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2022

Sistema Parlamentario y
Régimen Electoral en
España

SIMILITUDES Y DIFERENCIAS ENTRE LA FORMA DE GOBIERNO


EN EL ESTADO Y LAS COMUNIDADES AUTÓNOMAS
ENRIQUE CAMPOS REQUEJO

UNIVERSIDAD NACIONAL PEDRO RUIZ GALLO | Lambayeque-Perú


La configuración del régimen español se basa en una monarquía parlamentaria bajo la

democracia representativa con poco espacio para la democracia directa, como el referéndum,

limitado a cuestiones consultivas y una iniciativa legislativa popular rígida, que, según el TC,

la reforma se establece solo por medio del artículo N°168 de la CE y los procesos de

elaboración de reforma estatuarios. Esta configuración ha permitido la gran valorización de las

instituciones, como los partidos, tras cuarenta años de régimen dictatorial. El rey se desempeña

como jefe de Estado, encargado la representación de la unidad a nivel nacional e internacional.

El poder legislativo posee un predominio del Congreso de Diputados por sobre el Senado, con

mayores funciones ante el jefe de gobierno como la investidura, exigencia de responsabilidades

y la capacidad censurarlo, mientras el senado se limita al control ordinario. Los partidos tienen

libertad de formación respaldada por el Tribunal Constitucional, así como libertad de elección

de representantes, estos determinan un sistema bipartidista imperfecto, con partidos pequeños

en torno a los principales. En cuestiones electorales referidas al parlamento, ha sido contante

desde 1977, con un sistema proporcional de circunscripciones pequeñas, con un mínimo de dos

diputados por circunscripción, uso de la fórmula D’Hont, un mínimo del 3% por provincia y

con lista cerrada, salvo para el Senado. El TC es defensor de la barrera electoral del 3%, no

obstante, se ha permitido el establecimiento de una barrera del 5% para algunas comunidades

autónomas e incluso del 6% para las Islas Canarias en general y 30% por isla.

Ante la imposibilidad del parlamento de elegir un jefe de gobierno y evitar su disolución

manteniendo la estabilidad política, se designa en el cargo al líder parlamentario con mayor

número de escaños, señalando, que solo puede ser usado una vez se agoten todos los recursos

que la ley ofrece. No obstante, en la realidad la estabilidad ha permanecido por la mayoría

parlamentaria y la designación del presidente y apenas se ha usado la censura constructiva y la

cuestión de confianza.
En cuestiones de reformas, han sido pocas las que han logrado tener un avance y

ninguna sobre los derechos fundamentales o la forma de gobierno, sin embargo, la

insatisfacción está presente y es manifestada en el movimiento 15-M. Las propuestas de

reforma de la LOREG buscando un sistema más proporcional han fracasado por falta de apoyo

de los partidos mayoritarios y la imposibilidad de que una iniciativa popular altere una ley

orgánica.

Centrándonos en las comunidades autónomas, observamos que, en un inicio, estas

asumieron instituciones similares a las del gobierno central, adecuando el modelo de

democracia representativa y parlamentaria. Tampoco, en un inicio, las comunidades autónomas

contaban con mecanismos de control, solo dio posterior a 1995 tras el estatuto de Ceuta y

Melilla. En cuanto a cuestiones electorales, la constitución indica que el sistema electoral debe

ser proporcional y asegurar la representación de diversas zonas del territorio, este apartado se

regula en base a la LOREG, aunque las comunidades autónomas han añadido aspectos

relevantes. También poseen diferencias del modelo central como la exigencia de que el

candidato a presidente de la Comunidad Autónoma sea diputado, así mismo, en caso de no

obtener ningún candidato mayoría absoluta o simple, y retirarse por dos meses, se nombra al

candidato del partido con más escaños en la asamblea.

Las comunidades autónomas no poseen una normativa sobre partidos, generando

prácticas heterogéneas, con un sistema más plural, aunque con una mayor barrera mínima de

acceso (5%), variando no en la circunscripción, sino en el número de escaños. Logrando incluso

gobiernos de coaliciones, no formados en el gobierno central, llegando a dejar fuera al partido

con mayoría relativa.

Los Estatutos de Cataluña, Valencia e Illes Balears, establecieron la exigencia de una

mayoría cualificada para la aprobación de la ley electoral a dos tercios, ante el aumento de la
desconfianza entre partidos por el uso de la mayoría en las reformas electorales. Así mismo, se

rescata el referéndum como instrumento de democracia directa, mencionando las consultas

populares y la iniciativa legislativa popular en sus estatutos, como derechos de participación,

aunque limitados por el Tribunal Constitucional, con la posibilidad de establecer modalidades

de consulta alternativos basadas en la democracia participativa como audiencias o foros, lo que

da a entender la poca posibilidad de cambio de la forma de gobierno.

El presidente de la Comunidad Autónoma asume funciones representativas como

presidente de la comunidad y funciones de dirección política como presidente del Concejo de

Gobierno, a diferencia de los cargos repartidos entre el rey y el primer. Una particularidad de

la conformación en gobiernos de comunidades autónomas es el caso catalán y el nombramiento

del “consejero primero”, nombrado por decreto del presidente y presentado ante el parlamento

como miembro del gobierno, con facultades propias y delegadas por el presidente, llegando

incluso a tener una mayor relevancia que el vicepresidente. Así mismo, existen limitantes al

mandato del presidente como el caso de Castilla-La Mancha, donde a través de la ley 11/2003

limita la elección de quién haya ocupado el cargo por 8 años, debiendo esperar 4 años desde la

culminación de su gobierno.

Por otro lado, la capacidad normativa autónoma de las comunidades les permite legislar

en situaciones de urgencia y necesidad, pudiendo acortar los tiempos de aprobación de una ley,

la posibilidad de emitir decretos y leyes de desarrollo estatuario. Finalmente, en el estatuto

catalán de 2006 se previó usar un Consejo de Garantías Estatuarias para abordar proyectos o

proposiciones de ley que afecten los derechos estatuarios establecidos, considerado

inconstitucional por el Tribunal Constitucional por alteración de la participación en asuntos

públicos y la semejanza con las atribuciones del TC, desviándolo al modelo previo, como

consejo meramente consultivo.

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