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‘ Ezequiel Adamovsky | ° : Historia de la Argentina Biografia de un pais DESDE LA CONQUISTA ESPANOLA HASTA NUESTROS DIAS cRITICA’’” al sw ee ar nc soy tC nom eeneec at Syoaies ISBN 978-987-4479-33-4 4. Historia Argentina, 1. Titulo. cDD 982 ‘4° edicién: octubre de 2020 No se permite la reproducci6n parcial o total, el almacenamiento, é! alquiler, a transmision © la transformacién de este libro, en cualquier forma o por cualquier medio, sea electronica ‘0 mscénico, mediante fotocopias, digitalizacion u otros métodos, sin el permiso previo y escrito dol editor. Su infraccién est4 ponada por las leyes 11.723 y 25.446 de la Republica Argentina. © 2020, Ezequiel Agustin Adamovsky Todos los derechos reservados © 2020, de la presente adicién: Editorial Paidés SAICF Publicado bajo su sello CRITICA® Av. Independencia 1682, C1100A8Q, C.A.B.A. difusion@areapaidos.com.ar www paidosargentina.com.ar Disefio de cubierta: Departamento de Arte de Grupo Editorial Planeta S.A.I.C. ISBN 978-987-4479-33-4 4,000 ejemplares Impreso en Master Graf S.A., Mariano Moreno 4794, Munro, Pia, de Buenos Aires, ‘en el mes de septiembre de 2020 Hecho el depésito que previene la Loy 11.723 Impreso en la Argentina ~ Printed in Argentina ee ee Carfruto 5 ! » EL péndulo Dictadura, mercado 'y poder popular, del derrocamiento’ de Perén al Proceso de Reorganizacién Nacional (1955-1983) 4 El derrocamiento de Perén y sus prolegémenos fueron un parteaguas ea k historia argentina. Los aviones lanzando bombas sobre civiles en Plaza de Mayo hecho inusitado en la historia del mundo que las Fuer- as Armadas de un pais bombardeen su propia capital, por lo dems, sin nediar guerra alguna— significd traspasar un limite. Fue el inicio de una spiral de violencia. que darfa lugar a dictaduras cada vez mas brutales, que apuntaban ya no solo a’cambiar algiin gobierno, sino a desandar el camino por el que las clases populares habian conseguido organizarse y ganar nuevos derechos. Con Perén’en el exilio (deambulé por varios paises hasta radicarse tn Madrid), el peronismo viviria en la proscripcién durante dieciocho ails. Asi, la dubitativa apertura politica que se habia iniciado en 1916 quedaba del todo sepultada. El aparato politico-institucional que habian construido las élites liberales en el siglo XIX no habia conseguido hacer lugar a las demandas de la sociedad. Como Yrigoyen, Perén habia ani- mado esperanzas de democratizacién. Su ideal de «comunidad organi- 2ade> habia prometido la inclusi6n de las clases bajas en la vida nacional. Incluso con sus rasgos autoritarios y sus componentes corporativistas, ¢ traté de un proceso de apertura a las demandas democriticas, que ademas se habfan canalizado a través de las instituciones de la repablica. El gobierno de Perén intenté una sintesis superadora que partia de los cimientos que las élités del siglo XTX habjan colocado, Housed’ lugar al mismo tiempo a lo que ellas habfan excluido. Pero ahora, todo eso 210 Ezequiet ADAMOvsKy parecfa fracasado. Las fracturas y tensiones que recorrfan la sociedad argentina no solo no se habian mitigado, sino que aparecian expuests con una claridad tal, que lastimaba los ojos. Incluso més que en 1945, dutante Ja Revoluci6n Libertador ~i lamaron a la avanzada golpista— el escenario politico quedé partde segun lineas de clase. Las asociaciones patronales, la Iglesia y los print- pales partidos (inchiyerido el Radical y el Socialista) saludaron el golpey lo apoyaron activamente. También expresaron su beneplacito casi toda prensa y la mayor parte de las entidades representativas de los sectores medios, junto con los académicos y escritores mis importantes. Peo eso no fue todo: un verdadero movimiento de masas inundé las cies para saludar a los militares y para destruir con furia los miles de bust y retratos de Perén y Evita que habia por todas partes; en los meses siguientes volvieron a ocupar el espacio piblico varias veces mis pat manifestar su apoyo al régimen. En la vereda opuesta, las clases bas reafirmaron su identidad peronista y, como verémos enseguida,se en barcaron en una larga resistencia de intensidad insospechada. Durante el breve gobierno del general Eduardo Lonardi, de ides nacionalistas, 1a dictadura tuvo una brevisima fase conciliadora, ques interrumpié luego de dos meses, cuando asumié el mando el gener Pedro Eugenio Aramburu, de orientaci6n liberaly.actitud mis confor tativa. La CGT fue intervenida, se lanz6 una persecucién contra los d+ rigentes gremiales y se tomaron medidas tendientes'a dividir y debilior al movimiento obrero. El gobierno emitié un decreto por el que prokilis cualquier manifestacién'de adhesi6n al peronismo, Incluso pronuncat el nombre. de Perén en piblico pasé a.ser ilegal, lo: mismo que el Evita, cuyo cadaver fue ademés secuestrado por los militares y someti? a una larga y macabra manipulacion (con ayuda de la Iglesia, se lo ma" tendria oculto hasta 1971).’Artistas, fancionarios y politicos peronst terminaron encarcelados; Varias depuraciones en’ el Ejército removiero" alos oficiales que simpatizaban con el gobierno depuésto, y ainstituiée qued6 més firmemente en manos de sectores liberales, La tarea de abo era «desperonizar» la sociedad, borrar todo rastro del pasado recient® En has universidades tanibién hubo purga énicos ; I ubo cdémicos Uperonistas los que asumier ioiapore a ‘ ‘on-los lugares'de importancia. En ¢l 1 iso qe’toco a cada seccién del frente que apoya ala Libertadors, intra de la UBA.y de'dtras’casas de estudic qued6 en manos retormistas, incluso ligados al socialismé.:Los diéz afios Historia de la Argentina 211 sguieron al golpe de Estado serfan acaso los de mayor florecimiento de havida universitaria. Algunos de sus mas conspicuos participes, como el socidlogo Gino Germani, colaboraron con la misién desperonizadora, demas recomendando'modos de Hevarla a buen puerto o dando vali- dea «cientifica» a.algunos de los prejuicios de los antiperonistas, como aquel que afirmaba que el sostén de Perén habia sido la gente pobre y calturalmente deel. Luego de que el partido lo-proclamara oficialmente,como candida’, Ja ruptura qued6 jsellada: Ricardo. Balbin, Arturo Illia y otros lideres Se agruparon como, UCR del Pueblo, mientras que los frondizists 0 hicieron, como UCR Intransigente (UCRD.: ; ..; ; Frondizi concibié una estrategia audaz, para tratar de ganar parte voto peronista:.a\través de enyiados, negocié secretamente con Perit Fy rept hien en las proximas;elecciones.a cambio de la prom? © acabar inmediatamente con la proscripcién apenas llegar 2 Historia de la'Argentina' a0 peidencia, El acuerdo prosperé y Perén ordend a sus seguidores votar sh UCRI, gracias’a lo cual; en 1958, Frondizi se convirtié en presiden- tedeh nacién: Significativamente, muchos sectores del peronismo se groan a acatar la orden y-llamaron.a votar en blanco, una opcién que skamé el 8% en todo el pits (y casi el 30% en lugares como Tucumén). Deesta manera imprevista quedé clausurado el consenso al que todos sno-peronistas parecfan‘haber:egado tres afios antes, en torno a la reesidad de borrar del mapa al peronismo. Claro que los militares y los ‘ntiperonistas més duro’ no iban a permitir que Frondizi cumpliera con. ‘parte del trato, Lo! qué siguié entonces a‘la Libertadora fue una serie tgobiemos civiles débiles y con’poca legitimidad por la exclusién del pronismo, sucesivamente detrocados por nuevas dictaduras. H gobierno de Frondizi se proclamé «desarrollista»: inspirado en bsideas de Rogelio Frigerio, sostenia que el pais podia superar sus difi- ides econémicas con politicas auténomas y un fuerte protagonismo td Estado que apuntaran’a\un intensivo proceso de industrializaci6n (pecimente en la'indlustria 'pesada y bisica). La ciencia y la tecnologia aban lamadas-a tenér'un papel central en la planificacién y «moder- tzxién» de la sociedad y en su mejor integraci6n (para esto. tiltimo, écplins como la'sociologia podian brindar un apoyo crucial). Uno ths aspectos centrales apuntaba a'la necesidad de atraer inversiones ‘aranjeras. El propio’ presidente negoci6 contratos con petroleras del Ateior con clausulas muy beneficiosas (y secretas). Los fuertes esti- tulos que introdujo‘en’ otras ramas se tradujeron en Ja répida radica~ ‘én de empresas multinacionales entre 1959 y 1962, principalmente Stdounidenses, pero también europeas. La mayor parte se dedicé a ‘ivdades petrciquimicas, siderdirgicas y automotrices y s¢ radic6 en Gan Buenos Aires; en-la ciudad de Cérdoba y cn otras urbes. A di- cia de €pocas'anteriores, en las que se habian multiplicado sobre ‘do os establecimientos pequefios y medianos, se inicio en esos afios | ™Poceso de concentracién en la rama fabril, con empress c ee oy mis éapital, que consiguieron imponer una mayor discip 'Produetividad de ld:tnano de obra. é Absarde sus visiones desarolitas : pelaje y cedié'a‘las presiones de diver: . eres te la hetatogencidad de sus ministros. La ee a toni fue desde'1959 para el que seria el neoliberal més pr eontabdeon ‘Segunda mitad de siglo, el capitan Alvaro Alsogaray, queP Frondizi intent6 sumar apoyos sos grupos de interés, lo 216 Ezaquiet ADAMovskKy: | el apoyo del Ejército (ya habia sido funcionario dela Libertadora). Otros cargos,y ministerios quedaron en manos deisocialistas'y, por supuesto, radicales, pero también de catélicos, conservadores y nacionalistas de derecha.A cada grupo otorgé algo, incluyenido a instituciones privadasla posibilidad de emitir titulos universitarios, algo reclamado por la Iglesia pero:rechazado por los estudiantes progresistas, lo que desaté un con- flicto que se recuerda por su principal eslogan, «Laica o libre. Antes de derrocarlo, las Fuerzas Armadas hicieron treinta y dos «planteos» puiblicos, cuyas exigencias:fueron siempre concedidas. + Frondizi intenté contener Ja:resistencia con algunas concesiones iniciales.a los trabajadores ¢ intentando ganarse la complacencia del burocracia sindical, a la que cedié el control de los fondos de las obras sociales, una enorme masa de dinero sobre la que, desde entonces,ten- drian un manejo discretional. Como a su vez la condicién para ello ers mantener la personeria gremial—que el gobierno podia retirar—, ¢s0 cre6 poderosos incentivos para que los dirigentes sindicales fuesen «ti- zonables». Pero, al mismo tiempo, no podian transformarse en un mero funcionariado al servicio del gobierno: si querian seguir al frente deus entidades necesitaban seguir contando'con algiin apoyo de las bases y también movilizarlas de tanto.en tanto, como para que los de arriba no olvidaran lo necesaria que era la tarea de contencién que realizaban. Se trataba,‘entonces, de sostener un delicado equilibrio entre la presiényel compromiso, entre la amenaza y los buenos modales, entre el dar rienda suelta a la hicha y volver aiponerla en caja. Golpear primero, negocit después: la burocracia se ‘hizo experta en esa estrategia, a la que se lamé «vandorismo», por quien fuera en los afios sesenta su principal cultor, metalirgico Augusto Vandor, hombre fuerte de las 62 Organizaciones. ". Ast y todo, el descontento con frecuencia desbordé al Estado tat to como.a los gremialistas. A fines.de:1958, Frondizi anuncié un plan respaldado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) que consist entre otras cosas, en una'severa devaluacién, el congelamiento de suel- dos (cuyo valor real bajé un-20%) y, el incremento de las tarifas de los servicios piblicos. Por entonces la cotizacién del délar comenzaba ase motivo de preocupacién.no solo para los inversores, sino en Ia prenst gue lefa la poblacién comin, Ademés, el plan avanz6 en Ia intencién de Privatizar algunos organismos estatales, entre ellos, el frigorifico porte®? “Lisandro de la Torre», lo que generé uno de los conflictos gremiales mis importantes .de la década: nueve mil operarios ocuparon la plant® Historia de la Argentina 217 menero de 1959, hasta que las 62 Organizaciones se vieron obligadas a convocar a un paro general. La lucha se sostuvo por dos meses y medio, apesrde la intensa represi6n y las maniobras disuasivas de la burocracia siical, antes de concluir en derrota. En 1959 hubo muchos otros conflictos y un verdadero pico huel- guistico, al que Frondizi respondi6 con mano de hierro: decreté el Es- tado de sitio cada vez que lo consider6 necesario, detuvo a greimialistas y los enjuici6 bajo la Srbita castrense y militariz6 estaciones, depésitos yialleres ferroviarios. Mediante el «Plan Conintes» puso en manos de is Fuerzas Armadas la coordinacién de las tareas de represién interna. Por efecto de las polfticas econémicas y del rigor contra el movimiento obrero, en estos afios empeoré Ja distribucién del ingreso: la porcién del PBI que quedaba en manos asalariadas pasé del. 49% de'1954 al 4% en 1962... ° ‘ i Lamayor represion logré aquietar las aguas Iuego de 1959, pero no consiguié salvar al gobierno. Cumpliendo con los compromisos que ha~ tisasumido, Frondizi autorizé al peronismo a competir en las elecciones legislativas y pravinciales de marzo de 1962, en las que el movimiento 2ntes proscrito ‘triunfé en la mayoria de los distritos (aunque no en Capital Federal) y el obrero Andrés Framini resulté clecto gobernador 4: Buenos Aires. El resultado precipité !a anulacién del acto comicial tm nuevo golpe de Estado. aa £129 de marzo los militares derrocaron a Frondizi, pero esta vez no tomaron el poder, sino que lo transfirieron al presidente provisional del Senado, José Maria Guido, Convocado a gobernar hasta el fin del man= tato del presidente depuesto, se rode6 de un gabinete decididamente ‘gorila», que volvié a'incluir en la cartera econémica.a Federico Pinedo; (hien trajo otra brutal devaluacién, pronto reemplazado de nuevo por Avaro Alsogaray, quien dict6 politicas calcadas a las que habia aplicado hacia poco. La situacién politica volvia a foja cero. | ci En verdad, era ahora mas complicada que antes, debido alas divisio- Ws existentes dentro del propio Ejército. Hacia 1960, Estados Unidos taba ya totalmente envuelto en la Guerra me y ve ai ia Preocupacié sibilidad de que el ejemplo soviético avanzars tia Tons boss del éxito de Ja RevoluciGin cubana. Presioné en- ‘onces a las Fuerzas Armadas del continente para que s¢ alinearan en lulicha mundial y convirtieran la «seguridad interior» en! Sv us central, lo qué era'un eufemismo para indicar que debjan involucrarse 218 EzequirtApamoysky \\ que no hicieran lo suficiente). j { ‘Los imilitares argentinos abrazaron esta visién y se asignaron la mi- sion de proteger ya no solo el territorio nacional, sino un conjunto de valotes y creencias que suponfan intrinsecos a la argentinidad, el estlo de-vida «occidental y cristiano» —asi lo llamaban—,-amenazado por la avanzada comunista. Pero ese objetivo se superpuso al que ya tenian desde antes: quitar la influencia de Perén del horizonte: :Cémo conc liarambos designios?. Durante el ‘interinato de Guido, los desacuerdes fueron tales que dos facciones militares, los «Azules> y los «Colorado, legaron a énfrentarse entre sf en plena calle, con tanques y todo, ante mirada atonita de la poblacién portefia, Ambos grupos eran igualmen- te antiperonistas.'E factor que los enfrentaba radicé en que, para los Colorados; el peronismo era un movimiento clasista que, por ello, abra las puertas al ‘comunismo, por lo que habia que suprimirlo del todo de manera urgente. Para lds Azules, en cambio, bien dirigido, podta set una fuerza util como bastién contra el avance del comunismo, Por ello convocaron a no interrumpir la legalidad del Estado y a buscarla manera de integrarlo a la vida politica; quiténdole, por supuesto, sus aristas més subversivas. En la puja.triunfaron’los azules, cuyo jefe més prominente eta el general Juan Carlos Ongania; De todos modos, por presién dela Marina —que no habia intervenido en la disputa— las posturas més du- ramenteantiperonistas siguicron siendo dominantes entre la oficielidad. "Mientras tanto, la situacién econémica empeoré y la conflictivided Gbrera seguia alta. Ademés de los tradicionales paros, en 1962 se genet liz6 la toma de fébricas como forma de lucha. Laypatronal exigié repr mir sin contemplaciones. Desde ese momento comenzaron a utilizarse cada vez con més insistencia formas de terror dirigidas contra Jas bases del movimiento trabajador (una de sus primeras victimas fue el joven de- Jegado Felipe Vallese, secuestrado, torturado y «desaparecido» en 1962). -‘La'normalizacién de la CGT en 1963\ratificé el liderazgo que © nfan ejerciendo las 62-Organizaciones y su hombre fuerte, Vandor. La independencia que iban adquitiendo los .vandoristas —-cada vet. me nos preocupados por luchar por el regreso'de Perdn y més abocados? aumentar su propio poder— era algo que preocupaba al lider.en el exilin. En verdad,ya desde el golpe de 1955 se.le habfa hecho patesite el riesgo de fo que se llam6 el . El epi Historia de la Argentina 221 marcé el inicio de un perfodo de declive en la investigacién y en la vida wiversitaria. Toda una generacion de cientificos brillantes debié .mar- dara la emigraci6n. Onganfa instalé ademds una severa tutela sobre la nordidad, que se tradujo en controles del largo de las faldas que usaban las mujeres y el corte de pelo de los varones, molestias a las parejas que sebeseban en las plazas y censuras artisticas y de prensa. Los planes de «\\ ijetow "En Latinoamérica; las luchas por la liberacién nacional se combi rooeinyantensos deseos de una vida mis allé del eapitalismo, dando! mot mientos de inédito vigor. En 1959, Cuba consiguis encender4™ © una cevolucién social (ue pronto se encamin6 ‘ala constructiés del socialismo.¥ desde 1968 se hizo evidente que los viemamitas est Historia de la Argentina 25 denotando al ejército mas poderoso del mundo. De pronto, voltear ala baguesfa y al imperialismo apareci6 como una misién perfectamente posiley al alcance de la mano. ; Tnla Argentina, este giro ala izquierda se manifesté tanto en la revi- tlizicién de las ideas del marxismo como en el corrimiento de algunos ‘eeores del peronismo hacia posturas mis radicalizadas, lo que a su vez pemitié una circulacién de ideas y de militantes en un sentido y en otro. (anivesidades se convirtieron en un hervidero de entusiasmo y acti- es cote denominador antiimperialista habilit6 nuevos puntos mitis entre el nacionalismo popular y el marxismo. ‘Las agrupacio- wens ttetda tradicionales sufrieron fracturas diversas, tanto por la que cjercfan las perspectivas nacional-populares como por los # Psa mundiales, y surgieron otras nuevas. sin de gue ef john W, Cooke viajé a Guba en 1960 y lego a ta conelu- danmente = Combate contra el imperialismo exigia una postura més *apoyar Ja en ePitalistay revolucionaria. Por ese camino, Cooke llegé Burra de guersllas como forma de lucha,y el «socialismo Mane de Benen Notizonte: Eso lo terminaria-de alejar irremediable- D ese aie Quien poco antes lo habfa designado como su sucesor. tienes ie Se formaron las primeras organizaciones guerrilleras. Haron daa *l Puntapié inicial’en 1959 faeron los Uturuncos, que rattes de Tante un afio en el monte tucumano y en Santiago del Este- tani desarticulados. La pequefia organizacién naci6 de uno de Seqag S™Andoge que habjan surgido en los dos afi previoss a barigh de uno compuesto por ex dirigentes sindicales, refe- Tiales y miembros de la Juventud Peronista de Tucumsén. Por "rain? 2%: Ota jovenes peronistas de ovigen modes yolcaron ntSiones armadas en el espacio urbano. En 1960,-Gustavo 0 trabajador jabonero que habia sobrevivido a los bom- 4 oye 2 URa &n Plaza de Mayo, comand6 un grupo de ailing en 08 din, Uidad militar para aprovisionars® de armas, por el que Por Sing. ates terminaron presos- ae Pat Petiogi at tarde debutaba la primers guerilla mast, liderada de que jt Jonge Maser, el peuenisimo Bjército Guerrillero waa Plan 7 tenes insalarse en wna zona rural de Sai CON parte oy 8s ng amplio que habia concebido el Che Gusta ae ba gan; i suficientes adhesiones. Tampo- ‘ati, iouid as consiguio generar . agg te eaqujerda que no adherian a la lucha armada. 226 Ezequtet ADAMOVSKY ‘Todas, por ahora, permahecieron como pequefias expresiones de poa relevancia. soar tooo La situacién, sin embargo, cambié répidamente luego del Cordahe zo. Las fuerzas de la izquierda —tanto'las peronistas como algunas de las marxistas— comenzaron a engrosarse'notoriamente por el ingreo de miles de'jévenes, especialmente de sectores medios. Las que mish hicieron fueron’ las que proponfan la lucha armada. Para fines de la década se habfan formado ya-més de quince orge- nizaciones guerrilleras, Aunquejen elas participé un porcentaje infina de la poblacién, al menos én los’afios iniciales sus ‘acciones gozaron de tina amplia'simpatfa: Una encuesta de fines de'1971 mostré que 45% de los interrogados en el Gran Buenos Aires aprobaba sus métodos ut porcentaje que trepaba hasta‘el 53% en otros sitios, como en Cérdobs Todavia, en septiembré!de 1973,'otra encuesta mostré que el 30% &¢ os estudiantes sectindarios tenfa una percepcién positiva de los grapts armados, mientras que otro 22% manifestaba una’ mirada «toleran- te»:'De'las agrupaciones guerrilleras, ‘solo cinco lograron tener cet importancia, pero pronto fueron’¢onvergiendo-en dos agrapamientss principales, uno peronista y el otto marxista: Montoneros y el Fjaio Revolucionario:del Pueblo (ERP): *:; me Montonefo’ se dio a'conocet en: 1970 con’el secuestro y fusilamienta del general Aramburu; una‘accién que les valio gran simpatia popu Sus fundadores provenfan:de posiciones nacionalistas que habian ido desplaz4ndose hacia la‘izquierda’peronista por el clima’de época, pe también —como tantos otros j6venes catélicos de esos afios— por! influencia del Movimiento de Sacerdotes para el’Tercer Mundo, unse tor minoritario de la Iglesia catdlica; que sostenia que Ia opcién por los pobres prédicada por el evangelio'debfa traducirse en una firme conden! al capitalismo y en’un acercamiento a los ideales socialistas. Inicialmente; los‘ Monténeros evitaron la violencia iniiscriminalt y el enfrentamiento directo con las'fuerzas del orden. Se'dedicaron? realizar atentados contra empresas multinacionales y operaciones prop* gandisticas © para obtener armas: Desde’ 1972.iuvieron un fuerte ente” dimiento con la Juventud Peronista, que ese aiid finalimente habia got dado conformada como una onganizacién unifcada de base ei y barzial (antes que obrera). En los dos ‘afios siguientes lograria hac pie en los Sectores populares-mediante la creacién de entidades qvt respondian a'su mando, ‘entre otras; las JP Régionales, el Movimisn® Historia de la Argentina 227 Villero Peronista, el Movimiento de Inquilinos Peronistas y la Juventud Trbajadora Peronista. Para entonces, las organizaciones de la «Tendencia Revolucionaria» —como se la conocié— ya eran capaces de movilizar a més de cien mil personas en las calles (aunque no todas vinculadas a Montoneros y solo una pequefia minoria de ellas como combatientes armados). Asf y todo, y aunque no carecieron de delegados gremiales y presencia en algunasu- cas obreras, nunca lograron una insercién sindical que pudiera rivalizar con a de la burocracia. Con un liderazgo que venia de sectores medios, incluso altos, tuvieron una tendencia a idealizar al movimiento peronista yaimaginar un Perén con vocacién revolucionaria. Esa visi6n los llevé. asubestimar el arraigo que tenia la burocracia como parte del movi- niento sindical y la s6lida alianza que con ellos tenja el Ifder. Del mismo modo, desoyeron la insistencia de Cooke sobre Ja necesidad de con- sentir al peronismo en un partido revolucionario ligado al movimiento sbrero, Para ellos, todo lo que restaba por hacer era quitar del medio aos «gorilas» y oligarcas que oprimian al pueblo y a los traidores que os dejaban hacerlo, Nada de lo que su propia organizacién no pudiera ‘Ccuparse por si misma. Elpropio Perén contribuyé a alimentar esa visin: en varias oportu- titades emitié declaraciones que daban a entender que él favorecia las Posturas més radicalizadas, incluso el «socialismo». No Jo hacia porque hubiese cambiado sus convicciones —seguia siendo tan antiizquierdista como siempre—, sino més bien como movida estratégica, para contra- Pesar el poder de los vandoristas y neoperonistas. Muchos peronistas de base, sin embargo, se tomaron sus declaraciones al pie de la letra y ‘eryeron genuinamente que «el Viejo» se estaba corriendo a la izquier- ‘2 Cuando esa orientacién comenzé a volverse peligrosamente contra 4 burocracia sindical en su conjunto —en junio de 1969 un grupo, Posiblemente de la izquierda peronista, asesiné a Vandor, y en los afios ‘iguientes Montoneros harfa lo propio con otros gremialistas, a los que icusaba de traicionar a los trabajadores—, Perén cerré filas con el sin- ticalismo mas tradicional. ’ Aunque el ERP tuvo incluso menos insercién entre las clases po- Pukres que la guerrilla peronista, como ella, también Ilegaria a lograr agin anclaje entre los trabajadores. Su origen se encuentra en el Par- tio Revolucionario de los Trabajadores (PRT), fundado en 1965 por 4 fusién entre un pequefio grupo trotskista con un débi] arraigo en f 228 Ezgouren ADAMOVSEY |‘ algunas ciudades y-un grupo estudiantil dé ideas latinoamericanistse indigenistas con cierta presencia en el noroeste del pais, Cuandoen 1968 el PRT se dividié en dos, él grapo mayoritario decidié orientarse baca Ia lucha armada y, dos afios después; conformé el ERP. La pequefia organizaci6n crecié vertiginosamente a partir de 197: los calculos mds optimistas estiman que dos afios ‘después, en su mo- mento de mayor desarrollo, contaba con.unos'cinco ‘mil militantesy colaboradores (de los que-un porcentaje muy pequefio estaba dedicalo de leno a la actividad armada). Entre aquellos, 16s de sexo femenino pu den haber llegado al 40%, uni porcentaje muy notable que, sin embargo, no tuvo reflejo en el nivel de la dirigencia,abrumadoramente mascalin, Como los Montoneros; eran casi todos muy jévenes. Pero a diferent de ellos, el ERP fue una guerrilla urbana ’y rural.\Entre 1974 y 1976 intentaron la estrategia’«foquista> en el monte tucumano y también atendieron al-trabajo de masas entre los trabajadores de las ciudad Hacia 1975, la organizacién contaba con’células én unas cuatrocients fabricas del Gran Buenos Aires. Los cuadros de'su dirigencia mixin, sin embargo, fueron casi todos de sectorés medios: i!» La tendencia hacia una mayor radicalizacién no se manifest6 soh- mente en el surgimiénto de grupos’ armados; sino también entre orgt nizaciones sociales y politicas:de todo tipo. El movitniento obrero, qu ya transitaba ese camino, vio surgir luego de 1970-una corriente mis abicrtamente clasista, especialmente visible en los mucvos sindicatos de trabajadores automotrices de’ Cordoba, Sitram'y Sitrac, que reiviad caron la independencia-de clase, promovieron Ia demacracia de base} alentaron Ia hicha por el socialismo. Algunos de sus méximos dirige tes fucron marxistas, Un proceso de tadicalizacién similar se evidencé luego de 1973 también entre los cada vez. mis numerosos habitantes & las villas de emergencia, que se nuclearon en el Frente Villero de Libe racién Nacional y en el Movimiento Villerd Peronista (MVP), ligado#! ala izquierda del peronismoy°?'" %<%4).6) «05 wit En el Ambito rural, los campesinos y pequefios productores familia’ también protagonizaron formas de lucha inéditas. E] campo fue escenso de importantes cambios a partir de los afios cincuenta: La profundizaci6» del capitalismo vino de la mano de-un proceso de general oe. NU Oe __»or mencionar solo 232 Ezequter ADAMOvSKY una— y las mujeres participaron ‘masivamente de los espacios de mii tancia de izquierda, incluidos los armados, aunque muy pocas aleanzaca puestos de direccién. yeenin! : A pesar de que el ataque, la petsecucién y el:desprecio a las nino rias sexuales siguieron siendo la norma, el cuestionamiento de lam tradicional en estos afios fue tal que incluso hizo lugar a la apariciénde Nuestro Mundo, una organizaci6n de homosexuales'en defensa conta la discriminaci6n, la primera de América Latina, Creada en 1967 pt un pequeiio grupo de trabajadores con experiencia sindical, confi luego con algunos intelectuales en el Frerite de Liberacién Homosexa, fandado en 1971. Como parte del giro a la izquierda, el FLH propo la libre opcién sexual como uno de los objetivos ineludibles dear lucién por venir, Los hébitos en el vestir fueron acaso el terreno en el que miss noté la irrupcién de Ia nueva cultura juvenil. Desde los afios sesentils prendas coloridas fueron reemplazando los tonos mas apagados props de la indumentaria varonil de décadas anteriores. La moda «unisen ft indice del mayor igualitarismo entre varones y mujeres. Pero fueda# a prenda que, como ninguna, identified a los j6venes. Introducidese 1958 por una fabrica nacional de linea econéimica, los «vaquet * expandieron ripidamente entre los varones j6venes de clase mediz b# y trabajadora de las principales ciudades (los de sectores mediosy* también los adoptaron, pero prefirieron las marcas importadas).Algu® afios mas tarde también las mujeres los hicieron suyos, hasta F marse, a comienzos de los afios sctenta, en una especie de «uniform ie los jovenes, especialmente de los que militaban o eran parte dealt ovimiento contracultural. wel act __ Junto:con la ropa, la misica también se transformé en embla? javenil. Desde los afios cincuenta se venia produciendo un veriale® gird folklore». Para-muchos jévenes que:se acercaban a [0 #, €" Busto por esas miisicas servia ‘como modo de conectarse ca” Pais popular y federal. La vocacién antiimperialista condujo tambifs* &n aprecio por la miisica latinoamericana, especialmente la cancin* proteng y/o con contenidos indigenistas.'"s;..!/)-.' ad, a sBperedal i importante de estos afios fue la aparicién C cattcna mene ae a divisoria entre los gustos de joecass damnente): Bl rock ingen a ne anees cuya popularidad decayo ms ingres6 al pais a fines de'1956 y para 1960 ya ei Historia de la Argentina 233 bandas locales ‘que cantaban en castellano; pronto sus discos se vendie- on por millares. Las emprésas discograficas, enseguida advirtieron el potencial econémico que ofrecfa la «nueva ola». Sin embargo, la cultura juvenil comercializada perdia buena parte de su filo rebelde. Contra esa tendencia surgié desde fines de los afios sesenta un movimiento de «rock nacional» que desafié los valores de Ja moral tradicional y convocé a los «pibes» a no seguir Ios miandatos sociales. A través dé la misica, les pro- puso que sostuvieran su autenticidad y libertad, antes que convertirse en esos hombres «grises» que la sociedad requeria, obedientes y centrados ena familia, el trabajo y el:consumo. ‘ Para comienzos de la década de 1970, los artistas mas importantes teunjan una audiencia de varios miles, de un origen social que ya com- binaba sectores medios con trabajadores. Era una verdadera contra caltura: sus devotos se identificaban no solo por el modo de vestir sino también por el largo del cabello, que pronto se convirtié en-uno de los emblemas de la juventud. Desde fines de los afios sesenta, uno y otro fueron objeto de conflictos permanentes en Ia escuela y en el espacio piblico. En los colegios secundarios, los directivos aplicaron medi- ks disciplinarias de rigor inusual, en un intento vano por preservar eluniforme y el pelo corto, rechazados por una creciente minoria de os estudiantes. En la calle, los pelilargos debicron soportar frecuentes insultos homofébicos. Es que, aunque no tuviese nada que ver con la eleecién sexual,'la nueva apariencia de.los;varones jévenes indicaba que se estaba redefiniendo el significado de Ja masculinidad, algo que Provocd el disgusto.de.quienes estaban habituados a los roles més tra~ ticionales. La policfa, por su parte, los detuvo cada vez. que pudo y no se privé de organizar razias en los recitales. Desde esos afios comenz6 @notarse la presencia del consumo de marihuana, un habito queya Pesar de su escaso arraigo en ese momento, motivé a partir de 1971 su Prohibicién legal. at Ald . ; La reyuelta cultural de los jvenes se.combiné de maneras com- ales con la politica. Aunque compartiera con la izquierda un mismo ‘spiritu de rebeldfa, no siempre hallaron el modo de compatibilizar- &. E] PRT-ERP, par ejemplo, fue famoso por los valores francamente Puritanos que inculeé.a sus miémbros: condenaron el aitaesie come Conducta sburguesa> impropia de un lie. Pe acm ana Participaron eri un numero muy importante, .e nace ‘Sone dentro de las organizaciones politicas, por mas radicalizadas que fue AL 234 Ezequte ADAMOVSKY en otros aspectos. La homosexualidad —tomada como signo de fata de hombria— no tenfa lugar (los militantes de esa orientacién en general debieron ocultarla). Fl Frente de Liberacién Homosexual intenté scr. carse a Montoneros y a agrupaciones marxistas, pero ninguna se most receptiva: Con la misica y el estilo en el vestir hubo rechazos similares pico de politizacién de los jévenes, entre 1972 y 1974, coincidié con el momento de mayor vitalidad de Ia cultura rockera, que se hizo tan bién cancién de protesta. En marzo de 1973, las bandas més fim del momento se prestaron para tocar en un recital a favor del regs de Perén, al que asistieron veinte mil personas. Pero muchos acs rechazaban a los que con desprecio Iamaban «los hippies, 1 quients culpaban de adoptar conductas propias de los norteamericanos y dem comprometerse en las luchas del momento. El arte ruproristy eet: mental, como el que promovié el Instituto Di Tella desde 1958, tmtita enfrents prejuicios similares. t A diferencia de lo que habfa sido la norma en las primeras désals del siglo, cuando la izquierda habfa estado a la vanguardia del canbi> cultural, ahora parecfa haber adoptado, en muchos sentidos, una dpa cién mas bien conservadora. Eso no quiere decir que muchos militats ho fueran también, al mismo tiempo, parte de la contracultura xk? (de hecho, muchos legaron a la politica gracias a su paso previo port escuela de rebeldia que ella proporcionaba). Ni que el mundo delat no diera muestras de compromiso politico, como Jo fue, entte ons masiva muestra Tucuman Arde montada en Rosario en 1968. Loscraes ¢intersecciones entre ambos mundos fueron intensos. Con todo, conviene no exagerar los alcances de la revue jatth cuyos efectos fueron mis limitados en la parte més modesta de sc Populares y fuera de las grandes ciudades, Ni los nuevos hibitos : Kerininaron con el conservadurismo del orden familiar patria a Sesnlaes al chamamé o al folldore (ni mucho menos ala east e'edica), ni el izquierdismo acabé con las creencias religioss°" referencias politicas habituales, En Cérdoba, la mésica de cr®* Bhanu aument6 su vigencia, Luego de 1960, en Buenos Airey" indigenas qua 1 Presencia de la cumbia, un ritmo de acts ee depen Porc nny i dele cuestiones poi nes Niel cuarteto ni la cumbia e interes” Politicas, ni desafiaban la cultura de los adultos. Historia de la Argentina bsg Laaparicién de la televisi6n —la primera transmisi6n se realiz6é al951y legé a alcanzar un piblico relevante desde mediados de esa iéada— ofrecié un.nuevo y poderosisimo canal para la difusién de ransjes culturales que en general fueron conformistas. Abundaron las ideovelas y las historias de familias modelo (siempre de clase media, pureias y de tez clara, como la exitosa «La familia Falcén», iniciada en 1¥6), que reforzaban los valores morales tradicionales y transmitian la itadeque la felicidad pasaba por el espacio privado y el orden paternal, ats que por las gestas politicas colectivas. La televisién también fue twamal para Ia difusién de productos culturales estadounidenses, cuyos anblemas y mensajes tifieron la cultura local (el cine argentino, en cam- tin,hizo bastante lugar a la critica social y a la militancia izquierdista). Emomento Cimpora Inosafios que siguieron al Cordobazo, Ia historia parecié acelerarse. ‘Thhjadores manuales y de cuello blanco, villeros, campesinos y peque- its productores rurales, peones, estudiantes y cantidad de personas de ‘ttores medios manifestaron sus reclamos y su descontento de muilti- sis maneras. Coin frecuencia se encontraron en las calles, contagiindose ‘utuamente no solo la bronca, sino también ideas y formas de lucha. los sueios'de-un futuro socialista se hicieron carne en un crecien- ‘enimero de personas. El contexto internacional alentaba los vientos cambio: en 1970, Salvador Allende habia asumido como presidente de Gile anunciando una revoluci6n socialista por medios democriticos. Tis la cafda de Onganfa, el amplio movimiento antidictatorial ter- Xaé de comprobar que tenia en sus manos un_decisivo poder desti- ‘wente, Estaba en condiciones no solo‘de influir en las decisiones del Dhienio, sino incluso de provocar su.caida. A pesar de su heteroge- ‘tad, las clases populares amenazaban con convertirse en un sxjeto tltco mifcado en su oposicién tanto al gobierno como al conjin tes dlites dominantes. No hizo falta demasiada perspicacia para darse ‘ta de que el crecimiento del descontento indies a necesidad de “eontrar udia salida politi jera fin ala dictaduras ree Salida Dole Pel general Roberto Levingstot. Su Con esa misién asumid en 1970 e Levin Pir ministro de Eeonomaa, de orientacién liberal, ajo bajo el braze Ota drésticn evaluacién. “Tkas el fracaso de esa politica, 1a cartera pas 236 , Ezequiet ADAMovsKy' amanos de‘Aldo Ferrer, un'economista'de'visién opuesta, que crela en la necesidad de unia fuerte intervencin del Estado para avanzar en el: desarrollo.'Otra‘vez el péndulo y'un, cambio brusco de orientacién, Hostilizado por el'gran ‘capital por sus medidas econémicas hetero- doxas'y tras el«Viborazo», una nueva pueblada en Cérdoba, en 1971, Levingston debié'dejar la presidencia en manos del general Alejandro Lanusse, decidido a abandonar del todo las metas que el régimen militar se-habfa propuesto en‘1966 parailimitarse, en cambio, a asegurarle una retirada dignaii:}rsti' 4. .awysten sy stonicl 3 VE] nuevo dictador propuso ‘asf un Gran Acuerdo Nacional (GAN) para conformariun gobierno de transicin que contara con el apoyo dela UGRy del peronismo: La idea era involucrar a Perén en negociaciones, con la esperanza de que dejara de alentar desde su exilio en Espafia alis tendencias més radicalizadas. Sin embargo, Perén hizo precisamente|o contrario: le dio su bendicién a la guerrilla a través de uno de sus discur- sos. Los diversos movimientos y organizaciones populares rechazaron uninimemente la propuesta de los'militares. "i190 ” ~;)"Mientras tanto, la represién yolvié a’alcanzar niveles espeluznan- tes: el 22 de agosto'de:1972, diecinueve militantes de organizaciones guerrilleras que estaban presos ‘en'una base ‘militar cerca de ‘Irelen, recapturados tras un intento de fuga, fueron fusilados-por orden de la Armada..Ese mismo aio el caos de la economia, la rebeldia en las fabricas, fuertes huelgas dé gremios de'sectores medios; las tomas de universidades y-varias puebladas en el interior finalmente obligarona abandonar la estrategia del GAN y convocar’a elecciones urgentes. Los antiperonistas habfan esperado que el «problema Perén» se resolviera por su desapariciGn fisicaen'1972 el lider-ya tenia 77 afios—; pe esa eventualidad se demoraba; a esa altura ya estaba claro que la tinica salida era permitir que'régresara para que él migmo reorganizara su m0- vimiento, de modo de evitar que cayera’ del todo en manos de la CGT o della izquierda peronista; : a ‘ Como Perén no acepté el condicionamiento de Lanusse de regrestt inmediatamente al pais, no pudo postularse él mismo para las eleccions Elsi, en cambio, que su partido, como cabeza de un frente mésamplo, lera representado por Héctor Cémpora, quien le aseguraba lealtad in- condicanal: Elllamado 4 comicigs; al menos por un momento, prodtj? als one que esperaban los militares. Lios Montoneros interrumpicron armada y poco después el ERP decreté una tregua a medias Historia de la'Argentina 237 suncé que no atacaria blaricos del gobierno (en lé prictica, eso no trajo gandes diferencias: militares y empresarios siguieron estando en el foco eg seciones). Las puebladas précticamente desaparecieron. Toda la caergia y las expectativas se concentraron en las elecciones. Contrariando las expectativas de los militares, Cémpora obtuvo el 49.5% de los votos con una ventaja muy amplia sobre su contendiente & UCR y el 25 de mayo de 1973 asumié como nuevo presidente, Fie os a.la que asistieron los méximos dignatarios del Chile Sa eee B] sentido:de cambio inminente era tan weiss ise we una buena parte de la\gran multitud que celebré la ihe Toe aa calles se dirigié. Inego al_penal de Devoto y liber6 sin del pats hubo fee presos politicos alli detenidos (en otras circeles rere aeciones similares): La fTendencia Revolucionaria del Mtineluyé des net otoria influencia en cl aparato de Estado, to ' dos ministerios,-ocho diputados propios, cinco berna- Nes que simpati Z Pt Propios; gol bUBA. P*tzaban'con:los Montoneros yel cargo de Rector de , !2f0rada de los mila di Keats ai : todo tipo, cara militares dio lugar’a una oleada de luchas de base ‘stblecimiente tas especialmente por la'tomau ocupacién de tnicipalidades, gg no S010 Mabricas gino también hospitales, escuelas, . En ‘hen, ‘quilinatos, teatros, hoteles; radios; canales de television, Winkentas porns LOCE dias, a comienzos de junio, se produjeron més Las prec de todo ipo en coda el pais: de pats de cay edidas del nuevo gobierno parecieron confirmar pacts, pro 10. José Gelbard, designado al frente del ministerio h rediggn 6 ee ene Jas entidades patronales y la cet un slag bucign, gps ablecis pautas PO Ja reactivacion econémica y (has pr Cel ingreso-y que ineluy® un aument general en los seo biengy sh’ 84 congelamienta)y lajacon de precios maxims dense? Uy pconsumo masivo: ‘Ademés, Gelbard prometié enviar impose Paticarig Tucte de leyes que incluia la nacionalizaci6n de los Stable 2 que = el control estatal del comercio exterior, una reforma oe impr? masa los que més tenfan, una ley agraria que 8 y yp cSto a la renta de la tierra Y favorecia 2 los pequefios S &Xtran: Tueva norma que imponia fuertes regulaciones a las Cla Gite et Pocas de estas propuestas —que la patronal ylos NUN agg in ron cori enorme preocupacién—se convirtierori en Solidaron la imagen de Cémpora como el presidente

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