Está en la página 1de 3

Luis cervantes levanto la cabeza entre los escombros apenas y sabia el por qué estaba ahí y no

supo porque había desaparecido Demetrio junto a sus hombres, estaba solo cuando de repente
llegaron y lo tiraron del caballo y el quedo entre los escombros todo pisoteado y sin armas se hizo el
muerto, llamo a su compañero apenado dijo lo que le había pasado, su compañero Alberto Solís le
conto a Luis cervantes como admiraba a su jefe, su valentía en el combate como los proyectiles
pasaban por arriba de ellos, de cómo las ametralladoras los habían barrido material mente y aun en
medio de la batalla Demetrio Macías hizo un grito diciendo: “arriba muchachos” eso lo dejo
asombrado, los hombres no dudaron y era increíble el espíritu de lucha que tenían.
¡En medio de la batalla Solís pronuncio Pueblo sus ideales, pueblo de tiranos!... ¡Lástima de sangre!
Mencionando que lo que faltaba no era igual con el entusiasmo y dando su propia vida por derribar a
un asesino, solo se trataba de robar y matar, después de sus últimas palabras tuvo un sobre salto y
dijo: Compañero, maldito lo que me simpatizan estos mosquitos zumbadores. ¿Quiere que nos
alejemos un poco de aquí? Y con una sonrisa en el rostro mientras veía el humo se imaginó creyó
haber descubierto algún signo de revolución
Sintió un golpecito seco en el vientre, y como si las piernas se le hubiesen vuelto de trapo, resbaló
de la piedra. Luego le zumbaron los oídos... Después, oscuridad y silencio eternos...
El grupo rebelde se dirige a Fresnillo para incorporarse a las filas revolucionarias. Con el ataque a
Zacatecas, Macías es ascendido a general.
En un restaurante se reúnen los revolucionarios. El ambiente es de fiesta y los hombres presumen
alegremente de sus hazañas en la pelea. Entre ellos se pasean mujeres para entretenerlos. Una de
ellas es la Pintada, una mujer atrevida y seductora
Luego, llegan al bar el Meca, Pancracio, la Codorniz y Anastasio. Este último se encuentra con un
viejo conocido a quien llaman Margarito. Anastasio lo presenta a Demetrio, que no está de humor
para socializar. Sin embargo, Margarito llama a la Pintada para que tome un trago con Demetrio. La
mujer se acerca y toma asiento frente al jefe. Lo mira fijamente de manera seductora y desafiante.
Demetrio no consigue sostenerle la mirada.

Animado por los halagos y las felicitaciones, Demetrio pide que sirvan champaña. Margarito no
acepta y en su lugar pide agua. Como el mozo se demora en traer el agua para Margarito, éste lo
increpa y termina por darle un golpe para luego presumir de su mal carácter. Los hombres vuelven a
compartir historias sobre personas a las que han matado por insignificancias. Finalmente, Demetrio
decide irse del bar junto a la Pintada.
Demetrio y sus hombres entran a saquear una mansión. La idea fue de la Pintada que les recuerda
que ya no se usa que los soldados se queden en un mesón, sino que elijan la casa que más les
gusta. Pancracio, Anastasio y la Pintada revuelven toda la casa y destruyen libros y otros objetos
valiosos.
Por su parte, Luis Cervantes le sugiere a Demetrio que controle a sus hombres y no los deje
saquear. Sin dejarse engañar, Demetrio expone la hipocresía de Luis, pues el jefe ha visto a su
secretario meterse en el bolsillo una cajita de filigrana con dos diamantes.

En el patio, Manteca prepara maíz a las brasas, alimentando el fuego con libros y papeles de la
casa. Un hombre pide una audiencia con Demetrio, pero Pancracio le dice que está descansando y
no lo va a atender. El hombre quiere comprarle los libros que están quemando.

Margarito, el soldado impulsivo que conocieron en el restaurante gracias a la Pintada, le propone a


Demetrio luchar bajo su mando. El jefe le pregunta su rango y luego de que Margarito responda
“capitán primero”, Demetrio lo nombra mayor y le da la bienvenida a sus filas.

A Demetrio lo han nombrado general. Los hombres organizan una fiesta en su honor para festejar la
victoria en Zacatecas y el ascenso
Para la celebración del ascenso de Demetrio a general, Luis Cervantes lleva a una muchacha a la
que presenta como su futura mujer. Se trata de una chica rubia, de ojos azules y apenas catorce
años. La muchacha llama la atención de todos los hombres y Luis se siente satisfecho cuando ve
que Demetrio se fija en ella. Luis es quien presenta a Demetrio con la insignia de un águila, que
representa su nuevo rango, y pronuncia un discurso que nadie allí comprende. Anastasio quiere
decir unas palabras, pero no se le ocurre otra cosa que decir que: “ya sabe que soy su compadre”
Otros hombres se animan a pronunciar sus propias palabras en honor al jefe.

A la Pintada los discursos la aburren, por lo que sale al corral y vuelve con una yegua a la que obliga
a entrar a la casa. Al parecer, la Pintada siempre consigue mejores botines que el resto de los
hombres. Inducido por su estado de embriaguez, Margarito se levanta de la mesa, declara el hastío
que siente por el modo en que la Pintada y la muchacha de Luis lo ignoran, y asegura que se va a
suicidar. Apunta su arma a su imagen reflejada en un espejo y dispara. La bala apenas esquiva a la
Pintada.
La mañana después de la fiesta, Luis se despierta en el corral junto a Anastasio, Pancracio y la
Codorniz. Tiene sangre en la camisa y las manos, pero no recuerda del todo lo que sucedió la noche
anterior. Hace memoria y se le vienen a la mente las imágenes de la pelea.

Al final de la noche condujo a la muchacha que había presentado como su futura esposa a una de
las recámaras. Demetrio quiso seguirlos, pero la Pintada se interpuso para que no vaya con la
muchacha. En el forcejeo entre la Pintada y Demetrio, el jefe se cae e impulsado por su enojo
desenfunda su pistola y apunta a la Pintada que se resguarda tras la muchacha de Luis. Anastasio
se acerca por atrás y desarma a su jefe. Demetrio está enajenado, no puede creer que sus propios
hombres lo desarmen y en ese momento golpeó al que alcanzó.

Luis entra a la casa y encuentra a Demetrio y la Pintada tumbados en la sala, al lado de la yegua. La
Pintada comprende a qué viene Luis y le pide que le cuente la verdad sobre su “futura mujer”. La
Pintada sabe que el Manteca y el Meco la sacaron de su casa y que Luis les pagó algo por ella para
llevarla a la fiesta en honor a Demetrio.

Al parecer, la Pintada decidió encerrar a la chica en una habitación para alejarla de Demetrio. Busca
la llave para dársela a Luis y no la encuentra. Mira por la cerradura y larga una carcajada. Dentro de
la habitación está la muchacha y Margarito.

Cuando Margarito sale a dar de comer a su caballo, la Pintada libera a la muchacha y la echa para
que vuelva a su casa

También podría gustarte