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Isabel Rodríguez Cano

REFLEXIÓN BIEN COMÚN Y PROPIO:

El ser humano necesita de la sociedad para su pleno desarrollo, pero construir esta
sociedad en la que el hombre pueda completar su desarrollo no es tarea fácil, ya que se
nos exige que antepongamos el bien común a los intereses personales. Pero ¿a qué nos
referimos con bien común o con desarrollo del hombre?

El bien común sería la búsqueda de la igualdad de los bienestares materiales, es decir,


que nadie sea más rico que otro, que haya un reparto equitativo de los bienes. Pero hay
un problema con esto, ya que si todos somos iguales, no existiría la libertad, ya que
todos tenemos distintas situaciones personales y por lo tanto distintas necesidades, por
lo que no necesitaríamos todos lo mismo. Entonces la igualdad no podría ser el bien
común.

El bien común lo asociamos con algo que repercute positivamente, al menos en


apariencia, en una colectividad o simplemente que satisface a una mayoría; aunque, en
ocasiones, esta mayoría sea supuesta y el bien no satisfaga a todos en el mismo grado.

Cuando hablamos de desarrollo humano lo hacemos, por lo general, en sentido


colectivo, refiriéndonos a las condiciones de vida de una sociedad en su conjunto. Para
ello nos fijamos en variables como los aspectos relativos de la salud o de la educación,
siempre vinculando el crecimiento económico con el progreso humano.

Sin embargo, debido a las múltiples contradicciones que se presentan entre las
exigencias de este desarrollo y el respeto a la condición humana, han ido apareciendo
iniciativas que pretenden dar una perspectiva más multidimensional de
la calidad de vida de las personas, considerando otras variables, como la felicidad,
la equidad o la sostenibilidad, buscando incorporar otras ideas o planteamientos que han
de estar obligatoriamente presentes si de verdad se quiere abordar la complejidad de lo
que supone el desarrollo humano y, en consecuencia, debiendo relacionarlo con los
procesos de incremento de las potencialidades inherentes al individuo.

Todo muestra que, asumiendo que los individuos y las comunidades son sus propios
temas de desarrollo, y que la economía no es el determinante del desarrollo humano,
sino una de las múltiples dimensiones que presenta, tanto los individuos como la
sociedad deben asumir la responsabilidad.
Isabel Rodríguez Cano

Por otro lado, aunque es seguro decir que este bien común no es más que una idea
imposible, se recomienda como tarea inicial y acercándonos poco a poco, debemos
restaurar los matices y detalles en nuestra relación. Es importante tener la conciencia
tranquila. Nuestro propio bien depende fundamentalmente del bien del otro, o más
simplemente de su estado o del estado en el que se encuentra.

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