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FACULTAD DE DERECHO

Carrera de Derecho

DEMANDA DE IMPUGNACIÓN DE ACUERDO SOCIETARIO

EXPEDIENTE N° 00213 – 2014 – 0 – 0412 – JM -CI -02

Trabajo de Suficiencia Profesional para optar el Título Profesional de Abogado

ANDREA CAROLINA PEREA SEMINARIO

(0000-0003-0646-8360)

LIMA – PERÚ

2021

1
Índice
PRESENTACIÓN ……………………………………………………………..…… 4
I. CAPÍTULO I ……..……………………………………………………….…….. 5
SÍNTESIS DEL PROCESO …………………….………..………………….….…. 5
1.1. Principales piezas procesales y de la forma como se ha llevado
el proceso …………………………………………………………….……... 5
1.1.1. Demanda ……………………………………………………………….……. 5
1.1.2. Inadmisibilidad de la Demanda ……………..…………….….……....……... 6
1.1.3. Auto admisorio de la Demanda .…….………………..……………….….…. 6
1.1.4. Contestación de la Demanda ………………………….…………...……..…. 6
1.1.5. Medios probatorios extemporáneos presentados por
la parte Demandante .…………………………………………………….… 8
1.1.6. Saneamiento Procesal ……………………..…………….…………….......... 8
1.1.7. Sentencia de Primera Instancia ……….....….….…………………….....….. 9
1.1.8. Recurso de Apelación contra la Sentencia de Primera Instancia por
parte de la Demandante ……………………………..…………….…..…..… 9
1.1.9. Sentencia de Segunda Instancia (Sentencia de Vista) ……………..…..….…10
1.1.10. Nueva Sentencia en Segunda Instancia
(Reemplaza a la Sentencia de Primera Instancia) ………..……….……….. 10
1.1.11. Recurso de Apelación contra la Nueva Sentencia expedida en
Segunda Instancia ………………………………….………………….…… 11
1.1.12. Sentencia de Vista en Segunda Instancia ……………...………........……… 12
1.1.13. Recurso de Casación …………………………...……………….…...……... 12
1.1.14. Casación ……………………..……………………..……………....………. 13
1.2. Opinión critica de las piezas más relevantes del proceso ……….………..... 13
1.2.1. Demanda ………..…………………………………...….………....……..… 13
1.2.2. Contestación de la Demanda …………………………....………..….….….. 15
1.2.3. Sentencia de Primera Instancia……….…………...……………....…….….. 16
1.2.4. Nueva Sentencia de Segunda Instancia ………………………..…..………. 18

2
1.2.5. Casación …………………….……………….………….…..….……........ 18
II. CAPÍTULO II …………………………….………………..….…….....…….. 19
MARCO TEÓRICO ………………………..….……………………...…….……. 19
2.1. Antecedentes legislativos ………………….…...……….………......….…... 19
2.2. Análisis doctrinario de figuras jurídicas presentes en el expediente
y afines nacionales y/o extranjero ……………….……………...…....….… 21
III. CAPÍTULO III ……...……………...……………...……………...……….…. 34
Análisis jurisprudencial ……………………………….………….………….….….. 34
CONCLUSIONES ………………………………...…..….….……...……….….… 41
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ………..……………….…..……….….… 42

3
PRESENTACIÓN

El presente trabajo de Suficiencia Profesional versa sobre la impugnación de un acuerdo


societario que fue celebrado por una sociedad anónima mediante Junta General de
Accionistas, la discrepancia se produjo cuando una de las accionistas consideró que no
procede la exclusión de su persona debido a que no se le notificó las supuestas causales de
exclusión vulnerando su derecho de defensa, limitándose la sociedad a excluirla sin poder
rendir sus descargos.
Además, entre los argumentos por la parte excluida, se alega que conforme a la Ley General
de Sociedades N° 26887 (en adelante, “LGS”) no procede exclusión de accionista en una
sociedad anónima, dejando entrever varias aristas en el mencionado caso, el mismo que
desarrollaremos conforme a lo investigado.
Es así como, el 13 de febrero de 2014, Julia Eulalia Chura Soto (en adelante, la
“Demandante”), interpuso demanda en la vía civil de impugnación de acuerdo societario ante
el segundo Juzgado Civil de Parcaupata en la ciudad de Arequipa, contra la Empresa de
Transportistas Unidos De Pasajeros y Servicios S.A. (en adelante, “ETUPSSA” o la
“Demandada”) con la finalidad de que se declare la impugnación del acuerdo societario y se
le restituyan sus acciones como accionista de ETUPSSA.
Posteriormente, la Demandada indicó que la Demandante no es accionista de ETUPSSA,
debido a que el contrato de compraventa de acciones que celebró la Demandante con un ex
accionista de ETUPSSA no es oponible contra ETUPSSA, sino únicamente tiene efectos para
con la Demandante y el exaccionista.
Así las cosas, y tras haber mencionado un extracto del caso, finalizo esta breve presentación
señalando que el proceso concluyó cuando la Corte Suprema de Justicia de La República y su
sala Civil Transitoria declaró FUNDADA la demanda interpuesta por la Demandante,
ordenando la reposición de la Demandante en su condición de accionista.
Más adelante, profundizaré sobre las etapas del proceso según el índice del presente Trabajo
de Suficiencia Profesional.

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CAPÍTULO I
SÍNTESIS DEL PROCESO EN ETAPAS

1.1. Principales piezas procesales y de la forma cómo se ha llevado el proceso


1.1.1. Demanda
El 13 de febrero de 2014, JULIA EULALIA CHURA SOTO (en adelante, la “Demandante”),
interpuso una DEMANDA DE IMPUGNACIÓN DE ACUERDO SOCIETARIO contra la
EMPRESA DE TRANSPORTISTAS UNIDOS DE PASAJEROS Y SERVICIOS S.A. (en
adelante, “ETUPSSA” o la “Demandada”) con la finalidad de que se declare la nulidad del
acuerdo societario y se le restituyan sus acciones y derechos como accionista de ETUPSSA.

Fundamentos de hecho:

- ETUPSSA es una empresa de transportes de servicio urbano de la ciudad de


Arequipa, cuenta con un capital social de S/ 1,100.00 (Mil cien con 00/100 Soles) a
un valor nominal de S/30.00 soles cada acción, representado por 37 acciones y
contando con 31 accionistas.

- La Demandante alega que es accionista de ETUPPSA, según el documento


correspondiente a la transferencia de acciones de fecha 9 de agosto de 2008, celebrado
entre la Demandante y el exaccionista, el señor, Javier Martín Ccalla Gil, en el cual la
Demandante adquirió una (1) acción y un vehículo de titularidad del señor Javier
Martin Ccalla Gil, de este modo acredita su titularidad y legitimidad para obrar.

- Según la Demandante, el 14 de noviembre de 2013, ETUPSSA llevó a cabo una Junta


General de Accionistas en la cual se le excluyó como accionista de dicha empresa.

- Además, la Demandante sostiene que no es procedente la exclusión de accionista en


una Sociedad Anónima, sino que dicho procedimiento pertenece al de una sociedad
anónima cerrada. Lo único que sería permisible es que se ejerza el derecho de
separación conforme al artículo 200° de la LGS.

- Asimismo, la Demandante sostiene que, en caso sea admisible la pretendida


exclusión, no se respetó su derecho de defensa, vulnerando así el debido proceso, ya
que en ningún momento se le informó que se celebraría una Junta General de
Accionistas para excluirla.

- La Demandante alega haberse enterado de su exclusión el 29 de noviembre de 2013,


mediante carta notarial por parte de ETUPSSA comunicándole su exclusión. Cabe
mencionar que dicha carta se le entregó posteriormente a la celebración de la Junta
General de Accionistas (en adelante, JGA) en donde se le excluyó como socia a la
Demandante.

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1.1.2. Inadmisibilidad de la demanda

Mediante Resolución N° 01, de fecha 14 de febrero de 2014, el Segundo Juzgado Mixto de


Paucarpata declaró INADMISIBLE la demanda, debido a que la Demandante no cumplió con
adjuntar: (i) testimonio original de constitución de la empresa; y, (ii) no precisó si es que se
llevaron a cabo las publicaciones a la Junta General de Accionistas de fecha 14 de noviembre
de 2013.
De esta manera, otorgó a la Demandante el plazo de tres días (3) para que subsane la
demanda, bajo apercibimiento de ser rechazada.
1.1.3. Auto Admisorio de la demanda

El 28 de febrero de 2014, la Demandante presentó el escrito de subsanación, indicando que


desconoce sobre las publicaciones del 14 de noviembre de 2013, así como también adjuntó el
testimonio de constitución de la empresa.
De esta manera, mediante Resolución N° 02, de fecha 28 de febrero de 2014, el Segundo
Juzgado Mixto de Paucarpata admitió la demanda en la vía de proceso abreviado, corriendo
traslado a la Demandada para que cumpla con contestarla en el plazo de diez (10) días, bajo
apercibimiento de declararse su rebeldía.
1.1.4. Contestación de la demanda

El Demandado contestó la demanda el 12 de mayo de 2014, negándola e indicó lo siguiente:

La Demandada niega en todos los extremos la demanda interpuesta por la Demandante, por
lo cual, solicita se declare IMPROCEDENTE, ya que no se ha expresado en la demanda la
causal de nulidad en la que se sustenta la impugnación de acuerdo societario y por haber sido
interpuesta por la Demandante, quien carece de legitimidad para demandar.
Fundamentos de hecho:

- La Demandada sostiene que la Demandante no es accionista de ETUPSSA, debido a


que el contrato de compraventa de acciones nunca fue comunicado a ETUPSSA, por
lo tanto, no es oponible contra la sociedad, sino únicamente tiene efectos para con la
Demandante y el señor Ccalla. ETUPSSA argumentó ello, en base a lo prescrito en el
artículo 8° de la LGS.

En ese sentido, al no haber sido nunca accionista, no le asiste derecho alguno que
reivindicar.

- ETUPSSA señaló que no se vulneró el debido proceso, ya que, toda vez que la
Demandante no es accionista de la empresa, no tenía que ser convocada o comunicada.
Además, la empresa realizó las publicaciones correspondientes y la JGA se celebró de
acuerdo con las normas vigentes.
- Asimismo, no hay obligación de cara a la Demandante sobre la JGA de fecha 14 de
noviembre de 2013, ya que lo que se discutió fue la exclusión de su vehículo de la
flota y de ETUPSSA. Ello, debido a que estaba transitando sin habilitación en las rutas
de ETUPSSA.

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- Según la Demandada, la carta notarial de fecha 29 de noviembre de 2013, que
ETUPSSA envió a la Demandante no la excluye de ETUPSSA como accionista,
simplemente comunica la exclusión de su vehículo de la flota de la empresa.
- El acuerdo que se tomó en la Junta General de Accionistas fue debido a que la
Demandante no cumplía con los requisitos para seguir en la empresa, entre estos, tener
unidades a su nombre.
- En el acta de la Junta General de Accionistas aparece claramente que ETUPSSA lo
único que hace es adquirir sus propias acciones, a fin de amortizarlas y no reducir su
capital social.

- La impugnación de la Demandante no señala cuáles son los vicios de los cuales


adolece la Junta General de Accionistas que se llevó a cabo el 14 de noviembre de
2013, para convertirla en una Junta nula.

1.1.5. Medios probatorios extemporáneos presentados por la parte Demandante

Fundamentos de nuevos medios probatorios extemporáneos:

- La Demandante consideró necesario ofrecer como medio probatorio extemporáneo la


copia legalizada de la Resolución Gerencial N° 2352-2008-mpa-GTUCV de fecha 3 de
noviembre de 2008, emitida por la Gerencia de Transporte Urbano y Circulación Vial
de la Municipalidad Provincial de Arequipa, en la cual se le otorga el permiso
provisional a ETUPSSA y donde se le reconoce a la Demandante con el número de
orden 3, como socia en la empresa demandada y con el número de placa de su unidad
vehicular RH4354, es así, que la mencionada resolución les permite adquirir a los
socios de forma mensual “La Tarjeta de circulación Vial”, la misma que la
Demandante adjuntó entre los medios probatorios como copia legalizada.

- La Demandante alega que conforme la copia legalizada del contrato de transferencia


de acciones se acredita que la Demandante adquirió las acciones del anterior accionista
Javier Martín Ccalla Gil, cuya adquisición tenía pleno conocimiento tanto el gerente de
ETUPSSA como los demás directivos de la Demandada, quienes aceptaron la
adquisición y como consecuencia la calidad de nueva accionista, el mismo día que fue
celebrado el contrato de transferencia de acciones con Javier Martín Ccalla Gil.
Posteriormente, se procedió a tomar la firma de la Demandante en el libro de registro
de las matrículas de acciones en presencia del representante de la Demandada.

- Además, también acreditó su condición de accionista presentando la carta notarial de


fecha 29 de noviembre de 2013, remitida por ETUPSSA en la cual le indican el retiro
de su flota y su exclusión de ETUPSSA.

- Mencionados medios probatorios fueron presentados por la Demandante con la


finalidad de que acredite su vínculo como accionista de ETUPSSA.

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1.1.6. Saneamiento procesal

El 22 de agosto de 2014, ante el Juzgado Mixto de Paucarpata, mediante Resolución N°7 se


declaró INFUNDADA la excepción de falta de legitimidad para obrar de la Demandante y en
consecuencia se declaró saneado el proceso judicial al existir una relación jurídica procesal
válida.
Asimismo, tras haberse declarado saneado el proceso y, en consecuencia, la existencia de una
relación jurídica procesal válida se fijaron los puntos de la controversia:
a) Definir si procede la acción de impugnación de acuerdo societario de exclusión de
accionista.

b) Determinar si procede declararse la nulidad de acuerdo societario, reponiéndose las


acciones y derechos a la Demandante.
Saneamiento probatorio:
Posteriormente, se procedió con la admisión de los medios probatorios ofrecidos por la
Demandante y por ETUPSSA.

1.1.7. Sentencia de Primera Instancia

El Segundo Juzgado Mixto de Paucarpata emitió sentencia en primera instancia, con fecha 18
de junio de 2015, mediante Resolución N° 18, con la que declaró INFUNDADA la demanda,
de acuerdo con los siguientes puntos:

- Se concluye que la condición de accionista de la Demandante se encuentra acreditada


con el contrato de transferencia de “línea y acciones” entre la Demandante y
exaccionista, el señor Javier Martin Ccalla Gil de fecha 9 de agosto de 2008, mediante
el cual, la Demandante adquirió las acciones de la empresa Demandada y el vehículo
con placa de rodaje RH-4354, que pertenecía a el señor Javier Martin Ccalla Gil.

- Además, concluyó que, se acreditó la categoría de accionista de la Demandante y no se


ha vulnerado el debido proceso, toda vez que no existe disposición legal, ni estatutaria
que obligue a la empresa demandada a notificar en forma personal a la Demandante
para que concurra a la Junta General de Accionistas. Por otro lado, indicó que, la
exclusión de la Demandante como accionista, fue realizada de conformidad con el
estatuto de la empresa (artículo 26, literales “d”, “g” y “h”).
Asimismo, en la sentencia se dispuso el archivo del expediente imponiendo el pago de costas
y costos que deberá efectuar la Demandante a favor de la Demandada más el 5% de los
costos a favor del Colegio de Abogados de Arequipa.

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1.1.8. Recurso de Apelación contra la Sentencia de Primera Instancia por parte de la
Demandante

El 01 de julio de 2015, la Demandante presentó recurso de apelación contra la sentencia


expedida en primera instancia, solicitando que el Superior Jerárquico proceda a revocarla y/o
declarar nula y con la emisión de una nueva resolución declarar fundada la demanda,
conforme a los siguientes argumentos:
- La juzgadora no ha tenido en cuenta que, si bien no existe disposición legal o
estatutaria que indique o exija la notificación personal, según el Tribunal
Constitucional respecto al derecho al debido proceso reconocido en el inciso 3) del
artículo 139° de la Constitución Política del Perú se debe interpretar que esta
obligación no es necesaria cuando se trate de una Junta General de Accionistas para
asuntos de interés de la misma empresa; sin embargo, tratándose de una Junta General
de Accionistas donde se dilucidará la exclusión de un accionista, debe garantizarse el
derecho de defensa y, en vía supletoria, debe aplicarse la notificación personal.

- La sentencia de primera instancia no advirtió que el artículo 26° del estatuto social
sobre el cual se sustenta la exclusión de la Demandante fue modificado en la misma
fecha que se celebró la Junta General de Accionistas realizada el 14 de noviembre de
2013, mediante la cual se procede con la exclusión de la Demandante.

- Cabe precisar que, dicha modificación fue realizada el mismo día de la celebración de
la JGA de fecha 14 de noviembre de 2013, se modificó el artículo 26° del estatuto
social de ETUPSSA, referido al retiro de flota vehicular como causal de exclusión de
accionistas, por lo tanto, esta causal no podía ser aplicada a la Demandante al haberse
incorporado recién al estatuto social de ETUPSSA.

- Por último, la Demandante alegó que su participación en la otra empresa no era


contraria a los intereses de ETUPSSA, toda vez que las rutas a las cuales se dedica
aquella, son distintas a las de ETUPSSA.

- No aplica exclusión de accionistas para las sociedades anónimas, sino únicamente para
las sociedades anónimas cerradas.

Comentario:

- En esta pieza procesal, me resulta necesario realizar un comentario relacionado a la


jurisprudencia del Poder Judicial, que señala que el debido proceso no se agota en lo
estrictamente judicial, sino que se extiende a otras dimensiones, de modo que puede
hablarse de un debido proceso administrativo, de un debido proceso parlamentario e,
incluso, de un debido proceso corporativo, lo que resulta aplicable al presente caso,
pues lo que en esencia asegura el debido proceso es la emisión de una decisión
procedimentalmente correcta con respecto a sus etapas y plazos, y sobre todo justo.

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- En ese sentido, un argumento válido en la apelación de la Demandante pudo ser que,
para garantizar el derecho de defensa de la Demandante, se le debió aplicar la
notificación personal como vía supletoria, respaldado por un debido proceso
corporativo que asegure una vía procedimental correcta con respecto a sus etapas y
plazos.

1.1.9. Sentencia de Segunda Instancia (Sentencia de Vista)

La Tercera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Arequipa emitió sentencia de


segunda instancia el 27 de enero de 2016, con la que REVOCARON la sentencia expedida en
primera instancia, declarándola NULA y, en consecuencia, ordenaron que se emita nueva
sentencia.
Al respecto, la referida Sala indicó lo siguientes puntos:
- Que, el juez de primera instancia no consideró que se estaba solicitando la
impugnación de acuerdo societario en donde se le excluye a la Demandante como
accionista de ETUPPSA, mediante Junta General de Accionistas realizada el 14 de
noviembre de 2013 y como consecuencia de su solicitud se declare la nulidad del
acuerdo societario y se le reponga sus derechos y acciones como accionista de
ETUPSSA.

- Asimismo, el juzgador no consideró que la exclusión de la Demandante fue realizada


el 14 de noviembre de 2013, es decir, la misma fecha en que mediante JGA se
modificó el estatuto incluyéndose la causal por la cual se le pretendió excluir a la
Demandante.

- Finalmente, el juzgador no se ha pronunciado sobre la vulneración del principio del


debido proceso invocado por la Demandante, referida a la comunicación personal que
se le debió cursar a la Demandante en la cual se debió exponer las causales de su
exclusión para que pueda ejercer su derecho de defensa.

1.1.10. Nueva Sentencia en Segunda Instancia (Reemplaza la Sentencia de Primera


Instancia)

El 5 de mayo de 2016, el Segundo Juzgado Civil de la Sede de Paucarpata emitió nueva


sentencia, la cual nuevamente declara INFUNDADA la demanda. De acuerdo a los siguientes
fundamentos:
- El Juzgado insiste que, no es necesario notificar personalmente a la Demandante para
la realización de la Junta General de Accionistas y que la empresa Demandada actúo
conforme a los estatutos y que la demanda debe desestimarse en aplicación del artículo
200° del Código Procesal Civil.

- El Juzgado indicó que la impugnación de acuerdo societario, el cual está referido a la


exclusión de la Demandante de ETUPSSA, siendo la empresa Demandada una
Sociedad Anónima dicho extremo se encuentra regulado en principio conforme a lo
previsto por sus estatutos y en defecto de este por la LGS y demás normas pertinentes.

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En lo que concierne a las causales de exclusión, se indicó que: (i) respecto a la causal del
literal “d” que indica, “servirse de la empresa en provecho propio o de terceros”, no fue
acreditada; (ii) en lo que respecta a la causal del literal “g” que indica, “realizar acciones que
perjudiquen o pretendan perjudicar a la empresa”, el Juzgado considera que sí está acreditada,
dado que la posibilidad de perder una ruta podría generar un perjuicio a ETUPSSA; y (iii) en
lo que respecta a la causal del literal “h” que indica,” formar parte de otra sociedad que tenga
intereses contrarios a esta”, sí está acreditada, dado que formar parte de una empresa
competidora confirma ello.
Finalmente, se dispuso el archivo del expediente, imponiendo el pago de costas y costos que
deberá efectuar la Demandante a favor de la Demandada, más el 5% de los costos a favor del
Colegio de Abogados de Arequipa.

1.1.11. Recurso de Apelación contra Nueva Sentencia expedida en Segunda Instancia.

Con fecha 24 de mayo de 2016, la Demandante apela la sentencia y solicita que se revoque y
se declare fundada, bajo los siguientes argumentos:
- En lo que se refiere a la formalidad de los avisos para la convocatoria, la Demandante
insiste en que el Tribunal Constitucional ha indicado que se debe interpretar que esta
obligación no es necesaria cuando se trate de una Junta General de Accionistas para
asuntos de interés de la misma empresa; sin embargo, tratándose de una Junta General
de Accionistas donde se dilucidará la exclusión de un accionista, debe garantizarse el
derecho de defensa y, en vía supletoria, debe aplicarse la notificación personal. Por lo
tanto, para garantizar el derecho de defensa, debía realizarse la comunicación
personal.

- En lo referido a las causales de exclusión sobre los que se pronuncia la sentencia de


primera instancia, ésta nuevamente, no considera que dichas causales fueron
insertadas al estatuto social el mismo día que se celebró la JGA de fecha 14 de
noviembre de 2013, a través de la cual se optó por excluir de ETUPSSA a la
Demandante, por lo que no podría aplicarse.

- Por otro lado, el Juzgado en su sentencia no consideró lo que le instruyó la


mencionada Tercera Sala Civil, es decir, que se está solicitando la nulidad del acuerdo
societario de exclusión como accionista de la empresa.

- Por último, el hecho que la Demandante pertenezca a otra empresa como accionista,
no quiere decir que tenga intereses contrarios a ETUPSSA.

- Finalmente, el Juzgado está contradiciendo una norma de la LGS al señalar que aplica
una causal de exclusión de accionista en una sociedad anónima, cuando ello solo
aplica en una sociedad anónima cerrada.

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1.1.12. Sentencia de Vista en Segunda Instancia

Con fecha 29 de agosto de 2016, la Tercera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de
Arequipa revocó la sentencia de primera instancia, reformándola y declarando FUNDADA la
demanda que presentó la Demandante, bajo los siguientes argumentos:
- La referida Sala explicó que, de la valoración conjunta de los medios probatorios
admitidos, no se aprecia documento o instrumento alguno mediante el cual se acredite
que a la Demandante se le haya comunicado los cargos que se le imputaban con
relación a las causales de exclusión como accionista de ETUPSSA. En base a ello, no
se le habría dado la oportunidad de absolución, ni de defensa.

- Además, aseveró que la convocatoria que hizo el Directorio simplemente expresaba


de manera general, “exclusión de accionistas”, sin referencia alguna a la Demandante.
En base a ello, es correcto que se ha contravenido el derecho de defensa de la
Demandante, tal como señala la jurisprudencia del Tribunal Constitucional. Por lo
cual, se advierte un vicio que acarrea la nulidad del acta de la JGA impugnada.
Finalmente, al declarar FUNDADA la pretensión de Impugnación de acuerdo societario, se
declaró nulo lo acordado en el acta de JGA de fecha 14 de noviembre de 2013; y respecto al
extremo en donde se aprueba el retiro y/o exclusión de la Demandante de la empresa
Demandada se ordenó la reposición de la Demandante en su condición de accionista de
ETUPSSA.
1.1.13. Recurso de Casación

ETUPSSA, presenta Recurso de Casación con fecha 20 de octubre de 2016, solicitando que
se revoque la Resolución de la Tercera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de
Arequipa y se declare infundada la demanda, sobre la base de los siguientes argumentos:

- El Demandado alega que, existe una infracción al artículo 8° de la LGS, así como al
literal “b” del artículo 55° de la misma norma societaria.

- Con relación a lo primero, la Demandada apela al referido artículo 8° de la LGS que


establece lo siguiente: “son válidos ante la sociedad y le son exigibles en todo cuanto
le sea concerniente, los convenios entre estos y terceros, a partir del momento en que
le sean debidamente comunicados”. Por lo cual, la Demandada considera que el
juzgador de segunda instancia ha inaplicado lo dispuesto en este artículo,
considerando que cuando existe convenio vía estatuto, donde existen obligaciones
ineludibles entre los accionistas deben ser de estricto cumplimiento entre los
accionistas. Por lo cual, en el artículo 26) inciso g) del estatuto, la Demandada
estableció el retiro de la flota vehicular, como causal de exclusión relacionada con
realizar acciones que perjudiquen o pretenda perjudicar a la Demandada, por lo cual,
la Demandada, concluye que si existe perjuicio en contra de ETUPSSA debido a que
la Demandante se afilió a la Empresa San Isidro Labrador S.R.L. con su unidad
vehicular y como accionista pretendiendo obtener una autorización para realizar las
mismas operaciones que la Demandada, sin embargo, el ente competente le denegó
dicha autorización.

12
- De igual manera, el artículo 55° de la LGS, en cuyo literal b) prescribe que: “el estatuto
social debe contener obligatoriamente los convenios societarios que obliguen a los
accionistas para con la sociedad.” Al respecto, la Demandada concluye que, en
cumplimiento del artículo mencionado, se señaló como causal de exclusión de accionista
el artículo 26° inciso g) del estatuto de ETUPSSA, el cual establece la causal de retiro de
flota vehicular ante el incumplimiento del estatuto y en este caso la Demandante ha
incumplido con dicho artículo ya que es accionista de otra empresa del mismo rubro
contraponiendo los intereses de ETUPSSA.
- Por otro lado, a los argumentos de la Demandada se suma que cuando existe una
convocatoria con contenido que no se especifique los accionistas a excluirse, deberán
concurrir el 100% de accionistas para ejercitar su derecho de defensa; sin embargo,
señalan que como la Demandante ya pertenecía a otra empresa no acudió a la junta general
de accionistas celebrada el 14 de noviembre de 2013.

1.1.14. Casación

El 21 de febrero de 2017 la Corte Suprema de Justicia de la República declaró


IMPROCEDENTE el Recurso de Casación que presentó ETUPSSA, conforme lo
siguiente:
- Señaló que no se ha demostrado que la infracción normativa denunciada por ETUPSSA
(artículos 8° y 55° literal b) de la LGS), haya incidido en la decisión de haber amparado la
demanda de nulidad de acuerdo societario interpuesto por la Demandante, sino que esta
decisión se fundamentó en la vulneración del derecho de defensa y violación al debido
proceso.

1.2. Opinión crítica de las piezas procesales más relevantes


1.2.1. Demanda
El Demandante plantea que la Demandada, tras no haberle informado en la Junta General
de Accionistas celebrada el 14 de noviembre de 2013 sobre su exclusión de la sociedad
como accionista, le ha vulnerado su derecho de defensa y como accionista.
Además, argumenta que, conforme a la Ley General de Sociedades, no procede la
exclusión en una sociedad anónima (artículo 248° de la Ley General de Sociedades), sino
lo que en todo caso procedería sería la separación de accionista según el artículo 200° de la
LGS.
Considero que se pudo afianzar la demanda profundizando en la exposición de los hechos
y argumentando que:
- Si bien es cierto el artículo 7° del estatuto social de ETUPSSA indica que si algún
accionista deseara transferir sus acciones total o parcialmente deberá comunicarlo a la
Gerencia mediante carta notarial, para que la Gerencia las coloque a disposición de los
accionistas de ETUPPSA. Con la finalidad de informarles las acciones a venderse, si
ningún accionista se manifestara con respecto a la compra, el vendedor de la acción podrá
transferir sus acciones a una tercera persona.
- En ese sentido, el señor Javier Ccalla Gil (exaccionista) mediante documento de fecha 9 de
agosto de 2008, transfirió su acción más la propiedad de un vehículo a la Demandante.
- Es así, como se presume que la Demandante se incorporó a ETUPSSA como accionista, ya
que en el artículo 5° del estatuto social señala que, para ser accionista de ETUPPSA, se

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requiere contar con vehículo propio, el cual deberá tener autorización para la prestación
del servicio de transporte y por cada una acción nominativa, el accionista tendrá derecho a
operar el vehículo de su propiedad en las rutas autorizadas a ETUPSSA.
Dicho lo anterior, estaría acreditada la condición de accionista de la Demandante, ya que,
haciendo un recuento de las pruebas ofrecidas, se tiene lo siguiente:
- Con fecha 25 de octubre 2013, varios accionistas de la empresa ETUPSSA, incluyendo a
la Demandante, firman una carta que fue dirigida al señor Edgardo Mamani, director de
ETUPSSA, en la cual se le reclama la mala gestión de ETUPSSA respecto a las rutas que
utilizan los transportistas. Resulta lógico determinar que si la Demandante firma el
documento junto con los demás accionistas se le atribuiría la condición de accionista;
además, esa carta fue dirigida al director, quien la recibió y se informó de lo redactado en
la misma, teniendo que verificar el remitente de la carta.
- Posteriormente, con fecha 29 de noviembre de 2013, el Gerente de ETUPSSA cursa una
carta notarial a la Demandante en la cual le informan que, mediante Junta General de
Accionistas de fecha 14 de noviembre de 2013, se acordó su retiro y exclusión definitiva
de la flota y de la empresa, por haber incurrido en las causales d), g), y h) del artículo 26°
de los estatutos de ETUPSSA.
- Es así que, en el título del artículo 26° del estatuto social, describe que se determinará el
retiro de la flota vehicular autorizada a la empresa, cuando el accionista incurra en alguna
de las infracciones de dicho artículo.
- Por lo expuesto, la Demandante cuenta con legitimidad para obrar en el proceso al
acreditarse que se le ha considerado desde la firma del documento de transferencia de
acciones como accionista de ETUPSSA.
- Otro punto importante que debió incluirse en la demanda, es el inciso e) artículo 26° del
estatuto social, el cual menciona que, ante el incumplimiento reiterado hasta tres veces del
estatuto social o lo acordado mediante JGA, previo requerimiento notarial, ante el
accionista infractor daría lugar al retiro de la flota de accionista más no de su exclusión de
accionista, acto que no sucedió para con la Demandante, ya que se le envió una sola carta
notarial en la cual se le informaba de su exclusión, sin lugar a efectuar sus descargos.
- Además, se debe tener en cuenta que el mecanismo de exclusión de accionistas sólo está
previsto en la LGS como una regla por defecto para la sociedad anónima cerrada. Así lo
señala el artículo 248°:

“Artículo 248°.- Exclusión de accionistas

El pacto social o el estatuto de la sociedad anónima cerrada puede establecer causales de


exclusión de accionistas. Para la exclusión es necesario el acuerdo de la junta general
adoptado con el quórum y la mayoría que establezca el estatuto. A falta de norma
estatutaria rige lo dispuesto en los artículos 126° y 127° de esta ley.

El acuerdo de exclusión es susceptible de impugnación conforme a las normas que rigen


para la impugnación de acuerdos de juntas generales de accionista”
Finalmente, considero que en la demanda se debió argumentar que con respaldo del
artículo 140° de la LGS, en la cual: “se reconoce que los accionistas en determinadas
circunstancias pueden impugnar los acuerdos de la Junta general de accionistas, ya que,
es un derecho potestativo que el accionista tenga la facultad o no de ejercitarlo; es
además un derecho personal porque es inherente a la condición de accionista, condición
que no solamente debe ostentarse al momento de tomarse el acuerdo en materia de la
impugnación sino que debe mantenerse durante todo el proceso y finalmente es un

14
derecho subjetivo por cuánto se le concede al accionista dicho derecho para formular su
pretensión en base a su apreciación personal, la misma que debe compatibilizarse con el
interés social, esto último de acuerdo con el profesor Hundskopf Exebio.” (Hundskopf
Exebio, 2019, p. 20).
1.2.2. Contestación de la demanda
La Demandada sostiene que el contrato de transferencia de acciones de fecha 9 de agosto
de 2018, suscrito entre la Demandante y el señor Ccalla, ofrecido como medio probatorio
para acreditar la calidad de accionista de la Demandante carece de efecto para ETUPSSA,
teniendo únicamente efectos jurídicos entre quienes lo suscribieron, citando el:

“Artículo 8°- Convenios entre socios o entre estos y terceros

Son válidos ante una sociedad y le son exigibles en todo cuanto le sea concerniente, los
convenios entre socios o entre éstos y terceros, a partir del momento en que le sean
debidamente comunicados.

(…)”

De lo descrito líneas arriba, sostengo que este artículo apelado en la contestación de la


demanda se encuentra equivocadamente aplicado, ya que, la Demandante celebró un
contrato de transferencia de acciones con el Sr. Ccalla, el mismo que la Demandada
consintió, toda vez, que aceptó que la Demandante opere con su flota en ETUPSSA.

De otro modo, no se le hubiera cursado una carta de fecha 29 de noviembre de 2013, en la


cual le comunican que se procede con el retiro de flota y con su exclusión como
accionista de ETUPPSA. En el séptimo fundamento de la contestación de la demanda la
Demandada admite que se le envió una misiva con fecha 29 de noviembre de 2013, donde
se le comunico la exclusión, sin embargo, indica que no se le aludió como accionista que
únicamente se le comunicó su exclusión.

Además, en lo que atañe la obligación de que todo convenio sea informado a una
sociedad del análisis al artículo 8° de LGS de manera concordada con lo dispuesto en los
artículos 92° y 93° de LGS, establece que:

“En la matricula -de acciones- se anotan también (…) las limitaciones a la transferencia
de las acciones y los convenios entre accionistas entre accionistas o de accionistas con
terceros que versen sobre las acciones o que tengan por objeto el ejercicio de los
derechos inherentes a ellas”

Por otro lado, el artículo 93° de la LGS dispone que:

“Los actos a que se refiere el segundo párrafo del artículo anterior, deben comunicarse
por escrito a la sociedad para su anotación en la matrícula de acciones”.

Teniendo en cuenta lo indicado en los párrafos anteriores, debe concluirse que el artículo
93° de la LGS menciona que: “para que un convenio de accionistas sea anotado en la
matrícula de acciones, debe ser comunicado por escrito a la sociedad”.

15
En otras palabras, no todo convenio tiene que ser inscrito en el libro societario de
matrícula de acciones, ya que, en caso se decida que éste sea anotado en la referida
matricula -siempre que cumpla con los requisitos del artículo 8° de la LGS, que señala:
“Cualquier convenio debe ser comunicado por el interesado para su respectiva
anotación, siendo dicha comunicación una potestad y no una obligación”.

Por lo cual, considero que existe una contradicción en el supuesto que el Demandante
alega sobre la falta de legitimidad para obrar de la Demandante y por lo cual se
desestimaría el amparo de su defensa en la falta de legitimidad para obrar de la
Demandante, ya que la Demandada aceptó haberle enviado una carta informándole a la
Demandante de su exclusión vulnerando los incisos d), g), y h) del artículo 26° del
estatuto social de ETUPSSA y sucede que este artículo indica que se procederá a la
exclusión cuando el accionista incurra en alguna de las infracciones previstas en
mencionado artículo. Esto afirma, el vínculo entre el accionista y ETUPSSA.

Finalmente, cabe mencionar que la comunicación mencionada sobre la exclusión de


accionista cursada a la Demandante incumplió con el procedimiento a seguir de la
Demandada, el cual indica en su inciso e) artículo 26° del estatuto social que, después del
incumplimiento de hasta tres veces de lo estipulado el estatuto social de ETUPSSA, ésta
procederá con el retiro de la flota del accionista infractor, lo cual no sucedió de esa
manera, ya que no se ha probado que se le cursaron previas comunicaciones a la
Demandante para comunicarle su separación, tal como lo menciona el estatuto social de
ETUPSSA en el inciso e) del artículo 26.
1.2.3. Sentencia de Primera Instancia
Me encuentro conforme con que se haya declarado nula la sentencia de primera instancia
ya que no se debatieron exhaustivamente los puntos de la controversia:

a) Definir si procede la acción de impugnación de acuerdo societario de exclusión de


accionista.
b) Determinar si procede declararse la nulidad de acuerdo societario, reponiéndose las
acciones y derechos a la Demandante.
Es así que, en la sentencia de primera instancia, respecto al análisis de los puntos
controvertidos, no se llega a dilucidar, limitándose únicamente a hacer hincapié en que se
declara INFUNDADA la demanda debido a que no es necesario notificar personalmente a
la Demandante para la realización de las JGA y, además, que la empresa Demandada actuó
conforme al estatuto social de ETUPSSA, por lo cual la demanda debe desestimarse
aplicando el artículo 200° del Texto Único Ordenado del Código Procesal Civil.
Cabe mencionar que, dentro del “Capítulo II del Texto Único Ordenado del Código
Procesal Civil”, referido a los deberes, las facultades y las responsabilidades de los jueces
en el proceso, específicamente el artículo 51° indica lo siguiente:
“2. Ordenar los actos procesales necesarios al esclarecimiento de los hechos
controvertidos, respetando el derecho de defensa de las partes”.
Por ello, me encuentro de acuerdo con que se haya declarado NULA la sentencia, toda vez
que el juzgador no ha profundizado su fallo en el análisis de los puntos controvertidos y,
en aplicación del artículo 176° del “Texto Único Ordenado del Código Procesal Civil”, le
permite a la Demandante solicitar la nulidad de los actos procesales, siempre y cuando
cumpla con los correspondientes requisitos.

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Por otro lado, sostengo que se debió profundizar en la sentencia de primera instancia que
no procede el petitorio sobre exclusión de la Demandante:
1) Conforme al inciso e) del artículo 26° del estatuto social, el cual menciona que, ante el
incumplimiento reiterado de hasta tres veces de los estatutos o acuerdos de la Junta
General de Accionistas, previo requerimiento notarial, ante el accionista daría lugar al
retiro de la flota del accionista, mas no de su exclusión como tal.
2) El artículo 26° del estatuto social hace referencia al retiro de la flota del accionista si es
que incumple con lo estipulado en el propio estatuto social o en los acuerdos de la Junta
General de Accionistas, pero no hace referencia a la posibilidad de la exclusión del
accionista de ETUPSSA, por lo cual no configuraría una causal de exclusión de accionista.
Además, resulta relevante mencionar que, según el artículo 22° de la LGS, aplicable para
todas las sociedades, únicamente procedería la exclusión contra un socio moroso, tal es así
que la sociedad puede exigir el cumplimiento de la obligación mediante el proceso
ejecutivo o excluir a dicho socio por el proceso sumarísimo.
Por lo tanto, del artículo 22° de la Ley General de Sociedades se puede concluir que sería
procedente la exclusión del socio por la afectación de una cuestión meramente capitalista
(como es el aporte al capital social), mas no por una cuestión personalista (como se
pretende en el presente caso).
Asimismo, en el artículo 55°, inciso a) de la Ley General de Sociedades se indica que el
estatuto de una sociedad puede contener pactos lícitos que se estimen convenientes para la
organización de la sociedad.
Pues la Ley General de Sociedades es clara cuando se refiere a pactos lícitos, siendo que la
exclusión en la sociedad anónima por causales estatutarias que no estén conformes a lo
establecido en LGS es un pacto ilícito, que va en contra de la naturaleza jurídica de la
sociedad anónima debido a que no se pueden desnaturalizar las figuras jurídicas.
En ese sentido tenemos que la sociedad anónima, es una sociedad capitalista (prima el
“intuito pecuniae”) y no se puede incluir un pacto que la desnaturalice, teniendo en cuenta
que la LGS no ha determinado específicamente las causales de exclusión aplicables a la
Sociedad Anónima, salvo la antes mencionada que vale reiterar es aplicable a todas las
sociedades.
3) Además, conforme al artículo 248° de la Ley General de Sociedades, el pacto social o el
estatuto de la SOCIEDAD ANONIMA CERRADA pueden establecer causales de
exclusión de accionistas. Es decir, este artículo seria inaplicable para la exclusión de la
Demandante como accionista de ETUPSSA ya que, ETUPSSA es una SOCIEDAD
ANÓNIMA, que no configura bajo la categoría de sociedad anónima cerrada, no
siendo siquiera aplicable por analogía, ya que, según el artículo IV del Título Preliminar
del Código Civil, la analogía no se aplica para norma que restringen derechos, y una
norma que posibilita la exclusión del accionista es, a todas luces, restrictiva de los
derechos del accionista.,
4) Por lo expuesto, no procedería la exclusión de la Demandante por las causales que alega
la Demandada debido a que no se hallaron causales determinantes conforme a ley para
proceder con su exclusión.

17
1.2.4. Nueva sentencia de Segunda Instancia
Me encuentro de acuerdo en cómo se han interpretado las pruebas ofrecidas en esta
instancia ya que, mediante acta de fecha 14 de noviembre de 2013, se procedió a modificar
el estatuto social señalando de que el retiro de flota sería equivalente a la perdida de la
calidad de accionista en cuanto se incumpla lo dispuesto en el artículo 26° del estatuto
social de ETUPSSA, configurándola como una causal de exclusión atribuible a la
Demandante.
Sin embargo, no es posible atribuirle mencionada causal, debido a que en esa misma JGA
de fecha 14 de noviembre 2013, se procedió con la exclusión de la Demandante, no
siendo, pues, posible modificar una cláusula del estatuto social el mismo día en que ella se
aplica, más aún sobre un asunto de tal magnitud, como es la exclusión de la Demandante y
atribuírsela como causal para su exclusión como accionista cuando ni siquiera es conforme
a la LGS.
Por otro lado, el juzgador hizo hincapié sobre el derecho de defensa de la Demandante y
señaló que, ante la celebración de la JGA de fecha 14 de noviembre de 2013, no ha sido
suficiente el procedimiento que han tomado para la convocatoria ya que, las publicaciones
hechas en los diarios no garantizan el derecho de defensa de la Demandante, considerando
de suma importancia el acto de la agenda por el que tuvo lugar la exclusión de la
Demandante.
Sobre el punto anterior, considero que se hubiera reforzado que la Demandada no cumplió
con hacerle llegar las notificaciones previas por incumplimiento de estatuto social,
estipulado en el artículo 26) inciso e) y por lo cual se debatiría su exclusión en la Junta
General de Accionistas de fecha 14 de noviembre 2013.
En ese sentido, la Demandada habría incumplido con la formalidad de cursar
comunicación notarial a la Demandante por incumplimiento de las normas estatutarias.
Finalmente, mi desacuerdo con el fallo en esta nueva sentencia de segunda instancia
también se basa en lo que ya he mencionado, pero que resulta preciso abordar aquí, no
existe mecanismo de exclusión para la sociedad anónima abierta, salvo contra el socio
moroso caso en donde conforme al artículo 22° de la LGS, la sociedad puede exigir el
cumplimiento de la obligación mediante el proceso ejecutivo o excluir a dicho socio por el
proceso sumarísimo. Tener en cuenta que mencionada exclusión no es solo para la
sociedad anónima sino es aplicable para todas las sociedades así lo indica el Libro Primero
de la LGS.
Cabe resaltar que, mediante esta sentencia, el juzgador ordenó la reposición de la
Demandante en su condición de accionista de ETUPSSA.
1.2.5. Casación
Entre otros argumentos, la Demandada alega la infracción normativa del literal b), artículo
55° de la LGS, el cual hace referencia al contenido del estatuto social.
Esto carece de fundamento debido a que al hacer referencia al literal b) del artículo 55° de
la LGS: “Los convenios societarios entre accionistas que los obliguen entre sí y para con
la sociedad” no estaría fundamentando la infracción normativa, toda vez que se limita a
exponer que procedería la exclusión debido a que en el estatuto, en su artículo 26° , tiene
como causal, el retiro de flota vehicular y reiterando que es sobre el retiro de flota
vehicular y que para el debido procedimiento de mencionado retiro se cumplió con el

18
artículo 13° del estatuto, aludiendo a las publicaciones de la convocatoria en los diarios de
mayor circulación.
Además, el literal b) del artículo 55° de la LGS, está referido al contenido del estatuto
social de la empresa, por lo cual, no procedería infracción normativa. Debido a que los
convenios societarios entre accionistas se obligan entre sí y para con la sociedad, lo cual
en el presente caso es inviable debido a que a) el eje central de la controversia es la
exclusión de accionista de una sociedad anónima y la referida norma citada como
infractora por parte de la Demandada, no guarda relación con la controversia, b) recordar
que se está tratando de una sociedad anónima y la LGS en lo referido a sociedad anónima
no plantea causales de exclusión con excepción de afectaciones al capital de la sociedad
por parte de los accionistas, pero no es el caso.
Por otro lado, estoy de acuerdo con el fallo de la casación en la cual se declaró
IMPROCEDENTE el recurso de casación, sin embargo, no estoy del todo de acuerdo con
los argumentos de improcedencia. Sin bien es cierto, la casación señala que la
improcedencia de la impugnación se fundamentó concretamente en que a la Demandante
no se le notificó los cargos atribuidos que sustentarían su exclusión de la empresa
Demandada y que, por tanto, no se le brindó la posibilidad de hacer valer su derecho a la
defensa, vulnerándose el principio del debido proceso.
Desde mi posición, considero que, la IMPROCEDENCIA de la casación también debió
basarse en la viabilidad o no de la exclusión de un accionista en una sociedad anónima
conforme a la LGS y según los hechos mencionados en el presente caso.
Finalmente, no quitaría el argumento en el fallo de la casación, en referencia a la
notificación personal por parte de la Demandante a la Demandada, es más, como ya lo he
mencionado alegaría a modo complementario que pudo haberse aplicado supletoriamente
el debido proceso corporativo, sin embargo, le restaría un poco de fuerza al hecho de no
haberle notificado a la Demandante sobre las causales de exclusión como parte de la
solución a la controversia, ya que, finalmente, la controversia se centra en si es válida la
exclusión o no de un accionista por los hechos mencionados en el presente caso, además
considero preciso mencionar que la viabilidad de la exclusión o no de accionista tampoco
tuvo el papel protagónico en la sentencia de última instancia.

CAPÍTULO II
MARCO TEÓRICO

2.1. Antecedentes Legislativos


Han pasado ya más de 20 años desde que LGS entró en vigor y la evolución de nuestro
sistema económico y social ha variado a gran escala.
Es así como, cada vez que se ha dado la oportunidad, se ha buscado realizar cambios y
modificaciones en la Ley General de Sociedades debido a que, quizás, luego del Código
Civil, es el cuerpo normativo de aplicación general más importante en nuestra legislación
en materia de Derecho Privado pues la mayoría de la actividad económica privada a través
de sociedades en nuestro ordenamiento jurídico pasa por la revisión, la aplicación y la
interpretación de la mencionada norma societaria.
Por lo tanto, el conocimiento de las de las instituciones que se encuentran reguladas en la

19
Ley General de Sociedades es de suma relevancia para el adecuado manejo de los
negocios en nuestro país.
Así las cosas, hurgando en los antecedentes de la LGS, “se conoce que el 27 de julio de
1966, se expidió la Ley de Sociedades Mercantiles, aprobada mediante Ley Nº 16123, la
cual era concordante con el entonces vigente Código Civil de 1936. Años después se
promulga la Ley General de Sociedades a través del Decreto Legislativo Nº 311 de 1984,
posteriormente modificada por el Decreto Supremo Nº 003-85-JUS del 13 de mayo de
1985 que da origen al Texto Único Concordado de la LGS; ambos dispositivos legales
repiten prácticamente lo ya esbozado en 1966”. (Echaiz, 2005).
Por lo cual, es necesario que la ley de Sociedades Mercantiles N° 16123 desarrolle por
primera vez en nuestro país un sistema referido a impedir que las mayorías excedan los
límites de sus facultades, obligándolas a que desenvuelvan su acción dentro del marco de
la ley y del estatuto social; sin embargo, es importante precisar la necesidad de equilibrar
los poderes, manteniendo siempre el derecho de la mayoría de dirigir la marcha de la
sociedad, pero asignándole a la minoría un supuesto rol de control de la vida societaria.
(Echaiz, 2005).
Por otro lado, el Profesor Echaiz Moreno coincide con el Profesor Hundskopf Exebio,
sosteniendo que la Ley General de Sociedades de 1984 y 1985 transcribe literalmente lo
articulado en la Ley 16123; sin embargo, es el Código Procesal Civil que introdujo
modificatorias relevantes para llevar a cabo un proceso en materia societaria (2005, p.17).
Asimismo, Hundskopf mencionada que: “Es interesante además conocer cómo
funcionaba la impugnación de acuerdos societarios antes del hoy vigente Código Procesal
Civil. Había dos vías procedimentales para el trámite dependiendo de la pretensión de la
demanda; si se sustentaba en vicios de carácter mercantil el trámite era el proceso de
menor cuantía (ahora podría llamarse abreviado). Si se trataba de vicios sustentado en las
causales del Código Civil la demanda debía tratarse en la vía ordinaria (proceso de
conocimiento), pues la naturaleza de la pretensión exige plazos mayores para su
probanza. Sin embargo, con las modificaciones del Código Procesal Civil se incluyó en
ese momento la vía del proceso sumarísimo, siendo utilizable cuando las impugnaciones
se funden en defecto de convocatoria o falta de quórum, por ejemplo”(2019, p. 25).
Es así, que después de más de dos años de intensa labor, la referida Comisión: “Realizo
la entrega correspondiente del Anteproyecto de Ley al Ministro de Justicia el 31 de
diciembre de 1996. A través del Oficio Nº 017-97-PR de fecha 3 de febrero de 1997, el
Poder Ejecutivo envió al Congreso de la República el Proyecto de Ley signado con el Nº
2491/96-CR y, durante la sesión del 26 de febrero de 1997, la Comisión Permanente del
Congreso de la República acordó nombrar la Comisión Revisora del Anteproyecto de la
Ley General de Sociedades, la que estuvo integrada por los congresistas Carlos Torres y
Torres Lara (presidente), Javier Alva Orlandini, Jorge Avendaño Valdez, Jorge Muñiz
Ziches y Jorge Trelles Montero, siendo luego incorporados los congresistas Ricardo
Marcenaro Frers y Lourdes Flores Nano” (Echaiz, 2005).
El 2 de marzo de 1997 se publicó el texto del Anteproyecto de Ley elaborado por la
Comisión Redactora. Posteriormente, con fecha 10 de mayo de 1997 se hizo lo propio con
el Proyecto de Ley aprobado por la Comisión Revisora. Asimismo, con fechas 3 de
octubre y 28 de octubre de 1997 se publicaron los respectivos Proyectos de Ley
aprobados por la Comisión Permanente (Echaiz, 2005).

20
Finalizando este recuento por la trayectoria de la LGS, el 9 de diciembre de 1997, fue
publicado el texto de la Ley General de Sociedades N° 26887, actualmente vigente.
Lográndose una amplia difusión sobre los trabajos preparatorios, con la finalidad que
pudiesen expresar sus comentarios, críticas o sugerencias de todos aquellos involucrados
con la materia (Echaiz, 2005).
Cabe mencionar que, según el profesor Echaiz “en el año 1994, aún se continuaba con
una legislación societaria cuya antigüedad superaba los 28 años, por lo que el Profesor
Echaiz Moreno la consideraba obsoleta por los cambios sucedidos en la realidad
empresarial y en el contexto económico” (2005, p.16).

Consecuentemente, años después, se promulga la “Ley General de Sociedades a través


del Decreto Legislativo Nº 311 de 1984, siendo posteriormente modificada por el Decreto
Supremo Nº 003-85-JUS del 13 de mayo de 1985 que da origen al Texto Único
Concordado de la Ley General de Sociedades; ambos dispositivos legales repiten
prácticamente lo ya esbozado en la versión de 1966, pues el primero sólo añade la
regulación de la sociedad civil (que antes se encontraba en el Código Civil), mientras
que el segundo se limita a agregar un Título Preliminar” (Echaiz, 2005).

Como bien lo señala, Montoya (1967), “a diferencia del Código de Comercio de 1902 que
no contenía ninguna norma sobre el particular, la Ley de Sociedades Mercantiles No.
16123 de 1966 estableció un mecanismo para que los accionistas puedan impugnar los
acuerdos de las Juntas Generales que consideren contrarios a la ley o a sus estatutos y, en
general, lesivos a los intereses de la sociedad. El hecho de que dentro del Código de
Comercio no se hubiere contemplado el derecho de impugnación de acuerdos de las
Juntas Generales, no impidió que, en la práctica, entre 1902 y 1966, se demande
judicialmente la impugnación a través del procedimiento ordinario, pero por lo dilatado
del trámite, el accionista se desalentaba de iniciarlo, o tan sólo lograba ver los resultados
cuando la decisión judicial resultaba ineficaz siendo por tanto un derecho ilusorio. Para el
doctor Montoya Manfredi este fue uno de los hechos que originó el retraimiento o el
alejamiento de inversionistas como socios de sociedades anónimas” (1967, p. 260).

2.2. Análisis doctrinario de figuras jurídicas presentes en el expediente y afines


nacional y/o extranjero
Después de haber realizado un breve recorrido histórico a la normativa societaria,
entraremos a detallar la doctrina correspondiente al presente trabajo.

- Para empezar, tenemos que, el profesor, Hundskopf menciona que: “Si bien es cierto, en
artículo 95° de la nueva LGS que nombra los derechos mínimos del titular de acciones
con derecho a voto, no incluye el derecho a la impugnación de acuerdos societarios, ya
que, en la propia LGS en su artículo 139° identifica puntualmente los acuerdos de juntas
de accionistas susceptibles de impugnación, reconociendo y precisando en su artículo
140° que son los accionistas quienes en determinadas circunstancias pueden impugnar los
acuerdos de la junta general de accionistas. Es, pues, un derecho potestativo ya que el
accionista tiene la facultad o no de ejercitarlo. Es además un derecho personal porque es

21
inherente a la condición de accionista, condición que, no solamente debe ostentarse al
momento de tomarse el acuerdo materia de la impugnación, sino que debe mantenerse
durante todo el proceso y, finalmente, es un derecho subjetivo por cuanto se le concede al
accionista dicho derecho para formular su pretensión en base a su apreciación personal, la
misma que debe compatibilizarse con el interés social” (2012, p. 78).

- Asimismo, Hundskopf señala que:

El texto del artículo 139° de la LGS establece que pueden ser impugnados judicialmente
los acuerdos de la junta general de accionistas cuyo contenido sea contrario a esta ley, se
opongan al Estatuto o al Pacto Social; o que lesionen beneficio directo o indirecto de uno
o varios accionistas los intereses de la sociedad, señalando además que los acuerdos que
incurran en causal de anulabilidad previstos en la LGS o en el Código Civil también serán
impugnables en los plazos y formas que señale las normas correspondientes señalen. En
lo sustancial, adviértase que la LGS no establece un trato diferenciado entre acuerdos
nulos y acuerdos anulables, no entrando a precisar cuáles de esos acuerdos son nulos y
cuáles anulables, como si lo hace la nueva ley de sociedades anónimas de España,
aprobada por real cédula número 1564 del año 1989. El artículo 115° de dicho cuerpo
legal que considera como acuerdos nulos, los acuerdos contrarios a la ley, señalando que
los demás acuerdos, es decir, los contrarios al Estatuto o que lesionen los intereses de la
sociedad son anulables, distinción que acarrea, importante diferencia respecto a la
legitimación activa, respecto a los plazos de caducidad y también en lo concerniente a las
vías procesales (2012, p. 80).

- Para debatir en el tema, el profesor Hundskopf “recoge la opinión del profesor español de
derecho Mercantil, Rafael Jiménez de Parga, quien hace mención al artículo 115° de la
ley española que constituye la base sobre la que se asienta el sistema vigente de
impugnación de acuerdos, adicionándose a este artículo, el contenido del artículo 143°
que por primera vez el ordenamiento jurídico español abre a los administradores
(directores) la posibilidad de impugnación de acuerdos nulos o anulables adoptados por el
Consejo de administración o cualquier otro órgano colegiado de administración” (2017, p.
66).

- Según Garrigues y Uría (1976) “En nuestro marco legal, el hecho de que no exista una
diferencia expresa no nos impediría considerar como acuerdo nulo, al igual que lo hace la
actual ley española como el que es contrario a la ley y cómo acuerdo anulable, el que
atenta contra el Estatuto, el Pacto social o el interés social. Sin embargo, sustento de la
postura asumida por nuestra ley de no hacer ninguna diferencia entre ambos supuestos
está la opinión de Garrigues y Uría para quienes es conveniente evitar las distinciones
entre acuerdos nulos y anulables y hacer de toda validez de los acuerdos sociales causa
simples de impugnación, para de esa manera excluir la posibilidad de situaciones
divergentes y apartar la amenaza indefinida de la acción de nulidad respondiendo a la
necesidad que tienen las sociedades anónimas de ser dinámicas y de dar seguridad a sus
accionistas y terceros” (1976, p. 80).
- Como sostiene Román, la doctrina nacional ha contemplado dos posiciones netamente
disímiles sobre la manera en la que debería entenderse y aplicarse el régimen de invalidez
de los acuerdos societarios. Estas posiciones deben su origen a la existencia de una
22
situación antinómica en el ordenamiento jurídico societario. Efectivamente, la antinomia
aludida se verifica por la presencia de 2 condiciones, a saber: a) la existencia de normas
contradictorias (artículos 38°, 139° y 150° de la LGS) que al parecer se refieren al mismo
supuesto de hecho, y b) las consecuencias jurídicas asignadas por las normas
involucradas, que son a su vez incompatibles entre sí (2019, p. 82).

Así, según Román, la inconsistencia normativa dio lugar a que en el medio jurídico
nacional se postulen, dos posiciones interpretativas, que son los siguientes:

a) La primera basada en el texto normativo contenido en el artículo 38° de la LGS,


considera que el accionista podrá iniciar un proceso judicial de impugnación a la luz
del artículo 139° de la LGS, o a su sola decisión pretender invalidar el mismo acuerdo
societario conforme lo previsto en el artículo 150° de la ley referida, alegando para
tales fines, el mismo supuesto fáctico previsto indistintamente en el artículo 139° o en
el artículo 150° de la LGS (2019, p. 12).
b) Por el contrario, la segunda posición sostiene que el socio impugnante no podría
discrecionalmente pretender invalidar acuerdos societarios nulos o anulables. Antes
bien, en esta posición se asume que los supuestos patológicos que originan la sanción
de nulidad o de anulabilidad, deben encontrarse claramente delimitados por las
normas jurídicas societarias (2019, p.12).

Cualquiera de las dos posiciones expuestas; a adoptarse no solo deben ser consistentes
con las normas del ordenamiento sino además resultar coherentes y ello supone
desarrollar un razonamiento atento a los valores implícitos que unificarían el
ordenamiento, logrando un mejor entendimiento de la norma (Román, 2019).

Siguiendo a Garrigues y Uría (1976) en la amplia categoría genérica de los acuerdos


impugnables, deben distinguirse los acuerdos radicalmente nulos y los simplemente
anulables, reconociendo que en el plano puramente teórico la línea divisoria entre la
nulidad y la anulabilidad es tan borrosa como imprecisa, pero en el terreno concreto de
los acuerdos sociales la separación no es difícil de establecer (1976, p. 250)

A tenor de Román, así las cosas, el derecho de impugnación, se entendería que constituye
en esencia una declaración de voluntad que tiene por propósito invalidar un acuerdo
societario determinado, y qué es realizado por un sujeto de derecho investido de tal
atributo por la ley (legitimado), siendo que la declaración es formulada ante un juez - o
ante un árbitro - y debe dirigirse necesariamente contra la sociedad emisora del acuerdo
cuestionado. En tal sentido, consideramos indiscutible el carácter procesal del derecho de
impugnación, pues es allí donde encuentra su real y efectiva manifestación, es decir, en
los tribunales de justicia (2019, p.193).

Además, es propio de señalar que el carácter procesal de este hecho obedece a que no
deriva de algún derecho sustantivo en particular -derecho de voto o de fiscalización como

23
algún sector doctrinario sostiene -. antes bien, a través de él se garantiza la vigencia y
eficacia de todos los derechos individuales y colectivos que han podido ser violentados a
través de una decisión societaria (Román, 2019).
En efecto, según Elías se tiene que:
El derecho de impugnación no deriva de un derecho material o sustantivo previsto en la
LGS, es más, el propio derecho de impugnación no constituye en sí mismo un derecho
material, como sí lo son el derecho a la suscripción preferente, el derecho al voto coma el
derecho a estar informado, el derecho a la separación, etc. Esto en la medida que no
resulta jurídicamente posible sostener la existencia de un derecho subjetivo a nulificar una
situación jurídica. Antes bien su naturaleza se ajusta más a una potestad conferida por el
ordenamiento jurídico. Es decir, el derecho subjetivo se caracteriza por tener su origen en
una relación jurídica concreta, a recaer sobre un objeto específico y determinado, consiste
en una pretensión concreta y corresponde con un deber atribuible a un sujeto pasivo, que
es, En este sentido, un sujeto obligado. En cambio, la potestad no se genera en la relación
jurídica alguna, ni en pactos, negocios jurídicos o actos o hechos singulares, sino que
procede directamente del ordenamiento. En segundo término, no recae sobre ningún
objeto específico y determinado, sino que tiene un carácter genérico y se refiere a un
ámbito de actuación definido en grandes líneas o direcciones genéricas. (1999, p. 35).

Por lo cual se sostiene que, quién impugna judicialmente no se encuentra obligado a


sostener o afirmar en su demanda que ostenta la titularidad de algún derecho subjetivo
vulnerado, sino que le bastará con invocar la existencia, en primer lugar, de una posición
que lo legítima jurídicamente, y, en segundo lugar, exponer la existencia de una situación
jurídica patológica que la ley sanciona con nulidad (Elías, 1999).

En ese sentido, conforme lo señalado por Elías:


Adviértase que quien incoa una pretensión judicial contenida en una demanda de
impugnación de acuerdos societarios no requiere acreditar necesariamente la vulneración
de un derecho o un bien sustantivo previsto en la LGS antes bien, lo que busca el
impugnante es denunciar una situación jurídica anómala a los efectos de que
jurisdiccionalmente se expurgue él o los acuerdos societarios afectados con vicios de
nulidad o anulabilidad. Así, el autor de este argumento considera que existe derecho a
impugnar acuerdos societarios, en la medida que se configuren situaciones jurídicas de
orden patológico descritas en los supuestos de aplicación de los artículos 139° y 150° de
la LGS. Por ejemplo, si alguien pretende alegar la invalidez de un acuerdo societario, por
no haber sido debidamente convocada la junta general de accionistas que adoptó la
decisión cuestionada este sujeto según la Ley Mercantil no requerirá acreditar
necesariamente la existencia de un derecho material lesionado basta con que se constaté
dicha situación jurídica de anormalidad a los efectos de invalidar el acuerdo societario.
(1999, p.38).

Así las cosas, resulta erróneo asignar el derecho de impugnación un contenido de origen
material, o incluso accesorio derivado de algún derecho societario en particular. El
derecho de impugnación constituye en esencia una manifestación en sede Mercantil del

24
derecho a la tutela jurisdiccional efectiva previsto en el artículo 139° de la Carta Magna
coma como se verá a continuación (Elías, 1999).

Efectivamente, dicho a manifestación del derecho a la tutela jurisdiccional efectiva en el


ámbito Mercantil se expresa a través de dos pretensiones procesales: la pretensión de
invalidez del acuerdo societario por causal de anulabilidad (denominada comúnmente
derecho de impugnación) y la pretensión de validez del acuerdo societario por causal de
nulidad (denominada acción de nulidad) (Elías, 2015).

En este orden de ideas, la existencia del régimen de invalidez de acuerdos societarios en


el Perú debería involucrar siempre la existencia de 2 categorías jurídicas sancionadoras de
una decisión viciada: i) los acuerdos nulos, propiamente, y ii) los acuerdos anulables. Esta
afirmación implica, por cierto, la negación de cualquier otra causal de invalidez de los
acuerdos societarios, como puede ser el acuerdo impugnable o la inexistencia del referido
acuerdo (Elías, 2015).

Como no puede ser de otra manera, la tesis de que en el Perú contamos con un deficiente
régimen normativo de invalidez en materia societaria, requiere de precisiones
conceptuales e interpretativas. En cambio, una situación distinta se presenta en otros
escenarios normativos, como por ejemplo el Derecho español, en el que resulta plausible
la claridad que al respecto evidencia la norma contenida en el artículo 115° de la ley
societaria española, en cuanto al recogimiento de estas categorías jurídicas de invalidez
(Montoya, 1967).

Nuestra realidad legislativa -entiéndase principalmente artículos 38°, 139° a 151° de la


LGS- carece de la claridad necesaria a efectos de erigir una justicia predecible (Montoya,
1967).

A parecer de Montoya y comparto su posición, ya que, en esta se preceptúan una serie de


supuestos sin diferenciar claramente “la categoría jurídica invalidante, origina que
diversos aspectos prácticos tan sencillos como el determinar a quien corresponde la
legitimidad para obrar activa, o cual resultaría ser el plazo de caducidad aplicable, o bien
verificar si la vía procedimental asignada es la correcta; no pueden ser definidas
claramente. Por lo tanto, un orden normativo Mercantil que no ofrece buenos cauces en el
ámbito jurisdiccional, e incluso en el conocimiento que al respecto exponen los propios
litigantes, requiere de parte de la doctrina nacional ideas que no sólo describe una
situación deficitaria, sino que, sobre todo, explique situaciones tan elementales como las
consistentes en determinar si existen razones que justifican un régimen dicotómico de
invalidez; o el interés que protege el régimen de invalidez resulta plural o único y, de ser
el caso, desarrollar cuáles son esos intereses protegidos” (1967, p.18).

25
Después de todo lo expuesto y siguiendo la línea sobre el presente trabajo, ya que se ha
tratado de dilucidar lo concerniente a la impugnación de acuerdo societarios, relacionados
con su nulidad y anulabilidad es las sociedades anónimas en general, resulta necesario
abordar específicamente si la LGS permite que se expulsen socios de las sociedades
anónimas.

¿Se pueden excluir socios de las sociedades anónimas?


Como tal, el mecanismo de exclusión de accionistas sólo está previsto en la LGS como
una regla por defecto para la sociedad anónima cerrada. Así lo señala el artículo 248°:

“Artículo 248°.- Exclusión de accionistas

El pacto social o el Estatuto de la sociedad anónima cerrada puede establecer causales


de exclusión de accionistas. Para la exclusión es necesario el acuerdo de la Junta
general adoptado con el quórum y la mayoría que establezca el Estatuto. A falta de
norma estatutaria rige lo dispuesto en los artículos 126° y 127° de la LGS.

El acuerdo de exclusión es susceptible de impugnación conforme a las normas que rigen


para la impugnación de acuerdos de juntas generales de accionistas.”

Este aspecto es fundamental pues, en sentido estricto, el mecanismo de exclusión no


existe para la sociedad anónima ordinaria, menos aún para la sociedad anónima abierta.
Siendo así, cuando nos encontremos en situaciones en las cuales los accionistas no desean
que otro socio permanezca como tal, no tendrán a disposición un mecanismo para
expulsarlo, sin importar los porcentajes de partición que posean.

Es en tales casos se deben explorar otras opciones por las cuales se pueden llegar al
objetivo de “separar” a ese accionista no deseado.

En el caso mencionado, podrá considerarse i) la transferencia de acciones ii) la escisión


iii) el aumento de capital, y; iv) la disolución.

Para Mercado “la exclusión de socios es un mecanismo de naturaleza resolutoria que


produce la disolución de la relación singular socio – sociedad, en cuya virtud un socio es
forzado a hacer abandono de la sociedad por haber cometido alguna infracción juzgada
lesiva y contraria a los intereses sociales” (2002, p.123).

Asimismo, el autor argumenta que: “constituye un caso de separación forzosa del socio,
un acto realizado contra su voluntad, por el cual se extingue su condición de tal y la

26
sociedad prosigue su existencia con los socios que permanecen en ella. ante el choque
entre los intereses de la sociedad y los del socio, la ley arbitra un medio idóneo para que
la primera expulse de su seno al transgresor, a quién se le paga el valor de su inversión”
(Mercado, 2002).

Por lo cual, Mercado opina que:


La exclusión de socios ha sido desde siempre un instrumento natural en las sociedades de
personas o de estructura contractual, donde prima el intuito personal. En las denominadas
sociedades intermedias, es decir, en aquellos tipos sociales que combinan elementos de
las sociedades de personas y de las sociedades corporativas, se admite la existencia de la
exclusión de socios. En las sociedades de capitales, en cambio, se discute la
compatibilidad entre esta figura y la compleja estructura corporativa de ellas, desligada de
toda responsabilidad personal de los socios (2002, p.16).

Sin embargo, “existen supuestos, en las sociedades anónimas, donde los socios de manera
voluntaria adoptan compromisos firmes, por encima de su obligación fundamental de
contribuir con los aportes, asumiendo las denominadas prestaciones accesorias o las
obligaciones adicionales al pago de las acciones, que amplían sustancialmente el lado
pasivo del socio; situación que ha llevado a un cierto sector de la doctrina a plantearse la
posibilidad de que los estatutos regulen la exclusión de accionistas ante el incumplimiento
de las prestaciones accesorias y obligaciones adicionales” (Mercado, 2002).

Se debe señalar en este punto que la LGS no recoge el mecanismo de la exclusión de


socios o accionistas al regular la sociedad anónima típica, como si lo hace de manera
expresa cuando regula los demás tipos societarios normados en ella, como la sociedad
colectiva, la sociedad en comandita, la sociedad civil, la sociedad comercial de
responsabilidad limitada y la sociedad anónima cerrada (Mercado, 2002).

El inciso c) del artículo 55° de la LGS señala que el Estatuto de la sociedad anónima
podrá contener coma cuando corresponda, “… el régimen de prestaciones accesorias o de
obligaciones adicionales “, con lo cual se revela el carácter facultativo de ellas, buena
decisión de incluir las o no en los estatutos se deja a la autonomía privada (Mercado,
2002).

Por otro lado, el profesor Echaiz argumenta que “la legislación societaria peruana cuenta
con una regla general para la exclusión del socio y con reglas específicas para lo mismo
en cuanto a diversas formas societarias (sociedad anónima cerrada, sociedad colectiva,
sociedad comercial de responsabilidad limitada y sociedad civil), pero no así para la
sociedad anónima” (2012, p.75).

Asimismo, el profesor Echaiz, analiza precisamente la exclusión del socio en la sociedad


anónima en diferentes supuestos: por falta de pago de aportes, por incumplimiento de
prestaciones accesorias y/o de obligaciones adicionales y por cláusula estatutaria, así
27
como la exclusión del socio gerente y la impugnación del acuerdo de exclusión (2005,
p.75).

Para fines del presente trabajo, nos enmarcaremos en la sociedad anónima.


En ese sentido, el profesor Echaiz empieza analizando la LGS con respecto al artículo
22°, ubicado dentro del libro primero, titulado “Reglas aplicables a todas las sociedades”,
que indica lo siguiente:

“Artículo 22°. - Los aportes

Cada socio está obligado frente a la sociedad por lo que se haya comprometido a aportar
al capital. Contra el moroso la sociedad puede exigir el cumplimiento de la obligación
mediante el proceso Ejecutivo o excluir a dicho socio por el proceso sumarísimo.

El aporte transfiere en propiedad a la sociedad el bien aportado, salvo que se estipule


que se hace a otro título, en cuyo caso la sociedad quiere sólo el derecho transferido a su
favor por el socio aportante.

El aporte de bienes no dinerarios se reputa efectuando al momento de otorgarse la


escritura pública”

Para las formas societarias distintas a la sociedad anónima, la mencionada norma legal
cuenta con regulación específica respecto a la exclusión del socio.

Así, para la sociedad anónima cerrada:

“Artículo 248°. - Exclusión de accionistas

El pacto social o el Estatuto de la sociedad anónima cerrada pueden establecer causales


de exclusión de accionistas. Para la exclusión de accionistas es necesario el acuerdo de
la Junta general adoptado con el quórum y la mayoría que establece el Estatuto. A falta
de norma estatutaria rige lo dispuesto en los artículos 126° y 127° de la LGS.

El acuerdo de exclusión es susceptible de impugnación conforme a las normas que se


rigen para la impugnación de acuerdos de juntas generales de accionistas.”

28
En ese orden, se concluyó que la normativa societaria peruana posee una regla general
para la exclusión del socio según el artículo 22° de la LGS y con reglas propias en cuanto
a distintas formas societarias conforme el artículo 248° de la LGS, relacionada a la
sociedad anónima cerrada, el artículo 276° de la LGS, para la sociedad colectiva, el
artículo 293° para la sociedad comercial de responsabilidad limitada y artículo 303°
inciso 3) para la sociedad civil), pero no así para la sociedad anónima.

Finalmente, es menester precisar que la norma resulta aplicable a las sociedades sin
perjuicio de la forma societaria que hubiesen adoptado porque aquella se encuentra
ubicada en el libro primero titulado, precisamente reglas aplicables a todas las sociedades
(interpretación por método sistemático) (Echaiz, 2005).

Por lo demás, nada impide que la sociedad pueda actuar de una forma distinta a las
previstas en el artículo 22 de la LGS: por ejemplo, exigiendo el cumplimiento fraccionado
del aporte según un cronograma de pagos (Echaiz, 2005).

Asimismo, el profesor Echaiz, sostiene que:


No existe inconveniente para incluir en el Estatuto social de sociedades anónimas
aquellas disposiciones previstas para las sociedades anónimas cerradas que no
contravenga la regulación de aquella implica, igualmente, mucha ligereza en el
razonamiento jurídico. Si la sociedad anónima a diferencia de la sociedad anónima
cerrada carece de una norma legal expresa sobre las causales de exclusión del socio
significa que estamos ante un vacío legal que requiere, no de interpretación jurídica, sino
de integración jurídica, siendo por ello aplicable bien el método analógico o bien el
método principista. El método analógico es el que se ejecuta en el voto en discordia sub
examine al pretender que la norma de exclusión del socio en la sociedad anónima cerrada
se aplique por analogía a la exclusión del socio en la sociedad anónima, pero esto no es
posible porque aquella norma, contenida en el artículo 248° de la LGS, es restrictiva de
los derechos del socio y, según dispone el artículo IV del título preliminar del Código
Civil, la ley que restringe derechos no se aplica por analogía. Hay que acudir más bien al
método principista, específicamente al “principio trato igual para los iguales y trato
desigual para los desiguales”, de manera tal que los socios de una sociedad anónima
(donde predomina el intuito pecuniae), al ser diferentes de los socios de una sociedad
anónima cerrada (prima el intuito personae), merece un trato distinto respecto a la
exclusión de la sociedad (2005, p.80).

Pacto Social, Estatuto y Acuerdos entre Accionistas


Continuando con los temas que nos conciernen respecto al presente trabajo es preciso
abordar doctrina acerca del Pacto Social, Estatuto y Acuerdos entre Accionistas.

A tenor de Elías Laroza la partida nacimiento de una sociedad es el pacto social, que
incluye al Estatuto. El contenido del pacto social y, por ende, del Estatuto, es de
observancia obligatoria, siempre que no transgredan la LGS, las normas de orden público

29
o atente contra las buenas costumbres; sin embargo, es posible modificarlo en la medida
en que se siga el procedimiento establecido para tal efecto (1999, p. 281).

El pacto social contiene principalmente los datos de identificación de los fundadores; la


manifestación expresa voluntad de constituir la sociedad; el monto del capital y las
acciones en que se divide; la forma como se paga el capital suscrito y el aporte en cada
accionista en dinero o en otros bienes o derechos; el nombramiento y los datos de
identificación de los primeros administradores y el Estatuto. El Estatuto contiene las
reglas que rigen el funcionamiento de la sociedad. Dentro del contenido del Estatuto está
la denominación de la sociedad; la descripción de su objeto social; el domicilio de la
sociedad; su plazo de duración, con indicación de la fecha de inicio de actividades; el
monto del capital, el número de acciones en que está dividido, el valor nominal de cada
una de ellas, el monto pagado por cada acción suscrita; etc. (Elías, 1999).

De esta manera, los pactos, acuerdos o convenios de accionistas predeterminan las pautas
y lineamientos cómo funcionará la sociedad en todos aquellos aspectos en los que las
partes deben ponerse de acuerdo (ejercicio del derecho de voto, políticas de
administración de la empresa, limitaciones de la transferencia de acciones y derechos
inherentes a las mismas, entre otros). Por tales motivos, los convenios o pactos de
accionistas constituyen hoy una aplicación práctica de la teoría del buen Gobierno
corporativo, siendo estos acuerdos actualmente reconocidos por la mayoría de los códigos
de buen Gobierno corporativo (Velarde y Gonzales, 2000).

De la Convocatoria a una Junta General de Accionistas en la Sociedad Anónima


Finalmente, resulta necesario abordar lo concerniente a las consideraciones para la
convocatoria a una junta general de accionistas en la sociedad anónima.

En la medida que los acuerdos de la junta general de accionistas constituyen las


decisiones de más alto nivel en una sociedad anónima, es necesario cumplir una serie de
formalidades para llevar a cabo las reuniones de la junta general de accionistas y para que
los acuerdos adoptados surtan plenos efectos (Echaiz, 2005).

Así, como muchas sociedades cometen errores al realizar sus juntas, desde la forma en
que son convocadas, la forma en que se realizan las votaciones de los acuerdos y la forma
en que dichos acuerdos deben ser formalizados, es decir, sí basta con que consten en el
libro de actas o si se deben inscribir en los Registros Públicos (Echaiz, 2005).

Tal como lo indica el artículo 111°de la LGS: “La junta general de accionistas es el
órgano de más alto nivel en la sociedad anónima y está compuesto por todos los
accionistas”.
Ahora bien, como ya lo conocemos en las sociedades anónimas es posible que existan
acciones con y sin derecho a voto, por lo cual, en las reuniones de la junta general de

30
accionistas, no participan los titulares de acciones sin derecho a voto, con la excepción de
los casos en los que la LGS requiere de juntas especiales para tomar determinados
acuerdos, como la modificación de los derechos de una clase de acciones (Cieza, 2009).

En todo caso, los acuerdos de la junta general de accionistas se adoptan por mayorías,
considerando para el cómputo el porcentaje de participación de cada accionista en el
capital social (Cieza, 2009).

En ese sentido para una sociedad capitalista, los votos no se computan por personas sino
por capitales. Esta es una de las diferencias con otros tipos societarios como la sociedad
colectiva, en la que los votos si se computan por personas, es decir, cada socio tiene un
voto y todos los votos tienen el mismo valor (Echaiz, 2005).

En las sociedades anónimas, el peso del voto de cada socio depende de la cantidad de
acciones que posee y del porcentaje que ellas representen en el capital social, y esta regla
se aplica debido al carácter capitalista de las sociedades anónimas (Cieza, 2009).

Debe tomarse en cuenta que los acuerdos adoptados por la junta general de accionistas
son obligatorios para todos los accionistas, incluso para aquellos que hubieran votado en
contra o para los que no asistieron a la reunión en la cual se adoptó (Cieza, 2009).

Además de la junta obligatoria anual dispuesta por la LGS, es obligatorio convocar a la


junta en las oportunidades que lo señale el estatuto, cuando lo acuerde el directorio y
cuando lo soliciten accionistas que representen por lo menos el 20% del capital (Cieza,
2009).

Ahora bien, ¿quién convoca la Junta? la ley dispone que dicha facultad le corresponde al
directorio. Pero, como ya hemos mencionado, cuando se trata de una sociedad anónima
cerrada sin directorio, dicha facultad le corresponde al gerente (Cieza, 2009).

Según la LGS la convocatoria se efectúa mediante avisos publicados en los diarios, las
publicaciones deben realizarse en el diario oficial “El Peruano” y en otro diario de
circulación en la respectiva provincia. Si se trata de una sociedad con domicilio fuera de
las provincias de Lima o el Callao, la convocatoria se publica en el diario local encargado
de los avisos judiciales. Tratándose de una sociedad anónima cerrada, la convocatoria no
se realiza mediante la publicación de avisos en los diarios, sino mediante comunicaciones
cursadas por carta, fax o correo electrónico, según lo indicado en el estatuto. La diferencia
entre las dos formas de comunicación prevista para las sociedades anónimas ordinarias y
para las cerradas, se sustenta en los límites en la cantidad de accionistas que existe para
cada forma societaria (Echaiz, 2005).

31
Es importante además del medio por el cual se difunde la convocatoria, establecer cuándo
se debe comunicar. A tal efecto, Cieza señala que:
“La LGS dispone que cuando se trate de la convocatoria a la Junta obligatoria anual y la
junta señaladas en el estatuto, la convocatoria deberá realizarse con una anticipación no
menor de 10 días a la fecha de celebración. Si se trata de otras juntas distintas, la
convocatoria debe realizarse con no menos de 3 días de anticipación, aunque el Estatuto
puede señalar plazos mayores” (2009, p.23).

Claro está, asisten los accionistas de la sociedad. Pero ¿Cómo se determina quiénes son
los socios? El artículo 121° de la LGS dispone que pueden asistir a la Junta los
accionistas que figuren como tales en la matrícula de acciones como una anticipación no
menor de 2 días a la fecha de la celebración de la Junta (Cieza, 2009).

El artículo 121° de la LGS regula todas estas situaciones:

- “Cuando un socio no puede asistir a la Junta, por cualquier circunstancia, es posible


que asista mediante un representante. El poder para asistir a la Junta debe ser
conferido por documento escrito simple si es que solo se otorga para una Junta en
particular. Pero si es un poder general de representación para varias juntas, se debe
otorgar por escritura pública ante notario.

- Como regla general, el poder puede otorgarse a cualquier persona, pero el Estatuto
puede restringir esta posibilidad para que solo se pueda designar a otro socio, un
director o al gerente. En el caso de la sociedad anónima cerrada, la representación
está limitada por el artículo 243 de la LGS:

Para ejercer la representación es necesario que el poder se haya registrado ante la


sociedad como una anticipación no menor a 24 horas a la fecha de celebración de la
Junta.”

Con respecto al quórum, es común que en las sociedades cometan confusiones cuando
deben computar el quórum para instalar la Junta y cuándo deben computar los porcentajes
para establecer las mayorías necesarias para la adopción de un acuerdo (Hundskopf,
2019).

Por ello, es preciso señalar en este y los porcentajes de votación para determinar las
mayorías en la adopción de un acuerdo son dos figuras completamente distintas el
quórum es la cantidad límite mínimo de presencia que se requiere para instalar la Junta y
declararla válida para la toma de acuerdos. Los porcentajes de mayoría para la opción de
un acuerdo se computan luego de que la Junta ha sido instalada y se determinan para cada
acuerdo pudiendo ocurrir que algunos socios se retiren de la sesión, sin que ello invalide
la toma de acuerdos en la medida que se cuente con la mayoría requerida coma según el
tipo de acuerdo (Hundskopf, 2019).

32
DE LA DOCTRINA JURISPRUDENCIAL

El Pleno Jurisdiccional Nacional Comercial del año 2013

El 27 y 28 de septiembre del 2013 se llevó a cabo el Pleno Jurisdiccional Nacional


Comercial 2013, organizado por el Consejo Ejecutivo del Poder Judicial, el Centro de
Investigaciones Judiciales y la Corte Superior de Justicia de Piura, el mismo que se
realizó en la ciudad de Piura y en el cual participaron los Jueces Superiores competentes
en materia comercial de las 31 Cortes Superiores de Justicia. Se abordaron cuatro
temas, pero a continuación sólo describiré el tema que nos compete para el presente caso
[(Cfr. Plenos Jurisdiccionales. Lima, Centro de Investigaciones del Poder Judicial, s/f, p.
2)].
1. Nulidad e impugnación de acuerdos en la Ley General de Sociedades.
Como fundamentos del pleno a exponer en el presente trabajo de investigación se tiene
que, en muchos procesos presentados en sede comercial, se ha pretendido la impugnación
-o nulidad- de acuerdos de Directorio; la respuesta ha sido variada. En su mayoría han
sido declaradas improcedentes dichas demandas por no encontrarse regulada en la Ley
General de Sociedades; sin embargo, existe otra posición que sostiene que con ello se
afecta el derecho de tutela judicial efectiva del accionista impugnante, sobre todo en
aquellas sociedades donde los grupos societarios tienen divididas las acciones a razón de
50% cada uno y en la Junta General de Accionistas no pueden llegar a ningún acuerdo.
No obstante, subsiste la preocupación de las reglas que resultan aplicables, en el sentido
que, no existiendo regulación, deberían aplicarse las mismas que se aplican para la
impugnación o nulidad de Junta General de Accionistas [(Cfr. Plenos Jurisdiccionales.
Lima, Centro de Investigaciones del Poder Judicial, s/f, p. 2)] (Echaiz, 2012).

Finalmente, la conclusión plenaria se dio en los siguientes términos: “El Pleno adoptó por
mayoría que «Si bien la Ley General de Sociedades no prevé este tipo de pretensiones, sin
embargo, no la prohíbe, en consecuencia, tal pretensión sería viable si no existe
posibilidad alguna que la Junta General de Accionistas pueda pronunciarse sobre los
cuestionamientos -impugnación o nulidad- de algún socio contra las decisiones del
Directorio que afectan a la sociedad o a los derechos de los socios. Sería de aplicación la
regla general prevista en los artículos 38° y 49° de la Ley General de Sociedades. En
consecuencia, sí resulta procedente la impugnación o nulidad de acuerdos de
Directorio»”.

Cabe recalcar, conforme lo mencionado por Echaiz:


“Que la Ley General de Sociedades diferencia la impugnación y la nulidad de acuerdos
societarios de manera específica, restringiéndose a la sociedad anónima, siendo que el
cuestionamiento de los acuerdos de la Junta General de Accionistas se materializa a través
de la “impugnación” y la “nulidad”, contempladas en los artículos 139° y 150° de la Ley
General de Sociedades, respectivamente (ambos ubicados en el Libro Segundo titulado

33
“Sociedad Anónima”). La impugnación de acuerdos de la Junta General se Accionistas
procede cuando: i) su contenido sea contrario a la Ley General de Sociedades; ii) su
contenido se oponga al estatuto social o al pacto social, iii) su contenido lesione, en
beneficio directo o indirecto de uno o varios accionistas, los intereses de la sociedad; iv)
incurran en causal de anulabilidad prevista en la ley; v) incurran en causal de anulabilidad
prevista en el Código Civil; vi) se sustente en defectos de convocatoria; y, vii) se sustente
en falta de quórum. Por su parte, la nulidad de acuerdos de la junta general de socios será
viable respecto a acuerdos: i) contrarios a normativas imperativas; ii) que incurran en
causales de nulidad previstas en la Ley General de Sociedades; y, iii) incurran en causales
de nulidad previstas en el Código Civil”. (2012, p. 28).

CAPITULO III

3.1. Análisis Jurisprudencial


Resulta competente abordar jurisprudencia relevante al tema central relacionado a la
impugnación de acuerdo societario, en ese sentido, procedo a dar alcance de lo
investigado.
Sentencia del Tribunal Constitucional de fecha 2013, recaída en el Expediente N°
01640-2013-PA/TC de la ciudad de Moquegua”
Recurso de agravio constitucional interpuesto por Raymundo Larico Huisa contra la
Resolución de fojas 164, de fecha 6 de marzo de 2013, expedida por la Sala Mixta
Descentralizada de Ilo de la Corte Superior de Justicia de Moquegua, que declaró
improcedente la demanda de autos.
Fundamentos destacados de la sentencia:
1. Delimitación del petitorio
Se solicita que se deje sin efecto el acuerdo de fecha 10 de junio de 2012 de la Junta
General de Accionistas, la cual decidió excluirlo de la empresa demandada.
2. Argumentos del demandante
El demandante considera que ha sido expulsado de la empresa por una causal no tipificada
en el estatuto social, y que no se le notificó esta decisión. Considera que se habrían
violado el debido proceso y sus derechos de defensa y de trabajo.
3. Argumentos de la demandada
La demandada señala que, mediante cartas notariales, se comunicó al recurrente su
decisión de excluirlo por causales previstas en el estatuto social. Asimismo, alega que el
recurrente pudo defenderse en el procedimiento previo a su exclusión. También anota que
el actor estuvo presente ante la Junta General de Accionistas que decidió excluirlo, y que
ante ella ejerció su derecho de defensa. Finalmente, manifiesta que comunicó su
exclusión mediante carta notarial.
Por lo cual, el acto presuntamente lesivo se encuentra constituido por el Acuerdo de la
Junta General de Accionistas de la Empresa de Transportes y Servicios Múltiples Ilo Sur
S.A.C., el cual determinó la expulsión del demandante por una deuda impaga. Dicho

34
acuerdo puede ser cuestionado en la vía ordinaria y a través del proceso de impugnación
de acuerdos societarios, previsto en el artículo 248° de la Ley General de Sociedades.
Dicho procedimiento constituye una “vía procedimental específica” para la remoción del
presunto acto lesivo de los derechos constitucionales invocados en la demanda y, a la vez,
resulta también una vía “igualmente satisfactoria”, respecto al “mecanismo
extraordinario” del amparo, razón por la cual la controversia planteada debió ser
dilucidada en el referido proceso.

El Tribunal Constitucional declaró IMPROCEDENTE la demanda, con la cual estoy de


acuerdo debido a que el caso pudo ser cuestionado en la vía ordinaria, a través del proceso
de impugnación de acuerdos societarios, previsto en el artículo 248° de la Ley General de
Sociedades que remite al artículo 139° de la misma norma societaria.

Casación N° 663-2002-TACNA de fecha 2002 de la Sala Civil Permanente de la


Corte Suprema de Justicia de la República

“Fundamentos por los cuales se ha declarado procedente el recurso:


Como ya lo conocemos la Ley General de Sociedades N° 26887 entró en vigencia el 1 de
enero de 1998 conforme a la octava disposición final de su Título Final, siendo posterior
al 30 de diciembre de 1997 en que se realizó la Junta General de la Empresa de
Transportes Concordia Sociedad de Responsabilidad Limitada, que acordó la expulsión
de los socios impugnantes; en consecuencia, el ordenamiento legal pertinente, aplicable al
caso por temporalidad, es la Ley General de Sociedades aprobada por Decreto Supremo
N° 003-85-JUS y no la Ley anteriormente acotada en la cual se ha sustentado la sentencia
de vista para revocar la sentencia apelada, por lo que la causal de aplicación indebida
resulta amparable”. (Casación Civil N° 663 – Tacna - 2002, 2002).

Por lo expuesto, mediante Resolución de fecha 27 de junio del 2002, se ha declarado


procedente el Recurso de Casación interpuesto por Cristóbal Choque Toso, Mario Ruiz
Paredes y Miguel Velásquez Velásquez por las causales previstas en los incisos 1° y 2°
del artículo 386° del Código Procesal Civil, al amparo de las cuales denuncian: a) la
aplicación indebida de los artículos 144° y 295° de la Ley General de Sociedades N°
26887 y. b) la inaplicación de los artículos 274°, 276°, 286° y 296° del Decreto Supremo
003-85-JUS y del artículo 189 del Código Procesal Civil [Casación Civil N° 663 – Tacna
- 2002, 2002].

Por lo cual, se argumenta que los hechos expuestos permiten establecer que los artículos
274° del Decreto Supremo N° 003-85-JUS relativo al capital social, 276° sobre las
normas aplicables a los aportes, 286° es relativo a la transmisión de las participaciones
sociales en cuyo cuarto párrafo se establece que son nulas las transmisiones a persona
extraña a la sociedad que no se ajusten lo establecido en la escritura social, y 296°,
asimismo, sobre la exclusión y del socio gerente por inobservancia de la prohibición de
competencia prevista en la parte final del artículo 279° no es aplicable al presente caso
por ser posterior al acuerdo de exclusión, guardan relación y resultan pertinentes para

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dilucidar el objeto de esta controversia sobre impugnación de acuerdo societario
[Casación Civil N° 663 – Tacna - 2002, 2002].

En lo que respecta al artículo 189° del Código Procesal Civil relativo a la oportunidad
en que deben ofrecerse los medios probatorios es una norma de derecho procesal que no
puede ser cuestionada mediante una causal de casación destinada a normas materiales
por expresa prohibición del artículo 386° inciso 2° del Código Procesal Civil, resultando
improcedente este extremo [Casación Civil N° 663 – Tacna - 2002, 2002].

Por lo expuesto, se concluyó que el Recurso de Casación por las causales de aplicación
indebida del artículo 144° de la Ley N° 26887 (LGS) e inaplicación de los artículos 274°,
276°, 286° y 296° del Decreto Supremo 003-85-JUS resulta fundado, debiendo resolverse
como corresponde al conflicto de intereses [Casación Civil N° 663 – Tacna - 2002,
2002].

Por las consideraciones precedentes, de conformidad con lo dispuesto en el inciso 1° del


artículo 396 del Texto Único Ordenado del Código Procesal Civil: a) Declararon
FUNDADO el Recurso de Casación interpuesto por Cristóbal Choque Toso, Mario Ruiz
Paredes y Miguel Velásquez Velásquez; y, en consecuencia, CASARON la sentencia de
vista de fecha 28 de diciembre del 2001, expedida por la Sala Civil de la Corte Superior
de Justicia de Tacna, actuando esta Sala Suprema en sede de instancia se confirmó la
sentencia de primera instancia, de fecha 7 de agosto del año 2001, que declara Fundada
en parte la demanda; FUNDADA la pretensión de impugnación de acuerdo de exclusión
(debiendo entenderse, en consecuencia, NULO el acuerdo de exclusión de los tres socios
demandantes), e IMPROCEDENTE la pretensión de nulidad de la convocatoria y demás
acuerdos de Junta Directiva (debiendo entenderse que es de la Junta General
Extraordinaria de fecha 30 de diciembre de 1997); con lo demás que contiene [Casación
Civil N° 663 – Tacna - 2002, 2002].

Casación N° 3685-2002-SULLANA de fecha 2002 de la Sala Civil Permanente de la


Corte Suprema de Justicia de la República
Sumilla: Exclusión de Socio – improcedencia del Recurso de Casación

En resumen, lo sucedido en la presente Casación se basó sobre la controversia de la


exclusión de socio gerente quien posee participaciones sociales en la empresa.

En ese sentido, en la presente Casación se determina que los procesos sobre exclusión de
socio gerente no es materia de discusión la transferencia de participaciones sociales,
sino el cuestionamiento a la gestión gerencial. Asimismo, no resulta amparable la
denuncia formulada por la recurrente si ésta afirma que las sentencias emitidas en el
proceso no han sido debidamente sustentadas y que la plataforma fáctica de éstas se
apoya en supuestos que no acreditan fehacientemente los hechos con los cuales el actor
pretende fundamentar su demanda; con ello lo que pretende la impugnante es que la Sala
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Casatoria efectúe un nuevo examen de los medios probatorios, lo cual es ajeno a sus
funciones [Casación Civil N° 3685- Sullana - 2002, 2002].

En relación a la denuncia por vicios in procedendo, la impugnante sostiene que es


requisito indispensable para ser socio, haber pagado las participaciones sociales, lo cual
no se ha verificado en el presente caso antes de amparar la demanda, habiéndose
infringido el artículo 291 de la Ley General de En los procesos sobre exclusión de socio
gerente, no es materia de discusión la transferencia de participaciones sociales, sino el
cuestionamiento a la gestión gerencial. Asimismo, no resulta amparable la denuncia
formulada por la recurrente si ésta afirma que las sentencias emitidas en el proceso no
han sido debidamente sustentadas y que la plataforma fáctica de éstas se apoya en
supuestos que no acreditan fehacientemente los hechos con los cuales el actor pretende
fundamentar su demanda; con ello lo que pretende la impugnante es que la Sala
Casatoria efectúe un nuevo examen de los medios probatorios, lo cual es ajeno a sus
funciones [Casación Civil N° 3685- Sullana - 2002, 2002].

Al respecto, debe indicarse que este extremo del recurso no resulta amparable, ya que no
es materia de discusión en los presentes autos la transferencia de participaciones
sociales, sino el cuestionamiento a la gestión gerencial funciones [Casación Civil N°
3685- Sullana - 2002, 2002].

Por otro lado, se alega que el Colegiado Superior ha aplicado indebidamente los
artículos 190 y 288 de la Ley General de Sociedades, normas que establecen las
obligaciones especiales y propias de los gerentes y su responsabilidad ante la sociedad,
accionistas y terceros. Sin embargo, debe indicarse que la denuncia formulada no puede
ser amparada, ya que en el basamento expuesto por la recurrente, ésta afirma que las
sentencias emitidas en el presente proceso, no han sido debidamente sustentadas y que la
plataforma fáctica de éstas, se apoya en supuestos que no acreditan fehacientemente los
hechos con los cuales el actor pretende fundamentar la demanda; coligiéndose en tal
sentido, que lo que pretende la impugnante es que esta Sala Casatoria efectúe un nuevo
examen de los medios probatorios, lo cual es ajeno a sus funciones Por las razones
expuestas y haciendo uso de la facultad prevista en el artículo 392 del Código adjetivo:
declararon IMPROCEDENTE el recurso de casación de fojas trescientos veintiocho,
interpuesto por doña María Corona Benítez Ponce; en los seguidos por don Jonny Falla
Zapata, sobre exclusión de socio gerente; CONDENARON a la recurrente al pago de la
multa de tres Unidades de Referencia Procesal, así como de las costas y costos
originados en la tramitación del recurso; DISPUSIERON la publicación de la presente
resolución en el Diario Oficial "El Peruano", bajo responsabilidad [Casación Civil N°
3685- Sullana - 2002, 2002].

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Finalmente, dentro del análisis jurisprudencial resulta necesario conocer algunas
incógnitas relevantes al contexto del presente caso:
Sobre las normas que contienen la LGS
Según Echaiz, “La LGS contiene normas imperativas, a las que necesariamente debe
ceñirse la sociedad y normas dispositivas contra las que se puede pactar en el estatuto; en
algunos casos, la propia ley señala que se está ante una norma contra la que se puede
pactar, como ocurre con el artículo 21° la cual señala, salvo estipulación expresa en
contrario del pacto social o del estatuto; entre otras, la norma establece que contra lo
dispuesto en ella no se puede pactar, como el artículo 200° que dispone que es nulo todo
pacto que excluya el derecho de separación; asimismo, en ocasiones la norma está
redactada en términos mandatarios o prohibitivos de modo que queda claro su carácter
imperativo” (2012, p.20).

¿Cuál es la diferencia en la sociedad de capitales y la sociedad de personas?


Resulta necesario identificar la diferencia debido a que en el presente caso nos
encontramos frente a una sociedad capitalista, por lo cual, conforme Echaiz menciona:
Se ha clasificado tradicionalmente a las sociedades de capitales y sociedades de personas,
estando caracterizadas las sociedades de capitales (entre las que se encuentran las
sociedades anónimas) por su carácter esencialmente intuito pecuniae, en donde no
importan los aspectos personales y actividades de los socios sino su aportación
patrimonial a la sociedad, de tal modo que los accionistas no necesariamente se conocen y
lo único decisivo es el valor y la naturaleza de la aportación al capital social; en cambio,
en las sociedades de personas prima el carácter intuito personae, sustentado en las
calidades personales de los socios. (2012, p.22).

La exclusión del socio en la LGS


Tal como se ha estado viendo en el presente trabajo de investigación, en la LGS se
advierten las causas de exclusión de socio, las mismas que varían según el tipo de
sociedad, según Echaiz:
Son más numerosas en aquellos en los que la persona del socio es más trascendente en la
vida social; así, permite la exclusión de socios en la sociedad colectiva (artículo 281°,
inciso 4)), la sociedad en comandita, la sociedad comercial de responsabilidad limitada
(artículo 293°) y en la sociedad anónima cerrada (artículo 248°); la sociedad anónima
tiene una aplicación restringida porque sólo se ha previsto por la falta de pago del aporte
(artículos 80° y 29°), lo que es congruente con la esencia capitalista de esta clase de
sociedad en donde la obligación fundamental del socio es la de aportar y desembolsar la
suma a la que se comprometió y de ahí que, solamente por incumplimiento de esta
obligación social, quepa su excusión a voluntad del propio ente social. (2012, p.11).

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¿Es posible la exclusión del socio en la sociedad anónima?
Como explica Echaiz, “En esta clase de personas jurídicas (la sociedad anónima) el
elemento contractual más importante lo constituye el aporte de los socios representados
por las acciones y no la persona del socio; en consecuencia, no es posible excluir a un
accionista que aporte capital por cuanto ello implicaría separar acciones del capital social.
Por lo cual, la exclusión de un accionista sólo procede en el casi de demora en el pago del
aporte, caso especialmente previsto por el artículo 100° de la LGS” (2012, p.15).

Además, se concluye que “Al no existir norma que prohíba pactar la exclusión de
accionistas en la sociedad anónima ordinaria, la exclusión de accionistas no es una
característica esencial de las sociedades anónimas cerradas y no existe inconveniente en
incluir en el estatuto de sociedades anónimas ordinarias disposiciones previstas para las
sociedades anónimas cerradas que no contravengan la regulación de la sociedad anónima
ordinaria, se concluye que pactar causales de exclusión en las sociedades anónimas
ordinarias es licito” (Echaiz, 2012).

De la nulidad y la impugnación de los acuerdos


Por otro lado, sobre la nulidad y la impugnación de acuerdos, se tiene que, según Cieza:
Una vez que la junta general de accionistas adopta un acuerdo, nuestro ordenamiento
jurídico otorga la posibilidad que se solicite su nulidad, para lo cual deberá observarse la
forma prevista en el artículo 38° de la LGS, pudiendo también solicitarse su impugnación,
debiendo seguirse la forma prevista en el artículo 139° de la misma normativa, siendo que
para hacerse efectivos cualquiera de los supuestos jurídicos antes acotados, es necesario
interponer la demanda respectiva ante el órgano jurisdiccional con la finalidad de que
mediante sentencia firme y consentida se resuelva, sea la nulidad o la impugnación del
acuerdo. (2009, p. 20).

¿Cuándo procede la impugnación de un acuerdo de junta general de socios?


Nuestra LGS prevé la impugnación de los acuerdos de la junta general de accionistas,
cuyo contenido sea contrario a dicha ley, se opongan al estatuto o al pacto social o
lesionen los intereses de la sociedad, así como los que incurran en causal de anulabilidad.
(Echaiz, 2019).

Finalidad de la acción de impugnación de acuerdos de junta general de socios


Con respecto a la acción de impugnación de los acuerdos en una junta general de
accionistas tiene como finalidad invalidar aquellos que sean contrarios a la ley, se
opongan al estatuto o que vulneren en beneficio de uno o varios accionistas, los intereses
de la sociedad, como lo señala el artículo 143° de la LGS. (Cieza, 2009).

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CONCLUSIONES
1) El estatuto social tiene como finalidad especificar como se regirá el funcionamiento de una
sociedad, lo cual se encuentra respaldado estrictamente por la LGS, en ese sentido, el
estatuto social se tendría que celebrar de manera clara y específica para la correcta
interpretación entre los miembros de la sociedad ante controversias.

2) La Ley General de Sociedades no admite la exclusión de socio en la sociedad anónima,


excepto cuando se trata de la falta de pago de aportes dinerarios. En el presente caso, las
causales que alega la Demandada para la exclusión de la Demandante no están
relacionadas al capital de la sociedad.

3) El Demandado inicialmente pactó en el estatuto de la sociedad las causales para la


separación de la flota del accionista ante el incumplimiento del referido estatuto social, en
las que precisamente se sustentó en la Junta General de Accionistas para pretender la
exclusión de la Demandante. Sin embargo, dichas causales: a) tratándose de una sociedad
anónima de naturaleza capitalista no hacían referencia al capital social; b) no procedería la
impugnación debido a que no existe causal acreditada conforme a ley para la debida
exclusión de un accionista en una sociedad anónima; c) no procede la exclusión del
accionista ante una sociedad anónima debido a que no se le puede excluir por razones
personalistas, pero sí por razones capitalistas; d) es verdad que en el estatuto social se
puede pactar lo que se considere conveniente para lo sociedad siempre y cuando dicho
pacto sea licito, pero la exclusión de accionista es un pacto ilícito que va contra la
naturaleza jurídica de la sociedad anónima.

4) Estoy de acuerdo en que se haya declarado infundada la sentencia de última instancia ya


que, más allá de reconocer si se le notificó a la Demandante oportunamente las causales de
su exclusión, considero que, de entrada, no procede la exclusión del accionista en una
sociedad anónima por no estar contemplado en la LGS, siendo únicamente aplicable al
accionista moroso que incumple con sus obligaciones dinerarias.

5) Tener en cuenta que el artículo 26° del estatuto social hace referencia al retiro de flota más
no específicamente a la exclusión del accionista de la sociedad cuando el accionista
infrinja el estatuto social, previo requerimiento notarial al accionista infractor ante el
incumplimiento reiterado de hasta tres veces de los estatutos o acuerdos de la Junta
General de Accionistas, tendrá que retirar su flota de las rutas.

Al hacer la revisión de los medios probatorios y del expediente en general, no se ubica


ninguna comunicación previa a su supuesta exclusión, cursada al accionista, en la cual se
le señale que viene infringiendo con lo pactado en los estatutos por tres veces, por lo cual
considero que la Demandada no siguió lo acordado en el estatuto social ante una situación
de retiro de flota, ya que esta alega que en todo momento se ciñó a los procedimientos
establecidos en los estatutos y normas correspondientes.

6) Finalmente, como tal, el mecanismo de exclusión de accionistas solo está previsto en la


LGS como una regla por defecto para la sociedad anónima cerrada. Así lo señala el
artículo 248° de la LGS.

Este aspecto es fundamental pues, en sentido estricto, el mecanismo de exclusión no existe


para la sociedad anónima abierta.

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Siendo así, cuando nos encontremos en situaciones en las cuales los accionistas no desean
que otro socio permanezca como tal, no tendrán a disposición un mecanismo para
expulsarlo, sin importar los porcentajes de participación que posean.

Sin embargo, en tales casos se debe explorar otras opciones por las cuales se puede llegar
al objetivo de “separar” a ese accionista no deseado, como, por ejemplo, la transferencia
de acciones.

7) En el presente caso se ha pretendido utilizar como requisito para obtener la calidad de


accionista un bien mueble. Sin embargo, ello no es posible debido a que un accionista para
obtener dicha calidad deberá realizar su aporte en dinero sin ninguna condición de por
medio. El accionista que desee realizar aportes en bienes a la sociedad podrá hacerlo, pero
no configurará un requisito para obtener la calidad accionista.

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