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¿QUÉ ES EL TABAQUISMO?

Es la adicción al tabaco provocada, principalmente, por uno de sus componentes activos:


la nicotina. La acción de dicha sustancia acaba condicionando el abuso de su consumo.

¿Por qué el tabaquismo es un factor de riesgo?


Según el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT), el tabaco provoca cerca de
52.000 muertes anuales por dolencias como la bronquitis crónica, el enfisema pulmonar y el cáncer
de pulmón y faringe. Por si esto fuera poco, es también es el factor de riesgo cardiovascular más
importante, ya que la incidencia de la patología coronaria en los fumadores es tres veces mayor que
en el resto de la población.
Fumar apenas un cigarrillo al día lleva aparejado un riesgo de enfermedad coronaria o ictus mucho
mayor del esperado: aproximadamente la mitad del riesgo de los fumadores de 20 cigarrillos al
día. No hay un nivel seguro de tabaquismo para la enfermedad cardiovascular. Los fumadores
deberían intentar eliminar del todo el hábito, en lugar de disminuir el consumo para reducir el riesgo

Hay dos factores por los que el tabaco puede producir una isquemia coronaria:
 Nicotina. Desencadena la liberación de las catecolaminas (adrenalina y noradrenalina) que
producen daño en la pared interna de las arterias (endotelio), aumenta el tono coronario con
espasmo, produce alteraciones de la coagulación, incrementa los niveles de LDL (colesterol
malo) y reduce los de HDL (colesterol bueno). La concentración de nicotina en sangre
depende más del grado de inhalación que del contenido de nicotina del propio cigarro
 Monóxido de carbono. Disminuye el aporte de oxígeno al miocardio y aumenta el colesterol y
la agregabilidad plaquetaria (su capacidad de unirse y formar coágulos)

¿Por qué dejar de fumar?


 Mejora la respiración y te cansas menos
 Disminuye la predisposición a toser y contraer infecciones
 La piel y el rostro se recuperan del envejecimiento prematuro
 Recupera el sentido de gusto y olfato
 El deterioro de la función pulmonar se ralentiza
 Reduce la tasa de reinfarto y muerte súbita en un 20-50 por ciento
 Un año después de dejar de fumar el riesgo de infarto de miocardio se reduce a la mitad
 
Tratamiento del tabaquismo
1. Compartamentales y psicológicos
 Materiales de autoayuda
 Consejo breve
 Asesoramiento o counselling
 Educar para analizar motivaciones, asociaciones y situaciones de riesgo; aprender a afrontar
situaciones conflictivas y búsqueda de apoyo social
 Apoyo social
 Apoyo grupal
 Métodos psicoterápicos
2. Farmacoterapia
 Tratamiento con sustitutivos de la nicotina (TSN): chicles, inhalador, spray, parches y
comprimidos
 Bupropion
 Agonistas o antagonistas de los receptores nicotínicos: lobelina y mecamilamina
 Aversiva: acetato de plata
3. Otras terapias
 Ejercicio físico
 Acupuntura e hipnoterapia

Tabaquismo en la mujer embarazada


Fumar durante el periodo de gestación exponen al feto a graves peligros como joven fumador pasivo:
 Riesgo superior de aborto espontáneo
 Posibilidad de nacimiento prematuro
 Disminución de peso del recién nacido
 Malformaciones congénitas en el cráneo y el aparato urinario
 Aumento del riesgo de muerte súbita del lactante, ya que las cifras demuestran que el número
de casos en madres fumadoras es tres veces mayor. En madres que fuman más de 20
cigarrillos cada día, la incidencia puede llegar a ser siete veces más frecuente

Tabaquismo en niños y adolescentes


El 41,3% de los jóvenes de entre 14 y 18 años declara haber fumado en alguna ocasión, mientras
que el 9,8% asegura fumar a diario. Algunos factores que explican esta temprana adicción son:
 Influencias sociales
 Familia y amigos fumadores
 Actitudes favorables ante el consumo
 Asociación de tabaco y alcohol con el placer
Los jóvenes que llegan a los 15 años sin probar el tabaco tienen muchas posibilidades de no ser
fumadores en toda su vida.

Fumadores pasivos
Anualmente 6.200 fumadores pasivos al año, de los cuales, 5.000 fallecen por aspirar el humo en su
propio hogar y el resto por hacerlo en su entorno laboral. Según datos del Comité Nacional para la
Prevención del Tabaquismo (CNPT), el riesgo de padecer cáncer de pulmón es de un 20 a un 50 por
ciento más elevado en quienes conviven con personas fumadoras. Además, la exposición al aire
contaminado por el humo del tabaco supone un aumento del 30 por ciento de riesgo de padecer
enfermedades cardiovasculares. Si vives con alguien que consume una cajetilla diaria es como si tú
fumaras también nueve cigarrillos.

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