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RESPUESTAS

1=

Resumen

La tesis central del texto de Marta Di Tulio, resalta en una conferencia brindada por Borges
en 1927, sobre una tesis del francés Lucian Abeille, en el cual Borges iría a rechazar la idea
de este autor y rediseñar sus propias conclusiones sobre lo que separar nuestro idioma con el
español tradicional o del de Cervantes o de Unamuno.

El idioma sería el “porteño”, y no el castellano peninsular; el idioma que profesan los


argentinos con el de Buenos Aires. Nuestra geografía, con la historia colonial constituyó
léxicos en el norte andino, en región de cuyo parecido al acento chileno, el litoral confundido
con los uruguayos y del noreste con el paraguayo. El “voceo” como una identidad propia, de
confianza, y sus particularidades, la de Buenos Aires comparado al resto de las regiones y las
provincias.

Pero ese típico “voceo” fue estigmatizado, o sea visto de mala manera en la obra “El
matadero” de Echeverria, pues infringía normativa lingüística fina, por decirlo de alguna
manera, que los Federales (extracción política de la época ligada a Juan Manuel de Rosas y
otros caudillos) la tenían en su acentuación; esto era, asociado con vicio o carencia. Luego,
Cané recupera la idea de una “Lengua propia”, en la “cuestión del idioma”.

Con un grupo de intelectuales literarios, la llamada generación del 37, autores tales como
Esteban Echeverria, Gutierrez, Alberdy, Sarmiento, en sus ideas plasmaron esta cuestión del
idioma como una prolongación en independencia política y cultural. Sacar a España y sus
colonias y reemplazar por otra manera de expresarse, más moderna, democrática. Ya no el
hispanismo. Dato importante ante esta cuestión, la propuesta de la reforma ortográfica de
Sarmiento, en 1943 desde Chile, planteó ciertas cuestiones referentes a nuestra manera de
expresarnos.

Abelle, ya para 1900 planteó la originalidad de los argentinos, sumado a factores de la


inmigración – sobre todo de la italiana- y su manera de expresarse, como el lunfardo, el
lenguaje chabacano y carcelario como alegaría Jorge Luis Borges, del cuál le parecería una
desviación horrenda, sino él más bien señalaba la manera Francesa europea, como modelo,
pero del cuál – señalaba – Buenos Aires y los Argentinos, tenían su propio lenguaje, que
distaba del Español.

Tiempo más tarde, en 1922 el Decano de la facultad de filosofía y letras, Ricardo Rojas crea
el instituto de filología.

Luego, tiempo después, el franciscano Pedro León de Santiago, redactaría el diccionario


Guaraní- Castellano. Y resolviendo esta cuestión idiomática tiempo más tarde, también en el
siglo XX se crea “El instituto Borges”, por el lema por una soberanía idiomática.

2= La Argentina en pedazos, viñetas de Piglia “EL Matadero”. Análisis.

En una de las viñetas, plmasmadas por el lenguaje del criollo, de tilde campesinos e
ignorantes, adherentes a los campos o saladeros del llamado “restaurador de las leyes”, Juan
Manuel de Rosas.

Se destacan frases empleadas, un fuerte criollismo campestre: “Malhaya con el tropero que
nos da gato por liebre: es toro viejo”. Esta frase es empleada hasta el día de hoy, “gato por
liebre”.

“Muestreme los cojones, si le parece, carajo”.

“Es barro ese bulto, es emperrao y arieco como un unitario”. Esta frase, analogía de un
animal con el odio al que se le tenía al bando opuesto al de los federales, los “unitarios”.

En las viñetas se pone énfasis en el amarre al lazo del que faena al animal, el que lo sujeta,
palabras como “guarda”, el lazo, etc.

“Abajo los calzones de este cajetilla, y denle a nalga pelada sobre la mesa”, otra frase
característica que resume el desprecio y especia de tortura, para que aprenda. (pag.17)

Y ya en las ultimas viñetas se aprecia el odio hacia los unitarios, montados finamente y
elegantemente en un caballo, el aspecto de gringo y al que usan “pistola” en vez de fajas o
cuchillos, se les sugiere que los “degüellen”, o bien entregarlos a la Mazorca (el brazo
armado clandestino de Juan Manuel de Rosas, en esas épocas), y la arenga política imperante
“Viva el restaurador, mueran los salvajes unitarios”, como una frase imperante propia de la
época y distanciamiento y persecusiones de Federales a los unitarios, y viceversa.
En las viñetas, si bien se aprecian como dos temas distintos. Por un lado, la cultura del que
faena al ganado vacuno, de forma siniestra, con fajos, en base a ataduras, demasiada sangre,
etc. Y, por otro lado, una cuestión política que enfrenta a los Unitarios, su odio, por su forma
de vida, de montar un caballo, por su estirpe y raza “gringa” e ideas foráneas, expresadas en
el naciente “liberalismo económico” o forma de ver la organización del país, las ideas
políticas y culturales, y las ansias de derrocar a Juan Manuel de Rosas. Esto quedó plasmado
de forma brillante, en base a ficción, por Echeverria, y por Piglia, en las viñetas en base a
historietas, donde se dejó en claro, el factor lingüístico, los usos idiomáticos, las formas, etc.

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