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LAS AVENTURAS DE FREDDO

Autor: Federico Ruiz Freddo


Era una persona común y corriente. Sin embargo, se veía diferente a los demás, ya que su
posición económica no era buena y se las debía rebuscar para subsistir.
Freddo resultaba ser un vagabundo, pero no un vagabundo cualquiera sino uno orgulloso y
esperanzado. Y si no me creen, conozcamos su historia. Ser vagabundo implicaba un duro
trabajo, ya que, al no tener los recursos necesarios, debía recurrir, en ocasiones, a otras
personas para que lo ayudaran con una que otra limosna.
Lo cierto es que Freddo era un tipo muy feliz, al que le gustaba levantarse temprano para
emprender nuevas aventuras, que constaban de largos trayectos por la ciudad, en las cuales
era testigo de muchas desgracias. Al deambular por las calles, Freddo veía cómo la gente, sin
darse cuenta, las contaminaba tirando envolturas, papeles, cigarrillos y demás desechos.
Pero eso no era todo; a Freddo, como a cualquier persona, le gustaba relajarse y descansar
en las plazas con su pasto verde y su mágica energía. Sin embargo, al llegar a alguna de
estas, la imagen era totalmente diferente.
Por un lado, veía cómo el pasto estaba lleno de basura y, por el otro, veía desechos de
mascotas cuyos dueños no tenían la voluntad de limpiar.
Entonces, la mágica energía se transformaba en un tóxico aire del olor de los desechos
sumados al humo de los autos. Aun así, Freddo, como ya te dije, era un hombre
esperanzado y con mucha voluntad, por lo que un día, dirigiéndose al río en busca de agua y
al ver el agua contaminada por latas, ropa y demás cosas se le ocurrió una idea. Sintió en lo
profundo de su corazón que era hora de un cambio.
Entonces, empezó a cuidar el ambiente; no solo no contaminaba con desechos, sino que
limpiaba lo que otras personas ensuciaban. Pasaban los días y Freddo mantenía la misma
rutina desde aquel día, en el que se le ocurrió la genial idea de cuidar el medioambiente. La
gente veía cómo ese pobre hombre colaboraba para vivir en una mejor ciudad y sentía gusto
al ver la pasión con la que lo hacía. Y, luego de tanto esfuerzo, pudo contagiar esa pasión a
la mayoría de los habitantes de la ciudad. Gracias a eso, hoy puede disfrutar de una ciudad
limpia.
Espero que esta historia te ayude a reflexionar y a mostrarte cómo podemos aprender a
vivir en sociedad y ayudar a las demás personas empezando por uno mismo. Insti

TRABAJAMOS EL CUENTO

Estructura el cuento de acuerdo al siguiente esquema:


ESCENA:
Personajes……………………………………………………………………………………………………………………………………….
Lugar……………………………………………………………………………………………………………………………………………….
TEMA O ARGUMENTO
Acciones que suceden
……………………………………………………………………………………………………………………………………………
Problemas y objetivo………………………………………………………………………………………………………………………………..
FINAL O DESENLACE:
Resolución…………………………………………………………………………………………………………………………..

RESUELVE EL SIGUIENTE CUESTIONARIO:

¿De qué se trata el cuento?


¿Cuál o cuáles son personajes principales?
¿Qué palabras crees tú que te indican dónde vive este personaje?
¿Qué palabras te indican el ánimo o sentimiento de los personajes?
¿Crees tú que el cuento será una fantasía o una realidad?
¿por qué?
¿Qué palabras te podrían dar las claves para saber los hechos que se suceden en el cuento?

ENUMERA TODOS LOS SENTIMIENTOS QUE ACABAS DE DEDUCIR DE LOS PERSONAJES:


EL MISTERIOSO PAYASO MALABARISTA

Había una vez un pueblo al que un día llegó un payaso malabarista. El payaso iba de pueblo en
pueblo ganando unas monedas con su espectáculo. En aquel pueblo comenzó su actuación en la
plaza, y cuando todos disfrutaban de su espectáculo, un niño insolente empezó a burlarse del
payaso y a increparle para que se marchara del pueblo. Los gritos e improperios terminaron por
ponerle nervioso, y dejó caer una de las bolas con las que hacía malabares. Algunos otros
comenzaron a abuchearle por el error, y al final el payaso tuvo que salir de allí corriendo,  dejando
en el suelo las 4 bolas que utilizaba para su espectáculo.

Pero ni aquel payaso ni aquellas bolas eran corrientes, y durante la noche, cada una de las bolas
mágicamente dio lugar a un niño igual al que había comenzado los insultos. Todas menos una,
que dio lugar a otro payaso. Durante todo el día las copias del niño insolente anduvieron por el
pueblo, molestando a todos, y cuando por la tarde la copia del payaso comenzó su espectáculo
malabarista, se repitió la situación del día anterior, pero esta vez fueron 4 los chicos que
increparon al payaso, obligándole a abandonar otras 4 bolas. Y nuevamente, durante la noche, 3
de aquellas bolas dieron lugar a copias del niño insolente, y la otra a una copia del payaso.
Y así fue repitiéndose la historia durante algunos días, hasta que el pueblo se llenó de chicos
insolentes que no dejeban tranquilo a nadie, y los mayores del pueblo se decidieron a acabar con
todo aquello. Firmemente, impidieron a ninguno de los niños faltar ni increpar a nadie, y al
comenzar la actuación del payaso, según empezaban los chicos con sus insultos, un buen montón
de mayores les impidieron seguir adelante, de forma que el payaso pudo completar su
espectáculo y pasar la noche en el pueblo. Esa noche, 3 de las copias del niño insolente
desaparecieron, y lo mismo ocurrió el resto de días, hasta que finalmente sólo quedaron el payaso
y el niño auténtico.

El niño y todos en el pueblo habían comprobado hasta dónde podía extenderse el mal ejemplo, y a
partir de entonces, en lugar de molestar a los visitantes, en aquel pueblo ponían todo su empeño
para que pasaran un buen día, pues habían descubierto que hasta un humilde payaso podía
enseñarles mucho.

TRABAJAMOS EL CUENTO

Estructura el cuento de acuerdo al siguiente esquema:

ESCENA:
Personajes……………………………………………………………………………………………………………………………………….
Lugar……………………………………………………………………………………………………………………………………………….
TEMA O ARGUMENTO
Acciones que suceden
……………………………………………………………………………………………………………………………………………
Problemas y objetivo………………………………………………………………………………………………………………………………..
FINAL O DESENLACE:
Resolución…………………………………………………………………………………………………………………………..

RESUELVE EL SIGUIENTE CUESTIONARIO:


¿De qué se trata el cuento?
¿Cuál o cuáles son personajes principales?
¿Qué palabras crees tú que te indican dónde vive este personaje?
¿Qué palabras te indican el ánimo o sentimiento de los personajes?
¿Crees tú que el cuento será una fantasía o una realidad?
¿por qué?
¿Qué palabras te podrían dar las claves para saber los hechos que se suceden en el cuento?

ENUMERA TODOS LOS SENTIMIENTOS QUE ACABAS DE DEDUCIR DE LOS PERSONAJES:


LOS DOS SACOS

Hay una antigua leyenda acerca de tres hombres, cada uno de los cuales, cargaba dos sacos,
sujetos a sus cuellos, uno al frente y el otro a sus espaldas.
 
Cuando al primero de ellos le preguntaron que había en sus sacos, él dijo: -Todo cuanto de
bueno me han dado mis amigos se halla en el saco de atrás, ahí fuera de la vista, y al poco
tiempo olvidado. El saco de enfrente contiene todas las cosas desagradables que me han
acontecido y, en mi andar, me detengo con frecuencia, saco esas cosas y las examino desde
todos los ángulos posibles. Me concentro en ellas y las estudio. Y dirijo todos mis
sentimientos y pensamientos hacia ellas.
 
En consecuencia, como el primer hombre siempre se estaba deteniendo para reflexionar
sobre las cosas desafortunadas que le habían sucedido en el pasado, lo que lograba avanzar
era muy poco. 

Cuando al segundo hombre le preguntaron qué era lo que llevaba en sus dos sacos, el
respondió: -En el saco de enfrente están todas las buenas acciones que he hecho. Las llevo
delante de mí y continuamente las saco y las exhibo para que todo mundo las vea. Mientras
que el saco que llevo atrás, contiene todos mis errores. Los llevo consigo a dondequiera que
voy. Es mucho lo que pesan y no me permiten avanzar con rapidez, pero por alguna razón,
no puedo desprenderme de ellos. 

Al preguntarle al tercer hombre sobre sus sacos, él contestó: -El saco que llevo al frente,
está lleno de maravillosos pensamientos acerca de la gente, los actos bondadosos que han
realizado y todo cuanto de bueno he tenido en mi vida. Es un saco muy grande y está lleno,
pero no pesa mucho. Su peso es como las velas de un barco “lejos de ser una carga” me
ayudan a avanzar. Por su parte, el saco que llevo a mis espaldas está vacío, pues le he hecho
un gran orificio en el fondo. En ese saco, puse todo lo malo que escuché de los demás así
como todo lo malo que a veces pienso acerca de mí mismo. Esas cosas se fueron saliendo
por el agujero y se perdieron para siempre, de modo que ya no hay peso que me haga más
penoso el trayecto.

En el primer ejemplo se refiere a un hombre que tiene cosas


EL MISTERIO DEL MONO COLORAO

Autor:
 
Eva María Rodríguez
Valores:
 
No juzgar por las apariencias, soberbia, respeto

Colorao era un mono muy particular que vivía en un circo. El circo recorría pueblos y ciudades
anunciando a bombo y platillo la gran actuación del mono Colorao. La expectación era tal que el
circo vendía todas las localidades en cuanto salían a la venta.

Siempre, antes de empezar la función, se oían muchos rumores en las gradas.

-¿Qué hará el mono Colorao? -preguntaban unos.

-¿Será rojo carmesí o será de un rojo más suave? -preguntaban otros.

Pero la función era tan larga y tan espectacular que a la mayoría de los espectadores se olvidaban
del mono Colorao. De hecho, la mayoría de asistentes no se acordaban de él hasta que llegaban
hasta que llegaban a casa.

-¿Qué pasó al final con el mono Colorao? -se preguntaban.

Pero un día el circo llegó a un pueblo con unos vecinos muy exigentes, de esos a los que no se
les pasa una. Villacriticona La Mayor se llamaba el lugar; no te digo más.

El caso es que el pueblo en pleno compró entradas para el circo. No había empezado el
espectáculo y algunos ya habían empezado a poner pegas. Que si los asientos estaban faltos de
pintura, que si la carpa tenía más remiendos que las velas de un barco pirata, que si faltaban
acomodares… Cualquier excusa era buena para criticar. Y si no había algo que criticar, se lo
inventaba…

El espectáculo empezó, y entre el público se oían más abucheos y críticas que aplausos y vítores.
Los artistas estaban desesperados. Actuar así no resulta nada motivador, sobre todo cuando
tienes que hacer esfuerzo sublime para sonreír con dolor de muelas, como le pasaba a uno de los
payasos.

Y de esta manera llegó la despedida final, sin que el mono Colorao apareciera.

-¡El mono Colorao! ¿Qué pasa con el mono Colorao?

-¡De aquí no nos vamos sin ver al mono Colorao!

Los del circo estaba en graves apuros. Tenían que sacar al mono Colorao.
¡Pero el mono Colorao no quería salir nunca!

Entre todos cogieron al mono y lo sacaron al centro de la pista.

-¡Uhhhh! -abucheó el público.

-Ese mono es un mono normal y corriente.

-No es colorao.

La gente empezó a gritar y a pedir que les devolvieran el dinero.

Era verdad, el mono era un mono normal, de color pardo. Pero tenía una particularidad: tenía muy
mal genio.

Y poco a poco, el mono Colorao empezó a enfadarse. Apretó los labios y la boca, entrecerró los
ojos y empezó a respirar muy deprisa. Casi parecía que se empezaba a hinchar.

Hasta que, de repente, la cara se le puso rojo como un tomate madura y gritó:

-¡Aaaahhh!

El mono Colorao salió corriendo y empezó a repartir mandobles a diestro y siniestro. El que no se
apartó a tiempo se llevó una buena bofetada.

-¡Colorao, tranquilo! ¡Vuelve! -le gritaban los artistas del circo.

Pero Colorao no atendía a razones. No se quedó a gusto hasta que todos se fueron de la carpa.

Cuando se tranquilizó, el mono Colorao volvió a su cesta. Los de Villacriticona La Mayor no


voliveron a hablar del tema, no siendo que alguien se lo contase al mono y volviera a repartir leña.

Y como los de Villa criticona La Mayor no dijeron nada, el circo siguió haciendo lo mismo: anunciar
al mono Colorao y luego no sacarlo. Quién sabe, lo mismo el rumor corrió y simplemente nadie
tenía ganas de llevarse un sopapo de un mono rabioso.
Sirácides (Eclesiástico), 28 – 2 – 5 Biblia

2. "Perdona a tu prójimo el daño que te ha hecho, así cuando tú lo pidas, te serán


perdonados tus pecados.
3. ¡Cómo! ¿Un hombre guarda rencor a otro hombre y le pide a Dios que lo sane?
4.No tiene misericordia con otro hombre, su semejante, y ¿suplica por sus propios
pecados?
5. Si él, débil y pecador, guarda rencor, ¿quién le conseguirá el perdón?"
BONITA HISTORIA DE GRATITUD Y APRECIO
Un joven solicitó un puesto gerencial en una empresa de gran tamaño. Pasó la
entrevista inicial y después tuvo una junta con el director general.
El director descubrió en su currículo que los logros académicos del joven eran
excelentes. Le preguntó: “¿Lograste obtener becas en tu escuela?”, a lo que el joven
contestó, “no”.
-¿Entonces tu papá pagaba tus colegiaturas?
-Mi papá falleció cuando yo tenía un año; fue mi madre la que pagó las colegiaturas-
respondió.
-¿Dónde trabajaba tu madre?
-Mi madre era lavandera.
El director pidió al joven que le mostrara sus manos. El joven mostró un par de
manos perfectamente suaves y lisas.
-¿Alguna vez ayudaste a tu madre a lavar la ropa?
-Jamás, mi madre siempre prefirió que yo estudiara y leyera. Además, ella lava la
ropa más rápido que yo.
Entonces, el director le dijo: “Te tengo un encargo: cuando vayas hoy a casa, limpia
las manos de tu madre y ven a verme mañana”.
El joven sentía que tenía gran oportunidad de obtener el empleo. Cuando volvió a
casa, le pidió a su madre que le dejara limpiar sus manos. Su madre se extrañó. Le
dio gusto, pero con sentimientos encontrados mostró sus manos a su hijo.

Lentamente, el joven limpió las manos de su madre. Las lágrimas bañaron su rostro
mientras lo hacía. Era la primera vez que notaba que las manos de su madre
estaban muy arrugadas y llenas de moretones. Algunos le dolían tanto, que su
madre hacía gestos de dolor cuando él los tocaba.
Esa fue la primera vez que el joven se dio cuenta de que esas manos lavaron ropa
diariamente para que el pudiera ir a la escuela. Las heridas fueron el precio que ella
pagó por la educación y el futuro de su hijo.
Al terminar de lavar las manos, el joven silenciosamente lavó el resto de la ropa de
su madre.

Esa noche, madre e hijo hablaron por un largo rato.


A la mañana siguiente, el joven se presentó en la oficina del director.

El director notó las lágrimas en los ojos del joven cuando le preguntó:
“¿Podrías decirme qué aprendiste ayer en tu casa?”.
El joven contestó: “Limpié las manos de mi mamá y también terminé de lavar la ropa
por ella”.
-Ahora ya sé lo que es el aprecio. Sin mi madre, no sería el hombre que ahora soy.
Al ayudarla, aprendí lo difícil y duro que es tener tus propios logros. Y ahora aprecio
la importancia y valor de ayudar a la familia.
El director le dijo: “Esto es lo que busco en un gerente. Quiero reclutar a una
persona que valore la ayuda de otros, una persona que conozca el sufrimiento de
los demás para lograr las cosas y que el dinero no sea el único valor en su vida”.
-Quedas contratado.
Un niño sobreprotegido y a quien se le ha dado todo lo que pide, desarrollará una
“mentalidad con derechos” y siempre será egoísta. No le importarán los esfuerzos
de sus padres. Si somos este tipo de padres sobreprotectores, ¿estamos realmente
mostrando amor o estamos destruyendo a nuestros hijos?
Tus hijos podrán vivir en una gran casa, comer una gran comida, aprender piano y
tener una gran pantalla de televisión. Pero cuando cortes el césped, deja que ellos
lo experimenten también. Después de comer, permite que ellos laven sus platos con
sus hermanos y hermanas. No es porque no puedas contratar a una mucama, sino
porque debes amarlos de la forma correcta. Quieres que entiendan que no importa
qué tan ricos sean sus padres, algún día tendrán canas, al igual que la mamá del
joven de la historia.
Lo más importante es que tus hijos aprendan a valorar el esfuerzo, experimenten la
dificultad y que aprendan a trabajar en equipo para hacer las cosas.
Bonita Historia de Reflexión sobre la Gratitud

Había una vez un Zar que se encontraba muy enfermo. Un día no puedo más y en
su desesperación por librarse de ese mal que le aquejaba desde hacía ya mucho
tiempo pronunció las siguientes palabras:

“¡Daré la mitad de mi reino a quien pueda curarme!”


Buscando Ayuda

Todos los médicos y sabios se reunieron para intentar curar al zar, mas no


encontraron remedio alguno.

A punto de darse por vencidos, uno de ellos exclamó: ¡Hay una forma de curar al
zar!, los demás médicos y sabios lo miraron con asombro y preguntaron: “¿cuál es
la solución?”, el sabio respondió: “si logramos encontrar a un hombre de emociones
positivas que sea verdaderamente feliz, basta con quitarle su camisa y ponérsela
al zar para que se cure.”

Se requería un hombre feliz

Entonces el zar hizo buscar en su reino a un hombre verdaderamente feliz. Los


enviados del soberano se esparcieron por todo el reino, pero no pudieron hallar al
afortunado hombre. Uno era sumamente rico, pero estaba enfermo, otro gozaba de
plena salud, pero era pobre, otro más era rico y sano, pero se quejaba de su mujer
y de sus hijos, en fin, a todos les faltaba algo para ser verdaderamente felices.

Cara a cara con la gratitud

Cierta noche el hijo del zar pasaba afuera de una choza muy sencilla y escuchó que
adentro alguien exclamaba: “Gracias Dios mío porque tengo todo para ser
feliz. He trabajado y he comido bien. Nada me falta.” El hijo del zar se sintió lleno
de alegría y mandó a sus sirvientes a que le llevaran la camisa de aquel hombre, a
quien en cambio había que darle cuánto dinero exigiera.

Se dirigieron a toda prisa a la choza para quitarle la camisa al hombre feliz, pero
GRANDE fue sorpresa pues éste hombre era tan pobre que no tenía camisa.

Reflexión sobre la Gratitud – Conclusión

Esta Reflexión sobre la gratitud nos invita a cultivar en nosotros un corazón


agradecido. Agradecer por las personas que nos rodean y que seguramente nos
llenan de sus favores, pero sobre todo a Dios, que jamás nos abandona y cuya
misericordia es infinita.
Algunas Frases sobre la gratitud:

¡NO ES QUE LAS PERSONAS FELICES SEAN AGRADECIDAS, SINO QUE SON
LAS PERSONAS AGRADECIDAS LAS QUE SON FELICES?

ORACIÓN DE GRATITUD POR EL MES DE SEPTIEMBRE.

Amado Dios, es realmente sorprendente mirar el calendario y darnos cuenta que


poco a poco nos vamos acercando al final de este año. Hoy estamos en la segunda
semana del mes de octubre y en este instante nos acercamos hasta Ti para darte
gracias por tu infinito amor, por tu bondad, por tu provisión y por tus cuidados que
nos sustentan.
Gracias por haber cuidado de nosotros y de nuestras familias a lo largo de estos
meses.
Gracias por los momentos buenos, por los lugares que conocimos, por las personas
que nos ayudaron, por los sueños que empezaron y gracias por todas esas veces
en que Tú obraste en silencio para protegernos del peligro, del abuso y de personas
malvadas.
Gracias también por las tristezas y por las ilusiones que llegaron a su fin. Nosotros
comprendemos que tu obra es perfecta, por eso, y aunque a veces nos cueste
entender algunas cosas que suceden, nosotros vivimos con aceptación cada uno de
tus designios, porque sabemos que solo en Ti puedo encontrar la paz, el éxito y la
realización que tanto anhelo.
Señor, en este instante queremos dejar atrás todo lo que dolió, todos nuestros
temores y poner nuestra confianza en Ti. Por favor danos sabiduría, guía nuestros
pasos y permítenos tener un mes de octubre lleno de dicha, victorias y prosperidad.
Amen
Por favor mira mi corazón, mis esperanzas, las esperanzas de mis seres queridos y
guíanos por caminos buenos y convenientes. Por favor danos salud, bienestar,
mantennos a salvo del peligro, de los caminos sin salida, del enemigo malvado y de
todos aquellos que quieran hacernos mal.

Te pido también por todos aquellos que terminan este mes de septiembre con
alguna carencia y tristeza en su corazón, por los padres desesperados, por los niños
huérfanos, por las personas enfermas y por todo aquel que está atravesando alguna
gran necesidad. Te suplico que tu mano misericordiosa sea derramando una lluvia
de bendiciones y bienestar sobre aquel que necesite con urgencia de Ti.

AMADO DIOS, te doy gracias por este mes que termina y por la certeza de que Tú
siempre estarás conmigo. Te pido que tu bendición descienda en esta noche sobre
mi hogar y mi familia y que desde mañana podamos vivir un mes de octubre en
propósito, bonanza, felicidad y bienestar, AMÉN.

Cultivar la Gratitud

La Gratitud 
aporta sentido al pasado,  paz  al presente y perspectiva al futuro
– Melody Beattle

La Gratitud es riqueza, la queja es pobreza


-Doris Day

La Gratitud es la  memoria de un corazón  contento

Una chica difícil de casar

Llévate estos cuentos

La señorita Paz era la joven más bella y deseada en el mundo de los pensamientos.

Era tan buena y bonita, que todos se morían por casarse con ella. Pero había

nacido con una maldición, y el más mínimo problema o dificultad podía transformarla

en una horrible bruja llamada Guerra, tan malvada que destrozaba todo cuanto

tocaba. Por eso tenía que tener mucho cuidado con sus novios, para evitar que

pasara lo que en su primera cita con el poderoso señor Venganza, donde nada más

verlo, sufrió una transformación horrorosa, y arrasó el país durante semanas. O

como ocurrió con el señor Ira, que la transformó con solo besarla.

Aunque no todas sus historias de amor fracasaron tan pronto. Con el serio señor

Justicia llegaron a pensar en la boda, pero un día la señorita Paz se equivocó,  don
Justicia aplicó su justo castigo, y poco después una espantosa bruja corría tras el

justo novio para arrancarle hasta el último de sus pelos.

Fue otro antiguo novio, el señor Miedo, quien convenció a todos de que lo mejor

sería olvidarse de ella y su peligrosa belleza, aislándola en la más profunda

mazmorra. La joven no se opuso, y durante mucho tiempo su única compañía fue

un pequeño carcelero cuyo nombre nadie se atrevía a pronunciar. Era un tipo tan

distinto a otros pensamientos que Orgullo y Vanidad, la pareja más famosa del cine,

a menudo se burlaban de él en sus películas.

Pero algo tenía de especial el pequeño carcelero porque, pasara lo que pasara,

junto a él la bella Paz nunca se transformaba. En aquella mazmorra se hicieron

amigos, se enamoraron y se casaron. Y tiempo después regresaron felices al

país de los pensamientos, donde Paz jamás volvió a transformarse y brilló

como nunca. Tanto, que doña Envidia hizo desear a todo el mundo haber

vivido una historia tan bonita.

Al final, resultó que hasta Orgullo y Vanidad rodaron una película sobre sus vidas.

Pero fue un fracaso, porque cambiaron el nombre de los personajes, sin saber

que la magia que había acabado con la maldición residía precisamente en aquel

nombre que nadie se atrevía a pronunciar: se llamaba Perdón.

Así que ya sabes: evita romper la Paz, y llena el mundo de amor, sabiendo decir

"Perdón".
EL SARTENAZO

La rana Renata era la mejor cocinera de los pantanos y a su

selecto restaurante acudían todas las ranas y sapos de los

alrededores. Sus "moscas en salsa de bicho picante" o

sus "alitas de libélula caramelizadas con miel de abeja" eran

delicias que ninguna rana debía dejar de probar, y aquello hacía sentirse a Renata

verdaderamente orgullosa.

Un día, apareció en su restaurante Sopón dispuesto a cenar. Sopón era un sapo

grandón y un poco bruto, y en cuanto le presentaron los exquisitos platos de Renata,

comenzó a protestar diciendo que aquello no era comida, y que lo que él quería era

una buena hamburguesa de moscardón. Renata acudió a ver cuál era la queja de

Sopón con sus platos, y cuando este dijo que todas aquellas cosas eran

"pichijiminadas", se sintió tan furiosa y ofendida, que sin mediar palabra le dio un

buen sartenazo.
Menuda trifulca se armó. A pesar de que Renata enseguida se dio cuenta de que

tenía que haber controlado sus nervios, y no dejaba de pedir disculpas a Sopón,

éste estaba tan enfadado, que decía que sólo sería capaz de perdonarla si él mismo

le devolvía el sartenazo. Todos trataban de calmarle, a sabiendas de que, con la

fuerza del sapo y la pequeñez de la rana, el sartenazo le partiría la cabeza. Y como

Sopón no aceptaba las disculpas, y Renata se sentía fatal por haberle dado el

sartenazo, Renata comenzó a hacer de todo para que le perdonara: le dio una

pomada especial para golpes, le sirvió un exquisito licor de agua de charca e incluso

le preparó ¡una estupenda hamburguesa de moscardón!

Pero Sopón quería devolver el porrazo como fuera para quedar en paz. Y ya

estaban a punto de no poder controlarle, cuando apareció un anciano sapo

caminando con ayuda de unas muletas.

- Espera Sopón-dijo el anciano- podrás darle el sartenazo cuando yo te rompa la

pata. Recuerda que yo llevo muletas por tu culpa.

Sopón se quedó paralizado. Recordaba al viejo que acababa de entrar. Era

Sapiencio, su viejo profesor que un día le había salvado de unos niños groceros

cuando era pequeño, y que al hacerlo se dejó una de sus patas. Recordaba que

todo aquello ocurrió porque Sopón había sido muy desobediente, pero Sapiencio

nunca se lo había recordado hasta ahora...

Entonces Sopón se dio cuenta de que estaba siendo muy injusto con Renata.

Todos, incluso él mismo, cometemos errores alguna vez, y devolver golpe por golpe

y daño por daño, no hacía sino más daño. Así que, aunque aún le dolía la cabeza y
pensaba que a Renata se le había ido la mano con el sartenazo, al verla tan

arrepentida y haciendo de todo para que le perdonase, decidió perdonarle. Y

entonces pudieron dedicar el resto del tiempo a reírse de la historia y saborear la

rica hamburguesa de moscardón, y todos estuvieron de acuerdo en que aquello fue

mucho mejor que liarse a sartenazos.

 Saber perdonar es una condición imprescindible para conseguir una paz


duradera.
 La ley ojo por ojo diente por diente no es solución para nada, si algo pueden
solucionar las cosas es saber perdonar.
 No perdonar, aunque solo sea una vez, tiene consecuencias sobre
convivencia tranquila y pacífica.

“JESÚS, TE QUEREMOS CONOCERTE MEJOR POR MEDIO DE TU PALABRA, GUÍANOS”

Amigo Jesús,

Te damos gracias porque a diario derramas tu amor sobre nosotros,

Mostrándonos que eres la Palabra Viva que transforma los corazones

Y con tu encarnación en nuestra Madre María nos mostraste que eres Dios que salva.

Enséñanos oh gran Maestro a escucharte

Especialmente en este mes en que celebramos

Poder tener la Biblia como

La revelación de tu Palabra a todos los pueblos.

Que no pase un día de este mes

Sin que nos acerquemos a las Escrituras

Y encontremos en ellas

El mensaje de vida que tienes para nosotros.


 

Queremos comprometernos a alimentarnos

Espiritualmente con la lectura de la Palabra

A conocer más de ti en ella

A hablar contigo a través de la oración

Y vivir tus enseñanzas con todo nuestro corazón.

ORACIÓN PARA ANTES DE LEER LA SAGRADA ESCRITURA

Señor Jesús, abre mis ojos y mis oídos a tu Palabra.


Que lea y escuche yo tu voz y medite tus enseñanzas.
Despierta mi alma y mi inteligencia,  para que tu Palabra penetre en mi corazón
y pueda yo saborearla y comprenderla.
Dame una gran fe en ti,  para que tus palabras sean para mí otras tantas luces
que me guíen hacia ti por los caminos de la justicia y de la verdad.
Habla, Señor,  que yo te escucho y deseo poner en práctica tu doctrina,
porque tus palabras son para mí, vida, gozo, paz y Felicidad
Habla, Señor  tú eres mi Señor y mi Maestro  y no escucharé a nadie sino a ti.

Amen.
LAS CONEJITAS QUE NO SABÍAN RESPETAR

Había una vez un conejo que se llamaba Serapio. Él vivía en lo más alto de una montaña con sus
nietas Serafina y Séfora. Serapio era un conejo bueno y muy respetuoso con todos los
animales de la montaña y por ello lo apreciaban mucho. Pero sus nietas eran diferentes: no
sabían lo que era el respeto a los demás.

Serapio siempre pedía disculpas por lo que ellas hacían. Cada vez que ellas salían a pasear,
Serafina se burlaba: 'Pero mira qué fea está esa oveja. Y mira la nariz del toro'. 'Sí, mira qué feos
son', respondía Séfora delante de los otros animalitos. Y así se la pasaban molestando a los
demás, todos los días.

Un día, cansado el abuelo de la mala conducta de sus nietas (que por más que les enseñaba, no
se corregían), se le ocurrió algo para hacerlas entender y les dijo: 'Vamos a practicar un juego en
el que cada una tendrá un cuaderno. En él escribiréis la palabra disculpas, cada vez que le
faltéis el respeto a alguien. Ganará la que escriba menos esa palabra'.

'Está bien abuelo, juguemos', respondieron al mismo tiempo. Cuando Séfora le faltaba el respeto a
alguien, Serafina le recordaba el juego y hacía que escribiera en su cuaderno la
palabra disculpas (porque así Séfora tendría más palabras y perdería el juego).
De igual forma Séfora le recordaba a Serafina cuando le faltaba el respeto a alguien. Pasaron los
días y hartas de escribir, las dos se pusieron a conversar: '¿No sería mejor que ya no le faltemos
el respeto a la gente? Así ya no sería necesario pedir disculpas'.

Llegó el momento en que Serapio tuvo que felicitar a ambas porque ya no tenían quejas de
los vecinos. Les pidió a las conejitas que borraran poco a poco todo lo escrito hasta que sus
cuadernos quedaran como nuevos.

Las conejitas se sintieron muy tristes porque vieron que era imposible que las hojas del cuaderno
quedaran como antes. Se lo contaron al abuelo y él les dijo: 'Del mismo modo queda el corazón de
una persona a la que le faltamos el respeto. Queda marcado y por más que pidamos disculpas,
las huellas no se borran por completo. Por eso debemos respetar a los demás así como nos
gustaría que nos respeten a nosotros'.

Cuento enviado por Decxy Araque, Venezuela

Ejercicios de comprensión lectora sobre el cuento

Además de hablar sobre el valor del respeto, con este cuento puedes aprovechar para trabajar
una de las habilidades que los niños deben adquirir a lo largo de su paso por el colegio. Nos
referimos a la comprensión lectora. Y es que, como se detalla en el estudio realizado por Juan
Gómez Palomino, de la Universidad Nacional del Altiplano de Perú, y publicado en la revista
Comuniaccion, una buena comprensión lectora por parte de los alumnos es vital para la clase de
lengua, pero también influye en otros campos como las matemáticas, la ciencia y ambiente o la
formación religiosa.

Es por ello que a continuación te proponemos algunos ejercicios de comprensión lectora. Además,


hemos incluido algunas otras cuestiones que harán que tus hijos reflexionen sobre este valor tan
importante en su educación, el respeto.

1. Responde 'V' si la afirmación es verdadera y 'F' si es falsa.

- Serapio era el papá de Serafina y Séfora.

- Las conejitas aprendieron que pedir disculpas lo soluciona todo y por ello no es importante
aprender a respetar.

- En este cuento se dice que solo debemos respetar a nuestros padres y maestros.
- Finalmente, las conejitas se dan cuenta de que las heridas provocadas por las burlas no se
llegan a borrar del todo.

2. Describe a los personajes con adjetivos según lo que habéis leído en la historia.

- Serapio.

- Serafina y Séfora.

3. ¿Qué significa 'respetar a los demás'?

4. Recuerda alguna vez en la que sentiste que alguien te faltó el respeto (puede ser alguna vez en
que alguien se burló de ti por algo). ¿Cómo te sentiste en ese momento?

5. Subraya las palabras que no conozcas del texto, búscalas en un diccionario e intenta utilizarlas
cuando converses con tus papás y maestros.

Algunos consejos para fomentar el valor del respeto en los niños


Además de leer el cuento de 'Las conejitas que no sabían respetar', tener en cuenta los siguientes
consejos te ayudará a que tus hijos sean más respetuosos.

- Educar con el ejemplo


Aunque muchas veces no nos damos cuenta, los niños están siempre observándonos. Nos
convertimos en un modelo que les ayuda a saber qué comportamientos están bien y cuáles están
mal. De ahí, la importancia que tiene que seamos conscientes de nuestros actos y que
eduquemos a través del ejemplo. Si nosotros no somos respetuosos, no podemos esperar que
nuestros hijos lo sean. Eso incluye, respetar a los niños si queremos que ellos nos respeten.

- Hablar a los niños sobre distintas culturas


A la hora de educar a los más pequeños en el respeto a la diversidad, es importante que le
transmitamos que existen mucha gente, en otros países, con rasgos diferentes a los nuestros o
con costumbres distintas. Hacer vuestro propio mapamundi e investigar sobre los países del
mundo puede ser un ejercicio muy interesante y divertido para los más pequeños.

- Enseñar a tus hijos a pedir perdón


A veces nos equivocamos (muchas veces sin querer) y hacemos daño a la gente que nos rodea o
causamos algún inconveniente. En ese momento, debemos pedir perdón por aquello que hemos
hecho mal. Para que los niños sepan en qué situaciones hay que disculparse, nosotros también
debemos hacerlo cuando nos equivoquemos.

- 'Por favor', 'gracias'...


Estas son palabras que tienen que estar en nuestro vocabulario. De esta forma, poco a poco los
niños empezarán a usarlas e incorporarlas a su día a día.
- Respeta sus decisiones y sus opiniones
Los niños, aunque son pequeños, también tienen su opinión y tenemos que respetarla. Por eso,
debemos escucharles lo que tienen que decir y responderles de una forma sincera y clara.

- Trabajar la empatía con los niños


Gracias a la empatía, los niños aprenderán a ser más respetuosos. Debemos enseñarles a
ponerse en la piel del otro y comprender por qué se siente de tal forma.

Más cuentos y poemas infantiles sobre el respeto

os dos profes
Cuentos originales
Autor:

Soledad Antelo

Edades:

A partir de 6 años

Valores:

empatía, aprendizaje

En el vecindario de Teo vivían dos ancianos que llamaban la atención del niño.
A Teo le daba curiosidad que ambos tenían vidas muy distintas, uno de ellos
vivía en su casa solo, nadie lo visitaba y tenía cara de amargado
constantemente.

Por su parte, la otra anciana vivía con uno de sus hijos, su nuera y nietos, además recibía
constantemente visitas de sus otros hijos, nietos y unos cuantos amigos. Un buen día, de
camino hacia la plaza, Teo le preguntó a su padre.

—Papá, ¿por qué la anciana está siempre rodeada de sus seres queridos, y el hombre de
la otra casa siempre solo?

—¿Por qué te preocupa eso Teo?

—Pues no lo sé, pero no entiendo. ¿No tiene familia ese anciano?

—Claro que la tiene hijo¿Tienes ganas de oír una historia?

—Por supuesto- respondió Teo.

Padre e hijo llegaron a la plaza, se sentaron en un banco, y el hombre empezó a relatarle


a su hijo la siguiente anécdota.

En la escuela del pueblo había muchos profesores, pero dos se destacaban sobre el resto,
una de ellos por su amabilidad y bondad, y el otro por cascarrabias y malvado. La
profesora era muy amorosa con todos sus alumnos. Enseñaba muy bien a todos los niños
y se preocupaba por ellos. Cada día los saludaba amorosamente, y los despedía al final de
las clases de la misma manera. Si se equivocaban con las tareas o en los exámenes, con
mucha paciencia les explicaba el asunto para ayudarlos a mejorar. Si debía regañarlos por
algún asunto, lo hacía haciéndose respetar pero sin maltratar a los alumnos.

El otro profe, en cambio, era muy estricto. Llegaba con cara de haberse chupado un limón
y siempre se dirigía a los alumnos de una manera muy fría. Apenas se acordaba sus
nombres. Tenía poca paciencia para explicar, cuando le hacían una pregunta, respondía
de mal humor como si los niños no hubieran entendido por tontos. A la hora de regañarlos
lo hacía de muy malos modos.

—Obviamente, los niños adorábamos a la profesora. Y a él, bueno, mejor lejos.

—¿Adorábamos?.¿Eras tú uno de ellos?

—-Pues si, esa escuela era la mía y esos fueron dos de mis profesores. Y tú los conoces.
T eo tardó muy poco en
entender que los dos profesores de su papá eran los ancianos del vecindario que llamaban
su atención.

—Los dos profesores aún viven en el pueblo, y son esos ancianos que me preguntabas.
¿Ahora entiendes?

—Sí, ahora tiene mucho más sentido.

—Nuestras acciones tienen consecuencias Teo, si no somos amables con quienes nos
rodean y no actuamos con buenos valores, no es lógico esperar retribución de los demás.

—Pobre anciano, qué pena que no lo haya entendido antes —suspiro Teo, que con su
buen corazón solía preocuparse por los demás, incluso siendo tan pequeño.

Después de la charla, Teo jugó y correteó por la plaza. Desde ese día siempre recordó la
historia de los dos profes que paso a formar parte de sus valores personales.
 

EL MUNDO ES UNA CAJA DE COLORES

En un rincón de la clase del primer grado lloraba Ana, una de las pequeñas estudiantes. Aquello
era muy raro, ella era una niña que siempre vivía feliz y sonriente. —¿Por qué lloras? ¿Te duele
algo? —le pregunta la profe a la pequeña. —Maestra, Juanita me ha dicho que soy muy fea —
respondió la niña entre lágrimas y sollozos—. ¡La más fea de toda la clase! —Eso no es verdad —
le dice la maestra mientras le seca con ternura las lágrimas—. Eres una pequeña muy hermosa.
—¿Por qué has dicho eso Juanita? —pregunta la maestra un poco enojada. —Porque ella es muy
oscura —responde la niña un poco dudosa. —Juanita, todos tenemos un color de piel con el que
nacemos —explica la maestra—, unos son más claros y otros más oscuros, pero todos igual de
bellos. ¿Niños y niñas han pensado en cómo sería el mundo si no existieran los diferentes
colores? —preguntó la maestra a su clase. —¡Muy aburrido! Como un día de lluvia —respondió el
más travieso. —Las flores serían todas iguales— dijo Ana. —No existiría el arcoíris — agregó
Juanita. —¿Ya lo ven niños? —preguntó la maestra—.¡Es maravilloso que seamos diferentes! Al
final la maestra dio un gran suspiro y agregó: ¡El mundo es como una caja de colores, es más
bella mientras más colores tenga! © 2014 Liliana Mora León Imagen: morguefile
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Un tazón de sopa

Hacía varios años que José vivía en la calle. Tantos, que creía haber nacido allí. Ya
no le importaba ni el por qué, ni el cómo. Casi tampoco el hasta cuándo.

José se había acostumbrado. Hacía ya un tiempo se había instalado en la entrada


de lo que años atrás había sido un banco. La propiedad estaba abandonada en
espera que el juicio que la tenía a mal traer se resolviera. Por suerte para José la
justicia era lenta, muy lenta.

María era una mujer sola. Se había mudado al barrio hacía poco tiempo y no había
hecho muchos amigos. Tenía un alma noble, pero un carácter algo difícil.

Una noche, camino a su casa, María pasó por el refugio de José. Casi no le prestó


atención, hacía demasiado frío como para detenerse a observar a un hombre sucio
y cubierto de rotas frazadas.

Se preparó una sopa y se sentó a la mesa, sola como siempre.

De pronto recordó al hombre que había visto muy a la pasada. Miró el plato de
humeante sopa que tenía en frente y se dejó llevar por su impulso. Buscó un envase
de plástico para colocar una porción de sopa, pero no encontró.

Quería llevarle algo calentito para que ese hombre, cuyo rostro no recordaba, no
sintiese tanto frío. Buscó y no encontró nada que la convenciera. Tomó entonces un
tazón de porcelana viejo y algo cachado, lo llenó, lo tapó con un plato y envuelto en
un repasador, se lo llevó.
El hombre seguía allí, cobijado por las frazadas agujereadas.

María, sin decir palabra, depositó el tazón junto a José y se fue rápido tal vez
perseguida por el frío o algo de vergüenza, de esa que no debe tenerse, pero que a
veces se siente. José comenzó a creer en los milagros, ya no recordaba cuánto
hacía que no tomaba un plato de sopa caliente.

El aroma lo embriagó y el sabor recorrió cada fibra de su cuerpo, igual que el calor
de ese caldo que curó por un instante, sólo por un instante, tantos años de frío y
hambre. Fue tal la avidez con la que tomó la sopa que recién luego de acabarla, se
preguntó quién la habría dejado.

Miró el coqueto tazón de porcelana, lo tocó –aún estaba tibio- y la textura de esa
fina loza lo maravilló y lo intrigó también. Agradecido y con menos frío del habitual
se dispuso a dormir.

María por su parte, regresó a su casa. Calentó la sopa y se sirvió otro plato.


Mientras veía elevarse el humo que emanaba del caldo y se perdía caprichoso en el
cielo raso de la cocina, pensó en José y en ella también. Le dio pena ese hombre
que vivía solo en la calle, pero también sintió pena por ella.

Ella también vivía sola, cómodamente, por cierto, pero sola.

Se preguntó cómo habría sido la vida de José, qué habría pasado para que
terminase viviendo en la calle. ¿Cómo se sentiría vivir a la intemperie, pasar
hambre, frío y soledad? María no tenía una respuesta para la mayoría de sus
preguntas. Lo que sí sabía era cómo se sentía la soledad, lo sabía muy bien.

A partir de ese día, cada noche, María dejaba un tazón de sopa caliente junto


a José. Volvía a su casa y recién en ese momento se servía otro para ella.

María comenzó a sentirse menos sola, pues sabía que mientras ella
cenaba, José también lo estaba haciendo. Por primera vez en su larga vida,
comenzó a cocinar no sólo para ella y el sentir que alguien la necesitaba y la
esperaba, del modo que fuese, la alivió y curó en parte su soledad.

Para José los días cambiaron y se hicieron más cortos.

Sabía más allá del frío, la lluvia o las penurias que el día le deparase, por la noche,
llegaría esa caricia contenida en el tazón de sopa caliente.

De un modo u otro, ambos se necesitaban porque, cierto es, todos necesitamos de


todos, con hambre o sin ella, con frío o con calor. Y se ayudaron mutuamente,
porque la soledad también produce frío y porque el hambre se siente más si uno
está solo.
Y se sintieron menos solos, mejores, algo querido, menos abandonado. El tazón
de porcelana cobijaba cada noche, mucho más que sopa caliente.

Lo que María ofrendaba a José era mucho más que alimento y lo que José hacía


por ella era infinitamente más que dar las gracias.

Todas las noches, un pequeño milagro se hacía realidad, la soledad, el hambre y el


abandono desaparecían tras el vapor de una sopa amorosamente servida en un
tazón de porcelana

UN CUENTO SOBRE LA AYUDA A LOS DEMÁS


Un cuento para compartir y hacernos reflexionar sobre el objetivo de nuestra
empresa de servicio de ayuda a domicilio, “El espejo”, adaptación de un
cuento tradicional oriental.

“Cristian casi no vio a la señora, en el auto parado al costado de la


carretera. Llovía fuerte y era de noche. Pero se dio cuenta que ella
necesitaba de ayuda…
Así paro su auto y se acercó. El auto de la señora olía a tinta, de tan nuevo.
¿La señora pensó que pudiera ser un asaltante? El no inspiraba confianza,
parecía pobre y hambriento.
Cristian percibió que ella tenía mucho miedo y le dijo: “Estoy aquí para
ayudarla madame, no se preocupe. ¿Porque no espera en el auto que está
más calentito? A propósito, mi nombre es .Cristian”
Bueno, lo que pasaba es que ella tenía una llanta pinchada y para colmo
era una señora de edad avanzada, algo bastante incómodo. Cristian se
agacho, colocó el gato mecánico y levantó el auto. Luego ya estaba
cambiando la llanta. Pero quedo un poco sucio y con una herida en una de
las manos…

Cuando apretaba las tuercas de la rueda ella abrió la ventana y comenzó a


conversar con él. Le contó que no era del lugar, que solo estaba de paso
por allí y que no sabía cómo agradecer por la preciosa ayuda. Cristian
apenas sonrió mientras se levantaba.
Ella preguntó cuánto le debía. Ya había imaginado todas las cosas terribles
que podrían haber pasado si Cristian no hubiese parado para socorrerla.
Cristian no pensaba en dinero, le gustaba ayudar a las personas…
Este era su modo de vivir. Y respondió: “Si realmente quisiera pagarme, la
próxima vez que encontrase a alguien que precise de ayuda, dele a esa
persona la ayuda que ella precise y acuérdese de mi”…
Algunos kilómetros después la señora se detuvo en un pequeño restaurant,
la camarera vino hasta ella y le trajo una toalla limpia para que secase su
mojado cabello y le dirigió una dulce sonrisa…
La señora notó que la camarera estaba con casi ocho meses de embarazo,
pero la misma no dejó que la tensión y los dolores le cambiaran su actitud…

La señora quedó curiosa en saber cómo alguien que teniendo tan poco,
podía tratar tan bien a un extraño. Entonces se acordó de Cristian. Después
que termino su comida, y mientras la camarera buscaba cambio, la señora
se retiro…
Cuando la camarera volvió quiso saber dónde la señora pudo haber ido,
cuando noto algo escrito en la servilleta, sobre la cual tenía 5 billetes de 100
euros.
Le cayeron las lágrimas de sus ojos cuando leyó lo que la señora escribió.
Decía:
Tú no me debes nada, yo tengo bastante. Alguien me ayudo hoy y de la
misma forma te estoy ayudando. Si tú realmente quisieras reembolsarme
este dinero, no dejes que este círculo de amor termine contigo, ayuda a
alguien…
Aquella noche, cuando fue a casa, cansada se acostó en la cama, su
marido ya estaba durmiendo y ella quedó pensando en el dinero y en lo que
la señora dejó escrito…
Como puede esa señora saber cuánto ella y el marido precisaban de aquel
dinero? Con él bebe que estaba por nacer el próximo mes, todo estaba
difícil…

Quedo pensando en la bendición que había recibido, y dio una gran


sonrisa…
Agradeció a Dios y se volvió hacia su preocupado marido que dormía a su
lado, le dio un beso suave y susurró:
-Todo estará bien; te amo… Cristian!

LA VIDA ES ASI… UN ESPEJO… TODO LO QUE TÚ DAS, VUELVE A TI

Cathi, una periodista de un país muy rico, viajó a la India, y mientras caminaba cerca
de un hotel un niño se le acercó y le dijo:

—Señora, por favor, cómpreme un par de zapatos.

Ella bajó la cabeza para ver quien le hablaba. Al hacerlo, vio a un pequeño niño, con
la ropa rota y muy sucia, y los pies descalzos.

—Por favor señora, necesito zapatos —volvió a repetir el niño.

—¿Cuál es tu nombre? —preguntó la mujer.

—Mishka —respondió el niño, y sabiendo que su nombre era especial agregó—; y


significa “regalo de amor”.

—Mi nombre es Cathi —se presentó ella, mientras sonreía del ingenio del pequeño
—, y hoy te daré ese regalo que me pides.

Al frente del lugar había un almacén, entraron y compraron los zapatos que el niño
eligió. Al salir, Mishka dio las gracias y se marchó muy contento.

Otro día, nuevamente el niño, al verla salir del hotel, le pide un par de zapatos.
—¿Qué hiciste los que te compré? —preguntó Cathi.

—Los he regalado porque me quedaron pequeños —dijo Mishka algo apenado, pero
con una leve sonrisa.

—Bueno, está bien —respondió Cathi después de poner a prueba su generosidad


—. Yo también, más de una vez, compré zapatos que después me apretaron los
pies.

Entraron a la tienda y compraron un nuevo par de zapatos, esta vez más grandes
que los anteriores. El niño salió feliz con su regalo.

El tercer día, ocurre la misma escena, pero esta vez Mishka le pedía zapatos a otro
turista. Cathi, como buena periodista decide poner atención a lo que pasaba y
escuchó:

—Me parece que esos zapatos son de niña —le dijo el hombre a Mishka.

—Señor, estos son los zapatos que me gustan, así se usan en la India —respondió
Mishka con algo de picardía.

El hombre decidió comprarle los zapatos al gusto del niño, al fin de cuentas eran
zapatos muy baratos, y qué sabía él de la moda en la India.

Cathi al ver a Mishka salir del almacén y separarse del turista, lo siguió sigilosa, para
no ser descubierta.

—¿Mishka está engañando a los turistas? ¿Trabajará para algún ladrón que explota
a los niños?, se preguntaba Cathi mientras lo seguía por diversas calles de la
ciudad.

Al final, llegaron a un callejón sin salida; era un sitio sucio y oscuro, que se veía
bastante peligroso. Mishka dio un silbido, y después otro más fuerte, y de la nada
comenzaron a llegar niños y niñas; todos muy pobres y más pequeños que Mishka.

Una niña sin zapatos salió presurosa dando brincos y diciendo:

—Mishka, ¿Me has traído mis zapatos?


—Sí —respondió el niño con una gran sonrisa—, por fin he podido traerlos, me los
ha comprado un turista.

Cathi observó en el rostro de la niña una gran felicidad al probarse sus zapatos, y


aunque sus pies eran mucho más pequeños, inmediatamente salió a correr
con ellos. Al fijarse bien, también reconoció que dos niños llevaban puestos los
zapatos que ella le había comprado a Mishka, mientras él seguía descalzo.

Ese día Cathi descubrió porque Mishka era: “Un regalo de amor”.

ORACION DE LA MAÑANA

TE PEDIMOS PADRE, QUE NOS ACOMPAÑES EN ESTA BELLA JORNADA QUE


ESTAMOS INICIANDO, CAMINA JUNTO A NOSOTROS Y NO PERMITAS QUE NOS
PERDAMOS POR EL RUIDO, LA TENSION Y LA RUTINA, QUE TODA ACCION POR
MAS REPETITIVA QUE SEA LA CONVIERTAS EN UNA LABOR EXTRAORDINARIA
QUE ALABE Y DE GLORIA A TODAS LAS BENDICIONES QUE RECIBIMOS SIEMPRE
DE TI DULCE JESUS, NOS ENCOMENDAMOS A TI Y A TODOS LOS QUE AMAMOS,
CUIDA A TODAS LAS PERSONAS QUE AMAMOS, ESPECIALMENTE A NUESTROS
ESTUDIANTES, APARTALOS DE CUALQUIER PELIGRO Y AYUDALOS EN TODO LO
QUE NECESITEN, GRACIAS DIOS MIO POR TUS BENDICONES AMEN.
UN ENCARGO INSIGNIFICANTE

El día de los encargos era uno de los más esperados por todos los niños en clase.

Se celebraba durante la primera semana del curso, y ese día cada niño y cada niña

recibía un encargo del que debía hacerse responsable durante ese año. Como con

todas las cosas, había encargos más o menos interesantes, y los niños se hacían

ilusiones con recibir uno de los mejores. A la hora de repartirlos, la maestra tenía

muy en cuenta quiénes habían sido los alumnos más responsables del año

anterior, y éstos eran los que con más ilusión esperaban aquel día. Y entre ellos

destacaba Rita, una niña amable y tranquila, que el año anterior había cumplido a la

perfección cuanto la maestra le había encomendado. Todos sabían que era la

favorita para recibir el gran encargo: cuidar del perro de la clase.

Pero aquel año, la sorpresa fue mayúscula. Cada uno recibió alguno de los

encargos habituales, como preparar los libros o la radio para las clases, avisar de

la hora, limpiar la pizarra o cuidar alguna de las mascotas. Pero el encargo de Rita

fue muy diferente: una cajita con arena y una hormiga. Y aunque la profesora

insistió muchísimo en que era una hormiga muy especial, Rita no dejó de

sentirse desilusionada.

La mayoría de sus compañeros lo sintió mucho por ella, y le compadecían y


comentaban con ella la injusticia de aquella asignación. Incluso su propio padre se

enfadó muchísimo con la profesora, y animó a Rita a no hacer caso de la

insignificante mascotilla en señal de protesta. Pero Rita, que quería mucho a su

profesora, prefería mostrarle su error haciendo algo especial con aquel encargo tan

poco interesante:

- Convertiré este pequeño encargo en algo grande -decía Rita.

Así que Rita investigó sobre su hormiga: aprendió sobre las distintas especies y

estudió todo lo referente a sus hábitat y costumbres, y adaptó su pequeña cajita

para que fuera perfecta. Cuidaba con mimo toda la comida que le daba, y

realmente la hormiga llegó a crecer bastante más de lo que ninguno hubiera

esperado...

Un día de primavera, mientras estaban en el aula, se abrió la puerta y apareció un

señor con aspecto de ser alguien importante. La profesora interrumpió la clase

con gran alegría y dijo:

- Este es el doctor Martínez. Ha venido a contarnos una noticia estupenda ¿verdad?

- Efectivamente. Hoy se han publicado los resultados del concurso, y esta clase

ha sido seleccionada para acompañarme este verano a un viaje por la selva tropical,

donde investigaremos todo tipo de insectos. De entre todas las escuelas de la

región, sin duda es aquí donde mejor habéis sabido cuidar la delicada hormiga

gigante que se os encomendó. ¡Felicidades! ¡Seréis unos ayudantes estupendos!

Ese día todo fue fiesta y alegría en el colegio: todos felicitaban a la maestra por su

idea de apuntarles al concurso, y a Rita por haber sido tan paciente y

responsable. Muchos aprendieron que para recibir las tareas más importantes, hay
que saber ser responsable con las más pequeñas, pero sin duda la que más disfrutó

fue Rita, quien repetía para sus adentros "convertiré ese pequeño encargo en algo

grande" .

Pedro Pablo Sacristán


¡Vamos a trabajar el cuento, ahora que aún está fresco!
Un minuto para pensar...
¿Has pensado alguna vez en las personas que ayudan a que tu colegio funcione

bien, como el personal de limpieza y cocina, o los que cambian bombillas y hacen

las reparaciones? ¿Qué pasaría si no hicieran bien su trabajo? Seguro que después

de pensarlo te animas a darles las gracias y felicitarles más a menudo.

Una buena conversación

Seguro que puedes contarle a tu hijo alguna historia personal que le ayude a

entender que detrás de un éxito siempre hay muchos pequeños trabajos hechos con

dedicación y esfuerzo. Cuéntale cómo puede sentirse uno a lo largo de todo el

proceso, y la importancia de no depender del reconocimiento de los demás.

¿Y si pasamos a la acción?

Una forma estupenda de trabajar la responsabilidad y el trabajar poco a poco

son las construcciones de obejtos creativos. Podéis hacer juntos una casa de

cerillas o un gran puzzle que os recuerde que cada pieza es importante para el

resultado final, y cuando esté terminado colocarlo en un lugar bien visible.


Un nudo en la sabana

Familia | 399177 lecturas

UN NUDO EN LA SÁBANA
En la reunión de padres de familia de una escuela, la directora resaltaba el apoyo
que los padres deben darle a los hijos. 

Ella entendía que aunque la mayoría de los padres de la comunidad eran


trabajadores, debían encontrar un poco de tiempo para dedicar y pasar con los
niños. 
Sin embargo, la directora se sorprendió cuando uno de los padres se levantó y
explicó, que él no tenía tiempo de hablar con su hijo durante la semana.

Cuando salía para trabajar era muy temprano y su hijo todavía estaba durmiendo y
cuando regresaba del trabajo era muy tarde y el niño ya estaba acostado.

Explicó además, que tenía que trabajar de esa forma para proveer el sustento de la
familia. 
Dijo también que el no tener tiempo para su hijo lo angustiaba mucho e intentaba
reemplazar esa falta dándole un beso todas las noches cuando llegaba a su casa y
para que su hijo supiera que él le había ido a ver mientras dormía, hacía un nudo en
la punta de la sábana.

Cuando mi hijo despierta y ve el nudo, sabe que su papá ha estado allí y lo ha


besado. El nudo es el medio de comunicación entre nosotros.

La directora se emocionó con aquella singular historia y se sorprendió aún más


cuando comprobó que el hijo de aquel hombre era uno de los mejores alumnos de la
escuela.

Este hecho nos hace reflexionar sobre las muchas formas en que las personas
pueden hacerse presentes y comunicarse con otros.
Aquél padre encontró su forma, una forma simple pero eficiente. Y lo más
importante es que su hijo percibía a través del nudo, todo el afecto de su papá.

Algunas veces nos preocupamos tanto con la forma de decir las cosas que
olvidamos lo principal que es la comunicación a través del sentimiento.
Simples detalles como un beso y un nudo en la punta de una sábana, significaban
para aquél hijo, muchísimo más que un montón de regalos o disculpas vacías.

Es válido que nos preocupemos por las personas, pero lo más importante es que
ellas sepan y puedan sentir nuestra preocupación y cariño por ellas.

Para que exista la comunicación, es necesario que las personas “escuchen” el


lenguaje de nuestro corazón, ya que los sentimientos siempre hablan más alto que
las palabras.
Es por ese motivo que un beso, revestido del más puro afecto, cura el dolor de
cabeza, el golpe de la rodilla o el miedo a la oscuridad.

Las personas tal vez no entiendan el significado de muchas palabras, pero saben
distinguir un gesto de afecto y amor, aunque ese gesto sea solamente un nudo en la
sábana. Un nudo cargado de afecto, ternura y amor.

“Vive de tal manera que cuando tus hijos piensen en justicia, cariño, amor e
integridad, piensen en ti”
Pagado con un vaso de leche

Un joven que pagaba sus estudios trabajando de vendedor ambulante, sentía hambre pero no tenía dinero
para almorzar. Decidió vencer la vergüenza que le daba mendigar y pedir algo de comer en la próxima
puerta que tocase. No obstante, perdió su nervio cuando una hermosa joven le abrió la puerta. En lugar de
pedir comida pidió solo un vaso de agua. 

Ella, sin embargo, se apiadó de el y le trajo un vaso de leche. El se lo tomó tímidamente y preguntó, -
¿Cuánto le debo? 

-No me debe nada, respondió ella. -Mi madre nos enseñó a nunca aceptar pago por hacer un favor. 

-Entonces le agradezco de corazón, respondió el joven. 

Aquel joven llamado Howard Kelly se fue de aquella casa, no solo sintiéndose fortalecido en su cuerpo sino
también en su fe en Dios y en la humanidad. Antes del incidente estaba pensando en rendirse y renunciar. 

Muchos años más tarde aquella joven, ya mayor, se enfermó gravemente. Los doctores locales estaban muy
preocupados. Finalmente la enviaron al hospital de una gran ciudad donde practicaba un famoso
especialista en aquella enfermedad.
 
Cuando el médico se dio cuenta del nombre de su nueva paciente y del pueblo de procedencia,
inmediatamente se levantó y fue a verla. La reconoció inmediatamente. Volvió a su oficina resuelto a hacer
todo lo posible para salvar su vida. La lucha fue larga pero la señora se salvó. 

Por su parte la señora andaba muy preocupada sabiendo que el precio de su estancia en el hospital sería
astronómico. Sin que ella supiese, el doctor envió órdenes que le pasaran a en la cuenta final. Después de
examinarla escribió un mensaje al pie de la cuenta antes de que fuese enviada a la señora. 

Ella abrió aquella cuenta con gran temor, pensando que pasaría el resto de sus días pagándola. Finalmente
miró y cuál fue su asombro cuando leyó al pie de la lista de enormes cifras: 

Todo Pagado por completo con un vaso de leche. 


Firmado: Dr. Howard Kelly.
Siete frases para mejorar la comunicación con la familia

1.- Te Amo 

Ningún ser humano puede sentirse realmente feliz hasta escuchar que alguien le diga: “te amo”.
Atrévete a decirlo a la otra persona, a tu cónyuge, a tus padres, a tus hermanos, a tus hijos, si es que
nunca lo has hecho, haz la prueba y verás el resultado. 

2.- Te Admiro 

En la familia, cada miembro tiene alguna cualidad o habilidad que merece reconocimiento: Todos, en
algún momento, sentimos la necesidad de que se nos reconozca algún logro o meta alcanzada…
¿Cuándo fue la última vez que le dijiste esto a alguien? 

3.- ¡Gracias! 

Una necesidad básica del ser humano es la de ser apreciado. No hay mejor forma de decir a una persona
que es importante lo que hace por nosotros, que expresarle un ¡gracias!, no en forma mecánica, sino
con pleno calor humano. 

4.- Perdóname, me equivoqué 

Decir esto no es tan fácil, sin embargo, cuando cometas un error que ofenda o perjudique a otras
personas, aprende a decir con madurez: “perdóname, me equivoqué”. 

5.- Ayúdame, te necesito 

Cuando no podemos o no queremos admitir o expresar nuestra fragilidad o necesidad de otros, estamos
en un grave problema. No te reprimas. ¡Pide ayuda! Que también son muy importantes las palabras. 

6.- ¡Te escucho…háblame de tí! 

¿Cuántas veces le has dicho a algún miembro de tu familia: “A ver, háblame, qué te pasa?”. Tal vez
muchos problemas y mal entendidos se resolverían si tan sólo escuchásemos lo Que nos tratan de
decir. 

7.- ¡Eres especial! 

Es importante hacerles saber a tus seres queridos cuanto ellos significan para ti.

Que es la riqueza?
¿Que es la riqueza? 
A dos grupos de personas se les hizo la siguiente pregunta: 

¿Qué es la riqueza? 

El primer grupo contestó de la siguiente manera: 

Arquitecto: tener proyectos que me permitan ganar mucho dinero. 

Ingeniero: desarrollar sistemas que sean útiles y muy bien pagados. 

Abogado: tener muchos casos que dejen buenas ganancias y tener un BMW. 

Médico: tener muchos pacientes y poder comprar una casa grande y bonita. 

Gerente: tener la empresa en niveles de ganancia altos y crecientes. 

Atleta: ganar fama y reconocimiento mundial, para estar bien pagado. 

El segundo grupo contestó lo siguiente: 

Preso de por vida: caminar libre por las calles. 

Ciego: ver la luz del sol y a la gente que quiero. 

Sordo: escuchar el sonido del viento y cuando me hablan. 

Mudo: poder decir a las personas cuánto las amo. 

Inválido: correr en una mañana soleada. 

Persona con una enfermedad terminal: Poder vivir un día más. 

Huérfano: Poder tener a mi mamá, mi papá, mis hermanos, y mí Familia. 

“No midas tu riqueza por el dinero que tienes, mide tu riqueza por aquellas cosas que no cambiarías por
dinero”
Eres feliz?...

En cierta ocasión, durante una elegante recepción de bienvenida al nuevo Director de


Marketing de una importante compañía londinense, algunas de las esposas de los otros
directores, que querían conocer a la esposa del festejado, le preguntaron con cierto morbo:
Te hace feliz tu esposo, verdaderamente te hace feliz? 

El esposo, quien estaba en ese momento no estaba su lado, pero sí lo suficientemente cerca
para escuchar la pregunta, prestó atención a la conversación e incorporó ligeramente su
postura, en señal de seguridad, y hasta hinchó un poco el pecho
, orgullosamente, pues sabía que su esposa diría que sí, ya que ella jamás se había quejado
durante su matrimonio. 

Sin embargo, para sorpresa suya y de los demás, la esposa respondió con un rotundo 
- No, no me hace feliz. 

En la sala se hizo un incómodo silencio como si todos los presentes hubieran escuchado la
respuesta de la mujer.
 
El marido estaba petrificado. 

No podía dar crédito a lo que su esposa decía, y menos en un momento tan importante para
él. 

Ante el asombro del marido y de todos, ella simplemente se acomodó enigmáticamente


sobre su cabeza su elegante chalina de seda negra y continuó: 

- No, él no me hace feliz... Yo soy feliz....! 

El hecho de que yo sea feliz o no, no depende de él, sino de mí. 

- Yo soy la única persona de quien depende mi felicidad.


 
Yo determino ser feliz en cada situación y en cada momento de mi vida, pues si mi felicidad
dependiera de otra persona, de otra cosa o circunstancia sobre la faz de la tierra, estaría en
serios problemas. 

- Todo lo que existe en esta vida cambia continuamente: el ser humano, las riquezas, mi
cuerpo, el clima, los placeres, etc. 

Y así podrían decir una lista interminable. 

- A través de toda mi vida, he aprendido algo:


 
- Yo decido ser feliz y lo demás son "experiencias o circunstancias", lo amo y el me ama, muy
a pesar de sus circunstancias y de las mías. 

- Él cambia, yo cambio, el entorno cambia, todo cambia; habiendo amor y perdón


verdadero, y observando esos cambios, (los cuales tal vez puedan ser fuertes o no, pero
existen), hay que enfrentarlos con el amor que hay en cada uno de nosotros, si los dos nos
amamos y nos perdonamos; los cambios serán sólo "experiencias o circunstancias" que nos
enriquece y que nos darán fortaleza, de lo contrario, solo habremos sido parejas de "paso".

- Para algunos divorciarse es la única solución; (... en realidad es la más fácil...) 


El amar verdaderamente, es difícil, es dar amor y perdonar incondicionalmente, vivir, tomar
las "experiencias o circunstancias" como son, enfrentarlas juntos y ser feliz por
convencimiento. 

Hay gente que dice: 

- No puedo ser feliz porque estoy enfermo, porque no tengo dinero, porque hace mucho
calor, porque me insultaron, porque alguien ha dejado de amarme, porque alguien no me
valoró! 

Pero lo que no sabes es que puedes ser feliz aunque estés enfermo, aunque haga calor,
tengas o no dinero, aunque alguien te haya insultado, o alguien no te amó o no te haya
valorado. 

Ser feliz es una actitud ante la vida y cada uno decide!...


 

Ser feliz... depende de ti!


Decidir y ser constantes:

En la pequeña escuelita rural había una vieja estufa de carbón muy anticuada. Un chiquito tenía asignada la
tarea de llegar al colegio temprano todos los días para encender el fuego y calentar el aula antes de que
llegaran su maestra y sus compañeros. 

Una mañana, llegaron y encontraron la escuela envuelta en llamas. Sacaron al niño inconsciente más
muerto que vivo del edificio. Tenía quemaduras graves en la mitad inferior de su cuerpo y lo llevaron
urgente al hospital del condado. 

En su cama, el niño horriblemente quemado y semi inconsciente, oía al médico que hablaba con su madre.
Le decía que seguramente su hijo moriría que era lo mejor que podía pasar, en realidad -, pues el fuego
había destruido la parte inferior de su cuerpo. 

Pero el valiente niño no quería morir. Decidió que sobreviviría. 

De alguna manera, para gran sorpresa del médico, sobrevivió. 

Una vez superado el peligro de muerte, volvió a oír a su madre y al médico hablando despacito. Dado que el
fuego había dañado en gran manera las extremidades inferiores de su cuerpo, le decía el médico a la
madre, habría sido mucho mejor que muriera, ya que estaba condenado a ser inválido toda la vida, sin la
posibilidad de usar sus piernas. 

Una vez más el valiente niño tomó una decisión. No sería un inválido. 

Caminaría. Pero desgraciadamente, de la cintura para abajo, no tenía capacidad motriz. Sus delgadas
piernas colgaban sin vida. 
Finalmente, le dieron de alta.

Todos los días, su madre le masajeaba las piernas, pero no había sensación, ni control, nada. 
No obstante, su determinación de caminar era más fuerte que nunca. 

Cuando no estaba en la cama, estaba confinado una silla de ruedas. 


Una mañana soleada, la madre lo llevó al patio para que tomara aire fresco. 

Ese día en lugar de quedarse sentado, se tiró de la silla. Se impulsó sobre el césped arrastrando las piernas. 

Llegó hasta el cerco de postes blancos que rodeaba el jardín de su casa. Con gran esfuerzo, se subió al
cerco. Allí, poste por poste, empezó a avanzar por el cerco, decidido a caminar.

Empezó a hacer lo mismo todos los días hasta que hizo una pequeña huella junto al cerco. Nada quería más
que darle vida a esas dos piernas. 

Por fin, gracias a las oraciones fervientes de su madre y sus masajes diarios, su persistencia férrea y su
resuelta determinación, desarrolló la capacidad, 

primero de pararse, luego caminar tambaleándose y finalmente caminar solo y después correr. 

Empezó a ir caminando al colegio, después corriendo, por el simple placer de correr. Más adelante, en la
universidad, formó parte del equipo de carrera sobre pista. 

Y aun después, en el Madison Square Garden, este joven que no tenía esperanzas de sobrevivir, que nunca
caminaría, que nunca tendría la posibilidad de correr, este joven determinado, Glenn Cunningham, llegó a
ser el atleta estadounidense que ¡corrió el kilómetro más veloz el mundo!

Glenn Cunningham

mensaje

Tener el valor y la fuerza para tomar tus decisiones y ser constante a la hora de darles forma
El árbol triste

Había una vez, algún lugar que podría ser cualquier lugar, y en un tiempo que podría ser
cualquier tiempo, un hermoso jardín, con manzanos, naranjos, perales y bellísimos rosales,
todos ellos felices y satisfechos. Todo era alegría en el jardín, excepto por un
árbol profundamente triste.

El pobre tenía un problema: No sabía quién era. 

Lo que le faltaba era concentración, le decía el manzano: 

- Si realmente lo intentas, podrás tener sabrosas manzanas. ¿Ves qué fácil es? 

- No lo escuches, exigía el rosal, es más sencillo tener rosas y ¿Ves qué bellas son?. 

Y el árbol desesperado intentaba todo lo que le sugerían y, como no lograba ser como los
demás, se sentía cada vez más frustrado. 

Un día llegó hasta el jardín el búho, la más sabia de las aves, y al ver la desesperación del
árbol, exclamó: 

- No te preocupes, tu problema no es tan grave. Es el mismo de muchísimos seres sobre la


tierra. Yo te daré la solución: no dediques tu vida a ser como los demás quieran que seas...
sé tú mismo, conócete y, para lograrlo, escucha tu voz interior. - Y dicho esto, el búho
desapareció. 

- ¿Mi voz interior...? ¿Ser yo mismo...? ¿Conocerme...? , se preguntaba el árbol


desesperado, cuando, de pronto, comprendió... 

Y cerrando los ojos y los oídos, abrió el corazón, y por fin pudo escuchar su voz interior
diciéndole: 

Tú jamás darás manzanas porque no eres un manzano, ni florecerás cada primavera porque
no eres un rosal. Eres un roble y tu destino es crecer grande y majestuoso, dar cobijo a las
aves, sombra a los viajeros, belleza al paisaje... Tienes una misión: cúmplela. 

Y el árbol se sintió fuerte y seguro de sí mismo y se dispuso a ser todo aquello para lo cual
estaba destinado. 

Así, pronto llenó su espacio y fue admirado y respetado por todos. Y sólo entonces el jardín
fue completamente feliz. 

Yo me pregunto al ver a mí alrededor... 

- ¿Cuántos serán robles que no se permiten a sí mismos crecer? 

- ¿Cuántos serán rosales que, por miedo al reto, sólo dan espinas? 

- ¿Cuántos naranjos que no saben florecer? 

En la vida, todos tenemos un destino que cumplir, un espacio que llenar y una vida que vivir.

No permitamos que nada ni nadie nos impida conocer y compartir la maravillosa esencia
de nuestro ser. Démonos ese regalo a nosotros mismos y también a quienes amamos.
El árbol triste
 
Lectura De Reflexión

Había una vez, algún lugar que podría ser cualquier lugar, y en un tiempo que podría ser cualquier
tiempo, un hermoso jardín, con manzanos, naranjos, perales y bellísimos rosales, todos ellos felices y
satisfechos. Todo era alegría en el jardín, excepto por un árbol 

profundamente triste. El pobre tenía un problema: No sabía quién era. 

Lo que le faltaba era concentración, le decía el manzano: 

- Si realmente lo intentas, podrás tener sabrosas manzanas. ¿Ves qué fácil es? 

- No lo escuches, exigía el rosal, es más sencillo tener rosas y ¿Ves qué bellas son?. 

Y el árbol desesperado intentaba todo lo que le sugerían y, como no lograba ser como los demás, se
sentía cada vez más frustrado. 

Un día llegó hasta el jardín el búho, la más sabia de las aves, y al ver la desesperación del árbol,
exclamó: 

- No te preocupes, tu problema no es tan grave. Es el mismo de muchísimos seres sobre la tierra. Yo te


daré la solución: no dediques tu vida a ser como los demás quieran que seas... sé tú mismo, conócete y,
para lograrlo, escucha tu voz interior. - Y dicho esto, el búho desapareció. 

- ¿Mi voz interior...? ¿Ser yo mismo...? ¿Conocerme...? , se preguntaba el árbol desesperado, cuando, de
pronto, comprendió... 

Y cerrando los ojos y los oídos, abrió el corazón, y por fin pudo escuchar su voz interior diciéndole: 

Tú jamás darás manzanas porque no eres un manzano, ni florecerás cada primavera porque no eres un
rosal. Eres un roble y tu destino es crecer grande y majestuoso, dar cobijo a las aves, sombra a los
viajeros, belleza al paisaje... Tienes una misión: cúmplela. 

Y el árbol se sintió fuerte y seguro de sí mismo y se dispuso a ser todo aquello para lo cual estaba
destinado. 

Así, pronto llenó su espacio y fue admirado y respetado por todos. Y sólo entonces el jardín fue
completamente feliz. 

Yo me pregunto al ver a mi alrededor... 

- ¿Cuántos serán robles que no se permiten a sí mismos crecer? 

- ¿Cuántos serán rosales que, por miedo al reto, sólo dan espinas? 

- ¿Cuántos naranjos que no saben florecer? 

En la vida, todos tenemos un destino que cumplir


No permitamos que nada ni nadie nos impida conocer y compartir la maravillosa esencia de nuestro ser.
Dé monos ese regalo a nosotros mismos y también a quienes amamos.

Publicado por Neri Jimenez en 13:59 


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12 comentarios:
Tres Arboles

Amor | 169569 lecturas


La historia cuenta que tres árboles en la colina de un bosque, hablaban acerca de
sus sueños y esperanzas, el primero dijo: “Algún día seré un cofre de tesoros, lleno
de oro, plata y piedras preciosas, decorado con labrados artísticos y tallados finos;
todos verán mi belleza”.
El segundo árbol comento: “algún día seré una poderosa embarcación, llevaré a los
más grandes reyes y reinas a través de los mares, e iré a todos los rincones del
mundo. Todos se sentirán seguros por mi fortaleza y poderoso casco”.
Finalmente, el tercer árbol dijo: “Yo quiero crecer para ser el más recto y grande de
todos los árboles del bosque. La gente me verá en la cima, mirará mis poderosas
ramas y pensará en el Dios de los cielos, y cuan cerca estoy de alcanzarlo. Seré el
más grande de todos los tiempos y la gente siempre me recordará”.
Después de unos años los árboles vieron que sus sueños podían convertirse en
realidad, porque un grupo de leñadores, se acercó a ellos.
Cuando uno de ellos vio al primer árbol dijo: “Este   parece ser muy fuerte, creo que
podría vender su madera algún carpintero”, y comenzó a cortarlo. El árbol estaba
muy feliz debido a que sabía que este podría convertirlo en un cofre para tesoros.
El otro leñador, mientras observaba al segundo árbol, comento: “Parece un árbol
fuerte creo que lo podré vender al carpintero del puerto”. Este se puso muy feliz
porque sabía que estaba en camino de convertirse en una poderosa embarcación.
El último leñador se acercó al tercer árbol; este estaba temeroso, pues sabía que, si
lo cortaban, su sueño nunca se volvería realidad. El leñador dijo entonces: “No
necesito nada especial, lo cortaré, lo guardaré y decidiré que hacer”. Y lo cortó.
El primer árbol, fue convertido en un cajón de comida para animales, y puesto en un
pesebre cubierto de pajas. Se sintió muy mal pues eso no era por lo que había
deseado. El segundo árbol fue cortado y convertido en una barca de pesca que se
movía en el lago, porque ni siquiera era lo suficientemente grande para navegar en
el mar. Sus sueños se desvanecieron al ver que jamás podría llevar a importantes
reyes. El tercer árbol fue cortado en largas y pesadas tablas y dejado en la
oscuridad de una bodega.
Pasado unos años los árboles olvidaron las alegrías y esperanzas que tanto habían
soñado. 
Entonces un día un hombre y una mujer llegaron a un pesebre, ella dio a luz un
niño, y lo colocaron dentro del cajón, producto del primer árbol. El hombre deseaba
haber podido tener un mejor lugar para su bebé, pero ese cajón debería
reemplazarlo. El árbol sintió la importancia de este acontecimiento y supo que en su
interior estaba el tesoro más grande de la historia.
Años más tarde, un grupo de hombres entraron en la barca, aquella en la que
habían convertido el segundo árbol. Uno de ellos estaba cansado y se durmió en
ella. Mientras los otros navegaban, se desato una fuerte tempestad, el árbol pensó
que no sería lo suficientemente fuerte para salvar la vida de la tripulación.
Despertando, ese hombre que dormía reprendió al viento y a las olas, que cesaron
al instante. En ese momento el segundo árbol se dio cuenta de que estaba llevando
al Rey de Reyes y Señor de Señores.
Tiempo después alguien vino y tomó al tercer árbol convertido en tablas. Fue
cargado por las calles al mismo tiempo que la gente escupía, insultaba y golpeaba al
hombre que lo llevaba sobre sus espaldas. Se detuvieron en una pequeña colina,
donde fue clavado y levantado hasta morir. El tercer árbol se dio cuenta que fue lo
suficientemente fuerte para permanecer erguido en la cima de la colina y estar tan
cerca de Dios como nunca, porque Su hijo Jesús había sido crucificado en él.
MORALEJA:
Cuando parece que las cosas no van de acuerdo a tus planes, debes saber que
Dios tiene el plan perfecto para ti. Si pones tu confianza en El, te dará grandes
satisfacciones en su tiempo. Recuerda que cada árbol obtuvo lo que pidió, sólo que
no en la forma que lo habían deseado. No siempre sabemos cuál es la voluntad de
Dios para nosotros, sólo sabemos que:
 
Aunque Sus caminos no son nuestros caminos...  Sus caminos siempre son los
mejores.
La Pregunta en el Examen
Una simple pregunta en un examen, que nos recuerda la importancia que tienen
todas las personas que conocemos...

Durante mi segundo semestre en la escuela, nuestro profesor nos dió un examen


sorpresa.

Yo era un estudiante consciente y leí rápidamente todas las preguntas, hasta que leí la
última:

¿Cuál es el nombre de la mujer que limpia la escuela?

Seguramente este era algún tipo de broma. Yo había visto muchas veces a la mujer
que limpiaba la escuela. Ella era alta, cabello oscuro, como de cincuenta años, pero,
¿cómo iba yo a saber su nombre?

Entregué mi examen, dejando la última pregunta en blanco.

Antes que terminara la clase, alguien le preguntó al profesor si la última pregunta


contaría para la nota del exámen.

Absolutamente, dijo el profesor.


En sus carreras ustedes conocerán muchas personas. Todas son importantes!!!.
Ellos merecen su atención y cuidado, aunque solo les sonrían y digan: ¡Hola!

Yo nunca olvidé esa lección... También aprendí que su nombre era Elena.

Derechos Reservados:

Respetar los Derechos de Autor.


E-mail de contacto: alesig_lebasi@hotmail.com

El Árbol de los Problemas


La historia de un carpintero que tuvo un día lleno de problemas, pero que al final
de la jornada pudo darle una invaluable lección a un granjero, con su ARBOL DE
LOS PROBLEMAS...

Un hombre después de pensarlo se decidió a reparar una vieja casa que tenía en una
granja. Entonces, contrató a un carpintero que se encargaría de todos los detalles
logísticos de restauración.

Un día decidió ir a la granja, para verificar como iban todos los trabajos. Llegó temprano
y se dispuso a colaborar en los quehaceres que realizaba el carpintero. Ese día parecía
no ser el mejor para el carpintero. Su cortadora eléctrica se había dañado, haciéndole
perder dos horas de trabajo. Después de repararla, un corte de electricidad en el
pueblo le hizo perder dos horas más de trabajo. Tratando de recuperar el tiempo, partió
dos cierras de su cortadora. Ya finalizando la jornada, el pegamento que disponía no le
alcanzaba para mezclar su fórmula secreta de acabado.

Después de un día tan irregular, ya disponiéndose para ir a su casa, el camión se le


negaba a arrancar. Por supuesto, el dueño de la granja se ofreció a llevarlo. Mientras
recorrían los hermosos paisajes de la granja, él iba en silencio meditando. Parecía un
poco molesto por los desaires que el día le había jugado.

Después de treinta minutos de recorrido llegaron a la casa del carpintero, y de sorpresa


lo invitó para que conociera a su familia. Mientras se dirigían a la puerta, el carpintero
se detuvo brevemente frente a un pequeño árbol, de color verde intenso y por
demás hermoso. Tocó varias ramas con sus manos, mientras admiraba sus preciosas
hojas.
Cuando abrió la puerta, ocurrió una sorprendente transformación. Su bronceada cara
estaba plena de sonrisas y alegría. Sus hijos se lanzaron sobre él, dando vueltas en la
sala. Le dio un beso a su esposa y lo presentó. Le invitó un refresco y una suculenta
empanada. Ya despidiéndose, lo acompañó hasta el auto.

Cuando pasaron nuevamente cerca del árbol, la curiosidad fue grande y le preguntó


acerca de lo que había visto hacer un rato antes. Le recordó su conducta con el árbol.

¡Ohh!, ese es mi árbol de los problemas, contestó.

Y luego procedió a explicar y dijo: sé que no puedo evitar tener dificultades en mi


trabajo, percances y alteraciones en mi estado de ánimo. Pero una cosa si es segura:
Esos problemas no pertenecen ni a mi esposa y mucho menos a mis hijos. Así que
simplemente los cuelgo en el “árbol de los problemas” cada noche cuando llego a casa.
Luego en la mañana los recojo nuevamente, porque tengo que solucionarlos. Lo
divertido es, dijo sonriendo el carpintero, que cuando salgo en la mañana a recogerlos,
no hay tantos como los que recuerdo haber colgado la noche anterior.

El dueño de la granja se subió a su auto, meditando sobre la estrategia del carpintero


para ser más feliz y evitar contaminar el hogar con los problemas laborales. Entonces
se dijo, valió la pena el paseo de hoy.

Llegó a la granja y se dispuso a seleccionar su árbol de los problemas. Y desde


entones cada vez que llegaba a su hogar ya saben lo primero que hacía.

“Tenemos que saber que el mundo sólo se puede captar mediante la acción y no
la contemplación. El impulso más poderoso, en el ascenso del hombre, es el
placer que le produce su propia habilidad. Gocemos haciendo lo que hacemos
bien, y habiéndolo hecho bien, gocémonos haciéndolo mejor y lo que no
sabemos aprendámoslo y gocemos aprendiendo y luego seremos mejores
porque habremos aprendido con gozo”.

Derechos Reservados:

Respetar los Derechos de Autor.


E-mail de contacto: alesig_lebasi@hotmail.com

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El patito feo

Disfruta de este cuento como tú quiera


 
Era una preciosa mañana de verano en el estanque. Todos los animales que allí vivían se
sentían felices bajo el cálido sol, en especial una pata que, de un momento a otro, esperaba
que sus patitos vinieran al mundo.
– ¡Hace un día maravilloso! – pensaba la pata mientras reposaba sobre los huevos para darles
calor – Sería ideal que hoy nacieran mis hijitos. Estoy deseando verlos porque seguro que
serán los más bonitos del mundo.
Y parece que se cumplieron sus deseos, porque a media tarde, cuando todo el campo estaba
en silencio, se oyeron unos crujidos que despertaron a la futura madre.

¡Sí, había llegado la hora! Los cascarones comenzaron a romperse y muy despacio, fueron
asomando una a una las cabecitas de los pollitos.
– ¡Pero qué preciosos sois, hijos míos! – exclamó la orgullosa madre – Así de lindos os había
imaginado.
Sólo faltaba un pollito por salir. Se ve que no era tan hábil y le costaba romper el cascarón con
su pequeño pico. Al final también él consiguió estirar el cuello y asomar su enorme cabeza
fuera del cascarón.
– ¡Mami, mami! – dijo el extraño pollito con voz chillona.
¡La pata, cuando le vio, se quedó espantada! No era un patito amarillo y regordete como los
demás, sino un pato grande, gordo y negro que no se parecía nada a sus hermanos.
– ¿Mami?… ¡Tú no puedes ser mi hijo! ¿De dónde habrá salido una cosa tan fea? – le increpó
– ¡Vete de aquí, impostor!
Y el pobre patito, con la cabeza gacha, se alejó del estanque mientras de fondo oía las risas de
sus hermanos, burlándose de él.
Durante días, el patito feo deambuló de un lado para otro sin saber a dónde ir. Todos los
animales con los que se iba encontrando le rechazaban y nadie quería ser su amigo.
Un día llegó a una granja y se encontró con una mujer que estaba barriendo el establo. El patito
pensó que allí podría encontrar cobijo, aunque fuera durante una temporada.
– Señora – dijo con voz trémula- ¿Sería posible quedarme aquí unos días? Necesito comida y
un techo bajo el que vivir.
La mujer le miró de reojo y aceptó, así que, durante un tiempo, al pequeño pato no le faltó de
nada. A decir verdad, siempre tenía mucha comida a su disposición. Todo parecía ir sobre
ruedas hasta que un día, escuchó a la mujer decirle a su marido:
– ¿Has visto cómo ha engordado ese pato? Ya está bastante grande y lustroso ¡Creo que ha
llegado la hora de que nos lo comamos!
El patito se llevó tal susto que salió corriendo, atravesó el cercado de madera y se alejó de la
granja. Durante quince días y quince noches vagó por el campo y comió lo poco que pudo
encontrar. Ya no sabía qué hacer ni a donde dirigirse. Nadie le quería y se sentía muy
desdichado.
¡Pero un día su suerte cambió! Llegó por casualidad a una laguna de aguas cristalinas y allí,
deslizándose sobre la superficie, vio una familia de preciosos cisnes. Unos eran blancos, otros
negros, pero todos esbeltos y majestuosos. Nunca había visto animales tan bellos. Un poco
avergonzado, alzó la voz y les dijo:
– ¡Hola! ¿Puedo darme un chapuzón en vuestra laguna? Llevo días caminando y necesito
refrescarme un poco.
 -¡Claro que sí! Aquí eres bienvenido ¡Eres uno de los nuestros! – dijo uno que parecía ser el
más anciano.
– ¿Uno de los vuestros? No entiendo…
– Sí, uno de los nuestros ¿Acaso no conoces tu propio aspecto? Agáchate y mírate en el agua.
Hoy está tan limpia que parece un espejo.
Y así hizo el patito. Se inclinó sobre la orilla y… ¡No se lo podía creer! Lo que vio le dejó
boquiabierto. Ya no era un pato gordo y chato, sino que en los últimos días se había
transformado en un hermoso cisne negro de largo cuello y bello plumaje.
¡Su corazón saltaba de alegría! Nunca había vivido un momento tan mágico. Comprendió que
nunca había sido un patito feo, sino que había nacido cisne y ahora lucía en todo su esplendor.
– Únete a nosotros – le invitaron sus nuevos amigos – A partir de ahora, te cuidaremos y serás
uno más de nuestro clan.
Y feliz, muy feliz, el pato que era cisne, se metió en la laguna y compartió el paseo con aquellos
que le querían de verdad

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