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VIOLENCIA DOMÉSTICA:

ACCIONES ESPECÍFICAS DESDE EL CAMPO SOCIAL

Clase 2: SER VICTIMA DE VIOLENCIA ES UNA CONSTRUCCION SOCIAL

Autora:

Lic. María Eva Sanz

PROTECCION DE LAS VICTIMAS

La Violencia Familiar es un grave problema social y ha sido mantenida


oculta por la ideología patriarcal. Desde las primeras denuncias de grupos
organizados de mujeres develando los daños que produce sobre mujeres,
niños y niñas, se han ido desarrollando numerosos estudios y siendo
investigadas por Organismos gubernamentales para revertirla.

Actualmente y de acuerdo a los muchos Informes de la Organización de


Naciones Unidas (ONU), por ej, se han categorizado los grupos vulnerables
receptores de las conductas violentas en la familia: mujeres, niños, niñas,
integrantes con capacidades diferentes y personas de edad avanzada.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), ha emitido informes sobre los


daños en la salud que produce la violencia, habiendo señalado los que reciben
las víctimas y también los victimarios.

Estamos construyendo la historia de la sensibilización y concientización acerca


de la extensión, la gravedad y los costos que los malos tratos dentro de la
familia, ocasionan a toda la sociedad atravesando sus instituciones. Existen
alternativas para los comportamientos destructivos. Todos y todas estamos
obligados a favorecer la difusión de este concepto para disminuir la
naturalización de la conducta violenta.

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Cualquier ciudadano/a puede dar un ejemplo y un mensaje positivo a las
víctimas que han padecido o padecen maltrato, desaprobando activamente y
con firmeza a quienes maltratan, actuando como freno social de las personas
abusivas.

Hoy sabemos que afecta a un alto porcentaje de familias de cualquier


comunidad, en todos los niveles económicos y culturales. Se trata de
relaciones que implican un abuso de poder de parte de quien ejerce maltrato.

Estos abusos pueden ser físicos, emocionales-psicológico, sexuales,


económico-financieros, y/o simbólico-sociales.

La persona abusiva desarrolla su comportamiento en privado, mostrando hacia


el exterior una fachada respetable, insospechable, educada. La conducta
violenta es compatible con cualquier aspecto físico, capacidad, inteligencia,
actividad, profesión, etc. Inclusive en aquellos cuyo desempeño familiar,
institucional o comunitario sea aparentemente insospechable.

Por eso hay que prestar atención a las víctimas, controlando la sensación de
incredulidad y rechazo, pues muchas veces los Victimarios aparecen
describiendo una imagen de alguien que jamás imaginaríamos cometiendo los
abusos que detallaremos seguidamente.

En una familia que tiene una estructura muy rígida, verticalista, autoritaria, que
discrimina entre varones y mujeres, con roles estereotipados, intolerante y
castigadora, en la que se cree que se debe obedecer ciegamente y en la que
se castiga o maltrata creyendo que eso constituye un estímulo para la
superación personal, se va gestando la Violencia Familiar.

En ella se suele utilizar la crítica, la humillación, el silencio, las prohibiciones no


razonables, el control y la vigilancia o el retacear el dinero, como formas de
ejercer el dominio desde uno de los miembros sobre el resto de la familia. Las
decisiones son unilaterales, no hay diálogo e impera el temor y la sensación de
culpa en quienes reciben el maltrato.

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Las personas involucradas generalmente no se reconocen como inmersas en
un cuadro de Violencia Familiar, pues muchas de sus características coinciden
con el perfil tradicional de las antiguas familias en las que un varón adulto
ejercía un poder absoluto sobre su familia.

Surge entonces la naturalización de esta forma de “vida en familia” y va


quedando oculta en el contexto social y en el curso de la historia.

No hace falta que haya golpes físicos para que se consideren cuadros muy
graves. Ya que toda forma de violencia afecta a sus víctimas en las defensa
psicofísicas, producen enfermedades, depresión y deseos de morir. El maltrato
crónico disminuye la expectativa de vida de la mujer. Por lo cual hay que
ponerle un “límite a tiempo”.

COMO SE PRESENTAN LAS VICTIMAS?

A las víctimas les cuesta mucho relatar lo que les sucede pues tienen
miedo, vergüenza y, por lo general, tienden a culparse de lo que pasa.

Cuando alguien en lugar de escuchar y orientar a una víctima, la critica, la


responsabiliza o le reprocha “que algo habrá hecho”, está ejerciendo maltrato y
es una segunda victimización que agrega más daño, al tiempo que es una
conducta repudiada y denunciable desde la legislación vigente (Ley 26.485). Si
no se está en condiciones de soportar esta dura tarea emocional, hay que
conducirla a una consulta con otra persona que pueda abordar la cuestión sin
culpabilizar, atendiendo el foco de la urgencia, evaluando el riesgo y ofreciendo
los canales de protección y salida de la victimización.

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Una víctima necesita tiempo, paciencia, desahogo, solidaridad, protección,
recursos, revalorización como persona, información sobre sus derechos,
expectativas realistas, estrategias de resolución, instrucciones en un lenguaje
claro y directo, y ponerse en contacto con personas que desaprueben la
violencia.

MITOS O FALSAS CREENCIAS CULTURALES

Los prejuicios y las falsas creencia que forman parte de la matriz social y
psicológica, tiñen espontáneamente nuestras acciones.

Desde antes de nacer (si ya conocemos el sexo de la criatura), recibimos


mensajes diferentes hombres y mujeres, los cuales van moldeando nuestra
personalidad.

“Estos mensajes son afirmaciones erróneas elevados al rango de


conocimientos generales. No surgen como un dato de la realidad ni tampoco
como hipótesis científica. Sin embargo encarnan en la mente y se interponen
como obstáculos a una reflexión clara y a una conducta ajustada a la
necesidad de la situación” (Ferreira, Graciela 1994).

Este conjunto de creencias erróneas forma un entramado inconsciente,


aceptado sin ningún tipo de análisis y transmitido de persona a persona.
Surgen de las costumbres, de las tradiciones y los dichos, pero se van
transformando en normas y principios que guían a las personas en su vida
cotidiana.

- “ Hay amores que matan”


- “ Los hombres son agresivos por naturaleza”
- “ Los trapos sucios se lavan en casa”
- “ El lugar de la mujer es su hogar”

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- “ Más vale malo conocido que bueno por conocer”
- “ Porque te quiero te aporreo”
- “ Los hombres llevan los pantalones”
- “ La carrera de la mujer es el casamiento”
- “ El matrimonio no es un lecho de rosas”
- “ Por algo será ...”
- “ Los de afuera son de palo”
- “ Las mujeres necesitan mano fuerte”
- “ Las mujeres son las responsables de la unidad familiar”
- “ Las mujeres son caprichosas e impulsivas”
- “ A golpe se hacen los hombres”
- “ Los hombres son chicos grandes”
- “ Los hombres no lloran”

Sobre esta base encontramos los mitos que específicamente poseen relación
con los hechos de la Violencia Familiar. Haciendo una ajustada síntesis
podemos considerar los siguientes:

 LAS MUJERES BUSCAN HOMBRES VIOLENTOS


 SI LA MUJER TIENE PACIENCIA Y TOLERANCIA LAS COSAS
CAMBIARAN
 SI ESTA TAN MAL: ¿ POR QUE SE QUEDA? LE GUSTA?
 ¿ POR QUE AGUANTO TANTO Y AHORA SE QUEJA?
 LA VIOLENCIA ES UN PROBLEMA DE LAS CLASES BAJAS
 LAS PERSONAS EDUCADAS Y CULTAS NO SON VIOLENTAS
 SE TRATA DE CASOS AISLADOS
 LOS HOMBRES VIOLENTOS SON LOCOS, NERVIOSOS O
ALCOHOLICOS
 LA CONDUCTA ABUSIVA SE DESATA PARA EXPRESAR ENOJO Y
CAUSAR DAÑO.

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Estas falsas creencias se instalan en el imaginario social y tienen como
propósito garantizar la instalación de la ideología del patriarcado.

ESTEREOTIPOS DE GENERO

Nuestra cultura proporciona un instrumento poderoso que moldea la


personalidad de hombres y mujeres: su manera de razonar, la escala de
valores, los principios; y los prejuicios y mitos con que se sostienen en diversas
situaciones.

Se tiene una imagen acerca de lo que significa “ser hombre” y “ser mujer”. Esta
imagen representa un Modelo (molde) al que debemos ajustarnos para cumplir
con pautas de conducta esperables.

La diferencia de cualidades comienza a determinarse desde que se conoce el


sexo de la criatura por nacer, pero se refuerzan permanentemente desde los
distintos ámbitos de desarrollo social. Esta diferenciación se asienta en el sexo
de nacimiento.

Las diferencias que se aprecian como naturales en nuestra cultura, son en


realidad construcciones adquiridas a través de la educación.

Se presenta "lo masculino" y "lo femenino" como antagónicos, reforzando la


superioridad masculina a partir de la inferioridad femenina. En esta línea surge
el concepto de Poder como la capacidad de afectar a otra persona con la
finalidad de controlarla.

El control de los hombres hacia las mujeres se encuentra legitimado


culturalmente y reforzado desde los estereotipos que lo sostienen.

A estas cualidades rígidas, inamovibles, las llamamos estereotipos de género.

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Estereotipo femenino: Dóciles, dependientes, poco aventuradas, menos
competitivas, fácilmente excitables por crisis menores, sumisas, emotivas,
vulnerables, preocupadas por su apariencia, poco objetivas, conversadoras,
amables, sugestionables, sensibles a los sentimientos de los otros, inseguras,
interesadas por el arte y menos por la matemática... etc.

Estereotipo masculino: muy agresivos, dominantes, autoconfiados,


independientes, activos, competitivos, decididos, aventureros, no influidos por
crisis menores, disimulados con sus emociones, objetivos, lógicos, gustan de la
matemática y las ciencias.

A mayor cuestionamiento por parte de hombres y mujeres, de estas


cualidades asignadas culturalmente, menor riesgo de padecer violencia en la
familia.

A mayor rigidez y aceptación por parte de hombres y mujeres, mayor riesgo


de muerte de la víctima, del victimario, de sus hijos y de terceros intervinientes.

Los estereotipos ocasionan en la víctima:

- QUE SE CULPE
“Lo habrás provocado”, “Algo habrás hecho”, “Tiene mal carácter”, “No le obe-
deces”.

- QUE LA “vean” CÓMPLICE


“Le gusta que le peguen”, “Es masoquista”, “Se queda por que le conviene”.

- QUE NATURALICE LA VIOLENCIA


“¿Un golpe que te hace?”, “Todos los hombres son así”, “El casamiento no es
un lecho de rosas”, “Porque te quiero te aporreo”.

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- QUE NO PUEDA ALEJARSE DEL VICTIMARIO
“No hay que deshacer la familia”,“Los chicos necesitan un padre”,

- QUE SIENTA MIEDO E IMPOTENCIA


“¿Cómo te la vas a arreglar sola?”. “La mujer no puede sola… necesita un
hombre a su lado”

INDICADORES PARA RECONOCER LA VICTIMIZACION

Teniendo en cuenta que una de las consecuencias del maltrato crónico


es la de generar sintomatología de manifestación orgánica y/o psíquico-
emocional, producto del deterioro ocasionado por la violencia, algunas veces
ocurre que se confunde una situación de victimización con algunos de los
cuadros de la psicología tradicional.

Es necesario poder contar con recursos que faciliten la detección y alerten la


sospecha de encontrarse frente a una persona victimizada, para poder hacer
un diagnostico diferencial desde una correcta praxis profesional. El objetivo es
que dicho diagnostico y el proceso de su obtención, no perjudique aun más a
quien tiene una historia de anulación de su persona y de sus derechos a partir
del impacto de la continuidad de situaciones abusivas a las que ha estado
expuesta.

Esta problemática es de etiología múltiple, ya que tienen sus raíces en factores


histórico-culturales-institucionales-familiares y exigen la consideración de
diversos niveles de análisis. Por lo tanto es preciso captar elementos
provenientes de dicha complejidad dinámica en interacción permanente.

Desde un abordaje ecológico multidimensional se requiere estar pertrechado


por una capacidad de observación entrenada en esta perspectiva integral y
contar con una serie de recursos que permita abarcar -en poco tiempo y con
eficacia- factores de riesgo, indicadores, señales, etc. Estos van apareciendo
espontáneamente, por ejemplo, en el curso de una entrevista o bien pueden

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ser activamente interrogados por quien la coordina, para ir obteniendo un
panorama de los contextos e influencias operantes y confluyentes en la vida y
desarrollo de esta persona particular.

DEFINICION DE VIOLENCIA DOMESTICA

Siguiendo los conceptos de Graciela Ferreira, la Violencia Doméstica es


una situación de “abuso”, que se instala en el vínculo de la pareja, se
manifiesta cíclicamente y como consecuencia produce un daño, tanto en la
víctima como en quien la ejerce.

La expresión violencia contra la mujer comprende “todo acto de violencia


basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como
resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así
como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la
libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada”, según
indica la Declaración de las Naciones Unidas sobre la Eliminación de la
Violencia contra la Mujer.

El art. 4 de la Ley Nacional 26.485 nos dice:

ARTICULO 4º.- Definición.- Se entiende por violencia contra las mujeres toda conducta, acción
u omisión, que de manera directa o indirecta, tanto en el ámbito público como en el privado,
basada en una relación desigual de poder, afecte su vida, libertad, dignidad, integridad física,
psicológica, sexual, económica o patrimonial, como así también su seguridad personal.
Quedan comprendidas las perpetradas desde el Estado o por sus agentes.
Se considera violencia indirecta, a los efectos de la presente ley, toda conducta, acción u
omisión, disposición, criterio o práctica discriminatoria que ponga a la mujer en desventaja con
respecto al varón.

TIPOS DE ABUSO HACIA LA MUJER

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Abuso físico

El abuso físico también puede presentarse en una forma pasiva, el abusador


puede descuidar las necesidades básicas de su pareja y de sus hijos tales co -
mo pagar el alquiler, comprar la comida, pagar la electricidad o no teniendo inti-
midad con ella.

Cuando el hombre abusa de su pareja físicamente lo hace por medio de gol-


pes, pellizcos o apretones. Cada vez que se repite el abuso físico se vuelve
más intenso y violento y al principio golpea a la víctima en lugares no visibles
pero cuando no lo responsabilizan por sus hechos toma más confianza y no se
preocupa por los lugares donde deja marcas.

A continuación presentamos una lista de lo que es considerado abuso físico.

1. El abusador pellizca y aprieta a su víctima causándole dolor físico.

2. La empuja contra la pared o contra un mueble o la restringe de poderse mo-


ver.

3. La sacude y le tira de sus cabellos.

4. La abofetea y la muerde.

5. Le da golpes directos y patadas por varias partes del cuerpo.

6. Trata de estrangularla.

7. Le lanza objetos para herirla.

8. Le causa cortadas.

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9. Le fractura huesos o le produce lesiones graves en la cabeza.

11. Usa objetos de la cocina como armas para herirla.

12. Usa armas convencionales tales como un revolver o cuchillo.

13. Causa la muerte de la víctima.

Abuso emocional-psicológico

El abuso emocional ataca el auto estima de la víctima para hacerla sentir que
ella no tiene otra salida que quedarse con el abusador.

El hombre con conducta violenta hace bromas hostiles sobre los hábitos y fal-
tas o errores de las mujeres en general.

El abuso emocional presenta los siguientes indicadores:

1. No toma en cuenta los sentimientos de la víctima.

2. Usa su control para castigarla.

3. La aísla socialmente, provocando mudanzas para alejarla de sus amigos y


familiares.

4. La culpa por todos sus problemas y fracasos.

5. Deja de hablarle para desesperarla y lograr su cometido.

6. Pasa horas limpiando armas o cuchillos frente a la víctima.

7. Le grita.

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8. Insulta, la llama, loca, perra, estúpida.

9. la humilla frente a miembros de la familia y otros.

10. La amenaza con violencia.

11. Se burla de ella en su rol de madre, esposa, trabajadora,


etc.

12. Demanda toda la atención de la víctima.

13. Constantemente la acusa de tener amantes y le arma escenas de celos.

14. Se burla o ignora la historia de la mujer, su herencia familiar, religión,


valores.

15. Golpea la pared y no a ella para exhibir poder.

16. Destroza objetos personales de la víctima que tienen valor sentimental

17. Amenaza, mata o tortura las mascotas de la víctima.

18. Amenaza, con suicidarse si la víctima no hace lo que él quiere.

19. Amenaza con matarla a ella o a los niños/as.

Abuso Sexual
Los abusadores abusan a sus víctimas sexualmente, obligándolas a tener sexo
con ellos contra su voluntad. Las hieren en sus genitales con objetos cortantes
o introduciendoles objetos que las maltrata. A continuación una lista de los
comportamientos de abuso sexual del abusador.

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1. El abusador no respeta a la víctima cuenta chistes indecentes sobre mujeres
y de sexo en la presencia de su pareja.

2. Considera y dice en público que las mujeres son objetos sexuales.

3. Finge ser extremadamente celoso.

4. La critica en términos sexuales

5. La toca en contra su voluntad.

6. Se rehusa a tener sexo con ella.

7. Se refiere a ella con términos tales como prostituta, perra o puta.

8. Le exige relaciones sexuales aunque ésta no lo desee.

9. La desviste y la obliga a desnudarse aunque los hijos estén presentes.

10. La obliga a ver películas pornográficas en contra de su voluntad.

11. La obliga a satisfacer sus fantasías sexuales tales como tener a otra mujer
en la cama.

12. La obliga a tener relaciones sexuales con él después que la golpea.

Abuso Económico-Financiero

Es el abuso que se dirige a ocasionar un menoscabo en los recursos económi-


cos o patrimoniales de la mujer, a través de la perturbación de la posesión, te -
nencia o propiedad de sus bienes, pérdida, sustracción, destrucción, retención

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o distracción indebida de objetos, instrumentos de trabajo, documentos perso-
nales, bienes, valores y derechos patrimoniales.

Abuso Simbólico/ Social

Es el que a través de patrones estereotipados, mensajes, valores, íconos o sig-


nos transmita y reproduzca dominación, desigualdad y discriminación en las re-
laciones sociales, naturalizando la subordinación de la mujer en la sociedad.

CICLO DE LA VIOLENCIA DOMESTICA

De investigaciones efectuadas por Leonor Walker (Estados Unidos), la


violencia entre cónyuges es un proceso en el que se pueden diferenciar tres
fases:

1- Fase de acumulación de tensión: Incidentes preparatorios del suceso


violento, que van incrementándose. Se manifiestan agresiones verbales
y un control excesivo por parte de quien posee el dominio de la relación.
En algunas ocasiones la violencia verbal es acompañada por golpes
menores.

Comportamiento de la mujer en esta fase

• Actitud sumisa
• Trata de controlar los factores “externos” que puedan provocar
violencia
• Se siente culpable
• Se aísla. No pide ayuda
• Minimiza la situación
• Niega la importancia de lo sucedido

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2- Fase aguda de golpes: Este es el momento en que toda la tensión se
descarga. Es el momento en que la mujer corre mayor riesgo debido a que la
intensidad varía desde un empujón hasta el asesinato de ésta. Si se trata de
violencia física, suelen producirse lesiones leves (golpes menores), lesiones
graves (fracturas, golpes mayores...), y/o lesiones gravísimas (traumatismo de
cráneo, pérdida permanente de la visión por golpes en los ojos...). Todas ellas
se encuentran tipificadas en el Código Penal como “delitos”. La violencia
emocional siempre está presente. En el caso de las amenazas, éstas también
constituyen delito y la víctima puede denunciarlas aunque no posea marcas
físicas que comprueben la violencia.

Comportamiento de la mujer en esta fase

• Se aísla aún más que en la etapa anterior


y oculta las lesiones con maquillaje
• Se atemoriza y/o deprime, lo cual socava sus fuerzas para
defenderse
• Algunas veces pide ayuda en este momento
• Algunas veces abandona el hogar
• Las que permanecen con el agresor suelen estar a merced de
comportamientos aberrantes en lo sexual

3- Fase de reconciliación: En esta fase se produce el arrepentimiento por


parte del agresor. Luego de constatar las lesiones de su pareja, el hombre con
conducta violenta suele “prometer” que no lo hará más. Esta confirmado que,
en la mayoría de los casos, este arrepentimiento es genuino. Pero como la
violencia es una conducta aprendida, sólo podrá superarla si se incorpora a
una Asistencia específica con perspectiva de Género. En la mayoría de los
casos esto no ocurre y el Ciclo vuelve a repetirse.

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Comportamiento de la mujer en esta fase

• Se siente con ánimo y hace consultas


• Tiene esperanzas de que no se repitan los episodios de violencia
• Se aferra a la necesidad de que sea cierto que él ha cambiado
• Si ha dejado el hogar puede volver
• Si ha iniciado acciones policiales y/o judiciales suele retirarlas
• Si se ha incorporado a un Grupo de Ayuda mutua puede abandonarlo

El Ciclo de la Violencia se repite muchas veces a lo largo de la vida de la


pareja. Sólo se puede salir de él con ayuda externa. A mayor cantidad de veces
por las que se transite por este Ciclo, más grave es el momento del episodio
violento de descarga, y más corta es la fase de arrepentimiento.

ACCIONES EMOCIONALES Y CONDUCTUALES DE LA MUJER EN


SITUACION DE ABUSO

- MIEDO
Rasgo predominante de la víctima de abuso, tiñe todos los momentos de su vi-
da. El temor la inmoviliza y explica en parte su imposibilidad de salir de la situa-
ción.

- MINIMIZACIÓN Y NEGACION DEL ABUSO


Tiende a minimizar la gravedad de la situación porque: Teme empeorar la si-
tuación No está informada sobre sus derechos. Necesita creer que su pareja no
es mala. Establece la negación como mecanismo.

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- AISLAMIENTO
Se distancia de la gente obligada por el victimario. El controla y limita sus activi-
dades, lo que impide tener ayuda.

- INTERNALlZACIÓN DE LA CULPA
Cree que si es maltratada, es porque ha hecho las cosas mal, está convencida
de que “de ella depende el éxito o fracaso de su matrimonio”. Los sentimientos
de culpa refuerzan el uso de la violencia y evita que su pareja asuma la respon-
sabilidad.

- NO PUEDE ROMPER SOLA EL CICLO DE LA VIOLENCIA


Se ha podido analizar, que la mujer victimizada no puede salir sola del Ciclo de
la Violencia. De allí la importancia de reproducior cada día más la conciencia
ciudadana para estos casos.

- AMBIVALENCIA
No desea ser maltratada, pero no siempre quiere separarse. Quiere que la vio-
lencia termine y tienen la esperanza de que su pareja cambiará. La aterroriza la
idea de separarse, puede temer la independencia y la necesidad de autoabas-
tecerse.

- INTERNALlZACIÓN DE LA OPRESiÓN
Se siente inferior y se hace vulnerable a la violencia.

- INDEFENSiÓN
Se encuentra en un estado de indefensión aprendida. Cree que nada de lo que
haga podrá cambiar la situación.

- BAJA AUTOESTIMA
Las situaciones de abuso refuerzan y ahondan los sentimientos de desvaloriza-
ción, no permitiendo que crezca la confianza en sí misma y en sus capacida-
des.

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PRIMERAS MANIFESTACIONES DE LA VIOLEENCIA: El Noviazgo

Cuando se forma una pareja, se entrelazan dos historias diferentes.


Cada uno trae consigo su manera de ver la vida, sus proyectos y la educación
recibida, repleta de creencias acerca de lo que es el amor, la pareja, la
familia.....

Estas ideas provenientes de la Cultura se van adquiriendo en el contacto


directo con familiares y amigos, al formar parte de distintas Instituciones como
la Escuela, la Iglesia, el Club; a través de los Medios de Comunicación, entre
otros.

Los novios, quienes se proponen un proyecto en común de vida, generalmente


no se detienen a pensar y a intercambiar cuáles son sus creencias. Comienza
la relación y se van activando mecanismos donde “ se sobreentiende” que el
hombre debe hacer algunas cosas y la mujer otras.

Al no tener la posibilidad de reflexionar acerca de estas creencias,


generalmente se copia el modelo familiar de origen, se construye uno
totalmente opuesto o la relación se convierte en una especie de “collage” entre
lo que él y ella creen adecuado para ambos.

¿ Pero, existen acuerdos? Muchas veces una parte cede en función de la otra
para, evitar discusiones, desgastes en la pareja, porque cree que eso es lo
correcto, o por temor a ser agredido. Aquí comienza el ejercicio del PODER en
la pareja, con la idea de que alguien debe mandar, y alguien obedecer.

De lo cotidiano surge que en el lugar de mando se ubica rápidamente el varón,


mientras que en el lugar de la obediencia, la mujer.

¿ Qué sucede entonces?

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Ese momento en el que pensábamos como de AMOR ABSOLUTO se
convierte en un campo de batalla donde afloran, salen a luz, las creencias de
cada uno y sin mediar acuerdos, se ponen en acción.

El novio reproduce el Modelo Tradicional Masculino (fuerte, imponente,


dominante, protector...) y la novia acepta el Rol Pasivo Femenino, pudiendo dar
lugar a los primeros EPISODIOS VIOLENTOS dentro del noviazgo.

Abusos de poder del novio que se instalan en la relación en forma cíclica y que
pueden producir serios daños de tipo físico, emocional, sexual y/ o financieros
en la novia.

Muchas veces las novias creen que luego, con el matrimonio, ésta situación
cambiará. PERO NO ES ASÍ. Lo que irá sucediendo es un profundo deterioro
en su persona que puede llegar a producirle graves daños, inclusive hasta la
muerte.

Si la violencia está instalada en la relación de noviazgo, luego con el


matrimonio se agudizará en la forma de “Violencia Doméstica”.

Una investigación de cuatro años de duración, en la localidad de Santa Rosa (La Pampa),
referida al maltrato durante el noviazgo entre parejas adolescentes, dio como resultado que
había actos de violencia en el sesenta y dos por ciento ( 62 %) de las parejas con edades entre
trece y veintiún años ( Tamaño de la muestra: ciento setenta y seis (176) adolescentes)- (Sanz
M. E. 1995)

Dentro de este porcentaje, la violencia psicológica (emocional, verbal) ocurría en el noventa por
ciento ( 90%) de los casos.

El ciclo de la violencia puede haber empezado durante el noviazgo, donde él


mostró conductas de control y autoritarismo que la mujer no percibió como tal y
se las atribuyó equivocadamente al “excesivo amor”. Recordemos que
generalmente está presente en su pensamiento “él va a cambiar… con el
casamiento se va a tranquilizar”.

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Por lo expuesto, es necesario detectar cuanto antes estas señales, para evitar
daños que luego pueden llegar a ser irreparables.

INDEFENSION APRENDIDA

Aún hoy, muchas mujeres que padecen la violencia, tienen que oír cómo se les
cuestiona por el hecho de ser víctimas de abuso.

El desconocimiento social impide saber qué ocurre en la mente de una mujer


sometida a violencia. Las expertas lo llaman síndrome indefensión aprendida.

En primer lugar coincidamos en definir qué se entiende por indefensión


aprendida:

“…desamparo condicionado que anula toda posibilidad de reacción ante la


desesperanza y el repetido fracaso en para la violencia del hombre” (Ferreira,
Graciela B., 1989)

Se puede percibir a la mujer como

 Pasiva
 Apática
 Abúlica
 Complaciente
 No se queja

En cuanto a lo que ella siente:

Se siente incapaz de actuar de modo distinto

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Impotente
Resignada
Desgastada
Agotada psicofísicamente

En cuanto a lo que cree:

Cree que nada de lo que pueda hacer podrá cambiar el resultado que siempre
obtiene
Autoinculpación (cree que se merece lo que le pasa)

En cuanto a la acción:

Pierde la capacidad de optar por conductas distintas


Todas sus acciones están orientadas a evitar “molestar” al marido
Muestra obediencia pasiva al entorno

En cuanto a la percepción:

No puede percibir el peligro

La teoría de la Indefensión Aprendia la formuló Martín Seligman en 1991, “la


indefensión es el estado psicológico que se produce frecuentemente cuando
los acontecimientos son incontrolables…cuando no podemos hacer nada para
cambiarlos, cuando hagamos lo que hagamos siempre sucede los mismo”.

Leonor Walker, partiendo de los experimentos de Seligman, inauguró una línea


de investigación hoy todavía vigente y que podremos resumir en que: repetidos
malostratos disminuyen la motivación de la mujer a responder. Ella llega a ser

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pasiva. Secundariamente, su habilidad cognitiva para percibir éxitos está
cambiada. No cree que su respuesta acabará en resultados favorables.

Estos sentimientos de indefensión en mujeres víctimas de violencia, podrían


debilitar la capacidad de solucionar problemas y la motivación para afrontarlos,
favoreciendo que la mujer permanezca en la pareja.

Los componentes de la Indefensión Aprendida son: pasividad,


empobrecimiento de la capacidad para resolver problemas y sentimiento
creciente de indefensión, incompetencia, frustración y depresión.

De la violencia no se sale sin asistencia específica y gran apoyo social. No se


debe olvidar que la violencia es un problema que la sociedad causa a las
mujeres, y no es “su responsabilidad” acabar con ella, sino de toda la sociedad.

ES “PASIVA” LA MUER VICTIMIZADA??

Los elementos teórico detallados precedentemente están siendo


cuestionados. Debido a que surgen de las posibilidades o no de la mujer, sin
tener en cuenta el contexto.

Se la ubica en un rol pasivo, lo que recibe críticas desde otros estudiosos


porque indirectamente, refuerza el aislamiento que provoca el victimario. Al
mismo tiempo es una mirada “incompleta” para revertir el cuadro, si no se la
integra a elementos sociales y culturales.

Más concretamente se ha señalado que las mujeres víctimas de violencia


emplean estrategias personales para protegerse y detener la violencia dentro la
relación, buscando ayuda de una variedad de fuentes tanto informales (amigos,
vecinos, familia, etc.) como formales (policía, personal de salud, funcionarios
judiciales, etc.). Asimismo, estas estrategias y la búsqueda de ayuda aumentan
a medida que se incrementa, no sólo la gravedad de la violencia, sino también
el comportamiento antisocial del agresor, suponiendo que las mujeres buscan

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asistencia proporcional a la comprensión de que ellas corren un creciente
peligro.

El Modelo Integrativo Multidimensional aporta un esquema conceptual teórico


en el cual, los elemento psicodinámicos, cognitivos, conductuales e
interaccionales, van dando un rumbo diferente a las descripciones anteriores,
unidos a elementos culturales y sociales.

La “pasividad” de las mujeres victimizadas ocasionada por elementos internos,


se complejiza si integramos la “conducta externa del victimario”, y mucho más
si a esto le agregamos para su análisis, las respuestas socio-comunitarias en
red, que propician recursos de salida a la victimización, o por el contrario
perpetúan la violencia en el imaginario social y revictimizan a quienes están
siendo abusadas.

Debido a la multicausalidad es preciso analizar y brindar recursos de salida


tanto a las víctimas como a los agresores, de manera “integral”. En ese sentido,
la legislación nro 26.485, promueve esta mirada.

Las posturas integrales coinciden en que la mujer no puede “salir sola” de la


trampa del Ciclo de la Violencia, pero el motivo no sería solamente por la
situación personal individual de la víctima, sino además, por la carencia y/o
desarticulación de los elementos del contexto.

Desde este compromiso surgió el presente Cursos de capacitación/


entrenamiento para Trabajadores/as Sociales, en el cual las teorías vigentes y
nuestras prácticas concretas se unen con el fin de poner luz sobre las posibles
salidas a este grave problema social. Estamos invitados/as a continuar
investigando y produciendo nuevos conocimientos.

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BIBLIOGRAFIA SUGERIDA

- Ferreira, Graciela: “Hombres violentos, mujeres maltratadas”. Ed.


Sudamericana. Buenos Aires. 1998

- Giberti, E y Fernández, A: “La mujer y la violencia invisible” Ed.


Sudamericana. Buenos Aires. 1989

- Seligman, Martín: “El optimismo es una ventaja y un placer que se adquiere”.


Ed. Atlántida. Buenos Aires. 1991

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