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Los nueve contratos más importantes en la industria musical

La industria musical es conocida popularmente por estar relacionada con el


entretenimiento y la creatividad, pero los acuerdos legalmente ejecutables (o
contratos) forman parte esencial de la vida profesional de un músico. Aun así, es
muy común que los artistas no sean conscientes de que ciertos contratos son
necesarios o no los lean con detenimiento, lo que puede acarrear consecuencias
graves en su futuro. En este artículo, te mostraremos cuáles son los contratos más
importantes que deberías conocer en la industria musical para proteger tu carrera y
allanar tu camino hacia el éxito.

¿Cuáles son los contratos más importantes en la industria musical?


1. Contrato de grupo musical
Entre: miembros individuales de un grupo.

Duración: basada en mutuo acuerdo.

No importa si acabáis de conoceros o sois amigos de toda la vida; es esencial


firmar un contrato de grupo musical con los miembros de tu grupo. De hecho, debería
ser lo primero que haces al formar un grupo con alguien.

El contrato de grupo musical se utiliza para regular asuntos legales y fiscales


dentro del grupo, como la distribución de los ingresos y los trabajos, los seguros,
la posesión de instrumentos y equipo y los derechos de voto dentro del grupo.
También es extremadamente útil si surge cualquier tipo de situación complicada o
disputa legal relacionada con el nombre del grupo, la retirada de algún miembro, la
ruptura del grupo o cualquier otro asunto de importancia. En resumen, tener un
contrato de grupo musical evita situaciones que pueden acabar consumiendo grandes
cantidades de tiempo, dinero y energía.

2. Transferencia de derechos a músicos y cantantes


Entre: un artista en solitario y un(os) músico(s) externo(s).

Duración: un mínimo de un año o la duración de un proyecto.

Si actúas como artista en solitario y decides contratar a músicos o cantantes


externos, es aconsejable que firmes un acuerdo autorizando la «transferencia de
derechos». Este acuerdo regulará los honorarios y el reparto de beneficios si fuera
necesario, además de los tipos de derechos relacionados que se otorgan o son
transferidos a los músicos o cantantes invitados.

La transferencia de derechos tiene que estar estipulada en forma escrita y aunque


el documento no requiera ninguna «palabra mágica» específica, tiene que demostrar
claramente la intención del artista de transferir los derechos. Lo más importante
es asegurarte de que tengas permiso para usar y reproducir las interpretaciones
como corresponde. Debe estar claramente enunciado cuáles son las remuneraciones que
deben ser reembolsadas. En general, cuanto más específico y detallado sea el
lenguaje de transferencia, mejor.

3. Contratos con sociedades de recaudación y editores


Entre: un músico y un editor o una sociedad de recaudación.

Duración: un mínimo de un año seguido por varios periodos opcionales.

Si eres un compositor o letrista deberías ponerte en contacto con una sociedad de


recaudación lo antes posible y firmar un «contrato de transferencia». La mayoría de
países tienen sus propias sociedades de recaudación, como SUISA o GEMA, y otras que
funcionan de forma internacional. Esto significa que tus derechos de autor serán
recaudados en todo el mundo. Las sociedades de recaudación actúan como guardianes
de tus canciones, recaudando los ingresos por la utilización de las mismas y
llevándose un pequeño porcentaje del 10 %. Es importante que los grupos decidan de
antemano quién recibirá un porcentaje por derechos de autor y quién no. Así
evitarás enfrentamientos en el futuro (algo que también podrás incluir en el
contrato de grupo musical). Tus derechos de autor pueden protegerse a través de
autoridades de derechos de autor para derechos conexos como GVL o SwissPerform.

Las sociedades de recaudación pueden ofrecer diferentes condiciones, por lo que es


importante leer con detenimiento el acuerdo que vayas a firmar. GEMA, por ejemplo,
solo ofrece un contrato completo, lo que significa que se aplica a todo el conjunto
de tu obra. Así que no puedes seleccionar qué canciones van a gestionar y cuáles
no.

Los autores y letristas también pueden transferir parte de sus derechos a un editor
musical. En este caso, hay contratos por títulos concretos o contratos de autor
exclusivo, por los cuales se adelanta una cantidad correspondiente. Los elementos
más importantes de estos contratos son la duración del mismo, el territorio, el
alcance de los derechos, los deberes del editor y el autor y los derechos de
sincronización. Te recomendamos que consultes contratos de muestra y compruebes
detenidamente qué derechos te gustaría transferir y bajo qué condiciones.

4. Contrato de sello discográfico


Entre: un artista y una compañía discográfica.

Duración: mínimo de un año inicialmente. Los sellos poco escrupulosos pueden


ofrecer contratos de entre cinco y diez años.

Al firmar un contrato con un sello discográfico, transfieres los «derechos en la


grabación» a la compañía interesada en tus canciones. Es muy importante saber que
el típico contrato discográfico es un documento complejo que puede resultar difícil
de comprender para los músicos. Se refiere a toda la fabricación, distribución y
marketing del disco y afecta a todo tipo de cuestiones, como el adelanto que
recibirás, qué porcentaje te corresponderá o si el sello se ocupará de tus redes
sociales. Otros aspectos regulados por el contrato discográfico son el volumen de
la producción, el formato, la exclusividad, la duración, los derechos de
sublicencia, la sincronización y los derechos de merchandising.

La duración inicial de un contrato con un sello discográfico suele ser de un año,


seguido normalmente por varios periodos opcionales. Antes de firmar un acuerdo con
una discográfica, es crucial que aclares cuáles son tus objetivos con la compañía y
te asegures de que entiendes todos los aspectos del contrato. Algunas cuestiones
que debes mirar con lupa en un contrato con un sello discográfico son los
porcentajes de regalías, las deducciones ocultas de regalías o la inclusión de un
compromiso de lanzamiento. Un año es un periodo muy largo para estar sujeto a un
acuerdo que no te favorece ni te beneficia.

5. Distribution contracts
Entre: un sello/artista independiente y una distribuidora.

Duración: entre uno y cinco años.

Los contratos de distribución se suelen firmar entre sellos discográficos y


distribuidoras. Esta puede ser una de las razones por las que los sellos resultan
atractivos para los artistas: se ocupan de gran parte del trabajo por el precio de
los derechos de propiedad. Si decides hacer un lanzamiento independiente sin la
participación de un sello, entonces puedes firmar un contrato de distribución
directamente con la compañía distribuidora. De esta forma, no tienes que transferir
ningunos derechos de tus grabaciones, sino simplemente el derecho (exclusivo) para
distribuir tu contenido a las correspondientes tiendas socias de la distribuidora,
tanto físicas como digitales.

En el caso de un lanzamiento físico, también hay contratos combinados, los cuales


no solo incluyen la distribución de tu producto, sino también la fabricación. En un
contrato de distribución, se regulan los siguientes puntos: área de distribución,
grabaciones cubiertas por el contrato, lanzamiento, costes y pago, transacciones
con sociedades de recaudación, derechos de protección y gestión de las existencias.

La duración, así como las condiciones de un contrato de distribución, suelen variar


dependiendo de la compañía de distribución musical. En iMusician, puedes unirte a
más de 400 000 músicos independientes eligiendo uno de nuestros planes de
distribución que mejor se adapte a tus deseos y necesidades. Al firmar un acuerdo,
tú, como músico o sello, no tendrás ninguna obligación de permanecer con nosotros
por ningún periodo de tiempo concreto, lo que significa que puedes abandonar en
cualquier momento. Además, no estarás vinculado a ninguna cláusula de exclusividad.
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