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COMUNICACIÓN Y

SOCIEDAD
Leyendas

Indira del Rocio Ortiz Reyes


1 El caballero galante

En San Román existe un área conocida como la cueva del Toro.


Se dice que allí vive un toro horroroso que toma la forma de un
hermoso caballero para atraer mujeres a su guarida.

A veces se pueden escuchar sus gemidos cuando está molesto y


quiere conocer a una mujer. Las mujeres que son raptadas por
este monstruo no son vueltas a ver jamás.

2- El puente de los perros


Se dice que cuando Francisco de Paula Toro era el comandante
militar de la plaza en San Ana, ordenó construir un puente por
donde su esposa paseaba a menudo.

La esposa a su vez ordenó que colocaran en el puente esculturas


de sus dos perros: Aníbal y Alejandro.

Por lo tanto, estos dos perros se convirtieron en parte del folclor


de esta región al quedar inmortalizados. Este puente se llama en
el Puente de la Merced en honor a la esposa del comandante:
Mercedes López.

3- El callejón del diablo

Esta historia se refiere al callejón que comenzaba en San Martín y


terminaba en la Zanja; acá vivía un hombre deformado que
asustaba a las personas en las noches al ocultar en su cuerpo
cartuchos de azufre para hacerse pasar por el diablo.

4- El Canancol 
Según la leyenda, el Canacol era una esfigie que protegía los
cultivos de los posibles delincuentes.

Pero este no era un muñeco común, ya que cuando se hacía de


noche el muñeco cobraba vida y caminaba por todo el campo. De
esta manera era posible castigar a los posibles delincuentes.
El Canacol era elaborado con cera de abejas y hojas de mazorcas.
Se colocaban frijoles en forma de ojos, maíces para que fueran
sus dientes y frijoles blancos para sus uñas; también se incluye
una piedra en su mano derecha para que se pudiera defender.
Luego, se llamaba a un hechicero para que el muñeco pudiera
cobrar vida.

Este ritual requería de la sangre del dueño de la plantación para


que el Canacol pudiera obedecerle al dueño.
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