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El feminismo literario
de Gertrud von le Fort
(1876-1971)
CULTURA

Noventa años después de su conversión La corona de los ángeles, Le Fort expone en


al catolicismo las novelas de von Le Fort las vidas de Verónica y Enzio uno de los más
plantean con fuerza la novedad radical grandes sufrimientos que pueden afectarnos
de ser mujer cristiana. Siguen merecien- a los seres humanos: ver las cosas que más
do una lectura atenta y dan mucho que se ama como opuestas entre sí. Además, Le
pensar tanto a varones como a mujeres. Fort muestra en su relato cómo al adherirse
al camino de la fe se escuchan las constantes
advertencias en los momentos difíciles y en
las noches oscuras. No se puede preparar al
ser humano para sufrir más que sufriendo y,
cuando esos momentos llegan, solo la fuerza
que viene de Dios puede hacer al cristiano
salir victorioso; no hay preparación mental ni
física que valga. En este caso es aún más do-
loroso pues lo que parece oponerse al Amor
es también el amor.
Verónica, una conversa al catolicismo, dis-
—TEXTO Carmen Camey y Jaime Nubiola puesta a entregarse a Dios como religiosa,
descubre al volver a su tierra natal en Ale-
Gertrud von le Fort fue una escritora ale- mania que su verdadera vocación está en
Memorial a Gertrud von Le Fort
mana nacida en una familia protestan- el matrimonio con su amigo de la infancia
en Boek, Alemania. Foto: Niteshift
te. Estudió teología, historia y filosofía en Enzio, ateo convencido. La novela narra los
Heidelberg, Marburgo y Berlín. Sus obras conflictos interiores de Verónica que intenta
están llenas de una profunda sensibilidad a Gertrud que al recibir su libro lo usó como mantenerse fuerte en su fe y a la vez desea
religiosa, fruto de un camino propio de con- lectura espiritual durante varias semanas. conciliar esto con su amor por Enzio, que
versión. En 1926 se convirtió al catolicismo Tanto Edith como Gertrud optan por propo- parece un amor que devora espiritualmente
en Roma. Mantuvo amistad con algunos de ner un contenido a la feminidad, de manera y le aleja de todas las cosas que para ella son
los grandes escritores y pensadores de su opuesta a la visión de cierto feminismo de buenas. “Él también se sentía llamado a una
época como Paul Claudel, Hermann Hes- entonces y ahora en el que ser mujer no era misión a la que estaba dispuesto a sacrificar
se o Edith Stein. Dentro de sus obras más más que un constructo social, vacío de con- toda su vida. Pero la suya era incompatible
importantes hay que mencionar El velo de tenido real. “La mujer solo puede implantar con la mía”.
Verónica y su secuela La corona de los ánge- lo femenino como portadora del símbolo También es una novela del miedo a la tenta-
les, La última del cadalso y La mujer eterna. femenino”, escribe Le Fort. No se puede ser ción y del coraje para vencerla que solo puede
Todas ellas están traducidas al español en feminista si no se sabe en qué consiste ser venir de Dios. El miedo nos hace sufrir el do-
ediciones asequibles. mujer. En su libro La mujer eterna, Le Fort ble: por lo que tememos sufrir y por lo que de
intentará responder a esta cuestión a través hecho sufrimos, y precisamente para quien
Mujeres y amigas de los símbolos tradicionales de la mujer — sabe que lo más valioso que tiene es su alma,
La feminidad fue para Le Fort mucho más esposa y madre— y cómo en estas dos figuras el miedo a perderla puede convertirse en un
que un hecho ineludible: fue la fuente de su se transparenta la esencia de la mujer como miedo a cosas que creemos que nos alejan de
reflexión y la consideración sobre la condi- entrega. Dios, aunque de hecho no sea así: “Ha esco-
ción femenina estuvo en la raíz de toda su gido el único camino que nos queda: los cre-
obra literaria. Su amiga Edith Stein también Luz en las tinieblas yentes deben entrar en la misma comunidad
compartió su sensibilidad. Le Fort durante Le Fort comprendió bien las reticencias de de los no creyentes. Tienen que exponer sus
el tiempo que estuvo escribiendo La mujer los hombres de su tiempo ante la religión, más íntimas convicciones piadosas y tomar
eterna tuvo siempre sobre su escritorio la fo- que aparecía ante ellos como conflictiva, an- sobre sí la pesada carga que ellos llevan: so-
to de Edith Stein vestida de novia al tomar ticuada y como un impedimento para lograr lamente entonces aquellos podrán participar
sus votos religiosos. A su vez, Edith escribe las grandes cosas del momento histórico. En de las gracias de estos”.

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Gertrud von Le Fort
en 1966.

Perfil biográfico
La Baronesa Gertrud von Le Fort (1876-
1971) nació en Minden, en la antigua
provincia de Westfalia, Alemania. De niña
recibió una excelente educación y conti-
nuó sus estudios en las universidades de
Heidelberg, Marburgo y Berlín. Escribió
novelas, poemas y ensayos en el campo
de la filosofía de la religión. La mayoría de
sus obras son posteriores a su conver-
sión en 1926 y se ven marcadas por la
temática del conflicto entre fe e identi-
dad. Falleció a los 95 años en su casa en
Oberstdorf, en los Alpes bávaros.

Sus mejores libros


El velo
de Verónica
320 páginas
Encuentro, 1998

La corona
de los ángeles
260 páginas
Encuentro, 1998
Cuando la protagonista decide entregar- Dios que exige que nos despojemos de to-
se valientemente a lo que Dios le pide para da confianza en nosotros mismos para po-
salvar a su prometido, aunque parece estar der abrirnos a amar con el amor de Cristo.
poniendo en riesgo su propia alma, descubre “Dios nunca abandonó a quienes le habían
que también en la oscuridad ocurren mila- abandonado, sino que fue Él quien les buscó
gros. “Comparte sus tinieblas a sabiendas y y siguió amándoles... Ya no amaba a Enzio
él sin saberlo compartirá tu luz”, le asegura a pesar de su apartamiento de Dios, como
un sacerdote en esos momentos de sufri- hasta entonces, sino que por primera vez La última
miento. “Hay ciertas flores que solo florecen amaba incluso su alejamiento de Dios. No del cadalso
en el desierto; estrellas que solamente pue- le amaba solo con mi amor, sino que tam- 104 páginas
den verse al borde del despoblado. Existen bién le amaba con el amor de Cristo, y este Encuentro, 2009
algunas experiencias del amor de Dios que amor que él [Enzio] no quería que existiera
solo se viven cuando nos encontramos en el entre nosotros era para ambos la salvación
más completo abandono, casi al borde de la de nuestra unión”. Entonces, ante ese aparen-
desesperación”. te conflicto de los quereres, del Amor que se
Solo cuando nos confiamos plenamente a opone al amor, lo que Le Fort nos descubre
Dios, contra toda apariencia, podemos des- es que la solución no está en el rechazo o en
cubrir la verdadera experiencia del amor de el miedo, sino en amar más. n

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