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EL PROFESOR

SUPLENTE
una pareja de esposos, Matías y su esposa eran de
clase media. Estaban tomándose un té, una tarde, y
hablando de los sufrimientos que atraviesan las
personas de condiciones baja, como ellos.
De pronto se vio interrumpido ante los sonidos de la
puerta.

Era el doctor valencia, quien se iría de viaje; muy


contento, le dijo Matías de ahora en adelante serás
profesor, ya no cobrador en transportes, y antes de que
Matías hablara. Llamó al director y le dijo ya he
encontrado el profesor suplente que me remplazara.
Continuó hablando, y esto te abrirá las puertas, y
podrás trabajar de docente en otros colegios, y quien
sabe hasta en la universidad

Matías no había reaccionado y mirando a su esposa


con un gesto lo prohibió comentario alguno, y luego
dijo todo esto no me sorprende
Se encerró en su comedor, desempolvó los libros que
tenía guardado; después de doce años volvería a leer,
la última vez que estudio fue para el examen de
bachillerato, cosa que no aprobó, y culpo al juez

Al día siguiente a las diez de la mañana con la


lección aprendida para su presentación se fue. Con
el terno bien puesto.
Llegó al colegio. Le pareció muy temprano, camino
hasta la esquina de un parque, saco un pañuelo y se
enjugó la frente, cuando detrás de una vitrina de
discos, vio a un hombre pálido que lo espiaba,
constato que era su reflejo.se dispuso a regresar, el
reloj de la municipalidad ya marcaba las once.

De regresó al colegio en la entrada, sintió una


confusión con la información que había investigado,
y todo se había mezclado en su mente, no sabía si la
hidra era un animal marino, o un monstruo
mitológico y rápidamente consulto sus apuntes,
ante el asombro del portero que lo miraba, decidió
retirarse, camino y camino y ya su mente se había
confundido

Desconcertado se regresó al parque y ahí estuvo hasta


que un campanazo parroquiano lo hizo volver en sí,
todavía estaba en la hora. Con la virtud que el tenia de
terquedad regreso al colegio. Y cuando estuvo a punto
de entrar, vio a unos hombres que lo observaban lo hizo
recordar al jurado de su infancia.

Y se retiró, el portero corrió y le dijo no es usted el


profesor Matías palomino, profesor de historia;
sintiendo que era una burla, dijo yo soy ¡cobrador!;
camino a su casa. Su esposa lo esperaba con los
brazos abiertos; y le pregunto cómo te ha ido
magnífico dijo, los alumnos me aplaudieron. Y se
echó a Llorar.

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