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mortales
África Albalá Soria
Los científicos del LHC (Gran Colisionador de Hadrones), un acelerador de partículas del
CERN, proclamaron su descubrimiento después de más de medio siglo de búsqueda y el
hallazgo conmocionó al mundo. Sin embargo, más allá de los círculos científicos, muchos
no iniciados ignoran qué es este bosón y por qué es relevante su existencia.
En primer lugar, la materia está compuesta por átomos. Estos átomos, a su vez, están
formados por un núcleo central, con neutrones y protones, y a su alrededor giran los
electrones.
¿Cuál es el problema?
Las preguntas quedaban abiertas y eran muy profundas: ¿Qué confiere la masa a las
partículas? ¿Qué es realmente la masa? ¿Por qué existen estas diferencias? Para dar
respuesta a todas estas cuestiones, en 1964 el físico británico Peter Higgs propuso, junto
a otros colegas, una solución. Presentaron una teoría que aseguraba que todo el espacio
está relleno de un campo que interacciona con las partículas elementales y es esto lo que
les confiere masa.
Así, un electrón interacciona poco con el campo de Higgs, por lo que se desplaza
fácilmente a su través. Dicho de otra forma, el campo de Higgs hace que el electrón tenga
una masa mínima (sería el caso de la sardina).
El Premio Nobel de Física León Lederman escribió en la década de los noventa un libro
en el que se refería al bosón de Higgs como “the goddamn particle”, esto es, “la maldita
partícula”, por lo difícil que era detectarla. En un alarde de originalidad, el editor del texto
decidió sustituir el nombre por “the God particle”, es decir, “la partícula de Dios”. Desde
entonces, el bosón de Higgs quedó rebautizado.