DELITOS INFORMÁTICOS: Actos ilícitos cometidos mediante el uso inadecuado de la tecnología,
atentando contra la privacidad de la información de terceras personas, dañando o extrayendo
cualquier tipo de datos que se encuentren almacenados en servidores. ACCESO INDEBIDO: Este ciber-delito guarda relación con la figura conocida con el nombre de “hacker”, el cual es clave para el acceso ilegitimo en un sistema o a datos informáticos. Este delito consiste en el acceso, intercepción, interferencia o uso de un sistema informático sin la debida autorización. SABOTAJE O DAÑO A SISTEMAS: Consiste en la perturbación de un procesador de datos que es de esencial importancia para una empresa ajena o para una autoridad, a través del menoscabo, destrucción, deterioro, inutilización, eliminación o transformación de un equipo de procesamiento de datos o un soporte de datos. FAVORECIMIENTO CULPOSO DEL SABOTAJE O DAÑO: Es el acto de borrar, suprimir o modificar sin autorización funciones o datos de computadora con intención de obstaculizar el funcionamiento normal del sistema. ESPIONAJE INFORMÁTICO: Es la adquisición, revelación y transferencia de información cibernética, de tipo confidencial, comercial; sin permiso o autorización del propietario de la información, con el propósito de causar pérdidas económicas o de obtener algún beneficio oneroso. FALSIFICACIÓN DE DOCUMENTOS: Este se comete cuando el autor altera, simula, modifica o falsifica un documento o parte del mismo, se considera falsedad documental tanto la creación de un documento nuevo a partir del falso como la adulteración de uno de los elementos del documento. HURTO: Consiste en acceder, interceptar, interferir, manipular o usar de cualquier forma un sistema o medio de comunicación para apoderarse de bienes o valores tangibles o intangibles de carácter patrimonial sustrayéndolos a su tenedor, con el fin de procurarse un provecho económico para sí o para otro. VIOLACIÓN DE LA PRIVACIDAD DE LAS COMUNICACIONES: Consiste en el acceso, captura, intercepción, interferencia, reproducción, modificación, desvío o eliminación de cualquier mensaje de datos, señal de transmisión o comunicación ajena. VIOLACIÓN DE LA PRIVACIDAD DE LA DATA O INFORMACIÓN DE CARÁCTER PERSONAL: Consiste en el apoderamiento, utilización, modificación o eliminación intencional de la data o información personal de otro o sobre las cuales se tenga interés legítimo, que estén incorporadas en un computador o sistema informativo, sin el consentimiento de su dueño. DIFUSIÓN O EXHIBICIÓN DE MATERIAL PORNOGRÁFICO: Consiste en la exhibición, difusión, transmisión o venta de material pornográfico o reservado a personas adultas, sin realizar previamente las debidas advertencias para que el usuario restrinja el acceso a niños, niñas y adolescentes. EXHIBICIÓN PORNOGRÁFICA DE NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES: Consiste en la utilización de la persona o imagen de un niño, niña o adolescente con fines exhibicionistas o pornográficos. APROPIACIÓN DE PROPIEDAD INTELECTUAL: Se trata de quien sin autorización del propietario y con el fin de obtener algún provecho económico, reproduzca, modifique, copie, distribuya o divulgue un software u otra obra del intelecto que haya obtenido mediante el acceso a cualquier sistema. OFERTA ENGAÑOSA: Consiste en ofrecer, comercializar o proveer bienes o servicios, mediante el uso de la tecnología, y hacer alegaciones falsas o atribuir características inciertas a cualquier elemento de dicha oferta, de modo que pueda resultar algún perjuicio para los consumidores. PROTOCOLO INTERNACIONAL QUE SANCIONA LA PORNOGRAFÍA INFANTIL: La explotación sexual comercial de la infancia, como la venta de niños, la prostitución infantil, el turismo sexual infantil y la pornografía infantil, se da en muchos lugares del mundo. Se calcula que alrededor de un millón de menores de edad (la mayoría niñas, pero también un número considerable de niños) caen todos los años en las redes del multimillonario comercio sexual, víctimas de la degradación y sometidos a un riesgo que amenaza sus vidas. Los artículos 34 y 35 de la Convención sobre los Derechos del Niño dicen que los gobiernos deben proteger a los niños y niñas de todas las formas de explotación y abusos sexuales y tomar todas las medidas posibles para asegurar que no se les secuestra, se les vende o se trafica con ellos. El Protocolo Facultativo de la Convención relativo a la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de niños en la pornografía sirve de complemento a la Convención al exigir a los Estados una serie de requisitos precisos para poner fin a la explotación y el abuso sexuales de la infancia. También protege a los niños y niñas de la venta con objetivos no sexuales, como por ejemplo otras formas de trabajo forzado, adopciones ilegales o donación de órganos. El Protocolo ofrece definiciones de delitos como "venta de niños", "prostitución infantil" y "pornografía infantil". También obliga a los gobiernos a criminalizar y castigar las actividades relacionadas con estos delitos. Exige castigos no solamente para quienes ofrecen o entregan niños y niñas para su explotación sexual, transferencia de órganos, obtención de beneficios o trabajos forzados, sino también para todo aquel que acepte a un niño o niña destinado a estas actividades. El Protocolo protege también los derechos y los intereses de las víctimas infantiles. Los gobiernos deben proporcionar servicios jurídicos y otro tipo de apoyo para estas víctimas. Esta obligación incluye tener en cuenta el interés superior del niño en cualquier tipo de actividad relacionado con el sistema de justicia criminal. Los niños y niñas deben también recibir apoyo médico, psicológico, logístico y financiero que contribuya a su rehabilitación y reintegración. Como complemento de la Convención sobre los Derechos del Niño, este texto debe interpretarse siempre a la luz de los principios de la no discriminación, del interés superior del niño y de su participación. El texto hace también hincapié en el valor de la cooperación internacional, que es importante para combatir estas actividades que se realizan a menudo más allá de las fronteras nacionales. Las campañas de concienciación, de información y de educación públicas contribuyen también a proteger a la infancia contra estas graves conculcaciones de sus derechos. Después de recibir las primeras 10 ratificaciones necesarias para su entrada en vigor, el Protocolo Facultativo sobre la venta de niños, la prostitución infantil, el turismo sexual infantil y la pornografía infantil se convirtió en un documento jurídicamente vinculante el 18 de enero de 2002. Hoy en día, más de 100 países han firmado y ratificado este Protocolo.