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La Trinidad en los Evangelios 1 dogma cristiano més definitive [7 sobre la verdadera identidad de Ly Dias s expresaenel Credo, que ‘ign de Jessy alas creencias de sus dis- cfpalos? Sin afanes de erudicién o discu- sion teol6gica profunda, apretensién que ls creencias de Ia época). Sélo el Padre, 1 Hijo yel Espiritu Santo aparceen en el ‘mismo nivel de igualdad; fuera de clos, relteradamente es proclamado.en | ahora nos anima es “rastrear” las pistas el resto de seres, todos son “crianwras”, 1s asamblea litigica y cuya for~ | que sobre este dogma de fe puedan ha- | Porlalimitacion que nos impone la bre. ‘ulnciGn definitiva quedé fijada | Marse en los textos aeotestamentarios. | vedad del Pliego, dejaremos aun lade lee ‘casos concilios de Niosa y Cons- J Antes de iniciar nuestro recortido, con- textos en que aparecen s6lo dos de las res personas de la Trinidad, y nos centrere- 'm0s, dnicamente, en los pasajes en que el Padre, el Hijo y el Espiri forman una tunidad de referencia para los autores. Sin pretender ofrecer tuna lista exhansti- vade todos esi textos, iniciamos el re~ ‘corido con Ios relatos evangélicos; en un ‘segundo momento nos asomaremas a res- 10 de los escritos neotestamentarios, inopla, en €l siglo IV. Sobre ruestra ‘Dios se confiesaen este credo, an- ‘odo su unidad: “Creo en we solo Dias”. ‘cro tras esta confesién inicial se ahon— ‘en Ja idemtidad de esta divinidad uoa viene recordar que los escritos del NT se cencuentran avin en un estado muy inci- piente de las formulaciones de fe eristia- nas, habilmente precisadas més tarde y necesitadas siempre de renovaciGa e in cnlturacion. Una e lasrazones es que sus autores no tenfan ain ni una experiencia, suficientemente clara como para detallar su fe, ni un lenguaje apropiado para ello. La novedad del misterio de la encama- cig y de la esumreccin del Mestas, mvet- to por decisidn de las propias autoridades judas, superaba todas as capacidades de ‘Padre todopoderoso [...} mos en un solo Seftor, Jesueristo, Hijo tinieo de Dios [..] Dios de Dios f..] verdaslero de Dios verdadero [.-} Creemos en el Espiritu Santo, LOS TESTINONGS EVANGELIbaS Sell y dador de vida, ‘comprensisn y expresidn de los primeros ae procede del Padre y del Hijo, | diseipulos de Jest, nacidos y formados | Las pistas que podemos rastrear en los. que con el Padre y el Hija recibe | en el seno del judafamo. {textos evangélicos son pocas, , como se indieé mas arriba, pertenecen a estratos tardios de la tradicidn. Esto que decimos queda de manifiesto, por ejemplo, en el hiecho de que estén susentes en el relat ‘més antiguo,e1 de Mareos, y abunden en cl ms modemo, el de Juan, Esta prime- raobservaciGn no debe Hevarnos ia.con- ‘lusién ~errSnea, por otra parte de que, ‘en sus incios, la fe en la Trinidad fuera ‘ajena.a la comunidad cristiana; © que Mar- cos ignorase lo que iba a convertirse en omés especifio del cristianismo; lacon- ‘cepcidn trinitaria de Dios. Lo que este da- ‘oinica sencillamente es que, en un primer ‘momento, los cristianos no tenfan pala- ‘wna misma adoracién y gloria...” | Sentada esta base, podemos decir que las referencias directas a Ja fe en la Trinidad son muy escasas, y pertenecientos clara- ‘mente a los momentos tardios de la re- daceién neotestamentaria, No obstante, y al margen de estas referencias mas preci sas, sise observa con claridad una rela cién muy especial, en la esfera de la naturaleza divina, entre Jests y su Padre Dios. y entre ambos y el Fspititu Santo, Una relaciGn ti-personal esencialmente dlistintaa la que pudiera darse entre al- guna de estas personas con una persona ‘humana 0 con cualquier tipo de ser espi- rial (en especial con los éngeles, segtin sta es la formula més precisa sobre la ‘slentidad de Dios que el cristianismo ha Credo, A ella se legs después de mn- chas luchas y grandes esfuerz0s de t26- Jogos y magisterio por hacer “ragonable”™ algo que solamente la fe les mostraba: la oncia en un Dios que siendo uno y ini- 60, ala vez, tino, es decir, tiene una ‘dentdad “Wri-personal”. Segtn parece, asi lo habjan ido percibiendo los prime. os seguidores de Jestis; aunque, cierta- ate, en aquellos momentos iniciales ta declaracién nacida de los concilios ule Nivea y Constantinopla resultaria im- plunteable e imposible de confesar, Sin sunbargo, 6 io que ms distingue al eris- J! tuanismo denteo del amplio mando de las :cligiones, en especial respecto alas otras cis grandes confesiones monotetses; ju dafsmo e islam, ‘Creian de verdad Ios primeros cristianes al Dios que hoy nominamnos como San- ima Trinidad? {No seria més bien un ‘nvveato” posterior, aeno a la predica- mi ae INLD, ES ALA NT ' Es LE | as para expresar la radical novedad de su fe en el dnico Dios. Tampoco era esta su mayor preocupacién, El anuncio bési- co de la primera comunidad cristiana, ef iterygma”, se centraba en Ia prociama- ‘cin de que Jess era el Mesfas anuncia ‘do por Dios. Ua mesias que, contra toda ‘reencia, habia muerto; pero a quien Dios hhabiaresucitado de entte los muertos. Asi se recoge en el libro de los Hechos que lata el momento inicial del anuncio mie sionero puesto cn boca de Pedro: “Israelitas (..} Jesis de Nazaret fue et ‘omibrea quien Dios avalé arte vosotros {...] Dios mismo os lo entreg6 conforme 4m plan proyectado y conocido de an- temano, yvosotros,valiéndoos de no cre- yentes, lo clavasteis en una cruz y lo ‘matasteis. Pero Dios lo ha resucitado, li ‘bréndolo de las gorras de la muerte (..] Pues bien, a este, que es Jess, Dios to hha resucitado, y todas nosotros somos s- gos de ello [..] Por consiguiente, sepa ‘on seguridad todo Israel que Dios ha ‘consttuido Sefor y Mesias a este mismo Jess a quien vosotros habéis crwcifica- do” (2, 22-24,32.36), El primer estadio dela predicaciG y pre- ‘ccupacin misionera e la comunidad cris- tiana es, por consiguiente, cristol6gico, Preocupados por anunciar quign y qué es Jest, lareflexiGn teolbgica sobre la iden ‘adad de Dios qued6 rlegada a un segundo ‘momento, No obstante segin coustaen | Otro caso es el pasaje de 10, 21-22, en- | anterior a ambos evangelistas para mos- algunos eseritoscristianos antiguos, esta | marcado enel contexto de una oracicn de | tar, precisamente, el vinculo esenetal en. rellexion teol6gica se dio relativamente | alabanza de Jestis®. Elmotivoes laaten- | tre Jesis, su Padre y el Espirit Santo. onto; algunas cartas panlinas son buen J cidn y comprensién que le dispensan ~a | La alegria de Jesis manigestada en esta ejemplo de ello. Pero en eleaso de losze- | €lya sus eaviedos—los“sencilos’, mien- | oraci6n al Padre broia, pes, del Espirta latos evangslicos este proceso fue algo | tras los “sabios y entendidos” se mues- | Santo, y la razin de tal regocijo esté on ‘nds tardfo, ebido, sin duda, a que suin- J tran indiferenteso, incluso, le echazan. | éxito desu misin ene algunos de sus terés més inmediato era la persona y el | 1 “En aquel tiempo, leno de la alegria | oyentes: el Padre se ha “revelado” por ‘mensaje de Jess; sin ir mucho més alls. | del Espiritu Santo, exclarnd Jesis: medio de su Hijo y 1os més sencillos 1o Pero pasemos ya a desgranar los testi- | ~Te doy gracias, Padre, Sefor del cielo | han comprendido, han acogido esta re ‘monios evangélicos y de la terra, porque has escondido es- | velacién; en sa seneillez, Ia fe les ha 12 tas cosas a los sabios ya los entendidos, | sultado luminosa y les ha permitido, L las has revelado ala gente sencilla. St, | ademés, captar algo que la razén nunca | Padre, porque ast te ha parecido bien. | lespodria haber manifesado, como mues- Todo me lo ha entregado mi Padre, yna- | tala incapacidad de comprensiGa de “sa- ‘En los evangoliossin6pticos ~en este ca | die conoce quién es el Hijo; ni quizn es | bios y entendidos”. soLey Mt-tenemos algunos testimonios | el Padre sino el Hijo y aquel a quien el | El contendido de esta revelacién ¢s aqut tenque las tes personas de la Trinidad es- | Hijo se lo quiere revelar”. preciso: “estas cosas. Los versos 21- én estrechamente relacionadas en le per~ | El lector recordaré otro pasaje similar en | 22 se corresponden con el resultado de la soma y en la misién de Jesis. otro evangclio. Mateo también ecoge.es- | predicacidn de los setenta y dos. Estos en- El primer caso esti en el origen mismo | ta alabanza de Jess, Sin embargo, hay | viados han regresado de su misiGa rego. de Fests, Deaominado “Fiijo del Alrisi- | en el texto mateano una variante signifi- | cijéndose de las cosas que les han sacedido ‘mo”, sa existencia no seré posible sino | cativa: no se alude al Espiritu Santo. El | y han visto: “/Seflr, hasta los demanios s por la fuerza del Espicita Santo: ‘lato comienza asi: “En aquel tiempo di- | nos obedecen en tu nombre!” A lo que <1 “El dngel contesié:—Bl Esptritu San- | jo Jess: Padre, SeRor de cielo y tierra, | Jesis responde: “Va he visto a Satands to vendrd sobre ti, 9 la fuerza del Altsi- | te doy gracias...” (11, 25-27), Es proba. | que caia del cielo como un rayo”. Ast ‘mo te cubriré.con su sombra: por eso el | ble que haya sido Lucas, especialmente | pues, “estas cosas” son, en sintesis, el plan santo que va a nacer se lamand Hijo de | scusible ala presencia del Espiritu Santo | desaivacidn de Dios en favor de los hom. Dios” (1,35). en Jestis, el que haya retocado un relato I tres, su seinado eseatologico, presente ya “Los once discipulos se fueron a Gae Fitea, al monte que Jess les haba inl- cada. Al yerlo, ellos se postraron, pero algunas vacilaban. Acercindose a ellos Jess les dijo: Se ‘me ha dado” pleno paderenel cielo yen la tierra. dy haced dise(pulos de todos los puebios, Bautzindolos en el nombre det Padre, el Hijo y del Espiritu Santo; y ensefidndoles @ guardar todo lo que os ‘he mandado, ¥ sabed que yo estoy con vosotres todas los dias, hasta el fin del mundo” (28, 16-20), Con estas palabras—que se proclamanen la celebracién cucaristica de la fiesta de Ja Santisima Trinidad en el ciclo B~ se concluye el relato evangélico de Mateo. ‘Aparentemente, se trata de un texto cla- ro que no deja dda sobre la f trnitaria dels primeros seguidores de Jess. Y, ciertamente, ast serfasiel redacior hu biese recogido auténticamente unas pela- bras dichas por Jessa sus discfpulos ea ceonerto alos ones, como se indica aleo- ‘mienzo del texto inmediatamente des- ‘pues de su resurreccién. ‘Ahondar en esta cuestiOn nos apertaria considerablemente del hilo conductor de este Pliego, por lo que vamos a evitaro. No obstante, puede comprenderseféci- ‘mente que esta formulae, tal como s= recoge en el evangelio, no pudo haberla pronunciado Fesds en una despedida de Sus discfpuos tras la resurrecci6n. Si asf hhubiera sido, zpor qué ~por ejemplo- se plantea en el libro de los Hechos de los ‘Apdstoes a cuestion desi pueden serlos genties, al igual que los judios, disefpa- Jos de Jess? De hecho, esto fue un de- bate que duré vatiosafos en la peimitiva Tlesia. Una respuesta coherente al por- que de estas palabras aquirecogidas y asf formuladas puede ser éta: “Lo que ea- contrams en Mateo como ls ttimas pa- labras en labios del Seiorresucitad es una comprensin de la isin que el Se- fior dio a sus disefpalos que solo queds clara tras muchos afios de esfuerzas por la conversion de los geniles y despues ‘gue una reflexién mostrara hasta dénde Alegaba la comunién entre el Padre y el Hijo yel Esptias Santo, de modo que el. ‘bautsmo en el nombre de Jess (proba- ‘blemente la formula mis antigua er obra también del Pade y del Espiitu™ Ente texto, breve en su edacién, encie- tra dentro de sf algo més que un simple encargo ala Iglesia naciente. Dejando al ‘margen ofros temas menos relacionados irectamente con el asunto que nos oeu- ‘pa, podernos sealar algunas ideas de in- terés para nuestra reflexiéa: solamente el Pade “sabe quitn es" este hijo y, al mismo tiempo, nadie sabe “quién 5 el Padre sino el Hijo y aquel a quien ‘el Hijo se lo quiere revelar”, Este cono- cimienta, socteto en la mente de Dios ~del Pate y del Hijo-, s6lo puede ser cono- cido por revelaciga. El Espiritu Santo se- 4 quien lo revele en el corazén de los discipulos, EL primer evangelio, que no el més anti- ‘2u0, como ya se dijo anteriormente, tic ‘ne una clara indicacién de la fe trinitaria de los primeros cristsnos. Es una alusion, {que el evangelista no ha puesto en boca de Jests durante su ministerio, sino des- pués de su resurrecci6n: En a tealizaciGn de este plan salvador, el Padre ha confiado todo en manos de su Hijo, Para la comunidad crstiana, Jests es el Mesfas anunciado por los profes. Nos, pues, extrafo paraella esta entre- ga; de hecho, ast lo experaba también el judaismo respecto del mesfas que habia de legar. Pero los peimeros cristianos ban sis lejos que los exegetas judios en esta atirmaeién: Jesus no sélo es “hijo” en sentido figurado o espiritual, sino real. Je- sis no era hijo al modo en que lo habian sido los eyes de Israel, 8 quienes se da- Da el feulo de Mesias, 0 incluso el pue- Dlo en su canjunto 0 los justos, de quien también se dice que Dios es padre, Je- ‘sis es hijo de un modo tan peculiar que La fe trinitaria en 0S Hechos y las Cartas 7] nel Pliego amtrior(n?2.216),re- comfamos algunos pasajes evan- —, sélicos -ciertamente no todos— I due hacian referencia a la fe tric {ensiones intemas y las lachas con las au toridades judas... en dltima instancia, el nacimiento de la Iglesia, Alumbrada e impulsada por la fuerza del cidnentera, Resuenan, quzé, en este tex- tolas palabras del salmista cuando cant: “Bl cielo proclama la gloria de Dios, nitaiade los primeros eristianos; | Espiritu, derramado en Pentecostés, la eljrmamento pregona - tna fe que, por la novedad del | Iplesia naciente camina tras les huellas la obra de sus manos, Saruuimasl ¥ Por otras circunstan- J del Sefor, que la precede en su camino | ef da at dale pasa el mensaje, -xpresada de modo incipien- !amos cntonces que los testimonios esta fe de Los primeros seguidares de Jess escaseaban en Tos relatos mas an- °s prineipalmenteen los de Marcos, ‘ondando en eambio en los ms moder :nespecial en Juan. El paso del tim- m te ayudando a las comunidades sianas, y a los evangelists, a madu- Ja expresion de los elementos mi hhacia el Padre, horizonte y meta de todo ‘cuanto existe. La fe trinitaria queda ast ‘afirmada en todos los pasajes del libro, ‘aungue sin entrar, I6gicamente, en la dis. ccusion o precisién dela condicisn divina de cada persona de Ia Trinidad. Aparténdonos del marco general de re ferencia, dos pasajes pueden seevimos de menifiesta la més profun- ntidad del ser de Dios es ef amor: « porel que el Padre, el Hijo el Es ‘nu Se unen entre sf y con toda Ia Bu vsnidac Amor por el que Cristo se evela a io de Dios y vive toda su vida como una 1 Padre, convistindoto en ejem- ssitodos ss seguidores: Haced del rorma dle yuestra vida, pues tan'= to nos amé ye entres6 a simis- nr sonra como ofenda y sacrificio vw Dios recibe con agrad (5,2), | amor, que procede del mismo ser de ¥ que se transnitea sus hijos por el jo mediante ln acein del Espiritu San- ¥ para quienes los contemplan: hora “zen el Sehor, hemos lefdo. Cuan- Zo vivimos de otro modo, no solo falta ‘mos a nuestra propia identidad, negando {a filial relacién que mantenemos con Bios, yalo que los dems esperan de no- tons, sino que, ademas, causamos tris- teza al Espltiu divino: No caustis riste- za al Bsplviru Santo de Dias, que es en vosotras como un sello que os distingu- a en el dace la liberactén final (4, 30), Elrecto proceder es uz pars quienes con. templan; una lz que se manifiesta como bondad, justicia y verdad; porque Dios es bueno, justo y verdadero, Y es iambign motivo de agrado para Dios. Si una mae In conducta eniristece al Espiritu Santo, ‘una bvena conduct lo alegra | Tesalonicenses ‘No podia falta en este repaso de textos ‘antiguos un pasaje de la Primera carta 8 los ‘Tesalonicenses, Es especialmente im- Portante porque, segtin le opinin de los expertos, este escrito es, con toda proba- bilidad, el més antiguo del Nuevo Testa. ‘mento, pudiendo datarse en tomo al aio 50, apenas dos décadas después de la muer- te de Jess, Sita fe trnitaria est presen- te en¢l, podemos asegurar que los primeros cristianos tenfan muy presente, ya desde ('4 “991 leadse opeyedy souojad}osng ep ojouepedeg manna NILSAG NB NON ol a 2 ga. >EBS ieee Tirso eee} | Ba g 8 zi¢ a 2 i BBs £82 38 sae Bae Bas eo a2 ‘sounng 30 van wow wna0a los orfgenes, la singular relaciGn entre Pade Dios, su Hijo Jesueristo y el Espi- ritu Santo; aungue no Hegasen a formar ‘con la precisién con que logrs hacerse en los siglos sucesivos, EL pasaje que 0s sirve de ejemplo es e] ‘comienzo de la carta, y dice asi Pablo, Silvano y Timoteo a la Iglesia de los Tesalonicenses.en Dios Padre yen el Seftor Jesucristo.A vosotres, graciay pas, Sempre damos gracias a Dios por todas vosoiros.y 0s tenemos presentes en ues Ante Dios, nuestro Padre, recordamos sin cesar la actividad de vuestrae, eles. Juerzo de yuestro amor y el aguante de Yuestra esperanza en Jesueristo nuestro Sefor. Bien sabemos, hermanos amados de Dios, que él os haelegico y que cuando se pro. clamé el Evangelio entre vasotres noha +o slo palabras, sino ademds fuerza det Espiritu Santo y conviccién prefunda,co- ‘m0 muy Bien sabéis (1 Tes 1. 1-5). | saludo a la Iglesia de Tesalénica se realiza en nombre de Dios Padre y del Se- ‘i Jesuetisto, La salvacién de Dios s6- lo tiene un nombre como mediacién’ isto. Mayor que Abrahin, padre {fe de los creyentes en el dios de Is- 41 tnico ios para una religién tan mente monotefsta como la judia: mayor que Moisés, el gran liberador del pueblo esclavo en Egipto que lev6 a ca- bole gran acciGn liberadora por a que Is- re] Lleg6 a la existencia como pueblo; mayor que David, monarea supremo y ‘jemplar de cuantos hubo; mayor que cual- ler profeia, lider o héroe de In historia isruelita,Jesucristo es ananciado por Pa- blo y por los demés apéstoles como el ‘inico que obré la defintiva salvaciGn de Dios. Todos fos personajes anteriores fue ron preparando su llegada; ahora Dios mismo se hizo presente en Ia historia ho- 1a por medio de Jesuersto, Pero solamente se singulaiza la fe eris- ‘Bana poreste estrecho binomio de perso- Dios Padre-Sefior Jesucristo? No ila faltar en este saludo la mencién de wn tereer nombre: el Espiritu Sento. Las primeras palabras del apéstol asus lecto- res som el recuerdo de la actividad de ves 1a fe, el esfuerzo de vuestro amor y el sguante de vuestra esperanza en Jesu- cristo nuestro Sefor. Fe, caidad y espe- stanza, tres virtudes fundameatales en la experiencia cristiana del dnico Dios. De tun Dios tinico que ha amado profunda- ‘mente a sushijos,y los haelegido, y que, ademis, cuando les anuncic el Evangelio or medio de la prociamacién de sus en- Viados, lo hizo acompafianda sus palabras con la fuerza del Espiritu Santo. Las pa- Jnbras de los mensajes no eran palabras Jnumanas sino divinas; y, como tal, ban scompaiiadas del Espirita de Dios. Este antiquisimo testimonio pauilino nos emonta alos primeros momentos de ex- pansidn de a Iglesia, «los primeros “éxi- fos" de sus misioneros, ¥ ya entonces podemos observar que aquellos eristis +s tenfan una fuerte conciencia de que su salvacion, su lamada @ una nueva vi- dda, procedia de Dios Padte, les habia si- Ga anunciada en nombre de su Hijo Jesueristo y se habia obrado con la fuer- ‘adel Espiritu Santo, {Tres dioses? Ciertamente no, esto seria Impensable,absolutameate hetStico. {Un ‘inico Dios constituido por tres “perso- nas" divinas? De este modo se formula- "rabasiantes aflos despues; pero, por ahora, s6lo estaban anraigando las semillas,uni- ccamente se estaba formando el hums del ue iuego, gracias al pensamiento filoso- fico y teolégico de siglos posteriores, odré formularse Ja fe trinitaria tal y como quedé expresada en los Credos Vinculantes de i Iglesia, PRIMERA GARTA DE PEDRO Las cartas de Pablo son bastante nurne- rosas en relacin con otros autores eris- tianos. Es légico, pues, que este repaso se hhaya detenido mis en estos escritos. Pe- ono podia concluir si recoger, al menos, algsin otro ejemplo. Y este es el caso del siguiente texto, el penltimo para noso- twos: Pedro, apéatol de Fesucristo, a tos elegitios por Dios, que viven como ex- ‘ranjeros dispersos por el Ponto, Gala- cia, Capadocia Asia y Bitinia.A vosoras, ‘objeto del designio amoraso de Dios Pa Lo que mejor la mas projunta del ser ile Dios dire y consagrados por medio del Espiri tu para que obedezedis a Jesueristoy sedis purificados con su sangre, as deseo gra- ia y paz en abundancia (1, 1-2) Con este saludo se inicia esta carta disi- sida a una multitud de iglesias formadas fen una basta extensiGn de terreno. Re- ‘marcamos esto porque nos habla de la fe de un niimero nutrido de comunidades cristianas, de una fe muy esparcida, ‘La autoria de esta cara sigue siendo tn tema abiert: ;fue Pedro, através de un sectetario (Silvano), en tomo al ao 642; {fue un disefpulo'suyo, unos afios des ppués de su muerte, en la década de los 70? Si esto es intrascendente para nosotros, no lo es las fechas que se proponen para su datacién. En estos momentos las co- ‘munidades cristianas se han ido asentan- do, su fe se ha ido explicitanda algo mejor, diversos escritos parciales sobre la vida de Jess estin ciclando entre ells, pron to surgirén de este intercambio los pri- ‘eros relatos evangsicos bien organizacos Eneste contexto, el autor saluda asus lec. tores recurriendo al elemento distintivo dd su fe: gracia y paz a vosotros, objeto ‘del designio amoraso de Dios Padre, con- sagrados por medio del Espiritu Santo, ara que abedescdis a Jesueristo. En una sola frase se desenvuelve la fe winitaria de estas comunidades cristianas. PRIMERA CARTA DE JUAN Y para finalizar no podfa faltar un ejem- plo de otro tipo de comunidades, las de- rRominadas jodnicas. ¥ side muestra vale ‘necesario comentar, pues cuanto aparece en {ha sido ya desatollado de una otra ‘manera. Quiza tan slo insstiren que, na vez mis, el amor divino derramado en os creyentesy vivido intensamente entre ellos es el mejor signe de experien- cia ytestinonio dla fe winter la de aquellos cristanos y lade hoy, Sirvan de colon estas palabras: Queridos hermanos, amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios yconoce a Dios. Quien no ama no ha conocive a Dios, porque Dios es amor. Ex esio se manifest el amor que Dios nos tiene: en que Dios envi al mundo a su Hijo inico, para que vvamas por me- diode é, En esto consste el amor: no en que no- sotros hayamos amado a Dios, sing en ‘que él nos amd y nos envid a su Hijo co- ‘mo vietima de propiciaciOn para rues. ‘ros pecados. Quer, sf Dios nos ams dle esta manera, también nosotros debe- A Dios nadie lo ha visto munca, Sinos amamos unos a otras, Dios permanece en nosotres y su amor ha legade en no- otras a su plenitd. En esto conocemos que permanecemos en dl,y len nosoros: en que nos hada dio su Espiritu ¥ nosotros hemos visto y amos tesimonio de que el Padre envio 4 su Hijo para ser Salvador del mundo. Quien confiese que Jests es el Hijo de Dios, Dios peranece en, yélen Dios. ¥ nosotros hemes conocido el amor que Dios nos tiene y hemos cretdo en é Dios es amor, y quien permanece en elamor permanece en Dios, y Dios en é. 716). 19 Ge febrero de 2000 » 20

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