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3000 Kelvin o menos para

iluminación de exteriores, ¿por qué?

Más que una tendencia, hay razones que justifican su aplicación en el


entorno urbano

La incorporación de la tecnología LED en la iluminación urbana


se ha hecho una tendencia en los últimos años en todo el
mundo, principalmente por la eficiencia y ahorro de energía
comprobados. El incremento en su uso también ha suscitado
opiniones en cuanto a la temperatura de color adecuada para el
entorno citadino.
Algunos investigadores y especialistas en iluminación proponen
trabajar en normativas al respecto y otras instituciones van más
allá. En Francia, por ejemplo, se promulgó un diciembre de 2018
un decreto en el que se establecen los requisitos técnicos
relacionados con el diseño y el funcionamiento de las
instalaciones de iluminación exterior.
En el Artículo 3° se establece que para la iluminación exterior la
temperatura de color no debe exceder el valor máximo
de 3000K en áreas urbanizadas y fuera de ellas. El documento
traducido al español se puede descargar aquí.
Por su parte, la diseñadora de iluminación Paulina
Villalobos señaló en el Manual de Elementos Urbanos
Sustentables Tomo III, publicado en Chile en agosto de 2017 por
el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, que es importante que
para exteriores públicos con tránsito de personas se privilegie la
luz con temperatura cálida, especialmente LED, ya que otorga
mejor reproducción cromática cuando es más cálido
(2700K a 3000K), en tanto que la luz fría (sobre 4000K) puede
impactar en la salud de las personas alterando el metabolismo.
En abril de 2020, la Asociación Internacional de Cielo
Oscuro (IDA) y la Sociedad de Ingeniería de Iluminación (IES)
promulgaron cinco principios para la iluminación responsable al
aire libre, en atención al problema global de la contaminación
lumínica que afecta negativamente nuestro medio ambiente y la
condición humana.
En uno de los principios se sugiere el uso de colores cálidos en la
iluminación al aire libre cuando sea posible, y que se limite la
cantidad de longitudes de ondas cortas (azul-violeta) a la mínima
necesaria.

Ambas organizaciones se han comprometido a convocar a


expertos para avanzar en una nueva métrica para caracterizar la
calidad del color de la iluminación eléctrica al aire libre. El
artículo que Iluminet realizó al respecto puedes consultarlo aquí
Entonces, estas son las razones por lo que las luces LED cálidas
de 3000K, o menos, parecen lo indicado para la iluminación
urbana:
La salud. 3000K o más propicia la supresión de melatonina,
hormona que se genera en el cerebro y es necesaria para inducir
el sueño. En otras palabras, en ambientes de luz cálida el cuerpo
se relaja, mientras que bajo luz fría se incita. Incluso, la AMA
(Asociación Médica Americana) afirma que temperaturas de
color superiores a 3000K pueden causar daños en la vista e
interrumpir los patrones de sueño.
Esta afectación en la melatonina también se refleja los ritmos
circadianos, y éstos en actividades originadas en el hipotálamo,
como la regulación de la temperatura corporal y la presión
arterial que ocurren durante el sueño.
Contaminación lumínica. Luminarias exteriores adaptadas para
funcionar con lámparas LED de 3000K o menos ayudan a
reducir el brillo irradiado al cielo, lo cual dificulta actividades
como la astronomía y cambia el paisaje natural.
Afecta la vida animal nocturna. Aves, insectos, tortugas, peces y
otros animales nocturnos se deslumbran y encuentran
dificultades para camuflarse u ocultarse de los depredadores por
efecto de la luz azul, principalmente en áreas suburbanas.
Además afecta negativamente el comportamiento y la
reproducción de gran parte de la fauna.
Ahora bien, cuanto más blanca-fría sea la luz del alumbrado
público habrá mayor atracción a insectos, y por tanto de los
depredadores de éstos. Los desplazamientos que ello implica
generan trastornos de diferente índole en los ecosistemas de la
localidad.

En opinión de Paulina Villalobos, impulsora de la iniciativa de


establecer normas para la temperatura de color en exteriores, no
existe ninguna razón para que ésta sea mayor a 3000K.
“En épocas tempranas del desarrollo de luminarias LED para
exteriores la diferencia de flujo luminoso podía tener una diferencia
en la eficiencia. Pero ahora, cuando las luminarias con LED de
3000K alcanzan 110 lm/W o más no hay justificación para preferir
luminarias de luz fría, que no es sana ni para nosotros ni para el
medio ambiente”.
Actualmente, la nueva generación de luminarias con tecnología
LED ofrece un mejor control sobre el color de la luz emitida, así
sea una temperatura de 3000K o menos.
Finalmente, la española Fundación Cielo Sustentable considera
que en la medida que la tecnología LED continúe avanzando,
será cuestión de tiempo que una temperatura de color de
2700K o menos se convierta en la nueva norma.
Iluminet agradece a Paulina Villalobos sus aportaciones para la
realización de este artículo.

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