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LOS LIPIDOS

Hace unos 3 años aproximadamente cuando llegamos a la hermosa ciudad de

Chulucanas fuimos a visitar a mi tía materna, ella siempre ha sufrido de sobrepeso,

cuando llegamos ella estaba acostada con dificultad para respirar y le dolía el corazón ,

la llevaron inmediatamente a la posta mas cercana, el doctor efectivamente le dijo que

tenía una obesidad y una enfermedad cardiovascular , le recomendó ir con una

nutricionista para poder controlar la cantidad de lípidos ya que ella los consumía

demasiados en su dieta diaria. Ella se propuso seguir una dieta equilibrada con ayuda de

su nutricionista y de un buen ejercicio.

Los lípidos son conjuntos de moléculas orgánicas constituidas primordialmente por

átomos de carbono, hidrógeno y oxígeno (en menor medida), y otros elementos como

nitrógeno, fósforo y azufre. Los lípidos son moléculas hidrófobas (insolubles en agua),

pero son solubles en disolventes orgánicos no polares, como bencina, benceno y

cloroformo.

Forman parte vital de la alimentación de los seres vivos ya que muchas vitaminas no

pueden asimilarse excepto que estén en presencia de ciertos lípidos. Además, muchos

ácidos grasos resultan indispensables para el metabolismo animal.

Al mismo tiempo, ciertos lípidos forman el tejido adiposo (conocido comúnmente

como grasa), que cumple un rol de soporte, protección y almacenamiento energético de

suma importancia para el organismo animal, aunque producido en exceso también

puede constituir una amenaza para el equilibrio de la vida.

Los lípidos cumplen con las siguientes funciones en el organismo:

 Reserva de energía del organismo animal. Ciertos lípidos conocidos como

triglicéridos (tres moléculas de azúcar) constituyen en el cuerpo de los animales


(incluido el ser humano) la reserva energética por excelencia. Cuando hay

exceso de carbohidratos, se genera grasa para almacenar y consumir dicha

glucosa a futuro ya que un gramo de grasa puede brindar 9,4 kilocalorías al

organismo.

 Soporte estructural del cuerpo. Los lípidos sirven como materia prima en la

construcción de numerosas estructuras biológicas (como las membranas

celulares). También sirven como materia de fijación y protección física de

órganos internos y de distintas partes del cuerpo.

 Regulación y comunicación celular. Diversas vitaminas, hormonas y

glucolípidos no son más que grasas segregadas por diversos órganos y ganglios

del cuerpo, que las emplea como mecanismo de regulación de diversas

respuestas del organismo.

 Transporte. En conjunto con ácidos biliares y lipoproteínas, los lípidos van

desde los intestinos a sus distintos destinos y sirven de transporte a otros

nutrientes.

 Protección térmica. La grasa corporal defiende al interior del organismo de la

acción del frío ya que a mayor grasa presente menor radiación térmica hacia

afuera y, por ende, menor pérdida de calor.

Pero sin embargo debemos equilibrar los lípidos en dietas, lo recomendable es que la

ingesta de lípidos no exceda el 30 % del total de la energía que consumimos

diariamente. Ciertas asociaciones científicas proponen que los niveles de grasas totales,

para personas sin riesgo de enfermedades crónicas no transmisibles, deben estar entre el

20 y el 35 % del total de la energía diaria. Los excesos de grasas en la dieta están

asociados con obesidad, resistencia insulínica y diabetes mellitus no


insulinodependiente, enfermedades cardiovasculares, diferentes tipos de cáncer y

alteraciones inmunológicas.

En cambio, las deficiencias de grasas dietarías están asociadas con ingestas de ácidos

grasos esenciales por debajo de lo normal y, en algunos casos, con ingestas energéticas

por debajo de las recomendaciones. Otros problemas están asociados al nivel máximo y

mínimo recomendado de cada tipo de grasa dietaría y al equilibrio entre las mismas. No

es solamente un problema de la cantidad de lípidos totales.

Es muy importante para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Para

tener una alimentación de lípidos adecuada en términos de calidad y equilibrio, y así

prevenir excesos o desequilibrios que se asocian a elevados riesgos de enfermedades

crónicas no transmisibles, deberíamos seguir las recomendaciones de las Guías

Alimentarias.

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