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EJERCICIOS ESPIRITUALES

EN LA VIDA CORRIENTE.

Autor: S. Ignacio de Loyola

Expositor: Hernando Silva, S. J.

Bogotá.
CUARTO MES

Este mes estará dedicado a meditar en la pasión del Señor, desde su entrada triunfal en
Jerusalén y su última cena, hasta su descendimiento de la cruz y su sepultura.

En todas las meditaciones de este mes se pretende aumentar nuestro amor a N. S.


Jesucristo, al considerar cuánto tuvo que sufrir por nosotros. Por este motivo las
meditaciones se harán, de ordinario, a manera de contemplación.

Por contemplación, aquí no entendemos las altísimas contemplaciones de los místicos. Por
contemplación aquí entendemos algo muy sencillo. Como contemplamos un atardecer, o
una noche estrellada, de la misma manera contemplaremos los pasos de la pasión del Señor.
Será un simple contemplar las distintas escenas, como si hubiéramos estado presentes a
ellas.

Durante todo este mes, conviene evitar las distracciones, los chistes, las situaciones que
muevan a risa; y procurar no tanta luz, sino preferir la penumbra.

.
PRIMERA SEMANA
del cuarto mes.

Día 1°: Entrada triunfal en Jerusalén (Lc. 19, 29-41).

Preparación para la oración.

a) Presencia de Dios y oración preparatoria, como de costumbre,


b) Composición de lugar: imaginar la entrada triunfal de Jesús en
Jerusalén.
c) Petición: que Dios me conceda mayor conocimiento y más amor al
Señor Jesús.

Ejercicio de la memoria. Recordar la historia: Cuando Jesús se acercaba a Jerusalén,


mandó a dos de sus discípulos que le trajeran un burrito que estaba atado. Se lo trajeron y
Jesús montó sobre él. Cuando empezó a bajar la cuesta del monte de los Olivos. La gente
empezó a tenderle sus mantos en el suelo, para que Jesús pasara sobre ellos; y cogiendo
ramos de olivo empezaron a gritar: ¡Hosanna! ¡Bendito sea el que viene, el rey! ¡Paz en el
cielo y gloria en las alturas! Unos fariseos pidieron a Jesús que hiciera callar a la gente;
pero Jesús respondió: si estos callan, gritarán las piedras.

Meditación. La meditación se hace a manera de contemplación de las distintas escenas de


este relato, pero deteniéndome donde encuentre devoción. Escenas:
• Jesús se acerca a Jerusalén sentado sobre un burrito.
• Con gran sencillez y humildad.
• La gente se entusiasma.
• Tienden sus mantos sobre el suelo, para que Jesús pase sobre ellos.
• Cogen ramos de olivo, en señal de triunfo.
• La gente grita: hosanna!
• Bendito el rey que viene!
• Paz en el cielo y gloria en las alturas!
• Unos fariseos piden a Jesús que haga callar a la gente.
• Jesús responde que, si ellos callan, gritarán las piedras.

Coloquio. Al terminar la oración, hacer un coloquio con alguno de los apóstoles.

Para acabar la oración, se reza un Padre Nuestro.

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Día 2°: El lavatorio de los pies (Jn. 13, 1-18).

Preparación para la oración.

a) Presencia de Dios y oración preparatoria, como de costumbre.


b) Composición de lugar: imaginar a Jesús lavando los pies a sus apóstoles.
c) Petición: que Dios me conceda mayor conocimiento y más amor al Señor Jesús.

Ejercicio de la memoria. Consiste en recordar la historia: en la última cena, ya estaban


todos los apóstoles a la mesa, cuando, de pronto, Jesús se levanta, se quita el manto, toma
un platón, una jarra y una toalla, y empieza a lavarles los pies a sus discípulos y a secarlos
con la toalla. Cuando llegó a Pedro, este le protestó y le dijo que jamás le lavaría los pies a
él; pero Jesús le dijo: si no te lavo los pies, no tendrás parte conmigo; a lo que Pedro
respondió que, entonces, no solamente los pies, sino también las manos y la cabeza. Jesús
le dijo que, al que está limpio, basta con que le laven los pies. (Leer el texto en el
Evangelio y repetirlo en todos sus detalles).

Meditación. La meditación se puede hacer de varias maneras:

A) Leyendo despacito el texto del Evangelio y meditando cada una de sus frases.

B) Pasar toda la meditación contemplando a Jesús lavándoles los pies a sus discípulos.

C) También se pueden hacer las siguientes consideraciones.

• El lavar los pies era oficio de esclavos.


• Por eso Pedro protesta y se niega a que Jesús le lave los pies.
• Pero acepta cuando sabe que es condición para tener parte con Jesús.
• El lavar los pies simboliza la purificación de las culpas.
• Jesús lava los pies, aunque sabe que él viene de Dios, a Dios vuelve y que
Dios ha puesto en sus manos todas las cosas.
• Hoy el gesto de lavar los pies se repite en todas las parroquias, las catedrales
y hasta en la basílica de S. Pedro, en Roma, por parte del papa.
• Jesús nos quiere dar una lección de humildad.
• También, viene a recordar que toda autoridad es para servir.

Coloquio con el apóstol Pedro preguntándole sobre los sentimientos que tuvo mientras
Jesús le lavaba los pies.

Terminar la oración con un Padre Nuestro.

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Día 3°: El mandamiento de la caridad (Jn. 15, 12-18).

Preparación para la oración.

a) Presencia de Dios y oración preparatoria, como de costumbre.


b) Composición de lugar: imaginar la última cena, cuando Jesús da su mandamiento
del amor.
c) Petición: la propia de este mes: mayor conocimiento y más amor al Señor Jesús.

Meditación. La meditación se puede hacer de varias maneras:

A) Contemplar el momento, en la última cena, cuando Jesús da su mandamiento del


amor y llama “amigos” a sus discípulos. Pasar en ello la oración.
B) Leer el Evangelio y meditar cada una de las frases del texto que proponemos para la
oración.
C) Examinar cómo está mi amor:
• Primero, mi amor a mí mismo. El amor empieza por la propia persona.
¿Tengo estima de mi propia persona? ¿Esa estima es la justa, sin exagerar,
ni disminuir mis méritos? ¿Tengo complejo de inferioridad o, por el
contrario, tengo soberbia?
• Amor a la familia: ¿Cómo está el amor de los esposos? ¿Se guardan
resentimientos? ¿Se ha enfriado el amor?
• Amor a los hijos: ¿Se ama a los hijos? ¿Se tiene paciencia con los hijos
adolescentes? ¿Hay comprensión de los hijos y de las hijas? ¿Hay
confianza con los hijos?
• Amor al trabajo: ¿Amo mi profesión? ¿La ejercito con agrado? ¿En mi
oficina, hay buen ambiente laboral? ¿Estimo a mis subordinados y los trato
bien?
• Amor al prójimo: ¡Amo a mi prójimo? ¿Tengo enemigos? ¿Tengo malos
sentimientos contra algunas personas?
• Amor a la sociedad: ¿Colaboro con mi parroquia? ¿Colaboro con mi barrio?
• Amor a las cosas: ¿Cuido mis cosas con esmero y cariño?

Coloquio con N. S. Jesucristo, preguntándole si también a mí me considera su amigo.

Terminar la oración con un Padre Nuestro.

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Día 4°: Fundación de la Ssma. Eucaristía (Mt. 26, 26-30).

Preparación para la oración.

a) Presencia de Dios y oración preparatoria, como de costumbre.


b) Composición de lugar: imaginar el momento en que Jesús funda la Ssma. Eucaristía,
durante la última cena.
c) Petición: que el Señor me conceda amar y frecuentar la Ssma. Eucaristía.

Meditación. La meditación se puede hacer de varias maneras:

A) Se puede ir a una Iglesia, o capilla, y pasar la hora en adoración al Ssmo.


Sacramento.
B) Puedo estarme en la casa, y allí, puedo imaginar que estoy ante el Ssmo.
Sacramento expuesto y pasar la hora en adoración.
C) Puedo pasar el tiempo de oración contemplando la escena de la fundación de la Sta.
Eucaristía: Jesús está en la última cena rodeado de sus apóstoles: consagra el pan y
el vino y se lo reparte, indicándoles que eso es su cuerpo y su sangre.
D) También se pueden hacer las siguientes consideraciones:
• Jesús se queda en la Eucaristía porque nos ama.
• Jesús quiere ser compañero de nuestras vidas.
• Quiere acompañarnos en nuestros barrios y poblaciones. No nos quiere
dejar solos.
• Jesús quiere consolarnos en nuestras enfermedades y penas.
• Jesús quiere ser comida nuestra y entrar en el interior de nuestro cuerpo,
cerca de nuestro corazón.
• Jesús quiere ser viático en nuestro paso a la vida eterna.

Coloquio con Jesús sacramentado agradeciéndole que se haya quedado con nosotros.

Terminar la oración rezando un Padre Nuestro de manera pausada.

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Día 5°: Parábola de la vid (Jn. 15, 1-9).

Preparación para la oración.

a) Presencia de Dios y oración preparatoria, como de costumbre.


b) Composición de lugar: imaginar a Jesús, en la última cena, cuando dice que él es la
vid verdadera y nosotros somos los gajos de esa vid.
c) Petición: pedirle a Jesús que nosotros permanezcamos siempre unidos a él.

Ejercicio de la memoria. Consiste en recordar la parábola y las circunstancias en que fue


enseñada: Jesús, durante su última cena, hizo un largo discurso de despedida, que lo
tenemos en los capítulos 13 al 18 del Evangelio según san Juan. Dentro de este discurso de
despedida se halla la parábola de la vid que vamos a meditar. Dijo, pues, Jesús: yo soy la
vid verdadera y mi Padre es el viñador. Vosotros sois los ramos de esa vid. Mi Padre corta
todo ramo que no da fruto. Al que da fruto lo poda, para que dé más fruto. Vosotros no
podéis dar fruto si no permanecéis en mí, lo mismo que las ramas no pueden dar fruto si no
permanecen unidas a la vid. El que no permanece en mí es arrojado fuera y se seca y,
luego, lo arrojan al fuego para que arda. (Leer el texto en el Evangelio y repetirlo en todos
sus detalles).

Meditación. La meditación se puede hacer de dos maneras:


A) Se puede ir meditando las frases de ese texto:
• “Yo soy la vid verdadera”.
• “Mi Padre es el viñador.”
• “Vosotros sois los ramos de esa vid.”
• “Mi Padre corta todo ramo que no dé fruto.”
• “Mi Padre poda al ramo que da fruto, para que dé más fruto”. Es decir: el
Señor permitirá tribulaciones para purificar a la persona que da fruto.
• “Vosotros no podéis dar fruto si no estáis unidos a mí”.
• “El que no permanece en mí, es arrojado fuera, se seca y lo queman.”

B) Se pueden hacer las siguientes consideraciones:


• El fruto son las buenas obras y los buenos pensamientos y deseos.
• La unión más importante con Jesús es la gracia santificante, que se nos dio en el
bautismo.
• También podemos estar unidos a Jesús por el amor.
• También por el pensamiento y la meditación nos unimos a Jesús.

Coloquio con Jesús diciéndole que deseamos estar siempre unidos a él.

Terminar con un Padre Nuestro rezado de manera pausada.

N. B.: Para los días sábado y domingo, repetir alguna de las meditaciones de la semana.
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SEGUNDA SEMANA
Del cuarto mes.

Día 1°: La oración en Getsemaní (Lc. 22, 39-47).

Preparación para la oración.

a) Presencia de Dios y oración preparatoria, como de costumbre.


b) Composición de lugar: imaginar a Jesús durante su oración en
Getsemaní.
c) Petición, la propia de este mes, que Dios me conceda dolor interno,
por los dolores de Jesús.

Ejercicio de la memoria. Recordar la historia: después de la última cena, Jesús salió con
sus discípulos y fue hasta el huerto de Getsemaní. Tomó consigo a Pedro, Santiago y Juan
y él se apartó un poco. Allí se postró en tierra a hacer oración y decía: Padre, si te es
posible, que pase de mí este cáliz, pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. Volvió donde
sus discípulos y los encontró durmiendo. Les dijo: ¿no habéis podido velar una hora
conmigo? Velad y orad, para que no entréis en tentación, porque el espíritu está pronto,
pero la carne es flaca. Volvió a orar segunda vez, repitiendo las mismas palabras. Vino un
ángel del cielo y lo confortó. Pero Jesús empezó a llenarse de tristeza, sudó gotas como de
sangre y declaró que estaba triste hasta la muerte. Volvió otra vez donde sus discípulos y,
nuevamente, los encontró durmiendo.

Meditación. La meditación se puede hacer de varias maneras:

A) Se puede tomar el texto de Lc. 22, 39-47 o el de Mateo 26, 36-47 e irlo meditando
frase por frase.
B) Se puede pasar toda la meditación contemplando a Jesús postrado por tierra,
sudando gotas de sangre, temblando de terror y pidiéndole al Padre que, si es
posible, pase de él ese cáliz, pero que no se haga su voluntad, sino la del Padre.
C) Se pueden hacer consideraciones como las siguientes:
• Con qué reverencia ora Jesús al Padre!
• La humanidad de Jesús siente pavor ante lo que le espera.
• Siente una tristeza mortal.
• Suda gotas de sangre.
• Jesús es confortado en la oración.
• Jesús acepta la voluntad del Padre.

Coloquio con Jesús, durante su oración. Preguntémosle porqué está tan triste.

Terminar la oración con un Padre Nuestro, rezado de manera pausada.

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Día 2°: El prendimiento de Jesús (LC. 22, 47-54).

Preparación para la oración.

a) Presencia de Dios y oración preparatoria, como de costumbre.


b) Composición de lugar: imaginar el momento en que los esbirros le echan mano a
Jesús, lo atan y se lo llevan.
c) Petición: que Dios me conceda dolor interior, por los dolores de Jesús.

Ejercicio de la memoria. Recordar la historia: todavía estaba Jesús hablando con sus
discípulos, cuando llegó un tropel de gente armada. Al frente de ellos estaba Judas
Iscariote. Judas, pues, se adelantó y dio a Jesús el beso de paz. Jesús le dijo: Judas, con un
beso entregas al hijo del hombre? Los demás preguntaron a Jesús si se defendían, y uno de
ellos sacó la espada y le cortó la oreja derecha al siervo del sumo sacerdote. Jesús dijo:
basta ya! Tocó la oreja cortada y la curó. Entonces echaron mano a Jesús y lo prendieron.

Meditación. En la meditación, se pueden contemplar las distintas escenas:


• Judas da el beso de paz a Jesús. Esa era la señal para prenderlo.
• Jesús le pregunta si con un beso entrega al hijo del hombre.
• Los apóstoles tratan de defenderse, pero Jesús se lo impide.
• Ponen las manos sobre Jesús.
• Lo sujetan y lo atan.
• Lo llevan a los empellones por el camino.
• No guardan con Jesús consideración alguna.
• Los esbirros se complacen en humillarlo.
• Jesús se comporta con infinita paciencia.
• Todo lo ofrece por la salvación del mundo.
• Acompañar a Jesús a lo largo de todo ese camino.

Coloquio con el apóstol Pedro, que sigue toda la escena a lo lejos.

Terminar la oración con un Padre Nuestro recitado de manera pausada.

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Día 3°: Jesús ante el sumo sacerdote Anás (Jn. 18, 12-15 y 19-25).

Preparación para la oración.

a) Presencia de Dios y oración preparatoria, como de costumbre.


b) Composición de lugar: imaginar a Jesús ante el sacerdote Anás.
c) Petición: que Dios me conceda dolor interno, por los dolores de Jesús.

Ejercicio de la memoria. Recordar la historia: Jesús fue llevado, primero, ante Anás, que
era suegro de Caifás, quien era el sumo sacerdote aquel año. Anás había sido sumo
sacerdote antes y conservaba el poder real en Israel. Por este motivo llevan a Jesús ante él.
Anás interrogó a Jesús sobre su doctrina y sobre sus discípulos. Jesús le respondió: yo
siempre he hablado en público, en la sinagoga y en el templo. Nada he enseñado en
secreto. ¿Porqué me interrogas a mí? Pregunta más bien a los que me han oído. Ante esta
respuesta, uno de los esbirros le dio a Jesús una bofetada diciéndole: ¿así respondes al
pontífice? Jesús le replicó: si he hablado mal, indica en qué; pero si he hablado bien,
¿porqué me golpeas?

Meditación. La meditación se puede hacer se puede hacer de dos maneras:


A) Como contemplación, pero deteniéndome en la escena en la que sienta devoción:
• Contemplando a Jesús ante Anás, quien ya no era sumo sacerdote y, por
tanto, no tenía derecho para interrogar.
• Anás lo interroga sobre su doctrina y sobre sus discípulos.
• Jesús dice que se debe preguntar, no a él, sino a los que lo han escuchado.
• Un esbirro golpea a Jesús
• Jesús le responde con mansedumbre.
B) También se pueden hacer las siguientes reflexiones:
• El interrogatorio de Anás es una injusticia, pues este ya no era sumo sacerdote.
• Anás está abusando de su poder.
• Jesús empieza a padecer la injusticia.
• La doctrina de Jesús constituye la luz de la humanidad de todos los tiempos.
¿Qué podía entender Anás?
• Los discípulos de Jesús son los fundamentos de la Iglesia. ¿Podía Anás
sospechar eso?
• Anás estaba quedando mal en ese juicio. Por este motivo un esbirro golpea a
Jesús. Es otra injusticia y otro abuso de poder.
• La santidad de Dios, Jesús, va a ser condenado por unos hombres que están
resueltos a asesinarlo.

Coloquio con Jesús sometido a la injusticia y al abuso de poder.

Terminar la oración con un Padre Nuestro recitado de manera pausada..

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Día 4°: Jesús ante el sanedrín (Mt. 26, 57-69).

Preparación para la oración.

a) Presencia de Dios y oración preparatoria, como de costumbre.


b) Composición de lugar: imaginar a Jesús ante el sanedrín.
c) Petición: que Dios me conceda dolor, por los dolores de Jesús.

Ejercicio de las memoria. Recordar la historia: de la presencia de Anás, los esbirros


llevaron a Jesús ante el sanedrín, presidido por Caifás. En su palacio se habían reunido los
miembros del sanedrín que se habían puesto de acuerdo en matar a Jesús. Consiguieron
muchos testigos falsos, pero sus testimonios eran contradictorios. Entonces Caifás, se
levantó y dijo a Jesús: te conjuro por el Dios vivo, si tú eres el Cristo, el Hijo de Dios,
dínoslo! Jesús le respondió: tú lo dices, yo soy; y veréis al hijo del hombre, sentado a la
diestra de Dios, venir sobre las nubes del cielo. Entonces Caifás dijo: ¡ha blasfemado! ¡Es
reo de muerte! ¿Qué necesidad tenemos de testigos? Vosotros mismos habéis oído la
blasfemia. Todos se levantaron y dijeron: ¡es reo de muerte! Rasgaron sus vestiduras, lo
escupieron en la cara y lo golpearon.

Mditación. Conviene hacer la meditación contemplando las distintas escenas de este


episodio, pero demorándonos en la escena en la que sintamos devoción. Escenas:
• En el palacio de Caifás, se reúnen los miembros del sanedrín que se habían
comprometido a matar a Jesús, aun sabiendo que era inocente.
• Jesús es llevado a su presencia.
• Consiguen muchos testigos falsos.
• Sus testimonios no coinciden.
• Caifás se levanta y conjura a Jesús a que les diga, por el Dios vivo, si él es el Cristo.
• Jesús responde afirmativamente.
• Les anuncia que verán al hijo del hombre, sentado a la diestra de Dios, venir sobre
las nubes del cielo.
• Caifás grita que ha blasfemado y que es reo de muerte.
• Todos se levantan y gritan que es reo de muerte.
• Rasgan sus vestidos en señal de repudio a la blasfemia oída.
• Escupen y golpean a Jesús.

Coloquio con Jesús, preguntándole qué siente ante la injusticia que acaba de sufrir.

Terminar la meditación recitando pausadamente un Padre Nuestro.

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Día 5°: La noche de los improperios (Lc. 22, 63-66).

Preparación para la oración.

a) Presencia de Dios y oración preparatoria, como de costumbre.


b) Composición de lugar: imaginar a Jesús en medio de la guardia, que hace burla de
él, lo escupe y lo golpea durante toda la noche.
c) Petición: que Dios me conceda dolor interno, por los dolores de Jesús.

Ejercicio de la memoria. Recordar la historia: después de que el sanedrín condenó a


muerte a Jesús, se lo entregaron a la guardia para que lo cuidara. Lo bajaron, pues, a los
sótanos del palacio, donde estaban los calabozos. Los guardias resolvieron pasar la noche
burlándose de Jesús: lo insultaban, le escupían en la cara, le vendaban los ojos, lo
golpeaban y le decían: adivina quién te ha pegado. En esas burlas pasaron toda la noche.
Es lo que el pueblo cristiano ha llamado “la noche de los improperios”.

Meditación. La meditación se hace contemplando las distintas escenas de este relato y


deteniéndome donde hallare devoción. Escenas principales:
• El sanedrín condena a muerte a Jesús.
• Lo escupen y lo golpean.
• Se lo entregan a la guardia para que lo custodie.
• Los guardias lo llevan a los calabozos, en los bajos del palacio.
• Lo sientan en algún banco.
• Resuelven pasar la noche burlándose del preso.
• Lo insultan, sin que nadie ponga límite a la bajeza de sus insultos.
• Le escupen en la cara hasta saciar sus malos sentimientos.
• Le vendan los ojos.
• Lo golpean.
• Le dicen, en son de burla, adivina quién te ha pegado.

Coloquio con Jesús ultrajado, diciéndole lo que mis sentimientos me indicaren.

Terminar la meditación recitando un Padre Nuestro, de manera pausada.

N. B.: El sábado y el domingo se hace repetición de alguna de las meditaciones de esta


semana.

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TERCERA SEMANA

Del cuarto mes.

Día 1°: segunda reunión del sanedrín (Lc. 22, 66ss).

Preparación para la oración.

a) Presencia de Dios y oración preparatoria, como de costumbre.


b) Composición de lugar: imaginar a Jesús ante un conjunto de jueces resueltos a
condenarlo a muerte.
c) Petición: que Dios me conceda dolor interno, por los dolores de Jesús.

Ejercicio de la memoria. Recordar la historia: El juicio, en la noche del jueves,


condenando a muerte a Jesús, era inválido, porque no se podía dar sentencia de muerte por
la noche. Por este motivo, a primera hora del viernes, se reunieron de nuevo los sanedritas.
No todos, sino solamente los que se habían comprometido a dar muerte a Jesús. Una vez
reunidos, pidieron a Jesús que les dijera si él era el Cristo. Jesús les respondió que sí, que
él era y que el hijo del hombre se sentaría a la diestra de Dios. Entonces ratificaron la
sentencia de muerte que habían dado la noche anterior.

Meditación. La meditación se hace contemplando las escenas de este relato y


deteniéndome donde hallare devoción:
• Los sanedritas se reúnen a primera hora del viernes.
• Jesús comparece ante ellos.
• Jesús lleva la cara llena de saliva y amoratada, por los golpes.
• Tiene los ojos rojos porque no ha podido dormir.
• Ya está fatigado, por los malos tratos.
• Los sanedritas prescinden de testigos.
• Le preguntan directamente si él es el Hijo de Dios.
• Jesús, aun a sabiendas de que su testimonio le costará la vida, responde que sí, que
él es el Cristo.
• Los sanedritas no aceptan su testimonio, ni el testimonio de todos los milagros que
había hecho, y lo vuelven a condenar a muerte.

Coloquio con N. S. Jesucristo condenado a muerte por los jueces de su pueblo.

Terminar la meditación con un Padre Nuestro rezado de manera pausada.

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Día 2°: Jesús ente Pilato y ante Herodes (Lc. 23, 1-13).

Preparación para la oración.

a) Presencia de Dios y oración preparatoria, como de costumbre.


b) Composición de lugar: imaginar a Jesús ante Pilato, ya condenado por su propio
pueblo, trasnochado, golpeado y con la cara escupida.
c) Petición: que Dios me conceda dolor interno, por los dolores de Jesús.

Ejercicio de la memoria. Recordar la historia: cuando el sanedrín condenó a muerte a


Jesús, el viernes en la mañana, se levantaron todos y lo condujeron ante Pilato, que era el
gobernador romano. Lo acusaban de sublevar al pueblo. Pilato le preguntó si él era el rey
de los judíos y Jesús le respondió que sí. Pilato sabía que Jesús era inocente, porque él
estaba muy bien enterado, por medio de sus oficiales, de lo que ocurría en el pueblo. Se
levantó, pues, Pilato y dijo a los judíos que él no encontraba delito alguno en ese hombre.
Los judíos le respondieron que venía sublevando al pueblo desde Galilea. Cuando Pilato se
enteró de que Jesús era galileo, se lo remitió a Herodes.

Herodes era rey de Galilea. Vivía con la mujer de su hermano Filipo. Como Juan Bautista
lo reprendió por esa unión, Herodes lo mandó poner preso y, después, lo hizo decapitar.
Herodes se puso muy contento de ver a Jesús y le hizo muchas preguntas. Pero como Jesús
no respondió, ni hizo milagro alguno en su presencia, Herodes lo trató de loco y se lo
devolvió a Pilato. Desde entonces quedaron amigos Herodes y Pilato.

Meditación. La meditación se puede hacer contemplando las distintas escenas de este


episodio y deteniéndome donde hallare devoción. Escenas:
• El sanedrín vuelve a condenar a muerte a Jesús.
• Llevan a Jesús ante Pilato.
• Jesús estaba trasnochado, con la cara escupida, la barba mesada, el rostro golpeado
y condenado a muerte por su propio pueblo.
• Pilato sabía que Jesús era inocente.
• Pilato pregunta a Jesús si él es el rey de los judíos.
• Jesús responde afirmativamente.
• Pilato declara, ante los sumos sacerdotes, que Jesús es inocente.
• Pilato remite a Jesús a Herodes.
• Herodes, que vivía con la mujer de su hermano Filio, era rey de Galilea.
• Herodes se pone contento de ver a Jesús y le hace muchas preguntas.
• Jesús guarda silencio.
• Herodes se burla de Jesús y se los devuelve a Pilato.
• Pilato y Herodes quedan de amigos.

Coloquio con Jesús, cuando es burlado por Herodes y toda su corte. Terminar la
meditación rezando, de manera pausada, un Padre Nuestro.

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Día 3°: Jesús y Barrabás (Mt. 27, 11-22)

Preparación para la oración.

a) Presencia de Dios y oración preparatoria, como de costumbre.


b) Composición de lugar: imaginar a Jesús, cuando oye que el pueblo pide su
crucifixión y la libertad de Barrabás.
c) Petición: que Dios me conceda dolor interno, por los dolores de Jesús.

Ejercicio de la memoria. Recordar la historia: La gente gritaba, ante Pïlato, muchas


acusaciones contra Jesús; pero este callaba, no respondía, de manera que el gobernador se
admiró. Pilato se dirigió a la gente diciéndole: yo no he encontrado culpa ninguna en este
hombre. Tampoco Herodes le ha encontrado culpa, porque me lo devolvió. Pero es
costumbre que yo les suelte algún prisionero, con motivo de la fiesta de pascua. ¿A quién
queréis que os suelte: a Jesús, o a Barrabás? El tal Barrabás era un asesino. Pero la gente
gritó: ¡suelta a Barrabás! Pilato preguntó ¿y qué hago con Jesús? Y el pueblo respondió
crucifíclao! La mujer de Pilato le mandó un recado pidiéndole que no se metiera con ese
justo, porque ella había sufrido mucho por él, en sueños. Pilato pidió agua, se lavó las
manos y dijo: soy inocente de la sangre de este justo. El pueblo respondió: caiga su sangre
sobre nosotros y sobre nuestros hijos.

Meditación. Conviene hacer la meditación contemplando las distintas escenas de este


relato, pero demorándome donde encuentre devoción. Escenas:
• Jesús vuelve de Herodes a Pilato. Tiene que atravesar la ciudad. La gente lo
insulta.
• Ante Pilato la gente grita muchas acusaciones contra Jesús.
• Jesús guarda silencio, de manera que el gobernador se admira.
• Pilato vuelve a declarar la inocencia de Jesús.
• Pilato compara a Jesús con Barrabás.
• La gente pide la crucifixión de Jesús y la libertad de Barrabás.
• La esposa de Pilato le manda recado para que no se meta con ese justo porque ha
sufrido mucho por él, en sueños.
• Pilato se lava las manos y declara que es inocente de la sangre de ese justo.
• La gente grita: ¡caiga su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos!

Coloquio con Jesús cuando oye que la gente pide su crucifixión y la libertad de Barrabás.

Terminar la meditación rezando, de manera pausada, un Padre Nuestro.

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Día 4°: La flagelación del Señor (Jn. 19. 1)

Preparación para la oración.

a) Presencia de Dios y oración preparatoria, como de costumbre.


b) Composición de lugar: imaginar a Jesús, cuando es flagelado.
c) Petición: que Dios me conceda dolor interno, por los dolores de Jesús.

Ejercicio de la memoria. Recordar la historia: Pilato, como última medida para salvar a
Jesús, resuelve hacerlo azotar, para ver si el pueblo siente compasión y le perdona la vida.
La flagelación romana era un castigo crudelísimo. Por el discurso de Cicerón contra Verres
conocemos los detalles de ese tormento. Se usaban látigos de nervios de bueyes, de
cadenas, de cuerdas con huesillos, encargados de desgarrar, y con punta de plomo para que
el golpe fuera más contundente. Los primeros azotes hinchaban la piel, luego, la
desgarraban, dejando ver las costillas y la carne viva. Si el reo no moría con los azotes,
quedaba inválido. A Jesús no lo mató la cruz. Jesús murió a consecuencia de los azotes.

Meditación. La meditación se hace contemplando esa escena terrible:


• Pilato da la orden de azotar a Jesús.
• Los soldados lo llevan al interior del pretorio.
• Lo desnudan.
• Lo atan a una columna.
• Empiezan a azotarlo.
• Lo azotan unos verdugos sin sentimientos y acostumbrados a causar dolor.
• Jesús tiembla con cada azote.
• La piel, primero se hincha.
• Empieza a brotar la sangre.
• Se desgarra la piel.
• Queda a la vista la carne viva.
• Los soldados continúan azotando, sin compasión alguna.
• La pérdida de sangre es muy grande.
• La sangre salpica en todas direcciones.
• El dolor es indecible.
• La humillación es inmensa.
• Los ojos de Jesús se llenan de dolor y de tristeza.

Coloquio con Jesús flagelado, conversando con él de lo que mi sentimiento me inspire.

Terminar la oración rezando, de manera pausada, un Padre Nuestro.

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Día 5°: La coronación de espinas (Mt. 27, 27-31)

Preparación par la oración.

a) Presencia de Dios y oración preparatoria, como de costumbre.


b) Composición de lugar. Imaginar a Jesús cuando lo coronan de espinas.
c) Petición: que Dios me conceda dolor, por los dolores de Jesús.

Ejercicio de la memoria. Consiste en recordar la historia: después de la flagelación, los


soldados introdujeron a Jesús al interior del palacio y, ante toda la cohorte, le pusieron un
manto rojo, una corona de espinas en la cabeza, y una caña en la mano, a manera de cetro.
Entonces los soldados doblaban la rodilla ante él, en son de burla y le decían: ¡Salve, rey
de los Judíos! Lo escupían en la cara y lo golpeaban con la caña.

Meditación. La meditación se debe hacer como una contemplación. Se pueden contemplar


las siguientes escenas, deteniéndome donde hallare devoción:
• Después de la flagelación, desatan a Jesús de la columna.
• Jesús cae, porque está exhausto.
• Los soldados lo levantan y lo llevan al interior del palacio.
• Allí le ponen un manto rojo.
• Una corona de espinas en la cabeza,
• Y una caña en la mano, a manera de cetro.
• Jesús queda convertido en rey de burlas.
• Los soldados empiezan la burla:
• Doblan la rodilla ante él y le dicen: ¡salve, rey de los judíos!
• Le escupen en la cara.
• Lo golpean con la caña.

Pasar la meditación contemplando una escena tan terrible.

Coloquio con Jesús, mientras se burlan de él.

Terminar la meditación rezando, de manera pausada, un Padre Nuestro.

N. B.: El sábado y el domingo, hacer repetición de alguna de las meditaciones de esta


semana.

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SEMANA CUARTA
Del mes cuarto.

Día 1°: Jesús condenado a muerte (Jn. 19, 4-17).

Preparación para la oración.

a) Presencia de Dios y oración preparatoria, como de costumbre.


b) Composición de lugar: imaginar a Jesús, después de su flagelación, cubierto de
sangre y temblando de dolor, cuando es presentado al pueblo por Pilato, pero el
pueblo pide que lo crucifiquen.
c) Petición: que el Señor me conceda dolor, por los dolores de Cristo.

Ejercicio de la memoria. Recordar la historia: Después de la flagelación, Pilato saca fuera


a Jesús, cubierto de sangre y temblando de dolor, y dice a la gente: he aquí al hombre. Pero
la gente no se conmovió y gritó: ¡crucifícalo!

Pilato se lava las manos y dice: yo soy inocente de la sangre de este justo. Pero la gente
grita: caiga su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos (Mt. 27, 24s).

Pilato pregunta: ¿qué mal ha hecho? Y la gente responde: se ha hecho hijo de Dios y, de
acuerdo a nuestra ley, debe morir.

Pilato se llenó de temor y quiso librarlo. Pero la gente le gritó: si libras a ese no eres amigo
del césar. Entonces Pilato se lo entregó para que lo crucificaran.

Meditación. La meditación se hace contemplando a Jesús en las diversas escenas de este


relato, pero deteniéndome en la escena que más me impresione. Escenas:
• Después de la flagelación, Pilato saca a Jesús y se lo presenta al pueblo, con las
palabras: he aquí al hombre!
• Jesús está cubierto de sangre, temblando de dolor y coronado de espinas.
• La gente grita: crucifícalo!
• Pilato se lava las manos y dice que él es inocente de la sangre de ese justo.
• La gente grita: caiga su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos!
• Pilato pregunta: ¿qué mal ha hecho?
• La gente responde: se ha hecho hijo de Dios y debe morir.
• Pilato quiere librarlo.
• Le gente le grita: si liberas a ese no eres amigo del césar, porque él se ha hecho rey,
y todo el que se hace rey no es amigo del césar.
• Pilato se lo entrega para que lo crucifiquen.

Coloquio con Jesús cuando oye que el pueblo pide su crucifixión. Le diremos a él lo que
nuestro corazón nos indique. Terminar la oración rezando un Padre Nuestro.

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Día 2°: La vía dolorosa (Lc. 23, 26-33).

Preparación para la oración.

a) Presencia de Dios y oración preparatoria, como de costumbre.


b) Composición de lugar: imaginar a Jesús, con la cruz a cuestas, por la vía dolorosa.
c) Petición: que Dios me conceda dolor interno, por los dolores de Jesús.

Ejercicio de la memoria. Recordar la historia: cuando Pilato condenó a muerte a Jesús, le


quitaron la púrpura y le volvieron a poner sus vestidos. Había dos ladrones condenados a la
cruz; así que, aprovecharon la oportunidad, los sacaron de los calabozos y los llevaron para
crucificarlos con Jesús.

De acuerdo a la costumbre, hicieron que Jesús llevara su propia cruz. Igual cosa hicieron
con los ladrones, y empezaron a caminar hacia el Calvario. De acuerdo a la tradición, Jesús
cayó tres veces bajo el peso de la cruz. Eso es muy verosímil, si se tiene en cuenta que
Jesús ya era un moribundo, como consecuencia de la flagelación. Como los soldados
temieron que Jesús muriera en el camino, obligaron a Simón de Cirene a llevar la cruz.

Unas mujeres lloraban y se daban golpes de pecho por Jesús; pero él les dijo que no
lloraran por él, sino por ellas mismas y por sus hijos, porque si así tratan al árbol verde, qué
no harán en el seco.

Meditación. La meditación se puede hacer de dos maneras:


A) Rezando el vía crucis.
B) Contemplando las distintas escenas que hemos propuesto, y demorándome donde
sintiere devoción. Escenas:
• Le quitan la púrpura a Jesús, le ponen sus vestido y lo cargan con la cruz.
• Lo mismo hacen con los dos ladrones.
• Empiezan el camino hacia el calvario.
• Los soldados temen que Jesús muera en el camino.
• Obligan a Simón de Cirene a llevar la cruz.
• Unas mujeres lloran por Jesús.
• Jesús les dice que, más bien, lloren por ellas y por sus hijos.
• Porque si así tratan al árbol verde, qué no harán en el seco?
• La gente insulta a Jesús y los soldados son muy crueles.

Coloquio con Jesús, durante su vía dolorosa, diciéndole lo que mi corazón me inspire y
terminar con un Padre Nuestro.

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Día 3°: La crucifixión (M. 27, 34-39).

Preparación para la oración.

a) Presencia de Dios y oración preparatoria, como de costumbre.


b) Composición de lugar: imaginar a Jesús crucificado.
c) Petición: que Dios me conceda dolor por los dolores de N. S. Jesucristo.

Ejercicio de la memoria. Recordar la historia: el promontorio del Calvario quedaba muy


cerca de la puerta de la ciudad. Cuando llegaron, primero le ofrecieron a Jesús vino
mezclado con hiel. Jesús lo probó, pero no lo quiso beber. Luego, despojaron a Jesús de
sus vestiduras. Ya la tela se había adherido a la carne viva; pero eso a los soldados no les
interesaba. Luego, hicieron que Jesús se tendiera sobre la cruz y lo sujetaron firmemente.
Primero clavaron las manos al madero, a golpes de martillo. Después clavaron los pies.
Entonces, levantaron la cruz, la hicieron descender al hueco que habían preparado y la
aseguraron con firmeza. Encima de la cruz fijaron un letrero con la causa de la ejecución:
“Jesús Nazareno Rey de los Judíos”. Los soldados se repartieron las vestiduras de Jesús y
sobre su túnica echaron suertes. Desde el mediodía, hasta la media tarde, las tinieblas se
extendieron sobre toda la tierra (Mt. 27, 45).

Meditación. Esta meditación se debe hacer como contemplación de la crucifixión del


Señor. Se pueden contemplar sus distintas partes:
• Al llegar al Calvario, desnudan a Jesús.
• La tela ya se había adherido a la carne viva.
• Pero los soldados la arrancan con brutalidad.
• Lo acuestan sobre la cruz.
• Lo sujetan con firmeza.
• Clavan una mano a golpes de martillo.
• Clavan la otra mano.
• Clavan los pies.
• Levantan la cruz y la dejan caer en el hueco que habían preparado.
• Jesús tiembla de dolor.
• Con dificultad puede respirar.
• La espalda, en carne viva, da contra el madero.
• Las espinas de la corona se le clavan, cuando él intenta levantar la cabeza.
• La oscuridad cubre la tierra.
• Jesús permanece en un silencio sagrado, orando al Padre.
• Pronuncia sus últimas palabras.

Coloquio con Jesús crucificado. Y terminar con un Padre Nuestro.

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Día 4°: La muerte de N. S. Jesucristo en la cruz (MT. 27, 39-57).

Preparación para la oración.

a) Presencia de Dios y oración preparatoria, como de costumbre.


b) Composición de lugar: imaginar a N. S. Jesucristo muriendo en la cruz.
c) Petición: que Dios me conceda dolor y lágrimas por el dolor de N. S. Jesucristo.

Ejercicio de la memoria. Recordar la historia: a medio día, las tinieblas cubrieron la faz de
la tierra hasta la media tarde. La gente insultaba a Jesús: a otros ha salvado y él no se
puede salvar! Que baje de la cruz y creeremos en él! Tú que destruyes el templo de Dios y
lo reedificas en tres días, sálvate a ti mismo!

Cuando murió Jesús, el velo del templo se rasgó en dos. Las peñas se quebraron. Los
sepulcros se abrieron y muchos santos resucitaron. El centurión que presidía la ejecución
dijo: realmente este hombre era Hijo de Dios.

Meditación. La meditación se puede hacer de dos maneras:


A) Se puede pasar la hora entera en adoración ante el Señor crucificado
B) Se pueden contemplar, una a una, sus últimas palabras y las escenas que
acompañaron a su muerte:
• Las tinieblas se extienden sobre la tierra.
• La gente lo insulta de diversas maneras.
• Jesús ruega por sus enemigos: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que
hacen!” (Lc. 23, 34).
• Prometió el cielo al buen ladrón: “hoy estarás conmigo en el paraíso!” (Lc. 23,
43).
• Nos encomienda a su madre: “mujer, he ahí a tu hijo”. Y encomienda su madre
al discípulo amado: “he ahí a tu madre!” (Jn. 19, 26s).
• Sintió el abandono de Dios: “Dios mío, porqué me has abandonado?” (Mt. 27,
46).
• Se quejó del tormento de la sed: “tengo sed!” (Jn. 19, 28).
• Jesús permanece en silencio, orando a su Padre.
• Declara que su obra está terminada: “Todo esta consumado!” (Jn. 19, 30).
• Jesús encomienda su alma al Padre: “Padre, en tus manos encomiendo mi
espíritu”; y expira con un fuerte grito. (Lc. 23, 46).
• El velo del templo se rasga. Las rocas se quiebran. Los sepulcros se abren y
muchos santos resucitan.
• El centurión, que preside la ejecución, dice: verdaderamente este hombre era el
Hijo de Dios.

Coloquio con Jesús crucificado. Y terminar con un Padre Nuestro.

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Día 5°: El descendimiento y la sepultura del Señor (Jn. 19, 31ss).

Preparación para la oración.

a) Presencia de Dios y oración preparatoria, como de costumbre.


b) Composición de lugar: imaginar a la Sma. Virgen cuando recibe el
cuerpo de su hijo, al bajarlo de la cruz.
c) Petición: que Dios me conceda dolor y lágrimas por los dolores de
Jesús.

Ejercicio de la memoria. Consiste en recordar la historia: los judíos pidieron a Pilato que
ordenara quebrarles las piernas a los crucificados y quitarlos de allí, pues era la víspera de
la pascua. Los soldados quebraron las piernas a los ladrones pero, al llegar a Jesús, como
ya estaba muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados lo atravesó con
una lanza y, al punto, salió sangre y agua.

José de Arimatea pidió a Pilato el cuerpo de Jesús. También llegó Nicodemo, que llevó
unas cien libras de mezcla de mirra y áloe. Bajaron el cuerpo de la cruz. Probablemente lo
recibió la misma Virgen María. Entonces pudieron apreciar lo terribles que habían sido sus
heridas. Ungieron el cuerpo, rápidamente, y lo llevaron al sepulcro.

Cerca del calvario había un huerto con un sepulcro nuevo. Allí depositaron el cuerpo de
Jesús. Sellaron el sepulcro con una gran piedra y se volvieron a la ciudad.

Meditación. La meditación se hace como una contemplación de las distintas escenas, pero
deteniéndome donde encuentre devoción. Escenas.
• Los judíos piden a Pilato que ordene quebrarles las piernas a los crucificados.
• Los soldados les quiebran las piernas a los ladrones.
• A Jesús, como ya estaba muerto, lo atraviesan con una lanza.
• José de Arimatea pide a Pilato el cuerpo de Jesús.
• También acude Nicodemo con una cien libras de mezcla de mirra y áloe.
• Desclavan a Jesús y lo bajan del madero.
• Probablemente la Virgen María recibe el cuerpo de su Hijo.
• Le quitan la corona de espinas.
• Observan la crueldad de sus heridas.
• Lo ungen para la sepultura.
• Lo envuelven en una sábana.
• Lo depositan en el sepulcro, que quedaba muy cerca.
• Sellan el sepulcro con una gran piedra.

Coloquio con la Virgen María, cuando recibe el cuerpo de su hijo. Terminar la oración
con un Padre Nuestro rezado de manera pausada.
N.B.: Sábado y domingo, repetir algunas de las meditaciones de la semana.
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