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RESUMEN
El protagonismo de la ciudadanía en el escenario político paraguayo ha tenido
un momento clave con las movilizaciones en reclamo de transparencia y de
lucha contra la corrupción que se desarrollaron en la segunda mitad del año
2013, a inicios de un nuevo periodo de gobierno. Dichas protestas, concomi-
tantes con fuertes campañas mediáticas en el mismo sentido, derivaron en el
procesamiento judicial de varios dirigentes políticos y la aprobación de sen-
das leyes de transparencia y acceso a la información pública. El activismo más
o menos organizado, enfocado en un propósito común, puede verse en ese
proceso histórico como aporte a una mayor calidad de la participación polí-
tica de la ciudadanía. El vigor y afianzamiento de esta participación ciudadana
emergente, en este caso puntual, podría vincularse a sus efectos en el marco
institucional, en concreto, a las oportunidades que el propio activismo ha ge-
nerado a través de las leyes para mejorar los mecanismos de transparencia y
rendición de cuentas, los que son componentes significativos en el contexto
de un sistema democrático. Para ello, también es esencial el aporte que la
1
Licenciado en Ciencias de la Comunicación y abogado (Universidad Nacional de Asunción);
magister en Política Global (Universidad de Salamanca y Universidad Columbia del Paraguay);
catedrático de la Universidad Nacional de Asunción en materias de Derecho de la Información
y Periodismo. Doctorando en Derecho Público y Gobernabilidad (Universidad Columbia del
Paraguay). Director de Transparencia y Acceso a la Información Pública de la Corte Suprema
de Justicia.
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propia sociedad civil, así como el Estado, brinden para promover y afianzar
una “cultura de la transparencia” como ecosistema político apropiado para la
sostenibilidad de la participación política.
Palabras clave: Ciudadanía - participación política – transparencia – infor-
mación pública.
ABSTRACT
The protagonism of the citizens in the Paraguayan political scene has had a
key moment with the mobilizations in claim of transparency and fight against
corruption that took place in the second half of 2013, at the beginning of a
new period of government. These protests, concurrent with strong media
campaigns in the same direction, led to the prosecution of several political
leaders and the adoption of laws on transparency and access to public infor-
mation. More or less organized activism, focused on a common purpose, can
be seen in this historical process as a contribution to a higher quality of the
political participation of citizens. The strength and consolidation of this
emerging citizen participation, in this specific case, could be linked to its ef-
fects in the institutional framework, in particular, to the opportunities that
activism itself has generated through laws to improve transparency and ac-
countability mechanisms. of accounts, those that are significant components
in the context of a democratic system. For this, it is also essential the contri-
bution that civil society, as well as the State, provide to promote and
strengthen a "culture of transparency" as an appropriate political ecosystem
for the sustainability of political participation.
Keywords: Citizenship - political participation - transparency - public infor-
mation.
igualdad con el acceso de las personas a más y nuevos derechos. La declaración for-
mal de la “igualdad ante la ley” esconde, para algunos autores, esta paradoja en la
que siguen desarrollándose y hasta profundizándose condiciones de desigualdad so-
cial.
Para Marshall (1997), la condición de ciudadano para la clase obrera estaba dada
esencialmente en la medida en que pudiera acceder a la igualdad. Su concepción
hacía solamente posible la ciudadanía en base a la adquisición de los derechos civi-
les, políticos y sociales, y en estos últimos centró su atención. Un derecho era esen-
cial para constituir a ese sujeto en calidad de ciudadano: la educación. Una persona
sin educación, limitada a ser una fuerza laboral, de producción, no podría alcanzar
el “status” de ciudadano. En su pensamiento, se reconoce la desigualdad social emer-
gente del modelo económico de organización de la sociedad, pero ella sólo es ad-
misible si se asume la necesidad de lograr la igualdad de la ciudadanía. Según el, ha
habido tres fases del desarrollo de los derechos a lo largo de la historia: los derechos
civiles (en el siglo XVIII), los derechos políticos (en el siglo XIX) y los derechos so-
ciales (en pleno siglo XX)
Bendix (1974) reconoce que, en el desarrollo de las sociedades contemporáneas, el
avance en ciertos derechos, sobre todo políticos y específicamente el derecho elec-
toral, ha contribuido a generar un escenario de “igualdad” que, sin embargo, pro-
duce de nuevo otras desigualdades sociales. Para él, la igualdad formal ante la ley
sólo beneficia a quienes han alcanzado cierto nivel de independencia económica y
social, y por ello mismo, están en mejores condiciones de aprovechar el acceso a los
derechos reconocidos por la ley. En todo caso, para quienes no tienen esa condición
relevante de independencia, la igualdad ante la ley podría suponer, paradójica-
mente, el incremento o la profundización de la desigualdad.
O’Donnel (1978), por su parte, resalta el carácter “mediador” de la ciudadanía en la
relación del Estado con la sociedad y atribuye a ella un valor fundamental para el
Estado capitalista el cual es para él, la primera forma de dominación política que
postula su fundamento en la igualdad de todos los individuos. Se trata de un “estado
de ciudadanos” en el cual la igualdad ante la ley produce la capacidad de los indivi-
duos de contraer obligaciones y producir los efectos que son necesarios para cons-
tituir el poder político y sus instituciones.
Ahora bien, si vamos a las consideraciones meramente legales, la ciudadanía se ca-
racteriza por la conjunción de derechos y obligaciones para las personas en un
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Cuadro original en http://hdr.undp.org/en/node/2228
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DERECHO DE ACCESO A LA INFORMACIÓN PÚBLICA
Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano que dio sustento a la
Revolución Francesa.
El primer abordaje más específico a mediados del siglo XX se dio con la creación de
la Organización de las Naciones Unidas, en cuyas resoluciones iniciales ya se habla
de que la “libertad de información” es un derecho humano fundamental “y piedra
de toque de todas las libertades a las cuales están consagradas las Naciones Unidas”,
así como se convoca a lo que sería la Primera Conferencia Internacional de la ONU
sobre Libertad de Información. Esta se realizó en Ginebra en el año 1948 conclu-
yendo con tres proyectos de convenciones y formulando la base de lo que después
sería el contenido en dicha materia en la Declaración Universal de los Derechos Hu-
manos, cuyo artículo 19 consagra finalmente dicho derecho y sus alcances en los
siguientes términos:
Artículo 19. Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de ex-
presión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opinio-
nes, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas,
sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.
En el mismo año, la Novena Conferencia Internacional Americana, de la Organiza-
ción de Estados Americanos, reunida en Bogotá, suscribía la Declaración Americana
de los Derechos y Deberes del Hombre, cuyo artículo 4 dice:
Artículo IV. Toda persona tiene derecho a la libertad de investigación, de
opinión y de expresión y difusión del pensamiento por cualquier medio.
A partir de estas declaraciones, no sólo empieza a cobrar importancia y especificidad
este derecho en los instrumentos jurídicos internacionales resultantes, sino también
se desarrolla la doctrina en la materia, la que llevará a profundizar los alcances de
los aspectos activoy pasivo del derecho (derecho a generar, producir y difundir in-
formación; y derecho a recibir, procurar o investigar información), sino también
contribuirá a precisar más claramente al “derecho de acceso a la información pú-
blica” como constituyente esencial para la vida democrática.
Los más importantes instrumentos jurídicos internacionales que dan cuenta y con-
sagran este derecho –y que desarrollaremos más adelante– son la Declaración Uni-
versal de los Derechos Humanos (ONU, 1948), la Declaración Americana sobre De-
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DERECHO DE ACCESO A LA INFORMACIÓN PÚBLICA
rechos y Deberes del Hombre (OEA, 1948), el Pacto Internacional de Derechos Civi-
les y Políticos (ONU, 1966) y la Convención Interamericana de Derechos Humanos
(Pacto de San José de Costa Rica, OEA, 1969).
Todo este proceso fundacional del derecho a la información fue seguido luego por
la incorporación del mismo a las constituciones y legislaciones nacionales, en un
desarrollo que no fue uniforme ni sostenido sino hasta los años 90 en que empieza
la verdadera eclosión de leyes nacionales que apuntaron a concretar el derecho de
acceso a la información pública en normas específicas.
Como parámetro de este desarrollo dispar, inicialmente, y luego sostenido vale se-
ñalar que la primera legislación en todo el mundo que abordó el derecho de acceder
a documentos públicos fue la aprobada en Suecia en 1766, denominada “Ordenanza
Relativa a la Libertad de Escritura y de Prensa”, y recién después de 200 años, otra
nación en el orbe adoptó una norma similar general (Estados Unidos, con su FOIA,
Freedom of Information Act, promulgada en 1966). Otros países siguieron el camino
normativo sobre todo en Europa. En América Latina, la caída sucesiva de los regíme-
nes autoritarios y militares, abrió paso a que en los 90 empiecen a “florecer” Consti-
tuciones y leyes que consagrasen explícitamente este derecho.
El desarrollo conceptual de este derecho ha convocado a diversos autores a tratar
de enmarcarlo, moldearlo y proveerle de contenido vinculado a su funcionalidad e
importancia.
Así, autores como Carpizo y Villanueva (2001) señalan que de la conceptualización
inserta en los pactos y convenciones sobre Derechos Humanos se desprenden los
siguientes tres aspectos esenciales:
— El derecho a atraerse información;
— El derecho a informar, y
— El derecho a ser informado.
De acuerdo a dichos autores, tales derechos consecuentes deben entenderse en su
comprensión de esta manera:
“1) El derecho a atraerse información incluye las facultades de: a) acceso a
los archivos, registros y documentos públicos, y b) la decisión de qué medio
se lee, se escucha o se contempla.
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Organización de los Estados Americanos. Documento “El Acceso a la Información Pública,
un derecho para ejercer otros derechos”. OAS-Departamento para la Gestión Pública Efec-
tiva. Washington, 2013. Disponible en https://www.oas.org/es/sap/dgpe/concursoinformate/docs/Cor-
tosP8.pdf
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Desde el más elemental derecho cívico del sufragio hasta los demás derechos políti-
cos, económicos, sociales o culturales, podrán ser mejor ejercidos si se cuenta con
el acceso a la información precisa y pertinente. Este valor instrumental del derecho
lo convierte en un valor transversal que precisa ser sostenido para dar garantías de
cumplimiento a todo el espectro de derechos humanos fundamentales.
El ojo del amo engorda al ganado, la mirada ciudadana ayuda a generar mayor res-
ponsabilidad por parte de los funcionarios y mandatarios. Eficiencia en la gestión es
menos posible lograr sin control o monitoreo de las acciones y los mandatos confe-
ridos a autoridades o funcionarios. La prevención y lucha contra la corrupción es
otro ámbito en el que el acceso a la información pública permite presagiar y obtener
mejores resultados, por cuanto la oscuridad y el secretismo, en contrapartida, son
los elementos principales para sostener la corrupción y la impunidad.
4
Constitución de la República del Paraguay, Artículo 28.
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5
Ver Acuerdo y Sentencia 1.306/13 de la Corte Suprema de Justicia. Disponible en
http://www.pj.gov.py/descargas/AYS-1306.pdf
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Ver información periodística en http://www.abc.com.py/edicion-impresa/politica/la-ninera-
de-victor-bogado-figura-con-salario-de-g-6000000-en-diputados-626018.html (última con-
sulta: 12/07/2015)
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DERECHO DE ACCESO A LA INFORMACIÓN PÚBLICA
El 4 de octubre, el Senado rechazó (por 25 votos contra 15) un pedido hecho por
varios de sus miembros para publicar la lista completa de funcionarios con sus sala-
rios 7. El 8 de octubre, la Cámara de Diputados aprobó una resolución que autorizaba
a su Presidente a formular una denuncia penal por supuesta filtración de la informa-
ción referida a los salarios de funcionarios y remuneraciones extras de parlamenta-
rios. Días después, el asesor jurídico de la Cámara, anunciaba la presentación de
dicha denuncia en la que pedirían pena de 3 años de prisión contra quienes hayan
facilitado dicha filtración que supuestamente constituiría la “revelación de secretos
privados” tipificada en el Código Penal 8. Era la guerra declarada contra la transpa-
rencia.
La reacción ciudadana no se hizo esperar. Las portadas de los periódicos se satura-
ron con denuncias y noticias vinculadas. La indignación ciudadana ganó primero las
redes sociales y luego las calles. Los repudios se hicieron patentes a través de todos
los medios. La presión callejera se convirtió en “escrache” 9 y se amplificó y diversificó
en muchos ámbitos. Hubo “caravanas contra la impunidad”, “bocinazos contra la
corrupción”, extendidas campañas que prohibían el acceso a locales comerciales a
políticos o legisladores envueltos en casos de corrupción, grafitis y permanentes pu-
blicaciones de denuncias por los medios de comunicación social.
En dicho marco histórico, social y político, y en medio también de peticiones que ya
llegaban a la propia institución judicial para develar sus nóminas de funcionarios
con sus respectivas remuneraciones, la Corte Suprema de Justicia imprimió el trá-
mite final de definición al caso antes señalado.
7
Ver información periodística en http://www.abc.com.py/edicion-impresa/politica/anr-plra-y-
unace-impiden-que-se-divulgue-la-lista-de-los-funcionarios-624701.html (última consulta:
27/julio/2015)
8
Ver información periodística enhttp://www.abc.com.py/edicion-impresa/politica/diputados-
quieren-3-anos-de-carcel-para-quien-facilito-datos-a-la-prensa-627151.html(última consulta:
27/julio/2015)
9
Según la RAE: escrachar.1. tr. coloq. Arg. y Ur. Romper, destruir, aplastar. En el Diccionario
de Americanismos: (Del ingl. scratch, rasguño) m. Ar. Ur. Manifestación popular de denun-
cia contra una persona pública a la que se acusa de haber cometido delitos graves o actos de
corrupción y que en general se realiza frente a su domicilio o en algún otro lugar público al
que deba concurrir la persona denunciada.
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Esta sentencia puso no solo claridad y certeza sobre la correcta interpretación del
artículo 28 de la Constitución, sino que inauguró prácticamente esa nueva época de
desarrollo normativo e institucional volcado hacia la transparencia y el derecho de
acceso a la información pública. Paraguay, que había acumulado más de dos décadas
de deuda frente al mandato constitucional de reglamentar por ley el artículo consti-
tucional citado, tuvo ese año dos proyectos en tratamiento simultáneo sobre la te-
mática en el Congreso, los que cuajaron en las leyes Nº 5189/14 “que establece la
obligatoriedad de la provisión de informaciones en el uso de los recursos públicos
sobre remuneraciones y otras retribuciones asignadas al servidor público de la Re-
pública del Paraguay” y Nº 5282/14 “De libre acceso ciudadano a la información pú-
blica y transparencia gubernamental”.
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DERECHO DE ACCESO A LA INFORMACIÓN PÚBLICA
Este esbozo del desarrollo del derecho de acceso a la información pública nos per-
mite ver cómo la presencia y participación ciudadana ha tenido significancia prota-
gónica en dicho proceso desde sus inicios hasta el logro del objetivo en medio de
esa eclosión de protestas ciudadanas en la segunda mitad del año 2013. ¿Podría en-
cuadrarse este protagonismo en lo que describe Bendix como una “extensión de la
ciudadanía” a las clases más populares? ¿Podría interpretarse este movimiento de
“reclamos ciudadanos por la transparencia” como una expresión de esa “extensión
de la ciudadanía” a los sectores que no se sienten representados o, al menos, se
sienten mal representados por quienes son señalados como artífices de la corrup-
ción que florece bajo un manto de secretismo? ¿Podría verse este tipo de protago-
nismo de la sociedad civil organizada como un avance en la conciencia cívica que
busca reducir la brecha entre las élites políticas y los ciudadanos, generando mayor
impacto para los reclamos de estos últimos en la escena política?
Mirando estos sucesos y cómo el reclamo de transparencia adquiere una importancia
significativa, a la vez que azuza y motiva a un mayor protagonismo y presencia de los
ciudadanos en la escena política, podríamos encontrar la vinculación con aquellas
interpretaciones sobre los procesos de incremento de ciudadanía en la sociedad
contemporánea, principalmente los relevados por Béndix al describir los fenómenos
y componentes que en el Estado moderno han abierto oportunidades para que las
“clases bajas” tengan mayor participación política.
Ahora, si bien es cierto que podría considerarse que la lucha por la transparencia y
el acceso a la información pública constituye un reclamo legítimo y cautivante para
los ciudadanos –sobre todo porque los pone en entredicho y confrontados a la clase
política de la cual reclama respuesta y rendición de cuentas– quizás debamos ser
cautos respecto a la sostenibilidad de este tipo de “ebulliciones” en el escenario po-
lítico. De hecho, la respuesta política a esta situación se centró en ciertos elementos
de reformas institucionales básicas, como la promulgación de dos leyes de transpa-
rencia y acceso a la información pública (Ley N° 5189/14 y Ley N° 5282/14) así como
la reglamentación para una implementación más concreta de los mecanismos de
publicidad de datos sobre la gestión de recursos públicos en las instituciones esta-
tales. El impacto inicial y agudo de los reclamos ciudadanos tuvo una respuesta que
pudo morigerar ese clímax de protestas y conseguirle a la clase política una tempo-
rada de sosiego posterior. Pero también, hay que decirlo, de ese tembladeral político
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que significó el proceso al que nos referimos, el resultado obtenido no deja de ser
relevante: mayor transparencia y dos leyes que sin duda constituyen herramientas
hábiles para que la ciudadanía ejerza mayor control sobre la gestión política.
Una clave esencial para la sostenibilidad de este tipo de participación ciudadana, sin
duda, está en la institucionalización de los mecanismos que provean y aseguren la
misma participación, pero, además, se basará en la posibilidad de crear la suficiente
conciencia cívica y sensibilización social respecto al eje sustancial de dicha participa-
ción: en este caso, del derecho de acceso a la información pública.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos, de la Organización de Estados
Americanos, señala incluso la responsabilidad que le cabe al Estado respecto a este
tema:
“Corresponde al Estado la obligación de promover, en un plazo razonable,
una verdadera cultura de la transparencia, lo que implica campañas siste-
máticas para divulgar entre el público en general la existencia y los modos
de ejercicio del derecho de acceso a la información” 10.
La cultura del secretismo que ha vivido el Paraguay a lo lardo de décadas, sobre todo
por la persistencia y rigidez de los sistemas políticos autoritarios que se sucedieron
durante gran parte del siglo 20, ha permeado todas las capas sociales y ha generado
un sentido de apropiación de la información por parte del Estado y sus agentes. La
información pública, en ese contexto, era vista como patrimonio de las élites políti-
cas y derecho inalienable del funcionariado y las autoridades. El proceso al cual nos
hemos referido, y en el que el caso del ciudadano sanlorenzano es aleccionador, ha
ayudado a revertir dicha concepción y a expresarla en términos institucionales a tra-
vés de las leyes promulgadas.
Sin embargo, la verdadera “institucionalización”, entendida como encarnación social
y cultural de este nuevo paradigma, no sobrevendrá simplemente por efecto de la
10
CIDH-OEA-RELE. “El derecho de acceso a la información pública en el marco jurídico inter-
americano”. Washington, 2012. Versión electrónica disponible en
http://www.oas.org/es/cidh/expresion/docs/publicaciones/ACCESO%20A%20LA%20INFOR-
MACION%20FINAL%20CON%20PORTADA.pdf
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DERECHO DE ACCESO A LA INFORMACIÓN PÚBLICA
ley, sino precisamente como una consecuencia del uso de la misma por parte de la
ciudadanía. Y sobre todo, por el enraizamiento de ese paradigma de la “cultura de
la transparencia” en distintos ámbitos de la vida social, desde el sistema educativo,
el ámbito de la función pública, entre otros. El desafío de conseguir “institucionali-
zar” el ejercicio del derecho de acceso a la información pública con herramientas
normativas básicas ha sido alcanzado. El desafío que sigue abierto y vigente es el de
hacer efectivo dicho ejercicio y sobre todo, ampliar sus alcances y efectos a través de
la consolidación del nuevo paradigma de la “cultura de la transparencia”, para lo
cual, el protagonismo ciudadano es clave.
Bibliografía