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noapic de PostGrado N26 - Zoos STE. MOTIVO DEL VIAJE AL INFIERN N ADAN BUENOSAYRES* René Olivares Jara Magister en Literatura, mencién Literatura General El articulo hace un anélisis de Adan Buenosayres, del escritor argenti- no Leopoldo Marechal, utilizando como eje central el motivo del “viaje al Infierno”, como una forma de mostrar a través de él la poética desa- rrollada y expuesta en la obra, en especial, el rol social e individual del arte. I. Motivo del viaje al Infierno Hablar de “motivo” parece tan comin como complicado. Comin por- que se trata de un término de gran uso en el estudio cultural y literario; pero com- plicado, ya que este mismo uso le ha dado una gran variedad de aristas, las que no muchas veces concuerdan. Sin querer decir la ultima palabra en torno a ello, traba- jaré aqui la idea de que el “motivo” sefiala un esquema o estructura en la cual, en cada una de sus actualizaciones, sus unidades menores se encuentran presentes en mayor 0 menor medida, sefialando un circuito que el personaje principal debe cum- plir. En el caso del “viaje al Infierno”, los elementos que encontraremos seran los siguientes: “(...) la muerte de una persona amada, el angustioso vagabundeo, el encuentro con alguien que conoce el camino, la figura del bar- quero, el hombre muerto-viviente-semidivino que revela el secreto, el arbusto magico, el tragico alternarse de las vicisitudes, pero por sobre todo el anhelo apasionado de vencer la muerte y descubrir el secreto de la vida sin limites o el enigma del destino”! * Trabajo presentado al Seminario de Literatura Comparada: “Posibilidades y desafios de una disciplina”, dictado por la profesora Immtrud Kénig, en el 2° semestre 2003. ' Giuseppina Grammatico, hablando sobre los elementos presentes en la epopeya de Gilgamesh y que son posibles de rastrear con leves modificaciones en textos posteriores. En Giuseppina Grammatico, 4 modo de introduccién, prologo a Giuseppina Grammatico et al., El Descenso como itinerario del alma. Santiago de Chile: Centro de Estudios Clasicos Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educacién, 1995, p. 23. 48l-y qd Este motivo esta presente en distintas culturas a lo largo del tiempo, teniendo en ellas, principalmente, funciones mitico-religiosas, asociadas a los ritua- les de fertilidad. Sin embargo, Addn Buenosayres trabaja mas que nada la tradicion literaria en torno a este motivo”, manejando en especial un conjunto de obras com- puesto por la Odisea de Homero, Las Ranas de Arist6fanes, la Eneida de Virgilio y la Divina Comedia de Dante Alighieri. Si leemos Adan Buenosayres teniendo pre- sente el “viaje al Infierno”, no nos sera muy dificil darnos cuenta de las alusiones explicitas y no tanto a esas cuatro obras. Si bien todas ellas utilizan este motivo, lo hacen atendiendo a aspiraciones distintas; por lo tanto, lo interesante sera como Adén Buenosayres las recoge para sus propios propésitos. Ahora bien, no me de- tendré en constatar la relacién particular de cada una de las obras mencionadas con la de Marechal, pero si se constataré la utilizacién de determinadas perspectivas a la luz del “viaje al Infierno” presentes en especial en dos de ellas. Me refiero a Las Ranas y \a Divina Comedia. Quizas lo mas importante que se desprende de la tradicion literaria en torno al motivo es que en el descenso al Infierno, mas que la representacién ritual de la muerte y resurreccién simbélica de la naturaleza, se le dé mayor preponderan- cia a la busqueda de un conocimiento que se encuentra alojado en esta regién. Ira la morada de los muertos estando vivo implica un reto que el sujeto, ya se trate de Odiseo, Eneas, Dante o Addn Buenosayres, debera afrontar si es que quiere acce- der a ese conocimiento para asi poder aprovecharlo en beneficio de su vida y —como se trata generalmente de un recurso de la epopeya— en favor de los demas hombres. Il. Adan Buenosayres Entrar a hablar del viaje al Infierno en Adan Buenosayres significa hablar también de temas intimamente relacionados con él, dada la naturaleza de la narracién, por lo que no se hace una empresa facil. Por ejemplo, es evidente que el motivo tiene relacién directa con el tema de Ja muerte. Sin embargo, éste esta 2 El motivo cultural responde a una cierta cosmogonia y, como tal, circunscribe al relato mitico en la érbita de lo colectivo. De ahi su cardcter oral y anénimo. Sin embargo, las obras literarias utilizan el motivo no con motivaciones religiosas, desplazando con ello la cosmovisién colectiva, sino que responden a una idea particular del autor de ver el mundo. Es decir, Dante podra haber utilizado el motivo del “viaje al infierno” en su Divina Comedia, motivo que se encuentra en la cultura griega; sin embargo, al hacerlo, nos muestra una determinada forma de ver el infierno, pensando en exponer una determinada visién moral de base cristiana, pero que no necesariamente es lo que esté inscrito culturalmente (a la manera de una institucién). O sea, el Infierno de la Divina Comedia es una alegoria en la que Dante expone sus ideas y no necesariamente la idea cristiana clasica del Infierno. 482 conectado a su vez con los dos tipos de movimientos centrales que rigen la forma y el fondo de la narracién: a) Tension entre lo terrenal y lo metafisico; b) Tensién entre la dispersién y la unidad>. Estos dos movimientos configuran los conflictos de Adan Buenosayres con respecto al amor, al arte y sobre cual es su propio desti- no. Volveré sobre esto mas adelante. El viaje al Infierno aparece desarrollado en este texto expresamente en el Libro VII, titulado Viaje a la oscura ciudad de Cacodelphia. Con respecto al resto de la narraci6n, podria llegar a pensarse incluso que se trata de un texto anexo que perfectamente podria ir de manera separada del resto de la obra. Esa es una verdad a medias ~y como se sabe, una verdad a medias no es verdad. Seguin lo dicho por L. M.4 en el Prélogo indispensable, El Cuaderno de Tapas con el Viaje a la oscura ciudad de Cacodelphia (Libros VI y VII, respectivamente) eran textos independientes (al menos en la ficcién narrativa). De acuerdo con esto, seria verdad que el Libro VII de Addn Buenosayres podria ser leido de esa manera. Sin embargo, no es menos cierto que L. M., para hacer inteligible los dos textos de Adan Buenosayres, ha construido un retrato del personaje “en funcién de vida”. De este modo, hay una intima relacién entre los primeros cinco libros y los tiltimos dos, especialmente con el ultimo. Sin querer restarle importancia al Libro VI ~ya veremos como estan las distintas tematicas de este texto en estrecha relacién— no deja de ser Ilamativo que la extension del Vigje a la oscura ciudad de Cacodelphia, sea practicamente la mitad —en realidad un poco menos— de la extensién total de la novela. La misma relaci6n entre estos dos grupos de libros que conforman Addn Buenosayres nos muestra que, pese a que existe uno de ellos en el que se desarrolla in extenso el motivo del viaje al Infierno, éste empieza bastante antes: el viaje que Adan y sus amigos realizan por Saavedra. Precisamente ahi puede apre- ciarse la estrecha concatenacién entre el motivo estudiado y los demds temas 5 Para un trabajo més detallado en torno a estos dos movimientos, vid. Manuel Alcides Jofré, “El motivo del viaje en Addn Buenosayres de Leopoldo Marechal”, en Revista Chilena de Literatura, n° 5-6, Santiago de Chile, 1972. + Este misterioso L.M. que firma el Prdlogo Indispensable podriamos identificarlo 0 no con el mismo Leopoldo Marechal, lo cual no creo que resulte mas o menos provechoso a la hora de analizar la obra. Parte de la critica se ha dedicado a atribuir tal identidad al firmante, lo que me parece a todas luces obvio, pero dudan al ver la incidencia que tiene L.M. en la escena del entierro de Adan Buenosayres, lo que trae como consecuencia querer identificarlo con uno de los personajes de dentro de la narracién. Esto no es mas que un juego del que no se sale mas sabio. Me parece que este no es mas que otro volador de luces del autor para darle de comer a los criticos literarios y que tiene antecedentes bastante antiguos y preclaros en la tradicién, del estilo “estos papeles no los escribi yo, sino que me los encontré”, en donde EI Quijote es un gran ejemplo. 5 Vid. Leopoldo Marechal, Adan Buenosayres. Santiago de Chile: ALLCA XX/ Editorial Universitaria, 1997, pp. 5-6. 483 centrales del texto. En la medida en que nos adentremos en los vericuetos del “viaje al Infierno” de Adan Buenosayres, podremos a su vez iluminar aspectos referentes a los conflictos que nos presenta la novela y la posicién que muchas veces adopta en torno a ellos. Ese serd ahora el desafio. 1. La nave de los locos: preparacién y anticipo Dado que en Addn Buenosayres existe un libro completamente dedi- cado a tratar el viaje al Infierno, se obvia muchas veces la relacidn existente entre éste y un viaje de muy similares caracteristicas (ya que adopta ciertos elementos del motivo), que se gesta en la hacienda de los Amundsen en Saavedra. Se dice expresamente que el viaje a Cacodelphia comienza en donde el otro termina, por lo que es su continuacién. La naturaleza infernal de la aventura de Saavedra queda explicitamente trazada en este pasaje: “(..) Y de pronto Franky se volvié a Del Solar. - ;Qué idea! —exclamé, sefialando a Buenosayres y a Samuel-. Es necesario que los camaradas nos acompafien esta noche. - {De qué se trata? —le pregunté Adan. - jChist! —lo silencié Franky—. Aventura criolli-malevi-funebri- putani-arrabalera, como diria el camarada Schultze. G:..), El corto didlogo que acababan de sostener los lideres criollistas dejé en el aire un retintin de misterio y un aroma de secreta peligrosidad. Desgraciadamente Franky Amundsen insistia. - Sera una noche de todos los diablos —anuncié—. jPor las barbas del Profeta! jNos hundiremos hasta la verija en el criollismo! jPatearemos el fango del arrabal! {Se trata o no de un viaje al infierno? ;Si? Entonces el poeta y el fildsofo deben acompafiarnos © yo no entiendo un miércoles de clasicismo”®. La aventura consiste en ir desde la hacienda de los Amundsen hasta la casa de Juan Robles, que pertenece a esa caterva de personajes admirados por la seccién “criollista” del grupo, y en donde es velado su cuerpo. Con la cita anterior queda explicita, entonces, la intencién de mostrarnos la aventura de estos amigos como un viaje de caracteristicas infernales, que ademas tendra la connotacién de un viaje en barco. Ellos son “tripulantes de una nave”, nave que después sabremos responde al tépico medieval de la “nave de los locos”. Este viaje en la nave no se limitard a la aventura de Saavedra, sino que continuara posteriormente en la glorieta © Ibid., p. 120. El destacado es mio. 484 de Ciro y en el prostibulo. Sin embargo, me centraré solo en este primer momento del viaje. En su ida a la casa de Juan Robles, nuestros héroes deberan sortear varios imprevistos, en los que hay que poner atencién a ciertos detalles. En primer lugar, la aventura se desarrolla de noche, dando la impresién de una oscuridad casi total, si no fuera por las estrellas, que lo asemeja a la oscuridad existente en el mundo subterraneo. La oscuridad es tal, que solo con el encendedor de Tesler es posible alumbrar algo. A esta falta de luz se le suma el hecho de la direccién seguida por el grupo: noroeste. Si prestamos atencién al modo en cémo se aborda el tema de la muerte en Addn Buenosayres, nos daremos cuenta de que hace uso de toda una simbologia arraigada en torno a él. De ahi que la direccion seguida por el grupo no sea casual. El oeste es la region del declinar del sol, de su “muerte”, de ahi que tambien se le llame “occidente” (aunque este término en la actualidad haya perdido las connotaciones que antes tenfa) y ha sido asociado desde tiempos muy remotos con la regién donde habitan los muertos (el oriente por su parte tiene las connota- ciones completamente opuestas, al mismo tiempo que complementarias con el oc- cidente)’, De ahi que no nos extraite que en la primera parte de la novela, Adan, al ver el cortejo fiinebre de un tal R. F. piense lo siguiente: “Hoja seca, hoja de oro. Alquimia de los arboles: crisopeya, el in- cégnito R.F. que se va trotando por la calle Warnes también es una hoja seca. {Hoja de oro? jQuién sabe! Dificil crisopeya la del hom- bre. Las hojas caen de lo alto a lo bajo; los hombres caen al oeste, al menos en Buenos Aires. Por eso R-F. se dirige trotando, trotando hacia el oeste: se pone al oeste, como el sol. ,Anotaré la imagen? No. Es una macana”’, Téngase en cuenta que en este pasaje, ademas de la simbologia del oeste, aparece la imagen de la “hoja de oro”, que no seria sino una alusién a la “rama dorada” virgiliana. La rama dorada no tiene otra funcién que la de facilitar la entrada al otro mundo. En este viaje previo al infierno, no aparecerd, pero si en la escena de la glorieta de Ciro, cuando Adan hable de su poética. Eso lo veremos mas adelante. ” La palabra occidente proviene de occidio, que como sustantivo significa “matanza, carnicerfa, exterminio” y como verbo (occido -cidi -cisum 3) “cortar, desmenuzar // herir / / matar (se occidere, suicidarse) // causar la muerte, la perdicién // importunar”; de ahi su otro significado (occido, -cidi -casum 3) como “caer al suelo // caer, sucumbir, mori // estar perdido // declinar (vita occidens el ocaso de la vida)”. Vid. Diccionario Iustrado Latino-Espaitol. Espafiol-Latino. Barcelona: Publicaciones y Ediciones Spes, S.A., 1960 (S* edicién), p. 336. ® Leopoldo Marechal, op. cit., p. 59. El destacado es mio. 485 Siguiendo con la simbologia del oeste, cuando el grupo hable con el Gliptodonte, el famoso “Espiritu de la Tierra” de Bernini, él les dira el origen del loess pampiano. Lejos de ser el antiguo lecho del mar, como Io sefialara el “sacerdo- te” del Gliptodonte, Bernini, el “Espiritu de la Tierra” habla del origen edlico. Pero ese viento que originé la pampa proviene a su vez del oeste. “. In principium —declaré solemnemente— la pampa era una base cristalina formada por estructuras montafiosas; o mejor dicho, era un relieve periférico de rocas metamérficas y eruptivas; 0 mas cla- ro aun, la pampa era una gran Manura de destruccion™?. Dentro de todas las tematicas que abarca Adan Buenosayres, la pre- gunta por la identidad nacional —sobre todo en el ambito de su representacién artis- tica— es una de las mas recurrentes. No es otro el conflicto entre los “criollistas” como Del Solar, Luis Pereda y Franky Amundsen con otros mas escépticos como Tesler. Esta discusién continuard con la aparicién de Juan Sin Ropa, y la relacién entre las fuerzas del mal y la modernidad («Progreso” ese el nombre que uso cuando viajo de incégnito»'®). Es por eso que al primer grupo no le cae bien que se use la palabra “destruccién” en la conformacién de su suelo patrio. De las conno- taciones que se derivan de este hecho, podemos inferir la intima relaci6n entre la muerte y la conformacién del pueblo argentino. La destruccion de las rocas pro- ducto del viento del oeste genera el suelo patrio. Aqui hallaran la muerte los indios, primitivos pobladores de Argentina y posteriormente el gaucho. Este destino es tan intimo a la conformacién de Argentina que al surgir el tema de los indios, Schultze reprocha a Bernini su sentimentalismo hacia ellos: “. Un sentimental —corrigié Schultze-. Si conociese algo de historia o de metahistoria, no lamentaria ese choque violento de dos razas, una sin destino ya, la otra con misién. Ge) - El mundo se renueva por la lanza de Marte —anunci6-. Es la lanza que destruye para reconstruir”!!, Cabe sefialar que dentro de los elementos constitutivos del motivo, el Gliptodonte estaria ejerciendo aqui la funcién de ese “hombre muerto-viviente- semidivino”, ya que él sefiala los secretos que se ocultan en esta regién infernal. Ademis de estos indicios del tema de la muerte, relacionados con el motivo del “viaje al Infierno”, encontramos otros elementos mucho mas cercanos. ° Ibid., p. 149. En este caso, el destacado no es mio, y redunda en poner el acento en las connotaciones que se derivan de este hecho. 10 Ibid., p. 157. 1 Ibid., p. 153 486 En algtin momento se escucha el ladrido insistente de un perro en medio de la oscuridad y a Samuel Tesler le parece que “(...) con todo, y a manera de anticipo, advirtié que no le asombraria si aquel perro que ladraba en la noche fuera el mismo Cancerbero, guardian de las puertas infernales”!?. A este animal distintivo del Ha- des griego y habitante de ese infierno arquetipico instituido por la tradicién, se le une la visién de la laguna, que est4 aqui transformada en una zanja. El cardcter pantanoso de ambas y la dificultad para poder cruzarla las hermana. Téngase pre- sente lo que dice Tesler, comparando la zanja con los rios infernales: “~ En estos lugares —dijo al fin Samuel Tesler con voz reconcentrada— evocan la ribera maldita: un rio negro como el asfalto; la muerte del espiritu, eterna ya sobre las aguas; el silencio del espiritu, sin la esperanza del Verbo; y sombras mudas agolpandose, como noso- tros ahora, en la orilla fatal”. Pese a que esta comparacién nos deja esperando que en cualquier momento se aparezca el barquero, esto no ocurre. Sin embrago, si esta presente la idea de un puente que una “las dos margenes del abismo”. Es decir, que el tablon que ellos utilizan para cruzar la zanja puede estar funcionando como Caronte en la imagen clasica del Infierno. Surge ademas un elemento que no se encuentra constituyendo parte del motivo del viaje al infierno, pero que esta presente en uno de estos descensos. Me refiero a los sapos-cisnes, que reemplazan a las ranas-cisnes de Las ranas de Aristofanes. La referencia es tan explicita que hasta su croar es el mismo que el de la obra del autor griego. Es Adan quien hace la alusi6n y recita parte del coro!, Alli los sapos se quejan de cémo la gente los utilizan para ciertos conjuros de origen popular: “|Brekekekex, coax, coax! jPaciencia, verdosos hermanos del agua! Nos utilizan las brujas, nos manean con el pelo maldito de las em- brujadas, nos hunden en el corazén agujas, clavos y espinas. Nos llevan en rebafio a sus terribles salamancas, nos dan como pastores a chiquilines muertos sin bautismo. Y con todo, el sapo es la criatu- ra mas inocente de la tierra. Hermanos, jojo a los folkloristas! Es gente hirsuta y de piojos llevar”. De estas y otras cosas se quejan los “sapos-cisnes”. Ellos sufren las creencias populares, de ahi su queja a los “folkloristas”. Supongo que su aparicién ” Ibid., p. 140. 3 Ibid. p. 163. 14 Vid., pp. 160-2. Aunque los sapos ya se anticipan en la p. 136. Ibid. p. 161. 487 en rituales magicos de este tipo, se debe a la creencia que vincula a los sapos con fuerzas oscuras (de ahi su cercania a esas aguas “infernales”). La utilizacién de sapos en conjuros lo veremos directamente hacia el final de la escena donde se vela a Juan Robles: “[Adan Buenosayres] Giré sobre sus talones, y abotonandose atin, empezo a desandar su camino. Estaba ya junto a la higuera, cuando su atencién fue atraida por alguna cosa informe que pendia de un hilo atado a una rama. La palpé con recelo, y sintié en su mano una latente y fria viscosidad. - Sapos vivos —murmuré al reconocer la naturaleza del objeto. :Bru- jeria? Y record6 tres sapos idénticos, pendientes de aquel sauce familiar, en Maipt: tres sapos que oscilaron tres dias y tres noches al soplo del viento, mientras una mujer de veinte afios agonizaba en el jardin, con una novela de amor entre sus dedos amarillos”'®, Ahora bien, la relacién entre Las ranas y Addn Buenosayres no se limita a este intertexto. Veremos mas adelante cémo esta filiacién es aun mas pro- funda. Este viaje infernal de la nave de los locos se extiende hasta la vista de un linyera que en medio de la oscuridad y muy cerca de un ombt se encuentra frente a una fogata cocinando algo y rodeado de perros. Después de las apariciones de un Gliptodonte que representaba el “Espiritu de la tierra” y de Juan Sin Ropa que terminé siendo una de las formas que adoptaba el demonio Antrax, no es de extra- far que nadie objetara, en un principio, la idea de Schultze de que ese /invera era en realidad un mago auténtico. Toda la fabulacién de Schultze se vio desmoronada por las palabras del /inyera y de su reaccién, que pronto puso a todos con los pies en polvorosa. Si bien el viaje del grupo continéa hasta la casa de Juan Robles, que podriamos considerar el centro de ese infierno, y de ahi hasta la glorieta de Ciro, es importante esta escena porque marca el lugar en que se iniciara la aventura de Adan y Schultze hacia la “oscura ciudad de Cacodelphia™. Como vemos, este viaje lleno de apariciones y “macanerias” de bo- rrachos en medio del arrabal, parece un relato casi episédico, de entretencidn. Sin embargo, este viaje al Infierno ha puesto en discusién, a medida que progresa, fundamentalmente la pregunta por la identidad nacional y el rol que el arte juega en ello. Tesler critica a los criollistas porque alaban a un ser que no existié en la reali- dad: “;jPeste de literatura! —refunfufio Samuel—. Se ha inventado una fabula increible alrededor de un pobre mestizo. El gaucho de la leyenda no existié jamas”. 16 Ibid., p. 201. 488 Y ademas Schultze agrega lo siguiente: “. Admiro la existencia del gaucho ~declaré—. Pero si fue como lo describe la poesia, si fue rebelde a todo sistema de orden, sin prin- cipios jerarquicos, matén y vagabundo, me parece bien que haya desaparecido” "7. Esta critica se reiterara, pero transformada, en Cacodelphia. Como vemos, el rol del arte se posiciona como un tema que se enlaza a los demas, como sucede con el problema de la identidad. Pero ademas, cumplira un rol fundamental a la hora de trascender la existencia fisica, que es lo que hace Adan con la Solveig terrestre. A través del arte, en su Cuaderno de Tapas Azules, Adan aspira a trascen- der la Solveig terrestre para alcanzar un ente perfecto, la Solveig celeste. La con- cepcién poética de Adan y su relacién con el amor la veremos mas adelante. Todos estos elementos, el rol del arte, la pregunta por la identidad nacional, el sentido del vagar y de la muerte, etc., estén siendo anticipados por este viaje preparativo. Sera en el viaje “real” al Infierno de Cacodelphia en donde se dé un sentido valérico mucho mas claro con respecto a ellos. 2. La oscura ciudad de Cacodelphia He establecido ciertas obras como hipotextos que comparten con Adan Buenosayres algunos elementos del motivo del “viaje al Infierno: Hay aqui un vaga- bundeo, pero de orden moral; quien conoce el camino y le develard los secretos de estas regiones a Adan es el mismo Schultze; habra un barquero, pero de clase muy distinta a Caronte, pues sera un gallego vestido con un mono azul; y el arbusto magico sera el ombi, por el cual entran a Cacodelphia. Como se ve, los elementos estan, pero un poco transformados. Lo mismo ocurre con la adopcién de los hipotextos. De cada uno de ellos se nutre el viaje infernal de Adan Buenosayres. Pero no de la igual manera. Sin embargo, los que nos interesaran seran principal- mente dos: Las Ranas y la Divina Comedia. 2.1. Sentido alegérico El disefio de Cacodelphia esta evidentemente basado en la Divina Co- media. Aunque con ciertos cambios. En la obra de Dante encontrabamos una es- tructura de embudo, dividida en nueve circulos concéntricos (ademas de una espe- cie de ante-infierno), por los que se podia descender de un circulo a otro. Aqui "Ibid. p. 155. 489 encontraremos una estructura similar. Se mantiene la especie de vestibulo o ante- infierno (Suburbio de los Irresponsables) y los nueve circulos, aunque mas que un embudo, estemos ahora ante una espiral concéntrica. Del mismo modo, cada uno de los circulos o “cacobarrios” aumenta en gravedad a medida que se desciende por la espiral y cada uno alberga y castiga un “pecado” en particular, el cual también esta basado en la divisién de los “pecados capitales”. Si reparamos un poco mas en la estructura de los dos infiernos, el dantesco y el schultziano, veremos que pese a conservar las ideas generales, hay cambios que no son menores. Como dice Schultze a una de sus creaciones: “Vea seftor —le dijo tartamudeando-, si utilicé un esquema de otro, jy nada mas que un esquema!, lo he revestido en cambio de una carnadura bastante original”!*. El orden de los pecados, y con ello la gravedad que se la atribuye a cada uno de ellos, es distinto. Del mismo modo, las diferentes formas en que se manifiestan los peca- dos son distintas. Todo parece ir mds o menos similar hasta el cuarto circulo; y si para Dante el peor pecado era la traicion, en la Cacodelphia schultziana la soberbia dard paso a la “Gran Hoya”, de la que hablaré después. Por otro lado, esta adopcién del esquemadantesco va unida a una parodizacién de la fuente. Para partir, los habitantes de Cacodelphia no estén muer- tos, requisito absoluto para una regién de ultratumba. Si a esto le unimos el hecho de que los circulos son barrios, veremos que lo que se intenta aqui es retratar a una ciudad: la Buenos Aires real. Vemos entonces que la ciudad de Cacodelphia es pues un reflejo deformado de su fuente. La parodizacién lleva que incluso los castigos a los malhechores caigan muchas veces en lo ridiculo. Ademis de lo “chistoso” que resulta la alegoria schultziana, ella esta Ilena de marcas textuales que ponen en evidencia lo ficticio de su construccién. Hay una autoconciencia de la narracin. El viaje a Cacodelphia se plantea a si mis- mo expresamente como un viaje al Infierno y la utilizacién alegérica esta llena de marcas textuales que ponen a la propia narracién en cuestionamiento. Se dejan, por decirlo asi, las marcas de la confeccin. No solo en lo que respecta a las referen- cias explicitas que en no pocas ocasiones se hace al modelo, como cuando Franky Amundsen les grita a Adan y Schultze “jUn Dante de cartén y un Virgilio de opere- ta!”!, sino también cuando el propio Adan critica la forma en que esta hecha Cacodelphia: lo tipico de los relieves alegoricos en la puerta del dragon; la distribu- cidn de los cacobarrios, siguiendo el disefio tipico de los pecados capitales; y, por sobre todo, la desobediencia de los propios habitantes de Cacodelphia a su creador Schultze, lo que muchas veces le trae problemas (ya sea porque no lo reconocen o porque, precisamente por ello, lo quieren golpear). Estas puestas en abismo presen- tes en la narracién sefialan una ficcionalidad asumida, pero también los sustentos '8 Tbid., p. 409. '9 Tbid., p. 484. 490 reales desde donde se basa la ficcién, buscando con ello arraigarla en la ciudad real, Buenos Aires, para hacer una critica a la vida en ella. Si se ha cambiado el orden de los vicios dentro del edificio infernal schultziano con respecto a su fuente dantesca al mismo tiempo que se parodia a €sta, es porque lo que hace Marechal en su novela es hacer una transposicién, entendiéndola como un tipo de hipertexto en el cual el hipotexto ha sufrido un cambio de los valores que sustentaba. Dante en el Infierno de su Divina Comedia denuncia la clase de pecados que tienen relacion con las conductas que son consi- deradas faltas en relacion con la sociedad en la que vive. Marechal, por su parte, utiliza la estructura, pero la reacomoda en funcién de los vicios de su propia época. La transposicién que se opera a partir de la parodia actualiza el procedimiento de denuncia de los vicios sociales. Esto nos pone en la perspectiva de la funcionalidad de la alegoria infernal. 2.2. Las dos dimensiones del viaje al Infierno El motivo del viaje al Infierno despliega una vision escatologica que puede tomar diferentes ribetes, dependiendo de las funciones que cumplan dentro del texto. Sobre todo en Dante, el Infierno adquiere ademas una caracteristica especialmente moral y que se une a la doble dimensién que tradicionalmente cumple el descenso al Averno dentro de la epopeya. Esto es lo que rescata Marechal y lo aplica a su manera. Sabemos, por la imposibilidad de que fuese de otro modo, que el viaje relatado por Dante es en realidad una alegoria de la salvacién humana (entre otras cosas, ya que no nos es dable separar tajantemente en Dante lo religioso de la cosa publica). Los lugares y hombres que “ve” son simbolos de valores Ppositivos y negativos con respecto a la sociedad que le toca vivir. A diferencia de otras epope- yas, Dante hace su viaje absolutamente solo desde el principio (descontando a sus guias). La mayor parte de los héroes anteriores habian ido solos al inframundo, como Eneas, pero este viaje solitario es solo parte del periplo colectivo en el que esta sumido con su gente. Pero Dante no es un ser extraordinario —aunque si un gran poeta—, sino que un pecador como cualquier otro hombre. De ahi que su viaje, pese a su soledad, tenga las dos dimensiones que todos los demas viajes infernales inscritos en la tradicién épica poseen. Por un lado, el viaje al Infierno posee una dimensi6n individual: es un camino de purificacién espiritual del héroe. Ahi se pre- para moralmente para poder progresar en su destino. Se desciende para ascender. Por otro lado, existe una dimensién social que esta inserta fuertemente en la colec- tividad de su tiempo. En esta otra dimensién, la alegoria hecha con el viaje al Infier- no muestra los vicios de la sociedad, religiosos y sociales, en el caso de Dante. En este doble movimiento de criticar y mostrar la puerta de la salvacién, el héroe se Prepara para alcanzar la gloria, y en su salvacién puede salvar a su pueblo. Por ejemplo, gracias al conocimiento obtenido en su viaje al Infierno, Odiseo no solo sabe qué tiene que hacer para llegar a su hogar y con ello salvarse, sino que al llegar a Itaca es capaz de salvar también a su pueblo de vivir oprimido bajo el dominio de 491 uno de esos pretendientes abusivos; Eneas, a su vez, conoce el destino de su es- fuerzo, ve a los grandes hombres que forjaran Roma, por lo que su empresa es la empresa de su pueblo. Del mismo modo, la vuelta a la vida de Esquilo en Las Ranas significaria también la salvacién de Atenas. Ahora bien, en Adan Buenosayres se dan también estas dos dimensiones, revestidas con las particulares ropas que he- mos visto hasta ahora. La dimension social del viaje al Infierno sigue la linea de la represen- tacién de los vicios que aquejan a la sociedad. Critica actualizada como vimos, gracias a la parodizacién de la que es objeto el modelo dantesco del Infierno. Aqui el arte juega un rol fundamental. En la transposicion hecha del Infierno dantesco, la Cacodelphia schultziana no tiene como centro de la estructura y, por lo mismo, mayor pecador a Dite, sino al “Paleogogo”, dentro de la “Gran Hoya”. Notese ademas que Schultze se hace llamar el “Neogogo” y a los violentos del arte se les Ilama “Pseudogogos”. 2A qué viene esta denominacién? Para la Atenas clasica el poeta tragico tenia suma importancia dentro de la polis, ya que era un verdadero “demagogo”, un guia del pueblo, que mostraba los caminos por los que se debia seguir. Era el transmisor de los valores rescatables y un enjuiciador de los negativos. Recordemos que en Las Ranas de Arist6fanes, la razon por la cual Dionisio baja al Hades no es otra que traer nuevamente al mundo de los vivos al mejor poeta tragico. Si elige a Esquilo, es porque éste representa una serie de valores que dentro del pensamiento de Aristéfanes son los valores necesarios para la vida publica de la polis. Del mismo modo, Marechal trabaja esta idea en su obra. El trata de rescatar la dimension moral del arte, bajo una escala valérica que se desprende de su concepcién metafisica y poética. El artista sera un guia (“gogo”), pero no todos los artistas califican para el cargo. Hay toda una serie de valores que quedan descartados y que son juzgados en el séptimo cacobarrio entre cuyos pecadores se encuentran los violentos del arte. Ahi se san- cionan las falsas mitologias como el neocriollismo, que no muestran la realidad, que era la misma acusacién que Tesler habia hecho mucho antes. Otras formas de distorsién de la realidad en el arte son también las divagaciones teolégicas, al igual que los amores falsos, entre otras cosas que también son sancionadas (como los que profanan el arte “con el ocioso juego de las formas”). Todos ellos son Pseudogogos, guias falsos que engafian a su auditorio, pues no les muestra la verdad, no lo lleva a ningiin lado. Caso aparte es el del Paleogogo. Ser horripilante, segtin la descripcion —aunque un poco ridicula— de Adan en el final del libro, que resume ademas el summum de los vicios denunciados en la novela. No se dan otras sefias que esas, pero podemos reconstruir su accion mediante su ausencia. Si se le pone al final de la espiral, es porque en él se sustentan todos los demas vicios. Los valores que él encarna han Ilevado a la sociedad a la degeneracién que se denuncia en los distintos cacobarrios. Su accién ha sido perjudicial. La unica salida seria un artista que encarnara esos nuevos valores y que debiese asumir la guia moral de su sociedad. Schultze se ve a si mismo como ese “Neogogo”. Podria parecernos un tanto ridi cula tal pretension, dada la particular forma en que éste hace uso de sus facultades 492 de castigo. Sin embargo, pese a la parodia, los valores propuestos siguen ahi, en espera de que alguien se haga cargo de ellos y sefiale a través del arte, la ruta a seguir”? La dimensi6n individual del viaje al infierno esta dada también por la purificaci6n espiritual. Esto queda claro desde la conversacién que Adan y Schultze tienen al comienzo del Libro VII: “En el supuesto caso de que las dos ciudades mitolégicas existieran —bromeaba yo-, y admitiendo que nos dé la loca por seguir el rastro de Ulises, Eneas, Alighieri y otros turistas infernales, qué mérito hay en nosotros que nos haga dignos de semejante aventura? - Yo tengo el de mi ciencia y usted el de su penitencia me respon- did Schultze con mucha gravedad”?!, ¢Cual es la penitencia de la que habla Schultze? Para responder hay que tener en cuenta lo siguiente: la purificacién tiene que ver con un ascenso “me- tafisico” que en el texto se da fundamentalmente en dos campos: el amor y el arte. Ya hablé antes de las dos tensiones que se daban en la narracién. El mundo repre- sentado en Adan Buenosayres sigue la linea filos6fica clasica de la separacion entre materia y espiritu, cuerpo y alma, etc., en donde el segundo elemento de la diada es el deseable. El valor del sujeto esta dado por el desarrollo de su capacidad espiritual, mientras que el apego al cuerpo, a la materia, es una falta que lleva al hombre a la perdicion, pues eso es lo inauténtico. Es perderse en lo que no es. Sabemos que Adan esta enamorado de Solveig. Sin embargo, él no ha sido capaz de sobrellevar su amor en los términos deseables en relacién con el ascenso espiritual. El se ha enamorado de una Venus terrestre; sin embargo, de quien se debe enamorar es de la Venus celeste, un amor que lo conduzca a la unidad y no a la dispersion. Ademas, su amada no le corresponde absolutamente en nada. ?° La importancia del arte puede verse ademés si nos fijamos en la posicién que ocupan los violentos del arte dentro de la escala de valores. Mas arriba que cualquiera de las formas de lujuria, gula, avaricia, pereza o envidia. Estan en el séptimo cacobarrio; veremos que este niimero simboliza el orden completo, el periodo 0 ciclo, simbolizados en la sumatoria del 3 (nimero de la sintesis espiritual) y el 4 (de los cuatro elementos, por lo tanto, de la tierra). Son siete, ademas, las direcciones del espacio (seis existentes mas el centro). El siete es ademas la gama esencial de los sonidos, de los colores y de las esferas planetarias. Siete es el ntimero de planetas (los conocidos al momento de decantar este simbolismo) y de deidades, de los pecados capitales y de sus oponentes. Ademas, el siete simboliza la cruz tridimensional y el dolor, ambos en directa relacién con la tematica que busca la unién trascendente. Vid., Juan Eduardo Cirlot, Diccionario de simbolos. Barcelona: Labor, 1985. De todo esto podemos sacar en cuenta lo capital de la ira dentro de los vicios de la sociedad, y del arte dentro de mantencién de este orden. No se olvide que el viaje a Cacodelphia ocurre precisamente en el Libro VII. 2! Leopoldo Marechal, op. cit., p. 343. 493 Solveig no sabe que él se encuentra enamorado de ella y mas encima prefiere a Lucio Negri por razones sumamente sensuales. Le agrada como éste se pone ner- vioso cuando la mira y cosas asi. Esto, a los ojos de la ideologia expuesta en el libro, es un amor terrestre, por lo tanto, inferior al que esta aspirando Adan en Solveig. Para saber cémo se puede solucionar esto es necesario entender la poética expuesta por Adan, que es en definitiva la poética desarrollada por el texto. Cuando la nave de los locos arriba a la glorieta de Ciro, el grupo se divide en dos, segin quieran escuchar a los musicos y payadores del local, 0 escu- char la exposicion de Adan respecto al arte. No deja de llamar la atencién —y asi lo hace notar Manuel Alcides Jofré— que mientras expone su teoria, Adan esta bebien- do vino, lo que tendria directa relacion con la posesién baquica; y yo me permito agregar que Adan, al hacer su exposicién, sostiene en su mano una rama de un sauce cuyas ramas, momentos antes eran comparadas con “ramas de oro”. Esto da la sensacién de que el origen de las reflexiones es trascendente, insuflado por fuer- zas que traspasan lo fisico y que tienen relacion con la muerte. ,De qué manera? Hay en Addn Buenosayres una lucha por la unidad. Salir de ella es caer hacia la multiplicidad y tal caida se entiende en un sentido moral de pérdida. De ahi que la muerte sea vista como un retorno a la unidad??. Del mismo modo, la creacién poética tiene una intima relaci6n con la caida en la multiplicidad y con la dialéctica inspiracién-expiraci6n. La poética planteada por Adan en la glorieta de Ciro ve al acto poético como una doble caida que nos saca de la unidad. “La primera caida (...) es la asuncién de una forma poética””>. Es cuando de la unidad y de todas las posibilida- des que se tiene de concretarla en una forma, se escoge una de ellas, dejando a las demas anuladas. “La segunda caida se dara cuando esa forma poética se encarne en una materia poética, la del idioma”. Pese a que el arte es una caida de la unidad deseada, es a través del arte que podemos trascender la materia hacia el espiritu, purificando la realidad de su materialidad, pretendiendo ese absoluto, estando cons- cientes de nuestra finitud. Es por medio del arte que Adan podria convertir a la Solveig terrestre en esa Solveig celeste, basada en la anterior, pero que en nada se parecen, puesto que serian borradas las imperfecciones de la materia; que en defi- nitiva es lo que sucede con la Beatriz de Dante y es lo que intenta hacer Adan en su Cuaderno de Tapas Azules. De hecho podemos ver en ese cuaderno un suefio en el cual se le conmina a deshacerse de esa mujer terrestre. Su negativa o duda a hacer- lo le trae la dispersién que en definitiva lo conmina a redimir su falta en el viaje a Cacodelphia. 2 EI suefio guarda una relacién similar. Véase el inicio de Addn Buenosayres. Ahi, Adan lucha por mantenerse en esa unidad, pero la multiplicidad lo reclama. 23 Manuel Alcides Jofré, op. cit., p. 83. 24 Ibid., pp. 83-4. 494 Ademés, este movimiento de caida, y que también tiene su represen- tacién en un movimiento horizontal de centro-margen”, hace que el errar de Adan y su falta, sean fundamentalmente el no ver la unidad y vivir en la dispersién. Como dice Jofré, en Addn Buenosayres “toda salida del centro comporta aqui, esencial- mente, un signo negativo”*. Pudiendo salvar su espiritu a través del arte ~y la intencidn de descender a Cacodelphia no es sino esa— se da aqui una intima conjun- cién entre arte y vida, conjuncién que esta prefigurada desde el inicio de la novela. Recuérdese la levedad del cuerpo de Adan Buenosayres, que era tanta que “nos parecia llevar en su interior, no la vencida carne de un hombre muerto, sino la materia sutil de un poema concluido”?”. La intencion de redimir la falta queda clara cuando nos damos cuenta de que en Cacodelphia existen varios personajes “espejo” que ademas de mostrar el vicio social, son reflejos directos de la errancia (y el error) por el que andaba Adan. Un ejemplo de ello es cuando pasan por el Quinto Cacobarrio, el de la pereza, y Adan se encuentra con algunos conocidos en el sector de los potenciales. Sus propios proyectos lo acusaban de no Ilevarlos a la practica. La imaginaci6n sin concrecién pierde todo valor, ya que se convierte en una pérdida de tiempo, en una dispersion innecesaria. Otro encuentro de este tipo se da en el Séptimo Cacobarrio, en el sector de los violentos del arte, cuando los versos de Addn son duramente criticados por los propios pecadores, los Pseudogogos y por la misma “Antimusa”, situaci6n en la que, de verdad, los versos esgrimidos son apenas defendibles, tanto asi que debe huir. Debemos entender entonces el descenso de Adan a Cacodelphia como una prueba. Esa oscura ciudad es para Adan una forma de expiacion de su falta. Con Manuel Alcides Jofré coincidimos en la naturaleza de ésta, pero no en el desti- no seguido por Adan. Para Jofré, éste debe descender a Cacodelphia debido a su incapacidad para abandonar a la Solveig terrestre, por lo que permanecera en ese terreno infernal. O sea, que mas que expiar su falta, viene a cumplir una condena. Sin embargo, como hemos visto, Adan tiene un verdadero afan de union metafisi- ca. El quiere llegar a la Solveig celeste y prueba de ello es su Cuaderno de Tapas Azules que alcanza a trazar un esbozo de sujeto angélico, pero que atin se ve conta- minado por las vicisitudes de Adan con la Solveig terrestre, sobre todo en lo refe- rente a su decepcién, que marca el inicio a su vez de la iluminacién en torno a su equivocacion de planos. Por lo tanto, la conciencia de este conflicto es la Ilave a su solucién. Recordemos ademas que el problema amoroso es solo una arista de la dispersion espiritual de todo tipo que tiene Adan. Hay una batalla entre angeles y demonios que se pelean su alma. Pero al final de la batalla solo se sabe que uno de los bandos ha bajado sus “armas”, por lo que no alcanzamos a saber si han sido los 25 Ibid., pp. 88-91 % Ibid., p. 89. 27 Leopoldo Marechal, op. cit., p. 5. 495 portadores de espadas o de lanzas quienes se han quedado con el valorado botin. Pero la posibilidad de la redencién me hace inclinar por una victoria angélica, ya que hay un reconocimiento de la falta y una posible expiaci6n. Ademias, sabemos que Adan muere en octubre de ese afio, unos cuantos meses después de su viaje. Y la muerte, como dije antes, tiene directa relacién con la unidad ansiada. Por otro lado, la forma de su muerte es bastante singular. No sabemos cémo muere, pero su cuerpo revela la union final entre arte y vida. Re- cuérdese: “no la vencida carne de un hombre muerto, sino la materia sutil de un poema concluido”. Con esto se nos esta indicando que Adan Buenosayres hacia el final de sus dias pudo alcanzar esa unidad trascendente, por lo que su redencién se habria completado, dejando de paso a Cacodelphia como un lugar de expiacién y no de castigo. No seria otro el sentido de este viaje. Bibliografia I. FUENTES PRIMARIAS MarecuaL, Leopopo, Addn Buenosayres. Santiago de Chile: ALLCA XX / Editorial Universitaria, 1997. TI. SECUNDARIAS ALIGHIERI, DANTE, Divina Comedia. Volimenes I y II. Madrid: Club Internacional del Libro, 1997. ArisTOFANES, Obras Completas. Buenos Aires: Editorial El Ateneo S.A., 1958 (Ter- cera edicién). Homero, Odisea. Madrid: Editorial Gredos S.A., 2000. PuBLio VirGILIO Maron, La Eneida. Buenos Aires: Espasa-Calpe Argentina, S.A., 1964 (Quinta edicién). TI. Critica 1. Libros. Frazer, James Georae, La rama dorada. México D.F.: Fondo de Cultura Econé- mica, 1974 (Quinta reimpresion). Grammarico, Giuseppina et al., El Descenso como itinerario del alma. Santiago de Chile: Centro de Estudios Clasicos, Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educacién, 1995. Guturiz, W. K. C., Orfeo y la religion griega. Estudio sobre el movimiento 6rfico. Buenos Aires: Editorial Universitaria de Buenos Aires, 1970. Vianova, ANGEL, Motivo clasico y novela latinoamericana. Mérida (Venezuela): Ediciones Solar, 1993. 496 2. Articulos Jorré, MANuEL Atcibes, “El motivo del viaje en Addn Buenosayres de Leopoldo Marechal”, en Revista Chilena de Literatura, n° 5-6, Santiago de Chile, 1972, pp. 73-110. IV. Otros Ciror, JUAN Epuarno, Diccionario de simbolos. Barcelona: Labor, 1985. , Diccionario Ilustrado Latino-Espafiol. Espafiol-Latino. Barcelo- na: Publicaciones y Ediciones Spes, S.A., 1960 (5* edicion). 497

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