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ISSN 0716 - 6192

BOLETIN N º 14

SIMPOSIO PROYECTO
I_JEY PROrfECCI<)N DE SlJl�LO

ORGANIZA
SOCIEDAD CHILENA DE LA CIENCIA DEL SUELO
CONUSION NACIONAL DEL MEDIO AMBIENTE

2000
SIMPOSIO PROYECTO
LEY PROTECCION DE SUELO

ORGANIZA
SOCIEDAD CHILENA DE LA CIENCIA DEL SUELO
COMISION NACIONAL DEL MEDIO AMBIENTE

2000
INDICE
PROLOGO 7

HISTORIAL DEL USO DEL SUELO EN CHILE


Walter Luzio Leighton 11

ASPECTOS CONSTITUCIONALES DE LA PROTECCIÓN DEL SUELO


Pablo Andrés Eisendecher Bertin 21

FRAGILIDAD DE LOS ECOSISTEMAS EDAFICOS.


Wilfredo Vera E. 29

EL SUELO COMO CONTAMINANTE:


el problema de la contaminación difusa
Dante Pinochet Tejos. 32

CONTAMINACIÓN DE SUELOS: LOS METALES PESADOS'


Sergio González Martineux 42

MANEJOS ESTIMULADOS Y RECHAZADOS DE USO DEL SUELO


Manuel Casanova P. 60

IMPORTANCIA DE LA PROTECCION DE LA MATERIA


ORGANICA EN SUELOS.
Silvia María Aguilera S. 77

LA DEGRADACIÓN FÍSICA DEL SUELO


Achim Ellies Sch. 86

DIMENSIÓN SOCIOECONÓMICA DE LA DEGRADACIÓN DEL


SUELO EN CHILE.
Jorge A. González U., Roberto Velasco H., Claudia Pérez C. 94

CRITERIOS PARA ELABORACIÓN DE UNA LEY MARCO PARA LA


CONSERVACIÓN DE SUELOS
Aarón Cavieres 105

FUNCIÓN SOCIAL DE UN PROYECTO DE LEY DE


CONSERVACIÓN DEL SUELO
Leopoldo Sánchez Grunert 117

POLÍTICA Y LEY DE ORDENAMIENTO TERRITORIAL PARA LA


VALORACIÓN DE LOS SUELOS EN CHILE
Antonio Horvath Kiss 120

3
"INSTRUMENTOS EMPLEADOS PARA FOMENTAR LA
CONSERVACIÓN DE SUELOS FORESTALES EN CHILE"
Samuel Francke C. 122

BASES PARA LA ACCIÓN INSTITUCIONAL DE PROMOCIÓN,


CONTROL Y FISCALIZACIÓN DE UNA FUTURA LEY DE
CONSERVACIÓN DE SUELOS
Mario Lagos Subiabre 126

INSTRUMENTOS PARA FOMENTAR LA CONSERVACION DE


SUELOS AGRICOLAS.
EL SISTEMA DE INCENTIVOS PARA LA RECUPERACION DE SUELOS
DEGRADADOS DEL MINISTERIO DE AGRICULTURA.
Patricio Grez M. 133

GUÍA DE CONSERVACIÓN DE SUELOS FORESTALES:


Una herramienta práctica para la difusión de medidas
de conservación.
Diego Alarcón A. y Jorge Gayoso A. 143

EFECTO DE LA FERTILIZACIÓN SOBRE LOS PROPÁGULOS DE


MICORRIZAS ARBUSCULARES EN UN ANDISOL
F. Borie, R. Rubio, C. Shalchli, P. Cornejo y C. Castillo 146

DISTRIBUCION DEL CARBONO EN RESIDUOS ORGANICOS Y SU


INTERACCION CON ELEMENTOS METALICOS, NUTRIENTES Y/O
CONTAMINANTES
Gilda Borie, Pedro Peirano, Jeannette Espinoza, Hugo Zunino y María Aguilera. 150

ESTIMACIÓN DE LA CAPACIDAD DE ALMACENAJE DE


AGUA DE LOS SUELOS; MEDIDAS Y VALIDACIÓN
Francisco Matus B. y Rodrigo Cazanga S. 153

EVALUACIÓN DE UN SUELO HAPLUDAND P OR MEDIO DÉ


PARÁMETROS FISICOS
José E. Cuevas Becerra ' , Achim E. Ellies Sch. 154

ACTIVIDAD MICROBIANA EN UN SUELO DE ORIGEN


VOLCÁNICO BAJO DISTINTO MANEJO AGRONÓMICO Y SU
UTILIDAD COMO INDICADOR BIOLOGICO DE CAMBIOS EN
LA FERTILIDAD DEL SUELO.
Erick Zagal'; Nicasio Rodríguez2 Lorena Quezada 158

LA MATERIA ORGANICA DEL SUELO Y


EL DESARROLLO DE PROTEACEAS CHILENAS
Carlos Ramírez García , Cristina San Martín Padovani 161

4
ALGUNOS AVANCES EN LA RELACION SUELO-PLANTA EN
SUELOS ACIDOS DE CHILE
María de la Luz Mora G., Felipe Gallardo A., Fernando Borie B. y
Rolando Demanet F. 163

ESTIMACIÓN DE LA CAPACIDAD DE ALMACENAJE DE AGUA DE


LOS SUELOS; MEDIDAS Y VALIDACIÓN
Francisco Matus B'. y Rodrigo Cazanga S. 169

GUÍA PARA EL MONITOREO AMBIENTAL DE SUELOS


Roberto Muñoz M. y Jorge Gayoso A. 173

ESTIMACION DE LA EROSION EN LA ZONA CENTRAL DE CHILE


MEDIANTE LA APLICACIÓN DEL MODELO USLE
Ricardo Honorato P. y Fernando Barrera. 177

ESTABLECIMIENTO DE INDICES BIOLOGICOS PARA DETERMINAR


ESTADOS DE DEGRADACION DEL SUELO EN LA ZONA ARIDA DE CHILE
Fernando Santibáñez O, Ma . Teresa Varnero M., Claudia Mascayano, 180

LA CERO LABRANZA, UNA TECNICA DE


CONSERVACION DE SUELOS.
Roberto Daroch P., Juan lnostroza F., Miguel Neumann K.,
Juan Pablo Vesperinas V. y Roberto Me Donald H. 184

• FLUJOS DE co 2 DEL SUELO Y su RELACION CON LA


BIOMASA MICROBIANA EN UN AGRO-ECOSISTEMA BAJO
CULTIVO INTENSIVO
ltilier Salazar, Graciela Palma y Hawer Langer 189

ACONDICIONAMIENTO ORGÁNICO PARA LA REHABILITACIÓN


DE SUELOS CON RIESGOS DE DEGRADACIÓN
Ma. Teresa Varnero'; Gustavo Silva2 ; Pablo González2 e lván Grez 194

EXTRACCION DE TIERRA DE HOJA PROVENIENTE DEL


TIPO FORESTAL ESCLEROFILO EN LA REGION METROPOLITANA
(Resumen)
Andrés Venegas y Eduardo Martínez. Universidad de Chile 198

USOS DEL LODO, PROVENIENTE DE PLANTAS DE TRATAMIENTO


DE AGUAS SERVIDAS, EN RECUPERACIÓN DE SUELOS:
Flores, P., Yáñez, C., Vera, W., Arata, P. y Garcés, J . 201

EFFECT OF PARTICLE SIZE OF PRUNING WOOD RESIDUES


OF ASIAN PEAR (PYRUS PYR/FOL/A) ON C- ANO N-MINERALISATION
IN SOILS OF CONTRASTING TEXTURES
F.J. Matus, J .B . Retamales, P. Sánchez and C. R . Maire 204

5
PROLOGO

La Sociedad Chilena de la Ciencia del Suelo organiza anualmente un evento científico,


ya sea congreso o simposio. Los simposios son convocatorias donde se presentan y
analizan los resultados y las experiencias de investigación en temáticas de la ciencia del
suelo que despiertan un alto interés porque el medio exige una solución de los problemas
inherentes al manejo del suelo. La actividad agrícola y forestal deben adecuarse a una
constante presión social y a las nuevas exigencias económicas. Esta adecuación implica
un uso intensivo pero sustentable del recurso suelo.

La protección y conservación del suelo siempre han despertado interés tanto en los
edafólogos como también en las instituciones y organismos de transferencia
silvoagropecuaria. Una protección favorece y prioriza un manejo sustentable del recurso,
pero una conservación, trata de mantener el recurso sin cambios. Es importante hacer
esta diferenciación para identificar las medidas más apropiadas.

Las investigaciones edafológicas en Chile se han orientado hacia la comprensión de su


problemática y al mejor uso y manejo del suelo. El desarrollo sustentable obliga a un manejo
equilibrado de los recursos naturales, aquí el suelo con sus funciones ocupa un rol
protagónico, porque las propiedades cuantitativas y cualitativas de muchos recursos
dependen del estado del mismo. Los sistemas ecológicos y el ambiente se modifican
desfavorablemente, cuando el suelo se erosiona o degrada. Hay muchos ejemplos de esta
modificación, que son sinónimos de estancamiento y pobreza. La protección en estos
casos, debe ser inmediata porque la recuperación de los suelos dañados se produce a
una escala que va más allá del transcurrir de una vida humana.

Existen muchas informaciones en el ámbito nacional e internacional que detallan las formas
de pérdida o deterioro del suelo. Se pueden enumerar entre ellos, la erosión hídrica y
eólica, la desertificación, la modificación de los ecosistemas debido a una sobreexplotación,
la lluvia ácida, la urbanización exagerada, el sellado que producen las vías de transporte,
el impacto de explotaciones mineras, la degradación de espacios con un turismo no
controlado y los impactos militares.

La historia enseña que el hombre siempre mostró un interés por proteger al suelo. En el
Código de Hamurabi, en edictos del Faraón Ramses 11 y en la Biblia hay referencias sobre
el cómo hacer un uso apropiado del suelo. En estos documentos se identifican también las
causas del deterioro. En América Latina con la cultura lncásica heredamos sistemas aún
vigentes para la protección del suelo.

El avance de la erosión, degradación, desertificación y contaminación de los suelos es


preocupante en muchas zonas en Chile. Tanto en el pasado como en el presente han
existido políticas de estado tendientes a fomentar el uso sustentable del suelo. Un ejemplo
son las políticas de desarrollo forestal y de recuperación de suelos degradados. Pero en
Chile al igual que en muchos otros países, la degradación de los suelos continúa con tasas
preocupantes. Las causas se deben al incremento de la presión por la tierra y a la necesidad
de obtener logros comerciales en el corto plazo.

7
Una real protección del suelo se logra cuando existe una conciencia arraigada en toda la
sociedad de que el suelo es un bien apreciable, necesario de proteger y que constituye un
recurso limitado. Por ende son bienvenida todas las políticas que traten de proteger y
recuperar suelos dañados. Una política de protección debe velar por que se cumplan todas
las funciones del suelo. El suelo como cuerpo natural es el hábitat de muchos organismos
vivos. Es el sitio donde arraigan las plantas para producir nuestra alimentación y las materias
primas necesarias para nuestro desarrollo. El suelo regula el balance hídrico y la calidad
de las aguas. Es un filtro y tampón, que actúa sobre sustancias que se vierten en él. El
suelo modela el paisaje y el espacio recreativo. Es fuente de muchas materias primas. Es
el espacio para viviendas y vías de transporte. En el se encuentra el testimonio de la historia
de la humanidad y la naturaleza. Esto es un sumario de las funciones más importantes del
suelo. El menoscabo de éstas, altera equilibrios naturales lo que a la larga, se traduce en
la pérdida de calidad de vida del hombre.

Los principios que orientan la protección del suelo son universales. Naturalmente, en
Chile o en una localidad menor, se requieren adaptaciones particulares. Estos principios
sostienen que la prevención y la recuperación son elementos de protección. La protección
debe adaptarse a las posibilidades legales, nacionales e internacionales. Por lo anterior,
deben aplicarse los sistemas de protección más relevantes. Previamente, se debe disponer
de un inventario de las zonas donde es necesario planificar. En estos principios se definen
los limites aceptables de carga con elementos nocivos. En este listado se contempla además,
cautelar los límites del sellado y de los efectos negativos de la compactación. En estos
principios está implícita la restauración de ambientes dañados y la protección del suelo
mediante un eficiente sistema de información y de concientización.

Las herramientas de prevención y protección del suelo consisten en soluciones ya probadas


y ellas deben apoyarse en los instrumentos y organizaciones existentes, por lo que los
espacios públicos deberían servir de ejemplo. Una herramienta importante es la anticipación
a los hechos cuando existen sospechas fundadas de un impacto negativo. Las regulaciones
deben ser lo suficientemente flexibles para adaptarse a las nuevas tecnologías. La actividad
silvoagropecuaria debe desarrollarse en forma armónica y equilibrada sin mutuas
intetierencias, ni menos determinadas por modas pasajeras.

La protección debe ampliarse a las funciones bióticas y abióticas del suelo. Los suelos
chilenos tienen características particulares y excepcionales, debido a la gran variedad de
climas, morfología y sustratos geológicos. Esto obliga a una investigación científica y
tecnológica más intensiva del sistema suelo. Sin embargo, a pesar de los pocos especialistas
nacionales en esta área del saber, la cantidad y calidad de la investigación demuestra una
alta eficiencia. El interés por comprender a suelos tan particulares no sólo es nacional sino
también internacional. La Sociedad Chilena de la Ciencia del Suelo ha participado en
muchos eventos internacionales donde se ha reconocido el nivel de las investigaciones
científicas y tecnológicas de sus asociados.

La protección de suelos tan particulares, como los nuestros, obliga a un mayor acervo de
información básica y tecnológica, orientada a necesidades más locales. Es necesario
intensificar la investigación de las características y las respuestas a diferentes manejos de
nuestros suelos. Debe complementarse un catastro de los suelos a una escala más
detallada, hay que cuantificar el estado del arte con que contamos actualmente. Es necesario

8
intensificar las investigaciones· sobre el comportamiento y la interacción de las propiedades
físicas, químicas y biológicas de nuestros suelos. Se necesitan más investigaciones sobre
el efecto que tienen los diferentes usos y manejos del suelo sobre otros eslabones
ambientales. Sobre el impacto ambiental que tienen los usos del suelo en el balance
hídrico, en la biodiversidad y en la belleza escénica. Sobre la capacidad de carga o tampón
a sustancias que llegan al suelo por vías directas e indirectas. Es necesario incrementar y
actualizar el conocimiento sobre la naturaleza y comportamiento de los suelos en los
profesionales del área. Es imperioso realizar programas con el fin de lograr cambios en la
conducta de todos los estamentos, en especial de los que trabajan la tierra, para mantener
el suelo en bien de futuras generaciones. Las informaciones sobre el manejo pueden
exponerse en unidades demostrativas de manejo a lo largo y ancho del país.

Para satisfacer estas ambiciosas metas de investigación se necesitan recursos. Estos son
hoy en día menguados y se concentran en algunas fuentes oficiales tanto fiscales como
privadas. Para lograr un apoyo a estas iniciativas hay que competir con otras iniciativas de
campos muy diferentes, a veces de menor impacto para el país y sus recursos. Desde
nuestro punto de vista es deseable crear un fondo específico y centralizado que cuente con
recursos financieros fiscales y privados. El objetivo de este fondo sería financiar aquellos
proyectos competitivos de investigaciones científicas o tecnológicas que sirvan para
comprender, proteger y conservar los recursos naturales en general. Este auspicio
multiplicaría iniciativas, para incrementar la información y diseñar soluciones a interrogantes
sobre el manejo y uso de los recursos naturales, incluido el suelo. Un fondo destinado a
este propósito apremia, porque las respuestas y soluciones a los problemas ambientales
no pueden postergarse, sin hipotecar el futuro.

Este simposio ha sido convocado para analizar estos problemas con diversos actores que
trabajan, administran o estudian el recurso suelo. El objetivo es recoger las inquietudes de
los distintos estamentos, para que éstas se cristalicen o se consideren como proposiciones
para un proyecto de ley de protección del suelo. Este simposio se organiza en conjunto con
CONAMA y la Sociedad Chilena de la Ciencia del Suelo. A este evento se han invitado a
exponer ponencias a los que trabajan con la tierra, representados por sus organismos
gremiales. como MUCECH, SNA y CORMA, a instituciones del estado que centralizan la
materialización de las políticas de protección de suelo como SAG, CONAF. INDAP y ODEPA.
A profesionales que investigan sobre este recurso como los que laboran en el INI A y las
Universidades, a parlamentarios especializados en el manejo de recursos naturales y otros
actores. Una diversidad de opiniones y posiciones es un aporte integrado que favorecerá
un proyecto de protección de suelos. En el transcurso de este simposio se expondrán
ponencias específicas solicitadas a los distintos expertos. Posteriormente, se formaran
mesas de trabajo para concordar en los distintos aspectos y culminar en conclusiones
válidas u aceptables.

La multiplicidad de instancias reunidas alrededor de un solo propósito es una cosa inédita


para la Sociedad Chilena de la Ciencia del Suelo. Creemos que los distintos sectores pueden
efectuar aportes muy importantes. Desde ya la sociedad compromete su cooperación en
materias donde somos capaces de brindar apoyo. Creemos que la interacción de ios
distintos estamentos es una vía expedita para lograr éxitos.

9
Doy una calurosa bienvenida a todos los participantes en este evento que inauguramos. al
mismo tiempo que agradezco su presencia y la todas las ilustres visitas aquí presentes.
Del actuar de cada uno dependen los resultados de este simposio y de los resultados de él,
dependerá lo que podamos influir en el Proyecto de Ley sobre protección de suelos.

Muchas Gracias

Achim Ellies Schmidt


Presidente SCHCS

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HISTORIAL DEL USO DEL SUELO EN CHILE

Walter Luzio Leighton


Universidad de Chile
Casilla 1004 Santiago - Chile

INTRODUCCIÓN

La historia de los suelos y de su uso en Chile es una historia que no ha sido escrita, sino
que ha tenido una transmisión oral, mediante la cual las experiencias y los conocimientos
han ido pasando desde las viejas generaciones hacia los jóvenes investigadores.
Naturalmente, la historia de los suelos no está disociada de la historia de los hombres y de
su influencia positiva o negativa sobre este recurso. Creo importante referirme a un
fragmento de tiempo que, a mi juicio, ha sido decisivo para el desarrollo de las ideas que
sobre los suelos han prevalecido por un período prolongado en Chile. Durante la década
del 60, se formaron en el país cuadros de edafólogos muy competentes, dentro de los
organismos especializados del Estado, cuya principal tarea consistía en estudiar las
propiedades químicas, físicas y mineralógicas de los suelos a lo largo de todo Chile,
confeccionar los mapas de suelos para conocer la clase de recurso que el país poseía y
finalmente dictar las normas técnicas más recomendables para el uso y la conservación
del recurso.
Durante la década del 70, hubo un cambio en las políticas del Estado que afectó
profundamente a los estudios de suelos y a sus especialistas. Se estimó que estos servicios
eran prescindibles y por lo tanto procedía su eliminación del aparataje estatal. Por decirlo
de una forma, los suelos quedaron en una suerte de indefensión pues, el Estado consideraba
que todo lo relacionado con este recurso natural, su utilización y su manejo quedaba sólo a
criterio de los particulares, no reconociendo ninguna tuición, ni reglamentación sobre el
particular.
De esta manera, después de haber estado a la cabeza en Latinoamérica en esta disciplina,
tanto por infraestructura técnica y científica como por los equipos humanos formados,
pasamos a ser el único país que no posee un Servicio de Suelos del Estado. Los equipo de
profesionales especializados se dispersaron y se perdió toda una tradición y acerbo de
información. Pero lo más grave, a mi juicio, ha sido el cambio de mentalidad que se ha ido
imponiendo a nivel de autoridades de gobierno, de los particulares y de las nuevas
generaciones de profesionales. Es decir, que todas las decisiones de los usuarios de los
suelos no quedan sujetas a ninguna reglamentación técnica y por lo tanto, se pueden
cometer los peores deterioros y las más increíbles destrucciones del recurso suelo, como
en la práctica ha sucedido, sin que nadie pueda intervenir.

La historia de los suelos

Debo aclarar que no tengo la pretensión de aproximarme ni por un segundo, al concepto de


un historiador, ni siquiera tengo la pretensión que el conjunto de hechos que les voy a
relatar sea completo y exhaustivo. Las situaciones que mencionaré sólo corresponden a

11
algunas vivencias que me han tocado muy de cerca en mi vida profesional.
Para ser justo, debo mencionar que solo conozco dos artículos, que de una manera u otra
se refieren a la historia de la Ciencia del Suelo en Chile, uno escrito por S. Alcayaga (1986),
y el otro por R. Honorato (1984), pero no conozco ninguna relación de carácter integral que
abarque todo Chile y desde los comienzos de la Ciencia del Suelo. Una manera de explicar
esta falta de historia y escasez de escritos, podría ser que nuestra disciplina es muy reciente
y no existe una verdadera perspectiva histórica para enfrentar una tarea de esta naturaleza.
Mi explicación es otra, que tal vez no sea del gusto de todos. Nadie se quiere referir a esta
historia porque es una historia de deterioro y de destrucción, es decir es una historia que no
es edificante para las nuevas generaciones ni tampoco es una historia de éxitos y logros y
porque querámoslo o no, todos tenemos algo de responsabilidad en la "masacre edáfica·•
que ha tenido lugar en nuestro país.

Qué es el suelo?

Todos hablamos del suelo o de los suelos, pero ¿estamos todos hablando de lo mismo?
¿Efectivamente tenemos el mismo concepto cuando nos referimos a los suelos?
El Profesor Ruellan, ex Presidente de la Sociedad Internacional de la Ciencia del Suelo,
manifiesta que el 99 % de las personas, incluidos los docentes y las personas que deben
tomar decisiones, lo cual es más grave aún, no saben definir el suelo. Personalmente, tuve
la triste experiencia de conocer un proyecto presentado por un investigador que trabajaba
con los recursos naturales, que planteaba el muestreo de "un suelo tipo" entre la IV y la X
Región de Chile. Obviamente ese investigador no sabía lo que era un suelo, pero era obvio
que tampoco conocía la realidad del recurso suelo en Chile.
El Dr. Blum, Secretario de la Sociedad Internacional de la Ciencia del Suelo, dice "el agua
se bebe, el aire se respira, pero el suelo no se come; sólo intuimos que nos alimenta
indirectamente". Y esta sería una de las razones por la cual el suelo es el gran olvidado del
medio ambiente. Además, el suelo no se puede ver con facilidad tal como lo hacemos con
una planta o .con un animal. El suelo no es lo que vemos en la superficie, esa es sólo la
superficie del suelo, de tal manera que para estudiarlo o simplemente verlo es necesario
excavar, hacer un hoyo, lo que representa una actividad extra, un esfuerzo adicional y un
costo también adicional que muchas veces no se ha considerado.

Situación del recurso suelo a nivel mundial

Lo más corriente en la mayoría de los países es la carencia de datos acerca de la magnitud


e intensidad de la degradación de los suelos, y esta es la razón por la cual existen muchas
controversias. De esta manera, los datos que se pueden obtener para una misma región, a
partir de diferentes fuentes, pueden ser muy variables.
En el caso del continente africano, existe una confusión entre el concepto de deterioro del
suelo y el concepto de desertificación. El primero se relaciona con procesos erosión,
salinización, contaminación, compactación y otros. El segundo, en cambio, se refiere a una
sucesión de años de sequía, tal como ocurre en el sur del Sahara, y que no implica
necesariamente un deterioro del suelo. La mayor parte de las cifras confunden ambos
procesos, por lo cual es difícil tener una apreciación real de los fenómenos. El verdadero

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deterioro del suelo proviene de la actividad humana, y estas actividades son las que no han
sido medidas ni evaluadas en su impacto sobre el recurso.
La intensificación de las prácticas agrícolas ha traído como consecuencia un acelerado
deterioro del suelo, particularmente en los países en desarrollo. El caso de Brasil, en nuestro
continente, es el más elocuente. El especialista José Pereira dice que la degradación de
los suelos comenzó en Brasil con la llegada de los europeos, es decir hace cuatro siglos. A
partir de los años setenta el proceso tuvo una enorme aceleración, a causa de la expansión
de las plantaciones de café, maíz, soja y azúcar. La intensificación y masificación de los
procesos agrícolas modificó drásticamente la dinámica natural de los suelos, en particular
los procesos biológicos, dejando a los suelos en una condición ideal para ser erosionados.
De esta manera, sólo en el estado de San Pablo se pierden entre 200 a 250 millones de
toneladas de suelo cultivable por año.
Las estimaciones realizadas por ISRIC (lnternational Soil Reference and lnformation Centre,
Holanda), señalan que el pastoreo excesivo ha dañado 6,8 millones de kilómetros cuadrados
y la deforestación 6 millones de km2 . Señala, además, que el deterioro más importante del
suelo corresponde a la erosión por agua y que este fenómeno estaría afectando a 11 millones
de km2 . La erosión eólica afectaría a 5.5 millones de km2 , en cambio los suelos afectados
por contaminación sólo cubrirían 220.000 km2. Sirva como comparación la superficie total
de Chile, que no alcanza a llegar a los 800.000 km2 (sin considerar el territorio antártico).
Según FAO, se han perdido 12 millones de kilómetros cuadrados en los últimos 50 años
exclusivamente por efecto de la actividad humana. Solamente por efecto de la gestión
agrícola se han perdido 5.5 millones de km2 y por la extracción de leña 1.4 millones de km2 .
A este ritmo de deterioro, la FAO estima para el año 2050, podrían quedar improductivas
2.5 millones de km2 de suelos que en la actualidad son cultivables.

El suelo y los cambios globales

Todas las definiciones que se pueden encontrar en los textos tradicionales y no tan
tradicionales, consideran a los suelos con relación a la producción silvo-agropecuaria, es
decir como una mezcla de material mineral, materia orgánica, agua y aire, que sirve como
sustento a la vegetación. Sin embargo, no se tiene la percepción que el suelo es un
componente más del medio ambiente, y más aún, en la mayoría de los análisis que realizan
personas e instituciones, en torno al medio ambiente se considera a la atmósfera, el agua,
y la porción biótica, es decir animales y vegetales, pero el suelo queda sistemáticamente
excluido. Incluso en el nivel educacional vemos con preocupación que aparecen carreras
de nivel universitario relacionadas con el medio ambiente, en las cuales no se enseña ni
siquiera las bases de la disciplina edafológica.
¿Porqué es necesario modificar esa idea generalizada que el suelo es un ente separado
del concepto de medio ambiente?. No solamente debemos considerar que el suelo es un
verdadero reactor biológico, aunque bastante frágil, que sustenta la vida vegetal en el planeta;
que sirve de hábitat a la mayor parte de las especies animales y que además es el mejor
filtro natural para mantener la pureza de las aguas subsuperficiales. Además de todas
estas funciones, de por sí trascendentes, los suelos participan en los grandes equilibrios
climáticos.

De acuerdo con el profesor Blum (lnternational Society 9f Soil Science) "los suelos son una

13
fuente y un pozo de gases con efecto de invernadero". Cuando, a causa de las actividades
agrícolas o cualquier actividad humana que provoque un deterioro, la erosión de los suelos
se acelera, los suelos ya no son lo suficientemente profundos ni ricos como para almacenar
el carbono, de tal manera que los suelos despiden grandes cantidades de CO2 que es
lanzado hacia la atmósfera o va a dar directamente al mar. Las estimaciones del Profesor
Blum llevan a considerar que los suelos constituyen un enorme receptáculo de gases con
efecto invernadero y que, en su humus y biomasa contienen 2,5 veces más de carbono que
toda la vegetación del planeta.
Pero, además, los suelos son responsables por un tercio de las emisiones totales de metano,
especialmente en las grandes zonas productoras de arroz y del 70% del óxido nitroso en
las zonas de cultivo intensivo donde se aplican grandes cantidades de fertilizantes
nitrogenados.

La expansión urbana y la disminución de los suelos agrícolas

En primer lugar es necesario señalar que de todos los componentes del ecosistema natural,
el suelo es el que menos protección ha recibido desde el punto de vista jurídico.
Sólo algunas normas relacionadas con la contaminación, la erosión y la degradación de los
suelos son dignas de mencionar. Pero no existe una ley general de protección de los suelos.
Una interpretación a este fenómeno, que no es original mía, se refiere a que el suelo es
objeto de riqueza patrimonial y por lo tanto significa la reafirmación del sólido concepto del
derecho de propiedad. Así, cualquier restricción impuesta a las facultades del propietario
del suelo se considera como un grave atentado en contra de los atributos inherentes al
dominio y, en consecuencia una restricción al derecho de propiedad. Situación que es
inaceptable para los defensores de este derecho.
El uso de este criterio en forma amplia ha derivado en que el propietario puede realizar
cualquier acción sobre su patrimonio suelo, tales como contaminación, salinización,
alcalinización, compactación, erosión y por supuesto venta tanto del suelo como del subsuelo,
sin que nadie pueda intervenir para detener algunos de estos hechos. Uno de estos aspectos
a los que me referiré se relaciona con el cambio de los suelos de aptitud y uso agrícolas a
suelos de uso urbano.
Con relación a la expansión urbana y la pérdida de suelos agrícolas se han generado en
los últimos años, muchos estudios relacionados con este tema, para diferentes ciudades
del país, sin embargo nadie (ni personas ni instituciones) parece reaccionar ante esta
situación. Al menos no se aprecia ninguna reacción de las entidades que tienen el poder de
decisión.
Me referiré a un estudio sobre el crecimiento urbano del Gran Santiago entre los años 1955
y 1975 y cuyos resultados salieron publicados en la prensa nacional. Este estudio señala
que entre esos años los suelos agrícolas disminuyeron en 21.000 hectáreas. superficie
que equivale al 33% de lo que existía entonces, es decir 64.000 hectáreas. Desde entonces
han pasado 25 años más, en los cuales el proceso de expansión urbana se ha acelerado
no solamente por el crecimiento de nuevas poblaciones, sino también por todo lo que
acompaña a este crecimiento, es decir, calles, parques, industria, comercio, caminos.
autopistas, alcantarillados, vertederos, tendidos eléctricos y otros servicios que se me
escapan. Y todo este complejo sistema de desarrollo humano es irreversible, es decir el
suelo que se encuentra bajo cemento se ha perdido definitivamente como un factor de

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producción agrícola, ganadera o forestal.
El argumento para contrarrestar estas ideas, es que el suelo ha aumentado su valor al
cambiar su uso de agrícola a urbano y por lo tanto ha habido una ganancia. Esto es cierto.
sólo como una verdad individual, pero no es cierto desde el punto de vista de la sociedad,
porque la sociedad ha perdido un recurso que es muy escaso. No cabe duda que el
crecimiento urbano puede ser dinámico y pujante pero no a expensas de la pérdida de una
potencialidad de producción agrícola que de por sí es muy limitada. Por esto es necesario
recordar que sólo el 6% del territorio nacional tiene aptitud agrícola; es decir el 94% de la
superficie nacional es desierto, lagos, cerros, montañas, glaciares, dunas, roqueríos y
terrenos con pendientes superiores al 100% que no se pueden utilizar con fines productivos
agrícolas.

Disminución de suelos aoricolas del Gran


5antiaoo

C. De Uso Hectárea s Disminución


1955 1975 Ha l
1 15.108 8.564 6.544 43.3
11 19.176 13.235 5.942 31,0
111 25.178 17.530 7.648 30,4
IV 4.505 3.861 644 14,3

TOTAL 63.967 43.190 20.778 32,5

Del cuadro anterior se puede desprender que la mayor expansión urbana en Santiago se
ha producido justamente en los suelos de Clase de Capacidad de Uso 1, 11 y 111, es decir
aquellos que poseen las mejores aptitudes para la producción agrícola. Llama
poderosamente la atención que los suelos sin ninguna limitación de uso (los suelos de la
Clase 1) hayan sido los más afectados.
Otro estudio más reciente (Flores y Lara, 1991 ), analizó el avance urbano de la ciudad de
Santiago entre los años 1970 y 1991 llegando a la conclusión que en ese período se habían
incorporado 14.107 hectáreas de nuevos suelos al espacio urbano. Este estudio confirmó.
una vez más, que esa expansión se produjo a expensas de los mejores suelos, ya que el
90% de esas 14.000 hectáreas correspondían a suelos de las Clases 1, 11, 111 y IV. es decir
suelos con aptitud agrícola.
Desde hace varios años que vengo subrayando este problema, sin resultados positivos.
Los ejemplos son muchos. El crecimiento de Maipú a expensas de lo que un día se conoció
como "el cordón hortícola de Santiago", de la comuna de La Florida, de Macul, sector
donde tuve el privilegio de conocer un suelo que ya no existe, tal vez el mejor suelo de
Chile, y varios otros casos.
Generalmente se dice que en Chile queda todavía una gran cantidad de suelos que no han
sido utilizado con fines productivos, y por lo tanto sólo es una majadería esto de tratar de
impedir el avance de las ciudades a expensas de suelos de buena calidad. Al respecto
quiero mencionarles un trabajo terminado recientemente, en 1999, relacionado con mapas
de suelos de la VI Región. Todos tenemos la percepción que la VI es una región netamente
agrícola con una intensa actividad en frutales, maíz, chacras en general y cultivos. Sin

15
embargo, ese estudio reveló que la intensa actividad agrícola se desarrolla solamente en el
35% de la superficie reconocida, debido a que el 65% de la superficie corresponde a suelos
de Clase V a VIII. Además se pudo constatar que el 50% de la superficie reconocida son
suelos de Clase VI 1, es decir de aptitud forestal. Si se considerara la superficie total de la
VI Región, resulta que toda la actividad agrícola se tiene que concentrar en no más del
10% del territorio.
Adicionalmente a la urbanización tradicional, ha aparecido en los últimos 15 años, más o
menos. un nuevo tipo de avance urbano disfrazado en la forma de las "parcelas de agrado".
De acuerdo con la legislación actual, la superficie mínima de subdivisión de la tierra es de
0,5 ha. Cualquier persona, no necesariamente especialista en estos temas. podrá darse
cuenta que una superficie de 5.000 m2 (o sea_ hectárea) no representa una superficie
adecuada mínima para sustentar una actividad agrícola. Por lo demás. el espíritu de la
subdivisión de los predios agrícolas no ha sido la continuidad de la actividad agrícola. Así,
hemos visto como han incrementado estas parcelas en todas las áreas próximas a las
grandes ciudades; en particular, hacia la periferia de la ciudad de Santiago. en Batuco.
Polpaico, Chicureo, Buin, Nos, Valle del Maipo y del Mapocho.
Este tema ha sido ampliamente debatido y representa puntos de controversia. En el
Parlamento descansa una ley que permite elevar la superficie mínima para la subdivisión
de los predios agrícolas sin que haya sido posible su aprobación. Algunos opositores han
calificado a esta iniciativa como "estatista", expresión que no he logrado comprender en su
significado directo o indirecto.
Un estudio reciente (Pérez, 1997) sobre la pérdida de suelo por el avance urbano en la
provincia de Chacabuco, señala que entre 1975 y 1997 se perdieron 1.582 hectáreas en
las comunas de Colina, Lampa y Tiltil. Pero, esta cifra es insignificante frente a las 24.000
hectáreas subdivididas, acogidas al D.L. 3.516, de las cuales 16.800 son de aptitud agrícola­
ganadera. Esas 24.000 hectáreas han sido subdivididas en parcelas de 0,5 hectáreas.
Considerando que aún se pudiera hacer algún tipo de actividad agrícola en esas 0,5
hectáreas, en la práctica está resultando sólo una falacia, a causa de un pI oblema secundario
que se está presentando. La demanda por estas parcelas tiene un límite y. al parecer, la
oferta la está sobrepasando, por lo cual, de las subdivisiones aprobadas, no todas las
parcelas se venden, generando un verdadero "picoteo" del territorio, de tal manera que
todas las áreas que quedan entre las parcelas vendidas están completamente inutilizados
para un uso agrícola.

La erosión de los suelos

Un estudio publicado en la revista Science acerca de la situación mundial de la erosión de


los suelos plantea que este proceso pone en peligro la futura disponibilidad de alimentos
para la humanidad. Las cifras no son alentadoras: para producir una cantidad adecuada de
alimentos se requiere 0,5 hectáreas de suelo arable per cápita; sin embargo en la actualidad
ya se dispone de solo 0,27 hectáreas y se pronostica que en 40 años más la disponibilidad
será solo de 0, 14 hectáreas, debido tanto a los procesos erosivos como al aumento
demográfico.
Según el Profesor Pimentell de la Universidad Cornell, el 80% de los suelos cultivables
está sufriendo procesos de erosión que pueden catalogarse desde moderados a severos,
debido principalmente a malas prácticas agrícolas, tales como la aradura de suelos con
más de 15% de pendiente, la labranza en el sentido de la pendiente, etc. Así, por efecto de

16
la erosión. la productividad ha decrecido entre un 12 y un 20%, en los estados maiceros de
Estados Unidos, y en un 80% en las áreas con mayor actividad agrícola de Filipinas. En
Estados Unidos, se estima que las pérdidas de suelo, por efecto de la erosión. son del
orden de millones de toneladas métricas por año. En términos económicos estas pérdidas
están evaluadas en 17 billones de dólares al año.
Cuando se habla de la erosión de los suelos, se tiende a pensar que las cifras que se dan.
cuando existen, provienen de un ánimo sensacionalista y catastrofista. Sin embargo. en
Profesor Lal de State University de Ohio, estima que las cifras son correctas y que inclusive
pueden ser superiores.
El problema de la erosión de los suelos en Chile se puede ejemplarizar con algunos pocos
casos que son lo suficientemente claros e irrefutables.
En la VIII y IX Región existen extensas áreas dominadas por suelos de color rojo y que
además son bastante arcillosos. Por lo que se les conoce como suelos Rojos Arcillosos.
Son varios los suelos que se identifican bajo este denominador común: La Serie Collipulli.
la Serie Mininco, la Serie Mirador, la Serie Trilico. la Serie Collinco. la Serie Treguaco y
varias otras más. En particular las áreas que cubren las Series Collipulli y Mininco, han sido
explotadas intensivamente en rotaciones estrechas en base de barbecho-trigo-avena y un
año de pasto natural. Según Rodríguez (1950) estos sectores habrían sido los primeros
que entraron en cultivo en el siglo 19 a causa de la numerosa población indígena que
contribuyó a despoblarlos de bosques. Sin embargo durante la segunda mitad del siglo 19
estos suelos fueron considerados como el "granero de Chile" debido a las grandes cosechas
de cereales que se producían en la zona. Estos suelos son de lomajes suaves, que en
algunos casos pueden tener pendientes de 20 a 30%. Debido a su alto contenido de arcilla.
la infiltración y la permeabilidad son lentas, por lo cual cuando se presentan lluvias intensas
escurre una gran cantidad de agua por su superficie arrastrando cantidades considerables
de suelo. El cultivo de cereales en estos suelos ha originado procesos de erosión muy
intensos, de tal manera que esa zona hace muchos años que dejó de ser "granero". En los
últimos 40 o 50 años ha habido una tendencia al cambio en el uso de esos suelos rojos
arcillosos y grandes áreas han sido plantadas con Pinus radiata (pino insigne). Más
recientemente aún, el pino está siendo reemplazado por plantaciones de Eucaliptus sp.
Pueden existir diversas opiniones en cuanto a estas plantaciones forestales, pero lo que no
se puede discutir es que este tipo de explotación ha promovido un mejoramiento en la
conservación del suelo.

El uso de suelos no agrícolas en actividades agrícolas

Esta es una de las paradojas que llama la atención a muchos extranjeros que nos visitan.
Los suelos de aptitud agrícola están siendo ocupados por las ciudades o están siendo
urbanizados y los suelos que no tienen aptitud agrícola están siendo usados en agricultura.
Debo reconocer que en varias circunstancias este "avance" o este "retroceso" de la agricultura
hacia áreas que no presentan una plena aptitud para su desarrollo, no ha sido del todo
desfavorable, tanto para el agricultor como para la protección del recurso. Aún cuando creo
que es muy prematuro para hacer una evaluación objetiva, con cifras, acerca del impacto
que estas utilizaciones han tenido en la degradación de los suelos.

En los productivos valles de la 111 y IV Región, los parronales se salieron de los valles y se
encuentran bastante encaramados en las laderas de ellos. Pero también es posible

17
encontrarlos en las terrazas más bajas, muy pedregosas, prácticamente al nivel del curso
de agua. Los suelos de las comunidades en la IV Región, que tienen pendientes superiores
al 50% han sido históricamente utilizados con cereales. En la Región Metropolitana y la V
Región han aumentado en forma notable las plantaciones de frutales, tales como paltos,
almendros y otros, en suelos que son de Clase VII de Capacidad de Uso. En las áreas
próximas a Carahue es común el cultivo de papas en suelos que tienen pe11dientes
superiores al 20%.
Sin embargo, en Socoroma y áreas próximas, en la I Región, se utilizan en cultivos en
terrazas suelos que no tienen aptitud agrícola, de tal manera que podríamos considerar
que más bien se está generando un mejoramiento del suelo, los cuales son generalmente
de pendientes excesivas y abundante pedregosidad. Este es un ejemplo escaso en Chile.
Algunas de las situaciones señaladas corresponden a formas de utilización ancestral de la
tierra transmitida por generaciones y que no necesariamente se relacionan con una presión
sobre la actividad agrícola. Otras en cambio, podrían interpretarse como una necesidad de
búsqueda de nuevas y mayores superficies de cultivo. Cabe preguntarse si esta incorporación
de nuevos suelos a la agricultura se debe a la escasez de suelos de buena calidad o
simplemente se debe a que las nuevas tecnologías de cultivo lo permiten?.
¿Porqué planteo que es prematuro hacer un balance del uso de los suelos de los cerros
con cultivos o con plantaciones?. Los estudios o reconocimientos de suelos que se han
venido haciendo en el país desde hace aproximadamente por 50 años han estado
circunscritos a los suelos de riego o que se encontraban bajo cota de canal. Por lo tanto.
nuestro conocimiento de los suelos de los cerros es nulo o, en el mejor de los casos,
rudimentario. Creo que pasarán muchos años antes que exista interés, de los particulares
o del Estado, para financiar este tipo de estudios.

La salinización de los suelos

La salinización de los suelos es un problema de gran magnitud que está afectando a regiones
o áreas muy productivas. Se trata de una degradación de los suelos que tiene aristas muy
particulares y sobre la cual se puede hablar y escribir mucho. De tal manera que sólo me
remitiré a una publicación de CONAMA (1994) y que citaré en forma textual. "Los problemas
de salinización se encuentran en los valles y oasis regados de las Regiones de Tarapacá,
Antofagasta y Atacama. También en sectores de La Serena, Coquimbo, Limarí, Colina,
Lampa y Pudahuel. Se estima que, alrededor de 34.000 hectáreas presentan salinización.
Los suelos con acumulación de sales que afectan significativamente la producción
agropecuaria se encuentran preferentemente en el norte del país.
Esta salinización no es natural sino que proviene del manejo muy intensivo al que están
sometidos esos suelos".

La desaparición del suelo

Bajo este título he querido destacar la extrema situación de deterioro del recurso suelo, en
el que ya simplemente deja de existir porque se extrae, o se levanta y se pierde. Me voy a
referir a dos casos.

18
El primero se refiere a un estudio que se hizo algunos años atrás sobre la Veranada de
Manantiales, en Farellones (Fuentes, 1993). Se trataba de un suelo orgánico, con más de
18% de materia orgánica y más de 2 metros de profundidad. En 1993, 60 vacunos
permanecían en la veranada y la masa promedio que se mantenía conjuntamente entre el
estero El Cepo y los faldeos del Cerro El Plomo llegaba a las 350 cabezas.
El autor manifestaba "el crecimiento del Histosol, es decir el suelo orgánico de la vega,
terminará cuando se alcance un equilibrio dinámico entre las fuerzas constructivas y
destructivas de tal manera que se promueva su autosustentación. Alteraciones en el sistema,
como por ejemplo disminución en el aporte de agua o sobretalajeo pueden determinar la
pérdida del equilibrio dinámico de este suelo".
Lamentablemente, el autor no contaba con la aparición de la mayor fuerza destructiva de
todas: el hombre. El suelo orgánico fue explotado para substrato de semillas y plantas de
viveros y desapareció.
El segundo caso, se refiere a la extracción de áridos y arcilla para la construcción (Conama,
1994). "La legislación vigente (Código de Minería y Rentas Municipales) permite la extracción
de áridos sin que exista una normativa respecto al tipo de suelos sobre el que se extraerá
material, ni la obligación de restituir el suelo a su estado originario". Casi con certeza puedo
decir que no existe ciudad ni pueblo en Chile donde no exista una "cantera" de extracción
de áridos y a veces más de una. De ellas se extrae el ripio para la construcción de viviendas,
carreteras u otros.
Muy cerca de la ciudad de Santiago, se encuentra la Serie de Suelos "Rinconada de Lo
Vial" que tiene la particularidad de poseer un substrato de arenas bastante bien seleccionadas
y de varios metros de profundidad. En opinión de los expertos se trataría de áridos de
buena calidad para la construcción. Tal como se podría esperar, la rentabilidad de la
explotación de esas arenas como áridos, está muy por encima de cualquier explotación
agrícola, ganadera o forestal. De tal manera que varios agricultores han vendido su subsuelo,
generando la eliminación y pérdida del suelo superficial. Es difícil predecir las consecuencias
que tendrá esta acción; por el momento, sólo se puede apreciar la elevación del nivel
freático, que en algunos sectores aflora a la superficie, y también la pérdida de la fertilidad
natural del material que quedó. De todas maneras significa la desaparición del suelo.
También se presenta la extracción del suelo para hacer adobes con los suelos que presentan
elevados porcentajes de arcilla, lo cual ha constituido un sistema de construcción tradicional
en nuestro país. Es probable que por este procedimiento no se haya producido un daño de
gran magnitud, debido a que la gente de campo, que es la que normalmente utiliza este
sistema, sabe que su sustento depende del suelo y que, por lo tanto, su destrucción le
repercutirá más temprano que tarde.

Conclusión

Es probable que la relación de circunstancias y hechos señalados en este trabajo no sea


completa. También es probable que muchas de las ideas planteadas no sean aceptadas
por todos. Pero estoy seguro que habrá unanimidad para señalar que la "masacre edáfica"
es una realidad y que más que seguir haciendo diagnósticos y pronosticando lo que ocurrirá

19
en unos años más, es necesario actuar en forma inmediata para detener el daño. Uno de
los caminos que se pueden considerar para materializar esas acciones concretas y efectivas
es, justamente, el contar con una legislación técnicamente adecuada pero que, además.
cuente con las herramientas de control que le permitan ejercer acciones punitivas y
ejemplarizadoras en aquellos casos que sea necesario. Creo que también es imprescindible
hacer ver a las autoridades que este es un recurso natural finito, tan valioso como el agua
o el aire y que su deterioro y destrucción no es problema del dueño de la tierra, sino que es
un problema de la sociedad toda. La Historia de la Humanidad nos enseña que son
numerosos los casos de culturas y civilizaciones que se terminaron, porque no supieron
cuidar de sus recursos naturales. No esperemos que esto le ocurra a las futuras generaciones
de nuestro país.

Bibliografía

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semiáridas (1950 - 1985). Sociedad Chilena de la Ciencia del Suelo. Boletín N º5:29-
106.
Anativia, C. 1999. Mapas de reconocimiento y mapas interpretativos de suelos de la VI
Región de Chile. Tesis Ingeniero Agrónomo. Universidad de Chile. 260 p. y mapas de
suelos 1: 100.000.
Conama. 1994. Diagnóstico del estado de deterioro de los suelos. En: Plan Nacional de
Conservación de suelos. Propuesta: 2 - 40 p.
Flores, R. Y Lara P. 1991. Avance urbano del Gran Santiago entre 1970 y 1991. Chile
Hortofrutícola. Vol 4(22): 28-32
Fuentes, R. 1993. Descripción de una vega-altoandina y su entorno. Región Metropolitana.
201 p más anexos y mapas. Proyecto de Tesis de Ingeniero Agrónomo. Universidad de
Chile.
Honorato, R. 1984. Desarrollo de los estudios de suelos en Chile. Sociedad Chilena de la
Ciencia del Suelo. Boletín N º4:6-30.
Pérez, M. 1997. Impacto del avance urbano-industrial y de la aplicación del D.L. 3.516,
sobre la superficie de riego de la provincia de Chacabuco, Región Metropolitana, entre
1975 y 1996. Universidad Mayor. Proyecto para optar al Título de Ingeniero Agrónomo.
217 p y anexos.
Rodríguez, M. 1950. Conservación de Suelos. En: Dirección General de Agricultura, Siete
años de Investigación Agrícola. Memoria del Ex Departamento de Genética y Fitotecnia
(1940-1947): 253-286.

20
ASPECTOS CONSTITUCIONALES DE LA PROTECCIÓN DEL SUELO

Pablo Andrés Eisendecher Bertin


Profesor de Derecho Ambiental
Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales
Universidad Austral de Chile
Casilla 567
Valdivia - Chile

Uno de los más importantes conflictos ambientales que Chile deberá resolver en el futuro
próximo. es sin duda, el de la contaminación de sus suelos, enfrentar este problema requerirá,
no sólo de la acción mancomunada del Gobierno y el sector privado y las Universidades,
sino también de una acción coordinada y precisa de los distintos actores, cuyas funciones
e intereses se vean en conflicto con ocasión de la aplicación de las diversas normas de
protección que en materia ambiental existen, y en especial de las que se dicten para la
protección del suelo.-
El problema de la contaminación del suelo, se encuentra presente en la totalidad de los
países desarrollados, como la Comunidad Europea, y Estados Unidos, y se ha transformado
en un asunto prioritario en la política ambiental de los países en vías de desarrollo como el
Chileno, que se encuentran en ciernes de iniciar una etapa industrializadora.-
En los E.E.U.U., los programas de descontaminación de los suelos es el más oneroso de
los programas de recuperación ambientales, y además, el que más procesos judiciales
genera, los costos de estos programas son cubiertos en gran parte por los privados, que
son considerados en cada caso particular como los responsables de la generación del
daño o impacto sobre el recurso suelo.-
Hasta hace los últimos tres años, era evidente que la regulación jurídica y también económica
de los suelos, y en especial de los suelos contaminados en nuestro país, era considerado
por la mayoría de los actores del escenario político, económico y social, como un objetivo
de política ambiental de segundo orden, ya que existía, y tal vez todavía persiste, la
percepción de que se trataba de un problema menos grave, dentro de las prioridades
ambientales que ciertos sectores pretendían o pretenden hacer valer como los de más
urgente modificación en el escenario de la protección del medio ambiente.-
Lo anterior unido a la progresiva expansión e internacionalización de los sectores mineros
e industrial, han puesto de manifiesto que estos problemas no son en ningún caso ajenos,
ni secundarios a nuestra realidad ambiental, sino que al contrario, han puesto en evidencia
la inexistencia de una normativa clara, coherente y moderna, que nos permita proteger,
fiscalizar y normar el uso del recurso suelo en las diversas actividades extractivas que se
efectúan en nuestro país.-
La expansión urbana, que se ha sucedido en los últimos años en la zonas que
tradicionalmente han sido destinadas a actividades industriales -basta recordar el caso de
los desechos de plomo en la ciudad de Antofagasta- de depósitos o de vertidos que
eventualmente pudieren contener elementos o sustancias nocivas para la salud de los
seres humanos, plantean ya la existencia de eventuales conflictos que en la actualidad no
cuentan con un sistema jurídico específico que las contemple, y le den una solución, que
sea a la vez justa y segura, y que permita sobre una base sólida, la creación de empresas
que con un probable impacto en el recurso suelo, puedan precisar los grados de

21
responsabilidad que tendrán en él, desarrollo de la actividad y los grados en que deberán
responder si llegase a existir una contaminación por sobre la norma que se establezca.­
Finalmente el sector agrícola, también ha demostrado tener una capacidad contaminadora
importante al usar el suelo para sus actividades. lo que puede sin duda repercutir en la
futura productividad de nuestros suelos .-
Sirva lo anterior como un antecedente, para iniciar nuestra reflexión sobre los aspectos
constitucionales de la protección del suelo, es evidente que en consideración de lo ya
expuesto hay dos tópicos que considero fundamentales para el tratamiento jurídico del
problema del recurso suelo, y que por las razones que expondremos son de gran importancia.
tanto actualmente -por la presión a que eventualmente podrían ser sometidos en la ausencia
de una normativa específica-, como a futuro -al dictarse el cuerpo de normas especial que
regulen el uso del recurso por parte de los particulares y el Estado-.-
EI primero de ellos, es sin duda evidente, y ya fue en parte enunciado en los párrafos
anteriores, el cual es que; mientras no se dicte una regulación específica, destinada a
normar con certeza los derechos y obligaciones de los agentes contaminantes del suelo,
existe un riesgo que los instrumentos de protección específicos contemplados por nuestra
legislación sean sometidos a presiones indebidas por parte de ciertos actores, con el objetivo
que se castigue una acción contaminante del recurso suelo, por parte de los Tribunales de
Justicia, sea a través de la acción de protección establecida en nuestra Carta Fundamental,
sea por la acción de daño ambiental establecida en la Ley 19.300, de bases generales del
medio ambiente.-
Sin embargo existe un segundo problema el cual puede preverse desde ya; al dictarse de
un cuerpo específico de normas que regulen la actividad de los agentes estatales y privados
que utilicen el recurso suelo, surgirán voces señalando -recordemos las polémicas respecto
del Decreto Supremo 43 que estableció la prohibición de corta respecto del Alerce- que el
establecimiento de una norma que imponga a los particulares determinadas sanciones por
contaminar o usar incorrecta o dañosamente el recurso suelo, constituiría una verdadera
expropiación o al menos un detrimento importante para las facultades del dominio de los
titulares de dichos derechos.-
Es por lo ya expuesto que es de especial importancia el determinar cuales son los límites
que se deben tomar en cuenta al momento de la dictación de la normativa que regule el uso
del suelo, ya que esta puede, bajo los parámetros existentes en la Constitución transformarse
en una verdadera ley expropiatoria, lo que podría traer como consecuencia su inaplicabilidad
en términos reales, lo que haría ilusoria los objetivos que se tuvieron en consideración al
momento de su dictación.-
Formalmente al menos debemos para los efectos de esta exposición, considerar los límites
que establece el número 24 del artículo 19 de la Constitución Política del Estado, autoriza
las limitaciones o restricciones impuestas al dominio, en efecto, la Carta Fundamental, sin
perjuicio de asegurar el pleno disfrute de los derechos y garantías que se reconocen para
todas las personas, dispone que en ciertas situaciones tales derechos pueden verse
restringidos en su ejercicio por aquellas limitaciones que son inherentes o consubstanciales
al derecho mismo, como en situaciones de excepción constitucional en que, frente a una
emergencia y, por un tiempo limitado en tanto mantiene dicha situación excepcional, se
suspende y restringe el ejercicio de algunos derechos.
En relación con el tema de que trata la presente exposición, me referiré sucintamente a las
materias vinculadas a las limitaciones o restricciones de los derechos y las consecuencias
que ello acarrea para su titular. Para ello haré referencia a los siguientes tópicos:

22
1 º En el artículo 19 Nº B º de la Constitución se asegura a todas las personas "el derecho a
vivir en un medio ambiente libre de contaminación", y con el propósito de proteger el medio
ambiente, se autoriza al legislador para imponer restricciones a los derechos lundamentales.
2º En el artículo 19 Nº 24 inciso 2º de la Constitución, luego de garantizarse el derecho de
propiedad en sus diversas especies y sobre toda clase de bienes corporales o incorporales,
se autoriza a la ley para establecer los modos de adquirir, usar, gozar y disponer de la
propiedad y para imponer limitaciones y obligaciones encaminadas a que esta cumpla con
su función social.
A continuación analizaremos brevemente, los dos primeros capítulos de limitaciones o
restricciones al dominio.-
La Constitución, en su artículo 19, asegura a todas las personas: "El derecho a vivir en un
medio ambiente libre de contaminación. Es deber del Estado velar para que este derecho
no sea alectado y tutelar la preservación de la naturaleza. La ley podrá establecer
restricciones específicas al ejercicio de determinados derechos o libertades para proteger
el medio ambiente".
Sin perjuicio de otras normas legales vigentes sobre la materia, dispersas por cierto en
diferentes y disimiles cuerpos legales, el cuerpo legal que dice relación con la norma
constitucional transcrita es la llamada "Ley sobre Bases Generales del Medio Ambiente", la
que define al medio ambiente como "el sistema global constituido por elementos naturales
y artificiales de naturaleza física, química o biológica, socioculturales y sus interacciones,
en permanente modificación por la acción humana o natural y que rige y condiciona la
existencia y desarrollo de la vida en múltiples manifestaciones". En cuanto al "medio ambiente
libre de contaminación", lo define el legislador como "aquel en que los contaminantes se
encuentran en concentraciones y períodos inferiores a aquellos susceptibles de constituir
un riesgo a la salud de las personas, a la calidad de vida de la población, a la preservación
de la naturaleza o a la conservación del patrimonio ambiental"'.
En el numerando octavo del catálogo de derechos que se reconocen constitucionalmente
encontramos la consagración de un derecho fundamental, inherente a la naturaleza humana
y, que por otro lado, y que estableció dos deberes del Estado, a saber: velar porque este
derecho no sea afectado, y tutelar la preservación de la naturaleza.
La Constitución separa claramente estos dos aspectos al consagrar esta garantía, por una
parte derecho de la persona, derecho individual, subjetivo y, por otro lado, deber del Estado.
El primero, como derecho fundamental subjetivo, se halla incluso amparado por el recurso
de protección2 y, en cuanto al segundo aspecto, como deber jurídico y carga impuesta al
Estado y sus órganos, no está obviamente incluido como posibilidad de gozar de protección
procesal como el derecho fundamental.
Este derecho a vivir en un medio ambiente incontaminado es reconocido a la persona
humana y como una consecuencia lógica del reconocimiento del derecho a la vida que ella
posee, la que debe respetarse y protegerse tanto en su integridad física como psíquica, y
significa que la persona como ser humano que es, puede exigir que se dé término a cualquier
acción que esté produciendo una contaminación en el ambiente en que esa persona vive.
En primer término, la garantía constitucional de vivir en este medio ambiente libre de

1 Articulo 1• letra m) de la Ley N• 19.300.


2 El articulo 20 inciso 2• de la Constitución Polltica de 1980, establece lo siguiente:
"Procederá también el recurso de protección en el caso del N• a• del artículo 19, cuando el
derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminación sea afectado por un acto
arbitrario e ilegal imputable a una autoridad o persona determinada.

23
contaminantes como derecho fundamental asegurado a todas las personas, presenta
algunos rasgos que son de interés para el presente estudio.
El problema de cautelar la preservación y enriquecimiento del patrimonio ambiental es una
tarea que, sin duda, compete a toda la sociedad organizada y a cada uno de sus integrantes,
pero, en la cual el Estado, como única organización revestida de autoridad y poder
suficientes, tiene deberes y funciones conducentes a la protección medioambiental y de
preservación de los recursos naturales, de manera de permitir que ellos sean susceptibles
de ser utilizados por el ser humano para la satisfacción de sus necesidades o intereses
espirituales, culturales, sociales y económicos3 .
Es evidente que en esta labor de cuidado y mantención del medio ambiente en que la
constitución reconoce un derecho de las personas, se incluye la garantía de que todo el
ordenamiento jurídico colocará sus potestades al servicio de esta exigencia, reconociendo
pues no sólo un derecho humano fundamental en el desarrollo social actual, sino que, al
mismo tiempo, imponiendo deberes que deben cumplir el Estado y sus órganos, y los
particulares.
Los deberes del Estado en esta materia, velar en primer término para que el derecho que
se asegura no sea vulnerado, significa que debe adoptar todas las precauciones y cuidados
para proteger el bien jurídico señalado, es decir, "se refiere entonces a que debe preocuparse
el Estado de prevenir antes que ocurra el hecho que vulnere el derecho. Por cierto, son
-innumerables las opciones y decisiones que la ley. la Administración y la Judicatura puedan
adoptar al respecto"•
Por su parte, d deber estatal de tutelar la preservación de la naturaleza "apunta a cuidar
que la naturaleza no seá destruida. Seamos claros: no es que las personas tengan derecho
a que la naturaleza sea preservada, sino que la naturaleza misma es acreedora a un trato
cuidadoso, contrario a la depredación de los recursos renovables o no"5.
En su inciso segundo, la norma constitucional autoriza la dictación de normas legales
protectoras del medio ambiente como un complemento necesario e indispensable de la
garantía, permitiéndose para este fin que el legislador imponga por medio de ellas algunas
restricciones especifícas destinadas precisamente a la tutela y protección del medio
ambiente, pero ellas solamente pueden afectar el ejercicio de determinados derechos, como
por ejemplo, podrán establecerse normas que en alguna medida afecten o limiten el ejercicio
del dominio, ya que para la conservación del patrimonio ambiental las considera el inciso
segundo del número 24 del artículo 19 de la Constitución como limitaciones autorizadas a
imponer por ley cuando ellas se justifiquen en pro del cumplimiento de la función social del
dominio. "Además, los preceptos legales que estamos propugnando habrán de establecer,
ellos mismos, las restricciones concretas, nunca generales, a ciertos derechos, sin que
puedan delegar la especificación de las medidas que puedan adoptarse, en otra autoridad.
Esta podrá implementar, llevar a la práctica o cumplir la preceptiva legal, pero no podrá
imponer por sí limitación alguna. El inciso segundo de este Nº 8º de la Constitución es tan
excepcional, que las normas de su ley complementaria tendrán que concebirse y tratarse
siempre con criterio restrictivo"6

3 Articulo Iº, letra r) de la Ley N• 19.300.


4 JOSÉ LUIS CEA EGAÑA, "Manual de Derecho Conslitucional", Tomo 11, 1995., no editado, p. 141.
5 JOSÉ LUIS CEA EGAÑA, "Manual de Derecho Constitucional", ob. cit., p. 141.
6 ENRIQUE EVANS DE LA CUADRA, "Loa Derechos Constitucionales", Tomo 11, Editorial Jurldica de Chile, Santiago
de Chile, primera edición, 1986. p. 159.

24
Por consiguiente, las restricciones legales pueden aplicarse únicamente a determinados
derechos o libertades, por lo que el legislador al establecerlas debe señalar con precisión
cuáles son los derechos y libertades cuyo ejercicio será limitado, fundamentando
adecuadamente los motivos que justifiquen tal determinación.
Además, es indudable que por esta vía solamente podrán ser restringidos aquellos derechos
y libertades que digan relación directa con la tutela del medio ambiente, no pudiendo, por lo
tanto, con el argumento de proteger el medio ambiente, afectar arbitrariamente cualquier
derecho, puesto que si así ocurriere, se estaría vulnerando el verdadero sentido de la
norma constitucional examinada, y los preceptos legales cuestionados podrían ser atacados
de inconstitucionalidad ante el Tribunal Constitucional antes de su promulgación o ante la
Corte Suprema, si se encuentran vigentes, para que esta los declare inaplicables para el
caso de que se trate por causa de inconstitucionalidad conforme al artículo 80 de la Carta
Fundamental.
Es aquí donde sin duda debemos realizar el primer llamado de atención, en materia de
suelos no podremos realizar una arbitraria regulación, por que esta podría significar una
vulneración a los principios establecidos en la Constitución referentes al derecho de
propiedad, sólo podríamos argumentar que en base a la función social del dominio, podría
establecerse una determinada carga a los propietarios de terrenos, y obligarlos a la
mantención de las facultades del suelo en su propiedad.-
Limitaciones y obligaciones derivadas de función social del dominio.
Con arreglo a la Constitución, «sólo la ley puede establecer el modo de adquirir la propiedad,
de usar, gozar y disponer de ella y las limitaciones y obligaciones que deriven de su función
social. Esta comprende cuanto exijan los intereses generales de la Nación, la seguridad
nacional, la utilidad y la salubridad públicas y la conservación del patrimonio ambiental"7.
Es materia reservada exclusivamente al legislador lo relacionado con la regulación del
modo o forma de adquirir, de usar, gozar y disponer del mismo, dictando las normas
pertinentes que impidan el establecimiento de diferencias caprichosas o arbitrarias que
atenten en contra del principio de la igualdad y, al mismo tiempo, que en dicha regulación
que compete únicamente a la ley, no se afecte el dominio en su esencia en cuanto al bien
sobre el que recae o en los atributos o facultades que le son inherentes a este derecho. Al
mismo tiempo es de reserva exclusiva de la ley la posibilidad de establecer las limitaciones
y obligaciones que deriven de la función social que se reconoce por la Carta Fundamental
al dominio.
El dominio permite, pues, la constitución de estas limitaciones u obligaciones que puede en
forma exclusiva instaurar el legislador, con el único propósito de asegurar su función social,
puesto que es evidente que ninguna otra finalidad justificaría estas limitaciones legales. La
Constitución no da un concepto de lo que debemos entender por «función social» sino que
se limita a señalar lo que ella comprende, esto es, "cuanto exijan los intereses generales de
la Nación, la seguridad nacional, la utilidad y salubridad públicas y la conservación del
patrimonio ambiental"ª.
Entre los factores que posibilitan la actividad reservada a la ley en punto a establecer estas
restricciones a las facultades del propietario en razón de la función de carácter social
asignada constitucionalmente a la propiedad, la referente a la conservación del patrimonio
7 Articulo 19 N• 24 inciso 2• de la Constitución Polltica de 1980.
8 Articulo 19 N• 24 inciso 2•, citado.
9
Anteproyecto Constitucional y sus fundamentos. Comisión de Estudio de la Nueva Constitución Polltica de la
República de Chile. Articulo 19 N2 3 inciso 2•, Editorial Jurldica de Chile, 1978.
10
"La Constitución Chilena», NEVILLE BALNC RE�JARD y otros. Centro de Estudios y Asistencia Legislativa,
Universidad Católica de Valparalso, Valparalso, 1990, p. 174.
25
ambiental es un bien jurídico que no fue considerado en el proyecto de la Comisión de
Estudio9 , y aparece en el texto propuesto por el Consejo de Estado'º. Esta frase, tiene por
objeto precisar y ampliar, para el derecho de propiedad, la autorización para restringir el
ejercicio de algunos de los derechos asegurados constitucionalmente que se habían
conferido al legislador en el Nº 8 del articulo 19.
Entre ambos conceptos, sin embargo, podemos señalar y constatar algunas diferencias,
ya que para proteger el medio ambiente la ley podrá "restringir el ejercicio del derecho" y,
en cambio, para que la propiedad cumpla su función social que le ha asignado la Constitución.
el legislador podrá, para cautelar la 'conservación del patrimonio ambiental», imponer
«limitaciones y obligaciones» a la propiedad. Según Evans", "la diferencia es notoria y
esta diversidad de conceptos -la misma- Pensamos que en el futuro similares controversias
volverán a repetirse, por la existencia, cada día mayor, de problemas que afectan al medio
ambiente y que requerirán de drásticas soluciones.-
Pero no cabe duda alguna que, con ello, no se trata que de esta forma pueda debilitarse a
tal punto el derecho de propiedad, con limitaciones u obligaciones de tal envergadura que
hagan ilusorio y conduzcan al desaparecimiento del derecho que se ha garantizado por el
constituyente. No puede, de ninguna manera, interpretarse el estatuto de la propiedad que
establece la Carta Fundamental, como que a través de tales limitaciones u obligaciones
que se asignen a la propiedad imponiendo cargas excesivas, se pueda arribar a una total
privación del derecho o de sus atributos esenciales que lo identifican. No es ese, sin duda,
el sentido que debemos dar a la función social del dominio, ni a la extensión de las facultades
de que se ha dotado, por la Constitución, al legislador en materia de limitaciones u
obligaciones.
El factor señalado de «conservación del patrimonio ambiental» que permite a la ley imponer
limitaciones u obligaciones por razones de función social. debemos coordinarlo con lo
dispuesto en el inciso segundo del articulo 19 Nº Bº, pues según esta última norma, el
legislador está habilitado para disponer restricciones especificas al ejercicio de determinados
derechos o libertades con el propósito de "proteger el medio ambiente". Como ya lo hemos
expresado anteriormente, en este caso se trata de restricciones "especificas" y que sólo se
autorizan respecto de "determinados derechos y libertades", de manera que en orden a la
protección del medio ambiente la actividad legislativa está encuadrada dentro de ambos
parámetros y cualquier exceso que vulnere dichos principios puede indudablemente traer
por consecuencia la declaración ex ante de inconstitucionalidad de parte del Tribunal
Constitucional o la declaración ex post de inaplicabilidad que pudiera efectuar la Suprema
Corte.
Las limitaciones y obligaciones que puedan imponerse al dominio por el legislador en razón
de asegurar que este cumpla su función social sólo pueden tener por fuente las señaladas
taxativamente por la norma fundamental, de manera que no es aceptable interpretar la
disposición en un sentido amplio, como si ella otorgase a la ley la posibilidad de limitar o
imponer obligaciones al titular del dominio invocando para ello otras fuentes diferentes a
aquellas incluidas en la disposición en análisis. Pero lo que sin duda es de vital importancia
para los efectos del estudio a que nos hemos abocado es que debemos recalcar que en
virtud de estas limitaciones u obligaciones que se pueden establecer respecto del dominio
en ningún caso es permitido, con ellas. llegar a la privación, total o parcial, de este derecho
relativo al bien sobre el cual este se ha instituido o respecto de algunos de los atributos

11 ENRIQUE EVANS DE LA CUADRA, ob. cit., Tomo 11. p. 380.

26
esenciales con que este se encuentra revestido.
Es decir, en virtud de dichas limitaciones u obligaciones no se autoriza, en caso alguno,
afectar la esencia del derecho de propiedad, con medidas que pudiera disponer el legislador
que priven o reduzcan gravemente las facultades de uso, de goce o de disposición que se
le reconocen al dueño de la cosa; dichas restricciones no pueden alcanzar al grado de
privar de la capacidad de administrar que compete al titular del derecho como consecuencia
de determinaciones de la ley que no incluyan en los bienes jurídicos que conforman la
función social del dominio.
Es necesario vincular la función social que se debe reconocer al dominio con el problema
de la "esencia del derecho", tal como lo hicieron los constituyentes en la Comisión de
Estudios de la Nueva Constitución, por cuanto, como allí se analizó largamente, pudiera
ocurrir que la ley, a quien se le entrega esta competencia, al regular el modo de adquirir o
de usar, gozar y disponer de la propiedad, o al regular en cuanto a las limitaciones u
obligaciones que se puedan establecer en razón de su función social, pudiera llegar a
limitarse a tal extremo el derecho que en la práctica signifique una privación de este referido
al bien sobre que recae o respecto de los atributos esenciales del mismo. El peligro de que
el derecho de propiedad pudiera ser de esta manera lesionado por el legislador es el que
llevó a los comisionados a establecer no sólo respecto de este derecho, sino que como una
garantía general a todos los que se reconocían y aseguraban a todas las personas, el que
los preceptos legales que se dictaren para regular o complementar las garantías que la
Constitución establece, no pudieran afectar los derechos en su esencia, ni imponer
condiciones, tributos o requisitos que impidan su libre ejercicio 12
Se entiende que la función social del dominio es. absolutamente inherente a este derecho,
de manera que no lo podemos concebir sin aquella y que mira fundamentalmente a la
obligación del titular del derecho a ejercerlo en armonía con los intereses colectivos.
"La función social de la propiedad, que mira al manejo que de ella debe hacer su propietario.
obliga a quien es el titular de este derecho a manejar, a usar, a ejercer los atributos que son
propios e inherentes al derecho, en armonía con los intereses colectivos, sin romper lo que
la comunidad estima como esencial para su desarrollo. El dueño de una casa no puede
incendiarla; ... hay diversas limitaciones que fluyen de las circunstancias de que el derecho
de dominio se ejerce dentro de una comunidad, la que debe ver armonizada la acción de
todos sus titulares... La propiedad no es un derecho arbitrario. Es cierto que la propiedad
es un derecho exclusivo, excluyente, perpetuo, pero debe ejercerse, manejarse, teniendo
presente que ese derecho confluye con otros dentro de la misma comunidad y con el derecho
de la comunidad de establecer ciertas normas. Estas limitaciones son consustanciales a la
existencia de la comunidad en su vida normal, y este derecho, además está sujeto al manejo,
a la política y desarrollo de la comunidad, ya no a su permanencia en una comunidad
mirada en un instante dado, en forma estática, sino a la dinámica social" 13
"O sea -como lo afirmara en la comisión constituyente don Pedro Jesús Rodríguez 14 -, que
la propiedad, en buenas cuentas hablando de la propiedad adquirida, no puede llegar a ser
un obstáculo para el desarrollo económico, social, cultural y gen!3ral de todo el país. Por
consiguiente, el Estado debe tener las armas suficientes, las facultades necesarias para

12
Articulo 19 N• 26 de la Constitución Polltica de 1980.
13
Intervención de don Jorge Ovalle en la Comisión de Estudio de la Nueva Constitución. según cita de la sesión
correspondiente en ENRIQUE. EVANS, ob. Cit., pp. 443 y 444.
14 Citado por ENRIQUE EVANS, ob. cit.. p. 444

27
someter el derecho de propiedad privada a estos requerimientos esenciales de carácter
social".
Se ha estimado que la función social del dominio. así concebida. presenta dos aspectos
que son distintos y que es necesario destacar para comprender cabalmente su verdadero
alcance en relación al derecho de propiedad: uno es la función social vista desde la
perspectiva del titular del derecho y, el otro aspecto. es visualizaría desde el punto de vista
del Estado. de la sociedad organizada. Porque. "¿que es lo que se quiere asegurar en
relación con el dominio adquirido? Dos cosas: una. que el ejercicio del dominio adquirido
se ajuste al interés colectivo, tal como estaba decidido y precisado en todo el ordenamiento
jurídico al tiempo de la adquisición. De manera que sólo pueda. dentro de la función social
del dominio. considerarse que debe respetar la naturaleza propia. racional del dominio de
que se trate y el interés colectivo que esté definido en el momento de la adquisición. Pero
ello no basta: se dice que además del uso natural de la propiedad en su objetivo propio y
del interés colectivo tal como lo señala el estatuto que existe en el momento de la adquisición
del dominio. el Estado. en razón de la función social de la propiedad, puede proyectar.
alterando el estatuto primitivo. tales limitaciones y tales obligaciones. que inspiradas en la
función social puedan considerarse una disminución del contenido del beneficio mientras
se lo tiene. Por eso. entonces. se ha ampliado la función social en los dos sentidos. función
social que, en realidad, obliga a tres cosas: a usar la cosa en relación racional con su
propia naturaleza: a usar la cosa en relación con el interés colectivo tal como estaba definido
al tiempo de la adquisición del dominio y, en seguida, a soportar todos los cambios que el
ordenamiento jurídico experimente en razón de limitaciones u obligaciones inspiradas E:n la
función social del dominio"' 5
Por ello, si tenemos en cuenta que la Constitución en el articulo 19. N º 24, inciso 2�. dispone
que sólo en virtud de una ley se podrán establecer limitaciones y obligaciones respecto de
este derecho y que deriven de su función social. debemos entender que no se trata de
limitaciones ·'externas·• de las facultades del dominio. sino que delimitaciones del contenido
respecto del ejercicio de estas.
Conforme entonces a nuestro sistema constitucional respecto de la propiedad. la
expropiación es el único medio constitucionalmente admitido para privar del dominio. sin
perjuicio de las excepciones expresamente previstas por la misma Constitución, cual ocurre,
verbigracia. con el comiso. la confiscación y la requisición.-
Sólo mediante una expropiación con las exigencias señaladas puede, pues. el titular del
dominio ser privado de su derecho de propiedad, respecto del bien sobre que recae. o de
uno o más de sus atributos o facultades esenciales. considerándose entre estos los de
usar, gozar y disponer a su arbitrio de la propiedad que le pertenece.
Debemos entonces precisar que la única limitación que posee la dictación de una nueva -
más bien una primera- legislación en materia del recurso suelo está constituida por evitar
que se produzca una privación absoluta de aquellos atributos que son considerados
esenciales en el dominio. ya que de otra forma se estaría atentando contra la sustentabilidad
y aplicabilidad misma de la norma.-
De ninguna forma resulta sencillo plantear conclusiones en un tema en el que abundan las
interrogantes y donde todos y cada uno de los temas que componen la protección del
medio ambiente resultan controvertidos. Es por lo anterior que sólo puedo afirmar que
estamos comenzando a recorrer el camino de la transformación de nuestra forma de percibir
las normas ambientales con relación al derecho convencional. las normas de regulación
ambiental. de protección de las aguas, los bosques y el suelo serán sin duda cada vez más
importantes en el futuro, por lo que los demás derechos serán poco a poco desplazados en
la percepción social, económica, cultural y jurídica.
15 ENRIQUE VAN DE LA CUADRA. ob. cit. pp. 449 y 450.

28
FRAGILIDAD DE LOS ECOSISTEMAS EDAFICOS.

Wilfredo Vera E.
Universidad de Chile
Casilla 1004, Santiago, Chile.

Definiciones de fragilidad:

- Propiedad que tienen ciertos cuerpos de romperse por el choque, la presión, etc., en vez
de deformarse; la presentan los cuerpos duros, los cuales se quiebran cuando la fuerza
externa que reciben provoca en ellos conmociones o vibraciones que exceden los límites
de su elasticidad. A veces la fragilidad se manifiesta en ausencia de choque mecánico
exterior, pues basta para romper ciertos cuerpos la vibración de sus moléculas llevada a
límites que exceden su elasticidad, por un cambio súbito de temperatura, por una resonan­
cia acústica, etc.
- Fácil de deteriorarse; quebradizo, que con facilidad se hace pedazos; débil, doblar, torcer;
interrumpir o estorbar la continuidad de una cosa; separar con violencia las partes de un
todo; llevar una cosa a un estado que se rompa mas fácilmente; decaimiento, falta de
fuerza; pobre, sin recursos.

Fragilidad de los ecosistemas naturales. Es la susceptibilidad que presenta a deteriorar­


se el sistem¡;¡, producto de un desequilibrio entre las variables geomórficas, climáticas y
vegetacionales que lo conforman y del uso que de ellos se hace.
El suelo cumple roles muy importantes desde el punto de vista ecosistémico: es un medio
para el desarrollo de las plantas; las propiedades del suelo son el factor principal que
controla el destino del agua en el sistema hidrológico; provee el hábitat para los organis­
mos; además es un importante material de construcción, realmente es el asentamiento
físico de toda la actividad humana.
La habilidad de una nación para producir alimentos está determinada por muchos factores
sociales, económicos y políticos, que afectan los incentivos para producir de los agriculto­
res. La producción de alimentos está afectada también por factores físicos y biológicos,
tales como:
-disponibilidad de recursos naturales, especialmente suelo y agua;
-disponibilidad de tecnología, incluyendo el conocimiento para el adecuado manejo de plan-
tas, animales y suelos;
-mejoramiento de especies vegetales y nutrición animal que responda a manejos adecua­
dos;
-insumos de producción, tales como fertilizantes, insecticidas, y agua de riego.
Cada uno de estos factores aplicados a la producción de alimentos depende del área y
calidad de los suelos, su productividad natural y respuesta al manejo (Tierra). Por lo tanto
existe una buena razón para ubicar a las propiedades del suelo en un lugar de importancia
en la lista de requerimientos para una adecuada producción de alimentos.
Las propiedades físicas del suelo controlan normalmente el uso del suelo para propósitos

29
agrícolas y no agrícolas. La naturaleza y propiedades de las partículas. su textura y estruc­
tura tienen profundos efectos sobre el desarrollo de las plantas y todo tipo de uso y manejo
de los suelos.
Las propiedades de las partículas individuales y su textura son poco controladas por accio­
nes antrópicas en terreno. Sin embargo, la estructura y la estabilidad de sus agregados se
pueden manejar y favorecer a través de selección de cultivos, rotaciones. y manejos ade­
cuados.
Los materiales coloidales controlan la mayoría de las propiedades químicas y físicas de los
suelos. Los diversos tipos de coloides orgánicos e inorgánicos en el suelo presentan una
gran variabilidad en sus capacidades de adsorción e intercambio de nutrientes y en su
habilidad para ser físicamente manipulados con propósitos agrícolas y no agrícolas.
La importancia de la materia orgánica en el suelo, bajo la perspectiva de los propósitos
agrícolas no debe ser sobreenfatizada. Es esencial en el aporte de nutrientes y tiene una
gran capacidad de alrmicenar agua y adsorber cationes. Sin embargo, los efectos indirec­
tos de la materia orgánica en la estructura del suelo, erosión. agua del suelo. aireación. y
temperatura del suelo, entre otros. pueden llegar a ser mas importantes que el efecto direc­
to como aportadora de nutrientes y agua.
La mantención de la materia orgánica en suelos minerales es el desafio mas importante en
la agricultura tradicional moderna.
Suelos orgánicos altamente productivos (Histosols), comparten algunas propiedad s con
la materia orgánica de los suelos minerales. Sin embargo. las condiciones de humedad
bajo las cuales se han formado estos suelos orgánicos. les otorgan ciertas propiedades
únicas que los hacen muy distintos a los suelos inorgánicos con altos valores de materia
orgánica. Consideraciones prácticas sugieren que el volumen del suelo. mejor que la masa
del suelo, se debe utilizar para establecer los requerimiento de manejo de los suelos con
altos valores de materia orgánica. Para los suelos orgánicos, la napa de agua debe mante­
nerse tan cerca de la superficie como el desarrollo de las plantas lo permitan, para prev nir
la erosión eólica así como también la rápida descomposición de los materiales orgánicos y
la consiguiente subsidencia del suelo.
Escurrimiento superficial y pérdidas de suelos por erosión. tienen importancia significativa
en la producción de los cultivos y en la productividad de los sistemas edáficos. en el media­
no y largo plazo. Para los diversos tipos de erosión, la mantención de la cubierta vegetal en
o muy cerca sobre la superficie del suelo es uno de los medios mas efectivos para controlar
las pérdidas de agua y suelos.
En el país se han realizado algunos esfuerzos por establecer indices de fragilidad desde
fines de la década del 70.
Estos indices consideran, en forma ponderada, la cobertura vegetal y el suelo propiamente
tal. A cada uno de estos componentes se les asocian distintas variables a las cuales se les
asignan puntajes que, segi:111 el criterio utilizado (subjetivo). de califican estas de acuerdo a
la incidencia que tengan sobre los ecosistemas naturales. Posteriormente se establece un
modelo matemático. el que arroja un valor final, que es calificado en términos cualitativos
desde indices de fragilidad inestables a estables.
Cuestionable es la representatividad de los modelos utilizados. Existe un error acumulativo
(o multiplicativo) generado a partir de la dependencia que existe entre las características.
cualidades y propiedades de los suelos, utilizadas normalmente como variables indepen­
dientes o dependientes dentro del modelo. Por otro lado, no existe una validacion de los
modelos, con bases de datos representativas, provenientes de estudios de suelos detalla-

30
dos, y la información utilizada es extrapolada a realidades muy diferentes.
La retroalimentación es imprescindible y necesaria para poder innovar en los modelos a
utilizar. Esto requiere de un importante trabajo, por los especialistas de suelo en terreno, en
la generación de las bases de datos, para posteriormente utilizar todas las herramientas
que nos ofrece la tecnología desde el punto de vista del manejo automático de grandes
bases de datos.
De acuerdo al amplio significado del concepto de fragilidad, se hace dificultoso poder esta­
blecer un criterio normativo que defina la situación de metaestabilidad de los ecosistemas
edáficos desde el punto de vista de su fragilidad.
Dado la complejidad del sistema abierto suelo, como elemento componente de los
ecosistemas naturales, el esfuerzo que debería realizarse para establecer un índice de
fragilidad debiera estar orientado al análisis de aquellos componentes cuya metaestabilidad
se encuentre en los límites de su elasticidad.
Fundamentalmente, aquellos sistemas edáficos que desde un punto de vista físico y mecá­
nico se encuentren estables, su comportamiento global se mantendrá dentro de los límites
de elasticidad para ese sistema, por lo tanto su metaestabilidad permanecerá durante el
tiempo.
La estabilidad físico mecánica de los suelos, como componente de la unidad de tierra
(Evaluación de Tierras), junto con todas las otras características del suelo (fisico-químicas,
mineralógicas, morfológicas) es función de los factores de formación de suelos.
De esto se desprende que, evaluar la fragilidad de los sistemas edáficos implica un profun­
do análisis del sistema involucrado, con objeto de establecer cuales son las propiedades.
características y/o cualidades (atributos) que se deben considerar en los diferentes mode­
los en el proceso de evaluación de la fragilidad. Cabe destacar que, aquellos parámetros
seleccionados a utilizar el modelo de fragilidad, deben ser medibles y cuantificables, de
modo que se minimice la subjetividad y relatividad en el análisis (características diagnósticas
y variables sintéticas).
Normalmente, en la caracterización rutinaria de los suelos, no se consideran aquellos aná­
lisis que entregan información directa sobre la condición mecánica espacial del pedón.
Específicamente, la determinación de los componentes axiales del comportamiento de las
partículas, podría identificar la condición de estabilidad del pedón dentro del sistema edáfico.
Antecedentes relacionados con la estabilidad mecánica de la estructura del suelo, es otro
indicador adecuado que debe ser utilizado en la calificación de la fragilidad de los sistemas
edáficos. Bajo este punto de visto, el rol que juega el tipo y cantidad de materia orgánica
del suelo definirá las características de los complejos orgánicos minerales presentes en él.
Es indudable entonces, que la mantención e incremento de la materia orgánica del suelo
asegura la metaestabilidad del sistema, disminuyendo la fragilidad.
La mantención de la metaestabilidad y la disminución de la fragilidad de los sistemas edáficos
guardan directa relación con el potencial productivo de los suelos.
El potencial productivo de los suelos existe y está en juego. Alcanzar este potencial depen­
de de la inteligencia, sabiduría y dedicación de los especialistas en suelos, en el uso,
manejo y conservación de los suelos.

31
EL SUELO COMO CONTAMINANTE:
el problema de la contaminación difusa

Dante Pinochet Tejos.


Universidad Austral de Chile
Casilla 567
Valdivia - Chile

Introducción

Cada día es más importante considerar que el manejo de los suelos desde un punto de
vista del ecosistema debe estar centrada en el éxito económico de la empresa agrícola y
en el compromiso de cuidar, o al menos mantener, la calidad de los recursos naturales. El
suelo, siendo un componente esencial de los ecosistemas terrestres puede transformarse
en una fuente contaminante cuyo grado de importancia dependerá del manejo y uso que
se realice de este recurso. Como fuente de contaminación puede afectar los recursos air
agua y el recurso suelo. en si mismo. La contaminación producida por los suelos a otros
componentes del ecosistema es conocida como contaminación difusa y es diferente de la
producida por fuentes puntuales de contaminación no en los elementos contaminantes
producidos. sino en que la magnitud de la contaminación producida depende de la superficie
terrestre de suelo desde la cual se produce el grado de contaminación. Así mismo. debe
indicarse que prácticamente no existe una forma de control curativo a la contaminación de
los suelos. salvo la de carácter preventivo de ella. Es decir. se deben establecer prácticas
de manejo de los suelos en uso agrícola, forestal. urbano y recreacional de manera que
afecten de la menor forma posible al medio ambiente. Por ello, el objetivo central de est.:i
ponencia es describir y cuantificar en lo posible los efectos producidos por inadecuado
manejo de los suelos y el pelig10 que conllevan un inadecuado manejo. Debe tenerse en
cuenta que las generalizaciones acerca de los suelos puede llevar a malas interpretaciones
de la realidad y los antecedentes recogidos en algún suelo o sitio solo pueden ser
extrapoladas a otros suelos, regiones o sitios si las propiedades relevantes del suelo son
conocidas, además de tener en cuenta otros factores medioambientales.

Contaminación del aire:

Dos problemas mediambientales son importantes a ser considerados en la contam,nacion


difusa producida por los suelos al recurso aire: efectos de la emisión de contaminantes en
la producción de la lluvia ácida y el efecto de emisión de contaminantes en el efecto
invernadero.
La acidez natural del agua de lluvia es aumentada por la presencia de dióxido de azufre
(SO,) y de óxidos de nitrógeno (NO.) dentro de la atmósfera. Las fuentes principales de
contaminación de estos compuestos proviene de centros urbanos. minería. centrales
termoeléctricas, fuentes industriales de emisión. Sin embargo, estos también pueden ser
producidos por los suelos y la contaminación difusa de estos compuestos puede ser
acelerada debido a la quema de residuos vegetales, deforestación y el mal uso de los
fertilizantes. Debido a la lluvia ácida, estos contaminantes ácidos son lavados como ácido
sulfúrico y nítrico sobre vastas áreas y pueden afectar a áreas localizadas a cien1os de

32
miles de kilómetros lejos de la fuente contaminante. La lluvia ácida es considerada como
una de las mayores responsables de la disminución de la densidad biológica y de la
biodiversidad (Wild, 1992).
En el caso de la contaminación de S se ha estimado (Houghton et al., 1990) que la quema
de bioma·sa (dióxido de S) produce a nivel mundial un flujo anual del 5% del total de las
emisiones de S y desde los suelos y plantas en condiciones anaeróbicas (sulfuro de H y
dimetil sulfuro) un 7%. La contaminación por emisiones volcánicas también produce un
7% del total de contaminación. En el caso de la contaminación por óxidos de N la principal
fuente de contaminación son los vehículos y estaciones de energía que queman fósiles
cuyo producto es óxido nítrico, (NO). En la atmósfera es oxidado a dióxido de dióxido de N
(NO2) el cual posteriormente reacciona con ozono y radicales hidroxilos produciendo ácido
nítrico (HNO3 ) (Sparks, 1995). Sin embargo, los suelos son responsables en gran parte de
la contaminación por óxido nitroso (Np). Hoy en día se calcula que el incremento de Np
ocurre a una tasa de 0.25% por año y el principal problema es su alto tiempo de residencia
en la atmósfera (cerca de 150 años). El óxido nitroso es producido principalmente por
reducción de nitratos mediante desnitrificación bajo condiciones anaeróbicas. Se estima
que su pérdida puede variar ampliamente en los suelos desde 1 a 100 kg ha-' año·'
dependiendo de las condiciones de manejo de la fertilización N y del ciclo de N en los
suelos. Por otra parte, las fuentes de emisión de amoniaco provienen principalmente de
actividades agrícolas. El amoniaco es volatilizado desde los suelos, principalmente en los
suelos neutros a alcalinos y también de aplicación de fuentes fertilizantes amoniacales.
Los abonos orgánicos (principalmente estiércoles y purines) también liberan amoniaco y
altas concentraciones están presentes en la atmósfera cerca de unidades intensivas de
producción animal. Mucho del amonio producido es adsorbido localmente en los suelos,
plantas y aguas, pero algo es derivado hacia la atmósfera donde se disuelve en el agua de
lluvia y puede formar aerosoles de sulfato de amonio y nitrato de amonio.
Es hoy ampliamente conocido que el contenido de CO2 de la atmósfera ha ido en incremento
a una tasa constante sobre el siglo pasado (Joffre, 1995). Esta es una materia de gran
preocupación debido al posible calentamiento global de la superficie de la Tierra. debido al
llamado efecto invernadero. Un aumento de la temperatura de 2-3 ºC ha sido predicha
para las primeras décadas del siglo XXI si el contenido de CO2 de la atmósfera es el doble
de su valor normal histórico. El incremento actual en el contenido de CO2 en la atmósfera
no puede ser atribuido a las pérdidas del C del suelo, por la sencilla razón de que la
declinación en el cor.itenido de materia orgánica de la vasta mayoría de los suelos cultivados
del mundo ocurrió antes de mediados del siglo XIX, mucho antes del rápido incremento en
CO2 en la atmósfera (Stevenson y Cole, 1999). Sin embargo, se estima que la emisión de
CO2 debido ala deforestación de los suelos y cambio de uso de los suelos es de 1.6 Gt año·
' (Houghton et al., 1990) lo cual representa un 23% de las emisiones totales de CO2. La
emisión neta desde el suelo sin embargo es mucho menor que de la vegetación y es
probable que sea del orden de 0.2-0.5 Gt año·'. representando entre 3 a 7 % de las emisiones
totales de CO2 (Wild, 1992).

Contaminación de las aguas

La principal causa de preocupación de la contaminación difusa causada por un mal uso de


los suelos corresponde a la contaminación de las aguas superficiales y profundas. Los

33
elementos contaminantes corresponden principalmente a los sedimentos y compuestos en
solución que son acarreados por el escurrimiento superficial de las aguas fuera del suelo y
por la percolación de las aguas que moviliza en el flujo de masas compuestos a través de
los suelos. Dos grandes preocupaciones ha causado este problema: la contaminación
relacionada con el ciclo interno y el manejo de los nutrientes en el sistema suelo y la salida
de compuestos orgánicos (fertilizantes orgánicos, pesticidas y herbicidas) utilizados en la
agricultura y el manejo forestal. Ambos procesos están relacionados con el manejo del
agua del suelo.

El movimiento de agua en los suelos

La hidrología en el ecosistema en que está ubicado un suelo es el factor principal que


afecta al comportamiento de los nutrientes y otros compuestos químicos en relación con
los problemas de contaminación de la calidad de las aguas (Pionke et al., 1996). Los dos
procesos principales causados por la precipitación incidente en un sitio determinado son:
la percolación. o el flujo a través del periil del suelo. y el escurrimiento superiicial. La
distribución proporcional del movimiento del agua a través de estos procesos depende de
la pendiente del terreno, la tasa de infiltración en los suelos y la intensidad y duración de los
eventos de lluvia y evidentemente, el manejo del riego. La tasa de percolación depende de
las propiedades físicas de los suelos. principalmente de su estructura y textura. En general
los suelos con altos contenidos de arena tienen tasas de percolación mayores que aquellos
con mayores contenidos de arcillas. Sin embargo, especial atención debe tenerse en cuenta
en relación con la materia orgánica y la microflora asociada. los cuales contribuyen al
desarrollo y mantención de una adecuada estructura de los suelos que permite el movimiento
de aire y agua en los suelos. De esta forma los suelos derivados de materiales volcánicos
presentan un comportamiento diferente a otros tipos de suelos ya que su infiltración es
mayor que otros suelos comparados de texturas similares. Los suelos con una estructura
de poros grandes percolan más rápido. Los macroporos o canales causados por las
lombrices de tierra y por las raíces en descomposición facilitan el movimiento del agua. El
tráfico animal y vehicular causa compactación en las capas superiores del suelo reduciendo
la porosidad y las tasas de percolación. Algunos suelos tienen característicos horizontes
de hardpanes y panes de arcillas bajo el horizonte de aradura. lo cual restringe severamente
el movimiento continuo hacia abajo del agua y el enraizamiento radical. El agua que percola
a capas que restringen el movimiento del agua puede moverse lateralmente en el suelo y
puede aflorar nuevamente pendiente más abajo.
La pendiente del suelo y la naturaleza y cantidad de la cubierta vegetacional determinan la
tasa de movimiento lateral a través de la superiicie del suelo y entonces. la energía de
suspensión y el movimiento de los sedimentos en suspensión y el tiempo para . que el agua
en una unidad de superiicie infiltre. La vegetación sobre y por sobre la sup eriicie del suelo
intercepta las gotas de lluvia, reduciendo su fuerza de impacto. lo cual ayuda a retener la
estructura del suelo y su habilidad a absorber agua e incrementa la percolación físicamente
haciendo más lento el flujo lateral de las aguas superiiciales. Bandas de vegetación como
barreras tampones y áreas de barrera son ejemplos de métodos usados para disminuir el
flujo lateral de aguas antes que dejen un campo o entren a un estero.
Manejo de los nu rientes en el sistema suelo
Cada elemento mineral de los suelos tiene su quimica propia en el suelo y diferentes efectos

34
sobre su disponibilidad para las plantas, lo cual configura que cada nutriente tenga su
propio nicho en el ecosistema. Aunque los nutrientes se pueden agrupar de acuerdo a
ciertos principios, los dos nutrientes de mayor preocupación son el P, como la causa principal
de la eutroficación y el exceso de N, como el mayor riesgo a la salud humana. Estos dos
nutrientes difier�n marcadamente en el origen, uso y comportamiento en el medio ambiente
(Nelson, 1999). Muchos otros minerales en el ecosistema, además de aquellos requeridos
por las plantas se pueden acumular, reciclar y transportar en los sistemas agrícolas.
Las prácticas agrícolas tienen un gran efecto en las prácticas de nutrientes tanto en forma
positiva como en forma negativa. Desde el punto de vista de sustentabilidad, las pérdidas
de nutrientes al medio ambiente y las remociones producidas por los cultivos y productos
animales cosechados necesitan ser equilibradas o ajustadas por la liberación desde los
minerales primarios del suelo (inorgánicos) de origen parental, adición de nutrientes a través
de fertilizantes y residuos y por la retención e incluso mejoramiento del contenido de materia
orgánica del suelo. Mantener o incluso mejorar el suelo y minimizar las pérdidas al medio
ambiente deben ser el objetivo principal del manejo agronómico de los agroecosistemas.
Las prácticas de manejo y uso agrícola alteran las rutas y tasas con que los nutrientes
pasan a través o son reciclados en los sistemas. Los fertilizantes y estiércoles deben ser
aplicados como suplementos al balance nutricional, especialmente en los ecosistemas
manejados. Los desperdicios humanos e industriales necesitan ser considerados en este
balance.
Si la productividad de un suelo es definida como la capacidad de un suelo a producir un
cultivo e incorpora factores físicos del suelo, el clima bajo el cual se desarrolla el cultivo, la
fertilidad natural del suelo más los elementos adicionales aplicados a través de estiércoles
y fertilizantes y las variables de manejo tales como el tipo de labranza y el sistema de
cultivo (Tisdale et al, 1993). El manejo de nutrientes altera un componente del índice de
productividad, el estatus de fertilidad del suelo (Nelson, 1999). En los ecosistemas de manejo
extensivo el N (bosques, praderas y cultivos extensivos) es eficientemente reciclado en los
ecosistemas y las pérdidas son mínimas (Folett y Wilkinson, 1995). Cuando se requiere
una mayor artificialización de los ecosistemas, fertilizantes No N a través de fijación biológica
es agregado en sistemas intensivamente manejados. Es bajo estas condiciones que la
contaminación debida a N se produce. Por su parte el P es el nutriente limitante en los
sistemas más intensivos de cultivos, especialmente en los suelos derivados de materiales
volcánicos. La cantidad de P soluble en los suelos es usualmente pequeño y las pérdidas
son mínimas a menos que ocurra erosión. En los sistemas naturales, entonces, la Naturaleza
ha basado en almacenamiento y balances la regulación de las pérdidas de éstos dos
nutrientes para los sistemas locales, tanto por un eficiente reciclaje a través de las plantas
(caso del N) y por una suficiente capacidad de almacenamiento en el suelo (caso del P).
Durante las pasadas décadas la comunidad agrícola y el público en general está cada día
más consciente de la eutroficación, o sobreenriquecimiento de nutrientes, causada
principalmente ·por la acumulación de P en lagos, reservorios de aguas y corrientes de
movimiento lento (Lemunyon y Daniels, 1998). El enriquecimiento de N contribuye a la
eutroficación de aguas salinas de estuarios y bahías y a otros problemas de calidad de
agua resultado principalmente de la lixiviación de NO3• (Nelson, 1999).
Desde hace tiempo que las preguntas no están focalizadas solo en los requerimientos de
respuesta de los cultivos. Ahora, en manejo de nutrientes y estiércoles incluye la planificación
y los procesos para minimizar las pérdidas tempranas en la aplicación de los nutrientes
después de la aplicación al suelo y el aumento de la habilidad de los suelos y sistemas de

35
cultivos a secuestrar los nutrientes por un largo plazo en un forma amigable con el medio
ambiente. Factores sociales tales como la presencia y olores de los estiércoles ahora
necesitan ser considerados. Los ingenieros agrónomos deben desarrollar nuevos métodos
para satisfacer las necesidades nutricionales de las plantas en una forma benigna para el
medio ambiente.

Fertilidad de Suelo y Medio ambiente

Está lejos de los alcances de este ensayo revisar detalles acerca de los ciclos del N y el P
excepto de unos pocos principios globales. La principal fuente natural de ingreso de N a
los sistemas corresponde a la lijación realizada por Rhizobium y otras bacterias simbióticas,
bacterias de fijación libre y algunas fijaciones por descargas eléctricas atmosféricas (Tisdale
et al, 1993). Otras fuentes son los desperdicios industriales y recaptura del N que es
emitido desde el suelo en formas gaseosas. Cuando grandes cantidades de materiales
carbonáceos son disponibles en el suelo, el N mineral es incorporado hacia la materia
orgánica y de esta forma es aminorada su amenaza ambiental (Johnston y Raun, 1998). El
método para estimar el N del suelo disponible para el crecimiento de los cultivos está
generalmente basado en su relación con la materia orgánica lábil de los suelos y la tasa
esperada de descomposición de la materia orgánica lábil, medio por el cual el N cambia a
formas disponibles (Tisdale et al, 1993).
Las habilidades para medir los potenciales problemas al medio ambiente por los suelos
comienzan como una natural extensión de los métodos de medición de N y P que es
disponible para soportar el crecimiento de las plantas. Esta cantidad es menor que el total
y es dependiente de la naturaleza química del elemento en el suelo que permite que éste
sea disponible para las plantas. El N aplicado a los suelos, independiente de la forma, es
usualmente pasado en forma rápida a N03·, forma la cual es rápidamente tomada por las
plantas, pero es muy soluble y se mueve verticalmente y lateralmente en la fracción agua.
Los N03• en los suelos pueden ser muestreados a diferentes profundidades y sus cantidades
pueden ser medidas. Pero si se mueve bajo la zona de profundidad radical, los nitratos
pueden fácilmente escapara hacia las aguas subterráneas. Cuando el N es aplicado a la
superficie del suelo puede ser disuelto por la lluvia y se mueve lateralmente hacia las
aguas superficiales.
Debido a su comportamiento en el suelo existe una pequeña capacidad de almacenaje de
N aparte de la materia orgánica acumulada en los suelos (Figura 1 ). De esta forma. lo más
deseable es aplicar N durante o justo antes de las fases activas de absorción de los cultivos
e inyectar los purines (o los estiércoles licuados) dentro de la superficie del suelo o
incorporarlos en el suelo para minimizar el movimiento lateral con las aguas de superficie y
las pérdidas por volatilización de NH3 .
La situación del P es más complicada debido a que los suelos difieren marcadamente entre
regiones debido a su material parental y el P disponible varía con las propiedades de los
suelos, especialmente su tipo de arcilla y pH. Además a bajas o moderadas concentraciones
de P éste se enlaza fuertemente con las partículas de arcilla y se mueve muy poco en la
fase acuosa del suelo por percolación o escurrimiento superficial. Sin embargo a altas
concentraciones de P disponible una mayor cantidad de P permanece en forma soluble y
puede ser movido con el agua. Los valores de test de P de suelo como límite para problemas
ambientales son mucho mayores que aquellos necesarios para el crecimiento de las plantas

36
y las aplicaciones agrícolas debido a su gran capacidad de almacenamiento (Figura 1).
Determinar los límites seguros de capacidad de almacenamiento ha sido difícil debido a
que la erosión potencial y los efectos de manejo agregan complejidad en determinar las
pérdidas tolerables del P en los suelos. Sin embargo, en muchas partes, se han establecido
normas para el límite superior de P, usualmente con pocos datos de investigación y a
menudo a niveles solo marginales por sobre el nivel suficiente para los cultivos (Nelson,
1999). Generalmente, cuando el nivel de P está en o por sobre el máximo de P, las
aplicaciones anuales están limitadas aquellas iguales a la remoción de P en los productos
cosechados (fertilización de mantención) (Rodríguez et al, 2000).
La norma de análisis de suelo para uso agrícola es determinar el P que es disponible para
las plantas , pero los test para propósitos ambientales deberían extractar todo o una alta
proporción de las fracciones de P del suelo que son suceptibles a escurrimiento superficial
directo, lixiviación o disolución de sedimentos erosionados (Moore et al, 1998; Oyarzún et
al., 1997). Esta limitación sugiere que los test de suelos para propósitos ambientales requiere
nuevas metodologías e interpretaciones (Sims et al, 1998). Por ejemplo, la profundidad de
muestreo para test ambientales debe ser superficial cuando el escurrimiento superficial es
el principal problema y mucho más profundo cuando pérdidas por lixiviación de formas
solubles es el principal problema (Moore et al, 1998).

Producclon ,.

R11,,go<l•pre0<.<t,...Cion
m•<llo11ntilel\UII

� C11pltci- a••m•._,.,.,. --+,

30 300
N aplicado (kg/ha) P disponible (mg/kg)

Figura 1. Efectos de la aplicación de nutrientes en la producción de los cultivos y problemas


ambientales. A. Nitrógeno. B. Fósforo. Adaptado desde Nelson (1999).

Sims (1996) ha propuesto un Indice de Fósforo, que es un sistema para guiar las aplicaciones
de P basado la ponderación de ocho características del suelo y factores de manejo. La
erosión potencial del suelo, el nivel actual de P (en los 15 cm superiores) y las dosis de
aplicación de P desde fuentes orgánicas son los factores que contribuyen más fuertemente
al Indice. El Indice usa coeficientes que están basados fuertemente en la experiencia de
los científicos y no en datos científicos en un análisis de multicomponentes. Pero el índice
es relativamente fácil de aprender, es relevante, y puede ser aplicado en un amplio rango
de condiciones de suelos. Los datos científicos apoyan coeficientes que muestran más
pérdidas de P del suelo por escurrimiento superficial en suelos con altos niveles de P,
especialmente en los primeros 5 cm, que en aquellos donde el nivel de P es bajo. También
las pérdidas desde suelo desnudo son mayores que aquellas donde el suelo está cubierto
por vegetación. Con una alta napa freática y una muy alta concentración de P en el suelo,
la lixiviación y movimiento lateral de aguas subsuperficiales puede contribuir con P disuelto
a aguas superficiales.

37
Contaminación con compuestos orgánicos (pesticidas, herbicidas y estiércoles)

El principal problema medioambiental es cuando una mayoría de desperdicios orgánicos


son introducidos a las corrientes de aguas, ya sea directamente a través del escurrimiento
superficial o desparramo en la superficie o indirectamente a través de lixiviación, las cuales
son las formas en que se afecta la calidad del agua (Stevenson y Cole, 1999). Agentes
infecciosos desde deshechos animales que podrían contaminar corrientes acuosas incluyen
microorganismos y parásitos que podrían causar antrax, brucelosis, encefalitis,
histoplasmosis, mastitis, la enfermedad de Newcastle y salmonelosis. entre otras. Todas
estas enfermedades son serias o fatales y la presencia de estos microorganismos en el
agua constituye una amenaza a la salud humana y animal. Además, la práctica de
desparramar grandes cantidades de estiércoles y otros desperdicios, tales como lodos
sanitarios sobre los suelos agrega un enriquecimiento en nutrientes a las aguas naturales
a través de lixiviación y escurrimiento superficial. Datos desde patios de alimentación puede
ser calculado que la aplicación de estiércoles anuales de 40 ton métricas por hectárea
podría agregar cerca de 540 kg N/ha, y los cultivos dependiendo del potencial productivo
podrían remover cerca de un tercio o la mitad de esa cantidad. El N que permanece puede
ser potencialmente contaminante de las aguas
Otro aspecto importante es el hecho de que varios compuestos orgánicos que pueden ser
considerados carcinogénicos, mutagénicos, o muy tóxicos en muy bajas cantidades pueden
ser sintetizados por microorganismos del suelo, especialmente en suelos contaminados
con elementos tóxicos. Ellos incluyen metilmercurio, dimetiarsenina, simetilselenidos y
nitrosaminas. Estas sustancias no son constituyentes normales de suelos y aguas agrícolas.
pero ellos pueden ser producidos bajo ciertas circunstancias en sedimentos acuosos y en
suelos contaminados (Alexander, 1999).

Manejo de los compuestos orgánicos sintéticos

El efecto de los compuestos orgánicos sintéticos en términos de contaminación debe


analizarse en función de las características del compuesto que es adicionado al suelo. Las
características determinantes para el efecto contaminante es su persistencia en el suelo,
su facilidad de lixiviación, su degradabilidad en el suelo, selectividad y sus efecto en la
reversibilidad de los microorganismos del suelo. Debido a la regulación ambiental en la
mayoría de los países desarrollados se busca que estos compuestos sean cada vez más
amigables con el medioambiente (Fuentes, 1992).
El mayor uso de compuestos orgánicos sintéticos para controlar pestes (insecticidas y
fungicidas) y malezas (herbicidas) ha desarrollado un particular interés desde el punto de
vista de contaminación es dos clases de compuestos orgánicos: los ácidos ésteres Itálicos
(poliesteres de ácidos dicarboxílicos benzénicos) y una amplia variedad de compuestos
orgánicos halogenados (Stevenson y Cole, 1999). Desde el punto de vista de compuestos
orgánicos sintéticos pueden ser divididos en dos tipos generales en relación a su persistencia
en lo suelos, principalmente aquellos que son biodegradables y aquellos que son
recalcitrantes (es decir, aquellos que se degradan lentamente, si es que lo hacen). La
división es en cierto grado arbitraria debido a que ciertos compuestos son biodegradables
bajo ciertas condiciones pero no en otras. Por ejemplo el grupo sintético provenientes de
los alcanos o compuestos aromáticos simples son destruidos a mucho menor tasa bajo

38
condiciones anaeróbicas en los suelos inundados o en sedimentos en condiciones
anaeróbicas que en suelos bien aireados, mientras que lo inverso puede ser cierto para
otra clase de compuestos orgánicos como el de los halogenados (Stevenson y Cole, 1999).
Uno de los mayores riesgos del uso de compuestos orgánicos sintéticos es la contaminación
directa a las aguas a través de la lixiviación de éstos desde el perfil del suelo. Por ello, un
cuidado extra debe contemplarse en el uso de estos compuestos. Dentro del grupo de
pesticidas lixiviables mucha atención debe ser considerada en el uso de Alacloro, Aldicarb,
Atrazina, Bromacil, Carbofuran, Cianazina, Dinoseb, Disulfan, Metolacloro, Oxamil y
Simazina. El otro aspecto, corresponde a la persistencia de éstos en el sistema. La
comparación de la persistencia de los pesticidas individuales demuestra la persistencia de
largo plazo de los insecticidas organoclorados. notablemente DDT. Además de las
características químicas estructurales que afectan la degradación microbial, un factor mayor
que afecta la persistencia de los compuestos orgánicos sintéticos en los suelos es la
adsorción en las superficie de las arcillas y la materia orgánica estabilizada. Los herbicidas
Diquat y Paraquat persisten en los suelos por largos períodos de tiempo, principalmente
debido a que ellos se adsorben fuertemente y rápidamente a los suelos. La adsorción
depende de la estructura química de los compuestos orgánicos y de las propiedades del
sistema suelo (tipo y cantidad de arcilla, contenido de materia orgánica, pH y tipo de cationes
de intercambio). La adsorción por la materia orgánica del suelo ha sido mostrada a ser un
factor clave en el comportamiento de los compuestos orgánicos sintéticos (Morril et al.,
1982). La adsorción de los coloides del suelo (arcilla y materia orgánica) presenta varios
problemas para determinar el destino de largo plazo de los compuestos orgánicos sintéticos
en el medio ambiente. Por ejemplo, los orgánicos adsorbidos pueden ser transportados
durante la erosión de los suelos a los lagos o los reservorios donde las condiciones de
degradación podrían ser desfavorables para la detoxificación microbial. En algunos casos
los compuestos son parcialmente degradados y pasan a formar parte de la materia orgánica
de los suelos (Bartha y Yabannavar, 1997). De esta forma son frecuentemente no
extractables por agua o solventes orgánicos y son denominados como "residuos enlazados"
cuya estructura es difícil de predecir.

Consideraciones para la ley de protección del suelo

Dentro de las consideraciones para ley de protección de los suelos debe señalarse que
gran parte de los efectos principales de contaminación difusa nacen de la erosión de los
suelos y el mal manejo del escurrimiento de las aguas superficiales. Por ello debe
contemplarse el uso de prácticas de conservación de suelos y control del escurrimiento
superficial tales como labranza conservacionista, sistemas de riego tecnificado, cultivos en
contorno, cultivos en terrazas, la protección del suelo después de la desforestación y cosecha
de árboles, cultivos de cobertura de los suelos, empastadas en los caminos de las aguas,
bandas tampones cerca de los cursos de aguas (ríos y esteros) y lagos, encauce protector
de aguas pueden proteger las aguas superficiales de la contaminación por sedimentos y
de los compuestos químicos tales como fertilizantes y pesticidas.
Se debe considerar en la legislación un plan educacional de los agricultores y el
establecimiento de los incentivos para el uso correcto de las prácticas de manejo de la
fertilización y del control integrado de malezas, plagas y enfermedades.
Se debe contemplar en la ley de protección de suelos el establecimiento de las áreas

39
sensibles de acuerdo a los ecosistemas existentes en el país y las diferentes suceptibilidades
a los riesgos de contaminación del ecosistema producida por los suelos y los límites de
carga de nutrientes de cada ecosistema acuerdo a la suceptibilidad de contaminación.
Se debe reforzar la legislación para el uso de contaminantes orgánicos, tanto en la aplicación
de estiércoles y purines como en el uso de compuestos orgánicos sintéticos.

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41
CONTAMINACIÓN DE SUELOS: LOS METALES PESADOS 1

Sergio González Martineux


lnia - La Platina
Casilla 439
Santiago - Chile

RESUMEN EJECUTIVO

La contaminación de suelos con metales pesados es uno de los procesos de degradación


ambiental que impacta más fuertememnte en la opinión pública, debido al hecho de tratarse
de un proceso irreversible, irrecuperable y que expone seres vivos a elementos de alta
toxicidad inherente. Sin embargo, el que los suelos posean contenidos nativos muy diversos
y que presenten diferentes capacidades de amortiguación de la activida metálica, que los
genotipos expuestos tengan diferentes tolerancia al estrés metálico y que posean, también.
diferentes capacidades de absorción de la carga metálica edáfica, hace que sea un proceso
degradante de difícil evaluación, tanto geoquímica como biológicamente hablando.

Los principales resultados, emergentes de los estudios de INIA, indican que:

los contenidos metálicos totales experimentan grandes variaciones en la estrata


superficial de los suelos, desde niveles bajos al sur hasta significativamente más altos al
centro y norte chico,
• tanto en valles del norte (Huasco, Elqui y Limarí) como en el sur, a partir de Tinguiririca,
la casi totalidad de los contenidos metálicos determinados correspondieron a contenidos
nativos inalterados, clasificados en la categoría 1,
• se detectó la existencia de suelos cúpricos, en valles de las regiones V (Aconcagua,
Puchuncaví y Ligua), Metropolitana (Maipo y Mapocho) y VI (Cachapoal); aisladamente, se
detectó suelos cúpricos en los valles Elqui y Tinguiririca,
* se estimó que los suelos cúpricos del Mapocho y Cachapoal tienen un origen mixto,
con contenidos nativos geoquímicamente anómales y aportes mineros adicionales. aunque
estos procesos de aporte son diferentes,
• la cupricidad de los suelos de la V Región y del Maipo sería la consecuencia de
descargas desde fundiciones de minerales (Aconcagua, Puchuncaví). de relaves ct'.1pr1cos
(Ligua) y de material particulado industrial (Maipo),

en los valles Puchuncaví, Aconcagua y Maipo, la cupricidad de los suelos va asociada
a altos contenidos dE¡! otros metales, como As, Pb, Cd y Zn en Puchuncaví y Maipo (donde
se suma molibdeno), y Cd, Pb y Zn en Aconcagua, lo que apunta a identificar orígenes
comunes,
en los valles Mapocho y Cachapoal, la metalicidad de los suelos está representada
exclusivamente por cobre, no presentando asociación -al menos, relevantes- con otros

1
Artículo basado en tema expuesto en las Primeras Jornadas sobre Suelos en el Sistema de Evaluación
del Impacto Ambiental, organizado por la Sociedad Chilena de la Ciencia del Suelo, en el CRI La
Platina (1996}.
2 Ingeniero Agrónomo, M. Se., Inve stigador Depto. Recursos Naturales y Medio Ambiente, CRI INIA­

La Platina.

42
metales,
en el valle Ligua, se comprobó la existencia de focos independientes de suelos con
acumulación de diferentes metales (Cu, Pb, Cd As), denotando orígenes distintos para
cada sitio, todos ellos relacionados con depósitos de relaves de la pequeña minería, y
mientras en los valles Aconcagua, Mapocho y Maipo, los suelos metálicos presentaron
una distribución restringida (focos sobre un fondo de contenidos tipo situación 1), en los
valles Ligua, Puchuncaví y Cachapoal, su distribución fue más masiva.

CONSIDERACIONES BÁSICAS

En los últimos años, se impuesto el concepto de desarrollo sostenible -entendido en términos


ambientales, sociales y económicos (Syers et al, 1995)- como única forma de asegurar la
viabilidad planetaria al largo plazo. Uno de los pilares esenciales de este estilo de desarrollo,
es una gestión eficiente y no destructiva de los recursos naturales renovables, entre los
que se ubica -erróneamente- los suelos.
La gestión sostenible de los suelos, cuerpos naturales vitales tanto para mantener el
dinamismo ambiental como para sustentar la producción de alimentos, se vería facilitada
por la existencia de normas de calidad, que establecieran límites al aprovechamiento
humano, con el objetivo básico de propender a preservar un estado de salud de los suelos,
acorde con sus potencialidades específicas, o sea, con sus calidades.
Los términos "calidad" y "salud" de suelos son usados como sinónimos, lo que es incorrecto.
Calidad es la habilidad de los suelos para ejecutar sus funciones -intrínsecas y extrínsecas­
en la magnitud que les son propias, lo que deriva del conjunto de propiedades físicas,
químicas y biológicas; salud sería la capacidad continuada de los suelos, de funcionar
como un sistema viviente, dentro de los límites del ecosistema al que pertenecen y del uso
dado, sostener la productividad biológica y mantener la salud de las plantas, animales y
seres humanos (Doran y Safley, 1997).
Un marco regulatorio del uso de los suelos requerirá contar con criterios de calidad, entre
ellos contenidos máximos de substancias peligrosas -como los metales pesados- y con
procedimientos de evaluación, aplicables a casos particulares. A diferencia de las aguas y
la atmósfera, los suelos presentan la particularidad de que sus propiedades asumen valores
muy diversos, aún dentro de una misma calidad, lo que inhabilita la identificación de
magnitudes asociadas a calidad.
En consecuencia, el significado biológico de una cifra es completamente distinto en suelos
diferentes. Así, un cierto contenido de un metal (p.e., 80 mg Cu/kg ss), puede tener un
significado geoquímico ó biológico distinto en suelos distintos. En lo geoquímico, lo mismo
podría tratarse de un contenido nativo inalterado (equilibrio edafoclimático) que de un
contenido alterado por causa antropogénica; en lo biológico, puede ·provenir de un suelo
enfermo (potencial productivo reducido) ó de un suelo sano (potencial productivo intacto),
debido a una capacidad específica de los suelos para amortiguar la actividad química (léase,
movilidad y/o solubilidad) de los metales El Cuadro 1 (tomado de González, 1991) grafica
claramente esta situación.
Lo anterior justifica la escasez de normas de calidad de suelos, que definan contenidos
máximos aceptables de metales en suelos; además de la toxicidad inherente al metal y la
capacidad amortiguadora de los suelos, también debe tomarse en cuenta el uso (cultivo,
ganado, forestal, indutrial, urbano), los genotipos por proteger, ya que cada uno posee un
modelo propio de respuesta al estrés metálico, y la capacidad de bioacumulación y

43
Cuadro 1. Umbrales críticos de tolerancia de cobre (UCT, mg Cu/kg ss) en suelos chilenos, calcula­
dos en ensayos en macetas por acumulación de 4 cortes de biomasa aérea de alfalfa (Medicago
saliva) (tomado de González, 1991 ).

Suelos Ori n Clasificación Text. Mineral et! MO UCT


domrlante ¾ m kg

Misceláneo Aluvial Relleno antrq,ico FA tipo 2·1 7,5 1,1 878


Releno (IV R) Mixto
La Compañia Terrazas Sandy mixed thermic A (ausente) 7,3 0,5 46
1
(IVR) Marinas typic Torrapsamment
Cticurao Sedimentos Fine montrnorilonitic A montrnori• 7,0 1,8 1290
(R.M.) Lacustrinos Th ermic paexerollic llonita
Chromaxerert 1

Buin (R.M.) Sedimentos Sandy loam rrixed FL tipos 2:1 y 7,1 0,3 >1 600
1
Aluviales Thenrric fluventic 2:2 1
Xerochrept
Graneros Sedimentos FA tipos 2·1 y 7,5 2,2 1.029
(V R) Aluviales 2.2 1

Pihuchén Roca Mesic dystric A caolinita 5,5 0,5 < 30


(VIR) Granítica Xeropsammenl 1
Cauquenes Roca A ca olinita 5,4 1,1 47
(VII R) Granñica
Arenales Arenas Arena ausente 6,3 1,3 126
(VIII R) Vot:ánicas
Santa Bárbara Cenizas Ashy medial mesic FL alófana 6,1 14,5 900
(VIII R) Vot:ánicas typic Dystrandept
Cotlipulli Cenizas Fine mesic xeric A mela· 5,5 2,8 62
VIII R) Vot:ánicas Paleumun haloisita
Nahueltuta Rocas intergradien• 5,3 13,0 820
(IXR) Metamórficas L tes, illtta

biomagnificación del metal. Así, en este caso, hay que considerar las siguientes constantes
ecotoxicológicas:
nivel crítico de toxicidad3 , máxima concentración de un metal en suelos. inocua para
los vegetales directamente expuestos, y
nivel crítico de bioacumulación•, máxima concentración de un metal en suelos, inocua
para todo individuo de la trama trófica y potencialmente expuestos a la carga metálica
contaminante que avance por ésta, luego de su absorción y acumulación por el eslabón
productor.

El ingreso de una carga metálica -adicional a la "normal"- a la cadena trófica, se conoce


como biomagnificación y se caracteriza por aumentos de la concentración metálico, de un
orden de magnitud entre eslabones consecutivos. Por ello, mientras más extensa sea la
trama trófica, mayor será la concentración metálica y la probabilidad de emergencia de

3
Definido como la concentración metálica en suelos, que se asocia a un 10% de caída de crecimiento
vegetal.
4
Por extensión del concepto, sería la concentración metálica en suelos, que se asocia con un
detenninado % de incremento (por definir) de la concentración foliar del metal.

44
efectos tóxicos en poblaciones de eslabones posterioes.

METALES PESADOS

Existe una fuerte sensibilidad social, por la contaminación de suelos con metales pesados,
la que es calificada como irreversible, irrecuperable y de alto riesgo fito- y zoo-tóxico, debido
a la concurrencia de los siguientes factores de riesgo:
• una alta toxicidad inherente de los metales pesados, unos más que otros,
una nula degradabilidad (bio ó quimio) ambiental de éstos.
una prolongada residencia en suelos del aporte metálico contaminante, generalmente
por sobre superior a los 100 años, lo que facilita el incremento paulatino ante aportes
continuados, prolonga el tiempo de exposición y aumenta el espectro biológico expuesto, y
la baja factibilidad técnica y el alto riesgo ambiental de las técnicas de remoción de
metales contaminantes desde suelos afectados,

Sin embargo, no puede olvidarse un hecho fundamental: a diferencia de residuos de


substancias artificiales, los metales pesados son componentes naturales y ubicuos de la
corteza terrestre, por lo que la exposición de los seres vivos a éstos es permanente
(especialmente, a través del consumo de agua y alimentos y de la respiración) y forman
parte normal de sus organismos. Por ello, debe asumirse que el riesgo ambiental de los
metales pesados está vinculado a una exposición excesiva a metales, tanto en contenidos
como en duración, generalmente adicionales y aportados por acción humana.
Las principales actividades humanas emisoras, son la minería metálica (justamente, la
principal causa en Chile), la combustión de fósiles, la industria (metalúrgia, electrónica,
química, manufacturare), la agricultura (por insumos, como fertilizantes fosforados y lodos
de plantas de aguas servidas), la red de distribución de agua potable (cañerías de cobre),
aparejos de pesca y caza deportivas y la industria militar (Alloway, 1995a). El peso relativo
de cada una dependerá del nivel de industrialización: en países desarrollados, las más
importantes son las descargas industriales y la aplicación de lodos a suelos, mientras que
en países en desarrollo, los principales aportes se asocian a la explotación de recursos
naturales (básicamente, minería). La red de agua potable es importante en ambos casos.
¿Qué son los metales pesados?. Se trata de elementos químicos, con densidad mínima de
5-6 veces la del agua, que representan casi todos los grupos del sistema periódico (Martin
y Coughtrey, 1982; González, 1994a; 1994b) y se presentan en la corteza terrestre,
generalmente en contenidos <1.000 mg/kg (cuadros 2 y 3), por lo que, también, se les
denomina elementos trazas o microelementos. Según Alloway (1995b), Davies (1995),
Keller et al (1992) y Sampling (1980), los minerales primarios son una fuerte condicionante
de la composición de los suelos y, por ende, de sus formas solubles y activas en los suelos.
Las excepciones están representadas por la ocurrencia de sitios de mineralización metálica
superficial (con una gran abundancia de algún metal y donde sólo sobreviven poblaciones
de especies vegetales tolerantes), la condición de macroelementos del Si, Al, Fe y Mn, en
la corteza terrestre (contenidos> 1.000 mg/kg ss), y la condición de metal liviano (densidad
<5 g/cc) de algunos elementos, como Al, Ba, Cs, Li y Si.
Desde el punto de vista biológico, algunos metales tienen una participación específica e
insubstituible en determinados procesos fisiológicos, siendo esenciales para la ocurrencia
completa de éstos; la carencia de ellos es, entonces, incompatible con la vida. Debido a
que los vegetales los requieren en cantidades mínimas, se les denomina también

45
Cuadro 2.Concentración de metales en rocas (mg/kg)

Rocas Magmáticas Rocas Sedrnentarias


�lemento Metálicas Intermedias Acidas Sedimentos Arenas Limonita y
arcillosos Dolomita

Ag 0.06 0.1 OD4 0.07 0.25 0.12


k:d 0.3-0.22 0.13 0.09-0.20 0.22-0.30 0.05 0.035
ví 170-200 15-50 4-25 60-100 20-40 5-15
ICu 60-120 15-80 4-30 40 5-30 2-10
IFe 10 % 4% 2.5% 3.5 %
Hg 0.04 0.06 0D8 0.18-0.4 0.04-0.10 0.04-0.05
�An 1200-2000 500-1200 350-600 500-850 100-500 200-1000
Mo 1.0-1.5 0.6-1.0 1-2 0.7-2.6 0.2-0.8 0.16-0.40
Pb 3-8 12-15 15-24 18-25 5-10 3-10
'n 80-120 40-100 40-60 80-120 15-30 10-25
Tomado de: Alloway (1995b), Kabata-Pendias y Pendías (1984), González (1994a)

micronutrientes; mientras unos (Cu, Fe, Mn, Mo, Zn) son esenciales a todos las plantas,
otros (Na, Si) lo son sólo para algunas especies. Entre los animales, la lista de micronutrientes
es más frondosa (Alloway, 1994).

Los metales esenciales tienen en común ser ce-factores de enzimas involucradas en diversos
procesos, como reacciones redox, fotorespiración, glicólisis, fotólisis, metabolismo de
proteínas y carbohidratos, fijación simbiótica de N2 y reducción de NO3·; la excepción sería
el Si, que tendría un rol estructural: el ácido silícico reacciona con precursores de la síntesis
de lignina, para formar complejos mono, di o poliméricos (Mengel y Kirby, 1987).
Para un conjunto importante de metales, como As, Cd, Hg, Li, Ni, Pb, Se, V, W y Zr, no se
ha comprobado una acción fisiológica específica, no obstante el ser absorbidos normalmente
por las plantas, desde el suelo, y tener participación comprobada en una serie de reacciones
bioquímicas, aunque sin la condición de esencialidad.
La esencialidad de un elemento es importante, al momento de definir el riesgo ambiental
asociado a un proceso de contaminación ambiental. Considerando que el establecimiento
de una población, en un lugar dado, sólo será posible si los contenidos metálicos se
encuentran en un rango que va de un mínimo de subsistencia a un máximo de letalidad
(Baker y Walker, 1989), y que, para los no esenciales, el mínimo de subsistencia es cero,
es evidente que el riesgo de toxicidad sea mayor cuando el contaminante es un metal no
esencial.

METALES PESADOS EN SUELOS

Es corriente escuchar hablar de "contenidos normales" de metales, para referirse a


contenidos consistentes con rangos de valores publicados en Europa o EUA y vinculados a
estados de no contaminación. Ello es erróneo, pues no hay un contenido "que debe ser" y
tan normal (entendido como sinónimo de natural) es un valor frecuente de un metal como

46
otro menos frecuente. En general, los contenidos de metales en suelos caen en alguna de
las siguientes categorías:

categoría 1: suelos con contenidos nativos inalterados y dentro de los rangos más
frecuentemente publicados (p.e., Cu, Pb ó Zn, entre 1 O y 50 mg/kg; As, entre 5 y 20 mg/kg;
Cd ó Mo <1 mg/kg); para estos suelos, cabría esperar un perfil metálico uniforme en
profundidad y no efectos tóxicos,
• categoría 11: suelos con contenidos nativos inalterados y por encima de los contenidos
máximos de los rangos más frecuentes (p.e., Cu, Pb o Zn >100 mg/kg; As >25 mg/kg; Cd ó
Mo >1 mg/kg); suelos geoquímicamente anómalos (generalmente, suelos de sitios
mineralizados), con perfiles metálicos uniformes en profundidad y que pueden inducir
toxicidad en plantas introducidas, y
categoría 111: suelos con contenidos geoquímicos incrementados por aportes exógenos;
se trata de suelos con perfiles metálicos discontínuos, con acumulación de aportes exógenos
en superficie y entre los cuáles es posible distinguir los siguientes casos:
• contenidos finales, similares a los suelos de la categoría 1, para los que no cabría esperar
efectos tóxicos, ó
• contenidos finales, similares o superiores a los suelos de la categoría 11, esperándose
daños tóxicos en plantas nativas ó exóticas.

En consecuencia, se deduce que la emergencia de efectos tóxicos -para un mismo genotipo


expuesto- se asocia. en primer lugar, con el contenido. No obstante, el origen metálico es
un factor condicionante de segundo orden, por la relación con la disponibilidad del metal en
los suelos; se sabe que contenidos metálicos antrópicos tienden a manifestar una mayor
movilidad (léase, actividad química y biodisponibilidad) que los de origen geoquímico y, por
tanto, sus cargas. son más tóxicas que las nativas.
De lo anterior, se desprende que una cifra determinada de concentración metálica en suelos,
no tiene significado geoquímico ó biológico, si se presenta carente de otros datos. Para
asignar origeñ y/o estimar el riesgo ecotoxicológico asociado a una concentración específica,
debe contarse con información sobre:
el perfil metálico de los suelos,
la distribución del metal en superficie (curvas isocuánticas),
un análisis comparativo de estadígrafos (rangos, promedios, medias geométricas,
percentiles), y
antecedentes generales del área, como insumos agrícolas usados (fertilizantes
fosforados, lodos), existencia de yacimientos metálicos y/o sitios de mineralización metálica,
y existencia de fuentes fijas contaminantes, entre otros.

Cabe relevar el hecho que, si bien pueden orientar acerca de la geoquímica natural de un
área o denunciar aportes contaminantes, los contenidos totales de metales en suelos no
tienen valor biológico, ya que la emergencia de efectos tóxicos es función de la exposición
de seres vivos a las fracciones metálicas biológicamente activas y no al contenido total. La
identificación y cuantificación de la fracción biológicamente activa es un problema no resuelto.
por lo que se sigue usando el contenido total, como indicador de riesgo tóxico.
Las plantas absorben metales desde la solución suelo, donde dominan las formas iónicas.
Según Peijnenburg et al (1997), la oferta edáfica de formas metálicas disueltas, depende
mayormente de factores abióticos (propiedades de los suelos), mientras que la absorción

47
por las plantas es un proceso que depende de factores bióticos (especie-dependiente).
Así, por un lado, los suelos tienen una capacidad específica de oferta metálica lábil ó
relativamente lábil y, por el otro, las plantas tienen estrategias específicas para aprovechar
dicha oferta.
En rigor, lo presente en la solución suelo es lo inmediatamente disponible y directamente
absorbible. Ésto ha generado intentos por adaptar a suelos, modelos como el Free Ion
Activity Model (FIAM), elaborado para predecir la conducta de iones libres en ambientes
acuáticos (Campbell, 1995), y el GEOCHEM, que permite estimar el pool soluble de un
metal, instantáneamente a disposición de las raíces (Davies, 1992).
Pero, esta fracción metálica no es un predictor absoluto de la oferta metálica activa de un
suelo; sólo es la "punta del iceberg" de lo que podría ser absorbido, resultante de un complejo
sistema de equilibrio entre las distintas fracciones sólidas y la solución suelo (Figura 1 ). Se
trata de un sistema que, mediante el desplazamiento de fracciones metálicas desde formas
menos solubles, tiende a mantener constante la concentración metálica en la solución
suelo (Gupta, 1991); por ello, también, deberían considerarse en la fracción disponible
(Peijnenburg et al. 1997).
Por otra parte, la absorción de metales no se explica sólo por razones abióticas, químicas.
Si fuera así, ya se habría solucionado el problema de predicción de la disponibilidad de
metales pesados, mediante la simple aplicación de ensayos químicos y búsqueda de
extractantes que simulen la capacidad radical absorbente. Modelos basados en
características de suelos y/o equilibrios químicos, son limitados en sus potenciales de
predecir biodisponibilidad y absorción de metales (Peijnenburg et al (1997).
Una razón de esta limitación, es que la absorción por las plantas es un proceso biológico,
que se rige, básicamente, por la capacidad de absorción, que se modifica en respuesta a
condiciones del medio externo y que opera sobre una determinada oferta de metales activos

Raíces
Absorción por
plantas
Lluvia Fase Sólida
Drenaje Adsorción
Fertilizantes Complejación
Acidez en lluvia

Aire del Suelo Fase Sólida


Oxígeno Minerales, arcillas,
C02 otros
Solubilidad
Fase Sólida
Orgánica
Biosíntesis
Biodescomposición

Figura 1. Dinámica de los metales pesados en suelos (Gupta,1991)

48
que hace un suelo,. Nunca, un extractante podrá simular la acción absorbente de las raíces,
especialmente por ser acción cambiante.
Las raíces no son receptoras pasivas en la absorción. Cada especie posee una capacidad
propia de reducir el pH en su entorno inmediato, a objeto de solubilizar fracciones metálicas
adicionales. Determinaciones de pH sobre la superficie radical han dado valores menores
hasta en una unidad que el existente en el suelo, a 0,5 y 1 cm de distancia (Davies, 1992).
Esta capacidad acidificante es especie-dependiente, lo que restringe la utilidad de
extractantes ó modelos.
Finalmente, debe considerarse que las raíces no sólo absorben desde la solución suelo.
Davies (1992) cita las conclusiones de varios científicos, sobre la existencia de capas de
mucílagos que recubren las raíces y que ligan metales, en el orden Pb>Cu>Cd; ello conduce
a una alteración del flujo de iones hacia las raíces, con respecto a los contenidos en el
suelo y a la selectividad de las plantas, mayor a medida de una mayor atracción ligando.

CONTENIDOS TOTALES DE METALES PESADOS EN SUELOS DE CHILE

Entre 1981 y 1996, el CRI INIA-La Platina desarrolló tres estudios prospectivos del contenido
total5 de algunos metales pesados (As, Cd, Cu, Mo, Pb y Zn) en la estrata superficial (0-
20cm) de suelos aluviales, entre los ríos Huasca (111 Región) y Simpson (XI Región) (INIA,
1986, 1990; González, 1994a, 1994b; González y Blaser, 1997; Blaser, 1996; González
et al, 1997). Dos estudios contaron con el financiamiento del FIA y el tercero formó parte de
un Proyecto INIA-BID.
Entre otros, los objetivos de estos estudios fueron identificar áreas con contenidos anómalos
Cuadro 3. Contenidos de metales pesados en suelos y rocas (mg/kg) (tomado de González, 1994a)

Elemento Rango en suelos Promedio en rocas

/\rsén1co O, 1 • 40
Boro 2,0 - 100
Cadmio 0,01 - 1 0,2
Cinc 10,0 • 300 70
Cobalto 1,0 - 40 25
Cobre 2,0 - 100 55
Cromo 5,0 -1000 100
Estaño <1,0 • 10 2
Estroncio 50,0 -1000
Fluor 30,0 • 300
Hierro 1-105 • 2-106 6-10''
Libo 5,0 - 200
Mercurio <0,01 • 0,5 0,08
Manganeso 100,0 -4000 950
Molibdeno 02 5 1,5
Níquel 5,0 • 500 75
Oro 0,05
Plata 0,01 • 5 0,07
Plomo 2,0 - 200 13
Selenio 0,1 2

5
Contenido metálico removido de los suelos, mediante digestión con HCI concentrado y en
caliente

49
de metales pesados y estimar sus orígenes más probables. Cinco metales fueron estudiados
en todas los valles (Cu, Pb, Zn, Cd, Mo), siendo otros determinados aisladamente en algunas
de las áreas (As en Ligua y Puchuncaví; Fe y Al en Huasco).

Cobre

La Figura 2, que presenta el perfil longitudinal del contenido total de cobre. entre las regiones
111 y XI, permite identificar la ocurrencia de situaciones distintas, tanto en cuánto a contenidos
como a amplitud de rangos de contenidos, por unidad agroecológica (léase, valle). En
general, se identificó las siguientes situaciones:
* valles con contenidos máximos, comparativamente bajos (básicamente, de Mataquito
al sur y del Limarí al norte),
• valles con contenidos máximos, comparativamente medianos (algunos valles entre
4000 �-�- Figura 2. Perfil de Cu total en suelos (generaQ
E 3500 -l-----"----, 1----'----'--�-------------1
o
o
é_3000 .¡._______--/
oMáx
'a, 2500 _¡_________¡ ■ Perc-50

2000 .¡.__:.::......__:____¡ ■ Mín

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w5- E o c. o:: c.
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o::

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:::;
u
Q. "' � X E
üi

Ligua y Tinguiririca), y
• valles con contenidos máximos, altos a muy altos (específicamente, valles Aconcagua,
Puchuncaví, Mapocho y Cachapoal).

Estas diferentes condiciones hicieron necesario dividir el área de estudio en tres categorías,
a saber: a) suelos con contenidos máximos hasta 100 mg/kg, b) suelos con contenidos
máximos entre 101 y 500 mg/kg; y c) suelos con contenidos máximos desde 501 mg/kg.
Contenidos hasta 1 00mg/kg. En el primer caso (Figura 3), que agrupa los valles Huasco,
Limarí y todos los de Mataquito al sur, fue posible asumir que se trata de suelos con
contenidos totales en la categoría 1 (contenidos en rangos más frecuentemente publicados),
por lo que se dedujo que se trataba de contenidos nativos, no ó levemente alterados por
aportes antrópicos: el análisis valle a valle indicó una uniformidad en los estadígrafos
empleados: generalmente, el percentil-50 se ubica en una posición media del rango de
contenidos medido, lo que responde al hecho de existir una distribución homogénea del
metal, sin la existencia de sitios con altos ó bajos contenidos.
Contenidos 101-500mg/kg. En el segundo caso (Figura 4), que agrupa los valles Elqui,
Ligua, Maipo y Tinguiririca, se identificó dos condiciones distintas, a saber:
una, del valle Elqui, donde el percentil-50 cae en un punto intermedio entre los valores
máximos y mínimos del valle, denotando una regularidad en los contenidos cúpricos de los

50
Figura 3.Perfil de Cu total en suelos (<100 mg/kg)
.g 100 +----A·

v, 80
V>

f 60
40

20

300 Figura 4. Perfil de Cu total en suelos (100-500 mg/kg)


E
u 250

V> 200
V>
e,
..>::
o, 150
E oMÁX
aPo-c-!il
100

50

suelos, con inexistencia de sitios con contenidos extremos no consistentes con el resto. y
• dos, de los valles Ligua, Maipo y Tinguiririca, donde los correspondientes percentiles-
50 se ubican cerca de los valores mínimos, denotando que los contenidos máximos son
poco frecuentes, se escapan de la tendencia general, y tienen bajo peso especifico, es
decir corresponden a sitios de baja representación espacial.

Las curvas isocuánticas refrendan lo anteriormente planteado, agregando el hecho que los
suelos cúpricos ocurren en las cercanías de centros mineros (Ligua) e industriales (Maipo),
siendo éstos sus causas más probables; para el valle Tinguiririca, se trata de un solo valor
que escapa de la tendencia general y que ocurre en un sitio agrícola, sin asociación con
fuentes fijas contaminantes (Blaser, 1996; González, 1994b; INIA, 1990).
Contenidos >500mg/kg. En relación al tercer caso(Figura 5), que reúne los valles
Aconcagua, Puchuncaví, Mapocho y Cachapoal, se detectó dos situaciones diferentes, a

51
saber:
1. suelos con contenidos máximos, ubicados largamente por encima del percentil-50, el
que se mantuvo cercano al valor mínimo, y
2. suelos con contenidos máximos, ubicados claramente por sobre el percentil-50, el
cuál tiene a ubicarse en un posición más central del rango.

El primer caso incluye los valles Aconcagua, Puchuncaví y Mapocho, donde la posición
relativa del percentil-50 (cercana al valor mínimo) indica que se trata de valles con suelos
cúpricos localizados, de baja representación superficial, e insertos dentro de una matriz no
cúprica. Estos suelos corresponderían a suelos de la categoría 111 y las curvas isocuánticas,
de las que se muestra Puchuncaví (Figura 6), indican que los suelos cúpricos se vinculan
con las siguientes actividades:
• fundiciones de cobre, en el caso de Puchuncaví y Aconcagua, y
extracción de cobre, en el caso del Mapocho.

Las curvas isocuánticas de Cu de Puchuncaví señalan una distribución regular de éstas,

4000 Figura 5. Perfil de Cu total en suebs (>500 mg/kg)


3500
E 3000

é. 2500

.,,.,,
oMáx
2000 .,._----+---1■ Perc•!D t------<

1500
■Min
1000

5(D

Figura 6. Mapa de isofoeas de Cu total en suelos del valle de


Puchuncaví V Region de Valpél'aíso, Chile
37CD-41<D
• JJ(D.J7(D
■ 29<D-ll<D
D 25(D-19(D
o21<D-2iaJ
o 17aJ-21aJ
■ 13ID-17aJ
09001300
0500!1)()
o100!'ll0
O -JJ0-1aJ

52
- Figura 7. Perfil de Pb total en suelos (generaQ

300

- 2� +----+----+--+----< Máx
1 Pe,c-50
é. 200 +------,1---+--+--i ■ Min
I 1 S) +-------,
100

50

100
90 +-- --+- --t- --+- ---+- --f \------+----+---+--+---+----<
_ 80 +---+--+---+---+----f
E
� 70 +----+---t---+----+---f
¿_ 60 +---+--+--1
� 50
�40
01
E 30
20
10

8. !i'
<X

inconsistente con un cobre de origen nativo, cuyo modelo de distribución es irregular y con
una amplitud de rango de contenidos. significativamente menor. Las isocuantas apuntan
hacia una fundición de cobre, lo que no deja dudas acerca del origen de estos contenidos
anómalos, que ya han excedido los umbrales críticos de toxicidad (González, 1995). En
este valle, prácticamente la totalidad de los suelos estudiados presentó niveles de cobre
por encima del valor geoquímico, determinado por debajo de 30mg/kg (González y
Bergqvist, 1986).
Para el Aconcagua, la cupricidad está vinculada, principalmente, con los valles de Catemu
y Ñilhue, donde se emplaza una fundición de minerales y donde hubo una intensa actividad
de extracción y refinación de cobre, desde el siglo pasado. En menor grado, la cupricidad
también se vincula con la zona de Nogales, donde en 1965, hubo un derrame masivo de
relaves de cobre, producto del colapso de un tranque de relaves.
Para el Mapocho, la cupricidad está asociada con la llanura que se extiende al este del
cordón de Lo Prado, donde ha habido una intensa actividad de extracción de cobre. Dado
la inexistencia de evidencias de alteración antrópica en algunos sitios muestrales, se asumió
la hipótesis de un origen cúprico compartido: aportes antrópicos en un sitio geoquímicamente
anómalo.

53
jFigura 9. Perfil de Pbtotalen suelos (>100 mgA<g)
1
1
33l

300

'"[23l

2200 Máx
"'"' ■ Perc-3l
�3) �
■Min
E100

50

o
Elqui Aconcagua Puchuncav1

El valle Cachapoal presenta una situación algo más complejo, con un percentil-50 más
desplazado hacia el punto medio del rango de contenidos y con una distribución menos
regular de las curvas isocuánticas (González, 1994b). Esto denuncia que los suelos cúpricos
tienen un mayor peso relativo, dentro del valle, y que ocupan varios sitios. Esta condición
de cupricidad de parte del valle es conocida desde antaño (Sudzuki, 1964) y ha sido asignada
al riego, continuado por largo tiempo, con aguas del río Cachapoal, contaminado aguas
arriba con relaves mineros. Este origen podría justificar el modelo de distribución de las
curvas isocuánticas.
Sin embargo, determinaciones puntuales en suelos del El Abra y Rincón del Abra (INIA,
1990), detectaron una cierta constancia de los contenidos hasta los 50cm de profundidad.
Ello es indicativo de que, en el valle, coexistirían dos orígenes de cupricidad: geoquímica y
contenidos adicionales por riego con aguas contaminadas. En lo biológico, hay datación de
alteraciones de plantas cultivadas (clorosis generalizada, hasta causar la muerte de algunos
individuos), sobre todo en sus primeros estados de crecimiento, las que han sido explicadas
como toxicidad de cobre, por descarte de causas nutricionales, sanitarias y ambientales:
estas alteraciones inciden en forma irregular, ya que no se presentan todos los años ni en
los mismos sitios.

Plomo

El perfil longitudinal del plomo en suelos se presenta en la Figura 7, cuyo análisis permite
deducir, al igual que para el cobre, aunque en niveles menores, la existencia de tres
situaciones bien definidas, a saber:
suelos de los valles Huasco, Limarí, Ligua, Maipo, Tinguiririca y Mataquito, cuyos
contenidos máximos no exceden los 1 00mg/kg y en los que el percentil-50 tiende a
mantenerse en posiciones intermedias entre los eX1remos de los respectivos rangos (Figura 8),
• suelos de los valles Mapocho, Cachapoal y del Maule al sur, cuyos contenidos máximos
no exceden los 1 00mg/kg y en los que el percentil-50 tiende a mantenerse en posiciones
más cercanas hacia el respectivo valor mínimo (Figura 8), y
• suelos de los valles Elqui, Aconcagua y Puchuncaví, cuyos contenidos máximos exceden
los 1 00mg/kg y donde el percentil-50 se ubica fuertemente inclinado hacia el valor mínimo
(Figura 9).

54
300

5 250
C)

é.200
VI
VI
o,150
.,,,,_
E 100

50

e
g> <g
"'
o
;:: ¡¡¡

El contenido plúmbico de los suelos, en los dos primeros casos, sería dominantemente -si
no exclusivamente- nativo, en tanto que los de los suelos asociados al tercer caso tendrían
una componente antrópica relevante, si bien se deja en claro que, para el valle Elqui, no se
detectó alguna fuente fija asociada a plomo, en las vecindades de los suelos con altos
contenidos de plomo. En los valles Aconcagua y Puchuncaví, los suelos con altos contenidos
de plomo son los mismos con altos contenidos de cobre, lo que identifica una vinculación
en origen.
La relatividad de los contenidos de metales en suelos, queda reflejada en el plomo. Se
conoce la existencia de una zona industrial, localizada en el sector de Nos (Comuna de
San Bernardo. RM), donde funcionó por varios años, una fábrica de baterías, que emitió
plomo hacia sus vecindades; ello trajo, como consecuencia, la elevación del tenor total en
los suelos aledaños, situación que no se refleja en el análisis, por cuanto estas cifras no
alcanzaron a exceder los rangos más frecuentes.

Cinc

El perfil de cinc total (Figura 10) es, evidentemente, diferente al de cobre y, también, al de
plomo, entendiendo que estos dos últimos manifiestan cierta similitud. Las características
de esta curva son las siguientes:
percentiles-50, generalmente, asumiendo posiciones más inclinadas al centro de los
respectivos rangos de contenidos, y
posición no tan extrema de contenidos máximos, aún en aquellos caso (como
Aconcagua) donde el percentil SO tiende al contenido mínimo.
0

Estos hechos están reflejando una geoquímica del cinc propia y a una condición de menor
importancia de este elemento, en las emanaciones que han generado los suelos cúpricos
y plúmbicos en Aconcagua y Puchuncaví, con seguridad, la misma condición que presenta
el plomo, con respecto a los suelos cúpricos en Cachapoal, valle donde no intervendría
cinc antropogénico.

55
Figura 11. Perfil longitudinal de Cd total (general)
.gE 5,0 -l---=i:====::¡::::==::::::¡:====:::¡:::==:::;¡:====+==::::::i:====::¡::::...___----4__�
� 4,0 +----+---+----+----1

-"'o,
°'�º +----+---r----+----1 Máx
E
■ Perc-50
r---lr-----1 o Mín

1,0

Cadmio

En general, los contenidos de cadmio cayeron bajo el límite de detección de la técnica


analítica usada (espectrofotometría de absorción atómica, con llama aire-acetileno). Se
exceptúa los valles Ligua, Aconcagua, Puchuncaví, Maipo y Mapocho, no sólo por haber
trabajado con mejor lmd sino que también por existir suelos con contenidos cádmicos > 1mg/
kg (Figura 11). Con excepción del Maipo, donde el enriquecimiento en cadmio, está asociado
a la zona industrial de Nos, la razón en los otros valles es minera, aunque con algunas
particularidades:
• para Ligua, se trata de diversos pequeños focos de contaminación, algunos específicos
y otros asociados a cobre o plomo,
• para Aconcagua, Puchuncaví y Mapocho, existe una asociación estrecha con los suelos
cúpricos y plúmbicos, acusando un origen antropogénico común.

Arsénico

Sólo medido en los valles Ligua y Puchuncaví (Cuadro 4). En ambos valles. se detectó
enriquecimiento antrópico del arsénico nativo, por causas mineras, aunque con dos
diferencias fundamentales, a saber:
los contenidos máximos son, significativamente menores en el valle Ligua que en el
Puchuncaví (40,6 vs 221,4mg/kg, respectivamente), y
• en Ligua, se trata de varios focos pequeños, dispersos a lo largo del valle, asociados o
no a otros metales, en tanto que en Puchuncaví, se asocia estrechamente a cobre, plomo
y cinc.
Molibdeno

El molibdeno fue determinado con una técnica poco sensible -la espectrofotometría de
absorción atómica, con llama N2O-aire-, por lo que todas las muestras analizadas cayeron
bajo el límite de detección (5mg/kg, aproximadamente).

56
Relación promedios versus percentiles-50

La Figura 12 muestra la curva longitudinal asumida por el valor delta, calculado como el
porcentaje de cambio entre los correspondientes promedios aritméticos y medias geométrica
(percentil-50). Esta curva tiende a refrendar -con algunas imprecisiones menores- las
conclusiones obtenidas, acerca del origen e incidencia de procesos contaminantes de las
cargas metálicas, al analizar separadamente la situación de cada metal.
Partiendo de la base que el valor delta tiene una fluctuación natural, que hace que la curva
oscile sin que se traduzca en pérdida de la condición de naturalidad, es evidente que tiene
cierta capacidad predictiva acerca del origen antropogénico de los metales. Así, si se asume
un quiebre arbitrario al nivel 50%, sobre ese valor quedan los tres valores delta considerados
(cobre, plomo y cinc), para los valles Ligua, Aconcagua, Puchuncaví y Mapocho, y el delta­
Zn, para Maule.
Si no se contara con mapas de isocuantas, este análisis permite reafirmar la condición de
contaminados, de aquellos suelos con altos contenidos metálicos en los valles Ligua,
Aconcagua, Puchuncaví y Mapocho, aunque no es posible aseverar que emergan de una
misma fuente contaminante. El caso del delta-Zn en Maule no parece corresponder a
contaminación y debería, a menos que se demuestre lo contrario, tratarse de un contenido
geoquímicamente anómalo pero nativo.
Los bajos valores delta para los valle Maipo y Cachapoal, que estarían entre los valles no
contaminados, a juzgar solo por este criterio, se pueden explicar por dos causas
contrapuestas, a saber:
• en el valle Maipo, la escasa representación superficial del área de influencia de la
zona industrial de Nos, en un valle con suelos no contaminado con metales pesados, y
en el valle Cachapaol, la mayor representación espacial de los suelos cúpricos, originado
en un proceso contaminante que excluye a los otros dos metales.

o
3

3
-
Figura 12. Curvas de valores Delta (variación entre Media

-"- ....
Geométrica y Media Aritmética) 1
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2
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17.
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59
MANEJOS ESTIMULADOS Y RECHAZADOS DE USO DEL SUELO

Manuel Casanova P.
Universidad de Chile
Casilla 1004
Santiago - Chile

1. INTRODUCCION

Durante el curso de la ocupación que ha hecho el hombre del planeta ha ido seleccionando
fuertemente y más recientemente alterando genéticamente o sometiendo a hibridación
aquellos vegetales, que le proporcionan alimentos, recursos básicos y energía. Todo ello
con el propósito de hacer un mejor uso del espacio y de realizar mejores prácticas de
producción. Así. se han desarrollado cultivares capaces de altos rendimientos de produc­
tos comestibles en cada estación de crecimiento. Además se han seleccionado cultivares
que alcanzan una madurez uniforme, a fin de acomodar las prácticas de cosecha mecani­
zada. Adicionalmente, estas plantas han sido agresivamente protegidas de su competen­
cia más cercana (las malezas) a través de labores mecánicas del suelo o el uso selectivo
de herbicidas; pero además estas plantas han precisado ser protegidas de otras plagas y
enfermedades que las aquejan. para lo cual se ha recurrido también a productos de natu­
raleza química fundamentalmente. Estos hechos y muchos otros más han determinado el
establecimiento de agroecosistemas, los cuales contrastan de los ecosistemas naturales
en varios aspectos.
Fundamentalmente en estos agroecosistemas se ha extraído más allá de su capacidad
productiva. lo cual ha conducido a su degradación, un proceso asociado a una constante
declinación de la productividad. De esta forma, la estructura de interacciones mutuas en
los distintos ecosistemas se destruye y el circulo vicioso de una gestión ecológica deficien­
te, la espada de Damocles de los tiempos modernos, amenaza alarmantemente la subsis­
tencia de la Humanidad
"La naturaleza está satisfecha si sus necesidades son provistas por las actividades de la
Humanidad" decía Theophrastus (371-287 A. de C.), pero ciertamente este no es el caso
de la mayor parte de la superficie sólida útil de nuestro planeta, que es actualmente
sobreexplotada por usuarios mayoritariamente empobrecidos. En este sentido, Hardin (1968)
describe esta situación a través de lo que denominó La tragedia de los Comunes. Esta
hipótesis se desarrolla de la siguiente manera:
véase una pradera abierta a todos. se debe esperar que cada pastor intente mantener
tanto ganado como sea posible en los campos comunes.... . Como un ser racional, cada
pastor buscará maximizar sus ganancias... . El pastor racional concluye que el único curso
sensible a seguir es agregar otro animal a su manada. Y otro, y otro .... Solamente ésta es
la conclusión alcanzada por cada uno y todos los pastores racionales que comparten los
campos comunes.
En consecuencia allí está la tragedia, cada hombre está bloqueado en un sistema que le
obliga a presionar sus recursos sin limite, en un mundo que es indudablemente limitado. La
ruina es el destino hacia el cual todos los hombres acometen - unos más tarde que otros -
cada uno persiguiendo su propio interés en una sociedad que cree en la libertad de los
recursos naturales. Al respecto, se puede argumentar que esta hipótesis no es inherente a
los regímenes de la propiedad común, sino que esta tragedia es causada por la ausencia
de normativas. P robablemente es cierto que en algunas sociedades los recursos se mane­
jan con cuidado y se conservan, pero en otras sociedades sometidas a presiones, por
ejemplo económicas o climáticas, el individuo cuenta con una elección limitada para hacer

60
un uso óptimo de los recursos disponibles, entonces es factible que la hipótesis de Hardin
comience a operar.
Existen tantos sistemas de manejo de suelos que pocas generalidades son aplicables uni­
versalmente. Este trabajo se propone abordar, a través de una revisión bibliográfica, aque­
llos aspectos más relevantes en materia de manejos estimulados y rechazados de uso del
recurso suelo. Para estos efectos, se precisan algunos conceptos previamente.

2. CONCEPTOS PREVIOS

Tierra (/and):
[Soil Science Society of America, 1996]:

(concepto físico) es un complejo cabal de (concepto económico) es uno de los p-rin­


atributos de y cercano a la superficie de cipales factores de producción que es
las porciones sólidas de la corteza terres­ proporcionado por la naturaleza e inclu­
tre, los cuales son significativos para las ye todos los recursos naturales en su
actividades humanas; los cuerpos de agua estado original, tales como depósitos
que ocurren dentro de las masas de tierra minerales, vida silvestre, madera, peces,
se incluyen dentro de algún sistema de agua, carbón, y fertilidad del suelo.
clasificación de tierras.
[FAO, 1998]

Area delineable de la superficie terrestre sólida, abarcando todos los atributos de la


biósfera inmediatamente sobre y bajo la superficie, incluyendo aquellos atributos
climáticos cercanos a ella, el suelo y las formas del terreno, la hidrología superficial,
capas sedimentarias inmediatas a la superficie y las reservas asociadas de agua sub­
terránea, la población de plantas y animales, el patrón de asentamiento humano y los
resultados físicos de la actividad antrópica pasada y presente

Funciones de los recursos de la tierra


Funciones productivas: producir alimen­ Funciones culturales: preservar la
tos, forraje, combustible, materiales de creación y la integridad del paisaje: el
construcción, bienes industriales, etc. (los) papel(es) del agua, de la tierra, de
los bosques y animales como partes
Funciones fisiológicas: asegurar la sa­ esenciales de la herencia cultural y man­
lud humana, al reducir al mínimo las sus­ tener el valor histórico y estético del pai­
tancias tóxicas en el agua, los suelos, las saje.
pla ntas, o s iniestros, como los
deslizamientos de tierra, inundaciones, Funciones ecológicas: asegurar el
etc. mantenimiento de las funciones del
ecosistema y las funciones de manteni­
miento de la vida global, incluyendo la
fuente/capacidad de sumidero de los
gases de efecto invernadero, la filtración
de aguas contaminantes, y el manteni­
miento de los ciclos geoquímicos
(nutrientes) globales, etc.

61
Degradación de tierras

Pérdida de su utilidad o de su utilidad potencial; o reducción, pérdida o cambio de rasgos u


organismos que no tiene reemplazo. Pérdida de sus cualidades intrínsecas o declinación
de sus capacidades.

Degradación del recurso agua Zona dominante


Agotamiento de niveles freáticos Aridas y semiáridas
Disminución de la calidad de agua Todas
Sedimentación de embalses Todas, planicies
Aumento de la escorrentía, inundaciones Todas

Degradación del recurso flora


• Sequía Aridas y semiáridas
Reducción de la biodiversidad Todas
Reducción de la biomasa y valor nutritivo Todas
Reducción del crecimiento y cubierta de plantas Todas
Enfermedades de las plantas Todas

Degradación de recurso fauna


• Desnutrición Todas
Enfermedades Todas
Carga excesiva Todas
Reducción de la biodiversidad Todas

Degradación no erosiva del recurso suelo


• Física
-Empobrecimiento estructural del suelo
-compactación, dispersión, encostramiento) Todas
-Anegamiento, subsidencia � �
-Disminución de la capacidad de retención de agua Todas
*Química
-Salinización y alcalinización/acidificación Aridas y semiáridas/húmedas
-Contaminación (residuo de pesticidas, radionuclidos) Todas, industriales
-Disminución de la capacidad de retención de nutrientes Todas
-Pérdida de elementos esenciales Todas
1 , • Biológica
\J:\>X -Reducción de la biomasa del suelo Todas
-Incremento de malezas, pestes y enfermedades. Todas

(/�---------------------�
Desertificación Aridas, semiáridas y s
ubhúmedas

62
Degradación del suelo

Declinación de la capacidad inherente o potencial del suelo para producir flujos de bienes
y servicios en el tiempo. Es un proceso que si bien era natural inicialmente, hoy en día
describe fenómenos inducidos por el hombre, los cuales reducen la capacidad actual y/o
futura del suelo para sostener la vida humana.
Uso de la tierra
Se caracteriza por el ordenamiento, actividades y esfuerzos que las personas emprenden
en un cierto tipo de cubierta de tierra para hacerla producir, cambiarla o mantenerla. El uso
de la tierra definida en esta forma establece un vínculo directo entre aquello que cubre a la
tierra y las acciones de la gente en su ambiente. No debe confundirse uso con cubierta de
tierra. Un cultivo no constituye un uso de la tierra. Un área de agrícola si es un término de
uso de la tierra, el que puede ser aplicable para diferentes tipos de cobertura de tierra
(FAO, 1998).

3. SITUACION DE LOS SUELOS DE CHILE

Cuando se pretende describir la situación de los suelos de Chile, toda revisión pasa por
estadísticas de su aptitud. Así, de los 75,6 millones de hectáreas de territorio continental,
aproximadamente un tercio tiene potencial silvoagropecuario (ODEPA, 1999). Esta super­
ficie se subdivide en los términos de la Figura 1.

25,2
e/ /
11,6
�Forestal

Con potencial

/
silvoagropecuario 5

Garndera
8, 1

9
5, 1
/
Cutivat1e
/

50,4
o
Sin potencial
silvoagropecuario

Figura 1. Aptitud de los suelos de Chile en millones de hectáreas (ODEPA, 1999).

63
Ahora bien, cuando se aspira a detallar por tipos de degradación, las estadísticas esca­
sean. No obstante, se pueden citar valores informados por FAO (1994) de acuerdo al régi­
men de humedad encontrado en el territorio (Cuadro 2):

Cuadro 2. Tipos de degradación de suelos en Chile de acuerdo al régimen de humedad (FAO,


1994).

Régimen Degradación erosiva Degradación no erosiva


de humedad LPc· Hídrica Eólica Química Hiperárido

Hiperárido (O) 0,8 1,4


Arido (1-74) 0,9 0,5 <0,1 <0,1
Semiárido seco (75-119) 1,3 0,3 <0,1 <0,1
Semiárido húmedo (120-179) 0,7 0,1 <0,1 <0,1
Subhúmedo (180-269) 0,4 0,1 <0,1
Húmedo (269-365) 0,3 <0,1 <0,1

• (LPC = LONGITUD DEL PERÍODO DE CRECIMIENTO, DÍAS).


Estas cifras generales, si bien sólo alcanzan a casi un 10% de la superiicie total, denotan la
mayor relevancia de los procesos degradativos erosivos sobre los no erosivos.
Sin embargo, si se hace referencia al estudio nacional más recurrido en esta materia, con
una cobertura de 34,5 millones de hectáreas (IREN-CORFO, 1979), se tiene que un 78,5%
del área cubierta en ese entonces exhibía niveles serios a moderados de erosión. La ma­
yor parte del área estudiada incluyó agroecosistemas localizados en el secano de la Cordi­
llera de la Costa, laderas Andinas, y cuencas del Valle Central. A través del análisis de
imágenes Landsat se estudiaron rangos de erosión en el territorio continental comprendido
entre la I y XII Región y, desde la línea de costa con el Océano Pacífico hasta los relieves
altos de la Cordillera Andina, dejando de lado algunas áreas de ecosistemas montañosos,
desiertos y archipiélagos dada su escasa importancia desde el punto de vista económico;
tampoco incluyó el territorio Antártico, ni los suelos regados del país. Los registros de este
estudio se incluyen en el siguiente Cuadro 3.
Por otra parte, al analizar los procesos erosivos .del territorio nacional, normalmente se
hace sólo una alusión a que la aceleración de gravedad constituye también un agente
importante de degradación. A pesar que se pueda argüir que estos fenómenos de desliza­
miento, derrumbes, etc. son de carácter natural, no es menos cierto que la acción del
hombre constituye el gatillante para que se desencadenen con mayor severidad. En estas
circunstancias, en el Cuadro 4 se incluye la distribución regional de estos fenómenos acor­
de al factor determinante más importante (Espinosa et al., 1985).
En lo que dice relación a desertificación, la alteración de los ecosistemas ha creado un
nivel de degradación en Chile que se estima en unos 40 millones de hectáreas; es decir, un
66% del territorio es azotado por este flagelo, el problema ambiental más grave del país.
Altieri y Rojas (1999) en una extenso análisis de los agroecosistemas del país señalan que
como muchas otras regiones mediterráneas del mundo, la expansión de la agricultura de
riego en ecosistemas áridos y semiáridos de Chile, ha conducido a problemas serios de
salinización. En este sentido, en el valle de Copiapó, alrededor del 65% del suelo arable
bajo riego (7.931 ha) muestra algún grado de esta degradación química. Los altos conteni­
dos de sales de las aguas, la·elevada tasa de evapotranspiración y los sistemas de riego,
constituyen los principales factores contribuyentes a la salinidad existente.

64
Región Superficie Area Nivel de erosión Porcentaje
,....Estudiada .... Grave Moderada Leve Total erosionado
1 5.807 2.539 1.066 1.116 356 2.538 43
11 12.531 2.682 1.435 1.120 126 2.682 21
111 7.827 2.648 1.209 809 630 2.648 35
IV 3.965 3.550 654 1.426 1.380 3.460 85
V 1.638 894 283 147 464 894 55
RM 1.578 559 483 59 17 559 36
VI 1.595 973 743 211 20 973 61
VII 3.052 1.538 815 687 37 1.538 51
VIII 3.601 2.362 994 1.168 200 2.362 66
IX 3.247 2.478 875 1.533 67 2.475 76
X 6.904 4.846 1.023 1.628 2.195 4.846 66
XI 10.715 4.625 1.055 2.180 1.390 4.625 45
XII 11.231 4.888 _st.QQ 3.464 524 4.888 37
Total 75.491 34.491 11.535 15.546 7.410 34.491 46

Cuadro 4. Distribución porcentual en Chile de deslizamientos de suelo según factor desencadenante.

Factor/Región 1 11 111 IV V RM VI VII VIII IX X XI XII

Lluvia 29 44 40 45 66 58 57 80 72 76 74 85 14
Sismos 43 16 28 15 5 7 8 2 7 2 6 o 14
Lluvias+sismos <1 2 2 3
Nevazones 2 32 3 14 3 3 o <1 o o o 21
Deshielos 6 6 3 2 1 2 o o o 1 o 14
Act. volcánica 13 2
Aguas subterr. 3
Sedimentos 2
Glaciar 8
Marem. Oleajes <1 3
Mina 8 20 30 4 8 13 5 3 o
Otros 2 4 1 7 12 2 3 4 5
No especifico 12 9 o o 3 12 16 11 13 5 7 8 50

En lo que dice relación a desertificación, la alteración de los ecosistemas ha creado un


nivel de degradación en Chile que se estima en unos 40 millones de hectáreas; es decir, un
66% del territorio es azotado por este flagelo, el problema ambiental más grave del país.
Altieri y Rojas (1999) en una extenso análisis de los agroecosistemas del país señalan que
como muchas otras regiones mediterráneas del mundo, la expansión de la agricultura de
riego en ecosistemas áridos y semiáridos de Chile, ha conducido a problemas serios de
salinización. En este sentido, en el valle de Copiapó. alrededor del 65% del suelo arable
bajo riego (7.931 ha) muestra algún grado de esta degradación química. Los altos conteni­
dos de sales de las aguas, la elevada tasa de evapotranspiración y los sistemas de riego,
constituyen los principales factores contribuyentes a la salinidad existente.
Estos autores destacan que si bien en Chile se ha casi triplicado la producción total desde

65
1970, este crecimiento ha ido acompañado por un incremento tanto de las importaciones
como del uso de productos químicos y tractores. En 1988, se utilizaron alrededor de 316.000
toneladas de fertilizantes químicos (N-P-K). Así entre 1985 y 1990 el trigo habría recibido
alrededor de un 62% más fertilizantes que en la década previa, lo cual se reflejó sólo en un
aumento de 3, 1 % del rendimiento de este cereal.
Por otra parte, en 1985 Chile habría gastado alrededor de 12 millones de dólares en pesti­
cidas, pero en los 5 años siguientes este gasto de divisas fue de casi 16,5 millones. En
materia de insecticidas este incremento fue de un 64%, pero en herbicidas fue del orden
del 220% (Altieri y Rojas, 1999).

4. i!J suelo: manejo y degradación

Los atributos físicos, químicos y biológicos del suelo pueden favorecer, limitar o inhibir
completamente su uso. La suficiencia de estos atributos determina cuáles suelos son apro­
piados para la producción de alimentos y las mejores opciones de uso a los que se deben
destinar.
Cualquier definición de agrosilvicultura sustentable incluye un compromiso de un manejo
adecuado del suelo, también en términos de una buena condición física, química y biológi­
ca del suelo. Al respecto, un suelo ideal, carente de degradación, debería:

Tener un buen drenaje, Tener un suministro balanceado de


Tener una suficiente zona de raí­ nutrientes,
ces, Estar libre de elementos tóxicos para las
Ser fácilmente penetrado por el plantas,
aire, agua y raíces, Estar libre de malezas, plagas y enfer­
Tener una buena capacidad de medades, y
retención de agua, Ser resistente a la erosión.

Considerando por un momento tres tipos comunes de suelos presentes en Chile que son
los Alfisoles, Vertisoles y Mollisoles (Figura 2), se aprecian en el Cuadro 5 algunas caracte­
rísticas típicas de ellos:

Cuadro 5. Limitaciones de algunos órdenes de suelos destinados a la agricultura (EI-Swaify, 1991).

Alfisoles Mollisoles Vertisoles


Erosión Severa Ligera Severa
Compactación Severa Moderada Moderada
Encostramiento Severo Suave Moderada
Riesgo de sequía Alto Bajo Medio
Zona de raíces Limitada Adecuada Moderada
Traficabilidad Adecuada Media Pobre
Problemas de fertilidad Moderados Moderados Moderados

66
Estos suelos, en términos del desarrollo relativo de su perfiles, requieren períodos geológicos
para regenerar su condición original, cuando alcanzan niveles extremos de deterioro (Figu­
ra 3). No obstante, su degradación (Figura 4) puede tomar sólo algunos años (Eswaran,
1994).

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Figura 2. Algunos órdenes de suelo. Alfisoles (alta saturación básica), Vertisoles (ricos en arcillas
expandibles) y Mollisoles (muy productivos).

■ MOLl1S0L
E'!VERTISOL

[, ALflSOL

T (X 10,000)

Figura 3. Desarrollo relativo de periiles de suelo en el tiempo (eje x en unidades de 10.000 años).


VERTISOL
6
MOLLISOL
4 ALFISOL

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Figura 4. Tasas o patrones de degradación relativos en función del tipo de suelo (eje x en años).

67
Figura 4. Tasas o patrones de degradación relativos en función del tipo de suelo (eje x en
años).
En la Figura 5, siguiendo la línea continua a partir de la interferencia humana, se advierte
una etapa inicial en que las características originales se deterioran gradualmente. No obs­
tante, el usuario de la tierra no alcanza a detectar este cambio, debido a que la degrada­
ción ocurre dentro de límites tolerables (reproducción natural) y el rendimiento de los culti­
vos se mantiene estable por la aplicación normal de fertilizantes y de enmiendas.
En una etapa posterior, la materia orgánica alcanza valores bajos y el suelo se deteriora
físicamente, por el uso intensivo de implementos agrícolas, lo que impide la infiltración del
agua y la penetración de las raíces. La degradación se vuelve acelerada y el rendimiento
de los cultivos se reduce severamente. La aplicación de enmiendas y fertilizantes se vuel­
ve menos eficaz, ya sea por las condiciones físicas adversas al desarrollo de las plantas, o
por las grandes pérdidas de suelo y de nutrientes que se verifican. En consecuencia, el
usuario "racional" tiende a incrementar las dosis de productos químicos.
Dfll!}rad�dón rntu"'I lnurf1m1nd11 hunnM


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Figura 5. Cambios hipotéticos de la productividad del suelo en relación a escalas de


tiempo y niveles de manejo (modificado de Pierce, 1991 ).

Finalmente, en una tercera etapa la degradación alcanza niveles tan severos que la tierra
comienza a ser abandonada por el agricultor, debido a la baja productividad y dificultad de
operación de máquinas a causa de la existencia de surcos y cárcavas en el campo, toxici­
dades, deficiencias, etc..
Así entonces, la tendencia a declinar de la productividad cambiará con el tiempo, la curva
será pronunciada cuando el suelo superficial fértil sea degradado, y lo será mucho menos
cuando se pierda por erosión el subsuelo o substrato. Cuando la productividad es
incrementada por prácticas de manejo restaurativas, que detienen la degradación y provo­
ca una formación de suelo nuevo, no es aplicable la misma curva (Figura 6).
La restauración de la productividad no alcanzará los niveles que antes existían.
solo un nivel inferior puede ser esperado, en muchos casos extremos, y con mucho esfuer­
zo. De hecho, si el suelo está en sus primeros estados de degradación, sus atributos pue­
den ser manejados para intentar conducirlos a su rendimiento original y sin costos prohibi­
tivos como los asociados a los suelos en una situación límite (Eswaran, 1994). De esta
forma se muestra que la prevención es más barata que curar los efectos de la degradación
y tratar de recuperar la productividad después que ha sido perdida. Pero además, que la
degradación no constituye un proceso sin retorno, más bien es el reflejo de la acción de
fuerzas naturales y humanas:

68
R
E
_____. Degradación
N ..........► Manejo re taurativo
D
1
M
1
E
N ·•...
T
o
:�>·"· · ·:.:::· ·• . . . .::.:::.'.:.:: · · ..
Tiempo (años)

Figura 6. Dinámica de la degradación versus manejo restaurativo.

La restauración de la productividad no alcanzará los niveles que antes existían,


solo un nivel inferior puede ser esperado, en muchos casos extremos, y con mucho esfuer­
zo. De hecho, si el suelo está en sus primeros estados de degradación, sus atributos pue­
den ser manejados para intentar conducirlos a su rendimiento original y sin costos prohibi­
tivos como los asociados a los suelos en una situación límite (Eswaran, 1994). De esta

""""J
forma se muestra que la prevención es más barata que curar los efectos de la degradación
y tratar de recuperar la productividad después que ha sido perdida. Pero además, que la
degradación no constituye un proceso sin retorno, más bien es el reflejo de la acción de
fuerzas naturales y humanas:

procesos degra dantes naturale _ fopcoduc:ióo


Degradación neta= [ + ]
• l maneJO restauratrvo
interferencia humana

Lal (1994) indica que los principales factores de declinación en la productividad del suelo
son:

Condiciones precedentes: incluyendo material parental (origen del suelo), profundi­


dad de raíces, recursos nutricionales e hídricos, uso de la tierra.

Grado de degradación: incluyendo tipo (Cuadro 1), severidad y tasa actual de degra­
dación.

Sistema de manejo: incluyendo uso actual de la tierra, prácticas de cultivo o agríco­


las, tecnología aportada (germoplasma y especies mejorados, etc.).

Se llega de esta forma a la problemática de manejo como causa de la degradación de los


suelos. Sin embargo, la identificación de las prácticas inadecuadas de manejo de la tierra
que ocurren en diferentes zonas (Cuadro 6) es sólo un paso intermedio que lleva a otro

69
nivel, donde se necesita encontrar las causas indirectas de la degradación, que por el
momento se alejan de los propósitos de este trabajo pero deben mantenerse presentes al
hacer un análisis más integral de la degradación de los suelos (Cuadro 7). Así, en un plano
que no es social ni político, las prácticas antrópicas conducentes a la degradación se iden­
tifican más claramente dentro del concepto de síndrome.

Cuadro 6. Principales sistemas inadecuados de manejo de la tierra acorde a la zona dominante.

Manejo inadecuado de la tierra Zona dominante

Reducción y mal manejo de tierras forestales Subhúmeda, húmeda


Monocultivo, rotación inadecuada de cultivos Agricultura industrial
Incremento del cultivo de tierras marginales Subhúmeda (laderas), semiárida
Pastoreo excesivo/degradación de praderas Subhúmeda (laderas), semiárida
Disminución del período de barbecho Subhúmeda (laderas), semiárida
Reciclaje insuficiente de nutrientes Todas

Cuadro 7. Cambios sociales y aspectos políticos que pueden originar problemas en la tierra.

Marginación de los pobres.


Empobrecimiento.
Propagación de enfermedades.
Crecimiento rápido de la población o disrrinución rápida de ella (emigración).
Conflictos sobre los recursos naturales.
Inseguridad en la tenencia de la tierra y en bs derechos de propiedad.
Reglamentos y disposici ones jurídicas ambientales.
Incentivos y subsidios inapropiados.
Reformas agrarias desequilibradas.
Modernización rápida y pérdida del oonocimiento tradicional.
Precios irreales para l os productos del agro.
Inestabilidad de los precios de los insumos.
Escasa infraestructura.
lnsuficienteflnadecuada educación, capacitación, extensión agrícola, etc.

Si el suelo es considerado por algunos como la piel del planeta, la degradación (como una
pérdida de sus funciones) constituye una enfermedad con síntomas. Colectivamente, los
síntomas son identificados como síndromes, que son patrones funcionales de relaciones
hombre-ambiente. Cada síndrome - o "perfil clínico", para usar una analogía médica -
representa un complejo efecto-causa de tipo antropogénico. involucrando presiones am­
bientales específicas, .y un patrón independiente de degradación ambiental. Son
transectoriales en la naturaleza, es decir no sólo afectan al suelo sino a otros ambientes
(agua, aire) o sectores (economía, biósfera, etc), pero siempre están directa o indirecta­
mente relacionados a los recursos naturales. Pueden ser identificadas diferentes y simultá­
neas formas de ellos en muchas regiones del mundo (WGBU, 1996).

Los síndromes más relacionados al recurso suelo corresponden a Síndromes de utiliza­


ción:

70
Síndrome de Sahe/: Cultivo excesivo de tierras marginales: tipifica los intentos del
hombre en producir en aquellas tierras menos apropiadas para la agricultura. Ilustra la
destrucción de los recursos naturales a través de una agricultura no adaptada,
sobrepastoreo, etc.
Síndrome Bola de Polvo: degradación del suelo mediante mecanización o de cuer­
pos de agua; es un ejemplo de degradación causada por una agricultura industrial no
sostenible.
Síndrome de Exodo rural: Cambios en el uso tradicional de suelos fértiles, describe
la degradación del suelo por el abandono del uso sostenible de la tierra.
Síndrome de sobreexplotación: conversión o sobre explotación de bosques y otros
ecosistemas naturales.
Síndrome del Turismo Masivo: desarrollo y destrucción con fines recreacionales.
Síndrome de Tierra Quemada: destrucción ambiental a través de acciones bélicas o
de entrenamiento militar.

Están también relacionados de alguna manera los denominados Síndromes de "desarrollo":


* Síndrome del Mar Ara/: daño ambiental de paisajes naturales como resultado de
proyectos a gran escala.
Síndrome de la Revolución Verde: degradación ambiental por introducción de méto­
dos de cultivo inapropiados.
Síndrome de los Tigres Asiáticos: desprecio de estándares ambientales en el curso
de un rápido crecimiento económico.
Síndrome de Favela: degradación ambiental por un descontrolado crecimiento urbano.
Síndrome de expansión urbana: destrucción del paisaje a través de expansión plani­
ficada de infraestructura urbana.
Síndrome de Accidentes Mayores: desastres ambientales antropogénicos con im­
pactos de largo plazo.

Finalmente están los Síndromes de Sumidero:


Síndrome de descarga de desechos: degradación por colocación controlada o no de
desechos.
Síndrome de tierra contaminada: contaminación local de activos ambientales en
sitios industriales.

A este nivel se hace necesario hacer mención a los procesos degradativos de desertificación.
Sin embargo, se debe distinguir entre sequía y desertificación, considerando que el primer
término se relaciona a condiciones en que prevalece la escasez de agua, como resultado
de montos pequeños de precipitación y bajo el promedio normal, por un período que com­
prende una serie de años sucesivos. La sequía pertenece al marco climático normal de las
regiones semiáridas, debiéndose a la alevada variabilidad de las lluvias en estos
ecosistemas; puede alcanzar magnitudes catastróficas, si el período de escasez hídrica se
extiende por varios años. En cambio, lá desertificación posee un efecto más duradero, se
ve intensificada por las sequías y agrava el impacto de éstas.
Si bien este término ha recibido hasta ahora muchas "precisiones" tales como desertización,
aridización, xerotización y avance del desierto, se trata de un concepto único de extrema
degradación ambiental y socioeconómica, asociado no sólo a ambientes áridos y semiáridos,
sino también a subhúmedos. Sin embargo, la desertificación, no por ser un concepto único

71
deja de ser de naturaleza compleja pues involucra fundamentalmente todos los tipos de
degradación del suelo.
Así entonces, a la luz de los procesos degradativos posibles, se puede tratar de clasificar
los sistemas de rehabilitación de la siguiente manera:

Aprovecbamiento (dar algún uso)


ÍI
Degradación ⇒ Rehabilitación (tratamiento)
1J
Restauración (volver al uso inicial)

El tiempo que le toma a un suelo cultivado llegar a una etapa trágica depende de la inten­
sidad de aplicación de las prácticas inadecuadas de manejo o síndromes señalados, de su
posición en el paisaje, de la totalidad de sus propiedades y del tipo de degradación (no
erosiva o erosiva). Al respecto, las estrategias para la rehabilitación de suelos deberían ser
identificadas sobre la base de los conceptos de resiliencia del suelo.
La resiliencia ha sido definida desde varios puntos de vista para propósitos diferentes. En
términos ecológicos es un concepto que dice relación con la habilidad de un agrosistema o
de un sistema ecológico para mantener o recuperar su productividad cuando es sujeto a
estrés o perturbaciones. Aunque ha sido utilizado en el ámbito climático con un significado
de "resistencia al cambio", es exactamente un concepto opuesto a una noción de no res­
puesta a las fuerzas impuestas. La fragilidad, por otra parte, no es un concepto cuantificable,
de manera que no es un simple antónimo de resiliencia. Más áun, fragilidad se refiere a la
idea que una parte, si no la totalidad, de un ecosistema puede ser dañado relativamente
fácil. Los suelos frágiles son inestables, no pueden recuperarse a su estado inicial y pue­
den haber perdido alguna o todas sus características iniciales
La resiliencia del suelo es la capacidad _del sistema para revertir a su estado original des­
pués que las fuerzas disturbantes o las presiones externas han sido removidas. Lal {1998)
la define como la habilidad del suelo para resistirse o recuperarse de una perturbación
antropogénica o natural.
Los suelos difieren en su resiliencia dependiendo de varias características inherentes. Suelos
altamente resilientes poseen elevadas capacidades de amortiguamiento y altas tasas de
recuperación o restauración. La resiliencia del suelo estaría entonces ligada estrechamen­
te a su calidad, debido a que los suelos resilientes cuentan con una elevada calidad y
viceversa. En consecuencia, la resiliencia del suelo (Rs) puede ser establecida de la tasa
de cambio de la calidad del suelo (Se) en el tiempo (t):
Rs = e/Se/ dt =!',,.Se/ !',,.t

Un valor negativo de esta ecuación implica degradación, pero un valor positiva refleja reha­
bilitación del suelo. Adicionalmente a estas propiedades inherentes, la resiliencia del suelo
depende también de los aportes y manejo que se haga del suelo:

Rs = Sa + {o (Sn - Sd + M)dt
donde Sa es la condición antecedente o inicial, Sn es la tasa de renovación del suelo, Sd
es la tasa de degradac.ión y M es el manejo aportado (Lal, 1998).

72
Particularmente, en el caso de suelos deteriorados por agentes erosivos, la tasa de forma­
ción de suelos no debe ser excedida para considerarlo un recurso natural renovable. Dicha
tasa es difícil de determinar, pues se desconoce para gran parte de las formaciones
geológicas y ecoregiones; varía considerablemente con el material de origen del suelo, la
vegetación y el clima. En general, la tasa de formación de suelos es mayor para aquellos
de origen volcánico que para otros de rocas residuales. Friend (1992) estima que a nivel
del planeta el orden de magnitud de este parámetro es ª 25 mm cada 150 años o O, 17 mm/
año.
Del mismo modo, Szabolcs (1994) señala que la resiliencia del suelo incluye todos los
procesos que permiten a los suelos impedir estrés y alteraciones, incluyendo la capacidad
de tamponamiento o amortiguamiento de un suelo respecto a impactos físicos, químicos y
biológicos. Todos ellos tienen una importante significancia teórica y práctica; por ejemplo,
al tamponamiento químico le concierne un rol fundamental en el caso de la alcalinización o
acidificación del suelo. El mismo autor, describe más completamente este concepto a tra­
vés de la siguiente ecuación:

Rs = Tf +Tq+ Tb+ fdFSP/dt+ J'1 dFSA/dt


/\ 11

donde Tf es el amortiguamiento físico, Tq es el amortiguamiento químico, Tb es el amorti­


guamiento biológico, FSP son los flujos de suelo pedológico y FSA son los flujos de suelo
ocasionados por el hombre.
En consecuencia, el entendimiento y conocimiento de la resiliencia del suelo es esencial
para adoptar las medidas de rehabilitación apropiadas o para detectar prácticas de manejo
que deberían ser rechazadas.
La elección de medidas de rehabilitación depende de numerosos factores (Figura 7). No
obstante, son los procesos biofísicos, que afectan la declinación de la calidad del suelo,
los de mayor importancia en dicha elección.

Fa dores que afectan la elccci:in


de medidas de rehabJitación

LaeAtcns,on y sevcndttl Procesos Cle ciecliMción La magniua del Impacto Dimensión hum�"", Pasada y w:::tual uisa Conskla'ac1orrs
dt.-1 im1sacto fuera del silo de la calidad del suelo en O si�o y asurtos sociales de acgraaacion pOlíticas elnsthucionales

Dcserificación

Figura 7. Factores a considerar en la elección de medidas de rehabilitación de suelos degradados.

Un énfasis final con respecto a la rehabilitación de suelos degradados, ésta no se lleva a


efecto a través de medidas individuales, más bien debe abordarse a través de la aplicación

73
combinada de algunas de las técnicas sugeridas en la Figura 8. En ella se aprecia que una
misma técnica puede solucionar más de un problema degradativo.

CONCLUSIONES

Una verdad latente es que los suelos de Chile, al igual que los de otros países, se encuen­
tran bajo una franca y diversa degradación. La utilización óptima de ellos y las tierras es
posible sólo si se cuenta con información adecuada. En este sentido, la investigación bási­
ca debe preceder al monitoreo, una causa popular entre los científicos e instituciones pre­
ocupadas de la degradación de ecosistemas. No es posible saber qué monitorear si se
desconocen los procesos básicos que están ocurriendo en ellos y se ignora el impacto que
tendrán en las personas que los habitan.
Si bien un manejo inadecuado de los suelos puede constituir gran parte del deterioro en el
secano costero, en el Norte Chico, en la precordillera, en el Altiplano, etc., el control de los
procesos de degradación y las técnicas de rehabilitación deben promoverse como una
parte integrante del sistema productivo, reconociendo las interacciones entre el medio
ambiente y las circunstancias socioeconómicas que afectan las decisiones de los usuarios
de la tierra, respecto a la utilización del muchas veces frágil recurso suelo.
La expansión de la "agricultura moderna" debe operar sobre la base de una tecnología
aceptable por el agricultor, adaptada a las condiciones reales del país, optimizada acorde
a la calidad ambiental y las capacidades de los recursos, la seguridad alimentaria y de
salud del hombre.
Inevitablemente en toda revisión de este tipo se llega a la utilización del concepto de
sustentabilidad, tan ambiguo como el concepto de libertad, pero a juicio del autor para
alcanzar un uso sustentable de la tierra y en particular del suelo, las orientaciones más
sensatas deberían considerar previamente conciencia y claridad en términos de:

l. Estrategias y procesos
11. Prácticas y manejos
111. Poi íticas e incentivos
IV. Investigación y acciones de mediano y largo plazo.

Todo ello dentro de un marco carente de cuadratura que permita dar soluciones dinámicas
e individuales a los usuarios de la tierra, considerando la variabilidad espacio-temporal de
los recursos que maneja. En otras palabras, ha llegado el momento de considerar tecnolo­
gías de "alta precisión" que realizan un afinamiento de las dosis, formas y momentos de
aplicación de agua, combustible, insumos y maquinaria para así evitar un uso que supere
las capacidades del suelo que se degrada.
Finalmente, el autor desea honrar la memoria y enaltecer el mensaje conservacionista que
siempre llevó a efecto el Profesor Mario Peralta Peralta, su inspirador en la difícil tarea de
la Conservación de los Recursos Naturales.

74
Figura 8. Opciones de manejo de suelos degradados o susceptibles a la degradación.

75
BIBLIOGRAFIA

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76
IMPORTANCIA DE LA PROTECCION DE LA MATERIA
ORGANICA EN SUELOS.

Silvia María Aguilera S.


Universidad de Chile
Casilla 233
Santiago - Chile

Entre los principales intereses mundiales hoy se tiene la gran conciencia del resguardo y
recuperación de nuestros principales recursos naturales, entre los cuales es fundamental
el sistema edáfico. Los suelos, con fines de obtener sustento para los millones de habitantes
de la tierra, han sido permanentemente utilizados y muchas veces sobre explotados,
especialmente en los tiempos actuales. Afortunadamente, cada día más, la conciencia antes
mencionada y la necesidad de recuperar dicho bien han llevado a las comunidades del
mundo a estudiar y poner en práctica los frutos de dichas investigaciones a fin de resguardar
y bien usar tan importante recurso conservándolo para las futuras generaciones.
El suelo, como sistema de sustentación de producción de alimentos, requiere estar formado
por la fracción mineral o inorgánica, una fracción orgánica que proporcione el recurso
energético y la actividad biológica, y una adecuada estructura que permita la circulación de
agua y aire. De la interrelación de estos cuatro elementos fundamentales dependerá la
bondad del sistema suelo para los sistemas productivos.
La materia orgánica del suelo (MOS) es un constituyente esencial del sistema edáfico ya
que por su constitución y propiedades es la responsable directa de la mayoría de los
procesos, físico-químicos y biológicos del suelo.
Entre los principales procesos en que interviene la materia orgánica (MO) se pueden señalar:

- Es fuente de energía para los procesos biológicos heterótrofos, a través de su


contenido de carbono disponible,
Es fuente primaria de nutrientes como N, P y S, de su propia constitución al
mineralizarse.
- Por ser un polielectrolito, propiedad química muy importante que la MO desarrolla
a través de sus grupos ácidos, es de los principales responsable de la disponibilidad
de nutrientes, tanto macronutrientes como micronutrientes.
- Esta última función la desempeña a través de su capacidad complejante y por los
distintos grupos activos que aportan grados de acidez, con lo que actúa en la
solubilización de minerales, en el transporte de sustancias catiónicas en forma de
complejos solubles.
- Finalmente el almacenamiento de estos nutrientes en reservorios que son los
polímeros orgánicos complejos y estables que constituyen el humus. Esta retención
de los elementos minerales en el humus les otorga una mayor disponibilidad de cationes
que desde las formas minerales originales.
- También corresponde a la MO fijar a sus estructuras poliméricas y estables,
sustancias orgánicas o inorgánicas que constituyen agentes ajenos y contaminantes
del sistema edáfico, como son por ejemplo los metales pesados y los pesticidas
(herbicidas, fungicidas, rodendicidas, etc.), con lo cual aportan al suelo una protección
ante estas sustancias tóxicas. Ese almacenaje de sustancias tóxicas pasa entonces a

77
ser directamente dependiente de la cantidad y calidad de la MO del suelo.
- Entre las propiedades físicas importantes que la MO le otorga al suelo está la
regulación térmica del sistema por el color oscuro del humus.
- La capacidad de retención de agua por la formación de puentes de hidrógeno entre
los polímeros orgánicos y el agua. Como el horizonte superficial del suelo es el más
rico en MO, el agua se retiene especialmente en la zona radicular de los cultivos,
aumentando así su disponibilidad y protegiéndose de los períodos de sequía.
- La MO facilita la agregación del suelo al interactuar física y químicamente con los
minerales del suelo permitiendo su agregación, con lo que se mejora la aireación y
permeabilidad del suelo, lo que es esencial para la bioactividad en todos los procesos
aeróbicos.
- También es muy importante la capacidad amortiguadora de la MO ya que por su
capacidad tampón o buffer, permite al suelo protegerse del impacto de cambios bruscos
de pH como pueden ser alcalinización ó acidificación excesivas, lo que se da por
prácticas agrícolas o contaminación.

Como se señaló en los distintos aportes de la MO al sistema edáfico hay distintos


constituyentes que intervienen preferencialmente en cada uno de esos procesos, por eso
es importante hacer un breve resumen sobre la constitución general de la MOS.
En general se puede clasificar a la MOS entre biótica y abiótica.
La MO biótica está constituída por los distintos organismos vivos presentes en el suelo
como microfauna protozoaria (Rizópodos, flagelados y ciliados) Microtauna de animales
superiores ( nématodos, lombrices, hormigas, termitas, colembolas) y los microorganismos
como bacterias, hongos y actinomicetes. Ella representa generalmente menos del 1 % de
la MO, pero a su vez es una de las fracciones más importantes ya que es la responsable de
toda la bioactividad que tiene como resultante final las reacciones que dan lugar a la
disponibilidad de nutrientes, la génesis del suelo y todo proceso activo entre los componentes
del suelo.
La MOS abiótica por su parte corresponde a la mayor parte de la MOS y está constituida
por una parte más lábil y disponible, como fuente energética y nutriente, y una parte
polimérica, compleja y estable que corresponde al llamado humus.
La parte lábil de la MOS, que representa entre 1 O a 15% de la MOS, corresponde a residuos
animales y vegetales en distinto grado de descomposición pero que mantiene las
características químicas de su material de origen, como por ejemplo: hidratos de carbono,
celulosa, hemicelulosas, ligninas, proteínas, aminoácidos, ácidos grasos, ceras, melaninas,
etc. Por su constitución química estos tipos de compuestos son fuentes primarias de
nutrientes, proveen los agentes ácidos y complejantes que son los responsables de la
solubilización y movilización de elementos nutrientes y /o contaminantes en el suelo y su
solución.
El humus es un conjunto heterogéneo de polímeros orgánicos complejos que varían de
estables a muy estables y que representan aproximadamente el 85% de la MOS. Su
constitución corresponde a estructuras semejantes a lignina modificada en que priman
compuestos poliméricos benzénicos, fenólicos, fenólicos-carboxílicos, etc. Su génesis
corresponde a procesos de síntesis química o biológica a partir de los residuos moleculares
producidos en la degradación de los elementos lábiles que entran al sistema suelo, o a la
modificación de los mismos.
Estos polímeros que forman el humus tienen estructuras parecidas, pero para su estudio

78
se han fraccionado en base a solubilidad decreciente y en pesos moleculares y estabilidad
crecientes, en: ácidos fúlvicos (AF), ácidos húmicos (AH) y huminas (Hum). Hay un mayor
número de fracciones que se han separado pero con fines generales de la MO, esta división
es suficiente.
En general el nivel de MO está muy ligado al tipo de suelos, su material parental y constitución
mineral, y al clima y condiciones ambientales, en caso de suelos vírgenes o sin cultivar. En
el caso de suelos en uso agrícola y/o forestal, esos niveles de MO se van modificándose de
acuerdo al uso y manejo de ellos, con lo que pasa a ser muy importante la evaluación de lo
que ocurre con el recurso MO según las variables mencionadas.
Los niveles de MO van desde menos de 1% hasta 30% o más por ciento respecto al suelo,
valores extremos se dan desde trazas para suelos desérticos hasta 90% o más para suelos
turbosos. El horizonte A de suelos explotados agrícolamente tiene niveles entre O,1 a 10%
MO (Fassbender y Bornemisza, 1985), luego esos porcentajes disminuyen en profundidad.
Los mismos autores reseñan que existen muy pocos estudios que presenten un análisis de
distribución de los suelos en función del contenido de MO y de datos obtenidos de suelos
de América Latina, de 167 muestras de América Central de horizontes A , por Diaz-Romeu,
Balerdi y Fassbender( 1970), encuentran fluctuaciones de MO entre 0,4 y 12,2% de C con
una cifra promedio de 2,96% de C. La mayor parte de las muestras (57%) presentaron
niveles de C entre 1 y 2,5%, un 10% de las muestras tenia niveles menores a 1% y el 14%
de las muestras tenía valores superiores al 5% de C.
En trópicos bajos de Brasil para 91 muestras, se encuentra que el 50% de las muestras
presentan entre 0,5 y 2% de C y que sólo el 10% de ellas supera el 4% de C.
En Chile también encontramos una distribución extrema en los niveles de C con la zonas
desérticas del Norte con menos de 0,5% de C, valores entre 1 a 3% de C en zonas centrales
cultivables, generalmente suelos aluviales, hasta los ultisoles y andisoles con niveles de 2
a 4% de C para los primeros y 5 a 20% de C en los segundos incluidos los suelos Ñadis
( Aguilera y col.1990,1993,.1997)
El contenido de MO normalmente se expresa como porcentaje de MO o bien de carbono
orgánico (C), parámetros cuyos valores se interconvierten entre si utilizando el factor
convencional de Van Bemmelen, %MO= 1,724 %C, en que se relaciona MO con C
estimándose que ella contiene una cifra promedio de 58% de C.
Para estimar la dinámica de la MO en los suelos es necesario conocer el balance que se
produce entre su mineralización o degradación y su síntesis, estabilización o humificación.
Este es normalmente un estado de equilibrio en suelos sin intervención, pero en suelos con
intervención esos equilibrios se suelen alterar ya sea por una mayor mineralización, con la
consecuente disminución del status orgánico, o bien pudiera producirse un incremento de
MO o acumulación por ejemplo a causa de una disminución de la aerobiosis del suelo y la
consiguiente disminución en la mineralización de la MO.
A lo anterior, habría que sumarle los manejos o prácticas en el suelo que se traducen en
ganancia o pérdidas de la MO. Sólo reseñando algunas de estas prácticas;

- Si se considera el acostumbrado sistema de quemar los residuos post-cosecha en


que se destruye el nivel superficial de ia MO, el que se acompaña de una esterilización
microbiológica, no sólo se produce merma de la MO, en la zona en que es más
cuantiosa, sino que además se alteran la cantidad y/o calidad de los microorganismos
en forma que puede ser mas o menos importante o incluso irreversible para aquellas
cepas más termolábiles. Estimaciones entregadas por Fassbender 1985, dicen que

79
temperaturas de 60º C o superiores, son críticas pues se desnaturalizan las proteínas.
entre 80 y 1002 C se acelera la oxidación de la MO con producción de CO2 y a
temperaturas superiores se producen pérdidas de N y S asociadas a la MO. El resto
de los elementos como P, K, Ca y Mg, se acumulan en las cenizas que se depositan en
el suelo donde posteriormente se disuelven pasando a la solución de suelo, aumentando
su disponibilidad pero también su pérdida por percolación.
- Si el suelo se somete a una sobre explotación de cosechas sucesivas. con
monocultivos permanentemente o bien se sobrefertilizan. se produce normalmente un
aumento de la mineralización de la MO con una consiguiente disminución de ella.
llegando incluso al agotamiento del pool orgánico con la resultante de disgregación de
los minerales del suelo y posterior erosión.
Por el contrario prácticas que siendo muy antiguas, como la adición de los
residuos orgánicos, están siendo consideradas cada vez más como una solucion.
especialmente para la reinserción orgánica, el ahorro de fertilizantes y la disposición
de los cuantiosos residuos orgánicos que se producen. Entre estas prácticas se
destacan los sistemas de Cero Labranza o Labranza Mínima o de Sustentación.

En resumen para una correcta preservación del recurso MO será C1til y necesario estar
conscientes de los ingresos y egresos de MO en el sistema suelo. del efecto que tienen
para los distintos tipos de suelos. los tipos de cultivos, fertilizaciones y tratamientos aplicados
de preservación a la contaminación de patógenos y malezas. Todos estos factores
determinan el grado de estabilidad que tendrá el sistema.
A objeto de conocer la mineralización del C en distintos tipos de suelo. en Chile. se han
efectuado varios estudios sobre la dinámica de la MO agregada utilizando para ello
trazadores radioactivos. como Glucosa C14. Celulosa C14. residuos orgánicos C14. los
que se agregaron tanto a suelos volcánicos como a suelos aluviales de la zona central
(Zunino y col.1982:- Aguilera y Urbina.1989; Aguilera y col. 1993 y 1999 ). Las conclusiones
de esos estudios teóricos fué que sustratos de C lábiles como la glucosa y la celulosa
tienen una permanencia en el suelo de más de 4 meses y hasta 8 meses en el caso de
celulosa. Que del 60 al 70% del sustrato agregado se mineraliza en caso de suelos aluviales
y que eso es menor del 40 y 50% en caso de suelos volcánicos.
Lo más importante de lo anterior es que el 60% o más de C que se incorporó al sistema
suelo volcánico. humificándose. la gran mayoría se encontró ubicado en las fracciones
humina del suelo. seguido por la fracción ácidos húmicos y finalmente en los ácidos fC1lvicos.
Además. se comprobó que si junto a los sustratos orgánicos marcados se introducía al
suelo N y P en cantidades agronómicas, la humificación del sustrato marcado disminuía.
manteniendose el C marcado en mayor cantidad en las fracciones algo más lábiles como
ácidos fúlvicos y húmicos.
En el caso de adición de residuos orgánicos al sistema edáfico. se han implementado
variadas formas para calcular cuanto material orgánico a agregar. Así el Dr. Rose 11. en una
revisión al respecto presentada en el Congreso Latiamericano. Pucón-Chile 1999. dice
que hay información sobre los niveles de MO recomendados en función de la textura del
suelo, así por ej. Para suelos arenosos 1 a 1,5% de MO; arcillosos 3,5 a 4,4% de MO. en
que 1% de MO equivalen a 401 de MO en la capa arable del suelo.
También el Dr. Rosell reseña distintas formas establecer las necesidades de MO para mejorar
el rendimiento de cultivos. Así según Welte (1963).
MO a aplicar anualmente= Km (HO + A) donde

80
HO, es el contenido de humus bajo condiciones de equilibrio,
A, entrada anual de MO (fertilizantes orgánicos, rastrojos y raíces de cultivos)
A es la entrada de MO fresca.
Km, coeficiente de descomposición o mineralización de la MO originla de Kortleven (1963),
considera que el nivel de humus presente era la vigésima parte del imput anual aplicado,
siendo Ym el humus presente en estado estacionario.
Ym = (k1: K2)xA donde
K1, es el coeficiente de humificación (O, 1 a 0,39)(fracción de la MO joven que se transforma
en humus.)
K2, es el coeficiente de descomposición (0,01 a 0,03 para el humus estable y O, 7 a 0,9 para
la MO fresca o joven)
También Rosell citó a Rauhe (1965) que emplea el N presente en el suelo y el N adicionado
con la MO fresca para estimar la cantidad de MO que debe adicionarse para mantener el
balance de humus.
MO fresca a adicionar= 20 x N (requerido por el cultivo)
Este procedimiento fue usado en Alemania durante los últimos 30 años.
En la actualidad la necesidad de MO se estima tomando en cuenta:
- La producción de residuos vegetales aplicados a suelos, lo cual eleva el
nivel de MO disponible.
- El nivel original de MO o C para establecer balances dado que no hay problema
para la incorporación de N al requerirse.
- Los valores de MO disponible (oscilan entre 1 y 6% de la MO del suelo).
- Los suelos bajo agricultura pueden recibir hasta un cierto límite de MO fresca (por
ej. 30-35 t de estiércol por ha-año) pasado ese límite contaminan el ambiente.

En base a esos conceptos, el servicio de conservación de suelos de Alemania ha preparado


una serie de tablas y recomendaciones para establecer la demanda y reposición de MO
fresca para diferentes cultivos (Rosell. 1999).
En Chile, el grupo de Química y Bioquímica de Suelos de la Fac. de Ciencias Químicas y
Farmacéuticas de la Universidad de Chile, por varios años ha establecido lo que ha
llamado el Balance de la MO de los Suelos, que es una visión integral de la cuantía y
calidad de la MO del suelo ( (Aguilera y col. 1990, 1994, 1997 y 1998). Ese Balance de MO
toma todas las formas orgánicas presentes en el suelo, desde el C biomásico de los
microorganismos (C-bio) (Borie y col. 1992, 1995), el carbono disponible evaluado en dos
formas, como hidratos de carbono solubles y como hidratos de carbono hidrolizables
(Aguilera y col. 1987,Borie y col. 1995), y desde luego el carbono estable, el humificado,
como carbono: acido fúlvico (C-AF); ácido húmico (C-AH) y el correspondiente a las huminas
(C-hum).
Junto a la obtención del Balance de MO se efectúa la Distribución de esas fracciones
orgánicas respecto al total de la MO, con lo que fácilmente se visualiza el grado de
humificación de un suelo, la cantidad de MO disponible y la actividad biológica total del
sistema edáfico. Ese perfil básico de los suelos se puede comparar con los del mismo
suelo sometido a distintos usos y prácticas agrícolas (Aguilera y col. 1996, 1998; Peirano y
col. 1992). Con ello es muy fácil el seguimiento sobre el efecto antropogénico de cada
suelo en particular. Al respecto se acompañan algunos gráficos de suelos volcánicos y un
alfisol chilenos, bajo distintos manejos, en los que es destacable el uso de cero-labranza
por la implicancia de la reinserción orgánica a los suelos.

81
Sobre la adición de MO fresca a los suelos y el ciclado de materia orgánica en suelos y
modelos predictivos hay modelos que permiten hacer cálculos para los ecosistemas como
ya se dijo de los trabajos de Rosell 1999 y Fassbender 1987 y 1999.
Finalmente. haciendo algunas consideraciones sobre el papel que le corresponde a la
MOS, tanto en prevención como en posible factor de daño frente a los contaminantes
inorgánicos como orgánicos.
Considerando a los contaminantes como aquellos compuestos químicos que siendo
extraños al sistema entran al ambiente, generalmente por acción antropogénica. o bien
aquellas sustancias que siendo habituales del ecosistema exceden las concentraciones
normales, y que llegan a ser tóxicas para los seres vivientes incluyendo al hombre.
Los contaminantes pueden ser orgánicos e inorgánicos. además pueden ser naturales o
sintéticos. Su efecto puede ser individual pero también sinérgico.
Además. considerando algunos otros parámetros según los cuales una sustancia tendrá
importancia en química ambiental, Choudry (1984} enumera las siguientes características:
Si se produce o distribuye en grandes cantidades.
Si tiene la posibilidad de entrar en el ambiente.
Si tiene tendencia a dispersarse.
Si es persistente (por falta de degradación en condiciones bióticas o abióticas)
- Si se produce bioacumulación.
Si presenta toxicidad en relación a efectos biológicos.

En cuanto al papel de las sustancias húmicas en el ambiente, Choudry agrega que estas
sustancias pueden mostrar 5 tipos de efectos en los químicos ambien ales:
- Efecto de sorción.
- Efecto de solubilización.
- Efectos de catálisis e hidrólisis.
- Efectos en los procesos biológicos.
Efectos de fotosensibilización y amortiguación.
De acuerdo a ello, las sustancias húmicas pueden fijar químicos. pueden actuar como
vehículo para su movilización, transporte e inmovilización, de herbicidas, pesticidas o aceites.
(Choudry 1984).
Como se expuso en las propiedades benéficas de la MOS, tanto compuestos orgánicos
como inorgánicos, que constituyen contaminantes en los suelos. tienen una gran interacción
química con los polímeros orgánicos que constituyen el humus. Esa interacción se traduce
en una fuerte fijación de dichos contaminantes a las formas estables del suelo con lo cual
se retiran de la solución del suelo dejando de ser de riesgo para los seres vivos.
La fuerza de interacción, químicamente, se expresa en constantes de afinidad o de
formación de los compuestos entre los polímeros húmicos o fúlvicos y los elementos
metálicos que constituyen metales pesados o los pesticidas, fungicidas y herbicidss, que
generalmente son compuestos orgánicos de estructuras relativamente simple. Sobre estos
aspectos hay innumerables trabajos en las publicaciones mundiales de suelos, de química
del humus y de química ambiental.
También nuestro grupo de trabajo, ha determinado muchas de estas interacciones de los
polímeros húmicos frente a elementos catiónicos tanto elementos nutrientes como elementos
que constituyen contaminantes (Zunino y col. 1979, 1982). Esos estudios incluyen sistemas
de los elementos por separados, como también sistemas en que se mezclan los elementos
catiónicos, ya sea distintos nutrientes como nutrientes y contaminantes. en distintas

82
proporciones, a semejanza de lo que ocurre con la solución del suelo. Con todo ello se ha
podido dimensionar el verdadero aporte de la MO, ya que por ejemplo en sistemas con Ca
y Cd en competencia, se pudo determinar que se fija mucho más fuertemente el Cd, lo que
es un seguro frente a políticas de encalado por ej.
Sobre los efectos negativos o contaminantes que pudiera presentar la MO, estos sólo se
producirían directamente, en:
- Una degradación incontrolada de la MO, por una mineralización excesiva sin
reposición de MO y sin humificación, con lo cual toda sustancia contaminante fijada a
la MO seria liberada.
- O bien ante una sobresaturación de contaminantes en el sistema edáfico, con lo
cual la reserva orgánica quedaría saturada e incapaz de amortiguar el impacto.
- Otro efecto dañino de la MO podría ser la activación de micro/loras patógenas que
se deben controlar paralelamente.

Finalmente, como citan Miller y Donhahue (1990), "el nivel óptimo de MO que deberá
mantenerse en un suelo no ha sido determinado nunca ya que no es un valor único". Ese
valor depende de cada tipo de suelos, de su entorno, su clima, el tipo de uso y manejo que
se le dé. Lo que si es primordial, es el mantener el recurso, en las condiciones lo más
cercano posible a sus condiciones originales que son las del equilibrio deseado por la
sabia naturaleza. Sólo así el suelo, y su gran riqueza la MO y la bioactividad, servirán al
hombre, su entorno y la naturaleza.
Para ello en los estudios y decisiones que se adaptarán en Chile en el futuro mediato, seria
muy importante regular toda práctica que atente contra el recurso MO en su calidad y
cantidad, por ejemplo sobre explotación de monocultivos, quema indiscriminada el suelo
junto a los rastrojos, sobrelabranza, etc, etc. También se debería potenciar toda acción
tendiente a recuperar los niveles orgánicos de los suelos erosionados, lo que se puede
hacer tanto con prácticas de reinserción de los residuos propios del agro, como también
por la inclusión de otros residuos o biosólidos, práctica que debe acompañarse con todas
las regulaciones ambientales necesarias, tal como se realiza actualmente en muchos países
especialmente de Europa y USA, entre los cuales son destacables los esfuerzos de
investigadores españoles, entre ellos el grupo de Costa y col. de Murcia, que en 1995
escribieron un libro muy práctico. En el mismo sentido la Dra. Maria Julia Mazzarino,
Universidad de Bariloche, Argentina, hizo una excelente presentación en el Congreso
Latinoamericano de la ciencia del Suelo, Pucón 1999. En esa presentación la Dra Mazzarino
hizo una revisión muy completa sobre el uso de distintos Residuos, las reglamentaciones
vigentes, o la no regulación en muchos países. Al mismo tiempo ella propuso acciones
concretas a desarrollarse por las comunidades científicas en apoyo a nuestros continentes
y países.
Este llamado de la Dra Mazzarino y su grupo, a coordinarse las sociedades internacionales
de suelo, para juntos trabajar mejor por los grandes desafíos que conllevan a la preservación,
recuperación y buen uso del recurso suelo, es algo que nosotros también queremos suscribir
en esta tan importante oportunidad que se nos brinda.

83
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85
LA DEGRADACIÓN FÍSICA DEL SUELO
Achim Ellies Sch.
Universidad Austral de Chile
Casilla 567
Valdivia - Chile

INTRODUCCIÓN

Un cuerpo legal destinado a la protección y conservación del recurso suelo debe velar
para que se sustenten sus funciones. El suelo cumple en forma sumaria las siguientes
funciones:
Hábitat de los organismos vivos
Sitio donde se desarrollan las plantas
Elemento determinante en el balance hídrico
Filtro, tampón y transformador de sustancias
Elemento del paisaje y espacio recreativo
Fuente de materia prima
Espacio para la vivienda y el transporte
Testimonio de la historia.
El desarrollo pedológico hace que el suelo cambia naturalmente. Con su uso estos cambios
se aceleran. Consecuentemente, se alteran también las funciones. La perdida de las
funciones se inicia con la degradación del suelo. La degradación es un detrimento cualitativo.
que puede desencadenar en una perdida definitiva del suelo.
Un cuerpo legal que tiene por propósito cautelar el uso sustentable del suelo, debe velar
también para que no se deterioren sus funciones. En este trabajo se analiza la degradación
física del suelo, las causas que la originan, su incidencia en las funciones y proposiciones
de prevención.

CLASES DE DEGRADACIÓN FÍSICA

La política agraria de Chile y la necesidad de efectuar negocios en el corto plazo fueron la


causa desde tiempo inmemorable que la protección del suelo pasara a un plano secundario.
El resultado de esto fue una degradación y perdida de vastas áreas de suelo.
La degradación física de un suelo se asocia a un cambio en la estructura y en algunos
casos de la textura. es decir, siempre se producen modificaciones en el sistema poroso. La
estructura (porosidad) es necesaria en el balance del agua, aire y térmico. La capacidad
de arraigamiento, el laboreo del suelo, la susceptibilidad a la erosión está en función de la
estructura del suelo.
La degradación de la estructura y/o porosidad puede ser cuantitativa o cualitativa. Con la
perdida cuantitativa de la porosidad disminuye la capacidad de almacenamiento del agua
y del aire. El exceso de agua produce escurrimiento superficial o anega superficies. Los
cambios cualitativos de la porosidad se observan en la morfología, el tamaño. la continuidad
y la orientación de los poros. Con un deterioro de la estructura aumenta la resistencia a la
penetración de las raíces, se dificultan las labores de labranza y se reduce la capacidad del

86
suelo en sostener una vegetación. Los resultados de estos cambios son semejantes a las
de un deterioro cuantitativo. Por ejemplo la compactación altera el balance hídrico, el
intercambio de aire, lo que reduce el potencial de producción del suelo y la biodiversidad.
Los cambios estructurales se producen también en forma aloctona. Con el drenaje,
corrección de corrientes de agua, se altera el balance hídrico. Estos modifican la flora y la
fauna y son determinantes en la disminución de la biodiversidad en biotopos húmedos.

ALTERACIÓN DE LA ESTRUCTURA

La capacidad del suelo en sostener una vegetación depende de la interacción de sus


propiedades físicas químicas y biológicas. El resultado de esta interacción es la fertilidad
del suelo. La perdida de esta capacidad se produce con la disminución de la materia
orgánica, de los nutrientes minerales y con un deterioro estructural. El paso siguiente es la
erosión.
La estructura del suelo se destruye cuando el laboreo se realiza en condiciones adversas o
cuando se utilizan maquinaria cada vez más pesada y potente. La presión, el patinaje, el
pisoteo animal, en especial sobre suelos muy húmedo compacta o deteriora la estructura.
Una posterior rotura mecanizada aumenta la porosidad del horizonte superficial, pero en el
subsuelo esta continua disminuyendo.
En Chile no hay pruebas que la fertilidad se pierde siempre con los cambios en la agregación
provocadas con el manejo y el uso. Pero en la mayoría de los suelos de la Cordillera de la
Costa hubo una perdida en la fertilidad, debido a los cambios estructurales. La degradación
de la agregación del suelo, es un catalizador para que se inicie la erosión.
MATERIA ORGÁNICA

La materia orgánica es necesaria para la estructuración en la mayoría de los suelos, en


Figura 1: Efecto del manejo de un Trumao sobre el contenido de
materia orgánica y el sistema poroso.

1000
c:t,,at. Org. llioros 50�1m lliloros50•10pm
•oros 0,2pm

750

e
É.

l5 1

o
"O
500
� �-
:,
.2
e 10
�·
1
250

Bosque Tala/P raderaSilvopastoreo Pradera Rotaciones Corredor

Manejo d e l Suek>

87
especial los de textura fina. Una política de manejo sustentable debe estimular manejos
que incrementen o conserven el tenor de la materia orgánica. Con cada uso y manejo se
produce un equilibrio entre el aporte y la perdida de materia orgánica. El cambio de uso
desde bosque a pradera, o de pradera a cultivo produce nuevos equilibrios. La quema de
residuos de cosecha lleva a nuevos equilibrios, pero con un contenido más bajo de mate­
ria orgánica en el suelo. La Figura 1 muestra el efecto del manejo sobre el contenido de
materia orgánica y en el sistema poroso de un suelo Trumao y en la Figura 2 para un suelo
Rojo Arcilloso.
La disminución de la porosidad total y el cambio en la distribución por tamaño en el Trumao
aparecen ser alarmantes. Sin embargo, la porosidad residual aún permite un adecuado
crecimiento vegetal. En el Rojo Arcilloso, la perdida de materia orgánica incide más en un
cambio cualitativo del sistema poroso el cual tiene un fuerte impacto sobre el crecimiento
vegetal. Esto indica que la conservación de la materia orgánica en algunos suelos es de
mayor prioridad que en otros. En las Figuras 1 y 2 destacan que hay manejos y usos que
conservan el sistema poroso del suelo y el desarrollo de los cultivos no se limita por este
factor. Por otro lado el pisoteo excesivo como la pradera naturalizada sin manejo y con un
monocultivo degradan más a la estructura del suelo. Es decir, hay que fomentar manejos

Cuadro l. Efecto de los residuos de cosecha sobre la erosión en un uelo Rojo Arc i lloso.

Manejo de residuos Agregados estables Pérdida de suelo t/ha


> 0.25 mm(%)
Rastrojo quemado 17 47
Rastrojo enterrado vía arado 47 '27
Rastrojo mantenido en la superficie 78 5

Figura 2: Efecto del manejo de un Rojo Arcilloso sobre el contenido de


materia o rgánica y el sis1ema poroso.
1000 5
C:,,,at. Org. •oros 50 µm ■oros 50 - 10 pm
lllforos 10 ·0,2 µm •oros 0,2 µm

o
750


15

500

10


250

Bosque Prad. Artlflclal Prad.Oegradada Rotación Monocultivo

Manejo del Suelo

88
para conservan la materia orgánica o la agregación de un suelo.
La materia orgánica se conserva y puede incrementarse con abonos verdes y con la
incorporación de los residuos de cosecha. El mayor beneficio para la estructura se obtiene
cuando los residuos de cosecha permanecen sobre la superficie o sólo se entierran
superficialmente. (Cuadro 1 ). Una legislación de protectora del suelo debe impedir la
quema de rastrojos y favorecer su reciclaje .

MANEJO DEL SUELO

Cuando se destruyen los agregados, disminuye la capacidad de almacenamiento del agua


y del aire. Esto ocurre utilizando para el laboreo maquinarias muy pesadas, en suelos con
baja capacidad de soporte, en suelos muy húmedos, con un laboreo excesivo y con un
pisoteo animal recurrente sobre un suelo húmedo. Las labores de labranza reparan o
sueltan al suelo superficial pero las estratas compactadas se trasladan a una mayor pro­
fundidad donde es más difícil soltarlas. La Figura 3 muestra la perdida de la capacidad
de almacenamiento agua, con un pisoteo recurrente sobre un suelo muy húmedo. La
perdida de capacidad de almacenamiento de agua o de aire reduce los rendimientos y
aumenta la frecuencia con la cual deben establecerse praderas.

LABOREO DEL SUELO

La aradura se practica desde tiempos remotos para lograr una adecuada cama de semilla.
La labranza y el cultivo tienen un efecto cuantitativo y cualitativo sobre el sistema poroso.
La labranza tradicional incrementa temporalmente el espacio poroso grueso en la superfi­
cie, pero con labores secundarias excesivas, o cuando estas se realizan con una hume­
dad excesiva, el espacio poroso disminuye. Los sistemas que no invierten al suelo tienen
una mayor cantidad de agregados estables al agua. El uso del arado cincel o la cero

Figura 3: Efecto del uso y manejo del suelo sobre la capacidad de


almacenamiento de agua
o


o
a.
E 2 -

4
o 100 200 300 400
Almacenamiento de agua útil (m3)

..¡_Pisoteo Trumao _,,Pisoteo Rojo Arcilloso -0Tráflco Trumao ,Jráflco Rojo Arcilloso

89
labranza conserva la materia orgánica y permiten un Mayor rango de oportunidades para el
laboreo (Cuadro 2). Sin embargo, los equipos de cero labranza son pesados en condicio­
nes húmedas compactan el suelo superficial, existen experiencias que después de 4-5
años hay volver a soltar el suelo.
Los agregados estables al agua incrementan con una labranza realizada en un suelo
seco. A inicio de la primavera cuando los suelos tienen aún una alta humedad, se corre el
mayor riesgo de una degradación de la estructura. Algunos suelos como los de ceniza
volcánica tienen un rango de humedad más amplio en la cual aún se conservan friables.
Las restricciones para una oportunidad de intervención en estos suelos son bajas. El
rango de friabilidad en los suelos Rojo Arcillosos es muy estrecho. La oportunidad de labo­
reo en estos suelos es muy restringida. Estos se conoce como "suelos minutos". En estos
suelos se debe incrementar la labranza mínima o la "Cero Labranza" La práctica de barbe­
cho deteriora mucho a estos suelos. Una legislación que tiene por finalidad proteger el uso
sustentable del suelo, debe crear incentivos para que se apliquen sistemas de labranza
más conservadores en suelos lábiles.

COMPACTACIÓN DEL SUELO

La potencia de los tractores incremento en los últimos 40 años cerca de un 300% y el peso
de estos en más de un 150%. Este desarrollo incentivo su uso cuando el suelo aún se
encuentra muy húmedo. Como resultado se produce una compactación la cual equivale a
una reducción de la profundidad y a una disminución del volumen arraigable del suelo. La
compactación produce el sellado del suelo, donde la velocidad de infiltración disminuye.
La precipitación escurre y se potencia la erosión. El caudal de los cursos de agua incrementa
rápidamente con eventos de lluvia normales. Los rendimientos agrícolas bajan y la tasa de
crecimiento de las plantaciones forestales disminuye. Los efectos económicos de la
compactación no siempre son perceptibles, porque se enmascaran al aumentar la fertiliza­
ción o al utilizar variedades vegetales más aptas. La densidad aparente sirve para diagnos­
ticar el grado de compactación.

Cuadro 2: Efectos de algunas prácticas de laboreo en un suelo arcilloso sobre la estructura y la


erosión.

Practicas de cultivo % Agregados estables Tasa de erosión


al agu a> 15 mm 0 t/ha
Aradura tradicional primavera 14 15
Aradura tradicional otoño 25 8
Cincel en primavera 34 6
Cincel en otoño 53 3
Labranza mínima primavera 30 7
Labranza mínima otoño 55 3
Cero labranza Invierno 77 <I

90
La Figura 4 muestra el efecto de un aumento artificial de la densidad aparente sobre la
producción de materia seca de una pradera.

Figura 4: Efecto de la densidad aparente sobre la producción de


materia seca de una pradera

� 7,5

::;; 2,5

o '
0,5 0,75 1,25 1,5
Densidad Aparente (g'cm-3)
..,..Trumao -a-Transición ..,Rojo Arcilloso

La evidencia más visible de una compactación son las huellas que quedan sobre la superficie
que dejan los vehículos o los animales, Pero en la mayoría de los casos la compactación
que no es tan evidente, esta se incrementa en forma paulatina.
La capacidad de soporte es una medida que permite determinar la magnitud de las presiones
que soporta un suelo sin que se compacte. Cuando la presión aplicada es menor a la
capacidad de soporte el suelo no se deforma o compacta. Los suelos cuando secos tienen
una alta capacidad de soporte la cual disminuye con un aumento en la humedad. Mientras
más fina es la textura tanto más disminuye la capacidad de soporte del suelo en condiciones
húmedas. La capacidad de soporte es específica por tipo de suelo.
Al compactar a un suelo incrementa la capacidad de soporte, pero esto es a expensas de
una pérdida del sistema poroso en especial los gruesos. A igual densidad aparente la
capacidad de soporte es mayor en los suelos más estructurados. En los suelos estructurados
esta disminuye menos cuando incrementar la humedad. En forma resumida esto se muestra
en la figura 5.

Figura 5: Capacidad de soporte según humedad y estructura de un suelo

� 400 -
"'m
Q.
o

,,,, 200 -
,,"'
"'Q.
u"' 4
pF (log cm)
....Arena -G-Arcllla ,e..Trumao -�ojo Arcilloso

91
Para evitar la compactación del suelo es necesario conocer la capacidad de soporte para
distintas condiciones de humedad de las principales series de suelo de Chile. Es necesa­
rio implementar una política que fomente el uso de maquinaria adaptada a la capacidad de
soporte de los suelos.

CAPACIDAD DE HUMECTACIÓN DE LOS SUELOS

La capacidad de humectación de un suelo depende de la afinidad que tienen las partículas


sólidas con el agua. Una resistencia a la humectación se produce en presencia de grupos
apolares que se encuentran en la materia orgánica. Una moderada resistencia a la humec­
tación de los suelos es deseable, esto evita la dispersión en el agua de los agregados.
Con la quema de rastrojos o residuos de cosecha se sintetizan o acumulan substancias
hidrófobas. Estas tienen una alta resistencia a la mineralización y la hidrofobia perdura por
mucho tiempo. La resistencia a la humectación inducida se incrementa con las quemas
que generan mas calor.
Con una alta resistencia a la humectación el agua no penetra en el suelo, aun cuando la
porosidad es alta. Las sequías estivales de los suelos hidrófobos son más severas, al no
infiltrar las escasas lluvias. La quema de los residuos forestales retarda el prendimiento de
la nueva plantación.
Los suelos hidrófobos tienen una escasa cobertura vegetal. En los sitios con pendientes el
agua escurre y se facilita la erosión, en especial con las primeras lluvias otoñales. No
existen manejos conocidos que revierten la resistencia a la humectación inducida, esta
sólo se puede prevenir. Hipotéticamente se podrían aplicar tensoactivos, pero los resulta­
dos son muy dependientes de las condiciones climáticas. Se necesitan un mayor acopio de
investigaciones para revertir los problemas inherentes a la capacidad de humectación, en
especial de los suelos de ceniza volcánica.

METAS

La fertilidad y las funciones del suelo se pueden sostener con manejos que involucran
medidas ecológicas y económicas aceptables. Es necesario una política que minimiza los
conflictos existentes entre metas de producción y medidas básicas de conservación.
Fomentar la protección y recuperación de suelos lábiles.
Definir para cada lugar con una mayor precisión las técnicas de labranza y
de cultivo más aptas
Difundir pautas para el tránsito, pisoteo y laboreo con maquinaria
Impulsar el uso de equipos que no invierten el suelo
Incentivar para algunos suelos la labranza mínima
Promover la incorporación de los residuos de cosecha en el suelo.
Estimular como un manejo habitual la utilización de abonos verdes.
Desincentivar la quema de residuos de cosecha.
Mejorar la estructura de los suelos
Imponer la determinación de la capacidad de soporte de los suelos.
Implantar cultivos específicos y utilizando mulch
Fomentar el uso de una maquinaria agrícola o de cosecha forestal que ejercen

92
una menor presión y con un menor peso.
Prevenir los efectos de una resistencia a la humectación inducida
Concretar iniciativas para investigaciones básicas y de estudios tecnológicos
sobre el manejo y recuperación de suelos.

Potenciar los sistemas transferencia del conocimiento para un uso adecuado del suelo.

93
DIMENSIÓN SOCIOECONÓMICA DE LA DEGRADACIÓN DEL SUELO
EN CHILE.

Jorge A. González U., Roberto Velasco H., Claudia Pérez C.


INIA CRI Quilamapu
Casilla 426
Chillán - Chile

Resumen

En este trabajo se resumieron algunos conceptos básicos que permiten visualizar el problema
de la erosión del suelo desde un perspectiva económica. Luego, se analizó la relación
existente entre algunas variables socioeconómicas que condicionan el fenómeno de erosión
del suelo en el país utilizando información estadística primaria. Finalmente, se realizó una
primera aproximación del costo económico mínimo de este fenómeno en Chile y algunos
e jemplos de resultados económicos de técnicas y alternativas de producción
conservacionista disponibles en el país.

Aspectos Cualitativos.

El problema analizado es de naturaleza esencialmente silvoagropecuaria, por consiguiente,


es el hombre el principal causante de la degradación del suelo, reflejado en una reducción
de la productividad del ecosistema que interactúa con aspectos sociales y económicos de
la ocupación del espacio. A lo anterior, debe sumarse el hecho de que el país posee una
estrategia marco de crecimiento y desarrollo económico basada en la mayor integración
posible de sus sectores productivos a la economía internacional. Este proceso provoca
conflictos de intereses entre las aspiraciones de bienestar de agentes privados y del resto
de la sociedad, que se hacen críticos cuando los recursos naturales, como el suelo, tienen
tanto un valor "intrínseco ó de existencia" para la sociedad, y un valor económico (precio)
como insumo, activo o factor productivo apropiable por privados.
Normalmente los países de bajos ingresos, o en vías de desarrollo como Chile, se
caracterizan por ser altamente dependientes de sus recursos naturales. El valor de un
activo económico es equivalente al Valor Actual (capitalizado), de la sumatoria de los flujos
de ingreso monetario neto futuro. Dado que el recurso suelo genera ingresos futuros, es
indesmentible que constituye un activo económico y debiera ser considerado como tal en
los análisis contables y cuentas nacionales. La contabilidad más clásica no considera esta
variable en el caso de los recursos naturales. En Chile, el suelo ha sido sometido por
décadas a sobre-explotación, generando procesos erosivos que han disminuido su
productividad y en consecuencia su valor, esto constituye la depreciación del suelo. La
omisión de la disminución del valor del activo suelo en las cuentas nacionales y de
rentabilidad de alternativas productivas no hace posible conocer si el crecimiento económico
(PGB) es realmente sustentable.
Metodológicamente, la evaluación económica clásica de la depreciación de los suelos puede
agruparse en Evaluación Directa y Evaluación Indirecta. Esta última cuantifica pérdidas
físicas y/o biológicas de un indicador o factor medible que incide directamente en la
productividad del suelo (nutrientes), y fue utilizada en éste estudio para realizar una primera

94
aproximación económica de la depreciación del patrimonio suelo en Chile.
Como se indicó anteriormente, la erosión en Chile tiene al hombre como principal actor,
aparentemente inserto en un escenario de pobreza rural que es la resultante de aspectos
cuantitativos y cualitativos básicos insatisfechos. En éste escenario, el medio ambiente
juega un rol importantísimo como proveedor de recursos, que al ser presionado para que
genere ingreso económico, posibilita su degradación. Este puede adquirir formas en extremo
peligrosas, tanto para el propio recurso suelo como así también para la sociedad en su
conjunto.
El escenario descrito es condicionado y/o agravado cuando existen sistemas económicos
basados en la liberalización extrema de los mercados, con omisión, insuficiencia o
inoperancia de políticas reguladoras e instrumentos que corrijan las distorsiones o fallas de
éstos. Lo anterior no permite internalizar los costos y beneficios de la actividad económica,
en su justa medida, a todos los agentes involucrados, generándose equilibrios "sub-óptimos",
inequidades en la distribución del ingreso nacional, y sobreexplotación del recurso suelo.
Chile, con su pujante actividad productiva inserta en una económica caracterizada por la
globalización de los mercados, tiene la obligación para con todos sus ciudadanos y
generaciones futuras, de ir perfeccionando cada vez más los mecanismos que apunten a
atenuar los desequilibrios mencionados.
En el presente estudio se analizaron las relaciones básicas de dos "condicionantes" o
"variables", -ruralidad y pobreza rural-, con la erosión del suelo. Se consideró información
primaria nacional de diferentes autores (Rivera y Cruz 1984; MIDEPLAN 1994, Vial y
Huaracán 1993, MIDEPLAN 1998 y CONAMA-MINAGRI 1994). En esta información se
encontraron algunos aspectos interesantes de destacar.
Primero, el país tiene prácticamente el 63% de sus suelos con algún grado de desertificación,
y casi la mitad de los suelos presente algún grado de erosión, (cuadro 1 ), Lo es de una
enorme trascendencia e importancia económica y debe tenerse presente en la generación
de políticas especificas.

Región Superficie física total Superficie


(miles de hecláreas) erosio nada(%)
1 5.807,2 43
11 12 .530,6 21
111 7.826,8 35
IV 3.964 ,7 85
V 1.637 ,8 55
VI 1.595,0 61
VII 3.051,8 51
VIII 3. 600,7 66
IX 3.247,2 76
X 6.903,9 66
XI 10 .715,3 45
XII 11.231.0 37
Metropolitana 1.578,2 36
Total país 75 .490,6 46

Fuente: CONAMA. 1994. Plan Nacional de Conservación de Suelos. Basado en cifras del estudio
IREN -CORFO 1979.

95
Cuadro 1. Superficie regional: total(has) y erosionada(%).
Segundo, analizando la información a escala regional, se construyeron algunos estadígrafos
y se obtuvieron correlaciones que señalan que la relación entre ruralidad y pobreza rural
tiene diferente intensidad entre regiones del país. Por esto, es aconsejable utilizar diferen­
tes matices para abordar estas variables socioeconómicas en su relación con la degrada­
ción del suelo de acuerdo a sus propios méritos y características. Del análisis realizado
puede inferirse que ruralidad y pobreza rural no son estrictamente "sinónimos", básicamen·
te porque existen distintos tipos de ruralidad de variada condición socioeconómica(cuadro
2 y 3, y gráfico 1 y 2).
Cuadro 2. Indices de Ruralidad de ocho regiones del País.
REGION Rango de Indices de Indice Promedio de Ruralidad
Ruralidad
X 1.827 -1.442 1 596
VIII 1.871 -1.373 1.569
VII 1.763 -1.269 1 541
IX 1.684 -1.138 1.406
VI 1.496 • 1.203 1.342
METROPOLITANA 1.696 • 0.474 1.010
V 1.354 - 0.631 0.948
IV 1.454 • 0.163 0 .775
Indices de mayor magnitud indican mayor ruralidad
Rango nacional fluctúa entre 1.871 y 0.04
Cuadro 3.· Indices de Pobreza Rural en ocho Regiones del país
REGIÓN Rango de Indices de Pobreza Indice Promedio de Pobreza
IX 2.31-1.10 1.78
VIII 2.29- 1.41 1.76
IV 2.63-0.99 1.76
VII 2.19-1.32 1 66
X 2.33 -1 .01 1 52
VI 1.87 -1.14 1.46
V 1.63 -0.48 1.27
METROPOLITANA 1.57-1.07 1 .27

Indices de mayor magnitud indican mayor pobreza.


Rango nacional de índice entre 2.63 y 0.41

I-Ul\L.0/-0
2 _____,.....-NJI E
I=\ BFlLA
1,8
1,6
1,4

� 1,2

....
0,8
0,6
IV V VI VII VIII IX X M
RBilON

Figura 1. Indices promedios de ruralidad y pobreza según regiones

96
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1,4 +- - -"',----=---�,-L.'-------=-.,::::..--S,..-----l
1,2 +---��--,,,..------------>,-'"----'

0,8 •
0,6
0,4
...
0,2
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IV V VI VII VIII IX X M

REGIÓN
• • ·•· • • Pr 1)11()1 U(ln Sud u E, 11s11,rl"1Ch1 -•-111(11r.e di:! 1 LU al1da� • ..,_ • lndce dA ptfll QZ'

Figura 2. Indices promedio de ruralidad y pobreza, y proporción de suelo erosionado según regiones

1,8
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1,6
1,4 I 1
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0,2
o
IV V VI VII VIII IX X M
REGIÓN
· · ·• - Proporción Suelo Erosionado ------- Ingreso R11al per Capila RAAli-.n

Gráfico 3.Proporción de suelo erosionado e ingreso rural per capita relativo según regiones.

Tercero, analizando las relaciones entre ruralidad y pobreza rural con la información de
erosión del suelo, se determinó la evidencia que a escala regional, existe una relación
directa (no estrictamente lineal) entre pobreza rural y el grado de erosión del suelo. Esta
determinación fue corroborada al profundizar el análisis contrastando la variable ingreso
autónomo rural per cápíta (Mideplan, 1998) de las regiones del país con las superficies
regionales de suelo erosionado, observándose en general que, ingresos bajos están aso­
ciados a proporciones altas de suelo erosionado (gráfico 3).
En consecuencia, análisis y soluciones más precisas a la situación de degradación de
suelos y sus condicionantes o limitantes socioeconómicas deben ser, en nuestra opinión,
abordados a nivel comunal, e idealmente a nivel de cuencas hidrográficas. Lo anterior,
plantea enormes desafíos en términos de políticas, instrumentos y recursos financieros
que mitigen, por ejemplo, la acción de comunidades de pequeños agricultores y campesi­
nado o grandes consorcios empresariales sobre la sustentabilidad del suelo. En todo caso,
parece razonable e imprescindible que en la medida que el Estado otorgue mayores recur­
sos financieros, estos deben ser acompañados de estudios técnico/económico ex ante, lo
más específicos posible y estudios ex post sobre la efectividad y eficiencia de los recursos
aportados.

97
Costo de la erosión del suelo: Una primera aproximación.
Se recopiló información "macro" y experimental sobre indicadores físicos de degra­
dación (superficies erosionables, pérdidas de suelo y contenido de nutrientes), los que
mediante extrapolaciones y bajo la metodología de Evaluación Indirecta apuntó a valorar la
pérdida de los nutrientes (N,P,K) del suelo en el país, considerado como un valor aproxima­
do del costo (mínimo) que significa para el país la erosión. Se sistematizó la información
confeccionando un registro a nivel comunal, que indica el área erosionable y su grado de
intensidad, basado en información de CONAF sobre la situación de desertificación del
país. Paralelamente, a cada comuna se le asignó una pertenencia aproximada a una
macrozona agroecológica determinada (Echeñiqu·e y Rolando 1989). Esta información se
superpuso con la generada anteriormente a nivel comunal. Luego se cruzó esta informa­
ción para cada comuna desde las fuentes señaladas se obteniéndose una aproximación
de la pérdida anual potencial por hectárea y por comuna y de los nutrientes correspondien­
tes. Las pérdidas de nutrientes se valoraron a precio de mercado de los fertilizantes comer­
ciales que poseen dichos nutrientes. Además, bajo los supuestos que en lo esencial la
situación de erosión no cambia dramáticamente y la intensidad del daño al suelo al menos
se mantendrá por algunos años, se realizaron diversos cálculos de Valor Actual Neto (VAN).
a horizontes de 5 y 1O años, diferentes tasas de descuento, macrozonas del país y nutrientes.
Con la metodología descrita se llegó a determinar que el costo potencial anual, de la pérdi­
da de N,P y K fue de 9.427 millones de pesos (cuadro 4), destacando la VII, VIII y XII
Regiones. Existe una macrozona , el secano/costa que concentra el 30 % del costo nacio­
nal con MM $ 3.188. La macrozona que sigue en magnitud de daño económico es la XII
Región con MM$ 2.990 y en tercer lugar la precordillera andina con MM$ 1.383 (cuadro 5).

Cuadro 4. Costo anual de nutrientes (N,P,K) por efecto de la erosión de suelos en Chile. Cifras en MM
$, año 2000.

REGION N p K TOTAL
CUARTA 0,98 1,40 28,16 30,54
QUINTA 1,81 1,04 10,24 13,09
METROPOLITANA 7,66 2,81 69,83 80,30
SEXTA 21,84 9,62 169,61 201,07
SEPTIMA 191,10 46,51 1.278,39 1.516,00
OCTAVA 474,90 82,11 1.814,35 2.371,36
NOVENA 98,92 42,53 584,59 726,04
DECIMA
UNDECIMA
81 ,40
34,11
22,45
8,27
653,23
698,94
1 757,08
741,32
DUODECIMA 134,87 92,31 2.763,34 2.990,52
TOTAL 1.047,59 309,05 8.070,68 9.427 ,32

98
Cuadro 5.-Costo económico de pérdida anual de nutrientes por erosión del suelo según
macrozonas. Cifras en MM $, año 2000
REGIONES IV A IX MACROZONAS
�EGION $E CANO/COSTA VALLE PRECORDILLERA !TOTAL
�UARTA 22, 14 8,40 1 30,54
K:)UINTA SIi 13,09 SIi 13,09
METROPOLITANA 71,59 3,81 4,89 80,29
SEXTA 102,81 56,67 41,59 201,07
$EPTIMA 1.217,84 79,30 218,86 1.516,00
OC TAVA 1.367,90 65,82 937,64 2.371,36
NOVENA 427,85 117,77 180,42 726,04
SUBTOTAL 3.187,99 323,37 1.383,40 4.938,39

REGIONES X A XII MACROZONAS


ZONA DECIMA UNDECIMA DUODECIMA TOTAL
Secano costa 642,92 642,92
Ñadis 3,18 3,18
vhiloe 110,99
1 110,99
v0ha1que 320, 17
1 320,17
Aysen
"hile chico
346,64
30,44
1 346,64
30,44
1
Ria lbañez 44,07 44,07
U !tima Esperanza 393,75 393,75
Magallanes 1.212,38 1.212,38
Tierra del Fuego 1.384,39 1.384,39
SUBTOTAL 757,09 741,32 2.990,52 4.488,93
1
11
1ufALPAIS 19.427,32 11
Nota: Por las características especiales que se presentan en las regiones X a XII la división por
áreas agroecológicas no es posible y se definieron por zonas geográficas.

Del análisis anterior, es claro que las diversas regiones del país se encuentran en diferente
situación frente al problema de la erosión y su magnitud. Consecuentemente, poseen dife­
rentes factibilidades para enfrentar el problema.
Respecto de las herramientas y/o políticas existentes hoy día en el país, como por ejemplo,
el Programa Recuperación de Suelos Degradados (PRSD), destacan dos aspectos. Pri­
mero, el aporte estatal se ha incrementado 45 veces respecto del aporte inicial otorgado en
1995. El aporte de 1999 equivale al 75% del costo de pérdida de nutrientes (NPK), calcula­
do en este estudio. Segundo, sin entrar a juzgar las especificaciones consideradas para su
operatividad, se observó alguna aparente incongruencia entre los recursos financieros apor­
tados y el daño por erosión de las diversas regiones. Es aconsejable y necesario mejorar la
eficiencia en uso de los recursos financieros destinados a atenuar graves procesos de
erosión que están ocurriendo en nuestros suelos. Lo anterior, es factible de hacerse por el
mejoramiento de los programas existentes o la creación e implementación de nuevos ins­
trumentos.
Desde la perspectiva de los nutrientes involucrados, la pérdida de potasio es la más signi­
ficativa con MM$ 8.071. El nitrógeno ocupa el segundo lugar en importancia con MM$
1.048. En tercer lugar está el fósforo con una pérdida anual de MM$ 309 (gráfico 4). Por lo
tanto, parece razonable también que las políticas o acciones tendientes a contrarrestar el
proceso erosivo consideren de alguna forma, el escenario económico planteado entre los
tipos de nutrientes.

99
□niroaeno
300.05 ■ fn,sfrrn
o odasio

R0711AA

Figura 4. Costo económico anual por pérdidas anuales según tipo de nutrientes.
Cifras en MM $, año 2000.

El Valor Neto Actualizado (VAN) del costo económico de las pérdidas potenciales anuales
de nutrientes (N, P, K) por erosión a una tasa de descuento anual del 9, 14 % (promedio del
quinquenio 1995-1999 del sistema financiero nacional) señala que el país acumulará una
descapitalización (costo) mínima de su recurso o patrimonio suelo superior a 36.000 millones
de pesos en los próximos 5 años. En un período de 1O años, éste costo aumenta más de
un 64% alcanzando más de 60 mil millones de pesos. La sensibilización por tasas de
descuento generó cifras que no difieren mayormente de las recién mencionadas (cuadro 6).
La desagregación del VAN anteriormente analizado, señala algunos aspectos interesantes.
como que las pérdidas de potasio involucran 51 mil millones de pesos en la próxima década,
y en términos de Macrozonas el secano/costa puede involucrar un costo de MM$ 20.000
en los próximos 1O años, mientras que la XII Región tendría una cifra similar (cuadro 7).

Cuadro 6.- Valor Actual Neto (VAN) del costo económico del país por pérdida de nutrientes (N,P,K)
por erosión de suelos en Chile. Cifras en MM$, año 2000.

Tasa Descuento Anual% Costo (flujo) anual VAN5ANOS VAN10 ANOS


/MM$) /MM$\ (MM$)
8,23 9.427,32 37.437,48 62.607.06
9,14 9.427,32 36.536,17 60.130,26
10,05 9.427.32 35.691.36 57.802,59

Cuadro 7.- Valor actual neto (VAN) del costo económico de las pérdidas de nutrientes por
erosión del suelo según macrozonas definidas. Cifras en MM$, año 2000.

Macrozona Costo (flujo) anual VAN5 ANOS VAN10 ANOS


/MM$) (MM$) (MM $1
Secano/Costa 3.187,99 12.355.26 20.333,95
Valle 323,37 1.253,24 2.107.99
Precordillera 1.383,40 5.361,45 8.823,74
Décima Región 757,09 2.934,15 4.818,95
Undécima Reaión 741,32 2.873,03 4.672,87
Duodécima Re□ión 2.990,52 11.589,95 19.074,43

100
Es fundamental señalar que las cifras obtenidas son una primera aproximación del costo
de la erosión y tienen un valor esencialmente orientador para futuros estudios, políticas y
acciones. Por la misma razón, aquellas macrozonas que de acuerdo a los resultados
obtenidos, poseen un menor VAN de los costos de erosión no deben ser descuidadas, al
contrario, siempre cabe la posibilidad que detrás de las cifras macro se encuentren situa­
ciones de degradación del suelo específicas que requieran estudios y recursos para sub­
sanarlas.

Valoración económica de casos específicos.


Se presentan ejemplos de análisis económico de beneficio físico/biológico y/o agronómico,
de situaciones específicas de las cuales se pudo obtener información experimental sólida.
integrable y coherente a fin de ejemplarizar en forma más precisa, los efectos de tecnolo­
gías o técnicas conservacionistas y aportar más antecedentes a la toma de decisiones
relacionada con su factibilidad de adopción. En este sentido se utilizó aquella información
de estudios que han evaluado no sólo la pérdida de suelos, sino que también la pérdida de
nutrientes producto del manejo agronómico de cultivos. No se consideraron aquellos estu­
dios en que sólo se ha evaluado la perdida de suelo, ya que la generación de suelo es un
proceso a muy largo plazo. En cambio, el mejoramiento de la fertilidad de los mismos es
algo que el hombre puede manejar en el mediano plazo.
Ejemplo 1. Efecto de los años de cero labranza sobre la acumulación de fósforo
(PPsl en el periil del suelo, (Del Canto et al. 1989).

En rotación Raps/trigo/avena durante 5 años se midió el contenido de fósforo en ppm de


PPs en tres profundidades del periil del suelo, bajo manejo único de cero labranza. Medi­
ciones en presiembra (mayo) de cada año.

Macrozona de extrapolación de los resultados: Precordillera Andina. Suelos trumaos.

Años de Cero Labranza


Profundidad cms. o 1 1 2 3 1 4 5
0-5 8 14 1 15 22 1 27 37
5-10 8 13 1 15 17 1 20 18
10-30 9 11 1 11 9 1 10 8
Promedio 8 12.6 1 13.7 16.0 1 19.0 21
Ea u iv. Ko/h a 16 25.2 1 27.4 32 1 38 42
Incremento Ka/ha 9.2 1 2.2 4.6 1 6 4

Valoración: Se valorizan los kilogramos de fósforo incrementados en cada año a precio de fertilizan­
te y cada incremento anual se c apitaliza anualmente en el período total del estudio a una tasa anual
de 9.14%.

Año Valor Incremento($) Valor Capfalizado


$/Há
1 2.540 3.603
2 607 789
3 1.270 1.512
4 1.656 1.807
5 1.104 1.104
Acumuado 8.815

101
Ejemplo 2. Costos comparativos de sistemas labranza de suelo en trigo. Velasco et al. (1992).

Suelos trumaos de Precordillera con trigo invernal sembrado bajo dos sistemas de labranza:
tradicional y cero labranza en temporadas 86/87, 87/88 y 88/89. La valorización experimental es
hasta la siembra del cultivo y en aquellas labores y niveles de insumos que difieren entre los
sistemas.
Macrozona extrapolación de resultados: Precordillera y Secano/costa con suelos de moderado a
leve daño.

SISTEMA DE LABRANZA
ITEM TRADICIONAL (US 5/HAl CERO LABRANZA (USS)
COSTO PREPARACION SUELO 42.29 50.68
SIEMBRA 17.68 28.15
SU BTOTAL COSTO 59.95 78.83
RENDIMIENTO (QQ) 42.35 51. 1 0
INGRESO 739.85 892.21
INGRESO -SUBTOTAL COSTO 679.90 813.38
INGRESO MARGINA.L SISTEMA 133.48
INGRESO MARGINA.L $ 68.742
IN\..,..JL IU o/o 20

Al incremento marginal señalado deben adicionarse, para efectos de una valoración más
completa desde el punto de vista económico, el valor que tiene la apreciación del stock de
capital suelo el aumentar el nivel de nutrientes que el sistema cero labranza induce. El
experimento no consultó estas mediciones, no obstante basta señalar los incrementos
obtenidos, por ejemplo, sólo por el nutriente fósforo en el caso anterior de Del Canto et al.
1989.
Ejemplo 3. Evaluación económica de sistemas alternativos de producción y conservación
de suelos para la macrozona secano/costa.

El siguiente es un caso construido integrando información experimental pertinente de los


siguientes estudios desarrollados por Lagos (1999); Mellado et al. (1998); y Velasco y
González (1996).
Del estudio de estimación de pérdidas nutricionales por erosión hídrica desarrollado por
Lagos (1999) en Chequén-Florida, VIII Rregión se extrajeron valiosos antecedentes
experimentales que se resumen en la tabla siguiente.

Alternativa Precipitación Escurrimiento Anual Pérdida Media Costo Nutrientes


Media A nual Agua Lluvia mm/Há Anual Suelo N PK perdidos
Mm Ton/Há. S/Ha/año
Sin cobertura 1152.8 187.25 32.19 53.904
Trigo Convencional
Triao Cero Labranza
1152.8
1152.8
36.18
2.94
2.28
0.15
1 11352
1707

Del estudio de alternativas de preparación de suelo de Mellado et al. {1998) se extrajo


información referida al costo por hectárea de acondicionar el suelo bajo las tres alternati­
vas indicadas

Alternativa Costo Acondiconamiento Suelo $/Ha/año


Sin cobertura 53.457
Triao Conve ncional 53.457
Triao Cero Labranza 24.823

102
Finalmente de Velasco y González (1996), se extrajo y actualizó información referida a
costos de las alternativas, excluido el acondicionamiento de suelo, rendimientos de pro­
ducto e ingreso monetario.
Alternativa Costo Operacional, Rendimiento de Ingreso Bruto $/Há
$/Ha Producto ao/Há
Sin Cobertura o o o
��onvenc,onal 144.000 38 342.000
Trigo Cero Labranza 167.000 40 360.000--

Luego, integrando la información de las tablas anteriores, se obtiene

ALTERNA TI VAS
ITEM SIN COBERTURA TR.Ar5TCIONAL CERO
LABRANZA
Ingreso Bruto o 342.000 360.000
$/Há
Costo Acondicionamiento Suelo $/Ha/año 53.457 53.457 24.823
Costo Operacional, $/Ha o 144.000 16�
Costo Nutrientes NPK perdidos 53.904 11.352 1.707
$/Ha/año
T otal Costo $/Há 107.361 208.809 193.530
Costo nutrientes/Costo total. % 50,2 5,2 0,9
Margen Bruto Anual, $/Há (107.361) 133.191 166.470
Ingreso Marginal sobre sistema S/Cobertura. - 240.552 273.831
Ingreso Marginal sobre sistema tradicional 33.2�

Destaca el hecho de que si se practica un barbecho tradicional sin posterior desarrollo de


cultivo (cosa no infrecuente) las pérdidas en términos económicos son de gran magnitud,
prácticamente en igual forma distribuida entre el costo de preparar el barbecho y la pérdida
de nutrientes inorgánicos. Esto último, por no significar directamente un gasto de dinero no
es conocida y, por lo tanto, no es tomada en cuenta por los agricultores.
Entre los sistemas con producción, en este caso de trigo, las diferencias de margen no
parecen, objetivamente, muy significativas, pero el costo por pérdida de nutrientes en el
experimento se redujo 6 a 7 veces con labranza conservacionista de suelo y, adicionalmente.
diluyó este costo en el costo económico total del ciclo productivo (5,2 vs. 0,9%).
Lo importante es comprobar, en base a los casos analizados, que la adopción de prácticas
conservacionistas tienen efectos económicos a nivel de productor bajo dos áreas comple­
mentarias, la valorización (capitalización) del recurso suelo por efecto de mejoramiento de
sus condiciones físico/nutricionales que incrementan su productividad y el incremento de
Margen Bruto Operativo de las alternativas conservacionistas.
Con los antecedentes tanto técnicos como económicos expuestos en este trabajo, urge la
necesidad de crear conciencia entre los productores y asesores del quehacer
silvoagropecuario, que las prácticas conservacionistas son una realidad que deben apli­
carse al más breve plazo. Por su parte, el Estado, debe incentivar dichas prácticas median­
te instrumentos que apoyen y promuevan tecnologías y practicas de conservación de sue­
los.

103
BIBLIOGRAFÍA

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comunas comprendidas entre la IV y X Región de Chile.

104
CRITERIOS PARA ELABORACIÓN DE UNA LEY MARCO PARA LA
CONSERVACIÓN DE SUELOS

Aarón Cavieres
Conama
Casilla 520-V - Correo 21
Santiago - Providencia - Chile

RESUMEN

El suelo se encuentra entre los recursos mas deteriorados del país, alcanzado niveles tales
que es dificil encontrar suelos sin manifestaciones de degradación. El 78% de la superficie
estudiada por CIREN, correspondiente a los suelos productivos del país, presenta grados
de erosión que van desde moderado a muy grave. Por otro lado, estudios recientes realizados
por CONAF indican que un 62% del territorio nacional enfrenta en la actualidad procesos
de desertificación.
Se presenta una propuesta de Ley Marco para la Conservación de Suelos. Esta propuesta
viene a llenar el principal vacío jurídico normativo existente respecto a recursos naturales,
ya que los suelos corresponden a la única área en la que no existen regulaciones que
orienten y aseguren le manejo sustentable del recurso.
El foco de la propuesta está puesto en detener, en el mediano plazo, los principales procesos
que afectan negativamente la sustentabilidad del suelo. Para esto, se enfrentan los distintos
problemas de conservación de suelos con un enfoque que integra los instrumentos de
fomento e información existentes, y define un marco regulatorio para las prácticas que
implican una degradación severa y acelerada del recurso suelo.
Se propone crear un Comité Conservación de Suelos. Este Comité incorporaría la visión
de todos los actores relevantes en el manejo del recurso y tendrá como tarea el actuar
como órgano consultivo del Ministerio de Agricultura, tanto en la definición de las zonas
especiales en que se aplicará la ley, como en la elaboración y coordinación de los planes
para recuperar o conservar las áreas definidas como frágiles o degradadas.
Las regulaciones al uso del suelo se aplicarán gradualmente y su puesta en marcha será
apoyada mediante la entrega de información e incentivos.

1.- ANTECEDENTES

1. PRINCIPIOS

La Ley se basará en los siguientes principios

a) Sustentabilidad
Se incorpora el concepto de equidad intergeneracional, para lo cual el Estado debe
procurar que en el uso del recurso, no se comprometan las propiedades básicas del mismo.
estimulando y posibilitando la aplicación de adecuadas técnicas de manejo y conservación,
de manera de asegurar el derecho de las generaciones futuras a hacer uso de tal recurso.
El Estado deberá asumir las iniciativas necesarias para garantizar a lo menos, la mantención

105
en el tiempo de la capacidad productiva del suelo.
b) Prevención
El recurso suelo es patrimonio de la Nación, siendo por lo tanto obligación del Estado el
procurar que el uso y manejo de los suelos se lleve a cabo sin acciones que lo degraden.
Dado que prevenir el deterioro del recurso suelo es más eficiente y eficaz que invertir en su
recuperación, el Estado debe estimular y posibilitar la aplicación de técnicas de manejo
que tiendan a la utilización sostenible del suelo. Dichas técnicas deben ser las apropiadas
a su estado y condición y deben potenciar las características físicas, biológicas y químicas
permanentes del mismo.

c) Gradualismo y mejoramiento continuo


Mejorar la gestión, detener y revertir el proceso de deterioro de los suelos, solo puede
realizarse a través de esfuerzos continuos y mejoramientos graduales en el tiempo, por lo
que la aplicación de nuevas exigencias para el uso y manejo de los suelos, necesariamente
debe abordarse por etapas.
La aplicación de este principio reconoce que los problemas que actualmente se enfrentan,
son producto de décadas de procesos de degradación del recurso. Por lo tanto los
instrumentos que se utilicen en la aplicación de esta ley, deberán necesariamente ir
acompañados de plazos que se estimen razonables. para su puesta en marcha y de las
medidas de información, de regulación y de fomento necesarias para su adecuada
implementación.
Este principio se refiere principalmente a las medidas regulatorias que se implementen con
relación a la incorporación de cambios en las prácticas de uso del suelo, apoyando con
adecuados niveles de transferencia de tecnología a los sectores involucrados, mientras se
logra el abandono de las prácticas más negativas, para la sustentabilidad del recurso.

d) Complementariedad
La aplicación de esta ley debe complementarse adecuadamente con las exigencias que
emanen de Normas Secundarias para evitar la contaminación del recurso y futuras leyes
de Ordenamiento del Territorio y de Uso sustentable de los recursos hídricos, forestales y
agropecuarios.

e) Participación
Los diversos sectores sociales involucrados en el manejo del suelo, deben participar en la
definición y aplicación de las políticas que se establezcan con relación al.recurso suelo, de
manera de lograr una gestión del recurso que sea legítima, transparente y socialmente
consensuada.

f) Conservación del patrimonio


Las instituciones u organizaciones y las personas naturales usufructuarias del recurso suelo.
deben utilizarlo de forma no degradante, empleado para ello las mejores tecnologías y
prácticas disponibles, incorporando en sus costos las inversiones necesarias para prevenir
su deterioro, evitar su degradación y asegurar su recuperación, de modo que éste pueda
ser aprovechado por las generaciones futuras.
Del mismo modo, los usuarios del suelo tienen el derecho a conservar su patrimonio de
manera integra, de forma de que ninguna de sus funciones se vean afectadas. La ley lo
protegerá contra la acción de terceros que dañen la mantención de las principales funciones
del suelo.

106
2. PROPOSITO DE LA LEY

El propósito de la Ley es establecer un marco jurídico que permita preservar y conservar


el suelo, protegiéndolo de las principales causas de degradación provenientes de las
prácticas silvoagropecuarias, de manera que el suelo mantenga todas las funciones que
cumple a nivel ecosistémico y para fines de uso silvoagropecuario, estas son:

a) Proveer de una base física, química y biológica para organismos vivos.


b) Suministrar, almacenar y regular los flujos hídricos.
c) Almacenar y ciclar nutrientes y otros elementos
d) Dar soporte a la actividad biológica para la productividad de plantas y animales
e) Filtrar, degradar, inmovilizar, etc., materiales orgánicos e inorgánicos.
f) Proveer soporte físico para los organismos vivos y su estructura.

Se pretende lograr el uso sustentable del suelo, por lo que la ley fomentará las prácticas
que aseguren su conservación y mejoramiento, a la vez que limitará, mediante regulaciones,
aquellas que se contrapongan con este propósito.
La ley estará circunscrita al uso de suelos para fines productivos silvoagropecuarios y de
protección de estos suelos. Se excluye por tanto del ámbito de aplicación de esta ley, el
cambio de uso del suelo para otros fines.
Los aspectos referidos a la contaminación del suelo, sea producto de actividades
silvoagropecuarias o de otro tipo, así como aquellos relacionados al ordenamiento territorial
del espacio rural, no se incorporarán en la ley ya que en la actualidad existen normas u
otras iniciativas en elaboración, que regularán estos aspectos.

3. ORIGEN DE LA INICIATIVA

Existen elementos referidos, en primer lugar, al grave y acelerado proceso de deterioro a


que está siendo sometido el recurso y otros de carácter jurídico, relacionados por un lado
con la falta de un marco regulatorio para proteger el recurso y por otro con una serie de
mandatos legales que indican la necesidad de contar con un marco legal que permita
proteger el recurso suelo.

3.1. Grave deterioro del recurso suelo

A pesar de que normalmente se clasifica al suelo entre los recursos naturales renovables,
su baja tasa de formación o de recuperación ha llevado a considerar al suelo como un
recurso no renovable escala humana.
El Comité que prepara el proyecto de Ley de Conservación de Suelos, realizó un diagnóstico
preliminar, mediante talleres regionales de trabajo en que participaron todos los Servicios
Públicos y algunos Centros Académicos con competencia en el tema, determinándose
que las principales problemas que implican deterioro del suelo en el país corresponden a:
erosión hídrica y eólica, contaminación, cambio de uso irreversible, salinización, extracción
de suelo, drenaje, pérdida de fertilidad, pérdida de estructura, degradación biológica,
compactación y acidificadión, entre otras.
En estos talleres se concluyó que la erosión hídrica y eólica tienen a su vez causas que en

107
su mayoría se deben al manejo que hace el hombre de los ecosistemas, estas causas son:
falta de vegetación (por deforestación y sobrepastoreo), labranza inadecuada (cultivo en
tierras de laderas, cultivo en tierras no arables, barbecho descubierto), incendios y quemas
y construcción de caminos.
Este diagnóstico confirma lo manifestado en el Plan Nacional de Conservación de Suelos,
realizado por CONAMA- MINAGRI en 1994, donde se señala que en el país, las principales
causas de deterioro de los suelos son: la erosión hídrica y eólica' causada por factores
antrópicos; la erosión geológica con origen en factores naturales: la salinización 2 del suelo:
la contaminación por metales pesados3 , pesticidas• y residuos industriales; el cambio de
destino de suelos agrícolas a suelos urbanos5 y la extracción de áridos.
Los procesos erosivos constituyen, desde el punto de vista ambiental y probablemente en
términos socioeconómicos, el problema de mayor relevancia6 , además están asociados en
extensas áreas a procesos de desertificación7 . Estudios realizados por CONAF ª indican
que de 290 comunas estudiadas, el 93% {270 comunas) estaban afectadas por procesos
de desertificación.
Estimaciones realizadas por CONAF/JICA9 indican que en sectores de pendiente cercanas
al 10%, con categorías de erosión que van de moderadas a muy severas, se tienen pérdidas
de suelo de 15 a 30 toneladas de suelos por hectárea/año. Por su parte, de acuerdo a
mediciones de terreno realizadas por SAG, se puede indicar que en siembra de trigo en
ladera, por causa de la erosión se pierden aproximadamente 50 kilos de nitrógeno, 90 kilos
de fósforo y 5 kg de potasio por ha/año.'º
Por otro lado, este es un problema que afecta en mayor medida a sectores campesinos,
acentuando los problemas de pobreza rural 11, ya que limita gravemente las alternativas
productivas del sector, induciendo a la sobreexplotación del recurso que redunda en un
mayor deterioro.
1
El estudio de Fragilidad de los Ecosistemas Naturales de Chile, IREN, 1979, señala que de 34,5
millones de há estudiadas, aproximadamente 27 millones de há ( 78%) presentaban grados de erosión
de moderados a muy graves.
2
Según recopilación efectuada por CONAMA y MINAGRI, en el país existen 33.600 há afectadas por
procesos de salinizaión, especialmente en las regiones de Atacama y Metropolitana.
3
Según estimaciones de SAG, 1992, entre la 11 y IV regiones existen 61.200 ha contaminadas por
metales pesados y metaloides.
4
De acuerdo a INIA, 1990, la región con mayores problemas por plaguicidas organoclorados es la VI
región, con un porcentaje de ocurrencia de 83%
5
Cifras del SAG, 1991, indican que aproximadamente un 10% del total en el país de los mejores
suelos regados (97.900 há), están actualmente incluidos en las áreas urbanas.
6 Ver Anexo 1: Distribución Regional de las superficies erosionadas en Chile.
7 Ver Anexo 2: Mapa de Desertificación en Chile, en Diagnóstico de la Desertificación en Chile, CONAF,
1997.
8
Mapa Preliminar de la Desertificación en Chile, por comunas. CONAF, 1999.
9
Proyecto CONAF/JICA "Control de erosión y forestación en Cuencas Hidrográficas de la zona
semiárida de Chile".
'º Proyecto " Conservación de suelos, agua y biodiversidad, para un manejo agrícola integral y
sustentable para el secano de la VI región", elaborado por el INIA y financiado por el Fondo de
Proyectos para el mejoramiento del patrimonio sanitario del SAG 1999
11 Cifras de IREN, 1979, señalan que alrededor del 75% de los suelos de secano se encuentran
afectados por procesos erosivos de consideración

108
En el siguiente gráfico se aprecia la distribución de las distintas categorías de erosión en el
país.
La degradación de los suelos, no solo causa efectos negativos en el ámbito
silvoagropecuario. Su pérdida y deterioro, provoca además externalidades tales como el
embancamiento de puertos, ríos y lagos, afecta infraestructura de servicio y productiva,
reduce vida útil de grandes obras para generación de energía, contribuye al avance de
procesos dunarios y de desertificación y, provoca pérdida de la biodiversidad y calidad
paisajística del espacio rural.

3.2. Legislación e institucionalidad vigente

Desde el punto de vista de la legislación, existe un vacío en lo que se refiere a conservación


del recurso suelo, ya que no hay un marco ordenador, no obstante se han dictado diversas
disposiciones legales y reglamentarias que han incidido, o podrían incidir en la conservación
del recurso. Sin embargo, en su mayoría se trata de normas que fueron dictadas en diferentes
épocas y que tratan al suelo desde perspectivas disímiles y parciales, sin una visión sistémica
del ambiente y sin una clara opción por la protección y conservación del mismo.
En la actualidad, el MINAGRI es el organismo con facultades más relevantes en lo que a
conservación de suelos se refiere. La CONAF y el SAG poseen una serie de facultades
legales que les permiten la prevención y el fomento para la recuperación de suelos
degradados. Sin embargo para fines de manejo y conservación del recurso, se requiere
complementar facultades actuales y que se realicen acciones de coordinación entre estos
servicios y con otros organismos.

3.3. Mandatos legales


3.3.1. Ley de Bases del Medio Ambiente
La Ley 19.300 en su Art. 39 especifica que:
" la ley velará porque el uso del suelo se haga en forma racional, a fin de evitar su pérdida
y degradación"

3.3.2.Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación y la Sequía.


Esta convención, que fue ratificada mediante DS Nº 2065 del Ministerio de relaciones
Exteriores, del 20. 11.97, señala entre sus obligaciones generales que:

Art 4, inciso 2, letra d) las partes fomentarán la cooperación en materia de protección


ambiental y de conservación de los recursos de tierras y los recursos hídricos, en la medida
en que ello guarde relación con la desertificaión y la sequía;

Art. 5, letra e) las partes afectadas se comprometen a crear un entorno propicio, según
corresponda, mediante el fortalecimiento de la legislación pertinente en vigor y, en caso de
que ésta no exista, la promulgación de nuevas leyes y el establecimiento de políticas y
programas de acción a largo plazo.

Además, obliga a los países parte a diseñar Programas de Acción Nacionales, que
contemplen, entre otros:

109
Art. 10, inciso 2, letra c) prestar atención especial a la aplicación de medidas preventivas
para las tierras aún no degradadas o sólo levemente degradadas.

3.3.3. Política Ambiental de Desarrollo Sustentable

El tercer objetivo de la Política Ambiental para el Desarrollo Sustentable, aprobada por el


Consejo Directivo de Ministros de CONAMA con fecha 09/01/98, es el de "Fomentar la
protección del patrimonio ambiental y el uso sustentable de los recursos naturales". En lo
que ser refiere a suelos, señala que se deberá:
"Crear normativas específicas que regulen su uso sustentable y su conservación; incorporar
actividades de recuperación en zonas degradadas, homogeneizar y actualizar la información
de suelos de Chile y realizar una zonificación agroecológica del territorio"

3.3.4.Programa de Acción Nacional Contra la Desertificación

Este programa fue aprobado por acuerdo del Consejo de Ministros Nº 37 del 17/07/97.
Entre las acciones sugeridas por este plan se señalan :
• Analizar los instrumentos legislativos de fomento vigentes, y diseñar y proponer
alternativas que refuercen su acción hacia el control de la desertificación y mitigación de
los efectos de la sequía.
• Diseñar estrategias orientadas a lograr el compromiso de los gobiernos regionales con
el tema de la desertificación y la incorporación de esta materia en las estrategias de desarrollo
regional.

3.3.5. Plan Nacional de Conservación de Suelos

Este Plan, diseñado el año 94 en un trabajo conjunto de MINAGRI y CONAMA, señala en


sus conclusiones la necesidad de:
"Elaborar un Proyecto de Ley de Conservación de Suelos y promover la aplicación de
instrumentos de fomento que la ley otorgue para su conservación"

4. LINEAMIENTOS

Los lineamientos que se aplicarán para la elaboración de la ley serán:

4.1.Focalización en el impacto de procesos de degradación y prácticas degradantes


asociadas al uso silvoagropecuario del suelo.
4.2.Fortalecimiento de todas las funciones de preservación y protección del suelo y,
especialmente de la función productiva.
4.3.Coordinación de las líneas de acción en conservación de suelo a través de un sistema
integrado de instrumentos de información, regulación y fomento.

110
4.4.Establecimiento de una institucionalidad que considere la efectiva participación de los
sectores público y privado en la coordinación de los instrumentos con que operará la ley.
4.5. Énfasis en mejorar los procedimientos y acciones para información en manejo y
conservación de suelos en todos los niveles y ámbitos educativos.
4.6.Regulaciones aplicadas a áreas definidas como extremadamente degradadas, donde
además se fortalecerán los instrumentos de fomento e información (programas de
extensión).
4.7 .Medidas regulatorias se aplicarán en forma gradual, definiéndose en cada caso plazos
razonables para su puesta en marcha.
4.8.Se aplicarán medidas regulatorias solamente sobre las prácticas que conlleven a la
ocurrencia de procesos severos y acelerados de deterioro de los suelos.
4.9.Seguimiento y evaluación de efectos ambientales de programas de fomento productivo
relacionados al recurso suelo.

11.- PROPUESTA DE LEY DE CONSERVACIÓN DE SUELOS

1. OBJETIVOS DE LA LEY
1.1. Objetivo General

"Velar por la protección, uso y manejo sustentable del suelo, considerando sus aptitudes,
limitaciones y potencialidades, promoviendo la conservación, manejo y recuperación de
los suelos degradados y evitando su pérdida y degradación, producto de la intervención
antrópica, en beneficio de generaciones actuales y futuras"

1 .2.Objetivos específicos
1.2.1.Fortalecer el rol del Estado como garante del patrimonio suelo, mediante el
establecimiento de una institucionalidad encargada de su conservación y la debida
coordinación en la administración de los instrumentos de fomento, información y regulación,
orientados al uso sustentable del recurso suelo..
1.2.2.Concentrar los esfuerzos públicos y privados para detener los procesos de erosión y
degradación del recurso suelo en aquellas áreas geográficas más degradadas o en riesgo
de degradación.
1.2.3.Regular el uso de prácticas utilizadas en la actividad silvoagropecuarias que generen
erosión y degradación acelerada o grave del suelo.
1.2.4.Fomentar el uso de prácticas y técnicas de manejo, conservación y recuperación de
suelos.

2. INSTRUMENTOS DE LA LEY

Los instrumentos de esta ley estarán dirigidos a lograr el uso sustentable del suelo, modificar
prácticas degradantes o potencialmente degradantes, recuperar suelos degradados y
minimizar los efectos que la degradación del suelo tiene sobre otros recursos naturales.
2.1.Criterios a emplear para definir la aplicación de instrumentos.
Los instrumentos que se utilizarán para lograr los objetivos planteados, dependerán
fundamentalmente del estado o riesgo de degradación en que se encuentren los suelos.

111
De acuerdo al estado y tendencia que exhiba el recurso suelo, existe una gradiente de
situaciones, desde suelos muy gravemente degradados, hasta aquellos sin evidencias de
erosión o degradación . Las medidas a aplicar, dependiendo de la situación del recurso,
considerarán desde regulaciones para detener o evitar el incremento de los procesos de
deterioro, hasta medidas de fomento para la recuperación del recurso.
Las regulaciones al uso del suelo, serán utilizadas sólo en aquellas áreas geográficas
donde el suelo se encuentra gravemente degradado o en riesgo de estarlo o cuando las
prácticas de uso actual del suelo, impliquen un acelerado deterioro del recurso.
2.2.lnstrumentos a aplicar
Las prioridades y énfasis con que se aplicará cada instrumento, dependerán del estado o
riesgo de degradación del recurso suelo. Los instrumentos a aplicarse corresponderán a:
2.2. 1 .Instrumentos de Fomento: para promover el uso de técnicas y prácticas de manejo
sustentable del suelo y para incentivar la recuperación de suelos gravemente degradados,
subsidiando las acciones de recuperación.

Los instrumentos específicos a aplicar podrán ser: incentivos. financiamiento compartido,


exención tributaria y/o disminución de impuestos.
Para las zonas determinadas como severamente degradadas o en riesgo de estarlo, se
podrá autorizar, introduciendo modificaciones a los respetivos cuerpos legales que
administran el otorgamiento de incientivos al uso sustentable del recurso suelo, las
variaciones que correspondan respecto a: su duración, los porcentajes de incentivo y sus
montos máximos y modificación de las exigencias, para facilitar la aplicabilidad de los
instrumentos, de acuerdo a la situación socioeconómica de los beneficiarios de este tipo de
zonas.

2.2.2.lnstrumentos de Información: mediante los cuales se espera:

Fomentar el uso de prácticas sustentables de manejo del recurso


Sustituir el uso de prácticas que degradan el recurso
Acrecentar la conciencia ciudadana sobre la importancia de conservar el recurso
Entre los instrumentos de información se contará con procesos de educación formal y no
formal, la capacitación, la difusión y la extensión rural.
2.2.3.Regulaciones: desincentivarán el uso de prácticas que originan el menoscabo del
recurso suelo, conduciendo a su pérdida y degradación. La aplicación de estas regulaciones
se hará de manera gradual.
Las regulaciones se aplicarán fundamentalmente en las Zonas declaradas como frágiles. o
severamente degradadas. Estas regulaciones podrán contener medidas que vayan desde
la exclusión de uso del suelo para facilitar su recuperación y la prohibición de utilizar prácticas
de manejo degradantes del recurso, hasta la limitación de algunas prácticas en cierto tipo
de suelos.
En el resto del territorio, sólo se aplicarán regulaciones en situaciones de alto riesgo de
degradación del suelo.
Las prácticas y actividades a regular serán definidas en la ley y la forma en que deberán
ser aplicadas se establecerá en el respectivo reglamento
2.3.Definición de Zonas de acuerdo al estado de degradación.
El Estado, a partir de la promulgación de la Ley de Conservación de Suelos dispondrá de
un tiempo definido para iniciar los estudios necesarios para determinar las zonas cuyos

112
suelos presentan mayor degradación o aquellas en que hay mayor peligro de deterioro
severo del recurso suelo.
Sobre la base de estos estudios, cada región analizará y propondrá al Comité Nacional de
Conservación de Suelos una priorización de áreas donde deberán aplicarse Planes de
Conservación y Planes de Recuperación de Suelos.
De acuerdo a los resultados e indicadores construidos a partir de la información del estudio
de suelos, se podrán definir tres tipos de zonas: Zonas de Suelos Severamente Degradados,
Zonas de Suelos Frágiles o en riesgo de degradación y Zonas No Declaradas, refiriéndose
estas últimas a aquellas que no presentan degradación de suelos potencial o actual.

2.3.1. Declaración de Zonas


La declaración de estas zonas se hará por decreto supremo, que llevará la firma de Ministro
del Ministro de Agricultura, previo informe favorable de la CONAMA.
Esta declaración tendrá como fundamento las evaluaciones realizadas o certificadas por
los organismos públicos competentes, en las que conste haberse verificado la condición
que la hace procedente y deberá contener la determinación precisa del área geográfica
que abarca, la que no deberá superar los límites administrativos de una comuna o asociación
de comunas.

2.3.2.Descripcion de las Zonas


2.3.2.1.Zonas de Suelos Severamente Degradados
Se definirán como Zonas de Suelos Severamente Degradados aquellas donde un alto
porcentaje (% a definir al momento de la redacción de la ley) de suelos presente las clases
más altas de erosión y/o salinización .
En estas zonas se aplicara un Plan de Recuperación de Suelos, cuyo objetivo será recuperar
el suelo perdido y evitar que el recurso se siga degradando.
De acuerdo a la naturaleza del problema, se podrá regular las actividades mecionadas en
el punto 2.2.3 y su entrada en vigencia será en un plazo máximo de 3 años.
2.3.2.2. Zonas de Suelos Frágiles o en Riesgo de Degradación
Se definirán como Zonas Frágiles o en Riesgo de Degradación , aquellas donde la
combinación de las características de cobertura vegetacional, pendiente, elementos
climáticos (precipitación, viento) y variables edáficas, determinen un alto potencial de
degradación y donde se realicen prácticas silvoagropecuarias que deterioren
aceleradamente el recurso suelo. También se considerarán incluidos en estas zonas aquellos
suelos especiales, de escaso desarrollo, ubicados en zonas marginales, en donde su
protección se entenderá prioritariamente realizada a través de la regulación de la capacidad
de carga o capacidad sustentadora de la cubierta vegetativa que detentan.
En estas zonas se aplicará un Plan de Conservación de Suelos, cuyo objetivo será la
prevención y que contemplará instrumentos de información, fomento y regulaciones.
De acuerdo a la naturaleza del problema, se podrá regular las actividades mecionadas en
el punto 2.2.3 y su entrada en vigencia será en un plazo máximo de 5 años.
2.3.2.3. Zonas no Declaradas.
Para los efectos de la ley se entenderá que como Zona no Declarada todo el territorio
nacional que no haya sido declarado en cualquiera de las categorías anteriores.
En estas zonas se utilizarán los instrumentos de fomento e información que el Estado
determine, sin que se apliquen en ellas cláusulas o criterios especiales de asignación de
recursos.

113
En estas zonas se aplicarán regulaciones sólo para evitar prácticas que impliquen un
acelerado deterioro del recurso suelo, tal es el caso de:
* Corta de vegetación a una distancia por definir del cauce principal en pendientes abruptas
* Uso del fuego en altas pendientes.
La entrada en vigencia de estas regulaciones, deberá ser gradual.
Con el objeto de no afectar las propiedades de algunos tipos característicos de suelos, se
elaborarán Normas que deberán considerarse al realizar obras de riego y drenaje, en los
siguientes tipos de suelos:
• Suelos ñadi
* Suelos orgánicos de turba, mallines y bofedales
' Suelos salinos

2.3.3. Funcionamiento de los Planes de Recuperación y de Conservación de Suelos

En cada zona declarada como degradada, en riesgo de estarlo, se aplicarán Planes de


Recuperación y Planes de Conservación de Suelos, los cuales contemplarán instrumentos
de información, fomento y regulaciones que se aplicarán en distintos grados de acuerdo al
tipo de zona.
Todos los organismos del Estado que realicen actividades relacionadas con alguno de
estos Planes, deberán participar en la elaboración del plan y coordinarse para ajustar sus
actividades de acuerdo a los objetivos y líneas de acción del Plan.
De ser necesario, la región podrá disponer un porcentaje de los fondos regionales para
programas especiales de información y/o fomento.
Para elaborar estos Planes, se deberán realizar al menos las siguientes etapas:
*Recopilación de información técnica y científica
* Análisis técnico y económico
*Una adecuada publicidad.
'Consulta a organismos competentes, públicos y privados
*Análisis de las observaciones formuladas.
El Comité Nacional de Conservación de Suelos localizará la entrega de incentivos para la
conservación y recuperación de suelos, priorizando la entrega de estos incentivos entre las
distintas zonas. Este comité podrá además introducir variaciones referidas duración, montos.
porcentajes y exigencias en los instrumentos de fomento tradicionales, cuando se apliquen
en estas Zonas.
En casos que el Comité RegiQnal de Conservación de Suelos lo determine, se autorizará
el otorgamiento de un incentivo mayor al definido en el instrumento de fomento específico,
esto mediante la adición de un incentivo adicional, proveniente de fondos regionales.
Para cada zona se deberá elaborar un completo programa de información, que contemple
la investigación, la capacitación y los programas de transferencia tecnológica necesarios;
además de la difusión a la comunidad en general, con especial énfasis en las escuelas
rurales.
De acuerdo a la naturaleza del problema fundamental que esté provocando la degradación
del suelo en las zonas declaradas como degradadas o frágiles, se podrá aplicar regulaciones
a una o más de las siguientes prácticas o actividades: Labranza tradicional, Sobretalejeo,
Extracción de tierra de hoja, Faenas de explotación forestal, Uso del fuego, Drenaje,
Extracción de áridos, Riego en suelos salinos y se podrán exigir prácticas destinadas a la

114
protección de riberas y cursos de agua.
La aplicación de estas regulaciones se realizará gradualmente, dependiendo de
consideraciones tecnológicas y socioeconómicas. En cualquier caso, estas medidas serán
acompañadas de instrumentos de fomento y un apropiado programa de información.
2.4.Administración de los instrumentos.
Serán los servicios dependientes del Ministerio de Agricultura, los encargados de administrar,
de acuerdo a sus competencias específicas, los instrumentos de fomento e información
que la ley disponga.
Los instrumentos de información contenidos en los Planes, podrán ser administrados por
distintos organismos: servicios dependientes del Ministerio de Agricultura, programas
educativos del Ministerio de Educación, o programas especiales regionales o municipales.

2.5. Fiscalización
La fiscalización del cumplimiento de las regulaciones contenidas el la ley y específicamente
en los planes de conservación, recuperación y preservación del suelo, corresponderá al
SAG y CONAF, dependiendo de las competencias de cada uno.
El no cumplimiento de las regulaciones significará la obligación de pagar una multa.

3. INSTITUCIONALIDAD

Se creará un Comité de Conservación de Suelos que coordine las líneas de acción que
se implementen con el fin de acrecentar, conservar y recuperar el patrimonio de suelos del
país.
Este Comité asesorará al Ministerio de Agricultura en la administración de la Ley y tendrá
dos niveles de operación, un comité de nivel Nacional que determinará los lineamientos
generales y sancionará las propuestas regionales y Comités en todas las regiones que
entregarán insumos y propuestas al Comité Nacional y administrarán la elaboración y
ejecución de los Planes de Recuperación y de Conservación de suelos.
A nivel nacional, el comité estará formado por representantes de todos los servicios del
Ministerio de Agricultura con competencia en la materia (ODEPA. SAG, CONAF, INDAP,
INIA, y CNR) mas representantes de CONAMA, del sector privado (productivo y ONGs) y
académico.
A nivel regional, el comité estará formado por representantes de la SEREMI de Agricultura,
SAG, CONAF, INDAP, CRI Regionales del INIA, CONAMA, SERPLAC, Municipios, sector
productivo y ONGs.

3.1. Funciones del Comité de Conservación de Suelos

Este Comité, a través de los informes de los servicios que lo forman, informará al Ministro
de Agricultura sobre el estado del recurso en el país, y propondrá el establecimiento de
líneas de acción y de nuevos instrumentos necesarios para cumplir con el objetivo de la
Ley.
Las funciones del Comité Nacional serán :
1) Realizar observaciones Reglamento de la Ley, elaborado por MINAGRI y CONAMA;
solicitar la revisión periódica de este y eventualmente, proponer nueva normativa.

115
2) Proponer al Ministro de Agricultura una priorización de Zonas de Suelos Severamente
Degradados y de Zonas de Suelos Frágiles o en Riesgo de Degradación, donde se aplicarán
Planes de Recuperación de Suelos y Planes de Conservación de Suelos.
3) Seguimiento del cumplimiento de la ley e informe periódico al Ministro de Agricultura.
Estos informes se elaborarán en base a la información de los servicios con competencia.
Adicionalmente, el Comité podrá cumplir otras funciones relacionadas con el fomento en el
ámbito del conocimiento del recurso a nivel científico y de la ciudadanía en general.
4)Promover el conocimiento actualizado del estado del recurso suelo
S)Sensibilizar al sector público y privado sobre la importancia del recurso y la forma de
conservarlo. , para lo cual deberá:
a)Promover la educación, capacitación y extensión en el tema.
b)Promover la formación de recursos humanos especializados en el tema
Las funciones de los Comités Regionales de Conservación de Suelos serán:
l .Someter a consideración del Intendente Regional y luego de su aprobación proponer al
Comité Nacional de Conservación de suelos, un listado priorizado (con criterios técnicos y
socioeconómicos) de las Zonas de Suelos Severamente Degradados y las Zonas de
Suelos Frágiles o en Riesgo de Degradación de la región, donde deberían aplicarse Planes
de Recuperación y Planes de Conservación de Suelos.
2. Elaborar, aprobar y coordinar la ejecución de los Planes de Recuperación, y Conservación
y de Suelos a realizarse en la región.
3.Destinar los fondos regionales necesarios para la aplicación de los Planes de Conservación
y de Recuperación de suelos.
4.lnformar periódicamente al Comité Nacional sobre el cumplimento de la de la ley en la
Región.
5. Promover, a nivel regional, el conocimiento actualizado del estado del recurso
6.Sensibilizar, a nivel regional. al sector público y privado sobre la importancia del recurso
y la forma de conservarlo.

116
FUNCIÓN SOCIAL DE UN PROYECTO DE LEY DE CONSERVACIÓN
DEL SUELO

Leopoldo Sánchez Grunert


Diputado Distrito 59 (Aysen)
Presidente de la Comisión de Rec.Naturales
Cámara de Diputados

Antecedentes generales:

En el pasado, nuestra relación con la tierra no era la de hoy. El consumo y bienestar


humano, diferentes por cierto al actual, eran capaces de suplir las necesidades de una
pequeña población. El desarrollo, si es que podemos hablar de él, era una integración y
adaptación al medio natural sin deteriorar los ecosistemas. No estaban en peligro, como
hoy, la capacidad productiva ni el medio ambiente. Para el ser humano de esa época, los
limites le eran desconocidos o ajenos.
En la actualidad, la crisis del medio es de ámbito colectivo, afectando a vastos, si es que no
a todos los sectores de la sociedad planetaria , y a principios del Siglo XXI se percibe con
nitidez cómo las necesidades inmediatas y locales tienen una alta interrelación con otros
seres humanos que se encuentran a miles de kilómetros de distancia . El ser humano se
ha acostumbrado al excesivo consumo y al derroche, lo cual agota la capacidad de la tierra
de proporcionar los altos requerimientos a que en esta perspectiva está sometida .
El tipo de desarrollo así como el manejo ambiental, si bien tienen un importante espacio
en la conducta personal de cada uno, debe estar ligado a la estrategia de desarrollo de
cada Estado, el que debe contar con Instrumentos normativos, operativos y de control, que
deben ser ejecutados por los Estados, sus organizaciones y la sociedad en general, para
garantizar un desarrollo sostenible.
En los años recientes, han surgido disposiciones e instrumentos internacionales que inclu­
yen políticas y normas para la gestión ambiental .Tan solo para reafirmar esto, cabe citar
la Declaración de Río y sus 27 principios ,o la Agenda 21 que pretende un desarrollo sos­
tenible para el Siglo 21, y una gran cantidad de Cuerpos Legislativos sobre Biodiversidad
y Medio Ambiente . Si todos estos Instrumentos y/o principios se cumplieran en la realidad,
y no fueran solamente una declaración de buenas intenciones en la mayoría de los casos,
otro sería el panorama en nuestro planeta.
El cúmulo de Instrumentos y Normativas se encuentra tan disperso, tanto a nivel Interna­
cional como Regional y Nacional, lo cual constituye una barrera para una consulta conjunta
o una aplicación rápida y oportuna en la gestión ambiental de la mayor parte, por no decir
de todos los países.
Se habla de Cooperación Internacional para acelerar el desarrollo sostenible de los países
en desarrollo; se habla de la lucha contra la pobreza; se habla sobre la evolución de las
modalidades de consumo; de la dinámica demográfica y sustentabilidad; de protección y
fomento de la salud humana, y del desarrollo de los recursos humanos; de la integración
del medio ambiente; de la conservación y gestión de los recursos para el desarrollo; de un
enfoque integrado y un necesario ordenamiento territorial; de la lucha contra la deforestación;

117
de ordenar los ecosistemas frágiles; del fomento de la agricultura y del desarrollo rural
sostenible; de la conservación de la diversidad biológica; de la gestión ecológicamente
racional de la biotecnología; de la protección de los océanos y de los mares, de las zonas
costeras y de la utilización racional de los recursos vivos; de la protección racional de los
recursos de agua dulce; de la gestión racional de los productos químicos; incluido la pre­
vención del trafico internacional ilícito de productos tóxicos y peligrosos; asimismo, de la
gestión ecológicamente racional ( hasta suena bonito) de los desechos peligrosos, inclui­
da la prevención del tráfico internacional ilícito de desechos peligrosos; asimismo de los
desechos sólidos y líquidos, tanto urbanos como Industriales; de los desechos radioacti­
vos; se aborda también la urgente necesidad de incorporar a la mujer, a los jóvenes, a las
minorías étnicas, a las ONG, etc., en la búsqueda de la tan ansiada sustentabilidad.
He querido citar estos antecedentes, a fin de intentar ubicar el tema del suelo dentro de un
contexto global, que permita finalmente aproximarnos a la verdadera dimensión del tema
que nos convoca. He querido mencionar un sinnúmero de actividades conducentes a un
uso sustentable de los recursos naturales, pero en ninguno queda derechamente mencio­
nado el sustrato básico que permite por ejemplo producir una parte importantísima de la
alimentación del planeta : el suelo.
Existen beneficios sociales que el mercado no considera y que son importantes
externalidades positivas. Esta exclusión provoca serios problemas económicos. Tomaré
un par de ejemplos para explicar lo anterior:
Existe en la actualidad un consenso mundial en la necesidad de regular el uso de los
recursos forestales. La razón fundamental por la cual la actividad genera grandes distorsiones
radica en que, en general, los agentes privados no internalizan la totalidad de beneficios
sociales no considerados por el mercado, o externalidades positivas que el bosque propor­
ciona. Al no internalizar los beneficios sociales, sólo se considera el valor de la madera en
sus optimizaciones económicas. De acuerdo a estudios teóricos. el optimo privado es dis­
tinto al del social. Las rotaciones o periodos de corta son anticipados, es decir, cosechas se
producen antes de lo socialmente deseable.Esta situación alejada de lo optimo, estaría
indicando, desde el punto de vista social, que existiría una amplia gama de servicios o
beneficios sociales subprovistos, lo que implicaría una elevada perdida en términos de
bienestar para la sociedad. Un segundo caso o ejemplo es el de la actividad Pesquera,
cuando existe libre acceso al recurso. En efecto, en este caso, el recurso natural que se
explota es un bien de propiedad común .Bajo condiciones de libre acceso, la propiedad
común induce a cada agente a maximizar individualmente la extracción del recurso en el
presente, y como cualquiera puede pescar, lo que cada agente deje ahora de extraer lo
podrá sacar mañana su competidor, esto explica la falta de incentivos que permitirían pro­
teger el recurso, .generando más bien un incentivo para la sobreexplotación. Adicionalmente,
esta propiedad común, lleva a que la competencia por la extracción e induce a los distin­
tos agentes a realizar inversiones en tecnologías excesivas, las que redundan en una
inversión en capital mayor a la necesaria para extraer la misma cantidad de recursos en
forma mas eficiente. En conclusión, el libre acceso a la pesquería, provoca por una parte
una sobreexplotación del recurso, que puede originar su colapso, y por otra, una
sobreinversión en capacidad de esfuerzo pesquero, lo que perjudica a la sociedad toda,
debido a un gasto inútil que podría tener un mejor uso alternativo. Estos dos ejemplos, se
denominan "tragedia de los comunes". Existen otros ejemplos en que estaríamos en pre­
sencia de este fenómeno. Otro caso es el de la contaminación atmosférica; el deterioro de
las cuencas fluviales; la congestión vehicular en las grandes ciudades; y el deterioro del

118
suelo y de la base de los recursos naturales en comunidades agrícolas rurales ,etc.
Al identificar las numerosas distorsiones en las actividades de explotación de recursos
naturales debido a la existencia de externalidades resulta fundamental considerar la posi­
bilidad de corregir estas distorsiones mediante los procesos de negociación.mediación y
regulación.
Muy brevemente.la Negociación seria posible si los costos de transacción son bajos ,si el
número de agentes interactuantes es tambien pequeño y si adicionalmente los derechos
de propiedad existen y están bien definidos,(Teorema de Coase).Será una negociación
factible entre las partes.sin necesidad de una intervención externa y la solución desde el
punto de vista de los recursos será buena.No obstante, ,son muy limitadas las situaciones
donde se cumplen todos estos supuestos.
La Tragedia de los Comunes ,implica una numerosa cantidad de agentes,y,paralelamente,es
evidente que los derechos de propiedad están incorrectamente asignados.En muchos ca­
sos que representan la mayor parte de los problemas ambientales,no será posible la Nego­
ciación Coaseana.
Con respecto a la Regulación ,ante la imposibilidad de la Negociación,y bajo ciertas
condiciones.,resultará conveniente que la Autoridad determine mecanismos o instrumen­
tos que de acuerdo a un fundamento teórico o experiencia en su uso.sean adecuados para
resolver el problema. Esta acción centralizada que involucra el diseño de los mecanismos.su
implementación y el control de su funcionamiento ,o fiscalización de los agentes.se deno­
mina Regulación Económica.Es un proceso complejo que genera distorsiones de cierta
magnitud que es necesario conocer y evaluar a fin de que esta regulación no agudice el
problema o no genere distorsiones en otros sectores.Tiene además costos asociados y
deberá considerar tambien los costos- beneficio resultantes. Cabria señalar en este punto,
que el que exista una distorsión económica.puede ser una condición económica
necesaria.pero no suficiente para justificar una intervención reguladora ,que eventualmen­
te pudiera ser políticamente inviable.
La Mediación, puede definirse como una situación intermedia entre la Negociación y la
Regulación.Obedece a una situación en la cual no obstante intervenir varios agentes.es
puntual o inusual para llegar a una Regulación por Ley .( pueden ser los Tribunales de
Justicia.o una autoridad de Gobierno.o los ciudadanos mediante consulta electoral)
Sin pretender ser absoluto en este tema,(ni en cualquier otro), abordar el Rol Social de un
proyecto de Ley para proteger el Suelo.tiene que ver con la vida misma y dentro de ella.la
posibiliodad de impacto en la sociedad.Sin duda que concretar una Ley,que llene numero­
sos vacíos legales.y pasivos ambientales por ende.resultan urgentes. No solo para permitir
que la agricultura y la seguridad alimentaria sen una posibilidad.sino.aunque sea redun­
dante por la mantención de la vida.No es posible que solamente las emerfencias nos
muevan a tomar medidas que van.inevitablemente detrás de los problemas y sus causas.

119
_,P OLÍTICA Y LEY DE ORDENAMIENTO TERRITORIAL PARA LA
VALORACIÓN DE LOS SUELOS EN CHILE

Antonio Horvath Kiss


Senador IX Región
Senador de Chile

El suelo es un recurso cada vez más escaso en el mundo y por cierto en Chile.
La demanda por cambio de uso para fines de expansión urbana, industrial, minera y otro
tipo de proyectos, es creciente. En forma paralela, los procesos de degradación y pérdida
de suelo, son también de rango mayor. La erosión y desertificación en Chile son de los
problemas ambientales de mayor relevancia, más del 50% del suelo sufre estos procesos
negativos.
Los mecanismos legales y administrativos para salvaguardar el suelo en nuestro país son
prácticamente inexistentes o muy débiles. Hacer un cambio de uso de suelo resulta
relativamente fácil. Las evaluaciones de impacto ambiental de proyectos públicos y privados
no valoran debidamente el suelo y no permiten opciones de localización que afecten menos
los suelos más valiosos. Un caso típico lo constituyen las centrales de San Isidro y Nehuenco
en uno de los suelos y climas más fértiles de Chile: Quillota. Estos proyectos, con un
mínimo de apoyo estatal podrían haberse localizado en terrenos no agrícolas aledaños al
sector. Las externalidades no las está asumiendo el país.
Una política y Ley Marco de Ordenamiento Territorial podrán efectivamente prevenir y
recuperar los suelos en Chile. Los mecanismos para corregir los problemas señalados
existen parcialmente. Hoy en día son de relativa fácil aplicación y posibles de perfeccionar.
Sólo se requiere de voluntad política lo que es a su vez un reflejo de la conciencia y demanda
ciudadana, para lo cual falta información y cultura, ya que no se aprecia aún una justa
reacción que amerita el problema.
El Decreto Ley 701 permite recuperar eficazmente la protección vegetacional que frene la
erosión y los procesos de desertificación. Además proyectos, como el PRORIO de
Concepción y Puerto Aysén, demuestran claramente que se puede ampliar su aplicación
para recuperar valles y la navegabilidad de los ríos.
Una aproximación legal al ordenamiento territorial está en el nuevo Código de Aguas en
que, junto a salvaguardar el caudal ecológico, se plantea una instancia de manejo integrado
de cuencas. Esta última no ha prosperado por la excesiva representación estatal en su
instancia decisoria.
En un contexto más amplio el ordenamiento territorial resulta ser la herramie1ta ambiental
y económica más eficaz para la recuperación, prevención del daño del suelo y otros aspectos
ambientales como contaminación, deterioro de los recursos y baja calidad de vida. La
definición armónica de las distintas opciones de uso del suelo y también del agua con
participación del sector público y privado desde el nivel comunal y regional, a fin de evitar
las rigideces de una planificación centralizada y estatista, permiten orientar en forma
transparente las actividades económicas y los cambios en el uso del suelo. También la
evaluaciones de las externalidades económicas de los efectos ambientales adversos
requieren ser evaluadas. En el caso del suelo, la reducción en la productividad y en todos
los aspectos positivos, de contar con una superficie de suelo que soporte vegetación desde

120
lo agrícola hasta lo forestal más como sustento del paisaje, ayudarán a just;fica, s11 va!oración
por la sociedad y por ello a decisiones políticas.
En lo inmediato, al menos hay que obligar a que los suelos removidos o que pueden quedar
debajo de construcciones, sean recolocados en áreas adecuadas y que al menos mantengan
la superficie de éstos a nivel nacional
En cuanto al ordenamiento territorial está la oportunidad de aprovechar !as. acciones
desarrolladas por los gobiernos regionales y la Agencia de Cooperación /\!emana GTZ en
la Octava, Novena, Región Metropolitana y Décimoprimera regiones, más ,os trabajos que
realiza la Universidad Técnica de Berlín en Aysén, los de la Corporación Sintesys con el
Gobierno Regional en la Tercera Región y muchos otros proyectos. En la Comisión de
Medio Ambiente del Senado estamos trabajélndo una Ley Marco para estos efectos en
Chile.

121
"INSTRUMENTOS EMPLEADOS PARA FOMENTAR LA CONSERVA­
CIÓN DE SUELOS FORESTALES EN CHILE"

Samuel Francke C.
Santiago

RESUMEN

La nueva Ley sobre Fomento Forestal Chilena tiene como objetivos los de regular la activi­
dad forestal en suelos de aptitud preferentemente forestal (APF) y en suelos degradados e
incentivar la forestación. en especial por parte de pequeños propietarios forestales y aque­
lla necesaria para la prevención de la degradación, protección y recuperación de los suelos
del territorio nacional.
Un aspecto relevante de esta nueva ley se centra en la recuperación de los suelos degra­
dados del país, los cuales se encuentran afectados en un 50 % por procesos de erosión,
representando uno de los principales problemas ambientales y sociales del país.
Se analiza en esta ponencia la problemática de la erosión a nivel nacional, las definiciones
técnico - legales, los mecanismos de calificación de terrenos A.P.F. y los incentivos a la
actividad forestal, en particular a la forestación de suelos degradados y la bonificación de
las actividades de recuperación de suelos.
Se presentan las obras conservacionistas de uso del suelo susceptibles de ser aplicadas a
nivel nacional según grados de erosividad y erodabilidad de los suelos. Asimismo. se pre­
sentan costos de las obras de recuperación de suelos.
Se analizan las perspectivas futuras considerando que la recuperación de suelos constitu­
ye una tarea nacional, que requiere de mancomunados esfuerzos del sector público y pri­
vado, bajo un nuevo enfoque técnico y sociocultural hacia el manejo sostenible del recurso
suelo.

MARCO GENERAL DE LA PROBLEMÁTICA Y DE LA LEY DE FOMENTO FORESTAL


(DL-701)

Entre los problemas ambientales de Chile se reconoce que la erosión o «cáncer del suelo»,
constituye, desde el punto de vista ambiental y probablemente en términos socioeconómicos,
el de mayor relevancia en el sector silvoagropecuario.
A nivel nacional, la superficie total de suelos al respecto erosionados alcanza a 34.490.800
ha, lo que representa un 46% del territorio nacional.
De la superficie total erosionada, aproximadamente un 80,5% presentan categorías de
erosión moderada a muy grave, lo que significa que los suelos han perdido entre el 40 y
100% de su profundidad total, entre otros indicadores de degradación de suelos que son
empleados para evaluar las categorías de erosión.
Al considerar la magnitud de los procesos erosivos, es preciso tener en cuenta, también, la
vasta superficie de vocación forestal de los suelos de Chile, que cubren un 45% del territo­
rio nacional.
La realización de programas de recuperación y conservación de suelos forestales debería
revestir una alta prioridad, en un país de vocación forestal por excelencia.

122
En lo fundamental. se hace recomendable propender. desde una perspectiva de gestión
moderna e integrar los suelos a la gestión silvícola, de tal forma de lograr, a través del uso
forestal de éstos. una gestión que logre compatibilizar la conservación de suelos y la pro­
ductividad del sitio forestal.

CUADRO 1 DISTRIBUCIÓN REGIONAL DE LAS SUPERFICIES EROSIONADAS SEGÚN CATE­


GORIA DE EROSIÓN.
La Ley de Fomento Forestal que prorroga el D.L. 701 por un pedodo de 15 anos consagra
en su Artículo 1 º lo siguiente:
Esta Ley tiene por objeto regular la actividad forestal en suelos de Aptitud Preferentemente
Forestal (A.P.F.) y en suelos degradados e incentivar la forestación. en especial por parte
de los pequeños propietarios forestales y aquella necesaria para la prevención de la degra-
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dación, protección y recuperación de suelos del territorio nacional. Se Incluyen en la Ley


los conceptos de: Desertificación, Suelos degradados. Suelos frágiles. Erosión moderada
y Erosión severa.

INSTRUMENTOS DE FOMENTO FORESTAL PARA LA CONSERVACIÓN DE S UELOS


Y AGUAS FORESTALES
Complementariamente a los incentivos destinados a la forestación que fluctú3n entre valo­
res de US$ 400 y 1000 en función de la región. especie. tipo de suelo y tipo planta, el nuevo
estatuto de fomento forestal contempla incentivos a la recuperación de suelos. cuyos mon­
tos varían éntre US$ 300 a 900 hectárea. en función de las categorías de erosión (ver tabla
1 adjunta).
Los costos unitarios de recuperación de suelos se determinan en función de los ítems de
mano de obra, materiales e insumos, cuyo grado de implementación dependerá de los
grados de erosión de las áreas y variabilidad de los procesos erosivos (ver tabla 2 adjunta).

123
TABLA 1

COSTOS DE RECUPERACIÓN DE SU ELOS, SEGÚN CAT EGORIA DE EROSIÓN

CATEGORIA DE EROSION COSTOS PESOS/há

Moderada 160.180
Severa 292.852
Muy severa 400.525

TABLA2

COSTOS UNITARIOS DE RECUPERACIÓN DE SU ELOS

TIPO DE OBRA UNIDAD DE ME DIDA COSTOS POR


UNIDAD($)

Microterrazas con escarificado Hectárea 140.000


Subsolado con camellón Hectárea 100.000
Zanjas de infiltración Metro Lineal 972
Canal de desviación Metro Lineal 909
Micro Terraza Manual Metro Lineal 636
Dique de Control Metro Lineal 77.513
Estructura Gavionada Metro Cúbico 34.832
Empalizada Metro lineal 21.114
Muro de Saco Metro Cuadrado 4.919
Muro de piedra Metro Lineal 3.027

CONCLUSION ES Y RECOMENDACIONES

Entre los problemas ambientales y socioeconómicos de Chile, se reconoce que los proce­
sos erosión representa una gran problemática para el sector silvoagropecuario, al cubrir
aproximadamente la mitad del territorio nacional.

La incorporación en el estatuto de fomento forestal de incentivos a la forestación y conser­


vación de suelos, representa una oportunidad para iniciar programas de recuperación de
suelos degradados a nivel nacional.

Se contempla la bonificación del 75% de los costos netos para la forestación en suelos
degradados y que se complementaría con la bonificación de actividades de recuperación
de dichos suelos.

124
Los beneficios económicos ambientales de programas de recuperacion de suelos se tradu­
cen en una amplia gama de bienes y servicios y sin valor de mercado. que resultan rele­
vantes de considerar al momento de evaluar los efectos de los citados programas.

Se contempla la bonificación del 75% de los costos netos de actividades y obras de recu­
peración del uso del suelo. según categorías de erosión. tipo de tratamiento y macrozona.
que varían de US$450 a US$ 900/ hectárea, que constituyen un avance y complemento
significativo a la forestación.

PROPOSICIÓN DE PLAN NACIONAL DE RECUPERACIÓN DE SUELOS DEGRADA­


DOS.

El éxito en la implementación del estatuto de fomento forestal en programas de recupera­


ción de suelos degradados requiere de realizar y considerar además las siguientes accio­
nes:

- Evaluar la extensión y severidad de la degradación de los terrenos forestales.


- Operativizar y localizar la acción del DL 701 en áreas prioritarias.
- Desarrollar programas tecnológicos de recuperación de suelos.
- Promover y difundir técnicas de recuperación de suelos degradados.

INCORPORAR A LA COMUNIDAD NACIONAL


Incorporar a la comunidad nacional y al sector privado a la gestión sostenible de los recur­
sos de la tierra y aguas. a través de campañas de sensibilización. educación y capacitación
ambiental.

125
BASES PARA LA ACCIÓN INSTITUCIONAL DE P ROMOCIÓN, CON­
TROL Y FISCALIZACIÓN DE UNA FUTURA LEY DE CONSERVACIÓN
DE SUELOS
Mario Lagos Subiabre
SAG
Santiago

1.-ANTECEDENTES
De acuerdo a la propuesta de criterios para la elaboración de una Ley Marco para la Con­
servación de Suelos, se han definido instrumentos de regulación, fomento e información,
cuya aplicación dependerá fundamentalmente del estado o riesgo de degradación en que
se encuentren los suelos.
De igual forma, la propuesta define los requisitos y la forma en que determinadas zonas
geográficas podrán ser declaradas como zonas con suelos severamente degradados o
zonas con suelos frágiles, donde será necesario concentrar los esfuerzos públicos y priva­
dos para minimizar y/o detener graves procesos de erosión y degradación del recurso
suelo.
Por otra parte el documento plantea. de acuerdo a la naturaleza principal del problema que
esté afectando la degradación del suelo en las zonas que sean declaradas como severa­
mente degradadas o frágiles, los alcances que tendrán los respectivos planes de recupera­
ción o conservación que deberán aplicarse, así como, la obligatoriedad, grados y plazos en
que determinadas regulaciones a prácticas de uso del suelo, consideradas degradantes,
podrán ser aplicados. En el resto del territorio donde no se reúnan las condiciones antes
descritas, operarán los instrumentos y normas actuales sin consideraciones especiales,
conforme a los énfasis que determine el MINAGRI.
Con referencia a la institucionalidad que pretende crear la presente propuesta marco, se
especifican las funciones y atribuciones de coordinación y localización de recursos que
tendrán el Comité Nacional y las autoridades regionales a traves de los Comités Regiona­
les, para la elaboración e implementación de los respectivos Planes de Recuperación y/o
de Conservación de Suelos, así como, las obligaciones de coordinación que adquieren los
organismos del Estado con dependencia del MINAGRI. encargados de la administración
de instrumentos de fomento, control y fiscalización de la aplicación de la presente Ley,
según sus respectivas competencias.
Resulta lógico preguntarse a lo menos: ¿cuál será el ámbito estimado de aplicación prefe­
rente de las disposiciones de la futura Ley de Conservación de Suelos?..¿en que ambien­
tes o zonas agroecológicas y sobre que tipo de productores. su aplicación tendrá mayor
incidencia?.. ¿en que facultades y atribuciones específicas de los organismos del Estado
(SAG) fundamentará su implementación?.. ¿sobre que tipo de indicadores o estudios y
consideraciones de orden social y económico se apoyarán las instituciones competentes,
para promover la declaración de zonas geográficas especiales?.
Dar respuesta a este tipo de preguntas resulta particularmente difícil en este momento.
dado el grado de avance, conocimiento y socialización que tiene la idea de legislar sobre la
materia. No obstante, la presentación intentará en adelante aproximarse a estas

126
interrogantes. en el supuesto que los principios que se han tenido presentes y criterios que
se han dado a conocer, se mantendrán en su conceptualización general.

11.- ESTIMACIÓN DEL ÁMBITO PREFERENTE DE APLICACIÓN DE LA LEY

Recientemente ODEPA ha elaborado un interesante documento de trabajo. denominado


"Clasificación de las Explotaciones Agrícolas del VI Censo Nacional Agropecuario Según
Tipo de Productor y Localización Geográfica", cuyo objeto es describir la realidad de nues­
tra agricultura desde una perspectiva diferente a la tradicional, incorporando unidades de
análisis por áreas agroecológicas homogéneas (potencialmente con desarrollos
silvoagropecuarios distintos), a la vez que. una clasificación de todas las explotaciones no
sólo en consideración a su superficie física, sino que tomando en cuenta además la super­
ficie efectiva en uso agropecuario y criterios de acceso a tecnología y niveles de inversión:
creando una base de información valiosa para una mejor localización de las políticas e
instrumentos de fomento que operan en el Sector.

Distribución del Nümero de Explotaciones por Tipo de Prod11ctorsegli11 Area


Homogériea

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127
Los datos señalan según los supuestos establecidos para aplicación preferente de esta
Ley, que el sector de pequeños agricultores estaría compuesto de 201.216 explotaciones,
lo que representa el 87,62% del universo estimado. Dentro de dicho estrato se identifican
81.334 que operan a nivel de subsistencia (bajo potencial de desarrollo agrícola) y, 119.882
explotaciones pequeñas de tipo empresarial, que reúnen condiciones mínimas de tamaño
y de tecnología para desarrollarse sobre la base de la agricultura.
Por otra parte, el segmento empresarial abarcaría 7.381 explotaciones de tamaño medio y
otras 4.776 de gran tamaño que representan el 5,3% del total estimado, correspondiendo
el resto a aquéllas cuyos suelos se encontraban en barbecho y no presentan actividad, o
no se clasificaron.
Con relación a la superficie agrícola utilizada por cada categoría, los datos revelan que el
78% corresponde a medianas y grandes explotaciones que totalizan 11,6 millones de hec­
táreas. El segmento de pequeños productores, por su parte concentra 2,7 millones de
hectáreas de uso silvoagropecuario, de las cuales un 17,7% corresponde al estrato que
opera a niveles de subsistencia.
De igual modo, al agregar los predios de las áreas homogéneas secano norte chico, seca­
no interior, secano costero, precordillera y cordillera, se observa que existen 54.416 explo­
taciones de subsistencia. Como contrapartida 35.357 explotaciones de esta categoría se
ubican en áreas homogéneas que, en general tienen un mejor potencial agrícola.
Estos antecedentes son relevantes al momento de formular una estrategia de desarrollo
para esta categoría de explotaciones, como así mismo, para la aplicación de regulaciones
e incentivos que pudieran establecerse en la presente Ley, por cuanto son conocidas las
limitaciones estructurales que tienen las políticas de fomento productivo en áreas de bajo
potencial, al igual que aquellas relacionadas al desarrollo sustentable, combate de la po­
breza rural, cuidado medioambiental o el desarrollo de actividades no agrícolas.

111.- INDICADORES Y ESTUDIOS PARA IDENTIFICACIÓN DE ZONAS SEVERAMENTE


DEGRADADAS O FRÁGILES.

a.- Índices de sensibilidad.

La urgencia de evaluar la susceptibilidad de los suelos a la erosión en gran parte del terri­
torio nacional, con objeto de localizar planes de manejo y conservación de suelos y aguas,
para posibilitar la permanencia de la actividad agrícola tradicional, impulsó al MINAGRI, a
través de su organismo especializado SAG, a solicitar asistencia y cooperación internacio­
nal para aplicar metodologías desarrolladas sobre la base de la utilización de imágenes
satelitales.

Contexto del estudio

La región estudiada en el marco de acción del Proyecto para el Desarrollo de Comunas


Pobres del Secano Costero (PRODECOP-SECANO), que lleva acabo INDAP - ecosistema
de la Cordillera de la Costa de la zona central de Chile - sufre un intenso proceso de
degradación del suelo, que afecta significativamente la productividad de la agricultura. Cuatro
son los factores principales responsables del origen de esta situación:

128
el contexto sociohistórico, que ha originado a una excesiva subdivision de la ti rra.
el clima de tipo mediterráneo, caracterizado por largos periodos de sequía estival se­
guidos de intensos episodios lluviosos.
la práctica del "barbecho descubierto", sistema de labranza que inicia las labores de
preparación de suelos en primavera-verano, para finalizar con la siembra en otono del
año siguiente.
la morfología de la Cordillera de la Costa. de cordones montañosos con suelos forma­
dos de rocas metamórficas fuertemente meteorizadas y de rocas graníticas con
substrato altamente intemperizado y de escasa cohesión en las posiciones más baJas.
Taxonómicamente estos grandes grupos de suelos se clasifican en Orden Ultisoles y
Alfisoles. respectivamente.

El estudio se desarrolló sobre la base del empleo de imágenes SPOT. multiespectrales


(XS) y pancromáticas (P). seleccionadas por su resolución estimada compatible con la
aplicación de resultados para un tamaño de pequeña y mediana agricultura. la posibilidad
de su programación y la obtención de pares estereoscópicos para el cálculo de un modelo
de elevación de terreno (M.N.T.), con precisión de 20 x 20 m en el eje de la X.Y y de 10 m
en el eje de las Z, posibilitando la generación de ortoimágenes.

Principios

La teledetección satelital y sus productos derivados permite el acceso a cinco de los princi­
pales factores que condicionan o describen la sensibilidad de los suelos a la erosión en
tierras inclinadas:
la cobertura vegetal (1 ), que asegura un rol fundamental en la protección de los suelos
frente al impacto mecánico de la lluvia y la retención de partículas sólidas por el siste­
ma radicular.
la morfología co11 un factor de gradiente de la pendiente (2) y de curvatura de la pen­
diente (3) que condiciona en gran parte la aceleración del agua y su poder erosivo <
las superficies convexas tienden a dispersar el escurrimiento de las aguas lluvias. en
tanto que las superficies cóncavas las concentran. provocando que los suelos sean
más susceptibles a la erosión >.
la influencia climática que se traduce a nivel de orientación de la pendiente (4) < las
principales lluvias e insolación vienen del norte afectando en mayor proporción dicha
exposición. la cual históricamente ha sido la más cultivada y actualmente exhibe la
mayor degradación; por el contrario, la vertiente sur menos propicia a la agricultura.
por lo general se encuentra cubierta por vegetación arbórea y arbustiva permanente>.
la red de drenaje natural (5) o grado de incisión del paisaje < que refleja en parte la
naturaleza del suelo y subsuelo >.

La etapa final consiste en cruzar el criterio de < protección de los suelos por IR
vegetación> con el criterio de < sensibilidad al escurrimiento> obtenido de la combinación
de los otros 4 factores indicados. para elaborar un mapa de sensibilidad potencial de los
suelos a la erosión (Ver Figura N º 2)

Estrategias y prácticas de manejo y conservación de suelos en función de


los niveles de sensibilidad a la erosión

129
Mapas de deslindes prediales fueron superpuestos sobre los mapas de sensibilidad poten­
cial de los suelos a la erosión. Los resultados obtenidos permitieron definir la tendencia
(análisis multitemporal) que exhiben diferentes subáreas respecto a su condición de degra­
dación por erosión, con el objeto de racionalizar y localizar acciones y recursos para su
protección y conservación.
Del mismo modo tal apreciación pudo ser obtenida a nivel de las explotaciones agrícolas y
disponer de elementos indicativos para proponer prácticas y técnicas de manejo y conser­
vación de suelos apropiadas para minimizar y detener los factores de degradación presen­
tes y eventualmente acrecentar el recurso. El cuadro siguiente, sin pretender ser exhausti­
vo, propone a título de ejemplo los elementos y consideraciones que deberían contener las
proposiciones tecnológicas para ser incluidas en una estrategia para la gestión sustentable
de los suelos, agua y vegetación, por cada uno de los niveles de sensibilidad obtenidos en
el estudio. Estas indicaciones se basan en resultados de talleres de trabajo y proposicio­
nes validadas técnicamente en terreno por organismos de investigación y transferencia de
tecnología (INIA, 1998)

Propuesta Indice de sensibilidad potencial a la erosión


Muv fuerte 1 Fuerte I Media 1 Baia
Manejo del Rotación a 10 años o Rotación entre 5 a 6 años Rotación a 3 años
suelo más
Labranza del Control de cárcavas Labranza conservacionista Labranza tradicional
1
suelo Siembra directa Siembra directa
I
Mínima labranza
Manejo de la Forestación y Praderas: aplicación sistema Ley - farming que combina cultivo de
vegetación s ílvopastoreo cerea/es en rotación con leguminosas de autosiembra como
medica gos anuales y trebo/es subterráneos
Uso racional bosque Cereales: v ariedades de p rimavera (precoces) gen&ticamenta
nativo para fines de mejoradas para maximizar rendimiento en función del agua
dendroenergia disponible, de mayor desarrollo vegetativo y cubrimiento en época
de lluvias
Legu minosas de grano grande: variedades precoces con menor
incidencia de enfermedades foliares v de cosecha temprana
Sistemas agroforestales: manejo de l a estrata leñosa de Acacia
caven para producción de mayor fitomasa herbácea con mayor valor
nastoral en sectores de llano v suelos de nosición baia I
Manejo del agua Canales y o su-cos de intercepción Subsolado de suelos y labores para
para cosecha de aguas de I facilitar infiltración de aguas lluvias
escurrimiento superficial

El presente estudio cuyos resultados satisfacen plenamente los objetivos planteados, de­
muestra que la utilización de imágenes satelitales, seleccionadas por su resolución compa­
tible con la realidad del medio a estudiar, la posibilidad de su programación y la obtención
de pares estereoscópicos para cálculo de un M.N.T. semidetallado, permite realizar en
plazos razonables apreciaciones sobre el estado, condición y tendencia de la degradación
de diversos recursos naturales.
El interés sobre este tipo de metodología, que implica un buen conocimiento de fenóme­
nos naturales locales, adquiere mayor importancia en zonas en que no se cuenta con
información temática de suelos y _geomorfológica de suficiente detalle, pero que de existir
pueden ser incorporadas al modelo.

b.- Monitoreo de Pastizales Nativos.

Acciones de apoyo para localizar recursos de gobiernos regionales, destinadas a determi-

130
nar capacidad de carga por el método de Sitio y Condición y evaluación integral de los
recursos de pastizales nativos en ecosistemas especiales, orientado a definir capacidad de
uso, planes de manejo y prácticas agropecuarias, según el estado actual de los recursos
pratenses. Una breve descripción de los trabajos realizados y cuantía de los aportes se
indican a continuación:

Superficie Periodo Aporte miles de $


Reg Acción miles de ha ejecución FNDR SAG Productos obtenidos

XI Ordenamiento de pastizales 3 .000 1996/99 94.000 20.000 Mapa ecoregiones a


de la Región Aysén ese ala 1 :250.000
(determinación de sitio y Publicación 5 Guías de
condición por U.P .H.} Condición Emregiones
E. Fría, T.Húmeda, T.
Intermedia; B. Húmeda y
Sitios Misa,láneos.
Modelo predictivo de
productividad (AGRIMED)
Cartografia t emática a
escala 1:50.000 de
Distritos,$ ltio,Veoetación

XII Pr otección y Recuperación 1 .500 1998/02 260.000 151.000 Sistema de Información


de Pastizales Región de T errltorial con salidas
Magallanes y A.. Chilena gráficas para nive 1
(determinación de sitio y regbnal hasta predial de:
condición por U.P .H.} Tierra del Fuego, Punta
Arenas

X Descripción de Pastizales 2 00 1998/02 183.700 30.000 En ejecuaón


Provincia de Paena
(cartografia descriptiva de
s uelos y estado y condición
de la oradera)

IX Evaluación Capacidad de 100 1999/00 8.000 Mapas estado y condic,ón


Carga Veranadas (todas) a esca la 1 :50.000
Publicación 1 Guía de
Condción y díusión
resultados mn ganaderos

VIII Evaluación Capacidad de 40 1997/00 10.000 Mapas estado y condición


Carga Veranadas Alto Bb- a esca la 1 :50.000
Bío Publicación 1 guía de
Condición

Total 4.840 537.700 219.000

IV.- FUNCIONES Y ATRIBUCIONES DEL SAG PARA P ROMOVER, CONTROLAR Y FIS­


CALIZAR ACCIONES EN CONSERVACIÓN DE SUELOS

Ley Nº 18.755, de enero 1989, Orgánica del SAG, modificada por la Ley Nº 19.283, de
enero 1994.
Art. 3° , letra g): Efectuar estudios y elaborar estadísticas que sean necesarias. En cumpli­
miento de esta función podrá realizar estudios y catastros específicos para conocer la
magnitud y estado de los recursos naturales del ámbito agropecuario y establecer normas
técnicas para los estudios de la carta nacional de suelos.

131
Asimismo, podrá recopilar y clasificar información y desarrollar programas de divulgación y
capacitación, en cuanto lo requiera el cumplimiento de su objeto. En el desarrollo de esta
función, el Servicio deberá coordinarse con las instituciones del Estado para la recopilación
de estudios y preparación de catastros, especialmente con aquellas que realizan activida­
des de la misma naturaleza.
Art. 3 ° , letra j): Proponer al MINAGRI la dictación de disposiciones legales, reglamentarias
y normas técnicas, y dictar las resoluciones necesarias para la consecución de los objeti­
vos del Servicio.
Art. 3 ° , letra k): Aplicar y fiscalizar el cumplimiento de las normas legales y reglamentarias
sobre ....defensa del suelo y su uso agrícola, contaminación de los recursos agropecuarios,
habilitación de terrenos y protección de la flora del ámbito agropecuario...
Art. 3 ° , letra 1): Promover las medidas tendientes a asegurar la conservación de suelos y
aguas que eviten la erosión de éstos y mejoren su fertilidad y drenaje ... Asimismo, regulará
y administrará la provisión de incentivos que faciliten la incorporación de prácticas de con­
servación en el uso de suelos, aguas y vegetación.
Art. 3 ° , letra o): Prestar asistencia técnica directa o indirecta y servicios gratuitos u onero­
sos, en conformidad a sus programas...
Art. 3 ° , letra p): Celebrar toda clase de actos jurídicos en las materias de su competencia,
pudiendo efectuar los aportes correspondientes y participar en la creación de personas
jurídicas de derecho privado sin fines de lucro, de las reguladas en el título XXXIII del Libro
1 del Código Civil.

Conclusiones.

Sin ser suficientes, el MINAGRI a través de sus organismos dependientes dispone actual­
mente de determinadas facultades y atribuciones, así como; de estudios, catastros y herra­
mientas propias, con una capacidad instalada en crecimiento, para orientar y apoyar las
acciones necesarias para la aplicación e implementación de una futura Ley de Conserva­
ción de Suelos.
Los instrumentos técnicos creados, se encuentran en su mayoría en etapa reciente de
elaboración o ejecución, por lo que será necesario abordar procesos regionales sostenidos
de validación y/o adaptación a otras condiciones y/o ecosistemas con condiciones distintas
a los que fueron implementados.

132
INSTRUMENTOS PARA FOMENTAR LA CONSERVACION DE
SUELOS AGRICOLAS.
EL SISTEM A DE INCENTIVOS PARA LA RECUPERACION DE SUE­
LOS DEGRAD ADOS DEL MINISTERIO DE AGRICULTU RA.

Patricio Grez M.
Ministro Agricultura
Santiago

1. ORIGENES DEL SISTEMA.

En marzo de 1995, el Supremo Gobierno a través del Ministerio de Agricultura, determinó


aplicar medidas para apoyar el proceso de transformación de la agricultura, asignando al
Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) y al Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP) la
tarea de generar instrumentos legales y técnicos y administrar recursos presupuestarios
para incentivar e impulsar el desarrollo ganadero del país.
Con tal objeto, se implementó la medida ministerial denominada "Bonificación al Estableci­
miento y Mejoramiento de Praderas", que fue aplicada, en una primera etapa, en las regio­
nes VIII, IX y X y luego se amplió a las regiones V, VI, VII y Metropolitana. En 1996 se
incluyeron las regiones australes XI y XI l.
Con esta base surgió, en 1997, el « Plan para la Recuperación de la Productividad de los
Suelos», el cual contempló dos nuevos subsidios, uno para estimular las prácticas de Fer­
tilización Fosfatada y otro para incentivar la aplicación de Enmiendas Calcáreas en suelos
afectados por problemas de acidez. Estos dos nuevos incentivos se agregaron al ya exis­
tente que fomentaba el Establecimiento y Regeneración de Praderas.
En 1998 se inició el Programa para la Recuperación de Suelos Degradados, que abarcó
todo el país, agregándose los sub-programas de Conservación de Suelos y Rehabilitación
de Suelos, en lo que significó un claro compromiso del Gobierno con las tareas de conser­
vación de los recursos naturales.
Dicho compromiso del Gobierno con la agricultura nacional, se reflejó en la creciente
priorización que el Ministerio de Agricultura le ha otorgado a la ejecución de este Progra­
ma. En efecto, en febrero de 1999 se publicó la Ley Nº 19.064 que facultó al Presidente de
la República a dictar el DFL Nº 235 en noviembre de 1999 y en el que se estableció el
«Sistema de Incentivos para la Recuperación de Suelos Degradados» (antes Programa),
asegurando de este modo los recursos presupuestarios por un período de 1 O años. Ade­
más, este Programa se regula por un Reglamento del MINAGRI que puede ser adecuado
anualmente.

2. JUSTIFICACION DEL PROGRAMA.

El suelo es el principal recurso productivo con que cuentan los productores agropecuarios
y su deterioro implica una enorme desventaja en el actual modelo de desarrollo económi­
co, caracterizado por la alta competitividad que existe entre productores, países e incluso

133
bloques de países.
Los suelos cultivables del país presentan una fuerte degradación de su fertilidad natural
por la sostenida pérdida de fósforo disponible y la acidificación progresiva de los mismos.
Por otra parte, existen suelos afectados por distintos grados de erosión o erosionables a
causa del uso intensivo y/o de la aplicación de tecnologías inapropiadas en su explotación,
todo lo cual tiende a disminuir su productividad y por lo tanto a afectar la competitividad
sectorial, aspectos que se busca remediar con este programa.
Cabe señalar que de acuerdo a estimaciones preliminares derivadas del Censo Agropecuario
de 1997, la superficie que potencialmente podría incorporarse a este Programa seria de
unos 4.2 millones de hectáreas. Suponiendo que el actual presupuesto y tasa de cobertura
se mantuvieran constantes, se podría alcanzar al 70% de dicha superficie.
El Sistema de Incentivos para la Recuperación de Suelos Degradados, es un Programa de
Fomento, orientado a la recuperación de suelos que han sufrido algún proceso de degra­
dación. Conscientes de esta situación el Ministerio de Agricultura pone en marcha esta
iniciativa, permitiendo que los agricultores tengan acceso a un financiamiento entregado
por el Gobierno de manera que su suelo siga siendo fértil y se mantenga como un recurso
sustentable en el tiempo.

3. OBJETIVOS DEL SISTEMA.

El Sistema para la Recuperación de Suelos Degradados tiene como objetivo detener o


revertir los procesos de degradación que afectan a los suelos de uso agropecuario y, de
este modo, contribuir a la sustentabilidad ambiental de los suelos a fin de garantizar los
procesos productivos. El cumplimiento de este objetivo permite, además, ayudar a que los
productores agropecuarios chilenos mejoren la capacidad productiva de sus suelos y por lo
tanto, alcancen mejores condiciones para incorporarse y competir en los mercados nacio­
nales e internacionales.
Los objetivos específicos son recuperar la fertilidad natural de fósforo en el suelo; neutrali­
zar la acidez del suelo; promover prácticas que ayuden a controlar la erosión del suelo e
incentivar labores que habiliten nuevas superficies para el uso agropecuario.

4. PROGRAMAS QUE LO COMPONEN.

El Sistema de Incentivos para la Recuperación de Suelos Degradados del Ministerio de


Agricultura está integrado por los programas de fertilización fosfatada, de enmiendas
calcáreas, de praderas, de conservación de suelos y de rehabilitación de suelos. El ámbito
de aplicación del Programa comprende todo el territorio nacional y opera con planes de
manejo elaborados por operadores acreditados en el Servicio Agrícola y Ganadero o en el
Instituto de Desarrollo Agropecuario.
El contenido de cada uno de los programas es el siguiente:
Fertilización fosfatada: tiene por objeto incentivar el uso de fertilizantes fosfatados en
suelos deficitarios para alcanzar un adecuado nivel de fertilidad fosfatada natural, definida
ésta en 15 mg de P por kilo de suelo (15 ppm) según el método P-Olsen. Se bonifica hasta
el 80% de los costos netos (sin IVA).
La fertilización fosfatada para producción, es decir, aquella que se calcula será ex-

134
traída por el cultivo que se coloque sobre el suelo bonificado por el programa, es de
responsabilidad del productor.
Enmiendas Calcáreas: estimula la incorporación al suelo de las dosis de cal necesarias
para cambiar el nivel de pH hasta un valor de 5,8 o para reducir la saturación de aluminio a
niveles inferiores al 5%, considerando la capacidad de intercambio de cationes efectiva
según análisis de suelo. Se bonifica hasta el 50 % de los costos netos.
Praderas: promueve el establecimiento o regeneración de una cubierta vegetal perma­
nente en suelos degradados, mediante un incentivo de hasta el 50 % de los costos netos.
con el fin de obtener una cubierta vegetal que comprenda al menos el 90% del área
bonificable.
Conservación de suelos: estimula evitar las pérdidas físicas de suelos mediante la utili­
zación de métodos tales como:cero o mínima labranza, control de dunas, utilización de
curvas de nivel, labranzas en contorno, establecimiento de coberturas forestales en suelos
ocupados por pequeños propietarios de escasos recursos, zanjas de infiltración, aplicación
de materia orgánica o compost, nivelación, labores que contribuyan a incorporar una ma­
yor cantidad de agua disponible en el perfil de suelos aptos para el uso agropecuario u
otros, para lo cual se otorga un incentivo de hasta el 80% de los costos netos en que se
incurra por efectos de aplicación de tales métodos de conservación de suelos.
En la XI y XII Regiones, este programa comprende, además, incentivos de hasta el 50% de
los costos de los materiales fertilizantes necesarios para recuperar la potencialidad pro­
ductiva de los suelos que registren degradación de alguno de sus niveles de fertilidad
fosfatada, cálcica, potásica y azufrada, establecidos en el Reglamento; lo que debe ser
certificado con el correspondiente análisis de suelos.
Rehabilitación de Suelos: estimula la eliminación parcial o total de tocones. troncos muer­
tos, de matorrales sin valor forrajero u otros impedimentos físicos en suelos aptos para
fines agropecuarios. mediante un incentivo de hasta el 50% de los costos netos de tales
labores.

5. ORGANIZACIÓN PARA EL FUNCIONAMIENTO Y EJECUCIÓN DEL SISTEMA.

Este Programa del Ministerio de Agricultura es ejecutado en todo el país por el Servicio
Agrícola y Ganadero, SAG, que atiende especialmente a medianos y grandes agricultores;
y por el Instituto de Desarrollo Agropecuario, INDAP, que atiende a los pequeños agriculto­
res, definidos estos por la Ley Orgánica de INDAP.
La coordinación general del Programa está radicada en la Subsecretaria de Agricultura y
se ejerce nacionalmente a través de ODEPA y de las Secretarias Regionales Ministeriales
de Agricultura (SEREMI) en cada Región.
A nivel regional se han establecido los Comités Técnicos Regionales (CTR) integrados por
la SEREMI respectiva, quien lo coordina, por el Director Regional del INDAP y los encarga­
dos regionales del Programa del SAG e INDAP. También pueden participar los otros acto­
res del programa tales como operadores, representantes de agricultores y de universida­
des y otras personas u organizaciones relacionadas con el Programa.
Estos CT R tienen como misión coordinar el Programa en la región, asesorar al Director
Regional del SAG en los concursos que se realicen y proponer políticas de localización,
definición de zonas agroecológicas de aplicación y cualquier otra acción relacionada con el
Programa.

135
Como se mencionó anteriormente, el Programa opera con planes de manejo elaborados
por operadores que deben acreditarse en el Servicio Agrícola y Ganadero o en el Instituto
de Desarrollo Agropecuario y estar en posesión de un titulo profesional o técnico cuyo plan
de estudios contemple asignaturas académicas de reconocimiento y fertilidad de suelos,
establecimiento de praderas o de protección de recursos naturales de uso agropecuario.
Los análisis de suelos son elaborados por Laboratorios que se incorporan a un registro
público que lleva el SAG o INDAP y deben acreditar que cuentan con las instalaciones
necesarias, las metodologías y profesionales idóneos.

6. EVOLUCION DE LOS PRINCIPALES INDICADORES DEL SISTEMA.

A continuación se observa la evolución que han tenido los principales indicadores del Pro­
grama: número de productores favorecidos, superficie intervenida y recursos colocados.

Cuadro N º 1. Principales Indicadores del Programa de Recuperación de Suelos Degradados

¡ ;l>l' t'4 � f.f:.. > 11,r. lfP"f. 1 'lf8 J 'l'J ¡, rpr,,u..


N' productores SACi 2.480 2.125 2.509 3.313 10.-127

N productorc:.� INDAP 8.19.'i 13.176 13.249 23.271 57.891


N" pr oductores Programa 10.675 15.301 15.758 26.58-1 68.318
Supc:rfil:it: (ha) SAG 59.1-10 80. IJJ 88.60-1 101.969 329.8-16
Superficie (ha) r DAP 39.739 64.424 70.056 93.689 267.Y0X
--
Superficie (ha) Prognuna 98.879 144557 158.660 195.658 597. 75..¡
Monto (111111. $de 1999) SAG 1.4JJ.8 J.046.8 4.82 I.J 7.28-1.7 1(,.5, (i_(,
-
Monto (111111. $de: 1999)
INDAP 955.'.l 2.107.4 3.053.5 6.564.4 12.(,80.(,
Monto (mili.$ de 1999)
Prognuna 2.389,l 5.154,2 7.874.8 13.849,1 29.267,2

Si bien es cierto que el establecimiento de praderas fue la razón de ser de este Programa
en sus comienzos, con un énfasis más bien de apoyo y fomento A la actividad ganadera, a
partir del año 1997, se incorpora fuertemente un sentido conservacionista y de recupera­
ción de suelos, lo que se ha traducido en un importante incremento del programa de con­
servación de los suelos, al cual se han incorporado una serie de prácticas direccionadas
con este propósito, situación que se mantiene hasta la fecha.
La información de los cuadros N º 2, 3 y 4 siguientes se refiere a subsidios otorgados y
como un productor puede recibir más de un subsidio, la información no coincide necesaria­
mente con la presentada sobre número de beneficiarios.

136
Cuadro Nº 2. Evolución del Nº de subsidios otorgados según subprograma en INDAP.

S., b-p ro�rama 1996 19'17 19'.>!I 19')')


ícr1jlizaci6n Fosfatada 4.176 6.29X 9.215
Eh111i�ndn., Calc:íreas 862 1.298 1.058

Ftadera., 8.214 8.1'.\8 9.369 13.156


Cbnscrvaci6n clt• Suelos - - 534 2.027
l�hahili1ació11 Suelos - - 321 2.603

Total Subsidios &214 13.176 17 .X20 ZR.059

La información sobre subsidios otorgados por el SAG se presenta en el cuadro siguiente:


Cuadro Nº 3. Evolución del Nº de subsidios otorgados según subprograma en el SAG.

!iih-pr()j?,rama 19')6 19')7 19'>8 199')

renilizacici11 Fc,sfaiada - 83.'i 1.198 1.6:15

61n1icntlas Calcárc.as - 407 6X3 665

Ftndt:ras 2.354 1.277 1.527 l.'.lll2

O,nscrvacic'111 de Suelos - 52X 1.294

Rdinbilitacici11 Suelo.< Im 2-11 438

lcolal Suhsidios 2.354 2619 4.177 5.334

La infor mación agregada, esto es para todo el Programa, se presenta en el cuadro Nº 4.


Cuadro N" 4.Evolución del N º de subsidios otorgados según subprograma. Total Programa

&•h�programa 19'-)6 19'J7 19'-)8 19'-)')


H:rtilizaci6n Fosfa1acla - 5.011 7.496 10.850
Ernniencl'1S Calc.ír<c:as - L269 1.981 t.7n
Fl-adcras 10.568 9.415 10.896 1-1.458
G111scrvaciúo de Sucios - - J.062 3.321

l�hahilitación Sudas - 100 562 J.041


letal Subsidios J0.568 l'-.795 1l .!197 3.L.'93

Del análisis de los cuadros precedentes, se puede apreciar un importante incremento en


los montos entregados a agricultores que postularon a los programas de conservación de
suelos y rehabilitación de suelos, lo que indica una tendencia de aumento hacia prácticas
relacionadas con sustentabilidad del recurso suelo de uso agropecuario.
Cada vez se percibe un mayor compromiso por parte de los productores en asumir prácti­
cas de conservación de suelos y para la regeneración de estos. En este sentido sin duda

137
se avanza en una acción conjunta entre el sector público y privado hacia la sustentabilidad
de los recursos naturales creando poco a poco una mayor conciencia por el cuidado del
patrimonio natural. Por otra parte, esto permite avanzar hacia una cultura preventiva, que a
la larga será de menor costo que las decisiones de recuperación y reposición.
No es menor el aporte que el programa está haciendo en el ámbito nacional y regional al ir
sentando las bases para desarrollar la complementariedad entre desarrollo económico y la
sustentabilidad del patrimonio natural, sin duda que este es un aspecto que debe ser refor­
zado en adelante, a través de un mayor intercambio entre los agentes públicos y privados,
para lo cual debe incentivarse la participación de los principales actores en los Comités
T écnicos Regionales.
Habría que mencionar como externalidad positiva del programa de conservación de sue­
los, la reducción de pérdidas de nutrientes, es decir, lo que el suelo deja de perder por no
usar prácticas inadecuadas. Resultados de estudios realizados por el SAG en Chequén,
VIII Región, valoran estas pérdidas en alrededor de $ 89.000/ha/año, en promedio.
El detalle de la ejecución del Programa en cada región, en cuanto a número de usuarios
favorecidos, superficie intervenida y recursos colocados, se aprecia en los siguientes cua­
dros.

Cuadro N º 5. Número de usuarios por Región. Total Programa.


Región Número di.' Usuarios Total
1996 1997 1998 1999

1
I 28 35 63
11 15 69 X4
111 68 70 138
rv . 138 3-16

11
208
V 58 118 m 323 636
R.M 142 295 158 240 835
VI 65 14 0 202 334 741
VII 680 2,166 1.802 2.641 7.289
VIII 1.657 1. 665 1,737 3.729 8.788
IX 2,335 3,077 2.890 -1.454 12.756
X
XI
5.61.8
120
7.364
413
8,050
446
13.250
')03
34.282
1.882
1
X!I 63 87 328 478
Tola! 10.675 15.301 15,758 26,584 68.318

138
Cuadro N º 6. Superficie intervenida (ha) en cada Región. Total Programa.
Reglón Snperfide Total
1996 1997 1998 1'1911
1 81 89 170
lJ
m
1 - -
18
473
64
448
82
921
IV - 490 634 1.124
V 258 1,147 980 1.499 3,884
R.M. 455 1,013 714 1,445 3,6'.!7
VI 735 1 918 2,149 2.791 1 6,593
vu
Vil]
6.343
12,883
19.'.!77
'.!1. 168
17.()08
'.!'.!.881
'.!3.668
24.95�
1 66,'.!96
81.888
IX 21,775 35,527 34.745 49,147 l4l,l94
X 55,551 62,903 75,430 81,843 215.111
XI 879 1.853 2,958 7,571 13.262
)CIJ 751 733 1.5Cl2 '.!.986

Toh1I 98,879 144.557 158.660 1 95.658 597.754

Cuadro N º 7. Montos Bonificados en miles de$ de 1999. Total Programa.

Reglón Tolnl
MoDl115 Bonlflcadoo
.l!J96 1997 19!18 199'>
1 12,822 211.462 33.284
ll 10,10(1 32,900 43.f�Xl
UJ 57,556 62.'.!84 119,8411
IV 72.9118 114.461 187J69
V 5,512 34.901 61.403 155.468 '.!57.'.!84
R.M. 11,789 58.344 51.114 158.321 '.!79.568
VI 22,628 297.711 77,025 154.118 551 ,48'.!
vu 113,046 451.577 699.4 29 1.182,847 2.446.899
VID 284,798 1,026,291 833,012 1.367 ,033 3.5 11.134
IX 665.114 1.941,971 1.656.452 2.787 .983 7.(151.5211
X 1,245,282 1,131.656 3,921,145 6,913.485 13,211.568
XI 4 0,898 116,195 378.839 6Cl7,46X l.l 43.4IMI
XlJ 95.597 43,041 292.'.!6.\ 430,90'.!
Tolal 2.389,067 5.15-U-O 7.874.846 I3.R49. 09 4 29.267,250

En los cuadros precedentes se observa claramente que el Programa se concentra en las


regiones VII, VIII, IX y X, con énfasis en la IX y X Regiones. Tanto en N º de usuarios,
superficie intervenida y recursos colocados, la X Región es notoriamente la de mayor rele­
vancia y donde el Programa está más concentrado (50%, 46% y 45% respectivamente).

139
1. PRINCIPALES DESAFÍOS DEL PROGRAMA

Sustentabilidad futura del Programa: El éxito del Programa, más allá del período de 1 O
años establecido, depende en buena medida de los cambios tanto tecnológicos como de
actitudes que incorporen los usuarios, es decir, el grado de internalización que se logre en
ellos en cuanto a reconocer y valorar que la aplicación de los diferentes elementos conte­
nidos en el Programa forman parte también de su propia responsabilidad.
• Ampliación de la cobertura de intervención del Programa: a objeto de asegurar que la
totalidad de la superficie erosionada y/o degradada a nivel nacional, posible de recuperar
sea intervenida, significa lograr un incremento de los recursos que se asignen al Programa
o bien, aumentar el período de su ejecución.
• Participación: los Comités T écnicos Regionales requieren mejorar y aumentar su partici­
pación en la definición de estrategias regionales del Programa e incorporar más perma­
nentemente en sus sesiones de trabajo a otros actores tales como operadores, represen­
tantes de agricultores, académicos, institutos de investigación y otros, quienes pueden
aportar sustantivamente colaborando con su experiencia y conocimientos.
• Aspectos administrativos: se debe avanzar en hacer más ágil y expedita la postulación de
los usuarios al Sistema, lo que implica disminuir a lo imprescindible los documentos y
requisitos solicitados. También se hace necesario mejorar los tiempos de respuesta a los
usuarios.
•Capacitación: se deben implementar procesos de capacitación a profesionales y técnicos
que participan como operadores del programa y a los usuarios.

140
PRESENTACION DE PANELES

141
142
GUÍA DE CONSERVACIÓN DE SUELOS FORESTALES:
Una herramienta práctica para la difusión de medidas
de conservación.

Diego Alarcón A. y Jorge Gayoso A.


Universidad Austral de Chile.
casilla 561
Valdivia

Contexto

Las diversas actividades ligadas al manejo forestal, en general, producen un efecto o impacto
directo sobre los componentes ambientales del ecosistema forestal, dentro de los cuales el
suelo cumple un rol vital en la mantención de sus funciones básicas. Con el fin de prevenir
o minimizar el impacto que las actividades forestales puedan implicar al suelo forestal, se
hace necesario que las prácticas forestales se diseñen y lleven a cabo bajo criterios que
conduzcan hacia una mayor sustentabilidad en el manejo de los recursos forestales.
Las acciones de conservación del suelo en el ámbito forestal, por lo tanto, deben estar
dirigidas hacia adecuar las prácticas actuales de uso en cada sitio, de tal forma de no
provocar cambios de importancia en los factores que determinan la productividad del suelo,
o bien, si éstas alteraciones se llegan a generar escapando de su prevención, poder operar
con oportunas medidas correctivas.
Por ello, es importante que el personal vinculado a las actividades de manejo forestal, tanto
desde el nivel de planificación hasta el operario de maquinarias reconozca el conjunto de
propiedades y condiciones básicas que definen la productividad y el comportamiento
mecánico del suelo, y considere previamente a la ejecución de las faenas de producción
forestal, medidas precisas para prevenir la degradación del suelo y soluciones correctivas
para eventuales problemas ocurridos en relación con la conservación del suelo.
Los principales impactos sobre el suelo de uso preferentemente forestal aparecen vinculados
a una inadecuada planificación, construcción y mantenimiento de caminos forestales, el
empleo de la quema como práctica de preparación de sitios para plantar y la realización de
madereo terrestre en temporada húmeda.
Para lograr una eficiente asimilación de medidas concretas tendientes a conservar el suelo,
así como también del resto de componentes ambientales, surge la necesidad de desarrollar
herramientas como guías de campo de mejores prácticas de manejo forestal y guías de
conservación de componentes ambientales, a modo de un sistema que asegure una fácil
transferencia de los conceptos y medidas señaladas al personal directamente relacionado
con las faenas forestales.
Se presenta una Guía de Conservación de Suelos Forestales, que plantea medidas concretas
para la prevención de eventuales impactos negativos de las actividades de producción
forestal, minimizando los efectos adversos al suelo mediante el control de los factores
directamente involucrados. Esto requiere un entendimiento de los procesos de degradación
del suelo y el conocimiento de la correcta implementación de operaciones de cosecha y
planificación de la construcción de caminos.
Formulación

143
La formulación de la guía surge de un proceso de revisión bibliográfica de diferentes
problemas de conservación de los suelos forestales, tanto a nivel nacional como
internacional, a partir de los cuales se desprenden necesidades de medidas preventivas y
de control de los problemas generados. La redacción de las medidas propuestas tienen
como base el componente ambiental en cuestión, y su enfoque es hacia un mejoramiento
de la situación actual de las actividades de manejo forestal por medio de recomendaciones
concisas y factibles de llevar a cabo.

Contenidos

Los contenidos de la guía consideran una seccIon inicial, que caracteriza en términos
generales el componente ambiental suelo, del punto de vista de las propiedades que
determinan su fertilidad y productividad, incluyendo una revisión de los procesos de
degradación que guardan relación con las actividades de producción forestal, donde cobran
mayor importancia la extracción de nutrientes, compactación. desplazamiento o remoción,
deslizamiento y erosión.
Asimismo, se entregan pautas para la determinación del nivel de fragilidad en suelos
forestales, en especial la metodología multicriterio de Gayoso y Muñoz (1997).
La sección principal de la Guía de Conservación de Suelos Forestales, entrega medidas de
conservación del suelo forestal. Éstas son de carácter general y se entregan como
prescripciones voluntarias. Pese a que se toma en cuenta que cada situación de terreno
debe ser evaluada en forma específica, para así identificar los problemas y luego establecer
soluciones. este conjunto de medidas propuestas pueden ser de gran utilidad en la
planificación de las faenas forestales.
Las medidas propuestas se presentan en la guía, organizadas en cinco subcapítulos:
1. Lineamientos de conservación del suelo a considerar en la planificación previa a las
actividades forestales·.
Durante el proceso de planificación de las faenas forestales, se requiere considerar ciertos
aspectos que comprometan la conservación de productividad de los suelos en el largo
plazo. en términos de contar con información cartográfica actualizada del recurso y
apropiadamente clasificada según su condición de fragilidad.
Respecto de la planificación de las actividades, se presenta como necesario que las faenas
de preparación del sitio propendan a minimizar la superficie alterada y a evitar la generación
de procesos erosivos, junto con prescripciones para una adecuada planificación de la red
de vías de saca y canchas de madereo.
2. Medidas concretas de conservación del suelo en términos de la superficie productiva
de suelo de uso forestal.
En cuanto a las labores de cosecha forestal, se plantean propuestas de superficies máximas
continuas de cortas mediante tala rasa, y de áreas correspondientes a vías de saca y
canchas, en el trazado de la red de accesibilidad forestal, y consejos tendientes a minimizar
la superficie alterada en las faenas de preparación de sitio.
3. Medidas de prevención de la degradación física del suelo, para las principales
actividades de manejo forestal que impactan al recurso suelo.

Como actividades de mayor impacto al suelo, se perfilan la preparación de sitio. cosecha


forestal y caminos forestales.

144
Respecto de la preparación del sitio, se elaboran medidas para disminuir el eventual impacto
de las tareas de limpia del sitio, sugerencias para un tratamiento de los desechos forestales
de manera de favorecer la reincorporación de la materia orgánica al suelo y prevenir procesos
erosivos, medidas para evitar o minimizar el empleo de la quema como vía de tratamiento
de desechos. Se recomienda efectuar las labores de manejo físico del suelo que sigan la
condición de fragilidad del suelo. De igual modo, se plantean instrucciones para que las
actividades de control de malezas y labores de plantación propendan a un mínimo impacto
en el suelo forestal.
Para la cosecha forestal, se entregan medidas para una apropiada selección de equipos
en función de la condición de fragilidad del suelo. Lo mismo respecto de las técnicas de
madereo a emplear y del diseño de las vías de saca y canchas.
Para las actividades de diseño de caminos y selección de equipos para su construcción, se
plantean elementos a considerar para favorecer un mínimo de movimiento del suelo y
conservación de situaciones de mayor riesgo a degradación. De igual forma, se señalan
recomendaciones para un correcto mantenimiento de la red de caminos, al igual que
desactivación de caminos.
4. Medidas de mitigación de la degradación física de los suelos forestales.
Se plantea un conjunto de medidas de corrección y control de los procesos de degradación
física de los suelos forestales, de fácil incorporación a las actividades de manejo forestal.
5. Medidas preventivas de la contaminación de los suelos forestales.
Se presenta finalmente un conjunto de medidas para prevenir la incorporación de elementos
contaminantes que sean resultantes de las operaciones silviculturales habituales.

145
EFECTO DE LA FERTILIZACIÓN SOBRE LOS PROPÁGULOS DE
MICORRIZAS ARBUSCULARES EN UN ANDISOL

F. Borie, R. Rubio, C. Shalchli, P. Cornejo y C. Castillo


Universidad de La Frontera
Casilla 54-D
Temuco

INTRODUCCION

Las micorrizas arbusculares (MA), asociación simbiótica formada entre un hongo y una
planta, juega un papel muy significativo en la productividad y sustentabilidad de los suelos.
Además de incidir sobre una mayor absorción de nutrientes por la planta hospedera produ­
ce, a través de las hitas, una mejor agregación de las partículas de suelo consecuencia de
la produccióñ de glomalina, una glicoproteína con características cementantes (Borie et al.
2000). Suelos con buena agregación son más resistentes a la erosión, poseen mejor inter­
cambio gaseoso e incrementada capacidad de humectación, a la vez de ofrecer micrositios
que favorecen la diversidad microbiana (Miller y Jastrow, 1992). En este contexto, se hace
importante no sólo conocer la cuantía de los propágulos de hongos MA que quedan en el
suelo después de un cultivo, sean éstos esporas, trozos de raíces colonizadas o hitas
activas del hongo, sino también cuales son las condiciones que favorecen al máximo la
formación de la simbiosis. Del número de propágulos presentes en un suelo, no sólo va a
depender un mejoramiento nutricional del cultivo siguiente, sino también se ven beneficia­
das las propiedades físicas del suelo.
La cantidad de propágulos de hongos MA encontrados en un suelo depende de una serie
de factores del manejo agronómico entre los que cabe mencionar como los más inciden­
tes, el cultivo anterior, los sistemas de labranza y la fertilización empleada (Bethlenfalvay,
1994). En relación a la planta hospedera, existe un amplio rango de colonización radical
habiendo por tanto plantas con mayor o menor susceptibilidad a formar la simbiosis. Por
otra parte, es bien conocido el efecto perjudicial por fragmentación del micelio en los siste­
mas de labranza convencional, con arado (Kabir et al., 1997; 1998), existiendo mayor nú­
mero de propágulos en suelos sometidos a labranza reducida y cero labranza. Sin embar­
go, si bien existen variados estudios relacionados con la incidencia de los fertilizantes en la
calidad y cantidad de propágulos, sus resultados son muy variables, con respuestas que
van desde un incremento en la formación de micelio hasta un decrecimiento neto del
mismo (Johson y Pfleger, 1992 para referencias). Por tal motivo, el objetivo de este trabajo
consistió en determinar, en condiciones de invernadero, el efecto de los fertilizantes
nitrogenados y fosfatados en el número y el tipo de propágulos dejados en un suelo de
origen volcánico, después de un cultivo de trigo.

MATERIALES Y MÉTODOS

En este estudio se realizaron dos experimentos bajo condiciones de invernadero, utilizan­


do trigo cv Otto como planta indicadora crecido en macetas de 1 kg conteniendo un Andisol
de la serie Vilcún ( P-Olsen 4 mg kg· 1; pH 5.5; M.O. 18%; CICE 11.4 mmol kg·'; % Al sat.

146
0.61) esterilizado e inoculado con Glomus etunicatum CH-11 O (Morton & Bentivenga), un
ecotipo nativo que ha demostrado ser efectivo. En el primer experimento (1), realizado
para determinar el efecto de la fuente nitrogenada, la fertilización correspondió al equiva­
lente a 200 kg N ha·' como urea o como KNO3 (N) agregada en dos parcialidades. En el
segundo experimento (2), se analizó el efecto de la fuente fosfatada y la fertilización se
aplicó como P soluble (SFT) y roca fosfórica parcialmente acidulada (RFPA), en dosis
equivalentes a 17.5, 44 y 87 kg P ha·'. Para el ensayo de la fuente nitrogenada la cosecha
se realizó en etapa de grano lechoso (1) y en madurez (11) y sólo en grano lechoso para el
de fuente fosfatada. En ambos experimentos, se determinó el peso de parte aérea y raíz.
porcentaje de colonización por hongos MA, longitud de raíz colonizada, número de espo·
ras, y densidad de micelio total y micelio activo.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

El número de esporas de hongos MA encontradas en el suelo fue mayor con N-nitrato que
con N-amoniacal en ambas etapas de crecimiento del trigo, siendo superior en madurez
(Fig.1). El incremento de las esporas con N-nitrato, en el período comprendido entre am­
bas etapas de crecimiento fue cercano al 60%, siendo muy inferior con N-amoniacal. Lo
anterior es muy concordante con el pocentaje de raíz colonizada (Fig. 2), el cual mostró la
misma tendencia.
Es sabido que la longitud de raíces del trigo crecido en condiciones de invernadero dismi·
nuye entre la etapa de grano lechoso y madurez (Rubio et al, 1990; 1991) y por tanto, no es
de extrañar que la longitud de raíz colonizada por hongos MA también disminuya (Fig. 3).
Sin embargo, en ambas etapas de crecimiento fue mayor dicha longitud con N-nitrato que
N-amoniacal. El micelio activo también fue mayor con la fuente nítrica que con la amoniacal
siendo su valor mas alto en la etapa de madurez. Del mismo modo, el porcentaje de micelio
activo con respecto al total fue superior con la fuente de N nítrico.
El efecto beneficioso sobre el número de propágulos de hongos MA dejados por el trigo
consecuencia de la adición de la fuente de N-nítrico comparado con N-amoniacal no se
debería aparentemente a un cambio de pH en la rizósfera, consecuencia de la acidificación
o alcalinización fisiológica, ya que no existió cambios significativos en dicho parámetro así
como tampoco a cambios en los niveles de P-Olsen (no mostrados).

ExF9-rirert ol Expeimen b 2 Experimenb 1 Experimento 2


N• esporas
01 60
100g SS
e �g
:2 45

3000 I -� ;g
1 -ª3 �g
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2000 I 20
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., 1L
O
U NU N 1 2J 1 2 3 S��--+--'-��-
1 11 SFT RF� SFT RfPA

FIGURA 1: Número de esporas de hongos MA FIGURA 2: Porcentaje de raíz colonizada


en trigo fertilizado con urea (U) y nitrato (N) 2 por hongos MA en trigo fertilizado con urea
cortes [Exp. 1] y con SFT y RFPA (3 dosis) (U) y nitrato (N) 2 cortes [Exp. 1] y con SFT
[Exp. 2] y RFPA (3 dosis) [Exp. 2]

147
Experimento 1 Experimento 2 Expei mento 1 Experimento 2

50
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RFPA SFT RFPA

FIGURA 3: Longitud de raíz colonizada por FIGURA 4: Densidad de micelio total


hongos MA (m maceta') en trigo fertilizado (m ml ') en trigo fertilizado con urea (U)
con urea (U) y nitrato (N) 2 cortes [Exp. 1] y y nitrato (N) 2 cortes [Exp. 1] y con SFT
con SFT y RFPA (3 dosis) [Exp. 2] y RFPA (3 dosis) [Exp. 2]

Ex¡:erimento1 Experimento2

FIGURA 5: Densidad de micelio octivo


(m ml 1) en trigo fertilizado con urea (U) y
U N U N 1 2 3 1 2
nitrato (N) 2 cortes [Exp. 1] y con SFT y
1 SFT RFPA RFPA (3 dosis) [Exp. 2]

El número de esporas dejadas en el suelo en el experimento con dosis y fuentes de P


indican que a la dosis más baja de RFPA el número fue mayor, superando las 2000 esporas
por gramo de suelo seco (Fig.1 ). Este tratamiento también produjo la mayor colonización
radical por hongos MA (Fig.2} y la mayor longitud de raíz colonizada (Fig.3}. En cuanto a la
longitud de micelio total, éste fue mayor con RFPA, a la dosis máxima (Fig.4). El micelio
activo no presentó diferencias para las dos fuentes fosfatadas, a las distintas dosis (Fig.
5). Desde el punto de vista de los propágulos dejados en el suelo por efecto de la interacción
planta-fertilizante fosfatado es posible concluir que, la aplicación de dosis bajas de P par­
cialmente soluble, sería de mayor beneficio para el cultivo siguiente en la rotación al fo­
mentar la formación de un mayor número de propágulos viables en el suelo de modo de
asegurar una mayor velocidad de colonización de las raíces.

CONCLUSIONES

Bajo las condiciones experimentales desarrolladas en este estudio es posible extraer las
siguientes conclusiones generales:
El número de propágulos de hongos MA que quedó en el suelo después del cultivo de trigo.
sean éstos esporas viables, raíces colonizadas o micelio activo fue más numeroso cuando

148
se utilizó f uente de N-nitrato que N-amoniacal, lo que aseguraría una más rápida coloniza­
ción de las raíces del cultivo siguiente en la rotación..
El número de propágulos de hongos MA al final del cultivo de trigo fue mayor a la dosis
menor de roca fosfórica parcialmente acidulada (RFPA) en comparación con un fertilizante
soluble como lo es el SFT.

PALABRAS CLAVE: Propágulos micorrizas, fertilizantes, Andisol


AGRADECIMIENTOS: Trabajo financiado por Proyecto Fondecyt 1990756

BIBLIOGRAFIA.

Bet hlenfalv ay, G. y Barea, J.M. 1994. Am. J. Altern. Agric. 9: 157-161.
Borie, F., Rubio, R., Morales, A. y Castillo, C. 2000. Rev Chil. Hist. Nat. (En revisión).
Johnson, N.C, y Pfleger,F.L. 1992. Am. Soc. Agron. (ASA), Special Publ. 54: 71-99.
Kabir, Z., Hallaran, I.P., Fyles, J.W., y Hamel, C. 1997. Plant and Soil 192: 285-293.
Kabir, Z., Hallaran, 1.P., Fyles, J.W., y Hamel, C. 1998. Adv. Agron. 18: 107-169.
Miller, R.M., y Jastrow, J.D. 1992. Am. Soc. Agron.(ASA), Special Publ. 54: 29-44.
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R ubio, R., Castillo, C ., Moraga. E., y Borie, F.1991. Agric. Técn. 51: 151-158.

149
DISTRIBUCION DEL CARBONO EN RESIDUOS ORGANICOS Y SU
INTERACCION CON ELEMENTOS METALICOS, NUTRIENTES Y/O
CONTAMINANTES

Gilda Borie, Pedro Peirano, Jeannette Espinoza, Hugo Zunino y María Aguilera.
Universidad de Chile.
Olivos 1 007 - Casilla 233
Santiago de Chile.

Universalmente se hace necesario y urgente implementar políticas de uso de residuos


orgánicos en los suelos, tanto por la necesidad de disponer de estos residuos, como
también por la necesidad apremiante de recuperar el nivel orgánico del sistema edáfico tan
dañado, y muchas veces erosionado, por el mal uso o por la sobre-explotación de él.
Para hacer uso racional de dichos residuos orgánicos es necesario un conocimiento ade­
cuado de la composición de ellos, para saber su aporte en elementos beneficiosos al suelo
como también de posibles contaminantes, y muy especialmente es necesario conocer al­
gunas de sus propiedades, ya que son estas las que ellos pueden aportar al suelo para las
reacciones físico-químicas y biológicas que se desarrollan en el sistema edáfico.
En ese sentido se estudian 3 importantes residuos orgánicos: lodos procedentes de Planta
La Farfana de EMOS, aserrín y corteza.
El estudio incluye la evaluación de la composición orgánica de estos residuos, en su cuan­
tía y calidad. Además, se incluye una evaluación del comportamiento de las fracciones
orgánicas de estos residuos frente a la interacción de elementos catiónicos, aquellos que
constituyen nutrientes esenciales en el suelo para plantas y microorganismos ( Ca, Mg y
Fe ), y también contaminantes como el Cd, Zn y Cu.

Materiales y Métodos

Para el análisis de la composición de los residuos orgánicos se les efectuó un Análisis


Elemental de C, N y S, en un Equipo Analizador Vario-El.
Se realizó una calcinación del lodo y un fraccionamiento del material húmico del lodo sani­
tario. Con ello se evaluó los distintos contenidos orgánicos e inorgánicos (cenizas) y con el
fraccionamiento se pudo calcular el contenido en carbono proveniente de ácidos fúlvicos
(C-FA); de ácidos húmicos (C-HA) y el C más estable las Huminas (C-Hum).
Para los 3 residuos se evaluó el contenido de: Ca, Mg, Cu, Zn, Fe y Cd.
Además se inició el estudio de la Capacidad de Interacción de los residuos orgánicos con
soluciones de los cationes en estudio según método de Zunino y col. El método utiliza el
modelo de Langmuir para encontrar los valores de Capacidad Máxima de Retención de
Cationes (CMR).
La determinación de los elementos metálicos se efectuó por Espectrofotometría de Absor­
ción Atómica (EAA).

150
Resultados
Los resultados de los Análisis Elementales son;

- Lodos: 28,1% de C; 2,7 % de N y 1,9% de S.


- Aserrín: 48,8% de C; O,1 % de N y 0,3% de S.
- Corteza: 45, 1% de C; 0,5% de N y 1,2% de S.
Con lo cual las relaciones C/N y C/S son:

C/N C/S

- Lodos: 1O 15
- Aserrín 488 163
- Corteza 90 38

Los valores elementales de estos residuos concluyen que sólo el lodo presenta valores
altos de N para un eventual aporte nutritivo, ese valor permite también planificar un
compostaje de este material con algún otro de los residuos orgánicos, de modo de llevarlo
a relaciones C/N del orden de 20 a 30, según recomendaciones para adición a suelos.
En cuanto a los otros residuos, podrían incorporarse a suelos degradados para su recupe­
ración en status orgánico, podrían adicionarse como aporte orgánico junto a fertilizantes o
también podrían usarse como agentes de dilución para lodos compostados.
De acuerdo al fraccionamiento de sus componentes orgánicos, la calidad de la materia
orgánica presente resultó ser:
En el lodo: el 66% material fuertemente humificado, Tipo Humina; el 9,4 % de
material Tipo HA y el 2.9% material Tipo FA.
En el Aserrín: 17% Tipo-Humina; 2,5% Tipo-AH.
En la Corteza: 31 % Tipo-Humina, 4,3% Tipo-AH.
El contenido orgánico del lodo, obtenido por diferencia en calcinación, fue de 47,7% y el
inorgánico de 45,7%. Lo que es coincidente con un cálculo teórico del contenido de C del
lodo por el valor 1,72 para transformarlo en porcentaje de MO.
En la solución obtenida a partir de las cenizas se determinó el contenido de elementos
metálicos presente en el lodo. Para los otros residuos estudiados, se hizo en la solución
obtenida de los polímeros orgánicos una vez destruida su MO por microondas.

El contenido en ppm de elementos metálicos de los residuos orgánicos es:

Ca Cd Zn Cu Fe Mg
- Lodo: 150 5 150 600 2250 60
- Aserrín O 15 o o 450 30
- Corteza 2100 30 1050 150 600 360

Estos resultados nos confirman un bajo contenido de contaminantes como Cu, Cd y Zn,
de acuerdo a la mayoría de las normas EPA o europeas. El contenido de los elementos
que constituyen micro o macroelementos, sería de tomar en cuenta en el caso de lodo o
corteza.
Los estudios preliminares de CMR muestran afinidad con todos los elementos estudiados,
especialmente es destacable la afinidad de estos residuos con cadmio, que tiene un com-

151
portamiento semejante a zinc, es una interacción muy fuerte aún cuando se ponen elemen­
tos catiónicos en competencia. Hecho que también se vio anteriormente en sistemas de
equilibrio entre compuestos húmicos, extraídos del suelo, con metales.

152
ESTIMACIÓN DE LA CAPACIDAD DE ALMACENAJE DE AGUA DE
LOS SUELOS; MEDIDAS Y VALIDACIÓN

Francisco Matus B. y Rodrigo Cazanga S.


Departamento de Producción Agrícola
Universidad de Talca
Talca - Chile

Resumen:

La productividad de un suelo desde el punto de vista del crecimiento de las plantas está
directamente relacionada con la humedad aprovechable (HA) de éste. Dentro de los
parámetros necesarios para estimar HA, está la densidad aparente (Da), y los contenidos
hídricos a capacidad de campo (CDC) y en punto de marchitez permanente (PMP). La
medición de estos parámetros es costosa y difícil. Además, la metodología empleada para
medirlos, como es el caso de uso de muestras disturbadas, limita las posibilidades de
representación de los fenómenos reales a través de ellos.
Saxton et al (1985), desarrollaron un modelo que permite estimar HA, CDC, PMP y Da, a
partir de la textura del suelo. Este modelo fue validado por los autores respecto de tales
parámetros, utilizando mediciones provenientes de 700 muestras disturbadas de diferen­
tes suelos de Chile (datos obtenidos por el laboratorio de suelos de la U. de Talca).
En el Cuadro 1 se presentan los valores de coeficiente de correlación ( R ) entre valores
simulados y valores medidos. Para el caso de la HA la relación es entre valores simulados
y valores calculados a partir de parámetros medidos.

Cuadro 1.- Resumen de resultados del análisis de validación del modelo de Saxton et al
(1985).

Parámetro Suelo R
HA 0.8058
CDC 0.8565
PMP 0.8575
Da -0.0227

Los valores de R indican una alta correlación entre los valores medidos y los estimados por
el modelo a partir de la textura de cada uno de los 700 casos para HA, CDC y PMP. La falta
de correlación en el caso de Da y la alta correlación en el caso de HA estarían indicando
que la DA no es un parámetro relevante en la estimación de HA en condiciones de suelos
agrícolas. Estos resultados respaldan la idea de utilizar el modelo para la estimación de
HA.

153
EVALUACIÓN DE UN SUELO HAPLUDAND POR MEDIO DE
PARÁMETROS FISICOS *
José E. Cuevas Becerra 1 , Achim E. Ellies Sch. 2

1.- Servicio Agrícola y Ganadero


2.-Universidad Austral de Chile
Ignacio Carrera Pinto 566,
Puerto Natales, Chile

INTRODUCCION

La solicitación mecánica a la que son sometidos los suelos aumentado debido a la incorpo­
ración de maquinaria de más peso, y al hecho que el tráfico sea realizado independiente­
mente de las condiciones de humedad. Esto provoca alteraciones físicas en el perfil, de­
pendiendo de la magnitud de la carga y de la resistencia del suelo a la deformación (ELLIES
et al, 1982 ; ELLIES et al, 1996). Las características del suelo determinan la propagación
de una tensión en profundidad y el grado de deformación que experimenta su volumen.
(HARTGE y HORN. 1991; HORN, 1993; KOOLEN y KUPIERS, 1983).
Los Andisoles poseen una alta capacidad de arraigamiento, bajos valores de densidad
aparente, alta estabilidad de agregados y porosidad. Al ser sometidos a altas cargas. su
sistema poroso se colapsa, incrementándose la firmeza del suelo, lo que se refleja en
bajos rendimientos agrícolas y problemas en el establecimiento de plantaciones forestales.
( ELLIES et al, 1996 ).
Algunas actividades de laboreo inducen a la compactación del suelo y la pérdida del
contenido de materia orgánica. La compactación y la pérdida de materia orgánica del
suelo alteran la estructura y consecuentemente la tasa de movimiento de agua y nutrientes
desde la matriz del suelo hasta las raíces disminuye. (AROCENA, 1988).
La compactación del suelo modifica la capacidad de retención de humedad por medio de la
reducción en la porosidad del suelo, al mismo tiempo la materia orgánica afecta la reten­
ción de agua por medio de grupos hidrofílicos funcionales e indirectamente debido a modi­
ficaciones de la estructura. (AROCENA, 1998).
El objetivo del presente trabajo fue determinar los efectos sobre un suelo físicamente esta­
ble, sometido a tráfico, el cual produce una alteración de las propiedades físicas y mecáni­
cas del suelo, que pueden desembocar en fenómenos como la compactación, resultando
un menor crecimiento vegetal, con ello nace el interés de conocer la magnitud e intensidad
de la carga que puede soportar un suelo sin que se compacte, conservando su potencial
para un óptimo crecimiento vegetal.
MATERIAL Y METODO

Las investigaciones se realizaron en un Typic Hapludand, X Región del Sur de Chile, en


donde se evaluaron el efecto del trafico durante las distintas estaciones del año. Se toma­
ron muestras inalteradas de suelo, para analizar las propiedades fisico-mecánicas del sue­
lo tales como, curvas de retención de humedad, cohesión estructural, capacidad de sopor­
te, conductividad hidráulica

• Financiado por proyecto Fondecy11970301

154
DISCUSION Y RESULTADOS

La distribución por tamaño de poros Fig. 1 se modifica con el tráfico, se observa una dismi­
nución de la macroporosidad e incremento de la porosidad fina con el tráfico en Invierno
aumentan los poros finos, en desmedro de los poros medios y gruesos. Este cambio equi­
vale a un deterioro de la estructura de un suelo, la pérdida de porosidad gruesa se asocia
con una menor aireación e infiltración del agua. Las variaciones que experimenta la fre­
cuencia de las fracciones de poros entre Verano e Invierno son notorias. En el verano , el
aumento en las fracciones gruesas se explican por el secado que produce una contracción
y pequeñas fisuras, en la segunda estrata hay una disminución de poros de tamaño medio
debido al colapso de estos y la formación de porosidad fina.

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INVIERNO CON TRAFICO

FIG. 1.- Efecto del tráfico sobre la distribución por tamaño de poros
De un Hapludand en distintas estaciones.

La conductividad hidráulica en fase saturada Fig. 2 de un suelo describe la funcionalidad


de su sistema poroso, englobando propiedades tales como, cantidad, tamaño, morfología,
continuidad y orientación de los poros, en la figura se muestra una disminución de K en los
sitios transitados, debido a la reducción del sistema poroso grueso, esto demuestra que
hay una disminución de la calidad estructural.

155
25

'� 20

15

lo:: 10

5
No Transil3do
Transil3do Otoño
o

ProfundidaJ (cm)

FIG 2.- Variación de la conductividad hidráulica Con tránsito en Invierno y Otoño

Los cambios registrados en la densidad aparente Fig. 3 se deben mas a la disminución de


la porosidad gruesa. este suelo por su granulometría aristada se comporta de manera que
al romperse sus microagregados, disminuye la porosidad gruesa y aumenta la densidad
aparente.
La densidad aparente disminuyo con el trafico de un tractor agrícola sobre el suelo, es
interesante el alto valor de la tercera y cuarta estrata en el otoño con tránsito, la inestabili­
dad física en profundidad de estos suelos puede tener algún tipo de influencia en estos
resultados.

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Proimdidad

■ ■ Invierno TTT Primavera • Verano


1111111 Otoño -Sin Tránsito

Fig. 3: Variación de la Densidad aparente con el tránsito.

156
CONCLUSIONES

* El tráfico produce una disminución de la porosidad gruesa y un aumento de la fina.Los


cambios son mayores a medida que aumenta la humedad del suelo.
* La pérdida de porosidad gruesa hace que baje el monto de conductividad hidráulica, esto
tiene relación con una menor calidad del sistema poroso.
* La Densidad aparente incrementa, pero no en gran magnitud, la estabilidad dada por el
sistema radicular de la pradera puede tener un efecto atenuante en la carga.

BIBLIOGRAFIA

AROCENA , J. 1998 Effects of soil compaction and organic matter retention on soil
moisture retention characteristics. Congreso mundial de la Ciencia del Suelo,
Montpellier, Francia.
ELLIES, A., HORN, R. y SMITH, R. 1996 Transmisiones de presiones en el perfil de
algunos suelos. Agro Sur (Chile) 24 (2) : 149-158.
ELLIES,A. GAYOSO, J. y LAMIG, J. 1982 Efecto del manejo y contenido de humedad
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HARTGE, K. y HORN, R. 1991. lntroduction to soil physics. Enke. Germany. 346p.
HORN, R. 1993. Mechanical properties of structured unsatured soils.Soil technology.
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KOOLEN, A. y KUPIERS, H. 1983.Agricultura! soil mechanics.Springer Verlag. Germamy.
241p.

157
ACTIVIDAD MICROBIANA EN UN SUELO DE ORIGEN VOLCÁNICO
BAJO DISTINTO MANEJO AGRONOMICO Y SU UTILIDAD COMO
INDICADOR BIOLOGICO DE CAMBIOS EN LA FERTILIDAD DEL
SUELO.
Erick Zagal'; Nicasio Rodríguez2 Lorena Quezada 1
1
Universidad de. Concepcion
Casilla 537
Chillán-Chile.
2
Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria,
(INIA) Quilamapu
Chillán Chile.

INTRODUCCIÓN.

En Chile los andisoles ocupan extensas áreas de gran importancia agrícola y forestal,
especialmente en la zona sur del país. Por tanto, el uso de índices que permitan estimar el
impacto de las prácticas agrícolas sobre la fertilidad de estos suelos adquiere vital
importancia. De este modo será posible mejorar la utilización del recurso suelo. con una
visión productiva y sustentable en el tiempo
Este estudio se realizó con el objetivo de determinar actividad microbiana bajo distinto
manejo agronómico en un experimento de corta duración (7 a 8 años). Se evaluó la
sensibilidad del parámetro actividad microbiana al manejo agronómico, en comparación a
C orgánico y su utilidad temprana como indicador biológico de cambios en la fertilidad del
suelo y por ende en su calidad.

MATERIAL Y MÉTODOS.

Muestras no disturbadas de un suelo {0-10 cm) del Valle Central serie Diguillín (Medial,
Thermic, Typic Distrandepts) manejado con 6 rotaciones: Remolacha-Trigo-Trébol rosado(2
años); Remolacha-Trigo-Frejol-Cebada; Maíz-Trigo-Trébol rosado(2 años): Maíz-Trigo-Frejol­
Cebada; Remolacha-Trigo-Maíz-Alfalfa(5 años); Remolacha-Trigo-Maíz-Trébol blanco(5
años) y dos niveles de fertilización{100 y 70 %) de N-P-K como subtratamientos. fueron
sometidas a incubación en laboratorio. Las condiciones de temperatura(25 º C) y humedad.
se mantuvieron constantes durante los 30 días en que las muestras permanecieron en
cámara de incubación. El C-CO2 liberado fue colectado en una solución NaOH 1,0065 M y
medido a los O, 1 O, 20 y 30 días por precipitación con BaCl2 y titulación con HCI standard.
Los datos se expresaron como mg C-CO2 g· 1 de suelo seco al horno (105 ºC). N mineralizado
(determinado por extracción y colorimetría) se calculó como la diferencia de N inorgánico
entre O y 30 días de incubación, siendo expresado en términos de mg N g· 1 de suelo seco
al horno(105 ºC). Paralelamente, en muestras compuestas provenientes del mismo ensayo
se determinó % de e-orgánico (por oxidación húmeda y colorimetría).
Los datos fueron sometidos a análisis de varianza ANDEVA, comparaciones múltiples
(Duncan) y análisis de correlación con un nivel de significancia del 5 %.

158
RESULTADOS Y DISCUSIÓN.

Solo los tratamientos de rotación tuvieron efecto significativo (P<0,05) sobre C orgánico,
C-CO2 y N mineralizado.
Los contenidos de C orgánico de suelo (COS), en el rango de 4,36 a 5, 18% (Cuadro 1),
coincidieron con aquel de 4 a 5% señalado por Shoji et al. (1993) para andisoles cultivados.
Luego de siete años se detectaron diferencias significativas en los contenidos de C orgánico
de suelo entre rotaciones, lo cual sugiere mecanismos distintos de estabilización de COS
en suelos de origen volcánico comparados con aquellos que no lo son (Zunino et al., 1982).
De esta forma, se pudo detectar cambios tempranos entre los manejos más contrastantes
en la intensidad de uso del suelo.
El efecto (evaluado por razón de la varianza Fr) de los tratamientos sobre actividad
microbiana medida como C-CO2 (F,=27,86). fue más pronunciado que su efecto sobre COS
(F =15,40). Por ejemplo, la más amplia diferencia en COS se produjo entre Remolacha­
Tr[go-Maíz-Trébol Blanco(5) y Remolacha-Trigo-Frejol-Cebada (15,83%), mientras que para
C-CO2 ésta fue 59,78% entre Remolacha-Trigo-Maíz-Trébol Blanco(5) y Maíz-Trigo-Frejol­
Cebada (Cuadro 1).
Se encontró una correlación positiva entre COS y C-CO2 mineralizado obteniéndose el
más alto valor (r=0,75) transcurridos 1O días de incubación. El C-CO2 mineralizado, du­
rante los primeros 1O días de incubación tendría su origen desde el componente activo de
la MO e indicaría una acumulación variable de carbono orgánico lábil que resulta de las
diferentes prácticas de manejo. Mostrando además, que los cambios en la fracción lábil de
la materia orgánica del suelo (MO), son más obvios y ocurren más rápidamente que aquellos
de la MO total.
Los mayores valores de C-CO2 mineralizado acumulado se observaron en las rotaciones
que comparativamente presentaron una menor intensidad de uso del suelo: 1045,50 y
873,71 mg g·1 para Remolacha-Trigo-Maíz-Trébol Blanco(5) y Remolacha-Trigo-Maíz-Al­
falfa(5) respectivamente, sugiriendo un incremento potencial en la disponibilidad de C y
energía para los heterótrofos del suelo (Elliot et al., 1994). Así también entre los sistemas
más intensivos, la inclusión de leguminosas se asoció a niveles más altos de C-CO?' mientras
que en las rotaciones Remolacha-Trigo-Frejol-Cebada (510,74 mg g·1) y Maíz-Tngo-Frejol­
Cebada( 420,45 mg g·') se observó un efecto negativo para el crecimiento y actividad
microbiana traducido en los más bajos valores de C-CO2 acumulado.
En lo que respecta a N-mineralizado, fluctuó en el rango 43,36 a 106,94 mg N g-' de suelo
(Cuadro 1) correspondientes a las rotaciones: Maíz-Trigo-Frejol-Cebada y Remolacha-Trigo­
Maíz-Trébol blanco(5) respectivamente y correlacionó significativamente con C-CO2
mineralizado (r=0,61). El incremento de los años de pradera en Remolacha-Trigo-Maíz­
Trébol Blanco(5) y Remolácha-Trigo-Maíz-Alfalfa(5) generó un aumento de la mineralización
acumulada con relación al resto de los tratamientos. Esto indicaría un alto aporte de N
desde los residuos de praderas, situación que también se verificó al comparar los
tratamientos que incluían Trébol Rosado con aquellas que no lo presentaron.

CONCLUSIONES.

De acuerdo a la presente investigación con respecto a actividad microbiana en un suelo


trumao bajo distinto manejo agronómico es posible concluir:
1.EI índice actividad microbiana fue un parámetro efectivamente más sensible al manejo
agronómico que C orgánico, en un suelo de origen volcánico del Valle Central.
2.Actividad microbiana como índice biológico mostró tempranamente cambios en la fertilidad
del suelo.

159
3.Los contenidos de MO como resultado de las distintas rotaciones, correlacionaron
significativamente con aquellos de actividad microbiana. Así se verifica la utilidad de éste
índice como evaluador de la degradación de los suelos (en sus propiedades biológicas) en
función de su uso.
4. En este estudio, dentro de los manejos más intensivos en el uso de suelo, la inclusión de
dos años de leguminosas reveló una alta efectividad en la conservación de la fertilidad del
suelo.
LITERATURA

Elliot, E.T.1994. Terrestrial carbon pools:preliminary data from the corn bel! and great plains
regions. p.179-191. In Defining soil quality far a sustainable environment. SSSA Special
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Shoji, S, M Nanzyo and R. Dahlgren. 1993. Volcanic ash soils: genesis, properties and
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Zunino, H.,F. Borie, M. Aguilera, J. Martin and K. Haider. 1982. Decomposition of C 1 • labeled
glucose, plant and microbial products and phenols in volcanic ash-derived soils of Chile.
Soil Biol. Biochem. 14:37-43.

Cuadro 1. C orgánico(%), C-CO, y N-(NO 3+NH,) mineralizado(mg g· 1 suelo) en un suelo serie Diguillín
bajo distinto manejo agronómico. Profundidad de muestreo 0-1 O cm.

Roración1 C orgánico ··-co, mineraliz:,don N-n1int·raliz:ulo

10 días 30 días 30 días

R-T-TR(2) 4.45cd 226.69d 526.8.Jd X0.71<·


R-T-F-C 4J6cl 215.98d 510,7.Jcl (,0.01cl

M-T-TR(2) 4.Y9h 306.7Rc 6-+5.I0e 64.1-kl


M-T-F-<" .J.5Sc J7 l.42c 410.4Se 43.�(1l·

R-T-M-A(S)) .\0-lh 411,-141, 873,71 b Y2.42b


R-T-M-TB(S) 5,18a 465,60a 1045,50a J06.Y 4a
í'r 15.4* 27.86* Y.91•
1,
0,75• 0.72•
'r 0.61*

11 R=remolacha; M=maíz; T= trigo; F=frejol; C=cebada; TR=trébol rosado: TB=trébol blanco: A=alfalfa.
P<0,05
Fr Razón de la varianza.
1 Correlación entre C orgánico y C-CO2.
2 Correlación entre N y C-CO2 mineralizado.
,m Acumulado.
Letras distintas dentro de la misma columna indican diferencias significativas entre tratamientos,
según test de Duncan (P<0,05).

160
LA MATERIA ORGANICA DEL SUELO Y
EL DESARROLLO DE PROTEACEAS CHILENAS

Carlos Ramírez García


Cristina San Martín Padovani
Casilla 567
Universidad Austral de Chile
Valdivia - Chile

La Familia Proteaceae (Subclase: Rosidae, Clase: Magnoliopsida) es un taxón vegetal que


sólo tiene representantes en el Hemisferio Sur, específicamente en Sudamérica, Sudáfrica,
Australia, Tasmania y Nueva Zelandia. Se trata de pequeños árboles y arbustos de flores
muy vistosas, apreciados como plantas ornamentales. Este grupo de plantas posee una
ramificación radical anormal muy especial que, aumentando la superficie de absorción,
favorece el desarrollo de estas plantas en condiciones desfavorables de sequía y de defi­
ciencia en nutrientes minerales. Lo anterior, le da a las especies de esta familia, el carácter
de pioneros, es decir, de plantas que pueden crecer en suelos muy primitivos desprovistos
de vegetación vascular. Las plantas de Proteáceas poseen un sistema radical normal, que
en los horizontes más superficiales del suelo, se ramifica profusamente formando conglo­
merados de raicillas, que suelen medir varios centímetros de largo y hasta 1 cm de ancho
y que además, aglomeran suelo.
Aunque con resultados a veces contradictorios, la literatura científica reconoce una influen­
cia positiva de la materia orgánica del suelo sobre la formación de este tipo de raíces y por
consiguiente, una influencia sobre el desarrollo de las plantas que las poseen, haciéndolas
más competentes en suelos pobres. Para comprobar si dicho efecto se presenta también
en Proteáceas chilenas, se estudió el desarrollo de Plántulas de Gevuina avellana Mol.
(Avellano chileno) en sustratos con distinto contenido de materia orgánica natural y sobre
suelo rojo-arcilloso, pobre en materia orgánica, pero adicionado de compost. Se trataba de
comprobar experimentalmente si el desarrollo de los distintos órganos del cormo del Ave­
llano, incluidas las raíces proteiformes, es influenciado positivamente por un incremento de
la materia orgánica del sustrato edáfico.
Se trabajó con plántulas de Avellano obtenidas por germinación «in vitro» en condiciones
estériles y sobre un sustrato de Agar de semillas colectadas en el lugar «Las Cascadas» a
orillas del Lago Llanquihue (Osorno, X Región, Chile). En el primer experimento se cultiva­
ron 5 series de plántulas sobre suelos rojo arcilloso, trumao y trumao aluvial más dos en
sustratos formados uno por lava volcánica y otro por piedra laja, ambas meteorizadas. Los
tres primeros suelos presentaron 3,29%, 18,84% y 6,83% de materia orgánica, respectiva­
mente y la lava volcánica y la piedra laja molida 2,34% y 1,34% de materia orgánica, res­
pectivamente. En el otro experimento las plántulas de Avellano se cultivaron en 5 series:
una de suelo rojo arcilloso puro y otra de compost puro, más 3 series volumétricas interme­
dias con un 25%, 50% y 75% de compost y su complemento en suelo rojo arcilloso. Los
contenidos correspondientes de materia orgánica fueron de 4% para el suelo rojo y 27,9%
para el compost y para las series de 10,7%, 16% y 18,6%, respectivamente. El compost fue
preparado en el Jardín Botánico de la Universidad Austral de Chile, en la isla teja, Valdivia.
Los cultivos se mantuvieron en un invernadero a una temperatura de alrededor de 20 g C,

161
regándolos diariamente con agua potable. Después de 270 días se cosecharon las plantas
y se procedió a medir el tamaño del vástago y de la raíz, el número de hojas y el de
conglomerados,proteiformes y el peso seco de hojas, vástago y raíces. Los resultados se
compararon entre sí, aplicando análisis de correlación.
En el primer experimento con los diferentes suelos y sustratos y sin adicionar compost.
sólo se encontró una correlación positiva entre la materia orgánica y el peso de las hojas,
largo del tallo, númt:,ro de hojas y número de conglomerados por planta. Con éste último la
correlación fue la más alta. El peso total de las raíces (normales y proteiformes) tendió a
disminuir con el aumento del contenido de materia orgánica del suelo.
En el suelo rojo arcilloso adicionado de compost, la mayoría de las variables medidas
mostraron correlación con la materia orgánica del sustrato. Sólo el tamaño de la raíz no
mostró ninguna relación con la materia orgánica. El peso de las hojas, el peso del tallo, el
peso de las raíces, el tamaño del tallo y el número de hojas mostraron altas correlaciones
positivas con la materia orgánica del suelo. El número y el peso de los conglomerados
proteiformes mostró una relación inversa, disminuyendo al aumentar la materia orgánica.
De acuerdo a lo anterior, se concluyó que en suelos con mayor contenido de materia orgá­
nica aumenta el tamaño, el número de hojas y el número de conglomerados proteiformes
de las plántulas de Avellano chileno. También aumenta la proporción en peso seco de las
raíces y la relación vástago/raíz tiende a un valor más alto. En cambio, al aumentar expe­
rimentalmente la materia orgánica del sustrato, en forma de compost, aumentan el peso de
las hojas, del tallo y de las raíces, el tamaño de las plántulas y su número de hojas. Por otra
parte, disminuye la sobrevivencia de las plántulas, el peso total de ellas y su número de
conglomerados proteiformes. La relación vástago/raíz también tiende a aumentar, confir­
mando que las condiciones adicionadas de materia orgánica se hacen difíciles para el
desarrollo de las plántulas. También disminuye la proporción en peso de las raíces.
Con todo lo expuesto, se demuestra que la materia orgánica del suelo (o del sustrato)
influye en el desarrollo de Gevuina avellana, una Proteácea chilena.
(Financiado por el proyecto DID-UACh N º S-97-05)

162
ALGUNOS AVANCES EN LA RELACION SUELO-PLANTA EN
SUELOS ACIDOS DE CHILE

María de la Luz Mora G., Felipe Gallardo A., Fernando Borie B. y Rolando Demanet F.
Universidad de La Frontera
Casilla 54-D
Temuco

INTRODUCCION

La degradación de los suelos de origen volcánico como resultado de los procesos de ero­
sión tanto naturales, como producto del manejo agronómico, ha sido un tema de gran
preocupación de los científicos de las Ciencias del Suelo y que ha tenido como resultado
en el sector gubernamental la creación de un Programa de Recuperación de Suelos De­
gradados. Dicho Programa lo administra el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) para me­
dianos y grandes productores y el Instituto Nacional de Desarrollo Agropecuario (INDAP)
para pequeños agricultores. Como resultado de estos procesos degradativos y el manejo
no conservacionista del suelo, ha disminuído el contenido y calidad de la materia orgánica
(Aguilera et al., 1999), así como las bases de intercambio produciéndose un aumento de
acidez, que en suelos de carga variable es especialmente importante, porque genera un
cambio en la reactividad de los coloides que regula la interface suelo-solución y en la
actividad microbiológica que regula la fertilidad biológica del suelo. En los primeros años
de la década de los 90, estudios realizados sobre el diagnóstico de suelos ácidos indicaron
que cerca del 20% se encontraban con serias limitantes para la producción y otro porcen­
taje similar con riesgo de acidificación (Suárez y Márquez 1992; Mora, 1993) y que la
principal causa del aumento de la acidez del suelo era consecuencia de un uso prolongado
de fertilizantes de reacción ácida y la necesidad de aplicar enmiendas calcáreas (Suárez y
Márquez, 1992; Mora et al., 1993). Este diagnóstico sirvió de base para el Megaproyecto
FONDEF 2-88 liderado por el Instituto de Agroindustria de la Universidad de La Frontera en
conjunto con la Pontificia Universidad Católica de Chile y La Universidad de Chile en Ma­
nejo de Suelos Acidos entre 1993-1997 y que junto con los proyectos Fondecyt de los
investigadores de la Universidad de La Frontera, ha sido posible generar conocimientos
necesarios para crear tecnología y mantener líneas de investigación en temas relaciona­
dos con la producción vegetal en estos suelos.
Los estudios realizados se han orientado en diferentes áreas del conocimiento las que se
pueden resumir en: estudios fisicoquímicos de acidez y corrección en suelos, química de la
rizósfera y microbiología en suelos ácidos.

INTERFASE SUELO-SOLUCION DEL SUELO EN SUELOS ACIDOS

La disminución de pH en el suelo genera como resultado la protonación de los sitios activos


en los coloides del suelo aumentando la carga superficial positiva y liberando las bases de
intercambio hacia la solución del suelo (Mora et al, 1999a; Mora et al., 1999b). Sin embar­
go, si la cantidad de protones producto de los procesos de acidificación en el suelo conti-

163
nua aumentando, ocurre una hidrólisis ácida en los grupos terminales Al-OH de la superfi­
cie de óxidos y aluminosilicatos que libera Al+3 hacia la solución del suelo, como lo muestra
la relación entre pH yl-µAktanto para Ultisoles como para AndisQJ��Lf;lfl la Figura 1.
""..---------------,
yz20U.6x-6J651 y•1J!IOb.lflO.•
R1 c 071!HI R7 •0U1

,. .. +---r--..----r--.....---1
pll (OC:1 1)

FIGURA 1. Relación entre el pH y el contenido de Al de intercambio de suelos de origen volcánico


de la IX y X Regiones. (Mora et al., 2000a)

La relación lineal que se observa en estos parámetros presenta una mejor correlación en
Ultisoles que en Andisoles como consecuencia del mayor contenido de materia orgánica
que poseen estos últimos, y la alta afinidad con Al de sus grupos carboxilatos para formar
complejos de esfera interna (Mora y Canales, 1995a; Mora et al., 1996) que son responsa­
bles de la alta afinidad de estos suelos por el ion fosfato (Mora y Canales, 1995b). Además,
por efecto del mayor contenido de materia orgánica, la capacidad tampón de Andisoles es
superior a la de Ultisoles y por esta razón el contenido de Al de intercambio a un mismo pH
es mayor en Ultisoles, como lo demuestra el valor de la pendiente en la Figura 1. Por otra
parte, la aplicación de enmiendas calcáreas en el suelo genera iones OH que deprotonan
los grupos S-OH en la superficie aumentando la carga negativa y la retención de bases
(Mora y Barrow, 1996; Mora et al., 1999a). Esta relación en conjunto con las ecuaciones
que se han generado del cambio en el contenido de Al intercambiable y porcentaje de
saturación de Al con las enmiendas calcáreas ha permitido diseñar un modelo para calcu­
lar las necesidades de cal de corrección que se ajustan con bastante éxito a la curva con
valores experimentales que se muestra en la Figura 2 extraída de Mora y Demanet (1999).

70
60 y= 22.209x 2-258,25x+752,09
l 2
R = 0,7971
<( 50
e
•O
·¡; 40
30
20
10
o
4 5 6
pH

FIGURA 2 . Relación entre el pH (H 20) y el porcentaje de saturación de Al para suelos derivados de


cenizas volcánicas del Sur de Chile. Laboratorio de Suelo y Planta, Universidad de La Frontera, Temuco­
Chile.

164
El aumento de la carga negativa que se observa como resultado de la aplicación de calcita
o dolomita, disminuye la capacidad de adsorción de fosfato (Mora et al, 1999a, Demanet et
al., 1999) y la aplicación de sulfato de calcio (yeso) aunque prácticamente no cambia el pH
del suelo, al formar complejos entre el ion sulfato y el Al• 3 disminuye el contenido de alumi­
nio libre que es tóxico para la producción vegetal (Mora et al., 1999c) y que presenta efec­
tos tan negativos como que la pradera desaparece (Demanet et al.. 2000) y la producción
de trigo puede disminuir hasta en un 60 % (Mora et al., 1999b).

RIZOSFERA Y TOLERANCIA DE LAS PLANTAS A LAS CONDICIONES DE ACIDEZ

La aplicación de altas dosis de fosfato en suelos ácidos especialmente Andisoles donde la


capacidad de retención de fosfato fluctúa entre 90 a 98 % constituye no sólo una práctica
para aumentar el nivel de P disponible sino que, aunque no se considera, la planta utiliza
el ion fosfato para detoxificar el Al presente en la solución del suelo. Los mecanismos
descritos en la literatura son : absorción de P y la formación de compuestos con Al que son
ocluídos en la raíz de la planta y/o, absorción de fosfato por la planta y liberación de iones
HCO; que aumentan el pH de la rizósfera o liberación de ácidos orgánicos que acomplejan
el Al fitotóxico. En la Figura 3 se muestra la relación entre el contenido de Al y P presente en
la raíz de Lolium multiflorum cv Montblanc y la producción de materia seca, que ilustra muy
bien el mecanismo de oclusión de fosfato de Al, como parte del mecanismo de defensa que
posee este cultivar (Mora et al, 2000b) descrito como semi-sensible por (Gallardo y Borie,
1999).

y= o.2n4x + 1.7406
R2 = 0.!E11

12
Al radical (gAl.g)

FIGURA 3. Relación entre el contenido de Al y P radical en Lo/ium multiflorum desarrolladas a bajo pH

.
M
u
V)
2.5 y= -0.1866x + 2.0488
2
R =0.647

10

R8aciónAVS radical

FIGURA 4 . Efecto de la relación entre el contenido de Al y Sen la raíz de Lolium multiflorum y la


producción de materia seca

165
El contenido de sulfato también presenta una buena correlación con el contenido de Al en
la raíz en este mismo cultivar indicando que es capaz de enmascarar el Al fitotóxico for­
mando complejos (Figura 4) (Mora et al., 2000b) y es una de las razones del porqué el yeso
actúa como una enmienda calcárea con buenos resultados en la producción vegetal (Mora
et al., 1999c).
La exudación de ácidos orgánicos que es otro de los mecanismos que utiliza la planta se
observa claramente en el estudio con distintos cultivares de cebada en que la variedad
Carmen que los bio-ensayos califican como cultivar Al-tolerante (Gallardo y Borie, 1999;
Borie et al, 1999) libera una gran cantidad de ácido cítrico y málico (Tabla 1 ), indicando que
es este el mecanismo que utiliza este cultivar para detoxificar Al.

Tabla 1. Cantidades de ácido cítrico y málico (mmol g 'raíz fresca) exudados de raíces de variedades
de cebada en solución nutritiva a pH 4,8 y dos niveles de Al.
Canncn Sterti Chcri
(µmol)
o· 200· o· '.200' o· 20()"
Acido Cítrico 5.2a 9.4b 5.6h 4.8" 4.9a 4.3"
Acido Málico 1.8b I.0a N.O. N.D. N.D. N.O.

ª Al (mmol). Valores con diferente letra son significativamente diferentes (p< 0.05), para niveles de Al
de acuerdo al Test de Comparación Múltiple de Tukey.
FUENTE: Gallardo, Borie, Alvear and von Baer (1999).

La mayor parte de las plantas terrestres han desarrollado la capacidad de formar micorrizas
arbusculares (MA), asociaciones simbióticas mutualísticas con ciertos hongos del suelo
que se caracterizan por entregar a la planta mayor capacidad de utilizar eficientemente los
nutrientes minerales a la vez de sobreponerse a situaciones de estrés como sequía, salinidad
y acidificación, entre otros. Es en este último tipo de suelos donde las MA juegan un rol
crucial (Siqueira & Moreira, 1997; Clark, 1997) . Si bien están involucrados diferentes me­
canismos, es bien conocido el rol detoxificador de Al por parte de P, Ca y Mg. En este
contexto, trabajos recientes realizados con cereales crecidos en suelos ácidos del Sur de
Chile demuestran que en cultivares tolerantes a la fitotoxicidad de Al no sólo se observa un
mayor grado de colonización por hongos MA en sus raíces (Borie et al., 1994} sino también
se ve aumentada la absorción de P, Ca, Mg y disminuida la de Al (Mendoza & Borie, 1998).
El beneficio por parte de las MA en cereales tolerantes a Al se ve mejor representado al
expresar las relaciones molares AI/P; Al/Ca y AI/Mg, siendo todas menores en plantas con
MA frente a plantas no colonizadas (Borie & Rubio, 1999). Esta respuesta a la micorrización
es mayor que aquélla obtenida con la adición del equivalente a 2 ton CaCO 3 ha·• (Tabla 2)
lo que señalaría el rol detoxificador de Al en estos suelos por parte de los hongos MA.

Tabla 2. Incremento(%) de peso seco y algunos nutrientes minerales en plantas·micorrizadas frente a


plantas no-micorrizadas (MR) y plantas encaladas sobre plantas no-encaladas (LR) de dos
cultivares de cebada que difieren en la tolerancia a Al y cultivadas en un Andisol.
Al Toleraole Al Sensible

MR (%) LR (%) MR (%) LR (%)


Rn(z DM 718 82 7 233
p 1.467 575 60 31>0
Ca 1.09] 730 j1 J21
MR 1.312 500 �I --IJ�

FUENTE: Borie & Rubio (1999).

166
AGRADECIMIENTOS

Estas líneas de investigación han sido financiadas por los siguientes proyectos: Fondef 2-
88, Fondecyt 1940/840 , 1950/842, 1950/753 , 1990/873 y 1990/756

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168
ESTIMACIÓN DE LA CAPACIDAD DE ALMACENAJE DE AGUA DE
LOS SUELOS; MEDIDAS Y VALIDACIÓN

Francisco Matus B 1 . y Rodrigo Cazanga S 1


Universidad de Talca
Talca

Introducción

La facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad de Talca ha venido realizando numero­


sos estudios agrológicos con la finalidad de determinar la humedad aprovechable de los
suelos para plantaciones de vid. Se han analizado más de 1190 horizontes de suelo, la
mayoría proveniente del Valle de Colchagua (VI Región) de series aluviales del Valle Cen­
tral y suelos coluviales de la Cordillera de la Costa. En estas muestras se determinó textu­
ra, densidad aparente, contenido gravimétrico de humedad a capacidad de campo y en
punto de marchitez permanente. Además se calculó la humedad aprovechable de los sue­
los (HA).
Dado que la medición de los parámetros hídricos del suelo es sumamente costosa y el
éxito de las medidas (comparables a las condiciones de campo) se obtiene solamente a
partir de muestras de suelo no disturbadas, existe la necesidad de determinar estos
parámetros en forma fácil y confiable. Saxton et al.(1985) publicó un modelo para estimar
la densidad aparente y contenido volumétrico de humedad solamente midiendo la textura
del suelo por el método de Bouyoucos, (1951 ). El modelo fue validado con 2541 horizontes
de suelo de USA.
En al presente artículo se comparó la densidad aparente (rb-observadol. contenido gravimétrico
de humedad a capacidad de campo (Wcc-observado) y contenido gravimétrico de humedad en
punto de marchitez permanente (Wpmpobservado), medidos en laboratorio con sus respectivos
valores simulados a partir de la textura del suelo. Además, se calculó la HA a partir de datos
observados y de datos simulados. En este último caso los valores de capacidad de campo
y punto de marchitez permanente en unidades volumétricas entregadas por el modelo se
transformaron en unidades gravimétricas, wcc- m odelo y wpmp-modelo' respectivamente, dividien­
do por la densidad aparente simulada (rb- m odelo).

Metodología

Análisis físicos

Todas los análisis se hicieron con muestras de suelo disturbadas, excepto para la densidad
aparente la cual se midió de una muestra de terrón humedecido a -33 KPa (capacidad de
campo) y embebido en parafina líquida (Blake y Hartge, 1986). Todos los suelos fueron
analizados para textura por Bouyoucos (1951 ). El contenido gravimétrico de humedad a
capacidad de campo y punto de marchitez permanente se obtuvo de muestras tamizadas
(2 mm) en los clásicos platos y ollas de presión (Cassel y Nielsen , 1986).
Cálculo de la humedad aprovechable del suelo
La humedad aprovechable se calculó en función de los contenidos gravimétricos de hu­
medad a capacidad de campo (Wcc) y punto de marchitez permanente (Wpmp):
HA= Wcc-Wpmp (1)

169
Depuración de los datos

Del total de 1193 muestras se seleccionaron 1151 en el rango de texturas en que el modelo
de Saxton opera: 5% <arena< 30% con 8%<arcilla <58% y 30 %<arena<95% con 5%
<arcilla < 60%

Análisis estadístico
Se realizaron regresiones lineales entre los valores medidos (observados) y los valores
simulados por el modelo. Las regresiones y pruebas de significación estadística se realiza­
ron con JMP Statistical Software (SAS lnc).

Resultados

De la Figura 1 a la Figura 4 se presentan las regresiones lineales obtenidas del ajuste entre
los datos medidos y los simulados por el modelo. La humedad gravimétrica a capacidad de
campo y en punto de marchitez permanente, presentaron regresiones lineales altamente
significativas ( PE 0,0001) (Figura 1 y 2). Las pendientes fueron 0,7 4 y 0,76 con coeficien­
tes de correlación (r) de 0,78 y 0,81, respectivamente. La línea 1:1 estuvo dentro del inter­
valo de confianza de 95 % del total de datos (n = 1.151) usados. En la Figura 3 se muestra
la regresión lineal entre la rb-observada y rb-modeio· No hubo ninguna relación entre estas dos
variables, además de una gran dispersión de los valores. En la Figura 4, se presenta la
regresión lineal entre la HA.observado y HA.modelo En este caso, hubo una relación altamente
significativa (P E 0,0001) con una pendiente de 0,78 y un r de 0,53. A pesar que esta
relación también mostró una gran dispersión de los valores como lo indica el bajo coeficien­
te de correlación obtenido, la línea 1:1 estuvo dentro del intervalo de confianza del 95 %.

Discusión

Hubo una buena relación entre valores medidos y simulados. Es notable que solamente
con la medición de la textura del suelo se puedan inferir los parámetros hídricos tales como
W00 y Wp mp ' a pesar que los valores medidos provienen de muestras de suelo disturbadas.
La construcción y validación del modelo se realizó a partir de muestras de suelo no
disturbadas. Sin embargo, la rb-observada no presentó ninguna relación con la rb-modelo' Es bien
sabido que la medición de densidad aparente por terrón húmedo da valores superiores a
los medidos por otros métodos, entre estos el método del doble cilindro (Blake y Hartge,
1986). La densidad aparente medida por terrón húmedo no considera los espacios entre
terrones al interior del suelo, sobre todo en suelos que contengan mezclas de arcillas
expandibles como los muestreados aquí (Besoaín et al., 1984 ).
El hecho de haber obtenido regresiones lineales altamente significativas, demuestra que
los modelos lineales fueron bien escogidos. Por otra parte, el hecho de que la línea 1 :1 se
encuentra dentro del intervalo de confianza de 95 % del total de los datos usados, significa
que las rectas ajustadas son buenos estimadores de los parámetros W00 y Wpmp· Lo mismo
ocurre para la humedad aprovechable. Sin embargo, el bajo coeficiente de correlación
obtenido impone una limitación en el uso de muestras disturbadas para calcular este
parámetro. Esto significa que existe una tendencia entre ambos valores (observado y

170
modelo), sin embargo, los resultados sugieren que no es lo mismo usar muestras de suelo
disturbadas para calcular los parámetros hídricos que estimarlos mediante el modelo en
función de la textura del suelo. En caso que no se puedan medir los parámetros hídricos
usando muestras no disturbadas sería preferible el uso del modelo.

Conclusiones

1) Hubo una buena relación entre el contenido gravimétrico de humedad a capacidad de


campo (Wccl y en punto de marchitez permanente (Wpmp) de 1.551 muestras de suelo
(disturbadas) analizadas en laboratorio respecto a los mismos parámetros estimados
con la textura del suelo usando el modelo de Saxton et al. (1985).
2) No se observó ninguna relación entre la densidad aparente medida por terrón húmedo
y la estimada por el modelo.
3) Tampoco existió una buena relación para la humedad aprovechable(Wcc-Wpmp).
observada y la estimada por el modelo. Esto impone limitaciones en el uso de muestras
no disturbadas, ya que el modelo fue validado con muestras no disturbadas.
4) En caso que no se puedan medir los parámetros hídricos usando muestras no
disturbadas sería preferible el uso del modelo.

Referencias

Cassel D.K, y Nielsen, D.R. 1986. Field capacity and available water capacity. In: A Klute
(Editor). Methods of soil analysis, Part 2, American Society of Agronomy, Madison, pp.
901-924.
Besoaín, E., González, S. y Sáez, C. 1984. Mineralogía de las arcillas de algunos suelos
de la zona central de Chile con exclusión de los suelos de cenizas volcánicas: origen,
alteración, distribución. Sociedad Chilena de Ciencia del Suelo. Boletín 4: 31-65.
Blake, G.R. y Hartge, K.H. 1986. Bulk density. In: A Klute (Editor), Methods of soil analysis,
Part 2, American Society of Agronomy, Madison, pp.363-375.
Saxton, K.E, Rawls, W.J, Rombeger, J.S.y Papendick, R.I. 1985. Estimating generalized
soil-water characteristics from texture. Soil Science Society of America Journal. 50:1031-
1036

171
172
GUÍA PARA EL MONITOREO AMBIENTAL DE SUELOS
Roberto Muñoz M. y Jorge Gayoso A.
Universidad Austral de Chile
Casilla 567
Valdivia

1.- Introducción

La guía que se presenta a continuación, pretende cubrir la necesidad de armonizar una


metodología, para evaluar los efectos del manejo forestal sobre el componente ambiental
suelo, desde el punto de vista de la conservación y mantenimiento de la fertilidad y
productividad del sitio, de manera clara, objetiva, independiente y eficiente; útil en procesos
de evaluación y medición de Sistemas de Gestión Ambiental (SGA) y planes de monitoreo
ambiental, según lo establece la Ley 19.300 sobre Bases Generales del Medio Ambiente
(LBGMA).
Ambos desarrollos (LBGMA y SGA) pretenden establecer si existen desviaciones respecto
de lo que se ha planificado y determinar si aparecen efectos no previstos, así como
determinar si los impactos que causan detrimentos en la capacidad productiva del suelo
son minimizados (CONAMA, 1996; Gayoso y Alarcón, 1999a).
Las Guía de Conservación de Suelos y Guía de Campo de las Mejores Prácticas de Manejo
Forestal, plantean medidas concretas para la prevención de eventuales impactos negativos
de las actividades de producción forestal, sin embargo estas medidas resultarán ineficientes
si no se controlan los resultados de su implementación (Gayoso y Alarcón, 1999b; Gayoso
y Acuña, 1999).

2.- Métodos de medición de alteraciones al suelo

Diversas metodologías son posibles de utilizar para cuantificar las alteraciones al suelo, las
que pueden considerar mediciones directas sobre el terreno mediante transectos, red de
puntos, o parcelas (Gayoso, lroumé y Ellies, 1991; British Columbia, Ministry of Forests,
1997), o mediciones indirectas a partir de fotointerpretación de fotografías aéreas
pancromáticas o análisis de imagen digital (Gayoso y Muñoz, 1998).
El empleo de uno u otro método dependerá del nivel de exactitud deseado y la disponibilidad
de recursos económicos y técnicos para efectuar la evaluación. La evaluación directa en
terreno por ejemplo resulta costosa en términos de tiempo y recursos al considerar extensas
superficies, mientras que la evaluación por fotointerpretación, aun cuando permite evaluar
una mayor superficie en forma rápida y económica, proporciona una menor exactitud
respecto del nivel de alteración producida por las actividades relativas a la cosecha forestal
(Gayoso y Muñoz, 1998). La aplicación del análisis digital de imágenes, técnica que trata
de extraer la información presente en la imagen (Pérez, 1995), resulta en un aumento en la
precisión con que se determina la superficie alterada, así como de los niveles de alteración,
con menos subjetividad y tiempo pero requiere de mayor equipamiento y entrenamiento
del evaluador que mediante la fotointerpretación (Chuvieco, 1996).
Por otra parte, la selección de la metodología de evaluación dependerá además de si se
pretende determinar la superficie alterada (extensión). o si además se pretende determinar

173
la intensidad de las alteraciones. Según el uso del suelo, las alteraciones se pueden clasificar
en alteraciones en suelos de producción y alteración en suelos de protección. En los suelos
de producción, a su vez las alteraciones se pueden reunir en dos grupos, las que tienen
efecto en la capacidad productiva y fertilidad del suelo y las que tienen efecto en la
disponibilidad de superficie productiva.

2.1.- En suelos de protección


La alteración en suelos de protección se produce cuando toda superficie que, debiendo
formar parte de una zona de protección según conste en el Plan de Manejo, se encuentra
destinada a otros usos. Así como aquellas que sin formar parte de la superficie productiva.
han sido afectadas por alguna de las actividades relativas a la producción forestal. El ejemplo
más común de este tipo es el de las franjas de protección de cursos de agua.
La medición consiste en determinar el porcentaje de no-conformidad en protección de suelo,
mediante la comparación entre la superficie de protección según consta en el plan de
manejo y la superficie que realmente se ha protegido.

2.2.- En suelos de producción


La alteración de la superficie productiva se debe a la construcción de estructuras de acceso
permanente, entre las que podemos mencionar caminos, canchas de acopio y vías de
saca permanentes. Mientras que la alteración de la capacidad productiva y fertilidad del
suelo se debe principalmente a los procesos de degradación que se originan por efecto del
tránsito de maquinaria pesada y arrastre de trozas.
A) Estructuras de acceso
La evaluación de la superficie alterada por estructuras de acceso, se puede obtener por
medición a través de fotografías aéreas, o bien por medición directa en terreno.
A.1) Medición de alteración por caminos y vías de saca
La evaluación consiste en medir, sistemáticamente a lo menos en 1 O puntos distribuidos a
intervalos fijos, el ancho del área alterada por el camino.
El área alterada por el camino comprende, según la condición, desde la corona del talud de
corte hasta el pie del talud de derrame para corte mixto, entre pies de taludes de derrame
para terraplenes y entre coronas de taludes para corte cerrado.
A.2) Canchas de acopio
Se considera como superficie alterada por la cancha el área circunscrita por la poligonal
que va desde la corona del talud de corte, hasta el pie del talud de derrame, incluyendo
superficies cubiertas por pilas de desechos y el camino adyacentes si los hubiere.
B) Tránsito y arrastre
Al igual que las estructuras de acceso, la superficie alterada por tránsito y arrastre puede
determinarse mediante un levantamiento de campo, como por foto interpretación.
8.1) Levantamiento de campo
La medición directa en terreno se basa en la observación puntual de la condición del suelo
en y alrededor de cada punto. Los puntos estudiados son clasificados en una de cuatro
categorías de alteración, que corresponden a ahuellamientos, amasado, escarpe y
cubrimiento, a los cuales se agregan dos categorías correspondientes a suelo inalterado y
daño no observable.

- Método de muestreo por cancha


Este método de muestreo considera la superficie tributaria a cancha como unidad básica

174
de levantamiento de información, debiéndose examinar un mínimo de 3 unidades por sector
cosechado, las cuales se deben seleccionar al azar. El método diferencia entre madereo
terrestre y madereo con cables.

- Método de muestreo por transectos


La evaluación en transectos consiste en clasificar puntos a lo largo de un transecto. Los
puntos estudiados son clasificados sobre la base de la condición del suelo observado en y
alrededor de cada punto, según las categorías antes expuesta.
Para superficies menores a 1O ha, se trazan una serie de transectos paralelos dentro del
área cosechada, con los puntos de evaluación ubicados a intervalos fijos a lo largo de cada
transecto.
En el caso de superficies mayores de 1 O ha, se ubican sistemáticamente puntos dentro del
área, formando una grilla. En cada punto de la grilla se levantan dos transectos
perpendiculares entre sí, de 30 m cada uno y orientados al azar. Los puntos de evaluación
se ubican a intervalos de un metro sobre cada uno de los transectos. En estas áreas se
deben evaluar un mínimo de 30 centros de grilla.

8.2) Mediciones indirectas


- Medición por foto interpretación
La fotointerpretación comienza con el ajuste de escala e identificación de los niveles de
alteración que pretenden discriminarse.
Luego se mide la longitud de las huellas en cada nivel de alteración, debiendo discriminarse
entre sistemas de madereo terrestre y aéreos, valor permite obtener la densidad de huellas
(mlha), como medida de la alteración.
- Medición por Análisis de Imágenes Digitales
Este desarrollo metodológico aprovecha las capacidades tecnológicas existentes, empleando
el análisis de la imagen digital de fotografías aéreas de zonas recientemente cosechadas,
para determinar el porcentaje de alteración al suelo por efecto del madereo. mediante la
cuantificación de la superficie alterada en diferentes niveles.
La asignación de los atributos de la imagen a categorías de daño, se efectúa mediante el
software analizador de imágenes ERDAS,, empleando la opción de clasificación supervisada
mediante el método de convolución, operación de mayor importancia en el procesamiento
de imágenes.

3.- Evaluación Ambiental de Impactos al Suelo


En general, se dice que hay impacto ambiental cuando una acción o actividad produce una
alteración, favorable o desfavorable, en el medio o en alguno de sus componentes (Conesa,
1997). Sin embargo, esto no significa que toda alteración constituya un impacto. Existe,
cierto nivel de cambio en el medio que la sociedad tolera, para que sea posible el desarrollo
de una actividad, percibiéndose un impacto sólo cuando estos niveles son superados.
Estos niveles de impacto tolerable, son definidos por la sociedad a través de las normas de
emisiones, sin embargo, esto no es sencillo de determinar en las prácticas forestales, porque
generalmente estas normas no son aplicables, no existen normas específicas, indicadores
o valores umbrales que las regulen (Gayoso, 1997).
En diferentes países se han elaborado códigos consistentes en la proposición de pautas
para el desarrollo de las operaciones de cosecha forestal tanto para bosques naturales
como de plantaciones, con la finalidad de promover prácticas de cosecha que mejoren

175
estándares de utilización, reduzcan impactos ambientales, y aseguren su manejo sustentable
(Fiji, Ministry of Forests 1990; Vaughan, 1990; Smith, 1994; Kimmins. 1993). Sin embargo,
son escasas las referencias a indicadores cuantitativos que regulen o fijen valores umbrales
para los impactos tolerables producto de la cosecha forestal (British Columbia. Ministry of
Forests, 1997). La mayor parte de ellos se basa en listas de chequeo o análisis tipo
multicriterio con gran grado de subjetividad

4.- Bibliografía

BRITISH COLUMBIA, MINISTRY OF FOREST. 1997. Forest Practices Code. Soil


Conservation Surveys Guidebook. 73p.
CONESA, V. 1997. Guía metodológica para la Evaluación del Impacto Ambiental. 3ª Edición
revisada y ampliada. Ediciones Mundi-Prensa. España. 412 p.
CONAMA. 1996. Metodologías para la caracterización de la calidad ambiental. Editorial
Partners Comunicaciones Corporativas. Santiago, Chile. 242 p.
CHUVIECO, E. 1996. Fundamentos de Teledetección Espacial. Editorial Rialp S.A. Madrid,
España. 453 p.
FIJI, MINISTRY OF FOREST. 1990. Fiji national code of logging practice. sp.
GAYOSO, J. 1997. Producción Forestal y Conservación de Suelos. V II Silvotecnia, 19-20
de mayo. 14 p.
GAYOSO, J. Y M. ACUÑA. 1999. Guía de Campo. Mejores Prácticas de Manejo Forestal.
Universidad Austral de Chile. Facultad de Ciencias Forestales. 118 p. y Anexos.
GAYOSO, J. Y D. ALARCÓN. 1999A. Manual de Implementación de un Sistema de Gestión
Ambiental en la Empresa Forestal. Universidad Austral de Chile. Facultad de Ciencias
Forestales. 93 p.
GAYOSO, J. Y D. ALARCÓN. 1999B. Guía de Conservación de Suelos Forestales.
Universidad Austral de Chile. Facultad de Ciencias Forestales. 91 p.
GAYOSO, J., A. IROUMÉ Y A. ELLIES. 1991. Degradación de suelos forestales asociada a
operaciones de cosecha. En: Actas 111 Taller de Producción Forestal. Grupo de Producción
Forestal. Empresas Forestales/Fundación Chile. Concepción. s.p.
GAYOSO, J. Y R. MUÑOZ. 1998. Evaluación de las Prácticas Actuales de Manejo Forestal
En algunas empresas de la VIII Región: Medición de las alteraciones al suelo causadas
por operaciones de cosecha. Contrato Asesoría Técnica INFOR/UACH. 64p y anexos.
KIMMINS, H. 1993. Balancing Act. Environmental lssues in Forestry. UBC Press. Vancouver.
244 p.
PÉREZ, N. 1995. Fundamentos del Tratamiento de Imágenes. V isión Por Computador.
Curso Practico Sobre el Programa de Proposito General de Análisis y Procesamiento
Digital de Imágenes: KHOROS. URL: http://'www.uco.es/ cordoba/ ccordoba/
ccordoba.html.
SMITH, R. 1994. British Columbia Forest Practices Code. Standards with revised rules and
field guide references. Ministry of Forest. Vernon, B.C. 215 p.
V AUGHAN, L. 1990. New Zealand Forest code of Practice. En Informe Nº1 O. Código de
prácticas forestales. GPF. Concepción. Traducción. 69 p.

176
ESTIMACION DE LA EROSION EN LA ZONA CENTRAL DE CHILE
MEDIANTE LA APLICACIÓN DEL MODELO USLE

Ricardo Honorato P. y Fernando Barrera.


Pontificia Universidad Católica de Chile
Santiago

INTRODUCCIÓN

La erosión del suelo por escurrimiento hídrico, es quizás el más importante de todos los
procesos de degradación de los suelos ya que es normalmente de gran magnitud e
irreversible; tiene su origen en la acción del agua sobre una superficie desprovista de
cobertura vegetal.
Para la estimación de la erosión se han desarrollado modelos. que tienen como objetivo la
cuantificación o la cualificación de la erosión. La medición real se hace en terreno. mediante
la medición de sedimentos partir de parcelas de erosión. Durante los años 70, se desarrolló
el modelo con base empírica más extendido en su uso, que fue el de la "Ecuación Universal
de Pérdida de Suelo" (USLE).
El objetivo del presente trabajo es determinar la calidad de la predicción de la erosión
hídrica del modelo USLE en la Zona Central de Chile en diferentes situaciones
agroecológicas. comparando el resultado de las estimaciones de erosión del modelo con
las mediciones en parcelas de erosión realizadas por diferentes investigadores.

METODOLOGÍA

Las localidades donde se aplicó el modelo son las siguientes: Tunga Norte (IV Región):
Litueche (VI Región): Cauquenes (VII Región); Florida (VIII Región): Santa Barbara (VIII
Región) y Galvarino (IX Región).
El USLE es un modelo paramétrico totalmente empírico. propuesto por Wischmeier y Smith
en 1978 y la ecuación está definida por seis parámetros o factores: A= R. K. L. S. C. y P:
donde A:pérdida de suelo, R: erosividad de las precipitaciones. K: erodabilidad del suelo. L:
longitud de la ladera. S: pendiente de la ladera. C: cultivo y manejo del suelo y P: prácticas
de conservación. Para el cálculo del factor R, la falta de registros pluviográficos se superó,
utilizando la aproximación de Arnoldus, con valores de a y b ajustados a O y 1 para Chile.
Para K, el límite superior dee contenido de M.O. considerado fue de 4 %, ya que porcentajes
reales superiores tendieron a subestimar la erosión; igualmente al no disponer del dato de
arena muy fina, se usó el contenido total de arena. En el cálculo del factor LS, relacionado
con el largo y grado de la pendiente, se emplearon los valores reales usados en cada
localidad. Por último. en la aplicación del modelo USLE, se utilizaron datos disponibles en
el país para los algunos parámetros y las distintas modificaciones propuestas en la literatura
para otros. El sistema utilizado en cada localidad. difiere dependiendo de las características
propias de cada sitio. en cuanto al tamaño de parcela y su pendiente. La pendiente varió
entre 12 y 40%. el ancho entre 2 y 7 m y el largo entre 11 y 18 m.
En la validación del modelo se consideraron tres aproximaciones para determinar la
capacidad predictiva del modelo. La primera, se refiere a la relación propuesta por Margan.

177
que debe estar entre 0.5 y 1.5. En segundo término, se desarrolló un análisis estadístico
que se basa en el análisis sobre las diferencias "d"dentro de cada par de datos (observado
y estimado). Finalmente, se realizó una regresión lineal simple de los datos estimados
versus los observados en las parcelas en estudio.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

En términos globales, las estimaciones de erosión generadas por el modelo, son parecidas
con las obtenidas por otros investigadores en esta misma zona. En la localidad de Galvarino,
el promedio de diferencias fue de 3,08 ton/ha/año y la desviación estándar, de 9,83 ton/ha/
año. En el tratamiento con pradera natural, sin embargo, la estimación fue similar al de
otras localidades, con diferencias inferiores a una ton/ha/año, con una mínima de - 126 kg/
ha/año. registrada durante el año 1994 para este tratamiento. La mayor diferencia, en
cambio, se registró en el tratamiento de suelo desnudo durante el año 1996 con 14,35 ton/
ha/año. La relación de validez que alcanzó el modelo para esta localidad fue de 45% y el
valor t fue de -4,397 (p=0,0003).
En Cauquenes en cambio, el modelo subestimó la cantidad de sedimentos, registrándose
un promedio de diferencias de 3.42 ton/ha/año con una desviación estándar de 2.33 ton/
ha/año; la relación de validez en este caso, solo alcanzó al 33%. Estos resultados podrían
deberse a una mala estimación del factor R debido a la lejanía de la estación metereológica
(Ouella), utilizada pare este efecto. El valor /calculado para Cauquenes fue de 3.88 (p=0,06).
En la localidad de Galvarino, el modelo tuvo una buena aproximación a los registros de
erosión de las parcelas. Sin embargo, se produjo, al igual que en la localidad de Florida.
una subestimación de la erosión en la mayoría de los casos, con excepción del tratamiento
de pradera natural durante el año 1997. El promedio de diferencias fue de 0,852 ton/ha/
año, con una desviación estándar de 1,09 ton/ha/año. La mejor aproximación registrada
fue para el tratamiento de labranza tradicional, con 39 kg./ha/año y la peor se registró el
mismo año en el tratamiento de mínima labranza con 2,65 ton/ha/año. La relación de validez
para esta localidad es de 75% y el valor t calculado de 2,3 (p=0,046).
En Tunga Norte las diferencias tuvieron un promedio de -0,947 ton/ha/año, con una
desviación estándar de 0,347 ton/ha/año. En todas los tratamientos el modelo sobrestimó
la cantidad de sedimentos producidos; sin embargo, la erosión es baja, por lo que la
relación de validez alcanza el 83,3%. La mejor estimación en esta localidad con
precipitaciones de baja erosividad, fue para el tratamiento de labranza tradicional en el año
1995, que registró una diferencia de 0,665 ton/ha/año. La peor aproximación resultó también
para el tratamiento de labranza tradicional con 1,452 ton/ha/año durante 1993. La
sobreestimación de la erosión, observada también por Gatica (1999) para esta condición
de baja erosividad climática, sugiere que el factor R fue sobrestimado en ambos casos. El
valor t calculado fue de -3,93 (p=0,011).
Santa Barbara, resultó ser la localidad con resultados más erráticos. El promedio de
diferencias alcanzó a 9,83 ton/ha/año, con una desviación estándar de 4,3 ton/ha/año.
Pese a esto, en todos los casos la relación de validez fue del 100%. La sobreestimación de
la erosión en esta localidad, de altas precipitaciones, podría explicarse por una
subestimación de la erosividad pluvial con la aproximación de Arnoldus (1978). El valor t
calculado para Santa Barbara fue de 9,48 (p=0,002).
En Litueche en cambio, el modelo subestima la cantidad de sedimentos producidos, con

178
un promedio para la diferencia de 0,541 ton/ha/año y una desviación estándar de 1 ,09 ton/
ha/año. En términos generales, las diferencias raramente superaron una tonelada y la mejor
estimación sólo tuvo una diferencia con la estimación del modelo de 0.97 kg./ha/año. en el
tratamiento de pradera natural en el año 1994. La relación de validez calculada para Litueche
fue de 60% y el valor t calculado fue de 1,63 (p=0.14).
En la figura 1 se integraron para todas las localidades y tratamientos. los resultados de
erosión medidos y estimados por el modelo. El análisis estadístico indica en general que
no existen diferencias significativas entre los datos registrados en las parcelas de erosión
respecto de los obtenidos a partir de las simulaciones realizadas con el modelo USLE. El
valor de t calculado para este caso es de 0.4009. La excepción fueron las localidades de
Santa Barbara y Florida, sujetas a precipitaciones altas. Un análisis de regresión simple
entre la erosión estimada y medida dio una ecuación y = 0.8535x + 1.2236 con un R2

Sedimentos estimados vs. observados

50,00
V,
o
4500 +------------ - - -
-+-
"C 40,00 +--------------1'--!\--
·¡;
-5o ,e:o 3500 +----------�l----!--tt-----.1-.........

c. � 30.00 +------------11----'--tt---++- -- - -�
--.---Es1i11ado
V,� 2500 +---------------!-l----t-l--H--f-
º e 20.00 +------------++----++--,,,---+-<-l'-
• Obsa-vado
�f
º·ºº
E 1500 +---1t---�----++---'-++"-t'+--
"'
'o
rn
1 -+----f-+-----t-----,,...,.--+++-+"1-t+--
500 -t--,A-i,.+-<,----t-_.,,..._-J!rt'-tt---M.-1--..lt---l�-¡;---
000 +w--�-�..........¡.,.o¡..,..-,,;;...,,c:=-.-,'l-i-..,.,1,...;......::.-.-�

Númao dernediciones

Figura 1. Erosión observada (medida) y estimada mediante el modelo USLE para todas las
localidades y tratamientos

CONCLUSIONES

El modelo USLE permite una buena estimación de la erosión en la Zona Central de Chile:
sin embargo. su comportamiento fue mejor en las localidades con menor pluviometria.
donde la aproximación de Arnoldus para la estimación de la erosividad de la lluvia (R) se
comportó mejor. El 4 % fijado como máximo por el modelo USLE, resultó el limite superior
apropiado para suelos con contenidos superiores de materia orgánica, ya que con valores
superiores y reales, se produce una subestimación de la cantidad de sedimentos produci­
dos .Las estimaciones de erosión podrían mejorar significativamente. si se calcularan,
mediante regresiones a partir de datos empíricos, los valores zonales de los factores a y b
de la modificación de Arnoldus ( 1978) y de esta forma obtener un resultado más preciso del
factor de erosividad de las lluvias. Por otra parte, el uso de registros pluviográficos contri­
buiría igualmente a la obtención de mejores estimaciones.

179
ESTABLECIMIENTO DE INDICES BIOLOGICOS PARA DETERMINAR
ESTADOS DE DEGRADACION DEL SUELO EN LA ZONA ARIDA DE
CHILE

Fernando Santibáñez O, Ma. Teresa Varnero M., Claudia Mascayano,


Andrés de la Fuente.
Universidad de Chile (Proyecto FONDECYT 1981211)
Casilla 1 004
Santiago

INTRODUCCIÓN

En regiones áridas los procesos geomorfológicos naturales y aquellos de origen antrópico


han creado una gran diversidad de condiciones o "estados" del suelo, cada uno de los
cuales puede ser asociado a distintos niveles de degradación. Estos estados de degradación
se reflejan en una pérdida de la capacidad del suelo para sostener el equilibrio de las
comunidades bióticas que dependen de él. Una de las primeras señales de ésto es el
empobrecimiento de la cubierta vegetal y la caída en los niveles de productividad primaria
de los ecosistemas. Ambos parámetros resultan difíciles de evaluar debido a la fuerte
variabilidad interanual de las precipitaciones y a la falta de "lineas base" o puntos de
referencia que permitan establecer la magnitud y la tendencia de los cambios de largo
plazo. Los cambios graduales en la vegetación van modificando la cantidad y la calidad de
materia orgánica que se aporta al suelo y, con ello, los equilibrios microbianos del medio
edáfico. Paralelamente, la degradación del suelo va erosionando el sustrato energético de
éste y reduciendo su capacidad de retención de agua. Ambos factores van deteriorando el
potencial de actividad microbiana en el suelo. Es así como el empobrecimiento gradual de
la actividad microbiana constituye una buena integración en el tiempo de la magnitud de
los procesos degradativos, la cual es, en cierta forma, menos dependiente de la variabilidad
interanual del clima. Cualquier cambio, por lento que sea, en el régimen de aridez, de la
textura, disponibilidad de 02 , tipo y contenido de materia orgánica, temperatura y otros, se
verá reflejado en un cambio en la actividad microbiana global del suelo (Varnero, 1994).
A ésto, se agrega la importancia ecológica que tiene la actividad respiratoria de la
micropoblación del suelo (reflejo de la actividad biológica global), puesto que por una parte
traduce el nivel de reactividad biológica y por otra integra el efecto de los componentes del
habitat, por lo que, se justificaría así su empleo como índice de fertilidad biológica global.
Finalmente, Varnero, (1994) señala que el no conservar racionalmente el patrimonio biológico
del suelo puede conducir al deterioro de su fertilidad, a la pérdida de sus condiciones
físicas y, en definitiva, a una reducción de su productividad. Según Zunino ( 1985), los suelos
presentan diversas capacidades para acumular humus dependiendo de factores como clima.
régimen de lluvias, naturaleza de la fracción arcilla, composición de su microflora y
microfauna, etc. Además, agrega que existe una clara correlación positiva entre actividad
biológica y acumulación de materia orgánica.
Los resultados de un estudio realizado por Varnero (1979) sobre la dinámica de la
mineralización de la materia orgánica en suelos del Norte chico, demuestran que el desarrollo
de la flora microbiana estaría regulado principalmente por el contenido de materia orgánica

180
y por el nivel hídrico del suelo. Este último factor impone un límite para mantener una
microflora diversificada, considerando que estos suelos deben soportar un período seco de
1O meses al año (Santibáñez y Uribe, 1990).
Varnero (1979) señala que, en general. estos suelos son pobres en materia orgánica y las
tasas de mineralización (Tm) presentan una tendencia inversa al contenido de substrato
orgánico, tal vez. porque existe un bajo número de gérmenes al estado criptobiótico y
limitantes nutricionales frente al desarrollo de la población microbiana. Además, los valores
de la relación C/N de estos suelos van de 5 a 31, lo cual según Alexander (1977), se asocia
con una rápida degradación de la materia orgánica.Las tasas de mineralización de la materia
orgánica no necesariamente se relacionan en este ambiente con las relaciones C/N, lo que
dependería más bien del tipo de cobertura vegetal que haya sobre los suelos (Varnero.
1979).
Santibañez (1986) indica que el factor exposición se hace más importante por sobre el
régimen térmicos y radiativos. Esto hace que exista una gran heterogeneidad microclimática
inducida por la orientación y grado de las pendientes respecto del norte. Factores que
afectan a la vegetación y, por lo tanto, a los niveles de materia orgánica del suelo. La tasa
a la cual el CO2 es liberado durante la mineralización varía ampliamente con el tipo de
suelo y la composición química de restos vegetales contenidos en él. Así, la magnitud de la
mineralización del carbono está relacionada con el contenido de carbono orgánico en el
suelo; es decir. el desprendimiento de CO 2 es proporcional al nivel de materia orgánica
(Alexander, 1977).

MATERIALES Y MÉTODOS

Se realizaron incubaciones "in vitro·· con muestras de suelo de exclusiones de terreno en


1O sitios del Campo Experimental Las Cardas (CELC), perteneciente a la Facultad de
Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile, ubicado en la comuna de Coquimbo. IV
Región, entre los 30º 13' y 30º 1o· latitud sur, y entre los 71º 13' 30" y 712 19' longitud oeste
y en 4 sitios de la subestación experimental Los Vilos. perteneciente al INIA, ubicado en la
comuna de Los Vilos. IV Región, con una latitud sur de 312 s2· y una longitud oeste de 71º
28'. Se buscó tener en ellos las situaciones ecológicas más representativas de los climas,
los tipos vegetales, unidades geomorfológicas y condiciones de los pastizales. A cada
muestra se le determinó, materia orgánica, (calcinación y Walkled-Black), pH, conductividad
eléctrica. evolución de CO 2 por incubación en medio cerrado. carbono biomásico (Schinner
et al, 1998).
Corno indicador del "estado global" del suelo se consideró la riqueza del banco de semilla.
la cual es fuertemente dependiente del tipo y actividad de la vegetación que está cubriendo
el suelo. Con este propósito se colectó la capa superficial del suelo. la cual se puso en
bandejas en condiciones óptimas de humedad de modo de evaluar la cinética de germinación
hasta agotar las semillas germinables.

Resultados

Las diferentes variables derivadas de la actividad microbiana del suelo presentan


significativos coeficientes de determinación entre sí. El carbono biomásico, como expresión

181
de la población microbiana del suelo, aumenta proporcionalmente al aumentar el contenido
de materia orgánica del suelo. Similar tendencia exhibe la evolución de CO2 , variable que
expresa la actividad metabólica potencial del suelo. Para expresar la actividad biológica
global del suelo se combinó una variable de estado (materia orgánica, MO) con una variable
dinámica (evolución de CO2 , Ec02 ), en un índice biológico global (IBG) del suelo. Ambas
variables fueron relativizadas tomando como referencia al suelo que exhibió el valor más
alto en cada caso. De esta forma se calcularon dos índice adimensionales: la materia
orgánica IM0 y el de actividad respiratoria / Re.. El IBG se calculó como promedio de ambos
índices:
IBG =( lmo+ l,e)/2

Para probar en que medida el IBG del suelo representa a un "estado real" de éste, se
utilizó al banco de semilla (población de semillas con viabilidad de corto plazo) como
referencia. El IBG mostró altos niveles de correlación con esta variable, lo que permite
suponer que ambas representan a una condición real de potencialidad biológica del suelo,
la cual, a su vez, se relaciona con el estado de degradación de éste (Figura 1).

Conclusiones

La actividad biológica del suelo conforma un sistema integrado que puede ser evaluado a
partir de cualquiera de sus componentes: contenido de materia orgánica, C-biomásico o
evolución de CO2. Considerando las significativas correlaciones que se establecen entre
estas variables para un mismo tipo de suelos, pero con distinto estado de degradación,
cualesquiera de ellas pueden ser utilizadas como indicador del estado del suelo.

BIOLOGRAFIA

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(Chile). Unesco. 211 p.
182
ª"'E 0.8
Q)


0.6

JQ) 0.4
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Q)
.!!
0.2

o'
02 0.4 0.6 0.8
lndi::e de actividad bidó(icaglobal

Figura 1. Relación entre la actividad biológica global del suelo y el banco de semillas como expresión
del estado del ecosistema.

183
LA CERO LABRANZA, UNA TECNICA DE
CONSERVACION DE SUELOS.

Roberto Daroch P., Juan lnostroza F., Miguel Neumann K., Juan Pablo Vesperinas V. y
Roberto Me Donald H.
Universidad Austral de Chile
Casilla 567
Valdivia

1.- INÍRODUCCIÓN

La labranza sin alteración mecánica del suelo es una practica agrícola que presenta venta­
jas comparativas probadas, si se la compara con los sistemas de preparación de suelo y
siembra que se plantean mediante la agricultura tradicional. Para evaluar ésto, en el Insti­
tuto de Ingeniería Agraria y Suelos de la Universidad Austral de Chile se han desarrollado
diversas investigaciones en sitios, tanto de la Novena, como de la Décima Región, median­
te las cuales se han determinado los efectos de esta tecnología sobre: la producción, la
rapidez en la operación, el costo de la operación, la población de las malezas y la erodabilidad
del suelo.

2.-EF ECTOS SOBRE LA PRODUCCIÓN DE UN CULTIVO.

A continuación se pueden obseNar los resultados logrados con la aplicación de esta tecno­
logía sobre un cultivo de trigo donde se planteó, con la comparación de un sistema tradi­
cional consistente en dos rastrajes de disco, una aradura de cincel un rastraje de resortes,
un rastraje de clavos y siembra, sobre un suelo trumao derivado de cenizas volcánicas.
serie Vilcun en la Novena Región. Este tratamiento fue comparado con tres sistemas de
cero labranza, diferenciados entre sí por el diseño de los abridores de surco de las maquinas
de siembra. En el Gráfico 1 se puede observar que el rendimiento promedio logrado con
del sistema tradicional es ligeramente superior a aquellos de cero labranza. En El Grafico
2 se presentan resultados de una experimentacion similar, sobre un cultivo de col forrajera.

GRAFICO 1

50
45
40
o • 35
!1 'E 30
� g: 25
20
15
10
5.

SISTEMAS

184
GRAFICO 2
140

■ COL IOn MS/ha


• COL bn MV/ha

SISTEMAS

3.-EFECTOS SOBRE LA RAPIDEZ DEL TRABAJO

El Gráfico 3 muestra que la cero labranza permite una mayor rapidez den la opera­
ción de implantación del cultivo. Lo cual determina un mayor aprovechamiento de
los equipos y una oportunidad de labores significativa.

GRAFICO 3

6.0
,.
.e: ■ T {ADICION/\1..
■ DISCOSI LE.
4.0
1- ■ CISCO 1 ►llPLE.

1-
2.0 Sl:RRA:"tOIATfVA

185
4.-EFECTOS SOBRE EL COSTO DE PRODUCCIÓN DE UN CULTIVO

Se presenta además una estimación del costo operacional de los sistemas ya descritos,
estableciéndose que la mayor inversión en equipos que obliga el sistema tradicional (ras­
tras de discos, arados, rastras de resortes, de clavos y sembradora, establece un nivel de
costos fijos alto. Los sistemas de cero labranza determinan un nivel de costos operacionales
menores, aun cuando se debió considerar una aplicación de herbicida de presiembra
( Glifosato) y de un herbicida de post emergencia (diclofop-metil). que no fue aplicado en el
sistema tradicional. En base a los datos, se simulo el efecto de la variació·n de uso anual,
observándose que no importando la cantidad de hectareas sembradas, los sistemas de
cero labranza, determinaban un menor costo operacional (ver Grafico 4).

GRAFIC04

80000
70000
� 60000 ■DISCO SIMPLE
t1i-
50000
■DISCO TRIPLE
40000
30000 CSIERRA

■TRADICIONAL

USO ANUAL ha/año

5.-EFECTOS SOBRE EL DESARROLLO DE LAS MALEZAS

En el Gráfico 5 se destaca el desarrollo de las malezas, cuya cantidad fue mayor en los
sistemas de cero labranza.

GRAFICO 5
1400

1200

1000

i� •GRAMINEAS

"'-
800

600
110.JA ANCI-IA

200

186
6.-EFECTOS SOBRE LA ERODABILIDAD DEL SUELO

Sobre un suelo franco limoso en Valdivia durante un periodo desde el 24 de junio, hasta el
18 de noviembre, se compararon tres sistema: Un sistema tradicional, que alteraba la su­
perficie, dejando el suelo descubierto, un sistema de labranza mínima, que alteraba el
suelo, pero lo mantenía cubierto por residuos vegetales y un sistema de cero labranza, que
permitió establecer un cultivo de trigo prácticamente sin alterar fisicamente la cubierta del
suelo. Los resultados expresados en el Gráfico 6 muestran el enorme y negativo efecto del
sistema de cultivo tradicional sobre la susceptibilidad de erosión del suelo. si se lo compara
con cualquier sistema que permita la presencia de una cubierta vegetal, aun cuando esta
sea alterada.

GRAFIC06
o,

&oo -TRADICIONAL

�ºº
""
w
-MINIMA
LABRANZA
o
ül200 -.,-......._,______________
"' O LABRANZA

o
o 50 100 150
DIAS

3 CONCLUSIONES

En base a lo expuesto se puede establecer que:


Desde el punto de vista directamente productivo, la cero labranza es de mayor pro­
ducción solo en ciertas ocasiones, no siendo así en todos los casos
Con relación a la mejor administración de la inversión en equipos mecanizados, la
cero labranza es altamente positiva.
Lo anterior determina que los costos de producción de los cultivos pueden ser minimi­
zados con este sistema.
El control de las malezas es de mayor dificultad con el sistema de cero labranza.
La masificación de la cero labranza permitiría el control de la erosión que afecta a casi
toda la superficie de producción agrícola del país.
El Estado debiera desarrollar un plan de incentivos, ya sea directos o indirectos. que
permita que esta tecnología de protección del suelo agrícola este al alcance de todo
tipo de agricultor.

187
4. BIBLIOGRAFIA

DAROCH et al. 1988. Erodabilidad del suelo. Agro-Ciencia 4(2):109-115.


DAROCH et al. 1996. Comparación de cinco equipos de siembra directa sobre un cultivo
de col forrajera. Agro-Sur 24(1):85-94.
DAROCH et al. 1996. Comparación de varios sistemas de cero labranza sobre un cultivo
de trigo. Agro-Ciencia 2(1):19-26.
DAROCH et al. 1996. Efecto de varios sistemas de cero labranza sobre el control de male­
zas en un cultivo de trigo. Agro-Ciencia 2(2):123-128.

188
FLUJOS DE co2 DEL SUELO Y su RELACION CON LA BIOMASA
MICROBIANA EN UN AGRO-ECOSISTEMA BAJO
CULTIVO INTENSIVO

ltilier Salazar, Graciela Palma y Hawer Langer


Universidad Frontera
Casilla 54-0
Temuco

INTRODUCCION

El suelo contiene alrededor de dos veces la cantidad de C contenida en la atmósfera, i.e.


1500 Pg de C en suelos vs 750 Pg de C en la atmósfera (Eswaran et al., 1993). El conteni­
do de carbonatos en los primeros 100 cm superficiales de los suelos del mundo es del
orden de 722 Pg de C (Batjes, 1996). Globalmente, los flujos de C-CO2 desde el suelo se
estiman entre 68-75 Pg C-CO2 año· 1 (Raich and Schlesinger, 1992; Raich and Potter, 1995).
Los flujos de C-CO2 son dependientes de las variaciones estacionales y también sus mag­
nitudes pueden ser específicas y características de los ecosistemas, es así como, Raich
and Schlesinger (1992) estimó que los flujos anuales en praderas estarían entre 0.4 a 0,5
kg C-CO2 m-2año· 1, 1,3 kg C-CO2 m-2año· 1 en bosques tropicales y 0,2 kg C-CO2 m-2año· 1
desde desiertos.
Por otro lado, la productividad efectiva de los suelos es función del flujo natural de nutrientes
provenientes de minerales y residuos orgánicos mineralizados por la acción de los
microorganismos del suelo (Aristovskaya, 1988). La biomasa microbiana puede ser una
fracción relativamente pequeña de la biomasa total en los ecosistemas terrestres. La acti­
vidad microbiana es muy importante en el ciclado de nutrientes y flujos de energía. El C­
microbiano generalmente comprende entre el 1 y 4% del e-orgánico total del suelo y se ha
reportado que por su sensibilidad al cambio puede ser un útil indicador de los procesos que
ocurren en el suelo. También es de interés conocer la actividad de los microorganismos de
un suelo por la influencia que estos tienen en las reacciones de oxidación, reducción,
hidrólisis, degradación de la materia orgánica, y que a su vez tienen un claro reflejo en los
ciclos naturales del carbono, nitrógeno, fósforo y otros elementos (García et al., 1994). Por
lo tanto, la determinación de los cambios de la actividad microbiana puede ser usada para
evaluar la fertilidad de un suelo por un lado, y por otro, como indicador de calidad de
suelos.
En este trabajo se muestran los resultados obtenidos en un experimento de incubación de
muestras de suelo en laboratorio a temperatura y humedad controlada, durante 51 días
con el objetivo de evaluar los flujos de C-CO2, la biomasa microbiana, tasas de mineralización
de carbono, relación C-biomásico/C-orgánico y cuociente metabólico en una toposecuencia
de un agroecosistema bajo rotación de cultivos por al menos 1O años.

MATERIALES Y METODOS

Se colectaron en una toposecuencia (diferencia de altura 20 m, exposición oeste y 95 m


s.n.m.), cima (C). pendiente (P) y base (B) en abril de 1998, muestras a una profundidad de
O - 3 y 3 - 20 cm de un suelo rojo arcillosos ubicado al noroeste de Temuco una semana

189
después de la quema de rastrojo de trigo. La muestra superficial, O - 3 cm se consideró por
haber sido afectada por la temperatura del fuego (costra sólida). Todas las muestras se
guardaron en refrigerador a 42C hasta noviembre de 1999.
La actividad microbiana se estudió mediante la evolución de C-CO2 como consecuencia
de la respiración de la biomasa microbiana y para ello los suelos previamente fueron tami­
zados a <2 mm , humedecidos con agua destilada al 60% de la capacidad de campo y
condicionados durante 7 días a 22ºC. Posteriormente, una soubmuestra ( 50 g equivalente
peso seco) fue fumigada con cloroformo libre de etanol en un desecador con válvula de
vacío por 24 h, y la otra submuestra ( control: 50 g equivalente peso seco) no fue fumigada.
Las muestras fueron colocadas, en triplicado, en frascos de 1000 mL de capacidad junto
con un vial conteniendo 1 O mL de NaOH 0,25 M y se cerró herméticamente. A los 2.5, 5.5,
8.5, 11.5, 16.5, 22.5, 31.5 y 51.5 días se reemplazó el vial conteniendo NaOH fresco y se
valoró el exceso de NaOH con HCI 0,2 M, añadiendo previamente BaCl2 al 20% y usando
fenolftaleína como indicador.
Los flujos de C-CO2 se obtuvieron haciendo la diferencia entre el C-CO2 liberado desde las
muestras fumigadas y no fumigadas.
El C-biomásico de las muestras de suelo se calculó de acuerdo a la ecuación, C-Biom =
((C-CO2 desprendido del suelo fumigado) - (C-CO2 desprendido del suelo no fumigado))/
0,45 (Jenkinson and Powlson, 1976; Jenkinson et al., 1979), y el cuociente metabólico
microbiano, qCO2, dividiendo los valores de respiración por la biomasa microbiana.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Actividad de la biomasa microbiana: En general los parámetros microbianos encontrados


fueron muy sensibles a los impactos medioambientales bajo condiciones similares de ma­
nejo.
Se observa en la figura que la profundidad, -O - 3 y 3 - 20cm-, ubicación topográfica ,
contenido de materia orgánica y el efecto de la quema determinaron los flujos de C-CO2 , es
así como, las muestras de suelos colectadas entre 3 - 20 cm de profundidad, tanto en la
cima como pendiente y base de la toposecuencia presentaron las mayores tasas de pro­
ducción de C-CO2 , -base: 246 mgC-CO2 g· 1 día-'; cima: 217 mgC-CO2 g· 1 día·' y pendiente
213 mgC-CO2 g- 1 día·' r2 = 0,95 -, durante los primeros 8,5 días de incubación, fenómeno
que podría atribuirse a la presencia de materia orgánica lábil proveniente de la lisis de
microorganismos por efecto de la fumigación e hidratos de carbono de rápida descomposi­
ción, azúcares, almidón u otros. El efecto de la quema no se manifestó entre los 3 - 20 cm
de profundidad. El mayor flujo de C-CO2 en suelos de la base de la toposecuencia estaría
favorecido por la acumulación de material orgánico - alrededor de 33% mayor que en la
cima- en la fracción fina de los suelos que es susceptible de ser trasladada por escurrimiento
superficial de aguas lluvias y depositada en la base de la toposecuencia, y por supuesto, a
la estructura de las comunidades microbianas, cuya diversidad de la población sería mu­
cho mayor que aquella del suelo superficial, O - 3 cm, que fue expuesto a la temperatura
de la quema.
Las tasas de mineralización entre los O y 8,5 días de incubación en los suelos superficiales
expuestos a la quema del rastrojo de trigo, fueron, pendiente: 128 mgC-CO2 g· 1 día-'
base: 83 mgC-CO2 g· 1 día-' y cima : 40 mgC-CO2 g· 1 día-' con r2 = 0,98.

190
2.5 5.5 8.5 11.5 16.5 22.5 31.5 51.5
Tiemp::, deincutBción ,dás

-C:0-3 -.-e: 3-20 --+-- P: 0-3


-t:,-P:3-al �B:0-3 --+- B: 3-aJ

Figura: Carbono mineralizado acumulado, mg C-CO2/g suelo seco, en una toposecuencia, C:cima;
P:pendiente y B:base, a una profundidad de O - 3 y 3 - 20 cm de un suelo rojo arcilloso como una
función del tiempo de incubación en días.

Carbono de la biomasa microbiana: C-Biomasico. Puede utilizarse como indicador de las


variaciones que experimenta la calidad de un suelo, ya que es un parámetro muy sensible
a los cambios. En la tabla N º 1 se muestran los valores del C-biomasico de la cima, pen­
diente y base da la toposecuencia a dos profundidades y durante los 51 días de incubación
de los suelos.

Tabla N º 1: . Carbono Biomásico ( mg C-Biom/g suelo) en función del tiempo de incubación.

Días
Suelos 2.5 5.5 8.5 l l.5 16.5 22.5 31.5 5 l.5
�: 0-J 2.9 131.1 44.4 28.9 66.7 124.4 1.9 48.9
: 3-20 15.6 700 282.2 157 8 148.9 208.9 204.9 84.4
b: 0-3 7.8 355.6 21:U 153.J 35.6 20 6.7 106.7
: 3-20 57.1 671.1 277.8 113.3 86.7 251.1 97.8 333
ti : 0-3 42.2 222.2 144.4 168.9 46.7 71.1 57.8 200
: 3-20 82.? 804.4 291.I 115.6 132.4 202.2 104.4 84.4

Se observa en la tabla que los niveles de C-Biomasico a la profundidad 3 - 20 cm son


superiores en general a los suelos superficiales debido probablemente a las mejores con­
diciones del microhabitat, carente del stress a que fue sometida la cubierta y por las razo­
nes ya dadas en los párrafos anteriores y que motivan flujos mayores. Se observa que a
medida que transcurre el tiempo de incubación decrecen las magnitudes del C-Biomasico

191
lo que estaría indicando que el sustrato orgánico lábil decrece y estarían predominando
materiales orgánicos con turnover lento como la hemicelulosa y celulosa y también com­
puestos estables, tales como lignina y lignocelulosa con tiempos de descomposición muy
largos.
Carbono Biomasico / carbono orgánico total: La relación entre el carbono biomásico y el
carbono orgánico total es un índice que, en experimentos de incubación de este tipo, infor­
ma de los cambios que experimenta la materia orgánica del suelo (Hart et al., 1989)
Los resultados obtenidos (tabla N º 2) muestran magnitudes mayores en los suelos
subsuperficiales y no se observaron cambios relevantes al final de los 50 días de incubación.

Tabla N º 2: Relación en% del carbono biomasico/carbono orgánico total como una función del tiempo
de incubación en días.

Días
Suelos 2.5 5.5 8.5 11.5 16.5 22.5 31.5 51.5
r-: 0-3 0.005 0.21 0.07 0.05 0.11 0.2 0.003 0.0X
: 3-20 0.03 1.13 0.46 0.25 0.24 0.34 0.33 0.14
P: 0-3 0.02 0.7 0.42 0.J 0.07 0.04 0.01 0.21
: 3-20 0.11 1.32 0.54 0.22 0.17 0.49 0.l'J 0.07
B: 0-J 0.05 0.24 0.16 0.1X 0.05 o.ux O.OC, 0.22
: 3-20 0.09 0.87 0.32 o. 13 o. 14 0.22 0.11 0.09

Cuociente metabólico: qCO2 : El cuociente metabólico es la cantidad de CO2 desprendida


como consecuencia de la respiración de un suelo por unidad de carbono de la biomasa
microbiana y por unidad de tiempo ( ng C-CO2 g- 1 h· 1 mg· 1 C-biomasico). Su medida es
indicativa del estado metabólico de un suelo y de los efectos que las alteraciones
medioambientales tienen sobre los microorganismos ( Anderson and Gray, 1991).
En la tabla N º 3 se muestran los valores de los cuocientes metabólicos de los suelos en
estudio y en general no se observan cambios hasta los 5,5 días de incubación. Hay un leve
incremento a partir del día 8,5 en todos los suelos debido a la disminución del nivel de C­
biomasico justamente desde el día 5,5 de incubación y también desde ese tiempo se ob­
servaron disminuciones en las tasas de mineralización de carbono orgánico.

Tabla N º 3. Cuociente metabólico, qCO2 , durante la incubación (ng C-CO)g h mg C-Biomasico)

Días
Suelos 2.5 5.5 8.5 11.5 16.5 22.5 J l.:\ 51.:i
k::: :0-3 0.02 0.02 0.08 0.13 0.08 ().()6 .1.95 0.17
: 3-20 0.02 0.02 0.07 0.14 0.16 0.13 0.1(, 0.40
P: 0-3 0.01 0.02 0.05 0.09 0.40 0.74 2.22 0.14
: 3-20 0.03 0.02 0.07 0.19 0.27 0.11 ll.30 0.91
B: 0-3 0.02 0.02 0.05 0.06 0.25 0.1 X U.24 0.09
: 3-20 0.02 0.02 0.08 0.21 0.20 0.15 0.29 0.JX

192
BIBLIOGRAFÍA

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Global Biogeochemical Cycles. 9: 23 - 36

193
ACONDICIONAMIENTO ORGÁNICO PARA LA REHABILITACIÓN DE
SUELOS CON RIESGOS DE DEGRADACIÓN
Ma. Teresa Varnero'; Gustavo Silva2 ; Pablo González2 e lván Grez2
Universidad de Chile (Proyecto FONDEF D98I1036)
Casilla 1004
Santiago

INTRODUCCION

Las principales causas de pérdida y degradación del recurso suelo, estan relacionadas
con los procesos erosivos, de deforestación, de expansión urbana e industrial, junto con
los problemas derivados de la contaminación por actividades de producción industrial
(CONAMA, 1994). La recuperación de áreas afectadas debe considerar aspectos de reha­
bilitación o restauración, conservación y ajuste estructural, por lo tanto es de vital importan­
cia desarrollar y poner en práctica las técnicas que cumplan con tales propósitos, mitigan­
do el impacto que se ejerce sobre la naturaleza.
La restauración ecológica se fundamenta en el conocimiento de los principios y las causas
de los sistemas naturales, con el objeto de restituir la posibilidad de uso útil del terreno
alterado, de acuerdo a las necesidades de la zona y a su entorno, sin que la propuesta
tenga efectos ambientales negativos. En la mayoría de los casos de restauración. es
necesario restituir con una cobertura vegetal del tipo herbácea, arbustiva y arbórea (Bown
y Peña, 1998) las superficies degradadas o alteradas por una actividad, para contribuir al
mejoramiento del medio ambiente, preservando y conservando las características
fisiográficas de los terrenos. La vegetación juega un papel fundamental, ya que posibilita
el restablecimiento de la producción biológica del suelo, el control de la erosión, la estabi­
lización de los terrenos, la protección de los recursos hidráulicos y la integración del paisa­
je.
Al tratar de establecer una cubierta vegetal en zonas degradadas, los inconvenientes más
comunes resultan ser el bajo contenido de materia orgánica y de nutrientes, además de
presentar una estructura del suelo no definida (Aguiló, 1984), que hacen escasa la capaci­
dad de retención de humedad. La preparación del suelo para crear condiciones favorables
para la sobrevivencia y el desarrollo inicial de las plantas, determina que se utilicen produc­
tos como geles hidratantes, fertilizantes y abonos orgánicos. Es conocido el hecho que los
abonos orgánicos mejoran las propiedades físicas de los suelos, incrementando la capaci­
dad de retención de agua, la aireación y la estructura, junto con disminuir la resistencia
mecánica, lo que favorece el desarrollo radical.
En la actualidad existe un importante plan de concesiones camineras del Ministerio de
Obras Públicas, lo cual va a generar una mayor demanda de conocimientos sobre espe­
cies vegetales que se puedan utilizar para disminuir el impacto negativo y lograr una esta­
bilización de suelo, en el ámbito de taludes, zonas de vertederos para los escombros y
extracción de materiales. Es por esta razón que el proyecto FODEF D98I1036 se propone
identificar y evaluar distritos para la conservación y sus respectivas áreas críticas para la
restauración, localizadas entre las regiones V y VII del país, junto con la identificación de

194
especies vegetales herbáceas y arbustivas leñosas, silvestre o domesticadas, suscepti­
bles de ser utilizadas en proyectos de restauración ecológica.
Dentro de este contexto, este trabajo tiene como objetivo implementar una tecnología
para acondicionar suelos o sitios improductivos, con alto riesgo de degradación, para me­
jorar la capacidad productiva de éstos mediante la incorporación de abonos orgánicos
agroforestales previamente bioprocesados.

MATERIALES Y METODOS

En la Región Metropolitana se seleccionó, a un sector de taludes ubicados en la localidad


de Padre Hurtado, en la vertiente Norte del río Mapocho, Comuna de Cerrillos (Sector de
trabajo de gasoductos y oleoductos de las Empresas ELECTROGAS y SONACOL). La
topografía del lugar corresponde a lomajes y cerros escarpados, donde las pendientes
dominantes superan el 60%. Los suelos de este sitio son de textura areno francesa, con
afloramientos rocosos abundantes y con bajos niveles de fertilidad (N-P-K), muy bajo nivel
de materia orgánica, sin problemas de salinidad y pH ligeramente alcalino. Según el Estu­
dio de Suelos (Proyecto Maipo, 1981) son del tipo Misceláneo Cerros, de uso restringido a
la actividad ganadera y forestal, con limitaciones por lo pronunciado de las pendientes.
La vegetación natural del sector es un Espinal poco denso, con la participación de espe­
cies como Acacia caven, Lithraea cáustica y una serie de arbustos y de gramíneas anua­
les. A partir del conocimiento de la línea base de suelos de estas áreas, se implementaron
los ensayos de restauración con las especies vegetales exóticas y nativas del tipo herbá­
ceas, arbustivas y arbóreas seleccionadas, definidas como susceptibles de ser usadas en
proyectos de recuperación ambiental.
Los substratos orgánicos acondicionadores utilizados, se analizaron químicamente para
establecer su grado de estabilidad en función de: a) los niveles de materia orgánica total y
materia orgánica humificada que presentaban estos materiales; b) los valores de DpH
obtenidos en KCI 1 N y Hp en relación 1 :5 y c) la relación C/N. Se dispusieron tres tipos de
substratos:
1) Un Compost comercial, obtenido de descomposición aeróbica de una mezcla de gua­
no de pavo y/o pollo con residuos vegetales y turba.
2) Un preparado comercial obtenido como subproducto de algas de la Sexta Región.
3) Una mezcla de Compost y algas en una proporción volumétrica de 1 :1
Los ensayos pilotos de este sector, en triplicado, corresponden a parcelas con una super­
ficie aproximada de 7,2 m por 28,8 m. Cada parcela se subdividió en cuatro módulos de
7,2 por 7,2 metros cada uno. El objeto de esta subdivisión era disponer de un módulo con
especies nativas herbáceas, arbusto y árboles (Stipa caudata, Muehlenbeckia hastulata,
Acacia caven y Ouillaja saponaria); un segundo módulo con una especie arbórea exótica
(Eucalyptus camaldulensis) y una especie nativa herbácea (Stipa caudata); un tercer mó­
dulo sólo con la especie nativa herbácea (Stipa caudata) y un cuarto módulo sin especies
vegetales, con obras físicas solamente. Estos módulos, a su vez, se dividieron en cuatro
unidades homogéneas de 3,6 por 3,6 metros, para distribuir los diferentes tratamientos en
función de los tres tipos de substratos orgánicos indicados anteriormente, más un testigo
sólo con gel hidratante, sin acondicionador orgánico.
Lé!s plantaciones se realizaron de acuerdo al esquema presentado. En forma preliminar se
tluó la producción de biomasa estable a la fecha, medida como porcentaje de prendí-

195
miento y crecimiento inicial de la plantación para cada tratamiento y especie.

RESULTADOS

Los resultados obtenidos de las mediciones realizadas, indican que tanto la especie her­
bácea como la arbórea exótica, son las que mejor se adaptan al sector en estudio, presen­
tando una mayor producción de biomasa estable en todos los tratamientos. En el caso de
Stipa caudata, el porcentaje de prendimiento en los tratamientos con abonos orgánicos es
superior al del testigo. Esto mismo se observa en el incremento promedio acumulado en
altura (Figura 1), donde se alcanzan valores de 10,5 cm para algas; 12, 1cm para compost,
11,2 cm para la mezcla de abonos y de 9,2 cm para el testigo. Todos estos valores, a su
vez, son superiores a casi todos los incrementos en altura obtenidos en las mediciones
efectuadas a las otras especies vegetales. Además el crecimiento de Stipa caudata es
similar en los diferentes módulos establecidos, no siendo afectado por la presencia de
especies arbustivas y arbóreas. El buen desarrollo que se observa con esta especie,
proporcionando una completa cubierta del suelo, se traduce en un control inicial de la
erosión, provocando una disminución del escurrimiento superficial y sirve de complemento
a la plantación de especies arbóreas y arbustivas (Goldman et al, 1986).
La especie arbórea exótica en general, presenta una respuesta favorable con todos los
tratamientos en términos de porcentaje de prendimiento; sin embargo, el incremento acu­
mulado promedio en altura, es superior con algas (15,8 cm) y compost (16,7 cm). En las
arbóreas nativas, sólo Acacia caven, responde positivamente al tratamiento con algas y
las mezclas de abonos, presentando un porcentaje de prendimiento de 73,3 y 91,7%
respectivamente; siendo notable el incremento promedio acumulado en altura que se al­
canza con el tratamiento con algas respecto del testigo y de los otros tratamientos orgáni­
cos. En cambio, el efecto de estos acondicionadores para Quillaja saponaria sobre el pren­
dimiento actual no supera el 50% de la plantación inicial.
La especie arbustiva seleccionada para este ensayo, no responde bien a ninguno de los
tratamientos, sólo con algas se obtiene un porcentaje de prendimiento del orden del 48,1%,
con los otros tratamientos los valores obtenidos son inferiores al 37%. Sin embargo, con
compost, la biomasa obtenida (18,5%) presenta incrementos promedios acumulados en
altura de 18 cm en comparación con el testigo de 3,2 cr:n y con los otros abonos orgánicos
de 5,5 cm.

ALCA COMPOST TESTIGO MEZCLA

Tratamienlo
Figura 1 Incremento acumulado promedio en altura para. Stipa caudata

196
E
- 2
u

o

ALG\ CCMF03T TESTICD ME�LA


Tratamient>

Fgura 2, hciemento acumuedo promedodeldiirneto a e atura de e


corona (OAC) para Stj:Ja caudata

CONCLUSIONES

Si se estima que el potencial de revegetación de un lugar es inversamente proporcional a


su pendiente, de acuerdo con las características del sitio en estudio, sería recomendable
iniciar en una primera etapa, la plantación sólo de especies herbáceas de rápido creci­
miento. Posteriormente, una vez obtenida una cubierta vegetal completa que ayude a
detener el escurrimiento superficial de materia I edáfico, diseñar el establecimiento de es­
pecies arbóreas y arbustivas.

BIBLIOGRAFIA

AGUILÓ, J. 1984. Estudio de la erosión en zonas restauradas. En: Curso de ordenación


del territorio. Restauración de suelos en minería a cielo abierto. Ordenación de zonas
de montaña. Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos de Lleida. Universi­
dad Politécnica de Catalunya. E.T.S.I. IBSN: 84-398-3238-9. Barcelona, España, p: 199-
225.
BOWN, H. y K. PEÑA.1998. Estudio de rehabilitación física y restauración ecológica de la
red de distribución de ENERGAS S.A. en la V Región. Informe final. Escuela de Cien­
cias Forestales. Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales. Universidad de Chile. San­
tiago, Chile, 53p.
CONAMA, 1994. Propuesta. Plan nacional de conservación de suelo. Ministerio de Agricul­
tura. Santiago, Chile. 133p.
COMISION NACIONAL DE RIEGO. 1981. Estudio de suelos del Proyecto Maipo. Secreta­
ría ejecutiva. República de Chile. Agrolog Chile Ltda. Tomo IV. P:703-706.
GOLDMAN, S.; K. JACKSON y T. BURSZTYSKY. 1986. Erosion and sediment
controlhandbook. McGraw - Hill. New York. U.S.A. 365 p.

197
EXTRACCION DE TIERRA DE HOJA PROVENIENTE DEL TIPO
FORESTAL ESCLEROFILO EN LA REGION METRO POLITANA
(Resumen)

Andrés Venegas' y Eduardo Martínez2 . Universidad de Chile


Casila 1004
Santiago

El trabajo realizado aborda el tema de extracción de '1ierra de hojas" proveniente del tipo
forestal Esclerófilo en la Región Metropolitana. Teniendo como objetivo principal, el de
entregar la mayor cantidad de antecedentes acerca de dicha actividad y el impacto ambiental
que genera.
El concepto de '1ierra de hojas", se define como aquel material colectado, compuesto
principalmente de: hojas, ramas y ramillas, flores, frutos, corteza, etc. Que corresponde al
horizonte orgánico superficial del suelo, además, de los primeros horizontes minerales.
Dichas extracción se realiza bajo la copa de los árboles del tipo esclerófilo, siendo la especie
Litre (Lithraea caustica), la más cotizada.
Para desarrollar este tema, el trabajo se dividió básicamente en tres etapas:
La primera, consistió en una revisión bibliográfica, en donde se recopilo la mayor cantidad
de información posible, principalmente aquella referida a la cantidad de extracción de tierra
de hojas y su comercialización (principales fuentes de comercialización y principales
proveedores). Además, se recopilo información acerca de los posibles lugares de extracción,
los cuales fueron obtenidos mediante comunicación personal y la utilización de cartografía
del catastro del bosque nativo realizado por CONAF, para ubicar otras posibles zonas de
extracción, usando como criterio principal, que hubiese presencia predominante de Litre
(Lithraea caustica). Una vez recolectada toda la información, se traspasó a un plano base
para determinar la ubicación exacta de dichos lugares.
La segunda etapa se desarrolló en terreno, en la cual se visitaron los lugares establecidos
como posibles zonas de extracción. Las visitas realizadas se hicieron vía terrestre, en el
periodo comprendido entre los meses de Enero y Marzo. Una vez llegado al lugar se
verificaba si realmente se realizaba o no dicha actividad.
En cada lugar visitado, donde se pudo observar el proceso de extracción, se hizo una
caracterización lo mas detallada posible, basada principalmente en dos criterios:
1) Características fisiográficas del área: donde se consideraron variables como:
composición y porcentaje de cobertura de las especies dominantes, exposición cardinal,
porcentaje de pendiente y porcentaje de pedregosidad superficial. Además se consideró el
tipo de erosión presente (si es de manto, zanja y otro) y el grado en que se manifestaba
(apreciación en terreno).
2) Método de extracción: asociado a cada lugar, en donde se describió en forma detallada
las diferentes metodología o técnicas y herramientas empleadas para realizar la extracción
del recurso. Como complemento se sacaron fotografías de los diferentes lugares visitados.
Por último, la información obtenida, de los lugares de extracción, se traspasó a la cartografía
digital de la Región Metropolitana, obteniéndose mediante mediciones planimétricas la
superficie estimada asociada a las zonas de extracción, utilizando como criterio la
composición de especies y la accesibilidad.
Se confeccionó un plano de ubicación a escala 1:500.000 con los diferentes sitios observados

198
y sus respectivas áreas de intervención, el programa empleado para esto fue el Arcview
3.0.
Los lugares visitados y caracterizados en terreno, en donde se actualmente se realiza la
actividad de extracción, corresponden a las siguientes localidades: sector Río Colorado,
sector del Cajón del Maipo (subsectores EL Toyo y el Río Colorado), sector camino a
Farellones (subsectores Lo Hermita y Corral del Toyo), sector Río Clarillo, sector Carmen
Alto (Melipilla), sector Cuesta Zapata, Sector Quebrada Piche (Alhué) y sector de Peñalolen
(pequeña escala).
Acerca de la metodología o técnicas de extracción, se pudo apreciar que en la mayoría de
los casos, las faenas de extracción son muy similares: extracción de la capa orgánica del
suelo (litter, fermentación, humificación.) más los primeros horizontes minerales. Para
aumentar el volumen del material a extraer, se realiza un desrrame de gran parte de la
copa de los árboles de Litre (entre un 30-40 %, en algunos casos es mayor). En casos
particulares se ha llegado incluso a cortar algunos individuos para disminuir la cobertura
del dosel y así permitir una mayor entrada de radiación al suelo.
En las diversas visitas a terreno se pudo apreciar, además, que asociado a la extracción de
tierra de hojas, se realiza la actividad de carboneo, en donde son aprovechadas las ramas
de Litre cortadas en el proceso de extracción.
Las herramientas que se emplean generalmente son: rastrillo, pala, escoba, canastos, sacos,
carretillas (para el acopio del material) y en algunos casos ocupan solamente las manos.
Para el transporte ocupan principalmente camioneta, aunque dependiendo de la
accesibilidad, es muy frecuente la utilización de animales de carga (burros, caballos, etc.).
El impacto ambiental que se produce, producto de esta actividad, es indiscutible. La
extracción de este recurso "renovable", genera un deterioro en el ecosistema y que a largo
plazo puede ser irreversible. Tanto en terreno como en estudios realizados anteriormente,
se pudo demostrar que dentro de los efectos involucrados a los procesos de extracción de
tierra de hojas, se destacan:

Efectos Directos:

Por pérdida de la Mat_eria Orgánica:

• Fertilidad del suelo: por la pérdida de nutrientes proveniente de la materia orgánica


(principalmente N, P, K, Ca y Mg, entre otros).
• Propiedades físicas del suelo: afectando a la textura, estructura y consistencia del suelo,
entre otras.
• Factor biológico: afectando a los organismos del suelo (bacterias, hongos,
lombrices), los que son, en gran medida, responsables de la descomposición y posterior
incorporación al suelo de la materia orgánica.
• Erosión del suelo: el cual se manifiesta en forma vertical, y horizontal. El primero actúa
como agente disgregador de las partículas del suelo producto del impacto de las gotas al
caer. El segundo se presenta a través del escurrimiento superficial del agua.
• Retención de Hur:nedad: propiedad que disminuye considerablemente al momento de
extraer la materia orgánica.
* Regeneración nat'ural: al extraer el mantillo del suelo, se extrae también las semillas, con
lo cual reduce toda sir ad de regeneración.

199
Por efecto antrópico:
•compactación y alteración del suelo: debido al constante tránsito de las personas y la
utilización de herramientas (rastrillo, pala, carretilla, etc.) al momento de la extracción.
• Destrucción de la vegetación: principalmente por el tránsito de personas y la construcción
de caminos de acceso y transporte del material.
• Alteración del bosque: para aumentar la producción de hojas secas, los extractores cortan
un porcentaje considerable de ramas, incluso llegando a eliminar algunos individuos,
cambiando totalmente el aspecto del bosque en condiciones naturales.

Efectos Indirectos:

* Empobrecimiento del suelo: principalmente por erosión y la perdida de nutrientes, el cual


aumentaría a medida que transcurre el tiempo.
* Diversidad interespecífica: la cual iría en disminución producto de las pocas posibilidades
de regeneración de las especies presentes en el tipo forestal.
• Alteración en el balance hídrico: producto de la menor capacidad de retención del agua, la
cual se pierde con mayor facilidad.
* Embancamiento de cauces: por arrastre de material a cursos de agua.
* Desertificación: la suma de todos los factores antes descritos ( erosión, disminución de la
fertilidad, baja regeneración, corta de individuos, etc.), además de las condiciones climáticas
que enfrenta actualmente el país y en especial esta región, llevarán con sigo un aumento
de dicho fenómeno.
• Riesgo de incendios forestales: por la presencia de los extractores (cigarros, fogata para
el almuerzo, etc.), situación que se agrava debido a la presencia de material seco, producto
de la corta de ramas.

Actualmente esta actividad se realiza en función de la demanda existente, la que es bastante


alta, principalmente por parte de las municipalidades y empresas encargadas de la
mantención de parques y jardines. Lo que genera una mayor extracción del recurso
transformandose a corto plazo en una sobre explotación y posterior agotamiento de este
(como ha sucedido en varias zonas de la Región). Además se destaca el hecho de que el
recurso es muy bien cotizado en el mercado.
Además, hay que tener en consideración, el hecho que es muy difícil llevar algún registro
de los volúmenes de extracción y de los lugares en las cuales se realiza, ya que en la
mayoría de los casos esta actividad se realiza en completa clandestinidad, además, gran
parte de los terrenos que presentan bosques, de los cuales se genera dicho recurso,
pertenece a particulares. Por último, no toda la tierra de hoja extraída es comercializada,
sino que muchas veces es ocupada directamente (principalmente para maceteros. y viveros).
Hasta la fecha esta actividad se realiza en todos los sectores de la Región Metropolitana
donde existe este recurso y donde es posible extraerlo, realizándose en forma desordenada
y sin ningún criterio de manejo.
Lamentablemente en el país no existe ningún tipo de legislación que regule o normalice
esta actividad o que actúe en protección de los recursos que se ven afectados por la
explotación de este, como por ejemplo el suelo.

200
USOS DEL LODO, PROVENIENTE DE PLANTAS DE T<RATAMIENTO
DE AGUAS SERVIDAS, EN RECUPERACIÓN DE SUELOS.'

Flores, P.', Yáñez, C.', Vera, W. 1, Arata, P 2 . y Garcés, J2 .


Universidad de Chile
Casilla 1 004
Santiago

INTRODUCCIÓN

El vertido de las aguas contaminadas a los causes de los ríos, hacen de éstos verdaderos
focos infecciosos, además de producir un fuerte y negativo impacto en el medio ambiente.
Debido a la necesidad de minimizar estos efectos negativos es que el tratamiento de aguas
servidas ha cobrado especial relevancia a lo largo del país. Un subproductos que se obtie­
nen de este tratamiento es el lodo, correspondiente a la fracción biosólida resultante del
proceso.
Los lodos presentan propiedades físicas beneficiosas al ser aplicadas en suelos, como
aumentar la capacidad de retención de agua, aumentar el contenido de materia orgánica,
presentar una adecuada porosidad, etc., mejorando la calidad de los suelos y por lo tanto
la productividad de éstos.
Sin embargo, debido al origen de los lodos, éstos presentan un contenido de patógenos y
de metales pesados que podrían convertirlos en un serio problema para las plantas de
tratamiento de aguas servidas, en cuanto a su destino se refiere, por lo tanto la disposición
de los lodos precisa una correcta gestión, acorde a las normas ambientales y a criterios
económicos.
De la superficie total de Chile sólo una pequeña parte de ésta es apta para realizar agricul­
tura, lo cual, entre otros, esta limitando la producción agrícola a nivel nacional. Si se consi­
dera que esta producción podría aumentar con la recuperación de suelos degradados y/o
la habilitación de suelos sin uso agrícola, seria entonces importante que se den a conocer
las bondades de los usos del lodo con estos fines, usos que son poco conocidos en el
medio chileno.

Objetivos.

* Difundir las propiedades del lodo.


• Dar a conocer usos de lodos en recuperación y mejoramiento de suelos.
• Cambiar el concepto del lodo de un deshecho a un producto que puede ser utilizado en
forma beneficiosa en el suelo.
1 Universidad de Chile, Facultad de Ciencias Agronómicas, Escuela de Agronomía.
2 Empresa Metropolitana de Obras Sanitarias (EMOS).
* Fuente de financiamiento: Convenio Fac. de Ciencias Agronómicas, Universidad de Chile
- EMOS.

201
Tratamiento de aguas servidas

El tratamiento de aguas servidas, consiste en la separación física de la materia sólida de


las aguas residuales, la degradación biológica del componente orgánico del agua y la des­
infección del agua tratada para eliminar los organismos patógenos. Uno de los productos
de este tratamiento es el lodo, que corresponde a residuos sólidos, semisólidos o líquidos
generados durante el tratamiento de las aguas. Estos lodos no consideran las cenizas
generadas en procesos de quema de lodos en incineradores, ni arenas generadas en el
tratamiento preliminar de las aguas.
En la obtención de los lodos se consideran distintos métodos, siendo el convencional el
que se empleará en las plantas de tratamiento de aguas servidas en el Área Metropolitana.
Este método consiste en una cadena de decantación primaria del tratamiento de aguas,
que por gravedad separan parte de las partículas que lleva en suspención el agua residual
a la entrada de la planta. En una decantación secundaria, se separan del efluente los
flóculos de microorganismos formados a partir del licor de mezcla existente en el reactor
biológico. Una parte se recircula al citado reactor para mantener la biomasa necesaria y el
resto se extrae, constituyendo los lodos secundarios.

Propiedades del lodo

La recuperación y mejoramiento de suelos podría constituirse en la forma más adecuada


de utilizar los lodos, ya que con la incorporación de éstos se mejorarían las propiedades
físicas de los suelos mejorando al mismo tiempo sus propiedades químicas.
Una de las características que resalta en el lodo es el alto contenido de materia orgánica,
que supera el 50%. De este modo la aplicación de lodo en el suelo mejoraría la estructura
del suelo, la porosidad, aireación, retención de agua y la capacidad de intercambio catiónico,
el nivel de nutrientes del suelo, entre otros, y disminuiría las tasas de erosión.
En zonas áridas, se han llevado a cabo estudios que demuestran que la aplicación de
lodos es beneficiosa, en cuanto reduce la erosión, aumenta la capacidad productiva del
terreno así como su potencial de retención de agua, reduciendo drásticamente la escorrentía
superficial.

Potencialidades del lodo

Uso del lodo en recuperación de suelos erosionados.


Utilizar el lodo como una enmienda orgánica, para incrementar en contenido de mate­
ria orgánica del suelo.
Lenta liberación de nutrientes, que otorga beneficios en el largo plazo a los suelos.
Mejorar las condiciones de retención de agua en los suelos de secano.
Mejorar la estructura de suelos.
Utilización del lodo en procesos de estabilización de zanjas y cárcavas.

202
Sin embargo, la utilización de lodos en el suelo presenta algunos inconvenientes, lo que
implica evaluar:

*La contaminación de acuíferos.


*La contaminación de suelos con metales pesados.
*La presencia residual en el suelo de organismos patógenos presentes en 'los lodos.
*Frente a la utilización de lodos en el ámbito silviagropecuario, se debe superar la barrera
que existe con respecto a la actitud que presentan los empresarios, a aplicarlos en forma
permanente y masiva en el manejo de sus suelos.

203
EFFECT OF PARTICLE SIZE OF PRUNING WOOD RESIDUES OF
ASIAN PEAR (PYRUS PYRIFOLIA) ON C- ANO N-MINERALISATION
IN SOILS OF CONTRASTING TEXTURES

F.J. Matus•·, J.B. Retamalesª , P. Sánchezb and C. R. Maireº


Universidad de Talca,
Casilla 747
Talca-Chile
Abstract

A laboratory incubation study (22 ºC ± 2 ºC) with pruning residues of Asian pear (P pyrifolia,
cv. Hosui) was carried out to determine the effects of residue particle size 0.5-2 mm and 2-
4 mm) and soil texture on C- and N-mineralisation in two Chilean soils. Particles sizes.
having the same C-to-N ratio and libre content, had a significant impact on C-mineralisation;
however, no differences were observed for N-mineralisation. Alter 15 days of incubation,
particles 0.5-2 mm evolved more C-CO2 than coarse particles. Thereafter, the differences
were slightly increased. There was no effect of soil texture on C and N-mineralisation. These
results were explained on the basis of residue particle size rather than soil type and residue
quality.
Key words: Residue particle size, pear pruning residues, C and N mineralisation rates.

lntroduction

In Chilean pear orchards, pruning wood residues are often reincorporated into the soil, in
order to ameliorate nutrient losses associated with fruit harvesting. Although prunings are
usually chopped to promete decomposition, to the best of our knowledge, the impact of
residue particle size on decomposition rates has not been studied quantitatively for fruit tree
species. In a broader context, controversy still exists regarding the effect of particle size on
decomposition. Waksman (1952) and Russell (1961) were perhaps the first to propose that
the higher surface:mass ratios of small particles would favour microbial action (Jensen,
1994). However, Sims and Frederick (1970) demonstrated that the decomposition is higher
in the coarse than in the fine particles and demonstrated that clay minerals may inhibit N­
mineralisation during the first stage of decomposition; this was attributed to a higher physical
protection by clay minerals on metabolites formed during initial decomposition, against
microbial attack (Jensen, 1994). On the other hand, decomposition of crop residues are
influenced by biochemical residue quality and soil physical properties. A number of paper
have considered the importance of residue quality on C- and N-mineralisation. Low residue
quality, because of their high lignin or polyphenols content or high C-to-N ratio, inhibit
decomposition (Kachaka et al., 1993; Tian et al., 1992). Soil physical properties may also
affect the surface of the residue available for contact with soil matrix. Recous et al., (1998)
demonstrated that C-mineralization was enhanced by reducing particle size or inter­
aggregate porosity of soil. These effects on particle size studies my lead spurious conclusions
because of the absent of appropriate treatments and controls to separate those influences.
The objective of this paper is to study the C- and N-mineralisation of pruning residues from
Asían pear cultivar Hosui as influenced by particle sizes in two soils of contrasting textures.
Materials and methods

204
Wood residues from Hosui were collected on June 1996, (two months after pruning). AII
materials were washed with tap water, dried at 70 ºC for five days , milled (knife mili) and
hand sieved to obtain several particle size classes < 4 mm. Sieving allowed to separate two
particles: 0.5-2 and 2-4 mm of similar chemical characteristics (Table 1). Residues were
analyzed for total fibre content by Neutral Detergent Fibre (NDF) (Van Soest and Wine,
1967), Acid Detergent Fibre (ADF) (Van Soest and Wine, 1968) and lignin content using
72% H2 SO4 (Van Soest, 1963). Organic-C in pruning residues was analysed by dichromate
oxidation (Nelson and Sommers, 1982) and total-N by Kjeldahl method. lncubations were
conducted with two soils: Wapri-clay loamy soil (lnceptisol) and Hualañé-sandy soil
(lnceptisol) (Table 1). The effect of particles size on C- and N-mineralisation were determined
in Wapri soil only while the effect of soil texture on C and N-mineralization were studied only
with particles of 0.5-2 mm. Potential C-mineralisation was assayed in incubations at 22 ºC
(± 2 ºC) by 3, 1 O, 15, 30 and 60 days and N-mineralisation by 1 O, 30 and 90 day as Matus
et al. (2000).
A completely randomized block design was used. Analysis of variance (ANOVA; Statgraphic,
5.0), and Student's t-test were applied to analyse the differences of means amongst
treatments. The probability at which significan! differences were compared was set at 5%
leve!.

Table 1 Chemical and physical properties of soils

Soil e N clay sand


(%) (%) (%) (%}

Wapri 2.90 0.300 28.5 42.6


Hualañé 0.55 0.003 11.9 57.8

Results

Chemical composition of particles size classes and residues particle size

Sieving allowed to separate two particles size of similar chemical characteristics. Residue
particle size classes 0.5-2 and 2-4 mm had similar C content, ranging from 42 % to 44 %.
The total N content were 0.66 %; therefore, these fractions had similar C-to-N ratio (Table
2). Fibre content, as determined by ADF, was slightly lower for 2-4 mm particles; while
neutral detergen! fibre (NDF) and lignin, were fairly similar. Fibre analysis, performed for
particles classes < 0.5 mm, were significan! (P <0.05) lower than 0.5-2 and 2-4 mm particles
and total N was higher (data not shown). Therefore, particle sizes < 0.5 mm were discarded
for incubation to avoid confounding effects on decomposition.
The C-CO2 evolution in soils with residues was more than 200 % greater than in the control
soil (Fig. 1). After 1 O days of incubation, more C-CO2 had evolved from the smallest fract1on.
At last sampling time, C-CO2 evolution from 0.5-2 mm particles had increased in 28 %. No
significan! differences in N-mineralisations was observed for any treatment (data not shown).

205
Effect of soil texture

To compare the effect of soil texture soils on decomposition, the C- and N-mineralisation
rates of residues were calculated. There were no significant differences for C-mineralisation
rates between soils, while for N-mineralisation there were differences (Table 3). During the

Table 2 Carbon (C), nitrogen (N) and fibre contenl of


two Particle size classes from Asian pear pruning wood
rcsidues (1-losui c,11tivar)

Chemical Particl� sjze classes (mm)


composition 0.5-2 2-4

C(%) 44.0 a 42.2 a


N(%) 0.7 a 0.7 a
C-10-N ratio 63.5 a 63.4 a
NDF(%) 77.0 a 76.5 a
ADF(%) 51.4 a 47.2 b
Lignin(%) 12.1 a 11.3 a

Values fol.lowed by different letter within a row,


Are significantly diíferenl al 5 % leve!.

first 1 O days of incubation, Hualañé soils showed a net N-inmobilisation, while Wapri soils
showed a net N-mineralisation. Between 1 O and 30 days of incubation, both soils showed
a net inmobilisation but Wapri soils had the highest rate of N-inmobilisation. Thereafter,
both soils showed a net N-mineralisation and no significan! differences were observed.

Discussion

These results show that the sorne chemical characteristics of the wood residue such as C­
to-N ratio and total fibre content (ADF and NDF) were similar between the two particles size
classes. We were aware that residue particle size had a substantial impact on quality
characteristics. Vanlauwe (1996) working with agroforestry leaves (L. leucocephala, .S....
siamea, G. sepium, F. macrophylla and D. barteri) showed that the smaller particles resulted
in higher cold and hot water-soluble fractions, lower fibre contents and higher polyphenol
contents. They also demonstrated the occurrence of a methodological artifact since smaller
particles led to a more exhaustive extraction of plant components because of their larger
contact surface. From our first grinding, total fibre content and C-to-N ratio analysis performed
to < 0,5 mm particles, showed significan! lower values than 0.5-2 and 2-4 mm sizes classes.
We intended to verify Vanlauwe's conclusion by further grinding particles 0.5-2 mm to < 1
mm particles in order to compare their chemical characteristics. Although the distribution of
< 1 mm particles in 0.5-2 mm were not measured before grindings, total libre contents of the
ground fractions were very similar to 0.5-2 mm particles (data not shown). These contradictory
results may emphasise the need study in detail the effect of the type (ball or knife mili) and
duration of milling on chemical characteristics of wood residues after physical fractionation
and how it affects the intrinsic wood hardness within the plants (density differences) to
physical fractionation.
As in most of studies, in this report, the differences between C-CO2 evolution and mineral N

206
released between the two residue particles size were smaller. We found that the amount of
C-CO2 and mineral-N released alter 60 and 90 days of incubation were comparable with the
figures found by Vanlauwe (1996) far agroforestry residues decomposing (25 ºC) in a sandy
soil alter 28 days. But contrary to what they found, the smallest particles (0.5-2 mm) in our
study, evolved more C-CO2 than coarse particles (2-4 mm) during ali decomposition period.
However, our results were consisten! with those of others (Waksman, 1952; Russell, 1961;
Van Schreven, 1964; Recous et al., 1998) in the sense that fine residues had more C-CO2-
evolution in soil than large materials because finely divided residues have higher specific
surface area than coarse particles. Jensen (1994) showed opposite results and fallowing
earlier ideas from Strickler and Frederick (1959) and Sims and Frederick (1970), postulated
that clay minerals may exert a blocking effect on decomposition of small particles. Microbial
biomass and its products formed during the initial stage of decomposition, would be better
protected from further biodegradation from small particles, because of intimate mixing of
residues with the soil. However, Recous et al (1998) faund that reducing particles size and
inter-aggregates soil porosity enhanced C-mineralisation. Soil protective effect has not been
demonstrated here. Although the net of N-mineralization rates showed significant differences
at the beginning of decomposition befare 1O days of incubation, any effect of soil texture
may have also been observed far C mineralization. Alter 1O days, Wapri-clay loam soil had
a significantly higher net-inmobilization than Hualañé-sandy soil. This coincided with the
tendency to find a higher C-mineralisation throughout the ali incubation. This was consisten!
with Vanlauwe's results in which coarse residues showed a net N-inmobilization with the
highest C-CO2 evolution. However in Jensen's (1994) report, coarse materials had a net N­
mineralisation with the highest C-CO2 producction. Scott et al. (1996) observed that soil
texture had no influence on C- and N-mineralization, while Strong et al. (1999) reported a
positive effects of residue-derived substrate on decomposition. Clay minerals limite the
diffusion of partially decomposed organics away from decomposing microbial population.
This facilitate more complete decomposition of the organic materials as compared with
sandy soils (Strong et al., 1999). Therefore similar rates of C- and N-mieneralisation were
observed in our experiment. The results of our study confirm the importance of standardising
residue particle size and residue quality determination to relate their intrinsic chemical
characteristics with their rate of C- and N-mineralisation. Research needed to be focused
on these tapies, especially to establish the interaction between soil texture and C- and N­
mineralisation far fruit tree species, particularly when large pieces residues are left on soil.

- O &-2mm
� 2•4mm
--- Conlol
r
1° 1 000

8' �ºº

o �ce...__.__.__.___.__.__
O 10 20 �o 40 !iO 80 70
!ni: uboo,unpuiod(J,.va)

Figure 1. C-CO� e1101ution �om pear pruning resldues(Pyrus


pyriforia, cv. HoSUI) ol two parlicle size dasses. Error bars indi·
cate L.SD (5%)

207
Acknowledgements

We are grateful to Laboratorio de Suelos and Centro de Pomáceas, of the Universidad de


Talca, for their financia! support.

Ta�lc 3 Mineralization rates ofC (rng CO,-C kg·' soil day 1) :inri
N (mg N kg 1soil day • 1) o(Asian pear p�ing
residues (particles size 0.5-2 mm) from Hosui cultivar

Stoiliy¡,-
Ln.:111:ution
Pc1i<.od (cl.1yii)

03 l.4Ut0.0,, 1.47102.a
J.I0 12.511',7 .. 3.7I1J.I.,
IO"tl 2.70.t0.6.a S.(Ot Ll,1
30tíl 3.U±Q.J., 5.61:tU:i.,
Nltro¡¡c,,
O JO 0.1)2 OJ)II} h U.J2::; 001 1 ,,
IOJO - 0.03 ± MU a -0.26i O.l!Ub
J090 O.ut :t 0,0I6.a 0,07 ± O.U.U a

Valucs fotlowed by difierent letter wilhin a row, are significantly


difíerent at 5 1% leve!. Values are meau ± S.D.

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Waksman, S.A., 1952. Soil microbiology. John Wiley and Sons, lnc. New York.356 pp.

209
PROGRAMA
PRODUCCIÓN DE BOSQUES Y PLANTACIONES FORESTALES EN
SUELOS ÑADIS

César Alarcón Araya (' )


Dante Corti Gonzalez (2)

1.0 Resumen

Los suelos Ñadis (voz indígena, pantano de temporada) son terrenos inundados temporal­
mente, y cubren unas 554.675 ha en la X Región (INFOR, 1999), con distintos grados de
cobertura vegetal, desde suelos desnudos a bosque nativo.
El perfil de nrigen es de cenizas volcánicas que se depositan sobre un sustrato glacial
constituido por gravas y arenas, y/o sólo por gravas. Entre estos horizontes se localiza un
horizonte muy duro, llamado fierrillo, de 2 a 4 mm causante de los problemas de drenaje,
impidiendo la infiltración del agua de las precipitaciones hacia estratos inferiores, tornán­
dose en verano muy secos.
Estos suelos presentan calidades muy malas a intermedias, sin embargo es factible intro­
ducir y manejar plantaciones con especies exóticas y nativas, resistentes a heladas, vien­
to, y a las temperaturas de la zona, y a los periodos prolongados de inundación invernal, y
soportando además déficit hídricos en verano.
Este programa pretende generar las soluciones tecnológicas para poner en producción las
actuales áreas improductivas de suelos Ñadis en la X Región.
Los productos específicos son determinar, para los principales tipos de ñadis, los diferen­
tes procesos técnicos que permiten establecer plantaciones forestales:

1. Manual básico de diseño y construcción de drenes y manejo de aguas


2. Método de establecimiento de plantaciones
3. Determinar alternativas de especies forestales a emplear
4. Definir pautas de manejo de plantaciones
5. Estudios socioeconómicos, base de información, perfiles de negocios y
plan de fomento.

Para la elaboración del proyecto se contempla la participación como ejecutores al Instituto


Forestal sede X Región, con la participación de especialistas de la UACH y del INIA de la X
Región. Por parte de las empresas han colaborado y comprometido su participación las
empresas Forestal San José S.A., Hacienda Rupanco y un conjunto importante de peque­
ños y medianos propietarios.

' Ingeniero Forestal, Jefe de Proyectos, Director Programa Ñadis. INFOR X Región.
Calarcon@infor.cl.
2
Ingeniero Forestal, Jefe Operativo, Programa Ñadis, INFOR X Región. Dcorti@infor.cl.

210
2.0 Objetivos

Determinar las tecnologías y conocimientos necesarios para posibilitar poner en produc­


ción las extensas y especiales áreas de suelos ñadis que hoy se encuentran improducti­
vas.

3.0 Metodología
Drenaje y Manejo de Agua
Edición de una guia técnica base para diseño y construcción de redes de drenaje principa­
les y secundarias, con el fin de facilitar el manejo de las aguas.

Ensayo de Establecimiento de Plantaciones


Desarrollo y selección de las técnicas de establecimiento adecuadas para las especies
seleccionadas ( Eucalyptus globulus, E.nitens, Populus spp. , Pinus radiata, Alnus glutino­
sa, Ouercus palustris, Drymis Winteri y otros).

Silvicultura y Manejo de Plantaciones

'Desarrollo y selección de los métodos de manejo convenientes para cada uno de los
sistemas y especies sometidas a estudio
• De acuerdo al sistema suelo-especie-producto aplicación de manejo silvopastoral y
maderero

Económico y Social

• Diagnósticos socioeconómicos caracterizando la potencialidad del sector


'Costos y rendimientos reales, junto con información de los otros módulos e información de
mercado para confeccionar perfiles de negocios en las diferentes condiciones estudiadas.
*Elaboración de plan de fomento, transferencia y de negocios para suelos Ñadis.

4.0 Resultados

'Caracterización de los suelos Ñadis


Los sitios de ensayo se localizan en los suelos ñadis, indicados en el siguiente cuadro.

Material
de
origen

Frutillar FrLtilh:u Frutillar Planos Pobre a muy 12,9 l.500· 2.000 Cenizas
lluvioglaciares pob,o volcánicas
moda,nas
Tap..,al Alero& Al&fc& Planos Pobre a muy 12,9 1,500· 2.000 Cenizas
lluvioglaciares pob,o volcánicas
modernas
Calbuco Frubllar - Hurti Planos Pobre a muy 12,9 1.500 • 2.000 Cenizas
Aler09 Alsrce fluvioglaciares pob•• volcánicas
modernas

211
La caracterización detallada de los sitios de ensayo consideró la medición de la profundi­
dad donde se encuentra la capa de fierrillo, permitiendo medir la profundidad potencial de
arraigamiento, mediante un penetrometro computarizado que permite verificar cm a cm la
densidad, y mediante graficación con un programa de modelamiento espacial se obtienen
para cada sitio, la cartografía presentada. según la profundidad en cm.
NIVEL D LA CAPA D FI RRI C>
TEPUAL
Ca1·,-.ollo1,es
Pertil caract erlstico de Suelo Ñadis

*Cartografía digital de Zonificación de Suelos Ñadis

Edición de folleto "Los Suelos Ñadis en la X Región", análisis de superficies, y mapoteca


conteniendo 56 cartas digitalizadas de Suelos Ñadis.

El 45% de la superticie de los Uso actual del Suelo Superficie %


suelos con problemas de (ha)
drenaje mcxJerado, serios y
muy serios, locaNzados en las Prada-as y Mabrrales 1830()4 45
provincias de Osorno y Planaciones 903 o
Llanqu ihue, son praderas y BosqLe Néiivo 165.862 41
matorraes, debido a sus
lmitacón de drenaje no
HllTiedlles 31.883 7
tienen uso agrícola ni forestal. Aieas DesJrovistas de Vegetad-11 10.422 3
Aieas No reconocidas 17.352 4
Total 409,426 100

*Manual de drenaje

En este manual se presentan los distintos diseños y técnicas de establecimiento para suplir
un mal drenaje, como los cálculos básicos que deben utilizarse en la construcción de redes
de drenaje tanto principales como secundarias.

212
Red Principal Red Secundaria Detalle Arado Topo

Además este manual. contiene los rendimientos de mano de obra, rendimientos de maqui­
naria y costos estimados de realizar estas actividades preplantación.
A modo de resumen de rendimientos de la mano de obra en los distintos sitios, utilizando
los tratamientos de establecimiento, se presenta en el cuadro anterior.
Rendimientos de Mano de obra y Maquinaria según actividad en la Plantación

Rendimiento
¡tlctiv,dad ( Jornadas E-fectivas)
Má1<lmo Minimo
Roce Matorral Manual � - 14 - 20
Roce Matorral Debrozadora --- - 7 - 10
'=xtracción Material DeRoce -- 12 - 16
K:o!ecc1ón De Mmticulos --- 14 32
R;otccción De Carne llenes Con Hd4 --- 7---_1_2_
K:onfC1:ión De Galerias Topo - -6 - -9 -
8
k;as1llas
----
Fertilización 2 Puntos --- 2- -4-
V\pl1cadónDe Herbicidas 1 2
Plantación 2 6
:Construcción De Drenes (Metros Lineales /Hora) 20 -40-

* Manejo del Agua

El estudio de manejo de agua considera: la medición y control de las precipitaciones de


cada modulo de ensayo; la medición quincenal de las fluctuaciones de la napa freática; y
su movimiento horizontal; mediante tubos perforados y piesometros, abarcando la totali­
dad de la profundidad del suelo desde la capa de fierrillo hasta la superficie. Un ejemplo de
fluctuaciones de la napa freática estacional (invierno, verano) se muestra en las dos imá­
genes siguientes:
Como ejemplo, en el Sitio Tepual, la precipitación acumulada durante el primer año de
control de esta variable es de 1,975.39 mm (cuadro siguiente), periodo Marzo de 1999 a
Marzo del 2000.

213
J'red pa bc1ure;
Sitíu

TE
r 6 [NVIERNO 1999 3-17.24 H6.Hl
u 7 PRíMAVERA 1999 r.,99.I1 t(S.59
Al
7 VER O 2000 r,9x.73 85.53
TOTALCS 1,975.39 R!i.00
ronu:.'C 10 prtc<C1p1 ac1ont!S c�1c íl ;,:, 1as

Aun cuando este sitio presenta similares condiciones meteorológicas tanto en la cantidad
de agua caída como en los promedios quincenales de precipitaciones, esta incidieron de
forma diferente en los en los niveles de la napa freática, de acuerdo al tratamiento.
Sólo en el tratamiento Testigo Absoluto, se registraron variaciones en los niveles de la napa
freática que inciden principalmente en el crecimiento y sobrevivencia de las plantas de las
diferentes especies estudiadas.
Variaciones que se observan además entre técnicas de drenaje, donde los suelos evacuan
el agua con distinta eficiencia y velocidad, lo que se aprecia en los levantamientos
topográficos de las variaciones de la napa freática, para cada estación del año, siendo más
eficiente en el tratamiento de Camellones, luego el Arado Topo y finalmente el tratamiento
testigo que presenta niveles de napa freática que impide el crecimiento radicular de las
diferentes plantas.

NIVEL FREATICO NIVEL FREATICO


TEPUAL TEPUAL
Camellones Camellones
Invierno 1999 Verano 1999-2000

,, 8
o �-
6
I ... 6
o
_, .......�� -8
-1: .¡¡
.1f .1:
-1l
5 .2( 5·
-2• .2(
·21 -2•
.3: • -21
-3;
' .3(
.JI
'
--
4 j 4 -4(

... -41
.5; ..5,
-
/
. 5( .5(
--6( -6(
3 ..6,, 3
-61
.r. .7:
-7( -7(
.8( .8(
2 2,

-.
2 3 4 1 2 3 4

214
* Método de establecimiento de plantaciones

El diseño experimental de los ensayos, consiste en bloques de diferentes métodos de


establecimiento y drenaje, y en cada bloque se evaluarán diferentes especies forestales.
Los métodos de Establecimiento y Drenaje a evaluar en cada sitio son : CALBUCO: Came­
llón, Montículo, Testigo Con Drenaje Zanja, Testigo Absoluto. TEPUAL: Camellón, Montícu­
lo, Topo, Testigo Absoluto. FRUTILLAR: Camellón, Montículo, Topo, Testigo Con Drenaje
Zanja, Testigo Absoluto.

Descripción de módulos de ensayos y técnicas de establecimiento

Cada bloqu e pos ee


dimens i ones de 60 x 120 m
2
(7 .200 m ), con h i le ras en
sentid o longitud inal, con
e xcepció n d e l tratamiento d e
camellones que posee un
sentid o transversal, deb i d o a
las características d e l arado
uti l i zado para su construcción.

Camellon es. Frutillar


e b ividió
:\�� ! 2�;
�::�:: d
distanci a de plantaci ón de 3 m
entre hileras y 2 m so bre hilera

para los tratamientos testi gos,


arad o topo y montículos
individuales, y d e 2 m entre
hileras y 3 m sobre hilera en e l
tratamiento de camellon es. El
número d e plantas es de 6 0
por parcela y d e 1.080 por
bloque o tratamiento y de
4.320 plantas para cad a uno
de los s itios de Tepual y
Calbuco y de 5 .400 plantas en
el s i tio Frutillar.

* Definir pautas de manejo de plantaciones

Las pautas de manejo de plantaciones son sólo iniciales y se debe continuar con segui­
miento y control para verificar y validar pautas según objetivo de producción: madera pulpable
o aserrable, leña y otros.
Adicionalmente a los ensayos con técnicas de establecimiento, se instaló otro módulo de
ensayo silvopastoral, mediante reconversión de plantaciones jóvenes de Eucalyptus nitens,
en la Hacienda Rupanco, con el objetivo de investigar la productividad de estos suelos en
función de praderas mejoradas y la inclusión de ovejas. Sus objetivos se resumen:

1. Medir el crecimiento de los árboles y sus características en dos densidades, bajo un


manejo silvopastoral, en comparación a un bosque con manejo silvícola tradicional.
2. Medir la producción y calidad de dos tipos de praderas naturalizadas en el sistema
silvopastoral.

215
3. Estimar la producción animal (ovinos), del sistema silvopastoral, biológica y económi­
camente, en función de la producción y calidad de las praderas.

Se evalúan tres factores:

1. Producción Forestal : En dos plantaciones de Eucalyptus nitens de 2 y 4 años.

Se estudia dos densidades una inicial de 1.300 árboles/ha, en el sector Los Alamos,
con otra densidad equivalente al 50%. En el sector los Ulmos se trabaja con una sola
densidad, 1.250 árboles/ha, correspondiendo a la plantación más reciente (2 años).

2. Producción de forraje:

Se trabaja con la pradera naturalizada existente con dos niveles de fertilización: sin
fertilización y fertilizada de acuerdo a análisis de suelo y requerimientos de nutrientes
para lograr una alta respuesta inicial. Si existiese una baja densidad de especies
forrajeras se regenerará con Holcus lanatus (pasto miel) y trébol blanco.

3. Producción animal :

El forraje producido es consumido por ganado ovino con una alta carga instantánea,
estimándose la producción animal en función de la producción de materia seca.

El diseño es de parcelas al azar, y los tratamientos relacionan la cobertura de copas


(con y sin raleo), lo que permite una mayor o menor incidencia de luz en el suelo y
aumentar la productividad de 1<! pradera, aplicando en conjunto o no fertilizante.

Los resultados de la fertilidad de suelos, entre hilera y bajo copa de los árboles, se presen­
tan en el cuadro siguiente, por sector y condición.

Fertilidad de suelos entre hilera y bajo dosel en ensayo silvopastoral


Sector
Nutrientes LosAlamos Los Ulmos
BaloCooa Entre tilera �oCooa Entre tilera
pH KCI 4,56 4,57 4,63 4,64
lo H H2O 5,18 5,28 5,27 5,36
P inpm\ 6,2 6,4 3,2 9,4
Calmea/100 g\ 4,71 3,48 3,66 2,03
Mg lmeq/100 gl 1,52 1,29 1,33 0,72
Kímea/100al 0,46 0,54 0,39 0,28
Na lmea/100 a) 0,27 0,20 0,33 0,19
L Bases (mea/100 g) 6,96 5,51 5,59 3,21
Al (meq/100 al 0,70 0,65 0,50 0,52
J,�1(º/� 9,13 10,55 8,20 13,86
Fe ppm 347 313 186 236
Mn oom 19,5 45,4 _ 7,2 6,5
Cu ppm 4,7 4,3 4,1 4,1
Zn ppm 10,2 6,4 5,3 2,9
B ppm 0,5 0,7 1,0 -1.0
S �rn 8 8 7 8

216
En los valores determinados no se observan grandes efectos de sitio, o por presencia del
árbol. Se aprecia una mejor suma de bases bajo copa, con la consiguiente menor presen­
cia de aluminio, elemento que afecta el desarrollo de tréboles y ballicas de alto potencial de
crecimiento. En general existe un alto grado de acidez, siendo los elementos más deficitarios
para el desarrollo de praderas naturalizadas el fósforo y el azufre. La suma de bases está
en un nivel medio a bajo, lo cual conlleva a un porcentaje de saturación de bases por
aluminio a un nivel medio a alto. No existen limitaciones por microelementos ni boro.
De acuerdo a este diagnostico y en función de las respuestas observadas en las praderas
naturalizadas a la fertilización, (Siebald y col. 1998), se aplicó una mezcla de fertilizantes
señalados en el cuadro siguiente. En esta recomendación se consideran aspectos econó­
micos.

Dosis de fertilización aplicadas en las parcelas con mejoramiento de fertilidad de suelos


i Nutriente F ertillzante a usar Unidades/ha Ka. Fertilizante/ha
Nitrógeno (N) Supernitro 30 120
Fósforo/P2 0s\ Suoerfosfato Triole 92 200
Azufre (S04) Fertiveso 36 200

Producción de materia seca

La cobertura de pradera observada en el primer pastoreo controlado el 21 de diciembre de


1999, se presenta en el cuadro siguiente, para el sector de Los Alamos.

Cobertura de pradera, sector Los Alamos {21/12/98)

Tratamlent Rep. o/o Suelo % Pradera


o
NT 2 17,8 82,2
13 65,9 34,1
8 63,5 36,5
10 77,8 22,2
"'-���- t=f_�� �-- 56, 25 43�
_
NF 9 37,2 62,8
3 50,9 49,1
7 54,3 45,7
15 51,5 48,5
Promedio 4848 . 51 52

RT 4 40,6 59,4
16 44,7 55,3
5 34,8 65,2
11 46,4 53,6
IPromecuo 41,63 58,37

RF 6 10,6 89,4
1 23,2 76,8
12 37,2 62,8
14 51,2 48,8
Promea10 Mf>ó '69,45

217
Donde:
NT: Sin raleo, sin fertilización.
NF: Sin raleo, fertilizado.
RT: Raleado, sin fertilización.
RF: Raleado, fertilizado.

En esta primera medición se aprecia un efecto directo del raleo en la presencia de pastos,
así como de la fertilización de la pradera.
El primer pastoreo en que se evaluó crecimiento de la pradera en ambas unidades. Los
Alamos y Los Ulmos, se efectuó el 21 de diciembre de 1999, presentándose los datos de
producción en el cuadro siguiente.

Producción de materia seca al primer pastoreo en el sector Los Alamos


(57 días de crecimiento, 25-1O al 21-12-98). Plantación eucaliptos 1994

Tratam Rep. % Cubierto Producción (kg m.s./ha)


1....
pradera
Sector P arcela
m uestrado
NT 2 82,2 709 583
13 34,1 166 57
8 36,5 138 50
10 22,2 311 69
Prom. 58,67

9 62,8 417 262


3 49,1 184 90
7 45,7 317 145
15 48,5 246 119
Prom. 154 0

RT 4 59,4 225 134


16 55,3 290 160
5 65 2 445 290
11 53,6 403 216
Prom. 200,0

RF 6 89,4 1373 1228


1
12
76,8
62,8
914
934
1 702
587
14 48,8 438 214
Prom. 682,75

218
Por el menor desarrollo de los árboles debido a que fueron plantados dos años más tarde
que en el sector Los Alamos, se observa una producción de forraje significativamente ma­
yor. Aquí existe una menor intercepción de luz por parte de los árboles y aún no se presen­
tan sitios sin hierbas por efecto sombra.

Composición Botánica

La composición botánica se presenta en el cuadro siguiente, de acuerdo condición (entre


hilera o bajo copa), dentro de cada parcela.

Composición botánica inicial (%) en Primavera de 1998, Sector Los Alamos.

-
Plantación 1994, 1.300 plantas/ha

Especies
Condición
Entre hileras Balo copa
Pasto miel (Holcus lanatus) 42 20
Pasto cebolla (Arrhenatherum e/atius var. Bulbosum) 9 6
Chépica (Agrostis tenuis) 1 4
Alfalfa chilota (Lotus uliginosus) 1 --
Malezas hoia ancha ]J 8 4
Material muerto 39 66

11Maleza de hoja ancha: Incluye pasto del chancho (Hypochoeris radicata), siete venas (Plantago
lanceoiata), diente de león
(Taraxacum officinale), ranúnculus (Rannunculus repens).

* Seguimiento de Ensayo de Silvopastoreo, Producción Forestal Plantación E. nitens

Se encuentran en desarrollo la evaluación y diseño de las funciones de crecimiento, que


tienen como base de datos los resultados obtenidos del programa ANATAL, el cual permite
estimar el crecimiento medio anual y el incremento medio anual de crecimiento en diáme­
tro y altura de los árboles de Eucalyptus nitens, localizados en el sitio de ensayo de
silvopastoreo. Los árboles muestra corresponden a aquellos extraídos del raleo, tratando
de cubrir todas las clases diamétricas existentes en el ensayo, de no ser así se cortaran
árboles fuera del sitio de ensayo pero dentro del mismo paño de plantación, con el propó­
sito de no alterar la base de datos.
Las funciones de altura y volumen obtenidas durante el primer año, se validaron en forma
conjunta con el departamento forestal de la Hacienda Rupanco, debido que al ser funcio­
nes locales de volumen y altura, estas fueron utilizadas por ellos en otras plantaciones, con
cuyos resultados se procesaron los valores residuales. Siendo esta función la que presen­
tó una menor variación de estos con respecto a cero y el intervalo de confianza de cada
una de las funciones, esto se realizó principalmente para la función de altura corrigiéndose,
los estimadores (cuadro y figura siguiente). En cuanto a la función de volumen total esta se
valido no presentando variaciones. Para la validación de las funciones se utilizaron los
datos obtenidos de la medición de datos entregados por la Hacienda Rupanco, la nueva
función de altura y sus intervalos de confianza se presentan en los siguientes cuadros, y la
calidad de la función se observa en la figura siguiente.

219
Funciones validadas de Altura y Volumen (E.nitens), ensayos en Hacienda Rupanco

.mtens

Ln(H) = 2.766 - 4.734 x 1/0AP

e vo un1en .m. ens

vol = - 0,00474 + 0,000657 * H + 0,000424 DAP?

Intervalos de confianza, funciones de altura total

• Distribución de valores exponenciales y residuales con respecto a la altura real

30
25
20
15
10 • ; .
5
o
5 •-�--��---
2Ó 25
4
3
-5 (
-10

1 • Altura • Exponenc¡al Residual I

* Evaluación Física de los Suelos Ñadis

Durante este verano, se llevó a cabo la extracción de cilindros de densidad aparente, para
el análisis físico de los suelos de cada sitio de ensayo.
Se tomaron muestras de cilindro, en el sector que presente la mayor densidad de suelo
dentro de cada bloque, para mantener como parámetro de comparación que el resto del
bloque posea condiciones de densidad mejores que la analizada. Esto con el propósito de
medir porosidad y conductividad del suelo, libre de agua y textura de estos, se toma una
muestra a los primeros 5 cm de suelo (descontando el suelo que se elimine sobre y bajo el
cilindro), y luego de los 5 cm posteriores indicando siempre los limites de profundidad de
cada muestra. Estos límites se miden con vara de graduación al centímetro.

220
Para la toma de muestras y para facilitar la extracción de los cilindros se construyó una
calicata de 50 x 50 cm. En cada calicata se harán tres repeticiones por horizonte de mues­
tra, esto para los sitios Tepual y Las Quemas 11 (Calbuco) y Frutillar, excepto en los trata­
mientos de camellones y montículos individuales del sitio Frutillar, donde el suelo al tener
indicios de hidrofobia, no presenta la densidad adecuada en todo el bloque siendo muy
heterogéneo (cuadros siguientes).

Se extrajeron un total de 48 cilindros, que se encuentran en evaluación para su posterior


análisis en laboratorio de física de suelos de la Universidad Austral de Chile.
En los sitios Tepual y Calbuco, se seleccionó el área entre los tratamientos testigo y came­
llos, esto debido a que los tratamientos de los dos sitios, presentan similares condiciones.
Todas estas variables permitirán en la etapa siguiente además de continuar con los contro­
les quincenales, elaborar las Funciones de balance hídrico y manejo de aguas en sitios
Frutillar, Tepual y Las Quemas 11 (Calbuco), además de funciones múltiples para relacionar
variables edafoclimáticas y crecimiento y desarrollo de las plantaciones, esto para cada ..
especie y tratamiento probado.

• Análisis Foliar Nutricional de las plantaciones en los módulos de ensayos

Caracterización del Estado Nutricional de Eucalyptus nitens

Observaciones realizadas en cuanto al crecimiento de las especies del ensayo indican


que este es muy variado. Una de ellas, E.nitens, alcanza una gran vigorosidad cuando
posee un adecuado suministro de nutrientes y no se ve afectada por las inundaciones.
En la parcela de Montículos Individuales, en el sitio Las Quemas 11 (Calbuco), se apreció
que algunas plantas de esta especie lograban un adecuado tamaño pero el color de su
follaje indicaba síntomas de deficiencia nutricional. Esto se puede apreciar en las siguien­
tes figuras, donde las tonalidades color rojizo advierten sobre posibles carencias de N
(Nitrógeno) y P (Fósforo).

221
Para verificar el estado nutricional de E.nitens se procedió a efectuar un análisis foliar,
separando entre plantas con y sin síntomas de deficiencia. De los resultados se deduce
que efectivamente existe un nivel insuficiente en el suministro de N y de P, así como de los
microelementos B (Boro) y Cu (Cobre). Respecto de Fe (Fierro) y Zn (Zinc), éstos se en­
cuentran en niveles medio a bajo. Se puede constatar además que las plantas sanas se
encuentran en el umbral de insuficiencia, dado que las concentraciones son muy similares
a los de las plantas con problemas.
Un aspecto que llama la atención, y que está relacionado con la demanda y la capacidad
específica de las especies por absorber los elementos nutritivos, es el nivel de Mn (Manga­
neso). Este elemento se encuentra en el suelo en un rango de baja disponibilidad, sin
embargo alcanza una concentración alta en el follaje. Lo inverso ocurre con Fe. Esto de­
muestra que el análisis de suelo como único método de diagnóstico es insuficiente, siendo
necesario complementarlo con un diagnóstico nutricional para cada especie y sector, ba­
sándose en el análisis foliar.
Para tal propósito se recolectará, durante el siguiente cuatrimestre, follaje representativo
del tercio superior de la copa de cada especie y para cada sector, obteniendo dos muestras
mezcla. Una de plantas con buen crecimiento y sin síntomas de deficiencia, y otra de
plantas con marcados problemas nutricionales. De esta manera se dispondrá de valores
comparativos para cada especie y sitio, lo cual permitirá deducir las principales carencias.
Cabe destacar que las plantas a considerar en el muestreo corresponden sólo a aquellas
que no se ven afectadas por inundaciones permanentes, para así aislar el factor de caren­
cia nutricional y no confundirlo con otro tipo de restricciones.
* Consideración Final

Sobre la base de estos resultados en cada módulo se podrá planificar la continuidad de


estudios en cada ámbito de esta investigación. Del módulo socioeconómico se tienen re­
sultados de los estratos sociales de propietarios de sitios Ñadis, y su grado de interés en
forestar o plantar, como también se encuentra terminada una amplia evaluación económi­
ca privada de plantaciones con las especies selectas. Estos resultados no se presentan en
esta síntesis, ya que son específicos del ámbito económico y social.

222
Impreso en los Tallt:res de
A11es Gráficas V Centenario
Yerbas Buenas 488 - Fono 211 O 16 - Fono/Fax 21046.'i
E-mail: a11gratica@telsur.cl
Valdivia - Chile

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