Está en la página 1de 52

HÉCATE, REINA DE LAS BRUJAS.

SU HISTORIA Y RITUALES

(COMPILACIÓN DE FUENTES WEB Y BIBLIOGRÁFICAS


1
REALIZADA POR POSEIDÓN)

“Hécate es la Madre Terrible que actúa desde las profundidades de la psique”


Carl Gustav Jung
PARTE PRIMERA:
HISTORIA DE HÉCATE

HECATE, LA MADRE PRIMIGENIA, LA ANCIANA SABIA 2

La diosa Hécate era uno de los nombres principales de la Madre


Primigenia, la Anciana, la hechicera, la bruja, la enigmática diosa del
paleolítico.
La Anciana se asocia con la luna menguante, y los colores negro, azul
profundo y el violeta más oscuro. La estación del año que le corresponde es
el otoño y el invierno. El festival que le corresponde es obviamente el de los
muertos, Samhain.

Los cultos populares que la veneraban como diosa madre hicieron


que fuese integrada en la mitología griega. Adicionalmente, a medida
que la adoración de Hécate crecía, su figura fue incorporada al mito
posterior del nacimiento de Zeus como una de las comadronas que
escondieron al niño, mientras Crono consumía la roca falsa que le había
dado Rea.

El nombre Hécate deriva de la diosa-comadrona egipcia Hequit,


Heket o Hekat. El Heq era el matriarcado tribal del Egipto predinástico,
presidido por una mujer sabia. Heket era una diosa con cabeza de rana
conectada con el estado embrionario en el que el grano muerto se
descomponía y comenzaba a germinar. Era también una de las comadronas
que asistía cada mañana al nacimiento del sol. Está relacionada también a la
sangre menstrual que originalmente era considerada sagrada y misteriosa.
Sus orígenes mitológicos no son claros, y hay discrepancias entre los pocos
relatos que existen de su árbol genealógico. Por lo general, se la describe
como un titán que siguió siendo diosa después de que Zeus y los olímpicos
derrotaran a estas divinidades arcaicas. Hesíodo, en la Teogonía
(aproximadamente en 700 a. de C), relató que su nombre significaba “la que 3
tiene más poder”, que despertaba una mayor devoción que las otras
divinidades y había sido objeto del favor de Zeus, al haber recibido poder
sobre la tierra, el mar y el cielo.

Hécate es una diosa ctónica preolímpica. Es una titánide, hija de Perses


y Asteria. Asteria significa «el estrellado», y Perses quiere decir «el
destructor». Los registros más antiguos de Hécate en la literatura griega
aparecen en la Teogonía de Hesíodo (siglo VIII a. C). Se nos presenta como
una poderosa protectora y guardiana de la humanidad. Ella fue la única
titánide que ayudó a Zeus en la batalla entre dioses y titanes, por lo que no
fue desterrada a los reinos del mundo inferior después de la derrota de los
titanes a manos de los olímpicos. Después de la guerra, Zeus comenzó a
gobernar el cielo, Poseidón el mar y Hades el inframundo, pero Hécate
continuó su reinado sobre los tres mundos.

Otra versión de la mitología también nos habla a veces de Hécate como una
de las diosas menos conocidas, hija menor de Zeus, que había sido diosa de
la Luna. Zeus reconoce sus poderes y sus antiguos privilegios. Hesíodo
enfatiza que Hécate era la única hija de Asteria, una diosa de las estrellas
hermana de Leto, a su vez madre de Artemisa y Apolo. La abuela de estos
tres primos era Febe, la anciana titánide que personificaba la luna. Hécate
era una reaparición de Febe, y por tanto diosa lunar, que se manifestaba en
la oscuridad de la luna. Hesíodo, en la Teogonía 410-414, dice:

Asteria concibió y parió a Hécate, a quien Zeus, hijo de Crono, honró por
encima de todos los dioses, llenándola de las más cumplidas mercedes. Su
potestad abarca la Tierra y el mar infecundo; pero no acaban ahí sus
privilegios, sino que los tiene también en el estrellado Cielo, y es entre todas
4
respetada por las deidades inmortales.

Zeus le dio su parte en la tierra, las aguas y el cielo


estrellado. También es llamada “la distante” y “la Loba”, y si se le hace
caso a Hesíodo, es una de las hijas de la Noche. Su madre Asteria sería
hermana de Leto, la madre de Apolo y Artemis.

Heródoto la llama Atena y nos cuenta que a sus sacerdotisas, de la tribu


de los pedaseos, les salía la barba cuando tenía que ocurrir un
desastre. También ayudará a Perséfone. En Hesíodo no tiene ningún
carácter infernal. Aparece en el himno homérico, ayudando a Deméter como
la única que puede escuchar a Perséfone secuestrada en el mundo
subterráneo.

En la Alejandría ptolemaica terminaría adquiriendo sus


connotaciones de diosa de la hechicería y su papel como «Reina de
los Fantasmas», bajo cuyo aspecto triplicado fue transmitida a la cultura
post-renacentista. «Reina de los Fantasmas» es un título asociado con
Hécate debido a la creencia de que podía tanto evitar que el mal saliese del
mundo de los espíritus, como también permitir que dicho mal entrase.

Las denominadas Tabella defixionum o Tablillas de la maldición estaban


hechas de plomo y contenían diferentes símbolos, así como el nombre de las
personas a las que iba dirigido el sortilegio. Se creía que estas tabillas
atraían a los espíritus, por lo que eran colocados en lugares donde había
sucedido un crimen, una ejecución o en los propios cementerios para que los
fantasmas se introdujeran en ellos y, a través de la intervención de Hécate,
se hiciera realidad el hechizo. Por lo tanto, era una magia que creía en el
poder de la palabra y que buscaba el poder de un alma errante para hacerla
funcionar. 5

A Hécate se la describe como una diosa lunar que lleva un reluciente


tocado o una cinta de estrellas y sostiene una antorcha encendida en
cada mano. Se decía de ella que iba por los caminos de la antigua
Grecia acompañada de sus perros negros.

HÉCATE era una diosa lunar, una de las trinidades originales conectada con
las tres fases de la luna que gobernaba el cielo, la tierra y el submundo.

Era identificada como el aspecto oscuro de Artemisa. Así como Artemisa


personifica la luna creciente y Selene la luna llena, Hécate es la cara de la
luna negra. A diferencia de Artemisa, que representaba la luz lunar y el
esplendor de la noche, Hécate representaba su oscuridad y sus terrores.

Es la madre de todos los encantamientos y hechicerías, Diosa de las Brujas y


de los Magos.
6
HECATE, LA PERRA NEGRA

La perra es el animal más comúnmente asociado a Hécate, quien a


veces es llamada la “perra negra”. Su relación con la perra era
originalmente proveniente de la historia troyana de la reina Hécuba, que
saltó al mar después de la caída de Troya y fue transformada por la diosa en
su familiar, una perra negra. En cuanto al turón fue originalmente la bruja 7
Gale que Hécate transformó en bestia para castigarla por abusar de su
poder. Otros dicen que fue Galinthias, la enfermera de Alcmena,
transformado por Ilitía enojada, pero recibida por Hécate como su animal.

A veces, Hécate aparece con tres cabezas, como Cerbero y con seis brazos,
casi una reminiscencia de la diosa india Kālī.

Su estrella es Sirio y se la asocia también con los perros que ladran a


la luna. Se creía que, en las noches sin luna (luna negra o luna nueva
invisible), ella vagaba por la tierra con una jauría de perros fantasmales y
aulladores que precedían su aparición. Algunas veces dicen que aúlla como
los perros que la siguen. En Turquía occidental, en Caria, sus adoradores
sacrificaban perros en su honor y realizaban rituales orgiásticos.

HERMES Y HECATE

Entre los otros dioses de la mitología, el más cercano a Hécate es


Hermes. Las cuevas son sagradas para ambos, y ambos muestran el
camino a las almas en sus viajes interiores o exteriores. Los dos gobiernan
los pasajes y las transformaciones y también guían a las almas que están
perdidas y no saben qué hacer.
Hermes y Hécate están relacionados con el conocimiento oculto. El
título moderno más común de Hécate es el de diosa de la magia y de la
brujería. Es la diosa que aparece más a menudo en textos mágicos, como
los Papiros Mágicos griegos, junto con Hermes. Ambos están relacionados
con la revelación gradual del conocimiento oculto a la humanidad.

Experta en el arte de la adivinación, concede a los mortales sueños y 8


visiones que, si se interpretan correctamente, les proporciona una mayor
claridad para resolver los problemas.

Otra función que tienen en común es mostrar el camino a los viajeros. De


manera similar a los bustos de Hermes colocados en las fronteras como una
guarda contra el peligro –hermas–, las estatuas de Hécate fueron colocadas
en las puertas de las ciudades y de las casas.

Hécate es la única, a excepción de Hermes, que puede moverse entre los


tres mundos. En el terreno metafórico y mitológico se la percibe de forma
confusa, y se la asocia al mundo subterráneo aunque nunca residiera en él.
Su momento era el crepúsculo. Además, Hécate es la guía de las almas,
como Hermes. Lo vemos en el mito de Perséfone y Hades.

EL MITO DE LA TRANSFORMACIÓN CÍCLICA


Deméter y Perséfone -Ceres y Proserpina para los romanos- las diosas
gemelas percibidas como madre e hija, representaban para los pueblos de la
antigüedad los poderes de la naturaleza, su transformación y emergencia
cíclica.

Cuando Perséfone fue secuestrada por Hades y llevada al inframundo,


Deméter buscó por todas partes a su hija, pero no pudo encontrarla. Fue
Hécate quien le dijo que para localizarla debía hablar con el dios sol Helios.
Helios le dijo a Deméter que su hija había sido secuestrada y trasladada al
inframundo por Hades. Después de eso, según el acuerdo entre Zeus y
Hades, Perséfone tuvo que permanecer en el inframundo seis meses y en la
tierra otros seis.

Como en el peregrinaje la acompaña Hécate, la diosa de las Encrucijadas (o


Anciana Sabia, que con la Doncella y la Madre forma la Triple Diosa pre-
9
patriarcal), Deméter se viste de negro en señal de duelo por la pérdida de su
hija, transformando su belleza y esplendor divino en la imagen de una
madre humana angustiada.

En la historia del secuestro de Perséfone que se relata en los Himnos a


Deméter de Homero, Hécate se le acercó a Deméter cuando buscaba
desconsolada a Perséfone, diciéndole que si bien no había visto lo sucedido,
había oído los gritos de Perséfone. Hécate sugirió que fueran a solicitar
información al dios del sol, que estaba en lo alto cuando Perséfone
desapareció. Él podría contarles lo sucedido. En compañía de Hécate,
Deméter escuchó el relato verídico de los hechos: Perséfone había sido
secuestrada por Hades con el permiso de Zeus.

Los Misterios de Eleusis que surgieron de este mito, y se celebraban a estas


Diosas eran ritos de pasaje destinados a personas adultas que
proporcionaron un espacio sagrado para vivenciar nuevos estados de
conciencia y una percepción de la vida que surge de la muerte.
10

HECATE, OFRENDAS Y SERVICIOS


Hécate entre los griegos, llamada durante la Edad Media la Reina de la
Brujas, era una deidad del inframundo y de la Luna, adorada en encrucijadas
en las que se le hacían sacrificios durante la luna llena.

Extendía su benevolencia a todos los hombres concediendo los favores que


se le piden en todos los ámbitos (prosperidad material, don de la elocuencia,
victoria en las batallas y juegos, etc.) pues su poder es inmenso. Por ese
motivo Hécate era cuidadosamente servida:
“Todavía ahora, cuando alguno de los hombres de la tierra los propicia,
celebrando magníficos sacrificios según costumbre, invoca repetidamente a
Hécate. Muy fácilmente obtiene gran honor aquél cuyas súplicas acepta
complaciente la diosa, y le concede prosperidad puesto que está en su
mano”.

En la Antigua Grecia existían unas fiestas llamadas Hecatesias, en honor a


Hécate (Protectora de la familia y los niños). En Atenas, todas los meses por 11

las tardes del día que entraba el novilunio o luna nueva, las personas
acomodadas o pudientes preparaban en la calle una cena o festín público,
destinado especialmente a los pobres; este festín se creía presidido por la
divinidad, por lo que se denominaba la cena de Hécate, y la diosa
participaba del convite y en su honor se comían serpientes.

Al cierre de cada mes lunar, platos con comida se colocaban para ella, de
este modo se impedía el mal en los puntos donde los caminos están
cruzados entre sí, y este alimento era consumido por la gente pobre. Los
sacrificios ofrecidos a Hécate consistían en perros, miel, y los corderos
hembras negros.

Entre sus numerosas sacerdotisas estaban Medea y Circe. La poetisa


Safo la llamaba “La Reina de la Noche”. Hay una imagen en que esta
diosa lleva dos antorchas en sus manos, iluminando la oscuridad. Tal vez,
Safo la llamaba así debido a la intuición que permite ver la forma de las
cosas no visibles.

Para algunas fuentes, Hécate, al ser la diosa más antigua es muy sabia, pero
se desequilibra, porque se agota con facilidad, así que generalmente es
mera observadora de los humanos. La diosa lunar habría pasado a ser sólo
fuente de inspiración a la acción, no puede actuar directamente.
Solo las ancianas videntes conectan con el espíritu de Hécate con el
tacto y protocolo que la diosa requiere. Se debe dirigir a ella con el
respeto que ser vieja significaba: tener la sabiduría, la bondad y la
generosidad que sólo da la experiencia del paso del tiempo. Sabe más la
bruja por vieja que por bruja, no en vano se la considera la Gran Hechicera.

Ofenderle podría tener consecuencias terribles. Es capaz de hacer 12


enloquecer al causante de su enfado, pues puede enviar a los espíritus cuya
intervención se pide, para que aúllen al oído del incauto. Está en su poder
enviar el fantasma nocturno de la angustia, o Empuja. Oír voces es un
castigo de Hécate. Y es que a veces, la Anciana se aburre y se entretiene
jugando con la estupidez humana.

El único templo de Hécate que se mantiene en pie en el mundo: el lugar


sagrado de la ciudad de Stratonikeia.

TEMPLOS Y CELEBRACIONES DE HECATE

El templo de Hécate de la región de Yagatan, en la ciudad de Mugla, en


Turquía, tuvo mucha importancia en las antiguas civilizaciones frigias y
carias. Es el único templo dedicado a Hécate que aún se mantiene en pie en
el mundo, por lo que es una atracción para muchos visitantes. Las
excavaciones de este lugar comenzaron en 1891 y continúan en la
actualidad.

Su culto se daba especialmente en las ciudades de Lagina y Stratonikeia,


que son asentamientos carios fechados en el 300 a. C. El significado del
nombre Hekatomnos que fue dado a los reyes de Caria es «El sirviente del 13
templo de Hécate». El lugar sagrado de Lagina está conectado con la ciudad
de Stratonikeia, uno de los centros de la civilización caria. Se encuentra en
el suroeste de Anatolia. En la Antigüedad, la región entre el río Menderes (su
antiguo nombre es Maiandros) y el río Dalaman (antiguamente Indos) se
llamaba Caria. Se cree que este nombre proviene de los kars, que se
asentaron en esta región aproximadamente en el 1000 a. C. Todavía se
debate de dónde proceden.

El principal templo de Hécate se encontraba en Lagina, donde la diosa


era servida por eunucos, y en Grecia se celebraban festivales en su honor el
13 de agosto y el 30 de noviembre, mientras que los romanos le
consagraron el 29 de cada mes lunar (luna nueva o negra).

Los festivales en honor de Hécate se celebraban cada año, y uno más


importante cada cuatro años. La fiesta cuatrienal de Hekatesia-Rumania se
ha celebrado desde el año 81 a. C. Se llama Hekatesia o Festival de la
Guardiana (portadora de llaves), en el cual la llave del templo es llevada de
Lagina a Stratonikeia y traída de vuelta. Esto simboliza la relación entre
Lagina y Stratonikeia y también a Hécate teniendo las llaves del inframundo.

En el festival, jóvenes doncellas, llamadas kleidophoros, llevaban la llave del


templo, y también asistían hombres. Todas las personas que acudían a la
fiesta entraban en el lugar sagrado a través del propileo. Los que oficiaban el
servicio descendían los diez escalones del este y se dirigían al altar. Los que
venían a ver la ceremonia, se dirigían al pórtico a través de la puerta
izquierda y se sentaban en los escalones, esperando el inicio de la
ceremonia.

14

HECATE, GUARDIANA DE LOS UMBRALES,


DIOSA DEL INFRAMUNDO,
REINA DE LOS MUERTOS

Perséfone, Hermes, Hécate y Deméter. Un día asomada desde una


gruta, Hécate presenció el rapto de Perséfone, y no dudó de ayudar a su
madre Deméter a buscarla. Con una antorcha en la mano, ambas diosas
recorrieron todos los caminos hasta que dieron con la doncella. Hades la
había secuestrado para hacerla su esposa, así que Deméter hizo un trato con
él: consentiría la unión si permitía a Perséfone subir a la superficie cada seis
meses para estar con ella. Hades estuvo de acuerdo y Perséfone se convirtió
en la reina del inframundo.
Fue entonces cuando Hécate se ofreció a acompañar y a guiar a la doncella
el tiempo que pasase en el reino de Hades, porque Perséfone temía la
oscuridad y podría perderse. Como recompensa por su noble
comportamiento y por su apoyo y amistad incondicional a la joven esposa, 15
Hades la premió nombrándola huésped de honor en el reino de los muertos.

Aún hoy en día, Hécate tiene una valiosa misión que cumplir: la de ayudar a
los ancianos a cruzar al otro lado y permanecer junto a aquellos que lo
necesiten hasta su próxima vida.

Hécate tenía un papel y poder especial en los cementerios. En el


Hades, Hécate gozaba de gran autoridad, porque era conocida como la reina
invencible y presidía las ceremonias de expiación y purificación de las
sombras a las que se les permitía reparar las malas acciones de su vida
pasada. Su presencia en el mundo subterráneo era la que otorgaba a los
pre-helénicos la esperanza del renacimiento y la transformación, como
opuesta a Hades, que representa la inevitabilidad de la muerte. Esta diosa
ampliaba el concepto de inframundo, que no era un lugar de castigo, sino
que era el vientre oscuro de la diosa donde uno iba a ser purificado, curado
y preparado para el renacimiento.

Entre varios de sus epítetos podemos ver cuando se le llamaba Hécate


Prytania, asimilada como “Reina de los Muertos” aunque no debemos
confundir la palabra “muertos” al significado de guía de almas, por el
contrario el epíteto “Prytania” es más cercano al de Reina del Inframundo;
más allá del Reino de Hades; pudiendo considerarse el Tártaro no
únicamente como la prisión creada para los antiguos titanes, sino más bien
la última entrada al reino de las sombras, donde moran los Dioses
primigenios más allá del reino de la consciencia.

Ferea era un sobrenombre de Hécate. En cuanto a su nombre Kleidouchos,


la clave de su significado está en el papel de Hécate como guardiana, siendo
la que podría abrir las puertas del conocimiento sagrado. Los himnos órficos
se refieren a ella como la «reina portadora de las llaves del cosmos entero».
16

Himno Órfico a Hékate


Celebro a Hécate protectora de caminos
y de encrucijadas, agradable,
celeste, ctonia y marina,
de azafranado peplo,
sepulcral, que entra en frenesí
junto con las almas de los muertos,
hija de Perses, amante de las soledades,
que se regocija con los ciervos,
nocturna, protectora de los perros,
reina irresistible,
acompañada de ruidos de animales,
desceñida, de aspecto irresistible,
diosa de los toros,
señora poseedora de las llaves de todo el mundo,
conductora, ninfa,
nutricia de jóvenes,
que vives en los montes;
suplicando a la doncella que se haga presente
en las santas iniciaciones,
siempre propicia para el boyero
y con ánimo grato.

(Himnos Orficos, h. s. VI a.C.).

17

HECATE, LA DIOSA DE LAS BRUJAS

Con el tiempo, la anterior Hécate se difumina y aparece una Hécate


oscura e inquietante vinculada al mundo de las sombras. Hécate pasa
a ser la diosa de la hechicería y lo arcano, y la veneraban especialmente
magos y brujas, quienes le ofrecían en sacrificio corderos y perros negros al
final de cada lunación. A los videntes se les aparecía con una antorcha en la
mano o en forma de distintos animales: yegua, perra, loba, etc.
La rana, criatura anfibia que vive en dos elementos (tierra y agua), está
también consagrada a Hécate y a la diosa rana egipcia Heqet, con la que a
menudo se la asocia.

Como muchas antiguas diosas madre o de la tierra, Hécate permaneció sin


casarse y no tuvo consorte habitual, diciéndose a menudo que se reproducía
por partenogénesis. Se consideraba que todos los grandes magos y
18
hechiceros mitológicos eran descendientes suyos, especialmente los
hermanos Circe y Eetes, hijos suyos y, por tanto, abuela de Medea. Por otra
parte, es la madre de muchos monstruos, como Escila, que representaba los
aspectos pavorosos de la naturaleza que producían miedo y sobrecogimiento

Ya en tiempos cristianos, Hécate fue vista como un ser


amenazante. La figura de Hécate siguió estando asociada a la brujería
mucho después de la desaparición de la Grecia Clásica y el Imperio Romano.
El cristianismo rodeó la figura de Hécate de un aura maléfica y
connotaciones negativas, a menudo asociándola a Lilith y al diablo. Algunas
veces aparece en calidad de vampiro o de lamia.

En el Malleus maleficarum (1486) se afirma que Hécate fue adorada por


brujas que adaptaron partes de su mito como su diosa de la hechicería.
Debido a que Hécate ya había sido muy difamada a finales del periodo
romano, a los cristianos de la época les resultó fácil envilecer su imagen. De
esta forma todas sus criaturas fueron también consideradas «criaturas de la
oscuridad»; sin embargo, la historia de animales tales como cuervos, búhos
nocturnos, serpientes, escorpiones, asnos, murciélagos, caballos, osos y
leones como criaturas suyas no es siempre oscura y aterradora.
En este sentido debemos aclarar que si bien desde la Grecia helenística
Hécate estaba asociada a la oscuridad, la hechicería y la muerte, no
podemos ver estos atributos desde un punto de vista cristiano, pues entre
las culturas paganas tanto el inframundo como la muerte, o la brujería,
estaban exentos de las connotaciones maléficas que recibieron
posteriormente, poseyendo un carácter, aunque sobrenatural, mucho más
neutral, lejano a la concepción del bien y el mal cristiana. 19

Atribuyéndole su dominio sobre los tres reinos (celeste, terrestre y oceánico)


nos vincula directamente a su rol como creadora, sostenedora y destructora
de toda existencia; en pocas palabras la Diosa Hécate es el eterno
manifiesto, que trasciende todas los conceptos e ideas de la Humanidad; por
ende su nombre es sólo un epíteto, un mantra o palabra de poder que nos
permite asimilar su arquetipo y energía para manifestarla en el plano
terrestre o astral.

Hécate, Medea y Circe son el arquetipo de brujas, magas o hechiceras, y


comparten su condición de mujeres poderosas, libres y autónomas,
contrarias al prototipo ideal de mujeres de cualquier época. Algo inusual en
el modelo de la mujer sumisa al hombre, obligada a ser paradigma de
virtudes inalcanzables, que nos ha trasmitido la mitología o el imaginario
colectivo patriarcal a través de la historia.

EL STROPHALOS DE HECATE
En los llamados Oráculos caldeos Hécate fue también asociada a un
laberinto serpentino alrededor de una espiral, conocido como “rueda
de Hécate” o “Strophalos de Hécate”.

El simbolismo alude al poder de la serpiente para renacer, al laberinto de


conocimiento a través del cual Hécate guía a la humanidad y a la llama de la
propia vida. El Strophalos puede haber sido un laberinto serpentino 20
alrededor de una espiral central o una rueda y es representativo del poder
del conocimiento y la divinidad femenina.

Se asocia con un curioso diseño en forma de rueda, conocido como rueda de


Hécate, o los “Strophalos de Hécate”. Es un círculo que encierra un laberinto
serpentino con tres pestañas principales, que a su vez se encuentra a
alrededor de un espiral de fuego central. El simbolismo se refiere también a
la llama de la vida misma. «Los senos productores de vida de Hécate, esa
Llama Viviente que se viste a sí misma de Materia para manifestar la
Existencia» (verso 55 de la traducción de Cory de los oráculos caldeos).
Quizás haya también alguna relación entre este laberinto o rueda de Hécate
y Ariadna, a la que se consideraba “Señora del Laberinto”
21

HECATE TRIVIA: TRIPLE DIOSA DE LAS ENCRUCIJADAS

Hécate fue representada a menudo en forma de triple diosa de la


encrucijada (Hekate triodita o trivia) considerada no sólo por su capacidad
de decisión en las vicisitudes del destino, sino además en todos los aspectos
de la naturaleza creada: nacimiento, desarrollo y muerte. Sus tres caras
reflejan de un modo fascinante el carácter cíclico de la naturaleza con los
tres aspectos de las diosas luminosas: la doncella -luna creciente-, la madre
-luna llena- y la anciana -luna menguante-; que en Hécate, como diosa
oscura, se invierten y son: doncella –luna menguante-, madre –luna nueva-
y anciana sabia –luna nueva creciente (waxing moon). Cada una simboliza
una etapa en la vida de la mujer. Por esta multiplicidad de personalidades,
esta diosa, conocida como Hécate, se asocia a las encrucijadas.
En algunas representaciones, Hécate se muestra como tres
personas. Las estatuas de Trivia y Tricephala (dos de los nombres con que
se la conoce) fueron colocadas en encrucijadas y se relacionan con esta
triple representación. En las imágenes suele sostener en su mano una
antorcha, una llave, un cuchillo y, a veces, una serpiente.

Su antorcha es un símbolo de la luz que ilumina la oscuridad, pues los 22


griegos asignaron a Hécate el papel de portadora de la sabiduría. En varios
mitos, Hécate muestra a los héroes el camino con su antorcha.

Hécate, es una Diosa telúrica, de origen pre-helénico. Era


responsable de los cruces de caminos y ganó notoriedad en Grecia
como fuente de brujería. Hécate tenía un papel especial en
las encrucijadas de tres caminos (o trivios), donde los griegos situaban
postes con máscaras de cada una de sus cabezas mirando en las diferentes
direcciones. La función de Hécate en las encrucijadas proviene de su esfera
original como diosa de las tierras salvajes y las zonas inexploradas. Esto
llevaba a realizar sacrificios para viajar con seguridad por estos territorios.
Este papel tiene relación con el de Hermes, dios de las fronteras.

Dicen que se ocupa en extraviar a los viajeros cuando se encuentran


en las encrucijadas. Se creía que Hécate y su jauría de perros aparecían
en esos espacios apartados, que eran para los viajeros lugares demoníacos y
espectrales. Con Hermes, era la guardiana de las encrucijadas en las que el
camino correcto no se conoce. Allí se levantaban estatuas en forma de una
mujer de triple cuerpo o bien tricéfala. Eran muy abundantes, antiguamente,
en los campos, y a su pie se depositaban ofrendas. Por estar en el cruce de
caminos puede mirar al pasado al presente y al futuro. Uno de sus aspectos
es representado en la Trivia romana. Las descripciones históricas muestran
su enfrentamiento en tres direcciones diferentes, una clara referencia a la
naturaleza tripartita de esta antigua diosa.

Hécate es la versión griega de la Trivia (‘tres caminos’) de


la mitología romana. En el siglo VII, Elegio acostumbraba a recordar a su
recién convertida congregación de Flandes que «ningún cristiano debería
prestar o guardar devoción alguna a los dioses de los trivios, donde tres 23
caminos se cruzan, a los fanos o las rocas, o fuentes o arboledas o
esquinas».

Como diosa triple, a veces aparecía representada con tres cabezas: de


perro, caballo y oso, o de perro, serpiente y león. El arte representa también
a Hécate a menudo con tres cuerpos o tres cabezas y con serpientes
entrelazadas alrededor de su cuello ya que es una divinidad triforme: lunar,
infernal y marina. Los marinos la consideraban su numen titular y le pedían
que les asegurase buenas travesías.

Hécate es una de las diosas ‘patronas’ de muchas brujas, que en


algunas tradiciones la identifican con la Diosa Triple, ya que Hécate tiene
tres caras o fases. Su papel como diosa tripartita, que muchos wiccanos
contemporáneos asocian con el concepto de “la Doncella, la Madre y la
Bruja”, se hizo popular en los tiempos modernos por escritores como Robert
Graves en La diosa blanca.

Según la postura de Miriam Robbin Dexter, discípula de Marija Gimbutas, la


indoeuropeísta, Hécate, en sus múltiples formas, es una continuación de la
antigua diosa pre-indoeuropea, señora de la vida, la muerte y la
regeneración. Era adorada a través de danzas extáticas. Ella representaría
las diversas fases de la vida: la virgen joven y fuerte, la que da el
nacimiento y protege maternalmente, así como la anciana temible y
peligrosa. Estos aspectos son análogos a las fases de la luna en sus
manifestaciones de creciente, llena y menguante. Porfirio (siglo III d.C.) dice
que era llamada por los antiguos “la Luna”.

En estos párrafos puede verificarse el poder de las prácticas de la brujería


asociadas a la Luna Nueva en honor a la Diosa Hécate

24
“En el profundo silencio de la media noche… ella [Medea] estiró los brazos
hacia las estrellas… Oh Nox [Nyx la noche], Madre de los misterios, y todo lo
dorado Astrea (estrellas) que con la Luna [Selene, la Luna] tener éxito sobre
los fuegos del día, y de la triple, tú, divina Trioditis (tres-veces formada)
Hécate, que conoces todas mis labores fortalece las artes de la magia“-
Ovidio, Metamorfosis 7

Algunos mitógrafos modernos, como Karl Kerényi , Carl AP Ruck y Danny


Grapas interpretan las diosas Deméter la «madre», Perséfone la «hija» y
Hécate la “vieja”, como aspectos de una ex Gran diosa identificada por
algunos como Rhea o como Gaia.

Otros estudiosos señalan que Hécate, combinada con la figura de Diana,


aparece en la antigüedad tardía y en el período medieval temprano como
parte de un “complejo de leyenda emergente” asociado con las reuniones de
mujeres, la luna y la brujería que finalmente se establecieron en el área de
Norte de Italia, sur de Alemania y los Balcanes occidentales.

“Dionisos esperó la noche oscura, e hizo un llamamiento con estas palabras


al círculo de Mene (Luna) en el cielo: ‘Oh hija de Helios (Sol), Mene (Luna)
de muchas formas, nodriza de todo, Oh Selene (la Luna), guía del coche de
plata! Hécate Tú, la de muchos nombres, en la noche haces temblar tu
linterna misteriosa con tu mano temblorosa, ven vagabunda nocturna,
partera de niños, el sonido nocturno de los perros se apresuran a tu deleite
con su gemido lastimero”. Nono, Dionisíacas 44,198.

Otros estudiosos y devotos comparan a Perséfone, Deméter y Hécate como


la misma energía representando lo triple de su naturaleza, es decir:
Perséfone, señora del inframundo; Deméter, la magistral madre de la
cosecha y reina del frío invierno, y Hécate, la guía de las tierras y señora de
25
las encrucijadas, madre de la Sabiduría. De esta vertiente existen otros que
la comparan con Artemisa como Diosa Virginal, Diana como la madre del
mundo, en otros casos con Selene y Hécate en su aspecto anciano y sabio;
ya para comprender estos aspectos queda por parte de sus hijos y
sacerdotes o sacerdotisas de su culto compararla con la que más satisfaga
su corazón.

La diosa Hécate no es mala ni buena, es dual, posee un carácter violento y


cruel, si se la ofende.

Está relacionada también a la sangre menstrual que originalmente era


considerada sagrada y misteriosa. Es la energía vital, consciente y
primigenia de la tierra, se la identifica como la Señora de las Bestias, pues
era la diosa viajera, la diosa cazadora, la patrona de las tierras salvajes.

Ella es un ser del mundo subterráneo, en el que puede transformarse si es


ofendida, retirando entonces su luz. Como si la unidad primordial de la diosa
madre se hubiera dividido y adquiriera en Hécate la personalidad oscura.
Esto está en consonancia con la tendencia que surge en la Edad del Hierro
de separar el aspecto oscuro del patrón cíclico y oponerlo a la luz.

Así pues, Hécate, diosa de la Luna Oscura, es una diosa con origen arcaico
muy compleja y misteriosa, puesto que sus atributos fueron cambiando con
el tiempo, siendo asimilada con otras diosas lunares. Aunque empieza a
abrir su campo de visión con la luna menguante, es la diosa de la fase
oscura de la luna, es decir la luna negra, ella es quien brinda luz sobre lo
desconocido, lo que nos aterra.

En el Paganismo Celta, la función de Hécate, la diosa clásica,


es similar con la diosa Cailleach. Es la anciana que según diversas
26
tradiciones celtas forma la triada junto con Dana y Brigidt. Las tres juntas
tienen un simbolismo que representa la sucesión de las estaciones, la
fertilidad de la tierra y el ciclo de la vida y la muerte. El ritual de Samhain,
celebrado el 31 de octubre, también conocido en inglés moderno
como Halloween (contracción de Al Halos Oven, «Día de todos los santos»),
es el ritual más importante del calendario celta y está dedicado a la diosa
Cailleach. La fecha coincide también con una de las celebraciones a Hécate.

Pero Hécate no solo juega el papel de la típica bruja mala, sino que también
representa a la Diosa Madre, la dadora de vida y la destructora de tal vida,
no tanto porque juegue el papel de mala sino porque es más bien una
transformación lo que ella augura. En la mayoría de las culturas o religiones,
la percepción de la trinidad es bastante notoria, ejemplo claro es la
“Santísima Trinidad” que acepta el lado católico.
27
LAS EMPUSAS, HIJAS DE HECATE

Son criaturas fantásticas del folclore griego arcaico, identificadas a veces con
las Lamias.

La Empusa fue una hija de la diosa Hécate (diosa de la hechicería y


“Reina de los Fantasmas”) que tomaba forma humana para seducir a 28

jóvenes incautos y luego devorarlos.

La empusa o mantis palo (Empusa pennata) es una especie de insecto


mantodeo de la familia Empusidae (cerbatanas o mantís). Las formas de las
empusas realmente son espectaculares, parecen que no sean de este mundo
y puede que el relato mitológico dé sentido al nombre que se le ha dado.
Como mínimo añade un toque fantástico a estos increíbles insectos.
29

Una mantis cono (Empusa pennata) caminando sobre una vía férrea en algún lugar de la
montañosa Arcadia, en el sur de Grecia.

HECATE, LA SEÑORA DEL CALDERO

Hécate. Diosa triple, del cielo, la tierra y los infiernos. Una gran
maga protectora de las comadronas y las herboristas sabias necesita
su caldero.

El caldero de Hécate encarna el útero de la Diosa. Las velas aluden a la


comunión del mundo visible con el invisible:
Señora del caldero que siempre arde,
Guardiana de las llaves que toda puerta abren,
Ama de los perros, la loba, la yegua, el oso, el león,
el búho, el cuervo, el dragón,
la rana y la serpiente.

30
Tuya es la justicia que nunca duerme.
Reina de los fantasmas y espíritus que rondan,
Portadora del brillante athame,
Luna negra la que con honores se honra.

Reina del inframundo,


Madre de la hechicería,
Diosa de la cueva, magia y brujería,
Gobernadora suprema de las fronteras entre los mundos,
de las encrucijadas y de los Tres Caminos,
de los oráculos y mancias que nos guían en nuestro destino.

Tú, la que escucha los lamentos de los oprimidos,


la nodriza y la madre terrible,
la reina invencible
Diosa de la noche errante,
la de la diadema polos luciendo en su pelo brillante.
Diosa del cielo, mar y tierra,
Guardiana de la puerta.
Dama de las cuerdas.
La de la expiación y purificación de las sombras,
la del pie de bronce,
la que ilumina con su antorcha.

Diosa de la protección y los partos,


la oscura, la Diosa de las transiciones,
las tormentas, la sabiduría infinita y la elocuencia. 31
La de los cipreses, lo arcano y las travesías.
Diosa suprema de la muerte y de la vida”.
32

Hécate se asocia con el saber de las plantas y la mezcla de


medicinas y venenos. El tejo, el ciprés, el álamo negro y el sauce
estaban consagrados a Hécate.
Hécate personifica la muerte, la profecía, es la deidad que mata con venenos
tomados de los cementerios. Los cipreses estaban asociados a la muerte, y
siguen estando presentes en los cementerios del área mediterránea. Las
hojas del álamo negro, oscuras por una cara y claras por la otra,
simbolizarían la frontera entre los mundos mientras que el Tejo, quizá por
sus hojas y semillas venenosas, estaba fuertemente asociado al inframundo,
a la muerte y el renacimiento: l 33

a poción del caldero de Hécate contenía «esquejes de tejo» y las bayas de


este árbol se creía que, por el poder de Hécate, podían dar sabiduría o la
muerte (esto estaba relacionado con la preparación de sustancias
alucinógenas a partir de la cantidad correcta de bayas de tejo, que en caso
de ser demasiada provocaría la muerte).

Sus hierbas favoritas son la mandrágora, el acónito y la


adormidera. Probablemente debido a su papel como reina de las brujas y
diosa de la hechicería, pues las “brujas” o curanderas de la antigüedad eran
mujeres que poseían un extenso conocimiento de las hierbas y sus
propiedades: el ajo, las almendras, la lavanda, el tomillo, la mirra, la
artemisa, la menta, el diente de león… entre otras, habrían estado
consagradas a Hécate, además de varios venenos y alucinógenos como la
belladona, la cicuta, la mandrágora, el acónito (conocido como “hecateis”) o
el opio.
NOMBRES Y EPÍTETOS DE HÉCATE

Nombres de Hécate:

Hécate posee muchos nombres: Chthonia (diosa del inframundo), Crataeis


(la poderosa), Enodia (diosa del camino), Propylaia (la que está antes de la 34
puerta), Phosphoros (portadora de luz), Soteira (salvadora), Trivia (diosa de
los tres caminos), Kleidouchos (guardiana de las llaves) y Tricephala (la de
tres cabezas).

Los nombres de Propylaia y Soteira, aluden a que se creía que Hécate


evitaba todo mal, y sus estatuas se colocaban delante de puertas y entradas
en tiempos antiguos. Hécate fue representada con perros a su lado en
floreros antiguos. Aparece también simbólicamente como mujer-perro y
mujer-lobo. Se decía que Hécate comienza a vagar por la noche cuando los
perros comienzan a aullar. Al igual que Cerbero (el perro de tres cabezas de
Hades) protege el inframundo, los perros de Hécate protegen los misterios.
Su nombre Chthonia (diosa del inframundo) demuestra que ella está
relacionada con misterios desconocidos.

En el paganismo actual, Hécate representa a la Anciana diosa que prefiere


jugar a adivinanzas y entretenerse con nuestros sueños, aunque odia que la
molestemos por banalidades y menos que no respetemos la jerarquía y el
poder ejecutor de su hija y heredera: Gaia. La imagen de la Diosa Tierra,
Gea/Gaia, representa el principio femenino, de origen lunar, basada el de
arquetipo en las divinidades más antiguas que se adoraban durante la
prehistoria como Hécate.
Gaia y Hécate son energías telúricas diferentes que están
entrelazadas. Hécate está considerada como Ana, la Madre
Primigenia. A la energía de esta Madre Primigenia, cada territorio la ha
llamado diferente, Heket en el Egipto Ancestral, Hécate en la Grecia Antigua,
Trivia en Roma, Ixchel,… son algunos de los nombres por los que se la
conoce. Pero sus caracteres personales son casi los mismos.

35
Epítetos de Hécate:

Es conocida por muchos epítetos, Reina de la Noche, Reina de la Muerte,


Diosa de las Brujas, Diosa Oscura, Anciana de la Triple Luna, Diosa
Guardiana de las Encrucijadas y más, muchos más…

Aedonaea (Dama del inframundo)


Anassa eneri (Reina de los muertos)
Apotropaia (que se aleja / protege)
Atalus (tierna)
Brimo ( terrible)
Chthonia (de la tierra / inframundo)
Enodia (en el camino)
Klêidouchos ( sosteniendo las llaves)
Kourotrophos (enfermera de niños)
Liparocredemnus (peinado brillante)
Nyctipolus (vagando por la noche)
Phosphoros (trayendo o dando luz)
Propolos (que sirve / asiste)
Propulaia / Propylaia (frente a la puerta)
Scylacagetis (líder de los perros)
Soteira (salvadora)
Trimorpha (tres formas)
Triodia / Trioditis (que frecuenta encrucijadas)
Zerynthia (del monte Zerynthia en Samotracia) …

Hay muchos más nombres de la Diosa, cada uno una mujer, cada uno un
tiempo y un espacio en todos los tiempos. Que una bruja o un mago
encuentre la energía de la diosa en el recorrido individual de cada uno, es
encontrarse con estas posibilidades de ser en la vida, con valores y dones a
36
los que podemos acceder, por lo que sus nombres son sólo una de las mil
llaves que abren la puerta para saber más de ti misma(o).
37

Hécate, por William Blake


PARTE SEGUNDA:
ADORACIÓN RITUAL A HÉCATE

A continuación copiaré un artículo de José Luis Cardero, y seguidamente


algunas adoraciones, evocaciones e invocaciones y cargas de la diosa, que
podrás utilizar y te serán muy útiles para crear tus propios rituales. 38

Invocaciones y carga de Hécate:

Artículo: Cómo invocar a Hécate


(José Luis Cardero López)
“Cuando vamos a invocar a ciertas fuerzas o númenes hemos de advertir
previamente a los no iniciados que lo hagan con suma cautela y, desde
luego, con conocimientos previos y avanzados. Si no los tienes, te sugiero
que simplemente busques una foto de Hécate, la coloques en tu mesa de
trabajo y a la luz de las velas trates de averiguar qué percibes y si esa
fuerza es afín a ti.
39

En las religiones conocidas sus dioses obedecen unas pautas comunes, un


comportamiento, llamémosle así, civilizado. Digamos que las fuerzas a las
que invocan los seguidores de las religiones masivas de este planeta son
entidades que sirven un esquema básico de dar-recibir y son además
entidades dedicadas a determinados tipos de cuestiones muy mundanas. Así
en el catolicismo encontramos santos y vírgenes que nos ayudan a conseguir
ciertos atributos y bienes: San Pancracio, santo de la fortuna y de los juegos
de azar, San Judas Tadeo, patrono de las causas difíciles o desesperantes,
etc. Estas entidades aparecen portando ropas y objetos comunes de la vida
cotidiana. Así en su mano pueden llevar corderos, báculos, pan,
herramientas y aparecen rodeados de animales, fuentes, etc.

Pero la brujería no es una religión no solo por las razones que ya se


explicaron en este blog sino porque no obedece a un sistema de creencias
fijo y determinado, más bien todo lo contrario. Es un mundo anárquico
donde no encontramos definidas las formas. Como ya expliqué en este blog,
yo no invoco a dioses, no les ofrendo nada y menos les hago ningún
sacrificio. Contacto con unas fuerzas o númenes primigenios que poco o
nada tienen que ver con ninguna iconografía, sea ésta del sistema de
creencias que sea.

40
Estamos frente a un ámbito en el cual no suelen servir los patrones morales
con los que habitualmente se gobiernan los seres integrados en sistemas
culturales. Lo Sagrado y lo Numinoso no reconocen casi nunca los esquemas
y condiciones establecidos en las cosmovisiones humanas.

Algo de eso han querido expresar quienes intentaron en su tiempo


representar el aspecto de Hécate. La diosa muestra tres caras que, o bien
pueden aparecer juntas formando parte de la misma cabeza, o destacar
sobre tres cabezas exentas que forman parte de un mismo cuerpo. En el
caso de que sea representada con tres cabezas, cada una de ellas puede
disponerse sobre un cuerpo propio pero, incluso entonces, esos cuerpos
aparecerán siempre estrechamente unidos, como formando una única
entidad, aunque indicando el aspecto polimorfo y multifuncional de la deidad
así representada. Desde sus altares, Hécate contempla la totalidad del
mundo y señala las características representativas de los espacios-frontera
sobre los cuales gobierna de forma inapelable […] “Ejércitos de muertos y
viajes al otro mundo”.
41

Por eso insisto en que el acercamiento a ciertas fuerzas ha de ser realizado


por personas que ya os manejéis en el Arte. Estas fuerzas abren puertas y
resquebrajan el velo entre las dimensiones, por esa razón ha de hacerse por
personas con experiencia, brujos, chamanes y otras personas con
capacidades psicopómpicas.

Con Hécate trabajamos siempre con llaves. Son precisamente esas llaves las
que abren las Puertas entre el mundo invisible y el mundo tangible.
Trabajamos con su imagen o sin ella (aunque recomiendo que, sobre todo al
principio, sí tengáis una imagen delante que os ayude a enfocar vuestra
energía).

Es imposible resumir aquí todos los atributos y simbología de Hécate así que
nos enfocaremos en uno de sus atributos, a mi parecer, más importantes y
es el de Kleidouchos. Esta palabra griega significa la que porta las llaves.
Encontramos una de las primeras referencias a esta capacidad en los Himnos
Órficos y otros cantos más antiguos incluso, topándonos con una de las
claves para entender qué simboliza esta fuerza primordial.
La que porta las llaves es la que custodia un espacio, en este caso, ya lo
dijimos, guarda los espacios de frontera o lugares liminales, no solo como
iluminadora o como la que guía a los que viajan de un lugar a otro, que ya
veremos que también, sino en este caso como la que custodia un espacio
sagrado y lo protege. Así nos encontramos con una de las capacidades de
Hécate menos conocidas: la protectora. Por esta razón encontraremos su 42
simbología y otras representaciones en las puertas de los hogares, las llaves
que guardan la casa. Y nos encontraremos con Hécate a un nivel más
profundo: la que abre la puerta al conocimiento, a los misterios y al viaje del
espíritu.

Por esa razón he insistido tanto a la hora de escribir este post: Hécate abre
lo que antes estaba cerrado. Sea nuestra psique o sean puertas hacia otras
dimensiones. Insisto: quien no tenga experiencia, que no la invoque”.
Consejos prácticos:

• Coloca manojos de llaves sobre el altar. Las llaves son uno de los
símbolos de Hécate, pues ella se considera la dueña de los misterios, y
que en algún momento pueden ser desvelados al hombre. Uno de sus
atributos es ser la diosa de las puertas.
• Hécate posee dos fuertes antorchas, con las que guía el camino de las 43
personas que la celebran, pues también es considerada la madre que
guía y cuida, y la que está al lado de quien pide su ayuda. Así que
enciende siempre dos velas para invocarla, de los colores adecuados al
tipo de magia que vas a realizar.
• Tu altar debe presentarse como si fuera el santuario edificado en su
honor a Hécate en la ciudad-estado de Lagina, donde muchas
festividades se realizaban en su honor, con la presencia de sus
devotos seguidores.
• Debes preparar un caldero que contenga el alimento que le has de
ofrecer, las cuerdas que ella desatará para librarte de la esclavitud, y
plumas de búho o lechuza, que representan la visión en la oscuridad y
la sabia observación; también colocarás tu daga o athame, que
representa tu valentía (las plumas de búho pueden ser sustituidas
temporalmente con plumas de otras aves, siempre que hagas y tengas
presente la promesa de adquirir plumas de búho o lechuza).
• Ella te dará como dones: sabiduría, victoria, riqueza y videncia. No
pidas otros dones, ni nada que no pueda ser resuelto con uno de estos
dones. Tampoco pidas ni esperes que te solucione asuntos concretos,
sino el don que te lleve a hacer efectiva tu propia solución. Déjalo todo
a su voluntad.
Invocación 1. Adoraciones, invocaciones y cargas de Hécate: las
adoraciones son frases que contienen, cada una, una devoción especial a
Hécate, como si se tratara de títulos que posee la diosa o de alabanzas que
se le dicen para complacerla y ponerla de nuestro lado. Las evocaciones e
invocaciones son los llamados para que la deidad se haga presente dentro
de tu círculo. Son evocaciones cuando sólo se solicita su presencia sobre el
altar, e invocaciones cuando abres todos tus planos existenciales para que la 44
divinidad los penetre y te posea. Las cargas de la diosa son frases que te
dice la deidad, una vez que has completado la invocación, que salen desde
dentro de ti y con tu voz, pero es Ella quien habla.

Adoraciones a Hécate;
Yo te adoro a ti, la de la túnica azafrán.
Yo te adoro, coronada de estrellas.
Yo te adoro, Señora de los perros.
Yo de adoro, dadora de luz.
To te adoro a ti, ceñida por serpientes.
Yo te adoro, Señora de la Magia.
Yo te adoro, Guardiana de las Puertas.
Yo te adoro, Salvadora.
Yo te adoro, Portadora de las Llaves.
Yo te adoro, Hija de las Estrellas.
Yo te adoro, Reina del Cielo.
Yo te adoro terrenal, marina y celestial.
Yo te adoro a ti, vidente de lo invisible.
Yo te adoro a ti, conocedora de lo desconocido.

Yo te adoro en tu triple forma.

Yo te adoro, portadora de antorchas.


Yo te adoro, Señora de la Luna.

Yo te adoro, nutricia de la juventud.

Yo te adoro a ti, que jaraneas junto a Dionisos.

Yo te adoro a t+i, la más hermosa.

Yo te adoro Sepulcral.
45
Yo te adoro, oradora del interior de la tierra.

Yo te adoro coronada de hojas de roble.

Yo te adoro errante nocturna.

Yo te adoro a ti, que trabajas en la lejanía.

Yo te adoro Reina de aquellos que yacen abajo.

Yo te adoro amiga de Perséfone.

Yo te adoro a ti, que previenes contra el mal.

Yo te adoro Guía de almas.

Yo te adoro compañera de Hermes.

Yo te adoro amante de la soledad.

Yo te adoro a ti, que envías sueños nocturnos.

Yo te adoro Poderosa.

Yo te adoro Guía en el camino.

Yo te adoro Diosa Celestial.

Yo te adoro Espléndida Estrella Lunar.

Yo te adoro a ti, que has sido la más adorada entre dioses y hombres.

Yo te adoro a ti, la de los grupos de fantasmas.


Yo te adoro bailarina del camino desconocido.

Yo te adoro Alma del Mundo.

Yo te adoro Hija de Perses.

Yo te adoro Mensaje inalcanzable.

Yo te adoro a ti, con ojos de fuego.


46
Yo te adoro Portadora de las marcas ardientes.

Yo te adoro a ti, que cortas el cordón.

Yo te adoro a ti, que permaneces en la puerta.

Yo te adoro Madre Oscura.

Yo te adoro Maestra de los misterios.

Yo te adoro a ti, que te deleitas en los ritos.

Yo te adoro a ti, que eres tanto Luz como Oscuridad.

Yo te adoro a ti, la más bella.

Yo te adoro a ti, la de los Fuegos Sagrados.

Yo te adoro a ti, que gobiernas la espiral de la vida.

Yo te adoro a ti, que envías tormentas.

Yo te adoro, Reina Titán.

Yo te adoro a ti, la más oscura noche.

Yo te adoro Gran Perra.

Yo te adoro otorgadora de múltiples bendiciones.

Yo te adoro Amada por Zeus.

Yo te adoro Asesina de Clitio.


Yo te adoro a ti, dibujada por dragones.

Yo te adoro Hija única y Maiden.

Yo te adoro Madre de las Brujas.

Yo te adoro Madre de los Magos.

Yo te adoro Diosa de los Reinos de la Sombra.


47
Yo te adoro Señora de la Vida, Muerte y Renacimiento.

Yo te adoro mi Señora.

Invocación 1.
Señora del caldero que siempre arde,
Guardiana de las llaves que toda puerta abren,
ama de los perros, la loba, la yegua, el oso, el león,
el búho, el cuervo, el dragón,
la rana y la serpiente.

Tuya es la justicia que nunca duerme.

Reina de los fantasmas y espíritus que rondan,


Portadora del brillante athame,
Luna negra la que con honores se honra.

Reina del inframundo,


Madre de la hechicería,
Diosa de la cueva, la magia y la brujería,
Gobernadora suprema de las fronteras entre los mundos,
de las encrucijadas y de los Tres Caminos,
de los oráculos y mancias que nos guían en nuestro destino.
Tú, la que escucha los lamentos de los oprimidos,
la nodriza y la madre terrible,
la reina invencible,
Diosa de la noche errante,
la de la diadema luciendo en tu pelo brillante.
Diosa del cielo, mar y tierra, 48
Guardiana de la puerta.
Dama de las cuerdas.

La de la expiación y purificación de las sombras,


la del pie de bronce,
la que ilumina con su antorcha.

Diosa de la protección y los partos,


la oscura, la Diosa de las transiciones,
las tormentas, la sabiduría infinita y la elocuencia,
la de los cipreses, lo arcano y las travesías.
Diosa suprema de la muerte y de la vida.

Invocación 2 (órfica).

Celebro a Hécate, protectora de caminos y encrucijadas,


Agradable, celeste, ctónica y marina,
De azafranado peplo, sepulcral,
Que entra en frenesí junto con las almas de los muertos,
Hija de Perses, amante de las soledades, que se regocija con los ciervos,
Nocturna, protectora de los perros, reina irresistible,
Acompañada de ruidos de animales,
Desceñida, de aspecto irresistible, Diosa de los toros,
Señora poseedora de las llaves de todo el mundo,
Guía, ninfa, nutricia de jóvenes, que vive en los montes;
Suplicando a la doncella que se haga presente en las sagradas iniciaciones,
Siempre propicia para el pastor de bueyes y con ánimo grato.

49

Invocación 3.

e encuentro en el cruce del Cielo, el Infierno y la Tierra,


Y abro la puerta del ocaso del Sol para caminar el Sendero de Hécate,
Reina de toda la brujería.
Madre de los Dioses!
Diosa de la Noche!
Escucha mi oración y ven a mí.
Otorga tus bendiciones a mi alma
Que busca la sabiduría y el poder del Vacío!
Dama de los misterios olvidados!
Guíame en los senderos de la noche con tus antorchas de conocimiento,
Abrázame en un éxtasis de posesión,
Y concédeme las llaves a la sabiduría de los antiguos!

Diosa de los cruces del Alma.


En tu nombre yo abro la puerta astral de la Luna,
Y ofrezco mi cuerpo como el templo de tu esencia eterna
Para que Yo pueda resurgir forjado en tu fuego sagrado,
No más una mortal creatura de barro.
Sino un hijo del Dragón!
Señora del camino torcido,
Enciende mi sangre con tu tacto divino,
Y cárgala con tu corriente ctonica.
Déjame beber de tu grial.
Que es la fuente de toda magia y poder.
Abre las puertas del Reino Nocturno!
Para que pueda descender a las profundidades del Infierno.
A través de los caminos del antiguo arte! 50
Guardiana de las llaves secretas,
Ven a través del cruce de los mundos y dimensiones.
Y revélame los secretos olvidados de la brujería.
La gnosis del Cielo y el Infierno.
Reina de las Sombras.
Entra a través de las puertas de la carne.,
A través de las alturas y las profundidades,
Y deja que tu antorcha me guie en los caminos de la obscuridad.
Hécate, Diosa Dragón del Vacío.
Despierta la chispa de la inmortalidad en mi alma.
Para que pueda llevar tu antorcha a través de la interminable noche!

Invocación 4.
Gran Madre la tierra, mi señora Hécate,
Tú que eres la guardiana del tiempo eterno,
Y tienes el rostro secreto, que se esconde tras la niebla y oscuridad,
Invoco tu presencia esta noche, para que me protejas,
Y para que guíes y guardes mi cuerpo y espíritu,
Librándolo en todo momento de la duda y el temor,
Crea siempre poder en mí,
Crea fuerza en mi persona, para transitar con seguridad,
Todos los caminos que se abren ante mi vida.
Carga de la diosa.

(Desde dentro de ti, Hécate responde a tu invocación)

“Yo reino en la noche y en la oscuridad,


ya que mi señal se ha colocado en el cielo nocturno,
pero la oscuridad de mi alma es la que te hace libre,
y el poder de mi magia es tu poder.
51
Ven a mí en tus horas de soledad y dolor,
pues yo seré tu compañía,
lloraré contigo y con tus lágrimas seremos uno
y alcanzaremos la gloria”.
FUENTES:

• Wikipedia
• Mitología universal. Juan Bautista Carrasco, Gaspar y Roig.
• “Las Diosas de la Mujer Madura” de Jean Shinoda Bolen, Editorial Kairos,
• http://extension.uned.es/archivos_publicos/webex_actividades/4926/hechic
erasavh2.pdf 52
• http://www.hermesinstitut.org/el-unico-templo-de-hecate-en-el-mundo-el-
lugar-sagrado-de-la-ciudad-de-stratonikeia/
• Hécate, la Oscura Diosa Lunar https://santuariodelalba.wordpress.com/author/mejorcas/

También podría gustarte