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Ana Paula Matamala Luna

Mexicanos y norteamericanos ante la guerra del 47

Es un mensaje del presidente Polk para el congreso norteamericano. Empieza retratando a


Estados Unidos dispuesto a negociar y a considerar la pasa a pesar de todo lo que habían
sufrido por parte de los mexicanos. El principal objeto de estas negociaciones sería la
determinación de las fronteras entre ambos países. Según la carta, México rechazó la
llegada de un representante norteamericano.

En septiembre de 1845 se hizo una investigación estadounidense y se pidió al ministro de


relaciones exteriores que aceptara a un enviado norteamericano que tendría la función de
resolver todas las cuestiones a debatir de ambos gobiernos. Este acepta y pide que los
barcos que estaban en Veracruz se retiren, lo cual aparentemente le fue concedido el día
15 de octubre de 1845. Un mes y después Jhonn Slidell fue comisionado por el presidente
Polk para resolver todos los asuntos que ambos países tenían pendientes y llega a
Veracruz el 30 de noviembre de 1845. La carta continúa diciendo que el gobierno de
Herrera estaba inestable, y sin importar cuantas intenciones tuviese de negociar con E.U,
fueron frustradas por el golpe de estado de Paredes de Arriallaga, quien rechazó a Sliddel.
Esto claramente no fue un cambio de gobierno habitual, y lógicamente Sliddel no fue
recibido por el nuevo gobierno. E.U, alega que México rechazó deliberadamente y sin
razón alguna cualquier arreglo o acuerdo al que se pudiera llegar de forma amistosa.

Después, la carta se dirige al congreso para recordar la estrategia de defensa ante una
posible invasión mexicana en territorio texano debido a su aparentemente voluntaria
anexión al territorio de los Estados Unidos, colocando un ejército en el río nueces y en el
río del norte que al parecer sería su frontera.

El movimiento del ejército estadounidense parecía ser pacífico y sin intenciones de dañar
a los ciudadanos mexicanos, pero cuando este se dirigió a Matamoros, se encontraron con
que el ejército mexicano amenazó con el uso de las armas si no retrocedían. Pero no pasó
nada hasta el 24 de abril, dónde el ejército mexicano mató a 16 hombres.

La carta después nombra lo pacientes que fueron los norteamericanos con el pueblo
mexicano y las veces que lo demostraron por ejemplo con las múltiples amenazas de la
reconquista de Texas y como la gota que derramó el vaso de su paciencia fue que “se
derramó sangre norteamericana en suelo norteamericano”. El presidente Polk ve la
guerra como una consecuencia de todas las acciones de los mexicanos y pide al congreso
que la autorice.

William Jay, compara la anexión de Texas con la propuesta de que el territorio de Cuba le
sea cedido a Estados Unidos. Texas, al igual que california llamó la atención de los
estadounidenses debido a sus recursos y extensión. Después de la expulsión de los
estadounidenses, había dos formas de tomar California: mediante las negociaciones o
mediante la guerra, que no sería iniciada por estados unidos para mantener la posición del
congreso. En resumen, si las negociaciones pacíficas no funcionaban, los norteamericanos
optarían por acorralar a México a dar el primer golpe en una guerra para así poder
humillar a su ejército.

Walt Whitman, por otro lado, esta a favor de que México sea castigado, describe con
mucha pasión como después de la noticia de la sangre derramada se colmó la paciencia
que el pueblo estadounidense le había tenido al diabólico pueblo mexicano y a sus
atrocidades, por lo que buena parte de la población esperaba verlos castigados de una
forma fuerte y eficaz.

Estas lecturas nos permiten ver una parte nacionalista de la visión que tenían la mayoría
de los estadounidenses del conflicto con México. Me parece una manera de victimizar a
los estadounidenses dejando al pueblo mexicano como el único culpable de la guerra. En
mi opinión, si el presidente o un periodista van a escribir sobre la situación nacional
deberían ser más objetivos.

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