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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria

Universidad Nacional de las Artes (UNEARTE)

Barquisimeto – Lara

La Oratoria

Jaime Alejandro Figueroa

C.I: 29. 707.996

Moisés Rivas

C.I: 28.577.278

Prof. Kelly Pacheco

PNF: Cinematografía
Historia de la oratoria

En la historia de la oratoria hablamos también sobre la historia de la humanidad y

cómo se forjó este arte que ha cambiado para bien o para mal la historia del mundo.

En el comienzo de la oratoria se habla de los oradores, son considerados los

precursores de esta importante disciplina y algunos autores contemporáneos de relevancia.

Protágoras: Fue un orador griego admirado por su retórica, ejerció el don de la

palabra al punto tal que se le considera como el primer sofista. Junto a Gorgias, Pródico y

otros oradores, que desarrollaron un sistema de argumentos cuya importancia consistía en

ejercer como maestro de la elocuencia.

Siguiendo la misma línea de Gorgias, Protágoras crea la oratoria epidíctica también

llamada demostrativa, que consiste en los discursos de los hechos pasados y que se dirigen a

un público que no tiene capacidad de ejercer.

La democracia Ateniense fue la que provocó el desarrollo de la oratoria y sus técnicas,

ya que los ciudadanos debían hablar bien en sus discursos ante la Asamblea y Tribunales.

En la Atenas clásica había una cierta afición a los litigios, pero no existían abogados

ni fiscales, por tanto, los ciudadanos debían aprender a rebatir argumentaciones y a ganarse al

auditorio. No todo el mundo era capaz de hacer eso, pero se podía recurrir a los logógrafos,

escritores de discursos; algunos de éstos también fueron grandes oradores.

Corax: Fue un gran orador, enseñaba retórica y era destacado de su época, asumiendo

liderazgo en varios campos de su región precisamente por su elocuencia; también

considerado un sofista.
A este arte le llamaron en latín Oratoria y en griego Retórica, al ser demandado por

aquellos que tenían necesidad de él, se empezó a cobrar por su enseñanza, incluido el mismo

Corax, quien ya para esta época había producido inclusive el primer tratado de retórica del

cual se tiene conocimiento en el año 460 a.C., debido a dicha producción intelectual se

considera a Corax como creador de esta disciplina

Corax tenía un asistente de nombre Tisias, quien desarrollo una espléndida manera

retórica judicial, apuntando su método a lo argumentativo, siendo a su turno maestro de

Isócrates, un pensador griego destacado. Algunas personas pensaban que Corax y Tisias eran

la misma persona, y otros piensan que nunca existieron, pero son sustentados por menciones

de Platón, Aristóteles y Cicerón.

Demóstenes:

Comenzó su carrera como orador en los juicios contra sus tutores, compuso discursos

judiciales, muchos de ellos por encargo, y políticos, su trabajo ha permitido expresar el

desarrollo intelectual de Atenas y en detalle expuso la vida política y cultural de la Grecia

Antigua, en estos últimos destacan sus discursos en contra de Filipo II de Macedonia: Las

Filípicas. Se le considera el mejor orador griego por la belleza de sus discursos y por su

fuerza de voluntad para vencer sus dificultades para hablar en público, y fue un gran defensor

de la democracia Ateniense que ya estaba a punto de desaparecer.

Marco Fabio Quintiliano :

Quintiliano (35-95 d.C.) llego a ser considerado uno de los mejores profesores de

retórica del mundo, escribió doce volúmenes en los que recoge todo lo necesario para formar

a un buen orador. Su obra fue un gran aporte para las corrientes humanistas y renacentistas.
La oratoria de la edad media

En la Edad Media (476-1492) prosigue la debacle de la oratoria que empieza en la

caída del Imperio Romano de occidente, la oratoria pasó a la República Romana, donde

Cicerón, considerado uno de los más grandes retóricos y estilistas, la perfeccionó. Esto deriva

en la instauración de un nuevo régimen social que establece tres clases sociales claramente.

Tras la caída del imperio romano la oratoria entró en crisis debido a la poca utilidad

política en un entorno autoritario, dominado por el emperador o reyes con poder absoluto.

En el ámbito militar, reyes y generales son los que recurren a la convicción de las

palabras para motivar a las tropas.

Renace la oratoria, y con ella la elocuencia, con el debate político del XVIII o XIX,

con momentos gloriosos en la independencia americana, la revolución francesa, las

revoluciones libertarias, y la extensión del parlamentarismo moderno por toda Europa.

El Siglo XVIII abre la llegada de nuevos aires. Estados Unidos, empieza a ser el foco

de grandes discursos.

Abraham Lincoln en América celebró el discurso de la batalla de Gettysburg.

Considerado en EE.UU. como el mejor discurso de su historia, sus diez frases y menos de

300 palabras, son recordadas.

El régimen nazi alemán, sí que hizo uso de la oratoria y la fuerza de la imagen, para

lograr motivar a las masas militares.

Hitler movía a las masas con un discurso en el que prevalecen los términos fuerza,

sangre, raza, lucha… Hitler pasaba horas y horas frente al espejo para ensayar sus arengas.

La crisis del 29 en Estados Unidos y la segunda guerra mundial provocó el resurgir de

oradores como Winston Churchill, al que debemos la expresión “Sangre, sudor y lágrimas”

o Franklin Delano Roosevelt, quien nos explicó que a lo que hay que tener miedo es “al

mismo miedo”.
Célebre es la frase que utilizó John F. Kennedy en su toma de posesión como

presidente de los EEUU: “No os preguntéis qué puede hacer vuestro país por vosotros, sino

que podéis hacer vosotros por él”

Quizá, la más representativa de la Historia, el 28 de agosto del 63, cuando Martin

Luther King habló de su gran sueño: “I have a dream”.

, en un acto Y en la era del Internet, ha surgido el efecto Barak Obama. Su discurso

sintetizado en tan sólo tres palabras “yes we can” simplificaron su discurso político,

emocionando a los votantes americanos como en el pasado.

Claramente, en el mundo han surgido también numerosos líderes populistas, que,

siguiendo a Fidel Castro, por ejemplo, y basándose en discursos sencillos, emocionales y

agresivos, están logrando perpetuarse en el poder: Chávez, Kirchner y sus sucesores,

familiares o colaboradores cercanos.

La oratoria muestra el comienzo de una idea que se convierte en un arte, un arte que

se puede usar para un poder mayor o una comunicación perfecta. En el mundo de la

comunicación no sólo existe la comunicación de voz, tenemos el lenguaje corporal,

imágenes, ademanes y las miradas.

La imagen es un factor esencial ya que incluso antes de escuchar nuestra exposición,

será lo primero que verá el auditorio, los usos y costumbres de la vestimenta varían de región

en región, muchas veces determinados por criterios tan simples como el clima o tan

complejos como la diplomacia, lo más recomendable es que usted, usando el sentido común,

determine su tipo de vestimenta. Así elegante, seguramente vestirá conforme a la ocasión y

en un acto casual, sucederá lo correspondiente. Es importante tratar de verse accesible para el

público, ya que eso implica una aceptación previa con el auditorio.


Asimismo, el movimiento de las manos debe resultar natural en la mayor parte del

discurso, permitiéndose únicamente movimientos más desproporcionados cuando uno desee

resaltar mucho una frase o palabra.

En líneas generales, el uso del lenguaje de los movimientos es algo conocido en un

plano muy general y de dominio público. Si usted desea que su auditorio se fije en algo,

apunte con el dedo.

El movimiento o desplazamiento:

El orador, si no dispone de un atril, puede aprovechar el movimiento en el escenario,

lo cual es un elemento muy positivo para poder acercarse al público. Si dispone de micrófono

(mejor inalámbrico) le será muy fácil moverse, pero si no lo tiene cuide de no hablar mucho

moviéndose ya que la voz tiende a disiparse. Lo propio sucederá si es que uno habla de

espaldas al auditorio (como cuando se escribe en un pizarrón y el sonido de la voz se pierde

en la pared).

La postura del cuerpo:

El orador debe estar erguido, ya que busca hacerse notar. Su espalda deberá estar

recta, y, en lo posible, adopte una postura natural de tres cuartos ante su auditorio. Mire de

modo general (sin detenerse en alguien en particular) a su auditorio, es la mejor forma de

controlarlo y de saber si es que el mensaje es entendido o si se precisa un descanso o una

retroalimentación. La mirada del orador no debe ser invasiva, es una mirada gentil pero

atenta. Si desea corregir a alguien, quizás porque esté distraído, sostenga la mirada en él para

que éste advierta que usted lo ha notado.


Bibliografías

Pierola. G., (s.f.). Oratoria. [Archivo PDF].

https://www.studocu.com/bo/document/universidad-mayor-de-san-simon/

fundamentos-de-la-sociologia-para-trabajo-soc/oratoria-apuntes-2021/14472186

Barona. M., (2018). Oratoria. [Archivo PDF]. https://www.google.com/url?

sa=t&source=web&rct=j&url=https://www.ecotec.edu.ec/material/

material_2018N1_NIV004_04_91491.pdf&ved=2ahUKEwjk142B0-

z5AhU3fTABHfK2A0gQFnoECA4QAQ&usg=AOvVaw1Lnx3CMNxy97aBZKqjwx

uu

López. A., (1987). Sobre los orígenes de la oratoria. Minerva: revista de filología clásica.

(núm. 1). pp 13-32. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=119070

Albán. A., (2007). Manual de Oratoria. Marketing Mix. https://www.eumed.net/libros-

gratis/2007b/302/302.zip

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