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SEMBLANZA PERSONAL

Mi vida ya declina del cenit al ocaso.


Mirando atrás aún gozo los paisajes amados
en que ensayé la firme cautela de mi paso
y recogí los ecos que en mi voz han cuajado.

Mi sombra, que subraya la andariega rutina,


no carga informes gibas de rencorosa pena.
La esperanza en mi predio su espesa fronda inclina;
tiene el verdor profundo y la raigambre buena.

Tuteo al entusiasmo, somos viejos amigos.


La juventud se fue, y le dije " hasta luego".
Cuando pasa la muerte ni la saludo, y sigo.
La vida eterna es el tema de mi afán y mi ruego.

No me turba la prisa febril del calendario


que sigue adelgazando sistemáticamente.
Es cierto, los relojes riñen conmigo a diario,
pero un futuro inmenso sonríe dulcemente.

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