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Generación de energía eléctrica.

Eólica.
La energía eólica es la energía que se obtiene del viento. Se trata de un tipo de
energía cinética producida por el efecto de las corrientes de aire. Esta energía la
podemos convertir en electricidad a través de un generador eléctrico. Es una
energía renovable, limpia, que no contamina y que ayuda a reemplazar la energía
producida a través de los combustibles fósiles.

¿Cómo funciona la energía eólica?


La energía eólica se obtiene al convertir el movimiento de las palas de un
aerogenerador en energía eléctrica. Un aerogenerador es un generador eléctrico
movido por una turbina accionada por el viento, sus predecesores son los molinos
de viento.
Un aerogenerador lo conforman la torre; un sistema de orientación ubicado al final
de la torre, en su extremo superior; un armario de acoplamiento a la red eléctrica
pegado a la base de la torre; una góndola que es el armazón que cobija los
componentes mecánicos del molino y que sirve de base a las palas; un eje y mando
del rotor por delante de las palas; y dentro de la góndola, un freno, un multiplicador,
el generador y el sistema de regulación eléctrica.

Turbina eólica – factor energía


¿Cuáles son las ventajas de la energía eólica?
• Es una fuente de energía inagotable
• Es una fuente de energía renovable. El viento es una fuente abundante e
inagotable, lo que significa que siempre se puede contar con la fuente
original que produce la energía, lo que hace que no tenga fecha de caducidad.
Además, está disponible en muchos lugares del mundo.
• Ocupa poco espacio
• Para producir y acumular la misma cantidad de energía eléctrica, un campo
eólico necesita menos terreno que un campo de energía fotovoltaica.
• Además, es reversible, lo que significa que el área ocupada por el parque
puede restaurarse fácilmente para renovar el territorio preexistente.
• No contamina
• La energía eólica es una de las fuentes de energía más limpia tras la energía
solar. Esto es así porque durante su proceso de generación no lleva implícito
un proceso de combustión. Así, no produce gases tóxicos, ni residuos sólidos
alguno. Para hacernos una idea: un aerogenerador alcanza una capacidad
de energía similar a la de 1.000 Kg de petróleo.
• Además, las propias turbinas tienen un ciclo de vida muy largo antes de ser
retiradas para su eliminación.
• Bajo coste
• Los costes de las turbinas eléctricas eólicas y el mantenimiento de la turbina
son relativamente bajos. El coste por kW producido es bastante bajo en las
áreas muy ventosas. En algunos casos, el coste de producción es el mismo
que el del carbón, e incluso la energía nuclear.
• Es compatible con otras actividades
• La actividad agrícola y ganadera convive armoniosamente con la actividad
de un parque eólico. Esto hace que no tenga un impacto negativo en la
economía local, permite que las instalaciones no interrumpan el desarrollo
de su actividad tradicional al mismo tiempo que genera una nueva fuente de
riqueza.
¿Cuáles son los inconvenientes de la energía eólica?
• El viento no está garantizado
• El viento es relativamente impredecible por lo que no siempre se cumplen
las previsiones de producción, especialmente en unidades temporales
pequeñas. Para minimizar los riesgos las inversiones en este tipo de
instalaciones son siempre a largo plazo, con lo que el cálculo del retorno de
éstas es más seguro. Se entiende mejor este inconveniente con un dato: los
aerogeneradores sólo funcionan correctamente con ráfagas de viento entre
los 10 y los 40 Km/h. A velocidades menores la energía no resulta rentable
y a mayores supone un riesgo físico para la estructura.
• Energía no almacenable
• Se trata de energía que no se puede almacenar, sino que debe ser
consumida de manera inmediata cuando se produce. Eso hace que no pueda
ofrecer una alternativa completa al uso de otros tipos de energía.
• Impacto en el paisaje
• Los grandes parques eólicos tienen un fuerte impacto paisajístico y son
visibles desde largas distancias. La altura promedio de las torres/turbinas
oscila entre os 50 y los 80 metros, con palas giratorias que se elevan otros
40 metros. El impacto estético en el paisaje a veces genera malestar en la
población local.
• Afectan a las aves
• Los parques eólicos pueden tener un impacto negativo a la avifauna,
especialmente entre las aves rapaces nocturnas. El impacto en la avifauna
se debe a que las palas giratorias pueden moverse a una velocidad de hasta
70 Km/h. Las aves no son capaces de reconocer visualmente las cuchillas a
esta velocidad, chocando con ellas fatalmente.

Energía hidroeléctrica.
La energía hidroeléctrica es aquella que se genera al transformar la fuerza del
agua en energía eléctrica. Para aprovechar dicha fuerza, se construyen grandes
infraestructuras hidráulicas capaces de extraer el máximo potencial de este
recurso renovable, libre de emisiones y autóctono.

¿Qué son las centrales hidroeléctricas?


Aunque es habitual escuchar los términos embalse, presa y central de forma
indistinta, lo cierto es que cada uno de ellos hace referencia a una realidad
diferente que de forma sencilla se podría identificar de la siguiente manera:
• Presa: es la infraestructura de obra civil. Entre sus características físicas
destacan la altura sobre los cimientos, la longitud de coronación y el
volumen de hormigón.
• Embalse: es el almacén de agua. Para conocer su situación real hay que
analizar, principalmente, dos variables: el nivel del agua y el volumen
almacenado.
• Central: es la construcción donde están localizados los grupos de
generación. Las dos magnitudes básicas para definir una central
hidroeléctrica son el salto y el caudal.
Cómo funciona la energía hidroeléctrica
Las centrales hidroeléctricas convierten en energía eléctrica la diferencia de
energía potencial que tiene una determinada masa de agua al trasladarla entre dos
puntos situados a distinta altitud o cota. Para ello se hace circular un caudal de
agua por un circuito hidráulico que salva el desnivel entre dos puntos, lo que se
conoce comúnmente como salto, y en el que el agua va adquiriendo velocidad a
medida que la energía potencial se va transformado parcialmente en energía
cinética. La turbina es la encargada de transformar esa energía cinética en energía
mecánica, para que el generador la transforme a su vez en energía eléctrica.
Por último, el caudal de agua abandona la turbina y desagua de nuevo al río sin
apenas velocidad y con la energía potencial que corresponde a la altura del punto
de desagüe.
El rendimiento global de todo el proceso es muy alto —entre el 90 y el 95%—,
aprovechándose prácticamente toda la energía potencial del agua. Las pérdidas de
rendimiento se deben a pérdidas de carga en el circuito hidráulico, a rozamientos
en la rotación del grupo hidroeléctrico y a pérdidas en los equipos eléctricos.
El proceso inverso al descrito es el que se realiza en las centrales hidroeléctricas
de bombeo, que son capaces de realizar las centrales reversibles: éstas
transforman la energía eléctrica en energía potencial al bombear agua a un
embalse o depósito superior.
Ventajas de la energía hidroeléctrica.
• Reutilización:
• Se trata de un recurso procedente del agua de lluvia y, además, el agua
empleada en el proceso puede volver a utilizarse.

• Duración:
• Las instalaciones hidroeléctricas tienen una larga vida útil.

• Sostenible:
• La energía hidroeléctrica ayuda a disminuir la emisión de gases de efecto
invernadero.

• Flexibilidad:
• Los recursos hidráulicos facilitan la gestión de los picos de demanda
energética al poder utilizar el agua embalsada de forma flexible.

• Control:
• Los embalses resultan especialmente útiles a la hora de regular el caudal
de un río para evitar, por ejemplo, crecidas peligrosas.
• Costes:
• Aunque la inversión necesaria para la puesta en marcha de una central
hidroeléctrica es alta —su desarrollo conlleva la construcción de pantanos,
presas, canales, etc.—, los costes de explotación son bajos.

• Respaldo:
• Su flexibilidad operativa se presenta como complemento y respaldo esencial
para el desarrollo de otras tecnologías renovables de generación
intermitente como la solar fotovoltaica y la eólica.

Energía térmica.
La energía térmica es la energía contenida dentro de un sistema y que es
responsable de su temperatura. La energía térmica siempre se ha relacionado con
el calor y, de hecho, el calor es el flujo de esa energía térmica.

Este tipo de energía es la más antigua que usamos y una de las más importantes,
no solo para la producción de electricidad, sino en general. De hecho, hay toda una
rama de la física, la termodinámica, que estudia cómo se transfiere el calor entre
sistemas y el trabajo que se realiza en el proceso.

Se trata de una energía fascinante y fundamental, que te explicamos con detalle.

La energía térmica y la generación de electricidad


Una de las principales aplicaciones de la energía térmica en el día a día es la
generación de electricidad a partir del calor. De hecho, ha sido y es una de las
principales maneras de hacerlo.
El calor es una forma de energía que puede ser convertida en electricidad de
múltiples formas. Las principales son:
Quemando combustibles fósiles, como carbón o petróleo. Esta ha sido nuestra
forma habitual de uso, pero todos sabemos los grandes inconvenientes que tiene
este procedimiento. No solo podemos quemar combustibles fósiles, también restos
orgánicos, lo que conocemos como biomasa.
A partir del calor de la tierra, como en el caso de la energía geotérmica.
A partir del calor del sol, que se concentra en colectores, como en el caso de la
energía termo solar.
A partir de reacciones nucleares. Estrictamente hablando, la energía nuclear es
también energía termal a partir de un combustible. En este caso, el uranio, que al
romper sus átomos (fisión) desprende una enorme cantidad de energía.

Cómo se genera electricidad a partir de la energía térmica


La manera principal es mediante un mecanismo de turbina y generador.
Hay varios tipos de turbina, como la de vapor convencional. En este caso, se quema
el combustible y la energía térmica se usa para generar vapor a alta presión.
Cuando ese vapor se expande, hace girar a una turbina conectada a un generador.
En este sistema, la energía térmica se convierte en cinética, es decir, la energía del
movimiento. Ese movimiento, a través de la turbina que impulsa y que se conecta
al generador, se convierte en electricidad.
En otros casos, se usan turbinas de gas, como por ejemplo las de ciclo abierto. Con
este sistema, pasamos aire a través de un compresor, que se mezcla con gas en
una cámara de combustión. Esa ignición hace que los gases se expandan y muevan
la turbina conectada al generador.
También existen las turbinas de ciclo combinado. En ellas se usan los dos
procedimientos anteriores. Se consigue mover la turbina directamente con la
combustión y el calor sobrante se reconduce para calentar agua, generar vapor y
aprovecharlo también como en el primer tipo de turbina.
Como puedes ver, hemos sacado un enorme rendimiento a la energía térmica para
producir electricidad, pero no solo para eso.
La energía térmica mueve el mundo
De hecho, es lo que lo ha movido literalmente desde que inventamos los motores
de combustión. Y es que la energía térmica es tan importante que podemos decir
que es lo que ha permitido que avancemos hasta donde estamos.
Desde las antiguas locomotoras de vapor, alimentadas manualmente con paletadas
de carbón, hasta los aviones más modernos que nos llevan al otro lado del mundo
en unas horas, la energía térmica ha estado presente en casi todos nuestros
avances.
De hecho, cada vez que te has montado en uno de esos aviones, se ha usado un
mecanismo de propulsión que funciona de manera casi idéntica a esas turbinas de
ciclo abierto que te hemos explicado antes.
El futuro de la energía térmica.
La energía térmica es tan valiosa que no nos va a abandonar, pero es importante
que cambiemos el modelo de uso. No podemos seguir generándola a costa de crear
un efecto invernadero con los motores de nuestros coches o las emisiones de las
plantas de combustible fósil.
El futuro de la térmica es renovable. Ya te hemos hablado en esta misma web de
las energías geotérmica y termo solar, que despiertan un gran interés. De hecho,
algunas iniciativas están usando más ampliamente la energía térmica renovable
para la calefacción de hogares.
El estado de Nueva York o la ciudad de Filadelfia, en Estados Unidos, la están
usando mediante instalaciones GHP (Geothermal Heat Pump). El sistema básico es
sencillo, agua almacenada en tuberías subterráneas que proveen de calor a los
edificios en invierno, así como de refrigeración en verano.
Y es que la energía térmica nos acompaña desde que dominamos el fuego o usamos
el sol para secar alimentos y calentar cosas, y lo seguirá haciendo en nuestro
camino hacia un futuro.

Energía Solar.
¿Qué es la energía solar?
La energía solar es una energía renovable obtenida a partir de la radiación
electromagnética del Sol. Se trata de una energía renovable porque se obtiene de
una fuente natural e inagotable, en este caso el Sol.
¿Cómo se produce la energía solar?
La energía solar se puede captar a través de células fotoeléctricas (que conforman
los paneles fotovoltaicos que todos conocemos), heliostatos o colectores solares,
que posteriormente la transforman en energía solar térmica (a través de la
temperatura) o energía solar fotovoltaica (a través de la luz). También puede
aprovecharse de forma pasiva con técnicas de arquitectura bioclimática y
sostenible, como veremos a continuación.
La energía solar es una de las fuentes de energías renovables más fáciles de
producir, especialmente la solar fotovoltaica, lo que está haciendo que se esté
extendiendo su uso en las zonas climáticas con más horas de sol. Y España no es
una excepción, aunque todavía tenemos mucho margen de mejora para seguir
transformando la energía procedente de fuentes no renovables (petróleo o carbón)
en proveniente de fuentes renovables.
¿Qué tipos de energía solar existen?
Dependiendo del origen y procesamiento de la energía solar, podemos dividirla en
diferentes tipos:
Energía solar térmica
La energía solar térmica aprovecha la energía del sol para producir calor, que
posteriormente se usa como fuente de energía tanto a nivel doméstico como a nivel
industrial, transformándola en energía mecánica y a partir de ella en electricidad.
En el caso de la energía doméstica, estaríamos hablando de una instalación solar
térmica de baja temperatura, con una instalación formada por colectores o
captadores solares instalados en el tejado o en una parte soleada del edificio. Estos
capturan la radiación solar y la convierten en calor, que se hace pasar por un
circuito de tubos metálicos y que genera suficiente energía para el uso habitual en
un hogar: agua caliente y calefacción.
Pero la energía solar térmica también se puede aprovechar a gran escala.
Hablamos de la planta termo solar o central térmica solar, grandes extensiones de
terreno con colectores de energía solar de alta temperatura. Estas instalaciones
operan a temperaturas superiores a 500ºC: transforman la energía térmica en
energía eléctrica para abastecer a la red eléctrica tradicional, pudiendo abarcar
grandes zonas de territorio. Además, las tecnologías actuales permiten almacenar
el calor de una forma muy económica, pudiendo transformarla posteriormente en
electricidad a medida que se necesita, regulando así la producción.

Energía solar fotovoltaica


Al contrario que la solar térmica, la energía solar fotovoltaica consiste en obtener
directamente la electricidad a partir de la radiación solar. Esto se consigue gracias
a la instalación de paneles solares fotovoltaicos, que cuentan con células de silicio
que transforman la luz y calor del sol en electricidad. Igual que en el caso de la
solar térmica, estos paneles o placas solares pueden instalarse tanto a nivel
doméstico en edificios y casas, como en grandes instalaciones – las conocidas
como plantas fotovoltaicas.
Las placas fotovoltaicas no producen calor, por lo que esta energía no se puede
almacenar; sin embargo, los excedentes de esta energía fotovoltaica pueden
verterse a la red de consumo, lo que se conoce como “excedente fotovoltaico”.
Gracias a las placas fotovoltaicas se ha democratizado enormemente el
autoconsumo de energía, es decir, que cada hogar pueda producir su propia
electricidad para el consumo propio.
Energía solar pasiva
La energía solar térmica y fotovoltaica utilizan diferentes tecnologías para captar
y procesar la energía del sol – es lo que se conoce como energía solar activa. Pero
también podemos aprovechar esta energía de forma pasiva, es decir, sin necesidad
de ningún mecanismo que la recoja y la trate.
La energía solar pasiva se consigue principalmente con la arquitectura
bioclimática: un principio de diseño de edificios donde, con el uso de diferentes
materiales y orientaciones, se consigue utilizar la energía captada durante el día
para mantener el edificio cálido durante la noche, o evitar el calor excesivo durante
las horas de más sol. Aunque todo esto puede parecer muy moderno y tecnológico,
en realidad es una de las maneras más antiguas de aprovechar la energía solar:
adaptar los edificios a la climatología de la zona para conseguir una climatización
perfecta en cada momento.
¿Cuáles son los beneficios de la energía solar?
Aunque hay otros tipos de energías renovables (como la eólica, hidráulica o
geotérmica), la solar se ha popularizado como una de las energías renovables más
fáciles de producir y ha democratizado el acceso a fuentes de energía verde. Estas
son algunas de las ventajas y beneficios de este tipo de energía:
• Es ecológica, una fuente inagotable (el Sol estará con nosotros durante los
próximos millones de años), y su transformación en energía térmica o
fotovoltaica no produce residuos (al contrario que la nuclear o que las
energías fósiles).
• Tiene un menor impacto en el medio. Aunque otras renovables son también
inagotables y sin residuos, el impacto de la solar es menor. Por ejemplo, los
aerogeneradores de eólica tienen un impacto negativo en las aves, igual que
las instalaciones hidráulicas en los peces de los ríos. Esto no sucede con
las instalaciones solares.
• Es reaprovechable. Uno de los problemas de las energías renovables es que
son irregulares (dependen de que sople el viento, de que baje el río, de que
suba la marea o de que luzca el sol). Pero gracias al progreso tecnológico,
ahora ya se puede almacenar la energía solar para transformarla en
electricidad según demanda, o aprovechar los excedentes generados.
• Es democrática. La instalación de los paneles solares ha ido bajando de
precio paulatinamente, por lo que casi todo el mundo puede acceder al
autoconsumo solar con placas solares propias en su hogar o edificio de
vecinos. Una manera de autoabastecimiento incluso para núcleos aislados
de la red.
• Es adaptable. Desde instalaciones particulares de pocos metros cuadrados
a grandes zonas de producción de energía ubicadas en plantas solares, la
energía solar se adapta a todo tipo de necesidades, terrenos y sociedades.
• Genera riqueza, empleo y contribuye al desarrollo sostenible. La
reconversión del sector y el desarrollo de carreras relacionadas con la
energía solar son cada vez más importantes, abarcando sectores que van
desde ingenierías, instalación y operatividad.
• Reduce el uso de combustibles fósiles, y, por lo tanto, de importaciones
energéticas de petróleo, permitiéndonos así ser más autosuficientes como
sociedad.

Energía nuclear o atómica.


La energía nuclear es una forma de energía que se libera desde el núcleo o parte
central de los átomos, que consta de protones y neutrones. Esta fuente de energía
puede producirse de dos maneras: mediante fisión (cuando los núcleos de los
átomos se dividen en varias partes) o mediante fusión (cuando estos se fusionan).
La fisión nuclear es el método que se utiliza hoy día en todo el mundo para producir
electricidad a partir de energía nuclear, mientras que la tecnología para generar
electricidad a partir de la fusión se encuentra en fase de I+D. En el presente artículo
se examina la fisión nuclear. Si desea saber más sobre fusión nuclear, haga clic
aquí.
¿Qué es la fisión nuclear?
La fisión nuclear es una reacción por la que el núcleo de un átomo se divide en dos
o más núcleos más pequeños, liberando al mismo tiempo energía.
Por ejemplo, cuando un neutrón golpea el núcleo de un átomo de uranio 235, este
se divide en dos núcleos más pequeños, por ejemplo, un núcleo de bario y un núcleo
de criptón, y se liberan dos o tres neutrones. Estos neutrones adicionales
golpearán otros átomos de uranio 235 colindantes, que también se dividirán y
generarán, a su vez, más neutrones en un efecto multiplicador, desatando así una
reacción en cadena en una fracción de segundo.
Cada vez que se produce esta reacción se libera energía en forma de calor y
radiación. Ese calor puede transformarse en electricidad en una central nuclear,
en un proceso similar al que se emplea para generar electricidad a partir del calor
de combustibles fósiles como el carbón, el gas y el petróleo.

¿Cómo funciona una central nuclear?


Dentro de las centrales nucleares, los reactores nucleares y su equipo contienen
y controlan las reacciones en cadena, por lo general alimentadas por uranio 235, a
fin de producir calor mediante fisión. El calor aumenta la temperatura del
refrigerante del reactor, que suele ser agua, para producir vapor. Este se encauza
para hacer girar las turbinas, que activan un generador eléctrico con el que se
produce electricidad con bajas emisiones de carbono.
Extracción, enriquecimiento y disposición final del uranio
El uranio es un metal que se encuentra en rocas de todo el mundo. Tiene varios
isótopos de origen natural, es decir, formas de un elemento distintas en términos
de masa y propiedades físicas, pero con las mismas propiedades químicas. Sus
isótopos primordiales son el uranio 238 y el uranio 235. La mayor parte del uranio
que hay en el mundo es uranio 238, que no puede producir una reacción de fisión
en cadena, mientras que el uranio 235 sí se puede utilizar para producir energía de
fisión, pero representa menos del 1 % del uranio mundial.
A fin de que el uranio natural tenga más probabilidades de fisionarse, es necesario
incrementar la cantidad de uranio 235 en una determinada muestra, mediante un
proceso denominado enriquecimiento de uranio. Una vez enriquecido, el uranio
puede utilizarse eficazmente como combustible nuclear en una central durante un
período de entre 3 y 5 años, tras lo cual sigue siendo radiactivo y ha de procederse
a su disposición final de acuerdo con unas directrices estrictas a fin de proteger a
las personas y el medio ambiente. Asimismo, el combustible usado, que también
recibe el nombre de combustible gastado, puede reciclarse para dar lugar a otros
tipos de combustible y utilizarse como combustible nuevo en centrales nucleares
especiales.
Desechos nucleares
La explotación de centrales nucleares produce desechos de diverso grado de
radiactividad, que se gestionan de manera diferente según su nivel de radiactividad
y su propósito. En esta animación encontrará más información sobre el tema.
Energía nucleoeléctrica y cambio climático
La energía nucleoeléctrica es una fuente de energía de bajas emisiones de carbono,
ya que, a diferencia de las centrales de carbón, petróleo o gas, las centrales
nucleares no producen prácticamente CO2 durante su funcionamiento. Los
reactores nucleares generan cerca de una tercera parte del total mundial de
electricidad sin emisiones de carbono y son cruciales para lograr los objetivos
relacionados con el cambio climático.

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