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‘PARADERO SEIS A MUSICA CHICHA Los pocos peruanos tradicionalistas y segregacionistas que se resisten al cambio y prefieren mantener las practicas cul- turales invariables creen que la musica chicha, al igual que el mestizaje y la hibridez, degenera las melodias y los rit- mos provenientes de las diferentes tradiciones musicales que la conforman. Sin embargo, la musica chicha se diferencia tanto de una como de las otras tradiciones musicales (que por si mismas son ya mezcladas) porque elabora un nuevo género musical que resulta del encuentro, ciertamente con- flictivo, de los diferentes géneros musicales que se integran o fusionan en sus diversas manifestaciones musicales. Por eso es que definimos lo chicha como una mezcla de mezclas. jExisten géneros musicales esenciales? {Un género musical evoluciona hasta convertirse en otro 0 se mantiene siendo el mismo en sus potenciales manifestaciones? Si la Jlamamos cumbia asumimos que ese es su componente esencial y que los demas géneros musicales se han integrado a ella dandole un color o matiz diferente que no deja de ser cumbia. En ese sentido, la amada musica chicha seria una manifesta- ci6n, desarrollo o derivado de la cumbia. Desde ese punto de vista, es hasta logico que la llamemos cumbia. Desde otra 139 perspectiva, la musica chicha se diferencia de la cumbia por- que esta es solo un género de los muchos que se integraron a Ja fusion chicha. Llamarla asi implica reconocer que estamos frente a un nuevo género musical con caracteristicas propias. iEs la cumbia el género musical que es base fundamental de la mtsica chicha? Una de las caracteristicas de lo chicha es que, por ne- cesidad 0 por inevitable contacto, transgrede los modelos culturales hegeménicos, normativos o estandares. En efecto, en la miisica tropical-andina, que en sus inicios fue recha- zada hasta por los propios migrantes provincianos de pri- mera generaci6n, se distorsionan los ritmos que alimentan su originalidad antropofagica. En esa linea, podemos hablar también de la musica chicha como aquello que mezcla, sub- vierte y bambea elementos que provienen de diferentes fuen- tes musicales practicados por distintos grupos culturales y sociales. La musica chicha traga toda la musica del mundo, digiere lo que la nutre y expulsa lo que no le sirve. La cultu- ra, el discurso 0 la misica chicha forman parte del proceso deslegitimador que se burla de un sistema caduco que nunca funcioné y atin hoy no funciona. En ese sentido, se refieren a lo extraoficial, al pais real y paralelo que no corresponde con el pais imaginario. Lo chicha es lo informal en el sentido de no formal; es lo des-generado entendido como aquello incla- sificable desde la generologia; es lo carnavalesco en el senti- do de no oficial; es lo emergente integrador en una sociedad dividida por taras sociales. Pero lo chicha “invade” el espacio del Otro hegeménico, lo incomoda, lo irrita, lo perturba para después integrarlo a su propio campo cultural. Para muchos peruanos, una fiesta chicha es la manifes- tacién emblematica de la cultura que le da su nombre. Sin embargo, esta es solo una de sus multiples expresiones, pues practicamente no hay expresién de la cultura popular que no sea chicha. Para estudiar esta cultura se debe indagar en todo lo que esta alrededor de esa fiesta que se percibe no solo con los oidos, sino también con el olfato o la vista, y no hay que dejar de lado la captacién de la temperatura corporal de sus participantes. La fiesta chicha esta hecha con musica popular, con baile autonomo, con bebida hela- da, con comida ambulante y con sentimientos encontrados o divorciados. De ese modo, nos daremos cuenta de que para comprender la fiesta chicha es necesario entender primero al sujeto, a la cultura y a la sociedad peruana actual en su totalidad contradictoria (Cornejo Polar dixit). Con la cultura chicha pasa lo mismo que en el carnaval donde o participas o eres un espectador. Si te acercas como turista 0 antropélo- go, no eres parte de lo chicha; si convives, compartes, sien- tes, gozas y practicas, eres chicha hasta los huesos (Bajtin suscribiria esto). Sin embargo, lo curioso de este carnaval chicha es que, siendo parte de la fiesta, sus integrantes no se identifican como chichas. jA qué se debe semejante parado- ja?, qué nos impide reconocernos como chichas? La respuesta puede estar en una mala comprensién de la cultura chicha, en nuestra ignorancia o nuestros prejui- cios historicos. En efecto, hemos asociado lo chicha con lo abyecto y con todas las razones por las cuales nuestra so- ciedad nunca se identificé plenamente con lo indio, ni con lo cholo y, ahora, tampoco con lo chicha. El gran problema 141 de los peruanos es que, siendo un conjunto de nacionalida- des indias, jamds nos hemos identificado como indios; siendo cholos por el mestizaje y la transculturacién, nos es dificil aceptar que somos cholos; y, siendo una mezcla de mezclas, no nos gusta que nos llamen chichas. Estamos orgullosos de nuestro pasado noble inca, pero no lo estamos de nuestro presente chicha. Es tanto asi que Cecilia Méndez escribié un documento de trabajo muy interesante titulado: Incas si, in- dios no: apuntes para el estudio del nacionalismo criollo en el Perti. Pero tampoco nos hemos identificado como cholos a pesar de que la mayoria tiene ancestros indigenas 0 provie- ne de la sierra donde, se cree, se asienta lo cholo. Tampoco hemos aceptado ser mestizos a pesar de que Ricardo Palma dijo que el que no tiene de inga tiene de mandinga. Por algu- na raz6n, los peruanos se apegan mas a lo colonial que a lo prehispanico, a lo hispano que a lo indigena. Es justamente nuestra condicién colonial la que nos impidié identificarnos como indios, mestizos, cholos y, ahora, como chichas. Los que han ido a bailar a un “chichédromo” saben de las motivaciones por las que hombres y mujeres cantan, lloran, bailan y beben hasta perder la consciencia 0 hasta gastar el Ultimo centavo que queda en el bolsillo secreto del panta- lon: un amor no correspondido u otro infiel hasta con las sombrasg; una estafa de dinero o el robo de la mercaderia; la traicion del proveedor para favorecer a la competencia; una deuda impagable a prestamistas achorados; la afioranza por la tierra, la melancolia por los padres, la nostalgia por los hermanos pequefios, Ja tristeza por el amor abandonado; la challada de la nueva tienda adquirida; la compra del terreno 142 donde construiran el taller; la esperada Negada de un amigo o familiar a Lima; las ganas de contarle al paisano las peripe- cias de la vida escuchando “misica del recuerdo”; el ingreso del hermano menor a la UNI 0 a San Marcos; la compra del primer carro de segunda mano; la noticia de la muerte de un ser querido; el agénico triunfo de la seleccién peruana de futbol; el desfogue de una semana de trabajo “cama aden- tro”; los diez afios sacrificados sin regresar a la tierra. En fin, cada uno tiene su historia y esa se revela alrededor de un muro de cinco cajas de cervezas heladitas que se destapan con los dientes y se beben del pico de la botella. Hay que ser muy eticoso para exigir vasos.en un chichdédromo. El circulo se cierra entre amigos y hay que defender el espacio de la invasién de otros. Ningtin sujeto chicha que se respete permitira que le falten el respeto a su “jerma” y saltara como una fiera con todo lo que tenga en las manos sobre el delin- cuente disfrazado de sujeto chicha. Es un mito urbano aquello que se cuenta de las famosas fiestas chichas: que siempre terminan en peleas campales, que siempre vuelan por los aires botellas rotas, que la gen- te baila con “chairas” en las manos, que los asistentes ter- minan con la cara cortada, que las mujeres son drogadas y violadas, que todos acaban durmiendo en la calle, que solo se dan en corralones improvisados. Esa descripcion corres- ponde a una vision que estereotipa, deforma y ridiculiza la fiesta chicha. Ademas, no hay un solo tipo de fiestas chicha. Estas se dan de diferentes formas en todos los barrios de todo el Pert y tienen diferentes manifestaciones que van desde un concierto o festival masivo en un parque zonal 143 hasta la celebracién de un cumpleafios en una casa cual- quiera de Pueblo Libre. Finalmente, la fiesta se define por el género musical preponderante en la fiesta. Por lo tanto, existen fiestas chichas clasemedieras, populares, urbanas, turales, privadas o piblicas. La musica chicha se ha ganado los espacios estelares en los medios de comunicacién. Sus manifestaciones primero se difundian en la madrugada, a eso de las cuatro 0 cinco de la mafiana, cuando la gente del pueblo se levanta a traba- jar y la gente pudiente duerme placenteramente. Ahora, en cambio, se difunden todo el dia en la mayoria de las radios de todo el Perit y hasta los sordos la han sentido. La musica chicha disfruta de idolos que tienen mAs fans que los ido- los de la cultura oficial. Hemos llegado al punto en que los programas televisivos mas sintonizados son los que tratan de los iconos de la cultura chicha. Estos programas, masiva- mente vistos, son los que recrean las vidas de Dina Paucar, Chacal6n 0 Augusto Ferrando. Durante muchos afios Al fon- do hay sitio fue la serie televisiva mas vista en todo el Pert. Esto quiere decir que la musica y la estética chicha han sido aprovechadas por los grupos de poder para lucrar en pro- gramas “ecualizados” destinados a sensibilizar a los sectores que no se consideran chichas. Cabe recordar también que las noticias mas impactantes son las que se refieren a las tragedias de los grupos y cantantes chichas como el grupo Néctar y la mufiequita Sally. Nuestros politicos representan bien y mal la cultura chicha. Son chichas Alejandro Toledo, Ollanta Humala o Alberto Fujimori como es chicha un Con- reso que refleja a los electores chichas, 144 Las fiestas chichas no son fendmenos aislados que se dan solo en las ciudades costeras; también se dan en ciudades de la sierra y selva del Pert; tampoco se manifiestan solo en los ambitos urbanos donde se asentaron los migrantes porque los espacios rurales también reciben influencia de los que regresan trayendo nuevos elementos culturales que se inte- gran a lo local. El crecimiento vertiginoso de Chimbote 0 de Lima en la costa tiene su correlato en el crecimiento verti- ginoso de Juliaca o Huancayo en la sierra y el crecimiento rapido de Pucallpa o Tarapoto en la selva. La cultura chicha ha transformado el rostro sociodemografico del Perti y la misica chicha esta imponiendo su ritmo en todos los luga- res del vasto y rico mundo andino. Chicha es el nuevo rostro social y cultural de nuestra nacién en formacién. Esta emergente cultura, cuya manifestacién mas eviden- te es la misica, atraviesa todo el territorio peruano y se ha convertido en un paradigma transnacional con el que se iden- tifica la mayoria de los habitantes de los pueblos originarios. El paradigma chicha permite integrar, dejando de lado rivali- dades afiejas, a costefios con serranos y selvaticos, a nortefios con surefios 0 a argentinos, peruanos, bolivianos, ecuatoria- nos 0 chilenos que comparten los mismos ritmos musicales y los mismos gustos estéticos. Chicha es la cultura popular no oficial de los pueblos andinos. Chicha es la nueva cultura integradora peruana que revela la existencia de un pueblo real que tiene un proyecto democratizador al margen de la oficialidad para subvertir la estructura de un Estado caduco. En la misica chicha, por ejemplo, se mezclan géneros musicales provenientes de diversas tradiciones musicales. 145 Es el resultado de un proceso de maduracién, ya que no podemos sostener que el fendmeno cultural chicha es re- pentino y fugaz. La cultura chicha, en sus formas contem- poraneas de expresién, tiene ya mas de cincuenta afios. En ese sentido, no es lo mismo la improvisacién casual de una manifestacin artistica y la informalidad que resulta del desencanto que madura con el tiempo. Al igual que la chi- cha de jora, la cultura y la musica chichas pasaron por un proceso de maduracién y fermentacién de diversos compo- nentes que se amalgamaron para producir una identidad discursiva y musical nueva. Esta identidad se opone y a la vez integra practicas culturales que identificaban a secto- res sociales no integrados y mas bien escindidos como la salsa del Callao, el vals limeiio, el huaino serrano o el rock cosmopolita. Pero lo chicha también integra imaginarios y produce uno nuevo mas democratico y tolerante. Es cla- ro que la salsa como el vals 0 el huaino o la cumbia son productos en sus origenes heterogéneos que luego fueron homogeneizandose. Por lo tanto, la musica chicha no tiene que ver solo con la llamada misica tropical andina que mixtura géneros previamente mezclados como el huaino, la cumbia colom- biana, el rock, la balada, la salsa, el merengue, el bolero, la huaracha, la musica afroperuana, el rap, la morenada, la saya o el tinkuy cuya evolucién nos remite a los afios setenta donde aparecen Aurora Andina, Manzanita y su Conjunto, Los Diablos Rojos, Los Pakines, Los Destellos, Los Ecos, Los Mirlos 0 Los Ilusionistas; después, en los ochenta, aparecieron: el Cuarteto Continental, Los Shapis, 146 el Grupo Maravilla, Pintura Roja, el Grupo Guinda, Géne- sis, Juaneco y su Combo y Lorenzo Palacios Quispe (Cha- calén y la Nueva Crema); ya en los noventa aparecieron Agua Marina, el Grupo Néctar, el Grupo 5, Armonia 10, los Ronisch, Rossy War, Ada Chura, Euforia, Ruth Karina, Agua Bella, la cumbia sanjuanera con Corazén Serrano y la cumbia altiplanica con una cantidad impresionante de grupos. Ahora es perfectamente posible escuchar rock en quechua con la inclusién de la zampofia y la quena que se fusionan con la guitarra eléctrica y la bateria; es normal es- cuchar un huaino “ecualizado” en ritmo de cumbia mezcla- da con saya musicalizado con piano y violin; es natural que una morenada interpretada por toda una banda de misicos tenga el ritmo de una salsa ahuainada. En todas las ciudades y pueblos del Pert se baila y canta la musica chicha; en Moquegua como en Tumbes, en Lima como en Iquitos, ha pegado este emergente género musical. Chacalén tiene seguidores en Huancayo como en Tacna, en Piura como en Abancay. Los innumerables representantes de todas las vertientes de la musica chicha dan conciertos en todas las regiones del Pert y en muchas del extranjero. En realidad, cada cierto tiempo un grupo musical chicha se pone de moda y ocupa el lugar hegeménico durante un periodo: Grupo 5, Armonia 10, Coraz6n Serrano, Clavito y su Chela fueron fenémenos nacionales que se daban el lujo de regalar sus discos piratas en los locales donde daban sus conciertos. Resulta natural ver a un cantautor argentino como Kevin Johansen injertando y experimentando junto a los peruanos Los Mirlos 0 a la mexicana Natalia Lafourcade 147 cantando “Tt si sabes quererme”. Y es que la mezcla de rit- mos, de melodias, de instrumentos del pasado y del presen- te, de aqui y de alla, del norte y del sur de América es un fenémeno generalizado en estas tierras desde los tiempos del silbido. Si el lector se pregunta por la existencia de un rock chi- cha, sin duda tiene que escuchar a Delirios Kronicos, Los Truchas, Chicha Dust, Los Mojarras, Bareto, La Sarita, Rui- do Negro, la Nueva Invasion. Ademas, no se debe olvidar que el rock es uno de los géneros musicales que alimenta la musica chicha. ;Existen cantautores chichas? Es imprescin- dible escuchar a Daniel F y a No Recomendable (Ciudad de Dios, 1985), un cantautor chicha que permanece al margen. de la industria discografica a pesar de contar con mas de ciento veintiin mil seguidores en todo el Pert y no se sabe cudntos en el extranjero. Este es un cantautor que hace mi- sica chicha con una guitarra y que ha logrado ser mas co- nocido que cualquier otro en todas las provincias y distritos del Pert. Lo curioso es que no canta en fiestas porque sus canciones no son para bailar; canta en cualquier lugar para que escuchen lo que opina de la vida y del pais donde le tocd vivir. Este cantautor es chicha en su look, en su vida, en su pensamiento, en sus sentimientos, desde sus origenes. En su caso fueron el barrio, la gente y la familia los que formaron esta sensibilidad musical chicha. En efecto, No Recomedable es un musico y cantante chicha no solo porque es un informal de la musica, sino también porque a muchos les parece que su musica y sus canciones son huachafas o de mal gusto. El también es 148 “huachafo” cuando tifie su cabello negro de verde, de rojo o de amarillo; cuando se hace tatuar simbolos en su piel triguefia, cuando se viste de un modo propio, cuando canta para desencantar. Lo cierto es que da conciertos en todas las ciudades y pueblos del Pertti sean estas grandes o pe- quefias, altas o bajas, frias o calientes, quechuas, aimaras, amazonicas o mestizas. No tiene problemas para cantar en plazas publicas, en paraderos del tren eléctrico, en pubs de Barranco o en cantinas del centro de las principales ciu- dades. “Soy un musico chicha, asumiendo la definicién de chicha como misica para gente perteneciente al vulgo, a la gente maleada, achorada o popular simplemente. Si, soy chicha. No tengo reparo en aceptar que hago misica para el 85 % de peruanos que la estan pasando mal y, sin embargo, mantienen atin la esperanza de un futuro mejor. Desde ese punto, si me considero un misico chicha. Hago misica chi- cha, pero sobre todo hago canciones que espero sean como la chicha, ya desde el punto de vista de la bebida; es decir, musica que puedas tomar para llenar un poquito el alma, con un lenguaje sencillo y no pomposo, para gente sencilla y no pomposa”. De pronto, se le acercan treinta fans (que antes habian coreado las veinte canciones que tocé con una guitarra ganada en un premio y canté con una voz ajada) para tomarse fotos con él y para que firme los polos que vende al final de sus conciertos. Un mtsico chicha vive bien o mal con lo que hace y de lo que hace. Me dice que su prin- cipal premio es “el aplauso honesto de la gente, todos los tatuajes que se han hecho de No Recomendable o de alguna frase mia, los stickers en los carros 0 mototaxis, la sonrisa 149 de Irma, Brissa-y Milagritos, que mi familia esté orgullosa de mi y que mi madre esté sonriendo por el hijo que pario”. Un cantautor chicha es un ambulante de la misica. No Recomendable vive de la musica a pesar de haber estudiado Historia en la Universidad Nacional Federico Villarreal. Sus canciones corresponden con la microhisto- ria contemporanea. Su agenda esta Ilena hasta fin de afio y tiene que programar las rutas que por aire, tierra, rio 0 lago recorrerd en avidn, autobiis, lancha o peque-peque para llegar alli donde la gente quiere escucharlo, al encuentro de quienes lo recibiran con un pago monetario o simplemente alojamiento, alimentacion y alguna artesania cuyo valor es simbélico. “Toco donde me quieran oir. Gracias a Dios he tenido y tengo a bien tener tocadas hasta fin de aio. La gen- te va a escucharme para botar el estrés de la semana. Toco basicamente donde me Ilamen, es mi trabajo. No me puedo quejar en ese sentido, me va bien”. Tiene amigos en todos lados, come lo que le ofrezcan o haya, puede alojarse en el mejor hotel o en la choza mas humilde, puede beber wiski o cafiazo destilado y puede amar a una gringa 0 a una “chola” que haya gustado de sus canciones y de él. Algo de autobio- grafico tienen sus canciones que, por momentos, son gritos que demandan afecto. Hablamos de sus canciones, de su genealogia mu- sical, de sus fuentes, de los origenes. De las influencias: “Esos tipos locos que he oido de nifio y joven como Silvio Rodriguez, Pablo Milanés, Facundo Cabral, Frank Delgado, Inti-Illimani, Santana, Luis Enrique Ascoy, Daniel F, Rafo Raez, Tofio Jauregui, entre muchos otros. A varios de ellos 150 los conozco en persona y aprendi y aprendo de ellos y tam- bién de los nuevos jovenes que vienen haciendo camino en este manicomio de la musica peruana”. Habla con desfa- chatez, sin tapujos como si no tuviera nada que esconder y, sin embargo, se nota que hay algo que calla porque lo perturba. “Los géneros musicales que fusiono son todos los que Ilegan a mis orejas; pero no es un trabajo netamente preparado, no es que me siente y diga tengo que fusionar esto con lo otro; solo mezclo todo lo que he oido de nifio hasta la actualidad. Puedo hacer una cancién de corte crio- Ilo con toques pop o puedo hacer canciones netamente de punk melddico y al dia siguiente hacer latin o rap 0 lo que me venga en gana. No estoy preocupado por la forma, estoy preocupado porque lo que me salga sea lo mas natural y ho- nesto posible. Tengo un compromiso conmigo mismo frente al publico que me escucha, no solo por la misica, sino por como siento y veo las cosas”. Un seudénimo es la negacién de un nombre, la manifestacién suprema del equivoco de la identidad, el olvido del yo plasmado en un significante que ya no significa nada. El es simplemente la negacion de si mismo, es decir, un sujeto que esta hecho de todos los su- jetos no oficiales, no formales, no respetables, no contables, no considerables, no recomendables. La prohibicién fue el motor de su perseverancia; la im- posibilidad, su reto mayor; la necesidad de romper con la predestinacién, su bandera; el imperativo de hacer lo que le gusta, su ideal; la necesidad de gritar lo que otros callan, su misién: “Me hice cantautor porque nadie queria cantar mis canciones al inicio. Me decian, ya sabes, que estaba loco, 151 que estaba perdiendo el tiempo, que no llegaria a ningin lugar. Asi que no me quedé de otra que cantar mis temas. Tuve que soplarme que todos me dijeran que me rinda. No Jo hice. Que la he pasado mal economicamente hablando, claro que si, hasta hoy a veces, pero nunca la he pasado mal animicamente, siempre me he divertido con lo que hecho y Jo he hecho con mucha pasi6n, con mis ideales bien puestos. Y asi, sigo en mi formato de guitarra y voz, cantando lo mio, mientras Dios me deje”. Los hombres chichas no se rinden ante la adversidad, superan los inconvenientes y transgre- den las prohibiciones. No Recomendable, que recientemente ha perdido a su madre, contimia: “Canto por mi, canto por- que me da la gana, supongo que también canto por todos los que me dijeron que no debia cantar, también canto por la memoria de mi madre que me ensefié a no rendirme. Canto por esos muchachos que se tatuaron No Recomendable en el cuerpo, por los que creen que esto es imposible, por esas personas que se ven reflejadas en mis canciones, por el que esta harto de un sociedad venida a menos, por el que so- porta un trabajo hasta las patas donde gana un sueldo que no alcanza. Le canto a quien quiera.oirme y sumarse a este camino, le canto a mis amigos y enemigos”. Una constante recorre la letra de sus canciones que versan sobre el rencor, la injusticia, el abandono, la soledad, el desamor, el desen- canto, la indolencia y la indiferencia. No Recomendable tiene ocho discos y esta en camino el noveno en el que experimenta con el rap y con algunos sonidos que no lo son y que no sabe exactamente qué son. Me cuenta que tiene tres demos de algunas canciones que 152 no estan en sus discos. Agarra su guitarra y empieza a tocar “Toribio”, una de sus canciones mas celebradas, con cuya le- tra se identifican todos los sujetos que fueron abandonados por su padre y que tuvieron que enfrentarse a una sociedad que los cercaba y trataba como a toros en la plaza de Acho: “Yo naci/ de un padre negro y de una madre clara/ y era muy feliz/ Nunca entendi cémo una mafiana/ mi padre se marchaba para no volver/ Yo era muy chico para entender/ mi madre solo/ lloré por él/ Y evoco esos dias de verano/ mi madre en las praderas juntito al sol/ Y un dia a la mafiana al despertar/ mi madre ya no estaba en su lugar/ Ya no era un chico/ podia entender/ mi madre solo/ se fue con él/ Y en la tarde ellos vinieron con sus cuerdas/ y yo apenas si me defendi/ me pusieron en un circulo de extrafios/ y fue cuando empezaron su festin/ No les fue facil/ me defendi/ con su capote se reian de mi/ y entonces empezaron con sus Ole!!/ y sus banderillas se posaban en mi/ la sangre se me iba con el alma/ y la gente no paraba de aplaudir/ Son algo extrafios/ quiero pensar/ si esto a sus hijos/ también les ha- ran”. Toribio es el simbolo del sujeto chicha que escapa de su destino cruel, que cuestiona la posicién social en la que fue colocado, que critica la vision de aquellos que le han quitado su condicién humana, que se revela frente al discurso insen- sible de las clases dominantes. No Recomendable no tiene que fingir ser chicha. El es chicha de nacimiento, por experiencia vital. “Estoy vincu- lado con la cultura chicha desde que naci en mi barrio de San Juan de Miraflores, con ese alud de mezcla de culturas de todo el pais en el mercado del barrio de mi casa, con mis 153 tios locos hablando de politica, de ir a tomar el bus y pasar por esos barrios lujosos. He vivido siempre creo yo en el ojo de la tormenta de la cultura chicha y me gusta, no lo nie- go. Me gusta mi barrio donde la gente lucha dia a dia para salir adelante. Esa es mi vinculacién, lo llevo en la sangre”. Como si tuviera que hablar con sus canciones, como si la miisica fuera su lengua materna, como si no pudiera de- jar de cantar para expresar su vida, toma nuevamente la guitarra para cantar: “Ya mafiana viene/ no te apures en poner la hoguera/ que no hay fosforo / Cuéntale/ de todos tus fracasos/ de la falta de trabajo/ de la corrupcién/ Dile de la sangre que no calla/ recuérdale la privatizacion/ Pi- dele permiso a la memoria/ para escupirle esta cancién/ Ya mafiana viene/ y en Cantuta lo esperamos/ con los brazos bien cerrados/ para darles su leccién/ y quizas no/ le guste el recibimiento/ pues llévalo a Barrios Altos/ que esta no- che ha cocinado/ Leonor/ (perdona pero nunca olvides)/ Ya mafiana viene/ ya puedes guardar los perros/ que mafiana/ tienen que comer/ Recuérdale. del trafico de armas/ de la venta de Tiwinza/ de su amigo el Doc/ Dile de la sangre que no calla/ recuérdale la re-re-eleccién/ Pidele permiso a Ja memoria/ para escupirle esta cancién/ Ya mafiana viene/ y en Cantuta lo esperamos/ con los brazos bien cerrados/ para sacarle la recon.../ a ese recon.../ No le gusta el reci- bimiento/ pues Ilévalo a Barrios Altos/ que esta noche ha cocinado/ Leonor”. Me habla de la paz, de la memoria, del olvido, del perdén, de la reconciliacién y me dice que en sus canciones estan resumidos los principales acontecimientos de los ultimos cuarenta afios. La mtssica chicha ha cantado 154 la gesta del migrante, el origen y la formacién de la cultura chicha y, desde el punto de vista del sujeto colectivo, las coyunturas politicas y econémicas que forman parte del imaginario popular. 155

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