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“Pero no soy profético, se queja un músico. Lo lamento, es demasiado tarde Dios ya te ha ungido para
tocar tu instrumento bajo una unción profética”
A través de la lectura de este libro he podido comprender y afirmar situaciones en las que durante
mucho tiempo he estado equivocado en dar mi mejor adoración a Dios cada Día; no solo se trata de
toca por tocar, es algo sagrado del cual Dios a tomado cada vida diferente de nuestro grupo para
unirnos, no importando nuestra condición económica, estatus, trabajo, él nos ha mirado y nos ha
ungido para que fuésemos guiados por el Espíritu Santo para dar nuestra alabanza, gloria, y honra a
Dios.
Hay un proceso en el que tengo que trabajar, siendo este una serie de pasos tan claros que pude
aprender con la lectura de este libro:
1.-Mi alma y mi cuerpo tienen sed, y para poder saciarla hay algo que debo hacer, que a pesar de las
circunstancias por una u otra razón no me preparo, pero Dios conoce mi necesidad y al final del
camino siempre pone un rio de agua refrescante, yo tengo que postrarme para poder disfrutar de ella
hasta saciarme cada día.
2.- Debo de tener una preparación y perfección en la técnica del uso de mi instrumento, así mismo
aprender y dominar cada canción, pero más allá de esto tener una relación íntima con Dios que pueda
disfrutar cada momento de mi vida, dando la adoración a Él con cada paso que doy en cada momento
de mi vida familiar, iglesia y laboral, reconociendo que fui escogido y consagrado por El, siendo
espontaneo en mi manera de adorar, no manteniendo una línea estructurada, más bien ser guiado por
el Espíritu Santo.
3.-Soy parte de una gran obra de arte que se teje y entrelaza con cada uno de nosotros como
hermanos en Cristo y adoradores, pertenecientes de un cuerpo, que si es verdadero, el hecho de que
nos alejamos, distanciamos o separamos, esta obra de arte no se competa porque Dios ya decidió que
formáramos parte de esta gran familia
4.-Me identifico con las cualidades de “La belleza de lo antiguo”, porque se que debo esforzarme por
tener:
-estabilidad en cada una de mis áreas, sin dejar que se deterioren por el tiempo.
-dejar un gran legado de adoración a Dios, que mis nietos y los hijos de mis nietos puedan
recordar y seguir con todas sus fuerzas.
-mantenerme siempre seguro en que la persona de Dios siempre está ahí conmigo.
-Satisfacción de que he vivido conforme a la palabra de Dios, pero aún me falta mucho más.
5.-para tener un cantico nuevo, tengo que estar en el rio de Dios, en esa corriente que cubre a la novia.