En la Segunda Guerra Mundial, las armas químicas no jugaron un papel protagónico a

comparación de la Primera Guerra Mundial, sin embargo, esto no significa que no se

hayan usado. Sabemos que los gobiernos de aquellos años se encontraban en guerra
y por consiguiente en una carrera armamentística; el deseo principal de cada bando
era el de sacar ventaja y poder. Para llegar a esto, la institucionalización de la ciencia
y posteriormente el crecimiento de esta gracias a las industrias y en especial por la
industria armamentística “La ciencia fue crecientemente hecha suya por la industria y,
en especial, por la industria armamentística que fundieron parcialmente sus objetivos y
procedimientos con los de la investigación científica-tecnológica”, abrió paso a los
mayores avances, tecnológicos y científicos de la era, tales como: El radar, la
comunicación mediante ondas cortas y ultracortas, cabinas presurizadas y demás. No
obstante, esto no significa que las guerras hayan sido motores de la investigación.
Fueron gracias a estas guerras que hubo 45 millones de muertos, entre rusos,
alemanes, chinos y otros participantes, pues la guerra no solo fue en Europa sino
también se desarrolló en Asia, gracias a Japón.

En mi opinión el uso de armas químicas en la Segunda Guerra Mundial, fue algo

terrible, pues los motivos que condujeron su uso fueron impulsados por la
desesperación de buscar una ventaja que aumente la cantidad de muertos del bando
rival. Existen varias razones por las cuales las armas químicas son algo destructivo,
usemos como ejemplo la filtración de gas mostaza a causa de un ataque aéreo
alemán; hubo 628 víctimas de esta filtración, de las cuales 83 fallecieron, confirmando
cuán letal fue el gas con agente mostaza. De este gas, surgieron distintos hechos,
como su uso para tratar el cáncer (leucemia y linfoma) y como fue el primer
tratamiento con cierta eficacia, además gracias a tener compuestos órgano-fosforado,
se añadió un capítulo en libros de medicina, solamente dedicado al tratamiento de este
elemento. La producción en masa para uso bélico impulsó a los estados a invertir
grandes cantidades de dinero en mejorar la eficacia y mortalidad de este gas, porque
“No siempre resulta mortal, pero deja a sus victimas gravemente lisiadas”. Aparte de
Europa, Asia también usó armas químicas, Japón fue la impulsora de estas en su
guerra contra China, después de haber conquistado gran parte del territorio chino, se
dedicaron a la investigación y mejoramiento de gases usados como armas químicas,
entre 1937-1945, la unidad 731 se encargaba de probar armas en pobladores chinos;
después de la rendición de Japón, las investigaciones fueron enterradas, sin embargo
el descubrimiento de estos restos, por parte de pobladores chinos en años posteriores,
perjudicó a los seres vivos cercanos a la zona.