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LA VIOLENCIA EN PRIMERA PERSONA: UN

CUENTO DE AMOR TORNADO PESADILLA


Mariela conoció a Joaquín a través de un blog de música y tras un tiempo chateando,
quedaron para conocerse personalmente. A las pocas semanas de relación saltó la
primera alarma: estaba todo el día pendiente de ella y la insistía para que se quedara
con él todo el fin de semana haciendo todo en la casa. la otra condición fue una
catarata de insultos que la hizo romper el llanto. Pero le pidió perdón, le prometió
que no se repetiría y ella le creyó.

A los seis meses Mariela ya no respondía a los mensajes de sus amigos ni amigas
para evitar que se enfadase Joaquín. Ni siquiera le apetecía salir a cenar con él ni ir a
ver una película. "Todo lo que venía de mi lado era malo. Si yo elegía la película, a
la mitad se levantaba y me decía: ''Esta peli es una cochinada ya deja de
molestarme”.

A lo largo de la relación sufrió múltiples violencias -verbal, psicológica, económica,


sexual- hasta llegar a pensar que se merecía lo que le estaba pasando. "Pensaba soy
mala, soy mala persona. Me sentía culpable, que me lo merecía.

El maltrato continuó hasta que Joaquín los expulsó de casa, pero tras varios meses
de separación regresó con él, tras sus reiterados pedidos de perdón y promesas de
que iba a cambiar e iban a vivir mejor como una familia unida. "así fue Joaquín,
Mariela y su hijito Vivian muy felices desde ese día”.

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