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De buenas intenciones…

En 2016 la Corte Suprema chilena crea la Secretaría Técnica de Igualdad


de Género y no discriminación, que se implementa en el mes de julio de 2017,
estableciendo como uno de sus objetivos impulsar el desarrollo de políticas y
acciones dirigidas a garantizar la igualdad y la no discriminación de todas las
personas en el acceso a la justicia.

El 5 de febrero de 2018 el Pleno de la Corte Suprema aprueba la Política de


Género y No Discriminación, presentándola como “un compromiso de las máximas
autoridades de este poder del Estado para avanzar hacia un modelo de justicia
cada vez más inclusiva y respetuosa de la diversidad, con miras a asegurar un
efectivo acceso a la justicia”.

Recientemente, el Plan Estratégico del Poder Judicial 2021-2025


denominado “Somos Protagonistas” incorpora como uno de sus ejes el
denominado “Impacto en la Sociedad”, promoviendo políticas de vinculación con el
medio, también en lo concerniente a igualdad de género y no discriminación,
niñez, derechos humanos y migrantes e incorporando programas de igualdad de
género y no discriminación.

Las políticas de igualdad de género de distinta naturaleza, constitucional,


legal y/o administrativo, no son concesiones, son mecanismos necesarios para
hacer efectiva la igualdad de todas las personas ante la ley y en el ejercicio de sus
derechos.

¿Qué significa que de veinte integrantes del pleno del máximo tribunal,
enfrentados a una elección para el cargo de fiscal nacional (al que se oponen 17
postulantes, de los cuales 6 son mujeres) 7 ministros voten solo por hombres en
sus tres opciones de voto, 11 ministros votaran por dos hombres y una mujer, y
solo dos ministras votaran por dos mujeres y un hombre?
Creemos que no existe en el máximo tribunal un compromiso serio con la
implementación de una política institucional de género, esto queda de manifiesto
al momento de decidir la integración de la quina que será propuesta al Presidente
de la República para elegir a la autoridad del Ministerio público, en que los votos
no se traducen en una decisión inclusiva, y se encuentra a una distancia sideral de
proveer un resultado paritario.

Es cierto que de esos siete ministros que sólo decidieron votar por
hombres, uno deja el poder judicial atendida su edad, pero es también cierto, que
una de aquellas ministras que solo votó por hombres, es mujer y acaba de
ingresar a la categoría.

Sin un compromiso real que se refleje en un actuar consecuente, cualquier


documento redactado con buenas intenciones no es más que eso, y ya sabemos
cómo dice el refrán.

La paridad, la política de género, las medidas anti discriminación, son


obligaciones jurídicas para el Estado, lo son para todo funcionario público, esto
comprende a cada miembro del poder judicial, desde el grado más bajo del
escalafón hasta la máxima magistratura.

El artículo primero de la Constitución Política, que por mayoría expresada


en las urnas recientemente decidimos mantener, reza: Artículo 1°.- Las personas
nacen libres e iguales en dignidad y derechos. Esta norma nos vincula y, en
consecuencia mantener las desigualdades existentes en la sociedad, teniendo en
nuestras manos la posibilidad de hacer algo distinto, es incumplir el mandato
constitucional.

Hacemos un llamado al máximo tribunal, así como a todas las autoridades


del poder judicial que votan en procesos de selección, a ser consecuentes con las
políticas que se encuentran vigentes, a tomar decisiones paritarias, a conformar
ternas equilibradas en cuanto al género de sus integrantes.

Los documentos referidos al inicio no conducirán al cambio necesario,


somos sus ejecutores quienes debemos actuar para producir el cambio.

Directorio Asociación de Magistradas Chilenas.

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