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• El turismo para la Economía . El estudio económico del turismo comienza poco antes
de la 1ª GM, cuando los economistas se dan cuenta de que este fenómeno tenía
relevantes repercusiones en la balanza de pagos de ciertos países.
• Esta teorización del turismo por parte de la UNCTAD continúa prevaleciendo, aunque
para algunos autores (Acerenza -2006- “conceptualización, origen y evolución del
turismo. México: Trillas) la misma, no da cuenta de la complejidad del fenómeno ni de
sus implicaciones para el desarrollo económico, social, cultural y político de los
pueblos
• El turismo para la Geografía. Al respecto, los estudios teóricos del turismo por parte
de los geógrafos comienzan a desarrollarse después de la 2ª GM. El enfoque de dichos
estudios se orientó más hacia la comprensión de las relaciones entre el espacio y las
actividades turísticas y a las repercusiones que estas relaciones tienen en el territorio,
que a la formulación de una teoría que explicara el fenómeno turístico desde la óptica
de esta disciplina.
• El turismo para la Psicología: El turismo es una actividad que, también, resulta de las
motivaciones de los individuos, por lo que su estudio, al igual que los factores que
influyen en dichas motivaciones, corresponde a la psicología. Cuando la suma de las
conductas individuales en un conjunto de personas se interfiere e influyen, hasta
convertirse en una conducta colectiva, en otras palabras, en una “conducta social”,
pasa a ser interés de la Sociología (a lo que atenderemos más adelante).
• Aunque existen trabajos anteriores, será a principios de los años ochenta del siglo XX
que comienzan a surgir los estudios que más han aportado al conocimiento de los
aspectos psicológicos del turismo, es especial en cuanto a las motivaciones y
comportamiento de los turistas. Muchos autores han contribuido al respecto, entre
ellos: Mayor y Jarvis (-1981-” The Psychology of leisure travel”. Boston: CBI) y Pearce (-
1982- “The Social Psychology of tourism behaviour. Oxford: Pergamon Press ).
• El turismo para la Sociología : Aunque se considera que las primeras obras que tratan el
turismo desde el punto de vista sociológico son los libros de Ogilvie en 1933 y de
Normal en 1936 (referencia de Méndez Muela -2003-” La Sociología del turismo como
disciplina. Barcelona: Ariel), el estudio sistematizado y generalizado del turismo por los
sociólogos se sitúa, también, después de la 2ªGM, y se consolida en los años setenta
del pasado siglo XX.
• Todos estos trabajos abordan aspectos sociológicos del turismo: tipologías de turistas;
interacciones entre turistas y sus anfitriones; impactos del turismo en la sociedad y su
relación con las teorías de la alienación; inautenticidad de la vida real que se presenta
a los turistas…Ello, además, referido, tanto a casos y situaciones que se dan en ciertos
lugares y determinados grupos poblacionales, como al comportamiento del turístico
de la sociedad general.
• En los tiempos actuales la sociología cuenta con aportaciones propias muy relevantes
para el conocimiento del turismo. No sólo ha permitido tomar conocimiento de
muchos aspectos sociológicos relacionados con esta actividad, también ha contribuido
a la comprensión de tiempo libre y del ocio, en cuyos marcos tiene lugar el turismo. En
este sentido destacan el trabajo empírico de Dumazedier (1974, Sociología empírica
del ocio. Crítica y contracrítica de la civilización del Ocio. París: Du Seuil).
• Las teorías sociológicas del turismo pueden clasificarse dentro de los siguientes
enfoques:
• Encontramos aquí, por ejemplo, los trabajos de Turner (1973): se estudia el turismo
como una forma de peregrinación; Turner y Ash (1975): ven el viaje turístico a modo
de comunión con el “otro”; Graburn (1989): distingue entre lo profano/sagrado en
relación al tiempo del turismo, esto es, entre lo ordinario o cotidiano/no ordinario;
Dann (1990): examina las formas en las el hedonismo espontáneo es resaltado por el
sector turístico a través de su lenguaje de control social (folletos, publicidad, guías,
mensajes…); Frow (1997): estudia la literatura promocional del turismo como forma de
controlar la interacciones entre turistas y el staff de hoteles y locales; Mazón (2001):
para quién comprar un servicio turístico supone comprar una experiencia social
sociológica.
• Al mismo tiempo, hay ciertos rasgos característicos de las prácticas que utilizan las
personas para dar sentido a sus actividades cotidianas que resaltan al yuxtaponerse a
la forma científica de darle sentido al mudo. Así, frente a la racionalidad científica en la
que la propia biografía se reduce al mínimo, la racionalidad del sentido común se
percibe desde una perspectiva individual especial, vinculada a un tiempo y espacio
concretos.
• Dicho esto, por tanto, el turismo desde la fenomenología puede observarse en dos
vertientes: la primera como el mundo de la vida cotidiana de los trabajadores de
empresas turísticas, incluso de los habitantes de sitios de destino turístico, y la
segunda como el mundo de la vida no cotidiana, en el caso de los turistas cuando se
encuentran de viaje visitando sitios en los que no residen. En ambos casos, suceden
conjuntos de tipificaciones que se van sedimentando a modo de acervos de
conocimiento social, tanto en los sitios de destino turístico como en los de origen, que
establecen lo que supone ser “turista” y ser “anfitrión.
• Aquí encontramos los trabajos del propio Schutz (1976): estudia los tipos sociales del
forastero y del que vuelve al hogar; Cohen (1979): elabora una fenomenología de la
experiencia turística que abarca cinco modos, desde la recreacional hasta la
existencial; Knebel (1984): analiza los roles que desempeñan los turistas en relación
directa o indirecta con la realidad social, desde los que buscan lo familiar hasta los que
buscan lo extraño y novedoso.
• El fundamento se encuentra ene l conocimiento tácito que las personas emplean para
darle sentido a la realidad y, por tanto, para influir en ella. La etnometodología alude
literalmente a los métodos y procedimientos con los que los miembros comunes de la
sociedad dan sentido a su vida cotidiana o actúan en ella. Así, el orden social depende
de los continuos actos interpretativos de los individuos implicados.
• Aquí podemos encontrar, por ejemplo, los trabajos de McHugh, Raffel, Foss y Blum
(1974): quienes estudiaron de los presupuestos no declarados y que forman parte de
la acción y el discurso en los estereotipos y clichés turísticos, tanto de turistas como
del sector turismo; Kyle y Chick (2004): se explora las propiedades de involucrarse en
actividades de ocio duraderas, desde la perspectiva de campistas en un sitio
agroturístico y ferial en EEUU.
• Este enfoque se interesa por las representaciones que hacen las personas para
mantener una imagen estable de sí mismas; las personas están permanentemente
regulando su acción, enmascarando parte de sí mismas y acentuando otras en una
suerte de representación. De este modo, se subraya el carácter reflexivo del ser
humano, capaz de regular sus acciones y en consecuencia manipular lo que le rodea
para presentarse a sí mismo
• Una vez vistas las diferentes teorías dentro de la microsociología, pasamos a ver el
turismo desde las propuestas de la Acción-Estructura.
• Por tanto, para esta teoría, la estructura no es una abarrera para la acción, sino algo
que participa esencialmente en su producción. En este sentido, para la existencia del
turismo hay estructuras que se producen y reproducen en el nivel de interacción entre
turistas y anfitriones, interacciones que dependen de la estructura tanto para
mantenerse, por ejemplo, el turismo de sol y playa, como para transformarse, por
ejemplo el ecoturismo.
• Dentro de esta teoría encontramos los trabajos de Dann y Cohen (1991): hacen una
recopilación de los trabajos en turismo desde esta perspectiva, ya sea tratando la
anomia, lo sagrado o las representaciones colectivas; Frow (1997): realiza un estudio
del turismo como semiótica de la nostalgia, en la que los objetos y la cultura
comercializada se transforman en referentes de la autenticidad o inautenticidad en la
búsqueda del turista (así el tiempo turístico en un orden social mediante la nostalgia);
Rojas (2005): analiza festivales bajo dos elementos, esto es, las estructuras en las
prácticas sociales definidas a través de reglas y recursos, y la acción social que supone
motivaciones y pensamientos que carga al actor social para realizar la práctica festiva
como práctica social.
• Todo ello, se produce en áreas de la vida social (campo); áreas, además, donde se
producen las luchas relacionadas con bienes y recursos valiosos. Este concepto se basa
en metáforas económicas, como el término “capital”, es decir, bienes y recursos que
están en juego, pudiendo ser éste, económico, sociocultural o simbólico.
• Desde este enfoque, el turismo tiene una relevancia evidente. Así, la práctica turística
forma parte de un habitus de determinadas clases sociales en determinados países
desarrollados. Este interés por la práctica turística de parte, por ejemplo, de las clases
medias, colabora con la legitimidad de la superioridad de la realización de este tipo de
prácticas. Y a su vez, el turismo es visto como un campo en el que se lucha por
recursos valiosos, entre diferentes participantes.
• Aquí, encontramos los trabajos de Zepeda (1996): realiza un estudio sobre la visita a
los museos de una ciudad, e identifica cómo el habitus de los visitantes hace evidente
su pertenencia a determinados grupos sociales y cómo éstos detentan el capital
cultural hegemónico; Pavón (1999): a partir del capital cultural de cada turista en una
ciudad, se evidencian gustos y preferencias por ciertos bienes y servicios; Flores
(2005): investiga sobre el gusto y su papel en la producción y reproducción social en
relación con las preferencias de restaurantes
• Aquí encontramos los trabajos de Hiernaux (2000): donde se analiza la vida cotidiana
del turismo a la encuentra efímera, pero capaz por sí misma de producir cambios
sociales.