Y les e n tr ó u n miedo enorme ,
así aclara cuáles son las condiciones de una escucha
adecuada, no desde cualquier lugar se le puede escu­
char.
- A partir de ese m om ento Jesús norm ará su práctica de 54 La principal diferencia que hay con la siguiente Subunidad es la clave
enseñanza de acuerdo a la capacidad de respuesta de la dominante en esta secuencia, que es la Simbólica. El mar y las olas, en el
pensamiento judío, son imágenes del poder del caos y de la muerte (Füller,
gente, hasta que llegue el m om ento en que rom pa cit. por A. Weizer: ¿A qué llama milagro la Biblia?, 161); Jesús lo trata como
definitivam ente la clandestinidad, ante la urgencia de a los demonios: mandándolo callar. Jesús está donnido, y así es llevado a la
desenm ascarar al Centro ante el pueblo ( 7 , 14; 12, barca, y luego despierta; se ha visto aquí una alusión pospascual a la muerte-
resurrección; la indicación cronológica, "en aquel día", puede tener también
connotación SIM.

112 113
Jesús, hombre en conflicto Reino y vida del pueblo

y se p r e g u n t a b a n : P u e s ¿ q u ié n es é ste, q u e h a s t a el m ism os, son desbordados por los sucesos. Pero ese miedo
v ie n to y el m a r le obedecen?" que sienten ante las amenazas, Jesús lo califica com o "falta
de fe" en la fuerza del Reino, que fructifica sin que él m ism o
sepa cómo, a pesar de su pequeñez (cf. 4, 26-32). La seguri­
Comentario dad que él tiene en esa fuerza, y que les falta a los discípulos,
es lo que hace la diferencia y por lo que éstos caen en el miedo
Lo central del pasaje está configurado en forma de estructura que los paraliza ante la oposición del Centro. Por eso, al verlo
circular, cuyo centro (v. 38b) es la reclamación de los discí­ dom inar de tal m anera la situación, se preguntan: "¿Quién es
pulos a Jesús por su desentendim iento del peligro que los éste, que así dom ina las amenazas mortales que nos ro­
am enaza s en lo que destaca el tem a de la incom prensión de d e a n 9" Hay, pues, una referencia a la actitud de los discí­
los discípulos. En la parte del relato que llevamos analizada pulos frente a toda la práctica anterior, simbolizada en la
se da una migración de sentido entre el "saber" cristológico tem pestad, también se antici pan tem as de la unidad siguiente,
de los opositores y el "saber" cristológico de los seguidores de form a igualm ente simbólica: el dom inio de Jesús sobre las
de Jesús: los dem onios saben quién es Jesús (1 ,2 4 .3 4 ; 3, 12); fuerzas de la muerte lo presenta com o "señor de la v id a"w; el
sus enem igos también: un blasfem o (2, 7), un loco (3, 21), tem a de la incom prensión creciente de los discípulos será
un endem oniado (3, 22.30); los discípulos, en cambio, no tem a dom inante en el resto del relato. Creem os que esto
saben quién es. Esta será una clave del relato para distinguir justifica el tom ar esta secuencia com o en/cice, de acuerdo al
al discípulo, rebasado siempre por la realidad de Jesús, pero esquem a puesto en la nota ", que abarca hasta el siguiente
en su compañía. Si tom am os el registro simbólico com o clave enlace.
de lectura podem os releer este relato de la siguiente manera: El tem a que subyace a todo el bloque es el de la fe com o
Jesús, que está entre los discípulos "dormido", sin darse condición de posibilidad de la práctica de Jesús en favor de
cuenta, al parecer, de las amenazas que los ponen en peligro la vida. En la tem pestad Jesús echa en cara a los discípulos
de muerte, y a quien no le importa que "nos estem os hundien­ la falta de fe; en el pasaje del endem oniado no aparece la
do", es dueño de la situación. El m ar es síntesis sim bólica de palabra, pero sí las actitudes de fe y no-fe, y la form a com o
las am enazas que el relato nos ha narrado, y que no provienen esto afecta a la práctica de Jesús; la m ujer con hemorragias
del m ar sino de opositores concretos: los dem onios (1, 24- queda curada por su fe, al m argen incluso de la conciencia
34), los escribas (2, 7.16; 3, 22), los fariseos (2, 18.24; 3, de Jesús; a Jairo se le pide que sólo tenga fe; en N azaret no
2.4.6), sus familiares (3, 21.31), la gente (3, 9; 4, 11).
Toda esta oposición nace, en último término, de su
56 La clave simbólica dominante nos previene de que no debemos buscar "que
práctica por el Reino y de la oposición de dos concepciones sucedió" históricamente; por eso nuestro análisis interno, para determinar el
sobre Dios y el acceso a El. Los discípulos, dejados a sí papel que tiene en la estnictura, y de ahí, su sentido particular y para el
conjunto. Una lectura contraria, historicista, se encuentra en Derret, Why and
How Jesús walkedon the Sea, NT23 (1981) 330-348, donde intenta determinar
55 Esquematicemos la perícopa, tomando el cuerpo principal de la acción: los lugares por donde sería posible pasar a pie a través del agua, lo cual, en
a) los discípulos se llevan a Jesús en la barca: v. 36a una noche de luna, daría la impresión de tlotar sobre el mar...
b) Jesús va en la barca "como estaba": v. 36b 57 Cf. G n ilk a, MkI, 196.
c) se desata la tempestad-amenaza para el grupo: v. 37 58 Esto lo confirma Standaert, op. cit. 56. El esquema sería el siguiente:
b’) Jesús duerme; parece desentenderse de la situación: v. 38a Enlace: La tempestad de los discípulos: 4, 35-41
a’) los discípulos lo despiertan y le reclaman su ausencia: v. 38b Subunidad 5 Muerte-vida: El rescate de la vida: 5, 1-43
b” ) Jesús despierta y ordena al mar cesar su amenaza: v. 39a. Secuencia A: Endemoniado de Cierasa: 5, 1-20
Secuencia B: Mujer con hemorragias-Hija de Jairo: 5, 21-43
c') El viento y el mar obedecen; gran calma: v. 39b
b’” ) Jesús reclama a los discípulos su miedo y su falta de fe: v. 40. Enlace: Inicio de crisis de Jesús sobre su práctica; imposibilidad de los
milagros: 6,1 -6a.
a’') Los discípulos se preguntan por la práctica e identidad de Jesús: v. 41

114 115
Jesús, hombre en conflicto Reino y vida del pueblo

puede hacer ningún milagro por la falta de fe de sus c o m p a ­ "Me llam o Legión, porque somos m uchos”. 1(1 Y con
triotas; eso provoca el desconcierto y la crisis de Jesús, ante i n s is te n c ia le p e d ía de favor q u e no los expulsara fuera
un hecho que lo golpea" su práctica no despierta la fe en el de la región. 1 H a b ía allí u n a g r a n p i a r a de p u e rc o s
Reino. Es el com ienzo de la crisis nacida del cuestionam iento p a c ie n d o al pie del m onte. 12 Y le p id ie ro n de favor:
de su práctica de m ilagros com o mediación del Reino, que ' ¡M á n d a n o s a los cerdos p a r a q ue e n tr e m o s e n ellos!"
dejará de hacer a partir de la crisis de Galilea (8, 27ss,) Y se lo ordenó. Y s a lie n d o los espíritus im puros
e n t r a r o n e n los cerdos y la p i a r a se precipitó p o r el
b a r r a n c o al m a r , —como dos mil--, y se i b a n a h o g a n d o
Subunidad 5: Muerte-Vida: La fe, condición de e n el m a r . " Y los q ue los c u id a b a n h u y e r o n y lo
posibilidad del rescate de la vida: c o n ta r o n p o r la c iu d a d y p o r los c am pos. Y v in ie r o n a
5, 1-43 v e r q u é e r a lo q u e h a b ía p a sad o . 1’ L le g a n a donde
J e s ú s , y v e n al e n d e m o n ia d o s e n ta d o , vestido y e n su
A nticipado sim bólicam ente el tema de esta subunidad en la juicio, al que tuvo la Legión, y se lle n a ro n de te m o r. 16
secuencia de la tempestad, donde Jesús, por su fe, dom ina los Y los q u e h a b í a n visto les c o n ta r o n q u é h a b ía p a s a d o
poderes de la muerte, ahora nos lo presenta el relato ante tres al e n d e m o n ia d o , y lo de los cerdos. 1' Y c o m e n z a ro n a
situaciones de muerte: un endem oniado que vive en los p e d irle por favor q u e se a le j a r a de su te rrito rio . Is Y
sepulcros, un a m ujer con hemorragias, una niña muerta. Se c u a n d o él se e m b a r c a b a , le pidió de favor el e n d e m o ­
trata de tres impuros, excluidos del ámbito de la vida; en los n ia d o q u e d a r s e con él, 19 pero no lo dejó, sino q u e le
tres se anticipa, de una m anera u otra, el tem a del taum aturgo dice: "Vete a t u c a sa , a los tuyos, y a n ú n c ia le s lo q u e
en conflicto, m otivo de la crisis de Galilea. La fe aparece el Señor hizo contigo y (que) tuvo misericordia de ti”.
com o la causa del paso de la muerte a la vida. ' ’Y se fue y com enzó a p r e d ic a r en la Decápolis todo
lo q u e J e s ú s h a b í a hecho con él, y todos se m aravilla­
ban.
Relato
21 Y atra vesando J e s ú s de nuevo e n la b a r c a a la otra
5 ,1 Y v ie n e n a la o tra orilla del m a r , a la reg ió n de los orilla se j u n t ó a s u a lr e d e d o r m u c h a g e nte; él estaba
gerasenos 2 y, a p e n a s d e s e m b a rc ó él, desde los sepul­ a la orilla del m ar, 22 y v ien e uno de los je fe s de la
cros vino a s u e n c u e n tr o u n h o m b re poseído por un sin a g o g a , lla m a d o J a ir o , y al v e rle cae a s u s p ies 23 y
espíritu impuro, *que vivía e n t r e la s t u m b a s y al q ue le s u p lic a con insistencia diciendo "Mi h ija e s t á m u ­
n u n c a n a d ie h a b ía podido a m a r r a r n i con c a d e n a s ; riéndose; v e n p a r a q ue le im p o n g a s la s m a n o s , p a r a
-porque m u c h a s veces lo h a b í a n a ta d o con grillos y q u e se c u re y viva". 1Y se fue con él; y lo seguía una
c a d e n a s , y él r o m p ía las cadenas^ y h a c ía añicos los gran cantidad de gente y lo e s tr u ja b a n .
grillos y n a d ie p o d ía d om inarle--. ’ Y se pasaba noche
y día en los sepulcros y en las m ontañas gritando y 2> Y u n a m u je r , q u e lle v a b a doce a ñ o s con h e ­
golpeándose con piedras. h Y viendo a J e s ú s desde m o rr a g ia s , 2b que había sufrido mucho con muchos
lejos, corrió y se le a rrodilló 7y g rita n d o con g r a n voz médicos , y q u e h a b ía g a s ta d o todos s u s b ie n e s s in
dice: "¿Qué te im p o r ta de mí, J e s ú s , hijo del Dios m e jo ría a lg u n a , sino más bien empeorando, 71 oyendo
a ltísim o ? \Te conjuro por Dios q u e no m e t o r t u r e s ! ”. H lo de J e s ú s lle g a n d o por d e t r á s e n tr e el gentío, tocó
- E s que le h a b ía ordenado: "Espíritu impuro, ¡deja a ese s u m a n to , * p u e s decía: "Con q ue sólo to q u e s u v estid o
hombre!"--. 9Y le p reg u n tab a: "¿Cómo te llamas?" Le dice: q u e d a r é c u r a d a 251Y al p u n to se secó la fu e n te de su

116 117
Reino y vida del pueblo
Jesús, hombre en conflicto

s a n g ra d o , y en su cuerpo se dio cuenta de que estaba sim bólico (dom inante en los vv. 9-13). Jesús llega por pri­
curada del m al. 1(1J e s ú s se dio c u e n ta i n m e d i a t a m e n t e m era vez a territorio pagano (v. 1); el tomar la iniciativa
de la fu e rz a s a lid a de él y, volviéndose e n t r e la g e n te , contra el mal es lo que desencadena toda la acción. El
p r e g u n tó : "¿Q uién m e tocó?" MY le d e c ía n s u s d isc íp u ­ endem oniado está situado en el cam po de la im pureza y
los: "Ves q u e la g e n te te e s t r u j a y ¿ to d a v ía p r e g u n t a s m uerte (vv. 2-5), y sim boliza al hom bre dom inado y escla­
q u e ’q u ié n m e h a tocado’?" x¿ P ero él s e g u ía m ir a n d o vizado; en ese contexto, el diálogo con el dem onio tiene
a lr e d e d o r p a r a ve r q u ié n h a b ía hecho eso. M La m u je r, c o n notaciones políticas: Legión=Ejército rom ano= dem o-
e n to n c e s, a t e m o r i z a d a y te m b lo ro s a , viendo lo que le n i o s ^ c e r d o s y presenta su final violento en el mar-muerte.
Pero hay que tener en cuenta lo que el ’c u e rp o ’ significa en
había pasado , se acercó y se p o stró a n te él y le dijo
toda la verdad. 'u Y él le dijo: "Hija: t u fe e s la q u e te la antropología judía: Es lo que da presencia operativa al
dio la s a lu d ; v e te e n p a z y queda sana de tu m a l ". espíritu en el m undo Si son expulsados del hombre, los
dem onios no podrán seguir actuando en aquella región, a no
A ú n e s t a b a h a b la n d o cu a n d o , de c a s a del jefe de la ser en "otro cuerpo"; de ahí la im portancia de la petición (v.
sin a g o g a , lle g a n u n o s diciéndole: "Tu h ija y a se m urió; 10). Pero en el consentim iento de Jesús aparece la ironía: la
¿ p a r a q u é m o le s ta s a ú n al m ae stro ? " <hP e ro J e s ú s , no cochinada , los cerdos im puros son el lugar de los dem onios-
haciendo caso de lo que decían , dice al j e f e de la Legión romana. La concesión de Jesús es sólo aparente:
sin ag o g a: "No t e n g a s m iedo; sólo t e n fe". Y no dejó cuando se ahoguen los puercos en el mar, los dem onios
que lo acompañara nadie m á s q u e P e d ro , S a n tia g o y quedarán "sin cuerpo", con lo que la expulsión llega a su
J u a n , h e r m a n o de éste. ís Y lle g a n a c a s a del jefe de final; no hay pacto posible.
la s in a g o g a y ve el alboroto y los q u e l lo r a b a n y d a b a n T erm inado el uso dom inante del registro simbólico,
g r a n d e s a la rid o s , y e n t r a n d o les dice: "¿Por qu é com ienza lo narrativo con la reacción de los que cuidaban los
a lb o r o ta n y lloran? La n i ñ a no m u rió , sino q u e d u e r ­ cerdos: huyen para dar la mala noticia 1, que origina el
me". 10 Y se b u r l a b a n de él. P e ro él, echándolos fuera rechazo de los dueños de los cerdos (v. 17). A la petición de
a todos, toma consigo al padre y a la m adre de la niña que Jesús se aleje de su territorio subyace una jerarquía de
y a los suyos y entra a donde estaba la niña 11 y valores: los cerdos, sus posesiones, son más valiosos para
to m á n d o la con f u e r z a de la m a n o le dice: "Talitá kum " ellos que la vida de un hombre; el apego a la riqueza ahoga
-q u e quiere decir : ’N iñ a , a ti te hablo , l e v á n t a t e ’--. 42 la semilla de la práctica de Jesús (cf. 4, 19) y, com o su
I n m e d i a t a m e n t e se le v a n tó la n i ñ a y caminaba, - p o r­ presencia es una am enaza para sus bienes, y a ese precio no
que tenía doce años--. Y q u e d a r o n como f u e r a de sí, les interesa la oferta de vida que llega con él, lo echan de su
llenos de e s tu p o r , " y les insistió m u ch o e n q u e nadie territorio.
lo supiera, y les dijo que le dieran de comer. N otem os las m igraciones principales: Los dem onios
piden a Jesús que les deje perm anecer en ese territorio; los
dueños de los cerdos le piden que se vaya él. Jesús no se
Comentario

Secuencia A: Endemoniado de Gerasa: 5, 1-20 59 Cf. Gnilka. Mk /, 205. y los autores citados por el en la nota 31.
60 Sobre el concepto de 'cuerpo' en el pensamiento semita, cf. J.A.T. Robinson,
El cuerpo, G. Pidoux, El hombre en el Antiguo Testamento. H. Miihlen, El
En este relato, muy elaborado desde el punto de vista litera­ Espíritu en la Iglesia: C. Bravo: Apuntes ¡xira una eclesiología desde América
rio, van alternando el registro narrativo (dom inante en los iMtina.
versículos introductorios y en la segunda parte) y el registro 61 'Apéngeilein': dar una mala noticia.

118 119
Jesús, hombre en conflicto Reino y vida del pueblo

defiende contra esa expulsión, porque la vida, el Reino, no dido ( w . 29-30); y al revelarle la mujer "toda la verdad" (v. 33)
se imponen; sólo se ofrecen; los demonios, en cambio, habían Jesús remite a la mujer a su fe como causa de la salud64. En el
im puesto su dom inio de muerte (dem onios=Legión). La caso de la niña parece quitar fuerza a lo que va a suceder: pri m ero
fuerza del am or ha roto el círculo diabólico del poder opresor, dice que no está muerta, sino dorm ida (v. 39); después del
pero no puede rom per la resistencia de los hom bres apegados m ilagro insistirá en que nadie lo sepa (v. 43). P e ro r e c o r d e ­
a sus bienes. Jesús se retira de allí, pero el hom bre curado m o s q u e , se g ú n la L e y de la P u r e z a , J e s ú s ha q u e d a d o
será ahora su presencia; por eso no lo acepta en su compañía: im p u r o p o r h a b e r s id o t o c a d o p o r la im p u r a y p o r h a b e r
porque ha de ser "su cuerpo" en ese territorio del que se le t o c a d o a la m u e rta , y se c o n v ie r te en t r a n s m i s o r de
expulsa (v. 19) Así se inicia otra manera de seguim iento de c o n ta m in a c ió n ritu al, y e x c lu id o de la p r e s e n c ia de
Jesús: por él y por el Reino, aunque no "con" él (cf. 9, 38-40). Y a h v é m ie n tr a s no se p u rifiq u e ; y si no lo ha c e, d e b e
La respuesta ante la proclamación de aquel hom bre es la ser b o r r a d o de la a s a m b l e a de I s r a e l 65.
m ism a que se ha dado ante Jesús: la admiración (c f 1, 22.27; N o parece im probable que detrás esté el recuerdo de
2, 12). La lectura de esta secuencia a nivel simbólico perm ite una situación que se rem onte hasta Jesús, que, al atenuar su
descubrir estas migraciones, veladas a una lectura que pre­ acción, pretendiera evitar los problem as de la publicidad de
tenda situarse en una búsqueda de lo "histórico". Jesús apa­ su impureza, dado que no aparece ninguna mención de
rece com o el señor de la vida, que triunfa sobre las fuerzas prácticas de purificación hechas por Jesús. V im os cóm o la
que mantienen al hom bre en la muerte; pero eso presupone situación en m om entos parece rebasar al propio Jesús; es el
la aceptación por parte del hom bre (=fe). Contra la voluntad taum aturgo en problemas. En el desconcierto ante la curación
humana, Jesús no puede hacer nada. de la mujer, sucedida "a espaldas suyas", y en el problem a
con la gente de casa de Jairo, aparece la condición hum ana
de un Jesús en el que la fuerza liberadora actúa y da vida aun
Secuencia B: La impureza y la muerte: mujer con al m argen y en contra de las leyes de Pureza. T odo esto hace
resaltar aún más la importancia de la fe para que se dé el
hemorragias e hija de )airo: 5, 21-43
milagro. Ese será el motivo que se resumirá de m anera
En am bos casos el beneficiario es una mujer: la primera,
im pura y contam inante por su enfermedad y en una situación
de muerte social ’"; la niña muerta también es fuente de 64 Datos relevantes a tener en cuenta: la mujer tiene doce años apartada de Dios
im pureza que contam inará a Jesús \ En am bos relatos la y del culto. Swindler sugiere eso como motivo de su clandestinidad: el miedo
gente representa un problem a para Jesús: Lo estrujan (vv. a que descubrieran el estado de impureza ritual en que vivía. La ausencia de
acciones purificatorias, necesarias para quedar limpio, después de haber sido
24.31), se burlan de él (v. 40); la incom prensión también contagiado de impureza (cf. Lev. 15, 19-31), implica una violación provoca­
viene de los discípulos, que le responden con ironía (v. 3 1). dora y peligrosa de parte de Jesús; cf. L. Swindler: "Jesús was a feminist",
Y en am bos también se describe una actitud de reserva de Caih. World, ene (1971), 177- 1X3.
65 Si tenemos presentes los textos citados del A.T., ¿no cabe suponer como más
Jesús ante su propia práctica: cuando la curación le es arran­ obvio en el relato este motivo del secreto que impone a los padres de la niña
cada clandestinamente, Jesús trata de averiguar qué ha suce- y a los discípulos? Aunque es proliable que en ese 'tocar' haya una alusión al
poder salvífico de Yahvé (como nota Gnilka, Kík I, 218) y que sea el gesto
salviflco por el que se trasmite el poder del taumaturgo (cf. Pesch, Kík I, 130),
62 Cf. Lev. 15,19-31: La menstruación mantiene a la mujer en la impureza y hace sin embargo, situada la práctica en el contexto judío creo que puede mante­
de ella fuente de contaminación ritual y de muerte... ¡precisamente por tener nerse la interpretación propuesta. Aunque Me no especifique ese motivo de la
en sí la fuente de la vida! impureza, como lo hace en el cap. 7, sin embargo allí se trata de 1111 texto de
63 Num 19, 11-22 señala la contaminación y los requisitos de purificación para controversia; aquí, en cambio, la controversia sólo aparece coiateralmente en
quien toque un cadáver tomo a la interpretación de que 1<i niña está donnida, 110 muerta.

120 121
Reino y vida del pueblo
Jesús, hombre en conflicto

conflictiva en la secuencia siguiente, que hace las veces de Comentario


enlace.
Jesús va por última vez al cam po contrario, la sinagoga.
D espués de este choque abandona el cam po "de ellos" com o
lugar de enseñanza, hasta el enfrentam iento final en el T e m ­
Enlace: Nazaret: inicio de la crisis sobre su práctica: plo (cap. 11-12). La respuesta a su enseñanza indica una
6, 7-6a m igración de sentido: El "ser sacudidos por su enseñanza"
(v. 2) no tiene un sentido positivo com o en 1, 22, sino que se
La perícopa no form a parte de la Subunidad M uerte-Vida, convierte en "se escandalizaban a causa de él" (v. 3). C ues­
que concluye con el final del episodio de la hija de Jairo. tionan su enseñanza (c f 1, 22.27.38.39; 4, 2.33.34) y su
A dem ás hay una m igración geográfica: el viaje a su tierra. práctica (c f 1.31.41; 3, 10; 5, 27-30.41) porque con ella
Pero tam poco forma parte de la Unidad siguiente, de los rebasa los límites de la situación familiar a que debe sujetarse
Panes. Lo que se nos narra aquí es un m om ento crucial del (cf. vv. 2-3; 3, 20-21.31-35). No le reconocen otras posibili­
conflicto que Jesús em pieza a tener respecto de su práctica, dades que las de su pasado y su limitada situación familiar;
y que hay que destacar adecuadamente. La secuencia ju e g a en vez de dejarse cuestionar por su práctica, la cuestionan
el papel de enlace m ayor en el que se sintetizan varios desde un esquem a social que cierra toda alternativa incluso
m om entos anteriores, y se abre a una nueva práctica: la a la novedad de Dios.
misión de los discípulos com o extensión de su propia prác­
tica. A unque es sábado, Jesús, en su libertad, quiere actuar
en favor de la vida; pero "no puede" por la falta de fe que le
Relato tienen. El Reino no se im pone si el hom bre le niega su libre
aceptación; y lo que le extraña a Jesús es que esto suceda
6 ,1Y m a r c h ó de allí y v ien e a s u tie r r a , y lo acom pañan precisam ente en su patria; no se explica por qué sus ac cio ­
sus discípulos 2y, llegado el s áb ad o , e m pezó a e n s e ñ a r nes no están haciendo surgir la fe en el reino. Las curaciones
e n la sinagoga. Y c u a n to s le oían q u e d a b a n s a c u d id o s han centrado a la gente en una b ú squeda desesperada, y aun
y decían: "¿De d ó n d e le v ie n e n estas cosas ? ¿Q ué am e n a z an te para Jesús, de su propio beneficio (c f 3, 9-11;
s a b id u r ía le ha sido dada ? ¿Ytales acciones p o d e ro s a s 5, 24.31), pero no son para ellos signos del R e in o 66. ¿Se ha
de sus m anos ? '‘¿No e s é s te el carpintero, el hijo de la. equivocado de mediación para hacer creíble el Reino? ¿D ebe
María y h e r m a n o de S a n tia g o y J o s e t y J u d a s y dejar esa práctica? ¿O debe intensificarla y hacer algo más?
Sim ón? ¿No e s t á n s u s h e r m a n a s a q u í e n tr e n o so ­ Este m om ento lo consideram os inicio de la crisis de Galilea,
tros?". Y se e s c a n d a li z a b a n a c a u s a de él. 1Y les decía que culm inará en el capítulo 8, cuando Jesús deje de hacer
J e s ú s : "U n p r o fe ta sólo e s d e sp re c ia d o e n s u tie r r a , milagros y de dirigirse a la gente, para centrarse en la prepa­
entre sus parientes y e n s u c a s a '. Y no po d ía h a c e r ración de sus discípulos, de cara al final violento que ve cada
allí n i n g ú n m ilag ro , a excepción de unos pocos enfer­ vez com o más probable, dada la oposición que experim enta
mizos que curó imponiéndoles las manos. h Y se sor­ de parte del centro, y las posiciones cada vez m ás claras que
prendida de s u f a lta de fe. ha de ir tom ando contra ellos para desenm ascarar un sistema

66 Cf. Jn 6, 26: "Me buscan ustedes no porque hayan visto señales, sino porque
comieron de los panes hasta hartarse"

122
123
Jesús, hombre en conflicto Reino y vida del pueblo

excluyente que deform a el proyecto de Dios e impide al judío, Jesús com ienza a enseñar en parábolas, para que no
pueblo el acceso a la prom esa y a la vida. cualquiera le entienda; 4, 1-2a hace de enlace, y versículos
33-34, de conclusión. Entre esta Subunidad y la siguiente, el
Síntesis de las dos primeras Unidades pasaje sim bólico de la tempestad hace de enlace presentando
la situación de los discípulos ante toda esta situación; y Jesús
El prólogo nos ha propuesto las tres dim ensiones del hecho- aparece com o dom inador sobre los poderes de la muerte.
Jesús, a las que dará contenido su práctica: es hombre, es Finalm ente, y com o transición mayor, que anticipa un m o ­
Mesías, es Hijo de Dios. La Unidad program ática hace de m ento importante en la práctica de Jesús, la secuencia de
enlace entre la identidad de Jesús, anunciada sim bólicam en­ Nazaret; el discernim iento lo llevará a enfrentar la crisis
te, y el relato de su práctica, que comienza en la Subunidad am pliando su práctica por m edio de los discípulos y a un
Cafarnaum: su práctica en favor de la vida del pueblo le da com partirse totalm ente con la gente. Son los m om entos
una autoridad superior a la del Centro judío. La Subunidad fundam entales de la Unidad de los Panes.
Controversias acentúa esa oposición entre dos interpretacio­
nes sobre "lo que se puede" y "lo que no se puede" hacer en
favor de la vida: Jesús interpreta lo posible desde la necesidad TERCERA UNIDAD : Panes. Ampliación de la práctica
del hombre; el Centro, en cambio, desde la rigidez de la ley por la vida; conflicto creciente con el Centro:
de pureza. La Subunidad Respuestas presenta las distintas 6, 6b-8, 21
posiciones que los hom bres toman ante la práctica de Jesús:
de seguim iento o de perseguim iento. En la Subunidad Pará­ Presentam os los siguientes episodios com o una sola
bolas destaca el análisis que Jesús hace de esas respuestas y Unidad, amplia y compleja, com puesta por cuatro subunida-
de la correlación que existe entre respuesta y lugar social e des, tejidas en to m o a la ampliación que Jesús hace de su
intereses. Aparece una doble finalidad en su práctica: La práctica en favor de la vida del pueblo, necesitado de pan y
búsqueda de protección frente a las am enazas y la prepara­ de salud. Para él lo que amenaza la vida del pueblo es el
ción especial a los discípulos. La Subunidad Muerte-Vida lo hambre, las enfermedades, las relaciones interpersonales in­
presenta com o señor de la vida; también se dibuja ya el tema justas, y no las condiciones rituales de pureza. La solución
del taum aturgo en conflicto. está en compartirse. Pero eso no lo com prende ni su gente
El paso de una a otra Subunidad viene dado tem ática­ (cf. 3, 20-21; 6, 2-3) ni sus discípulos (6, 52; 8, 21) ni m enos
m ente m ediante una secuencia independiente más o m enos los fariseos (8, 11)
am plia o m ediante versículos pertenecientes a alguna de las Las dos Subunidades de los Panes y la de la Pureza
secuencias. Ya notam os la función de enlace de la Unidad están estructuradas según el esquem a de inclusión (a-b-a’) y
program ática (1, 14-20); el pasaje del leproso enlaza la se explican e implican mutuamente. V eam os de conjunto
Subunidad Cafarnaum y la de las controversias; por prim era toda esta Unidad en el siguiente esquema en el que in c lu i­
vez aparece en ella el conflicto con el Centro por causa de la m os los dos enlaces mayores"1'.
violación de las leyes de Pureza. La subunidad Controversias
term ina con la condena de Jesús y la búsqueda de protección
por parte de éste; los versículos. 3, 6-7a son indicadores de 67 Destaca la simetría de las dos Subunidades de los Panes:
hambre-incomprensión-enfermedad
un cam bio que se da en el relato, de la migración en la práctica -enfennedad-hambre-mcomprensión.
de Jesús y enlazan con la Subunidad Respuestas. En vista de Las tres últimas Subunidades forman inclusión, como se ve. a) Pan-salud/b)
la persecución que sufre por parte de su familia y del Centro Pureza/a') salud-pan.
Esta simetría destaca el trabajo literario que hay detrás; es de suponer una

124 125
Jesús, hombre en conflicto Reino y vida del pueblo

Esquema de la Unidad Relato

Enlace: Nazaret: escándalo ante la práctica Y re c o r ría los pue b lo s de a lr e d e d o r e n s e ñ a n d o . 7 Y


de Jesús :6, l-6a l la m a a los doce y comenzó a enviarlos en m isión de
S u b u n id a d 1: Misión: 6, 6b-31a
.Secuencia A: Envío de los Doce: 6, 6 b -13
dos en dos y les d a b a p o d e r sobre los e s p ír it u s i m p u ­
Secuencia B: Opiniones sobre Jesús y su práctica: ros, sy les o rd en ó q u e no t o m a r a n n a d a p a r a el camino^
6, 14-16 f u e r a de u n b a s tó n ; ni bolsa ni d in ero e n el c in tu r ó n '
Secuencia B ’: Asesinato de Juan bautista, contexto sino (que f u e r a n ) ca lz a d o s con s a n d a l i a s y q u e no
de misión: 6, 17-29 l le v a r a n dos vestidos. 10 Y les decía: " C u a n d o e n t r e n
Secuencia A ’: Regreso de los Doce: 6, 3 0 -3 la
Enlace: El pueblo en necesidad: 6, 3 lb-33
e n u n a c a sa q u é d e n s e allí h a s t a q u e se m a r c h e n . 11 Y
S u b u n id a d 2: Panes 1: Responsabilidad por la vida si a lg ú n l u g a r no los recibe ni les e s c u c h a n , sa lie n d o
del pueblo: 6, 34-56 de allí s a c u d a n el polvo de la p l a n t a de los pies, como
Secuencia A: Solución al problema del hambre: te s tim o n io contra ellos". 12 Y s a lie n d o predicaron que
¿comprar o compartir?: 6, 34-44 hicieran penitencia 1,1y e c h a b a n m u c h o s d e m o n io s y
Secuencia B: Incomprensión de discípulos: 6. 45-52
ungían con aceite a muchos enfermos y los c u r a b a n .
Secuencia C: Solución al problema de la enfermedad:
6, 53-56
Enlace: Asedio del Centro: 7, 1-4 11 Y se e n te r ó el rey H erodes, p o rq u e su nombre se
S u b u n id a d 3: Pureza: Dónde se juega la vida del pueblo: había hecho notorio , y decían: " J u a n el b a u t i s t a r e s u ­
7, 5-23 citó de e n tr e los m u e r to s , y p o r eso a c tú a n e n él f u e r z a s
Secuencia A: El conflicto con el Centro: 7, 5-13 m ilag ro sa s"; 1’ o tro s decían: "Es Elias"; o tro s decían:
Secuencia B: La explicación a la gente: 7, '4-16
Secuencia C: La explicación a los discípulos: 7, 17-23 "Es p r o fe ta como uno de los profetas". "’ Y oyéndolo
Enlace: Ocultainicnto en tierra pagana: 7, 24 H e r o d e s decía: "El J u a n q u e yo de c ap ité , ese m ism o
S u b u n id a d 4: Panes 2: Responsabilidad por el pueblo h a resu citad o ".
pagano: 7, 25-8, 21
Secuencia C: Solución al problema de la enfermedad:
7, 25-37
17 E s q u e H e ro d e s e r a el q u e h a b í a e n v ia d o a p r e n d e r
Secuencia A: Solución al problema del hambre: 8. 1-9 a J u a n y le h a b ía e n c a d e n a d o e n la p risió n por c a u s a
Secuencia B: Incomprensión de fariseos de H e ro d ía s , la m u je r de s u h e r m a n o Filipo, con q u ie n
refugio de Jesús: 8, 10-13 H e r o d e s se había casado. 1H P o r q u e J u a n decía a
Secuencia B': Incomprensión de discípulos: 8, 14-21 H e ro d e s: "No te e s t á p e rm itid o t e n e r la m u je r de t u
Enlace: Ciego de Bctsaida, símbolo de discípulos:
h e rm a n o " . 19 Y Herodías le aborrecía y q u e r í a q u i ta r le
8, 22-26
la vida, pero no podía, 0 pues Herodes te m ía a J u a n ,
s a b ie n d o q u e e r a h o m b re ju sto y santo, y le protegía;
y al oír quedaba m uy perplejo y le escuch a ba, con gusto.
1 Y llegó el día oportuno , c u a n d o H e ro d e s, e n su
c u m p le a ñ o s , dio un banquete a sus magnates, a los
tribunos y a los principales de Galilea. Y e n tr ó la
intención particular del autor en tomo al tema central: en qué se juega la vida h ija de la m is m a H e ro d ía s, d a n z ó y g u s tó m u c h o a
o muerte del pueblo. 1lay dos palabras claves para toda la Unidad: panes (cf. H e r o d e s y a los comensales. ‘ÁE l rey, entonces, dijo a
6, 8.37b.38.41.43.52; 7, 2.27.28, 8, 4.5.6.8b. 14.15.16. 17.19.20) y comer (cf
6,21.31.36.37a.42.44; 7,2.3.4.5.28; X, 1.2.3.8), que hacen de lulo conductor la muchacha: "Pídeme, lo que quieras y te lo daré". Y
de lodo el conjunto. le ju ró : "Te d a r é lo q u e m e p id a s , aunque sea la m itad

126 127
Jesús, hombre en conflicto Reino y vida del pueblo

de mi reino". 24 Salió la m u c h a c h a y p r e g u n tó a s u los d a b a a los discípulos p a r a q u e los r e p a r t i e r a n a la


m a d r e : "¿Qué voy a pedir?" Y ella le contesto: "La g e n te , y dividió los dos peces para todos. 42 Y todos
cabeza de Juan el bautista". 25 Y entrando apresura­ co m ie ro n y se s a c ia ro n . Y recogieron los p e d a z o s
dam ente a donde estaba el rey, le pidió: "Quiero que p a r tid o s , la c a p a c id a d de doce c a n a s to s , y la s s o b ra s
ahora m ism o m e des, e n u n a b a n d e ja , la c a b e z a de de los peces. 44 Y los q u e c o m ie ro n los p a n e s e r a n cinco
J u a n el b a u t i s t a " . E l rey se llenó de t r is te z a , p ero no m il h o m b re s .
quiso d e s a i r a r la , a c a u s a del j u r a m e n t o y de los co­
m e n s a le s . 7‘ Y al i n s t a n t e m andó el rey a uno de su 1’ E i n m e d i a t a m e n t e obligó a los discípulos a e m b a r ­
guardia, con orden de traerle la cabeza de Juan. Se c a rs e y a d e la n tá r s e l e hacia la orilla de B etsaida ,
fue y le d e capitó e n la p ris ió n 28 y tra jo s u c a b e z a e n m i e n t r a s él d e sp id e a la g e n te . Ib Y luego q u e los
u n a b a n d e j a y se la dio a la m u c h a c h a , y la m u c h a c h a despidió, se fue al m o n te a o ra r. 47Ya de noche e s t a b a
se la dio a s u m a d r e . 29 Y al e n t e r a r s e s u s discípulos la b a r c a e n m i t a d del lago y él solo en tierra . 48 Y viendo
v in ie ro n a reco g er el cuerpo y le d ie ro n s e p u lt u r a . cómo se f a t i g a b a n re m a n d o , p u e s t e n í a n el vien to e n
c o n tr a , a eso de la m a d r u g a d a v ien e h a c ia ellos c a m i ­
50 Y se r e ú n e n los ap ó sto le s con Jesús, y le c o n ta r o n n a n d o so bre el m a r , y tenía la intención de rebasarlos.
todo lo q u e h a b í a n h echo y lo que habían enseñado. (l 49 V iéndolo ellos c a m i n a r so bre el m a r les pa re c ió q ue
Y les dice: "Vámonos solos a un lugar apartado y e r a u n f a n t a s m a y se p u s ie r o n a g r i t a r ; 00porque todos
descansen un poco". --Porque eran tantos los que iban lo habían visto y se espantaron. El e n s e g u id a h a b ló
y venían que no tenían tiempo ni para comer.— <2Y se con ellos y les dijo: " T e n g a n án im o , yo soy; no t e n g a n
fu ero n e n la b a r c a a u n l u g a r a p a r t a d o ellos solos. ' miedo". ’ Y subió a la b a rc a con ellos, y cesó el viento.
Pero les vieron irse y los reconocieron m u c h o s y, a pie, Y ellos estaban totalmente fuera de sí, °2 porque no
f u e ro n corriendo hacia allá de todos los p u e b lo s y se habían comprendido lo de los panes, sino que su mente
les adelantaron. estaba embotada.

11 Y d e s e m b a rc a n d o vio m u c h a g e n te y sin tió c o m p a ­ ’>aY a tr a v e s a n d o h a c ia t i e r r a lle g a ro n a G e n e s a r e t y


sió n de ellos, porque andaban como ovejas que no atracaron; 54 en cuanto salieron de la barca lo rec o n o ­
tienen pastor, y comenzó a instruirlos extensamente. 35 cieron, ” recorrieron to d a la re g ió n y empezaron a
Y h a b ié n d o s e hecho y a m u y ta r d e , a c erc án d o se le s u s lle v a rle en cam illas a los e n fe r m o s a donde oían que
discíp ulos le decían: "El l u g a r es d e sie rto y y a e s m u y él estaba. ,b Y a dondequiera que iba , pueblos, ciu d a ­
ta r d e ; d e spídelos p a r a que, yendo a los c a m p o s y des o campos, colocaban en las plazas a los enfermos
a ld e a s de a lre d e d o r, se c o m p re n qué comer". ' 7 El, y lo l l a m a b a n p a r a q u e al m e n o s le t o c a r a n el borde
respondiendo , les dijo: "D énles u s te d e s de comer". Y de s u m a n to , y c u a n to s lo to c a b a n q u e d a b a n c u rad o s.
le dicen: "¿Vamos a comprar nosotros pan por doscien­
tos denarios y darles de comer?" ÍMY él les dice: "¿Cuán­ 7 , 1 Y se p o n e n de a c u erd o c o n tr a él los fa rise o s y
tos p a n e s tien en ? V ayan a. ver". Y h a b i é n d o l o a lg u n o s de los e s c r ib a s v en id o s de J e r u s a l é n 2y, vien­
a v e rig u a d o , le dicen: "Cinco y dos peces". ,t9 Y les do que algunos de sus discípulos comían los panes con
m a n d ó (jue a c o m o d a ra n a todos p o r g r u p o s so bre la manos im puras, es decir, sin la v á r s e la s , 1-porque los
h i e r b a 1 y se a c o m o d a ro n por grupos de cien y de fariseos y todos los judíos, si no se lavan m eticulosa­
c in c u e n ta . 11Y to m a n d o los cinco p a n e s y los dos peces, mente las manos no comen, dando fuerza de ley a la
m ir a n d o al cielo bendijo (a Dios) y p a r tió los p a n e s y tradición de los ancianos, 4 y lo (que compran) del

128 12 9
Jesús, hombre en conflicto Reino y vida del pueblo

mercado , si no lo lavan no lo comen; y m uchas otras los proyectos m a lv a d o s: fornicaciones, robos, a s e s i n a ­


cosas hay que han recibido para darles fuerza de ley: tos, a d u lte rio s , deseos de tener más, m aldades, en­
lavatorios de copas, jarros y bandejas--; ’y le pregun­ gaito, libertinaje, mala intención^ bla s fe m ia , soberbia,
tan los fariseos y los escribas : ¿P o r q u é r a z ó n t u s pérdida de valores ; 21 to d a s e s a s m aldades salen de
discípulos no cam inan de a c u erd o a la tra d ic ió n de los dentro y h a c e n im p u r o al h o m b re .
a n c ia n o s, sino q u e c o m e n el p a n con m a n o s im p u ra s ?"
hP e ro él les dijo: "¡Qué b ie n profetizó I s a ía s a c erc a de 24 Y levantándose de a llí se retiró hacia la región de
u s te d e s , los hipócritas! Como quedó escrito: ’E s t e p u e ­ Tiro y entró en casa, y no quería que nadie lo supiera,
blo m e h o n r a con los labios, pero s u corazón a n d a pero no pudo perm anecer oculto ; 2 ) p o r q u e i n m e d i a ­
d i s t a n t e m u y lejos de mí; ' m e n t ir o s a m e n t e m e d a n t a m e n t e oyó de él u n a m u j e r c u y a h i j i t a t e n í a u n
culto e n s e ñ a n d o d o c tr in a s (que son) m a n d a t o s de e s p í r i t u i m p u r o y v in ie n d o se echó a s u s p ie s 2b —la
h o m b r e s ’. s Abandonando la ley de Dios dan fuerza de mujer era griega, de raza sirofenicia—y le r o g a b a q ue
ley a la tra d ic ió n de los h o m b r e s . " Y les decía: "¡Qué e x p u l s a r a de s u h ija el d e m o n io . ¿l P ero le decía a ella:
fácil dejan sin valor la ley de Dios para proteger la 'Deja prim ero que se sacien los hijos', p u e s no e s tá b ien
tradición de ustedes! 10 P o r q u e Moisés dijo: ’H o n r a a t o m a r el p a n de los hijos y e c h arlo a los perrillos". 28
t u p a d r e y a t u m a d r e ’ y ’El q u e m a ld ig a al p a d r e o a M á s ella resp o n d ió y lo dice: "Sí, señor; p ero h a s t a los
la m a d r e t e r m i n e su v id a con la m u e r t e ’; 11 e n cam bio pe rrillo s, debajo de la m esa , com en de las m ig a ja s de
u s te d e s dicen: ’Si uno d e c la ra al p a d r e o a la m a d r e : los niños". 29Y le dijo a ella: "Por esta palabra, vete ; y a
Todo a q u e llo con q u e p u d i e r a s u s t e n t a r t e (es) kor- salió de t u h ija el demonio". M Y regresando a su casa,
bán’ -e s decir, ofrenda (consagrada)--, 12 ya no le encontró a la niñita acostada en la cama y que el
dejan hacer nada por el padre o la m adre , 1'n e g a n d o demonio se había ido.
a u t o r i d a d a la p a l a b r a de Dios, con e s a s u t r a d i c i ó n
que han transm itido. Y cosas sem ejantes a estas 31 Y saliendo de nuevo de la región de Tiro se dirigió
hacen ustedes m uchas". por Sidón h a c ia el m a r de G a lile a por en medio de los
lím ites de la Decápolis. <2Y le t r a e n u n s o rd o m u d o y
11Y l la m a n d o a la g e n te de nuevo, les decía: "O ig an m e le p id e n q u e le im p o n g a la s m a n o s . 'u Y apartándolo
todos y c o m p r e n d a n : 1,J no hay nada de fuera del a solas de la gente le m etió sus dedos en los oídos y con
hombre que, e n t r a n d o e n él, p u e d a h a c erlo im p u ro ; su saliva le tocó La lengua. !1 Y levantando la m irada
p ero lo q u e sa le del hombre es lo q ue h ace im p u r o al al cielo gim ió y le dijo: "¡Effatha!"; --que significa:
hom bre". ¡ábrete!--. f' E inm ediatam ente se abrieron sus oídos
y se soltó la atadura de su lengua y hablaba, correcta­
17 Y cuando entró en casa, dejada la gente, le preguntan mente. u> Y les m andó que a nadie lo dijeran; pero,
sus discípulos (sobre) la parábola. IHY les dice: "¿Así que cuanto m ás se lo ordenaba, m ás y más ellos lo prego­
ta m b ié n u s te d e s son incapaces de en te n d e r? ¿No se d a n naban; ‘ y se quedaban atónitos sobre toda m edida y
c u e n ta de q ue lo que de fuera e n tr a en el hombre no lo decían: "Todo lo ha hecho m uy bien; hasta hace oir a
puede hacer impuro, 19 porque no entra en su corazón los sordos y hablar a. los mudos".
sino e n s u e s tó m a g o y v a a p a r a r al excusado?" -d e-
claraba puros todos los alim entos—. 20 Y les decía: "Lo 8 , 1 Por aquellos días, habiendo de nuevo m ucha gente
q u e sa le del h o m b re , eso h a c e im p u ro al h o m b re . y que no tenían qué comer , lla m a n d o a s u s discípulos
P o r q u e de dentro , del cora z ó n del hom bre , s a le n todos les dice: 2 "Tengo c o m p a sió n p or la g e n te , p o rq u e ha c e

130 131
. Jesús, hombre en conflicto Reino y vida del pueblo

y a t r e s d í a s q u e p e r m a n e c e n co n m ig o y no t i e n e n Comentario
q u é co m e r; 1y si los d e s p id o e n a y u n a s a s u s c a s a s ,
se d e s m a y a r á n e n el c a m in o ; y algunos de ellos son Subunidad 1: Misión de los Doce: Corresponsahilidad
de lejos." 1 Y le r e s p o n d i e r o n s u s d isc íp u lo s: "¿De por el Reino:
d ó n d e p o d r á u n o s a c i a r de p a n e s a é s to s a q u í e n el 6, 6b-31a
d e s ie rto ? " ’Y les p r e g u n t a : "¿C u á n to s p a n e s tienen?"
Ellos le dijeron: "Siete". bY m a n d ó a la g e n te acom o­ Ante la constación del fracaso Jesús no responde con el
d a r s e e n el suelo y, t o m a n d o los siete p a n e s los p a rtió , repliegue sino ampliando su práctica, com partiendo su m i­
p r o n u n c ia n d o la acción de g ra c ia s , y los d a b a a s u s sión con los Doce. Es un nuevo com ienzo (v. 7), que repre­
discípulos p a r a q u e los r e p a r t i e r a n , y los d i s t r ib u y e ­ senta un a v ance en el p roceso de s e g u im ie n to de los
r o n a la g ente. ' Y t e m a n u n o s c u a n to s p e scadillos y d isc íp u lo s ’*. En las c o n s ig n a s m is io n e r a s q u e les da,
bendiciéndolos, les dijo q u e t a m b ié n los r e p a r t i e r a n . d i s t r ib u i d a s en d o s se rie s, s o b r e s a le n dos p u n to s: a) la
s Y c o m ie ro n y se s a cia ro n . Y recogieron las s o b ra s de c o n d ic ió n p r e v ia son las d i s p o s i c io n e s p e r s o n a l e s y el
los p edazos, sie te c a n a s to s ; 9 y e r a n como c u a tr o mil. e s tilo de p o b r e z a ; b) la c o n d u c ta d e b e a ju s t a r s e a la
Y los despidió. r e s p u e s ta q u e r e c ib a n : la c o n f i a n z a b á s ic a en la b o n d a d
del h o m b re , q u e les p e r m itir á c o m p a r ti r la c a sa con
1,1 Y s u b ie n d o luego a la b a r c a con sus discípulos fue q u i e n e s los a c o ja n (v. 10) está m a t iz a d a p o r el r e a lis m o
a la re g ió n de D alm anuta. 11 Y s a lie ro n los fa rise o s y q u e c u e n ta con la p r o b a b i l id a d del r e c h a z o (v. 1 la).
e m p e z a r o n a d is c u tir con él p id iéndole u n signo del Las dos breves secuencias de la práctica m isionera y
cielo, p a r a p o nerlo a p r u e b a . 12 E indignado p ro fu n ­ del regreso incluyen el relato de la suerte de Juan6 , que
dam ente , dice: " ¿P ara qu é p ide u n signo e s t a r a z a ? E n contextualiza la misión de los Doce, com o contextualizó el
verdad les digo: Ni u n a s e ñ a l (del cielo) se d a r á a e s t a com ienzo de la misión de Jesús (1, 14). La estructura a -b-a’
raz a ". u Y dejándolos, embarcándose de nuevo , se nos hace ver en el relato de la muerte de Juan no un simple
m a r c h ó a la otra orilla. paréntesis "mientras los discípulos predican"; es el contexto
dram ático que rodea la predicación por el reino, que no puede
" Y se h a b í a n olvidado de lle v a r p a n e s y sólo tenían desvincularse del conflicto. Las opiniones sobre Jesús son
un pan con ellos en la barca. '-’Y les a d v e r t ía diciendo: antecedente de la pregunta crucial de 8, 27: "¿Quién dice la
"Fíjense: t e n g a n c u id a d o de la l e v a d u r a de los farise o s gente que soy yo?"; la incorrecta interpretación de la identi-
y de la levadura de Herodes". "’Y d is c u tía n e n tr e sí de
q u e no t e n í a n p a n e s. 17 D á n d o se c u e n ta les dice: "A
q u é d is c u te n q u e no tie n e n p a n e s ? ¿ T odavía no e n t i e n ­ 68 A la predicación inicial y milagros (1, 14-3, 5) correspondió el primer
momento: la con-vocación (1,16-20); frente a las amenazas de los fariseos (3,
d e n ni comprenden ? ¿Tienen el corazón cerrado? 18 6) y de su familia y del Centro (3, 20-35) consolida el grupo de los Doce (3,
¿Teniendo ojos no ven y teniendo oídos no oyen ? ¿Y no 13-19) a quienes comienza a enseñar en particular (4,10ss.33ss); ahora, frente
se a c u e r d a n 11 de c u a n d o p a rtí cinco p a n e s p a r a los a la crisis del sentido de su práctica (6, l-6a) envía a los Doce como
corresponsables de la causa del reino, que implica la causa del pueblo.
cinco mil, c u á n to s c a n a s to s llenos de pedazos recogie­ 69 La tradición de Flavio Josefa, tal vez preferible desde el punto de vista
ron?" Le dicen: "Doce". 2(1 Y c u a n d o los siete p a r a histórico, destaca el aspecto político de su asesinato: "Las gentes se habían
c u a tr o m il ¿ c u á n t a s c a n a s t a s lle n a s de s o b ra s recogie­ reunido en tomo a él. porque se exaltaban mucho oyéndolo hablar. Herodes
temía que semejante facilidad para persuadir suscitara una rebelión... Por eso
ron?" Le dicen: "Siete". 21 Y él les decía: "¿Y aún no prefirió detenerlo antes que se produjera una revuelta por su causa... Por estas
comprenden?" sospechas Juan fue enviado a Maqueronte... y allí lúe ejecutado..."; cit. por
Perrot, Jesús y la historia, 94s.

132 133
Jesús, hombre en conflicto Reino y vida del pueblo
---------------------------------------------

dad y misión de Jesús, que hacen la gente y Herodes, es Secuencia A: Solución al problema del hambre:
corregida y reinterpretada por la práctica de los discípulos, ¿Comprar o compartir?: 6, 34-44
enviados en misión.
En la primera parte (vv. 34-38) predom ina el registro narra­
tivo, y en la segunda (39-44), el simbólico. D espués de la
interrupción del descanso previsto, y luego de una larga
Enlace: El pueblo en necesidad: 6, 31 b-33 instrucción de Jesús al pueblo, los discípulos tom an una
iniciativa aparentem ente en favor del pueblo, cuya situación
Comentario analizan desde la lógica socioeconóm ica dominante: la solu­
ción al problem a del ham bre está en que se vayan y se
Jesús invitó a sus discípulos a descansar aparte de la gente, com pren alimento. Jesús responde desde la lógica del Reino;
pero cam bia sus planes por la situación del pueblo. Su la solución está en compartir: "Dénles ustedes de comer". Los
necesidad es para Jesús el criterio inmediato y práctico de lo discípulos no com prenden ese cam bio de lógica y rechazan
que "puede" o "no puede" hacer: ante la urgencia de un com o im posible la proposición de Jesús: En el desierto "no
pueblo m arginado de la vida, "no puede" darse tiempo ni para se puede" com prar pan por lo equivalente al salario de
comer, ni para descansar, ni puede com er su pan solo con sus doscientos días, para alimentarlos a todos. Pero Jesús no ha
discípulos, sino que lo ha de compartir con el pueblo. hablado de "comprar" sino de "compartir lo que tienen", lo
que es posible: "¿Cuántos panes tienen?" Lo que han llevado
para com er es lo que han de com partir con la gente, y eso
hará el milagro.
Subunidad 2: Panes 1: La responsabilidad por la vida En el segundo m om ento cambia el registro: abundan
del pueblo: 6, 34-56 los sím bolos y la descripción de la práctica de Jesús tiene
fuertes connotaciones litúrgicas. Estos elem entos nos previe­
El análisis que Jesús hace de la situación de abandono de la nen frente a la tentación de leer el pasaje en registro "histó-
gente implica un juicio contra los pastores, y es lo que lo lleva neo
a interrum pir su descanso. Es la principal m igración de
sentido de la Subunidad los pastores, preocupados más por
la pureza y las condiciones rituales para comer, que de que
el pueblo tenga qué comer, no asumen la responsabilidad Secuencia B: Incomprensión de los discípulos:
sobre la vida, que les corresponde oficialmente; Jesús asum e 16, 45-52:
esa tarea, pero los discípulos no com prenden (cf. 6, 52). Esa
incom prensión creciente desem bocará en el relato del ciego, A hora se retoma el registro narrativo. Jesús tom a medidas
sím bolo de su ceguera, y enlace-transición a la crisis de que connotan un conflicto entre él y los discípulos: los obliga
Galilea y a las Instrucciones. (v. 45) a irse de allí para despedir él m ism o a la gente. La
reacción de entusiasm o que se da, tal vez alentada por ellos,

70 Sobre el sentido ¡simbólico c f Standaert, op.cit. 6K: el siete (5+2) es número


de plenitud, como los "doce" canastos que se recogen; la saciedad es símbolo
de plenitud escatológica. son cinco mil hombres los que se alimentan.

134 135
|esús, hombre en conflii lo Reino y vida del pueblo

representa para Jesús un m om ento de tentación (com o en 1, sucede en la lógica del sistema de la Pureza, los impuros no
35s), y lo remite a la oración-discernim iento de su práctica. lo m anchan al tocarlo, sino que reciben la vida. Prosigue el
El tem a de la incom prensión ahora se expresa en clave enfrentam iento de los dos esquem as de interpretación sobre
sim bólica71; la pregunta pertinente, por tanto, no es "qué lo que da vida o muerte, que llegará al culmen en la siguiente
sucedió en la realidad", ni siquiera "cuál es el núcleo histórico Subunidad. Para Jesús es la sensibilidad ante el sufrimiento
del pasaje", sino "qué pretende el narrador situando aquí y la cercanía con el m arginado lo que garantiza la vida; para
precisam ente este pasaje" La clave nos la dan los versículos el Centro, al revés, el alejarse del im puro y el excluir a los
51 y siguiente (exclusivos de Marcos), donde analiza el manchados.
contenido y la causa del desconcierto: 'porque no habían
com prendido lo de los panes, sino que tenían su m ente Enlace: Asedio del Centro: 7, 1-4
embotada". El m iedo les nace no frente a la tem pestad sino
frente a la incom prensión de la práctica de Jesús, que los hace El asedio se recrudece. Los actuantes son los fariseos de
verlo "com o un fantasma". A unque han com partido su pan, Galilea, reforzados por algunos de los escribas enviados de
em pujados por Jesús, no han com prendido por qué com par­ Jerusalén a controlar el problem a Jesús, que se les escapa de
tirse así, tan sin reserva; por qué no tener tiem po ni para las m anos (cf. 3, 22).
comer; por qué, dado ya el caso, no aprovechar la explosión
El m otivo es que los discípulos comen los panes72 con
de la popularidad en función de un proyecto m esiánico más m anos impuras. No tom an en cuenta el que se han manchado
am plio y eficaz políticamente; por qué Jesús los obliga a
com partiendo su pan con el pueblo que ellos, los pastores,
retirarse en el m om ento culm inante del éxito popular. han abandonado.
Este pasaje es muy importante en el proceso del discípulo:
Los primeros versículos muestran de manera muy par­
N o saben quién es (4, 4 1); lo creen incapaz de darse cuenta
ticular el trabajo del narrador; la repetición del sujeto en los
de la situación que los amenaza (4, 38); lo ven com o un
vv. 1 y 5, y la intervención del narrador en los versículos 3-4,
fantasm a (6, 49), alguien de otro mundo, que los atem oriza
nos llevan a considerar com o enlace esta parte de la perícopa.
(4, 41; 6, 50s) y los rebasa (6, 48) y cuya práctica no
com prenden (5, 31; 6, 37.5 ls); pero sin embargo, siguen con
él (3, 13) y prosiguen su causa com partiendo su misión. Subunidad 3: Pureza: Desautorización de la Ley de la
Pureza como acceso a Dios: 7, 5-23

Secuencia C: Solución al problema de la enfermedad: Esquema


6, 5 3 -5 6
Secuencia A: El conflicto con el Centro: 7. 5-13
Secuencia B: La explicación a la gente: 1, 14-16
El pueblo responde ante la eficacia de la práctica de Jesús en Secuencia C: Ln explicación a los discípulos: 1. 17-23
favor de la vida, en la que destaca la universalidad y la
m aterialidad de su acción (vv. 55-56). Al contrario de lo que

71 Las indicaciones topográficas y cronológicas nos dejan una sensación de 72 La Biblia de Jemsalén omite la referencia a los panes, contrariamente a The
extrañeza simbólica: Jesús va hacia ellos, pero "con la intención de pasarlos , (¡reek N.T. p. 147 v Synopsis, p 1 16, lectura que lomamos como original.
sucede "de noche", cuando el hombre es mas vulnerable trente a los elementos; Sobre el sustrato histórico de las prácticas rituales de purificación y del
lo ven como un fantasma: en el "yo soy" resuena el "Yo soy' liberador de ¡enómeno de encasillamiento y separación que provocaba, cf. Perrot, op. cit.
Yahvé en el A .T.

136 1 37
Jesús, hombre en conflicto Reino y vida del pueblo

Comentario - La religión (culto) que practican es vacía, mentirosa,


porque defiende preceptos e intereses m eram ente hu­
m anos (doctrinas) (v. 7).
Secuencia A: El conflicto con el Centro: 7, 5-1 3 - C on su actividad legislativa los escribas han usurpado
el lugar del proyecto de Dios (cuyo contenido es el
Esta controversia sucede "en ningún lugar", pero no por eso núcleo de la Alianza) en favor de proyectos hum anos
está desituada: sucede en cualquier lugar en donde la ley (tradiciones de las leyes de la pureza)(v 8).
suplante a la justicia y al amor. Estructural m ente situada entre - El criterio para discernir lo que es Ley de Dios y lo que
las dos Subunidades de los Panes, las explica y es explicada es m andato hum ano es el derecho del pobre (vv. 9 - 13).
por ellas (esquem a a-b-a1). Se enfrentan dos análisis: el de
los opositores, que nace de una ideología no sustentada por Ley de la Alianza contra Ley de la Pureza. ¿En cuál se
ninguna práctica en favor del pueblo, y el de Jesús que, desde encuentra la clave para la vida del pueblo? Jesús tom a
la práctica de su misericordia eficaz, cuestiona y desenm as­ posición. Con una dura iro n ía '' califica a sus interlocutores
cara posiciones ideológicas aparentem ente m uy respetables, de hipócritas , es decir, simuladores que en la escena fingen
pero enorm em ente peligrosas para la vida e identidad del ser otros (tener otras intenciones e intereses) y que ocultan
pueblo. bajo m áscara de piedad su verdadera realidad. Este duro
El Centro intenta m eter a Jesús en una controversia no juicio lo fundam enta Jesús en la tradición profética.
sobre cóm o resolver eí problem a del ham bre del pueblo sino Hay una fuerte migración de sentido en la práctica de
sobre las condiciones rituales que hay que guardar para Jesús: en las otras controversias (2, 1-3, 5; 3, 22-30) no había
comer. Eso obviam ente no aporta ninguna solución para analizado la conducta de sus opositores, sino que se había
quienes no tienen pan. Jesús cambiará los térm inos de la limitado a justificar su propia práctica; pero ahora pasa al
controversia: no acepta encajonarse en el esquem a del C en­ ataque. N o se limita a justificar la conducta de los discípulos,
tro, y pasa al ataque. Se da el enfrentam iento de dos análisis, criticada c om o ilegal (v. 5), sino que rom pe la clandestinidad
en cuya base subyacen dos concepciones diferentes de Dios que venía siendo su norm a de conducta desde la Subunidad
y de su proyecto y de las condiciones de acceso a él. La Ley Parábolas (c f 4, 21-23), para prevenir al pueblo contra la
pretende norm ar las conductas y relaciones que garantizan conducta hipócrita de los jefes y contra su tendenciosa inter­
eso. Pero Jesús interpreta de m anera diferente lo que garan­ pretación de Dios y su proyecto, que traiciona al Dios v erda­
tiza la vida, desde una visión emparentada con la tradición dero. Entra definitivam ente en el terreno peligroso de la
profética de la Alianza; la de los opositores, en cambio, es denuncia pública de los que tienen el poder ideológico v
expresión de la tradición sacerdotal de la Pureza, que hace de religioso.
las norm as un absoluto, por estar, según ellos, fundada en Los dos análisis que se enfrentan postulan un segui­
Dios m ism o (c f vv. 2.5). Ese supuesto fundam ento es lo que m iento y un cam ino diferente. Los opositores protestan por­
Jesús desautoriza. En un alegato muy enérgico desglosa que los discípulos de Jesús "no caminan" de acuerdo a la
cuatro antítesis en las que queda al descubierto lo perverso tradición de los ancianos (v5), que según ellos m onopoliza
de sus intenciones: el acceso a Dios; la protesta de Jesús contra los pastores es
porque no asumen los com prom isos del "camino" de Dios
- La honra que pretenden dar a Dios (labios) encubre una con el pueblo. Con unas acusaciones radicalmente subverti-
lejanía de la práctica que realizan (corazón com o sede
de decisiones) (v. 6)
73 Versículos 6.9: 'kalós': ¡Qué bien...!

138 139
jesús, hombre en conflicto Reino y vida del pueblo

doras del estatus socio-religioso, Jesús desautoriza el "cam i­ Pureza; y tam bién el sistema sacrificial queda m inado radi­
no" oficial: calm ente, y privado de su carácter de acceso a Dios; porque
- Pretende ser "de Dios" cuando en realidad sólo es cosa no resuelve el verdadero problem a de la cercanía o lejanía de
de hom bres (v. 7). él. Iguala radicalm ente a los puros con los impuros al negar­
- Se propone com o único camino, pero lo que hace es les su estatuto de privilegio y al dejarlos expuestos, al igual
alejar al hom bre de él; el corazón se distancia de Dios, que todos, a la verdadera impureza , que es la de dentro , la
escudándose en una falsa apariencia de piedad (v. 6). de las intenciones y proyectos, la que atenta contra la vida y
- A ntepone las necesidades económ icas del T em plo (y la pone en peligro, y de la que ellos ni se preocupaban.
de la clase social que de él se beneficia) a las necesida­
des primarias del hombre. Lo que hay oculto detrás es
la defensa de intereses particulares hum anos (vv. 8-9), Secuencia C: La explicación a los discípulos: 7, 17-23
los de aquellos a quienes luego acusará de haber c on­ %
vertido el T em plo en cueva de asaltantes ( cf. 11, 17). Todavía avanzará un paso más Jesús: a solas con sus discí­
- Genera un dinam ism o de descom prom iso respecto de pulos les aclarará el fundam ento de su afirmación: lo de fuera
la vida confiada por Dios al hom bre (vv. 10-11); no se entra en el hombre, pero no en su corazón, que es la sede de
responsabiliza de la protección a la vida amenazada. las decisiones hum anas; lo que am enaza la vida y la identidad
- Incapacita, por tanto, para cumplir el verdadero proyec­ del pueblo es lo que de él salga. La lista que viene a conti­
to de D ios(v. 12), cuyos derechos falsamente considera nuación enum era doce formas de alteración de relaciones
opuestos al hom bre y lleva a defender otra cosa, pero hum anas (vv. 20-23): es la injusticia en ellas lo que am enaza
no el honor de Dios. la vida, no los tabúes rituales en torno a la impureza. Lo que
- N o es un hecho aislado, sino una práctica coherente, un impide al pueblo c om er no es tener las m anos sucias, sino la
esquem a de conducta (v. 13). El problem a no es si voluntad de unos cuantos de no com partir su pan. Por eso la
lavarse o no las manos, sino que, siendo m ás fácil solución al problem a no está en lavarse sino en la voluntad
lavarse las m anos que amar, haciendo lo prim ero se de compartir.
excusan de lo segundo; el legalismo implica una diná­ Esta doctrina rebasa la capacidad de com prensión de
mica de desplazam iento por la que el hom bre se sirve los discípulos; aunque han relativizado m uchas prescripcio­
de la ley para protegerse de las exigencias del am or y nes ju d ía s porque, com o hom bres del pueblo, no conocen la
de la justicia. ley y sus minucias, en el fondo no saben por qué lo hacen y
no com parten la verdadera libertad respecto de la Ley de la
pureza que consiste en relativizarla desde un absoluto m ayor
Secuencia B: La explicación a la gente: 7, 14-16 que ella; por eso aparecen com o incapaces de com prender (v.
18) al igual que los opositores de Jesús. El tem a m arcano de
La segunda paite de la crítica es aún más peligrosa; para el la incom prensión de los discípulos com ienza a acentuarse y
Centro y para Jesús. Porque hace su análisis "llamando a toda a ser causa de conflicto entre Jesús y ellos; m arcará el resto
la gente" (v. 14) para que se defiendan contra las pretensiones del relato y culm inará en el abandono de los discípulos en el
de la ortodoxia: "iganme todos y comprendan! N ada de fuera m om ento de la condena y de la muerte.
hace im puro al hombre" Por tanto, de nada de fuera debe el
hom bre purificarse: ni de tocar un leproso ni un muerto, ni
de com er el pan sin lavarse. Con esa generalización desauto­
riza radicalm ente el sistema social m ontado en torno a la

1 40 141
jesús, hombre en conflicto Reino y vida del pueblo

Enlace: Ocultamiento en tierra pagana: 7, 24 Secuencia C: Solución al problema de la enfermedad:


7, 2 5 -3 7
Pero todo esto no lo hará Jesús impunemente. A m anera de
transición se narra brevem ente la determinación de Jesús de Las acciones de Jesús y del pueblo se van alternando en las
irse a territorio pagano, en un viaje que no tiene intención dos perícopas que com ponen la secuencia:
m isionera74 sino que, dado el contexto, se trata de una huida
de protección y de búsqueda de clandestinidad ante el c on­
1) Curación de una niña pagana: 7, 2 5 -3 0
flicto desatado por su clara definición contra las posiciones
ideológicas del Centro, cada vez más am enazado por la
Jesús huye a territorio pagano; el m ovim iento geográfico nos
práctica de Jesús y por la descalificación que ha hecho de
descubre una migración m ás profunda de sentido, de orden
ellos frente a la gente. Invalida la "inflación de la Pureza";
socio-religioso, en su práctica: a) Jesús pasa del conflicto con
invalida incluso la pretendida absolutez de las prescripciones
el Centro a la búsqueda de clandestinidad y protección; b)
en torno al sábado, condicionándolas a las necesidades del
rechazado por los hijos ha caído en territorio pagano com o
hom bre com o norm a de amor. Pero con eso ho se mantiene
migajas despreciadas por aquellos, pero com o pan al que los
el m ontaje del Tem plo en torno al culto, a la econom ía de los
perritos tienen derecho (v. 27)7<’. La m ujer pagana (y en ella
sacerdotes y de los comerciantes. Para el sistema es una
está sim bolizado todo el m undo pagano), descubre en Jesús
condena a muerte; por eso Jesús ya no tiene escapatoria.
esa doble dimensión: es vida-rechazada: "Te han despreciado
A unque se retira a una casa de la región de Tiro, con la
com o migaja, pero eres vida para mi hija"
intención de que nadie lo pueda localizar (v. 24), sólo es
cuestión de tiempo; su m ism a sensibilidad ante la gente lo
hará rom per esa clandestinidad protectora. 2) Curación de un sordomudo: 7, 31-37

Nos encontram os con un pasaje exclusivo de M a rc o s ” D e n ­


tro de lo im probable del itinerario, la acción se sitúa en
Subunidad 4: Panes 2: La responsabilidad por la vida
territorio pagano, donde Jesús perm anecerá un tiem po (¿has­
de los paganos: 7, 25-8, 21
ta 9, 1?). En esta curación resaltan la materialidad de la acción
de Jesús (signos y contacto material; v. 33), la clandestinidad
La transición nos ha planteado una estrategia de ocultam iento
de que rodea la acción (v. 33a) y la expresión de los senti­
por parte de Jesús. No se trata de formular hipótesis de corte
mientos de Jesús (v. 34), cuyo significado se nos escapa.
psicológico-historicista en torno a "qué pasó históricam en­
¿Expresa una resistencia a proseguir con la práctica de los
te", sino de descubrir lo que el contexto del relato nos muestra
milagros, por ver que no despiertan la fe en el Reino, y por
com o dinám ica de la práctica parrada; no nos encontram os
el conflicto que suscitan, resistencia que, sin embargo, se ve
frente a una simple yuxtaposición de secuencias, sino frente
vencida por la misericordia ante el sufrimiento y la necesidad
a una estructura Resalta el paralelismo de 7, 25-37 con 6,
53-56 y de 8, 1-10 con 6 ,3 4 -4 4 .
75 Taylor habla de los indicios del carácter primitivo del relato; cf. op.cxi. 40X.
76 Sobre el nivel simbólico del pasaje, cf. Standaert, op.cit. 69.
77 Gnilka señala el carácter marcadamente simbólico de esta perícopa, como las
de los ciegos (cf. Kík 1, 289s); y bien puede verse como antecedente de lo que
sucederá en 15, 39 con otro pagano, que hará la única confesión auténtica de
74 Cf. Taylor, op. cit. 141. Jesús como el I lijo de Dios.

142 143
Reino y vida del pueblo
Jesús, hombre en conflicto

en el dar se justifica el poseer. Y ahora entramos de nuevo


del hom bre7 Esta hipótesis es coherente con el contexto que
en el registro simbólico: siete panes, siete canastos , la
estam os exam inando y no podría rechazarse a priori. N u e v a ­
sim bólica eucarística de la práctica de Jesús (v. 6), la saciedad
m ente estam os ante lo que para Jesús es el criterio para
m esiánico-escatológica de la gente (v. 8). No repetiremos lo
decidir lo que "puede" o "no puede" hacer: la necesidad
dicho en la Subunidad Panes /; sim plem ente recordem os que
concreta del hombre, incluso por encim a de sus propias
ahora Jesús com parte con paganos su pan, (cf. 7, 27), el pan
conveniencias y planes.
Je los hijos , dentro del contexto de su huida en busca de
Hay que notar, finalmente, que con esta curación c on­
protección tras el clímax del conflicto con el Centro (7, 1-23)
cluye en el relato de M arcos la práctica de curaciones de
a propósito de las condiciones de pureza ritual para c om er el
Jesús; los tres milagros restantes tienen una clara finalidad
estructural, com o verem os en su m o m e n to 7*.

V Secuencia B: Incomprensión de fariseos ante la


Secuencia A: Solución al problema del hambre: 8, 1-V práctica de jesús: refugio: 8, 10-13

La escena no tiene ninguna concreción de tiem po ni de lugar, Después de despedir a la gente (c f 6, 45-46), Jesús intenta
la situación de la gente es la m ism a que en 6, 35s, con la regresar a territorio judío, pero el acecho de los fariseos y la
diferencia de que ahora es Jesús quien toma la iniciativa del tentación que éstos le proponen, le hará regresar a territorio
análisis de la situación de lagente, e involucra a los discípulos pagano nuevam ente, en busca de refugio. Que se trata de un
en la búsqueda de solución (v. 1). Estos ya no contestan com o intento de regreso a territorio judío lo sabem os no por la
localización geográfica desconocida (Dalm anuta) sino por la
entonces, desde la lógica socioeconóm ica de la compraventa,
presencia de los fariseos (v. 11), que ’salen’ en cuanto él
pero en su respuesta manifiestan una imposibilidad por la que
llega: piden un signo del cielo porque son incapaces de ver
se consideran dispensados del com prom iso y de la práctica:
los signos de la tierra y de leer el reino en ellos: saciar el
"¿De dónde podrá uno saciar de panes a éstos aquí en el
hambre, curar, preocuparse de la suerte del pueblo. Su cielo
desierto?"; com o "no pueden" hacer nada, no tienen por qué
involucrarse. y su Dios no se ocupan de esas cosas.
Jesús, "indignado profundamente" (v. 12), analiza la
Jesús no considera válida la respuesta y hace de nuevo
la pregunta del comprom iso: "¿Cuántos panes tienen?" Sólo inutilidad de tal petición: Si no están dispuestos a leer los
signos que se dan en la tierra, ¿para qué les servirá uno del
cielo? El reino que Jesús anuncia no se manifiesta en base a
78 8,22-26 y 10,46-52 juegan el papel de transiciones y engloban la sección de signos de este tipo. Los deja y se sitúa en la otra orilla (v. 13);
las Instrucciones a los discípulos, cuya situación interior expresan simbólica­ esta migración geográfica nos expresa una migración m ás
mente; 9, 14-29 es el marco y preámbulo de la instrucción de Jesús sobre la
lucha con el demonio. Pesch, A/A //, 97, destaca que al colocar Me la perícopa profunda de sentido: la que enfrenta irremisiblem ente a Jesús
en esta parte del relato, subraya su carácter de mstmcción a los discípulos; y al Centro, situados cada uno en una orilla, en un territorio
Minette señala las intervenciones redaccionales en esta misma perícopa; cf.
Taylor o.c. 470s. Si comparamos con los otros sinópticos encontramos que
diferente.
Mateo, en cambio, presentará a Jesús haciendo curaciones todavía en el
momento previo a la entrada a territorio judío (19, 1-2) y el pasaje de los dos
ciegos que cura en Jericó no parece tener la finalidad redaccional que le 79 Sobre la simbólica del pasaje, c f Standacrt, op. cit. 68.
80 Prescindimos de la discusión de si se trata de una única escena duplicada por
atribuye Marcos (cf. Mt 20, 29-34); en Lucas sucede algo similar: dado que el narrador por motivos teológicos (ampliar a los paganos los beneficios de lu
todo el relato se estnictura como un único viaje a Jenisalén, no hay ninguna acción de Jesús) o si de hecho hubo "históricamente" dos sucesos similares.
cesura en la estrategia de los milagros. Pero en Marcos hay un claro corte y Sobre este aspecto, cf Taylor, op. cit 375s, 420s-. Cnilka. \ík /, 255, 262s
un cambio en la estrategia de Jesús.

145
144
Jesús, hombre en conflicto Reino y vida del pueblo

Secuencia ET: Incomprensión de discípulos ante la Conductas ante la suerte del pueblo
práctica de jesús: 8, 14-21

Pero no son sólo los fariseos los incapaces de "leer los signos
El Centro judío
de la tierra"; tam bién los discípulos. Por eso Jesús les adver­
Son pastores ausentes de la responsabilidad por la vida del
tirá sobre el peligro de pensar sobre él com o los fariseos y
pueblo; se fijan en si se cumplen o no los condicionam ientos
los herodianos: C uidado con esperar de él una práctica me-
rituales de la pureza para comer, y no en si existen condicio­
siánica en base a acciones " del cielo", que eviten el c o m pro­ nes materiales para ello; excluyen de la bendición a los
miso de una práctica de signos de la tierra: el com partir el enferm os y pecadores y se preocupan de que no m anchen los
pan con quien tiene ham bre81. La incom prensión de los espacios sacros, pero no de que tengan un espacio vital ni de
discípulos es trágica, y los sitúa en el terreno de los oposito­ reincorporarlos a la vida; han hecho una cesura entre casta
res, los "defuera" (8, 17=4, 11-12); teniendo ojos no ven; son sacerdotal/pueblo, entre puros/impuros, entre ju d ío s/p ag a­
incapaces de analizar correctamente su práctica de los panes. nos; critican a los que, por compartir su pan con el pueblo,
N o han com prendido que los que tienen pan, por poco no se preocupan de guardar las condiciones rituales de pureza
que sea, están com prom etidos en la solución del problem a
para comer.
del ham bre de los que no tienen, y que ese dinam ism o del
com partir es lo que produce la abundancia del reino.
La secuencia term ina con una enigm ática pregunta: Los Doce
"¿Y aún siguen sin entender?" Esa ceguera de los discípulos
se sim bolizará en el ciego de Betsaida (8,22-26); se acentuará Se preocupan de que la gente se compre de c o m e r pero,
dram áticam ente en 8, 29-33 y llevará a Jesús a un cam bio en p e rm a n e c ie n d o dentro del sistem a social d o m in a n te , no
su práctica: el conflicto con el C entro ha ido creciendo y es a portan la v e rd a d e ra solución al p ro b le m a de la vida del
irreversible; le hace prever un final violento, en función del p u e b lo ; a pesar de que durante el tie m p o de la m isión se
cual ha de replantear su práctica por el reino y también las han d e d ic a d o a m irar por la salud del pu e b lo y a anu n c ia r
condiciones y práctica del seguimiento. La urgencia lleva a el reino, en el fondo aún no han c o m p re n d id o la práctica
Jesús a dejar en segundo térm ino la atención del pueblo y se de Jesús; a u n q u e han c o m p a rtid o su pan m o tiv a d o s por
dedicará a preparar a los discípulos para que superen su Jesús, no en tie n d en lo de los panes, de esa m an e ra quedan
incapacidad de comprensión y así puedan proseguir su causa s itu a d o s al m is m o nivel que los fariseos y hero d ia n o s; es
una vez que él muera*2. un m o m e n to im p o rta n te de la m ig ra ció n de sentido que se
da en to rn o a los discípulos.
81 La levadura contra la que les advierte Jesús es la concepción mesiánica
errónea; cf. Standacrt. op. cit. 68; Lamhiasi, Bib.Or. 18 (1976) p 11. Jesús
82 Este cambio de estrategia lo menciona expresamente el relato: "Y saliendo de
allí atravesaban la Galilea sin detenerse, y no querían que nadie lo supiera,
porque iha instruyendo a sus discípulos" (9,30). Aunque la gente aparece aún Analiza dónde está el verdadero problem a para la vida:
en varios lugares, concretamente en 10, 1, no parece improbable que se trate depende de la existencia de condiciones materiales y de la
de un recurso del autor, similar al que le lleva a introducir a la gente a i 8, 34
(donde Taylor ve un signo de actividad redaccional, o.c. 453; Schweizer reordenación de las relaciones sociales que haga eficaz la
también destaca el carácter marcano del v. 34; cf. o.c. 186), por el que mantiene capacidad de compartir; no depende de los condicionam ien­
al pueblo como horizonte constante de la instrucción de los discípulos; los tos rituales. Estos, de hecho, se han deform ado y convertido
instmye precisamente en función de la gente, no para crear un grupo de
selectos, un "nuevo Israel" de corte fariseo. en dinam ism o de muerte, tras el que se escuda y justifica una

146 147
Jesús, hombre en conflicto

actitud de d escom prom iso frente a la responsabilidad priori­


taria por la vida; asi se desplaza el centro verdadero, que es
el amor. N inguna exigencia legal, ninguna razón de Estado
o de religión está por encim a de las exigencias del am or y la
justicia, porque Dios no es el opositor del bien del hombre,
sino que am a la vida; donde ésta se encuentra puesta en juego
es en la alteración de las relaciones interhumanas: eso es lo
que m ancha al pueblo y lo que le da muerte.
3

CRISIS Y CAMBIO

FORMACIÓN DE LOS DOCE PARA EL


P r o s e g u im ie n t o

La práctica de Jesús narrada en todo el relato puede dividirse


en tres bloques, separados por dos perícopas: los pasajes de
ciegos, cuyo esquem a general es el siguiente:

I. Práctica por la vida: 1, 2-8, 21


Enlace: Ciego de Bctsaida: 8, 22-26
II. Crisis de Galilea y cambio de práctica:
instrucciones a los discpulos: 8, 27-10, 45
Enlace: Ciego de Jcricó: 10. 46-52
III. Enfrentamiento con el Centro:
condena, muerte, resurrección: 11. 1-16, 8a

148 149
Crisis y cambio Jesús, hombre en coaflicto

'.<• describe la práctica de Jesús en cinco m omentos; el lugar Entrem os a este bloque central del relato:
<< iiii.il lo ocupa una pregunta inusitada en Jesús sobre la
<tu acia de su práctica: "¿Ves algo?"' (c f 8, 17-21):" ¿Y aún Enlace: Ciego de Betsaida: símbolo de discípulos:
ii<* ven?"). Jesús parecería dudar de su capacidad taumatúr- 8, 2 2 -2 6
i-.u ,i no medirla suficientemente. El resultado de su práctica
< . una visión imperfecta que confunde la realidad (v. 24). El que sea un pasaje exclusivo de M arcos nos llama la
Soln una intensificación de su práctica le capacita para ver atención sobre la importancia estructural que tiene para él
Im i Icctam ente (v. 25). Este es el tem a central de la perícopa: N o pertenece propiam ente a la U nidad Panes ni a la Unidad
l.i posibilidad de ver Pero todo esto sucede en las afueras del Crisis de Galilea , y ju n to con el pasaje del ciego de Jericó
Iniobio, a donde Jesús se lleva consigo al ciego (v. 23). ju eg a un papel de enlace e inclusión fu ndam ental1.
C om parem os con la situación de los discípulos: A
l< ais lo han visto "com o un fantasma" que cam ina sobre el
.if.ua (ó, 49); no han com prendido su práctica de los panes Relato
(0. 15s.5 Is; 8, 17.21); ni el que "lo de dentro, no lo de fuera,
<•■. lo que hace impuro al hombre" ( 7, 18s). N o saben "quién 22 Y llegan a Betsaida; y le traen un ciego y le piden de
< . ese" (5, 41); lo verán com o Mesías (8, 29); el correctivo favor que lo toque. ¿' i tomando de la mano al ciego se
<|iu lesús propone provoca la crisis en el grupo (8, 32). Jesús lo llevó a las afueras del pueblo y, habiéndole puesto
intensificará su instrucción, aunque ni eso será suficiente saliva en sus ojos, imponiéndole las m anos, le pregun­
para corregir la incapacidad de visión. Por eso el relato taba: "¿Ves algo'?" MAlzando la vista le decía: "Veo los
in minará rem itiendo al seguim iento en Galilea com o condi- hombres, porque veo como árboles que cam inan". 25
»ion para "ver" a Jesús (16, 7). Visión y "seguimiento por el Luego le volvió a imponer las manos sobre los ojos, y
i .mimo" estarán indisolublemente unidos ( 10, 52). comenzó a ver perfecta mente y quedó restablecido y veía
todo desde lejos y con claridad. 2hY le envió a su casa
diciéndole: "No vayas ni siquiera a entrar en el pueblo".
( uarta Unidad: Crisis de Galilea: Quicio del Relato.
( ambio de práctica ante el fracaso, la incomprensión
v el ( onflicto con el Centro: 8, 27-38
Comentario
lesús ha tenido que ir m odificando su práctica con base en el
análisis que hace de la respuesta de la gente. Sus acciones La secuencia no sigue el esquem a de milagros: no term ina
han sido mal interpretadas, y no despiertan la fe en el reino, con la admiración y la alabanza (com o tam poco la del ciego
y le han llevado a u n enfrentam iento con el Centro; su familia de Jericó, ni la del endem oniado del cap. 9). Estamos, pues,
lo tiene por loco, sus compatriotas se escandalizan de él, sus ante otro Upo de relato de milagros , cuya finalidad viene
discípulos no saben quién es. determ inada por la estructura , y tiene un carácter simbólico.
lia insistido en el silencio, para dism inuir el nivel de
peligrosidad para sí m ism o y para su causa; pero mientras 1 Gnilka destaca la semejanza estructural y de contenido entre 8, 22-26 y 7,
31-37; cf.Kíkl, 312; lo mismo Taylor, op. cit. 435s, y Schweizer, op. cit. 173,
mas insiste, más lo divulgan. Ha tenido que abandonar la donde afinna que se trata de la intervención redaccional más significativa; en
protección de una enseñanza cifrada, para enfrentar abierta- base a esas características redaccionales los vemos como enlace.
2 Minette considera que el pasaje está colocado redaccionalmente, con una
finalidad didáctica y teológica; op.cit. 60; cf. también Pesch, Mk I, 420s, y
1 ( f. 8, 17-21: "¿Y aún no ven?". Standacrt, op. cit. 70.

151 150
Jesús, hombre en conflicto Crisis y cambio

mente la hipocresía del Centro judío; y ha tenido que huir a otros, q u e E lia s; otros, q ue uno de los p r o f e t a s ”. ¿''Y él
territorio pagano; la muerte del bautista es ya una seria les p r e g u n t a b a a ellos: "Pero u s te d e s ¿q u ié n dicen q ue
advertencia. soy yo?" R e s p o n d ie n d o P e d ro le dice: "Tú e re s el M e ­
Y después de todo esto ¿qué es lo que ha logrado con sías". ,<<l Y les im p u s o la o r d e n de q u e a n a d ie d ije r a n
la gente? N o esperan el Reino de Dios, sino el reino de Israel, (esto) de él. MY com enzó a e x p lic arles q u e e s n e c esa rio
de venganza contra sus enemigos; y de él esperan que enca­ q u e el hijo del h o m b re s u f r a m ucho, y q u e s e a r e c h a ­
bece la revuelta contra los romanos, que se convierta en el zado p o r los a n c ia n o s y por los s u m o s s a c e r d o te s y p or
satisfactor de todas las necesidades. ¿C óm o lo ve la gente, los e s c rib a s , y q u e s e a eje c u ta d o , y q u e d e s p u é s de t r e s
sus discípulos? Y, sobre todo, ¿cóm o lo ve Dios m ism o? Este d ía s re s u c ite . 2 Y les decía esto con toda claridad y
duro m om ento de "crisis de autoidentificación" ; m arca una decisión. P e ro P e d ro , llevándoselo consigo, em p e z ó a
cesura en el relato, tras la que vendrá un nuevo com ienzo y r e g a ñ a r lo . ,u E n to n c e s J e s ú s , volviéndose y m irando
una nueva práctica. a sus discípulos, reprendió a P e d ro y le dice: " ¡Q u íta ­
t e m e de e n fr e n te , S a t a n á s , q u e no p ie n s a s e n lo de
Dios sino e n lo de los hom bres!".
Esquema 14 Y llam ando a la gente j u n t o con s u s discípulos, dijo:
"Si (to d a v ía) a lg u ie n q u ie r e s e g u irm e , q u e re n u n c ie a
Tiene una estructura progresiva, cuyo culm en es la última s u s propios in te r e s e s (= a sí m ism o) y q u e c a rg u e con
Secuencia. s u c ru z y m e siga. 1’ P o r q u e si a lg u ie n q u ie r e t e n e r a
salvo s u vida, la p e rd e r á ; p ero q u ie n p i e r d a la v id a por
m i c a u s a y p o r el evangelio, la s a l v a r á . ,<bP o r q u e ¿ p a r a
Secuencia A: La doble pregunta por la identidad: 8, 27-29.
Secuencia B: El primer correctivo: orden de silencio: 8, 30. q u é le sirv e al h o m b re c o n q u is ta r el m u n d o e n te ro , a
Secuencia C: El segundo correctivo: corrección de expectativas co s ta de s u vida? Y ¿qué p a g o p u e d e d a r el h o m b re
mesiánicas; previsión del futuro: 8. 31-32a. a c am bio de s u vida? <sP u e s de a q u e l q u e se a v e r g ü e n ­
Secuencia D: Crisis y cambio en el seguimiento: 32b-38. ce de m í y de m i p r á c tic a ( logoi) entre esta gente
adúltera y pecadora , t a m b i é n el hijo del h o m b re se
Relato a v e r g o n z a r á c u a n d o v e n g a e n la glo ria de s u P a d r e
e n t r e los á n g e le s sa n to s .
27Y s a lie ro n J e s ú s y sus discípulos h a c ia los po b lad o s
de O e s a re a de Filipo; y e n el ca m in o les p r e g u n t a b a a {Enlace: 9 ,1 Y les decía : "Les digo e n v e r d a d q u e h a y
s u s discípulos: "¿Q uién dice la g e n te q ue soy yo?" a lg u n o s de los a q u í p r e s e n t e s q u e no g u s t a r á n la
Ellos le re s p o n d ie ro n : Q ue (eres) J u a n el b a u t i s t a , y m u e r t e s in v e r q u e el R e in a d o de Dios ha llegado en
poder").
4 "Sin perjuicio de que en Jesús se dé, como realidad última y peculiar, a lo largo
de toda su vida, una conciencia profunda y no refleja de su radical e irrepetible
proximidad con respecto a Dios... esa (auto)concicncia de Jesús... tiene una
historia...; aprende, hace nuevas y sorprendentes experiencias y se siente
amenazada por crisis extremas de autoidentificación, aun cuando esas crisis,
sin perder su fuerza, estén arropadas ¡x)r la conciencia de que también ellas se
encuentran implicadas en la voluntad de Dios"; Rahner, en Rahner-Thüsing,
Cristología, 34.

152 153
Jenú 8, hombro <«n conflicto Crisis y cambio

Comentario S e c u e n c i a C: Segundo correctivo: la suerte del hijo


del hombre: 8, 31-32a

S e c u e n c ia A: La doble pregunta por la identidad; Pero no basta con la prohibición; "com enzó a enseñarlos"7,
mesianidad malinterpretada: 8, 27-29 para rectificar la confesión mesiánica y les dice que prevé un
final violento, contrario al triunfo que esperan. A partir de
Por prim era vez sale el camino , entendido com o lugar de la este m om ento su práctica cambiará: deja al pueblo y se dedica
práctica de Jesús; su im portancia en toda esta sección es a la form ación de los discípulos.
evidente (9, 33; 10, 17.32; 1 1, 8 ) \ La gente anal iza la práctica La corrección de la confesión m esiánica la hará recu­
de Jesús desde esquem as del pasado (6, 14-16), a u n q u e , rriendo a la imagen y a la suerte del "hijo del ho m b re "8,
dentro del esquem a profético, no del sacerdotal-fariseo. Se térm ino no usual para designar al Mesías, y que le perm ite
Irustra la esperanza de Jesús de que los discípulos sí lo sitúen sortear m ejor las m alas interpretaciones. Pero la llena de un
correctamente; Pedro lo encuadra dentro del esquem a po p u ­ contenido desconcertante: N o es el glorioso hijo del hombre,
lar; es el líder a cuyo triunfo esperan estar asociados (c f 9, de Daniel 7; es más cercano al Siervo sufriente (Isaías). Ese
34; 10, 35-45). futuro es tan evidente para Jesús, que decide plantearlo
claram ente a sus discípulos'.

S e c u e n c i a B: Primer correctivo: orden de silencio:


8, 30 S e c u e n c ia D: Crisis y tentación de los discípulos;
cambio en la práctica del seguimiento:
La respuesta de Pedro, ortodoxa en su form ulación verbal, 8, 32b-38
no corresponde a lo que Jesús piensa de sí m ism o ni a lo que
Dios quiere de él6; en el contexto sociopolítico de dom inación Pedro no com prende, y se enfrenta a Jesús, quien considera
rom ana y de expectativas alentadas por la resistencia, y en el su conducta com o tentación de Satanás mismo. Se enfrentan
contexto del conflicto con el Centro, esa confesión (de sus dos m odos de pensar sobre la práctica por el Reino: el que la
propias expectativas de poder) es peligrosam ente am bigua concibe de acuerdo con el esquem a hum ano de un poder que
para Jesús y para el Reino. Por eso cortará en seco con ella se im pone, y el que la concibe desde Dios, com o fuerza de
c om o prim er correctivo. vida que se ofrece indefensa a la libertad humana. Por su
m anera de pensar Pedro se sitúa en el círculo de los opositores

7 Ahora Jesús les habla "con toda claridad y decisión", para prepararlos.
X El significado del término plantea problemas complejos de interpretación;
nuestra hipótesis es que tiene tres significados diferentes a lo largo del relato,
referidos dialécticamente entre si: el hombre , el 'Mijo del hombre sufriente',
el ’Hijo del hombre glorioso'. Sobre el particular, cf. Schweizer, II Vangelo,
5 C f Manicardi, op. cit. 99-112. 177-181; F. Hoffm ann, "Zur Herkunít und markinischen Rezeption einer
6 La confesión mesiánica de Pedro atribuye a la misión de Jesús un contenido alten Ueberlieferung" (en Orientienmg an Jesús. Zur Theologie der Synopti-
contrario al del Dios de la vida, lo interpreta en función de un proyecto cher; Freiburg 1973), en colab. con N. Brox y W. Pesch, s.t. pp. 198-200; c f
nacionalista de poder violento y de venganza sobre los enemigos de Israel, a también Taylor, op. cit. 134s; 216; 219-222; 244-246; Ch. Duquoc, Jesi'is,
quienes Dios destmirá porque (se supone) son sus enemigos; cf. Cullmnnn, hombre libre, 58-62.
(hristologie, 107; 243. 9 El v. 32a es exclusivo de Me y nos define la actitud de Jesús.

154 155
JesÚH, hombre en conflicto Crisis y cambio

de Jesús, en el círculo de Satanás; esta dura migración de - En este kairos , la única m anera de conservar la vida es
sentido es una advertencia para el seguidor de Jesús. arriesgándola por Jesús y por el Reino; pretender el
Este relato es om itido totalm ente por Lucas, y está muy poder a costa de arruinar la vida no c o m p e n s a 12.
m atizado en M ateo (16, 22); es claro que M arcos le da una - Esto que es válido en vistas al presente, lo es sobre todo
dim ensión m ás dramática: no se trata de una confesión de cara a la futura venida del Hijo del Hombre, ante el
m o d élic a ” ; aunque ortodoxa en la forma, es satánica en el que hay que responder de la opción tomada.
contenido y en la intención. A Pedro le parece absurda la
posición de Jesús, sobre todo en un m om ento en que el auge Sin pretender determinar la conciencia mesiánica histórica
de su popularidad hace imprevisible el fracaso que anuncia de Jesús, podem os decir que el relato de M arcos plantea aquí
Jesús; pero para éste es evidente el carácter irreversible y un correctivo fundamental de la "confesión mesiánica": no
creciente del conflicto. cualquier confesión de Jesús com o Mesías es cristiana ; lo
Jesús llam ó a los discípulos para que compartieran con que la hace tal no es la ortodoxia del térm ino usado, sino el
él su misión de predicar y curar; ahora el horizonte cam bia contenido que se le dé. N o basta confesar que Jesús es
para Jesús, y eso implica un cam bio en el seguimiento. Por M esías; lo importante es qué Mesías se dice que es Jesús y
eso, aunque corre el riesgo de que, cambiadas las condiciones hasta dónde se está dispuesto a a c om pañarlo1’.
tan duram ente, los discípulos ya no quieran seguirlo y lo
dejen solo, debe replantear honestam ente un nuevo com ien­
zo: "Si alguien (todavía) quiere seguirme", sepa que ya no se Enlace: Tiempo de 'ver' el Reino: 9, 1
trata de seguir haciendo lo que hasta ahora, sino de renunciar
a los propios proyectos de poder e intereses, para cargar con Relato
la cruz de una condena de parte del Centro político y religio­
so. N o invita Jesús a sufrir; no piensa en la cruz por la cruz 9 , 1 Y les decía : "Les digo e n v e r d a d q u e h a y a lg u n o s
m ism a, sino en u na cruz (condena político-religiosa) que es de los a q u í p r e s e n t e s q u e no g u s t a r á n la m u e r t e sin
consecuencia ineludible de las opciones que ha t o m a d o 1; v e r q u e el R e in a d o de Dios ha llegado en poder."
cruz ineludible no por decisión de Dios, sino por decisión de
los hom bres, que hem os decidido hacerle difícil la vida a Dios
y a sus hijos en la historia. Comentario
En este m om ento de crisis (de Jesús y de los discípulos,
cf. Jn 6, 60.67s) el térm ino seguimiento se llena de un nuevo La frase queda separada del texto anterior por la interposición
contenido. Y así com o Jesús honestam ente les plantea el de la frase introductoria "y les decía" (exclusiva de Marcos),
cambio, con la m ism a honestidad los enfrenta con las exigen­
cias del kairós y del Reino, y con los criterios para decidir.
12 La centralidad de estos vv. es continuada por Standaert, op. cit. 71.
N o deja la respuesta al criterio de la conveniencia fácil, 13 Aparece en el relato una reticencia de Jesús frente al título Mesías', nunca se
porque lo que está en ju eg o es cuestión de vida o muerte no autodesigna como tal. Mencionando el contexto sociopolítico de represión, de
sólo para el pueblo, sino también para el que es invitado a que probablemente fue testigo Jesús en su infancia, dice Cazelles: "Se com­
prende que los candidatos a Mesias resultaran sospechosos a las autoridades
seguir a Jesús (c f 10, 17 21.23-25). Se deben tener en cuenta judías y romanas, y que Jesús de Nazaret pretirió otro título, menos susceptible
para la decisión los siguientes elementos: de galvanizar las pasiones"; (El Mesías de la Biblia, 19s); cf. también Ch.
Duquoc, Jesús, hombre libre, pp46s; sobre la incorrección de la confesión de
Pedro, c f Minette, op. cit. 332; sobre el sentido político subyacente a ella, cf
10C/: Gnilka, A//r//, 15. Pesch ,MkII, 71. De ahí que Jesús la quiera evitar, por el peligro que le implica:
11 Cf. Rahner, en R ahner-Thüsing, Cristología..., 3X. No deben andar diciendo eso de él (cf. v. 30).

156 157
Jesús, hombre en conflicto Crisis y cambio

y separada también de la siguiente secuencia, que tiene su


propia introducción cronológica: "después de seis días". Pero
vem os que tem áticam ente une los dos tem as contiguos: A: Enlace: Ciego de Betsaida: de visión imperfecta a visión plena y
al silencio: 8. 22-26.
muerte y manifestación del poder del Reino. Por eso lo
B: Cuarta Unidad: Crisis de Galilea: La ceguera de Pedro y los
consideram os enlaceu \ incluso tem áticam ente nos habla del discípulos: 8. 27-38.
paso a la constatación de la gloria del Reino, presentada C: Enlace: Tiempo de ver el Reino: su inminencia como exigencia de
sim bólicam ente en la transfiguración. radicalidad: 9, 1.
V iendo hacia atrás, hay que unir los dos anuncios: el D: Quinta Unidad: Prólogo 2: Transfiguración: Ver al Hijo: 9, 2-8.
inicial sobre el Reino que viene (1, 15) y el del Reino que C ’: Enlace: Retorno al camino: silencio sobre lo que 'vieron’:
9, 9-10.
"llegó ya en fuerza". ¿Cuál es la fuerza del Reino? La de la B ’: Sexta Unidad: Formación de los Discípulos: Para que vean:
práctica de Jesús, que parece fracasar porque no aceptó seguir 9, 11-10, 45.
las reglas de ju e g o del poder m undano; fuerza en la kénosis Subunidad Instrucciones 1: Proseguimiento: 9, 11-50.
del respeto a la libertad humana, vulnerable com o el propio Enlace menor: Cambio de territorio: 10. 1.
Subunidad Instmccioncs 2: Criterios del Reino: 10, 2-45.
Dios al riesgo de ser rechazado. Esa práctica será confirm ada A ’: Enlace: Ciego de Jericó: de ceguera a visión para el seguim iento
por el Padre, tanto en el cam ino recorrido hasta ahora, com o hacia Jerusalén: 10. 46-52.
en el nuevo nim bo del cam inar que se abre ante él... hacia la
cruz. Eso será la transfiguración. V eam os ahora cada una de ellas, a partir del nuevo prólogo :

FO RM ACIÓ N DE LOS DISCÍPULOS: 9, 2-10, 45 Quinta Unidad: Prólogo 2: Transfiguración:


'Ver' al Hijo: 9, 2-8
Ante esta situación que hace crisis, Jesús intensifica su nueva
práctica: la form ación de los discípulos15. Presentam os un
esquem a en el que retom am os todo el material incluido entre Relato
los dos pasajes de ciegos: a) el registro dom inante es el
cwalítico, tanto en la Unidad Crisis (análisis de la identidad 1 Y d e s p u é s de se is d ía s J e s ú s to m a consigo a P edro,
de Jesús y de quien lo siga), com o en la Unidad Transfigu­ a S a n tia g o y a J u a n y los lleva solos, a p a r t e , a u n
ración , com o en los dos conjuntos de Instrucciones. Las m o n te elevado; y se tra n s fig u r ó a n te ellos; ’ y s u s
curaciones de los ciegos abren a la esperanza el proceso de v e s t i d u r a s se v olvieron re s p la n d e c ie n te s , t a n b l a n c a s
la form ación de los discípulos: a pesar de que cada vez como ningún lavandero en la tierra p o d ría b la n ­
parecen ver m enos a Jesús, sin em bargo llegará el m om ento quearlas. 4 Y se les a p a re c ie r o n E lia s y M oisés y
de la plena visión (8, 25), que les permitirá "seguirlo por el c o n v e r s a b a n con J e s ú s . ’Y re s p o n d ie n d o P e d ro dice a
camino" (10, 52). De esta m anera los ciegos son el sím bolo J e s ú s : "M aestro: q ué b u e n o q u e e s ta m o s aquí; y v a ­
del ver a Jesús y dramatizan el registro analítico de todo el m os a h a c e r t r e s t ie n d a s , u n a p a r a ti, u n a p a r a M oisés
conjunto. y u n a p a r a Elias".

(b E r a q u e no s a b ía q u é decía, porque estaban espan ­


14 Gnilka. Kík II, 26s señala dos aspectos que confirman nuestra interpretación tados.) ‘ Y se form ó u n a n u b e qu e los c u b ría y se oyó
de este versículo como enlace', está relacionado con la venida del Hijo del
hombre en gloria y con la visión de los tres en la transfiguración. u n a voz d e sd e la nube: "E ste e s m i hijo, el am a d o ;
15 Tiene dos Unidades: Un nuevo Prólogo, que replantea la identidad de Jesús
(equivalente al primer prólogo), y dos bloques de Instrucciones.

158 159
jesús, hombro en conflicto

escúchenlo". 8 Y de r e p e n te , m ir a n d o ellos a lre d e d o r, se da pie a la evasión; está contextualizada por la crisis, y en


no v ie ro n a n a d ie sino a J e s ú s solo con ellos. referencia a la práctica; los discípulos quieren quedarse en
esa revelación , que le quita toda am bigüedad y todo peligro
tanto a la practica de Jesús com o al seguimiento; es otra
Comentario m anera de evitar la cruz y de escam otear la conflictividad de
la historia. Pero una vez confirm ado Jesús en el cam bio de
Toda la secuencia está fuertem ente m arcada por la clave práctica que ha decidido, y en el cam ino que ahora se le
simbólica. El dato cronológico "después de seis d ías"1'’ , el presenta delante, deben "bajar del monte" y regresar al "ca­
"m onte elevado", la "transfiguración", el vestido resplande­ mino" (9, 9ss).
ciente, la presencia de M oisés y Elias.
Tras la doble crisis, de los discípulos y de Jesús en torno
a su identidad y al sentido de su práctica, Dios m ism o es quien Enlace: Regreso al camino de Jesús; incomprensión de
habla para confirm ar su cam ino com o el Hijo. Pero hay ahora los discípulos: 9, 9-10
un avance sobre la revelación del prólogo prim ero para dar a
conocer a J e sú s17: Entonces la revelación fue hecha sólo a Relato
Jesús, en un contexto dialogal: " Tú eres mi hijo, el amado;
estoy satisfecho de //"; ahora es a los discípulos a quienes se 9Y b a ja n d o del m o n te , les o rdenó q u e a n a d ie c o n t a r a n
revela la identidad y la práctica de Jesús com o normativa: 10 q u e v ie ro n h a s t a q u e el hijo del h o m b re r e s u c i t a r a
"Éste es mi hijo, el amado; escúchenlo". de e n t r e los m u e r to s . 1 Y ellos se atuvieron a eso, (pero)
El título Hijo de Dios sufre un cambio de significado discutían entre ellos q u é e r a eso de r e s u c i ta r de e n tr e
fundamental: El incom prendido, el tachado de blasfemo, de los m u e r to s .
endem oniado, de loco, de impuro, es confirm ado com o el
Hijo que se ha hecho responsable de la suerte del pueblo (y
así, de la causa del Padre); puesto al lado de M oisés y Elias, Comentario
es superior a ellos, y es el único propuesto com o norm a de
seguimiento: C uando cesa la V oz "no vieron " a nadie sino a O rdinariam ente se tienen estos versículos com o parte de la
Jesús solo con ellos" com o norm a viva. Hablam os de una perícopa de la transfiguración, por su clara referencia a "lo
migración de sentido: de la Filiación a la normatividad. que vieron" (v. 9); pero tam bién es claro el tem a clave de las
Todo sucede en un contexto de oración, sim bolizada siguientes Subunidades: la incomprensión de los discípulos
en la subida al monte; pero ni en este m om ento de exaltación ante el camino de Jesús, y el tema que hace de hilo conductor
de las Instrucciones: la muerte y la resurrección. Por eso consi­
16 "Después de seis días" ¿de qué? Es lo mismo que decir al séptimo día, símbolo
deramos estos versículos como enlace. Otra razón es el cambio
que connota plenitud. Podemos decir que en el pasaje llega un momento de de registro: se deja el simbólico, predominante en lo anterior y
plenitud para Jesús en su caminar, que pone fin a la crisis y que es participado se retoma el narrativo 1}. La siguiente perícopa no necesita
en su medida por tres de sus discípulos; cf. Pesch, Mk II, 72.
17 Es notable el paralelismo estnictural que hay entre ambos pasajes: En ambos estos versículos para tener entidad suficiente (vv. 11-13).
aparece la Voz de Dios y la Escritura (el texto profético en el primero, y Moisés
y Elias = Ley y Profetas, en el segundo).
18 La fórmula 'ophthe autois' (v. 4) idéntica a la de otros relatos pascuales
(Léon-Dufour, Resurrección de Jesús y mensaje pascual, 87-90), la hemos 19 Schweizer hace notar la poca relación de los vv. 9-10 con lo que precede y
de traducir, de acuerdo al significado del pasivo divino, como "Dios los hizo con lo que sigue; Gnilka indica que son redaccionales (Kík II, 40). Taylor
ver a Moisés y a Elias dialogando con Jesús". Parece un texto con fuerte piensa diferente, pero no prueba su afirmación, ni parece atender al cambio de
connotación pascual y escatológica; sobre esto último cf. Taylor, op. cit. 463. registro que hay entre ambas.

160 161
Jesús, hombre en conflicto Crisis y cambio

SEXTA UNIDAD : Preparación de Discípulos: Esquema


9, 11- 10, 45
S u b u n id a d In stru cc io n e s I: Para el proseguimiento: 9, 11-50.
H em os hablado de un cam bio fundamental en la práctica de Secuencia A:Prcgunt;i sobre el retorno de Elias; instmcción sobre
Jesús: Tras la crisis de Galilea, en donde enfrenta abiertam en­ la cualidad del tiempo: 9, 11-13 (r).
te el fin violento de su vida y de su causa, y ante la im prepa­ Secuencia B:Curación de un niño epiléptico; instmcción sobre la
ración de los discípulos para proseguirla una vez que él haya lucha con el demonio: 9, 14-29 (r).
muerto, Jesús deja la actividad directa con el pueblo y se Secuencia C: Segunda corrección de las expectativas mesiánicas: 9,
30-32 (a).
dedica a form ar a sus discípulos, práctica prioritaria en los Secuencia D:Ambición de poder, de los discípulos; instmcción
capítulos 9-10 En 9, 30 nos dice que busca la clandestini­ sobre el servicio: 9, 33-35 (c).
dad para ello. Pero el pueblo no desaparece de la escena: ha Secuencia E: Instmcción sobre el acoger a los niños: 9, 36-37 (a).
introducido de manera un poco forzada a la gente, que no se Secuencia F: El cxorcista sin credenciales; instmcción sobre alian­
encontraba con ellos, para hacer extensivas a todos las exi­ zas y sobre la cormpción de la ambición: 9 ,3 8 -4 8 (c).
Enlace menor: Cambio de territorio: Camino hacia Judea; el pueblo,
gencias de la nueva form a de seguimiento: "Y llam ando a la horizonte de las instrucciones: 10, 1.
gente..." Este versículo nos da una clave im portante para la S u b u n id a d In str u c cio n es 2: Los criterios del Reino: 10, 2-45.
com prensión del conjunto: a diferencia de Mateo, M arcos ya Secuencia A: Acoso de fariseos: pregunta sobre el divorcio; instme-
no narra ninguna acción directa en beneficio del pueblo, ción sobre igualdad original entre hombre y m ujer
porque tal práctica es cuestionada y abandonada a partir de K). 2-12 (r).
Secuencia B: Regaño de discípulos a los niños; Instmcción sobre el
la crisis de Galilea21. El pueblo vuelve a aparecer en 9, Reino y los pequeños (marginados): 10. 13-16 (c).
14-15.25, aunque com o mero espectador; y de nuevo en 10,1, Secuencia C: Hombre rico; instmcción sobre incompatibilidad entre
donde dice que "les enseñaba, com o era su costum bre", pero el Reino y las riquezas: 10, 17-27 (a).
sin aclararnos en qué consistía esa enseñanza. La gente sigue Secuencia D: Pregunta sobre la suerte de los seguidores; instmcción
sobre la pobreza y el Reino: 10, 28-31 (r).
presente pero com o horizonte de esta formación de los dis­
Secuencia E: Tercera corrección de las expectativas mesiánicas: 10,
cípulos, porque no busca f o n n a r un grupo separado, sino un 32-34 (a)
grupo preparado ante las responsabilidades de la causa del Secuencia F: La ambición de poder de los discípulos; instmcción
Reino en favor del pueblo. sobre el Reino y el servicio: 10, 35-45 (c).
Pasem os ahora a proponer el esquem a de esta Unidad,
com puesta por dos Subunidades. Están organizadas en dos
bloques de seis secuencias cada uno

20 Los milagros que aún habrá (9, 14-27 y 10, 46-52) tienen una estructura la iniciat iva (a); correcciones que Jesús hace a una práctica equivocada de éstos
diferente a la típica de las narraciones de milagros; falta fundamentalmente la (c). Toda división tiene cierta artificialidad; algunas perícopas podrían agru­
admiración de la gente, que aparece en todos los de la primera parte (c / 1, parse o subdividirse de otra manera, desde otra perspectiva. Pero el análisis
27.28; 2, 12; 3, 11; 5, 33.34.43; 7, 36.37) Esta niptura del esquema nos está interno que venimos haciendo del texto nos muestra doce instnicciones con
indicando un diferente papel en la estructura, como pasó también en las entidad relativamente autónoma, tanto gramatical como temáticamente. De
rupturas que hay en 3 ,6-7a y en 6,1 -6a, indicadores de un cambio en la práctica ellas, cuatro son respuestas a preguntas de los discípulos (1 A,B; 2A,D); cuatro
de Jesús'v que desempeñan un papel de enlace. son correcciones a su práctica ( 1 1),F; 2 B,F); y cuatro, aclaraciones no pedidas
21 El pueblo vuelve a aparecer en 9, 14-15.25, pero como mero espectador, y de (1 C,E; 2 C,E). Y en cada una de estas Subunidades hay una referencia clara
nuevo en 10, 1, donde dice que "les enseñaba, como era su costumbre", pero a la suerte del 1lijo del hombre sufriente. Esto nos puede estar indicando que
sin aclaramos en qué consistía esa enseñanza. en Marcos hay mucha más estructura de la que se pensó en un principio,
22 Nos encontramos con tres tipos de Instrucciones: respuesta a una pregunta cuando se le juzgaba como un empobrecedor resumen de Mateo, (S. Agustín),
planteada por los discípulos (r); aclaraciones no pedidas, en las que Jesús toma o cuando se le veía como un conglomerado de recuerdos sin orden (Papías).

162 163
Jesús, hombre en conflicto Crisis y cambio

El triple anuncio de la muerte ' hace de hilo conductor de dida y c o rrie ro n a saludarle. lb Y les preguntaba:
todo el conjunto y le da sentido a la urgencia y prioridad de "¿Qué discuten con ellos1?" 17 Y le resp o n d ió uno de
la form ación de los discípulos. Las introducciones que con- e n t r e la gente: "M aestro, te t ra je a m i hijo, q u e tie n e
textualizan estos anuncios son exclusivas de M arcos, cosa u n e s p ír it u m udo , ’s y d o n d e q u ie r a q u e se a p o d e r a de
que nos indica la importancia que para él tienen. Al unir el él le d e rr ib a , y echa espum a (por la boca) y rechina los
sufrimiento al título Hijo de! hombre, M arcos está introdu­ dientes y se está secando. Y dije a t u s discípulos q u e lo
ciendo un cam bio en el panoram a cristológico del m om ento e x p u ls a r a n , p e ro no p u d ie ro n . I!t Y resp o n d ié n d o le s,
en que escribe: era un título no usado por escritos contem po­ dijo: "¡R aza s in fe! ¿ H a s t a c u á n d o e s ta r é con u s te d e s ?
ráneos del N uevo Testam ento, y no parece probable que él ¿ H a s t a c u á n d o los s o p o rta ré ? T rá ig a n m e lo ". 20Y se lo
lo invente o que lo ponga gratuitamente en boca de Jesús sin tra je r o n . Y c u a n d o lo vio el e s p ír it u i n m e d i a t a m e n t e
una tradición previa. Lo m ínim o que podem os afirmar es que lo e s tr u jó y cayendo en tierra se retorcía echando
el análisis interno del texto nos presenta este título com o espum a (por la boca). 21 Y le preguntaba al padre:
original de Jesús: sólo él lo usa para autodesignarse. Los "¿Cuanto tiempo hace que le pasa esto?" E l le dijo:
dem onios le llaman Hijo de Dios ; los discípulos, M esías ; "Desde la infancia ; 22 y m u c h a s veces lo h a e c h a d o al
Jesús corrige los contenidos de esos títulos y las expectativas fuego y al a g u a p a r a a c a b a r con él. Pero si algo puedes,
que despiertan designándose com o el Hijo del hombre su­ ayúdanos, compadeciéndote de nosotros". 2A Y Jesús le
friente. dijo: "¿Que si puedes... ? E l que cree lo puede todo". 24
Gritando entonces el padre del niño le decía: "¡Creo!
¡ayuda m i fa lta de fe!". 2 ’ Viendo Jesús que la gente se
am ontonaba , ordenó al e s p ír it u im p u ro diciéndole:
Subunidad Instrucciones /: Para el proseguimiento: "¡Espíritu m udo y sordo, yo te ordeno: sal de él y ja m á s
9, 11-50 vuelvas a entrar en él!". ¿b Y dando gritos y estruján­
dolo mucho, salió y (el m uchacho) quedó como muerto
Relato tanto que muchos decían que había muerto. 27 Pero
Jesús, tomándolo con fuerza de la mano, lo levantó y
11 Y le p r e g u n t a b a n diciendo: "¿Por q u é los e s c r ib a s él se puso en pie. 2SY e n t r a n d o él en casa , s u s discípulos
dicen q u e E lia s debe v e n ir prim ero?" 1 P e ro él les dijo: le preguntaron : "¿Por q u é n o so tro s no p u d im o s e c h a rlo
"E lias c ie r ta m e n t e , v iniendo p rim e ro , r e s t a b le c e r á fuera?" 29 Y él les dijo: "Este tipo (de demonios) no
todo; p e ro ¿Cómo está escrito so bre el Hijo del h o m b re puede echárseles fuera más que con oración".
qu e h a de p a d e c e r m u ch o y que será despreciado ? 1,f
P u e s bien, yo les digo q u e E lia s y a vino, y le h icie ro n M Y yéndose de allí atravesaba por Galilea y no quería
c u a n to les vino e n g a n a , cómo estaba escrito de él". que nadie lo supiera 11 porque iba enseñando a sus
discípulos ; y les decía (que) el Hijo del h o m b re es
14 Y v in ie n d o a donde los discípulos vio m u c h a g e n te e n tr e g a d o e n m a n o s de los h o m b re s , y lo m a t a r á n y.
alrededor de ellos, y a unos escribas discutiéndoles. 1’ u n a vez m u e r to , d e s p u é s de t r e s días, r e s u c i ta r á . A
E inm ediatam ente que lo vio la gente se quedó sorpren- P e ro ellos no e n t e n d í a n eso y t e n í a n m iedo de p r e g u n ­
tá rs e lo . ,
23 Uno de los recursos con que Marcos suele destacar la importancia de un tema
es precisamente repitiéndolo tres veces; sobre el particular c f Rhoads & ,u Y llegan a Cafarnaún. y en la casa les preguntaba:
Michie, Mark as Story, 54-55. "¿Qué discutían en el camino?" M Pero ellos se queda-

164 165
Jesús, hombre en conflicto
V Crisis y cambio

ban callados; porque habían discutido entre ellos en el Comentario


cam ino (sobre) quién (era) el m ás grande. ! >Y sentán­
dose llam ó a los doce y les dice: "Si alguno quiere ser
el primero, será el últim o de todos y el servidor de Secuencia A: El retorno de Elias; instrucción sobre la
todos. ',hY to m a n d o u n niño lo p uso e n pie e n m edio de cualidad del tiempo: 9, 11-13
ellos y, abrazándolo , les dijo: w "El q u e re c ib a a uno
de e s to s n iñ ito s e n m i n o m b re a m í m e recibe; y el q u e La pregunta que hacen los discípulos versa sobre el papel que
m e recibe a m í, no m e recibe a m í sino al q u e m e envió". ha de ju g a r Elias en este asunto del Reino. Ellos esperan su
venida c om o "señal del cielo", y su pregunta supone una
objeción a la urgencia expresada en las exigencias tan radi­
,Mi Le dijo J u a n : "M aestro, vim os uno q u e e c h a b a
cales de Jesús, que suponen ya iniciado el kairós escatológico
d e m o n io s e n t u n o m b re , q u e no nos sig u e a nosotros,
al que aquél debe dar comienzo, y que ellos, por no saber leer
y se lo im p e d im o s, p o rq u e no nos s e g u ía a nosotros".
la cualidad del tiem po en que viven, no descubren.
^ P e r o J e s ú s les dijo: "No se lo im p id a n ; porque no hay
La instrucción de Jesús deja en claro las siguientes
nadie que haga un milagro en mi nombre y que luego
cosas:
pueda hablar mal. de m í ; ,np o rq u e q u ie n no e s t á c o n tr a
nosotros, e s tá por nosotros.
a) Es cierto lo que dicen los escribas, pero no se dan
cuenta de que Elias vino ya; el presente, por tanto, tiene
41 P o rq u e q u ie n les dé a b e b e r u n vaso de a g u a por el
ya una densidad escatológica.
hecho de q u e son de Cristo les digo de v e r d a d q u e no
p e r d e r á su re c o m p e n s a . b) Pero adem ás Elias es Juan bautista (cf. 1 ,6 ; M t 17,
13); y los escribas "le hicieron cuanto les vino en gana"
42 Y q u ie n e s c a n d a lic e a uno de e s to s p e q u e ñ o s q ue (cf. 6, 17-29), cosa que no saben leer siendo así que
creen, m ejo r le s e r í a si le c o lg a r a n u n a p i e d r a de ellos son los responsables ( c / M t 17, 12), por no creerle
molino a lr e d e d o r del cuello, y le a r r o j a r a n al m a r . 1(Y (c f M e 11, 31-33).
si t u m a n o te e s c a n d a liz a , córta la ; te es m e jo r e n t r a r c) La muerte de Juan ayuda a com prender la suerte del
m a n c o e n la v id a que, te n ie n d o la s dos m a n o s , ir a la hijo del hombre, incluida entre las dos referencias a
gehenna , al fuego in e x tin g u ib le. 1’Y si t u pie te e s c a n ­ Elias (vv. 12a / 12b /1 3 : estructura a -b-a’); pero eso es
da liz a, córtalo; te e s m ejo r e n t r a r cojo e n la v id a que, lo que los discípulos se niegan a aceptar.
te n ie n d o los dos pies, s e r a rro ja d o a la gehenna. ' Y si d) Así com o la suerte de Juan contextualizó el com ienzo
de la práctica de Jesús (1, 14) y la de los discípulos (6,
t u ojo te e s c a n d a liz a , arrójalo; te e s m ejo r e n t r a r
17-29), ahora contextualiza el segundo com ienzo de la
t u e r t o al Reino de Dios cjue, te n ie n d o los dos ojos, s e r
práctica de Jesús y el nuevo m om ento del seguimiento.
a rro ja d o a la gehenna, 4 donde el gusano de ellos no
e) Así se com pleta la migración de sentido iniciada en el
muere y el fuego no se apaga. 49 Pues todo será salado
prólogo (Profeta-Juan-Jesús) y profundizada en la
con fuego.
transfiguración (Moisés-Elías-Jesús): No es sólo la
autoridad profética de Elias lo que se transfiere a Jesús,
,(l B u e n a e s la sal; pero si la sal se v uelve in síp id a ,
¿con q u é la c o n d im e n ta r á n ? Tengan sal en ustedes sino su suerte conflictiva (con el Centro judío) y su­
friente (Elías-Juan-Jesús).
mismos y vivan en paz unos con otros.
f) A m bas suertes suceden "como estaba escrito"; se trata
de una referencia global al A ntiguo Testam ento, detrás

166 167
Ji'sús, hombiv en t onflli u> Crisis y cambio

de la cual es probable una referencia al Siervo de consolidarla. Los discípulos no aparecen en todo el relato
Y ahvé24 haciendo oración; al revés: interrumpen la oración de Jesús
y lo sacan de ella (1, 36-37); por eso mientras él ora, ellos
están ’en tem p e sta d ’ (cf. 6, 46-48); se dormirán mientras él
Secuencia B: Curación del epiléptico; instrucción
ore en la crisis del Huerto (14, 37.40.41).
sobre la lucha con el demonio: 9, 14-29
Por todo esto creemos que este milagro está colocado
aquí no com o continuación de la práctica de curaciones, que
El texto s, en el que hay m uchos elem entos exclusivos de
suponem os term inada después de la crisis de Galilea, y
Marcos, com bina tres temas: una curación (= expulsión de
cam biada por la práctica de preparación de los discípulos,
un demonio), un análisis sobre la correlación entre fe y poder
sino que es un relato de instrucción , de ahí su carácter
sobre la vida, y una instrucción a los discípulos. El relato de
com plejo y, a ratos, artificial, y la predom inancia de la clave
la curación sirve de pretexto (texto previo) al verdadero
análisis , que no es dom inante en un relato de milagros'
motivo marcano, que es el de la falta de fe de los discípulos,
en función del cual se tejen los otros temas ' N o han p o d id o
expulsar al d e m o n io , y no saben por qué. P re d o m in a la Secuencia C: Segunda corrección de las expectativas
clave owálisis. mesiánicas: 9, 30-32
Por eso el prim er ank lisis de Jesús, de una dureza única, ha
de entenderse com o dirigido a ellos: "Raza sin fe" (v. 19). N otem os la explicitación de la nueva práctica de enseñanza,
Esa falta de fe, adem ás de incapacitarlos en la lucha contra y el carácter de clandestinidad que la rodea, expresados en
el mal, produce la desconfianza de la gente respecto de la un versículo exclusivo de M arcos (v. 30-3 l a )“\ así com o la
tuerza del Reino: la seguridad inicial del padre (v. 18b) se creciente incom prensión de los discípulos, de la que ellos
cambia en un "si algo puedes..." (v. 22). em piezan a ser culpables al bloquear, por el miedo, el dina­
El segundo análisis se dirige al padre del niño, pero será m ism o de la pregunta, que es lo que podría llevarlos a la
la base de la instrucción posterior a los discípulos: "El que com prensión-fe (v. 32; cf. también 4, 16-17: la palabra se m ­
cree lo puede todo"; así expresa Jesús la fe que tiene en su brada entre piedras).
propia fe en el Reino; y esa seguridad se contagia al padre,
que ahora confiesa su deseo de tener una fe suficiente.
Secuencia D: Ambición de poder de los discípulos;
El tercer análisis es el núcleo de la instrucción sobre
Instrucción sobre el servicio: 9, 33-35
las condiciones de la lucha contra el mal. A la pregunta que
le hacen los discípulos sobre la causa de su incapacidad, Jesús
En este pasaje exclusivo de Marcos, Jesús corrige la am bi­
contesta con las condiciones necesarias para que la autoridad
ción de poder, en un diálogo muy elaborado literariamente,
que se les ha confiado (cf. 3, 15; 6, 13) sea eficaz; no habla
que tom a com o base u n a discusión que tienen los discípulos
directam ente de la fe sino de la oración coino condición para
por el camino. Predom ina la clave análisis.
N otem os lo que connota el contexto: la casa es lugar
24 Cf. Pesch, Mk II, 79. Gnilka. Mk II, 42.
25 No entraremos en la compleja riqueza literaria del texto. Sólo notemos que la de refugio; el camino tiene la connotación sim bólica del
presencia de los escribas busca subrayar la impotencia de los discípulos, cuya seguimiento. La práctica de los discípulos es insostenible
discusión no sabemos sobre qué es ni con quiénes. La dura pregunta de Jesús
(v. 16) no sabemos a quién se dirige: si a la gente o a los discípulos, que juegan
un papel secundario en la primera parte del relato. M ínefte presenta las 27 Así piensa también Minette, op. cit. 89-92.
distintas posiciones ante la complejidad de la secuencia; op. cit. 89-92. 28 Versículo redaccional, cf. F. Nevrinck, "The redactional text oí Mark". F'IL
26 Así lo interpreta también Pesch. Mk II. 97. 53 (1977), 159.

168 169
Crisis y cambio
Irsus, hombro »*n conflicto

a u n q u e no v e n g a en c o m p a ñ ía "de ustedes" no está c ontra


ante el análisis de Jesús; por eso se quedan callados (vv.
mí; por eso ustedes no se lo deben im pedir, p o rq u e quien no
33-34). El silencio ha sido la no-práctica de los oponentes de
e s tá c o n tr a u s t e d e s e s t á p o r u s te d e s Hay u na identificación,
Jesús (cf. 3, 4; 11, 33) y, de por sí, aleja de la comprensión.
pero no una co n fu sió n de identidad, entre Je sú s y sus
Pero Jesús rom pe ese dinam ism o que cierra al hom bre en su
seguidores.
propia ambición, para subvertir la lógica social del poder
Esta identificación será el enlace verbal que dará pie a
oponiéndole, desde el Reino, el valor del servicio com o
las siguientes instrucciones, situadas aquí coyunturalm ente,
norm a de conducta para quien lo siga.
pero que no juegan un papel fundamental en la estructura; sin
em bargo sí refuerzan el m ensaje anterior: el escándalo de los
pequeños (v. 42) consiste precisam ente en la am bición de los
Secuencia E: Instrucción sobre el acoger a los discípulos (v. 34), a quienes más valdría que se ataran una
pequeños ( = marginados): 9, 3 6 -3 7 piedra de molino antes que falsear el m ensaje del Reino con
ese escándalo; las tres sentencias de los versículos. 43-48 se
Profundizando en el m ensaje anterior, hace a sus discípulos refieren a tres dim ensiones de la ambición que escandaliza a
una aclaración no pedida: C om o clave de análisis para nor­ los pequeños: las acciones (mano), la dirección de las accio­
m ar la práctica del que quiera seguirlo, Jesús revela la soli­ nes, el m odo de proceder (pie=caminar), y el origen de las
daridad existente entre él y los pequeños, los despreciados, acciones: los deseos (ojo); cada uno ha de preservarse de la
los m arginados de la sociedad; hay una identificación m iste­ corrupción de la ambición (v. 49-50a); si tienen los discípulos
riosa entre quien lo envió y él; y entre él y los pequeños; lo la sal que preserva de la ambición, entonces la com unidad
cual, finalmente, hace que quien mire por ellos m ire por el vivirá en paz (v. 50b).
Padre; así en Jesús se identifican (aunque no se confunden)
la causa del Padre y la causa del pobre.
Enlace: Cambio de territorio: camino hacia judea; el
pueblo, horizonte de las instrucciones: 10, 1

Secuencia F: El exorcista sin credenciales;


Relato
instrucción sobre alianzas y sobre la
corrupción de la ambición: 9, 3 8 -5 0
10,1Y yé n d o se de allí va a la reg ió n de la J u d e a (y) al
otro lado del J o r d á n , y se reunió de nuevo la m u c h e ­
Esta secuencia tiene dos bloques: en el prim ero hay una
d u m b r e con él y, como era su costum bre , de n u e v o los
corrección a una práctica equivocada de los discípulos; en el
enseñaba.
segundo, una colección de instrucciones en torno a la corrup­
ción , que se van concatenando con base en una palabra-cla-
ve \ Predom ina también la cía ve análisis. Comentario
En el prim er bloque hay que señalar una migración de
sentido: Juan habla de nosotros com o núcleo norm ativo del O rdinariam ente este versículo se tom a sólo com o el com ien­
seguim iento (v. 38); Jesús lo desglosa: "yo" (v. 39b) y zo de la discusión con los fariseos sobre el divorcio; pero
"ustedes" (v. 39a): el que lucha contra el mal en mi nom bre, tiene un sentido más am plio que eso. Nosotros lo considera­
m os enlace por las siguientes razones:

29 Taylor los llama 'enlaces verbales’; op. cit. 487.

170
171
Jesús, hombre en conflicto Crisis y cam bio

a) Señala una migración geográfica fundamental: Jesús Subunidad Instrucciones 2: Los criterios del Reino:
deja definitivam ente Galilea para i r a Judea y Perea, en 10, 2-45
donde no aparece ninguna práctica similar a la de la
primera etapa en Galilea (curaciones, com idas con Relato
pecadores). Galilea no volverá a m encionarse hasta 16,
7 (y en su antecedente, probablem ente redaccional, 14, 2 Y a c e rc á n d o s e le u n o s fariseos, le p r e g u n t a b a n p a r a
28). Pero todavía no se m enciona el ’cam ino hacia p o n e rlo a p r u e b a : "¿P uede el m a r id o r e p u d i a r a la
Jerusalén’. m ujer?" 'R e s p o n d ie n d o , él les dijo: "¿Qué les prescri­
b) No introduce, pues, sólo la secuencia siguiente, sino bió Moisés?" 1Ellos le resp o n d ie ro n : "Moisés p e rm itió
que contextualiza toda la Subunidad, hasta el v. 45; en e s c rib ir el a c ta de divorcio y re p u d ia rla " . 'P e r o J e s ú s
el v. 46 aparece una nueva localización geográfica, les dijo: "Por la d u r e z a de s u s cora z o n e s escribió
ahora sí rum bo hacia Jerusalén (11, 1). M oisés e s te p recepto. h Pero d e sd e el com ienzo de la
c) T em áticam ente las Instrucciones siguientes se orien­ c re a c ió n (Dios) los hizo v a r ó n y h e m b r a ; 1p o r c a u s a de
tan más insistentemente en to m o a los criterios del eso d e ja r á el h o m b re a s u p a d r e y a su m a d r e 8y s e r á n
Reino, que subvierten la lógica social dominante. dos e n u n a c a rn e , h a s t a el p u n to de no s e r y a dos, sino
d) La aparición de otros interlocutores aparte de Jesús y u n a c a rn e . !,P o r t a n to , lo q u e Dios unió, el h o m b re no
los discípulos no es suficiente com o para hablar de un lo sep are ". 10 Ya en casa , los discípulos, a su vez, le
reinicio de la instrucción de la g e n te ’’, que ya no preguntaron sobre esto. 11Y les dice: "Q uien re p u d ie a
volverá a ser m encionada fuera del versículo 1, sino s u m u je r v se case con o tra , com ete a d u lte rio c o n tr a
que son más bien un contexto para las instrucciones a a q u e lla; 1 y si la mujer, repudiando a su m arido , se
los discípulos, que c o n tin ú a n '1 c a s a con otro, com ete adulterio".

13 Y le t r a e n u n o s n iñ o s p a r a q u e los to c a ra , p ero los


discípulos se lo p ro h ib ía n . 11 Viéndolo J e s ú s , se enojó,
y les dijo: "D ejen a los n iñ o s v e n ir a mí; no se lo
im p id a n ; p o rq u e el R e in a d o de Dios les p e rte n e c e (es
cosa de ellos). ,:’L es digo de v e rd a d : q u ie n no re c ib a el
R e in a d o de D ios como niño, no e n t r a r á e n él". 16 Y
abrazándolos los bendecía , y les im p o n ía la s m a n o s .
30 Taylor interpreto el momento como reanudación de la enseñanza a la gente,
lo cual supondría terminada la enseñanza particular a los discípulos; yo creo
apresurada tal conclusión, sobre todo porque también falta la reacción de la
17 Y cuando salía él al cam ino corrió uno a su encuentro
gente, constante en la enseñanza de la primera parte (cf. 1,22.27.28.45; 2,12; y, arrodillándoseyle p re g u n ta b a : "M aestro bueno: ¿Q ué
3,10; 4,33; 5,14-17.20.24; 6,33.55.56; 7,37; 9,15). Esta diferencia sustancial h a r é p a r a t e n e r la v id a e t e r n a como here n c ia ? " Y
nos indica que el autor tiene otra finalidad que la narrativa al introducir la gente J e s ú s le dijo: "¿Por q u é m e l la m a s bueno? N a d ie es
en el relato; la manera artificial como la introduce (cf. 8, 34: la gente aparece
de manera ilógica en el camino geográfico de las aldeas de Cesarea, pero tiene b u e n o sino Dios. 1!l Conoces los m a n d a m ie n t o s : No
pleno sentido si se entiende el camino teológico de Jesús) nos hace pensar que m a t a r á s , no c o m e te r á s a d u lte rio , no r o b a r á s , no d a r á s
está en función de la enseñanza de los discípulos, como ya lo hemos anotado falso te s tim o n io , no despojarás (a nadie), h o n r a a t u
anteriormente.
31 Aquí también, como en X. .14. la gente está situada en el camino, es decir, en p a d r e y a t u m a d re ". 20Y él le dijo: "M aestro: todo eso
el proceso de seguimiento de los discípulos; aparecen sólo en ese momento, lo h e g u a r d a d o d e sde mi ju v e n tu d " . 21Y J e s ú s , fijando
para desaparecer inmediatamente.

172 173
Jesús, hom bro en conflicto Crisis y cam bio

en él su m irada, lo amó y le dijo: "Te falta una sola 'ir> Y se le a c e r c a n S a n tia g o y J u a n , los dos hijos del
cosa : r e g r e s a , v e n d e todo lo q u e tie n e s y dalo a los Zebedeo, diciéndole: "M aestro: q u e re m o s q u e n o s c on­
p o b re s y t e n d r á s u n tesoro e n el cielo, y v e n te y c e d a s lo q u e te pídannos". U’Y él les dijo: "¿Qué q u i e r e n
síg u e m e ( c a rg a n d o con la c ru z )”. 22 E n to n c e s él, horro­ q u e les conceda?" a7 Ellos le dijeron: "C oncédenos q ue
rizado a n te e s t a s p a l a b r a s se re tiró e n triste c id o , p o r ­ n o s s e n te m o s e n t u g loria uno a t u d e re c h a y otro a t u
q u e t e n í a m u c h a s r i q u e z a s . 21 E n t o n c e s J e s ú s , izq u ie rd a " . ,w P e ro J e s ú s les dijo: No s a b e n lo q u e
m irando en torno , dice a s u s discípulos: "¡C uán p e n o ­ e s t á n pidiendo. ¿ P o d r ía n b e b e r el cáliz q u e yo b e b e ré ,
s a m e n t e e n t r a r á n e n el Reino de Dios los q u e tie n e n o ser sumergidos en el bautism o en que yo soy sum er­
riquezas!" Los discípulos estaban sorprendidos por gido?”:<Í,Y ellos dijeron: "¡Sí podemos!" E n to n c e s J e s ú s
sus palabras. Pero Jesús, respondiéndoles, les dijo de les dijo: " B e b e rá n el cáliz q u e yo b e b e ré , y serán
nuevo: "Hijos: qué penoso es entrar en el Reino de Dios; sumergidos en el bautism o en que yo soy sum ergido ;
’le e s m á s fácil a u n cam ello p a s a r a t r a v é s del ojo de p ero el s e n t a r s e a la d e re c h a o a la i z q u ie rd a no m e
u n a a g u ja , q u e a u n rico e n t r a r e n el Reino de Dios". toca a m í darlo, sino a aq u e llo s p a r a q u ie n e s e s t á
Y a ú n m á s s a c u d id o s , hablaban entre ellos : " E n to n ­ p r e p a r a d o " . 41 Y oyendo (eso) los diez, se i r r i t a r o n con
ces ¿ q u ié n p u e d e s a lv a rse ? " 27 M irá n d o lo s fija m e n te , S a n tia g o y J u a n . 42 Y lla m á n d o lo s J e s ú s les dice:
J e s ú s dice: " H u m a n a m e n te , im posible; pero no si se " S a b e n q u e los que parecen g o b e r n a r los p u e b lo s los
e s t á de p a r t e de Dios; p o r q u e p a r a Dios todo e s p o s i­ t i r a n i z a n y s u s je fe s a b u s a n de s u p o d e r c o n tr a ellos.
ble". 4-t E n t r e u s te d e s no es así; sino q u e q u i e n q u i e r a lle g a r
a s e r g r a n d e e n t r e u s te d e s , s e r á su s e r v i d o r ,4 y q u ie n
MP e d ro com enzó a decirle: "Ves q u e n o so tro s d e ja m o s e n tr e u s te d e s q u i e r a s e r el p rim e ro , s e r á esclavo de
todo y te h e m o s seguido". 2Í'Y J e s ú s dijo: "Les digo de t o d o s ; 45porque el m is m o hijo del h o m b re no vino p a r a
v e r a s q u e no h a y n a d ie q u e h a y a d ejado c a s a o h e r ­ s e r servido, sino p a r a s e rv ir y p a r a d a r s u v id a como
m a n o s o h e r m a n a s , o p a d r e o m a d r e , o hijos o c a m p o s r e s c a te p o r todos".
por causa m ía y de la Buena N oticia , t(>q u e no re c ib a ( * ’ Y vienen hacia Jericó...)
cien veces m á s a h o r a e n el p r e s e n t e en casas y herm a­
nos y herm anas, y madre, e hijos y campos, con perse­
cuciones , y e n el tie m p o v enidero, v id a e te r n a . M Y Comentario
h a b r á p r im e r o s (que se h a g a n ) ú ltim os, y (esos) ú l ti ­
m os (se rá n ) p rim e ro s". S e c u e n c i a A: Acoso de fariseos a propósito del
divorcio; instrucción sobre la igualdad
12 E i b a n p o r el cam ino, s u b ie n d o h a c ia J e r u s a l é n , y original hombre-mujer: 10, 2-45
Jesús les llevaba la delantera; (ellos) estaban descon­
certados y los que le seguían tenían miedo. Y tom ando Tiene dos partes: la primera, en form a de controversia, la
consigo de nuevo a los Doce, comenzó a decirles lo que segunda, com o respuesta de Jesús a la pregunta de los discí­
estaba a punto de sucederle : u V e a n q u e s u b im o s a pulos. Predom ina la clave análisis , típica de este conjunto de
J e r u s a l é n , y el hijo del h o m b re s e r á e n tr e g a d o a los Instrucciones.
s u m o s s a c e r d o te s y a los e s c rib a s y lo c o n d e n a r á n a Los fariseos no buscan una respuesta, sino poner a
m u e r t e y lo e n t r e g a r á n a los g e n tile s ( r o m a n o s ) 34 y lo prueba a Jesús (v. 2a). Éste no se mete en discusiones de
u l t r a j a r á n y lo e s c u p i r á n y lo a z o t a r á n y m a t a r á n , y escuelas, sino que llega al fondo, criticando no sólo la prác­
d e s p u é s de t r e s d ía s re s u c ita rá " . tica ju d ía sino la m ism a norm a dada por M oisés, com o algo

174 175
lasús, hombre i*n conflicto Crisis y cam bio

que se aparta del proyecto original de Dios. Los judíos (abrazarlos: v. 16) va más allá de lo que se le había pedido
llegaron a considerar el divorcio com o un privilegio dado por (v. 13), para m ostrar la preferencia de Dios.
Dios m ism o a Israel en una fuerte migración de sentido,
Jesús presenta su propia interpretación com o más fiel aí Secuencia C: Hombre rico y seguimiento; el Reino y
proyecto de Dios que la interpretación de M oisés (cf. 9, 4-8: la riqueza: 10, 1 7 - 2 7 14
normatividad superior a la de M oisés y Elias), que no es una
norm a absoluta, sino condescendencia con "la dureza de sus La pregunta inicial es la pregunta por la vida: ¿Q ué hay que
corazones"", pero contradictoria con la unidad original h o m ­ hacer para que la vida siga? El rico supone de entrada que
bre-mujer, que supone la igualdad entre ambos. hay que pagar algún precio para adquirir sobre ella derechos
En síntesis: Jesús desautoriza y declara inválida la Ley de herencia y que, para eso, hay que hacer algo.
de M oisés porque no responde a la voluntad original del Pero la pregunta connota algo negativo que Jesús quie­
proyecto de Dios; los criterios del Reino se oponen a las re sacar a luz: El proyecto del rico es sólo para sí. N o
tradiciones ju d ía s (cf. 7, 7-13), lo nuevo (original) a lo viejo pregunta por la vida de los otros aquí en la tierra; él, que tiene
(c.f- 2, 21-22), con lo que no admite componendas. asegurada ésta, pregunta por la otra , la eterna. J e s ú s c o n ­
te s ta r e m i ti é n d o l o a esta vida, a los c o m p r o m is o s p a ra
Secuencia B: Regaño de discípulos a niños; c on los d e m á s ; n i n g u n a r e f e re n c ia hay a o b l ig a c io n e s
instrucción sobre el Reino y los niños r itu a le s o de p u re z a .
(marginados): 10, 13-16 La pregunta está contestada. Pero el rico insiste: "Esos
requisitos ya los he cumplido". Jesús entonces le abre otra
Jesús corrige no las ideas sino los valores y la conducta de alternativa: que salga del círculo estrecho de la preocupación
los discípulos, contrarios al Reino y que puede impedirles por su propia vida (c f 8, 35) para responsabilizarse de la vida
entrar en él. El enojo de Jesús expresa un conflicto con ellos; del pobre. Para eso le hace falta no hacer algo, sino dejar de
con su acción (v i 6) subvierte la lógica social que no tiene hacer algo: Le falta dejar de poseer , dejar de ser rico no
en cuenta a los niños. Jesús, en cambio, dice que ellos son m ediante el despojo ascético que busca la propia perfección
los destinatarios preferenciales del Reinado de Dios y que moral, sino m ediante el fecundo com partir con los pobres lo
sólo quien se sitúe ante él com o ellos lo recibirá. Su gesto que tiene, para que ellos vivan, y para crear la com unidad de
vida con los despojados y oprim idos
Si Jesús pone esas condiciones para el seguim iento no
lo hace a priori sino desde la experiencia de las necesidades
32 "En Israel he dado yo la separación, pero no he dado la separación en las
naciones"; TPQid I, 58c, 16s; c f Leipoldt-Grumimann op. cit. 1 ,194
33 Las causas de repudio llegan a ser banales, y su interpretación correspondía a 34 Ordinariamente se lee la aclaración de Pedro (v. 28) como continuación de
los escribas, varones todos, con lo cual la mujer quedaba en f ranca inferioridad esta secuencia, pero, aunque obviamente relacionada, se trata de una secuencia
y desprotección. En tiempos de Jesús, la interpretación más rigurosa y menos diferente, como luego mostraremos. ''
perjudicial para la mujer, pennitía el repudio sólo en caso de adulterio (cf. 35 Exegetas reconocidos ven en el planteamiento de la pobreza como condicion
Leipoldt-Grundmann,oz?. cit. 1 ,194), aunque el castigo erael apedreamiento para el seguimiento un caso particular no generalizable (cf. Schw eizer , op. cit.
(escuela de Shammay); la escuela de Hillel, en cambio, lo permitía si se 225; Taylor op. cit. 512). Este último tennina diciendo tímidamente que
encontraba en ella "algo vergonzoso", lo cual se interpretaba como "cualquier "parece que Jesús eligió el camino de la pobreza" pero no saca las consecuen­
cosa que desagrade al marido", por ejemplo, "cuando había dejado que se cias operativas para el seguimiento. Dan la impresión de ser lecturas hechas
quemara la comida" (ibid.); una interpretación posterior, del Rabbí Aqiba, desde la abundancia que se horroriza, como el rico del relato, de que, para
considera causa suficiente para el divorcio " si encontraba otra que fuera más seguir a Jesús, sea condición indispensable compartir lo que se tiene con los
hermosa que ella (!) (id. p. 195). Recordemos de paso la tradición que nos pobres, consecuencia de seguir a quien se comparte con ellos sin condiciones.
transmite el Exodo sobre el divorcio de Moisés de su mujer Sófora: Ex 18,2. ¿Será un ejemplo del influjo del lugar social sobre la teología?

176 17 7
I«••m i s , hombre en conflicto Crisis y cam bio

elem entales de la gente para vivir; por tanto, si ese rico quiere ha hecho al rico su propuesta y la tristeza que le causa la
hacerse responsable de ¡a vida , no sólo de la propia, ha de invitación al seguimiento. No hace una advertencia ni da un
salir prim ero del lugar social en que está situado, desde el consejo a los ricos; sólo aplica el análisis que hizo (cf. 4,
que no puede com prender la palabra de Jesús ( cf. 4, 18-19) 18-19) y m uestra la cual idad atea y anti Reino de las riquezas,
y entonces acom pañar a Jesús com partiendo su estilo de vida: que incapacitan para oír la llamada de Dios y el clam or de
en función de los demás. La pobreza es la condición de la los pobres igualmente.
existencia del seguidor de Jesús36, porque él no tiene tiem po Y ante la sorpresa de los pobres, en quienes se h
ni para com er ( cf. 3,2 0 ; 6, 3 1b), porque él com parte su propio introyectado la lógica social, dará un paso más: haciendo
pan con los pobres (cf. 6, 38-42; 8, 2-8), porque él vive extensiva a todos la dificultad de entrar en el Reino (v. 24),
expuesto a la gente (cf. 3, 9-10; 5, 24; 6, 34) y porque él, convierte la dificultad en imposibilidad para el rico, mediante
com o signo que sintetice esa m anera com o ha entregado su la m etáfora de la aguja y el camello. El sentido de la imagen
vida, partirá y compartirá el pan que es su cuerpo, para que es clara: "es im posible"38. Los discípulos se desconciertan
los hom bres vivan (14, 22-24). Podríamos, pues, decir que la aún más, desde la mentalidad dom inante, y se preguntan: Si
pobreza no es condición del seguimiento; es simple conse­ ellos no, "entonces ¿quién podrá salvarse?" Jesús se remite a
cuencia del compartirse, com o Jesús, para que el pobre viva. Dios, que todo lo puede. ¿Q ué es eso que sólo Dios puede
Pero en el proyecto del rico no entra el futuro del pobre; hacer y que escapa a las posibilidades hum anas? ¿H acer que
no tiene nada que ofrecerle. Por eso reacciona horrorizado un rico, siendo rico, entre en el Reino? No, sino hacer que
ante esas exigencias. Aun sin la mención de la cruz com o deje de ser rico , que se comparta, para así, pobre con los
condición del se g u im iento'7, el paso de riqueza a pobreza, de pobres, poder entrar. Dios no pierde el tiem po en magias, en
seguridad a inseguridad, de privilegio social a m arginación hacer que los camellos pasen por los ojos de las agujas.
bastan para causar horror a un rico. No está dispuesto a pagar
ese precio ni siquiera por el asunto del Reino y de la vida
eterna. El análisis hecho por Jesús sobre la correlación entre Secuencia D: Pregunta sobre la suerte de los
lugar social y escucha m uestra su validez: las riquezas han seguidores; el Reino y los pobres:
ahogado la palabra una vez más (cf. 4, 18-19) y "se retiró 10, 28-31
entristecido, porque tenía m uchas riquezas" (v. 22).
Los discípulos, que no habían com prendido tam poco A unque está relacionada con la anterior, ninguna necesita de
lo de com partir el pan que tenían (c f 6, 51 s; 8, 14-21), se la otra para su comprensión. Sin embargo, parece un relato
desconciertan ante el análisis de Jesús. Dentro de la lógica insertado sin transición ninguna, lo cual hace pensar que
social dom inante la riqueza era señal de bendición; dentro de inicialmente no fuera continuación de la anterior, sino que se
esta lógica se entiende el horror que causa al rico y el des­ tratara de la única pregunta que se hacen los discípulos a estas
concierto que causa al pobre el análisis de Jesús y la subver­ alturas sobre su futuro (cf. 10, 35-45). Por eso tratamos
sión de valores que realiza. Pero Jesús no inventa nada; sólo independientem ente am bas secuencias.
analiza lo que ve: el "mal estómago" (v. 23: dyskolós ) que le En su afirmación, Pedro sintetiza la incondicionalidad
de la respuesta dada al llamado de Jesús (cf. 1, 18.20; 2, 14);
han dejado la seguridad de un trabajo conocido, de un lugar
36 bl dejar lo que se tiene, por el Reino, aparece en el proceso de seguimiento familiar y social, y van con Jesús por un camino que cada vez
en 1, 18.20; 2, 14; 6, 8-11.31.37.38; 8,2-5; 10,50 (SIM).
37 No consideramos lectura original la añadidura "cargando con la cruz", tardia,
y suprimida en códices más primitivos; cf. Nestlé, Novum Testamentum, 38 Cf. Pesch, Kík II, 141, que lo interpreta en sentido literal y rechaza otras
Aland: Syrtopsis, The Greek NT ni siquiera menciona dicha variante. interpretaciones que debilitan la idea de imposibilidad.

178 179
Jesús, hom bre en conflicto Crisis y cam bio

los aleja más del Centro, del poder, del éxito; por eso ahora profunda migración de la práctica de Jesús: detrás del térm ino
plantea la legítima inquietud: "¿Qué va a pasar con noso­ geoteológico Jerusalén hay que leer connotado el conflicto
tros?"; ¿qué futuro tiene este camino? (cf. más claram ente Mt que enfrentará a Jesús definitivam ente con el Centro religioso
19, 27). Esto es lo que Jesús lee detrás de la afirmación de judío y con el C entro político romano.
Pedro, al que da una respuesta doble: lo que recibirán "en el Varios elem entos exclusivos de M arcos (v. 32) dan
tiem po presente", y lo que recibirán "en el tiem po venidero". especial relevancia al momento: Jesús ha rebasado a los
A unque la herencia viene con el añadido "persecuciones", el discípulos y éstos ya no le dan alcance; se escapa a su
horizonte que Jesús promete a los discípulos no es la carencia com prensión la m anera com o se enfrenta al Centro, donde
sino la plenitud; no la abundancia individual egoísta de la pueden temer lo peor. Por eso están desconcertados y tienen
lógica social, sino la propia de la com unidad cristiana, que miedo. "De nuevo" toma a los Doce y comienza a decirles lo
subvierte a la primera. que estaba a punto de suceder/e. Sin embargo Jesús no va a
Estas dos secuencias, pues, comparan dos m odos in­ Jerusalén alegre y despreocupadamente; pondrá una serie de
versos de com portam iento frente al problem a de la vida: el precauciones (cf. 11, 1 1 .1 9 .3 3 ; 12, 15.17; 13, 1; 14,
de la sociedad y el del Reino; los sujetos de esos dos modos 3.18.27.30.32-42.62; 15, 2.5) y siempre desde el horizonte de la
de com portam iento son el rico y los discípulos. El rico está esperanzadel rescate por paite de Dios (cf. 10,34; 8,31; 9,1.9.31).
seguro en su posesión y en su lugar social; el seguidor vive Este momento decisivo en la práctica de Jesús y en la situación de
en la inseguridad propia de quien depende de la com unidad los discípulos ante ella, con textual iza la siguiente y última instruc­
(cf. 6, 8-11); el rico se mantiene dentro del círculo de sus ción, con la que contrasta fuertemente.
posesiones, que lo hacen diferente de los que no tienen; el
discípulo, en cambio, ha abierto el círculo y dejado entrar al Secuencia F: La ambición de poder de los discípulos;
pueblo, con el que ha com partido incluso lo que tenía para instrucción sobre el Reino y el servicio:
sobrevivir (cf. 6, 38ss; 8, 5ss); desde la lógica social el futuro 10, 35-45
pertenece al rico; pero desde la perspectiva del Reino los
térm inos se invierten: excluyendo al pobre del círculo de su Santiago y Juan no han com prendido de qué se trata en este
riqueza el rico le cierra el presente, pero se excluye a sí m ism o encam inarse a Jerusalén; su análisis y su práctica se guían
del futuro; el discípulo, en cambio, tiene el futuro asegurado por las expectativas populares respecto de un M esías triun­
dentro de una com unidad centuplicada. Esto lo promete fante, quizá de tinte zelota, y no por las categorías del Reino.
Jesús, porque él m ism o lo ha experimentado. B uscan el p o der y se a d elantan en sus p rete n sio n e s a los
La síntesis de esta subversión de la lógica social por otros diez, que buscan lo m ism o (co m o se ve por su
parte del Reino se concreta de m anera conclusiva en el v. 31: reacción, c f v. 41).
Los primeros en la sociedad serán últimos en el Reino, y Jesús corrige en la prim era parte (vv. 36-40) las expec­
viceversa; es la sustitución de la lógica del mérito por la de tativas de triunfo de los dos, refiriéndose a su muerte m edian­
la gratuidad. te los símbolos cáliz y bautismo. Pero eso no es suficiente;
en la segunda parte, orientada a corregir la ambición de los
Secuencia E: Tercera corrección de las expectativas otros diez, hará un duro análisis de lo normal del abuso
mesiánicas: 10, 32-34 político sobre el pueblo (v. 42), y sienta las bases del c o m ­
portam iento del Reino: el poder ha de ser capacidad de
Destaca en esta corrección la nueva situación geográfica: servicio, que él es el prim ero en vivir (v. 45); quien lo siga
"subiendo hacia Jem salén" (v. 32a), que implica una más no puede tener un proyecto paralelo o contrario al suyo.

180 181
Jesús, hom bre en conflicto Crisis y cam bio

El análisis final de su actitud, en clave simbólica, ("rescate dijo: "¿Qué q u ie r e s q ue h a g a contigo?" E n to n c e s el


por todos"), m erecería un estudio aparte en torno a la m anera ciego le dijo: "M aestro, q u e v u e lv a a ver". 52Y J e s ú s le
com o Jesús puede haber com prendido su muerte; nos rem i­ dijo: A n d a , t u fe te h a salvado". Y al i n s t a n t e volvió
tim os a los conocidos estudios de L éon-D ufour y Schür- a v e r y lo s e g u ía por el camino.
m an n 39. Sólo digam os que se trata de un rescate para la vida,
no para la Ley; de un rescate que tiene detrás un incisivo Comentario
análisis político sobre el poder (v. 42), cuyo correctivo debe
ser la conducta del discípulo: Jesús rescata de lo diabólico La localización geográfica es fundamental: sucede "en el
del poder sirviendo y enseñando a poner en el centro de su camino" ya inm ediato hacia Jerusalén. Ese es el cam ino
intención la necesidad del pobre sufriente. Sólo eso vence la donde el ciego está sentado "a un lado"; no puede seguir a
ambición y pone las bases para la construcción de un m undo Jesús porque "no ve". Están en relación la ceguera, que
nuevo, que supere las relaciones injustas, causa de muerte impide seguir a Jesús, y la confesión m esiánica (v. 47): es
para el hombre. posible, pues, confesar a Jesús com o mesías y, sin embargo,
no poder seguí rio. Sólo cuando vea lo seguirá "por el camino"
Enlace: El ciego de Jericó, símbolo de los discípulos: (v. 52). El proceso de los discípulos está retratado de m anera
10, 4 6 -5 2 sim bólica paso a paso. Esta sim bología es la que hace de ésta
una secuencia de enlace; es transición conclusiva respecto de
la Unidad anterior, y la confesión davídica (vv. 47.48) hace
Relato de enlace con la Unidad siguiente. El milagro es u n pre texto,
un texto previo que es releído por el narrador y colocado aquí
46 Y vienen hacia Jericó. Y saliendo él de Je ric ó , con con una finalidad estmctural que pretende ilum inar la situa­
sus discípulos y m u c h a g e n te el hijo de Timeo, Barti- ción de los discípulos a estas alturas del relato: están ciegos;
meo, un mendigo ciego e s t a b a s e n ta d o al lado del pero cuando vean...
cam in o . ’1/ Y oyendo decir q u e e r a J e s ú s el N a z a re n o ,
e m p e z ó a d a r g rito s y a decir: "Hijo de D avid, J e s ú s ,
a p iá d a te de mí." 1SY lo r e g a ñ a b a n muchos p a r a q ue
callase. P e ro él g r i t a b a m u c h o m ás: "Hijo de D avid,
a p i á d a t e de mí". ' ' Y d e te n ié n d o s e , J e s ú s dijo: L l á ­
m enlo". Y le hablan al ciego diciéndole: "Ten confian­
za; levántate, te habla" u Y él, arrojando su manto,
saltando vino hacia Jesús. 51 Y en respuesta J e s ú s le

39 C f Schürmann, Cómo entendió y vivió Jesús su muerte, pp 45- 59; X.


Leon-Dufour, Jesús v Pablo ante la muerte, sobre el v. 10, 45b dice que es
una frase sobreañadida al texto, que no la exige en modo alguno y que, no
siendo imposible ciuc Jesús elaborara una teoría sobre su acción, no se puede
afirmar que entienda sil muerte como expiación vicaria, sino que es más seguro
pensar que él no situó su muerte amenazante en una perspectiva sacrificial,
dada la omisión del lenguaje sacrificial en la predicación de Jesús difícilmente
se entendería que, para dar sentido a su muerte, emplease categoi ías de
pensamiento procedentes de aquellas instituciones; op. cit. 89-98.

182 183
4

EN JE R U S A L É N

J u ic io d e J esú s Contra el C en tro

C o n d en a d el C en tro Co n tra J esú s

SÉPTIMA U N ID A D : Enfrentamiento con el Centro. En


jerusalén, última semana: 11, 1-15, 41

E stam os ante el tercer gran bloque del relato, y ante el cam bio
decisivo en la práctica de Jesús. Antes de entrar al análisis de
la estructura interna del relato, veam os lo que nos aportan las
claves desde las que lo hemos analizado. Detrás está una
pregunta: ¿A qué obedece este viaje de Jesús a Jerusalén?
¿Q ué nos dice el relato sobre los m otivos de Jesús?

185
Jesús, hom bre en conflicto En Jerusalén

A diferencia de Juan, M arcos (y los otros dos sinópticos) bloques principales: La Unidad Jerusalén l presenta la defi­
narran sólo una muy breve estancia en Jem salén que coinci­ nición de Jesús frente a las expectativas mesiánicas y el juicio
de, además, con la última sem ana de la vida de Jesús . Esta que hace contra el Centro (11,1-13,37); la Unidad Jerusalén 2,
últim a sem ana corresponde a la inm ediatam ente anterior a la el ju ic io y co n d e n a que el Centro hace contra Jesús (14,
Pascua judía, la fiesta de la liberación de Israel. Pero la 1 -15, 41); la sepultura hace de enlace y viene, finalmente, la
celebra un pueblo dom inado en su propia tierra, y que jam ás Unidad Epílogo (16, l-8a) y la m conclusión del relato (16,
se ha acostum brado al presente injusto sino que m antiene 8b). Pasem os ahora a ver este conjunto por partes:
viva la esperanza del rescate; la mentalidad apocalíptica, muy
viva en tiem pos de Jesús, trata de descubrir las señales de ese
UN ID A D JERUSALÉN 1: Juicio de jesús contra el
m om ento, para saber lo que toca hacer y a quién seguir .
La gente espera el reinado de Israel sobre las naciones,
Centro: Definición frente a expectativas mesiánicas:
11, 1-13, 37
no tanto el reinado directo de Dios; algunos esperaban que el
M esías reinaría por un tiempo, (un reinado de mil años),
después de lo cual vendría finalmente el reino de Dios. Lo Esquema
que Jesús anuncia, en cambio, es precisam ente el y a de ese
Reinado, sin intermediarios, y que no tiene ningún matiz de Tiene cuatro subunidades:
venganza contra los paganos, porque no anuncia el reinado
político de Israel sobre las naciones. S u b u n id a d 1: Acciones simbólico-proféticas: 11, 1-23 (26).
Jesús aclara públicamente su posición, mediante tres
En esa sem ana hay gran afluencia de peregrinos, entre
acciones simbólicas íntimamente ligadas: la entrada
los que hay m uchos galileos. En previsión de posibles albo­ en Jerusalén, la maldición de la higuera sin frutos, y
rotos ( cf. 15, 7) se reforzaba la guardia romana, a eso respon­ la toma del Templo:
día tam bién la presencia personal del gobernador romano. Secuencia A: Rectificación de expectativas mesiánicas: entrada a
Los habitantes de Jem salén no tienen una posición tan anta­ Jerusalén: 11, 1-11
Secuencia B: Maldición de la higuera sin fruto: 11, 12-14
gónica contra la dom inación romana, ni son los que respon­
Secuencia C: Toma del Templo: II, 15-19
derían con más entusiasm o a un m ovim iento mesiánico; por Secuencia B ’: La higuera seca: I I, 20-23
eso no es arriesgado suponer que los que acom pañan a Jesús Secuencia A ’: otras instrucciones: 11, 24-26
en su entrada a Jerusalén no sean precisamente los de la Enlace: "Y llegan de nuevo a ■Jerusalén. Y en el Templo, mientras
capital (cf. 10, 46; 11, 8 ) ’. él iba y venía...": 1 1, 27ab
S u b u n id a d 2: Controversias con el Centro: 1 1, 2 7 c -12, 34b
Teniendo en cuenta este contexto, presentem os el es­
Jesús se define frente a las autoridades religioso-po-
quem a del relato hasta el final. Se distinguen en él tres líticas judías, frente al poder romano y frente a las
diversas interpretaciones de la ley. Esta definición es
el antecedente inmediato de los planes para asesinar­
1 No es este el lugar para la pregunta por la historicidad del hecho, sino por el
lo.
mensaje que esta presentación aporta al sentido del hecho-Jesús.
2 Recordemos las principales posiciones: Los saduceos no esperan ningún reino Secuencia A: N iega al Centro judío autoridad para pedirle cuentas:
de Dios; incluso llegan a legitimar la dominación romana, de la que son los 11,27-33
principales beneficiarios. Los fariseos creen poder acelerar ese día mediante Secuencia B: Desenmascara su responsabilidad en la muerte de
el cumplimiento de la Ley, y juzgan al pueblo culpable de su retraso, por su profetas: 12, 1-12
impureza. Los esenios piensan que es para ellos sólo y piensan acelerarlo Secuencia C: Desautoriza pretensiones romanas sobre Israel: 12,
mediante purificaciones v actos rituales. Loszelotas, mediante la resistencia 13-17
annada. El pueblo espera que por fin Dios ejerza su poder sobre la historia y Secuencia D: Desautoriza sabiduría trad icionalista de saduceos: 12,
realice el juicio contra los paganos que dominan en Israel. 18-27
3 Cf. Delorme, Evangelio, 45; G. Theisscn, Sociología, 51-57.

186 187
Jesús, hom bre en conflicto En Jerusalén

Secuencia E: La centralidad de la Ley de la Alianza: 12, 28-34b burro?" h Ellos les d ije ro n como les dijo Jesú s’, y los
Enlace: "Y ya nadie se atrevía a hacerle más preguntas; y respon­ d e jaron. 7Y le lle v a ro n el b u r r o a J e s ú s y e c h a r o n s u s
diendo, Jesús dijo, enseñando en el Templo...": 11, m a n t o s e n c im a y se m o n tó e n él. SY m u c h o s e x te n d í a n
34c-35a
S u b u n id a d 3: Correcciones y Denuncias Públicas: 12, 3 5 b -13, 2
s u s m a n t o s e n el c am ino, y otros, follaje cortado de los
Aunque ya no le preguntan, Jesús va a responder a campos. '' Los q u e ib a n d e la n te y los q ue le s e g u ía n
todo lo que queda por aclarar: g r it a b a n : "¡H o san n a ; b e n d ito el q u e viene e n n o m b re
Secuencia A: Corrección de doctrina mesiánica de escribas: del Señor; 10 bendito el reino que viene, de nuestro
12, 35b-37 padre D a vid ; h o s a n n a e n lo alto!"
Secuencia B: Denuncia de la práctica de los escribas: 12, 38-40
Secuencia C: Crítica de la riqueza com o acceso a Dios: 12, 41 -44
Secuencia D: Invalidación de la centralidad del Templo: 13, 1-2 11 Y entró en Jerusalén directo hacia el templo; y
Enlace: Pregunta de discípulos sobre el fin del Templo y de la después de revisar todo, como era ya tarde, entró a
historia: 13,3-4 Betania ju n to con los Doce.
S u b u n id a d 4: Instrucción sobre el tiempo previo al Reino: 13, 5-37
Ante el anuncio de la destrucción del Templo los
12 A l día siguiente, salidos de Betania, tuvo hambre.
discípulos, desde una mentalidad apocalíptica, pre­
guntan por el fin de la historia. Jesús responde remi­ UY viendo desde lejos una higuera que tenía ya hojas,
tiendo al presente: la vigilancia permanente. fue por si encontraba algo en ella y, llegando, no
Secuencia A: Frente a la conflictividad político-religiosa de la e n c o n tró n a d a sino hojas; -porque aún no era tiempo
historia: discernimiento: 13, 5-23 de higos-. 14 Y en respuesta le dijo: "¡Que y a n u n c a
Secuencia B: Frente a la venida del Hijo: esperanza: 13, 24-31
Secuencia C: Frente al presente: vigilancia: 13, 33-37
j a m á s n a d ie c o m a fru to de ti!". Y sus discípulos lo
estaban oyendo.
En la Subunidad 1 predom ina la práctica .v/mbólica, y en las
otras tres, la clave ¿wálisis. El relato a b a rc a los tres p rim e ro s 15 Y llegan a Jerusalén. Y e n t r a n d o e n el T em plo,
d ías de la ú ltim a se m a n a de Jesús: domingo de ram os : 11, com enzó a e c h a r f u e r a a los q u e v e n d ía n y a los q u e
1-11; lunes santo : vv. 12-19; martes santo : 11, 20-13, 37. c o m p r a b a n e n el T em plo, y volcó la s m e s a s de los
c a m b i s ta s y los p u e s to s de los q u e v e n d ía n p a lo m a s ,
u'y no perm itía que nadie transportase objetos atrave­
Relato sando por el templo', '' y les e n s e ñ a b a diciendo: "¿No
e s t á escrito q u e ’m i c a s a e s c a s a de o ració n para todos
l l , 1 Y c u a n d o se a c e r c a b a n a J e r u s a l é n , cerca de los pueblos ’? ¡Y u s te d e s la t ie n e n h e c h a c u e v a de
B e tfa g é y B e ta n ia , j u n t o al m o n te de los Olivos, e n v ía a s a lta n te s ! " IHY lo oyeron los s u m o s s a c e r d o te s y los
dos de s u s discípulos 2 y les dice: "V ayan al pueblo de e s c rib a s , y b u s c a b a n cómo a c a b a r con él, porque le
e n f r e n te y, e n c u a n to e n t r e n e n él, e n c o n t r a r á n u n tenían miedo, y a q u e to d a la g e n te e s t a b a im pactada
b u r r o a m a r r a d o , sobre el que n i n g ú n h o m b re se h a por su enseñanza. 1!' Y cuando se hacía tarde, se iba
m o n ta d o ; d e s á te n lo y trá ig a n lo . Y si a lg u ie n les fuera de la ciudad.
p r e g u n t a q ue por q u é h a c e n eso, díganle: El S e ñ o r lo
n e c e s ita y luego lo e n v ia r á de reg re so aquí". 20 Y pasando m uy de m añana vieron la higuera seca
desde la raíz 21 y, acordándose Pedro, le dice: "Maestro,
1 Y se fu ero n y e n c o n tr a r o n al burro atado ju n to a la fíjate: la higuera que m aldijiste está seca". 22Y r e s p o n ­
puerta, fuera, en la calle, y lo d e s a ta ro n . ’Y u n o s q ue dien d o J e s ú s les dice: "T e n g an fe e n Dios; 2,1 les digo
e s t a b a n allí les dicen: "¿Qué h a c e n d e s a m a r r a n d o el de v e r d a d q u e el q u e dig a al m o n te ese: "¡A rrá n ca te y

188 189
jesús, h om bre en conflicto En Jerusalén

a r r ó j a t e e n el m ar!" y no d u d a e n su i n te r io r sino q ue í( ¿Q ué h a r á e n to n c e s el d u e ñ o de la v iñ a? V e n d r á y
cree q u e se h a r á lo q u e dice, lo o b te n d rá . h a r á p e re c e r a los la b r a d o r e s y e n t r e g a r á s u v iñ a a
otros. 10 ¿Ni s iq u ie r a e s ta E s c r i t u r a h a n leído: ’La
24 Por eso les digo: todo cuanto oren y pidan, crean que p ie d r a q u e d e s p re c ia r o n los c o n s tr u c to r e s é s a llegó a
ya lo recibieron, y lo obtendrán. 2,1 Y cuando estén de s e r c a b e z a de ángulo; 11 fue obra del Señor, a d m ir a b le
pie orando, si tienen algo contra alguno, perdónenlo, a n u e s t r o s ojos’?". 12Y b u s c a b a n d e te n e rlo a la f u erz a ,
para que tam bién su Padre de los cielos les perdone p ero tu v ie r o n m iedo de la g e n te ; p o rq u e e n te n d i e r o n
sus pecados". q u e la p a r á b o la la h a b ía dicho p o r ellos. Y dejándolo,
se r e t i r a r o n .
27 Y lle g a n de n u e v o a J e r u s a l é n . Y e n el T em plo,
m i e n t r a s ib a y v e n ía , se le a c e rc a n los s a c e r d o te s y los 1 f Y le e n v ía n u n o s de los farise o s y de los h e ro d ia n o s
e s c r ib a s y los a n c ia n o s, 2S y le decían: "¿Con q u é p a r a cazarlo e n a lg u n a p a la b r a . h Y v in ie n d o le p r e ­
a u t o r i d a d h a c e s e s t a s cosas? Y ¿ q u ié n te a u to rizó para g u n t a n : "M aestro, s a b e m o s q u e e r e s v e ra z y q u e no te
actuar asi?” 29E n to n c e s J e s ú s les dijo: "Les p r e g u n t a ­ i m p o r t a q u e d a r b ie n con n a d ie , p o rq u e no m i r a s la
ré u n a cosa; respóndanme y yo les d iré con q u é a u t o ­ a p a r ie n c ia de los h o m b re s , sino q u e e n s e ñ a s el c a m in o
r i d a d h a g o e s t a s cosas. 10 El b a u ti s m o de J u a n ¿ e ra de Dios. ¿ E s t á p e rm itid o p a g a r el tr ib u to al C é s a r?
cosa del cielo o de los h o m b re s ? Respóndanm e”. ' Y ¿pagam os o no pagam os?' ]) E n to n c e s él, v ien d o su
d i s c u t ía n e n tr e ellos diciendo: "Si decim os ’del cielo’ hipocresía , les dice: "¿Con q u é fin q u ie r e n c o m p r o m e ­
n o s d irá: ’¿por qué, p u e s , no le c re y e ro n ? ’; 52 p ero ¿si te r m e ? T r á ig a n m e u n d e n a rio p a r a qu e lo vea.' Ellos
decim os ’de los h o m b r e s ’...?" - T e n ía n m iedo de la g e n ­ se lo tr a je r o n . Y les dice: "La im a g e n é s a y la i n s c r ip ­
te, p o r q u e todos p e n s a b a n q u e J u a n r e a l m e n t e e r a u n ción ¿de q u ié n es?" Ellos le dijeron: "Del C ésar". 17 Y
p r o f e t a - . ,H,ÍY r e s p o n d ie n d o a J e s ú s le dicen: "No s a b e ­ J e s ú s les dijo: "R egrese al C é s a r lo del C é s a r, y lo de
mos". Y J e s ú s les dice: "P u e s ni yo les digo con q ué Dios, a Dios". Y se q u e d a b a n m a r a v illa d o s con él.
a u t o r i d a d hago e s t a s cosas".
lH Y lle g a n u n o s sad u ce o s, q u e dice n q u e no h a y
12,1Y com enzó a h a b la r le s e n p a rá b o la s : "U n h o m b re re s u rre c c ió n , 1'y le p r e g u n t a b a n diciendo: "M aestro:
p la n tó u n a v iñ a , la rodeó de u n a cerca, cavó u n l a g a r M oisés n o s presc rib ió q u e si el h e r m a n o de a lg u ie n
y edificó u n a torre ; la r e n t ó a u n o s l a b r a d o r e s y se m u e r e y d e ja m u je r y no d e ja hijos, q u e s u h e r m a n o
m a r c h ó lejos. 2Y e n el tiempo oportuno envió u n siervo to m e la m u je r y s u s c ite d e s c e n d e n c ia a s u h e rm a n o .
a los l a b r a d o r e s p a r a rec ib ir de é s to s la p a r t e de los H a b í a s ie te h e rm a n o s . Y el p rim e ro tom ó m u je r y
f ru to s de la v iñ a; y a g a rr á n d o lo lo m a l t r a t a r o n y lo m u rió s in d e ja r d e s ce n d e n c ia , 1y el se g u n d o la tom ó
d e s p id ie ro n de vacío. 'Y de nue v o les envió otro siervo; y m u rió s in d e ja r de sce n d e n c ia ; y el terc ero i g u a l m e n ­
y a é se lo golpearon en la cabeza y lo u l tr a ja r o n . ° Y te, y n i n g u n o de los sie te dejó d e sce n d e n c ia . D e s p u é s
envió otro; y a ése lo mataron. Y muchos otros, de los de todos m u rió t a m b i é n la m u j e r . 2 *En la re s u rre c c ió n ,
cuáles a unos los hieren, a otros los matan. Todavía c u a n d o re s u c ite n , ¿de cu á l de ellos s e r á m u je r? P o r q u e
tenia uno, su hijo am ado ; se lo envió como últim o , los sie te la tu v ie r o n por m u je r .” 24 L es dijo J e s ú s : "¿No
diciendo: ’A m i hijo lo r e s p e t a r á n ’. 7 P e ro aq u e llo s es p r e c i s a m e n te p o r e sto por lo q u e a n d a n e x t r a v i a ­
l a b r a d o r e s se d ije ro n e n tr e sí: ’E s te es el h e re d e ro ; dos, p o r no conocer ni la s E s c r i t u r a s ni la f u e r z a de
v e n g a n , m a té m o s le y s e r á n u e s t r a la h e r e n c ia ’. HY Dios? 2 'P o r q u e c u a n d o r e s u c i te n de e n t r e los m u e r t o s
a p r e s á n d o le lo m a t a r o n y lo e c h a r o n f u e r a de la v iñ a. no se c a s a r á n ni ellos ni ellas, sino q u e s e r á n como los

190 191
Jesús, hom bre en conflicto En Jerusalén

á n g e le s e n el cielo. 2b E n c u a n to a q u e los m u e r t o s a s ie n to s e n la s s in a g o g a s y los p r im e ro s sitio s e n los


r e s u c i ta n , ¿no h a n leído e n el libro de M oisés lo de la b a n q u e t e s ; 4" é sos q u e d e v o ra n los b ie n e s de la s v iu d a s
za rza , cómo le h a b ló Dios, diciéndole: ’Yo soy el Dios y q u e p o n e n como p r e te x to q u e o r a n la r g a m e n t e ; ésos
de A b r a h á n , el Dios de Isa a c y el Dios de J a c o b ’? 1 No t a l e s se g a n a r á n u n a s e n te n c ia m á s rig u ro sa".
e s D ios de m u e r t o s sino de vivos. A ndan ustedes
totalm ente extraviados. '' 11 Y sentado frente al arca del tesoro, observaba cómo
la g e n te e c h a b a m o n e d a s e n el arca; y m u c h o s ricos
28 Y acercándosele uno de los escribas, que los había e c h a b a n m u ch o ; 42y lle gando u n a v iu d a pobre echó dos
oído discutirle, dándose cuenta de que les había res­ m o n e d ita s , -lo q u e e s la c u a r t a p a r t e de u n as. 43 Y
pondido bien, le preguntaba:. "¿Cuál e s el m a n d a ­ l la m a n d o a s u s discípulos, les dijo: "Les digo de v e r d a d
m ie n to prim ero de todos?" 29 Le resp o n d ió J e s ú s : "El q u e e s t a v iu d a pobre echó m á s q u e todos los que
prim ero es: ’Escucha, Israel: el Señor Dios de ustedes estaban echando en el arca ; 44 p o rq u e todos e c h a b a n
es el único Sefior, y a m a r á s al S e ñ o r t u Dios desde de lo q u e les s o b ra b a ; é s ta , e n cam bio, de s u p ro p ia
la t o t a l i d a d de t u c o ra z ó n y d e sde la t o ta li d a d de t u n e c e s id a d , echó todo lo q u e te n ía , todo su sustento.
v ida, y d e sd e la t o ta li d a d de t u p e n s a m ie n to , y desd e
la t o t a l i d a d de t u f u e r z a ’; 111 y é s te e s el segundo: 13,1Y al s a li r él del Tem plo le dice uno de sus discípu­
’A m a r á s a t u prójim o como a ti m is m o ’; mayor que los: "M a e stro ¡ve q u é p ie d r a s y q u é construcciones!" 2
éstos no hay otro m andam iento ". 32Y le dijo el escriba: Y J e s ú s le dijo: "¿Ves e s t a s e n o r m e s constru c cio n e s?
"Bien, M a e s tro ; con v e r d a d dijiste q u e es el único y No q u e d a r á p i e d r a sobre p ie d r a q u e no s e a d e s tru id a " .
q u e no h a y otro f u e r a de él; uy q u e a m a r lo d e sd e la
t o ta li d a d del c o razón y desd e la t o ta li d a d de la c on­ Comentario
c iencia y d e sde la t o ta li d a d de la fu erz a , y q u e a m a r
al prójim o como a sí m ism o es, con m ucho, m á s q ue
todos los h o lo ca u sto s y los sacrificios". 14 Y Jesús, Subunidad 1: ACCIO NES SIMBÓLICO-PROFÉTICAS
viendo que había respondido sensatamente, le dijo:
"No estás distante del Reino de Dios ". A la m anera de los profetas, Jesús realiza tres acciones
simbólicas, profundam ente interrelacionadas, para criticar al
Y n a d ie se a tr e v ía y a a h a c e rle m á s p r e g u n t a s ; ' p e r o Centro y así corregir las expectativas m esiánicas equivoca­
respondiendo, Jesús les decía enseñando en el Tem plo: das. Presentarlas en bloque ayuda a destacar la lógica que las
"¿Cómo e s q u e dicen los escribas q u e el M e sía s es Hijo une.
de D av id ? UE\ m ism o D avid, (movido) p o r el E s p í r i t u Al entrar en Jerusalén Jesús cuenta con la gente que lo
S a n to , dijo: ’Dijo el S e ñ o r a m i señor: S i é n ta te a m i acom paña (cf. 10, 32.46), entre quienes encuentra eco una
d e r e c h a h a s t a q u e p o n g a t u s e n e m ig o s p o r debajo de m entalidad nacionalista. Ha previsto incluso los detalles (11,
t u s p ie s ’. ,u El m ism o D a v id le dice a él ’s e ñ o r ’; e n to n c e s 2-3). Frente a la efervescencia popular de esos días, tom a
¿de d ó n d e (dicen que) e s hijo suyo?" Y la gente, que era m edidas que connotan una cierta clandestinidad, para prote­
mucha, lo escuchaba con agrado. ger su acción de indiscreciones que pusieran al Centro sobre
aviso.
38 Y decía e n su e n s e ñ a n z a : " T e n g a n c u id a d o de los Pero ¿a qué va Jesús a Jerusalén, previendo com o prevé
e s c r ib a s q u e g u s t a n de c a m i n a r con a m p lio s r o p a je s y un desenlace violento? ¿V a sim plem ente a "celebrar la Pas­
de s a lu d o s e n la s p l a z a s 39 y de (te n e r) los p r im e ro s cua" y lo sorprende la muerte? A dentrém onos en el relato

192 193
lesús, hom bre en conflicto En Jerusalén

tratando de descubrir lo que nos dice entre líneas sobre la A esto responden las tres acciones de denuncia profética:
finalidad de ese viaje, nacido de una decisión m adurada largo Entra en un burro, para mostrar al pueblo que no es el líder
tiempo, y que provoca el miedo y el desconcierto entre sus guerrero que buscan4; su asunto es contra el Centro religioso
seguidores (c f 10, ¿2). Por otra parte el relato no nos habla y por eso irá "directamente hasta el Templo" (11, 11), para
de ningún otro viaje anterior a Jerusalén, aunque nos describe desenm ascarar su injusticia y esterilidad y para que sepa el
la alarm a que ha despertado su práctica en el Centro judío. pueblo que ya nada debe esperar del T em plo en lo referente
Los responsables de la ortodoxia del culto y de la ley a Dios, la vida, la Promesa.
de la pureza han apreciado justam ente la am enaza que repre­ M arcos acentúa, por medio de importantes datos g e o ­
senta la libertad de Jesús y su práctica ilegal ; desde tem prano gráficos, topográficos y cronológicos, la astucia y autoridad
han buscado desautorizarlo (cf. 3, 22; 7, 1), pero inútilmente. con que Jesús enfrenta al Centro: N o sólo va a Jerusalén, sino
Incluso ahora, que llega a su propio terreno, no ven la m anera que se encam ina directo al Tem plo (v. lia ) . Sin embargo, no
de acabar con él, porque la gente lo escucha m ás que a ellos actúa inm ediatam ente, "porque era ya tarde" (v. 1 Ib) y no
y ellos tienen miedo a la gente. quiere correr peligros innecesarios; por eso, "después de
Jesús, por su parte, es consciente de las expectativas revisar todo" (v. 11b) se refugia en Betania, para preparar
m esiánicas falseadas que han surgido con m otivo de su c uidadosam ente lo que hará al día siguientes
práctica (cf. 6, 14-15; 8, 27-29); aunque intentó corregirlas, El pasaje referente a la maldición de la higuera está
al m enos con sus discípulos (cf. 8, 30ss.), eso sólo creó una dividido en dos m om entos y en dos días diferentes (vv.
fuerte crisis en el grupo y en Jesús mismo; la form ación 12-14; 21 -23), y encierra com o entre paréntesis lo que Jesús
particular que les ha dado a ellos no ha logrado quitarles su realizó en el Tem plo. Esto m uestra am bos episodios com o
ceguera, y aún esperan un golpe de fuerza mesiánica que les im plicados y explicados mutuamente: El Tem plo es la higue­
reporte poder y gloria (c f 10, 35-45). ra estéril; su apariencia frondosa sólo esconde su incapacidad
No ha bastado la crítica al poder, para cam biar su de dar vida. El que "aún no era tiempo de higos" (v. 13c) nos
mentalidad; ni ha sido suficiente la denuncia del Centro, previene: No es una acción arbitraria, nacida de un capricho
hecha en Galilea, para alertar al pueblo contra la m anipula­ de Jesús, sino una acción simbólico-profética.
ción que aquellos hacen de Dios. Tiene que enfrentarse, pues, No se trata, pues, de una purificación del Tem plo, que
con el Centro en el C entro mismo; tiene que definirse clara­ le permitiera seguir com o Centro de Israel, una vez purifica­
mente frente a tantas interpretaciones falseadas del proyecto do, sino de una toma del Tem plo, que suspende definitiva­
de Dios sobre la vida del pueblo y sobre su propia identidad. m ente su actividad (v. 16). Esto se confirm ará en la muerte
Y ¿por qué contra el Centro religioso y no contra el de Jesús: El Velo rasgado (15, 38) es ya incapaz de encerrar
Centro político rom ano dom inador? Porque Jesús quiere dentro de sí la Presencia de Dios.
fortalecer y acrecentar la esperanza de liberación del pueblo, La denuncia que hace Jesús es radical: Debería ser la
de la que el C entro se ha apropiado. Para eso debe desenm as­ "casa del Padre" al que todos deben tener acceso libre, pero
carar lo que considera que es el principal obstáculo por parte el C entro ju d ío lo ha convertido en el lugar donde se aísla a
del Centro religioso: el secuestrar para sí la Alianza, la Dios y se le convierte en amenaza mortal para el hombre.
Prom esa y el acceso a ella. Por supuesto que él rechaza la
dom inación romana, com o lo m uestra su dura crítica contra 4 Cf. Cazelles, El Mesías de la Biblia. 146. Jesús acentúa la diferencia con ese
Mesías. Cf. Schweizer, op. cit. 240; Gnilka Aík II, 116s. Sobre el posible
el poder político (c f 5, 9.13; 10, 42; 12, 16.17; 13, 14); pero trasfondo histórico de los relatos, //>., 119s; 130 s.
ve que el Centro religioso es el principal obstáculo porque 5 Sobre la importancia de los datos situacionales, cf Schweizer, op. cit. 14.
inm oviliza al pueblo y genera desesperanza. Mateo y Lucas, al no dar tanta importancia al contexto, le quitan fuerza al
conflicto; sobre esas diferencias, cf Taylor op. cit. 548s.

1 94 195
Jesús, hom bre en conflicto En Jerusalén

Esto es lo que fundam enta la estructura social discriminatoria judío, representado y fundado en el Templo; aunque esto les
vigente. Adem ás, el esquem a Impureza-Purificación conlle­ parezca imposible a los discípulos...
va necesariam ente el com ercio de víctimas sacrificiales 'p u ­
ra s ’, c om o m edio de aplacar y satisfacer a Dios. D e b i d o a Enlace: "Y llegan de nuevo a Jerusalén. Y en el
e s to se c r e a un s is te m a e c o n ó m i c o q u e p r iv i le g i a a los Templo, mientras iba y venía..." : 11, 27ab
c o m e r c i a n te s y a los s a c e r d o te s , a c o s ta del p u e b lo y de
la g r a t u i d a d de D io s y de su A lia n z a . H an c o n v e r t id o el Es el tercer día. N o se trata de un pasear inocente, sino de
l u g a r de a c c e s o al P a d r e , en la c u e v a d e s d e la q u e los un ir y venir para im p e d ir que las cosas vue lv a n a ser c o m o
b a n d i d o s ( = s a c e r d o t e s ) ' tie n d e n sus e m b o s c a d a s p a ra antes. Es u na an o ta c ió n e x c lu siv a de Me; el c o n flicto se
a s a lta r al p o b r e (v. 17c). d ilu y e en las v e rs io n e s de M t y de Le ("e n se ñ an d o " y
Provocativam ente Jesús paraliza el culto y, con ello, "evangelizando")*.
toda la actividad del T em plo (v.16)7, y desenm ascara su
esterilidad. Por todo ello Jesús, consciente del peligro que
corre, no se expone irresponsablemente; una vez llegada la Subunidad 2: Controversias con el Centro;
noche, busca refugio fuera de la ciudad (vv. 1 1.19). Pero no desautorización del poder: 11, 27c-12, 34b’
rehuye los riesgos inherentes a su opción de desenm ascarar
al Centro, y tiene fe en que lo destruirá. Desde esa fe Secuencia A: Desautorización de sacerdotes y
interpreta lo sucedido con la higuera y lo hace extensivo al escribas: 11, 27c-33
Templo: "el monte ese" (v. 23) no es cualquier m onte sino
precisam ente aquél en el que se sustenta el sistema religioso Predom ina la clave análisis ; se alternan los análisis de los
de Israel. La oración no es para hacer alardes mágicos, sino oponentes de Jesús (vv. 28 3 l -33a) y de éste (vv. 29s.33b)
para realizar finalm ente la subversión del sistema excluyente quien, finalmente, les niega autoridad para cuestionar sus
acciones, porque su práctica de rechazo a Juan Bautista y a
la llam ada a la conversión invalida la autoridad que preten­
6 Jesús usa el término ¡estés (asaltante) y no kleptés (ladrón). Con base en J. dían tener en los asuntos de Dios. El Centro ju d ío ha perdido
Jeremías calculamos que, sólo por el concepto del impuesto para el Templo, legitimidad. La pretendida autoridad no es tal, porque no ha
entraría una cantidad cercana a las 17 toneladas de plata anualmente. A eso sabido leer los signos de los tiempos y adecuar su práctica a
hay que añadir los gastos del segundo diezmo (cf. Dt 14, 26), los sacrificios,
las ganancias en el cambio de monedas... (c f J. Jeremías, Jemsalén , 95- ellos. Por esto todo lo que digan contra Jesús carece de
102.109; L eipoldt-G rundm ann,£7 mundo, I, 307s). validez.
7 El Templo estaba aún en reconstrucción. En cuanto a su centralidad, c f J.
Jerem ías ,Jemsalén, 96s; G. Theissen, op. cit. 51-57. Al exponer la incidencia
económica de la acción de Jesús no la reducimos a lo económico; lo que Jesús
denuncia es que la utilización del culto como medio de enriquecimiento,
además de reforzar la estructura social discriminatoria, imposibilita a los
pobres el acceso a Dios. La acción de Jesús tiene al mismo tiempo incidencias
religiosas, políticas y económicas que no pueden minusvalorarse; y se trata de
una estructura irreformable, cuyo solo remedio es la destrucción; su inclusión
entre el pasaje de la higuera hacen ver que Jesús no pretende una 'reordena­
ción' del culto, sino su supresión (cf GNILKA Mk 11, 129-131). En la tensa
atmósfera de la fiesta, esa acción provocadora de Jesús debió parecer exaspe­ 8 C f G nilka ,\I k II, 137 y los autores citados por él en la n.8.
rantemente peligrosa al Sanedrín. C f Dodd. El fundador del cristianismo, 9 La división en versículos dala del s.X VI; aceptada su utilidad como indicador,
168-173; Pesch, "Der Anspmch Jesu", Orientiemng 35 (1971) 53-56; (cf. SelT el análisis interno nos indica otros determinantes de las unidades literarias; por
42(1972) 106-109). eso cortamos algunos versículos de manera diferente a la tradicional.

196 197
Jesús, h o m b re e n conflicto En Jerusalén

Secuencia B: Denuncia de la capacidad homicida de del César, prohibida en el segundo m andam iento del D ecá­
la ortodoxia: 12, 1-12 logo (cf. Dt 5, 8ss.), y una inscripción que coloca al E m p e ­
rador en la esfera de lo divino' y que formaba parte del culto
La clave dom inante es la analííico-simbólica. Los destinata­ que se le rendía. El pago del tributo, al m ism o tiem po que
rios de la parábola son los sacerdotes, escribas y ancianos hacía m ás dura la situación económ ica del pueblo e m pobre­
( 1 1 , 27c), es decir, el C en tro ju d ío ritual, legislador y político, cido, suponía la aceptación práctica del derecho de Rom a
cuya conducta hom icida Jesús desenmascara. C ontrariam en­ sobre la tierra de Israel, y del culto al Em perador.
te a las otras parábolas, ésta es entendida por ellos (v. 12); Jesús, que no tiene un denario propio, pide que le
pero esa com prensión no los lleva a la conversión (4, 12) sino muestren uno y concluye en lenguaje cifrado, consciente del
al anti seguim iento, que se traduce en poner m edios para peligro que im plica su respuesta: "Que el C ésar se lleve esa
elim inar a Jesús, ("dejándolo se retiraron": v. 12). m oneda, que atenta contra los derechos de Dios, y que le
Se profundiza así en la razón de la ilegitimidad del regrese a Dios lo que le pertenece: el culto, el pueblo y la
Centro: Siendo los responsables de la vida en la V iña (Israel), tierra". No cae en la trampa de un enfrentam iento directo con
se han convertido en factor de muerte para los enviados por la dom inación romana; ésa se acabará cuando Dios llegue a
Dios, incluido el Hijo amado. Por eso el pueblo ya no tiene reinar; pero tam poco cae en la tram pa de la justificación del
nada que esperar del Centro, para cuyo proyecto no cuenta. impuesto. Lo que a él le importa son los derechos de Dios y
La m igración final de sentido se acentúa dram ática­ del pueblo, secuestrados por el poder rom ano con la com pli­
mente: Jesús se queda ahora solo en el T em plo (v. 12c), cidad del C e n tro ju d ío , y no los derechos del César.
dueño de la situación. Pero el acoso empieza a cerrar la pinza, Suponer que Jesús acepta el pago del impuesto a Roma,
tendiéndole tram pa tras trampa. cuando ha desautorizado el T em plo m ism o y su culto, sólo
es entendible desde una ideología que, aparte de ignorar el
contexto del tiempo de Jesús, defiende intereses contrarios a
Secuencia C: Desautorización de la pretensión
los del Reino de Dios; sólo desde una teología de Ia domina­
romanas de dominio sobre Israel:
12 , 13-17
ción se puede traicionar a Jesús de tal m anera que se le
constituya en guardián de los derechos del César, sea cual
sea su nom bre en turno".
El Sanedrín no se atreve a enfrentar directam ente a Jesús
hasta poderlo hacer con ventaja (cf. 14, 3 5ss ); enviados por
ellos llegan fariseos y herodianos (aliados entre sí desde 3, 6
y ahora con los saduceos); la tram pa no puede fallar; tanto el
sí com o el no hundirán a Jesús, o ante el pueblo, o ante Roma.
Son hipócritas en su pregunta (v. 15), porque reciben
un trato privilegiado de los romanos y no les preocupa ni la 10 La inscripción de la moneda es Tiberio Cesar, Hijo del Divino Augusto" y
dim ensión ética ("es lícito..." v. 14c) ni la política ("pagam os formaba parte del culto al Emperador, sobre esto cf. A. Paul, El mundo judio
en tiempos de Jesús, pp. 46-65; 217-233; J. Schultz, Jesús y su tiempo, pp.
o no..." v. 14d) del impuesto; no les importa ni el cam ino de 11-24,27-40; Lcipnldt-Grundmann, op. cit. /, 174-1XX.
Dios, que reconocen que Jesús enseña (v. 14b) ni la suerte 11 La moneda es parte de la estructura económica y política del imperio, símbolo
de su dominación política y elemento del culto al Emperador. El pago implica
del pueblo dominado. el reconocimiento del derecho del dominio romano y connota la negación del
Jesús hace su análisis desde el "camino de Dios" y derecho de Dios sobre el pueblo. Por eso no se puede atnbuir a Jesús una
pregunta no por el aspecto económ ico del impuesto, sino por respuesta aprobatoria del pago de los impuestos; c f I). Patte, What is Stnic-
tural Exegesis? p. 26; S. Talavero, "El pago de impuestos a la potencia
su dim ensión religioso-política: La m oneda tiene una imagen ocupante", Cieñe. Tom. 108 ( 1981) 3-40.

198 199
Jesús, hom bro en conflicto En Jerusalén

Secuencia D: Desautorización de la lectura saducea La fórm ula con que Jesús responde proviene de la tradición
de la escritura: 12, 18-27 deuteronómica, no de la redacción sacerdotal del de c álo g o 15,
con la cual Jesús m uestra que no va contra el proyecto de
Los saduceos se glorían de conocer los libros de M oisés y Dios, sino contra las tradiciones que lo traicionan. Y aclara
sólo a ellos les dan valor; rechazan todo escrito posterior y, cuatro cosas:
principalmente, las novelerías apocalípticas del Reino de
Dios, de la resurrección, del juicio. Y Jesús los desautoriza - N o cualquier tradición da lo m ism o ni cualquier pre­
precisam ente en lo que consideran ser autoridad: No conocen cepto obliga por igual; entre las dos líneas de interpre­
ni las Escrituras ni la fuerza de Dios (v. 24); ni siquiera han ta c ió n , J e s ú s o p ta p o r la Ley de la A lia n z a , y
leído el pasaje central de M oisés (la Zarza, v. 26), y andan desautoriza la de la Pureza;
totalm ente extraviados (v. 27). Eso los desautoriza para - N o presenta su posición com o una opinión, sino com o
ju z g a r la práctica de Jesús por el Reino, del que no quieren la única que hace justicia al núcleo de la fe y a la
saber nada. Por eso no aceptan la resurrección: porque pon­ centralidad del Reino;
dría en cuestión su situación privilegiada; sus intereses pre- - Al reducir la controversia sobre la jerarquía de las leyes,
juician su lectura de la Escritura y los extravían. al núcleo del amor, abre una alternativa al pueblo; la
m ultiplicación de leyes (613 m andam ientos) hacía
inaccesible al pueblo sencillo su conocim iento y su
Secuencia E: La centralidad de la Ley de la Alianza: cumplimiento.
12, 2 8 - 3 4 b - Pero con eso queda m inada la posición ideológica del
Centro, cuyo poder consiste precisam ente en que son
Sin esta secuencia, culm en de la subunidad, no se puede los únicos que saben y determinan lo que se puede y lo
entender el verdadero fondo del enfrentam iento de Jesús que no se puede hacer; Jesús desbloquea el acceso al
contra el Centro: lo que está e n ju e g o es la centralidad m ism a
Reino, y dice que no está reservado a los "sabios y
de la fe de Jesús en la Alianza y en la Promesa, y no una m era
prudentes"14 sino que está abierto a los leprosos, a las
discusión periférica sobre casuística farisea. m ujeres impuras, a los pecadores, a los niños, a los
La im portancia especial del pasaje en M arcos viene
publícanos, a las mujeres paganas...
señalada por una fuerte m igración de sentido que rom pe la
lógica del relato: La trayectoria negativa de los escribas' es
rota por un escriba que se separa del C entro y reconoce la
ortodoxia de Jesús, precisam ente cuando los dem ás lo con­
denan; incluso le reconoce autoridad para zanjar el problema, 13 La fónnula que usa Jesús pertenece a la tradición deuteronómica (Dt 6,4-4-5)
insoluble para ellos, de la jerarquía de los m andam ientos. La en su primera piirte, la segunda, aunque tomada del Levítico, pertenece a los
radicalidad de Jesús no va contra el núcleo de la fe judía, capítulos que derivan de la tradición deuteronómica y no de la sacerdotal (Lev.
19, 18.34). Podemos afirmar que. frente a una controversia cuyos polos son
desde la perspectiva de la Alianza, sino contra una doctrina la tradición deuteroprofética (que privilegia la justicia y el amor como acceso
que defendía con la Ley de la Pureza su posición privilegiada. a Dios) y la sacerdotal (que privilegia el culto y la pureza) Jesús opta por la
primera contra la segunda y por esa opción se enfrentará con el Centro hasta
la desautorización y la muerte. Sobre la referencia al Deuteronomio como base
12 No hay ningún pasaje positivo sobre los escribas fuera de éste; cf. 1, 22,2, de la concepción de Jesús, cf. F. Hahn, The Worship al the Early Church,
6.16; 3,21; 7,1-13; 8,31; 9,11-13; 10,33; 11,18.27; 12,12.35-37.38-40; 14, 12-31; además i esalta el sentido critico y subversivo de la posición de Jesíis
1.43.53; 15, 1.31. La ruptura ele esa lógica nos llama la atención sobre un contra el culto.
mensaje especial que nos quiere dar el autor. Contrariamente, Mt y lx 14 Los otros evangelistas conservan tradiciones que van en esta linea: cf. Mt 11,
conservan a i este momento la tradición negativa sobre los escribas. 25s; 23,13.23; Le 10, 21s.

200 201
Jesús, hom bre en conflicto En Jerusalén

Enlace: "Y nadie se atrevía ya a hacerle preguntas; cuya ansia de poder y ostentación denuncia: su práctica es
pero respondiendo, Jesús les decía, enseñando en el m ás peligrosa que su doctrina porque utilizan la religión para
Templo...": 12, 34c-35a abusar de los desprotegidos ("devoran las casas de las viudas
con pretexto de largas oraciones": v. 40).
Esta transición \ exclusiva de Marcos, concluye la S ubuni­ Estos dos pasajes son el ataque frontal de Jesús contra
dad anterior e introduce la nueva práctica de Jesús. Las el Centro ideológico de Israel y sus pretensiones. La m ención
controversias terminaron con el silencio ante la definición de a la viuda hace de enlace verbal con la siguiente secuencia:
Jesús sobre la centralidad de la Alianza para el asunto de la Jesús observa la actitud de la gente al dar limosna; no se le
vida (v. 34c); pero aún quedan m uchas preguntas que la gente escapa la ostentación de los ricos y la pequeñez de la ofrenda
no se atreve a hacer16; Jesús responderá en público a ellas, de la viuda. Y ju zg a del significado religioso de las ofrendas,
para advertir al pueblo contra la doctrina y conducta del desde la clave parcialidad totalidad', superfluidad/necesi­
Centro. dad, abundancia/pequeñez. En una sociedad com o la de
Jesús en la que la abundancia es señal de bendición, Jesús
subvierte la lógica social desde los valores del Reino: la
Subunidad 3: Correcciones y Denuncias Públicas: pequeñez -totalidad de la viuda es m ás valiosa que la abun-
12, 35b-l 3, 2 d?inc\a-parcia/idadde\ don del rico.
La últim a secuencia requiere una m ayor explicación;
Form an el bloque cuatro aclaraciones no pedidas sobre p u n ­ ordinariam ente se la ve com o preám bulo del discurso a poca­
tos que Jesús considera importantes; con ellos cierra su líptico, al que no fácilm ente se le encuentra su lugar dentro
enseñanza en público. Se da una migración geográfica que de la estructura del relato. Nosotros proponem os considerar
lleva a Jesús hasta el M onte de los O livos (13, 3), fuera del 13, 1-2 com o última parte de la Subunidad correcciones ; así
T em plo, a b a n d o n ad o definitivam ente. P resentam os las c u a ­ se ve m ás claram ente la función del capítulo 13 en la estruc­
tro secuencias c om o un bloque, por la íntim a relación que tura. En efecto: la clave topográfica (13, 1) enlaza con lo
las une. anterior, pero supone una migración de sentido respecto del
Prim eram ente desautoriza la interpretación que los Templo: Jesús lo abandona definitivamente. Los discípulos,
escribas hacen del Mesías; no es hijo de David , sino su Señor ; adm iradores todavía del Tem plo, no han com prendido la
no han de ver en él un poderoso líder al estilo de David . Un desautorización que Jesús ha venido haciendo; por eso tendrá
versículo propio de M arcos nos hace ver la reacción de que hacerlo de una m anera más explícita.
agrado de la gente ante la crítica que hace a los escribas (v. Inició su enfrentam iento con él con su entrada antime-
37b). Luego advierte seriamente al pueblo contra los escribas siánica "directo hasta el Templo" (11, 11); lo desautorizó
luego de m anera sim bólica m ediante la toma y la expulsión
de mercaderes, dram atizadas en la maldición de la higuera
15 Cf. Gnilka Mk II, 163: despues del positivo diálogo con el escriba, el v. 34c (11, 12-23); ahora culm ina con el anuncio de su destrucción
resulta inesperado, pero es muy adecuado como transición para 12, 13-34, y
considera redaccionales 34c-35a; Daube, NT and RabbinicJudaism, 167, une (13, 1-2), con el que corrige las expectativas infundadam ente
ambos vv; Pesch, aunque no ve seguro que v. 34c sea redaccional, considera puestas en él: dado que no es posible su conversión , será
que Me lo ha colocado aqui redaccionalmentc; cf Mk II, 236.
16 Bel» advierte atinadamente sobre ese sentido del v. 35a: op. cit. 290. destruido y, con él, el Sistem a excluyente que ha originado.
17 ¿Hay aquí una crítica de Jesús respecto de la monarquía davídica y del En síntesis: Jesús completa la denuncia y desautoriza­
principio dinástico? l^iede estar detrás la tradición profética del norte, donde ción del Centro, que es lo que ha venido a hacer a Jerusalén,
Jesús ha vivido toda su vida; el norte fue reacio al principio dinástico, como
también a la centralización en Jenisalén y en el Templo. Cf. Cazelles, lil corrigiendo cuatro puntos: la concepción m esiánico-davídi-
Mesias de la Biblia, 17-20. ca, la práctica de los escribas, la valoración de la riqueza

202 203
Jesús, hombre en conflicto En Jerusalén

c om o acceso a Dios, la centralidad del T em plo para la vida Subunidad 4: Instrucción sobre el tiempo previo al
del pueblo. La consecuencia operativa aparece en el enlace Reino: 13, 5-37’9
siguiente: Jesús, sentado de frente al Tem plo, ya fuera de él
definitivamente, habla del final del T em plo y del final de la Esquema
historia.
Secuencia A: Frente a la conflictividad político-religiosa de la
historia: discernimiento: 13, 5-23.
Enlace: Preguntas de los discípulos sobre el fin del Secuencia B: Frente a la Venida del Hijo: Esperanza: 13, 24-31
templo y de la historia: 13, 3-4 Enlace menor: La ignorancia del Hijo: 13, 32
Secuencia C: Frente al presente: vigilancia: 13, 33-37

Relato Relato

1Y m i e n t r a s e s t a b a e n el m o n te de los Olivos, sentado 5 E n to n c e s J e s ú s com enzó a decirles: " M iren q ue


de frente al Tem plo , le p r e g u n t a b a n e n p a r t i c u l a r n a d ie los e n g a ñ e . hV e n d r á n m u c h o s a m p a r á n d o s e e n
Pedro, Santiago, J u a n y A ndrés : 1 Dinos: ¿c u án d o mi n o m b re , diciendo: T o soy*, y e n g a ñ a r á n a m uchos.
s e r á n e s t a s cosas y c u á l la s e ñ a l de q u e todo esto e s t á 7 P e r o c u a n d o o ig an de g u e r r a s y de r u m o r e s de
a p u n t o de a c ab arse?" g u e r r a s , no se a s u s te n ; debe p a s a r eso, p ero a ú n no es
el ñ n . * P o rq u e se l e v a n t a r á n a c ió n c o n tr a n a c ió n y
re in o c o n tr a reino. H a b r á te r r e m o to s e n v a rio s l u g a ­
Comentario
res, h a b r á h a m b r e s , (como) com ienzo de los dolores
(de p a rto ).
Jesús, sentado en el M onte de los Olivos, contra el T e m p lo 1*,
ya fuera de él definitivamente, ju zg a al Centro ritual de la
9 "Miren por ustedes m ism os : Los e n t r e g a r á n a los
Ley de la Pureza que ha m arginado al pueblo. Los discípulos
t r i b u n a l e s y s e r á n a z o ta d o s e n la s sin a g o g a s y c om ­
m ás cercanos a Jesús extrapolan la afirmación de Jesús: de
p a r e c e r á n a n te je fe s y rey e s p o r m i c a u sa , como t e s t i ­
su predicción contra el T em plo concluyen el final del m undo
m onio c o n tr a ellos; 0 y es necesario que antes sea
sobre él cim entado (v. 4b). El discurso apocalíptico será la
anunciada la buena noticia a todos los pueblos. 11 Y
respuesta de Jesús, en la que concluye el tem a de la destruc­
c u a n d o los lleven p a r a e n tr e g a r lo s no se p r e o c u p a n de
ción del Templo.
q u é d irá n , sino digan lo que les sea dado en ese
m om ento ; p o rq u e no son u s te d e s los q u e h a b la n , sino

19 El papel que juega el cap. 13 en la estructura del relato ha sido fuente de


problemas para los comentaristas; en base principalmente a Schweizer,
Lambrecht y Dupont y lijándonos en cinco criterios, hacemos la siguiente
división de la Subunidad: 5-23/24-31/33-37. Los criterios son los siguientes:
a) la palabra blépete, que comienza y concluye la primera secuencia y abre
también la tercera; b) los vv. en los que Jesús habla en primera persona: v.
23.30-31.37, que cierran las tres secuencias; c) la clave dominante en las
secuencias; d) el tipo de estructura interna: la primera es circular, la segunda,
18 La palabra ’katenanti' puede tener ese matiz de oposición; cf. Zorell, Lexicón, lineal progresiva, la tercera sigue el esquema a-b-a; e) el tema que da unidad
Bailly, Dictionnaire\ asi lo interpreta también Gnilka, Mk II, 183. a la secuencia.

204 205
Ionlis, hom bro en conflicto En Jerusalén

el E spíritu Santo. 1'Y e n t r e g a r á el h e r m a n o al h e r m a ­ a n t e s de q u e to d a s e s t a s c osas s u c e d a n . El cielo y la


no a la m u e r t e , y el p a d r e al hijo, y se r e b e l a r á n hijos t i e r r a p a s a r á n , pero m is p a l a b r a s no p a s a r á n .
c o n tr a p a d r e s y los m a t a r á n ; '* y s e r á n odiados p o r
todos a c a u s a de m i no m b re ; pero el q ue p e r s i s t a h a s t a 32 "Pero lo q u e toca a a quel d ía y a q u e lla h o r a n a d ie
el fin, ése s e r á sa lv a d o . lo s a b e ? ni los á n g e le s e n el cielo, ni el Hijo, sino el
P a d r e . Miren: vigilen , p o rq u e no s a b e n c u á n d o e s el
14 "C u a n d o v e a n , p u e s , al 'p r o fa n a d o r d e v a s t a d o r ’ de m o m e n to o p o rtuno. ,MComo u n h o m b re qu e se m a r c h a
pie donde no debe (estar), -el q u e lee e n tie n d a - e n t o n ­ lejos de su casa y q u e d a a s u s sie rv o s autoridad , a
ces los (que e s té n ) e n J u d e a h u y a n a la m o n ta ñ a , 15el c a d a q u ie n s u trabajo, y al portero m anda que vigile.
(que e sté ) e n la a z o te a no baje ni e n t r e p a r a t o m a r 1 'V igilen, p u e s , p o rq u e no s a b e n c u á n d o vien e el s e ñ o r
n a d a de s u c a sa , "\y el (que v a y a ) al c am po no r e g re s e de la casa; si por la tarde, o a m edia noche, o al canto
a t r á s p a r a recoger s u m a n to . 11 ¡Ay de la s e m b a r a z a ­ del gallo o a la m adrugada ; u>no s e a que, v in ie n d o de
d a s o de la s q u e a m a m a n t a n e n aq u e llo s días! 18 r e p e n te , los e n c u e n t r e dorm idos. 17 Y lo que les digo a
R u e g u e n p a r a q u e no s u c e d a e n invierno; 1(1 p o rq u e ustedes, lo digo a todos: ¡vigilen!"
aquellos días h a b r á u n a trib u la c ió n ta l como no h a
h a b id o d e sd e el com ienzo de la creación que hizo Dios
Comentario
h a s t a a h o ra , ni la h a b r á . 20 Y si el Señor no a c o r t a r a
los días, no se s a lv a r ía n i n g ú n (h o m b re ) viviente; pero
En el centro de la primera Secuencia están las instrucciones
p o r c a u s a de s u s elegidos que escogió acortó los días.
a los discípulos (vv. 9-13); en la segunda llama la atención
1 Y e n to n c e s , c u a n d o a lg u ie n les diga: ’M ira , a q u í
la ausencia de la dimensión judicial vindicativa y su clara
(está ) el M esías; m ir a , allí (e s tá )’, no (les) c re a n . P u e s
invitación a la confianza, en contraste con la apocalíptica más
se l e v a n t a r á n falsos m e s ía s y falsos p r o fe ta s y h a r á n
frecuente; la tercera remite al presente, haciendo injustifica­
m ila g ro s y prodigios p a r a e n g a ñ a r , si f u e r a posible,
a u n a los elegidos. 21 Ustedes m iren con atención .; se lo ble la evasión del com prom iso de la historia.
he a d v e rtid o todo de a n te m a n o .

24 "Pero e n a q u e llo s días, d e s p u é s de a q u e lla t r i b u l a ­


ción, el sol se o s c u re c e rá y la l u n a no d a r á s u r e s p l a n ­
dor, ' y la s e s tr e ll a s i r á n c a y endo del cielo y la s
p o te n c ia s c e le s te s s e r á n s a c u d id a s . 28 Y e n to n c e s v e ­
r á n al Hijo del h o m b re v e n ir e n t r e n u b e s , con m u ch o
p o d e r y gloria. 27 Y e n to n c e s e n v i a r á a los á n g e le s y
re c o g e rá a s u s elegidos, desde los c u a tr o v ientos, d e s ­
de el fin de la t i e r r a h a s t a el fin del cielo. ¿H De la
h i g u e r a a p r e n d a n la c o m p a ra c ió n : C u a n d o y a su
r a m a se pone t ie r n a y b r o t a n la s hojas, s a b e n q u e e s t á 20 Sobre la ausencia de carácter vindicativo, cf. Dupont op. cit. 207-209. Pesch,
c erca el v e ra n o ; 2Í) así t a m b ié n u s te d e s , c u a n d o v e a n Mk II, 302-305, aunque afmna que el v. 26 implica una dimensión de juicio,
s u c e d e r e s t a s cosas, s e p a n q u e e s t á cerca, a la p u e r t a . reconoce que la dimensión salvífica es preponderante; Gnilka opina de
manera semejante, Mk /, 199-202 Hay que tener en cuenta que en el relato
L es digo de v e r d a d q u e no p a s a r á e s t a g e n e ra c ió n de Me no aparece jamás en boca de Jesús la dimensión judicial vindicativa
sino la salvífica.

206 207
Jesús, hom bro en conflicto En Jerusalén

Secuencia A: Frente a la conflictividad de la historia: Secuencia B: Frente a la venida del Hijo: esperanza:
13, 5 - 2 3 21 13, 2 4 - 3 1 25

El tem a central es el discernim iento que pide Jesús a los Es la parte más directam ente apocalíptica de todo el discurso
discípulos, con base en el cual normen su conducta ante lo pero, a diferencia de esa literatura, resalta la ausencia del
que sucederá ': aspectojudicial vindicativo en la venida del Hijo; su finalidad
es salvífica (v. 27); su poder está en recoger a sus elegidos,
- ante otras ofertas de liberación (falsos mesías y falsos para una salvación que no pasará ( v. 31). Llam a tam bién la
profetas: vv. 6.21-22); atención que no aparezca el título Mesías , sustituido por el
- ante los conflictos sociales, com ienzo de un parto del que Jesús viene usando: el Hijo del hombre, al que su práctica
que nacerá algo nuevo (vv. 7-8) y ante la profanación llena de contenido. No se ha de entender la práctica de Jesús
del Tem plo, que acabará con sus pretensiones de ’pu- desde el título, sino éste desde su práctica; y connota una
reza’ y su posibilidad de dar vida (vv. 14-20), y al que corrección de las ideas mesiánicas, desde la inversión del
hay que abandonar Dentro de lo trágico de la situación poder: El M esías es el que está al servicio de la causa del
destaca el m ensaje de salvación: El Señor acortó los pueblo, el que por ella se enfrenta al Centro, el que está
días, en atención a sus elegidos (v. 20); dispuesto a llegar aun a la muerte por esa causa, el que,
- ante las persecuciones que se desatarán contra ellos por finalmente, confia en la resurrección, desde la que vendrá a
parte del C e n tro ju d ío y de sus propios fam iliares23; no concluir la obra de liberación iniciada, y a recoger a todos los
deben preocuparse de lo que dirán "com o te s tim o n io elegidos dispersos por la tierra
contra ellos" 24, porque el Espíritu estará presente; la
evangelización implica la persecución de tal m anera Enlace menor: La ignorancia del "día aquel": 13, 32
que se da no a pesar de ella, sino en ella (vv. 9-13).
"Lo que toca a aquel día y aquella hora nadie lo sabe, ni los
ángeles en el cielo ni el Hijo, sino sólo el Padre".
Sólo querem os destacar el hecho de que la ignorancia
atañe tam bién al Hijo. Por eso Jesús no responde a la pregunta
sobre el cuándo directamente: porque lo desconoce; sólo dará
21 La estnictura circular de la secuencia da importancia central a las instrucciones
a los discípulos: pistas para leer en los hechos las claves de la conducta.
a) Advertencia vs. posibilidad de engaño: v. 5
b) Falsos mesías: v. 6
c) conflictos sociopolíticos: no es el fin; no asustarse: vv. 7-8
d) Advertencias: Condena por parte del Centro; asistencia del Espíritu: vv.9-13
c ’) conflictos en el Templo: huir de él; Dios mira por sus elegidos: vv. 14-20 25 En la primera parte de la secuencia predomina el registro SIM y se refiere a la
b’) Falsos mesías: no engañarán a los elegidos: vv. 21-22 escatología (vv. 24-27); la segunda propone una comparación como clave de
a’) Advertencia: lo saben de antemano; estén atentos: v. 23. la lectura de la historia (vv. 28-29); la conclusión (vv. 30-31) regresa al registro
22 El verbo usado no significa ver, sino advertir, mirar con atención (blépete). personal narrativo con el que concluyó la primera secuencia (v. 23).
23 Jesús habla desde su propia experiencia de persecución: 6.20.22.31ss.; 6, 26 La afirmación de los límites del conocimiento de Jesús en un punto tan
1-6a. 24-29; 11,18; 12,12; no nan de temer la conflictividad es connatural a importante difícilmente pudo haber sido creación de la comunidad; por eso
la predicación del Reino. parece frase de Jesús mismo (cf. H. Cousin, Los textos evangélicos de la
24 CJ. Minette, op. cit. 67ss; Taylor op. cit. 611; Pesch interpietn positivamente pasión, p 63). Y en la p. 38, n.2, dice que el conocimiento que tuvo del Padre
el dativo, como testimonio misionero (cf. M kll, 284), pero (¿iiilkii efíala, con no fue para él un medio sobrehumano’ de conocer la historia y el mundo;
razón, que el aspecto positivo del testimonio noseencuentia propinincmte aquí, "sobre todos estos puntos Jesús gozó del earisma pro fótico, cansina humano
sino en los vv. siguientes. dado por Dios a sus profetas".

208 209
jesús, hombre en conflicto En jerusalén

Secuencia C: Frente al presente: vigilancia: 13, 33-37 nuación de lo anterior, organizadas de acuerdo al siguiente
28
e sq u em a - ;
La secuencia está centrada en torno al tem a de la vigilancia,
m otivada por el desconocim iento del kairós (v. 33, con un
matiz de oportunidad de salvación), y por el hecho de que a Esquema
cada quien se le ha confiado una tarea de la que se pedirán
Subunidad 5: Preparativos de 1drama: 14. 1-16
cuentas. Así com o el seguim iento se hizo extensivo a toda la Se relatan los preparativos de todos los actuantes
gente (8, 34), así esta exhortación se hace extensiva a todos frente al momento definitivo de la entrega de Jesús:
(v. 37: exclusivo de Me) Secuencia A: Preparativos del Centro judío: (miércoles): 14, 1-2
Secuencia B: Preparativo sim bólico de la sepultura: Unción: 14, 3-9
Secuencia C: Preparativos de Judas: 14, 10-11
Conclusión Secuencia D: Preparativos de la Cena: (jueves a.m.): 14, 12-16
Subunidad 6:La opción de Jesús: asumir las consecuencias del
Podem os considerar esta Subunidad com o la última instruc­ enfrentamiento con el Centro: 14, 17-42.
Jesús es el actuante único de la Subunidad.
ción de Jesús a sus discípulos, para que puedan proseguir su Secuencia A: Jesús frente a la traición: (viernes judío): 14. 17-42
causa una vez que él haya muerto, y para que puedan actuar Secuencia B: Acción profetico-simbólica sobre el pan y el vino:
adecuadam ente frente al C entro ju d ío (dar testim onio contra 1 4 ,2 2 -2 6
ellos -abandonar el Tem plo estéril) y frente a otras alternativas Secuencia C: Jesús frente a la inmediata huida de los discípulos:
de liberación (no sorprenderse de sus acciones prodigiosas). 14, 27-31
Secuencia D: Jesús frente a la muerte, el silencio del Padre; resis­
Pero estructural mente podem os considerarlo com o un tencia y sumisión: 14, 32-42.
enlace entre la primera y la segunda parte de la Unidad Subunidad 7: Juicio v condena; el fracaso de la causa de Jesús:
Jerusalén. Divide en dos la Sem ana Santa, cuya temática, 14. 4 3 -1 5 .4 1
c om o vimos, es distinta en ambas partes. Secuencia A: Juicio de Judas: entrega: 14, 43-46
Secuencia B: Juicio de los discípulos: intento de resistencia; huida:
En el m om ento inm ediatam ente anterior al núcleo de 14. 47-52
la Pasión se advierte a lodos sobre la vigilancia (v. 37, que Subunidad 8: El fracaso de la causa de Jesús (14. 53-15. 47).
remite a 14, 38); la oscuridad del "Día aquel" (v. 24) remite Secuencia A l: Juicio religioso: 14, 53-65 (adentro del Sanedrín)
a 15, 33; el discernim iento sobre el M esías (vv. 5.6.22) y
sobre el lugar en donde se le ve (v. 21) remite a 16, 6-7.
27 Los datos cronológicos no son nada seguros desde el punto de vista histórico;
Con esto M arcos corrige la mentalidad de exaltación: pero nosotros no lo abordaremos desde este punto de vista, sino que nos
la seguridad que espera pasivam ente la salvación {cf. 2 Tes quedamos al nivel de la estrucUira. Las citas siguientes son las indicaciones
3, 6-12); la búsqueda curiosa e irresponsable de signos acerca cronológicas que en él aparecen, a partir del cap 14: 14, 1 (miércoles a.m.);
14,12 (juevesam); 14,17 ( jueves pin, calendario occidental; inicio del viernes,
del final, y la evasión del com prom iso con la historia {cf. 2 calendario judío); 15, 1.24.33 (viernes, hasta las 3 pm); 15, 42 (viernes pm,
Tes 2, Iss); una actitud de m iedo ante el ju ic io de Dios, en calendario occidental; inicio del sábado, calendario judío); 16, 1 (sábado pm,
quien se proyecta la causa de los fracasos y conílictos humanos. calendario occidental; inicio del 'día siguiente’, calendario judío); lo, 2
(madnigada del domingo); sobre la fecha de la muerte de Jesús, cf. Pcrrot,
Jesús y la historia, 68s.
28 Hay que notar entre las Subunidades no hay propiamente ninguna secuencia
U N ID A D JERUSALÉN 2: juicio y condena contra de Enlace', esto parece coherente con el hecho de que el relato de la pasión le
jesús: 14, 1-15, 4 llega a Me ya bastante elaborado, no así los elementos del resto del relato.
También hay que notar que ya no vuelven a aparecer los fariseos ni los
herodianos como oponentes de Jesús y causantes de su muerte, el núcleo del
El relato abarca la práctica de Jesús desde dos días antes de Centro judío es el responsable. Sobre las etapas de construcción literaria cf.
Pascua hasta su celebración 7; tiene tres subunidades, conti­ X. Leon-Dufour. Jesús y Pablo ante la muerte, 99.

210 211
(esús, hom bre en conflicto En jeru salén

Secuencia A2: Juicio de Pedro: 14. 66-72 (en el patio) q u i e r e s q u e v a y a m o s a p r e p a r a r t e p a r a c o m e r la


Secuencia B 1: Juicio político: 15, 1-5 (adentro del Pretorio) P a sc u a ? " 1:1 E n to n c e s e n v ía a dos de s u s d iscíp u lo s y
Secuencia B2: Juicio popular: 15, 6-20 (afuera: pueblo y soldados)
les dice: " V a y a n a la ciudad; les s a l d r á al e n c u e n tr o
Secuencia C: Camino de cm z y crucifixión (15, 21-27)
Secuencia D: En la cruz. Tres burlas y tres juicios (15, 29-39) u n h o m b re lle vando u n c á n ta r o de a gua; síganlo, y
allí d o nde e n tr e , d ig a n al d ue ñ o de la c a sa: ’E l M a e s tro
dice: ¿D ónde e s t á m i s a la , d o nde com a la P a s c u a con
Relato m is discípulos?’ 10 El les e n s e ñ a r á e n el piso s u p e r io r
u n a s a la g r a n d e , y a d i s p u e s t a y p r e p a r a d a ; h a g a n allí
14,' F a l t a b a n dos d ía s p a r a la P a s c u a y los Ázimos. Y los p r e p a r a ti v o s p a r a nosotros". 16 Los discípulos s a ­
los s u m o s s a c e r d o te s y los e s c rib a s a n d a b a n b u s c a n d o lieron, lle g a ro n a la c iu d a d , lo e n c o n tr a r o n ta l como
cómo m a t a r l o , a p o d e rá n d o s e de él con e n g a ñ o , 2 p u e s les h a b ía dicho y p r e p a r a r o n la P a s c u a .
decían: D u r a n t e la F i e s t a no, no s e a q u e h a y a a g i t a ­
ción e n el pueblo". '' Y al a t a r d e c e r llega él con los Doce. IHY m i e n t r a s
c o m ía n re c o s ta d o s , J e s ú s dijo: "Yo les a s e g u ro q u e uno
E s t a n d o él e n B e t a n ia , e n c a s a de S im ó n el leproso, de u s te d e s , el q u e com e conmigo, m e e n tr e g a r á " . ' Y
re c o s ta d o a la m e s a , vino u n a m u je r q u e t r a í a u n e m p e z a r o n a e n tr is te c e r s e y a decirle uno t r a s otro:
ira sc o de a la b a s tr o con p e rf u m e p u ro de nardo, de "¿Acaso soy yo?" 20 El les dijo: "Uno de los Doce, q u e
m ucho precio; quebró el. frasco y lo d e r r a m ó so bre su m o ja conm igo e n el plato. 21 P o rq u e el hijo del h o m b re
cabeza. 1 H a b í a a lg u n o s q u e se d e c ía n in d ig n a d o s: se va , como e s t á escrito de él, p e ro ¡ay de aquél por
" ¿ P a r a q u é e s te d e s p ilfa rro de p e rfu m e ? r> Se podía q u i e n el hijo del h o m b re es en tre g ad o ! ¡Mejor p a r a ese
h a b e r v en d id o e s te p e rf u m e por m ás de trescientos h o m b re si no h u b i e r a nacido!"
denarios y h a b é rs e lo s d a d o a los pobres. Y r e f u n f u ñ a ­
b a n c o n tr a ella. 8 P e ro J e s ú s dijo: "D éjenla . ¿P o r q u é 22 M i e n t r a s e s t a b a com iendo, tom ó p a n , b e n d ic ien d o
la m o le s ta n ? H a hecho u n a o b ra b u e n a conmigo. 7 lo p a rtió , se lo dio y dijo: "Tom en, esto e s m i cuerpo".
P o r q u e a los p o b re s s ie m p re los t e n d r á n con u s te d e s 2 x o m ó luego u n cáliz y, h a b ie n d o dado g ra c ia s , se lo
y podrán hacerles el bien, si quieren ; p ero a m í no m e dio y b e b ie r o n todos de él. 24 Y les dijo: "Esto es m i
t e n d r á n s ie m p re . HHa hecho lo que ha podido. Se ha s a n g r e de la A lian z a , la d e r r a m a d a p o r todos (=por
anticipado a e m b a l s a m a r m i cue rp o p a r a la s e p u l t u ­ m uchos). 26 Yo les a s e g u ro q u e y a no b e b e ré del fru to
ra. Yo les a seguro: d o n d e q u ie r a q u e se p ro c la m e la de la v id h a s t a el d ía a q u e l e n q ue lo b e b a n u e v o e n el
B u e n a N u e v a , e n el m u n d o e n te ro , se h a b l a r á t a m ­ Reino de Dios". 26 Y, c a n ta d o s los h im n o s , s a lie ro n
b ié n de lo q u e é s ta h a hecho, p a r a m e m o r ia suya". h a c ia el m o n te de los Olivos.

1(1 E n to n c e s J u d a s Isc a rio te, uno de los Doce, se fue 27 Y J e s ú s les dice: "Todos se v a n a e s c a n d a liz a r,
d o n d e los s u m o s s a c e r d o te s p a r a e n tr e g á r s e lo . 11 Al p o rq u e h a sido escrito: ’H e r ir é al p a s to r y se d i s p e r s a ­
oírlo ellos, se a le g r a r o n y prometieron d a rle dinero. Y r á n la s ovejas’. 28 P e ro d e s p u é s de q u e re s u c ite iré
él a n d a b a b u s c a n d o cómo le e n t r e g a r í a e n m o m e n to d e la n t e de u s te d e s a G alilea". 2,) Pero P e d ro le dijo:
op o rtu n o . " A u n q u e todos se e s c a n d a lic e n , yo no". 10 Y J e s ú s le
c o n te s ta : "Yo te a s e g u ro q u e hoy, e s t a m is m a noche,
12 El p r i m e r d ía de los Ázimos, c u a n d o se sa c rific a b a a n t e s de q u e el gallo c a n te dos veces, t ú m e h a b r á s
el cordero p a s c u a l, le d ice n s u s discípulos: "¿Dónde n e g a d o tres". 11P ero él decía con insistencia: "¡A unque

212 21 3
Jesús, hombre en conflicto En Jerusalén

t e n g a q u e m o rir contigo, yo no te negaré!" Y lo m ism o c u m p l a n la s E s c ritu ra s " . '"Y a b a n d o n á n d o le , h u y e r o n


d e c ía n t a m b ié n todos. todos. 51 Un joven le seguía, cubierto sólo con una
sabana, y le detienen. 2 Pero él, dejando la sábana, se
12 Y v a n a u n a g r a n j a de n o m b re G e t s e m a n í y dice a escapó desnudo.
s u s discípulos: " S ié n te n se a q u í m i e n t r a s yo h a g o o r a ­
ción". ,u Y to m a consigo a P e d ro , S a n tia g o y J u a n , y 53 Y lle v a ro n a J e s ú s a n te el s u m o s a c e rd o te , y se
com enzó a s e n ti r p a v o r y a n g u s tia . M Y les dice: "Mi r e ú n e n todos los sumos sacerdotes , los a n c ia n o s y los
a lm a e s t á ro d e a d a de t r i s te z a h a s t a el p u n to de m orir; e sc rib a s. 54 Y P e d ro le siguió de lejos, h a s t a d e n tr o del
q u é d e n s e a q u í y velen". :15 Y a d e la n tá n d o s e u n poco, p a la c io del s u m o s a ce rd o te , y e s t a b a s e n ta d o con los
cayó e n t i e r r a y s u p lic a b a que, a ser posible, pasara c ria d o s c a le n tá n d o s e al fuego. 55 Y los s u m o s s a c e r d o ­
de él aquella hora. ib Y decía: "¡Abbá, P a d re!: todo es t e s y el S a n e d r í n e n te r o a n d a b a n b u s c a n d o c o n tr a
posible para ti ; a p a r t a de m í e s te cáliz; p ero no s e a lo J e s ú s u n te s tim o n io p a r a d a rle m u e r t e , pero no lo
q u e yo quiero, sino lo q u e q u i e r a s tú". 37 Y vien e e n c o n tr a b a n . 56 P o r q u e m u c h o s d a b a n falso t e s t i ­
e n to n c e s y los e n c u e n t r a dorm idos; y dice a Pedro: m onio contra él, pero los testimonios no coincidían.
" Sim ón ¿ d u e rm es? ; ¿ni u n a h o r a h a s podido v e la r? M Y levantándose unos atestiguaban en falso contra él ,
V elen y o re n p a r a q u e no c a ig a n e n (la) te n ta c ió n ; q u e diciendo: )MN o so tro s le oím os decir: 'Yo d e s t r u i r é e s te
el e s p í r i t u e s t á d is p u e s to pero la c a r n e e s débil". Y T e m p lo hecho por mano de hombres y e n t r e s d ía s
a le já n d o s e de nuevo, oró re p itie n d o la s m i s m a s p a l a ­ l e v a n t a r é otro no hecho por mano de hom bres’. " Pero
b r a s . "Y volvió o tra vez y los e n c o n tró d orm idos, p u e s ni a sí coincidía su testimonio.
s u s ojos e s t a b a n c a rg a d o s y no sabían que contestarle.
V iene por tercera vez y les dice: "A hora y a p u e d e n 6(1 E n to n c e s se l e v a n tó el s u m o s a c e r d o te y, p o n ié n d o ­
d o r m ir y d e s c a n s a r. Basta ya. Llegó la h o ra. M ire n se e n m edio, p r e g u n tó a J e s ú s : "¿No r e s p o n d e s n a d a ?
q u e el hijo del h o m b re v a a s e r e n tr e g a d o e n m a n o s de ¿Q ué a t e s t i g u a n é s to s c o n tr a ti?" hl P e ro él s e g u ía
los p e c ad o re s. 12L e v á n te n s e , vám o n o s; y a e s t á a q u í el c allad o y no respondía nada. El s u m o s a c e r d o te le
qu e m e e n tre g a ." p r e g u n t ó de n u e v o y le dice: "Tú e re s el M esías, el hijo
del Bendito?" 82 J e s ú s respondió: 'Yo soy, y v e r á n al
43 Y de p ronto, c u a n d o a ú n e s t a b a h a b la n d o , se hijo del h o m b re s e n ta d o a la d e r e c h a del P o d e r, v i n i e n ­
p r e s e n t a J u d a s , uno de los Doce, a c o m p a ñ a d o de u n do e n t r e la s n u b e s del cielo". 8,í Y el s u m o s a c e rd o te ,
gru p o con e s p a d a s y palos, de p a r t e de los s a c e rd o te s , r a s g á n d o s e la s v e s ti d u r a s , dice: "¿Qué n e c e s id a d t e ­
de los escribas y de los a ncianos. 44 El q u e le iba a n e m o s y a de testigos? MO y e ro n la b la s fe m ia . ¿Q ué les
e n t r e g a r les h a b ía dado e s t a c o n tr a s e ñ a : "Aquél a parece?" T odos le j u z g a r o n m e re c e d o r de la m u e r t e . ’’
q u ie n yo dé u n beso, ése es; p ré n d a n lo y llévenselo con Y e m p e z a r o n a lg u n o s a e scu p irle , y le c u b r í a n la c a r a
c a u te la ". 1 Y n a d a m á s llegar, se acerca a él y 1c» dice: y le d a b a n de b o fe ta d a s , y le decían: "¡Adivina!"; y los
"R abbí 'j y lo besó. Ellos le e c h a r o n m a n o y le p r e n ­ criados le recibieron a golpes.
dieron. ' P e ro uno de los p r e s e n t e s , s a c a n d o la e s p a d a ,
hirió al siervo del s u m o s a c e rd o te y le corló la oreja. Y e s ta n d o P e d ro abajo e n el p atio, llega u n a de la s
,s Y re s p o n d ie n d o J e s ú s les dijo: "Como c o n tr a u n c r i a d a s del s u m o s a c e rd o te 67 y, al v e r a P e d r o c a le n ­
a s a l t a n t e h a n sa lid o con e s p a d a s y pa lo s a <lotenerm e. tá n d o s e , le m i r a a t e n t a m e n t e y le dice: " T a m b ié n t ú
Todos los d ía s e s t a b a ce rc a de u s te d e s e n s o ñ a n d o e n e s t a b a s con J e s ú s de N a z a r e t " . hHP ero él lo negó: "¡Ni
el T em plo y no m e d e tu v ie ro n . P e ro (es) |>;u.i q u e se le conozco ni c o m p re n d o de q u é hablas!"; y salió afue-

214 215
losús, hombre* en conDicto En Jerusalén

ra, al p o rta l. Le vio la c ria d a , y o t r a vez se p u so a ,h Los s o ld a d o s le lle v a ro n d e n tr o del palacio, e s decir,
de c ir a los q u e e s t a b a n allí: "E ste es uno de ellos". 70 al p re to rio y lla m a r o n a to d a la g u a r d ia . 1' Le v is te n
P e d ro lo negó de nuevo. Poco d e sp u és, los q u e e s t a b a n de p ú r p u r a y, tr e n z a n d o u n a co ro n a de e s p in a s , se la
allí v olvieron a decir a Pedro: "Sí, t ú e r e s uno de ellos, ciñen. s Y se p u s ie r o n a s a lu d a r le : "¡Salve, re y de los
p u e s a d e m á s e re s galileo . 71 E n to n c e s se p uso a e c h a r judíos!" 19 Y le g o lp e a b a n e n la c a b e z a con una. caña,
im p re c a c io n e s y a j u r a r : ¡Yo no conozco a ese h o m b re le escupían y, doblando las rodillas, se postraban ante
de q u i e n h a b la n ! . 72 I n m e d i a t a m e n t e c a n tó u n gallo él. 20 Y d e s p u é s de h a b e r s e b u r la d o de él, le q u i t a r o n
p o r s e g u n d a vez. Y P e d ro recordó lo q u e le h a b ía dicho la p ú r p u r a , le p u s ie r o n s u s ro p a s y le s a c a r o n p a r a
J e s ú s : A n te s de q u e el gallo c a n te dos veces, m e crucificarle.
h a b r á s n e g a d o tres." Y rom pió a llorar.
21 Y o b lig a n a uno q u e p a s a b a , a S im ó n de C iren e , q u e
15,1Y m u y de m a d r u g a d a p r e p a r a r o n u n a r e u n ió n los volvía del campo, el padr e de Alejandro y de R u fo , a
s u m o s s a c e rd o te s , con los a n c ia n o s, los escribas y todo q u e lle v a ra s u cruz. ’ Y le c o n d u c en al l u g a r del
el S a n e d r í n y, d e s p u é s de h a b e r a ta d o a J e s ú s , le G ólgota, -que, tra d u c id o , significa 'C a lv a rio ’- 2A y le
llevar on y le e n t r e g a r o n a Pilato. 2 P ila to le p r e g u n t a ­ d a b a n vino con m ir r a , pero él no lo tomó. 24 Y le
ba: " ¿E res t ú el rey de los judíos?" El le respondió: "Tú c ru c ific an y se r e p a r t e n s u s ve stid o s, e c h a n d o s u e r t e s
dices (eso) . Los s u m o s s a c e rd o te s le a c u s a b a n de a v e r q u é se lle v a b a c a d a uno. E r a la h o r a de te r c ia
m u c h a s cosas. 1P ila to volvió a p r e g u n t a r l e : "¿No con­ c u a n d o le crucificaron. 2hY e s t a b a p u e s t a la in s c r ip ­
t e s t a s n a d a ? M ira de c u á n t a s cosas te a c u sa n ". 5 P e ro ción de la c a u s a de s u condena: "El Rey de los judíos".
J e s ú s y a no resp o n d ió n a d a , h a s t a el p u n to q u e P ila to 27 C on él cru c ific aro n a dos a s a l t a n t e s , uno a s u d e r e ­
se q u e d ó e x tr a ñ a d o . c h a y otro a s u iz q u ie rd a . 29 Y los q u e p a s a b a n p o r allí
le i n s u l t a b a n , m e n e a n d o la c a b e z a y diciendo: "¡Eh, t ú
b C a d a F i e s t a les concedía la l ib e r ta d de u n preso, el q u e d e s tr u y e s el T e m p lo y lo l e v a n t a s e n t r e s días..!
que pidieran. 7 H a b í a uno, lla m a d o B a r r a b á s , que ¡S álvate a ti m is m o b a ja n d o de la c ru z !" .31 I g u a lm e n te
estaba encarcelado con los sediciosos que en el m otín los s u m o s s a c e r d o te s j u n to con los e s c r ib a s se b u r l a ­
habían cometido un asesinato. s Subió la gente y se b a n de él, diciendo e n tr e sí: "¡A otros salvó, y a sí
puso a pedir lo que les solía conceder. 9 P ila to les m ism o no p u e d e salvarse! A¿ El C risto, el R ey de
contestó: ¿ Q u ie re n q u e les s u e lte al re y de los judíos?" Israel... ¡que b a je a h o ra de la cruz, p a r a q u e lo v e a m o s
-p u e s se d a b a c u e n t a de q u e los s u m o s sa c e r d o te s le y cream os!" T a m b ié n le i n ju r ia b a n los q u e con él
h a b í a n e n tr e g a d o p o r envidia-. 11 P ero los s u m o s s a ­ e s t a b a n crucificados.
c e rd o te s in c ita r o n a la g e n te p a r a q u e d i je r a n q u e les
s o lt a s e n m á s b ie n a B a r r a b á s . 12 P e ro P ila to les dijo u L le g a d a la h o r a se x ta , la o s c u rid a d cayó s o bre to d a
o tra vez: ’Y ¿qué voy a h a c e r con el q u e u s te d e s lla m a n la t i e r r a h a s t a la h o r a n o n a . 4 A la h o r a n o n a gritó
el Rey de los ju d ío s ’? 1,1 Ellos g r it a r o n de nuevo: J e s ú s con f u e r te voz: "¡Eloí, Eloí!, ¿ la m á sa b a c ta n í? "
¡Crucifícale! P ila to les dijo: "Pero ¿q u é m a l h a -que q u ie re decir: ’¡ Dios mío, Dios mío!, ¿por q u é m e
hecho?" P e ro ellos g r i t a r o n con m á s fuerza: "¡Crucifí­ a b a n d o n a s te ? " - *5 Al oír esto a lg u n o s de los p r e s e n t e s
cale! Pilato e n to n c e s , queriendo complacer a la dijeron: "Mira: l la m a a Elias". E n to n c e s uno fue
gente , les solto a B a r r a b á s y e n tr e g ó a Jesús, d e s p u é s co rrien d o a e m p a p a r u n a e s p o n ja e n v in a g r e y, s u je ­
de a z o ta rle , p a r a q u e fuese crucificado. t á n d o l a a u n a c a ñ a , le ofrecía de b e b e r, diciendo:
"¡Dejen, v a m o s a v e r si viene E lia s a descolgarle!". A!

216 217
Jesús, hom bre en conflicto En Jerusalén

P e ro J e s ú s , la n z a n d o u n fu e rte grito, expiró. WE1 Velo ( cf. 6, 37). Lo que sucede en realidad es que pretenden cubrir
del T em plo se rasg ó e n dos, de a r r i b a abajo. 39 Al v e r las apariencias de su ambición, enfrentando la suerte de Jesús
el c e n tu r ió n , que estaba frente a él, que había expirado y la de los pobres, a quienes ellos (v. 5) dicen querer ayudar,
de esa m anera , dijo: '¡ V e rd a d e r a m e n te e s te h o m b re pero no con su propio dinero sino con el ajeno: el de la mujer.
e r a hijo de Dios!". Jesús desenm ascara sus verdaderas intenciones y enfrenta la
hipótesis con la realidad: "Tienen a la m ano a los pobres;
1,1 H a b í a t a m b ié n u n a s m u je r e s m ir a n d o d e sd e lejos, cuando quieran de verdad, los podrán ayudar". N o hay o p o ­
e n t r e e lla s M a r í a M a g d a le n a , M a ría , la m a d r e de sición entre lo que se hace con él y lo que se puede hacer con
S a n tia g o el m e n o r y de J o s e t, y Salom é, 41 q u e le los pobres. Y con eso Jesús muestra la oposición que hay
s e g u ía n y le s e r v ía n c u a n d o e s t a b a e n G alilea, y otras entre el com portam iento de la m ujer y el de ellos: Ella ha
m uchas que habían subido con él a Jerusalén. hecho "lo que ha podido" (v. 9) respecto de la suerte de Jesús,
anticipándose a ungirlo para la sepultura™; ellos ni siquiera
Comentario eso han hecho; pero uno de ellos hará algo peor: entregarlo.
Es clara la contraposición que hace M arcos del papel
de los discípulos y el de la mujer. Ella acepta el m esianism o
Subunidad 5: Preparativos del Drama: 14, 1-16 de Jesús (la unción de los pies), aceptación que no han hecho
ni los D oce ni los discípulos. Jesús explica el sentido sim bó­
Secuencia A: Preparativos del Centro judío: 14, 1-2 lico de la acción de la mujer, que él acepta y que ellos no han
com prendido: confirm a la interpretación de la m ujer sobre su
Los jefes judíos expresan su tem or ante el peligro de que el m esianism o y su muerte próxima, desautorizando la falsa
pueblo reaccione en contra de ellos y en favor de Jesús, pero, com prensión de los discípulos. L a m ujer ha hecho "lo que ha
podido"; ella no puede liberar a Jesús de la muerte; sólo puede
no pueden entrar al círculo de los cercanos, form ado por el
ungirlo para la muerte. Así resuelve, desde el amor, el pro­
pueblo y los discípulos en to m o a Jesús ( c / 3, 31); por eso
necesitarán de la "entrega" a traición °, por ia que uno de "los blem a del poder.
de dentro" rom pe ese círculo que protegía a Jesús (cf. vv.
10-11). En el m om ento en que se hace el memorial de la Secuencia C: Traición-entrega: 14, 10-11
liberación del pueblo ju d ío el Centro, que ja m á s se ha preo­
cupado de la libertad del pueblo, condena a m uerte a quien El versículo 10 es consecuencia de lo anterior. "Entonces
sólo por eso ha vivido. Judas..." El Centro trata de asegurar la " e n t r e g a " ' 1 m e d i a n ­
te el a r g u m e n t o del d i n e r o (v. 11 a) ~. Judas buscará el
Secuencia B: Unción: 14, 3-9 ^ \

En Betania, lugar de refugio y, en casa de un leproso con 30 Jesús, presintiendo la muerte infamante que va a sufrir, vé que la acción de la
quien com parte la mesa, se da un conflicto que aparentem ente mujer suple la unción que no podrán hacerle, por morir como condenado; cf.
X. Leon-Dufour, Jesús y Pablo, 99s; H. Cousin, Los relatos, 134.
es de tipo económico, pero que de fondo es ideológico. 31 El término entrega aparece en vv. 10.11.18.21.41.
A lgunos ju zg a n despilfarro derram ar el frasco de nardo sobre 32 Para Marcos el motivo de la entrega no es el dinero. No nos da ningún elemento
la cabeza de Je sús, cuyo precio equivale al salario de un año cierto sobre la verdadera motivación. Se puede suponer que haya mediado una
desilusión de Judas respecto del papel jugado por Jesús en la liberación del
pueblo. O que Judas quisiera presionar a Jesús y a la gente para que tuvieran
29 La densidad del término entrega irá creciendo en el resto del relato. una reacción de fuerza en contra de los romanos.

218 219
jesús, hombre (>n conflicto En Jerusalén

to oportuno" para ello. Ese será para Jesús un kairós de del Éxodo, a través del cual conquistó el pueblo la libertad y
perdición. fue regalado con la Alianza, que lo constituyó com o Pueblo
y com o pueblo de Dios, un pan partido y entregado y una
copa de vino com partida son usados por Jesús para expresar
Secuencia D: Preparativos de la cena: jueves por la el sentido de su entrega. H a com partido con la gente su pan,
mañana: 14, 12-16 su vida, su fe en el Reinado del Padre; ahora com parte su
cuerpo-pan para la vida, y su sangre será el sello de la Alianza
El elem ento clave de esta secuencia es la palabra Pascua que constituya al nuevo pueblo de Dios.
(aparece tres veces: vv. 12.14 16). La liberación de que es Al cam biar de esta m anera el contenido sim bólico de
memorial y que Jesús va a realizar en plenitud, contrasta con estas acciones, dándoles una dimensión escatológica, Jesús
la suerte que se prepara contra Jesús. Las señas que éste da a expresa la certeza de su esperanza en el futuro "día aquel" en
sus discípulos parecen revestir una intención de clandestini­ que volverá a beber del vino nuevo del triunfo del Reino. Los
dad de protección; no quiere exponerse haciendo patente el densos sím bolos que escoge incluyen fuertes cam bios de
lugar de celebración, antes de tie m p o ’3; esto carga de d ram a­ significado: El pan es su cuerpo (=su presencia dinám ica en
tism o el m omento: Jesús aparece dueño de la situación, a el m u n d o )34 y su c u e rp o es pan p a ra a li m e n t a r la v id a del
pesar de la decisión de traición y condena que pesa contra él p u e b lo . El v in o es su sa n g re " , derram ada para sellar el
pacto de la Alianza, y su sangre es el vino del pueblo.
Subunidad 6: El Momento de la Opción: 14, 17-42 Pero es Jesús el único actuante de este m omento: es él
quien entrega su cuerpo y su sangre, no el traidor. Y esa
entrega de sí m ism o la realiza "bendiciendo" y "dando gra­
Secuencia A: Jesús frente a la traición: (viernes judío; cias" (vv. 22.23), com o lo hizo cuando com partió su pan con
jueves por la tarde): 14, 17-21 el pueblo {cf. 6, 41; 8, 6). Esa entrega de sí está envuelta en
la certeza de que, finalmente, el Reino llegará y que él m ism o
La entrega vuelve a ser el elem ento clave. A diferencia de participará en el banquete que celebre su llegada .
otras interpretaciones teológicas, aquí no es Dios quien en­
trega al Hijo del hombre, sino "uno de ustedes, que com e
conmigo"; no es resultado de una necesidad eterna (a pesar S e c u e n c i a C: Previsión de la huida: 14, 27-31
de que se dice que su ida está escrita), sino del rejuego de
voluntades humanas: la alianza de uno de los Doce con el La unidad que ha habido a lo largo de todo el relato, entre
Centro judío. Jesús y sus discípulos, se rom perá violentamente. Jesús no
se escandaliza de ello y, desde la certeza de la fidelidad del
Padre, asum e la am bigüedad de la cobardía hum ana; así
Secuencia B: Acción profético-simbólica: el pan y el com o espera que el Padre intervenga para rescatarlo del
vino: 14, 22-26 fracaso, espera que también rescatará a los Doce de su

En esa acción profético-simbólica condensa Jesús su práctica 34 Se trata de una presencia a la manera de ausencia; cf. Leon-Dufour, La
y su suerte. En el contexto de la Cena Pascual y del recuerdo fracción del pan. 103. Sobre la noción de cuerpo, cf. J.A.T. Robinson, El
cuerpo, 36-40; G. Piiloux, El hombre en el Antiguo Testamento; HL Mühlen,
L'Esprit dans l'Eglise1, C. Bravo, Apuntes pam una eclesiología desde
33 No podemos imaginarnos a Jesús adivinando mágicamente dónde va a esUir América Latina.
el dueño de la casa; es más de suponer un acuerdo previo con él. Sobre la 35 Significa su muerte violenta y prematura; c f Leon-Dufour, La Fracción, 91
intención de ocultamiento de Jesús en Jerusalén, cf II. C'ou*ln, op. cit. 209. 36 Cf. Leon-Dufour, Jesús y Pablo, 103s.

220 221
IrsiiN, hombre en conflicto En jerusalén

cobardía y de su pérdida de fe en el Reino; sólo esa interven­ equivalencia entre Padre y poder , porque el Padre no puede
ción del Padre perm itirá que la unidad se rehaga, cuando ellos nada en la historia al margen o contra la voluntad de los
retornen a Galilea para proseguir su causa (v. 2 8 ) í7. hom bres, ni podrá evitar la muerte de su Hijo, decidida poi
el C entro judío, porque su m odo de ser en la historia es en la
Secuencia D: Jesús frente a la opción final: 14, 32-42 kénosis de quien ofrece la vida pero no la impone.
C om parando con los anteriores m om entos de revela­
Pero el dram a no ha hecho sino empezar. La soledad creciente ción (1, 11; 9, 7) descubrim os otra migración de sentido:
de Jesús frente a la opción final se dramatiza a lo largo de entonces la iniciativa dialogal fue del Padre; ahora no hay
tres m om entos de oración de Jesús, que por tres veces se ninguna V oz que revele a Jesús nada; sólo le responde el
enfrenta con el silencio del Padre y con la incom prensión de silencio del Padre. Porque su petición se opone al m odo de
los discípulos. ser del Padre, que no puede intervenir m ágicam ente para
La condición hum ana de Jesús toca fondo. ¿Es aún rescatarlo contra la dinám ica de su propia práctica y de las
m om ento de ocultarse, com o lo ha hecho en otras situaciones prácticas de los enemigos. Es Jesús quien ha de cam biar
de peligro? ¿O es ya el último m omento, en el que la huida pasando de la resistencia a la sumisión: "no lo que yo quiero,
implicaría la desautorización de su propia práctica y la pér­ sino lo que quieres tú" (v. 36). Ante el Padre, m ayor que la
dida de credibilidad de la causa del Padre? Pero ¿la m uerte m ism a imagen que Jesús tiene de él, m ayor que sus propios
no am enaza de m anera más radical esa credibilidad? ¿Quién deseos hum anos, a Jesús, el Hijo, le com pete un no saber, un
creerá en la alternativa de salvación para los m arginados, si no com prender y un fiarse de un Dios m ayor incluso que el
el Padre no lo libra a él de la muerte? ¿N o ha hecho ya todo fracaso y la muerte.
lo que debía hacer por el Reino? Pero ¿qué es lo que el Padre quiere de Jesús? Ya vim os
\ El discernim iento lo lleva a la oración en esa situación que el texto no nos dice que sea él quien entregue al H ijo en
<. límite en la que entra en el dom inio del pavor y de la angustia m anos de los pecadores (v. 41); quien lo entrega es un hom bre
?\ (v. 33). Su íntimo deseo es "que pase aquella hora". El (v. 42). L o que el Padre quiere no es que el H ijo m u era
atenuante "si es posible" no dism inuye su angustiada resis­ para satisfacerlo \ sino que no evada m ágicam ente la c o n ­
tí tencia ante la m uerte'8. No quiere un final violento. N o se dición humana: que perm anezca fiel y que asum a la conflic-
trata sólo de la natural resistencia ante la muerte; es la tividad de su historia hasta el final, com o consecuencia de su
\ rebeldía ante la desautorización de toda su práctica, y el opción en favor de la vida amenazada, y que no resista a la
riesgo de que, así, la causa m ism a del Padre quede cuestio­ violencia usando un poder similar al que lo condena. Sólo así
nada. N o entiende por qué deba todo term inar así. Y querría podrá desenm ascarar el carácter hom icida del poder del
que el poder del Padre interviniera en la historia contra las Centro y de la Ley de la Pureza, y rom per el círculo diabólico
decisiones hum anas que lo condenan, para impedir de ese que excluye al pueblo de la vida. El Hijo ha de dejar en m anos
m odo el triunfo de la violencia. del Padre el rescate del Reino y su propio rescate, hundién­
El concepto que Jesús tiene del Padre va a exper i mentar dose en la oscura certeza de la esperanza contra esperanza 4 ’.
una profunda transformación. Jesús dice en su oración que el En contraste, los discípulos "no sabían qué contestarle". Su
Padre lo puede todo (v. 36; cf. 10, 27); ahora va a descubrir
que no; que no lo puede todo en la historia; que no hay 39 C f C. Bravo, "La búsqueda de sentido de la muerte de Jesús", CHIUSTUS,
572, (Feb 1984), 21-31.
40 El texto refleja la humanidad integral de Jesús y no la actitud de seguridad de
37 Sobre la situación de los discípulos durante el t i e n i | X ) de la scpuración, cf. quien conoce y domina el futuro; Jesús debió vivir de otra forma el fracaso de
Leon-Dufour, La Fracción, 92-94. su misión; sobre la dureza extrema de la tentación, cf. Leon-Dufour, Jesús y
3X C f Taylor, op. cit. 670; Leon-Dufour, Jesús y Pablo, 111 Pablo , 126s, 129,136.

222 223
Jesús, hombre’ en conflicto En Jerusalén

incapacidad de com prensión y de presencia al lado del Jesús ahora ese juicio se vuelve contra el: le prenden y le matarán
que sufre anuncia la huida próxim a y su escandalosa ausencia com o tal
cuando muera.
Subunidad 8: El fracaso de la causa de Jesús
Subunidad 7: Juicio y condena: El fracaso de la causa (14, 53-15, 47)
de Jesús: 14, 43-15, 41
Sigue una larga sección que va desde el juicio formal que se
hace contra Jesús hasta su muerte. El tem a central en torno
Secuencia A: Juicio de Judas: Entrega-traición:
al que gira la perícopa es el del testim onio sobre Jesús42.
14, 43-40
Consta de cuatro bloques: a) Juicio religioso, b) Juicio polí­
tico, c) Enlace narrativo, d) En la cruz. Los prim eros dos
Jesús ha llegado a la decisión de no huir, sino afrontar la
bloques tiene estructuras paralelas: los dos tienen dos esce­
muerte. Y "cuando aún estaba hablando", llega la traición.
nas; en el religioso, la primera parte sucede dentro del palacio
La contraseña de la entrega es una m uestra de amistad: un
del sum o sacerdote y la segunda, afuera en el patio. De
beso, cuya significación cam bia de sentido y se convierte en
m anera sem ejante está estructurado el segundo bloque que
señal de condenación (v 45).
presenta el juicio político: la primera escena sucede dentro
del palacio del procurador y la segunda, fuera en el patio con
Secuencia B: Juicio de los discípulos: intento de la gente. El terc er blo q u e, m uy breve, hace las ve c es de
resistencia; huida: 14, 47-52 e n la c e narrativo. El c uarto presenta las b u rlas y los juicios
que éstas im plican. Estas burlas, que tienen una relevancia
May un intento de resistencia, que tal vez haya que interpretar especial, dan unidad al bloque. La presentación de las m uje­
com o una práctica de tipo sicario: "Uno de los presentes, res, testigos de su muerte e impotencia, redondea el conjunto.
sacando el m achete41, hirió al criado del sum o pontífice..." El final del dram a se nos presenta, pues, en seis escenarios .
(v. 47); pero no harán nada en defensa de Jesús y, al ver que
él no opone ninguna resistencia en poder , "abandonándole,
huyeron todos" (v. 50). Entre estas dos acciones de los
discípulos ( a - b - a '), (práctica con la que juzgan y condenan a
Jesús), está el análisis que él hace de la situación: han ido a
prenderle com o a un asaltante ( ’lestés’), térm ino que usó para
denunciar a los sacerdotes en la toma del T em plo (cf. 11, 17); 42 Podemos considerar cinco núcleos de acciones, estructurados de manera
circular:
a) Convocación del Consejo; Pedro sigue a Jesús (53-54)
b) Falsos testimonios; pregunta del sumo sacerdote (55-61)
41 Anua propia de los sicarii. Anteriormente se tenía como indiscutible la c) Testimonio de Jesús (62)
existencia de algunos zelotas entre los discípulos; Hernando Guevara ha b’) Condena del Sanedrín (63-65)
mostrado que los zelotas propiamente tales hay que situarlos hasta el año 66 a') Condena de Pedro; negaciones (66-72).
d.C. Sin embargo, no me parece tan evidente el panorama do paz que presenta, Las acciones del S;inedrín y de Pedro también están relacionadas de acuerdo
dado que existen datos de insurgencia contra Roma, aunque no sea un al esquema a-b-a’, en una migración de sentido que asocia a Pedro con los
movimiento organizado y coherente. Nos parece verosímil identificar esta enemigos mortales de Jesús.
conducta de los discípulos como relacionada con esos movimientos de resis­ 43 A diferencia de la Subunidad anterior, en la que Jesús tiene una relevancia
tencia, tal vez del tipo del de Barrabás "que estaba encarcelado con los especial, ahora aparece como actuante sólo en 9 versículos, de los 71 que la
sediciosos que en el motín habían cometido un asesinato." integran.

224 225
joaús, hombro on conflicto En Jerusalén

IU IC IO RELIG IO SO (14, 53-65) 68.70.71). La confesión que Pedro hizo ( 8 , 32s) no generó fe
en él, porque no daba razón desde Dios , de lo que Jesús era
A parecen en escena dos grupos de actores, cada uno en su y, c om o confesión satánica (tentadora) que era, no le perm i­
escenario: adentro del sanedrín, los sum os sacerdotes, los tió asum ir el escándalo de un Liberador que no entra en el
ancianos y los escribas con Jesús, y afuera, en el patio del ju e g o del poder violento que busca dom inar al hombre, sino
palacio, los criados y Pedro. que se deja en sus manos. Ante esas falsedades, la respuesta
de Jesús es el silencio, porque queda claro que no les importa
la verdad sino la oportunidad de manipularla para perderlo.
Primer Escenario: Adentro del Sanedrín (14, 55-65) Ante la necesidad de cubrir las apariencias f o n t a l e s de
un ju ic io cuyo resultado está d e tenninado aun antes de que
Los jefes han decidido m atar a Jesús de la m anera m ás segura; comience, el sum o sacerdote tiene que intervenir con una
por tanto, no durante la fiesta. Así destaca tanto la falsedad pregunta directa sobre la identidad de Jesús. Coherente con
y malicia del p ro c e s o *1c om o la fidelidad y autenticidad de la todo lo que ha dicho y hecho antes, Jesús confronta la
postura de Jesús. Aparecen claram ente los aspectos form ales autoridad central y su poder ilegitimo. Ya no es un m om ento
del juicio: acusaciones, preguntas y respuestas, un juicio, penúltim o, com o otros de su vida, en los que podía ju g ar
condena y burlas hacia el condenado. hábilm ente con las palabras; es el m om ento último, en el que
De entrada el ju ic io c o m ienza con las acusaciones de ya no puede evadir la confrontación definitiva. Su respuesta
testigos cuyas opiniones son contradictorias. Los testigos son revela que el verdadero poder no es el del sum o sacerdote
calificados com o "falsos " 1 no por lo que dicen sobre la sino el de Dios, que él comparte.
acción de Jesús, sino por la intención que los m ueve Jesús Y no solam ente responde a la pregunta que se le hace
no pretende acabar con el tem plo material, (cuya destrucción sino que revela más de lo que se le había pedido sobre su
él sólo previo com o consecuencia de la dinám ica histórica), identidad: revela quién es el Dios en que cree y por el que
pero sí con toda la estructura socio-religiosa que lo tenía está dispuesto a llegar hasta el final. En su respuesta evoca
com o centro {cf. 11, 23). Por eso en realidad, ya no se la figura escatológica del hijo del hom bre de Daniel (Dan 7,
necesitan testigos. La voluntad de condena contra Jesús está 13). Así revela cóm o hay que entender el papel de Dios en la
clara desde el principio 4 . historia y el que Jesús ju eg a dentro de ella 4 . R om pe los
El será el único testigo veraz sobre su identidad y su esquem as religiosos del centro de poder al reclam ar para el
práctica. Porque los discípulos serán tam bién falsos testigos Hijo del Hom bre, el poder de Dios de dar v id á ,x. El sum o
contra él con su huida (14, 50) y con su negación (14, sacerdote considera blasfem a la descalificación que Jesús

44 "Si se compara el relato de Marcos con el derecho de la mishná, se desprenden


varias irregularidades: 1. No se puede celebrar durante la noche un proceso 47 Referente al texto en Daniel, hay dos puntos de contacto en la respuesta de
capital. 2. Ni en sábado ni en día de fiesta pueden tener lugar los juicios. 3. No Jesús, lo del Hijo del Hombre y las nubes en el cielo. Pero Jesús realiza un
puede pronunciarse una sentencia de muerte en el día del juicio oral. Debe cambio: donde Daniel se refiere a Dios como "el Anciano", él se refiere al
pronunciarse a partir del día inmediatamente siguiente (Sanh 4, 1). 4. Como "Poder". La verdadera cuestión que está en juego es quién tiene el verdadero
blasfemia que debe ser castigada por la muerte se considera tan solo pronunciar poder y como se ejerce. El Hijo del Hombre, según el texto de Daniel, es
el nombre de Dios (Sanh 7, 5)". J. Gnilka, El evangelio según San Marcos , destinatario de los imperios y reinos del mundo. Durante el juicio político
vol. I! pp J5 '-334. aparecerá nuevamente esta referencia.
45 Esa calificación no significa que los testigos inventan algo que no dijo Jesús; 48 Esto aparece claramente en la manera como Jesús actúa perdonando los
"el falso testigo es un hombre que refiere una palabra verdadera con un corazón pecados, invitando a los pecadores, cambiando las tradiciones sagradas en
falso: trasmite el mensaje solamente para perder a Jesús"; en eso consiste su tomo al ayuno y al sábado, curando a los enfermos e uistruyendo a las
falsedad. ('/. H. Cousin. op.cit. 218, n.14 muchedumbres, compartiendo con los doce el poder de liberar a los hombres
46 C f 2 ,7 ; 3,6.22; 8, 11; 11, 18.28; 12, 12.13.18; 14,1-2.10-11. de los espíritus que los deshumanizan (2,1 -3, 19).

226 227
Jesús, hom breen conflicto En Jerusalén

hace de las pretensiones del centro judío. Jesús, al recordar a D ios com prom etiendo su vida en ello. En el segundo,
al H ijo del H o m b re y su papel en la historia, d e s e n m a s c a ra Pedro, interrogado por una criada del Sum o Sacerdote, niega
las p rete n sio n e s del c e n tro religioso de a p ro p ia rse del lo que ha sido su identidad desde que respondió al llamado
po der sagrado, con sus c o rre s p o n d ie n te s e stru c tu ras e c o ­ (3, 16-19): niega ser uno de los seguidores de Jesús. Lo niega
n ó m ic a s y políticas. tres veces: dos ante una de las sirvientas y la tercera ante todos
Form alm ente no puede ser considerado c om o blasfe- los que allí estaban. El que había afirmado "con insistencia"
49 ^ i i
que no lo dejaría aunque todos lo abandonaran ahora niega
mo , y m enos en un m om ento en el que las expectativas
m esiánicas eran tan vivas en el pueblo judío. Lo que el centro ser "uno de ellos", e incluso conocerlo. Está invocando a Dios
judío no puede tolerar es que alguien del pueblo, de fuera de com o testigo de que no hay nada que lo vincule con Jesús.
los núcleos de poder, se presente com o la alternativa libera­ La m ujer y los que están afuera en el patio le ofrecen a
dora que Dios respalda. Eso es, para ellos, la verdadera Pedro la oportunidad de afirmarse com o seguidor incondi­
blasfemia. La consecuencia es la condena a muerte. cional de Jesús, cum pliendo su prom esa de fidelidad (14,
Las burlas que siguen a continuación (14, 65) forman 28-31) \ Pedro, m ovido por el miedo, niega lo que ha co n s­
parte del esquem a formal con el que M arcos presenta el tituido su identidad. Esa renuncia bajo juram ento a su condi­
juicio °. En un m undo en el que el poder sobre los dem ás es ción de seguidor revela al lector los peligros que am enazan
el valor supremo, la im potencia de Jesús es prueba de que lo su propia identidad: Judas lo confesó com o Rabbí y lo
ha abandonado el poder divino y por tanto es condenable: no entregó; los dem ás discípulos lo abandonaron; Pedro, des­
puede adivinar siquiera quién lo había golpeado. pués de haber dicho "yo no te abandonaré jam ás", lo niega;
tras la negación, "lloró am argam ente". Para el que quiere
seguir a Jesús, la pregunta elemental es si asum e las con se ­
cuencias que implica acom pañar a Jesús hasta el final.
Segundo Escenario: Afuera del Sanedrín (14, 66-72) Con este itinerario M arcos advierte a la cristología de
exaltación: la confesión verdadera de Jesús no consiste en
A fuera" se está gestando el reverso del drama. En el prim er una fácil proclam ación de títulos ortodoxos ; Pedro m ism o,
escenario, Jesús, interrogado por el Sum o Sacerdote, afirma
cuya autoridad se reconoce en la iglesia de M arcos, y cuyo
martirio les es probablem ente conocido, sufrió la tentación
49 Hay discusión entre los distintos autores sobre los contenidos de la supuesta de la incom prensión y el escándalo ante un Jesús que rom pe
blasfemia. Jesús ha evitado hasta el último momento decir algo que pueda todo esquem a de com prensión puram ente hum ana.
incriminarlo. Sabiendo que de cualquier manera pretenden condenarlo, Jesús
ya no tiene por qué mantener silencio sobre su propia identidad y misión. El
texto está jugando con dos niveles de significados: el histórico de tiempos de
Jesús y el teológico de tiempos de Marcos. El sumo sacerdote no puede darle
al título "Hijo del Bendito" el significado que adquirirá en la fe cristiana
después de la resurrección; eso supondría en el sumo sacerdote una concepción
trinitaria que es impensable desde su propia concepción de Dios seguimiento incondicional a oscuras hasta la negación de Jesús, pasando por
50 Marcos maneja un esquema formal que tiene estos elementos: acusaciones, varias etapas: el compartir su misión (6. 7-13), por el convertirse en tentador
silencio de parte de Jesús, pregunta directa de la autoridad y la respuesta de de Jesús (1. 36s; 8. 33) y por la afirmación jactantosa que termina en la
Jesús, el juicio formal, y pronuciamento de la condena, las burlas y la ejecución negación. Con este itinerario previene a la cristología de exaltación: la confe­
de la condena. Las burlas representan la participación de todos en el proceso, sión verdadera de Jesús no consiste en la fácil proclamación de títulos
implicando el juicio y la ejecución. Hay que notar también el cambio de papel mesianicos ortodoxos. Pedro tuvo que enfrentarse con el escándalo ante un
de Jesús: de agente principal de todo el relato a la soledad y al abandono. En Jesús que rompe todos nuestros esquemas de comprchensión meramente
ese abandono en las manos de Dios, descubrirá el creyente, desde Dios, la humana.
verdadera identidad de Jesús como Hijo de Dios. 52 El papel de la mujer hace aquí contraste con el papel negativo de los
51 Hay aquí una degradación de la fe y compromiso de Pedro, que va del discípulos.

228 229
Irsús, hombro en conlliclo En Jerusalén

IU IC IO PO LÍTICO finalm ente cederá ante el pueblo, em pujado por los sacerdo­
tes a pedir la liberación de Barrabás. Jesús es condenado
com o prom otor de la resistencia m esiánica contra la dom ina­
Tercer Escenario: Adentro del Pretorio de Pilato ción romana. Se le considera más peligroso que Barrabás,
(15, 1-5)
encarcelado por un asesinato cometido "en la revuelta".
Astutam ente los jefes ju díos logran quedar libres de cualquier
La reunión realizada la noche del jueves no cum ple con las
responsabilidad.
condiciones de legalidad que se necesitan'3, por lo cual al día
siguiente tem prano vuelve a reunirse el sanedrín. No quieren
llevar a cabo ellos la condena para evitar que esa muerte Cuarto Escenario: Afuera del Pretorio (15, 6-20)
pueda ser interpretada com o la de un justo. Quieren que la
condena sea ejecutada por el poder romano, para que sea la Ante las acusaciones sin fundam ento de los sum os sacerdo­
más cruenta: la muerte en cruz, costum bre rom ana y no tes, Jesús no responde nada a pesar de la insistencia de Pilato,
judía"4. Por eso el recurso al poder civil: para que caiga sobre a quien se presenta com o un ju ez que actúa correctamente
Pilato la responsabilidad de la condena y ejecución de Jesús buscando liberar a Jesús. Pero no se com prom eterá con la
com o subversivo político. Así resalta el relato la inocencia justicia, sino que, a pesar de tener el poder para liberar a
de Jesús y la mala voluntad de sus acusadores: es evidente la Jesús, cede ante las presiones, libera a B a rra b á s y en tre g a
intención de sus enem igos de acabar con él a toda costa55. a Jesús.
El texto (v. 2 ) supone que es Pilato quien tom a la Este Barrabás había asesinado a alguien en la "revuel­
iniciativa, preguntándole si es el rey de los judíos. A esa ta"SK. El relato supone que el lector tiene conocim iento de una
pregunta Jesús no responde directamente, sino con una frase revuelta importante en la que Barrabás cometió un crimen
que resulta m ás bien una negativa :"Tú dices". Es una afir­ por el que está preso. El diálogo entre Pilato y la multitud va
m ación sólo aparente, porque en realidad está negando, y así profundizando en el dram a de Jesús m ediante tres preguntas
lo entiende Pilato. Su pregunta: "¿Qué mal ha hecho éste?" y tres respuestas. A la pregunta de Pilato: "¿Quieren que les
muestra que no cree las acusaciones. Tal afirmación habría
sido necesariamente inculpatoria y mostraría una intención principio pidan a Barrabás {cf. v. 8). ¿Piden que suelten a "Jesús"? I ampoco
subversiva nacionalista de parte de J e sú s '6, que Pilato no aparece en el relato; pero hay que recordar la tradición, que aparece en varios
códices de Mt (2 7 ,1 6s), de que Barrabás también se llama Jesús {cf The Greek
podría pasar desapercibida. Pero, aunque no encuentra culpa NT). Creemos verosímil la siguiente hipótesis: No es improbable que entre la
en Jesús (v. 14) y aparece desconcertado ante la presión de gente anden los galileos que subieron con Jesús a Jerusalén {cf 10,46; 15,41)
la g e ntew que sigue insistiendo en que se le crucifique, y que ellos pidan a Jesús (el Na/areno); puede haber también un grupo de
tendencia zelótica que pida a Jesús (Barrabás); esa ambivalencia sería apro­
vechada por Pilato para proponer a Jesús (el Nazareno) {cf v. 9) y así frustrar
53 No tenemos ningún dato sobre lo tratado en esa reunión; la nueva reunión las intenciones de los sacerdotes {cf v. 10), más por oponerse a ellos que por
parece encaminada a dar una apariencia de legalidad al juicio contra Jesús. salvar a Jesús, pero que los sacerdotes muevan al pueblo (a los habitantes de
54 Los judíos podían ejecutara alguien por varios motivos. Por lapidación (Me Jerusalén, que gozan de privilegios especiales de parte de Roma, y temen
2 , 6s; Jn 8, 3-11.58; 10, 31 ss) cuando el pecado era adulterio o blasfemia. Y cualquier revuelta que influya negativamente contra ellos) para que apoyen la
por depeñamiento (Le 4 , 28s) cuando se acusaba a alguien de ser lalso profeta. petición de libertad de Barrabás y condenen a Jesús. Sea lo que sea de esta
55 Dejamos a un lado el problema de si hubo un juicio o dos sobre lo cual hay hipótesis, en el relato aparece claramente la impensable alianza entre los
mucha polémica. Si el juicio tue legal no era necesario repetirlo precipitada­ saduceos y los zelotas, enemigos jurados, para condenar a Jesús, similar a la
mente por la mañana. Pero al repetirlo queda patente la ilegalidad de ambos que se dio entre fariseos y herodianos. Cf. sobre el particular G. Theissen,
juicios). Sociología, 55s; Leipoldt-Grundmann, op. cit. I, 179; Schultz (ed ), Jesús y
56 C f sobre el particular Taylor, op. cit. 702; Cullmann, Chhstologie, 102s; su tiempo, 21; Hengcl, Jesús y la violencia revoluciotiaria, 11.
Schweizer, op cit. 356; Minette, op. cit. 338; C.nilka, A/A //, 3(K), n 21 58 El relato supone que el lector tiene conocimiento de una revuelta importante
57 ¿Qué es lo que la gente pide? No aparece el dato evidente de que desde el en la que Barrabás cometió un crimen por el cual está preso.

230 231
Jesús, hombro en conflicto I II |i't U M l l l ' l l

suelte al rey de los judíos?", la multitud azuzada por los soslayarse la dim ensión política que se atribuye a su pi¡u lu .i
sum os sacerdotes pide que suelten a Barrabás. La segunda es y a su condena.
una pregunta práctica: "¿Qué hago con el que ustedes llaman
el rey de lo sjudíos? La respuesta es: "Crucifícale". La tercera
pregunta es sobre qué es lo moral y lo justo: "Pero ¿qué mal S e x to E scenario: En la cruz. Tres burlas y tres juicios
ha hecho?". La única respuesta es gritar con más fuerza: (15, 29-39)
"Crucifícale".
Los insultos y las burlas contra Jesús son m anifestación de
Es patente la inconsistencia de Pilato com o juez: q u e ­
la opción -consciente o inconsciente- en favor del sistema.
rría salvar a Jesús, pero sin com prom eterse con la justicia a
A parentem ente se condena a Jesús por motivos políticos,
cualquier precio. Actúa conform e a una política pragm ática
pero en realidad las burlas y los insultos contra Jesús son, en
que ve com o natural el que el poder condene a muerte "por
definitiva, contra el proyecto del reinado que él impulsó.
com placer a la gente" (v. 15) y por evitarse conflictos. Ceder
ante la presión de la gente supone que, finalmente, para Pilato
Jesús representa un peligro m ayor que Barrabás. Esquema
Los soldados llevan a Jesús adentro del palacio, al
pretorio, y le entregan en son de burla los sím bolos del poder Primera burla: No puede destmir el Templo y salvarse (v. 29s)
imperial rom ano la púrpura, el cetro y la corona, "y doblaban Segunda burla: No puede salvarse a sí mismo v bajar de la cruz
(v. l i s )
las rodillas ante él". El poder rom ano se autoafirm a com o Primer juicio: El silencio de Dios (v. 34)
absoluto, desafiando todo otro poder, incluso el de Dios, al Tercera burla: Veam os si lo salva Elias (35-36)
que pretende equipararse. Los soldados actúan de acuerdo a Segundo juicio: El velo rasgado (38)
su condición: aprovechan la ocasión para burlarse de Jesús y Tercer juicio: El com ienzo de la fe (39)
de la supuesta acusación política por la que Jesús ha sido
condenado. Las tres burlas tienen que ver con una concepción m ágica de
salvación: ser justo im plica salvarse de la muerte, bajando de
la cruz.
Quinto Escenario: Camino de cruz y crucifixión
(15, 21-27)
P rim e ra Burla: No puede destruir el Templo y salvarse
M arcos presenta a una familia de seguidores: Simón de (v. 29s)
Cirene, padre de Alejandro y Rufo Esta m ención hace supo­
ner que se trata de personas conocidas en la com unidad La prim era burla viene del poder religioso. De acuerdo con
primitiva. M uchos comentaristas ven en esta familia un los esquem as de poder vigentes, el que Jesús no actúe con
prototipo de los primeros cristianos, y del seguim iento car­ poder para salvarse prueba su culpa. Para una mentalidad
gando con la cruz. tiunfalista, en la que el poder justifica y la impotencia c on­
Jesús es sacado fuera de la ciudad. N o puede morir dena, quien triunfa es quien tiene la razón Jesús rom pe esos
dentro del ám bito de la Ciudad Santa quien con su muerte paradigmas; precisam ente no bajando de la cruz es com o se
hará im puros a quienes se le acerquen. D espojado de toda muestra fiel a Dios.
vestidura quedará en el abandono total. El crucificarlo entre
dos lesíai (asalta/i/es) subraya la supuesta peligrosidad del
rey de lo sju d ío s, destacada en el título de la cruz. No puede

232 233
Jesús, hombre en conflicto I II |i'i UMilrii

Segunda Burla: No puede salvarse a sí mismo y bajar experiencia que ha sido el cim iento de su vida, el puoblo
de la cruz (v. 31 s) responde con una burla llevándole vinagre para que aguante
hasta que llegue Elias a desco lg a rle ’1. El Dios que escuchó
La segunda burla proviene de los jefes del pueblo. El argu­ el clam or del pueblo oprim ido y miró la sangre de Abel, ahoi a
m ento es idéntico: que se salve a sí m ism o bajando de la cruz está callado ante la sangre derram ada de su Hijo. Es el Dios
para que lo veam os y creamos. Una fe débil, sin recursos, "inverso" que se revela desde el "reverso de la historia" del
está condicionada al triunfo sobre los enem igos y necesita la poder; no es el todopoderoso, sino el Dios que por am or se
victoria com o prueba. Esta m ism a expectativa comparten los ha despojado de todo poder; que no se im pone sino que se
que estaban crucificados con él, com o última esperanza de ofrece, expuesto a ser rechazado.
salvación. Al constatar su im potencia para liberarse, se unen
tam bién a las injurias contra Jesús. S e g u n d o Juicio: El velo rasgado (38)

Primer Juicio: El silencio de Dios (v. 34) Es el inicio del juicio de Dios, que se opone al juicio de los
hom bres contra su Hijo. Dos señales escatológicas revelan el
Jesús se desconcierta frente al silencio de Dios, que calla ante sentido de la muerte de Jesús:
su oración y cuya ausencia parece condenarlo: "Dios mío,
Dios mío ¿por qué m e abandonaste?". No se dirige ahora a a) Ha llegado el día de Y a h v e ’2, cuya dimensión salvífica,
su Ahbct, sino a.Dios, expresando en esas palabras la distancia no de venganza, vim os en el capítulo 13;
que experim enta entre él com o creatura, y el Creador. Ya no b) el velo se rasga y ya no r e tie n e ja presencia de Dios,
es el A bbá cercano, sino el Dios del que se siente abandona­ acabando con la distancia entre Él y el pueblo; sim bo­
do. Pero Jesús no reclama; sim plem ente expresa su descon­ liza el fin del tem plo anunciado por Jesús (c f 11, 12-14.
cierto ante algo que lo rebasa, que no com prende y que 20. 23). Se cum ple la condena de Jesús contra el centro
ju d ío (c f 1, 21-22). Entre estas dos interpretaciones
dolorosam ente experim enta com o abandono. Este m ism o
escatológicas de la muerte de Jesús se sitúan los dos
desconcierto parece estar detrás de la manera com o muere,
m om entos en que él m ism o la interpreta: su oración (v.
lanzando un tuerte grito cuyo contenido desconocemos. EÍ
relato de M arcos presenta en toda su crudeza estos interro­ 34) y el grito (v. 37).
gantes, sin resolverlos.
¿ D ónde se encuentra Dios en la historia? M arcos nos remite
a la im agen de Ezequiel, cuando Dios abandona el Santuario
Tercera Burla: Veamos s¡ lo salva Elias (35-36) por las infidelidades de I s r a e l E n el lenguaje de Ezequiel
se enfatiza el aspecto religioso del pecado: la idolatría. Israel
Jesús experim enta un doloroso cam bio de sentido en su ha obedecido al Dios del Poder dando muerte al ju sto y al
concepción de Dios, que aparece en los versículos 34 (ora­ pobre indefenso. Por eso Dios sale de Israel precisam ente en
ción de Jesús) y el 37 (grito sin contenido)"': el A bbá (14,
36), ahora es llamado "Eloí" (mi Dios) °; ante ese desconcier­
to de Jesús por el silencio y abandono del Dios mayor que la
62 El Día de Yahvé coincide con la muerte de Jesús, por la que se hunde el mundo
antiguo e imimpe el mundo nuevo; cf Cousin, op. cit. 155; Léon-Dutour,
59 Cf. Leon-Dufour, Jesús y Pablo, 145. Jesús y Pablo, 157.
63 Dios abandona el Santuario {cf Ez 10,4.18.19; 11,23), cuyo culto sacnhcial
60 No parece que Me haga una cita que implique el contenido del salmo; ib. 148s.
155s. 159. ha concluido; cf. Cousin, op. cit. 155.

234 235
Jesús, hombre en conflicto I H |i'l H i l l ’H

el m om ento de la muerte de Jesús. Eso aclara el fondo del Porque conocía a Dios, Jesús llega a la m ueite con m u
drama, y muestra la identidad que hay entre Jesús y la confianza en el Padre que está por encim a de su silencio y d<
presencia de Dios en Israel Ha sido el único verdaderam ente su propia m uerte64. Esa m anera de entregarse sólo la con»
fiel al proyecto de Dios. prenderá quien viva incondicionalm ente en favor de la vida,
y su confianza en que el Padre rescata a los oprim idos sólo
lercer Juicio: El comienzo de la fe (39) se experim enta en la persecución por causa de la buena
nueva. Fuera de la cruz de Jesús, esa confianza siempre será
El relato destaca el contraste que hay entre las condiciones escándalo y locura.
Sin em bargo no hay que red u c ir el e sca n d a lo del
que ponen los sacerdotes para "ver" y "creer" (v. 32) y la
actitud del capitán romano, que sin poner condiciones, al a b a n d o n o del P a d re 65. Sin resurrección la cruz habría sido
"ver '1 cóm o había m uerto dando aquel grito, "creyó" y lo la últim a palabra: el fracaso de la obra de Jesús, la disolución
confesó com o Hijo de Dios. Y su fe ju z g a a los que no han de la com unidad, la renuncia a la utopía, la huida. N inguno
de los discípulos está presente, ni siquiera de lejos; sólo las
creído. 7 ambién se destaca el contraste entre los que pasaban
mujeres. Y todo parece decir que Dios desautoriza con su
por ahí y lo insultaban (v. 29-30) y las mujeres que lo seguían
silencio la causa de Jesús. Ser fiel al Dios que calla ante el
y habían subido con él a Jerusalén (v. 41). Quien está dis­
grito de Jesús exige olvidar la causa por la que murió, poi que
puesto a creer no necesita señales mágicas; es capaz de
proseguirla sería ir contra Dios mismo. La fidelidad de Jesús
com prender que precisam ente no bajando de la cruz se revela
parece enfrentarse con la imposibilidad de su utopía .
com o hijo; porque no es el hijo del Todopoderoso, sino el
hijo del Padre, que está al otro lado del poder m undano.
Hay, pues, un profundo cam bio en las condiciones para
v’tT, que piepaia el m ensaje último del relato: dónde se ve a
Jesús. N o se le ve dónde y cómo el lector ha determ inado
previamente, sino en el grito desconcertado, pero confiado,
ante el silencio del Padre y en el morir de esa manera. Y hay 64 Su grito, que mantiene el diálogo con Dios, proclama la presencia de un Dios
que i esponderle regresando por el cam ino de Galilea, una vez que parece ausente; ibid. 145.
que haya resucitado. 65 Se puede y se debe decir que Jesús no entro en la muerte iluminado por
ninguna revelación sublime; en la fe, no traspasó el silencio de D ios y la
muerte, sin tropezar con el muro de un por qué , que sigue siendo una
pregunta"; ibid. 145; cf allí mismo amplia bibliografía, en 146, n. 8.
*** 66 Jesús no atribuye a su muerte un sentido sacrificial; ibid. 107-111; a propósito
de la Cena dice: "Según el historiador, Jesús no adoptó para ello un lenguaje
sacrificial. Sólo se extrañará y lo lamentará quien desee que Jesús hubiera
( on el asesinato de Jesús, los hom bres daban su última utilizado las mismas palabras de Pablo o de los teólogos clásicos, or el
palabra sobre su proyecto de Reino. La respuesta del hom bre contrario ;cóm o no ver en esa omisión una actitud que es perfectamente
coherente con lo que sabemos de Jesús de Nazaret? Id proteta Jesús no parece
a la oferta de vida que hacía el Padre fue dar muerte a su Hijo. haberse preocupado de los sacrificios rituales más que para condenar su abuso.
El silencio del Padre ante la m uerte de Hijo no debe interpre­ ; Y habrá quien pretenda que para caracterizar su vida y su muerte recurriera
tarse com o resignación pasiva o com o una aprobación de á categorías que no tienen cabida dentro e su mensaje?" (ibid. 110) Nuestro
estudio sobre el motivo de su muerte: su lucha contra el Sistema de la Ley ue
Dios a la muerte de su Hijo, com o m uchas veces se ha la Pureza, convalida esta conclusión. El sentido cultual de la muerte de Jesús
entendido. Resulta blasfem o entender a Dios de esa manera. debe verse no desde las categorías del A l . sino desde la concepción cristiana
Su respuesta será no la muerte de los asesinos, sino el dar de culto, como entrega de toda la existencia. Cf. lo que escribimos sobre el
particular en C. Bravo, Eclesiologia desde A.L., 220-236; La busqueda de
vida definitiva al Hijo asesinado.
sentido de la muerte de Jesús", CHRISTUS, 572 (Feb 1984) 21-31.

236 237
Jesús, hombre en conflicto

Enlace: La sepultura: El final de la historia de Jesús:


15, 3 9 -4 7

Relato

42 Y y a al a ta r d e c e r , como era el día de la preparación, 5


es decir, la víspera del sábado, 4 vino J o s é de A rim a -
te a , m ie m b ro r e s p e ta b le del Consejo, q u e e s p e r a b a
t a m b i é n el Reino de Dios, y tu v o la v a le n t ía de e n t r a r
d o n d e P ila to y p e d irle el c u e rp o 1’' de J e s ú s . 44 Se DE JERUSALÉN A GALILEA
extraño Pilato de que ya hubiese muerto y, llam ando
al centurión, le preguntó si efectivamente había m uer­
to. 45 Inform ado por el centurión, concedió el cadáver
a José ‘ 6 quien, com prando u n a s á b a n a , lo descolgó de EL SEG U IM IEN T O DE J E S Ú S EN E L
la cruz, lo envolvió e n la s á b a n a y lo puso e n u n sepulcro
que e s ta b a excavado e n la roca; luego, hizo r o d a r u n a P r o s e g u im ie n t o D e S u C a u s a
p ie d r a sobre la e n t r a d a del sepulcro; ‘'M a r í a M a g d a le ­
n a y M a ría la de J o s e t se fijaban dónde e r a puesto.

Comentario Unidad Epílogo: Dónde se ve a Jesús: 16, 1-8a1

Este es el final de la historia terrena de Jesús. Quien lo


acom paña al final no es ninguno de los Doce, ni tam poco del Relato
grupo de discípulos. Es un ju d ío del Consejo. Todos los
cercanos han huido, dejando el lugar de la fe a un capitán 16,1P a s a d o el sá b a d o , M a r ía M a g d a le n a , M aría la de
pagano, y el lugar de la responsabilidad por el cuerpo de Jesús Santiago y Salom é compraron aromas para ir a em-
a un sim patizante rico e influyente que esperaba el Reino.
Esta m igración de sentido sobre el papel de los Doce y de los 1 Puede considerarse zanjada la cuestión del final de Marcos; cfX. Alegre, Un
discípulos y seguidoras, es correctivo a la eclesiología de silenci eloqüent: o la paradoxa delJinal deMarc. Lección inaugural del curso
exaltación en que vivían probablem ente m uchos de los des­ académico, 1984, Facultad de Teología de Barcelona. C f J. Hug, La finale de
l ’E vangile de Kíarc, (París 1978), donde presenta las opiniones en tomo al
tinatarios del relato. Las m ujeres que aparecen al final juegan problema. Las hipótesis de un final perdido, o mutilado voluntariamente no
el papel de enlace entre las que miraban de lejos en la tienen ninguna fuerza conclusiva, no existe ni indicio de la existencia de üil
crucifixión (15, 40s) y las que irán a em balsam ar el cuerpo final; tampoco son concluyentes los argumentos en contra de un final
terminado en gar (16, 8b: efobounto gar). Desde un análisis interno se debe
de Jesús (16, 1). afirmar que los vv 9-20 no son originales de Marcos (por el replanteamiento
del asunto en el v. 9, por las diferencias de estilo), aunque siga en la misma
línea del relato, de corrección de una eclesiología de exaltación, presentando
67 El término que utiliza José de Arimatea expresa su fe en Jesús; el término soma una Iglesia nacida de la incredulidad. Nosotros, pues, afirmamos que así
en griego admite la posibilidad de la vida, no así el término piorna, que significa precisamente quiso Me terminar su relato, y que de esa manera nos dejó una
cadáver que no admite de por sí la posibilidad de la vida El creyente es capaz clave para la lectura retrospectiva de toda la práctica de Jesús, y abrió el camino
de esperar donde el incrédulo no espera ya nada. para el regreso a Galilea.

238 239
Jesús, hombre en conflicto De Jerusalén a Galilea

balsamarle. 7Y m u y de m a d r u g a d a , el p r i m e r d ía de El relato se tituló: "Com ienzo de la buena noticia de Jesús,


la s e m a n a , a la salida del sol, lle g a n al sepulcro. f Se el Liberador, el Hijo de Dios". Pero ese relato queda brusca­
decían unas a otras: "¿Quién nos quitará la piedra de m ente inconcluso; term ina en el fracaso, y su dinám ica de
la entrada del sepulcro?" * Levantan la m irada y ven buena nueva queda interrum pida por el m iedo y el silencio
qu e la p ie d r a e s t a b a ya r e t i r a d a ; y eso que era m uy (16, 8 ). C uando en el relato se ordenaba el silencio, Jesús era
grande. 5 Y e n t r a n d o en el sepulcro v ie ro n a un joven desobedecido; ahora que se les ordena ir a anunciar, las
sentado en el lado derecho, vestido con u n a tú n ic a m ujeres callan de miedo. Es la m igración de sentido que
b la n c a , y se a s u s t a r o n . b P e ro él les dice: "No se engloba todo el relato, que va de la proclamación al silencio,
a s u s te n . B u s c a n a J e s ú s de N a z a r e t , el Crucificado; pasando por el fracaso de Jesús, la incom prensión de los
h a re s u c ita d o , no e s t á aquí. V e a n el l u g a r don d e le discípulos y el miedo de los testigos. Parecería una narración
p u s ie ro n . ' P e ro v a y a n a decir a s u s discípulos y a orientada a desautorizar todo lo narrado: "Así comenzó" esa
P e d ro q u e i r á d e la n t e de u s te d e s a G alilea; allí le em presa imposible ( 1, 1), ¡y así terminó!... (16, 8 ).
v e rá n , como les dijo". 8 Y e llas s a lie ro n h u y e n d o del El tem a del ver a Jesús cobra una importancia funda­
sepulcro, pues un gran temblor y espanto se había mental com o hilo conductor del relato (vv. 4 - 7 )3: ven que el
apoderado de ellas, y no dijeron nada a nadie del obstáculo físico de acceso al cuerpo de Jesús ha sido rem o­
miedo que tenían. vido; ven al jo v en vestido de blanco; éste les invita a que vean
el lugar donde lo pusieron; el m ensaje del cielo remite a
Galilea para ver al Jesús que no han visto en el sepulcro. El
Comentario relato, pues, rem arca una dialéctica entre ausencia y presen­
cia, visión y no visión, en la que se contraponen dos lugares
Esta es la secuencia clave para releer el relato de la práctica y dos modos de ver a Jesús: el sepulcro y Galilea , es decir,
de Jesús com o normativa para la práctica cristiana. Pero hay el culto y el seguimiento; a cada uno de esos lugares corres­
que leerla en su registro propio. Los sím bolos que aquí ponde una m anera de entender a Jesús y su práctica.
aparecen, y las incongruencias históricas de los datos, nos Para las mujeres, Jesús es un muerto. A un m uerto se
advierten que no hemos de tom ar el relato com o biográfico le encuentra en el sepulcro, que es el lugar que encierra su
Para eso nos ayudará releerlo desde las m igraciones de m em oria, y el sello que clausura su existencia, su práctica,
sentido que en él aparecen. su presencia en la historia. Lo único que se puede hacer con
él es ungirlo , es decir, concluir los ritos funerarios que
cierran el ciclo de la existencia humana, para que pueda
2 Las dificultades que impiden tomarlo como relato histórico las tratan, entre descansar adecuadam ente en el sh eo l 4.
otros, L. Schenke, Le tombeau vicie et l ’annonce de la résurrection, (París,
1970), cap 2; Schweizer, II Vange lo, 384-395. Delorme, Ui résurrection du
Christ et l ’exégése modeme (París 1969), 105-151; Léon-Dufour, Resurrec­ 3 La importancia que en el relato tiene el tema del ver a Jesús queda expresada
ción de Jesús y mensaje pascual, 163-202; H. Cousin, Los relatos evangélicos de manera simbólica en la importancia que los dos relatos de ciegos tienen en
de la pasión (Estella, 1981); Pesch, "El sepulcro vacio y la fe en la resurrección la estructura, haciendo inclusión del bloque central (Crisis-Transfiguración-
de Jesús", Rev Cat Int 4 (1982) 724-740 (condensado en SelT 86 (1983) Instrucciones); nos remitimos al análisis de esos pasajes.
101-108; U. W ilckens, La resurrección de Jesús (Salamanca, 1981); B. Van 4 Sobre la desgracia de morir y no ser sepultado adecuadamente, cf. Jer 8,1 -4.
Iersel, "La resurrección de Jesús, ¿información o interpretación?", Concilium Cousin, con base en los datos sobre el trato infamante dado a los ajusticiados,
60 (1970) 57-62. Los datos dan la impresión de una cronología solemne, ve en la tumba nueva una confirmación de que la sepultura no fue realizada
simbólica; la pregunta sobre "quién nos quitará la piedra" es artificial en el normalmente: "Un ejecutado no podía ser colocado en un sepulcro ya ocupado
momento en que se sitúa: debían haberlo pensado de antemano; y no hay por los justos: sería manchar los huesos de éstos últimos. Al hablar de una
ninguna sorpresa al constatar que ha sido removida; el joven vestido de blanco "tumba nueva en la que nadie había sido enterrado’... los textos evangélicos
es presentado con la simbología del mundo escatológico celeste. reflejan probablemente un hecho histórico, ya que ése es uno de los rasgos de

240 241
Jesús, hombre en conflicto De Jerusulrn .t ( 11!• .i

Pero Dios les cam bia su proyecto limitado a ver ungir a Jesús. Inconclusión: "...V no dijeron nada a nadie, porque
N o pueden hacer nada, porque no hay nadie a quien ungir. tenían miedo..." 16, 8b
El sepulcro está abierto y vacío y no es posible verlo allí. No
es lugar de encuentro con él porque no tenía poder para
Comentario
clausurar su presencia en la historia; porque nada de él ha
quedado allí encerrado. Es inútil quedarse allí. Para encon­ Sin em bargo el relato se corta aquí y no nos dice nada sobre
trarlo hay que salir del sepulcro. Porque el ausente aquí va si tal cosa tuvo lugar o no. El estupor se convierte en miedo
cam inando de nuevo por Galilea. paralizante; los discípulos han huido y se han despreocupado
El m ensaje del cielo (vv. 6-7) desarrolla esta dialéctica, totalm ente de la suerte de Jesús; y las mujeres no dijeron
enlazando cuatro m om entos de la existencia de Jesús: nada a nadie, porque tenían miedo ...
N o hem os de buscar explicaciones psicológicas a ese
- la m u erte en cruz se e x p lic a por la p ráctica del m iedo; es un versículo redaccional de índole teológica cuya
Nazareno; finalidad es llamar la atención del lector ante la ruptura de la
- la ausencia de Jesús en el sepulcro se explica por la lógica del mandato: a lo largo de todo el relato las órdenes
práctica de Dios a su favor; de secreto que da Jesús no son obedecidas; ahora que se les
- la m anera de superar esa ausencia es el seguimiento, ordena anunciar la Buena N ueva tam bién es desobedecido
dado que él espera cam inando en Galilea, encontrarlo
por miedo. Pero M arcos sabe que el relato de hecho se
dependerá de la movilización de la esperanza que se dé
relanzó, que se superó el miedo, que se retornó a Galilea, y
com o respuesta;
que, por eso, la causa de Jesús prosigue. Prueba de ello es el
- y el lugar del encuentro con Jesús no es el pasado
relato m ism o que, sin eso. no se hubiera escrito.
concluido, sino en el futuro inédito; no la contem pla­
¿Por qué, pues la incom pletez del relato? A una prác­
ción del muerto, sino el seguim iento al que ha sido
tica truncada violentam ente por el asesinato corresponde un
confirm ado en la vida. relato incompleto, truncado por el miedo de las mujeres y por
la huida de los discípulos. Pero esa incom pletez del relato no
A Jesús, resucitado por la fuerza del Padre, no se le unge remite a la resignación sino que em puja al lector, para que se
com o muerto, sino que se le sigue, prosiguiendo su causa. encargue de su p ro seguim iento, si quiere saber de Jesús. Es
Hay, finalmente, una definición práctica de la paterni­ inútil que narre la experiencia pascual, porque ésta no se da.
dad de Dios y de su silencio en la cruz: el Padre que am a la válidamente, m ás que en Galilea, en el seguim iento de Jesús
vida no protesta contra esa m uerte m atando a los asesinos p ro sig u ien d o su práctica.
sino rescatando al Hijo de la muerte, y haciendo de esa Así Mareos, que hasta ahora ha hecho teología narran­
resurrección una prom esa incluso para los que le m atam os al do , cam bia de método y hace teología no narrando relatos
Hijo. Pero no es un happy end tip o H o lly w o o d . L a r e s u ­ de apariciones5; al prescindir de ellos muestra el lugar y el
rrección no le quita un ápice al dolor de la m u erte injusta.
El re su c ita d o es y será para siem pre el crucificado. Y al
5 "Los relatos evangélicos de apariciones pierden su carácter absoluto que con
resucitar al Hijo, el Padre confirma su proyecto y el cam ino frecuencia se tiende a atribuirles. Sin duda continúan siendo la pieza funda­
hacia la cruz... mental de la fe en la resurrección. Sin embargo queda en pie que el evangelista
Marcos ha creído poder eximirse de reproducirlas, aunque fuera una de ellas...
Ciertamente es útil y necesario que algunos evangelistas hayan referido relatos
la sepultura infame"; op. cit. 134. ¡Hasta el final Jesús es marginado por la Ley que narran cómo Jesús el Señor se hizo ver; ... pero es indudablemente de
de la Pureza...! Sobre el significado del sepulcro en la mentalidad judia, cf. capital importancia que Me, fiel al objetivo de su evangelio, nos ponga en
Léon-Dufour, Resurrección, 168s; Delorme, La résurrection, 105-151. presencia del misterio, sin atreverse a darle rostro alguno: el lector permanece

242 24 3
Jesús, hombre en conflicto Do Jenis.ik’n .1 1 niIiIim

m odo de acceso a Jesús. Para eso ha escrito todo el relato, y campo. ,J Y aquéllos, regresando, comunicaron la //<>
para eso lo ha dejado inconcluso: para mostrar la práctica ticia a los demás; pero ni a aquéllos creyeron.
que se ha de proseguir, aquél a quien hay que seguir, y cuál
es el camino a Galilea , lugar de encuentro con el Resucitado. 14 Y por último, estando a la mesa los Once, se les
apareció y les echó en cara su falta de fe y la dureza de
corazón por no haber creído a los que lo vieron resuci
Apéndice: Ver al Resucitado (16, 9-20) tado. Y les dijo: "Yendo al m undo entero proclamen
la B uena Nueva a toda la creación. I,‘ E l que crea y sea
Ese final dejó insatisfechos a m uchos lectores del relato. M uy bautizado será salvado (por Dios); pero el que no crea,
tem pranam ente se añadió el final canónico del evangelio de se condena r á .17 Y estas señales acom pañarán a los que
M arcos (16, 9-20). Está a la base el cap. 24 de Lucas. N o es crean: Echarán fuera demonios en nom bre mío; habla­
el m om ento de entrar a la polém ica sobre la posible fecha de rán nuevos lenguajes; 18 tom arán serpientes (en sus
esos relatos. Nos basta constatar sus semejanzas y sus dife­ manos); aunque beban algún veneno, no les dañará;
rencias, que nos revelan un m ensaje teológico im portante im pondrán las manos a los enfermos y se curarán".
para com prender la fe en el resucitado.
19Y así el Señor (Jesús), luego de hablarles, fue llevado
Esquema al cielo y se sentó a la derecha de Dios. 20 Y en saliendo
ellos predicaron por todas partes, apoyándolos el S e ­
Secuencia A: Experiencia de María Magdalena (16, 9-11) ñor, y confirmando la Palabra m ediante las señales
Secuencia B: Experiencia de los dos caminantes (16, 12s) que la acompañaban.
Secuencia C: Experiencia de los Once (16, 14-20)

Comentario
Relato
T o m a m o s los tres pasajes juntos, destacando los aspectos
Y habiendo resucitado de m adrugada el prim er com unes que son, en nuestra opinión, el núcleo del m ensaje
sábado, se mostró primero a María la Magdalena, de final. Se trata de tres relatos de aparición, es decir, de e xpe­
la que había echado fuera siete demonios. 1,1 Yéndose riencias del resucitado.
aquélla, comunicó la noticia a los que anduvieron con La p rim e ra ’ experiencia de su presencia definitiva en
él, que estaban tristes y llorando. 11 Pero aquéllos, la historia la tiene una mujer de la que Jesús había expulsado
oyendo que vive y que ha sido visto por ella, no creye­ siete demonios, o sea, toda m aldad (v. 9), pero de una
ron. fidelidad y un am or a toda prueba. F o rm a parte del grupo de
seguidoras de Jesús (15, 41). Es m encionada por su nom bre
l¿ Y después de esto se apareció en otra figura a dos en 15,40.47; 16, 1.9 y es, probablem ente, la m ism a que había
de ellos, que iban de camino, m ientras se dirigían al ungido a Jesús anticipadamente para la sepultura (14, 3ss).
Esta prim icia resulta sum am ente provocativa para una cultu-

junto al misterio que se cumple. ¿De qué modo? Nadie lo sabe con precisión,
6 May que notar que este versículo parece iui nuevo comienzo, que ignora que
ni siquiera Me. Pero Me pone al lector en su justo lugar, que es el de las mujeres
ya se ha hablado de ella y, concretíunente, de que ha sido la primera en tener
que recorren cierto itinerario... El sepulcro empuja hacia afuera;... es preciso
experiencia del resucitado (16, 1-8). Esto es argumento para considerar todo
ir allá, pero para ser arrebatado por otro p r o y e c to ... Leon-Dufour, Resu-
este bloque (9-20) como tradición diferente de la de Me; cf. n. 32.
rrección, 201 s: (énfasis míos).

244 245
Jesús, hombre en conflicto

ra patriarcal machista com o era la judía. La reacción de


incredulidad de los apóstoles se entiende en ese contexto
cultural. Im posible que ella, precisam ente ella, una m ujer y
de m ala reputación, hubiera visto a Jesús (y no ellos).
La segunda experiencia la tienen unos discípulos, que
no son de los Doce, cuando iban de regreso a su pueblo. Por
Lucas sabem os de los discípulos de Emaús. Se regresaron
para com unicar su experiencia a los demás, pero tam poco les
creyeron. N o eran de fiar. El factor común es la incredulidad
total. N o sólo no les creen, sino que no creen en la fuerza de
Dios ni en el testim onio de los hermanos.
TERCERA PARTE
Y o he pensado que, puesto en el lugar de Jesús, los
habría abandonado a su suerte. No pueden ser testigos de
nada quienes huyen a esconderse llorando de aflicción. Uno
de ellos lo entregó a la muerte, otro lo negó tres veces
seguidas, los dem ás huyeron a esconderse. ¿Quién se fiaría
de ellos com o testigos? Pero el incorregible Jesús se les hace
presente tam bién a ellos, aunque ya no son los Doce , sino
sólo Once , un grupo roto por la traición y la falta de fe. El N ARRATIVA TEO LÓ G IC A
núm ero doce es de plenitud; once no es nada.
De ese grupo fragm entado, de incrédulos y duros de D E L CO NFLICTO
corazón, nació la Iglesia, nacim os nosotros. A ellos (a noso­
tros) confía una misión: Ir al m undo entero a proclam ar la
Buena N oticia y a construir la com unidad de fe. No tenem os
ningún mérito ni título; ni siquiera capacidades. Sólo una
misión, una tarea y unos signos, que acom pañan a los que
creen: Exorcizar los dem onios que am enazan al mundo,
hablar lenguas y contenidos nuevos de m anera com prensible
para todos, dom inar al enem igo del hombre, sim bolizado en
la serpiente, superar lo que daña a la vida, contagiar la salud.
Así, capacitando a los discípulos para proseguir su
misión, term inó Jesús su obra terrena. Y nos dejó. Nos dejó
la historia com o el espacio donde construir el m undo nuevo
que nos enseñó a soñar y a foijar. Los discípulos salieron a
poner por obra la misión confiada. Y el Señor Jesús les (nos)
dejó la historia com o el espacio encargado a los hombres;
com o su tarea. Y desde el cielo los (nos) acompaña, traba­
ja n d o hom bro a hom bro con ellos (con nosotros), confirm an­
do su (nuestro) m ensaje con los signos que acom pañan su
(nuestra) palabra.

246
I n t r o d u c c ió n

M arcos ha hecho una opción teológica al elegir la narración,


y no la confesión, com o m étodo de acceso al sentido últim o
de Jesús. Quiere así corregir la cristología de exaltación1: no
basta el saber correcto sobre Jesús; la fe cristiana no aparece
vinculada con la confesión ortodoxa 2 sino con el seguim ien­
to, único que da razón total de lo cristiano de la fe proclam a­
da. Y para el seguim iento es insustituible el relato sobre su
práctica, com o mediación para conocer qué hizo Jesús. El
lenguaje hum ano que habla de Dios tiene que contar con el
cam bio histórico, que no acontece sin tiempo. Por tanto, ha

1 Sobre la situación de la exaltación cf. E. Kascmann, I-a llamada a la libertad,


77-109; D.E. Nineham, Saint Mark, 18; E. Schweizer, II Vangelo, 403-406;
Jüngel, Dios como misterio del mundo, 393ss.
2 Las confesiones de Jesús como I li jo de Dios aparecen en boca de los demonios
{cf 1, 24; 3, 11; 5, 7) que, aunque "sabían quién era" (1, 34), ni el saber es
salvífico ni la confesión, donadora de identidad cristiana. La única confesión
válida es la que se hace en el momento de antiexaltación (15,39). La confesión
mesiánica de Pedro (8 ,2 9 ) es corregida inmediatamente (8 ,3 1 ) y es tentación
para Jesús (8, 33). Los opositores de Jesús afirman saber quién es (2, 7; 3,
21.22.30; 6, 3); sus discípulos, en cambio, cada vez saben menos de él y lo
entienden menos (4, 13. 35-41. 6. 49. 51-52; 1, 15-23; 8,29-33; 9. 6. 10-13;
14, 27-31. 32-42.50); ni siquiera una vez resucitado lo comprenden (16, 8b).
La fe en Jesús no aparece vinculada con la confesión correcta en la exaltación,
sino con el seguimiento del que camina hacia la cruz.

249
Jtfiúa, hombro en conflicto Narrativa teológica del conflicto

de ser una form a de lenguaje que esté estructurada tem poral­ Jesús, no com o recuerdo arqueológico, sino com o principio
mente; sólo así podrá expresar temporalmente el cam bio interpretador del presente y del futuro del seguidor.
acontecido. Esta forma de lenguaje tem poralm ente estructu­ M arcos, pues, recupera la m em oria de Jesús; ése es el
rada es la narración. asunto del relato. Pero ahondem os en esa opción: Ha tenido
Al recuperar lo narrativo, que se estaba perdiendo en que enfrentarse con la tentación del olvido , a m e n a z a que
el panoram a teológico de su momento, M arcos nos deja la v e n ía de fuera y de de n tro m ism o de la cristo lo g ía de
memoria de Jesús com o clave hermenéutica (com o cam ino exaltación:
de interpretación del sentido de Jesús); su práctica , com o
clave ética (com o norma de la práctica cristiana), y el segui­ - Es un hecho que el Centro judío, que había m atado a
miento , com o condición epistemológica y com o lugar de Jesús, intentó ahogar también su recuerdo. La persecu­
verificación de la fe cristiana ción desatada contra sus seguidores tiene com o princi­
Y presentando a Jesús de Nazaret, asesinado en una pal esa finalidad'; en la historia oficial no hay lugar
cruz, por su práctica en favor de los desposeídos, resucitado para el recuerdo de los subversivos ni de los vencidos.
por el Padre, y confirm ado com o el M esías-H ijo del hombre, "No por casualidad la destrucción del recuerdo es una
que vendrá a ju z g a r la historia, M arcos conjuga las tres típica m edida de todo gobierno totalitario. A esclavizar
dim ensiones del hecho-Jesús: quien es hoy, cuál es la signi- a los hom bres se com ienza despojándolos de sus re­
ficatividad histórico-salvífica de su vida-m uerte-resurrec­ cuerdos. Toda colonización tiene ahí su principio. Y
ción, y cóm o se le ha de seguir, prosiguiendo la causa del todo levantam iento contra la opresión se nutre de la
Padre. (La resurrección no lo salva de su vida , com o pensa­ fuerza subversiva del sufrimiento evocado" ’. El escri­
rían algunos exaltados’, sino con y por ella; no corrige su b irla m em oria de Jesús en un m om ento de persecución,
práctica, sino que la hace normativa; no niega la cruz, sino es un acto subversivo contra la prohibición de la m e­
que la constituye en cam ino al Padre y a los hermanos, en un moria.
m undo homicida - Pero la mentalidad de exaltación también implica el
Esta primacía del relato implica la primacía de la peligro del olvido del escándalo de la cruz. C ontra ello
práctica sobre la confesión, com o elem ento de identidad va el relato, y está en función de la form ación de la
cristiana. Porque es la práctica de Jesús, no los títulos que le identidad cristiana a través del seguim iento7.
atribuimos, lo que da razón últim a de por qué Jesús es el
fundam ento de la fe-práctica cristiana. Un relato tal no puede ser neutro. Sólo se recuerda aquello
La aclamación, los títulos, el dogma, no le añaden nada; en que se está implicado; la memoria depende del interés ,
sólo intentan conceptualizar su sentido m ediante símbolos, que supone parcialidad y alineamiento. No hace un recuerdo
siem pre inadecuados y no patentes en sí mismos, y que, solos, resentido y estéril, que llevaría al lam ento pasivo e impotente;
no bastarían para superar el peligro de convertir a Jesús en el suyo es un recuerdo generador de comprom isos. Recuerda
un mito ahistórico4; necesitan enraizarse en el pasado de para im aginar y para re-crear. Lo acontecido no es m ero

3 Algunos extáticos, llevados del entusiasmo religioso, llegaban a maldecir al 5 Cf. Mt 28,11 -15; Hch 4.1 -3.18; 5.28.33.40; 8,1 -3.
Jesús terreno; c f vg. Kugelmann, en ( ’omentario Bíblico San Jemnimo IV 6 J. B. Metz, o. c., 120s.
52; J. Leal, en BAC 211 .431 7 "Estos relatos de seguimiento son |x>r sí mismos interpelantes e imperativos;
4 "Sin un enraizamiento en la historicidad, la fe naciente se habría diluido en el contando la historia tratan de translonnar al sujeto que escucha y disponerle
mito o, más tarde, en la gnosis, como las religiones de salvación del mundo así el seguimiento. El saber cristológico no se constituye ni se transmite
helénico"; Perrot. Jesús, 44: cj. Metz Im fe, en la historia y la sociedad primariamente en el concepto sino en estos relatos de seguimiento"; J. B.
21 Os. Metz, o. c., 67.

250 251
Jrsúi, hombre i»n conflicto Narrativa teológica del conflicto

factum sino que contiene posibilidades inéditas, que sólo b) En un segundo sentido, contextualizar supone desmi­
pueden llegar a ser m ediante el recuerdo y el /^/'^seguimien­ tificar la práctica de Jesús, presentándola com o h um a­
to. Con ese "recuerdo hacia adelante"^ posibilita el / ^ s e g u i ­ n a 1, es decir, c o m o algo que ’se va h a c ie n d o ’ y
m iento de una práctica siempre nueva, que sólo es posible evolucionando, definiéndose de acuerdo con su propia
m ediante el retom o a Galilea , que es el lugar preciso del evolución interna, y no com o algo que respondiera
seguim iento \ m íticam ente a un plan prefijado y conocido de antem a­
Regresar a Galilea, elem ento fundamental del quehacer no por Jesús, que sería m ero ejecutor de algo que
cristológico, no consiste en explicar intelectual mente a Jesús, escapa a su propia decisión humana.
sino en dar sentido a la historia , a la manera de Jesús. Por c) Y en un tercer sentido, contextualizar supone situar
el recuerdo, un hecho contingente y olvidable se convierte en esa práctica dentro del contexto m ás amplio de las
relevante y creador de identidad, esperanza y cohesión para diversas prácticas que la provocan y de las circunstan­
la com unidad que recuerda 1 y que encuentra en el / ^ s e g u i ­ cias que la condicionan. La suya no es una práctica
m iento la más densa expresión de le en que el Dios de Jesús 'p rim e ra ’, aislada, sino que se inserta en un diálogo de
es el Padre en la historia y en que Jesús es el Hijo, responsable prácticas dentro del cual toda acción es acción-respues­
de la causa del Padre, y cam ino al Reino. La narración de ta que, a su vez, provoca otras acciones-respuesta. Eso
M arcos es así un dato túndante de cualquier pretensión es la historia: un diálogo de acciones que sólo se
cristológica Y su trabajo específico consiste en contextua­ com prende dentro de su contexto social determinado.
lizar la memoria. M arcos sitúa la práctica de Jesús dentro del tejido
Esto tiene varios significados: social, dentro de las encrucijadas históricas que cons­
tituyen "su carne".
a) En un primer sentido, contextualizar significa situar
dentro del texto total. Previamente a la redacción de cada Tres son las características principales que cualifican la
parte ha concebido el texto com o un todo, en función práctica de Jesús en el relato de Marcos: Se trata de una
del cual va tejiendo el conjunto y seleccionando las práctica procesual, situada y conflictiva. Ante esto hem os de
diferentes tradiciones a integrar. La estructura relativi- preguntarnos: ¿qué nos revelan esas características, del m odo
za , es decir, refiere las partes al todo y es clave de com o Jesús es el Hijo de D ios-L iberador 0 ¿qué implican para
com prensión del c o njunto1,. el seguim iento?

8 Ibid., 87.
9 Sobro el sentido de "Galilea", cf. VV M arxsen, El Evangelisrta Marcos ,
49-109; J. Délo m i e, El evagetio según Marcos, 13-15; Manicardi, II con­
mino di Gesii riel Vangelo di Marco, Roma 1981.
10 J. B. Metz o. c. 67.
11 ’El cristianismo, como comunidad de los que creen en Jesucristo es, desde sus
orígenes, no fundamentalmente una comunidad interpretativa y argumentati­
va, sino una comunidad de recuerdo y de narración, con intención práctica...
La le en la redención de la historia y en el hombre nuevo se transmite, a la
vista de la historia del sufrimiento humano, por medio de relatos peligrosos
en virtud de los cuales el oyente tocado por ellos se convierte en 'agente de la primitivo, 44; Jesús de Nazaret, 25.) bsto podría ser cierto de los elementos
palabra'". J. B. Mctz, o. c., 222. que llegan a Marcos, pero después de su trabajo rcdaccional, por el que teje el
12 Cf. ibid. 66. texto, ya no tienen el sentido autárquico que les atribuye B om kam m , porque
13 De manera diferente lo plantea B om kam m , para quien cada perícopa o dicho el texto no es un conglomerado anárquico de datos sino una estructura,
tiene sentido en sí mismo (cf. /;/ nuevo testamento y la /listona del cristianismo diferente vg. al Evangelio de Tomás.

252 253
1

L a P r á c t ic a d e J e s ú s

1.1. Práctica Procesual

C o m o todo hombre, Jesús es un ser en proceso, con una


historia que se va haciendo y por la que va haciendo historia.
El relato nos muestra una práctica a la que le es inherente el
cambio, y que no es resultado de un plan prefijado de
antem ano, que hubiera sido revelado a Jesús, sino que es fruto
de la interacción de las decisiones hum anas de Jesús y de los
que lo ro d e a n 1\ El cam bio aparece en el relato en tres niveles:

14 "Jesús tuvo conciencia humana de sí misino que no debe ser identificada, en


esquema monofisita, con la conciencia misma del Lagos de Dios, como si éste
manipulase últimamente la realidad humana de Jesús como algo pasivo, como un
mero atuendo exterior del único sujeto divino activo. La autoconciencia de Jesús
se situó ante Dios como otra conciencia divina, en la distancia de su ser creado,
en libertad, obediencia y adoración". Rahner, en Cristologia , 33, tesis 18.

255
Jesús, hombre en conflicto Narrativa teológica di I nmili- tu

a) El cambio en su práctica m om entos privilegiados de iluminación y m om entos de os


curidad; m om entos de decisión y otros de crisis y desconcici
to; y esto no sólo respecto de elem entos secundarios sino
Es lo primero que hemos constatado en el análisis del
incluso respecto de su m ism a experiencia de relación con
texto, configurado por los tres grandes momentos de
Dios (c f 14, 36; 15, 34) y de la m anera de entender el
cambio en la orientación de la práctica de Jesús. Las
proyecto del Reino y su m om ento (c f 9, 1; 13, 32).
Unidades en que dividimos la estructura del relato
La tentación, inherente también a la condición humana,
detallan más ese cambio, que podríamos esquematizar
aparece a todo lo largo del relato16; esto implica que no es
de la manera siguiente:
evidente a priori para Jesús la adecuación entre su práctica y
el Reino (cf. 6 , 1- 6 a; 14, 33-36; 15, 34). De ahí que tenga que
pasar por un proceso de clarificación de su práctica, m ediante
el discernim iento entre varias posibilidades, de las cuales no
todas son igualmente mediación del Reino, pero que, por ser
verdaderas posibilidades, deben ser ///tentadas, puestas a
prueba; pasa tam bién por procesos de rectificación de su
práctica y, en vista de sus consecuencias, entra en un proceso
de radicalización que lo distancia del pueblo y de sus discí­
pulos (c f 10, 32), que culm ina con el enfrentam iento con el
Centro en Jerusalén, para desautorizarlo en nom bre del R ei­

de Jesús para nuestra relación con Dios", ET, III, 47-59; "Para la teología de
la encamación", ETIV, 139-157: "El cristianismo y el 'hombre nuevo ’",ET
V, 157-177; "Ponderaciones dogmáticas sobre el saber de Cristo y su concien­
cia de sí mismo", ET V, 221-243; Curso fundamental de la fe, 271-311;
Cristología, Estudio teológico y exegético (en colab. con Thüsing), 33-39; H.
Von Balthasar, Ensayos teológicos, II, 57-69; I). W iederkehr, "Esbozo de
Cristología sistemática", en Aíysterium Salutis /////, 587-608; 657-667.
b) El cambio en el proceso del conocimiento y en los 16 Por el hecho de enfrentarse con una tarea en relación con el Reino, cuyas
contenidos de conciencia mediaciones no son inmediatamente evidentes para Jesús, estará en situación
de in-tento', de 'tentación'; los principales momentos en el relato son los
siguientes: 1,12-13; la coyuntura de la superación de esa tentación es la prisión
Jesús no vive en una situación suprahum ana de claridad y de Juan (1, 14); luego, la tentación de la popularidad (1, 24s), la fama (1,
evidencia respecto de su identidad y m isió n 15, sino que tiene 22-27.28), que se personalizan en los discípulos (1, 37), precisamente cuando
ha recurrido a la oración para enfrentarla (1, 35); su familia también es
tentación para él ( 3 ,20s.31-35), al igual que el Centro de Jerusalem (3,22-30);
15 Abordamos el tema de la conciencia de Jesús a nivel de relato', no pretendemos los discípulos, con su incomprensión, llegan a causarle irritación (cf 4,13-40;
satisfacer una curiosidad psico-teológica, ni el que lo narrado coincida nece­ 5, 51 s; 7, 18s; 8, 17-21.30.33; 9, 19.33.39; 10, 14.32 38.42; 13, 1; 14,
sariamente con el proceso histórico de la conciencia de Jesús; pero sí hemos 4-6.10.18.27-31.37.40.41-50): también el pueblo es tentación para él (6, í-6a)
de afirmar que, en la verdad humana de su proceso narrado, (o que está en por la manera como lo mal interpretan y agobian (3, 10.20; 5, 17.24.40; 6,
juego es la seriedad de la encamación, misterio que, en lo referente al conocer 14s.31b.45s; 8, 28; 15, 8-15.29s.35s); los fariseos y los escribas le ponen
de Jesús, no consiste en que, por ser Dios, lo sabe todo de antemano, sino en trampas para tentarlo: piden pruebas (8, 11-12; 12, 13-17; 15, 29-32). Pero
que, sin saberlo todo de antemano, es el Hijo de Dios. Si Él así lo quiso, hemos donde la tentación llega al extremo es cuando se enfrenta con el Dios
de dejar a Dios ser hombre, con todas sus consecuencias, incluida la ignoran­ incomprensiblemente mayor, en la oración del huerto y en el abandono de la
cia. Sobre el particular, cf. K. Kahner, "Problemas actuales de cristología", cruz; allí llega a la más honda situación límite que puede afrontar hombre
en Escritos de teología (ET) 1. 167-221; "Eterna significación de la humanidad cualquiera {cf. 24, 32ss. 15, 34-37).

256 257
Jesús, hombre en conflicto Narmtiv.i i> •.1.1.. ni!, i

no. En ese m om ento final Jesús no tiene la evidencia de que origen a un cam bio radical en su vida: constatai la id m mu
todo terminará felizmente, sino que ha de aferrarse a la particular en que está situado, con referencia a Dios y .i mi
certeza, real pero oscura, de una fe hum ana en la fidelidad Reinado, lo lleva a la oración y a la tentación (1, 12-13) y a
del Padre, y de la esperanza incluso contra la evidencia del la autocom prensión com o el último y definitivo pregonen)
fracaso de su práctica y del silencio de Dios. del Reino, y que ha de dar testimonio de lo que su inminencia
Los cam bios en la práctica narrada pueden válidam ente significa para el pueblo y su esperanza.
interpretarse com o indicadores de cam bios en la co m p re n ­ Hay m om entos fuertes en los que esa relación se hace
sión de la realidad Su conciencia es configurada por el más transparente, y a partir de los cuales Jesús confirm a o
am biente en que vive (su familia, las expectativas mesiáni- corrige su práctica: son los m om entos de oración-discer-ni-
cas, la resistencia arm ada en Galilea, la situación de pobreza, m iento (c f 1, 35; 3, 13; 6 , 46; 9, 2-7; 14, 32-42; 15, 34). El
de dom inación y violencia política y religiosa sobre el pue­ relato de su oración supone una historia de oración, en la que
b lo )1\ por la experiencia personal de Dios c om o Padre, y por pasa del diálogo al silencio, de la confirm ación al abandono
las vivencias que tiene a lo largo de su práctica, a partir de la incom prensible en el m om ento m ism o de su muerte; de la
cual se van dando los cam bios que ahora constataremos: experiencia del Dios que lo puede todo ( 10 , 27; 14, 36) al
Dios que no puede salvarlo de la muerte a que lo condenan
c) El cambio en el modo de relacionarse los hom bres (15, 34).
Jesús también experim enta un cam bio en la m anera de
concebir el Reinado del Padre: de una convicción inicial de
1) Con Dios: su cercanía ( 1, 15) pasa a la práctica eficaz en favor de la
vida, por la que lo quiere hacer presente en favor de los
La experiencia que Jesús tiene de Dios significa un cam bio pecadores, los m arginados, los enferm os (c f 2, 10.17.28; 3,
radical respecto de la idea predom inante en Israel, de un Dios 23-27), pero que es una fuerza cuya lógica es contraria a los
lejano, cuya santidad consiste en la Pureza moral contra el criterios y expectativas humanas; se da en la kénosis de lo
impuro, y cuyo poder se venga de los paganos; en cam bio pequeño (4, 30-32); su crecim iento rebasa la com prensión
Jesús cree en un Dios cercano, el Padre que am a la vida. El del m ism o Jesús (4, 26-29) y el conocim iento de su m om ento
bautism o supone la ruptura del cielo judío, y da paso a la no está a su alcance (13, 32).
revelación del Dios que entra en diálogo con el hom bre en Ante la evidencia de la oposición del Centro a la causa
Jesús, experiencia nueva para él m ism o (1, 1 l s ) ls y que da del Reino, Jesús decide enfrentarlo para desenm ascarar su
fuerza hom icida y asumirá, sin com prenderla plenam ente, la
17 "Jesús vivió espontáneamente inserto en el ámbito religioso de su pueblo... y difícil opción por la práctica de ¡a impotencia que ya no
en una situación histórica dada, adoptando y compartiendo esta realidad como
algo legítimo y querido por 1)¡os"; desde la experiencia en el movimiento de
resiste. Estos cam bios en su práctica nos muestran también
Juan el bautista, se convierte en un reformador religioso. "En cuanto tal, una historia de cam bio en la relacionalidad de Jesús con el
quebranta el imperio de una ley que se pone en lugar de Dios, lucha contra el Padre y su R e inado 1
legalismo, superando una mera ética de talante piadoso y una justicia por las
obras que trata de dar seguridades al hombre frente a Dios... Jesús esperó al
principio el triunfo de su misión religiosa, pero paulatmámente fue creciendo proclama la proximidad del Reino de Dios como la situación absoluta -dada
en él la sensación de que su misión le conduciría a un conflicto fatal con la ahora- para decidir una salvación o una condenación radical. Pero esta situa­
sociedad político-religiosa. No obstante, camina decididamente hacia su muer­ ción viene dada por el hecho de que I)ios ofrece a todos los hombres en cuanto
te, aceptándola al menos como una consecuencia inevitable de la fidelidad a pecadores la salvación y no otra cosa"; Rahner, Cfisiología, 34.
su misión"; K. Rahner, Crisiología , p.32. 19 "Sin perjuicio de que en Jesús se dé. como realidad última y peculiar, a lo largo
18 Jesús objetiviza y verbaliza para sí mismo y para sus oyentes la relación con de toda su vida una conciencia profunda y no rejleja de su radical e irrepetible
Dios que le ha sido concedida y que, (por vez prünera) se da en él... Jesús proximidad con respecto a 1)ios, (tal como se manifiesta en la originalidad de

258 259
Jesús, hombre en conflicto Narrativa teológica del conlhi to

2) Cambio de lugar social pero llegará el m om ento en que romperá esa prudencia para
desautorizar públicam ente la dinám ica excluyente del Centro
El relato nos deja entrever un cam bio en la estable situación (7, 1-23); finalmente se dirigirá a Jem salén para enfrentarlo
familiar y laboral en Nazaret (1, 9; 6 , 3), de la que pasará a en su propio terreno, asum iendo las consecuencias últimas
la inestabilidad de la predicación itinerante, de la pobreza, de de su práctica (10, 32; 11-12); desprotegido y abandonado
la m arginalidad, de la migración hacia los desposeídos, del por todos, sucum birá ante el poder (14, 50.63s; 15, 1-37).
enfrentam iento con el Centro (cf. 1, 14.38s.45; 2 , 1.13.23; 3,
7-10.20; 4, 1.33s; 6 , 1,6 b.34.54-57; 7, 14; 8 , 34). 5) Cambio en las relaciones con sus discípulos:

3) Cambio en las relaciones con el pueblo A partir del inicial llam am iento (1 ,1 6 -2 0 ) y de las esperanzas
que m anifiesta en la elección simbólica de los D oce (3,
Jesús pasa de una popularidad creciente (1, 22.28; 2, 2.13; 3, 13-19), com ienza a chocar con su concepción equivocada de
7-8; 7, 36s) a la búsqueda de protección y secreto (c f 1, R eino (1, 37; 6 , 45; 8 , 29-33), con su incom prensión (4,
25.34.44; 3, 7.12.20; 4, lss; 6 , 43; 7, 24; 11, 11.19; 14, 35-41; 6 , 47-52; 8 , 14, 21; 9, 32; 10, 32), con sus ambiciones,
13-15.32); sufrirá el asedio del pueblo, nacido de la urgencia (10, 35ss); fracasa su plan de formación para prepararlos a
de sus necesidades primarias, y que se convierte en agresión continuar con la causa del Reino después de su m uerte (9,
contra Jesús (c f 3, 9-10; 5, 24); la novedad de su práctica 9-10, 45) y es abandonado por ellos (14, 50).
provoca prim ero la admiración (cf. 1, 27-28) y después la Esa historia de cam bio nos dice que, para perm anecer
resistencia frente al cambio, y el escándalo ( 6 , l - 6 a); eso lo en su decisión de fidelidad, debe cam biar las m ediaciones de
llevará a distanciarse del pueblo (7,24-9, 30); incom prendido su práctica, que es la traducción hum ana de lo que constituye
finalmente por éste, será abandonado a su suerte a m anos del c om o Hijo al Logos de Dios: el estar referido incondicional­
Centro ju d ío y del poder rom ano (15, 11-15. 29s). mente al Padre. Eso es lo que configura la existencia de Jesús:
el que es el Hijo desde siempre a la m anera divina, aprendió
a serlo de m anera humana. En este sentido se puede afirmar
4) Cambio en las relaciones con el Centro que el relato nos narra la m anera com o Jesús se fu e haciendo
el H ijo de Dios, de m anera cada vez más plena y perfecta, y
Jesús com enzó m arginándose de él (1, 14), actuando sin que su conciencia y la práctica de su filiación son más plenos
autorización, pero con autoridad (1, 22.27); por eso será en Jesús al final (15, 39, único m om ento en que el relato narra
perseguido (2, 7; 3, 6.22; 11, 27-28). Busca protegerse im ­ una confesión verdadera de fe en el Hijo de Dios) que al
poniendo secreto (1, 25.34.44; 3, 12), y utilizando un lengua­ principio. Esta es la importancia teológica de la procesuali-
je cifrado no inteligible para cualquiera (cap. 4), y atenuando dad de la práctica narrada: nos m uestra en qué consiste ser
en algunos m om entos el efecto de su práctica (5, 34.39.47); (ir siendo) el Hijo de D ios-Liberador en la historia20.

su actitud con el Padre'), esa (auto)conciencia de Jesús, que se objetiva y 20 Asumiendo los datos del relato, sugerimos los siguientes elementos para
verbaliza, tiene una historia: comparte los horizontes y las formas conceptuales abordarla reflexión cristológica sobre la conciencia de Jesús:
de su mundo ambiental (para ser ella misma y no sólo una 'condescendencia' - No hay igualdad a priori entre "persona" y "conciencia in actu"\ de ahí que
con los demás); aprende, hace nuevas y sorprendentes experiencias y se siente no parezca procedente argumentar de manera deductiva sobre la conciencia
amenazada por crisis extremas de autoidenti/icación, aun cuando esas crisis, de Jesús, a partir de la conciencia del Verbo.
sin perder su fuerza, estén arrolladas por la conciencia de que también ellas se - Jesús es el Hijo de Dios, pero al modo humano, es decir, en kénosis\ asume
encuentran implicadasen la voluntad del ’Padre’"; Rahner, o.c. 33-34; énfasis la no-perfección relacional y práctica que supone ser hombre, y la perfectibi­
mío. lidad y procesualidad en el conocimiento de sí, de Dios, de los hombres, del

260 261
jesús, hombre en conflicto Narrativa te o ló g ia i«l<•! ■<<nlli> i<>

1.2 Práctica situada pecto del pueblo, y decide actuar para que algo sucrd.i
en el m undo y algo no siga pasando; por eso orientará
La narrativa tiene una tarea que es la inversa de la propia de su práctica a elevar en nivel de conciencia del pueblo
la abstracción y form ulación dogmática: situar históricam en­ respecto de su lugar en el Reino, y a generar esperanza
te y enriquecer la densidad existencial de lo concreto; la para los desposeídos de la promesa.
fórmula, al contrario, despoja de su lugar histórico a la
verdad, y les quita capacidad de impacto y de interpelación. Esta situacionalidad de Jesús es también un dato teológico
Y si nos quedam os en esta manera de conocer, correm os el fundam ental para el seguim iento y para la reflexión teológi­
riesgo de suponer que la afirmación "el Hijo de Dios se hizo ca. V eam os cóm o aparece Jesús situado frente a la realidad
hombre" se ha de entender en sentido genérico. Pero tal económica, política y religioso-cultural de su pueblo:
com prensión rozaría la herejía; porque el Hijo de Dios no ’se
hizo H o m b r e ’, sino tal hombre, Jesús deN azaret; en su ’carne
a) La situación de Jesús frente a la realidad económica
situada' es Dios m ism o quien se sitúa en la historia y sus
opciones son las opciones de Dios. Por eso en la sitnaciona­
A unque en el relato no se nos habla explícitamente de la
lidad de la práctica de Jesús tenem os una clave para el
situación económ ica del pueblo, podem os leer entre líneas la
seguimiento: porque todo /;/v;seguimiento de su práctica
depresión económ ica existente y el ham bre ( 8 , 1), en contras­
debe ser, com o la de él, situada.
te con las fiestas de la corte galilea ( 6 , 2 1 ); había quienes
Desde el punto de vista social, para Jesús estar situado
poseían cam pos que no trabajaban, sino que vivían en las
en un lugar implica no poder (o no querer) estar situado en
ciudades (12, 1; 13, 34); en esos lugares tam bién está c o nno­
otro; su situacionalidad tiene un connotado de parcialidad ,
tado el conflicto existente entre cam po y ciudad, por ese
en la que se expresa la parcialidad m ism a de Dios.
m otivo (12, 1-12). En los proyectos de los ricos no entra el
Desde el punto de vista existencial, situacionalidad
compartir, ni las necesidades de los pobres (10, 22). Se
significa que Jesús no se ahorra nada de la condición humana,
entrevé una situación de resistencia contra el pago del im ­
ni siquiera el ser puesto en situaciones límite: la marginali-
puesto rom ano (12, 14) y el sacrificio que suponía para los
dad, el conflicto, la tentación, la m uerte violenta.
pobres el pago del diezm o del T em plo (12, 44).
La situacionalidad de la práctica de Jesús está condi­
T am bién aparece el alto concepto en que se tenía la
cionada por una doble experiencia:
riqueza com o señal de salvación ( 10 , 26) y la incertidum bre
en que vivía el que no tenía ( 10 , 28).
- El pueblo, que no le importa al Centro, le im porta a
Dentro de esta situación Jesús vive com o uno más del
Dios; su lucha porque el pueblo recupere en la prom esa
pueblo. Es un trabajador ( 6 . 1), que ha dejado su trabajo por
el lugar del que se le ha desplazado, expresará la
gratuidad del amor liberador del Padre. la predicación del Reino ( 1, 9.14). Le pasa algo que podría­
m os llamar desc/asamienfo. no siendo de los últimos pobres,
- Vinculado estrecham ente al pueblo, y com o uno más
de él, tiene la experiencia del Proyecto del Padre res- de los que no tienen trabajo, Jesús deja su situación econó­
mica y se identifica con los m arginados de la sociedad.
Y porque allí tiene la experiencia de que el Padre h
mundo y del propio proyecto.
- La verdad de su ser-hombre es lo que pone el seguimiento a nuestro alcance, preferido a los pobres, pone la pobreza com o exigencia para
y es la primera razón por la que es normativo para la práctica cristiana: si fuera quien quiera seguirlo: porque sólo quien experim enta la
un superhombre no podríamos seguirlo; no nos sentimos vinculados norma­ m anera com o la pobreza limita y pone en contingencia la
tivamente por la extraterrestre y maniquea lucha de Supe mían por la justicia’
de Hollywood: pero si no lucra el Hijo de Dios, no tendríamos que seguirlo.

262 263
Jesús, hombre en conflicto Narrativa teológica del conflicto

existencia hum ana podrá poner las condiciones para hacer económ icos: el C entro term ina poniendo precio a su cabeza
posible en la historia, la abundancia del Reino (10, 28-30). (14, 11).
C o m o anticipo y señal de tal abundancia, ayuda al
pueblo en sus necesidades básicas materiales: enfermedad, b) La situación de Jesús frente a la realidad política
hambre, margináción social. C om parte con la gente su pan
( 6 , 35-44) y su vida porque entiende que la salvación c om ien­
Decir que Jesús es de Galilea (1, 9) y que se va allá para
za en la historia. El ideal que propone no es la carencia, sino
predicar el Reino de D i o s ( l , 14) es ya situarlo políticamente:
la abundancia de todos (10, 30), que será realidad si los que
Galilea nunca ha sido Centro, sino m argen, y factor im p o r­
tienen comparten con los que no tienen ( 10 , 21.23-25); por
tante en el enfrentam iento cam po/ciudad, provincia/Centro.
eso el signo que condensa su propia entrega será un pan
Detrás del térm ino Galilea está connotada la historia de
compartido: eso es él mismo: pan que se com parte para la
diferencias y conflictos del Norte con la dom inación del
vida (14, 22) y ése será el memorial de su presencia.
Sur21; lugar de frontera, es el prim er sitio donde llega cual­
Varias de sus acciones pueden considerarse com o c o n ­
quier invasión, con sus consecuencias socio religiosas: m ez ­
trarias a los intereses del poder económico: critica a los ricos,
cla racial que los hace impuros, apertura a otros m odos de
a quienes considera incapaces de poner las condiciones para
pensar...
entrar al Reino (10, 23-25); desautoriza con ello la idea Un últim o connotado de Galilea es la resistencia a la
com ún de que el Reino sigue la lógica del sistema excluyente dom inación romana: Séforis, a cinco kilóm etros de Nazaret,
y que los privilegiados sociales lo son también ante Dios; ese
fue escenario de una fuerte resistencia contra el censo rom ano
análisis provoca la sorpresa y el desconcierto de los discípu­ y de una violenta represión en respuesta, cuando Jesús era un
los ( 10 , 26) que, a pesar de haberlo dejado todo ( 10 , 28)
m u ch a c h o 22. N o es im p ro b a b le que a lg u n o s de sus d is c íp u ­
ponían su esperanza en algún tipo de acceso al poder. Jesús los, g a lile o s en su m ay o ría, c o m p a rta n en m a y o r o m e n o r
considera más valiosa ante Dios la pequeña totalidad del don grad o la m en ta lid a d de g u e rrilla a n tirro m an a , c u y a c u n a
del pobre que la abundancia del rico ( 12 , 41-44); da m ayor
es G alilea; en el relato hay datos que p u e d e n in te rp re ta rse
im portancia a la vida de un hom bre que a las propiedades de
así: su e x p e c ta tiv a de un lid e raz g o n a c io n a lis ta por parte
unos cuantos (5, 11.17) que, afectados en sus intereses eco­
de J e sú s (c f 8 , 29-33; 10, 37), el in te n to a b o rta d o de
nóm icos por su acción liberadora, (5, 17) le piden que se vaya
de su territorio. resiste n c ia a rm a d a (c f 1 4 ,4 7 ).
Ante la popularidad, que hace de él una figura pública
Tam bién la econom ía del Tem plo es desautorizada por
de prim era línea, Jesús tom a posición; en la narración, una
Jesús: le critica que se m antenga a costa de la vida de los
de las finalidades del secreto m esiánico es la protección de
hom bres (7, 10-13); invalida la actividad económ ica que se
las consecuencias negativas que le puede acarrear tal p o p u ­
realiza en torno al culto ( 11 , 15-16), y acusa a los sacerdotes
laridad. Pero de hecho Jesús propone algo radicalm ente
de ser bandidos que lo han convertido en lugar de asalto ( 10 ,
diferente a las expectativas del pueblo y de sus m ism os
17); critica a los escribas que convierten su situación ideoló­
discípulos, abierto a los pecadores, a los publicanos, a los
gica privilegiada en pretexto para apoderarse de los pobres
bienes de las viudas (12, 40).
Se opone a la dom inación económ ica de R om a ( 12 ,
13-17). La oposición frontal contra el centro religioso y 21 Es uno de los motivos fundamentales del cisma que independizó a las tribus
del norte: cf 1 Re 12, 1-16; S. Herrmann. Historia de Israel, 246-248; H.
político en el terreno económ ico afecta los intereses de los Grucn, El tiempo llamado Hoy, 81
poderosos y es uno de los m otivos de su condena; en la 22 F. Josefo, Ant. XVII 293s; Bell. 2. 73s; c f Leipoldt & Grundm ann, o.c. I,
traición que lo pone en sus m anos entran también m otivos 178; M. Hengcl, Jesiisy la violencia revolucionaria, 69.

264 265
Jesús, hombre en conflicto Narrativa tcoIó}',ii m l<*1 n >nl 11*l( >

m ás m arginados del pueblo, se distancia de los grupos más "com o a un /estés " (14, 47). M ediante intrigas y alianzas
radicales, que no los tom aban en cuenta y aun los rechazaban. políticas el poder religioso m anipula al pueblo para que
En su análisis critica severam ente la situación de los presione a Pilato, quien lo condenará a muerte com o peligro
poderosos; su concepción del Reinado inminente de Dios para el Imperio (15, 15).
implica provocativam ente el final de los poderes políticos La situación del pueblo que deja entrever el relato es la
ajenos a Israel, pero también excluye un reinado nacionalista de un pueblo reprimido, traicionado y abandonado por sus
de éste sobre las demás naciones: Jesús proclam a el Reinado jefes, m anipulado en favor de sus intereses, dom inado por
directo de Dios en favor de los excluidos ’. Roma; resistente, a pesar de todo, y aún con esperanza, pero
Critica expresam ente al poder que se im pone violenta­ sin poder de decisión; tal es el pueblo a cuyas necesidades
mente, aunque protegido tras una apariencia bienhechora , responde la práctica de Jesús.
cuando lo único que busca es la autoafirmación dom inadora
(c f 10, 42). Rechaza las aspiraciones de poder de los discí­
c) La situación de Jesús frente a la realidad religiosa
pulos (10, 35-45) y subvierte la lógica social al presentar el
servicio, no el poder, com o norm a de conducta.
Jesús es uno más del pueblo; un laico que no pertenece a
Critica las pretensiones romanas de dom inio ( 12 , 13-
ningún m ovim iento de selectos. N o tiene ninguna autoriza­
17); hace un análisis realista de la conflictividad histórica que
ción oficial para enseñar, ni especializadón en teología o
espera a sus seguidores por parte del Centro (13, 7 - 8 ) y
Escritura; no es ni escriba ni rabbí24. Su pertenencia a Galilea
desautoriza la estructura de poder del Tem plo, cuya destruc­
ción predice (13, 2). se refleja en la m anera com o se identifica con las corrientes
de pensam iento que históricamente provienen del Norte (co­
La consecuencia será la oposición creciente del Centro.
Desde el principio su práctica estará m arcada por la persecu­ rriente deuteronómico-profética, LeA), y en la m anera com o
ción que sufre Juan, su m aestro (1, 14), ante la cual Jesús, se opone a la corriente m ás vinculada con las tradiciones del
que ha decidido ya dedicarse a anunciar la B uena Noticia, se sur (corriente sacerdotal, LeP) \ La ausencia de toda acción
m argina del C entro y se va a Galilea. El Centro no tarda en purificatoria o sacrificial (fuera del C ordero Pascual) y la
darse cuenta de la am enaza que le representa, y lleva hasta m anera com o relativiza las prescripciones de Pureza pueden
allá el asedio y los planes de muerte (3, 6 ). A nte esas estar reflejando su situación de marginal e impuro, que era
am enazas, Jesús no actuará ingenuam ente; buscará la protec­ c om o los ortodoxos veían a los galileos.
ción de la clandestinidad, del ocultamiento, de la gente, del Desde el principio se diferencia de Juan el bautista en
lenguaje cifrado. su práctica y en su concepción del Reino. A unque su predi­
cación contiene elem entos apocalípticos, sus expectativas
U na advertencia más directa y amenazante es la muerte
de Juan a m anos de H erodes ( 6 , 16ss); Jesús responde a m ­
pliando el alcance de su predicación m ediante la misión de
los Doce, pero en ese contexto llega a la convicción de que 24 Contra el intento de G. Verme* de asimilar a Jesús con los Rabbí carismáticos,
es probable una m uerte violenta ( 8 , 31; 9, 31; 10, 33-34). Sin cf. S. Freyne, "The Charismatic", en Nickelsburg & Collins (ed), Ideal
Figures in Ancient Judaism , (Michigan 1980), 223-258. No se le puede
embargo, la popularidad de que aún goza, impide los intentos tampoco asimilar ni con los saduceos ni con los fariseos ( cf. Lumbiasi,
del Centro, de apresarlo (c f 11 , 18; 12 , 12 ; 14, 1-2); sólo "L'autenticitá storica delle controversie con i Farisei", Bibb.Or. 18, (1976)
m ediante la traición de uno de los suyos lo aprehenderán 3-28); su trato con los impuros y su concepción de juicio como salvación, no
como venganza, lo distancia de los esenios; su apertura a los publícanos y su
rechazo a encabezar como mesías la resistencia contra Roma, lo hace diferente
23 Esto no aparece tcmatizado en el relato de Me. pero creo que es lo que subyace de los grupos armados.
a la marginalidad de su práctica narrada. 25 Cf. Introducción, Capítulo 3: Ley de Alianza y Ley de Pureza.

266 267
Narrativa teológica del conflicto
Jesús, hombre en conflicto

En el siguiente esquem a presentam os la situación del pueblo


son diferentes: espera un ju ic io de salvación, no de venganza
ni de condenación (c f 13, 20.22.27). dentro de trama de prácticas de los poderes en el terreno
económ ico, político y religioso-ideológico, y la m anera
Espera el Reino de Dios, no el de Israel o el de David
(12, 35-37) y, menos, el suyo propio com o m esías"’. En este cóm o la práctica de Jesús incide en esos aspectos.
punto se distancia de las expectativas apocalíptico-naciona-
listas de los fariseos, de los esenios y de los grupos armados.
Da m ucha im portancia a lo material-corporal en la
salvación, que entiende com o presente ya en la historia,
aunque no reducida a ella. Por eso toca a los enfermos,
violando provocativam ente los preceptos de pureza que pro­
hibían tocar a los impuros; con ello desautoriza el juicio
excluyente del Centro, y los reincorpora al pueblo de Dios.
Su análisis subvierte los elem entos centrales que daban
consistencia al Centro religioso: Tem plo, sábado, pureza,
M esías davídico, elección excluyente de los dem ás pueblos,
guerra santa, autoridad de Moisés, de escribas, sacerdotes,
saduceos, fariseos... y cam bia el centro de la experiencia
religiosa y del acceso a Dios, privilegiando el am ar sobre el
dar culto, el ser puro y el saber sobre Dios.
En el relato aparece el abandono que el pueblo sufre de
parte de sus pastores ( 6 ,3 4 ) y su desorientación y expectación
( 6 , 14s); de m anera implícita podem os ver connotadas las
características que señalam os en la primera parte: es un
pueblo sin derechos, marginado, explotado en el culto, tenido
por m aldito y m anipulado contra Jesús. Ese pueblo y sus
necesidades es para Jesús la m edida de su práctica; actúa para
que recuperen ante sí m ism os y ante la sociedad, el lugar que
nunca han perdido ante Dios. Y teniendo en el pobre y en su
necesidad el criterio inmediato de su práctica es c om o Jesús
hace real su referencia última e incondicional al Padre y a su
Reinado.

INSTANCIA ECONOMICA
26 "Jesús proclama el Reino de I )ios y no a sí mismo... Volcándose en D ios y en JESUS Ay\xU al porteo «a vtodw: «K kScomidi
Rompe circulo ndujrcnU «k U propttdftd.
el hombre necesitado de salvación, se olvida de sí y existe únicamente en este Crkfc» pcoíétk» coair» neo»
C u n b i. cnVO d* t o m p u t í W « u m u l.r
olvido". Rahner-Thüsing, Cristología, 35. Jesús no pretende probar nada Proyecto ifuftkUriO dei R t* o : p*í« ioóof.
sobre sí mismo ni sobre su mesianidad; no aparece en el relato ninguna ¿nuiidad.
pretensión semejante.

269
268
Jesús, hombre en conflicto Narrativa teológica del conflicto

1.3 Práctica conflictiva 1. Las controversias y el conflicto

La conflictividad es una característica no deseada, pero ine­ Las controversias son determinantes para el cam bio que se
vitable, de toda práctica hum ana-que intente incidir en el va dando en la practica de Jesús:
cam bio de una situación dada, injusta, y que se defina ante
ello (cf. 8 , 31.34-38; 13, 9-13). Sólo quien, com o Pilato, se - Las controversias sobre lo que se puede y lo que no se
lave las manos, estará exento de ella. puede hacer en favor de la vida (2, l -3, 5) term inan con
Esta afirmación puede m olestar a más de un lector; pero la am enaza de muerte (3, 6 ), que se increm enta con la
la centralidad del conflicto es algo tan relevante en el relato presión familiar (3, 20-21) y con el asedio del C entro
de M arcos que, si se eliminaran los pasajes de conflicto, (3, 22.30). Jesús iniciará su predicación en lenguaje
quedaría un conglom erado incoherente de hechos sueltos, y cifrado (parábolas).
se desvanecería la estructura con la que pretende dar razón - Las controversias sobre lo que es asunto de vida o
histórica de la cruz de Jesús, y mostrarla com o cam ino 7. muerte para el pueblo (Pureza o justicia (Alianza) 7,
1-23) desem bocan en la retirada a territorio pagano; el
tem a sobre el que versa es central en el m ensaje de
a) La centralidad del conflicto, en el relato
Jesús: dónde se expresa el verdadero designio de Dios
sobre los hombres, y cóm o el C entro lo ha tergiversado.
La lectura global y el análisis hecho dejan la impresión
- En las controversias en Jerusalén, sobre la autoridad del
agobiante de que el enfrentam iento pervade la vida toda de
Centro ( I I , 1-13,2) Jesús desautoriza uno por uno los
Jesús y lo lleva a límites h um anam ente insostenibles: sum ido
puntos fundam entales del Centro (LeP) y a sus repre­
en la incom prensión y rechazado por todos, morirá en la
sentantes principales; ante la am enaza que eso le im ­
soledad del abandono universal, en el que el Padre m ism o
plica, se refugia por las noches en Betania (11, 11.19);
calla. El conflicto no es algo puntual, accidental, sino un
se confirm a la decisión del Centro de prenderlo (11,
proceso que Jesús asum e de m anera cada vez m ás lúcida. N o
18; 12 , 12 ).
es un conflicto que se dé sobre la historia, entre el Padre y el
Hijo, sino dentro de ella; no es un conflicto cualquiera, sino
que nace de la experiencia de un Dios inverso, no el que está
en la cum bre del poder, sino en lo más bajo de los m árgenes 2. La Crisis de Galilea y el conflicto
hum anos; no el que defiende celosam ente su Ley y sus
derechos, sino el que ama al pobre y defiende su derecho a La Crisis de Galilea ( 8 , 27-38), cuya centralidad en la estruc­
la vida; no el de la distancia mortal para el hom bre, sino el tura ha quedado de m anifiesto en el análisis, tiene su origen
de la m isericordia cercana. en el conflicto interno de Jesús frente a tres respuestas a su
Pero querem os destacar la importancia estructural del mensaje:
conflicto en el relato, donde se ve que es algo pretendido por
Marcos, y elem ento fundamental de su mensaje: - la del pueblo, que ha m alinterpretado su práctica y su
identidad, y en quien no ha generado la fe en el Reino;
- la de sus discípulos, que no com prenden su identidad
m esiánica y la tergiversan;
27 "Perhaps the best ñame for the inarkan sequence in iLs totality is conflict", I). - la del Centro, que ha increm entado el asedio y la
O ’Via. Keiygma and Comedy, 115, cit por Kclber, The Passion in Kíark,
(Philadelphia, 1976), 57, (el subrayado es del autor).
decisión de darle muerte.

270 271
lesús, hombre en conflicto Narrativa teológica del conflicto

El análisis que Jesús hace de esta situación lo lleva a la impide el cum plim iento del verdadero proyecto de
conclusión de que el íinal violento es inevitable, tarde o Dios;
temprano. Al proponer desde esa convicción un correctivo a - la decisión de Jesús de incidir eficazm ente en el cam bio
las expectativas de los discípulos y al estatuto del seguim ien­ de esa situación, injusta para con el Padre y para con
to, provoca en ellos una crisis y un enfrentam iento con él ( 8 , su pueblo.
33-34).
Es, pues, la fidelidad a la causa del Padre, que es lo que está
en ju e g o , lo que lleva a Jesús al conflicto. Lo que busca Jesús
3. Las instrucciones a los discípulos y el conflicto
directam ente es la causa de la vida, no el conflicto. Pero su
análisis le hace descubrir y enfrentar a los enem igos del
Los tres anuncios de la pasión vertebran las instrucciones,
proyecto de vida del Padre (c f 1, 23-26.30.31.32.34 2 16-
com o preparación para la subida a Jerusalén ; el conflicto
5, 2-5; 6 , 34; 8 , 2-3).
entre él y sus discípulos por la incom prensión de éstos se hace
m ás y m ás agudo ( 8 , 31; 9, 31; 10, 33).
’ El conflicto es, pues, central en la configuración de la b) La intencionalidad del conflicto, en el relato
estructura de la práctica narrada, y se da en tres dimensiones:
Pero decir que el conflicto no es buscado por Jesús com o
- Hacia afuera: con los oponentes de Jesús; hay conflictos objetivo prim ero no significa que éste se dé al m argen de sus
secundarios con el pueblo y con sus discípulos, en lo intenciones. N o sólo lo sufre, sino que lo provoca. Precisa­
referente a la com prensión del Reino y de su práctica. m ente por fidelidad al Reino.
- Hacia dentro: Jesús vive fuertes situaciones de tenta­ El relato, en efecto, nos da a entender que inicialmente
ción en torno a sus expectativas y su concepción de Jesús procura evitar el conflicto con el Centro; por eso se
Dios y del Reino. retira de él a los márgenes, a Galilea ( 1, 14). Pero pronto
- Hacia delante. La muerte se le presenta com o horizonte em pieza a realizar acciones provocativas y, en m uchos m o­
cada vez más inminente, y pone en cuestión su persona mentos, (de acuerdo a una lógica sensata ), de m anera inne­
y la causa m ism a del Padre. Porque intuye que no es la cesaria: Enseña sin autorización ( 1 ,2 1 ), pero lo paralelo de
m uerte heroica del mártir sino el fracaso en el abandono su m agisterio quita autoridad a los escribas ( 1, 22.27); sus
universal, incluso de parte del Padre. primeras curaciones son precisam ente en sábado ( 1, 2 1 -
27.29-31); viola innecesariamente la Ley de Pureza tocando
Pero el conflicto es inevitable para Jesús, porque es conse­ al leproso ( 1, 41), al que envía a ofrecer un testim onio contra
cuencia necesaria de la conjunción de cuatro factores: los sacerdotes (1,44); habiendo quedado impuro, no realizará
ninguna acción purificatoria. La clandestinidad que por ello
- La conciencia de que el Reinado de Dios en favor del ha de asum ir (1, 45; 2, 1) es consecuencia de la im pureza que
pueblo, en continuidad con la Alianza, es algo inm i­ lo ha contam inado.
nente; Y las acciones prohibidas se multiplican: com e con
- la experiencia de una misión por la que se le confia, pecadores y recaudadores (2, 15-17), a uno de los cuales
com o Hijo, la causa del Padre y la causa del pueblo; invita a ser su discípulo (2, 13-14) y m uchos de ellos le siguen
- la constatación, en su propia experiencia com o parte del (2, 15c); desautoriza el ayuno (2, 18-22); hace camino en
pueblo, de que el Centro Judío y la inflación de la sábado (2, 23-26) y dice que el hom bre es señor del sábado
Pureza, son la causa principal de esa exclusión y lo que y que para él lo hizo Dios ( 2 , 27s); una curación hecha

272 273
Jesús, hombre en conflicto Narrativa teológica del conflicto

innecesaria y provocativam ente en sábado es causa de su p ueblo (1, 41; 2, 17; 10, 13-15) y tam bién el círculo d ia b ó ­
condena (3, 1-6). lico de la violencia no resistiéndose a ella (9 3 5 - 14
¿Por qué Jesús no evita esos conflictos? Hubiera sido 21-25.36.42-49).
lo más sensato. Pero decide actuar de esa m anera provocativa En este sentido la práctica de Jesús debe calificarse
para dejar en claro que la necesidad del hom bre, y no la ley, com o subversiva en el más estricto sentido de la palabra:
es lo que m anifiesta lo que de verdad le im porta a Dios: que cambio realizado desde abajo, desde la base del pueblo y
el hom bre viva (2, 17.25.26; 3, 4.14.15; 7, 7-13; 12, 28-3 1); desde la raíz del problema. Su práctica específicam ente reli­
y que al Dios que está en los márgenes, incluso en el margen giosa subvierte la lógica dom inante e incide en lo económ ico
de la ley, se llega no m ediante ritos sino m irando por el y en lo político, porque ésa es la cualidad del Reino.
herm ano (12, 32-33). Atención al térm ino subversivo y a las reservas que
Jesús va creciendo en certeza de que, ver por los despierta: Desde el sistema dom inante se le atribuye un
derechos del pueblo en un m undo injusto y excluyente, connotado de ilegalidad, de ir contra el Orden, de peligrosi­
implica el riesgo de la vida (2, 5-11; 3, 6-12; 8 , 11-13.31; 9, dad. Sí: todo eso tiene la práctica de Jesús. El relato no
31; 1 0,33; 14, 22-25.48-49). N o hay que buscar otra lógica, pretende legitimar el Sistema, proponiendo un ejemplo aI
en el relato, a la cruz de Jesús, que la de la violencia hom icida reves con el que desalentar a quienes pretendieran proseguir
de los piadosos en el poder (3, 6 ; 11, 18; 12, 12; 14, 1-2.10- esa causa, m ostrando la cruz de Jesús com o el castigo ejem ­
11.63-65; 15, 1- 2 . 11 ), que se im ponen sobre todo el que plar al que se expone quien enfrente el sistema. Lo que busca
afirme que Dios opta por los pecadores y no por los selectos. es precisam ente radicalizar esa resistencia, proponiendo la
práctica de Jesús y su camino histórico a la cruz com o
norm ativos y necesarios para quien quiera alcanzar el Reino.
c) Lo subversivo de la práctica de Jesús
N o o c u lta la seriedad del c o n flicto ni hace c o n c e s io n e s al
En la práctica de Jesús Dios ofrece al pueblo sufriente una m ie d o para a ligerar las e x ig e n c ia s del seguim iento. P o r ­
alternativa de vida. Pero por la condición m ism a de la estruc­ que la c o n flictiv id a d con el m u n d o es la m e d id a de la
tura social de poder, será no sólo una práctica a favor de, a u te n tic id ad de la causa de Jesús y de su /;/'<7s e g u im ie n to
(c f 8 , 34-38; 13, 9-13).
sino una práctica en contra de personas y situaciones c on­
cretas. Para rescatar el derecho del pueblo a la vida realizará Se trata de una subversividad que resulta inm anejable
para los poderosos, porque no admite componendas. Jesús
acciones orientadas a desbloquear y m ovilizar la esperanza
no tiene precio de compra, porque lo que está e n ju e g o no es
de los excluidos, m ostrándoles que el presente injusto que
algo periférico a su fe, sino la centralizad m ism a de la causa
padecen no es la última posibilidad de Dios en tavor suyo;
del Padre. Sus enem igos captan adecuadam ente ese carácter
pero tam bién realizará acciones para desenm ascarar la injus­
absoluto cuando tan tem pranam ente lo condenan. No es
ticia del C entro contra el pueblo y contra el Padre, a quien
posible un acuerdo: o su dios o el Dios de Jesús; o el Reino
presentaba com o el convalidador de sus privilegios y com o
en favor de unos cuantos o el Reino para todos.
quien confirm aba la exclusión de las mayorías.
El conflicto, pues, es clave herm enéutica de co m p re n ­
Jesús denuncia la perversión del proyecto de Dios (cf.
sión: explica la cruz e implica al discípulo:
4, 15-19; 6 , 4-5; 7, 6-13 18-23; 9, 42-48; 10, 5-9.23-25.42-
45; 11, 15-17; 12, 41-44); desenm ascara a los responsables
de esas situaciones (cf. 3, 1-5.23-29; 7, 6.13; 11, 17b.27-33; - nos hace com prender las razones históricas de la cmz,
12, 1-12.38-40); previene al pueblo (12, 35-40); rom pe el y que en ella es donde el Hijo se revela com o cam ino
círculo diabólico de la exclusión, poniéndose del lado del al Padre y a los hermanos,

274 275
Jesús, hombre en conflicto

- nos hace com prender la resurrección com o la acción


poderosa de rebeldía del Padre contra los poderes que
condenaron a su Hijo;
- nos hace com prender que la cruz es norm ativa del
seguim iento de Jesús en el p ro se g u im ie n to de la causa
del Padre.

d) El núcleo del conflicto 2


Jesús reinterpreta la intuición válida de la Ley de la Pureza,
declarando qué es lo que m ancha al hom bre y es peligro de
m uerte y maldición para el pueblo: no es lo de Juera, sino lo
de dentro, el corazón com o centro de las opciones y los
proyectos humanos. No postula un intimismo moralizante,
sino que toca el fondo de lo que configura la existencia
hum ana: todas las áreas importantes resultan determ inadas
en el corazón el derecho a la vida, a la verdad en las
relaciones, a la integridad de la familia, a la propiedad que
garantice la vida (7, 21-23). Estas son, para Jesús, las cues­ N o r m a t iv id a d d e l C o n f l ic t o
tiones de vida o muerte, y desde ellas decide Jesús qué es
quebrantar la Ley, qué im pide o posibilita el acceso a D ios y
cóm o se arregla el asunto del pecado. La radicalización de la
Ley de la Alianza, trastorna la concepción de un m undo
dividido en sagrado y profano, en puros e impuros, y q ue­
branta los fundam entos del ju d aism o postexílico. C am bia lo
central de la religión ju d ía poniendo al pobre com o centro H em os destacado su centralidad en el relato: tanto en la
del am or gratuito de Dios; equiparando verticalidad y hori­ estructura narrativa com o en los contenidos de la práctica
zontalidad del amor, m uestra que la causa del Padre está en narrada. Pero surgen varias preguntas: ¿Por qué M arcos da
ju e g o en la causa del pobre, dos dim ensiones inseparables de tanta im portancia al conflicto de Jesús con el Centro judío,
una m ism a realidad religiosa y social (12, 29-3 1). dado que escribe a cristianos no judíos? ¿N o podría haberlo
Eso explica la absolutez que da al am or al herm ano, omitido, o al m enos atenuado el enfrentam iento con la Ley,
sobre todo aquél cuya vida está amenazada: reduciendo las c om o lo hace M ateo 9 ¿Fue realmente así la práctica de Jesús
leyes al am or a Dios en el am or al herm ano, radicaliza la o es una creación del redactor o de la com unidad ?28 ¿U na
contradicción entre Ley de Alianza y Ley de Pureza; se
distancia del pensam iento fariseo y del conservadurism o
2S 1 ueden plantearse tres hipótesis: a) la relevancia del conflicto se explica
saduceo, así com o de los com portam ientos rabínicos. Es la
porque la comunidad de Me sufre persecución, y traspone sus conflictos a
estructura jerárquica de su tiem po lo que impide com prender Jesús, creando así un mito inverso, un Jesús en conflicto; b) el conJlicto con
la parcialidad del Padre y la igualación de todos en el Don, y el C entro es una creación de la comunidad en su lucha contra los judaizantes;
cj) el núcleo del conllicto se remonta a Jesús y su centralidad es expresada
lo que impide la conversión hacia la justicia y el amor. fielmente en el relato. La situación de la comunidad sólo es la matriz socio-

276 277
Narrativa leológii ti . I<l . . nlli i.
jesús, hombre en conflicto

no se m ueve por una experiencia religiosa primaria


semejante conflictividad ha de ser normativa para la práctica
mente, sino por leyes; la característica de su dios es l.i
cristiana?
santidad-alejamiento, a la que ellos dan expresión sa­
A rgum entando a par i con las afirmaciones sobre la
historicidad fundamental de los milagros, sin los cuales se
cramental con su vida separada del pueblo y con la
creación y consolidación de una estructura jerárquica
perderia la coherencia del relato, respecto del conflicto hay
estratificante y excluyente de las mayorías.
que afirm ar lo mismo: a algo tan central en la práctica narrada
- En cuanto al acceso a Dios: según Jesús no se da a través
le debe corresponder también una centralidad en la práctica
histórica de Jesús. En el análisis hemos descubierto cóm o el de actividades purificatorias ni sacrificiales; dice que
no todas las leyes son iguales y, en la interpretación de
conflicto está en todos los niveles narrativos: en las narracio­
nes de milagros, en los sumarios, en las transiciones, en la esa jerarquía se define por la corriente profético-deu-
predicación, en las instrucciones a los discípulos, en las teronóm ica, en consonancia con la tradición del Norte,
y contra la interpretación oficial, de línea sacerdotal,
controversias.
Por otro lado, el conocim iento que podem os tener de en consonancia con las tradiciones del Sur.
la situación ideológico-religiosa del tiempo de Jesús perm ite - Estas diferencias fundam entales con el judaism o, y los
afirmar la verosimilitud histórica de un conflicto com o el conflictos que de ello se derivan necesariamente, dadas
las pretensiones de totalidad que tienen am bas posicio­
narrado. Se pueden hacer las siguientes afirmaciones:
nes, tienen suficientes garantías históricas y no se
pueden explicar recurriendo com o explicación al c on­
a) Existieron diferencias sustanciales, no periféricas, e n ­
flicto j u d e o c r i s t i a n o , del t ie m p o en q u e se e s c r ib e
tre el Centro judío y Jesús, en varios aspectos. A m bos
el r e l a t o 20.
pretenden expresar de m anera totalizante el proyecto
de Dios; pero los prim eros tienen el poder de su parte:
b) El relato presenta este conflicto com o la causa histó­
rica de su muerte: la pasión de Jesús nace de su rebeldía
- En cuanto a la situación social y religiosa, Jesús es del
contra una ideología que atribuye a Dios un determi-
pueblo; el Centro se ha desvinculado de él; incluso los
nism o socio-político y religioso, desde el que se c on­
fariseos que, siendo del pueblo, se han constituido en
elite socio-religiosa, que desprecia al pueblo. sidera a c rític am e n te la e structura e xistente c o m o
- En cuanto a la concepción de Dios y su Reino, la inmutable, ante lo que sólo cabe la resignación. Uno de
diferencia es cualitativa: la experiencia de Jesús rebasa los m otivos históricos de la cruz es su denuncia del
la tradición judía y la cuestiona de raíz, al hablar de un estatus excluyente com o violentam ente contrario al
Reino.
Padre cuya misericordia se m anifiesta en cercanía, que
prom ueve una estructura igualadora basada en la gra- c) En esto consiste el correctivo que M arcos aporta a la
tuidad, y que muestra su preferencia por los de abajo ; teología de la cruz: al vincularla a la práctica de Jesús
eso implica en Jesús una conciencia especial de su nos revela que no cualquier cruz es salvífica ni cual-
relación con Dios y de su misión. El Centro, en cambio,
29 Este punto lo estudia Lamhiasi. en su ensayo citado. Prueba la atestación
múltiple del conflicto en todas las fuentes y de allí concluye que no se trata
religiosa que posibilita la recuperación de la memoria conflictiva de Jesús.
sólo de un tema posterior cristiano, sino que tiene un antecedente jesuánico.
Analizando las tres hipótesis sólo encontramos consistente la tercera, que
E. Levine, desde el judaismo, también destaca las diferencias existentes entre
integra los tres aspectos fundamentales del hecho-Jesús: la afirmación de un
Jesús y el Centro, que hacen creíble y necesario dicho conflicto, particular­
núcleo histórico referente a Jesús de Nazaret; la definitividad y relevancia de mente con los fariseos, concretamente los hakamim\ c f Levine, Un judio lee
ese núcleo como norma, una vez confinnado por la resurrección; y cómo esto el Nuevo Testamento. 45-4X; Bowkcr , Jesús and the Phansees , 21 s, 38, 44s.
determina la práctica del seguimiento.

279
278
Jesús, hombre en conflicto Narrativa teológica del conflicto

quiera revela al Hijo de Dios-Liberador; no ciertam ente


la de los otros dos crucificados con él; sólo la que es - El relato nos pone en contacto inm ediatam ente con la
consecuencia del quehacer del Reino. Esto será funda­ historia que generó la vida y la práctica de Jesús, es
mental para el seguimiento. decir, con el m ovim iento que prosigue su causa. Este
d) El conflicto entre Ley de Alianza y Ley de Pureza nos m ovim iento pretende ser traducción fiel del hecho-Je-
da una clave de com prensión de la pasión: no presenta sús y para ello realiza una doble tarea: a) ser memorial
a Jesús com o víctim a expiatoria que satisface la ira de de Jesús con el testimonio de su vida, y b), consignar
Yahvé, sino com o víctima de la lógica histórica de un la m em oria de la práctica y de la persecución y muerte
m undo estructurado contrariam ente al proyecto de de Jesús, para que quede com o correctivo perm anente
Dios. Así llena de contenido la cruz, la cualifica dicién- frente a la tentación de evadirse de la historia, que
donos que su m otivo fue la defensa de los derechos del puede engendrar la mística pascual.
pueblo al Reino y la justificación de la preferencia del - La situación de persecución en que vive, y el conflicto
Padre por ese pueblo. Y la propone com o cam ino de ju d e o cristiano pueden considerarse com o la matriz
seguimiento, corrigiendo la ilusión de una cristología socio-religiosa que explica la centralidad que el c on­
de exaltación que espera la parusía inm ediata en una flicto tiene en el relato’0. La situación social siempre
actitud de evasión del comprom iso. Estamos, pues, ha sido condición epistem ológica y criterio de selec­
ante una verdadera teología narrativa del conflicto. ción de temas de una teología situada.
e) C o m o contrahipótesis: si el conflicto fuera un elem en­ - Sin embargo, no basta el recurso a la situación c o m u ­
to secundario o inexistente en la práctica histórica de nitaria; hay que llegar a la situación de J e s ú s '1. Una
Jesús, habría que afirmar que el relato nos habría cosa es afirmar que la com unidad es m atriz del recuer­
transmitido una im agen sustancialm ente falseada de su do, y otra decir que es creadora de un mito. El evangelio
persona, de su causa, y de las condiciones del segui­ es m em oria interpretada inteligentemente, y nos pone
miento, dando tal centralidad al conflicto en la práctica en relación tanto con Jesús de Nazaret, c om o con el
narrada; tal mito inverso no podría ser propuesto com o m ovim iento de los seguidores de Jesús.
norm a universal y absoluta de la fe y seguim iento - La centralidad del conflicto en la práctica narrada y en
cristianos. Y resultarían también falseados M ateo y la práctica histórica de Jesús exige una centralidad
Lucas, que están en estrecha vinculación con Marcos. equivalente, y por los m ism os motivos, en la práctica
0 Y todavía una última cosa: No basta la c orresponden­ del seguimiento. Esto lo tiene en cuenta el relato en
cia entre un núcleo histórico y lo nuclear de la narración m om entos centrales: en el quicio del relato (crisis de
para que la conflictividad de Jesús sea propuesta com o Galilea) hace extensiva a toda la gente la participación
norm a de seguimiento; esa condición hum ana de Jesús en el conflicto por la causa del Reino, com o condición
ha de ser referida a su resurrección, que es lo que la de seguimiento, dando un nuevo contenido a este tér­
confirma y hace normativa. Hasta allá llega el relato: mino (8,34-38); el capítulo 13, o rie n tad o a d ar n o rm a s
viendo la práctica de Jesús desde la óptica pascual, de c o n d u c ta so bre el tie m p o previo al Reino, p re s e n ­
remite a Galilea al seguim iento de Jesús, el Nazareno ta la c o n flictiv id a d con que deben c o n ta r re a lis ta ­
crucificado que resucitó La resurrección no le quita m ente los d iscípulos, y la m an e ra c o m o la han de
aguijón al conflicto, sino que muestra la necesidad a fro n tar (13, 9-13).
histórica de la cruz, en un m undo configurado por un
proyecto opuesto al proyecto de Dios. 30 Cf. Lumhiusi, o.c. 14-15.
Concluyam os, pues: 31 Ibid. 19.

280 281
Jesús, hombre en conflicto

M arcos hace, pues, una teología narrativa del conflicto de


Jesús, y u n a teología anticipativa del conflicto cristiano.
Desde entonces, no es válida la idea de que lo verdaderam en­
te cristiano es vivir sin conflictos; no es posible eludirlos. A
quien siga a Jesús le tocará enfrentarse, en su m om ento, con
los poderes que, com o entonces, siguen configurando pro­
yectos de m uerte para el pueblo; y ante ellos deberá seguir
siendo rebelde, proponiendo com o correctivo y com o norm a 3
la necesidad del pobre. Por am or del Padre, cuya causa se le
ha encargado (com o entonces al Hijo), por amor al pueblo,
de cuya vida es responsable, y por am or a Jesús, cuyo
seguim iento es cam ino al Reino en la historia.

R e l a t o y P r á c t ic a H is t ó r ic a

M ucho tiem po se vivió el escepticism o sobre la posibilidad


de llegar al Jesús histórico32, hasta el punto que se vio en los
relatos evangélicos sólo un esquem a funcional, que veía a
Jesús como si hubiera vivido de esa manera. Aquel gran
hom bre que fue A. Schweitzer, desilusionado intelectual­
m ente por el esfuerzo, vano según él, de llegar al Jesús
histórico, sin em bargo consagró su vida al servicio de los
demás, como si Jesús así lo hubiera hecho.

32 Algunos de los principales estudios sobre el tema: Kasemann, Estudios


Exegéticos, 159-189, Bornkaram, Jesús de Nazaret, J. Jeremías, Teología
del Nuevo 7 estamento , 13-52; E. Schillebeeckx, Jesús, historia de un viviente,
13-91; J.L Glez Faus, Acceso a Jesús, 32-58; W. Trilling, Jesús y los
problemas de su historicidad, J. Blank, Jesús de Nazaret, 15-106; J. Sobrino,
Cristología desde América Latina, cap 1; L. Boff, Jesucristo el Liberador,
c a p .1.

282 283
lesús, hombre en conflicto Narrativa teológica del conllii lo

Pero la afirmación debe ser la contraria: no es el relato el que "Buscan a Jesús el Nazareno, el que fue crucificado; resucito
crea la ’m em o ria ’ de la práctica, sino ésta la que origina el no está aquí...Va delante de ustedes hacia Galilea; allí le
relato; la práctica cristiana y la tarea de 're c o rd a r’ han sido verán..." (16, 6-7).
desencadenados por la realidad del hecho-Jesús y no al revés. La tesis propuesta por Dios cuando lo designa com o
Los estudios arriba m encionados nos han m ostrado qué Hijo es negada por los hom bres al darle muerte; todo el relato
peligros hem os de evitar: a) un fundam entalism o acrítico, resalta la manera com o la cruz está precontenida y anunciada
que pretendiera determ inar la biografía’ de Jesús, o la re­ en su práctica, trabajo que nadie había hecho antes de M ar­
construcción psicológica de su interioridad33, y b) el escepti­ cos . La antítesis no anula la tesis, sino que la asume: la
cism o histórico que nos pone ante el peligro de un nuevo muerte acaba con la vida y práctica de Jesús, pero no las
docetism o 34 Nosotros querem os aportar luz al problem a ignora, sino que es su consecuencia.
desde otra perspectiva: la de la unidad dialéctica que existe Esto es lo que aparece en los títulos que se atribuyen a
entre tres aspectos de la práctica de Jesús: la práctica históri­ Jesús al final del relato: el Nazareno (su práctica)- el C ruci­
ca, la práctica narrada y la práctica normativa. ficado (su muerte). Y la síntesis, ne g a ció n de la m uerte, no
es un reg re so a la vida, sino la c o n firm a c ió n de la vida que
su p e ra la m u erte pero sin negar su tragedia: eso es la
a) El carácter dialéctico de la narrativa teológica resurrección.
Pero esta síntesis vuelve a ser una nueva tesis que Dios
El relato de M arcos no nos lleva al Jesús histórico, si por tal propone al hombre: "resucitó - no está aquí - va delante de
entendem os la objetividad de la historia de un hom bre co n ­ ustedes a Galilea, donde le verán". La resurrección no es
finado a la inoperancia de un recuerdo arqueológico, y cuya constatable aquí , en el sepulcro, donde suele guardarse la
práctica quedó concluida, sin capacidad de incidencia en la m em oria de los m u e rto s'7; la experiencia del resucitado no
historia. T am poco nos lleva a la confesión inm ediata del se da en el sepulcro (antítesis de la resurrección), sino en
glorioso Señor resucitado, cuyo seguim iento sería imposible Galilea (síntesis), lugar insustituible de la práctica del Reino
quimera. y antítesis del "no está aquí". Ni la resurrección ni el sepulcro
Que no se sitúa en la perspectiva de la exaltación queda aparecen com o un final, sino que, com o todo lo de Jesús,
claro por la ausencia de relatos de apariciones, y en el énfasis están referidos a la causa del Reino y su /;roseguim iento.
que da a su vida com o antecedente de la cruz y a ésta com o
lo último de la condición hum ana de Jesús.
En cambio, M arcos hace una original labor de síntesis 35 Los tres momentos dialécticos, afirmación (tesis), negación (antitesis), y
negación de la negación (síntesis) son característicos de muchos conceptos
dialéctica por la que nos pone en contacto con el Jesús que
hebreos. M ühlcn ha destacado la dialecticidad del concepto de Gran Yo o
hace historia , realidad en la que están implicados y explica­ Persona corporativa, (cf El Espíritu en la Iglesia ); el tema lo he retomado,
dos dialécticamente, en una unidad nueva, Jesús de Nazaret, ampliándolo a otros momentos del pensamiento paulino en C. Bravo, Apuntes,
(com o hecho originante), el Resucitado, y el m ovim iento de 30-34, 81 s, 97-99, 125, 134, 173. Ilay que recordar que el segundo momento
no es una negación tal que anule la tesis, sino que la asume negándola, al igual
seguidores suyos en los que su Espíritu sigue inspirando el que la síntesis integra los dos momentos anteriores, pero en una realidad nueva,
/proseguimiento de su causa y no en un simple retomo a la tesis.
H ablam os de síntesis dialéctica' . Eso es precisam ente 36 "Nunca hay signos de que, en el evangelio paulino, la historia terrena de Jesús
anterior a su muerte y a su resurrección haya ocupado un lugar esencial";
lo que aparece en el final de Marcos, síntesis de todo su relato: B om kam m , Jesits, 32.
37 Sobre el significado del sepulcro en la mentalidad judía, c f Delormc, "Résu-
33 Ch. Pcrrot plantea en síntesis este peligro, cf.Jesús, 48-52. rrection et tombeau de Jesús", en La résutrection du Christ et l'éxegese
34 L. Schottroff, Jesús Je Nazaret, esperanza Je los pobres, 14; Pcrrot, Jesús, moderne, (cf SelT 33 (1970), 123). Tal vez por eso la tumba vacía nunca ha
52s. sido origen de fe en el resucitado ni pnieba de su resurrección.

284 285
Jesús, hom breen conflicto Narrativa teológica del conflicto

Resucitó para preceder en Galilea a los discípulos y para ser práctica que lo haga presente en el hoy diferente de la historia,
seguido por ellos; ese es el único lugar de la visión ("allí le com o el Liberador, el responsable del Reino.
verán") y de experiencia perm anente de la fuerza del resuci­
tado y su acción en la historia.
Podem os esquem atizar el doble m ovim iento dialéctico
b) La dialéctica del seguimiento
que constituye lo que hem os llamado el Jesús que hace
historia'.
Pero el seguim iento no puede entenderse como una sim ple
repetición de lo que hizo Jesús. Entre él y sus seguidores,
el C rucificado com o entre el Jesús de Nazaret y el Jesús confesado, hay una
Jesús el Nazareno
relación dialéctica de continuidad-discontinuidad, com o a d ­
virtió Kasemann: "La cuestión del Jesús histórico es legítima­
mente la de la continuidad del evangelio en la discontinuidad de
resucitó «*• 110 está aquí, sino
los tiempos y en la variación del kerigma"**.
camino de G alilea
Entendiendo esto, podem os afirmar que el Jesús de la
historia no es distinto del Jesús recordado y confesado com o
Hijo de Dios-Liberador, porque una fidelidad dinám ica une
allí le verán
el recuerdo y el Recordado, afirm ando al m ism o tiem po la
identidad y la diferencia, la identidad en la diferencia. Eso
hace que el seguim iento tam poco tenga que ajustarse a una
Para ver a Jesús es insuficiente una búsqueda del Jesús
m era y anacrónica repetición m im ética d e su pasado, sino que
histórico que se quede sólo en el primer m om ento, en el Jesús
ha de ser presencia siempre nueva de su causa, continuada en
de Nazaret. Sólo si lo trascendem os se convierte en raíz de
la discontinuidad de la historia diferente e irrepetible.
presente y fuente de futuro. Por eso M arcos no nos deja
Son, pues, tres los m om entos del hecho-Jesús, que se
encerram os, com o las mujeres, en la búsqueda de un recuerdo
necesitan mutuamente. No basta la resurrección com o norm a
paralizante en torno al muerto, ante el que la única tarea
de fe, ni tam poco basta la historia de Jesús de Nazaret. A m bos
pendiente es la contem plación y la unción, para dejarlo así,
se interpretan y norm a mutuamente. Pero sin la experiencia
embalsam ado, por el resto de la historia. Pero el relato abierto
de la resurrección por parte de sus discípulos, y sin la trans­
de una práctica taincada violentam ente exige que alguien, el
lector, se encargue de proseguirla. Así implica al lector misión de esa experiencia mediante el testim onio del m ovi­
dentro de ese m ovim iento dialéctico que supone el p r o s e g u i­ m iento de Jesús, su vida seria tan irrelevante com o la de aquel
miento. Hay que tom ar en toda su seriedad la advertencia de Judas el galileo o el tal Teudas, pretendidos mesías de Israel
Marcos: "Allí le verán" significa que sólo allí, en Galilea, le
(cf. Hch 5, 35-37). Y sin la referencia a la práctica concreta
de Jesús, el Señor resucitado sería tan ///significante para
verá quien regrese a seguirlo. De esa m anera corrige la
nuestra vida com o lo es Prometeo, el que arrebató el fuego
cristología de exaltación, negando la posibilidad de la expe­
por a m or a los hom bres y por ese am or insensato fue conde­
riencia pascual fuera del seguimiento, del encargarse de la
nado a no morir, encadenado perpetuam ente a ninguna parte
causa del Padre, de la causa del pobre. Y también corrige las
y perpetuam ente en agonía, roídas y renovadas las entrañas
pretensiones de ver al Jesús que hace historia, m ediante el
por el buitre de Zeus; o com o lo es Sísifo, eterno cargador de
estudio de los estratos redaccionales del texto o el estudio de
la cristología: sólo se le conoce en la realización de una
38 E. Kasemann, Estudios, 188.

286 287
Jesús, hombre? en conflicto

piedras hacia ninguna cumbre, siempre condenado a nuevos


intentos fracasados de antemano.
El relato de M arcos nos remite a Jesús de Nazaret y a
su práctica procesual, situada y conflictiva, cuya significati-
vidad teológica desentraña al proponerla com o lo que da
contenido a su realidad de Hijo de Dios-Liberador. La resu­
rrección, por su parte, no añade ningún m ensaje diferente
sobre su identidad: sólo lleva a definitividad tal vida y tal
práctica. Y el pro se g u im ie n to se convierte, a su vez, en 4
criterio de verificación de la fe en Jesús. Así se com pleta el
círculo dialéctico que nos dice, por un lado, quién es Jesús,
y por otro, nos revela dónde se le conoce. El lugar decisivo
de la experiencia del resucitado no es la teología ni la c onfe­
sión ni la liturgia, sino el seguimiento:

Práctica de Jesús *- -► Resurrección

Experiencia pascual <—r .......» Tradición LÍNEAS DE FUERZA DE


í
Seguimiento de Jesús
l a P r á c t ic a d e J e s ú s

Entendido así podem os concluir que lo narrado por Marcos,


con base en las tradiciones de la com unidad que él teje y
estructura, es la ipsissimapraxis Iesu (la m ism ísim a práctica
de Jesús), con tal que entendam os ésta no com o la secuencia Después de todo este recorrido por el texto podríam os deter­
biográfica sino com o lo que define realmente al Jesús que m inar las siguientes lineas de fuerza de la práctica narrada
hace historia, lo nuclear de su práctica por el Reino. N os pone por Marcos, com o normativas para el cristiano:
en relación con su absoluta pasión por la causa del Padre,
núcleo generador de su historia. a) Jesús es un hom bre del pueblo; no pertenece a ningún
núcleo de selectos o privilegiados desde el punto de
vista económico, político o religioso. Ni siquiera per­
tenece al grupo popular m ejor situado, el de los habi­
tantes de Jerusalén. Es de Galilea, región m arginada,
impura, y foco de resistencia a la dom inación romana.
b) D esde esa situación de marginación socio-religiosa y
política, y com partiendo las expectativas niesiánicas de
su m om ento, emigra para unirse al m ovim iento de
Juan, de quien se hace discípulo. Tiene entonces una

288 289
jesús, hombro en conflicto Narrativa teológica del oonílic to

profunda experiencia de Dios com o Padre que am a la - R esponde a las necesidades reales de la gente; la
vida y que ha decidido intervenir en la historia en favor m aterialidad de la salvación, expresada en la salud en
de los pobres y pecadores; con ellos y con su suerte se el alimento, en las com idas con los pecadores y m argi­
identifica Jesús. nados, expresa la opción del Padre por la vida del
c) Se experim enta com o relacionado esencialm ente a ese hombre, incluso en los niveles más elementales.
Reinado histórico y escatológico del Padre, y c o m p ro ­ - Sus destin a ta rio s prefe re n c ia le s son los m arg in ad o s,
mete su vida en anunciar y hacer creíble esa buena que son los que sufren m ás d u ra m e n te las c o n s e ­
noticia a los que habían perdido toda esperanza. C om o c u e n cia s de la e xclusión p e c a m in o sa e injusta por
respuesta pide un cam bio que transform e las relaciones parte del C entro.
interhum anas de acuerdo al proyecto de igualdad ori­ - O ptando por ellos m uestra la gratuidad de Dios y de su
ginal de la Alianza; desde los pobres ofrece a todos la Reinado; los reincorpora al pueblo de Dios, al que
alternativa del Reino, porque todos están igualados pertenecen no por propios méritos sino por elección
ante un Dios que se ofrece gratuitam ente y al que no se am orosa y gratuita de Dios. Con eso subvierte la jera r­
le conquista m ediante méritos. quía de valores del Centro, que los ha excluido, y se
d) La urgencia del Reino lo llevará a enfrentar el mal sitúa en el otro extrem o del mérito, de la ambición y
dondequiera que lo encuentre; y no en abstracto, sino del poder.
en las consecuencias materiales y sociales que lo hacen - Llega al extrem o de preferir al hom bre sobre la Ley
operativo en el mundo. Por eso enfrentará al Centro misma; la preocupación porque el hom bre viva y que
(com o personas concretas y com o estructura de poder); viva com o hijo de Dios es el verdadero acceso al Padre;
porque ante el mal Jesús no puede perm anecer neutral. en ello se juegan las verdaderas cuestiones de vida o
Lo que am enaza la vida y la identidad del pueblo de m uerte para el pueblo.
Dios es la estructura excluyente originada en torno a la
Ley de la Pureza, privilegiada por el C e n tro ju d ío com o h) Asocia a su m isión a hom bres del pueblo, sin ninguna
acceso a Dios y com o garantía de la vida (de unos preparación ni méritos; les pone com o condición para
cuantos). el trabajo por el Reino despojarse de sus propios inte­
e) Por la procesualidad de su conciencia hum ana, en la reses, de sus posesiones; eso será el ambiente en el que
realización de su misión, Jesús no estuvo al m argen de puedan com prender y llegar a la radical i dad que exige
la tentación, nacida tanto del desconocim iento del m e­ el Reino.
jo r cam ino para presencializar el Reinado del Padre, i) No teme el conflicto; incluso lo provocará con el fin
c om o de la resistencia del m ism o Jesús ante la conflic­ de denunciar las estructuras excluyentes del poder
tividad que es consecuencia de sus acciones. religioso. Pero no lo enfrenta irresponsablemente, c on­
0 El cam ino de superación de esas situaciones de crisis fiado en un escape m ágico o en una intervención de
y de discernim iento será la oración en la que calibra y poder; ante las amenazas que recibe tem pranam ente
confiere el rum bo y los resultados de su acción, con el recurre a la clandestinidad del llamado "secreto mesiá-
Padre. Con base en ese análisis, y en el análisis de las n ic o " 0, al uso del lenguaje cifrado en su enseñanza
respuestas de la gente, Jesús m odificará incluso im p o r­
tantem ente su práctica. 39 El teína del secreto mesiánico ha sido objeto de controversias aún no termina­
g) Sus acciones por el Reino están norm adas por los das; las posiciones oscilan entre quienes ven en él una pura creación teológica,
y quienes ven en él sólo un dalo histórico de la vida de Jesús. El tema lo
siguientes criterios: tratamos ampliamente en la tesis doctoral, que está en la base de este libro
(Marcos: Narrativa teológica del conflicto. La respuesta de Dios al pobre.

290 291
Jesús, hombre en conflicto

P . .e lJ e o del p u e b lo p o b re C o m p t n t e i p e c u n v .» m t t i i n ic a . ío b r e t i R a n o J
M e 1-6 L
I
I ,.M «I movimiento de convenían de J u tn el B«ua»U j

" I ”
" e x p m i F N C I A D EL PA D R E Y SU R EIN O . E n m n .d o •* ofrece com o «ltefn»uv» de
f í^-íSin-o y«*«.
referido incondicionalmente
-«i r t J 2rd,A .MfSr*,n
h a c a poitblc que el P tdrc rctnc.
a

p a rtb o lii

toe r a o
m esunico
A MANERA DE IN-CONCLUSIÓN
1 C o n flictiv id ad
[ Clandestinidad ■ tú m id a
| —protección—

1. EL CORRECTIVO DE LA EXALTACIÓN

M arcos ha pretendido prevenir del engaño a la cristología de


exaltación, y corregir la desviación de una fe que pretendiera
am pararse en confesiones litúrgicas ortodoxas, pero sin una
práctica adecuada a la de Jesús. Lo que está en ju e g o no es
sim plem ente el significado de los títulos atribuidos a Jesús,
sino qué pretensiones se esconden detrás de tal invocación y
qué se puede hacer o dejar de hacer en su nombre. Del sentido
del hecho-Jesús no se da cuenta cabal m ediante explicaciones

I
I
M ISION 295
Jesús, hombre en conflicto Narrativa teológica del conflicto

racionales de su misterio, sino fundam entalm ente m ediante m ana del N azareno nos guía en la comprensión de en
una práctica que haga presente su causa en la historia. qué consiste ser Hijo de Dios-Liberador en la historia.
Y para hacer esa corrección M arcos relaciona títulos y d) En el trayecto del relato se produce una im portante
relato, confesión y práctica, estableciendo una tensión dia­ ruptura que llama la atención y confirm a lo que veni­
léctica entre tres elem entos fundam entales para cualquier m os diciendo: com enzó refiriéndose a Jesús com o
cristología correcta: la confesión del título, la práctica que da Liberador e H ijo de Dios (1, 1); al term inar ya no usará
sentido al título, y el seguimiento, que es condición de esos títulos iniciales, sino que habla de Jesús el N a z a ­
verificación de la fe. reno, el Crucificado, el que resucitó. Lo que finalm ente
Pero M arcos no atribuye a Jesús todos los títulos co n o ­ nos revela quién es ese hom bre no son los títulos, no
cidos; privilegia el de Mesías y el de Hijo de Dios, los cuales evidentes en sí m ism os, sino u na preñada síntesis de su
relaciona y corrige refiriéndolos al título Hijo del hombre , historia. Y, finalmente, nos encam ina a experim entar
que en varios m om entos hace referencia al m om ento de su presencia a manera de precedencia: "No está aquí...
m ayor abajam iento de su condición humana. De la m anera les precede a Galilea .. allí le verán". Esa presencia a
com o relaciona títulos y práctica, confesión y relato, pode­ m anera de precedencia sólo será real para quien regrese
mos concluir lo siguiente: a Galilea a cam inar tras él. A quien camina delante sólo
se llega cam inando con él. El relato no term ina rem i­
a) El que M arcos seleccione esta óptica para guiarnos tiendo a la confesión ("allí le confesarán") sino a la
hacia el sentido del hecho-Jesús supone una parciali­ constatación, en el / ^ s e g u i m i e n t o , de que tanto su
dad teológica. Pero parcialidad no es reduccionismo; causa com o su persona son confirm adas por Dios com o
es exigencia del querer estar situado al narrar una alternativa para el pobre.
práctica también situada. Sólo lo histórico concreto es e) Por eso la paradójica conclusión de su relato: aun
de verdad salvífico, porque la oferta de Dios no es algo cuando sabe que las apariciones pascuales fueron el
desituado, impersonal y atemporal. Por eso un relato fundam ento de la fe de los discípulos, no concluye con
que quiera responder a una com unidad concreta debe ellas su relato, sino que lo deja en suspenso. De esa
necesariam ente ser parcial al seleccionar su óptica. manera, quien hizo teología narrando , ahora la hace no
b) Lo inm ediatam ente evidente no es el Liberador-Hijo narrando, nos dice así que la visión del resucitado no
de Dios , sino Jesús y su práctica, que fue tal que pudo, se tiene a través del relato ni m ediante la proclam ación
después de su resurrección, ser reconocido y confesado exaltada, sino a través del seguimiento. Sólo a quien
de acuerdo a esos títulos, que no son punto de partida sigue a Jesús, Dios le hace verlo ; ningún relato puede
sino punto de llegada de una fe previamente m ediada ni suscitar ni sustituir esa experiencia. Por eso M arcos
por el seguimiento. Form ulados a partir de la práctica, considera poder prescindir de las narraciones de apari­
no se les puede desligar de ella, so pena de vaciarlos de ciones, com o innecesarias e insuficientes.
contenido.
c) Al acentuar la importancia del relato sobre los títulos,
M arcos introduce un cam bio en el panoram a teológico
de su tiempo orientándonos a leer los títulos a la luz de
la vida y práctica de Jesús, que es lo que les da conte­
nido, y no la vida a la luz de aquéllos. N o pone el acento
en que Jesús es el Liberador-Hijo de Dios , sino en que
el Liberador-Hijo de Dios es .Jesús. La condición hu-

296 297
Jesús, hombre en conllicto Narrativa teológica del conflicto

2. EL C O N TEN ID O DE LOS TÍTULOS: JESÚS pueblo. Ni en la predicación ni en la práctica de Jesús hay


LIBERADOR-HIJO DE DIOS rastros del dios del Centro judío. Para Jesús la santidad de
Dios consiste precisam ente en su m isericordia y cercanía que
lo pone del lado del que sufre. La Ley de la Pureza, en cambio,
a) Ser Hijo: Vivir de cara al Padre y a su Reinado haciendo una pura afirmación de la trascendencia de Dios,
lleva a la negación o al olvido de la implicación del Padre en
Lo que constituye a Jesús com o el Hijo es el estar referido la historia del pobre.
al Padre, en la condición hum ana de su práctica. Pero refe­ La buena nueva que trae Jesús es que Dios no se ha
rido no sólo a la confesión y aclamación del Padre, sino a que desresponsabilizado de la vida que ha dado, sino que desde
el Padre reine; no sólo al Padre en el cielo, sino al Padre en siem pre y para siem pre sigue apostando parcialm ente en
la historia. Dos dim ensiones son características irrenuncia- favor de ella y en contra de la muerte. Eso es lo que hace a
bles de la Filiación: ser responsable de la causa del Padre Dios ser Padre: el dar la vida a los hijos; en la eternidad, al
que da vida implica ser responsable de la causa de la vida del Hijo único; en la historia, a los hijos.
hom bre, allí donde aquélla está amenazada.
Jesús entiende la trascendencia del Padre de m anera
Esto no aparece en el relato tem atizado de m anera
diferente: N o desde la distancia ontológica que hay entre el
teológica, sino de m anera narrativa, m ediante la relación que
Creador y la creatura, ni desde la distancia sacral entre el puro
se establece entre el título Hijo de Dios y el de Liberador , de
y el impuro, sino desde la diferencia ético-política que hay
innegable contenido soteriológico. Así nos dice que no le
entre Dios y el m undo, entre la misericordia y la injusticia,
interesa confesar al Hijo de Dios fuera de la historia, sino en
entre la vida y la m uerte del pobre. La trascendencia del Dios
el com prom iso por la liberación de la vida del hombre. Un de Jesús es la del am or por el que es m ayor que el Poder
segundo m odo com o m uestra la relación entre causa del precisam ente siendo impotente ; eso es lo que nos m uestra el
Padre y causa del pobre es m ediante la identificación dialéc­ relato del silencio del Padre ante la muerte del Hijo, en donde
tica entre el am or a Dios y el am or al hom bre (12, 29-3 1), Dios se revela, en una teofanía inversa, no com o silencio de
que no pueden darse el uno sin el otro. Tam bién lo expresa huida o desentendim iento, sino com o silencio doliente que
la m anera com o su relación personal con Dios en la oración denuncia nuestra ausencia irresponsable frente a la violencia
se encuentra situada y contextualizada dentro del co m p ro m i­ contra la vida, y nuestro desentendim iento de la historia que
so por hacer real la paternidad de Dios en la historia. se nos confió.
Tanto su hablar ( 1, 11 ; 9, 7) com o su callar (15, 34)
b) El modo de ser del Padre en la historia revelan que, com o el Hijo, el Padre también está en la historia
en kénosis. Pero el relato nos dice que ese silencio no es su
T am poco hemos de buscar en M arcos una sistematización últim a palabra; lo será la resurrección, el rescate eficaz y
teológica sobre el Padre, sino una teología narrativa. Y para definitivo del la vida. Su poder no se manifiesta en la muerte
ello lo único que tenem os es la práctica de Jesús, quien vengativa del asesino sino en el rescate del Hijo asesinado.
tam poco habló dem asiado sobre el ser del Padre. Es su El relato m uestra que, lo q u e hacejusticiaal silencio del Padre
práctica la que, en directo, nos revela al Hijo en la historia , en la cruz es el pro se g u ím ie n to de la causa de Jesús. Seguirlo
es decir, com o camino , porque su práctica es traducción del p ro sig u ie n d o su causa es la más eficaz confesión de fe en que
proyecto del Padre y de su m odo de ser. la fidelidad del Padre rescató la fidelidad del Hijo.
La fe de Jesús está en continuidad con el A ntiguo
Testam ento, pero a m anera de ruptura con una interpretación
oficial infiel a Dios y que tergiversa sus intenciones sobre el

2 98 299
Jesús, hombre en conflicto Narrativa teológica del conflicto

c) La causa del Padre y la causa del pobre y el Hijo son en la historia,- por eso "es necesario" ( 8 , 31)
que Jesús muera asesinado, com o tantos otros asesinados por
El predom inio que en tiempos de Jesús (y hoy) tiene el el poder, a lo largo de la historia, en nom bre de la 'Seguridad
proyecto contrario a la vida (c f 7, 9-13; 10, 21 s. 42-45; 11, Nacional y de la razón de dios. No es el Padre quien necesita
17; 12, 1-12. 38-40) es lo que hace increíble la paternidad de que el Hijo muera, para satisfacer su honor herido por el
Dios en la historia. La violencia contra el pobre es violencia pecado. Son otros dioses los que necesitan esa muerte: el del
contra el Padre porque im pide que su decisión de dar vida se Centro ju d ío y el del Imperio, que se alian contra el Dios de
cum pla en la tierra com o se cum ple en el cielo. De esa Jesús, el Padre. Jesús acepta morir, y no huye, porque se ha
parcialidad de Dios por la vida nace el com prom iso que identificado con el m odo de amar del Padre, que no violenta
Jesús, el Hijo, en continuidad con la tradición profética, va a ni se im pone sino que se ofrece, frágil y vulnerable, a la libre
asum ir para que el Padre, que lo es plenam ente en el cielo, lo aceptación o rechazo del hombre. En el relato de Marcos,
sea tam bién en la tierra, y la incidencia que su acción va a Jesús no va a Jerusalén porque quiera morir, sino que va a
tener en las distintas instancias sociales. pesar de que prevé que será asesinado; pero aun a ese precio
ha de afirmar absolutam ente el proyecto del Padre en el
C entro m ism o que lo hace imposible.
d) Ser el Hijo: Preferir absolutamente al Padre y a los Esa kénosis (del Hijo y del Padre) es el lugar de
hombres, por encima de la propia vida m anifestación de Dios y de cuál es su voluntad y su poder en
^ la historia. Pero es un escándalo que necesita una aclaración.
Y porque el Hijo asum e la existencia en un m undo estructu­ La palabra que aclara este dram a es la resurrección. Pero
rado por un proyecto que excluye de la vida a las mayorías, * O ¿ cóm o se accede a ella 9 El relato se detiene al final, callado
el que en la eternidad tenía la V ida en sí com o don am oroso \ por el m iedo (16, 8 b), en el umbral de la experiencia. Ha
e irrestricto, al entrar en la historia se encuentra con la vida planteado provocativam ente la alternativa y el reto. La puerta
am enazada, que ha de ser protegida incluso con la propia queda abierta y señalado el camino. Sólo falta la respuesta
Vida. Al asum ir com o propia la contradicción de la historia del lector. Para quien se atreva a com probar la fidelidad del
humana, el que desde siempre existía de cara a! Padre Padre y la eficacia de su rebeldía contra la muerte del Hijo,
aprendió en la historia a vivir tam bién de cara al pobre. A al rescatarlo del sinsentido de la condena, y para quien se
través de su práctica va descubriendo un proyecto que des­ • atreva a concluir el relato /?rasiguiento la causa de Jesús,
plaza a los otros con violencia; no es algo accidental, sino regresando a Galilea, cualquier relato pascual será pálido ante
que es fruto de una dinám ica histórica que privilegia a unos $ esa experiencia. Para quien no lo haga, cualquier relato, por
pocos a costa de las mayorías, y que convierte la vida en ^ brillante que fuera, sería insuficiente para provocar la certeza
tram pa mortal para el pobre. Apostando por la suerte de éste del resucitado y su vigencia y normatividad para la historia.
traduce exactam ente en la historia la opción del Padre; eso
^ es lo que lo constituye y plenifica com o el Hijo.
Para rom per el círculo de la violencia del Centro ju d ío
que lo amenaza, Jesús tiene la alternativa de huir, de respon­ 3. LEER A M ARCOS EN AMÉRICA LATINA
der con violencia, o de no resistir a su fuerza homicida. Y el
Padre tiene también la alternativa de destruir a los que han Era diciem bre de 1907. Los obreros del salitre, en Chile, no
decidido asesinar a su Hijo, de rescatarlo m ágicam ente, tenían más patrimonio que aquel cem enterio que era el salar.
saltándose la historia o, finalmente, de sufrir que se lo maten. dureza de sequedades, para siempre sequedades...
Y porque eligen la tercera opción, -que revela cóm o el Padre

300 301
jesús, hombre en conflicto Narrativa teológica ilel i:onlh« lo

c) La causa del Padre y la causa del pobre y el Hijo son en la historia,- por eso "es necesario" ( 8 , U)
que Jesús m uera asesinado, com o tantos otros asesinados por
El predom inio que en tiempos de Jesús (y hoy) tiene el el poder, a lo largo de la historia, en nom bre de la 'Seguridad
proyecto contrario a la vida ( cf. 7, 9-13; 10, 21 s. 42-45; 11, Nacional y de la razón de dios. No es el Padre quien necesita
17; 12, 1-12. 38-40) es lo que hace increíble la paternidad de que el Hijo muera, para satisfacer su honor herido por el
Dios en la historia. La violencia contra el pobre es violencia pecado. Son otros dioses los que necesitan esa muerte: el del
contra el Padre porque impide que su decisión de dar vida se Centro ju d ío y el del Imperio, que se alian contra el Dios de
cum pla en la tierra com o se cum ple en el cielo. De esa Jesús, el Padre. Jesús acepta morir, y no huye, porque se ha
parcialidad de Dios por la vida nace el com prom iso que identificado con el m odo de amar del Padre, que no violenta
Jesús, el Hijo, en continuidad con la tradición profética, va a ni se impone sino que se ofrece, frágil y vulnerable, a la libre
asum ir para que el Padre, que lo es plenam ente en el cielo, lo aceptación o rechazo del hombre. En el relato de Marcos,
sea tam bién en la tierra, y la incidencia que su acción va a Jesús no va a Jerusalén porque quiera morir, sino que va a
tener en las distintas instancias sociales. pesar de que prevé que será asesinado; pero aun a ese precio
lia de afirmar absolutam ente el proyecto del Padre en el
Centro m ism o que lo hace imposible.
d) Ser el Hijo: Preferir absolutamente al Padre y a los Esa kénosis (del Hijo y del Padre) es el lugar de
hombres, por encima de la propia vida manifestación de Dios y de cuál es su voluntad y su poder en
0 la historia. Pero es un escándalo que necesita una aclaración.
Y porque el Hijo asum e la existencia en un m undo estructu­ La palabra que aclara este dram a es la resurrección. Pero
rado por un proyecto que excluye de la vida a las mayorías, ► O ¿ cóm o se accede a ella 9 El relato se detiene al final, callado
el que en la eternidad tenía la V ida en sí com o don am oroso V por el miedo (16, 8 b), en el umbral de la experiencia. Ha
e irrestricto, al entrar en la historia se encuentra con la vida planteado provocativam ente la alternativa y el reto. La puerta
amenazada, que ha de ser protegida incluso con la propia queda abierta y señalado el camino. Sólo falta la respuesta
Vida. Al asum ir com o propia la contradicción de la historia del lector. Para quien se atreva a com probar la fidelidad del
hum ana, el que desde siempre existía de cara a! Padre Padre y la eficacia de su rebeldía contra la muerte del Hijo,
aprendió en la historia a vivir tam bién de cara a!pobre. A al rescatarlo del sinsentido de la condena, y para quien se
través de su práctica va descubriendo un proyecto que des­ • atreva a concluir el relato p ra s ig u ie n to la causa de Jesús,
plaza a los otros con violencia; no es algo accidental, sino V , regresando a Galilea, cualquier relato pascual será pálido ante
que es fruto de una dinám ica histórica que privilegia a unos •i* esa experiencia. Para quien no lo haga, cualquier relato, por
pocos a costa de las mayorías, y que convierte la vida en ^ brillante que fuera, sería insuficiente para provocar la certeza
tram pa mortal para el pobre. A postando por la suerte de éste del resucitado y su vigencia y normatividad para la historia.
traduce exactamente en la historia la opción del Padre; eso
\ es lo que lo constituye y plenifica com o el Hijo.
Para rom per el círculo de la violencia del Centro ju d ío
que lo amenaza, Jesús tiene la alternativa de huir, de respon­ 3. LEER A M ARCOS EN AMÉRICA LATINA
der con violencia, o de no resistir a su fuerza homicida. Y el
Padre tiene también la alternativa de destruir a los que han Era diciem bre de 1907. Los obreros del salitre, en Chile, no
decidido asesinar a su Hijo, de rescatarlo m ágicam ente, tenían m ás patrimonio que aquel cem enterio que era el salar.
saltándose la historia o, finalmente, de sufrir que se lo maten. dureza de sequedades, para siempre sequedades...
Y porque eligen la tercera opción, -que revela cóm o el Padre

300 301
Jesús, hombre en conflicto Narrativa teológica del conflicto

Bajaron al Puerto Grande, a Iquique, con la ilusión de que se El pueblo ha conservado el recuerdo y lo han pasado de unos
les hiciera justicia. Veintiséis mil gentes que sólo pedían que a otros. La narración y el canto se hicieron m étodo de
se acabara aquella vida de muerte lenta, que se diera respuesta m em oria, identidad y resistencia:
al indio. En la bella Cantata a Santa María de Iquique le dice
el H om bre a la Mujer: Seremos los hablantes, diremos la verdad,
verdad que es muerte amarga de obreros del salar.
Vamos, mujer, confía como que hay Dios,
porque en Iquique todo va a ser mejor; C o m o ésta, son mil historias las que el pueblo conserva en su
todo será distinto, no hay que dudar, m emoria. Para no olvidar Y para seguir esperando. La
todo será distinto, ya vas a ver, narración es un elem ento fundamental del pueblo latinoam e­
porque en Iquique todos van a entender... ricano. Y lo es también de las com unidades cristianas, que se
siguen reuniendo en torno a la m em oria narrada. En esa
Sí. Entendieron. Se les unieron los grem ios de gente pobre. m em oria tiene un lugar particular el relato de la vida de aquel
Pero las casas grandes también habían entendido; y cerraron H om bre que, hace ya casi dos mil años, murió para generar
puertas y ventanas... y corazones. Era un peligro ver tanto la esperanza del pueblo. En las favelas de Río, en los subur­
obrero. bios de México, en los cam pam entos de refugiados, los
Los reunieron en una escuela vacía: Santa M aría de cristianos se reúnen en torno al recuerdo de Jesús. En los
Iquique. Q ue esperaran sólo unos días, les dijeron. Y ellos se cafetales de G uatem ala lo hacen incluso con el riesgo de su
confiaron; al fin y al cabo habían esperado toda la vida. vida: por la noche se adentran en la selva, desentierran la
Esperaron siete días, uno tras otro; esperaron las mujeres, Biblia, -tenerla en casa es m otivo de muerte-, y renuevan su
esperaron los niños, esperaron los hombres. Pero ¡qué infier­ fe en una tierra nueva -aquí ya, desde la historia- y en un cielo
no se vuelve la espera cuando el pan se está ju g an d o la vida nuevo prometido. Luego, vuelven a guardar en tierra la
con la muerte...! semilla y regresan a seguir esperando...
Y no llegaba la respuesta de los señores a los indios. Tal vez por esto el Evangelio de M arcos les es espe­
Lo que llegó fue el ejército. Y tom ó posiciones alrededor de cialm ente cercano. Porque es el relato más conform e con su
la escuela. Eso que se llama estado de sitio. También llegó el m odo narrativo de creer y de potenciar la esperanza.
ultimátum, en boca del General: que aunque pidan y pidan,
nada obtendrán; que son asesinos, que son maleantes, que son
traidores; que fueran saliendo con las m anos en alto y que
regresaran al trabajo; ya bastaba de tanta comedia... De nuevo
el horizonte de muerte lenta los envolvía, la lágrima y la rabia.
Y dijeron que no; que allí esperaban hasta que se les
hiciera justicia.
N o tardó mucho. El prim er disparo lo hizo el m ism o
General, a bocajarro.

Murieron tres mil seiscientos uno tras otro;


tres mil seiscientos obreros enmudecidos;
tres m il seiscientas miradas que se apagaron;
tres mi! seiscientos obreros...¡asesinados!

302 303
Anexo

A c l a r a c io nes so br e

J esú s , h o m b r e e n c o n f l ic t o

Se me han hecho desde Roma algunas observaciones sobre mi libro


.Jesús, hombre en conflicto , sobre las que se me piden algunas
aclaraciones, dado que. dicen, podrían llevar al lector común a
consecuencias falsas. Se trata de observaciones de carácter gene­
ral, exegético y doctrinal, entre las que se enumeran las siguientes:

- Exageración de la conflictualidad
- Unilateralismo del método estructural
- Ambigüedad del verdadero conflicto
- Deficiente diferenciación entre el Jesús histórico, y su expe­
riencia en la comunidad cristiana a la que se dirige Marcos.

Me da gusto el que ni en las aclaraciones de Roma ni en ninguna


de las recensiones que he conocido se habla de posiciones contra­
rias a la fe‘ Dado que no se me concretan ni las consecuencias
falsas que se podrían originar, ni las afirmaciones mías que podrían
dar pie a ello, sino que se hace un juicio más global, este artículo

1 El libro fue editado en 1986, en México, Ediciones CRT, con una reimpresión
en 1988, y en España, por la Editorial Sal Terrue, también en 1986.
2 La nota bibliográfica de Victorino Gimrdi, publicada en la Revista de la
Universidad Pontificia de México (Efemérides Mexicana 8, 24 (1990) pp. 379-
397) me parece, dentro de que hay un elemento de su crítica que no comp;irto, y
con el que quien) dialogar más delante, un juicio con altura teológica

305
Aclaraciones Jesús, hombre en comflicto

aclaratoriotendrátambien un carácter global buscando avanzaren La perspectiva del conflicto


algunas de las propuestas del libro.
Estas aclaraciones las presento en cuatro partes. En la pri­ El conflicto no era una perspectiva espontánea desde la que me
mera, lamas importante para mí. busco dar razón de mi fe, amanera naciera abordar los textos evangélicos. Ni siquiera había sido el
de una profesión de fe. En la segunda hablo sobre la metodología evangelio de Marcos mi preferido. Prefería con mucho el evangelio
seguida en el estudio. La tercera versa sobre la intención que tuve de Juan y el de Lucas, aunque nunca había caído en la cuenta de
al escribir el libro. En la cuarta me refiero a algunas objeciones que este último comienza con un atentado de muerte contra Jesús
particulares que me parece importante tomar en cuenta, y planteo como falso profeta, y el de Juan, que tenía como el más espiritual
algunos puntos en los que ha avanzado mi pensamiento. de todos, narra dos intentos de apedreamiento, que Jesús supera
escondiéndose. Esta perspectiva fue algo que se me impuso, contra
toda lógica, a medida que fui leyendo y meditando el texto de
1. La razón y el núcleo de mi fe Marcos; en esta ruptura no sólo de mis esquemas lógicos humanos,
sino de mis convicciones teológicas previas, descubro en concreto
Este es el núcleo de mi fe. Creo en Jesús, el Liberador, el Hijo de lo que es la gracia como algo impensado y que abre rutas y
Dios, sin restricciones, con mayúscula. Pero creo que esos títulos horizontes desconocidos. Ahora tengo la convicción de que, si no
no se comprenden adecuadamente si no es en referencia a la vida se asumen esos conflictos de Jesús, la cruz de Cristo queda vacía
y práctica de Jesús, y que 110 son éstos los que dan razón de su vida, de contenido histórico. Pero para evitar desde el comienzo cual­
sino ésta la que los llena de contenidos. No sabemos qué es ser quier malentendido, quiero dejar en claro que "conflicto no signi­
Mesías. Señor. Hijo de Dios más que en la manera concreta como fica ejercicio de la violencia, sino exactamente lo contrario: estar
lo fue Jesús de Ñazaret. Esos tres sustantivos me hablan de su dispuesto a soportarla, cosa que la cruz de Jesús pone de relieve"'.
humanidad concreta (su nombre de hombre), de su tarea liberadora, No fue, pues. 1111 prejuicio estructuralista ni concepciones
y de su naturaleza divina. Creo que el hecho de que sea verdade­ previas nacidas de ideologías extrañas lo que me llevó a enfrentar
ramente hombre -limitado, carne, despojado de sus privilegios el hecho, abrumador en Marcos, de que la cruz no fue una sorpresa
divinos- no disminuye su ser Hijo de Dios, ni el ser tal lo vuelve caída del cielo sino la consecuencia de 1111 conflicto que atraviesa
un superhombre. Creo que el Verbo se hizo hombre, pero no todo el relato.
hombre genérico, sino tal hombre situado y en proceso, Jesús de Con Marcos creo que Jesús, el ajusticiado por razones de
Nazaret y que su vida y su ejemplo es para nosotros camino religión y de seguridad nacional, fue resucitado por el Padre y
normativo al Padre y al hermano. confirmado así como el único camino al Reino del Padre. Pero
Muchas veces los hombres, azorados ante el misterio de la también creo que esta experiencia del Resucitado sólo la tiene
decisión de Dios de entrar en nuestra historia como uno de noso­ quien la sigue -en Galilea- prosiguiendo su causa: la causa del
tros, le hemos hecho al Señor un flaco servicio, con posiciones Padre de la vida, la causa de la vida de los pobres, gloria de Dios.
peligrosamente cercanas al docetismo o al monofísismo, suponien­ Creo que ése es el lugar teologal privilegiado de la experiencia de
do una oposición entre la divinidad y la humanidad; Jesús seria fe en el Señor resucitado.
Dios a costa de ser menos humano, o seria hombre a costa de ser
menos divino. Yo he aceptado dejar a Dios ser hombre -misterio
de la encamación-, y no imponerle ninguno de los privilegios que 2. Explicación del Método
supuestamente debería tener por ser tal, dado que él mismo quiso
despojarse de ellos, para hacerse igual a nosotros en todo, excepto Soy consciente de que nuestros métodos son inadecuados para
en el pecado -sin más excepciones. adentramos en el misterio, al igual que nuestras formulaciones

3 C f Jesús, hombre en conflicto, Sal Terrae, 1986, p. 17, del prólogo de J. 1.


González Faus.

307
Aclaraciones Jesús, hombre en eomflicto

siempre serán inadecuadas para expresarlo. Y en el libro busqué quise dejar clara mi posición en la nota 19 de la introducción;
una metodología que integrara varios aportes: "...tampoco hemos considerado adecuado el método semiótico
En primer lugar, el método más asequible directamente, que -que es propiamente el estructural en sentido estricto- porque, aun
es el de la lectura del evangelio como narración literaria -que es su teniendo elementos muy interesantes y que desbloquean algunas
género literario propio-, mediante las claves de lectura de toda de las comprensiones exegéticas. sin embargo el tecnicismo en el
narración 4 busqué determinar los bloques de pasajes que literaria­ que se mueve es únicamente asequible a iniciados; corre también
mente formaban algún tipo de unidad temática. Eso es lo que el peligro de presentar estructuras vacías de contenido y sin nin­
expongo en la primera parte, capítulo 2 . de mi libro. Una clave de guna incidencia en la fe práctica del pueblo. Da la impresión de un
particular importancia fue la de los Códigos legales, respecto de trabajo ingente y desproporcionado para la poca utilidad de sus
ios cuales luego haré algunas observaciones que me parecen im­ conclusiones. La artificialidad de las estructuras propuestas, por
portantes. otro lado, más parece querer confirmar la validez de una teoría que
En segundo lugar, con base en ese análisis literario fui dejarse interpelar por el texto mismo y su mensaje. Sin embargo,
descubriendo una estructura interna al texto. Me guiaba la intuición hemos tenido en cuenta elementos importantes de este método para
de Schweitzer. de que en la estructura está el mensaje del autor, nuestra lectura, y no podemos negar que el interés por el análisis
porque es propiamente su aportación original. La estructura encon­ del texto nació del estudio del difícil y sofisticado, aunque inspi­
trada la comparé críticamente con todas las que tuve a mi alcance; rador, libro de F. Be lo. Lectura materialista del Evangelio de
así elaboré la que me pareció que más respondía al desarrollo Marcos". Mi proceso no paitió de ninguna estructura previa, fuera
interno de la práctica que narra el relato. de la intuición de que la llamada crisis de Galilea era algo muy
En seguida he de decir una palabra en tomo al método. Se fundamental en la estructura de la práctica misma de Jesús. Él
me atribuye un "uso unilateral del método estructural". Inicialmen­ descubrimiento de la estructura fue el resultado del análisis lite­
te busqué conocer el método estructural, aunque con un sentimien­ rario del reíalo. Sostengo, sin embargo, lo que digo sobre el
to de frustración ante la complejidad de esas metodologías, cuyo particular en la nota 10 del capitulo 2 de la primera parte: "Todo
provecho para una lectura creyente y en función del pueblo no logré intento de encontrar la estructura de un texto preexistente tiene
descubrir. He de afirmar, pues, que mi estudio, no sigue el método algo de re-creación y de re-lectura, y no es ni puede ser neutro
estructural, que desconozco, sino que busca simplemente hallarlas ideológicamente, como no lo es la misma lectura: proyectan
claves de lectura que nos lleven a descubrir la estructura del relato, sobre el texto la prc-comprensión teológica e incluso las posi­
buscando un método de lectura asequible al pueblo. A este respecto ciones sociales y políticas desde las que se lee".
En cuarto lugar, buscando confirmar o desconfirmar esa
hipótesis de estructura, recurrí seriamente a los estudios de autores
4 En este punto me fueron importantes los estudios de 1). Rhoads y D. Michie,
Mark as Story, Philadelphia, 1982, y el de F. Helo, Lectura materialista del europeos, particularmente en lo referente a la crítica textual y al
Evangelio de Marcos, Navarra, 1973. Este último, a pesar de su complejidad estudio de la historia de la redacción para descubrir en los estratos
y de un marco teórico materialista que no comparto, me ayudó a formular tanto redaccional y tradicional la confirmación o desconfirmación de la
las claves de lectura como lo referente a lo que él llama Código de la Mancha estructura hipotética que iba apareciendo ante mis ojos. Me inte­
y Código de la Deuda-don y que yo llamo Ley de la Pureza y Ley de la Alianza. resaba particularmente confirmar o desconfmnar lo referente a
Una crítica a sus posiciones aparece en las notas 19 y 20 del capítulo 1 de la
primera parte. lo que en el texto me parecía que eran transiciones. Lo que en
5 E. Schweitzer. Die theologisclie Leistung des Markus, Ev Til 24 (1964), el análisis meramente literario me parecían tales, lo encontré
342-355, resumido en Sel. T 33 (1970), 50-61: Im aportación teológica de confirmado al ver que se trataba de textos redaccionales de
Marcos; también el articulo de X Alegre, Marcos, o la corrección de una Marcos o textos modificados importantemente por su redacción.
ideología triunfalista. Para una lectura de un evangelio beligerante y com­
prometido, Rev. Lat. T., 229-264. Hay, en cambio, otras estructuras que no
Para eso me apoyé fundamentalmente en los estudios de Nei-
me convencen porque me parecen forzar el texto en función de un esquema rinck , Stein7. P rik e \ Gnilka9, Schweitzer1', P esch", Stan-
previo: como ejemplo, la que -en base a una investigación pro tunda sin duda-
presenta Radennakers (/// honne nouvelle de. Jesús) y la que propone F. de la Calle
(Teología de los Evangelios de Jesús, en colaboración con X. Pika/a). Tampoco 6 F. Neirinck, Mark in Cuvek, Eph. Til. L. 47 (1971); The Redactional Text o f
me parece adecuada la de F. Itelo (Lectma materialista del evangelio de Marco v i. Mark, Eph. Til. L. 53 (1977); L ’Evangile de Marc. Eph. Th. L. 55 (1979).

308 309
Aclaraciones Jesús, hom breen comflicto

daert12, Minette de Tillesse13, Tavlor14, Radermakers15. Obvia­ en las Universidades, y bombardeada por lecturas de libros de corte
mente ese estudio detallado no cabía dentro del plan de publi­ esotérico y con pretensiones científicas2' Me preocupa el pueblo
cación de una obra de estudio, que ya de por sí resultaba de Dios, oprimido y creyente, desconcertado ante propuestas fun-
compleja, que estuviera dirigida al público. Todo esto está más damentalistas de las sectas, o ante ofertas cultuales de tipo exalta-
detallado en la tesis10, y en unos esquemas más pormenorizados torio. que lo llevan o a la evasión de los compromisos de la historia
en que comparo las posiciones de estos autores respecto de cada o a desconfiar de una religión que no aporta nada a los procesos de
uno de los versículos del texto 1 , así como en otros escritos y liberación integral que se dan en el Continente ' 1 Pensando en ellos
artículos1*. he querido presentar la dimensión humana del misterio de la
También elaboré una traducción directa del griego, buscan­ Encamación del Hijo de Dios, la gran Buena Nueva que da Marcos
do respetar al mismo tiempo el carácter de un texto antiguo, escrito como correctivo a una cristología y a una eclesiología de exaltación
de corrido, y su corrección castellana; en ella incorporé el análisis que llevaba a la evasión de los compromisos de la historia. No
secuencial y las claves de lectura que aparecen en el análisis cualquier Hijo tic Dios (término fuertemente ambiguo en el am­
literario 19. biente cultural greco-romano politeísta) sino el que se involucró
en nuestra historia de conflictos y de pecado.
Mi estudio se inscribe dentro de la tradición cristiana de las
3. Intención del libro
cristologías ascendentes. -camino seguido por Dios mismo para
su revelación-, basadas en la búsqueda del Jesús histórico, pero
Me preocupan los hombres que han ido comprometiendo su vida con un acento dinámico en el Jesús que hace historia, realidad
en luchas sociales desde sindicatos, organizaciones populares, cnstológica que abarca tres elementos constituyentes del Cristo
partidos políticos, que han tenido un pasado cristiano, pero que se total: Jesús de Nazaret. el Resucitado, la Comunidad de seguidores
han alejado de la fe en Jesús muchas veces por un mal testimonio suyos que lo siguen prosiguiendo su causa. No basta encontrarnos
de creyentes o de la Iglesia-Institución, o por una presentación con los datos históricos sobre Jesús (las líneas fundamentales de
inadecuada de la fe a su evolución (cultural, política, social). Me su práctica); debemos encontrarnos con él como Resucitado, que
preocupan los jóvenes, particularmente los estudiantes, cuya fe es lo que convierte su práctica en normativa para nosotros; y eso
tradicional es sometida duramente a prueba en las Preparatorias y debe suceder en el seno de la comunidad creyente, comprome­
tida en el seguimiento de ese Jesús en el proseguimiento de su
causa; no basta la mera afirmación conceptual-histórica.
7 R.H.Stein, The proper Methodology fo r ascertaining a Mark Redaction His- De ahí la convicción de que es definitivamente más impor­
tory, Nov. Test 13 (1971). tante el seguimiento de Jesús que sus formulaciones. Me explico:
X Prike, Redactional Sh’le in the Marcan Cospel, Cambridge (1978).
9 J. Gnilkíi, El Evangelio según san Marcos, 2 vol., Salamanca, 1986.
el momento teológico de la formulación es un momento segundo
10 E. Schweitzer, II Vange lo secando Marco, Brescia, 1971. de la práctica cristiana; el momento teologal del seguimiento es el
11 R. Pesch, II Vangelo di Marco, Brescia, 1980. momento primero. Pienso que esto es lo que hay detrás de la
12 B. Standaert, L ’Evangile se Ion Marc, Paris, 1983,
13 G. Minette de Tillesse, Le secivt messianique dans l ’Evangile de Marc, Paris,
1968.
14 V. Taylor, Evangelio según san Marcos, Madrid, 1979. 20 l Jltimamente han prolilerado tales publicaciones; enumero sólo algunas: Jesús
15 J. Radermakers, I/¡ honne nouvelle de Jesús, Bmxelles, 1974. vivió y muñó en Cachemira; Caballo de Troya (4 vol); Jesucristo, el gran
16 C. Bravo, Marcos: Narrativa Teológica del Conflicto. Im Respuesta de Dios desconocido; Cristo de cante y hueso; Jesús alias el Cristo; Manual deI
al pobre. (Ensayo de relectura sincrónica del relato), Sant Cugat del Vallés, perfecto ateo; Im era de Acuario, x toda una serie titulada Los enigmas del
Barcelona, 1984,451 pp. Cristianismo, entre las que están Jesús o el secreto morial de los Templarios,
17 Apuntes personales. El hombre que creó a Jesucristo, El misterio bíblico... Tristemente constato
18 C. Bravo, Lxis raíces de Jesús, Izi no-historia del pueblo (o el "reverso de la que no existe ninguna advertencia seria contra ellas, ni menos una propuesta
4listona ", Sant Cugat del Vallés, Barcelona, 1984.90 pp. La primera parte está positiva que responda a las dudas que generan en nuestro pueblo.
publicada en la Revista Latinoamericana de Teología, El Salvador, 6 (1985) 21 Entiendo esta necesidad de colaborar a la liberación integral de nuestros
pp. 265-302. pueblos en el sentido en que lo plantea el papa Paulo VI en su gran Encíclica
19 Tesis doctoral, 11, pp. 1-32. Evangelii Nuntiandi.
310 311
Aclaraciones Jesús, homhn* rn <ntnllii i>•

parábola del Juicio: Los "benditos del Padre" son los que, siendo cargarconcllajiaciéndosecargodelpecadoparaechailolik i .ul>
misericordiosos con los pobres, lo fueron con Jesús aun sin saberlo. nuestrcmundo“4. Esta es la perspectiva teológica desde l.i que
Y, por último, mi estudio se inscribe también en la perspec­ hay que entender el conflicto cristiano. Yo realmente no si' que
tiva de la teología de la liberación, a cuya cristología quiere aportar más decir ante la advertencia de que en mi libro hay una exageru
elementos exegéticos. La cristología de la liberación ha puesto de ción de 1a conjlidualidad y una ambigüedad del verdadero con
relieve la importancia de los siguientes aspectos: a) el Reino de flicto25. Pienso que más bien las dimensiones mismas del conflicto
Dios como lo último para Jesús y lo que norma toda su vida; b) la que atenta contra la vida de las mayorías son exageradas, despro­
práctica de Jesús, vista como su servicio al Reino y como su porcionadas: tanto, que la tradición teológica latinoamericana lo
respuesta a la voluntad del Padre; en este punto yo aporto tres considera un verdadero pecado grave, mortal en dos sentidos: en
características de dicha práctica: es procesual, situada y conflicti­ el ético y en el elemental, el de la muerte misma de víctimas que
va; c) las consecuencias operativas de dicha práctica para la vida causa; Puebla afirma que
del cristiano, es decir, la normatividad que supone para el segui­
miento; en este punto yo llamo la atención sobre las líneas de fuerza vemos, a la luz de la fe como un escándalo y una
de esa práctica, tal como aparecen en el evangelio de Marcos; d) contradicción con el ser cristiano, la creciente brecha
en esa normatividad -expresada en el título cristológico de El entre ricos y pobres. Fl lujo de unos pocos se convierte
Liberador -hay una afirmación explícita de la trascendencia divina en insulto contra la miseria de las grandes masas. Esto
de la persona de Jesús, a laque tenemos acceso a través del misterio es contrario al plan del creador y al honor que se le debe.
pascual: en el hecho de que el resucitado no es otro que el En esta angustia y dolor, la Iglesia discierne una situa­
crucificado se nos ha dado la plenitud de la revelación de la ción de pecado social, de gravedad tanto mayor por
Trinidad; e) la afirmación de Jesús, el Mesías-Liberador, como darse en paises que se llaman católicos y que tienen la
culmen de todo el proceso de revelación de Dios a los hombres, capacidad de cambiar (Pue. 2S).
lleva a la comprensión de la Trascendencia de Dios no como
distancia sacral sino como cercanía misericordiosa y amorosa; en En esas situaciones la Iglesia discierne una interpelación de
eso nos trasciende Dios: en amar como nadie fuera de El es capaz
Dios mismo26, y reconoce en los rostros sufrientes de los pobres el
de hacerlo; y se descubre ese amor no como norma extema al rostro mismo sufriente de Cristo el Señor” . Y. sacudida por esta
cristiano, sino como principio de acción que lo lleva al compromiso situación, afirma:
ilimitado por la causa del Padre, que es la causa de la vida, la vida de
los pobres, como Jesús, movidos por su Espíritu 2; f) la parcialidad Desde el seno de los diversos países del continente está
del Dios que nos revela, único punto de partida para una verdadera
subiendo hasta el cielo un clamor cada vez más tumul­
universalidad que mire por los marginados2’.
tuoso e impresionante. Es el grito de un pueblo que sufre
Jon Sobrino señala otra característica general de la cristolo­
gía latinoamericana: que está marcada fuertemente por la indig­
nación ética , tanto ante la repercusión trágica que una
m anipulación del mensaje sobre Cristo puede tener para los 24 Jesús en América Latina, pp. 28-29.
pobres, como ante la injusticia que hacemos al mismo Señor 25 Incluso parece que se me interpreta como si mi categoría exclusiva hermenéu­
al m anipular su decisión de entrar en nuestra historia para tica fuera un conflicto de corte preponderantemente socio-económico, cuya
consecuencia sería desfigunir la persona de Jesús haciendo de él un activista
social, que debe ser seguido sobre todo en América Latina. Que pueda ser
considerado como un reformador religioso es cosa que afirman muchos
22 Algo de esto es lo que planteo en el último capitulo de mi libro,/! manera de
teólogos y exegetas europeos. Yo afinno expresamente en varias partes que
inconclusión, donde planteo lo (|ue en el relato aparece sobre la revelación del la finalidad de Jesús se sitúa expresamente en el campo religioso, aunque desde
Hijo de Dios en Marcos.
allí tenga incidencia en lo político y lo económico. Ver, p. ej. mi interpretación
23 Se trata de la parcialidad del Padre en favor de la vida de sus hijos, contra la de la Crisis de Galilea (pp 159-165), las correcciones que hace a los criterios
parcialidad de una sociedad que mira sólo por los intereses de las minorías; la de los discípulos (pp. 173-189) \ la de la Toma del l'emplo, (pp. 200-204).
razón evangélica de esa parcialidad es que desde la preocupación por los 26 Pue. 15
intereses de unos cuantos nunca se constniirá la verdadera universalidad. 27 Pue 31-3°
312 313
Aclaraciones I «• <I I l l ’ I ....................... l i l i l í I

y demanda justicia, libertad, respeto a los derechos La dificultad de distinguir la práctica narrada de la pi.u in i In i-
fundamentales deI hombre y de los pueblos2*. rica es inherente a los relatos evangélicos, cuya leetui.i m u i i i h i
ordinariamente se hace desde la hipótesis de que todo lo «pu I»»
La Conferencia de Medellín apuntaba ya, hace poco más de diez en ellos es histórico. Y es inherente y común en nuestrapredu;u hm
años, la comprobación de este hecho: ordinaria'2. Yo afirmo que el relato de Marcos nos permite adui
tramos en lo que llamo las líneas fuertes de la práctica de Jesús
Un sordo clamor brota de millones de hombres, pidiendo y, mediante ellas, al Jesús histórico' .
a sus pastores una liberación que no les llega de ninguna En la segunda parte de mi libro tomo el relato tal cual nos
parte "2 ... El clamor pudo haber parecido sordo en ese ha llegado de manos del autor. Soy consciente de que es posible
entonces. Ahora es claro, creciente, impetuoso y, en que el lector lo tome como real y biográfica historia de la vida de
ocasiones, amenazante í0. Jesús. La dificultad es doble: primero, distinguir los estratos tra­
dicional y rcdaccional; segundo, distinguir entre el hecho y la
interpretación teológica en ambos niveles.
Si estas afirmaciones del Magisterio Latinoamericano no son
Es en la tercera parte, donde busco determinar lo normativo
meras palabras, hay que asumir en serio que esto resulta amena­
de la práctica de Jesús para nosotros, donde abordo directamente
zante tanto para la Iglesia que vive en América Latina como -y con
el problema tanto epistemológico como sotcriológico de esta cues­
mayor razón- para la Iglesia que vive en otras situaciones y otras
tión. Lo primero que afirmo es que
culturas donde este clamor no se escucha con esta intensidad
dramática.
Marcos conjuga las tres dimensiones del hecho-Jesús:
quién es hoy, cuál es la signifteatividad histórico-salví-
4. Algunas aclaraciones y avances fica de su vida-muerte-resurrección, y cómo se le ha de
seguir, prosiguiendo la causa del Padre"'*' "Marcos
Con esto creo haber aclarado algunos de los aspectos generales que conjuga las tres dimensiones del hecho-,Jesús: quién
preocupan a la Congregación de la Doctrina de la Fe. es hoy, cuál es la signifteatividad histórico-salvifica de
su vida-muerte-resurrección, y cómo se le ha de seguir,
prosiguiendo la causa del Padre ". En base a eso afirmo
4.1. El Jesús de la historia o el Jesús de la comunidad que "tres son las características principales que cualifi­
de Marcos can la práctica de Jesús en el relato de Marcos (subrayo
ahora): se trata de una práctica procesual, situada y
Se afirma que se echa de menos en mi libro una adecuada diferen­ conflictiva" ’6.
ciación entre el Jesús histórico y la interpretación que de él pueda
hacer la comunidad cristiana a la que se dirige Marcos. Y me pregunto qué nos revelan esas características acerca del
Este punto es. sin duda, difícil, dado que no tenemos certeza modo de ser Jesús el Hijo de Dios-Liberador y qué implican para
histórica sobre la comunidad a que se dirige y sobre sus caracte­ el seguimiento. Ésta es la manera como abordo la dimensión
rísticas. La más investigada es la de Juan, y luego, la de Mateo. kerigmática del relato.
Sobre la de Lucas y Marcos hay posiciones más hipotéticas. Por
eso recurrí al argumento de analogía' para situar, al menos, las
32 Últimamente me ha dado luz en este terreno un libro que considero excelente:
características probables de dicha comunidad el de Rinaldo Fabris, Jesús de Nazaivt. Historia e interpretación, Sígueme,
1985, que no conocí previamente, y que me ha ayudado a refonnular algunos
puntos en este sentido.
28 Fue. 87 33 JHC pp 285-290.
29 Med. Pobreza, 2 34 JHC pp.279-284.
30 Pue. 87-89 35 JHC p. 246.
31 JHCpp. 23-31. 36 JHC p. 249.

314 315
Aclaraciones li'siis, homl i • i n ■"tulli' i

Todavía queda una cuestión importante: ¿qué relación hay entre el son un hecho histórico, aunque ladetenninación de lahistom nl.nl
relato y la práctica misma de Jesús y, concretamente, su práctica de cada uno de ellos necesite un estudio ulterior; la fuerza del
en cuanto conflictiva? Lo trato en el capítulo 2 de la parte III, argumento estriba en que. si se supusieran no históricos, sino
Normatividad del conflicto. Éste es mi planteamiento: creación de la comunidad a la que no respondiera nada real en el
Jesús histórico, se perdería algo vertebral de la práctica de Jesús
Hemos destacado su centralidad (del conflicto) en el por el Reino. Creo que lo mismo sucedería con los conflictos en el
relato: tanto en la estructura narrativa como en los relato de Marcos: si se les suprimiera, suponiendo que no pertene­
contenidos de la práctica narrada. Pero surgen varias cen al Jesús histórico sino que expresan sólo la situación de la
preguntas: ¿por qué Marcos da tanta importancia al comunidad, el relato de Marcos quedaría desestructurado y se
conflicto de Jesús con el Centro judio , siendo así que perdería el sentido de la muerte en cruz: ésa es la importancia
escribe a cristianos no judíos? ¿No podría haberlo omi­ cristológica y soteriológica de la conflictividad: porque no cual­
tido. o a! menos haber atenuado el enfrentamiento con quier cruz es la cruz de Jesús, sino laque llega como consecuencia
la Ley. como lo hace Mateo? ¿Fue realmente así la de asumir la causa de Jesús al estilo de Jesús.
práctica de .Jesús o es una creación de la comunidad? Más aún: "si el conflicto fuera un elemento secundario o
¿ (Jna semejante conflictividad ha de ser normativa para inexistente en la práctica histórica de Jesús, habría que afirmar que
la práctica cristiana?” ’7 el relato nos habría transmitido una imagen sustancialmente fal­
seada de su persona de su causa y de las condiciones del segui­
Y en la nota 28: miento. al dar tal centralidad al conflicto en la práctica narrada; tal
mito inverso no podría ser propuesto como norma universal y
Pueden plantearse tres hipótesis: a) la relevancia del absoluta de la fe y seguimiento cristianos. Y resultarían también
conflicto se explica porque la comunidad de Marcos falseados Mateo y Lucas, que están en estrecha vinculación con
sufre persecución y transpone sus conflictos a Jesús, Marcos"’9.
creando así un mito inverso: un Jesús en conflicto: b) el Y termino la argumentación relacionando conflicto y segu
conflicto con el ( 'entro es una creación de la comunidad miento:
en su lucha contra los judaizantes; c) el núcleo de!
conflicto se remonta a Jesús, y su centralidad es expre­ Y todavía una última cosa: no basta la correspondencia
sada fielmente en el relato; la situación de la comunidad entre un núcleo histórico y lo nuclear de la narración
es tan sólo la matriz socio religiosa que posibilita la para que la conflictividad de Jesús sea propuesta como
recuperación de la memoria conflictiva de Jesús. Anali­ norma de seguimiento; esa condición humana de Jesús
zando 1as tres hipótesis, sólo encontramos consistente la ha de ser referida a su resurrección, que es lo que la
tercera, que integra los tres aspectos fundamentales del confirma y la hace normativa. Hasta allí llega el relato:
hecho-Jesús: la afirmación de un núcleo histórico refe­ viendo la práctica de Jesús desde la óptica pascual,
rente a Jesús de Nazaret; la defínitividad y relevancia remite a (ralilea el seguimiento de Jesús, el Nazareno
de ese núcleo como norma, tina vez confirmado por la crucificado que resucitó. La resurrección no le quita
resurrección; y la manera en que esto determina la aguijón al conflicto, sino que muestra la necesidad his­
práctica del seguimiento™. tórica de la cruz en un mundo configurado por un
proyecto opuesto al proyecto de Dios .
Mi argumentación para afirmar la historicidad de un núcleo de
conflicto en la práctica de Jesús se encuentra en las páginas Con lo dicho quedará claro qué es, para mí, lo fundamental del
siguientes, y es un argumento apari con el de los milagros: éstos conflicto: el choque entre la misericordia (como opción por el

37 JHC p. 273. 39 JHC p. 276.


38 JHC p. 272. -40 JHC p. 276.
316 317
Aclaraciones Jesús, hombre en corni l ido

misar y por su vida, que es la opción del Padre) y el pecado (como Nos parece que es aquí donde el A utor paga un excesivo
decisiones personales y como estructura que margina al misar de tributo a los principios del análisis marxista que ha
la vida y así va contra el proyecto del Padre). derivado de l Halo y da M. Clavanot. El considerar los
dos bloques da Documentos Veterotastamantarios como
axprasión da lucha da clases41 tiene el riesgo de dejar an
sombra que todo al Antiguo Testamento as igualmente
4.2. La Ley de la Alianza y la Ley de la Pureza Palabra de Dios y que no hay, para así decir, una
palabra da Dios da segunda categoría. En esto no que­
Este es el punto que me parece que requiere más explicación y más remos negar an absoluto que el contexto y el pre-texto
avance y al que se refiere ampliamente la recensión hecha por sociales constituyen un verdadero filtro de la Palabra da
Victorino Girardi. Presento primero su punto de vista, con el que Dios y da la misma Inspiración Divina, paro oponer tan
voy a dialogar en un segundo momento. Dice Girardi: radica/manta los distintos documentos veterotestamen-
tarios, da la impresión de que se está olvidando el clásico
Cuando a! autor, an su momanto analítico muestra la principio según el cual el mejor intérprete de la Biblia
derivación da Ia Ley de la Alianza de los documentos es la Biblia misma, an qua cada página as iluminada a
yahvista, aloisia y dautaronomista, y da la Ley de la integrada, nunca eliminadai2.
Pureza del ( 'ódigo de Santidad (Lev. 17-25) del docu­
mento Sacerdotal y del jeovista, da la impresión de En este punto creo necesario recurrir a mi proceso personal.
olvidar que se trata siempre de Palabra de Dios. Opone Inicialmente me habían parecido válidas las dos tesis generales de
en términos tan radicales los primeros documentos a los F. Belo:
segundos, que el lector podría pansar que estos últimos
fueran consecuencia exclusiva da la voluntad da podar Existen en los textos legislativos del A T dos sistemas
que busca en Dios, en la religión, una sacralización de distintos, el da la mancha y al da Ia deuda, siendo el
los privilegios da clasa. Podríamos dar muchos ajamplos primero dominante an los taxtos que provienen del do­
a! raspado; baste el siguiente texto: "Quizá el elemento cumento sacerdotal Py el segundo de los textos elohista
más negativo -escribe- es la deformación (causada por E y deuteronomista 1) (su elaboración es más acabada
la escuela sacerdotal que dio origen al código de santi­ en este último). Estos dos sistemas poseen lógicas muy
dad) de la imagen de Yahvé y de las relaciones con su paralelas, por lo cual se hallan en estrecha relación4 .
pueblo: el Dios liberador ahora se convierta an la ame­ A partir de cierta época da la monarquía subasiática, la
naza da su pueblo, que se cobra sus derechos como relación entre estos dos sistemas manifiesta una dialéc­
cualquier poder dominante: todos los israelitas tendrán tica que es la da una lucha da clases44
que pagar el rescate por su vida, amenazada por la
presencia de Yahvé an medio de ellos, para que no haya Pero el mismo autor terminaba su largo y difícil estudio sobre El
plaga; es una especie da impuesto, de medio sido, que orden simbólico de Israel4 con una advertencia respecto de su
hará de recordatorio ante Yahvé para que respete sus
vidas (Ex 30,11-16). El Dios atento al mínimo clamor
del pobre ahora nacasita un mamoría I económico para 41 Yo no hablo en términos de lucha de clases, como lo plantea Belo (pp. 95-102);
no quitarle la vida (...). El Dios que veía por los derechos lo que yo afumo es que del Esquema de Pureza surge una sociedad estratificada
del oprimido ahora no tiene ojos más que para sus en torno a la l^ireza y el mérito y, en cambio, del Esquema de Alianza, una
propios darachos amenazados por la existencia misma estructura social igualadora (cf .11IC p.69).
42 Victorino Girardi, Consideraciones en tomo a la obra de Carlos Bravo. Jesús,
del hombre impuro en la cercanía de su santuario hombre en conflicto, EF Mex 8/24 (1990) P. 386.
(p.51)" 43 P. Belo, Lectura materialista del Evangelio de Marcos, Estella, 1975, p.70.
44 Id. ib.
45 Id. pp. 69-102.

3 18 319
jesús, hombre en comflicto
Aclaraciones

cambiaría de acuerdo al cambio de las situaciones sociales dife­


propuesta en la que sugiere la necesidad de un estudio sobre ese
"proceso ideológico", respecto del cual se confiesa amateur. Y rentes en que se redactaban b) que 110 era ajeno a ese proceso la
afumaba con honestidad: "No sé si lo que he propuesto es verda­ situación personal de los redactores °; c) que nos encontramos
frente a un proceso de revelación de Dios y de su voluntad, en el
dero. solamente lo creo "4
En un primer momento me habían parecido correctas ambas que hay prescripciones que van quedando obsoletas, y que no
tesis, y elaboré un esquema en el que me parecía que históricamen­ tienen el mismo valoren cualquier situación ni para siempre 1 y es
te iban alternando ambos esquemas en oposición uno al otro. Pero expresión tanto de su decisión de tom aren serio nuestra condi­
no encontré confirmación de la hipótesis en el estudio diacrónico ción histórica como de su condescendencia divina que lo lleva
de la redacción de textos. A lo largo de seis meses dedicados al a hablarnos de manera adecuada a nosotros; d) que eso nos
situaba ante el hecho de la kénosis de Dios 110 sólo en su Palabra
estudio del proceso diacrónico de redacción de los textos legales
hecha carne, sino en su palabra escrita 2. sujeta también a
de Israel, profundizando en varios autores , me encontré con que
el esquema de Pureza es muy posterior, propiamente del tiempo
del exilio e incluso del retorno. Los preceptos primitivos de tipo
49 El proceso de redación de las leyes de Israel atraviesa toda su historia (Exodo,
ritual-tabúico no se han de situar, en sentido estricto, dentro de este Conquista, Establecimiento. Monarquía, consolidación del sur, exilio, retor­
esquema legal. En base en eso abandoné la hipótesis inicial, aunque no) y llega hasta Jesús, tiempo en que los escribas fariseos y los escribas
me pareció que se confirmaba la posición más general de Belo, saduceos diferían en la interpretación de las mismas, e imponían sus propias
sobre la existencia de dos sistemas legales (afirmación que no convicciones al pueblo.
50 Esto es lo que descubre el estudio del Sitz im Lebeti. La tradición deuteronó-
implica que se den como un todo ya construido tal cual desde el mica la emparenta Von Rad con las tradiciones levíticas: "Será preferible
principio), pero no la segunda parte de su primera tesis ni tampoco buscar los exponentes de esta concepción en los últimos tiempos de la
la segunda tesis. monarquía y precisamente en los círculos de la tradición rural... De hecho
Esto me causó un problema serio, porque cuestionaba mi parece probable que en el campo existieron círculos en loscuales se reavivaron
manera de entender la Sagrada Escritura, de una manera un tanto las antiguas concepciones sobre Yahvé y sus guerras santas... Sólo estos
últimos (la población niral) podían seguir manteniendo vivas y podían cultivar
ingenua y aun fundamentalista. ¿Cuál era la manera adecuada y las antiguas tradiciones yahvistas... Sin embargo debemos buscar los verda­
cristiana de entender tanto la inspiración como la verdad de la deros portavoces de este movimiento entre los levitas..." C f teología del
Palabra escrita? El hecho fuerte con que me encontraba era el de Antiguo testamento, /. pp. 109 ss. Coinciden también Auzou y Haag en fijar
la constatación de diferencias objetivas en las leyes de Israel en la actividad deuteronómica en el sur. Dice el último: "Hay que suponer que
diferentes momentos de su historia, no sólo como diversas sino los levitas fugitivos con motivo de la catástrofe del 722 llevaron consigo tales
colecciones jurídicas al Reino del sur. Aquí fueron objeto de la actividad
como contrapuestas en algunos momentos y cuya causa habría que coleccionadora que desplegó Ezequías (cap. 12-26). La fijación de un centro
buscar, y no caer en un concordismo fácil que atribuyera a todo el único de culto se comprende perfectamente en esta época" ( cf. Dicc. Bibl p.
mismo valor4*. Detrás de este hecho me parecía que se podían 460). Respecto de los conflictos surgidos en ese momento por parte del
señalar cuatro causas: a) que, buscando las leyes determinar las sacerdocio de Jerusalén afirma Cazelles: "Los sacerdotes de Jerusalén, des­
cendientes, por Sadoq, de Aarón.. prácticamente 110 habían aceptado el Dt (cf.
conductas de los hombres en función de la vida, prohibiendo lo que
2 Re 23,9 y Dt 18,8). Poco accesibles al espíritu de esta corriente venida del
la daña y prescribiendo loque la favorece, la determinación de esto norte... se inspiraban más bien en la teología tradicional de la trascendencia.
Los sacerdotes de Jerusalén, descendientes, por Sadoq, de Aarón... práctica­
mente 110 habían aceptado el Dt (cf 2 Re 23,9 y Dt 18,8). Poco accesibles al
espíritu de esta comente venida del norte... se inspiraban más bien en la
46 Id. p. 101. teología tradicional de la trascendencia de Yahvé, el Dios ’santo’, inaccesible
47 No considero justa la afirmación de que "pago 1111 excesivo tributo" a las
a las empresas humanas... Si Dios es trascendente, el hombre, mediante la
posiciones marxistas de Belo y Clevenot: fueron para mi punto de partida, 110
liturgia, su código y sus reglas, puede vivir con él y participar de su santidad"
de llegada. El mismo Helo reconoce la debilidad de su propuesta en la falta de
(cf. Robert-Fcuillet, Introducción a la Biblia, 351 s.). Esto es la base de la
un análisis diacrónico, que es lo que yo intenté hacer ( cf. Belo 101,2-3). Me
explicación de las diferencias que encuentro entre Ley de la Alianza y Ley de
siento más deudor a Auzou, Arenhoevel, Cazelles, De Fraine, De Sivatte, De
la Pureza.
Vaux. Gottwald, Grollenberg, Hemnann, Lohfink, Noth y Von Rad, que
51 Es el caso de muchísimas de las prescripciones que yo llamo "de pureza", v.g.
fueron la base de mi estudio, entre otros. Ellos son la base de mi exégesis.
lo referente a la sangre, a la lepra a los sacrificios, etc.
48 Está, por ejemplo, la tensión que se da entre algunas posiciones protéticas y
52 Esto lo afirma explícitamente la Dei Verbum cuando habla de la admirable
otras sacerdotales.
320 321
Aclaraciones l> ii 11 ti ii i > ............. 11111 ■ i

nuestros condicionamientos culturales y a nuestros procesos Iité­ Esta reforma encontrará oposición por parle de lo-, i. ■i. <i>
ranos ése es su divino modo de ser en la historia: en kénosis; sadoquitas"0; su reacción dará origen al Código de S.iiiIhI.hI il
no como poder que se impone sino como amor que se ofrece. 17-25). Después, vendrá el doloroso exilio. Siíz nn I </»< // .1 l t
En el proceso de elaboración de las leyes, creo que se puede leyes de Pureza . fundamentales para mantener la vida c ni* ninl.nl
hablar de un primer esquema, (que yo llamo Ley de la Alianza ), del pueblo en esa situación de profunda tentación. Esto mismo . m i i

donde se condensa la experiencia de Israel sobre qué es lo que importante cuando, después del retomo, se dé la dominación
garantiza su vida y su existencia como pueblo, y que se configura helena. La revuelta macabea se convertirá luego en la dinastía
a lo largo de la primera etapa de Israel. Exodo, Conquista. Esta­ asmonea: Jonatán asume la dignidad sacerdotal. Hay una reacción
blecimiento: en ese momento la vida la garantiza la hermandad, el en dos líneas: la esenia. que radicalizará la línea de la Pureza
mirar unos por otros. sacerdotal de manera elitista, y la farisea, reacción laical que hace
Luego vendrá la consolidación de la monarquía, el cambio extensiva para el pueblo la Pureza sacerdotal Buscando cumplir
del estatuto de igualdad entre las tribus, la construcción del templo la voluntad de Dios con absoluta fidelidad determinará hasta los
realvs, el establecimiento del sacerdocio y la sistematización del últimos detalles de la vida cotidiana, dando origen a lo que Jesús
culto, con sus peligros que denunciarán los profetas; es también el condenará como tradiciones humanas que impiden cumplir el
momento del cisma de Israel y la existencia de los dos reinos. En mandamiento de Dios (cf. Me 7. 8-13). Una de las consecuencias
el reino del Norte es donde florecerán la escuela elohista. (al que de la mentalidad farisea es la marginación del pueblo, de la
pertenecen el Decálogo E -Ex 20.1 -20- y el Código E de la Alianza promesa (cf. Jn 7.49: la plebe maldita que no conoce la Ley). Jesús,
-Ex 21,1-23.19-), los levitas y la corriente deuteronómica; al en su momento, ante la marginación del pueblo por parte de los
migrar al Sur luego de la destrucción de Israel se llevarán consigo escribas y fariseos y desde la experiencia de la paternidad de Dios,
Ta Ley’ (tradición profético-deuteronómica: fundamentalmente la consuena con la corriente profética, que sitúa la verdadera pureza
’Ley de la Alianza'). con base en la cual se hará la reforma vahvista V el verdadero culto en la misericordia, en la justicia, en el amor.
en tiempos de Josías. Y lo hace porque su proyecto de reino del Padre es la hermandad,
contra la que atenta esa concepción excluvente y elitista.
En ese proceso de revelación hay los momentos iniciales,
"condescendencia" de la sabiduría divina "para que conozcamos la inefable
benignidad de Dios, y cuanta adaptación de la Palabra lia usado teniendo los momentos privilegiados y el momento definitivo, culminante, en
providencia y cuidado de nuestra naturaleza". Porque las palabras de Dios
expresadas con lenguas humanas se han hecho semejantes al habla humana,
como en otro tiempo el Verbo del Padre Eterno, tomada la carne de la debilidad 56 Dice De Vaux: "Parece que los sadoquitas fueron un clero rutinario, poco
humana, se hizo semejante a los hombres». El término de la comparación es propenso a innovaciones que cambiasen sus procederes habituales. En todo
la debilidad humana de la carne (humano semtoni assimilia facía sunt... caso las reformas religiosas fueron iniciativas de reyes, no de sacerdotes" (cf.
humana; infimiitatis assumpta cante). Instituciones, 483). La BJ deja entrever un motivo económico en esa oposi­
53 Es el objeto de estudio de la historia de las formas y la historia de la redacción. ción: "La ley preveia(Dt, 18,6-8). que los sacerdotes de provincia que vinieran
A este propósito dice la DV: "Para descubrir la intención del autor, hay que a Jemsalén gozaran de los mismos derechos que los sacerdotes de la ciudad,
tener muy en cuenta entre otras cosas los géneros literanos. El intérprete sus /temíanos. La oposición del clero de la capital consiguió sin duda reducir
indagará lo que el autor sagrado dice e intenta decir, según su tiempo y cultura, a un rango subalterno a los sacerdotes de los altos concentrados en Jemsalén".
por medio de los géneros literarios propios de su época. Para comprender (Nota a 2 Re 23 ,9 ).
exactamente lo que el autor propone en sus escritos hay que tener en cuenta 57 Podemos hablar de cuatro momentos, si consideramos la Ley de Santidad
el modo de pensar, de expresarse, de narrar que se usaba en tiempo del escritor, como parte de este esquema de leves:
y también las expresiones que entonces más se empleaban en la conversación -Etapa preexílica, en Jerusalén, hacia fines del s. VII, en tomo al Templo (Lev
ordinaria» (n.10). 17-26).
54 El primer texto legal será llamado Código Yahvista de la Alianza: Ex 34, -Etapa del exilio (alred. 598, con sus tres deportaciones, hasta el decreto del
10-26, cuyo núcleo se remonta probablemente al mismo Moisés (Eichrodt, retomo en 538): la escuela de E/.equiel será fundamental: se elaboran Lev
Lods, De Vaux) y se debe haber lijado oralmente en tiempos del estableci­ 11-16 y Lev 1-7 (a no ser que esta segunda parte suponga la práctica sacrificial
miento en Canaán. del segundo Templo, lo que la situaría en Jerusalén en tomo a 520-515).
55 A juicio de Cazelles se traía de un templo concebido más a imitación de los -Etapa del retomo (538-515) y tal vez hasta Nehemías (445-432). Fusión del
cultos camíneos que en continuidad de las tradiciones israelitas (cf. Cazelles Pentateuco: Lev 8-10: Num 5-8 y 15-19; Ex 34,29-40,38: Ez 40-48.
en Robert-Feuillet, Introducción a la Biblia , I, 355) -Etapa de purificación y reestnictunición bajo Esdras.
322 323
Aclaraciones Jesús, hombre en coniflicto

Cristo. Esa culminación puede darse a manera de confirmación, a En este sentido Jesús es profeta, aunque no cualquier profeta, sino
manera de radicalización. a manera de complemento, y a manera el enviado definitivo del Padre. Su crítica profética está en esa
de corrección. Si nos quedáramos en una interpretación literal del misma línea de exigir al hombre situarse ante una voluntad de Dios
texto de Mateo 5,17-20. sobre la no abrogación de la Ley. creo que siempre mayor, y que no puede ser encerrada en ninguna Ley. Lo
nos veremos en graves problemas para explicamos las transgresio­ único que permite cumplirla en plenitud es el Espíritu. Como
nes materiales que él mismo hace respecto del precepto del sábado, culmen del profetismo Jesús exigirá a las leyes humanas y a
cuya violación lo hacía reo de muerte , ni su libertad ante las nuestras interpretaciones, que vayan más allá de la letra, y corregirá
prescripciones sobre los alimentos'9, ni su desautorización del la letra misma de la Ley aveces radicalizando M. aveces negando64.
Templo 6 . Creo que esa es la manera como Jesús lleva la Ley a la
plenitud: el amor, el Espíritu, y la libertad que éste genera. Hay, pues, una jerarquización de lo revelado, dentro de la
Con la declaración de Jesús: "Ustedes oyeron...; pero yo les cual lo germinal no coincide con la plenitud La primera comu­
digo" está llegando a su culmen6' el proceso de revelación que se nidad sufrió un doloroso proceso dialéctico de continuidad y
inició por medio de los profetas. Jesús no es un mero repetidor que ruptura respecto del Antiguo Testamento. Es pro-bable que ese
se contentara con simples adaptaciones del mensaje; trae una proceso se refleje en algunos de los textos evangélicos. Pero creo
novedad tal que no admite componenda con algunos plantea­ que es un proceso que primero se dio en Jesús mismo, aunque sea
mientos antiguos' . En síntesis: Jesús es plenitud de la Ley pero difícilmente dcterminable lo jesuánico y lo eclesial. Creo que uno
no de una manera etérea y ahistórica. sino dentro de un proceso de los espacios en donde esto se manifiesta es precisamente en el
histórico de revelación de Dios y de interpretación de los hombres terreno de las prescripciones legales (lo que he llamado Ley de
situado en el espacio, en el tiempo y en la sociedad; en ellos es Alianza y Ley de Pureza)66.
Palabra plena de Dios a veces a manera de confirmación, otras, a De esa manera tal vez Marcos está dando contenido históri­
manera de radicalización. o a manera de complemento, incluso a co al evangelio paulino que anuncia la libertad de la Ley, del
manera de corrección (nueva afirmación que pasa por la negación pecado y de la muerte, y presenta a Jesús como la culminación del
de la posición anterior). proceso de revelación de la Voluntad del Padre. Como dice Pablo,
nos libera de la letra de la Ley. que mata, para comunicarnos no
otra ley sino su Espíritu mismo, que da vida. De hecho, Marcos
presenta a Jesús como modelo de ortodoxia cuando, a la pregunta
58 "Ésta fue la razón de que los judíos empezaran a perseguir a Jesús, que hacía
del Escriba sobre cuál es el mandamiento primero de todos, pone
aquellas cosas en silbado. Jesús les declaró: 'Mi Padre hasta el presente sigue en su boca la fórmula ortodoxa del Deutcronomio: Shemá Israel...
trabajando, y yo también trabajo'. Ante esto les entraban a losjudíos más ganas (Escucha, Israel, el Señor nuestro es el único Señor, y amarás al
de matarlo, porque no sólo abolía el sábado, sino además decía que D ios era
Padre suyo, haciéndose igual a Dios (Jn 5,16-18). "Estaban al acecho para ver
si lo curaba en sábado y acusarlo... Nada más salir de la sinagoga, los fariseos
se pusieron a planear con los herodianos el modo de acabar con él" (Me 3,2.6). 63 C f v.g. Mt 5,20-48; Me 10,1-12; Le 6,20-26 y Mt 5,1-12.
59 Cf. Me 7,1-23. 64 C f v.g. Me 7,1-23; Mt 23,8-10. Jn 4,21-24. Es de notar que Jesús nunca
60C y:M c 11,12-19; 13,1-2; Jn 4, 21-24. aparece ni realizando sacrificios ni purificaciones.
61 La carta a los hebreos utiliza el término ep'esjatou (literalmente: en orden a 65 El pasaje de la transfiguración creo que ésa es una de las cosas que viene a
lo definitivo) que tiene una dimensión no meramente temporal sino teológica, decir: Jesús es más que Moisés y Elias; después de la teofanía no ven a nadie
y se refiere a la plenitud de la revelación, como contrapuesto al polymerós kai más, sino a Jesús solo: es el único al que liav que oír y seguir.
polytropó.s (fragmentariamente y con una pluralidad de formas) que corres­ 66 Creo que el texto da base suficiente para afínnar que la posición personal de
ponde a la etapa anterior. Jesús, de su práctica y de su mensaje, consuena más con la línea de la Ley de
62 En Marcos, Jesús es muy tajante: No hay quien remiende un vestido viejo con la Alianza y disuena de la de Lev de la Pureza. Obviamente esto no supone
un parche de tela nueva, porque lo añadido tirará de él, lo nuevo de lo viejo, afirmar que los distingue fonnalmente qua tales, sino que, entre esas dos
y se hará un desgarrón jx;or. No hay quien eche vino nuevos en odres viejos, maneras de entender y vivir el acceso a Dios y a su voluntad, él claramente se
porque el vino romperá los odres y se perderán el vino y los odres; el vino identifica con la línea de la misericordia y de la justicia y no con la interpre­
nuevo, en odres nuevos (Me 2,21-22). Esa misma es la temática, de manera tación oficial ritual (cf. v.g. Mi 12.7: si comprendieran lo que significa
aún más dramática, del capítulo 7 de Marcos, y es el punto central de las "misericordia quien) y 110 sacrificios", 110 condenarían a los que no tienen
controversias de los capítulos 11 y 12. culpa; cf. también Mt 23.13-35 y Le 11,39-54).

324 325
Aclaraciones jesús, hombre m t nmlli. i.

Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu Conclusión
mente, con todas tus fuerzas» (Dt 6,4-5), y añade a continuación
el texto de Lev 19, IX ’7. "Amarás a tu prójimo como a ti mismo". Con esto creo haber aclarado algunas cosas respecto de mi libro
Jesús hace una síntesis acabada de lo mejor de la Ley de la Jesús, hombre en conflicto. Quizá una última cosa, que creo no
Alianza (justicia, misericordia con el que sufre, amoral prójimo) haber tratado in recto: la objeción de ambigüedad respecto del
con lo mejor de la Ley de Pureza (mostrando en qué consiste la verdadero conflicto. Cito una frase, que destaca González Faus
santidad y el verdadero culto), síntesis que fue asumida progresi­ en una nota de su prólogo a la edición española:
vamente y no sin trabajo ni rupturas por la comunidad cristiana
primera. Este asunto de la continuidad y ruptura con el Antiguo Esto está preciosamente expresado por el autor en las
Testamento fue de los problemas más serios que vivió la primera siguientes palabras de la conclusión del libro: "Para
comunidad cuando el Espíritu Santo la abrió a los paganos. La romper el círculo de Ia violencia del Centro judío que lo
superación de la tensión existente entre Pablo y Santiago funda­ amenaza, Jesús tiene la alternativa de huir, de responder
mentalmente. y también entre Pablo y Pedro, se resolvió gracias al con violencia o de no resistir a su fuerza homicida. Y el
papel mediador de Pedro y a su propia experiencia de la relatividad Padre tiene también la alternativa de destruir a los que
-derogación, por decirlo más claramente- de una serie de prescrip­ han decidido asesinar a su Hijo, de rescatarlo mágica­
ciones rituales y cultuales provenientes de la Ley de la Pureza mente. saltándose la historia, o, finalmente, de sufrir que
(circuncisión, pureza de alimentos, días de fiesta...). se lo maten. Yporque elige la tercera opción -que revela
Una última aclaración: Si alguien pensara que es intención cómo el Padre v el Hijo son en la historia-, por eso es
del autor el ampararse en esta presentación de la crítica de Jesús al necesario que Jesús muera asesinado, como tantos otros
Centro judío, para atacar a la Iglesia, estaría juzgando de internis asesinados por el poder, a lo largo de la historia, en
de manera totalmente abusiva \ Sin embargo, tampoco se puede nombre de la Seguridad Nacional y de la razón de Dios.
olvidar que las críticas de Jesús a quienes quieran acaparar poder, No es el Padre quien necesita que el Hijo muera para
prestigio, riquezas y honores a costa del sometimiento de muchos satisfacer su honor herido por el pecado. Son otros
seguirán siendo válidas contra esas pretensiones dondequiera que dioses los que necesitan esa muerte : el del Centro judío
se den. y el del Imperio, que se alian contra el Dios de Jesús, el
Padre69.

La teología latinoamericana ha puesto de manifiesto que el proble­


ma fundamental en América Latina no es tanto el ateísmo cuanto
la idolatría, es decir, no tanto la fe en Dios, sino en qué Dios se
cree. Y creo que éste fue el problema fundamental también para
67 Texto que pertenece a la tradición deuteronómica, de acuerdo a los estudios
Jesús: por revelamos un Dios insospechado -cognoscible sólo por
sobre los estratos redaccionales. autorrevelación personal, por medio de su Palabra hecha carne- en
68 Lo dice expresamente González Faius en su prólogo: "Y por eso quisiera un mundo estructurado por el pecado como negación de los dere­
terminar con una pequeña observación dirigida, sobre todo, al lector español: chos de Dios y de los derechos de los pobres.
a mi entender, se desenfocaría la conllictividad del Jesús de Marcos si nos Y éste mismo es el contenido del conflicto del cristiano e
limitáramos a dir igir esa conllictividad sólo contra la Iglesia institucional. Y América Latina: la opción por la vida en un mundo de muerte,
esta sería una tentación fácil... No es ésa la perspectiva de Marcos ni la lectura
que de él hace Carlos Bravo... Ahora se trata de una conflictividad que Jesús estructurado en función de la defensa de los privilegios de minorías
desata ante todos y cada uno de nosotros y ante este mundo nuestro (que fue a costa de los derechos de las mayorías empobrecidas, la opción
el suyo) y que no nos permite a nadie una exaltación orgullosa que absolutice por el Dios de la vida y su Reino, lo lleva a anunciar a los pobres
demasiado nuestras mediaciones y nuestras causas propias, sino que obliga a
lo que Carlos Bravo propone como elemento descriptivo de lo que significa
ser el Hijo: vivir de cara al Padre y a su Reinado... Preferir absolutamente al
Padre y a los hombres, por encima de la propia vida" (JHC p. 19). 69 JHC, p. 18.

326 327
Aclaraciones

el proyecto de Dios de vida en abundancia que. en una situación


de opresión tiene que pasar por la liberación integral. Así se ha
entendido aquel deber de la Iglesia del que hablaba Paulo VI: B ib l io g r a f ía m ín im a

Es bien sabido en qué términos hablaron durante el


reciente Sínodo numerosos Obispos de todos los conti­ Antiguo Testamento
nentes y, sobre todo, los Obispos del Tercer Mundo, con
un acento pastoral en el que vibraban las voces de D. Arenhoevel: Así nació la Hiblia (Madrid. 1980)
millones de hijos de la Iglesia que formaron tales pue­ M. Clevenot: Lectura materialista de la Biblia (Salamanca,
blos. Pueblos, ya lo sabemos, empeñados con todas sus 1978)
energías en el esfuerzo y en la lucha por superar todo L. Grollenbcrg: Visión nueva de la Biblia (Barcelona. 1972)
aquello que los condena a quedar al margen de la vida: H. Gruen. El tiempo llamado Hoy (Madrid, 1981)
hambres, enfermedades crónicas, analfabetismo, depau­ S. Herrmann: Historia de Israel (Salamanca, 1979)
peración. injusticia en las relaciones internacionales y, R de Sivatte: Alliberament d Israel (Barcelona, 1982)*
especialmente, en los intercambios comerciales, situa­ G. Von Rad: Teología del Anticuo Testamento (Salamanca,
ciones de neocolonialismo económico y cultural. a veces 1972)
tan cruel como el político, etcétera. La Iglesia, repitieron A. Weiser: ¿A qué llama milagro la Biblia? (Madrid. 1979)
los Obispos, tiene el deber de anunciar la liberación de
millones de seres humanos, entre los cuales hay muchos N u e v o T e s ta m e n t o
hijos suyos: el deber de ayudar a que nazca esta libera­
ción. de dar testimonio de la misma, de hacer que sea
total. Todo esto no es extraño a la evangelización . Situación del pueblo en tiempos de Jesús

Este es el contenido concreto que reviste en América Latina la H. Braun: .Jesús, el hombre de Nazaret. v su tiempo (Salamanca.
fidelidad a Jesucristo, son los contenidos ineludibles del segui­ 1975)
miento de Jesús en el proseguimiento de su causa. Es el objetivo H. Cazelles: El Mesías de la Biblia (Barcelona, 1978)
primero. Afrontar los conflictos que surgen en el cumplimiento de H. Echegaray: Jn práctica de Jesús (Salamanca. 1982)
esta misión es un elemento de la parresía cristiana, fruto del D Flüsser: Jesús en sus palabras y en su tiempo (Madrid, 1975)
Espíritu Santo, que siempre ha llevado a los cristianos a enfrentar B. Gerhardssohn: Prehistoria de los Evangelios (Santander, 1980)
incluso los peligros de muerte, como consecuencia -de ninguna M. Hengel: .Jesús y la violencia revolucionaria (Salamanca, 1973)
manera como finalidad pretendida- de la decisión de anunciar J Jeremías: .Jerusalén en tiempos de .Jesús (Madrid. 1977)
buenas nuevas a los pobres, de vivir de acuerdo a la misericordia Le problcme historique de Jésus Christ (Paris. 1968)
eficaz del Padre. J Leipoldt S¿ W. Grundm ann: El mundo del Nuevo Testamento
(Madrid. 1973)
A. Nolan: "¿Ouicn es este hombre?”Jesús, antes del cristianismo
(Santander, 1981)
Ch. Perrot: Jesús y la historia (Madrid. 1982)
Saulnier & Rolland: Palestina en tiempos de Jesús (Estella, 1981)
L. Schottroff & W. Stegemann: Jesús de Nazaret, esperanza de
los pobres (Salamanca, 1981)

70 EN 30.
32 8
329
G. Theissen: Sociología del movimiento de Jesús (Santander,
1979)
índice
W . Trilling: Jesús y los problemas de su historicidad
(Barcelona, 1970)

Comentarios del Evangelio


Págs.
F Belo: Lectura materialista del Evangelio de Marcos,
(Estella.1975) Presentación.....................................................................................1
J. Cardenas P: El poder de Jesús el Carpintero (México, 1983) P r ó l o g o ........................................................................................ V
Un pobre llamado Jesús (México, 1982)
M. Clevenot: Lectura materialista de la Biblia (Salamanca, 1978)
J. Delorme: El evangelio según san Marcos, (Estella, 1981)
B. Maggioni: El relato de Marcos. (Madrid, 1981) Primera Parte: Claves para un relato desconcertante
X. Pikaza & E. de la Calle: Teología de los Evangelios de Jesús,
(Salamanca. 1974) 1. Lo sorprendente del relato de M a r c o s ....................................5
A. Pronzato: IJn cristiano comienza a leer el evangelio de a) La perspectiva de exaltación .......................................... 11
Marcos (Salamanca, 1982/84) 3 vol. b) Las tensiones con el mundo j u d í o ....................................12
V. Taylor: Evangelio según san Marcos. (Madrid, 1979) c) La perspectiva g n ó s t i c a .................................................... 12
d) La experiencia de persecución ....................................... 13
2. Metodología de le c tu ra .......................................................... 17
Estudios Las claves de l e c t u r a ..............................................................IX
a) Claves de a c c i ó n .......................................................... 20
X. Alegre: "Marcos o la corrección de una ideología triunfalista. b) Claves de s itu a c ió n ....................................................... 20
Para una lectura de un evangelio beligerante y c) Claves de c u l t u r a ................ ..........................................21
comprometido". 11LT 6 (1985), 229-263 La determinación de la e s tr u c tu r a ....................................... 23
H. Cousin: Los textos evangélicos de la pasión (Estella, 1981) a) Los momentos principales de la práctica de Jesús . . 23
J. Jeremías: Interpretación de las parábolas (Estella, 1971) b) Los e n l a c e s .................................................................... 23
La última Cena. Palabras de Jesús (Madrid, 1980) c) Las migraciones de se n tid o .......................................... 24
Las parábolas de Jesús (Estella 1974) d) La e s t r u c t u r a ..............................................................: 26
X. Léon-Dufour: Estudios de Evangelio, (Barcelona, 1969) 3. La situación del pueblo en tiempos de J e s ú s .......................27
"Jésus a Gethsémani. Essai de lccture synchronique": SE 31 a) El aspecto e c o n ó m ic o ....................................................... 28
(1979) 251-268 al) El pueblo a través de la h isto ria ................................ 28
Jesús y Pablo ante la muerte (Madrid. 1982) a2) El pueblo en tiempo de J e s ú s ....................................29
Los evangelios y la historia de Jesús (Estela. 1967) b) El aspecto p o lític o ..............................................................30
Resurrección de Jesús y mensaje pascual (Salamanca, 1973) b 1) El pueblo a través de la h isto ria ................................ 30
X. Leon-Dufour (ed): Los milagros de Jesús (Madrid, 1979) b2) El pueblo en tiempo de J e s ú s ....................................31
W. Marxsen: El evangelista Marcos (Salamanca. 1981) c) El aspecto religioso ........................................................... 32
J. Mateos: Los "Doce"y otros seguidores de Jesús, en el e l) El pueblo a través de la h isto ria ................................ 32
evangelio de Marcos (Madrid, 1982) c2) El pueblo en tiempos de J e s ú s ....................................33
S. Talavero Tovar: "El pago de impuestos a la potencia
ocupante. Jesús no se mantuvo neutral"; Cieñe.Tom. IOS
(1981) 3-40

330
4. Ley de la Alianza y Lev de ja P ureza.................................... 37 Secuencia A: La acción de Jesús contra lo inhumano:
1 , 2 1 - 2 8 ..............................................................................75
Momentos fundacionales: Éxodo-Promesa-Alianza . . . . 38
Secuencia B: Por la vida, al margen de la ley.
Monarquía: corte y sacerdocio. El documento yali vista . . 40
Tentación de regional izar el Reino: 1.29-39 ................ 77
El contexto de la reforma d e u tc r o n ó m ic a ..........................42
Derechos de Dios .............................................................. 43 Enlace: Curación del leproso: inicio del conflicto por
Derechos del hom bre.................................................... 44 la pureza: 1,40-45 ................................................................. 78
La reacción sacerdotal: El código de S antidad................... 45 R e la to ........................................................................................78
El exilio: La codificación de la P u r e z a ................................ 46 C o m e n ta rio ....................................................# .......................79
El fenómeno fariseo: La inflación de la P u r e z a ................ 49 Subunidad 2: Controversias: El Centro Judío contra la
práctica liberadora: lo que "se puede" o "no se puede
Síntesis de características de la Alianza y la Pureza . . . . 52
hacer: 2 . 1-3, 5 ....................................................................
E s q u e m a ................................................................................. 83
S e g u n d a p a rte : R e la to in c o n c lu s o d e u n a p r á c t ic a Relato . ..................................................................................... X4
tru n c a d a v io le n ta m e n te Comentario
Secuencia A: El perdón y la salud en los márgenes: 2. 1-12 86
Introducción: Análisis del texto ................................................. 57 Secuencia B: Llamamiento de Leví: comida con
1.Q uién es Jesús: de Nazaret a la práctica por el Reino . . 59 pecadores: 2, 1 3 - 1 7 .......................................................... 88
Titulo del relato: "Comienzo de la buena noticia de Secuencia C : Tiempo nuevo y nueva conducta: 2. 18-22 . 89
Jesús, Cristo. Hijo de Dios": 1 , 1 ....................................... 59 Secuencia B': Lo que se puede hacer en sábado:
Primera Unidad: Prólogo: Quién es Jesús: 1.2-13 . . . i . 61 el camino: 2, 23-28 ................... ................................ • • 90
Esquema de la U n i d a d .......................................................... 61 Secuencia A ': Lo que se puede hacer en sábado: la vida:
R e l a t o .............................................................................. 62 3 , 1 - 5 ............. ....................................... ; ......................91
Secuencia A: Juan Bautista v el que viene, el Mesías 1 Enlace: Planes de muerte, búsqueda de protección: 3. 6-7a
1- 2 - 8 ...........................................................................‘ 63 R e la to ........................................................................................p
Secuencia B: Bautismo de Jesús, el Hiio de Dios- C om entario............................................................................. 93
Subunidad 3: Respuestas ante Jesús: Seguimiento y
c 1,9-11 ............................................................. ...................64
Secuencia C: Las tentaciones de Jesús, el hombre: 1, 12-13 . 65 Perseguimiento: 3. 7 b - 3 5 .................................................95
2 . Reino y Vida del Pueblo: Conflicto con el Centro Judío Esquema de la S u b u n i d a d .................................................... 95
Unidad programática de enlace: Anuncio y Convocación . 67 R e la to ........................................................................................ 96
El programa del Reino: I, 1 4 - 2 0 .............' .......................... 67 Secuencia A: Seguimiento de la gente/seguimiento de
Esquema de la u n id a d ................................ 68 los Doce: 3, 7 b-1 9 ............................. . : • ■
Rclat0 .................................................... . . 6* Secuencia B: Perseguimiento de la familia de Jesús, y
Secuencia A: Anuncio del Reino: 1. 14-15.......................... 69 de los escribas de jerusalén: 3. 20-35 ............................. 99
Secuencia B: ( onvocación de la comunidad por el Reino: Enlace con parábolas. Protección de Jesús: nueva
1, 16-20...................................................................................71 forma de enseñanza: 4. 1- 2 a ............................................. 100
Principales migraciones o cambios de s e n tid o ....................72 R e la to .................................................................................... 100
Segunda Unidad: Práctica de Jesús por el Reino: C om entario........................................................................... 101
Responsabilidad por la vida del pueblo, y respuesta a su Subunidad 4: Parábolas: Análisis de las respuestas ante
práctica: En Galilea: 1 , 2 1 - 5 , 4 3 ....................................... 72 Jesús v de las condiciones de escucha: 4. 2b-34 . . . 103
Esquema de la Unidad Subunidad 1 Cafamaún: Jesús E s q u e m a ................................
ante el sufrimiento del pueblo: 1, 2 1 - 3 9 .......................... 73 R e la to ............................................. ... ................................. 103
Esquema ................................................................................. 74 Secuencia B: Primer bloque de parábilas: los terrenos:
R e l a t o ........................................................................................74 4 , 2 b - 2 0 ........................................................................... 1° 5
Secuencia C: "Dichos" sobre la estrategia de parábolas: Secuencia B: La explicación a la gente: 7, 14-16 . . . 140
para comprender la práctica de Jesús: 4. 21-25 . . . . 110 Secuencia C: La explicación a los discípulos: 7, 17-23 . 141
a) "Dicho" sobre la lámpara: vv. 21-23 .......................... ...110 Enlace: Ocultamiento en tierra pagana: 7, 24 ................... ....142
b) "Dicho" sobre la actitud con la que se le escucha: Subunidad 4: Panes 2: La responsabilidad por la vida
versículos 4, 24-25 ..............................................................110 de los paganos. 7. 25-8, 21 .......................................... ....142
Secuencia B ’: Segundo bloque de parábolas: la compren­ Secuencia B: Incomprensión de los fariseos ante la
sión que Jesús tiene del proceso del Reino: 4, 26-32 . 111 práctica de Jesús: refugio: 8 , 1 0 - 1 3 ............................. ....145
a) Parábola del sembrador: vv. 26-29 Secuencia B’: Incomprensión de discípulos ante la
b) Parábola del grano de mostaza: 30-32 .......................... 112 práctica de Jesús: 8. 14-21 .......................................... ....146
Secuencia A': Conclusión: 4. 33-34 ....................................112 Conductas ante la suerte del pueblo:
Enlace: Tempestad; incomprensión de los discípulos ante la El Centro judío/ Los Doce/ J e s ú s ................................ ... 147
práctica de Jesús y las amenazas que le rodean: 4. 35-41 113 3. Crisis y C a m b i o ................................................................. ... 149
R e l a t o .................................................... ................................ ...113 Formación de los Doce para el proseguim iento............. ... 149
C o m e n ta r io ..............................................................................114 Enlace: Ciego de Betsaida: símbolo de discípulos: 8 . 22-26 150
Subunidad 5: Muerte-Vida: La fe, condición de posibi­ R e la to .................................................................................... ... 150
lidad del rescate de la vida: 5. 1 - 4 3 ............................. 116 C o m e n ta rio .............................................................................. 150
R e l a t o .....................................................................................116 Cuarta unidad; Crisis de Galilea: Quicio del Relato.
Secuencia A: Endemoniado de Gerasa: 5, 1 - 2 0 ............. ...118 Cambio de práctica ante el fracaso, la incomprensión
Secuencia B: La impureza y la muerte: mujer con y el conflicto con el Centro: 8 , 27-38 .......................... ... 151
hemorragias e hija de Jairo: 5, 2 1 - 4 3 .......................... 120 E s q u e m a .............................................................................. ... 152
Enlace: Nazaret: inicio de la crisis sobre su práctica: 6 , l- 6 a . 122 R e la to .................................................................................... ... 152
R e l a t o .................................................................................... ...122 Secuencia A: La doble pregunta por la identidad;
C o m e n ta r io ..............................................................................123 mesianidad mal interpretada: 8 , 27-29 .......................... ... 154
Síntesis de las dos primeras U n i d a d e s ............................. 124 Secuencia B: Primer correctivo: orden de silencio: 8 , 30 154
Tercera unidad: Panes. Ampliación de la práctica por la Secuencia C: Segundo correctivo: la suerte del hijo
vida; conflicto creciente con el Centro: 6 , 6 b- 8, 21 . . . 125 del hombre: 8 . 31 - 3 2 a .................................................... ... 155
Esquema de la U n i d a d ....................................................... ...126 Secuencia D: Crisis y tentación de los discípulos;cambio
R e l a t o .....................................................................................127 en la práctica del seguimiento: 8 , 3 2 b - 3 8 ................... ... 155
Subunidad 1: Misión de los Doce: corresponsabilidad Enlace: Tiempo de ver' el Reino: 9, 1 ................................ ...157
por el Reino: 6 , 6b-3 l a .................................................... ...133 R e la to .................................................................................... ...157
Enlace: El pueblo en necesidad: 6 . 31 b - 3 3 .............................134 C o m e n ta rio ..............................................................................157
Subunidad 2: Panes 1: La responsabilidad por la vida Formación de los discípulos: 9. 2-10. 45 ..........................158
del pueblo: 6 , 34-56 ....................................................... ...134 E s q u e m a .................................................................................159
Secuencia A: Solución al problema del hambre: Quinta unidad: Prólogo 2: Transfiguración:
¿Comprar o compartir?: 6 , 34-44 ....................................135 ’Ver’ al hijo: 9. 2 - 8 ....................................................... ...159
Secuencia B: Incomprensión de los discípulos: 16, 45-52 135 R e la to .................................................................................... ...159
Secuencia C: Solución al problema de la enfermedad: C o m e n ta rio ..............................................................................160
6,53-56 .............................................................................. ...136 Enlace: Regreso al camino de Jesús; incomprensión de los
Enlace: Asedio del Centro: 7. 1 - 4 .......................................... ...137 discípulos: 9, 9 - 1 0 .................................................................161
Subunidad 3: Pureza: Desautorización de la Ley de la R e la to .................................................................................... ...161
pureza como acceso a Dios: 7. 5 - 2 3 ............................. ... 137 C o m e n ta rio ................ .............................................................161
Esquema .............................................................................. ...137 Sexta unidad: Preparación de Discípulos: 9, 11-10, 45 . 162
Secuencia A: El conflicto con el Centro: 7. 5-13 . . . . 138 E s q u e m a .................................................................................163
Subunidad Instrucciones I: p a r a d proseguimiento: Séptima unidad: Enfrentamiento con el Centro.
9 ,1 1 - 5 0 .............................................................................. 164 En Jerusalén. última semana: 11.1-15.41 . . . 181
R e l a t o .................................................................................... 164 Unidad Jemsalén l Juicio de jesús contra el Centro:
Secuencia A: El retorno de Elias: instrucción sobre la definición frente a expectativas mcsiánicas: 11, 1-13,37 IX/
cualidad del tiempo: c>. 1 1 - 1 3 ....................................... 167 E s q u e m a .............................................................................. 1X7
Secuencia B: Curación del epiléptico: instrucción R e la to .................................................................................... IXX
sobre la lucha con el demonio: 9, 14-29.......................168 Comentario
Secuencia C: Segunda corrección de las expectativas Subunidad 1: Acciones sim bólico-proféticas................ 193
mcsiánicas: 9. 30-32 ....................................................... 169 Enlace: "Y llegan de nuevo a Jemsalén. Y en el Templo,
Secuencia D: Ambición de poder de los discípulos: mientras iba y venia..." : I 1. 2 7 a b .................................... 197
instrucción sobre el serv icio: 9. 33-35 .......................... 169 Subunidad 2 : Controversias con el Centro;
Secuencia E: Instrucción sobre el acoger a los desautorización del poder: 11, 27c-12. 3 4 b ................ 197
pequeños (= marginados): 9, 36-37 .............................. 170 Secuencia A. Desautorización de sacerdotes y
Secuencia F: El exorcista sin credenciales; instrucción escribas: l l , 2 7 c - 3 3 ....................................................... 197
sobre alianzas v sobre la corrupción de la ambición: Secuencia B: Denuncia de la capacidad homicida de
9. 38-50 . . . ................................................................. 170 la ortodoxia: 12. 1 - 1 2 .................................................... 19X
Enlace: Cambio de territorio: camino hacia judea; el pueblo. Secuencia C: Desautorización de la pretensión
horizonte de las instrucciones: 10. 1 ................................ 171 romana de dominio sobre Israel: 12. 1 3 - 1 7 ................ 19X
R e l a t o .................................................................................... 171 Secuencia D: Desautorización de la lectura saducea
C o m e n ta r io ........................................................................... 171 de la escritura: 12. '8-27 ............................................. 200
Subunidad Instrucciones 2: Los criterios del Reino: Secuencia E: La centralidad de la lev de la Alianza:
10.2-4 5 173 12. 2 X - 3 4 b ....................................*................................. 200
R e l a t o .................................................................................... 173 Enlace: "Y nadie se atrevía a hacerle preguntas: pero
Secuencia A: Acoso de fariseos a propósito del divorcio; respondiendo, les decía, enseñando en el Templo...":
instrucción sobre la igualdad original hombre-mujer: 12, 3 4 c -3 5 a ........................................................................... 202
10.2-4 5 ... 175 Subunidad 3: Correcciones \ denuncias públicas:
Secuencia B: Regaño de discípulos a niños; instrucción 12. 35b-13, 2 ................... .................................................... 202
sobre el Reino y los niños (marginados): 10, 13-16 . . 176 Enlace: Preguntas de los discípulos sobre el fin del
Secuencia C: Hombre rico y seguimiento; el Reino y templo y de la historia: 13. 3 - 4 .......................................... 204
la riqueza: 10. 1 7 - 2 7 ....................................................... 177 R e la to .................................................................................... 204
Secuencia D: Pregunta sobre la suerte de los seguidores; C om entario........................................................................... 204
el Reino y los pobres: 1 0 ,2 8 -3 1 .................................... 179 Subunidad 4: Instrucción sobre el tiempo previo al
Secuencia E: Tercera corrección de las expectativas Reino: 13,5-37 .............................................................. 205
mcsiánicas: 10.32-34 .................................................... 180 E s q u e m a .............................................................................. 205
Secuencia F: La ambición de poder de los discípulos; R e la to .................................................................................... 205
instrucción sobre el Reino y el servicio: 10,35-45 . . 181 C om entario........................................................................... 207
Enlace: El ciego de jericó. símbolo de los discípulos: Secuencia A: Frente a la conflictividad de la historia:
10.46-52 . . . ' . ................................................................. 182 13.5-23 ........................................................................... 20X
R e l a t o .................................................................................... 182 Secuencia B: Frente a la venida del Hijo: esperanza:
C o m e n ta r io ........................................................................... 183 1 3 .2 4 -3 1 ........................................................................... 209
4. En Jerusalén Enlace menor: La ignorancia del "dia aquel": 13,32. . . . 209
Juicio de Jesús contra el Centro: Condena del Centro Secuencia C: Frente al presente: vigilancia: 13, 33-37 . 210
contra Jesús .................................................................... 185 C o n c lu s ió n ........................................................................... 210
Unidad Jerusalcn 2: Juicio y condena contra
Jesús: 14. 1-15. 4 ..............................................................210
Esquema .............................................................................. 211
Tercer Juicio: El comienzo de la fe ( 3 9 ) ............................. 2
R e l a t o .................................................................................... 212 Enlace: La sepultura: El final de la historia de Jesús:
Subunidad 5: Preparativos del Drama: 14, 1 - 1 6 ............. 218 15.39-47 .......................................................................... ... 238
Secuencia A: Preparativos del Centro Judío: 14,1-2 . . 218
R e la to .................................................................................... ... 2 <8
Secuencia B: Unción: 14.3-9 .......................................... 218
C o m e n ta rio .......................................................................... ... 2 W
Secuencia C: Traición-entrega: 14. 1 0 - 1 1 .......................219
5. De Jerusalén a Galilea
Secuencia D: Preparativos de la cena: jueves por la
mañana: 14, 1 2 - 1 6 .......................................................... 220 El Seguimiento de Jesús en el Proseguimiento
Subunidad 6 : El Momento de la Opción: 14, 17-42 de su C a u s a .................................................... ...................239
Secuencia A: Jesús frente a la traición: (viernes judío; Unidad Epílogo: Dónde se ve a Jesús: 16, 1- 8a ............. ...239
jueves por la tarde): 14, 1 7 - 2 1 ....................................... 220 R e la to .................................................................................... ...239
Secuencia B: Acción profético-simbólica: el pan y el C o m e n ta rio ..............................................................................240
vino: 14, 22-26 ................................................................. 220 Inconclusión: "...Y no dijeron nada a nadie, porque
Secuencia C: Previsión de la huida: 14, 2 7 - 3 1 ................ 221 tenían miedo..." 16. 8b ....................................................243
Secuencia D: Jesús frente a la opción final: 14, 32-42 . . 222 C o m e n ta rio ..............................................................................243
Apéndice: Ver al Resucitado (16. 9 - 2 0 ) .......................... ...244
Subunidad 7: Juicio y condena: El fracaso de la causa
E s q u e m a ..............................................................................• 244
de Jesús: 1 4 .4 3 - 1 5 .4 1 ............................. ...................... 224
R e la to .................................................................................... ...244
Secuencia A: Juicio de Judas: Entrega-traición:
C o m e n ta rio ..............................................................................245
14,43-46 ........................................................................... 224
Secuencia B: Juicio de los discípulos: intento de
resistencia; huida: 14.47-52 .......................................... 224 T e r c e r a p a rte : N a r ra tiv a T e o ló g ic a del C o n flic to
Subunidad 8 : El fracaso de la causa de Jesús
( 1 4 , 5 3 - 1 5 , 4 7 ) ................................................................. 225 I n tr o d u c c ió n ....................................................................... ...249
Juicio Religioso (14, 5 3 - 6 5 ) ............................................. 226 1. La Práctica de Jesús .......................................................... ...255
Primer Escenario: Adentro del Sanedrín (14, 55-65) . . 226 1.1. Práctica Procesual .......................................................... ...255
Segundo Escenario: Afuera del Sanedrín (14, 66-72) . . 228 a) El cambio en su Práctica .......................................... ...256
Juicio P olítico....................................................................... 230 b) El cambio en el proceso del conocimiento y en
Tercer Escenario: Adentro del Pretorio de Pilato (15. 1-5) 230 los contenidos de c o n c ie n c ia .......................................256
Cuarto Escenario: Afuera del Pretorio (15, 6-20) . . . . 231
c) El cambio en el modo de relacionarse ................... ...258
Quinto Escenario: Camino de cruz y crucifixión 1) Con D i o s ..............................................................................258
( 1 5 , 2 1 - 2 7 ) ....................................................; • . ; • • • 232 2) Cambio de lugar s o c i a l ....................................................260
Sexto Escenario: En la cruz. Tres burlas y tres juicios (15.
3) Cambio en las relaciones con el pu e b lo ..........................260
29-39) .............................................................................. 233 4) Cambio en las relaciones con el C e n tro ..........................260
Esquema .............................................................................. 233 5) Cambio en las relaciones con sus d is c íp u lo s ............. ...261
Primera Burla: No puede destruir el Templo v salvarse 1.2 Práctica s i t u a d a ................................................................. .. 262
(v. 2 9 s ) ....................................................................... 233 a) La situación de Jesús frente a la realidad económica . 263
Segunda Burla: No puede salvarse a sí mismo y bajar b) La situación de Jesús frente a la realidad política . . 265
de la cruz (v. 31 s) .......................................................... 234 c) La situación de Jesús frente a la realidad religiosa . . 267
Primer Juicio: El silencio de Dios (v. 34) ....................... 234 1.3 Práctica c o n f l i c t iv a .......................................................... .. 270
Tercera Burla: Veamos si lo salva Elias (3 5 -3 6 )............. 234 a) La centralidad del conflicto, en el r e l a t o ................... .. 270
Segundo Juicio: El velo rasgado (38) ............................. 235 1. Las controversias y el conflicto................................ .. 271
2. La Crisis de Galilea y el c o n f l i c t o ............................ 271
3. Las instrucciones a los discípulos y el conflicto . . 272
b) La intencionalidad del conflicto, en el r e l a t o ............. ..273
c) Lo subversivo do la práctica de J e s ú s .......................274
d) El núcleo del c o n f l i c t o ..............................................276
2. Normatividad del Conflicto.................................................277
3. Relato y Práctica H i s tó r i c a .................................................283
a) El carácter dialéctico de la narrativa teológica . . . . 284
b) La dialéctica del s e g u im ie n to ....................................... 287
4. Lineas de Fuerza de la Práctica de J e s ú s .......................... 289
A Manera de In-Conclusión ..............................................295
1. El correctivo de la Exaltación....................................295
2. El Contenido de los Títulos: Jesús
Liberador-Hijo de D i o s ....................................................... 298
a) Ser Hijo: Vivir de cara al Padre y a su Reinado . . 298
b) El modo de ser del Padre en la h isto ria ....................298
c) La causa del Padre y la causa del pobre ................ 300
d) Ser el Hi jo: Preferir absolutamente al Padre Jesús, hombre en conflicto, term inó de im ­
primirse el 31 de ju lio de 1 9 9 6 , en la fiesta
y a los hombres, por encima de la propia vida . . . 300
3. Leer a Marcos en América L a t i n a ............................. 301 de San Ignacio de Ix»yola, en FOTOTIPO S.A.,
Rubén Darío N° 127 Col. M oderna, ¿México,
Anexo '........................................................................................305 D.F., Tel. 5 7 9 12 0 3 . Se im prim ieron 2 mil
ejemplares más sobrantes para reposición.
Carmen Farra Velasco realizó el dibujo de la
Aclaraciones sobre .Jesús, Hombre en C o n flicto ................ 305
portada, y Axa lia Cervantes G onzález su d i­
1. La razón y el núcleo de mi fe .......................................306 seño. l'l cuidado de corrección y edición es­
2. Explicación del M é t o d o .................................................307 tuvo a cargo de Fnriqueta Estrada, M iguel
3. Intención del L ib ro ...........................................................310 Romero y Javier M aldonado.
4. Algunas aclaraciones y a v a n c e s ....................................314
Conclusión................................................................................. 327

B i b l io g r a f í a ..............................................................................329

También podría gustarte