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Derecho Penal- Bolilla 1

1- El Derecho penal
Concepto: es la rama del ordenamiento jurídico que regula la potestad estatal de castigar,
determinando lo que es punible y sus consecuencias, que no se agotan en la pena. La
finalidad punitiva representa el objeto principal en casi todo el ámbito de nuestro campo
jurídico.
Éstas no se reducen en la actualidad a la pena, pues a principios del siglo 20 se incorporaron
las medidas de seguridad, como consecuencias preventivas de la comisión de un hecho ilícito
tipificado penalmente, fundadas en la peligrosidad de su autor, aplicables el reemplazo de la
pena o también como complemento de ésta; se pasó así a un sistema dualista dotado de una
doble vía de sanciones que ha predominado en la mayoría de los códigos penales modernos.
En los últimos años se discute si la reparación del daño proveniente del delito puede
constituir una tercera vía del derecho penal. Así como la medida de seguridad sustituye o
complementa la pena cuando, debido al principio de culpabilidad, ésta no se ajusta o solo lo
hace en forma limitada a las necesidades de prevención especial la reparación debería
sustituir la pena o atenuarla complementariamente cuando contribuya a satisfacer los fines de
la pena sociedades del sida desde la víctima igual o mejor que la pena sola.
Contenido.
Para estudiar el derecho penal se divide sus contenidos en tres etapas:
 la parte general del derecho penal que comprende los principios generales de la
disciplina, la ley penal, la teoría del delito y la teoría de la pena.
 la parte especial del derecho penal dedicada al conocimiento de los delitos en
particular (homicidio hurto estafa etcétera)
 el derecho procesal penal que estudia el conjunto de reglas de procedimiento
conforme los cuales un caso concreto debe ser investigado discutido y resuelto por la
justicia criminal.
El estudio de la parte general nos plantea 4 preguntas básicas: a) qué es el derecho penal; b)
que caracteriza a sus normas c) qué es el hecho punible; d) cuáles son sus consecuencias
jurídicas. Cada una de estas cuestiones pretendemos explicarlas mediante las elaboraciones
de: a) la teoría de la ciencia del derecho penal, b) la teoría de la ley penal, c) la teoría del
delito y d) la teoría de las consecuencias del delito.
Al hablar del derecho penal se lo puede hacer usando 3 acepciones:
A) como ciencia dogmática jurídico penal: es la disciplina que se preocupa de la
interpretación sistematización y desarrollo de preceptos legales y de opiniones científicas en
el ámbito del derecho penal.
B) como derecho penal en sentido subjetivo (ius puniendi o potestad punitiva) alude a la
facultad estatal de castigar
C) como derecho penal en sentido objetivo: está constituido por normas de derecho positivo
que regulan aquella potestad punitiva para proteger la convivencia humana en comunidad
distinguiéndose de las demás ramas del derecho por las especiales y más enérgicas
consecuencias jurídicas imponibles a los comportamientos socialmente más insoportables.
Función
Depende de la concepción de la pena que se siga, pudiendo dar lugar a tres enfoques
principales que pueden sintetizarse en los siguientes:
A) para las teorías absolutas la pena se agota en si misma y consiste en un mal que se impone
necesariamente para lograr justicia, como retribución por haber cometido el delito;
B) las teorías relativas pretenden alcanzar finalidades preventivas que están fuera de la misma
pena: proteger la convivencia social evitando la futura comisión de hechos delictivos;
C) las teorías mixtas o de la unión sostienen que la esencia de la pena es retributiva, pero
debe perseguir fines preventivos, con lo cual se combinan la realización de la justicia con la
protección de la convivencia social. Este último es el punto de vista dominante en la
actualidad, por lo que se asignan al derecho penal funciones represivas y preventivas al
mismo tiempo.
2- Caracteres:
A) Derecho Público: fija normas directamente destinadas a la generalidad y procede como
poder soberanamente regulador de la conducta de los ciudadanos. La creación de las figuras
delictivas y la amenaza de imponer una pena al transgresor es una actividad típicamente
pública del Estado: es la expresión de su máximo poder interno.
B) Exterioridad: los hechos que se castiga no son pura negación teórica de un valor jurídico,
son hechos afirmados en el mundo exterior, que vulneran objetivos importantes para la vida
social, que por eso se llaman bienes jurídicos o intereses jurídicos. El derecho penal se
caracteriza por un conjunto de ilicitudes definidas que tienen por objeto la prohibición de
acciones determinadas. Donde no hay acción, exteriorización, alteración real o potencial del
mundo externo, no hay represión.
C) Judicialidad: la responsabilidad y el castigo del autor deberá emanar de un órgano público,
aunque mas no sea para declarar que el hecho no es perseguible. Los órganos encargados de
conocer y resolver en las causas por responsabilidad penal son los tribunales judiciales que,
con arreglo de la CN, Constitución Provincial y leyes reglamentarias forman poderes
judiciales nacional provincial con competencia penal según la materia, la investidura de las
personas y el territorio (juez natural). La realización judicial de la ley penal no es libre, sino
que exige un juicio fundado en ley anterior al hecho del proceso, que debe observar las
formas sustanciales de la acusación, defensa prueba y sentencia dictada por los jueces
naturales del imputado y en el cual es inviolable la defensa d la persona y los derechos.
D) Sancionatorio: la función típica de la ley penal es la de crear tipos de acción que
acarrearán una pena cuando sean ejecutados antijurídicamente. Para efectuar esta valoración,
el derecho todo forma una unidad, creando una sensación de seguridad jurídica. La
consideración de las leyes penales como autónomamente constitutivas de una ilicitud
específica crea la posibilidad de discrepancias entre las regulaciones y por lo tanto, una
positiva inseguridad. La prohibición penal es la culminación y no el comienzo de la ilicitud.
3- Derecho penal de hecho o acto y de autor: tanto quienes entienden al delito como
infracción de deberes ético- sociales, como los que consideran una conducta socialmente
dañosa porque pone en peligro bienes jurídicamente protegidos, coinciden en ligar la
definición de delito a la comisión de un hecho y en considerar secundarias las características
personales de su autor. Se trata del derecho penal de hecho o acto.
Por el contrario, quienes ven en el delito la expresión de un sentimiento jurídico depravado o
de una forma de ser del autor, sostienen la concepción del derecho penal del autor, para la
cual el hecho solo tiene un valor sistemático de la personalidad peligrosa de su autor, que es
lo reprochable y debe ser corregida. Por ejemplo, se lo castiga por ser ladrón, más que por
haber cometido un hurto.
Derecho penal como tutela de valores éticos y de bienes jurídicos.
Como tutela de valores éticos: la misión central del derecho penal era asegurar la vigencia
de los valores de acto ético sociales de carácter positivo, como el respeto a la vida ajena, a la
salud, a la libertad, a la propiedad, etcétera. Estos valores del actuar conforme a derecho
arraigados en la permanente conciencia jurídica, constituyen el trasfondo ético social positivo
de las normas jurídico penales, al castigar el derecho la efectiva inobservancia de los valores
de la conciencia jurídica, protege al mismo tiempo los bienes jurídicos a los que están
referidos aquellos valores de actos. Así por ejemplo, la fidelidad al Estado está referida al
bien del Estado, el respeto a la personalidad, a la vida, a la salud y al honor del prójimo, la
honradez a la propiedad ajena, etcétera. La misión del derecho penal consiste en la protección
de los valores elementales de la conciencia de carácter ético social y solo por inclusión la
protección de los bienes jurídicos particulares.
Como tutela de bienes jurídicos: un estado social y democrático de derecho solo deberá
amparar como bienes jurídicos condiciones de la vida social en la medida que afecten las
posibilidades de participación de individuos en el sistema social. y para que dichos bienes
jurídicos merezcan ser protegidos penalmente y considerarse bienes jurídicos-penales será
preciso que tengan una importancia fundamental.
Encuentra su fundamento en la exigencia de que sean los propios ciudadanos quienes decidan
qué objetos reúnen las condiciones requeridas para constituir bienes jurídicos penales. El
Estado de Derecho y el principio de legalidad material que impone, aconsejan que los
distintos objetos cuya lesión pueda determinar la intervención penal, se concreten en forma
bien diferenciada en un catálogo de bienes jurídicos específicas correspondientes a los
distintos tipos de delito, sin que baste una referencia a cláusulas generales como perturbación
del orden social perjuicio social etc.
Este modelo de Estado combina la protección de la sociedad frente al delito con principios
limitadores. De tal modo, un derecho penal de una sociedad laica y pluralista no se basa en la
pura retribución sino en la prevención de delitos, y para evitar un derecho penal de terror se
imponían límites. Surge la afirmación de los valores jurídicos de la sociedad mediante la
prevención general positiva dirigida a todos los integrantes de la comunidad (no solo a los
potenciales delincuentes mediante la intimidación que busca disuadir los que se abstengan de
delinquir). De esta manera se habla de dos aspectos: A) ha de ser tuteladas aquellas
condiciones que son esenciales para la existencia y evolución del sistema social, lo que
constituye la denominada función de protección de bienes jurídicos; y B) ha de actuarse
sobre los miembros del grupo social para evitar a través de la incidencia en los mecanismos
determinantes de la conducta, que realicen comportamientos lesivos o peligrosos para los
bienes jurídicos protegidos, lo que se denomina función de motivación.
Ambas funciones del derecho penal (tutela de bienes jurídicos y de valores éticos) no son
incompatibles entre sí y se condicionan recíprocamente toda vez que el derecho en sus dos
dimensiones (como derecho positivo y como conjunto de principios éticos jurídicos)
configura y perfecciona las relaciones jurídicas y sociales y las formas de convivencia. Tales
principios éticos son pautas valorativas aceptadas por la sociedad y por la conciencia jurídica
individual que legitiman la coacción y la sanción jurídica, en cuanto al orden social depende
también de la aplicación de un derecho justo y eficaz; pero no implica que el derecho penal
en un Estado social y democrático de Derecho le podamos asignar como misión la
moralización de los ciudadanos o el mejoramiento ético de la sociedad, porque de esta
manera estaríamos confundiendo al derecho con la moral que es autónoma e incumbe a la
conciencia individual de cada uno.
4- Consecuencias jurídicas del Derecho Penal. Penas y medidas de seguridad.
El principal medio de que dispone el Estado como reacción frente al delito es la pena, que se
traduce en una restricción de derechos del responsable por efecto de una decisión impuesta en
forma coactiva por los órganos competentes de control social.
Pero las necesidades de la política criminal no son resueltas totalmente con las penas, y por
ello el orden jurídico prevé, además, las llamadas medidas de seguridad, destinadas a eliminar
o paliar situaciones a cuyo respecto el uso de penas no resulta plausible.
Teorías de la finalidad de la pena.
Teorías absolutas de la pena:
Teoría de la retribución: desarrollada por Kant y Heggel, cuya fundamentación de la pena
pública fue la base que permitió la sistematización de la teoría del delito elaborada a partir de
la teoría de las normas de Binding.
Esta construcción conserva vigencia como consecuencia de la inexistencia de alternativas
suficientemente consolidadas. Tanto para Binding como para todos los defensores de la teoría
de la retribución, las concepciones preventivas resultan incompatibles con la dignidad
humana, pues solo a los animales se les puede motivar con el castigo. La única motivación
admisible respecto a los seres humanos es la que surge de la norma, la que fue concebida
como una orden (no mataras) qué procede a la descripción legal (al que matare a otro.....se le
impondrá de 8 a 25 años de prisión) cuya existencia es independiente de la sanción.
Al rechazar que la pena sea instrumento de motivación se sostiene que el destinatario de la
norma no puede ser el sujeto sino el propio Estado, quien a través de sus órganos
jurisdiccionales debe castigar al culpable de haber cometido un delito, por un imperativo que
pretende ser racional. Al delito cuya realidad jurídica es explicada con independencia de la
pena, se lo caracteriza como una violación a la norma realizada por un autor responsable.
Se la considera como teoría absoluta por qué agota todo el fin de la pena en la retribución,
explicada por Kant como un imperativo categórico emergente de la idea de Justicia y
fundamentada por Hegel como la negación de la negación del derecho. la pena niega el delito
restableciendo así el derecho lesionado.
Los efectos preventivos consecuencia de admitir que la pena puede suponer enseñanza
además de sufrimiento son desdeñados, pues se aclara que ellos no son el fin buscado.
Aunque no se logre efecto intimidatorio ni exista riesgo de reincidencia, la pena debe
igualmente aplicarse. Así tenemos que:
 La pena es concebida por esta teoría como reacción por lo sucedido y desvinculada
del porvenir pues su fin es reparar el delito y no evitar hechos futuros.
 El fin de la pena es restablecer el orden alterado por el delito
 El delito condición de la pena, exige no solo que se haya realizado un
comportamiento contrario a la norma, sino además la culpabilidad del autor.
 El sistema se basa en el libre albedrío, pues resulta culpable el sujeto que pudiendo
haberse motivado por respetar las normas optó por su violación.
 La medida de la pena depende de la gravedad del hecho realizado y el grado de
culpabilidad del autor, dándose un criterio de proporcionalidad entre el delito y la
pena. La pena es un mal que debe sufrir el delincuente para compensar el mal causado
con su comportamiento, pensamiento que reconoce como antecedente la ley del
talión.
La crítica a la teoría retributiva es que es irracional fundamentar el derecho del Estado a
imponer penas en una existencia de culpabilidad basada en el libre albedrío, pues la voluntad
del autor no es empíricamente demostrable. Por otra parte el criterio retributivo no puede ser
absoluto, ya que resulta evidente que no toda culpabilidad debe ser castigada, pues la pena
puede causar efectos contraproducentes. Por ello la teoría de la retribución si bien
fundamenta para que se castiga, no explica cuándo el Estado debe hacerlo.
Finalmente, y a pesar de las críticas debe concederse a esta teoría la virtud de haber
concebido la pena como una reacción proporcional al delito cometido estableciendo un límite
a la pretensión punitiva estatal.
Teorías relativas
La prevención general: las teorías preventivas renuncian a ofrecer fundamentos éticos de la
pena, la que en cambio es entendida como un instrumento del Estado, un remedio para
impedir el delito. la pena es concebida como un instrumento de motivación, y descartando
toda formulación idealista se busca el apoyo científico para explicar su utilidad para prevenir
la criminalidad. Feuerbach concibe la pena como una amenaza que, por medio de las leyes, se
dirige a toda la colectividad con el fin de conjurar el peligro de la delincuencia latente en su
seno. Esta coacción formulada en abstracto se torna concreta en la sentencia, cuando el juez,
al condenar al autor, refuerza la prevención general anunciando a todos los demás lo que les
ocurrirá si se realizan idéntica conducta. Este punto de vista se lo puede denominar
prevención general negativa.
El peligro que encierra esta formulación es su intrínseca debilidad para fundamentar cuando
es legítimo Que el Estado use la pena, lo que explica su tendencia a favorecer el terror penal
como ocurrió en la baja edad media con la práctica de las ejecuciones ejemplares. no es
posible determinar cuál es el énfasis punitivo que es necesario aplicar al delincuente en el
ámbito de la individualización judicial, para lograr efecto intimidatorio en el resto del tejido
social, pues no se castiga al hombre por su acción sino por comportamientos que se supone
que otros hombres pueden realizar. Por otra parte es muy difícil verificar cuál es el efecto
preventivo general de la pena.
Finalmente, las impugnaciones a la teoría de la prevención general tampoco han provocado
que el derecho penal haya podido despojarse totalmente de este punto de vista. Es necesario
recordar que el principio de legalidad máxima “nullum crimen nulla poena sine lege” tuvo su
origen en Feuerbach, pues para que la amenaza pueda ser eficaz, tanto el hecho punible como
la pena deben estar previamente descriptos por la ley. No se habla de una prevención general
negativa, sino más bien positiva, en donde la meta del derecho penal no es la intimidación
sino la prevención general positiva, afirmar y asegurar las normas básicas que en cada
sociedad se consideran indispensables.
Prevención especial: el fin de la pena es la necesidad de prevenir nuevos hechos del mismo
autor, es decir evitar la reincidencia. Consiguientemente, la base del sistema no es aquí el
acto de desobediencia a la norma, sino la asociabilidad del autor y fue por ello qué Liszt se
dedicó a clasificar a los delincuentes considerando que la eficacia de la incriminación exige
que ella se adapte a cada sujeto, procurando corregir, intimidar, no según la personalidad de
cada individuo sobre el que la pena deba cumplir su función preventiva.
Se critica a esta teoría por estar fundada al libre albedrío, al no admitir la libertad de voluntad
se negó que la culpabilidad pudiera ser fundamento y medida de la pena. La concepción
preventivo especial originariamente entendió la pena como instrumento de motivación de
base coactiva en donde la amenaza se dirige al propio autor a quién se anuncia que si reincide
sufrirá nuevamente la pena.
Teorías mixtas
Surgen de la unión entre las teorías absolutas y relativas de la pena, también son denominadas
teorías de la Unión, de perspectivas electicas, que procuran articular una síntesis entre las
doctrinas en pugna.
Son dominantes en el derecho penal contemporáneo. En algunos casos el criterio unificador
se concreta en la afirmación de que cada concepción tiene influencia diversa según el
momento que se considere. Se sostiene así que el criterio preventivo general es el que más
gravita a nivel legislativo, es decir cuando se sanciona la norma que prevé sanción para todo
aquel que realice determinado comportamiento.
Los puntos de vista retributivos pasarían a primer plano durante el proceso y especialmente
en la individualización judicial de la pena, pues la sentencia debe establecerla considerando
preferentemente la gravedad del hecho cometido y la culpabilidad del autor. Pasarían a
segundo plano consideraciones preventivas especiales vinculadas a la personalidad del autor
y el pronóstico de reincidencia, limitándose la influencia de la previsión general a una
función residual relacionada con evitar la imposición de una pena tan reducida que suponga
efectos contraproducentes para el control social.
La teoría de más incidencia durante la ejecución sería la de prevención especial en su versión
moderna pues el sistema penitenciario debe orientarse a lograr la readaptación social del
condenado.
Deben mencionarse también los esfuerzos de quienes, partiendo de la prevención general,
fundamentan la pena en la necesidad de preservar imprescindibles bases de convivencia
social. El efecto inhibidor de la incriminación es limitado por criterios de necesidad, que al
tiempo que justifican la pena, la condicionan, pues no existe legitimación cuando es
innecesaria o innecesariamente rigurosa.
Distinción entre penas y medidas de seguridad
La distinción tradicional entre estos dos instrumentos a disposición del Estado ha sido
formulada sosteniendo que la pena tiene contenido expiatorio, en tanto que la medida de
seguridad consiste en una privación de derechos que persigue una finalidad tutelar que no
suponen sufrimiento. Por ser efecto de la manifestación de un estado peligroso no puede tener
un término preciso de expiración como la pena. Su duración indeterminada es consecuencia
de que solo debe cesar cuando haya desaparecido la situación de peligro que fundamenta su
imposición esto es cuando el sujeto que la soporta haya sido resocializado, enmendado o en
su caso inocuizado. Estos criterios clásicos son cuestionados en la actualidad pues se tiene en
cuenta que respecto de la ejecución de penas se han desarrollado criterios preventivos
especiales que producen un desplazamiento, al menos relativo, del fín expiatorio,
tratamientos orientados a lograr la readaptación social del individuo. Resulta también
insostenible que la imposición de una medida no supone sufrimiento a quien la padece.
Finalmente existe una razonable sugerencia político criminal que aconseja abandonar la
indeterminación para las medidas de seguridad, procurando enmarcarlas en pautas de
proporcionalidad. El establecimiento de plazos máximos de duración de las mismas surge
como una necesidad para establecer límites que impidan su prolongación arbitraria.
Características de las medidas de seguridad
 Coactivas: ya que la conformidad del destinatario no es presupuesto de su imposición.
esta cualidad no debe perderse de vista ante excesos retóricos muy frecuentes del
sistema normativo.
 Su efecto es una privación o restricción de derechos por lo cual resulta inevitable
admitir que se traducen en padecimiento para quienes las soportan.
 Tienen fin exclusivamente preventivo o tutelar.
5- Principios fundamentales del Derecho Penal
Principio de legalidad: se expresa con el aforismo “nullum crimen, nulla poena sine lege”,
que consagra a la ley penal previa como única fuente del derecho penal. En sentido material
significa que el contenido de la ley debe sujetarse a los limites constitucionales. Del principio
de legalidad surgen los siguientes aspectos a considerar: una garantía criminal que exige que
el delito se halle determinado por la ley, esta ley debe ser escrita estricta y cierta; una garantía
penal que requiere que la ley señale la pena que corresponda al hecho; una garantía
jurisdiccional o judicial que exige que la existencia del delito y la imposición de la pena se
determinen por medio de una sentencia judicial y según un procedimiento legalmente
establecido; y una garantía de ejecución que requiere que también el cumplimiento de la pena
se sujete a una ley que lo regule.
Principio de reserva: conforme a nuestro sistema constitucional “Ningún habitante de la
Nación será obligado a hacer lo que la ley no manda, ni privado de lo que ella no prohíbe (Art
19 inc 2° parr CN).
Este principio, derivado del principio de legalidad, implica la idea política de “reservarles a
los individuos, como zona exenta de castigo, la de aquellos hechos que por inmorales o
perjudiciales que sean, no están configurados y castigados por una ley previa a su acaecer”.
Tratándose de una garantía individual, debe estar claramente trazada. Esto se logra,
fundamentalmente, mediante la enumeración taxativa por la ley de los hechos punibles y de
las penas pertinentes, de manera que aquellos y éstas representen un numerus clausus en
recíproca e inalterable correspondencia.
Principio de exterioridad: surge del Art 19 1 parr. De la CN. Donde no hay acción como
exteriorización, no hay delito. La sancion solo puede ser impuesta a alguien por algo
realmente hecho por él y no por algo solo pensado, deseado o propuesto. Ello porque sólo
mediante acción externa puede un hombre provocar lesiones a un bien jurídico. Por lo que
nuestro derecho penas es un derecho de hecho (o de responsabilidad por los hechos
cometidos) y no un derecho penal de autor.
Principio de lesividad: tiene como regla esencial aquella que impide prohibir y castigar una
acción humana, si ésta no perjudica o de cualquier modo ofende los derechos individuales o
sociales de un tercero. La moral y el orden público imponen la tolerancia jurídica de toda
actitud o comportamiento no lesivo para terceros.
Principio de culpabilidad: exige como presupuesto de la pena reconocer la capacidad de
libertad del hombre. Debe remarcarse la vigencia de un derecho penal de culpabilidad por el
hecho, el que excluye toda posibilidad de sancionar penalmente a la persona en razón de sus
ideas, creencias, personalidad o supuesta peligrosidad. En última instancia, la responsabilidad
personal del individuo (culpabilidad) se basa en su libre albedrío, en virtud del cual, es él
quien elige delinquir o no hacerlo.
Principio de proporcionalidad: se trata de una exigencia que nació para ser aplicada a las
medidas de seguridad, pero que luego se extendió al campo de las penas.
Si el principio de culpabilidad nos dice cuando una persona podrá ser considerada
responsable por un hecho delictivo, el de proporcionalidad limita la especie y medida de la
pena a aplicar en el caso concreto. La gravedad de la pena debe resultar proporcionada a la
gravedad del hecho cometido.
Principio de subsidiariedad. En virtud de este principio, y a fin de proteger los derechos
fundamentales, en la realización estatal de un programa de derecho penal mínimo, deberá
preferirse ante todo la utilización de medios desprovistos del carácter de sanción, como una
adecuada política social. Seguirán a continuación las sanciones no penales: así, las civiles,
administrativas etc. Solo cuando ninguno de los medios anteriores sea suficiente, estará
legitimado el recurso de la pena o de la medida de seguridad.
Principio de humanidad: La evolución de las penas fue la sustitución de un sistema penal
que giraba en torno de las penas de muerte y corporales por el de las penas privativas de
libertad. Una continuación de esta evolución se puede ver en nuestros días, donde se observa
una progresiva sustitución de las penas privativas de libertad por otras menos lesivas, como la
multa o el trabajo comunitario.
Principio de personalidad: es una consecuencia del de culpabilidad, impide castigar a
alguien por un hecho ajeno, esto es, producido por otro. Excluye toda posibilidad de extender
formas de responsabilidad penal a grupos sociales en conjunto, o imponer penas sobre
personas no individuales.
Principio de judicialidad: es la garantía que tienen los acusados respecto de la imparcial y
correcta aplicación de la ley penal. Su fundamento son los principios del juez natural, de la
división de poderes y del juicio previo.
6) Dogmática jurídica penal.
Lo que caracteriza a toda dogmática jurídica (no solamente a la penal) consiste en el objeto
estudiado por ella. Su existencia es una consecuencia ineludible del solo hecho de que existan
derechos positivos vigentes porque el solo reconocimiento de éstos importa aceptar la
posibilidad de la existencia de otro derecho no positivo sea o no éste un derecho ideal. La
dogmática supone la distinción entre el derecho que es y el derecho posible y se ocupa del
primero.
La dogmática jurídica del Derecho Penal es la disciplina del derecho cuya misión es el
estudio integral del ordenamiento penal positivo. Roxín define la dogmática penal como “la
disciplina que se ocupa de la interpretación, sistematización, elaboración y desarrollo de las
disposiciones legales y opiniones de la doctrina científica en el campo del derecho penal”.
El considerar objeto del estudio del derecho penal a las normas jurídicas es característico de
un enfoque dogmático porque presupone la existencia de una ley y se propone su
sistematización interpretación y aplicación correcta. Estos estudios se caracterizan por el
objeto sobre el que versa por los materiales que manejan esto es un conjunto de leyes un
sistema de normas vigentes cuyos contenidos elaboran.
En el derecho penal, la explicación científica solo es posible mediante el método dogmático
que consiste en tomar el conjunto de preceptos vigentes y construir un sistema con ese
material. Este razonamiento jurídico presupone siempre la existencia de normas de las cuales
se parte, para inferir consecuencias y elaborar un sistema. Naturalmente las normas están
compuestas por conceptos abstractos. Las operaciones necesarias para alcanzar el resultado
son la descripción y el aislamiento de cada figura jurídica, la comparación, la jerarquización y
agrupamiento de ellas para inducir principios generales o criterios sistemáticos distributivos.
Finalmente, la deducción verificante de la exactitud de los principios alcanzados. La teoría
dogmática solo puede alimentarse del derecho vigente y debe adecuarse a la que ha
estructurado el legislador y no a la que resulta de las evoluciones escolásticas, porque éstas
muestran un orden penal más justo que el legislado que deje ver los defectos o injusticias de
este.
La política criminal
Para referirnos a la política criminal encontramos dos acepciones, la primera se refiere a los
criterios para abordar el fenómeno de la criminalidad, y tiene por finalidad adecuar la
legislación penal a las necesidades de la defensa de la sociedad frente al delito, mediante la
configuración del elenco de los delitos, las penas, y las medidas de seguridad y las reglas que
los rigen, así como el mejoramiento del procedimiento penal y de la ejecución de las penas y
de las medidas de seguridad y corrección. La segunda acepción habla de la política criminal
como la rama del saber que tiene por objeto de estudio la política criminal efectivamente
seguida por el derecho penal o que éste debería expresar. Desde este punto de vista, la
política criminal puede ser conceptuada también como una disciplina que se ocupa del
derecho penal desde un prisma distinto y complementario, al de la dogmática jurídico penal y
la Criminología como sociología del derecho penal.
Criminología
Es una disciplina nacida de las exposiciones del positivismo criminológico, influenciado por
la corriente filosófica surgida a fines del siglo 19, que aplica métodos biológicos para el
conocimiento de los fenómenos sociales, que asimila la sociedad a un organismo, que trata
sus cuestiones con términos médicos, sometiéndola al método causal explicativo y que
adhiere al determinismo de las acciones humanas.
Para Von Liszt, la Criminología es el estudio del delito como fenómeno, a diferencia del
derecho penal que lo estudia como ente jurídico. es etiología criminal y está integrada por el
examen de 2 órdenes de factores: los subjetivos (antropología criminal) los objetivos
(sociología criminal), disciplinas estas entre las cuales no existiría una diferencia de objetos,
y no solamente de método; en la primera, el método de observación de casos individuales, y
en la segunda la observación de fenómenos de masa. estos dos procedimientos se integrarían
recíprocamente para verificar los resultados respectivamente obtenidos integración que puede
llegar a un conocimiento más correcto del delito, que es el objeto común de ambas ramas, por
qué lleva a cabo una investigación de los fenómenos sociales de la cual llega a la conclusión
de que las condiciones determinan las acciones humanas.
la Criminología no representa una ciencia autónoma porque los múltiples aspectos del delito
que deberá estudiar, como ciencia de criminalidad o ciencia del delito, no permiten un
método único de investigación.
La Criminología se propuso bajo diferentes nombres, cómo fue el de sociología criminal,
como ciencia durante el positivismo penal, tuvo hasta hace muy poco tiempo exclusivamente
la marca de las Ciencias causal- explicativas, pretendía descubrir la etiología de lo criminal
en la naturaleza individual y social y, en su caso, establecer las leyes naturales que regían la
aparición de ella en tales planos. Desde hace un tiempo relativamente breve, la denominación
se utiliza para designar el estudio de la criminalización (titulación en criminal) que depende
básicamente de la reacción social frente a determinadas conductas, los sistemas de controles
sociales, y dentro de ellos el sistema jurídico penal. Por consiguiente, esta nueva
Criminología ya no puede ser abastecida por el examen causal- explicativo, de lo criminal;
tiene que introducirse en la crítica a la legitimidad(social) del sistema, programar el derecho
penal necesario para la sociedad (política del derecho) e introducir ese programa en la
concreta aplicación del derecho vigente (aplicación o interpretación crítica del derecho
legislado). esta obra tiene el efecto de esfumar los límites entre el estudio del delincuente
como persona individual, la sociología y el derecho penal, aspirando a sustituirlo todo por
una Criminología que reconozca e imponga un nuevo orden de valores
Políticamente la Criminología crítica actual parece estar unida a una ideología neo marxista
en tanto que el marxismo de cuño más tradicional la mira con desconfianza o la combate sin
piedad.
La victimología: el derecho penal sustantivo se ocupa del estudio del delito, la Criminología
del delincuente y la victimología de la víctima y su rol en el hecho. la denominación de la
disciplina se debe a Benjamín mendelshon, quien, desde la década del 40 del siglo pasado
estaba abocado al análisis de estos temas. el vocablo víctima deriva de vincire que recuerda a
los animales que se sacrificaban a los dioses y deidades o, vincere, que representa el sujeto
vencido en la lucha. La víctima es el sujeto perjudicado, el ofendido para la ley procesal, es
quien sufre el menoscabo o destrucción de sus bienes.
Disciplinas auxiliares.
Medicina Legal: en la Medicina Legal se sistematizan todos los conocimientos de naturaleza
médica a los cuales el derecho hace referencia, y que se hacen necesarios para aplicar la ley.
las obras más difundidas de autores nacionales son las de Nerio Rojas Mila de Emilio F P
Bonnet.
Psiquiatría forense: forma parte de la Medicina Legal y constituye una guía indispensable
para establecer la imputabilidad o inimputabilidad del autor de un hecho delictivo y aconsejar
la imposición de la correspondiente medida de seguridad.
Criminalística: comprende el estudio de los procedimientos científicos de investigación de
los delitos, y qué, en consecuencia, se integra con muy variados aportes como por ejemplo
pericias gráficas químicas interpretación de documentos estudio macro y microscópico de
rastros etcétera.

7- Relaciones del Derecho Penal con otras ramas del Derecho


El derecho penal como ciencia se relaciona con:
El derecho constitucional: Así pues en La Constitución de un estado liberal como el
nuestro, es donde se encuentran los principios de derecho público y aparecen consignadas
todas las garantías cuya tutela debe proveer el derecho penal. La Constitución nacional es en
primer lugar fuente de la ley penal.
El derecho civil: la relación entre el derecho civil y el derecho penal es paradojalmente
armónica. Decimos esto en razón de la ascendencia románica del primero y germánica del
segundo. Con relación a la obligación de reparar los daños causados por el delito, ambos
ordenamientos coinciden: El Código Civil establece que el delito es fuente de obligaciones y
extiende la reparación a las pérdidas e intereses como también al daño moral. Por su parte, El
Código Penal faculta al mismo juez del proceso a ordenar la indemnización del daño material
y moral causado por la víctima coma a su familia o a un tercero. Tanto para la ley civil como
la penal la exigencia de una ley previa las dos legitiman las conductas que importan en el
ejercicio regular de los derechos: al momento del hecho ambos ordenamientos exigen sana
inteligencia y libre voluntad.
El Derecho Administrativo: las relaciones del derecho penal con el Derecho Administrativo
son de muy diverso orden. Así el Código Penal en la parte especial, prevé un catálogo de
delitos contra la administración pública, entre los cuales figuran algunos que solo pueden
cometer los funcionarios públicos como el abuso de autoridad el cohecho pasivo el peculado
y el pre varía prevaricato entre otros.
El Derecho Comercial: son básicamente del mismo orden que del derecho civil en cuanto
que uno y otro son fuentes de obligaciones e instituciones que el derecho penal sanciona con
normas de carácter retributivo.
El Derecho Internacional: las vinculaciones entre estos derechos surgen claramente cuando
se consideran los problemas que plantea la aplicación de la ley penal en el espacio, según de
los intereses afectados sean los de un individuo (internacional Penal) o de un Estado
(internacional Público). El derecho internacional penal como parte del derecho público tiene
como principal cometido el estudio D la tipificación internacional de los delitos por vía de
tratados y establecimiento de la jurisdicción penal internacional (tratados y cortes
internacionales).

Fin de bolilla

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