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Espectacular Suicidio de Un Celador
Espectacular Suicidio de Un Celador
JUEVES JUDICIALES
3 de junio de 1935
Hace 87 años
Se vistió de negro y se hizo un disparo de revolver por la boca – texto de la romántica carta
que dejo para señoras, señoritas, amigos y amigas
De última hora
Telefonema de las ocho de la noche – Neira, 4- del corresponsal José Giraldo Peláez
Esta tarde, a las cuatro y media, la ciudad fue sorprendida con un espectacular suicidio que es
ahora objeto de tumultuosos comentarios, y ha producido extraordinaria conmoción.
Antecedentes
Aleides Butírica, quien fue el protagonista de esta tragedia, era celador de las rentas de
departamentales de Caldas, y frisaba en los veintiocho años de edad; estaba soltero y era
natural del municipio de Villahermosa de la jurisdicción del departamento del Tolima.
Hacía más de seis meses que trabajaba en el resguardo de rentas del municipio de Neira; era
ciudadano correcto, honorable y nunca se le oyó expresar nada que indicara el deseo de
quitarse la vida.
Momentos finales
Solo en las horas de la mañana de hoy, dijo a sus amigos que pensaba suicidarse, pero esto no
le dio crédito. Luego, media hora antes de la tragedia, manifestó a sus compañeros de las
rentas su determinación.
Realiza su propósito
Aleides subió a un apartamento, en la parte alta del edificio y se puso un vestido negro; se
sentó en un baúl, y acto seguido saco el revólver y se lo disparo en la boca. La bala le hizo
terribles destrozos en el cráneo, y después de atravesarle la cabeza, fue a incrustarse en unas
de las paredes del apartamento.
Acudida de la multitud
La despedida
Practicado el levantamiento del cadáver, se encontró que el suicida había dejado la siguiente
carta de despedida:
En mi hayan sentido un ápice de cariño. A ellas les dejo mi última despedida, hasta que el
tiempo lo decida, para que nos volvamos a ver de nuevo. Dios, ser infinito y supremo sabrá
hacernos encontrar. Adiós. El destino cruel me señalo el camino. Mi viaje será triste, lúgubre y
sombrío, pero una gran dosis de optimismo, romperá el velo que cubre mis esperanzas, y en
un arranque de valor, y en un minuto de gloria, escalare sonriente el claro cielo, donde el
tiempo y el amor me será propicios quizá, en recompensa de todas mis tristezas y desengaños
como un sol de luz bienhechora y fecunda. Adiós, les desea un viaje feliz y próspero el amigo
que se va. Aleides Butírica”.
Otros detalles
El levantamiento del cadáver lo practico el juzgado municipal, y a las seis de la tarde fue
practicada la autopsia en el hospital por los doctores Dávila y Escobar.
El entierro del extinto se verificara mañana por cuenta de los celadores de las rentas.
Reina general consternación, pues el extinto no tenía parientes aquí, pero era formal y
correcto.
- Reflexión personal