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La computación en la nube es un modelo de acceso a los sistemas

informáticos, en el que los datos y las aplicaciones están hospedados en


Internet y en centros de cómputo remotos, de tal modo que pueden ser
utilizados desde cualquier punto que tenga conexión a la red mundial. La
computación en la nube permite que los consumidores y las empresas
gestionen archivos y utilicen los programas, sin necesidad de instalarlos
localmente en sus computadores. Esta tecnología ofrece un uso mucho
más eficiente de los recursos, tales como almacenamiento, memoria,
procesamiento y ancho de banda.
Antes de que estuviera disponible la computación en la nube , las
empresas debían almacenar todos sus datos en su propio equipo interno,
que luego tenían que gestionar y mantener. Si un negocio necesitaba de
repente más capacidad, por ejemplo, por un lanzamiento de nuevo
producto o un aumento imprevisto de pedidos, debía comprar e instalar
nuevo hardware, software e Infraestructura de red. El agotador proceso
con frecuencia limitaba las oportunidades empresariales.

El término "nube" se utiliza como una metáfora de Internet, y se origina en


la nube utilizada para representar Internet en los diagramas de red, como
una abstracción de la infraestructura que representa.

Un ejemplo sencillo de computación en la nube es el sistema de


documentos y aplicaciones electrónicas Google Docs / Google Apps. Para
su uso no es necesario comprar ni instalar software o disponer de un
servidor, basta con una conexión de banda ancha para poder utilizar
cualquiera de sus servicios. El servidor y el software de gestión se
encuentran en la nube (Internet) y son directamente administrados por el
proveedor de servicios. De esta manera, es mucho más simple para el
consumidor disfrutar de los beneficios. En otras palabras: la tecnología de
la información se convierte en una servicio, que se consume de la misma
manera que consumimos la electricidad o el agua.
En el pasado (y presente), el uso tradicional del PC no ha cambiado
mucho: Instalamos un sistema operativo. Tras instalarlo, buscamos
aplicaciones (software), que también instalamos en nuestro equipo y que
nos permitirá realizar diferentes tareas. Tenemos, pues, aplicaciones de
Oficina (Word, Excel), aplicaciones de diseño o fotografía (Photoshop,
Illustrator), aplicaciones multimedia (Reproductor Musical, de Videos). Se
podría mencionar infinidad de software que descargamos, instalamos, y
utilizamos. En contraposición a lo anterior, la idea del cloud computing es
que, gracias a los avances tecnológicos, ya no necesitamos que estas
aplicaciones residan en nuestra PC, pues podemos acceder a servicios
similares, desde el navegador. ¿Necesitan editar documentos? Existen
alternativas como Google Docs u Office 365, que nos ofrecen herramientas
similares.¿ Edición de fotos? Existe Thumba o Pixlr. ¿Música? Ni siquiera
tienen que descargar o tener las canciones. Éstas pueden vivir
tranquilamente en la nube, y podemos acceder a las canciones no sólo
localmente (desde un computador), sino que podemos hacerlo de otra PC,
de nuestro teléfono, o cualquier otro dispositivo conectado a la web.

La computación en la nube se puede aplicar en casi cualquier entorno:


desde el pequeño comerciante que necesita un sitio Web de comercio
electrónico, de forma rápida y barata, hasta las grandes empresas, que
desean disminuir los gastos y evitar las dificultades de administrar un
centro de cómputo complejo.
Proveedores

La opción más fundamental para las empresas es la infraestructura como


servicio (IaaS). Con la infraestructura como servicio, los usuarios acceden
a lo básico de la infraestructura como el espacio en servidor,
almacenamiento de datos y conectividad de red, que pueden
proporcionarse por medio de una API. Los administradores del sistema
dentro de la empresa son responsables de gestionar las bases de datos de
la empresa, las aplicaciones, las medidas de seguridad y otros factores,
mientras que la computación en la nube gestiona los servidores, discos
duros, conectividad de red y almacenamiento. Este modelo es lo que más
asemeja a replicar la funcionalidad de un centro de datos tradicional en un
entorno hospedado.
La plataforma como servicio (PaaS) ofrece un entorno de desarrollo
completo, eliminando la necesidad de que los desarrolladores se ocupen
directamente de la capa de infraestructura al implementar o actualizar
aplicaciones. Además de los elementos de la infraestructura como servicio,
la Plataforma como servicio incluye diversas herramientas y software que
los desarrolladores necesitan para construir, probar y ejecutar sus
aplicaciones. La Plataforma como servicio permite que los desarrolladores
se centren en tareas creativas sin preocuparse de gestionar sistemas
operativos, bases de datos, middleware y herramientas de desarrollo.
El software como servicio (SaaS) es la categoría que conoce
probablemente la mayoría de los usuarios. Las aplicaciones SaaS están
diseñadas directamente para usuarios finales, mientras que la
infraestructura subyacente se que queda en un segundo plano. Los
usuarios en general acceden al servicio por medio de un navegador web o
aplicación, y la facturación habitualmente se lleva a cabo por usuario o
asiento. Las aplicaciones SaaS ofrecen una amplia gama de
funcionalidades en la nube: desde aplicaciones empresariales, como
programas de procesamiento de texto y hojas de cálculo, hasta gestión de
relaciones con clientes (CRM) y gestión de recursos empresariales (ERM),
pasando por conjuntos de edición de fotografías y plataformas de
hospedaje de vídeos.

Los modelos de implementación de la nube se definen por el lugar donde


está ubicada físicamente la infraestructura de la nube, y cómo se ponen
los servicios de nube a disposición de los usuarios. Hay tres modelos de
computación en la nube que son los más relevantes en el espacio
empresarial, y cada uno aborda diferentes necesidades empresariales.
La nube pública es el modelo clásico, donde un proveedor de servicios de
nube (CSP) tiene, mantiene y gestiona una infraestructura de la nube
compartida. Los servicios se brindan por Internet abierta. Los proveedores
de servicios en la nube más importantes con centros de datos que
permiten escala masiva se llaman hiperescaladores; los ejemplos incluyen
Amazon Web Services (AWS), Google Cloud Platform (GCP), y Microsoft
Azure. Las principales ventajas de la nube pública son su escalabilidad
bajo demanda y sus precios de pago por consumo. Los usos habituales
para la computación en la nube pública incluyen archivos compartidos,
servicio de correo electrónico y prueba y desarrollo de aplicación.
Una nube privada se ejecuta detrás de un firewall en la intranet de la
empresa y se aloja en un centro de datos coubicado o local. En este
modelo, una sola organización usa la infraestructura, y se puede configurar
y gestionar según las necesidades específicas de esa empresa; los datos
almacenados en una nube privada siguen totalmente bajo control de la
empresa. Las nubes privadas en general se usan con aplicaciones seguras
para tareas cruciales, ya que este modelo aborda mejor los problemas de
privacidad y seguridad de muchas organizaciones.
La nube híbrida permite que las empresas utilicen soluciones de
computación en la nube pública y privada, incluido el uso de múltiples
proveedores de nube pública. Con la nube híbrida, las organizaciones
pueden aprovechar las fortalezas de cada modelo de nube. También
brinda flexibilidad y escalabilidad, protege operaciones y datos
confidenciales y minimiza el uso de un solo CSP. Una ventaja significativa
de los sistemas de nube híbrida es que no tienen un solo punto de error y
constituyen una opción atractiva para las empresas que operan con cargas
de trabajo altamente variables.

Características
1. Autoservicio a la carta. Los usuarios requieren muy poca o nula
intervención del proveedor para satisfacer sus necesidades de
servicio en la nube. Así pues, por ejemplo, si se necesitan 3
servidores virtuales con Windows 2003, 4 GB de RAM y 160 GB de
disco, basta con entrar a una página web en la que se hace dicha
elección en un sistema automatizado que no requiere de intervención
de nadie más.
2. Amplio acceso a la red. La nube tiende a ser, por definición, ubicua.
Y el modelo de cómputo en la nube funciona mejor conforme esto
avanza pues la idea es que un usuario pueda hacer uso de los
servicios en cualquier lugar y desde cualquier plataforma.
3. Reservas de recursos en común. Los proveedores ponen una gran
reserva de recursos (disco, CPU, memoria, aplicaciones, etc.) que
son utilizados en un modelo de multi-posesión por los clientes,
siendo tarea del proveedor el control y segregación de los mismos.
4. Rapidez y elasticidad. Para poder cumplir con las primeras dos
características, es necesario que la nube pueda ser flexible y rápida
en la provisión de recursos para sus usuarios. De hecho, para dichos
usuarios, pareciera que la nube es un depósito ilimitado de recursos.
5. Servicio supervisado. El proveedor de servicios en la nube
establece sistemas que controlan y optimizan el uso de los recursos,
estableciendo mecanismos de supervisión, control y notificación que
permitan a cada usuario saber cómo y qué recursos está empleando.

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