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CALAVERITAS

LITERARIAS
Una de las tradiciones que
acompañan al Día de Muertos en
México, son las famosas calaveritas
literarias, que son poemas breves y
humorísticos que plantean
situaciones imaginarias y el
encuentro de un personaje con la
muerte.
Este género popular tiene como
propósito recordar a las personas
que todos moriremos algún día, sin
embargo, utilizan el humor y el amor
en sus versos.
Asimismo, las calaveritas suelen ser
dirigidas a personajes célebres o
políticos, para expresar críticas a
favor o en contra de ellos por medio
de la burla o la ironía.
Canciones (Nanas)

La nana o canción de cuna es un tipo de canción popular que se ha


transmitido oralmente de generación en generación, en la que se
pueden encontrar muchas de las primeras palabras que se le dicen al
niño pequeño. Se admite comúnmente que la nana es una canción
breve con la que se arrulla a los niños, que tiene como finalidad
esencial que el destinatario de la misma concilie el sueño; su
interpretación se produce, en la mayoría de las ocasiones, cuando el
niño no se quiere dormir o cuando tiene dificultades para conciliar el
sueño. La unión de voz, canto y movimiento de arrullo o balanceo
proporcionan a la nana su singularidad más significativa.
A dormir
A dormir, a dormir
A dormir, mi bebito.
Que tus sueños sean siempre
De amor, cariño y paz.
A dormir mí bebé
Que los ángeles van
A cantarte y cuidarte
Para que duermas en paz.
A dormir, a dormir
A dormir, mi bebito.
Que tus sueños sean siempre
De amor, cariño y paz.
A dormir mí bebé
Que los ángeles van
A cantarte y cuidarte
Para que duermas en paz.
Estrellita dónde estás
Estrellita dónde estás
Me pregunto quién serás,
En el cielo o en el mar
Un diamante de verdad.
Estrellita dónde estás
Me pregunto quién serás.
Cuando el sol se ha ido ya
Cuando nada brilla más
Tu nos muestras tu brillar
Brillas, brillas sin parar.
Estrellita dónde estás
Me pregunto quién serás.
Estrellita dónde estás
Me pregunto quién serás,
En el cielo o en el mar
Un diamante de verdad.
Estrellita dónde estás
Me pregunto quién serás.
Calla pequeño
Duerme pequeño, no tengas temor
Mamá te va a buscar un ruiseñor
Si su canto no te suena placentero
Mamá te comprará un sonajero.
Y si el sonajero no suena bien
Mamá te mecerá en un vaivén
Y si te cansas del achuchón
Mamá te va a buscar un acordeón.
Cuando el acordeón ya no se escuche
Papá te traerá un perrito de peluche
Y si el perrito no sabe ladrar
Un carro y chupete, papá te va a comprar.
Y si no quieres el carro ni el chupete
Papá te va a traer un lindo juguete.
Duerme pequeño, no tengas temor
Que mamá te canta una nana con amor.
Este niño tiene sueño
Este niño tiene sueño
Tiene ganas de dormir
Tiene un ojito cerrado
Y otro no lo puede abrir.
Lleva en el camino
Nieve en la heredad
Duérmete, mi niño
Que nevando está.
Este niño tiene sueño
Tiene ganas de dormir
Tiene un ojito cerrado
Y otro no lo puede abrir.
Lleva en el camino
Nieve en la heredad
Duérmete, mi niño
Que nevando está.
Arrorró mi niño
Arrorró mi niño
Arrorró mi sol
Arrorró pedazo
De mi corazón.
Este niño mío
Se quiere dormir
Y el pícaro sueño
No quiere venir.
Este niño lindo
Se quiere dormir
Cierra los ojitos
Y los vuelve a abrir.
Arrorró mi niño
Arrorró mi sol
Arrorró pedazo
De mi corazón.
Este niño mío
Se quiere dormir
Y el pícaro sueño
No quiere venir.
Este niño lindo
Se quiere dormir
Cierra los ojitos
Y los vuelve a abrir.
Cuento

Un cuento es un relato o narración breve de carácter ficticio o real, con


un argumento fácil de entender y cuyo objetivo es formativo o lúdico.

De un modo más coloquial, también se habla de 'cuento' para referirse


a una mentira, excusa o historia inventada. Del mismo modo, un
'cuento' es un enredo o chisme. El cuento es un texto en el que se
relata una historia de ficción, no real. Esto es importante tenerlo en
cuenta porque es una diferencia fundamental con otro tipo de géneros
literarios. Hay que añadirle a esto que los cuentos no suelen ser
relatos largos, por lo que el autor tiene que concentrar en una
extensión más corta todo lo que desea decir.
Había un niño que tenía muy mal carácter. Un día, su padre le dio una bolsa con
clavos y le dijo que cada vez que perdiera la calma, clavase un clavo en la cerca
del patio de la casa. El primer día, el niño clavó 37 clavos. Al día siguiente, menos,
y así el resto de los días. Él pequeño se iba dando cuenta que era más fácil
controlar su genio y su mal carácter que tener que clavar los clavos en la cerca.
Finalmente llegó el día en que el niño no perdió la calma ni una sola vez y fue
alegre a contárselo a su padre. ¡Había conseguido, finalmente, controlar su mal
temperamento! Su padre, muy contento y satisfecho, le sugirió entonces que por
cada día que controlase su carácter, sacase un clavo de la cerca. Los días
pasaron y cuando el niño terminó de sacar todos los clavos fue a decírselo a su
padre.

Entonces el padre llevó a su hijo de la mano hasta la cerca y le dijo:

– “Has trabajo duro para clavar y quitar los clavos de esta cerca, pero fíjate en
todos los agujeros que quedaron. Jamás será la misma. Lo que quiero decir es
que cuando dices o haces cosas con mal genio, enfado y mal carácter dejas una
cicatriz, como estos agujeros en la cerca. Ya no importa que pidas perdón. La
herida siempre estará allí. Y una herida física es igual que una herida verbal. Los
amigos, así como los padres y toda la familia, son verdaderas joyas a quienes hay
que valorar. Ellos te sonríen y te animan a mejorar. Te escuchan, comparten una
palabra de aliento y siempre tienen su corazón abierto para recibirte”.

Las palabras de su padre, así como la experiencia vivida con los clavos, hicieron
con que el niño reflexionase sobre las consecuencias de su carácter. Y colorín
colorado, este cuento se ha acabado.
Había una hoja de papel sobre una mesa, junto a otras hojas iguales a
ella, cuando una pluma, bañada en negrísima tinta, la manchó
completa y la llenó de palabras.

“¿No podrías haberme ahorrado esta humillación?”, dijo enojada la


hoja de papel a la tinta. “Tu negro infernal me ha arruinado para
siempre”.

“No te he ensuciado”, repuso la tinta. “Te he vestido de palabras.


Desde ahora ya no eres una hoja de papel sino un mensaje. Custodias
el pensamiento del hombre. Te has convertido en algo precioso”.

En ese momento, alguien que estaba ordenando el despacho, vio


aquellas hojas esparcidas y las juntó para arrojarlas al fuego. Sin
embargo, reparó en la hoja “sucia” de tinta y la devolvió a su lugar
porque llevaba, bien visible, el mensaje de la palabra. Luego, arrojó el
resto al fuego.

Leonardo Da Vinci
¡Caramba, todo me sale mal!, se lamentaba constantemente Uga, la tortuga. Y no
era para menos: siempre llegaba tarde, era la última en terminar sus tareas, casi
nunca ganaba premios por su rapidez y, para colmo era una dormilona. ¡Esto tiene
que cambiar!, se propuso un buen día, harta de que sus compañeros del bosque
le recriminaran por su poco esfuerzo. Y optó por no hacer nada, ni siquiera tareas
tan sencillas como amontonar las hojitas secas caídas de los árboles en otoño o
quitar las piedrecitas del camino a la charca.

“¿Para qué preocuparme en hacerlo si luego mis compañeros lo terminarán más


rápido? Mejor me dedico a jugar y a descansar”.

“No es una gran idea”, dijo una hormiguita. “Lo que verdaderamente cuenta no es
hacer el trabajo en tiempo récord, lo importante es hacerlo lo mejor que sepas,
pues siempre te quedarás con la satisfacción de haberlo conseguido. No todos los
trabajos necesitan de obreros rápidos. Hay labores que requieren más tiempo y
esfuerzo. Si no lo intentas, nunca sabrás lo que eres capaz de hacer y siempre te
quedarás con la duda de qué hubiera sucedido si lo hubieras intentado alguna
vez. Es mejor intentarlo y no conseguirlo, que no hacerlo y vivir siempre con la
espina clavada. La constancia y la perseverancia son buenas aliadas para
conseguir lo que nos proponemos, por eso te aconsejo que lo intentes. Podrías
sorprenderte de lo que eres capaz”.

“¡Hormiguita, tienes razón! Esas palabras son lo que necesitaba: alguien que me
ayudara a comprender el valor del esfuerzo, prometo que lo intentaré.”

Así, Uga, la tortuga, empezó a esforzarse en sus quehaceres. Se sentía feliz


consigo misma pues cada día lograba lo que se proponía, aunque fuera poco, ya
que era consciente de que había hecho todo lo posible por conseguirlo.
“He encontrado mi felicidad: lo que importa no es marcarse metas grandes e
imposibles, sino acabar todas las pequeñas tareas que contribuyen a objetivos
mayores”.

Había llegado por fin el gran día. Todos los animales del bosque se levantaron
temprano porque ¡era el día de la gran carrera de zapatillas! A las nueve ya
estaban todos reunidos junto al lago. También estaba la jirafa, la más alta y
hermosa del bosque. Pero era tan presumida que no quería ser amiga de los
demás animales, así que comenzó a burlarse de sus amigos:

Ja, ja, ja, ja, se reía de la tortuga que era tan bajita y tan lenta.

Jo, jo, jo, jo, se reía del rinoceronte que era tan gordo.

Je, je, je, je, se reía del elefante por su trompa tan larga.

Y entonces, llegó la hora de la largada. El zorro llevaba unas zapatillas a rayas


amarillas y rojas. La cebra, unas rosadas con moños muy grandes. El mono
llevaba unas zapatillas verdes con lunares anaranjados. La tortuga se puso unas
zapatillas blancas como las nubes. Y cuando estaban a punto de comenzar la
carrera, la jirafa se puso a llorar desesperada. Es que era tan alta, que ¡no podía
atarse los cordones de sus zapatillas!

“Ahhh, ahhhh, ¡qué alguien me ayude!” – gritó la jirafa.

Y todos los animales se quedaron mirándola. El zorro fue a hablar con ella y le
dijo:

“Tú te reías de los demás animales porque eran diferentes. Es cierto, todos somos
diferentes, pero todos tenemos algo bueno y todos podemos ser amigos y
ayudarnos cuando lo necesitemos”.

Entonces la jirafa pidió perdón a todos por haberse reído de ellos. Pronto vinieron
las hormigas, que treparon por sus zapatillas para atarle los cordones. Finalmente,
se pusieron todos los animales en la línea de partida. En sus marcas,
preparados, listos,

¡YA! Cuando terminó la carrera, todos festejaron porque habían ganado una nueva
amiga que además había aprendido lo que significaba la amistad.

Hubo una vez un lobo muy rico pero muy avaro. Nunca dio ni un poco
de lo mucho que le sobraba. Sin embargo, cuando se hizo viejo,
empezó a pensar en su propia vida, sentado en la puerta de su casa.
Un burrito que pasaba por allí le preguntó:
“¿Podrías prestarme cuatro medidas de trigo, vecino?”. “Te daré ocho,
si prometes velar por mi sepulcro en las tres noches siguientes a mi
entierro”.
“Está bien”, dijo el burrito.
A los pocos días el lobo murió y el burrito fue a velar su sepultura.
Durante la tercera noche se le unió el pato que no tenía casa. Y juntos
estaban cuando, en medio de una espantosa ráfaga de viento, llego el
aguilucho y les dijo:
“Si me dejáis apoderarme del lobo os daré una bolsa de oro”. “Será
suficiente si llenas una de mis botas”, le dijo el pato, que era muy
astuto.
El aguilucho se marchó para regresar enseguida con un gran saco de
oro, que empezó a volcar sobre la bota que el sagaz pato había
colocado sobre una fosa. Como no tenía suela y la fosa estaba vacía
no acababa de llenarse. El aguilucho decidió ir entonces en busca de
todo el oro del mundo. Y cuando intentaba cruzar un precipicio con
cien bolsas colgando de su pico, cayó sin remedio.
“Amigo burrito, ya somos ricos”, dijo el pato.
“La maldad del aguilucho nos ha beneficiado. Y ahora nosotros y todos
los pobres de la ciudad con los que compartiremos el oro nunca más
pasaremos necesidades”, dijo el borrico.
Así hicieron y las personas del pueblo se convirtieron en las más ricas
del mundo.

Fábula

La fábula es un tipo de relato breve de ficción que tiene una intención didáctica y
moralizante. Por eso, suele estar acompañado de una moraleja, es decir, una
enseñanza explícita sobre la interpretación del relato.

Este género literario sirve para divulgar y enseñar valores, así como para
sancionar aquellas conductas que resultan antisociales.

Es frecuente que las fábulas estén orientadas a los niños por su carácter didáctico.
Cuando esto ocurre se habla de fábula infantil.
La fábula es un género muy antiguo, que antes de la escritura se transmitía por
tradición oral. En Grecia encontramos los registros escritos más antiguos,
recopilados en la célebre obra Fábulas de Esopo.

Se llama fábula también a los relatos de la mitología clásica. Fábula también


puede referirse a una historia falsa, una invención, un rumor o habladuría.

La zorra y las uvas

Una zorra que dormía bajo una vid, se despertó hambrienta y, en


seguida, vio un racimo de uvas muy tentador sobre su cabeza.
Quiso alcanzarlo, pero fue en vano: su pequeña estatura no se lo
permitió. Trató de treparse al árbol, dio saltos, estiró sus patitas,
hasta que se dio por vencida.

Mientras se alejaba del árbol, resignada, vio que un pequeño


pajarito había estado observándola y se sintió avergonzada.
Rápidamente se acercó al ave y, enojada, le dijo: “Cuando salté,
me di cuenta de que las uvas no estaban maduras. Mi paladar es
muy exquisito. Si no, me las hubiera comido”. Y, dándole la espalda
al pajarito, que no alcanzó ni siquiera a responderle, la zorra se
alejó.
Moraleja: No le eches la culpa a los demás por tus fracasos. Uno
debe aprender a ser responsable de sus actos. Con mayor
esfuerzo y dedicación, quizás la próxima vez, alcances tu meta.

El escorpión y la rana
Una rana descansaba a la orilla del río hasta que la aparición de
un escorpión la puso en alerta. Apenas el arácnido le dijo las
primeras palabras, la rana se tranquilizó:

— Ranita, ¿serías tan amable de montarme en tu lomo para que


pueda atravesar el río? Prometo que no te picaré. Si lo hago,
ambos nos ahogaríamos— le dijo el escorpión.

Luego de analizarlo un rato, en silencio, la rana aceptó el pedido


del escorpión. Lo invitó a subirse a su lomo, se zambulló en el río
y empezó a nadar. Pero, en medio del trayecto, la rana sintió un
fuerte pinchazo y un profundo dolor: el escorpión, pese a su
promesa, la había picado. Asustada y débil al mismo tiempo, la
rana le preguntó a su pasajero por qué lo había hecho, y le
advirtió que ambos morirían.
“Es que es mi naturaleza, no pude evitarlo”, argumentó el
escorpión, mientras ambos se hundían en el agua.

Moraleja: No intentes engañarte con alguien creyendo que es o


puede ser igual que tú. Siempre habrá personas que sacarán su
maldad sin importarles las consecuencias de sus actos, incluso
cuando éstos puedan dañarlos a ellos mismos.

La gallina de los huevos de oro


Una pareja de granjeros compró la gallina más gorda y rebosante
del mercado. A la mañana siguiente, cuando fueron a buscar los
huevos al gallinero se toparon con que la flamante gallina había
puesto ¡un huevo de oro! Este extraño suceso se repitió cada día.

Sin salir de su asombro, a la pareja se le ocurrió que, si mataban


a la gallina, podrían hacerse de todos los huevos de oro al mismo
tiempo sin tener que esperar a que ponga un único huevo por día.
El problema fue que, cuando la mataron, en el estómago de la
gallina no encontraron nada. Se quedaron sin la gallina y sin los
huevos de oro.

Moraleja: La codicia nunca es buena consejera: nos puede llevar


a perder lo que tenemos y a convertir la fortuna en pasajera.
El león y el ratón
Caía el sol y el león solo tenía planificado descansar. Había sido una
ardua jornada de caza, por lo que decidió recostarse debajo de un
árbol a dormir una pequeña siesta. De repente, sintió algo en su cara.
Abrió los ojos y se dio cuenta que un pequeño ratón subía por su
nariz.

Malhumorado, el león lo agarró de la cola y cuando estaba por


metérselo en la boca para comérselo, escuchó la fina vocecita del
ratón, que le pedía que se apiadara de él. El animalito le prometió que,
si no lo comía, algún día se lo pagaría. Esta promesa, dibujó una
sonrisa en la cara del león. Se preguntó cómo ese diminuto animalito
podría ayudarlo algún día. Así y todo, le perdonó la vida.

Apenas unos días más tarde, el león quedó atrapado en la red de un


cazador. Desesperado, comenzó a pedir ayuda a los gritos. El ratón,
que se encontraba por allí, reconoció su voz y salió corriendo a
asistirlo. Con sus filosas paletas, rompió la red que lo envolvía y lo
liberó.

“Hasta un pequeño ratón puede ayudar a un león”, dijo el ratón,


orgulloso de haberlo liberado.

Moraleja: Los actos de bondad siempre son compensados. Nunca


menosprecies la ayuda de nadie, ni de los más débiles: todos
pueden ayudar.

La liebre y la tortuga
Con arrogancia y soberbia, una liebre se burlaba constantemente de una
tortuga por su lentitud. Un día, harta de las agresiones, la tortuga le propuso
correr una carrera para ver cuál de las dos era más veloz. La liebre, entre
risas, aceptó la propuesta.
Finalmente llegó el día de la carrera y todos los animalitos del bosque se
acercaron a la línea de partida para ver la competencia. Apenas se escuchó la
señal, la liebre salió corriendo a toda prisa. Mientras que la tortuga, con su
paso lento pero constante, avanzó por la pista, en la que su competidora no
había dejado otro rastro que el polvo que levantaron sus ágiles patas al correr.
Relajada y orgullosa por su desempeño, la liebre decidió tomar una siesta
cuando le faltaba poco para llegar a la meta, pero ya daba por descontado que
sería la ganadora. El problema fue que se quedó dormida. Cuando se
despertó, exaltada, vio a lo lejos que la tortuga estaba a dos pasitos de la línea
de llegada. Corrió con todas sus fuerzas, pero, cuando alcanzó la meta, ya era
tarde. La tortuga había ganado y era aplaudida y ovacionada por todo el
público.

Moraleja: La vanidad y el exceso de confianza nos pueden jugar una mala


pasada. Nunca te burles de los demás por no tener tus mismas habilidades,
porque pueden tener otras. La perseverancia y la constancia rinden sus frutos.

Leyenda
Una leyenda es un relato que se transmite por tradición oral, el cual combina
elementos reales con elementos imaginarios o maravillosos, enmarcados en un
contexto geográfico e histórico concreto.

La palabra leyenda procede del latín legenda, derivado de legĕre que significa
'leer'. Se usa en el sentido de "digno de ser leído o conocido". De allí se
desprenden otras acepciones de la palabra. Veamos. Leyenda se utiliza también
para referirse a una persona que ha conseguido grandes proezas y se convierte
en un referente. En este sentido, sus hazañas se incorporan a las conversaciones
populares y muchas veces acaban por ser magnificadas. Por ejemplo: "Michael
Jordan es una leyenda del baloncesto".

Asimismo, leyenda puede referirse a las inscripciones o textos breves que


acompañan a un mapa, dibujo o gráfico a modo de explicación o aclaración.
También se aplica a las inscripciones en lápidas, escudos, grabados y monedas.

Popocatépetl e Iztaccíhuatl
Dicen que antes de partir a la guerra en la que Tlaxcaltecas se encontraban
inmersos contra sus enemigos acérrimos, los aztecas, Popocatépetl pidió al
cacique de su pueblo la mano de la princesa Iztaccíhuatl. Este se la concedió a
condición de que volviera sano y salvo de la guerra para desposarla.

Así, el guerrero partió a la batalla mientras que la princesa esperaba el retorno de


su amor. Sin embargo, la lengua viperina de un celoso rival de Popocatépetl,
medió de mala fe engañando a la princesa e informándole de que su amado había
muerto en combate. Arrastrada por el desconsuelo y el quebranto,
desconociéndose víctima del engaño, dícese de aquella bella princesa que murió
de tristeza por la pérdida de su amado.

Poco tiempo después, Popocatépetl regreso victorioso de su empresa dispuesto a


tomar matrimonio con Iztaccíhuatl, sin embargo, a su llegada recibió la funesta
noticia de su fallecimiento. Durante varios días y noches, cuentan que el joven
vagó por las calles hasta encontrar la manera de honrar el gran amor que ambos
se profesaban, y fue así que ordenó erigir una gran tumba bajo el Sol
amontonando 10 cerros para levantar una enorme montaña.

Una vez construida, tomó el cuerpo inerte de su princesa, y recostándola sobre la


cima de la montaña, la besó por última vez para después, antorcha humeante en
mano, arrodillarse a velar su sueño eternamente. Desde entonces permanecen
juntos. Uno frente a otro. Con el tiempo la nieve cubrió sus cuerpos que se
convertirían en dos enormes volcanes y que permanecerán inmutables hasta el
final de los tiempos.

Es por ello que, cuando el guerrero Popocatépetl se acuerda de su amada


Iztaccíhuatl, su corazón, que guarda el fuego de la pasión eterna, tiembla, y su
antorcha vuelve a incendiarse. Es por ello que, aún hoy en día, el volcán
Popocatépetl continúa arrojando fumarolas de humano.

El callejón del beso

Dice la narración que, en la ciudad de Guanajuato, hace muchos años vivía una
bonita muchacha llamada Carmen y un humilde joven llamado Carlos.

Un día, los jóvenes se conocieron por las calles de la ciudad y se enamoraron.


Carlos iba cada día a saludar a Carmen a su casa, donde vivía con su testarudo
padre. La joven siempre salía al balcón a esperar a su amado, quien se situaba
debajo para hablar con ella.

Pronto, el intransigente padre de la muchacha se enteró del romance de su hija y


le advirtió que tenía que terminar su relación con Carlos. En cambio, los
muchachos no renunciaron a su amor y Carlos alquiló la casa de enfrente para
poder saludar a su amada desde el balcón.
Finalmente, el padre de la joven los pilló mientras se besaban y, muy enfadado,
terminó con la vida de ambos.

Cuenta la leyenda que, algunas noches, se puede ver el espíritu de los


enamorados que regresa para revivir su historia de amor. A esta calle de
Guanajuato hoy se le conoce como “Callejón del Beso”.

Tajín y lo siete truenos

Cuenta la leyenda que, hace mucho tiempo, vivió en Totonacapan un joven


rebelde llamado Tajín.

El muchacho siempre iba buscando meterse en conflictos: si veía animales por el


bosque, les lanzaba piedras; se subía a los árboles y rompía sus ramas; saltaba
encima de los hormigueros…

Todos le temían y huían de él:

—¡Cuidado! ¡Ahí viene Tajín! — gritaban asustados.

El joven vivía solo, porque nadie lo quería como compañero.

Una mañana, cuando Tajín salió a caminar, se encontró con un señor de gran
bigote y cejas pobladas que cubrían sus ojos.
El hombre buscaba a un muchacho que lo ayudara a él y a sus hermanos,
conocidos como los Siete truenos, con su labor doméstica mientras ellos hacían
su trabajo: subir a las nubes y provocar la lluvia. Trajín aceptó y acompañó al
hombrecito a su hogar.

Los Siete truenos vivían en una pequeña casa de piedra. Cuando llegaron a la
casa, a los hermanos no les convenció la idea de que Tajín trabajara para ellos, ya
que era un extraño. Aunque, finalmente, accedieron y confiaron en él.

Un día que los hermanos estaban trabajando, Tajín, que tenía muy malas
intenciones, decidió robarles sus accesorios mágicos y subir al cielo para provocar
un huracán. Pronto, los Siete truenos se dieron cuenta de lo sucedido y
persiguieron sin parar al joven. Después, lo lanzaron al fondo del mar.

Dice la leyenda que, de vez en cuando, Tajín sale de su escondite. Entonces, los
ríos se desbordan, los árboles se caen y el viento no cesa. Los Siete truenos
suben al cielo para atraparlo y devolver todo a la calma.

Leyenda de la sallana
Esta es una leyenda mexicana de época colonial. La Sallana es una mujer que
se le aparece y aterroriza a borrachos y chismosas. Esto se debe a que los
chismes arruinaron su vida.

Cuando vivía, estaba felizmente casada y tenía un hijo. Sin embargo, llegaron a
sus oídos los chismes de que su marido le era infiel con su madre.
Enloquecida, la Sallana asesinó y descuartizó a su marido, asesinó a su hijo y
luego a su madre. Por el pecado de haber asesinado a toda su familia, está
condenada a vagar eternamente sola.
Leyenda del Baca
Esta es una leyenda mexicana.
El Baca es una criatura en forma de sombra que los hacendados hacían
aparecer gracias a pactos con los demonios. La criatura protegía la
propiedad, atemorizando y ahuyentando a ladrones.
El Baca tiene la capacidad de transformarse en cualquier objeto, pero no de
hablar. Su misión eran proteger las propiedades y herir a quienes se
acercarán. Por las noches, en las cercanías de los lugares protegidos, se
oyen aterradores rugidos del espíritu.
Atemorizados, los pobladores cercanos habitualmente venden al hacendado
sus propias tierras. El Baca no solo protege lo que el hacendado ya tiene,
sino que lo ayuda a aumentar sus propiedades.

Mitos
Un mito es una narración maravillosa protagonizada por dioses, héroes o
personajes fantásticos, ubicada fuera del tiempo histórico, que explica o da sentido
a determinados hechos o fenómenos. Los mitos, en este sentido, forman parte
del sistema de creencias de un pueblo o cultura. Considerados en conjunto, los
mitos conforman una mitología. La mitología, como tal, es la que sustenta
la cosmovisión de una cultura, es decir, el conjunto de relatos y creencias con los
cuales un pueblo se ha explicado tradicionalmente a sí mismo el origen y razón de
ser de todo lo que lo rodea.

El mito del quinto sol (Azteca)

El rey midas
En la mitología Azteca uno de los mitos sobre el origen del mundo es el de que
previamente a este, hubo cuatro soles que se apagaron. En el primer sol los
tigres devoraron todo, y en el mundo solo quedaron tigres. Al final del segundo
Unosol,
de grandes
los mitosvientos
morales más conocidos
arrasaron es sobre
a la humanidad la ambición,
y los hablamos
que quedaron del
se volvieron
relato del Rey
monos. En Midas. Elsol,
el tercer mitolos
dice que Midas
hombres era un campesino
resurgieron y al final dealeste
que periodo,
los dioses
llovió
le vaticinaron
fuego, y losque
quesería un rico
quedaron y poderoso
fueron rey. en
convertidos Llegó al tronoyyelexpandió
guajolotes, sol ardió su
hasta
imperio, y se dice que fue un buen gobernante. Sin embargo, Midas tenía un
extinguirse.
defecto: era muy ambiciosos y deseaba muchas riquezas: joyas, palacios y,
El cuarto sol era el sol de agua, y al terminar esa era, los hombres fueron
sobre todo, oro. Un día, andando por sus jardines, ayudó a Sileno, un sátiro que
convertidos en peces. Los dioses se reunieron para deliberar qué hacer, y
estaba ebrio, y en compensación, Dionisio, el dios del vino, le ofreció darle un
decidieron encender una hoguera en la ciudad de Teotihuacán, en la que se
don, el que Midas pidiera.
debía lanzar uno de ellos para convertirse en el quinto sol.
Y el don que pidió fue convertir en oro todo lo que tocara. Pese a que Dionisio le
Al final son dos dioses los que se ofrecen al sacrificio: Tecciztecatl, dios
dijo que podía ser peligroso, Midas insistió en su deseo y Dionisio se lo
arrogante y fuerte, y Nanahuatzin, dios débil y enfermizo. Después de hacer
concedió. El rey Midas estuvo muy contento, porque cualquier objeto que tocaba
penitencia para purificarse, llegan al momento del sacrifico en la hoguera, y
Teccistecatl, intentan lanzarse varias veces, pero duda y se arrepiente. Entonces

El mito de pandora

Cuando Prometeo enseño el uso del fuego a los hombres, Júpiter quiso
vengarse por ello. Para eso, mandó a los dioses que crearan una mujer dotada
con todas las cualidades: la belleza, el don de la palabra, el talento, la
curiosidad, la sabiduría. Esta sería Pandora, en cuyo corazón también se
escondía el mal y el engaño.

Pandora fue enviada como regalo de los dioses a Epimeteo, hermano de


Prometeo, quien desoyó las advertencias de su hermano de no aceptar nada de
los dioses. Epimeteo se casó con ella y, como regalo de boda, Júpiter les dio una
caja que nunca debían abrir.

Pandora no pudo resistirse y un día miró qué había dentro de aquel objeto.
El nacimiento de Hércules

Zeus, fascinado por una mujer llamada Alcmena. La muchacha era la esposa de
Anfitrión, quien se había marchado por un tiempo para combatir en Tebas. Zeus
decidió aprovechar la ausencia del marido de Alcmena para bajar a la tierra,
disfrazado de Anfitrión. Pronto, la joven quedó embarazada y dio a luz a dos
niños: uno hijo de su marido y otro era hijo de Zeus.

Hera, esposa de Zeus, se enojó tanto que cuando nació el pequeño Hércules
envió dos serpientes a la cuna para que lo mataran. Sin embargo, el pequeño las
estranguló, dejando constancia desde bebé de su poderosa fuerza.

En otra ocasión, Zeus ordenó a Hermes poner al bebé en el regazo de Hera


Ícaro y Dédalo

Cuando Dédalo y su hijo Ícaro estaban encerrados en el laberinto por órdenes de


Minos, Dédalo fabricó unas alas para él y otras para su hijo confeccionadas con
cera y plumas. Gracias a su invento, ambos consiguieron escapar del laberinto
volando. Pero antes, Dédalo le advirtió a su hijo que no volara demasiado bajo
para que el mar no dañara las alas, ni demasiado alto para que la cera no se
derritiera.

Una vez en el aire, Ícaro desoyó el consejo de su padre y se elevó cada vez
más. Pronto sus alas comenzaron a derretirse, después se precipitó al mar Egeo
y murió.

Narraciones
Una narración es el desarrollo verbal de una serie de sucesos, relatados de
manera ordenada y específica, ya sean reales o no. Una narración puede ser un
relato, un cuento, una anécdota y muchos otros términos más específicos, entre
los que puede y suele haber distinciones técnicas.

El acto de narrar es uno de los más antiguos y más esenciales de la


especie humana, que nos distingue de los animales. Es uno de los usos más
antiguos del lenguaje y es posible que también sean narraciones arte
prehistórico hallado en las paredes de las cuevas.

Entre las primeras formas de narración de encuentran las historias mitológicas o


cosmogónicas con que los antiguos le explicaban a las generaciones posteriores
algunos fenómenos naturales o respondían a la difícil pregunta de qué es
la humanidad y hacia dónde marcha. Más recientemente también incluyen los
relatos patrios y la Historia nacional, el periodismo y, sobre todo, a la literatura.
Desde luego, el lugar de la narración ha cambiado significativamente en nuestra
civilización, pero sigue ocupando un espacio central en el modo en que
concebimos las comunidades.

La aventura del agua


Un día que el agua se encontraba en el soberbio mar sintió el caprichoso deseo de
subir al cielo. Entonces se dirigió al fuego y le dijo:

“¿Podrías ayudarme a subir más alto?”.


El fuego aceptó y con su calor, la volvió más ligera que el aire, transformándola en
un sutil vapor. El vapor subió más y más en el cielo, voló muy alto, hasta los
estratos más ligeros y fríos del aire, donde ya el fuego no podía seguirlo. Entonces
las partículas de vapor, ateridas de frío, se vieron obligadas a juntarse, se
volvieron más pesadas que el aire y cayeron en forma de lluvia. Habían subido al
cielo invadidas de soberbia y recibieron su merecido. La tierra sedienta absorbió la
lluvia y, de esta forma, el agua estuvo durante mucho tiempo prisionera en el
suelo, purgando su pecado con una larga penitencia.

Caída del muro de Berlín


El 13 de agosto de 1961, el gobierno comunista de la República Democrática
Alemana, también llamada Alemania Oriental, comenzó a construir un muro con
alambre de púas y hormigón entre el este y el oeste de Berlín.
Por aquel entonces Alemania no era un solo país, eran dos, y Berlín se
encontraba divida en cuatro sectores: americano, francés, británico y soviético.
Los tres primeros sectores pertenecían a Alemania Occidental, pero se
encontraban dentro de Alemania Oriental.
El objetivo por el que Alemania Oriental decidió poner este muro era para evitar
que los ciudadanos del Berlín capitalista salieran de él y destruyeran el estado
socialista que era la República Democrática Alemana.
Sin embargo, la dirección de la migración no era como ellos temían que fuera.
Quienes huían de un Berlín a otro eran los que vivían en la parte comunista, dada
la pobreza y subdesarrollo que vivía Alemania siendo títere de la Unión Soviética.
Cerca de 5.000 alemanes orientales, incluyendo a 600 guardias fronterizos,
consiguieron cruzar la frontera. Se tiene el registro de 171 personas murieron
pasando la valla, pero seguramente fueron muchos más.
Los métodos para cruzar el muro eran de los más variopintos: a través de
alcantarillas, con globos de aire caliente, arriesgando la vida pasando por terreno
minado...
El muro estuvo de pie hasta el 9 de noviembre de 1989, cuando en una entrevista,
el jefe del Partido Comunista de Alemania Oriental, anunció que, dado el punto de
calma que había adquirido la guerra fría en ese momento, era posible cruzar el
muro cuando se quisiera.
Lejos de que esta afirmación fuera interpretada como un comentario exagerado o
sacado de contexto, miles de ciudadanos de ambos lados del muro se fueron con
sus martillos a acabar con cada uno de los ladrillos de la pared, sin guardias
impidiéndolo.
Las dos Alemanias no se unieron de inmediato, pero poco quedaba para que
ambas repúblicas oficializaran su reunificación, creando la actual Alemania y
transformándola en la gran potencia de Europa.

Conquista de México
Hernán Cortés, conquistador español, tocó por primera vez las tierras de lo que
hoy en día es México en 1519 y, tan solo dos años después, conseguiría tener el
control por completo de la región, incorporándolas al Imperio Español.
Lo primero que conquistó fueron los territorios de la península de Yucatán y, una
vez hubo sido su poder consolidado, los españoles se atrevieron a ir más allá,
atacando a los aztecas en su capital, Tenochtitlán.

El contacto no fue conflictivo al principio, incluso hubo actos de diplomacia. El rey


Moctezuma de los aztecas llegó a invitar a Cortés a dormir en uno de sus palacios
más importantes como acto de amabilidad e interés por los curiosos extranjeros.

Pero los españoles no iban ahí para hacer aliados. Iban ahí para conquistar, y ya
fuera porque se enfrentaron a los aztecas o porque lograron capturar a
Moctezuma, surgió tensión entre colonizadores e indígenas.

Tras varios meses de luchas, Moctezuma fue finalmente asesinado, y lanzado su


cadáver al río. Esto, obviamente, no sintió muy bien a los aztecas, quienes se
enfurecieron y lograron expulsar, en 1520, a los invasores españoles. Pero esto no
acabó aquí.

Tan solo un mes de esta victoria de los aztecas, los españoles volvieron y llevaron
a cabo un asedio todavía más importante, con el cual consiguieron asfixiar el
abastecimiento del Imperio. A causa de esto, muertos de hambres, los aztecas se
rindieron finalmente.

Es en este momento cuando se inicia el virreinato de Nueva España, la instalación


definitiva de los españoles en el virreinato más grande del imperio y el surgimiento
de la actual cultura mexicana, la cual combina lo azteca con las importaciones
europeas de los ibéricos.

Los hombres que llegaron a la Luna


La presión era enorme. Hacía tan solo dos meses que el Apolo 10, comandado
por Thomas P. Stafford, había orbitado la Luna y realizado el ensayo general para
el alunizaje, a tan solo 14 kilómetros de la superficie lunar. Y ahora, como un
corredor olímpico que recibe el testigo de las manos de su compañero, el Apolo 11
calentaba sus motores, aquel 16 de julio de 1969.

Ocupando sus lugares en las entrañas del cohete, Neil Armstrong, Edwin Aldrin y
Michael Collins compartían un vacío en el estómago. Esto era para lo que habían
entrenado. Estaban listos. Pero la sombra del incendio del Apolo 1 acechaba en
algún lugar remoto de sus mentes. Era inevitable.

El cohete Saturno V rugió como una fiera cuando la cuenta regresiva alcanzó el
cero. Los astronautas, cerrando los ojos para no ver el propio miedo en los ojos de
sus compañeros, aguantaron la respiración durante los pocos segundos que tardó
el vehículo en abandonar la plataforma de despegue. Eran las nueve y media de la
mañana, y el mundo fijaba los ojos en aquellos tres hombres, que en poco más de
nueve minutos comenzaron a sentir los efectos de la microgravedad.

El hada blanca
El hada soberana de las cumbres invitó un día a todas las hadas de las nieves a
una fiesta en su palacio. Todas acudieron envueltas en sus capas de armiño y
guiando sus carrozas de escarcha. Sin embargo, una de ellas, Alba, al oír llorar a
unos niños que vivían en una solitaria cabaña, se detuvo en el camino. El hada
entró en la pobre casa y encendió la chimenea. Los niños, calentándose junto a
las llamas, le contaron que sus padres hablan ido a trabajar a la ciudad y mientras
tanto, se morían de frío y miedo.

“Me quedaré con vosotros hasta que vuestros padres regresen”, prometió.

Y así lo hizo, pero a la hora de marcharse, nerviosa por el castigo que podía
imponerle su soberana por la tardanza, olvidó la varita mágica en el interior de la
cabaña.

El hada de las cumbres miró con enojo a Alba.

“¿No solo te presentas tarde, sino que además lo haces sin tu varita? ¡Mereces un
buen castigo!”.

Las demás hadas defendieron a su compañera en desgracia.

“Sabemos que Alba no ha llegado temprano y ha olvidado su varita. Ha faltado, sí,


pero por su buen corazón, el castigo no puede ser eterno. Te pedimos que el
castigo solo dure cien años, durante los cuales vagara por el mundo convertida en
una ratita blanca”.

Así que, si veis por casualidad a una ratita muy linda y de blancura deslumbrante,
sabed que es Alba, nuestra hadita, que todavía no ha cumplido su castigo.

Onomatopeya
La onomatopeya es una imitación lingüística de una palabra que se asemeja con
el sonido que representa. El uso de las onomatopeyas se encuentra arraigado en
forma cotidiana en el lenguaje coloquial e informal y es un recurso lingüístico muy
utilizado en la infancia.

Las onomatopeyas pueden utilizarse para imitar sonidos:

De animales. Por ejemplo: guau (para representar el ladrido de un perro)

De acciones. Por ejemplo: toc-toc (para imitar una puerta que se toca).

Además, las onomatopeyas son muy utilizadas en cine, teatro, televisión, comics,
historietas, publicidad, etc. En estos casos es frecuente ver un tipo de
onomatopeya llamada armonía imitativa donde se intenta imitar un sonido
mediante su mímica.

La forma correcta de expresar una onomatopeya en la escritura es entre comillas.


Si esta onomatopeya se refiere a un sonido estruendoso, se puede expresar
en mayúscula aunque esto último no resulta ser obligatorio. Por ejemplo: ¡PUM!.
Poesía
La poesía es un género literario que se caracteriza por ser la más depurada
manifestación, por medio de la palabra, de los sentimientos, emociones y
reflexiones que puede expresar el ser humano en torno a la belleza, el amor, la
vida o la muerte. Como tal, puede estar compuesta tanto en verso como en prosa.

La palabra poesía proviene del latín poēsis, y esta a su vez del


griego ποίησις (poíesis), que significa ‘hacer’, ‘materializar’.

Características generales de la poesía:

Se puede escribir en verso o en prosa.

Tiene ritmo y rima.

Hace uso de elementos de valor simbólico.

Hace uso de las figuras literarias, entre las más empleadas está la metáfora.

La poesía moderna hace un extenso uso del verso libre y la rima asonante.

La poesía ha variado a lo largo del tiempo y sido adaptada a las necesidades


expresivas del poeta.
Una palabra de adiós,
y mil rayos de vida,
es mi recuerdo,
de aquello que no acabó.
Tú que vives de la vida,
sin tener a nadie que te mire,
tú que ni me dijiste adiós,
ni todavía lo has hecho.
Ese océano de azules,
y esos barcos que resisten,
aguantan a flote,
aunque nadie les dijo adiós.
Estas en lo más profundo,
del mar,
estas en lo más profundo de mi vida,
de mi corazón azul.
Y esas palabras que perdieron su sentido,
hace tanto,
a ti te parecen tu tesoro,
y se hundirán contigo, tu tesoro.
Yo también aguanto,
aunque a veces,
siento el agua sobre mí,
y sólo necesito,
una palabra de adiós,
serán mis mil rayos de vida.
Nubes
que se van con el viento sur,
y ese rayo de sol
en el camino.
La fidelidad de mi sombra
se ve,
un ser feliz,
tan triste como solitario.
Me gustaría ser dueño
de todas las palabras,
y hacer del amor un juego de niños.
Estas palabras pintadas,
en un sobre te las mando
mil veces acariciadas.
Mañana estaré,
de nuevo sin tu amor,
palabras pintadas,
mil veces acariciadas,
te las mandaré
de flores rodeadas.
Amiga de noches largas,
de tristeza y penas compartidas,
amiga de verdad, de las que no fallan,
amiga y compañera de vida y fatigas.
Hoy quiero dedicarte estos versos,
quiero intentar llenar de ilusión tu corazón,
hoy quiero decirte,
que estás dentro en mi corazón.
Quiero agradecerte tu amistad,
porque amigas la vida no regala,
se cuentan con los dedos una mano,
la mano que tú me sujetabas al consolar.
A ti amiga, que la vida te haga feliz,
que llene tu corazón de sonrisas,
que cumpla tus sueños y deseos,
y en tu cara siempre brille como una brisa.

Mentira

Sentir que has desperdiciado,


Tu vida en algo que creías en cada palabra
Sentir que obedeciste cada paso
A la perfección y no sentirte satisfecho.

Que la decepción se apodera de tu alma


Que sientes un gran vacío y sentirte utilizado
Pensar que alguna vez, solo por un segundo
Te sentirías satisfecho, eso no sucederá
¿Verdad?

Alguna vez te pusiste a pensar que era mentira


Tú y tu mente te hizo prisionero
Algunas veces querías ignorar esa palabra
Y terminar tu primero.
Retahíla
La retahíla también es un juego de palabras típicamente infantil que beneficia la
fluidez verbal, así como también la atención y la memoria infantil. Con las
repeticiones, la armonía y las rimas, se logra entretener a los niños que
inconscientemente practican el lenguaje.

Hay retahílas cortas, retahílas de animales, retahílas de frutas para recitar y para


cantar y son muy usadas en juegos infantiles por niños de todas partes.
Rimas

Una rima es un conjunto de fonemas que se repiten en dos o más versos a partir


de la última vocal acentuada dentro un poema o una canción. La métrica trata la
estructura de los versos y sus combinaciones y, por lo tanto, también la rima.

Las rimas infantiles son poemas dedicados a los niños. En este tipo de poemas la
rima se utiliza por la armonía, el ritmo y la sonoridad que generan y porque
facilitan su memorización. La rima en estos poemas también funciona como un
elemento lúdico del lenguaje que sirve para establecer nuevas relaciones entre
palabras. Gabriela Mistral, Federico García Lorca y Rubén Darío son algunos de
los grandes autores que han escrito rimas infantiles.
CALAVE
RITAS
LITERA
RIAS
CANCIO
NES
(NANAS)
COMICS
CUENTO
S
fábulas
LEYEND
A
MITO
NARRACI
ONES
ONOMATOP
EYAS
POESÍA
RETAHÍL
AS
RIMAS
Comics

Técnicamente, un cómic es un relato explicado mediante viñetas o recuadros que


contienen ilustraciones. Algunas o todas las viñetas pueden contener, además, un
texto más o menos breve. Esta definición simple explica por qué se considera un
formato tan versátil: el uso creativo que podemos darle a las viñetas, las
ilustraciones, las palabras y los recursos que veremos más adelante, demuestran
que es imposible agotar sus posibilidades.

El cómic se considera, como el cine, un arte secuencial porque trata de contarnos


una historia a través de secuencias. Esto, que parece muy moderno, es en
realidad muy antiguo: el arte secuencial tiene sus antecedentes más remotos en
las pinturas rupestres, en los jeroglíficos egipcios y en la cerámica griega. De
todas formas, durante la mayor parte de la historia reciente el cómic fue
considerado algo infantil. Recién en la década de los años 60 apareció una forma
de expresión adulta y compleja que permitió que indague en temas serios.

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