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Jennifer Pérez González

Patricia Lizeth Cano Estrada

Cenicienta
Hoy les contaré la historia de cenicienta, desde mi perspectiva…”la madrastra”.
Un día perdí a mi gran amado, desde ese entonces se desencadenaron muchos problemas
con los que tenía que lidiar y mi hijastra cenicienta no me ayudaba mucho, ya que por lo
que ella le contaba a la gente y por llevar el título de la madrastra piensan que soy muy
mala
, pero no es así, yo al papá de cenicienta lo amaba mucho, pero cenicienta me separó de él y
mis hijas lo mataron, pensando cenicienta que yo lo había matado.
Un día por la mañana, mis hijas encontraron a cenicienta en el sótano haciendo una pócima
para dormirme ya que esa misma noche había una invitación a un baile donde un príncipe
guapo y apuesto estaría en el palacio, pero mis hijas evitaron tal tragedia.
Cenicienta después de haber perdido a su padre desencadeno problemas mentales e
imaginaba cosas, que veía pasar ratones y un hada madrina bien catrina; al saber sus
hermanastras que cenicienta aceptaría ir al baile a pesar de sus facultades mentales, mis
hijas la convencieron de ir, tanto así que la ayudaron a vestirse y contratar una limosina
para que la dejaran en la entrada del palacio y esperarla al final del baile.
Al llegar al baile me encontré a cenicienta bailando muy emocionada, cuando de pronto le
dio un ataque de ansiedad a por el recuerdo de su papá, salió corriendo dejando al príncipe
en medio de la pista de baile, él apuesto hombre salió corriendo detrás de ella, pero al
correr, dejó la zapatilla cenicienta y no hubo tiempo de que el príncipe se la entregara
porque ella ya había subido a la limosina que había pasado por ella.
Al día siguiente cuando se vieron, el príncipe fue a llevarle su zapatilla, pero lo peor de esta
historia, es que no le quedaba porque tenía los pies hinchados de tanto bailar y correr, que
después el príncipe le había traído un recipiente para que metiera sus pies en agua y sal para
desinflamar, que de tanta la espera se logró desinflamar hasta que le quedó la zapatilla, y
supo el príncipe en ese momento que ella sería el amor de su vida, así que vivieron felices
por siempre y yo siendo su madrastra los apoyaba en todo.
Así que vivieron felices para siempre.

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