1. Las comparaciones son siempre injustas. Pues usualmente
comparamos lo peor de nosotros mismos con lo mejor que presumimos de los otros. 2. Las comparaciones requieren una métrica. Ten en cuenta que no existe una manera de medir los aspectos internos y que los aspectos externos de los demás pueden ser fingidos. 3. Eres único y singular como para poder comparte. Tus talentos, habilidades, éxitos, contribuciones y las maneras de hacer todo esto solo pertenece a ti. No pueden ser comparados adecuadamente con nadie más. 4. No tienes nada qué ganar, pero sí mucho qué perder. Al compararte descuidas tus propias capacidades y a la larga terminas perdiendo tu seguridad, tu dignidad y tu pasión. 5. Las comparaciones te roban tu tiempo. No es comparándote con alguien que consideras mejor que vas a mejorar en tu persona. Al juzgar nos enfocamos en lo que no tenemos (y nos imaginamos que al tenerlo seríamos mejor) en lugar de enfocarnos en lo que tenemos y podemos fortalecer. 6. Las comparaciones no tienen fin. Este hábito no se supera aunque logres tener éxitos. Siempre habrá otras personas más en las qué enfocarte. 7. La comparación coloca el foco en la persona equivocada. Ten presente que solo puedes cambiar una vida, la tuya. Precisamente es atreves de enfocar tus esfuerzos en tu persona que vas a poder lograr algún cambio. 8. Las comparaciones pueden alejarte de amigos. Al compararte con amigos puedes reaccionar de mala manera y ocasionar conflicto en tu amistad 9. Las comparaciones te quitan alegría. Compararte no te da valor, sentido ni ningún logro en tu vida - más bien te aleja de ello. 10. Simplemente tienes cosas mucho más importantes que hacer.