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El Alfarero y la Vasija

“Yo soy la arcilla, tú el alfarero, somos todos obra de tus manos” (Is 64,8).

Jeremías es el menos ignorado entre todos los profetas de Israel. Hijo del sacerdote Helcías, nació en Anatot, a 4
km. al norte de Jerusalén, y fue destinado por Dios desde el seno materno para el cargo de Profeta. Empezó a
ejercer su altísima misión en el décimotercio año del rey Josías (638-608), es decir, en 625. Durante más de 40
años, bajo los reyes Josías, Joacaz, Joakim, Joaquín (Jeconías) y Sedecías siguió amonestando y consolando a su
pueblo, hasta que la ciudad impenitente cayó en poder de los babilonios (587 a. C.).

Palabra de Jehová que vino a Jeremías, diciendo: 2 Levántate y vete a casa del alfarero, y allí te haré oír mis
palabras. 3 Y descendí a casa del alfarero, y he aquí que él trabajaba sobre la rueda. 4 Y la vasija de barro que él
hacía se echó a perder en su mano; y volvió y la hizo otra vasija, según le pareció mejor hacerla. JEREMIAS 18

a lo largo de nuestra vida experimentamos todo tipo de situaciones que nos hacen crecer espiritualmente. El
producto final que el Creador desea hacer de nosotros no tiene que ver con la belleza o perfección física, sino con
un nivel espiritual.

Ahora no hay manera alguna que nos saltemos el paso de entender que somos simplemente arcilla en mano del
alfarero. Comprender lo que hace un alfarero es crucial para vernos a nosotros mismos. Esto lo encontré para que
entiendan el proceso
El proceso de elaboración comienza cuando se va a la mina a seleccionar y recoger el barro en piedra. Una vez lo
seleccionamos, tenemos que quitarle todas las hierbas y piedras para poder comenzar con su elaboración.
Una vez el barro esté completamente limpio, lo pasamos por los molinos añadiéndole agua en función de las piezas
que queramos realizar, dado que cuanto más alta sean las piezas que vamos producir más duro debe estar el barro,
sino corremos el riesgo de que no se deje trabajar.

A continuación, cuando tenemos la arcilla totalmente pasada por los molinos, se pasa a la siguiente fase que es el
amasado. Esta es una fase importantísima en el proceso porque ese amasado tiene que ser uniforme porque si no
está bien amasado el barro y lleva bolsas de aire corremos el riesgo de que estallen en el horno las piezas.

Definitivamente Dios nos ensena como a niños, Le pide a Jeremías que vaya a casa de este artesano y lo hace
entender que, así como este hombre hace su trabajo así lo hará El con todos aquellos que lo deseen. Ahora entender
este proceso es estar claro que el proceso no es fácil para el barro o la arcilla, es un proceso muy duro
Ahí es donde nos cuesta vernos como creyentes, nos cuesta entender que tal vez usted y yo estemos en manos del
gran alfarero siendo procesados y tomando la forma que Dios desee que tengamos.
Ahora dentro de este proceso hay que entender que parte de nuestro crecimiento y formación estará acompañado de
angustias, sufrimiento, tribulaciones. Es parte del evangelio.
“Y después de anunciar el evangelio a aquella ciudad y de hacer muchos discípulos, volvieron a Listra, a Iconio y a
Antioquía, confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe, y diciéndoles: Es
necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios”.
Hechos 14:21-22
¿Quién en esta vida no ha pasado sufrimientos? Los versículos anteriores nos muestran como Pablo y Bernabé
exhortaban a los discípulos a continuar en el camino del evangelio aun en medio de muchas tribulaciones.
  Las dificultades son seguras en la vida del creyente, sin embargo, estas tienen un propósito.
I.                   PRIMER PROPÓSITO: FORTALECER NUESTRO CARÁCTER Y FE

“Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce
paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza”.
Romanos 5:3-4

            Uno de los propósitos de las pruebas en nuestra vida es formar nuestro carácter y fortalecer nuestra fe. Pablo
dice que las tribulaciones producen paciencia y la paciencia prueba. Esta palabra prueba se traduce del
griego dokimé (δοκιμή) que se puede traducir como experiencia, mérito o carácter.

Por eso estos mismos versículos se traducen diferentes en otras versiones:


“Pero hay más, podemos sentirnos felices aun cuando tenemos sufrimientos porque los sufrimientos nos enseñan a
ser pacientes. Si tenemos paciencia, nuestro carácter se fortalece y con un carácter así, nuestra esperanza
aumenta”.
Romanos 5:3-4 (PDT)
“Al mismo tiempo nos sentimos seguros incluso en las tribulaciones, sabiendo que la prueba ejercita la paciencia,
que la paciencia nos hace madurar y que la madurez aviva la esperanza”.
Romanos 5:3-4 (BL95)
II.                SEGUNDO PROPÓSITO: MOSTRAR NUESTRA FIDELIDAD A DIOS

            Ser fiel a Dios cuando todo va bien es fácil, pero serle fiel en las dificultades es cosa diferente. Las pruebas
en nuestra vida son una oportunidad para demostrar nuestra genuina fe.
“En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en
diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque
perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo”.
1 Pedro 1:6-7
Satanás buscara ocasión para hacernos tambalear de nuestra fe. Lo hizo con Job:

“Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: ¿Acaso teme Job a Dios de balde? ¿No le has cercado alrededor a él y a
su casa y a todo lo que tiene? Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto, sus bienes han aumentado
sobre la tierra. Pero extiende ahora tu mano y toca todo lo que tiene, y verás si no blasfema contra ti en tu misma
presencia… Respondiendo Satanás, dijo a Jehová: Piel por piel, todo lo que el hombre tiene dará por su vida.
Pero extiende ahora tu mano, y toca su hueso y su carne, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia.”
Job 1:9-11; 2:4-5

            También pidió una oportunidad para sacudir la fe de Pedro.


“Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; pero yo he
rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos”.
Lucas 22:31-32

III.             TERCER PROPÓSITO: LLEVAR MUCHO FRUTO Y BENDICIONES

            El tercer propósito es llevar más fruto para el Señor y recibir de Él mayores bendiciones.

“De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva
mucho fruto”.
Juan 12:24

            Las mayores bendiciones y victorias de nuestras vidas se obtienen después de atravesar las dificultades más
grandes en nuestra vida.
1.      Nuestro Señor Jesucristo tuvo que atravesar por los martirios del Calvario para poder resucitar en gran
victoria.
2.      Pablo tuvo que sufrir grandes dificultades para poder llegar a ser el gran apóstol a los gentiles.
3.      Jacob tuvo que sufrir terriblemente en su vida para llegar a ser uno de los patriarcas de la nación de Israel.
4.      José tuvo que sufrir el desprecio de sus hermanos, ser vendido como esclavo e ir a parar a la cárcel por un
crimen que no cometió antes de llegar a ser el gobernador de Egipto.
5.      En general los hombres y mujeres que han alcanzado gran testimonio delante de Dios tuvieron que atravesar
grandes negaciones, sufrimientos, enfermedades, fracasos, traiciones y un verdadero bautismo de dolor.

La pregunta seria, ¿hasta dónde estamos dispuestos soportar por causa de Dios?
La alegría dentro del sufrimiento es encontrada cuando nos damos cuenta de que el Creador
está trabajando en nosotros tal como el alfarero trabaja en su vasija

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