El 29 de junio se conmemoró un aniversario del Congreso de los
Pueblos Libres, antecedente importante del Congreso llevado a cabo en la provincia de Tucumán, donde fue declarada oficialmente nuestra independencia. El 29 de junio de 1815, en la actual localidad de Concepción de Uruguay, provincia de Entre Ríos, se llevó a cabo un Congreso en el que participaron las provincias pertenecientes a la Liga Pueblos Libres. En dicho Congreso, se declaró la Independencia de España y de toda dominación extranjera. Este congreso, de manera histórica y democrática, ponderó la concepción federal de nuestro territorio. Las vaquerías, las gaucherías, la espesura de su monte y la lomada de su pampa constituyen una vertiente popular y nacional de nuestro continente. Las provincias hermanadas, con sus diferentes culturas, sus muchas creencias y sus variados territorios, se unieron en un lazo social comunitario que delimitó nuestra soberanía nacional. Artigas entendió desde temprano que era necesario profundizar la Revolución de Mayo. Esto significaba la emancipación política y económica, el federalismo, la democracia política y la inclusión social, cultural y étnica. La Patria, en su conformación heterogénea, comenzó a reunirse en asambleas populares. Charrúas, minuanes, chanás, guaraníes, mocovíes, abipones, criollos, afros, mulatos, pardos, hacendados, gauchos, peones y capataces, todos unidos y liberados por el caudillo entrerriano, con un fin común: lograr la Independencia tan anhelada. La integración de los pueblos y la voluntad de sus representantes reunidos nos marcaron el camino a Tucumán, donde rompimos definitivamente los lazos que nos ligaban a todo dominio extranjero. Con la mayor muestra de valentía y coraje, aquellos patriotas de 1816 decidieron romper con el dominio español que por siglos hostigaban estas tierras, y fue así como en el Congreso de Tucumán declaró “solemnemente a la faz de la Tierra, que es voluntad unánime e indubitable de estas provincias de estas provincias, romper los violentos vínculos que las ligaban a los reyes de España, recuperar los derechos que se nos fueron despojados e investirse del alto carácter de Nación libre e independiente”. Esta afirmación nació con el más vigoroso deseo de comenzar a dar pasos en pos de la conformación de un territorio soberano, en un contexto sociocultural que lo pedía a gritos. A doscientos seis años de aquella trascendental decisión debemos reflexionar sobre todo lo vivido rescatando los valores que el presente requiere. Afirmemos, una vez más, que somos argentinos capaces de poner lo mejor de cada uno para que nuestro país sea aquel lugar próspero de libertar e integridad que soñaron los patriotas de 1816. Consolidemos la libertar, la responsabilidad y el ejercicio de nuestros deberes cívicos de manera respetuosa, participativa y solidaria, sabiendo que queda mucho por hacer por nuestra querida Argentina.