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El orientador experto

Edwin Alfonso Chavez Sainz

16 de octubre del 2022

Capítulo V Tercera parte.

La confrontación interpersonal solemos utilizarla de manera constante en las actividades y


sucesos de nuestra vida cotidiana, de igual manera suele usarse bastante ampliamente en
relaciones de ayuda tanto en relaciones de uno a uno como en grupos.

El hecho de que la confrontación sea usada de manera tan cotidiana nos hace reflexionar y
cuestionarnos acerca de los beneficios y problemas que puede traer en las relaciones
humanas. La confrontación ha sido muy controversial ya que existen estudios debido a que
nos hacemos la pregunta de: ¿Cuál es la función de la confrontación? En el estudio de Kaul,
Kaul y Bednar es vista como relacionado (inefectivamente) a la auto-exploración del cliente
(una función de la Etapa I), mientras Carkhuff (1969a, b) la ve como relacionada al auto-
entendimiento del cliente y a la acción.

Ahora la confrontación es un poco más fácil de tratar en nuestra vida cotidiana y relaciones
sociales debido a que nosotros priorizamos de cierta manera nuestro bienestar y el del otro
diciendo o confrontando para buscar un bien mayor y si algo llega a salir mal las
consecuencias no serían del todo destructivas.

Mas sin embargo nos planteamos la pregunta de si los orientadores tienen el derecho o la
oportunidad de confrontar a un orientado, ya que una mala confrontación puede derivar en
que el orientado que vino buscando ayuda o un apoyo que lo escuche solo se hunda mas y
termine de, pero manera de como llego con nosotros, y al menos nosotros como
orientadores no podemos hacer eso.

Hacia un entendimiento de la naturaleza y funciones de la confrontación

Muchas personas piensan que la confrontación es un ataque o algo violento ineficiente y


prefieren dejar ser a las personas, aunque muchas veces se requiera la confrontación directa
de una persona para que esta pueda darse cuenta de los puntos con los que tropieza y de
esta manera llegar al auto análisis y poder lograr a una mejoría considerable.
La confrontación muchas veces puede llegar a ser una parte importante de la empatía
precisa avanzada ya que buscamos captar y tocar los sentimientos, experiencias y conducta
del orientado.

Aún cuando la confrontación es una respuesta a una súplica de un cliente para ser ayudado
a vivir más efectivamente, generalmente precipita algún grado de desorganización en el
cliente. Como hemos visto, diferentes escritores se refieren a esta experiencia bajo
diferentes términos: "crisis" (Carkhuff), "desorganización" (Douds), "un sentido de
inadecuación" (Mehrabian), "desequilibrio" (Piaget), e Incertidumbre benéfica" (Beier).
Todos estos autores sugieren que las crisis precipitadas por la orientación pueden ser
benéficas para el cliente. Si lo son o no depende, en gran medida, de la destreza del
orientador.

La teoría de la influencia social dice que una persona que siente que es inadecuada, está
abierta (para bien o para mal) a los procesos de influencia social en mayor grado que otras.
La confrontación, puesto que generalmente sí induce algún sentido de inadecuación en el
cliente, puede dejarle más abierto a la influencia. Una forma de mirar la confrontación es
desde el punto de vista de la teoría de disonancia cognoscitiva. La confrontación induce a la
disonancia. Por ejemplo, si el cliente está jugando un juego con el orientador, la
confrontación le arrebata de la seguridad del juego. 0 si el orientador le señala al cliente que
él está castigando a otros bajo el pretexto de ayudarlos, el cliente así "descubierto" o
desafiado, experimenta confusión o disonancia.

Este capítulo me deja ver un poco más acerca de las muchas habilidades que debe de poseer
un orientador de alto nivel, en este caso vemos el uso de la confrontación, muchas personas
solemos usarla de manera directa en nuestra vida cotidiana, pero lo que nos plantea el libro
de tener que usarlo solo en momentos indicados para poder llegar a un propósito me abre el
panorama y me hace saber y discernir que postura debo tomar al momento que de alguna
orientación. La confrontación es una herramienta útil y muchas personas podrían pasar de
ella para no batallar o no meterse en problemas con los orientados, porque como dice el
libro, si nosotros hacemos mal uso de la confrontación podemos envés de ayudar al
orientado solamente conseguiríamos afectarlo de mala manera y no brindarle un servicio
profesional de alto nivel.

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