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LA ATLANTIDA SI EXISTIO

“Los pueblos y culturas de la Edad de Piedra no son el principio ni el fin del mundo, son
únicamente la declinación y degeneración de riquísimas civilizaciones anteriores y esto está
demostrado por los restos de las culturas prehistóricas, por los datos de la filología comparada,
que demuestran la sorprendente riqueza psicológica de las lenguas arcaicas, por los
documentos irrefutables de arte y literatura antiguos”.
“Los pueblos verdaderamente salvajes o semi-salvajes hallados por los exploradores
modernos son, fuera de toda duda, descendientes degenerados de pueblos extraordinariamente
cultos que existieron antes de la Edad de Piedra”.
“Todos los pueblos salvajes o semi-salvajes tienen leyendas y tradiciones de una Edad de
Oro o de una etapa heroica, pero en realidad estas tradiciones, estas leyendas, hablan de su
propio pasado, de su propia y antigua civilización”.
“El mismo hecho explica con claridad meridiana la superioridad indiscutible de los dibujos
paleolíticos, es decir, de los más antiguos encontrados en las profundas cavernas de la tierra, en
relación con los dibujos neolíticos, es decir, los más recientes”.
Samael Aun Weor: “Mensaje de Navidad 67-68”.

Existe en el CODICE BORGIA la figura de ATLANTEOTL que carga sobre sus


hombros el agua celeste exactamente como el Atlas Griego al que estamos acostumbrados
a dar prioridad como símbolo.
Huelga decir en gran manera y sin mucha prosopopeya, que el legendario ATLAS
Griego es copia fidedigna del heroico ATLANTEOTL Maya y Azteca.
Suprimida con delicado refinamiento intelectivo la desinencia "OTL" de aquel luciente
nombre renglones arriba citado, resulta entonces la palabra ATLANTE.
ATLANTE-OTL, siendo esta palabra por sus raíces explicada, sólo nos resta decir con
gran énfasis que esto no es cuestión de vanas etimologías empíricas, arbitrariamente
seleccionadas, ni de meras coincidencias, como suponen siempre los ignorantes
ilustrados.
Extraordinarias y legítimas concordancias lingüísticas, explicables sólo merced al
tronco Atlante común a los pueblos Americanos y Mediterráneo-Semita.
Incuestionablemente, estos y aquellos tienen sus raíces en la Tierra encantada de OLISIS,
la Atlantida sumergida ahora en el mar de las tinieblas, vaho sombrío de leyendas de
horror, de naufragios pavorosos y de viajes sin retorno...
¡Mar inmenso que en Gibraltar, más allá de las Columnas de Hércules, tiendes
proceloso tu onda infinita de Misterios infranqueables para los navegantes!...
¡La Leyenda trágica llena tu espacio con el poder colectivo de las generaciones que
así te han contemplado, y el poeta escucha en la voz de tus olas inmensas el rumor de tus
tragedias y el crujido de tus mundos sepultados!...
¡La Atlántida!, ese vasto continente desaparecido, que se tenía como un ensueño de
poeta; una creación de la Divina Mente de Platón, el Iniciado, y nada más, existió
realmente.
La Intuición del poeta es la visión del Genio; el que la niega es porque no puede ver
con su poder inmenso...
Los Sabios sólo son grandes cuando llegan a ser poetas; cuando sobreponiéndose al
detalle, sienten las armonías que laten en el fondo de todo lo existente y que pueden
arrebatarnos a esferas superiores...
Así es cómo el autor de las "Metamorfosis de las Plantas", pudo escribir su "FAUSTO";
el de la Filogenia alzar su Credo; Humboldt hacer su Cosmos y Platón el Divino, su TIMEO
y su CRITIAS, como POE con su EUREKA, poemas todos de la Vida Universal, que no es
sino el Hálito de lo Oculto...
"¿Ves ese mar que abarca la tierra de polo a polo? (le dice a Cristóbal Colón su
Maestro). Un tiempo fue el Jardín de las Hespérides. Aún arroja el Teide reliquias suyas,
rebramando tremebundo cual monstruo que veía en campo de matanza"...
"Acá luchan Titanes; allí florecían ciudades populosas..., hoy en marmóreos palacios
congréganse las focas y de algas se visten los prados donde pacían las ovejas"...
H.P.B., en las estancias antropológicas, números 10, 11 y 12 dice textualmente lo
siguiente:
"Así de dos en dos, en las siete zonas, la Tercera Raza (Los Lemures) dio nacimiento
a la Cuarta; (Los Atlantes)".
"Los Suras o Dioses (Hombres perfectos), se convirtieron en Asuras en NO DIOSES,
(Gente Pecadora)".
"La Primera en cada Zona, era del color de la Luna; la Segunda, amarilla como el oro,
la Tercera Roja, y la Cuarta, de color castaño, que se tornó negra por el pecado"...
"Crecieron en orgullo los de la Tercera y Cuarta (Subrazas Atlantes) diciendo: «Somos
los Reyes; Somos los Dioses»".
"Tomaron esposas de hermosa apariencia de la Raza de los aún sin mente, o de
«Cabeza estrecha», engendrando monstruos, Demonios maléficos, hombres machos y
hembras y también KHADOS con mentes pobres".
"Construyeron enormes ciudades..., labrando sus propias imágenes según su tamaño
y semejanza y las adoraron"...
"Fuegos Internos habían ya destruido la Tierra de sus Padres (La Lemuria) y el agua
amenazaba a la Cuarta Raza (La Atlántida)"...
"Las Primeras Grandes Aguas vinieron y sumergieron las Siete Grandes Islas... Los
buenos todos fueron salvados, y los malos destruidos"...
"Pocos hombres quedaron: algunos amarillos, algunos de color castaño y negro, y
algunos rojos. Los del color de la Luna (los Tuatha) habían desaparecido para siempre".
"La Quinta Raza (la Humanidad que actualmente puebla la faz de la Tierra, incluyendo
a los Mayas, Incas, Quichés, Toltecas, Nahuas, Aztecas de la América Pre-Hispánica),
gente toda producida del Tronco Santo, (El Pueblo Elegido Salvado de las Aguas), quedó y
fue gobernada por los Primeros Reyes Divinos"...
"Las Serpientes (Dragones de la Sabiduría o Rishis) volvieron a descender e hicieron
las paces con los Hombres de la Raza Quinta, a quienes educaron e instruyeron"...
En el viejo Egipto de los Faraones, los Sacerdotes de SAIS dijeron a Solón que la
Atlántida había sido destruida 9.000 años antes de conversar con él.
El famoso doctor Pablo Scliemann, quien tuvo el alto honor de haber descubierto las
ruinas de la vieja Troya, halló entre el tesoro de Príamo un extraño jarrón de forma muy
peculiar, sobre el cual está grabada una frase con caracteres Fenicios que textualmente
dice: "Del Rey Cronos de la Atlántida".
Resulta interesante saber que entre los objetos desenterrados en Tlahuanaca, Centro
América, se encontraron jarrones muy semejantes a los del tesoro de Príamo.
Cuando dichos jarrones misteriosos fueron intencionalmente rotos con propósitos
científicos, se encontraron entre estos ciertas monedas, en las cuales se podía leer con
entera claridad una frase que decía: "Emitido en el Templo de las Paredes Transparentes".
Ese Templo mencionado en los jarrones misterios, no cabe duda, era la Tesorería
Nacional Atlante.
Ciertamente, la Atlántida de Platón ha dejado de ser simplemente un mito y se ha
convertido en un hecho concreto, real y efectivo. Hace poco, en España, un grupo de
científicos se preparaban para la exploración de la Atlántida. Bien saben los expertos en
materia marina, que existe una gran plataforma en el fondo del mar, entre América y
Europa. Incuestionablemente, tal plataforma es de la Atlántida.
Frente a las costas del Perú, a 1.500 metros de profundidad, se han podido observar
columnas muy bien labradas, muy bien talladas, de edificios atlantes, y se han logrado
obtener magníficas fotografías sobre el particular. Con todo esto queda demostrada la
existencia de la Atlántida. Pero los tontos científicos continúan, como siempre, negando...
Además de todo esto, la cuestión racial, de por sí, resulta un importante testimonio de
la Atlántida. Si nos trasladáramos, si quiera por un momento, a Toluca (México),
encontraremos el ojo oblicuo, propio de la raza japonesa y de la china oriental. Esto es más
que suficiente como para indicarnos un tronco común, entre el Este y el Oeste.
Pero continuemos estudiando algunas significantes pruebas. Para ello paso a
transcribir la traducción de un Manuscrito Maya que es parte de la famosa colección de "LE
PLONGEON", los manuscritos de Troano y que puede verse en el Museo Británico:
"En el año 6 de Kan, el 11 Muluc, en el mes Zrc, ocurrieron terribles terremotos que
continuaron sin interrupción hasta el 13 Chuen. El país de las lomas de barro, la Tierra de
MU, fue sacrificada".
"Después de dos conmociones, desapareció durante la noche, siendo constantemente
estremecida por los fuegos subterráneos, que hicieron que la tierra se hundiera y
reapareciera varias veces y en diversos lugares. Al fin la superficie cedió y diez países se
separaron y desaparecieron. Se hundieron 64 millones de habitantes, 8.000 años antes de
escribirse este libro".
En los archivos antiquísimos del antiguo templo de Lhasa (Tíbet), puede verse una
antigua inscripción Caldea escrita unos 2.000 años antes de Cristo y que a la letra dice:
"Cuando la Estrella Bal cayó en el lugar donde ahora sólo hay mar y cielo (el Océano
Atlántico), las Siete Ciudades con sus puertas de Oro y Templos Transparentes temblaron
y estremecieron como las hojas de un árbol movidas por la tormenta".
"Y he aquí que una oleada de fuego y de humo se elevó de los palacios; los gritos de
agonía de la multitud llenaban el aire".
"Buscaron refugio en sus templos y ciudadelas y el Sabio MU, el Sacerdote de RA-MU
se presentó y les dijo: «¿No os predije todo esto?». Y los hombres y mujeres, cubiertos de
piedras preciosas y brillantes vestiduras, clamaron diciendo:
"«¡MU, sálvanos!» y MU replicó: «Moriréis con vuestros esclavos y vuestras riquezas,
y de vuestras cenizas surgirán nuevas naciones»".
"«Si ellos (refiriéndose a nuestra actual raza Aria) se olvidan de que deben ser
superiores, no por lo que adquieren sino por lo que dan, la misma suerte les tocará»".
"Las llamas y el humo ahogaron las palabras de MU, y la tierra se hizo pedazos y se
sumergió con sus habitantes en las profundidades en unos cuantos meses".
¿Y qué podrían ahora exclamar nuestros amables críticos, ante estas dos Historias,
una del Tíbet Oriental y otra de Mesoamérica, que en forma específica relatan ambas la
misma catástrofe?.
Además de tan extraordinarias similitudes, si de verdad anhelamos más evidencias, es
obvio que debemos entonces apelar a la Filología.
Resulta palmario y manifiesto que el "VIRACOCHA" Peruano, es ciertamente el mismo
"VIRAJ", Varón Divino, "KABIR", o "LOGOS" de los Hindúes, el "INCA" palabra esta que al
escribirse con las sílabas invertidas puede leerse "CAIN" (Sacerdote-Rey).
Por eso, no son de extrañar las infinitas conexiones intrínsecas que la Doctrina y los
hechos de los Primeros Incas guardan con toda la Iniciación Oriental.
Evidentemente el Gran Historiador Romano César Cantú, liga sabiamente a los
primeros Incas con ciertas tribus Mongoles, o SHAMANAS antiquísimas, lo que equivale a
decir que en eso de la inopinada presentación del Manú del Norte, o MANCO CAPAC, y de
su noble compañera (COYA o IACO) se dio acaso la milagrosa circunstancia que
inteligentemente nos hace notar H.P.B., relativa al fenómeno Teúrgico de esos Seres puros
o SHAMANOS, que suelen prestar su cuerpo físico a los Genios de los Mundos
Suprasensibles, con el evidente propósito de ayudar a la humanidad; portento este que en
modo alguno debe confundirse con el Mediumnismo de tipo espiritista...
El Inefable "TAO" Chino, es el mismo "DEUS" Latino, el "DIEU" Francés, el "THEOS"
Griego, el "DIOS" Español, y también el "TEOTL" Náhuatl Azteca.
El "PATER" Latino, incuestionablemente y en forma irrebatible, resulta ser el mismo
"FATHER" Inglés, el "VATER" Alemán, el "FADER" Sueco, el mismísimo "PADRE" Español
y por último el "PA" o "BA" INDO-AMERICANO.
La dulce "MATER" del Latín, indubitablemente, es la misma "MAT" Rusa, la "MERE"
Francesa, la "MOTHER" Inglesa, la Noble "MADRE" Española y también la "NA" o "MAYA"
en Maya o Quechúa.
Extraordinarias similitudes lingüísticas que señalan e indican, algo más que mera
ostentación, pavonada o boato etimológico...

UN ENORME CONTINENTE
Nuestro planeta Tierra no ha sido siempre como es ahora, ha cambiado se fisonomía
varias veces. Si nosotros examinamos los cuatro mapas de Elliott Scott veremos que la
Tierra hace un millón de años, era completamente diferente. Esos cuatro mapas
geográficos merecen ser tenidos en consideración. Se parecen a cuatro mapas que
existieron y que todavía siguen existiendo en algunas criptas subterráneas del Asia
Central. Tales mapas son desconocidos para los sabihondos de la ciencia materialista. Se
guardan secretamente con el propósito de conservarlos intactos, pues bien sabemos que
los señores de la falsa ciencia están siempre dispuestos a alterar todo con tal de justificar
sus tan cacareadas teorías.
El primero de esos mapas de Elliott Scott llama mucho la atención, resulta
interesantísimo. En él se ve lo que era el mundo hace unos ochocientos mil años antes de
Jesucristo. Entonces la región de los braquicéfalos de la tan cacareada antropología
ultramoderna no existía.
Desde el estrecho de Bering, pasando por Siberia y Europa hasta Francia y Alemania,
lo único que había era agua. No había surgido propiamente dicho la Siberia y la Europa de
entre el fondo de los océanos.
Del Africa no existía sino la parte oriental, porque el Oeste y el Sur de aquel continente
esta sumergido entre la olas embravecidas del océano. Aquel pequeño continente que
entonces existiera en el Africa Oriental era conocido con el nombre de Grabonci.
La América del Sur estaba hundida entre las aguas del océano, no había surgido a la
existencia. Estados Unidos, Canadá, Alaska, todo eso esta sumergido entre el océano y sin
embargo México existía.
Parece increíble que ochocientos mil años antes de Jesucristo ya existía México.
Cuando todavía Europa no existía, México existía; cuando Suramérica no había salido de
entre el fondo del océano, México existía.
Esto nos invita a comprender que entre las entrañas de esta tierra de México, tan
arcaica como el mundo, existen tesoros arqueológicos y esotéricos extraordinarios que
todavía no han sido descubiertos por la pala de los arqueólogos.
El antiguo mar de Kolhidius, situado al noroeste del continente recién formado
entonces y conocido como Ashhark (Asia), cambió de nombre, y hoy se le conoce con el
nombre del mar Caspio.
Las costas de este mar Caspio estaban formadas por tierras que al emerger del
océano se habían unido al continente del Asia.
Al Asia, el mar Caspio y todo ese bloque de tierra junto, es lo que hoy en día se
conoce como Cáucaso.
Dicho bloque, en aquellos tiempos se llamó Frianktzanarali y más tarde Kolhidishissi,
pero hoy en día, como ya dijimos y lo repetimos, es el Cáucaso.
En aquel entonces un gran río que fertilizaba toda la rica tierra de Tikliamis,
desembocaba en el mar Caspio, ese río se llamaba entonces Oksoseria, y todavía existe,
pero ya no desemboca en el mar Caspio, debido a un temblor secundario que lo desvió
hacia la derecha.
El rico caudal de agua de ese río se precipitó violentamente por la zona más deprimida
del continente asiático, dando origen al pequeño mar de Aral; pero el antiquísimo lecho de
ese viejo río, llamado ahora Amu Darya, todavía puede verse como un sagrado testimonio
del curso de los siglos.
La Atlantida pasó por terribles y espantosas catástrofes antes de desaparecer
totalmente.
La primera catástrofe se sucedió hace 800.000 años poco más o menos; la segunda
catástrofe acaeció hace unos 200.000 años; la tercera catástrofe acaeció hace unos
11.000 años y de la cual, como de su diluvio, guardan más o menos confuso recuerdo
todos los pueblos.
Después de la tercera gran catástrofe, que acabó con la Atlántida, el antiguo país de
Tikliamis, con su formidable capital situada en las riberas del ya citado río, que
desembocaba en el mar Caspio y que más tarde dio origen al mar Aral, fue cubierto con
todos sus pueblos y aldeas por las arenas, y ahora es sólo un desierto.
Por aquellas épocas, desconocidas para un César Cantú y su Historia Universal,
existía en el Asia otro bello país conocido con el nombre de Marapleicie; este país
comerciaba con Tikliamis y hasta existía entre ambos muchísima competencia comercial.
Más tarde, este país de Marapleicie vino a tomar el nombre de Goblandia, debido a la
gran ciudad de Gob.
Goblandia y su poderosa ciudad fueron tragadas por las arenas del desierto. Entre las
arenas del desierto de Gob se hallan ocultos riquísimos tesoros Atlantes y poderosas
máquinas desconocidas para esta gente de la raza aria.
De cuando en cuando las arenas dejan al descubierto todos esos tesoros, mas nadie
se atreve a tocar eso, porque aquel que lo intenta es muerto instantáneamente por los
Gnomos que lo cuidan.
Sólo los hombres de la futura Sexta Gran Raza podrán conocer esos tesoros, y eso a
condición de una conducta recta.
En época de la antigua Atlántida existían ciudades poderosas: Yafabín era la París de
la época, donde se reunía la élite intelectual, y Toyan, la ciudad de las siete puertas,
situada en el ángulo suroeste, era la capital de aquel gran país.
La Atlántida en sí se proyectaba desde el Brasil hasta las Azores, eso está
completamente comprobado, y desde Nueva Escocia, directamente por todo el océano
Atlántico.
Así que en realidad de verdad la Atlántida cubría en su totalidad el océano que lleva su
nombre. Era un gran país: imaginen por un momento ustedes a la Atlántida proyectándose
hasta las Azores, hasta Nueva Escocia y descendiendo hasta donde hoy es Brasil.
Restos de la Atlántida tenemos nosotros el archipiélago de las Antillas, etc., las
Canarias también son vestigios de lo que fue la Atlántida y aún la misma España no es
más que un pedazo de la antigua Atlántida.
¡Cuán enorme continente era! Se extendía de Sur a Norte; era grandioso. Se hundió a
través de incesantes terremotos. Varias catástrofes, tal como afirmamos, fueron necesarias
para que la Atlántida desapareciera definitivamente.
Que se hubiera hundido aquel continente "como la nata en la leche" resulta absurdo,
es una aseveración necia de los ignorantes ilustrados. Si la Atlántida se hundió fue a
consecuencia de la revolución de los ejes de la Tierra; mas esto no lo saben los adictos del
materialismo.
La catástrofe de la Atlántida dejó en mala situación a nuestros continentes. Observen
ustedes las Américas y verán que del lado del Pacífico se inclinan como queriendo
hundirse en el océano, mientras se levanta el lado oriental. Es algo similar a lo que le
sucede a un barco: nunca se hunde verticalmente, sino siempre de lado.
La misma cordillera de los Andes se carga hacia el océano Pacífico. Miremos a
Europa: no hay duda que por el Mediterráneo quiere hundirse, está más sumergida hacia la
profundidad. Lo mismo sucede con Alemania y Rusia. El continente asiático está inclinado
como queriéndose hundir por el mar de la Indias. Los continentes quedaron dañados por la
gran catástrofe de la Atlántida que desequilibró la formación geológica de nuestro mundo.
Siempre existe una edad primaria, secundaria, terciaria y cuaternaria. Pensemos en
estas edades en relación con los movimientos que experimenta la yema terrestre, ese
movimiento geológico que se procesa periódicamente sobre su propio eje, en el
movimiento de continentes sobre esa substancia pastosa y gelatinosa.
La Tierra se parece en su constitución a un huevo: los continentes son como la yema
sosteniéndose sobre una substancia clara pastosa, fluídica y gelatinosa. Esa yema no está
quieta, se mueve y gira sobre un eje periódicamente.
Desde ese punto de vista podemos hablar de edades primarias, secundarias, terciarias
y cuaternarias, de un Eoceno, de un período primario desconocido por las gentes, del
Oligoceno, Mioceno y Plioceno, con esta clase de catástrofes que también las hay, con
glaciaciones terribles, no lo negamos.
La Atlántida marca el término de la era terciaria, en el final de la Atlántida, aclaro. Esa
era terciaria fue bellísima por sus edenes y deliciosa por sus grandes paraísos.
Han surgido varias glaciaciones. No hay duda de que nos acercamos a otra glaciación.
Hay catástrofes producidas por la revolución de los ejes de la Tierra, por la verticalización
de los polos del mundo. También hay catástrofes que son producidas por el movimiento de
los continentes. Entonces surgen terremotos y vienen glaciaciones.
Se habla de cinco glaciaciones que se procesaron de acuerdo con los movimientos de
los continentes, pero debemos saber que han sucedido glaciaciones producidas por la
verticalización de los polos de la Tierra.
Durante la época de la Atlántida, los Polos Norte y Sur no estaban donde están ahora.
Entonces, el Polo Norte, el Artico, estaba ubicado sobre la línea ecuatorial, en el punto más
extremo oriental del Africa y del Antártico.
El Polo Sur se hallaba exactamente ubicado sobre la misma línea ecuatorial, hacia lo
opuesto, en un lugar específico en el Pacífico.
Ha habido, pues, cambios tremendos en la fisonomía del globo terrestre. Los
verdaderos mapas antiguos son desconocidos para los sabios de esta época. En las
criptas secretas de los Lamas, en los montes Himalayas, hay mapas de la Tierra antigua,
cartas geográficas que demuestran que nuestro mundo tuvo otra fisonomía en el pasado...
UNA PODEROSA CIVILIZACION
“El hombre que inventó los fatídicos términos Bien y Mal fue un Atlante llamado MAKARI
KRONVERNKZYON, miembro distinguido de la científica sociedad Akaldan situada en el
sumergido continente Atlante”.
“Jamás sospechó el viejo sabio arcaico el daño tan grave que iba a causar a la humanidad,
con el invento de sus dos palabritas”.
“Los Sabios Atlantes estudiaron profundamente todas las FUERZAS EVOLUTIVAS,
INVOLUTIVAS Y NEUTRAS de la Naturaleza; pero a este viejo sabio se le ocurrió la idea de
definir las dos primeras con los términos BIEN y MAL. A las Fuerzas de tipo Evolutivo las llamó
BUENAS y a las Fuerzas de tipo Involutivo las bautizó con el término de MALAS. A las Fuerzas
Neutras no les dio nombre alguno”.
“Dichas fuerzas se procesan dentro del hombre y dentro de la Naturaleza siendo la fuerza
Neutra el punto de apoyo y equilibrio”.
“Muchos siglos después de la sumersión de la Atlántida con su famosa Poseidonis de la
cual habla Platón en su “República”, existió en la civilización oriental TIKLYAMISHAYANA un
sacerdote antiquísimo, que cometió el gravísimo error de abusar con los términos Bien y Mal,
utilizándolos torpemente para basar sobre ellos una Moral. El nombre de dicho sacerdote fue
ARMANATOORA”.
“Con el devenir de la historia a través de los innumerables siglos, la humanidad se vició
con estas palabritas y las convirtió en el fundamento de todos sus Códigos Morales. Hoy en día
estas dos palabritas las encuentra uno hasta en la sopa”.
Samael Aun Weor: “Educación Fundamental”.

Sobre la Atlántida se desenvolvió una gran raza, una raza de gigantes: tenían cuerpos
de hasta tres metros de estatura (por eso es que la leyenda de los siglos nos habla de
"Briareo", "el de los cien brazos"); una verdadera raza de cíclopes. Esa raza llegó a tener
una civilización poderosa, millones de veces más poderosa que la nuestra.
Tuvo la raza Atlante sus cuatro Estaciones, su Primavera, es decir, su Edad de Oro;
entonces no existían fronteras, todo era amor, la inocencia reinaba sobre la faz de la tierra.
Las gentes sabían tocar la Lira y estremecían al Universo con sus melodías, entonces
realmente la Lira no había caído hecha pedazos sobre el pavimento del Templo. Quienes
gobernaban la Atlántida eran Reyes Divinos, Reyes Sagrados, que tenían poder sobre el
fuego, el aire, el agua y la tierra, sobre todo lo que es, ha sido y será.
Más tarde reinó la Edad de Plata, durante la cual todo pareció decrecer; sin embargo,
todos los hombres seguían comunicándose con los Seres Inefables (los Angeles del
Cristianismo).
Cuando llegó la Edad de Cobre la Luz se oscureció; ya no hubo los esplendores de
antes; comenzaron a establecerse fronteras, se iniciaron las guerras, nacieron los odios, el
egoísmo, la envidia, etc., y al fin llegó la Edad Negra, la Edad de Hierro: obviamente la
Edad de Cobre fue la precursora de la Edad de Hierro Atlante. La Edad de cobre fue el
otoño, y la Edad de Hierro, el invierno.
En la Edad de Hierro los Atlantes desarrollaron una poderosa civilización, crearon
cohetes atómicos que podían viajar no sólo a la Luna, sino a Mercurio, Venus, Marte, y en
general, a todos los planetas del Sistema Solar.
Yo viví en la Atlántida y puedo dar testimonio de eso. En una de aquellas ciudades
había un cosmo-puerto maravilloso; de ese cosmo-puerto salían naves cósmicas, cohetes
atómicos a uno u otro planeta del Sistema Solar. A mí me gustaba llegar a una especie de
Caravansin, así se llamaba a los restaurantes de aquella época, y de allí contemplábamos,
a través de grandes ventanas de vidrio, todo el cosmo-puerto. Me gustaba ver como salían
esos cohetes rumbo a la Luna. Al principio eso causaba gran asombro y no se sentían sino
los gritos de las multitudes, después se volvió muy común.
En la Atlántida hubo una civilización que ni remotamente sospechan los seres
humanos de estos tiempos. Las casas de los Atlantes estaban rodeadas siempre de
muros, de murallas, tenían jardines delante y detrás de ellas.
El continente Atlante se extendía y orientaba hacia el Austro, y los sitios más elevados
hacia el Septentrión, sus montes excedían en grandeza, elevación y número a todos los
que existen actualmente.
Los leones arrastraban los carruajes. Ustedes ven los leones hoy en día furiosos,
terribles, pues en la Atlántida los leones servían como animales de tiro, arrastraban los
carros en que andaban los reyes y algunos ciudadanos. Esos animales, en aquella época,
eran domésticos.
Los perros eran mucho más grandes, enormes, ahora son pequeños; eran, en aquella
época mastodontes. Servían para defender las casas de los ciudadanos, eran furiosos. Los
caballos también existían pero eran gigantescos. Existían elefantes enormes, los mamuts
antecesores de los elefantes, abundaban mucho en las selvas y montañas, eran enormes.
Los Atlantes aprendieron a desgravitar los cuerpos a voluntad. Con un pequeño
aparato que cabía en la palma de la mano, podían levitar cualquier cuerpo por pesado que
éste fuese.
Los Atlantes, expertos en trasplantes, no sólo trasplantaron vísceras como el corazón,
riñones, páncreas, etc., sino que también aprendieron a trasplantar cerebros. Esto de
trasplantar cerebros fue ya el colmo en la ciencia de los trasplantes; así hubo sujetos que
pudieron continuar viviendo en cuerpos diferentes y sin interrupción, trasplantando sus
cerebros de un organismo a otro.
La ciencia de los Atlantes fue formidable: aún hay cavernas secretas en los Himalayas
donde se conservan ciertos aparatos mecánicos que pueden transmitir telepáticamente el
conocimiento a quien lo desee. No necesitaban, pues, devanarse tanto los sesos para
adquirir conocimiento.
En el campo de la Física Nuclear, consiguieron el alumbrado atómico en forma masiva.
Todas las ciudades usaban el alumbrado atómico: los campos estaban iluminados por
Energía Nuclear, sus casas por Energía Atómica. Las lámparas atómicas iluminaban los
Palacios y los Templos de "Paredes Transparentes". Bien sabemos que hay ciertas
cavernas en el Asia donde aún se conservan lámparas atómicas que pertenecieron a los
Atlantes.
Dentro del terreno de la Mecánica, puedo asegurarles que sus automóviles no sólo
eran anfibios, sino que también podían volar por los aires y eran propulsados por Energía
Nuclear (extraían la energía, no solamente del uranio y del radio, sino de muchos otros
metales, y de muchos granos vegetales también, y les salía muy barata).
En materia de navegación aérea, tuvieron naves más poderosas que las actuales:
verdaderos barcos voladores, o "buques-volantes", que también eran propulsados por
Energía Nuclear.
Aprendieron los Atlantes también a utilizar la Energía Solar; lo peor de todo fue que
desarrollaron poderes mágicos para el mal. Además de científicos eran magos: llegaron a
construir un robot y dotarlo de un principio inteligente; bien sabían ellos de los elementales
del Fuego, de los Aires, de las Aguas y de la Tierra.
Para ellos los Elementales de la Naturaleza, eso que los cuentos de niños llaman
Hadas, Salamandras o Silfos, eran una tremenda realidad. Aún poseían el sentido de la
clarividencia. Es obvio que con este sentido podían ver perfectamente no sólo el mundo
tridimensional de Euclides, sino aún más, ver también la Cuarta Coordenada, la Quinta, la
Sexta y hasta la Séptima.
Entonces, se apoderaban de cualquiera de esas criaturas de los Elementos, criaturas
invisibles para los sentidos ordinarios y los metían dentro de sus robots. Tales robots, de
hecho se convirtieron en seres inteligentes, en seres que servían a sus amos, pudiendo
informar a éstos sobre los peligros que les acechaban y en general sobre múltiples cosas
de la vida práctica.
Fueron enormemente aventajados los Atlantes. Existía una Universidad Atlante
maravillosa. Quiero referirme, en forma enfática, a la SOCIEDAD AKALDANA, una
verdadera Universidad de sabios. Estos estudiaron la "Ley del Eterno
Heptaparaparshinock" (la Ley del Siete) a la maravilla; aprendieron a concentrar los rayos
solares para hacerlos penetrar en determinadas cámaras, sabían transformar los siete
colores del Prisma Solar, es decir, sacar la "positiva" de los rayos del Prisma Solar.
Una cosa es ver los siete colores prismáticos, y otra cosa es transformarlos en forma
positiva, sacarles la "positiva". Los científicos modernos han estudiado los siete colores
fundamentales del espectro solar, pero no les han sacado la "positiva" a esos siete colores.
Los sabios Atlantes sabían sacarle la "positiva real" a los siete colores del Prisma Solar;
con esa "positiva" de los siete colores, realizaban verdaderos prodigios.
Recuerdo, al efecto, el caso de dos sabios chinos que hicieron experimentos (también
al estilo Atlante) con los siete colores, del Espectro Solar. Sacando la "positiva", por
ejemplo, de los siete colores, pusieron opio ante un rayo coloreado, y entonces vieron
cómo el opio se transformaba en otras substancias. Pusieron un pedazo de bambú,
humedecido en determinada substancia de un color azul, por ejemplo (positivo, no negativo
del Espectro Solar), y se vio cómo ese bambú se teñía firmemente con el color azul... Se
hizo pasar, por ejemplo, el sonido (tales notas: la nota DO, o RE, o MI), en combinación
con determinado color, y se vio cómo la nota alteraba el color, le daba otro color
completamente diferente.
Se usaron los siete rayos, en su forma positiva, para realizar prodigios en el continente
Atlante; se estudió a fondo la "Ley del Eterno Heptaparaparshinock".
Un sabio Atlante, que usaba leche de cabra mezclada con resina de pino sobre una
placa de mármol, vio cómo al descomponerse aquella leche con la resina, formaba siete
capas distintas, y se indujo a estudiar la "Ley del Eterno Heptaparaparshinock", la Ley del
Siete.
El rito más poderoso de la Atlántida, fue el del Dios Neptuno. Este Dios gobernó
sabiamente la Atlántida; llegó a tomar cuerpo físico en la Tierra, y vivió en la Atlántida y
escribió sus preceptos en las columnas de los Templos. Era de admirarse y verse el
Templo Sacratísimo de este Dios Santo. Las paredes o muros plateados de dicho templo
asombraban por su belleza, y las cúpulas y techos eran todos de oro macizo de la mejor
calidad.
El marfil, la plata, el oro, el latón, lucían en el interior del Templo de Neptuno, con
todos los regios esplendores de los antiguos tiempos.
La gigantesca escultura sagrada del muy venerado y muy sublime Dios Neptuno era
toda de oro puro. Aquella inefable estatua misteriosa, montada en su bello carro arrastrado
por exóticos corceles, y la respetable corte de cien Nereidas, infundían en la mente de los
devotos Atlantes profunda veneración.
Antiguas tradiciones afirman que los Atlantes tuvieron además un metal más precioso
que el oro, y éste fue el famoso "Orichalcum".
El culto a Neptuno fue famosísimo, igual que el de los Elementales de las Aguas, el de
las Sirenas del inmenso mar, las Nereidas, el de los Genios del océano. Fue una época
extraordinaria, Neptuniana, Amentina, antiquísima, que venía de un remoto pasado.

LA DECADENCIA ATLANTE
Las ciudades Atlantes fueron florecientes mientras sus habitantes permanecieron fieles
a la religión de sus padres, mientras cumplieron con los preceptos del Dios Neptuno,
mientras no violaron la ley y el orden, pero cuando profanaron las cosas sagradas, cuando
abusaron del sexo, cuando se mancharon con los siete pecados capitales, fueron
castigados y sumergidos con todas sus riquezas en el fondo del océano.
Aún me viene a la memoria el caso de KETABEL, "la de los tristes destinos", una
Reina Atlante que gobernó soberana en los estados del sur del continente sumergido, y en
la poderosa ciudad de las Puertas de Oro.
La belleza maligna de Ketabel cautivaba con su Necromancia, fascinaba y seducía con
sus encantos a príncipes y reyes, y muchas doncellas y niños fueron inmolados en su
nombre a las tenebrosas entidades de los Mundos Internos.
La medicina sacerdotal Atlante descubrió por aquellos tiempos lo que hoy podemos
llamar científicamente la Opoterapia humana, es decir, la aplicación a los enfermos y
caducos de los jugos glandulares de Pituitaria, Tiroidina, Adrenalina, etc.
Esos sacerdotes-médicos no sólo utilizaban la química de dichas glándulas
endocrinas, hormonas, jugos, sino también la hiperquímica de tales glándulas, los fluidos
psíquicos vitales de los chacras o centros magnéticos del organismo humano, íntimamente
relacionados con tales centros endocrinos.
Las víctimas de la inmolación, después de ser retiradas de las piedras de sacrificio,
eran llevadas a ciertas cámaras secretas donde los sacerdotes-médicos extraían de tales
cadáveres las preciosas glándulas endocrinas, tan necesarias para conservar el cuerpo de
la Reina fatal, que con todo el encanto y la belleza de una juventud soportó el peso de
muchos siglos.
Lo más espantoso de todo era aquel momento en que los sacerdotes, después de
extraer secretamente las glándulas del cadáver, lo arrojaban a las fanáticas
muchedumbres envilecidas que, sedientas, se lo devoraban; desgraciadamente, esos
pueblos se volvieron antropófagos. Así comenzó la degeneración o involución de los
Atlantes.
Desgraciadamente con el Kali-Yuga se degeneró la raza Atlante terriblemente, la gente
se entregó a la magia negra: se echaba una palabra ante el enemigo, un mantram, y el
enemigo caía muerto instantáneamente. Podían, los Atlantes fabricar un monstruo mental y
luego cristalizarlo mediante la voluntad; posteriormente lo alimentaban de sangre.
En la decadencia de la raza Atlante, sucedieron cosas horribles: la humanidad
degeneró en vicios, en el homosexualismo, en el lesbianismo, en las drogas, etc. Las
fuerzas del sexo fueron utilizadas pero para el mal, para causar daño a otras personas a
distancia. El alcohol, lo mismo que ahora, la lujuria, la degeneración llevada al máximo,
acabó con un floreciente imperio. En sus tiempos de esplendor fue bellísima, pero cuando
ya degeneró se vieron cosas horribles.
Las guerras Atlantes en los últimos tiempos fueron espantosas, se usó la Energía
Nuclear; bombas atómicas acabaron con preciosas ciudades de la Atlántida.
Llegó el día en que hubo una revolución de los ejes en la Tierra: los mares se
desplazaron cambiando sus lechos, lo que eran polos se convirtió en ecuador, lo que era
ecuador se convirtió en polos. Entonces perecieron millones de personas. Todas esas
ciudades poderosas de la Atlántida quedaron sumergidas en el océano que lleva su
nombre.
Los Sacerdotes de SAIS dijeron a Solón:"Todos cuantos cuerpos celestes se mueven
en sus órbitas, sufren perturbaciones que determinan con el tiempo una destrucción
periódica de las cosas terrenales por un gran fuego".
La historia del Diluvio Universal, cuyas versiones se encuentran en las tradiciones de
todas las razas humanas, son simples recuerdos de la Gran Catástrofe Atlante.
Adviene a la memoria en estos momentos el caso de las multitudes que invadieron el
gigantesco Templo de Neptuno entre los terremotos, el fuego y las inundaciones. Las
gentes desesperadas clamaban al gran sacerdote Ramú diciendo: "¡Ramú, sálvanos!"
Ramú apareció ante todos exclamando: "Ya os lo había dicho, pereceréis con vuestras
mujeres, vuestros esclavos y vuestros hijos, y la futura raza si va a seguir vuestro ejemplo,
también perecerá". Cuentan las tradiciones que las últimas palabras de Ramú fueron
ahogadas por el humo y las llamas. El continente Atlante se hundió en medio de fuertes
terremotos.
La catástrofe que acabó con la Atlántida fue pavorosa. No cabe duda alguna que el
resultado de la violación de la Ley es siempre catastrófico.
Concluida aquella gran catástrofe se inició una nueva raza. Obviamente de entre
aquellas multitudes que perecieron, antes que la catástrofe sucediera, se escapó un
pueblo.
Sostienen las tradiciones que un gran Maestro llamado Vaivasbata, el Noé bíblico,
advirtió a las gentes sobre lo que iba a suceder, pero estas se mofaron de él y en vísperas
del gran cataclismo comían, bailaban, se divertían y se daban en casamiento.
Los Santos que rigen el destino de la humanidad, exhortaron al Manú Vaivasbata para
que saliera con su pueblo antes de que el continente Atlante se sumergiera, y éste supo
escaparse oportunamente al frente de su pueblo. Tuvo que huir de noche, y como quiera
que los señores de la Faz Tenebrosa, los reyes y dueños de esos poderosos robots, tenían
aviones maravillosos con los cuales podían fugarse a través del espacio, entonces los
líderes del selecto pueblo del Manú Vaivasbata se apoderaron de aquellas naves y las
destruyeron.
Cuando los perversos moradores de aquellas tierras despertaron de su sueño, porque
el viaje fue nocturno, con gran asombro notaron que las aguas estaban invadiendo sus
tierras. Inmediatamente fueron en busca de sus naves aéreas; comprendieron lo sucedido
y trataron de perseguir al pueblo selecto, pero sólo lograron matar unos pocos.
Aquellos señores de la Faz Sombría (los Atlantes) murieron, fueron devorados por las
aguas.
Hoy en el fondo del océano Atlántico subyacen ciudades maravillosas; en los ricos
parajes donde antes existieran salas espléndidas, bullicio de gentes, ahora sólo los
recorren los peces...
LA RAZA ARIA
“Las pirámides de Egipto fueron construidas por los Atlantes, muchísimos miles de años
antes de Jesucristo. Consideremos que la Gran Pirámide data de unos 27.000 años antes de
Cristo, y las otras tienen, poco mas o menos, edades similares”.
“Sin embargo, y aunque parezca increíble, las pirámides de México son más antiguas; no
fueron construidas, como se dice, por el año 1325. Absolutamente no: son mucho más antiguas
que las egipcias y fueron construidas directamente por los Atlantes”.
“Quienes digan que la gran Tenochtitlan fue fundada por allá en el año 1325, están
completamente equivocados. Y si hay quienes afirman que fue en el año 1400 o en el año 1500,
están mucho más equivocados”.
Samael Aun Weor: “Entrevista en Radio Icur”.

La época de la sumersión de la Atlántida fue realmente una era de muchos cambios


geológicos.
Emergieron desde el seno profundo del inmenso mar otras tierras firmes, que formaron
nuevas islas y continentes.
Algunos sobrevivientes Atlantes se refugiaron en el pequeño continente de Grabonci,
hoy Africa, el cual aumentó en tamaño y extensión debido a que otras áreas de tierra firme,
que emergieron de entre las aguas vecinas, se sumaron al mismo.
Los miembros de la Sociedad Akaldana formaron parte de aquel pueblo selecto que
supo huir de la Atlántida cuando comprendieron que una gran catástrofe se acercaba. Los
sabios de esta sociedad se situaron, al principio, hacia el sur del continente africano,
después emigraron hacia Cairona, hoy El Cairo. En las tierras de Nívea, del Nilo, o de
Egipto, allí establecieron su famosa Universidad y la Esfinge frente a la misma.
Las garras del León de la Esfinge, representan el Fuego; la cabeza de la Esfinge,
representa el Agua; las patas de Toro de la Esfinge, representan al elemento tierra; las alas
de la Esfinge, representan el elemento Aire. Cuatro son las virtudes que se necesitan para
poder llegar, uno, a la Auto-Realización intima del Ser: hay que tener el Valor del León, la
Inteligencia del Hombre, las Alas del Espíritu y la Tenacidad del Toro. Sólo así es posible
llegar a la Auto-Realización Intima del Ser...
La Sociedad Akaldana en Cairona, estableció un Templo de Astrología. Entonces se
estudiaban los Astros, no con telescopios, como se hace hoy en día, sino con el "Sexto
Sentido".
Cuando se examinan las pirámides (sobre todo la Gran Pirámide), se ven, a modo de
"tubos", ciertos canales que van desde el fondo, desde la profundidad de una cripta
subterránea hacia arriba, hacia la parte superior de la Pirámide. Mucho se ha pensado o
conjeturado sobre tales "canales", pero esos eran telescopios, y el observatorio no estaba
arriba, sino abajo, en el fondo mismo de la cripta. Allí se ponía un recipiente con agua; en
determinada fecha se sabía que tal astro sería visible, y ciertamente se reflejaba en el
agua. Los adeptos de la Astrología observaban (en el agua) el Astro en cuestión, no
solamente con las facultades físicas, sino también con las psíquicas. En vez de mirar hacia
arriba, miraban hacia el agua, y allí en el agua, con el "Sexto Sentido", estudiaban los
astros.
Los hermanos de la Sociedad Akaldana, los grandes sabios, eran Astrólogos muy
idóneos: nacía un niño, y de inmediato le levantaban su Horóscopo. No Horóscopos al
estilo moderno, no Horóscopos meramente convencionales y muy cotizados; no, aquello
era muy distinto: los sabios Astrólogos miraban los Astros directamente. Con
procedimientos que hoy se ignoran, podían leer el Horóscopo de los niños y , por cierto,
jamás fallaban en sus profecías y en sus cálculos.
A los niños se les casaba desde recién nacidos; ya se sabía cuál iba a ser su esposa y
se les desposaba. No quiero decir que por tal motivo fueran a vivir juntos desde un
principio, pues eso sería absurdo, pero ya se sabía, para la niña recién nacida, cuál iba a
ser su marido, y el varón, a su tiempo y a su hora, era informado de quién iba a ser su
mujer. Cumplida la mayoría de edad, se les unía en matrimonio.
Los ciudadanos se orientaban, con precisión matemática y bajo la dirección de
aquéllos Astrólogos, en su oficio, o en su profesión. Sabían ellos para qué había nacido
cada ciudadano, para qué sirve cada hombre, pues todo hombre sirve para algo, lo
importante es saber para qué sirve. Esos sabios Astrólogos sabían para qué servía cada
criatura que nacía. ¡Nunca fallaban esos sabios de la sociedad Akaldana!...
Esta era la verdadera sabiduría de los Atlantes. Descendientes de este vasto
continente fueron también los Mayas, por ejemplo. Los Mayas emigraron, ya hacia el Tíbet,
ya hacia Egipto, ya hacia Centro-América. ¡Parece increíble, pero en el Tíbet todavía se
habla Maya, y el lenguaje Maya es un lenguaje sagrado-ritual del Tíbet. Recordemos que el
Naga y el Maya son muy similares.
Jesús de Nazareth aprendió Maya en el Tíbet. Aquella frase de Jesús que a la letra
dice: "HELI, HELI, LAMAH ZABACTANI" es interpretada en formas diferentes: "Señor,
Señor, -dicen algunos- cómo me habéis glorificado"; "Señor, Señor, -dicen otros- ¿por qué
me habéis abandonado?". Cuando los judíos la escucharon se dijeron a sí mismos: "Este
llama a Elías, para que venga a salvarle"...
Sin embargo, los judíos no entendieron el significado de esa frase, porque no era una
frase hebrea, ni sánscrita, ni tibetana. "Ahora me hundiré en la prealba de tu Presencia", es
indubitablemente, su sentido en idioma Maya (es una frase ritual Maya).
Incuestionablemente, el Gran Hierofante Jesús aprendió el NAGA y el MAYA en el
TIBET Oriental y esto está demostrado.
En el Sagrado Monasterio de LHASSA en el Tíbet, existe todavía un libro que
textualmente dice:
"Jesús se convirtió en el más proficiente Maestro que haya estado en la Tierra".
Un Sabio escritor ha dicho:
"Está establecido históricamente que la CIENCIA-RELIGION conocida por Cristo en
Egipto, la India y el Tíbet era Maya".
"Existió un profundo Ocultismo Maya, conocido sin una duda por Cristo, quien eligió
sus símbolos (Mayas) como sustentación de sus ideas de amor fecundante".
"Ya no puede suponerse casualidad que haya elegido la Cruz Maya, la Trinidad y los
Doce Apóstoles y otros muchos símbolos para sustentar el inmenso sentido científico-
religioso de sus prédicas".
Es ostensible, que los Mayas Atlantes trajeron su Religión Sabiduría a Mesoamérica.
Es indubitable, que ellos colonizaron el Tíbet, Babilonia, Grecia, India, etc. No hay
duda que el lenguaje ritual del KABIR Jesús, fue Maya...
Todo esto sólo puede explicarse integralmente merced al tronco Atlante común a los
pueblos Americanos y Mediterráneo-Semita.
Todas las enseñanzas religiosas de la América primitiva, todos los sagrados cultos de
Incas, Mayas y Aztecas, los Dioses y Diosas de los antiguos Griegos, Fenicios,
Escandinavos, Indostanes, etc., son de origen Atlante.
Es urgente saber, es necesario comprender, que los Dioses y Diosas citados por
Homero en la Iliada y en la Odisea, fueron Héroes, Reyes y Reinas en la Atlántida.
Todos los pueblos antiguos veneraron y adoraron a esos Dioses Santos que vivieron
en la Atlántida y que ahora habitan el Empíreo.
Las religiones Egipcia, Inca, Maya, etc., fueron las primitivas religiones Atlantes.
El alfabeto Fenicio, padre de todos los famosos alfabetos Europeos, tiene su raíz en
un antiguo alfabeto Atlante, que fue correctamente transmitido a los Mayas por los
Atlantes. Todos los símbolos y jeroglíficos de los Egipcios y de los Mayas provienen de la
misma fuente Atlante, y así se explica su semejanza, demasiado grande para ser resultado
de la casualidad.
Los PIEL-ROJA son descendientes de la Atlántida. Las Tribus de ANAHUAC:
Zapotecas, Toltecas, etc., como casi todas las otras Tribus de INDO-AMERICA, vinieron de
la ATLANTIDA y jamás del Norte como suponen siempre algunos ignorantes ilustrados.
Aquellos intonsos que enfatizan la idea de que las tribus de INDO-AMERICA vinieron
del Continente Asiático pasando por el famoso estrecho de BERING, están absolutamente
equivocados porque ni en ALASKA, ni mucho menos en el mencionado estrecho, existe ni
el menor vestigio del paso de la raza humana por ahí.
Los TURANIOS, también fueron sobrevivientes de la Atlántida, desdichadamente
dedicados a la Magia Negra. Ellos lograron, también, llegar hasta el Tíbet (para colmo de
los colmos), como llegaron otros descendientes, como los escogidos Arios, y emigraron
hacia la Persia antigua. La Gran Ley al fin pudo vencerlos y fueron destruidos.

LAS SIETE SUB-RAZAS


La semilla de nuestra raza Aria es nórdica, pero al mezclarse con los sobrevivientes
Atlantes dio origen a las sub-razas del tronco Ario.
Obviamente cada raza tiene siete sub-razas. La primera sub-raza se formó en la
Meseta Central del Asia, que entonces se llamaba Hashá. Hubo allí una poderosa
civilización esotérica.
La segunda sub-raza floreció en el sur de Asia en la época pre-védica y entonces se
conoció la sabiduría de los Rishis del Indostán y los esplendores del antiguo imperio Chino,
etc., etc.
La tercera subraza se desenvolvió maravillosamente en el Egipto, Persia, Caldea,
Babilonia, etc.
La cuarta sub-raza resplandeció con las civilizaciones de Grecia y Roma.
La quinta fue perfectamente manifestada con Alemania, Inglaterra y otros países.
La sexta resultó de la mezcla de los Españoles con las razas autóctonas de Indo-
América.
La séptima está perfectamente manifestada en el resultado de todas esas mezclas
diversas de razas tal como hoy lo podemos evidenciar en el territorio de los Estados
Unidos.
Ostensiblemente las siete ramas del tronco Ario ya existen plenamente y eso está
completamente demostrado.
Es, pues, ésta la última sub-raza de nuestra actual raza Aria y ésto merece ser
reflexionado detenidamente por todos.
Las multitudes Arias que habitan sobre la faz de la tierra, separadas de su tallo padre
(los Atlantes), tiene ya algo más de un millón de años de existencia y con toda la
perversidad característica de los últimos tiempos se encuentra en vísperas de su
aniquilación total...
La raza Aria, en vez de evolucionar ha involucionado y su corrupción es peor ahora
que la de los Atlantes, su maldad es tan grande que ya llegó hasta el cielo; la raza Aria
será destruida para que se cumpla la Profecía que RA-MU hiciera en la sumergida
Atlántida: "Si ellos se olvidan de que deben ser superiores, no por lo que adquieren,
sino por lo que dan, la misma suerte les tocará".
Las enseñanzas que contiene este folleto han sido extraídas íntegramente de
la obra hablada y escrita del
Dr. Samael Aun Weor, antropólogo y filósofo contemporáneo que ha sabido
reunir y develar los tesoros más
valiosos de la Sabiduría Universal.

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